Desafios Pastorales en DT

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DESAFOS PASTORALES
EN DEUTERONOMIO
Edesio Snchez Cetina
EL CONTEXTO
Los nombres del libro
El libro, un documento de palabras. Los diferentes nombres dados a Deuteronomio
confirman tal aseveracin:
Deuteronomio es el nombre griego que le dio a este libro la LXX: Segunda
ley. La versin griega de los LXX tradujo por segunda ley, en griego
deuteronomion, la expresin hebrea que significa una copia escrita de esta
enseanza .
De ah procede el nombre actual de este quinto libro del Pentateuco. Ese
nombre apunta hacia el contenido del libro a partir de su relacin con los otros
escritos del PentateucoEs obvio que si hay una segunda enseanza, hay
una primera, y habran una tercera, cuarta, etcy con los profetas anteriores y
otra literatura del Antiguo Testamento.
Eleh ha debarim es el nombre hebreo, y significa Estas son las palabras.
Con este ttulo se define la personalidad del libro como un documento de
palabras, lo que en efecto es la mayor parte de Deuteronomio: Discursos
pronunciados por Moiss al otro lado de la Tierra prometida. El inters se
enfoca sobre Moiss, el profeta o vocero de Dios, que recuerda, exhorta,
alienta, advierte y promete. Dentro de este libro que se centra en las
palabras aparece el documento clave y esencial de todo el Pentateuco, el
Declogo o Diez palabras que no es otra cosa que palabras expuestas
directamente al pueblo de la misma boca de Dios.
Sefer tokahot (El libro de las exhortaciones) es el nombre que le dio la
tradicin rabnica juda. El nfasis es en el carcter literario del libro que
consta de extensas secciones de sermones o exhortaciones de un lder que se
despide de su pueblo.
Los asuntos que se resaltan en Deuteronomio
El asunto generacional: Es notable cmo Deuteronomio conduce la
narracin, acompandola de una constante referencia a los de *ayer+, los de
*hoy+ y los de *maana+; *tus padres, t, tus hijos+ (1.35-36, 38-39; 4.9, 25;
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5.2-3, 29; 6.2-3, 7, 20-21; 7.9; 8.1, 16; 9.5; 10.11, 15; 11.2, 7, l9, 21; 19.10,
14-15, 22, 29). Hacia cada generacin tiene una actitud diferente. En el libro,
lamentablemente, la generacin de *ayer+ no hizo la voluntad del Seor (1.35;
4.3). La generacin *presente+ est a prueba (1.39; 4.1-9, 15-40). Los de
*maana+, dependiendo de la enseanza de los de *hoy+, bien podran ser
infieles y desobedientes (4.25-28) o fieles y obedientes (4.29-31, 39-40;
5.32-33). La relacin de Dios con su pueblo depender de la calidad de vida de
ste: lo que el Seor espera es obediencia y fidelidad. La calidad de vida de la
generacin futura, segn Deuteronomio, depender en gran medida de la vida
de la generacin presente (6.1-3).
El concepto temporal hoy: Debido a que la generacin presente es la clave
en el libro, el concepto hoy es central tambin. El libro de Deuteronomio
Captura con el hoy a cada nueva generacin del pueblo de Dios, no importa
en qu momento histrico se encuentre (Dt 5.1-5, RV60):
Llam Moiss a todo Israel y les dijo: Oye, Israel, los estatutos y
decretos que yo pronuncio hoy en vuestros odos; aprendedlos, y
guardadlos, para ponerlos por obra. Jehov nuestro Dios hizo pacto con
nosotros en Horeb. No con nuestros padres hizo Jehov este pacto,
sino con nosotros todos los que estamos aqu hoy vivos. Cara a
cara habl Jehov con vosotros en el monte de en medio del fuego. Yo
estaba entonces entre Jehov y vosotros, para declararos la palabra de
Jehov; porque vosotros tuvisteis temor del fuego, y no subisteis al
monte.
Obviamente, al hablar del hoy, tambin se hace referencia al pasado y al
futuro. Dt 8.1 (DHH) es un buen ejemplo de eso:
Pongan ustedes en prctica los mandamientos que yo les ordeno hoy,
para que as puedan vivir y llegar a ser un pueblo numeroso, y
conquisten este pas que el Seor prometi a sus antepasados.
En el pasado est la promesa, en el futuro a concretizacin de la misma, y
entre ambos est la obediencia del pueblo.
Es este presente, este hoy el que resuena en el libro de Dt. Prcticamente
todo el libro se preocupa por preparar a esta generacin para asegurar un
futuro de vida para toda la nacin. Por eso es importante tambin en Dt que la
generacin presente recuerde (las cosas buenas y malas del ayer) y cuide
de no olvidar las exhortaciones y enseanzas que servirn para el maana
(6.12; 8.19).
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Historia en condicional: Por lo anterior, la historia que aparece en Dt es de
carcter condicional. As se acenta de nuevo el nfasis en el presente y el
carcter demandante de la Palabra de Dios. La historia ser est o aquella
SI; es decir, dependiendo de cmo el pueblo de Dios responda a la Palabra
de Dios (caps. 28 y 30).
La enseanza tiene un lugar de privilegio: No hay otro libro en la Biblia que
coloque la instruccin de nios y jvenes en el centro de su mensaje como Dt
(6.4-9, 20-25; 11.18-21). Dt es el nico libro del Pentateuco que usa la palabra
hebrea lamad (ensear) e incluye en sus pginas expresiones tomadas del
mundo sapiencial (Oye). Adems en Dt, los padres son los principales
sujetos de la enseanza y el centro de la educacin de la fe es el hogar (Dt 6.4-
9).
La importancia de los estatutos y reglamentos: En Deuteronomio el
conjunto legal no pertenece a la lite judicial, sino al ciudadano comn del
pueblo de Dios y para ser usadas en todos los niveles de la vida nacional. Por
ello, su locus principal es el hogar. La torah o enseanza es sobre todo para
que los padres se la den a sus hijos para normar sus vidas; no para que los
jueces las usen en las cortes legales. Por ello no se debe de usar la palabra
ley o Cdigo legal para referirse a esas normas, ya que en la actualidad
esas palabrasley y cdigo legalpertenecen a los abogados, legisladores
poderes legislativos.
Deuteronomio es el libro de palabras que inculcan palabras Como tal,
Deuteronomio es tambin un libro de la frontera. Toma las palabras que le
fueron habladas a la antigua generacin y las reactualiza para beneficio del
nuevo pueblo, de la nueva generacin. Dt es un libro para un pueblo en
transicin, para una generacin llamada a conquistar una nueva tierra y
construir una nueva sociedad.
Teologa para una nueva generacin
Deuteronomio hace nfasis en la fidelidad total a Dios y en la preocupacin
por el ms dbil (5.6-21; 6.4-5; 10.12-22). Ambos temas estn directamente
relacionados con el xodo y la alianza.
Para lograr todo lo anterior, se requiere de un liderazgo que ame de manera
total a Dios y que viva comprometido y solidario con el pueblo a quien ha sido
llamado y enviado a servir.

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EL PASTOR SEGN DEUTERONOMIO
El pastor en Dt es sobre todo un profeta
Habla en nombre de Dios al puebloes vocero de Dios (todo el libro de Dt es
afirmacin de eso (vase 5.23-31)y a la vez intercede a Dios en favor de su
pueblo (9.910.11). De hecho, el libro arranca con sealando esa tarea (1.3,
DHH):
Moiss comunic a los israelitas todas las cosas que el Seor le haba
ordenado que ellos cumplieran.
Dt 18.15-18 (RV60) no solo llama profeta a Moiss, sino que lo hace paradigma
de todo profeta que Dios levantara en el futuro.
Profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantar Jehov
tu Dios; a l oiris conforme a todo lo que pediste a Jehov tu Dios en
Horeb el da de la asamblea, diciendo: No vuelva yo a or la voz de
Jehov mi Dios, ni vea yo ms este gran fuego, para que no muera. Y
Jehov me dijo: Han hablado bien en lo que han dicho. Profeta les
levantar de en medio de sus hermanos, como t; y pondr mis palabras
en su boca, y l les hablar todo lo que yo le mandare.


Como tal, mantiene viva la memoria histrica del pueblonarra eventos del
pasado y los interpreta a la luz de la situacin presente del pueblo, exhorta,
advierte, ensea, interpela, promete, amenaza
El pastor en la escuela de la oracin
La verdadera oracin es aquella en la que la voluntad del orante se sintoniza
con la voluntad de Dios; es decir, cuando la voluntad humana y la voluntad
divina se vuelven una.
Para lograr esto es necesario pasar por la academia de la oracin. Eso fue
lo que Moiss tuvo que hacer.
Dt 3.23-28: una oracin de acuerdo con el corazn de Moiss. Cuando el
orante cree que puede manipular a Dios para lograr sus propios propsitos.
Qu equivocado estaba Moiss! No, a Dios no se le tuerce el brazo
apelando al ego divino, sino obedeciendo su mandato, sintonizndose
con su voluntad.
Una alabanza sin estar acompaado con el deseo de hacer la voluntad de
Dios, a la larga no es alabanza, sino puro manipuleo (Is 29.13, NBE):
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Este pueblo se me acerca con la boca,
y me glorifica con los labios,
mientras su corazn est lejos de m,
y su culto a m es precepto humano y rutina.
Moiss quera hacer lo que saba que no podra ocurrir (Dt 1.37), adems
saba qu era lo que Dios quera que hiciera (Dt 1.38). Por eso en su
oracin evita empezar con la peticin, sino que arranca con la alabanza,
el deseo de manipular. Adems, indica que la falta de respuesta positiva a
la oracin no era su culpa, sino la del pueblo (Dt 3.26). Sin embargo, Dios
insiste en lo que ya Moiss saba de antemano.
Sal 90.3-11: La respuesta de Moiss a Dios. A partir de lo que Dios le
respondi en Dt 3.26b-28, Moiss le ora a Dios con una mezcla de
frustracin, confusin y dolor profundo. Claro, Moiss no podra hacer otra
cosa, sino quejarse con Dios por lo que le haca. Cmo poda Dios pagarle
de esa manera a su siervo especial. Moiss bien saba que ms que
nadie, l era quien poda acercarse a Dios para pedirle tratos especiales y
favores; tena las credenciales! Adems, Dios lo apreciaba ms que a
cualquier otra persona:
iganme bien. Por qu se atreven a hablar mal de Moiss?
Ustedes saben que cuando yo quiero decirles algo por medio de un
profeta, le hablo a este por medio de visiones y de sueos. Pero con
Moiss, que es el ms fiel de todos mis servidores, hablo cara a
cara. A l le digo las cosas claramente, y dejo que me vea (Nm 12.6-
8, TLA).
En Sal 90.3-11, Moiss le dice a Dios: Seor, no te comprendo. La forma
en que me tratas me deja confundido. Esperaba otra respuesta tuya, pero
ahora entiendo que frente a ti, todo ser humano no puede esgrimir privilegio
alguno, ni pedigr alguno, ni credenciales, ni nada. Somos simple y
llanamente, individuos enviados a la muerte, a ser convertidos en
polvo!. Cuando la voluntad humana no se vuelve una con la divina,
nada, absolutamente nada cuenta ante Dios!
Qu leccin aprendi Moiss?: Moiss no ores por ti, cambia la direccin
de tus prioridades, no pierdas tiempo en lo que no es mi voluntad, dedcate
a lo que te dicho que hagas.
Sal 90.12 Un cambio de 180 gradosla segunda respuesta de Moiss a
Dios. Con este versculo, Moiss ya no pide las cosas segn su voluntad.
Lo que ahora quiere es que su modo de pensar coincida con la voluntad de
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Dios. Por ello se muestra un cambio tan radical en la manera de hablarle a
Dios en Sal 90.13-17. Ya no es queja ni dolor, sino una simple y sencilla
peticin: Convirtete a nosotros (v. 13); es decir haz realidad tu promesa:
Voy a estar contigo (Ex 3.12). Banos con tu esplendoroso YO-ESTOY-
CON-QUIEN-YO-DECIDA-ESTAR.
Dt 9.2610.10: La graduacin! Este texto de Dt muestra que Moiss
aprendi muy bien la leccin; se graduaba de la academia de la oracin.
Por supuesto que Moiss tena que pasar el examen; y la prueba que Dios
le pone no fue nada fcilvaya manera de probarlo!Escuchen bien lo
que Dios le dice a Moiss:
Me he dado cuenta de que este pueblo es muy terco. Djame destruirlo,
para que nadie vuelva a recordarlo! Pero a ti, te pondr por jefe de un
pueblo mucho ms fuerte y grande (Dt 9.13-14, TLA).
Qu pastor de hoy no estara contento de recibir una propuesta divina de
este tipo ante una iglesia malagradecida y pasiva!: Ya no te preocupes
ms por esa iglesia, djame destruirla, te voy a dar una mejor
congregacin, ms cariosa, ms solidaria, ms obediente, ms
agradecida!.
Si Moiss le haba puesto una zancadilla a Dios (Dt 3.23-25), ahora Dios se
la pone a Moiss. Pero Moiss ya haba aprendido la leccin, y dej a un
lado su ego y su voluntad, as que consider a su pueblocon todas sus
fallas y pecadoscomo su prioridad y su prctica de oracin tambin
cambi. Ya no era la de peticin y falsa adoracin, tampoco la de la queja
y frustracin, sino la de intercesin:
Yo estuve en el monte Horeb cuarenta das y cuarenta noches,
como la primera vez. All estuve orando a Dios para que no los
destruyera, y l me escuch, pues no los destruy. Al contrario,
me pidi que me preparara y los guiara a conquistar la tierra que l
prometi dar a los antepasados de ustedes (Dt 10.10-11, TLA).
Qu cambio! Si en Dt 3.26 Moiss dijo Dios no me escuch, aqu las
palabras son diferentes: Dios me escuch (Dt 9:26-28, TLA):
Dios mo, no destruyas al pueblo que sacaste de Egipto
con tu gran poder. Es tu pueblo. Recuerda que
Abraham, Isaac y Jacob siempre te fueron fieles y te
obedecieron en todo. Olvdate de que este pueblo es
terco; olvdate de su pecado y de su maldad. Si lo
destruyes, los otros pueblos van a pensar que no
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pudiste llevarlo hasta la tierra que le prometiste.
Tambin van a pensar que t no lo quieres, y que lo
sacaste al desierto para destruirlo por completo. Esta
gente es tu pueblo; es el pueblo que con tu gran poder
sacaste de Egipto.
Cmo cambi el contenido de la oracin de Moiss y su actitud ante Dios!
Ya no es el Moiss altanero y demandante, sino el humilde (me postr
delante de Dios), preocupado por el otro no por s mismo, solidario e
intercesor. En esta oracin, Moiss tambin habla de las hazaas y logros
de Dios, pero ya no para moverlo a actuar en favor de s mismo, sino para
ayudar al otro, al pueblo.
Qu se espera del pastor en Deuteronomio
Que sea en primer lugar siervo de Dios, libre de toda visin egosta y
personalista de la misin. Moiss, Josu, David, los profetas, Jess y
Pablo llevaron con orgullo ese ttulo. Y fue un ttulo difcil de
conseguir. En el libro de Josu, fue Dios quien denomin a Moiss
como su siervo, y no fue sino hasta el final de la vida y ministerio de
Josu que, por fin, a l se le llamara as (Jos 24.29)y no es accidental el
hecho de que ese ttulo adjudicado a Josu se citara en el captulo que
ms habla de servicio fiel y leal a Dios y a nadie ms. Pablo, ms de
una vez se vio obligado a defender ese ttulo; y fue en la carta a los
Glatas que lo hizo con toda pasin: Pero lejos est de m gloriarme, sino en
la cruz de nuestro Seor Jesucristo. . . De aqu en adelante nadie me cause
molestias; porque yo traigo en mi cuerpo las marcas del Seor Jess (Gl 6.14, 17,
RVR-60).
Servicio! No posiciones de poder y culto a la meritocracia. Jess marc
bien claro este aspecto importante de la misin en Marcos 10.42-54
(DHH): Como ustedes saben, entre los paganos hay jefes que se creen con
derecho a gobernar con tirana a sus sbditos, y los grandes hacen sentir su
autoridad sobre ellos. Pero entre ustedes no debe ser as. Al contrario, el que
quiera ser grande entre ustedes, deber servir a los dems, y el que entre
ustedes quiera ser el primero, deber ser el esclavo de los dems.

Porque ni aun
el Hijo del hombre vino para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en
rescate por una multitud.
Moiss crey en algn momento de su ministerio que el servici le
traera dividendos y privilegios o premios. La respuesta de Dios en
Deuteronomio 3.26-28 y la oracin de Moiss en el Salmo 90 no dejan
lugar a dudas de lo que Dios tiene en mente. El lder no vive para s, ni
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para lograrse un nombre, un mejor puesto o un premio. Vive para
el servicio de Dios en la entrega solidaria para la salvacin y vida plena de
aquellos por quienes fue llamado. En todo momento, hasta en las
terquedades y necedades del pueblo, su rebelda y pecado!, el lder es
llamado a una solidaridad vicaria.
Jess lo defini as (Jn 10.10-15, TLA):
Cuando el ladrn llega, se dedica a robar, matar y
destruir. Yo he venido para que todos ustedes tengan
vida, y para que la vivan plenamente. Yo soy el buen
pastor. El buen pastor est dispuesto a morir por sus
ovejas. El que recibe un salario por cuidar a las ovejas,
huye cuando ve que se acerca el lobo. Deja a las ovejas
solas, porque l no es el pastor y las ovejas no son
suyas. Por eso, cuando el lobo llega y ataca a las ovejas,
ellas huyen por todos lados. Y es que a ese no le
interesan las ovejas, slo busca el dinero; por eso huye.
As como Dios mi Padre me conoce, yo lo conozco a l; y
de igual manera, yo conozco a mis seguidores y ellos me
conocen a m. Yo soy su buen pastor, y ellos son mis
ovejas. As como el buen pastor est dispuesto a morir
para salvar a sus ovejas, tambin yo estoy dispuesto a
morir para salvar a mis seguidores.

En segundo lugar, el pastor vivi de acuerdo con Palabra de Dios. Aquello
que asegur la presencia de Dios en la vida de Moiss y de Josu fue la
sujecin de ambos a la Palabra de Dios. En el Sina y durante su misin
como lder y libertador de los hebreos, Moiss recibi de Dios las
palabras que iban a conformar la vida de un lder y de un pueblo en
justicia, libertad y unidad. Por eso, cuando Moiss muri, Josu escuch
de Dios estas palabras (Jos 1.7-9, TLA):
Slo te pido que seas muy fuerte y valiente. As podrs
obedecer siempre todas las leyes que te dio mi servidor
Moiss. No desobedezcas ni una sola de ellas, y te ir
bien por dondequiera que vayas. Nunca dejes de leer el
libro de la Ley; estdialo de da y de noche, y ponlo en
prctica, para que tengas xito en todo lo que hagas. Yo
te pido que seas fuerte y valiente, que no te desanimes ni
tengas miedo, porque yo soy tu Dios, y te ayudar por
dondequiera que vayas.
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Por todo el Antiguo Testamento aparece la promesa de una vida exitosa y
fructfera si el ministerio y la vida del lder y el pueblo se ejecutan unidos a
la Palabra de Dios (Dt 8; Sal 1.2-3; 119). El mismo Jess, en los
momentos ms cruciales de su vida y ministerio dio el ejemplo de vivir y
ensear de acuerdo con la Palabra de su Padre. Cuando fue tentado no
us sus propias palabras, sino las de la Biblia (Lc 4.1-13). Cuando se
sinti desamparado de su propio Padre, hasta en su lamento y clamor no
dependi de sus palabras, sino las de la Biblia (Mt 27.46). Finalmente,
cuando tuvo que afirmar su presencia en medio de sus seguidores y para
traerlos de nuevo al camino correcto de la fe, Jess dedic la mayor parte
del trayecto a Emas exponiendo la Palabra de Dios (Lc 24.25-32).
Aprendiendo a envejecer, aprendiendo a morir (Dt 34.1-12. Desde el punto
de vista del liderazgo, varios son los puntos dignos de resaltar aqu. En
primer lugar, slo despus de su muerte se le llama a Moiss siervo de
Yav (v. 5; ms de 40 veces se le llama as en la Biblia); lo mismo
pasar con Josu (Jos 24.29). Con esto, el deuteronomista parece
afirmar que ese ttulo solo se gana despus de completada la tarea y
cuando Dios marca ese final. Por qu ser as? Porque ese ttulo, tal
como seala Claus Westermann, no tiene tanto el sentido de estar
sometido, sino de pertenecer al Seor y estar protegido por l. . .. Tal
como se ha sealado en el primer ensayo de esta seria, lo que marca la
vida y ministerio del lder, lo que asegura su xito, no es otra cosa ms
que la certeza de la presencia continua de Dios con l.
En segundo lugar, se afirma que la muerte de Moiss fue resultado de
una orden de Dios. Hasta en su muerte, Moiss estuvo sujeto en
obediencia a Dios! (v.5). Ya Dios haba indicado que Moiss no iba a
entrar a la Tierra prometida, y tanta era su voluntad al respecto, que hasta
muerto, Dios quera estar seguro que Moiss no entrara a Canan. Por
eso, Dios mismo lo enterr y no revel el lugar del entierro. De esa
manera, nadie de los presentes iba a sentir la tentacin de tratar de
mantener al lder con el pueblo, para asegurar su subsistencia. No, Dios
no quera que nadie convirtiera a Moiss en dolo o talismn!
En tercer lugar, el texto afirma con toda claridad que en el momento de su
muerte, Moiss estaba sano y que se mantena en energa y vitalidad (v.
7). Moiss bien pudo haberle argumentado a Dios: Seor, pero si
todava puedo seguir como lder del pueblo, djame seguir un tiempo
ms. Mrame, estoy completamente sano y fuerte, por qu quieres que
termine mi ministerio y vida en el momento en que ms fructfero y capaz
soy?. Pero Dios quera ensearle a Moiss, al pueblo y a todo lder que
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Dios levantara en el futuro, que una empresa, una misin, puede ser
ms larga que la vida de un hombre longevo. Que no basta poner en
marcha y guiar la empresa, sin que hace falta poner en marcha sucesores
que la continen y la rematen.
El final del captulo 34, versculos 10-12, marca el final del libro y de la
opinin que Dios tuvo de ese su siervo que aprendi, no sin dificultades, a
convertirse en protagonista de la misin de Dios: (1) no hubo profeta
alguno que pueda comparase con Moiss en lo que respecta a su
comunin ntima con Dios; (2) nadie como Moiss logr tanto en la misin
que Dios le encomend; (3) nadie caus tanta influencia en la vida del
pueblo de Israel, hasta el da de hoy como Moiss. Y lo que ms
sorprende de esta evaluacin es que no surge de labios de Moiss, sino
de la boca de Dios.

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