El filósofo Antonio Escohotado discute su extensa experiencia con drogas de diferentes tipos y su perspectiva sobre la relación de la sociedad con las drogas a través de la historia. Escohotado argumenta que las drogas pueden ser dominadas por la sociedad y que los expertos deben probar las drogas para hablar con credibilidad sobre ellas. Además, comparte sus opiniones sobre temas como la guerra contra las drogas, el papel de las drogas en la creatividad, y su nuevo libro sobre la historia del comunismo.
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El filósofo Antonio Escohotado discute su extensa experiencia con drogas de diferentes tipos y su perspectiva sobre la relación de la sociedad con las drogas a través de la historia. Escohotado argumenta que las drogas pueden ser dominadas por la sociedad y que los expertos deben probar las drogas para hablar con credibilidad sobre ellas. Además, comparte sus opiniones sobre temas como la guerra contra las drogas, el papel de las drogas en la creatividad, y su nuevo libro sobre la historia del comunismo.
El filósofo Antonio Escohotado discute su extensa experiencia con drogas de diferentes tipos y su perspectiva sobre la relación de la sociedad con las drogas a través de la historia. Escohotado argumenta que las drogas pueden ser dominadas por la sociedad y que los expertos deben probar las drogas para hablar con credibilidad sobre ellas. Además, comparte sus opiniones sobre temas como la guerra contra las drogas, el papel de las drogas en la creatividad, y su nuevo libro sobre la historia del comunismo.
El filósofo Antonio Escohotado discute su extensa experiencia con drogas de diferentes tipos y su perspectiva sobre la relación de la sociedad con las drogas a través de la historia. Escohotado argumenta que las drogas pueden ser dominadas por la sociedad y que los expertos deben probar las drogas para hablar con credibilidad sobre ellas. Además, comparte sus opiniones sobre temas como la guerra contra las drogas, el papel de las drogas en la creatividad, y su nuevo libro sobre la historia del comunismo.
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El filsofo Antonio Escohotado, autor de la Historia general de
las drogas, habla de la relacin de la sociedad con ellas a
travs de los tiempos y de su nuevo libro, una historia del comunismo.
Antonio Escohotado sostiene que las drogas pueden ser domadas por la sociedad y para poder hablar de ellas hay que probarlas. A sus 74 aos se fuma tres paquetes de cigarrillos diarios, un porro de marihuana en las maanas. Ha tomado cinco veces yag, adems de que ha experimentado con LSD y analgsicos como el opio. Vino a la Feria del Libro de Bogot a presentar su ltimo libro, Los enemigos del comercio. MARA JIMENA DUZN: Resulta por lo menos curioso que usted que tiene una obra tan extensa sobre las drogas, y que adems las ha experimentado para poder hablar de ellas, nunca hubiera venido a Colombia sino hasta ahora
ANTONIO ESCOHOTADO: Curioso, eh? Sabe que nunca me ha gustado la cocana?
M. J. D.: Y por qu nunca le ha gustado?
A. E.: Pues porque yo ya llevo la adrenalina puesta. Yo he dicho que hay tres clases de drogas: de paz, de energa y de viaje. La cocana como el caf, pertenece a las drogas de energa que son menos interesantes. Yo, por ejemplo, me tomo solo un caf por la maana y a veces si la comida ha sido muy grata me tomo un carajillo. A m me interesan ms los analgsicos, que son las drogas de paz y las de viaje como el LSD, o el yag, porque son introspectivas y le permiten a uno darse cuenta de cmo se es por dentro.
M. J. D.: Tengo entendido que su primera experiencia con las drogas lo marc para siempre y fue a los 14 aos
A. E.: Es cierto. Resulta que de pequeo tuve unos ataques de epilepsia. Intentaron provocarme un ataque con fogonazos de luz, pero como no lo consiguieron me inyectaron pequeas cantidades de pentotal sdico, que en cantidades ms grandes es letal. En aquel momento me di cuenta que intent hablar, pero que el ruido de mi boca sali mucho despus. Me di cuenta que aquello era una ventana a la existencia y que la tena que abrir. Diez o 15 aos despus, en 1971, cuando se firma la convencin internacional de la lucha contra las drogas y los norteamericanos exportan su cruzada contra las drogas por el mundo entero y esta llega a Europa y por ende a Espaa, es que decido empezar a investigar el tema de las drogas.
M. J. D.: Y lo primero que hace es probarlas, cosa que pocos expertos en el tema hacen
A. E.: Pues es que es absurdo hablar de pura teora. Imagine a un crtico de pintura ciego. Imagnese un crtico de msica sordo. Pues ese es el caso que tenemos en materia de drogas: los mayores expertos en el tema de las drogas son unos ignorantes. Qu credibilidad puede tener un experto en drogas si no las conoce?
M. J. D.: Usted dice que las drogas de paz y de viaje le gustan porque ayudan no solo a conocerse a uno mismo sino porque en ciertas pocas de la historia han sido buenas compaeras de la creatividad de los grandes pensadores, y artistas...
A. E.: Pues es que el opio que est hoy satanizado en las boticas de los barrios, sabemos que lo tomaban diariamente personas tan poco pasivas como Goya o Goethe; sabemos tambin que lo tomaban Bismarck y Wagner y que ninguno de los dos era una piltrafa humana como s parecen estos heroinmanos que han sido manufacturados por la prohibicin, que es hoy la gran protagonista. Los analgsicos se han utilizado siempre para trabajar ms y mejor. Pero desde la prohibicin y sobre todo desde el toque draculino que le puso William Burroughs, quien consuma la herona diciendo que era su perdicin porque lo alejaba del trabajo y lo converta en un sinvergenza, el rol social de los analgsicos cambia.
M. J. D.: La guerra contra las drogas no se ha ganado en los ltimos 40 aos. Ser que estamos entrando en una fase distinta en la que se abre la posibilidad de abordar el tema desde una visin diferente a la que impuso el prohibicionismo?
A. E.: Afortunadamente, desde hace unos diez o 15 aos, la guerra contra las drogas se ha ido desactivando. Eso se ve en los presupuestos de las brigadas de narcticos de todos los pases y en el de las Naciones Unidas para las drogas. La ONU antes tena unos 600 funcionarios y hoy apenas llegan a la decena. Y por qu ha ocurrido eso? Pues porque la poltica conocida como reduccin de daos, se ha impuesto a la ilusoria presuncin de un mundo sin drogas, que es a la que se lanz en 1914 en Estados Unidos, cuando se impuso el control sobre la cocana, la morfina y el opio, del alcohol y del tabaco. Es decir, la prohibicin del tabaco de hoy no tiene nada de nuevo. Las tonteras se repiten, siempre.
M. J. D.: Usted ha dicho en su libro que la sociedad se ha encargado de domar muchas drogas
A. E.: La experiencia ms formidable de doma que se ha realizado en esta sociedad ha sido en el alcohol. Eso se nota muy bien en la cultura griega, por ejemplo, Las Bacantes de Eurpides, donde se plantea la disyuntiva entre la aceptacin de la bacanal o su rechazo. Y cul es la solucin de los griegos? Pues el camino del medio.
M. J. D.: Cuntas veces ha tomado yag?
A. E.: Cinco veces y la considero una droga muy interesante. Es como un viaje de LSD, aunque mucho ms breve, ms sentimental, con menos capacidad visionaria y penetracin conceptual. Y si me va a preguntar por el muchacho ingls que muri hace poco le dira que su muerte no pudo ser por el yag. Eso se lo aseguro. Fumo marihuana desde el ao sesenta. Suele venir bien un porro diario para abrir el apetito. Es broncodilatador, expulsa uno flemas, tiene prestigio para estimular las relaciones sexuales, es potencializador de la sensibilidad de la msica y prcticamente ha ganado la batalla. Hay estados de la Unin Americana donde se admite hasta su uso mdico. Pienso que una droga como la herona va a volver porque tambin se ha ido difuminado esa versin draculina que le imprimieron no solo Burroughs sino Charlie Parker, que deca: Mira, no pruebes esto, si lo pruebas morirs porque es demasiado bueno. Y le advierto: se est cometiendo un genocidio peor que el de Auchwitz, no teniendo herona en los botiquines de los hospitales. A los viejos nos dan cosas intiles. Si nos las dieran, o bien moriramos ms tranquilos o viviramos ms. No hay ningn frmaco mejor para enfermedades incurables que los opiceos.
M. J. D.: Usted vino a la feria no a hablar de sus libros sobre drogas sino a presentar su ltima obra, Los enemigos del comercio: una historia moral de la propiedad. En ese libro, que muchos consideran como una historia del comunismo, usted recuerda que los primeros comunistas fueron los cristianos
A. E.: En realidad primero lo fueron los zelotes, una tribu juda de la cual formaba parte Juan Bautista. La frase textual, la propiedad es un robo y el comercio es un instrumento, es una proporcin de la secta esenia. Para ellos el sptimo mandamiento, el que prohbe hurtar en realidad, prohbe practicar el comercio. O sea que los primeros comunistas son los zelotes judos. Y fjese que ya en la alta Edad Media, la palabra negociator haba desaparecido y la palabra lucrum tambin. A travs del lenguaje se nota que esa fue una sociedad comunista.
M. J. D.: Usted dice que sin el cristianismo no hubiera habido comunismo. Pero luego el cristianismo se convierte en su principal enemigo
A. E.: En Jess siempre ha habido esas dos dimensiones: de un lado el Jess vengador, zelote, revanchista, que propone exterminar a los ricos, a los satisfechos, el que dice malditos los que disfrutan sin sentimiento de culpa, y luego el Jess que divide al mundo antes y despus de l y que es la razn por la cual yo soy cristiano, as sea un agnstico. Jess es el primero que dice fate de tu conciencia. Si tienes que cumplir la ley o el sentimiento, cumple el sentimiento antes. Jess da un pasito ms all de la alta moralidad que ya haba puesto sobre la mesa Scrates.
M. J. D.: Usted dice que la columna vertebral de sus trabajos sobre la droga y el comercio es el temor. Por qu lo dice?
A. E.: El tema de las drogas tiene que ver con el temor del hombre a s mismo. Las personas son tan ignorantes que piensan que van a tomar una droga y les va dar tanto gusto que se van a convertir en una rata de las que si se les administra cocana van a morir de sobredosis. En cambio, el temor al comunismo es el temor a que el vecino se quiera quedar con lo mo. Ese miedo es lo que me impuls a estudiar ambas cosas. Las drogas me tomaron diez aos y este tema del comercio me lleva 15. Soy un mongamo cultural. Necesito mucho tiempo para llegar a conclusiones porque me toma mucho tiempo llegar al fondo de las cosas. Las revelaciones no vienen ms que trabajando.
M. J. D.: Usted dice que Marx nunca cuestion a los papas ni a los reyes sino a los nuevos ricos.
A. E.: Pues es que eso que dice la Biblia de que los ltimos sern los primeros, no se puede cumplir ms que con unas enormes dosis de arbitrariedad y de violencia. Marx intent racionalizar ese principio de la envidia y de la rabia y dijo que el progreso histrico se basaba en la lucha de clases. Pero eso en el fondo es la misma bobada. Y por eso digo que el marxismo nunca ha odiado a los papas o a los reyes. Ha odiado a la gente que por mritos propios ha pasado de ser pobre a rica por mritos propios. Eso pasaba tambin en la alta Edad Media. Pero adems, Marx nunca trabaj. Siempre fue un seorito. Dej no solo que se murieran de hambre tres de sus hijos sino que tena convencidas a sus hijas, que luego se suicidaron, por cierto, que l no poda trabajar porque era como pedirle a Jess que se fuera a la carpintera del pap, en lugar de que se fuera a predicar por el desierto. Pero adems, seoritos, son Trotsky, Lenin, Bakunin. No ha habido un solo lder comunista que no haya sido un seorito. Ni uno.
M. J. D.: Y cmo clasificara al chavismo?
A. E.: Chvez fue un socialista cristiano. Est al lado del presidente Correa de Ecuador y del exprimer ministro britnico, Tony Blair.
M. J. D.: Usted fue de izquierda, tengo entendido
A. E.: Muy de izquierda. Estuve muy cerca de los grupos terroristas como ETA, Brigadas Rojas, las italianas. Era un imbcil, era un joven que no me daba cuenta del valor de la vida, sobre todo de la ajena. Lo que pasa es que poco a poco me di cuenta que Woodstock era encantador y que Mayo del 68 era una nemez. Una especie de recuperacin de los sueos jacobinos, pero sin terror, afortunadamente. No tengo duda de que el surgimiento de las guerrillas en Europa se debi a la decepcin que sintieron muchos jvenes al ver que Mayo de 68 era una revolucin cultural, esttica y fundamentalmente pacfica.
M. J. D.: Y ahora es un anticomunista?
A. E.: No lo soy, Estoy en contra de cualquier anti. Voy siempre por el camino de en medio.
M. J. D.: Qu opina de la legalizacin de la marihuana en Uruguay?
A. E.: Tengo mis dudas. Eso de convertirlo en monopolio estatal no me suena. Es un poco raro. No le parece?