Este documento presenta un resumen del trabajo "Historia y complejidad: Repensar la disciplina desde el paradigma instaurado por Edgar Morin" presentado en el 2o Congreso Regional de Historia e Historiografía. Introduce el pensamiento de Edgar Morin sobre la complejidad y la necesidad de un pensamiento complejo que integre las partes en un todo. Argumenta que la Historia está especialmente dotada para abordar la complejidad del mundo real al contextualizar saberes e integrar dimensiones.
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Este documento presenta un resumen del trabajo "Historia y complejidad: Repensar la disciplina desde el paradigma instaurado por Edgar Morin" presentado en el 2o Congreso Regional de Historia e Historiografía. Introduce el pensamiento de Edgar Morin sobre la complejidad y la necesidad de un pensamiento complejo que integre las partes en un todo. Argumenta que la Historia está especialmente dotada para abordar la complejidad del mundo real al contextualizar saberes e integrar dimensiones.
Este documento presenta un resumen del trabajo "Historia y complejidad: Repensar la disciplina desde el paradigma instaurado por Edgar Morin" presentado en el 2o Congreso Regional de Historia e Historiografía. Introduce el pensamiento de Edgar Morin sobre la complejidad y la necesidad de un pensamiento complejo que integre las partes en un todo. Argumenta que la Historia está especialmente dotada para abordar la complejidad del mundo real al contextualizar saberes e integrar dimensiones.
Este documento presenta un resumen del trabajo "Historia y complejidad: Repensar la disciplina desde el paradigma instaurado por Edgar Morin" presentado en el 2o Congreso Regional de Historia e Historiografía. Introduce el pensamiento de Edgar Morin sobre la complejidad y la necesidad de un pensamiento complejo que integre las partes en un todo. Argumenta que la Historia está especialmente dotada para abordar la complejidad del mundo real al contextualizar saberes e integrar dimensiones.
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2 Congreso Regional de Historia e Historiografa.
Eje N 1: Teora, historiografa y fuentes histricas.
Ttulo del trabajo: Historia y complejidad: Repensar la disciplina desde el paradigma instaurado por Edgar Morin. Autora: Prof. Mara Gabriela Pauli de Garca. UADER. garciapauli@arnet.com.ar
Introduccin
El desafo de asumir la complejidad de lo real al que nos enfrenta la propuesta de Edgar Morin, resulta un interesante punto de anclaje al presente trabajo, y nos ha de permitir repensar encuadres tericos y metodolgicos con respecto a la Historia. Una pretensin de los historiadores de los siglos XIX y XX ha sido poder acercar la Historia a los criterios de cientificidad de cada una de esas centurias. Los resultados obtenidos han hecho patente las dificultades epistemolgicas que tal proyecto presenta, as como han puesto de manifiesto determinadas particularidades del conocimiento histrico, y del objeto sujeto de estudio de la disciplina que nos ocupa. Todos los intentos han implicado necesariamente reduccionismos de distinto signo. Abordar la Historia y lo histrico en toda su complejidad, es una tarea que nos resulta apasionante y en este sentido, consideramos que, la revisin de los paradigmas cientficos y el surgimiento del paradigma de la complejidad proporciona a la Historia una posibilidad inmejorable de superar falsas antinomias, y a la vez una posicin privilegiada en el concierto de las disciplinas, del pensamiento y del saber humano: si la ciencia debe asumir la complejidad del mundo real, la Historia se encuentra especialmente dotada par ello, y de esta situacin dan cuenta los intentos de abordar el pasado desde Ranke a nuestros das. En funcin de dotar al presente trabajo de cierto orden y claridad, habremos de detenernos en primer lugar en la descripcin de lo que Morin concibe como pensamiento complejo, para luego analizar cual es la situacin de la Historia como disciplina, teniendo en cuenta las tendencias que se proyectan en la disciplina durante la segunda mitad del siglo XIX, a lo largo del siglo XX y lo que transcurre del presente siglo. Finalmente propondremos argumentos que permitan sustentar la afirmacin hecha antes acerca de la situacin privilegiada de la Historia en el contexto que inaugura la tesis moriniana.
2 1- El paradigma de la complejidad
Conviene en primer lugar que nos aproximemos a las apreciaciones acerca de la nocin de complejidad, de acuerdo al pensamiento de Edgar Morin y que han de constituir el punto de partida de nuestras reflexiones acerca de la Historia. El filsofo francs constata la excesiva especializacin de las ciencias, y la consiguiente parcializacin del saber. Rescata aspectos positivos de tal situacin pero a la vez reconoce las limitaciones que le impone al pensamiento humano un enfoque tan especializado. As sostiene que ... los desarrollos disciplinarios de las ciencias no slo aportaron las ventajas de la divisin del trabajo, tambin aportaron los inconvenientes de la superespecializacin, del enclaustramiento y de la fragmentacin del saber. No produjeron solamente conocimiento y elucidacin, tambin produjeron ignorancia y ceguera. 1
Y agrega unas lneas ms abajo, en relacin al desarrollo de las ciencias: Nos induce a reducir lo complejo a lo simple, es decir, a separar lo que est unido, a descomponer y no a recomponer, a eliminar todo lo que aporta desorden o contradicciones a nuestro entendimiento. En estas condiciones. Las mentes jvenes pierden sus aptitudes naturales para contextualizar los saberes y para integrarlos a los conjuntos a los que pertenecen. 2
El problema radica, siempre siguiendo a Morin, en que la realidad es global y por ello mismo compleja, por lo tanto, desde los enfoques disciplinares muy especializados, es imposible abarcar la totalidad de lo real. De hecho [afirma] la hiperespecializacin impide ver lo global (que fragmenta en parcelas) y lo esencial (que disuelve). Ahora bien, los problemas esenciales nunca son fragmentarios y los problemas globales son cada vez ms esenciales. 3
Frente a esta situacin; el autor propone una reforma, una verdadera reforma en el pensamiento, que debe ser .. no programtica sino paradigmticamente ... 4 segn sus propias palabras. Conviene destacar que, para Edgar Morin, reformar el pensamiento y reformar la enseanza son dos tareas que se implican mutuamente. As, sostiene que: La educacin debe favorecer la aptitud natural del pensamiento para plantear y resolver los problemas y, correlativamente, estimular el pleno empleo de la inteligencia general.
1 MORIN, E. (2004) La cabeza bien puesta. 1 ed. en catellano. Nueva Visin, Bs.As. p 15. 2 Idem, p. 15. 3 Idem, p. 13. 4 Idem, p. 21. El subrayado es nuestro. 3 Este pleno empleo necesita del libre ejercicio de la facultad ms extendida y ms vivaz de la infancia y de la adolescencia, la curiosidad ... 5
Propone entonces, concebir el conocimiento como traduccin y reconstruccin; anlisis y sntesis, separacin y unin; evitando acentuar los procesos de anlisis y separacin que ha privilegiado la ciencia moderna en su afn de especializacin. Sostiene Morin que el conocimiento progresa por su capacidad para integrar, para contextualizar y aprehender las relaciones que conforman la totalidad. Y agrega: Por consiguiente, el desarrollo de la aptitud para contextualizar y totalizar los saberes se convierte en un imperativo de la educacin. 6 Es de hacer notar que el conocimiento histrico adquiere relevancia en relacin a este imperativo de contextualizar saberes. Ahora bien, a continuacin precisa el pensador francs, qu entiende por contextualizar, al decir que ... se trata de buscar siempre las relaciones e inter-retro- acciones entre todo fenmeno y su contexto, la relaciones recprocas entre el todo y las partes: cmo una modificacin local repercute sobre el todo y cmo una modificacin del todo repercute sobre las partes. Al mismo tiempo se trata de reconocer la unidad dentro de lo diverso, lo diverso dentro de la unidad. 7
Este pensamiento complejo es el nico capaz de aprehender lo real con sus matices, de captar las inteconexiones entre fenmenos y procesos, de integrar las partes en un todo en vez de disociarlas; es por ello mismo siempre dialgico y muchas veces dialctico. Finalmente, conviene precisar la nocin de pensamiento complejo que aporta Morin, en estos trminos: Evidentemente, se necesita un pensamiento. Que se d cuenta de que el conocimiento de las partes depende del conocimiento del todo y que el conocimiento del todo depende del conocimiento de las partes, Que reconozca y analice los fenmenos multidimensionales en lugar de aislar, mutilando, cada una de sus dimensiones. Que reconozca y analice las realidades que son al mismo tiempo solidarias y conflictivas (como la democracia, sistema que se nutre de antagonismos al mismo tiempo que los regula), Que respete lo diverso y que, al mismo tiempo, reconozca la unidad. El pensamiento que asla y separa tiene que ser reemplazado por el pensamiento que distingue y une. El pensamiento disyuntivo y reductor debe ser
5 Idem, p. 24. 6 Idem, p. 27. 7 Idem, p. 27. 4 reemplazado por un pensamiento complejo, en el sentido original del trmino complexus: lo que est tejido bien junto. 8
Habremos de retomar ms adelante esta conceptualizacin acerca del pensamiento complejo para establecer en qu sentido, la Historia puede repensarse a la luz de este nuevo paradigma en relacin al conocimiento.
2- La Historia en el planteo de Edgar Morin
En el planteo que acabamos de sintetizar acerca del pensamiento complejo, la Historia juega un rol sumamente importante, no solamente por posibilitar la contextualizacin; sino porque se trata de una disciplina que aborda justamente la complejidad de lo real. As, afirma Morin que ... la historia tiende a convertirse en ciencia multidimensional, que integra en su seno las dimensiones econmica, antropolgica (el conjunto de las costumbres, hbitos, ritos sobre la vida y la muerte) y vuelve a integrar el acontecimiento, despus de haber credo que haba que expulsarlo por que era un epifenmeno. 9
Si la pretensin de un pensamiento complejo es abordar al hombre en todas sus dimensiones; ser necesario entonces ... tener un concepto de hombre de doble entrada: una entrada biofsica, una entrada psico-socio-cultural y ambas en remisin entre s. 10 ; y esto es as porque en tanto que seres humanos ... llevamos dentro de nuestra singularidad no slo toda la humanidad, toda la vida, sino tambin casi todo el cosmos, incluido su misterio que yace, sin duda, en el fondo de la naturaleza humana. 11
La Historia, como todas las ciencias y las humanidades siempre siguiendo el anlisis de Morin debe contribuir al conocimiento de la concisin humana y, para ello ... debe introducir en el destino al mismo tiempo determinado y aleatorio de la humanidad. Se sacaran todas las consecuencias del hecho de tomar conciencia de que la historia no obedece a principios deterministas, no est sometida a una lgica tcnico-econmica ineluctable o guiada hacia un progreso necesario. La historia est sujeta a los accidentes, perturbaciones y, a veces, terribles destrucciones en masa de poblaciones o civilizaciones. No existen leyes histricas, sino una dialgica catica aleatoria e incierta entre determinaciones y fuerzas desordenadas, y un juego a
8 Idem, pp. 92 93. 9 Idem, p. 34. 10 Idem, p. 43. 11 Idem, p. 43. 5 menudo rotativo entre lo econmico, lo sociolgico, lo tcnico, lo mitolgico, lo imaginario. 12
Hasta aqu hemos expuesto algunas de las consideraciones de Edgar Morin, que estimamos sumamente interesantes porque nos han de posibilitar repensar el conocimiento desde una perspectiva diferente y a la vez integral. Ahora, nos queda sugerir algunas lneas para la reflexin en relacin a la Historia, desde un doble enfoque: epistemolgico y metodolgico.
3- La Historia ante el desafo de la complejidad
Cualquier intento de abordar la Historia y los planteos epistemolgicos en torno a ella en pocas lneas resulta de todo punto de vista imposible, por ello hemos de circunscribir nuestro anlisis a algunas cuestiones puntuales que puedan ilustrar nuestro planteo, aquellas que nos permitan abordar mejor el problema acerca del posicionamiento de la Historia en relacin al ...desafo de la complejidad. 13
Hemos establecido dos dimensiones para el anlisis que nos ocupa: la dimensin epistemolgica de la Historia por un lado y la dimensin metodolgica, por otra parte.
a) La dimensin epistemolgica
En relacin a esta dimensin, podemos advertir que el surgimiento de las escuelas historiogrficas de los siglos XIX y XX ha contribuido a generar mltiples paradigmas, de los cuales, ninguno ha conseguido imponerse por completo invalidando a los otros. Por lo tanto, a diferencia de lo que ocurre con otras disciplinas, la Historia no cuenta con un nico modelo conceptual, sino que coexisten en la prctica historiogrfica, enfoques diversos. Adems, las ltimas dcadas del siglo XX han sido testigos de la atomizacin del paradigma de los Annales, en una serie de propuestas historiogrficas que retoman cada una de ellas algunas de las lneas del planteo de una historia total que caracteriz a la Escuela francesa. Asistimos, en la actualidad, a un interesante intento de recuperar la unidad paradigmtica de la Historia en los esfuerzos de los historiadores nucleados en Historia a Debate. A partir de este muy breve cuadro de situacin, hemos de plantear, desde la perspectiva epistemolgica, dos grandes cuestiones que han sido objeto de discusin y de numerosas formulaciones. Ellas son, en primer lugar, la del carcter de lo propiamente
12 Idem, p. 44. 13 Idem, p. 10. 6 histrico; y en segunda instancia, el problema en relacin a las posibilidades de conocimiento del pasado histrico. No se agota aqu desde luego la problemtica, pero razones de extensin de la ponencia nos limitan a una breve consideracin sobre estas cuestiones.
El carcter de lo propiamente histrico
En relacin a esta cuestin podemos detectar tendencias que acentan aspectos diferentes de lo propiamente histrico, en algunos casos con tal radicalidad que excluyen otros. As, por ejemplo, mientras las corrientes historiogrficas predominantes en el siglo XX acenta el valor de la estructura y de lo colectivo al definir el objeto de estudio de la Historia, la tradicin que se remonta a la escuela erudita alemana del siglo XIX, identifica al hombre como sujeto de la Historia, haciendo hincapi entonces en el carcter nico e irrepetible de lo propiamente histrico. Retomemos, a continuacin, algunas de la posiciones ms importantes en el contexto de la historiografa. 14
Wilheim Dilthey, pensador historicista de gran influencia en la Escuela Erudita alemana, afirmaba que: Cuando se desgrana la malla gris de entidades abstractas, sustanciales, queda como residuo el hombre, en situaciones distintas unos con otros, dentro del medio de la naturaleza. Cada escrito, cada serie de acciones se halla colocada en la periferia de un hombre y tratamos de penetrar en el centro. 15 Vemos con claridad en la expresin citada, que la preeminencia del ser humano en la Historia es tal, que todo lo dems queda circunscripto a una periferia de lo humano, que carece de sentido si no nos permite aproximarnos al hombre. Ahora bien, tambin Lucien Febvre, uno de los fundadores de la Escuela de los Annales, afirma que: Los hombres son el objeto nico de la historia [...] una historia que no se interesa por cualquier tipo de hombre abstracto, eterno, inmutable en su fondo y perpetuamente idntico a s mismo, sino por hombres comprendidos en el marco de las sociedades de que son miembros. La historia se interesa por hombres dotados de mltiples funciones, de diversas actividades, preocupaciones y actitudes variadas que se mezclan, chocan, se contraran y acaban por concluir entre ellas una paz de compromiso, un modus vivendi al que denominamos Vida. 16 Si bien el historiador francs reconoce la diversidad de los hombres, acenta su condicin de seres
14 Nuestro criterio de importancia, se refiere a la trascendencia que han tenido los autores y las escuelas citadas. 15 DILTHEY, w. (1944). Introduccin a las Ciencias del Espritu. FCE, Mxico. Pp. 138 139. 16 FEBVRE, L. (1993) Combates por la Historia. 1 ed. 1953. Planeta, Bs. As. pp. 40 41. 7 sociales, que interactan permanentemente con su medio social y cultural generando influencias mutuas. En la primera generacin de historiadores de la Escuela de los Annales, resulta claro que la preocupacin por una historia total, se refiere a una Historia que abarque a todo el hombre. 17
Hasta aqu hemos mencionado dos autores que representan las corrientes de pensamiento en relacin a lo propiamente histrico del siglo XIX y de la primera mitad del siglo XX. Si revisamos, en cambio, las concepciones acerca de la Historia en la segunda mitad del siglo XX, hemos de encontrar enfoques como el de Fernand Braudel, quien acenta el carcter estructural de lo histrico y desplaza, del anlisis histrico, el eje antropolgico hacia un eje estructural geo-histrico, segn la expresin de Carlos Aguirre Rojas cuando afirma que: Braudel haba sido el sistematizador delmodelo ecolgico- demogrfico (o paradigma estructural geo-histrico) que caracterizar el trabajo inverstigador de los integrantes de Annales. 18
A su vez, la escuela neomarxista que surge en Gran Bretaa, resalta el carcter social de la Historia y el carcter estructural y sistmico la realidad histrica. Aguirre Rojas describe en los siguientes trminos el aporte del marxismo y del neomarxismo en relacin a precisar qu es lo propiamente histrico: ... debe ser una historia materialista, junto a la tesis de que la historia la hacen los grandes grupos y clases sociales, y no los grandes caudillos y hroes por importantes que estos ltimos sean, es decir que la historia es siempre una historia profundamente social... 19
La atomizacin del paradigma de la Escuela de los Annales en las ltimas dcadas del siglo XX, ha posibilitado superar ciertos antagonismos ms aparentes que reales. A pesar de la diversidad de matices y de acentos implcitos en las afirmaciones de las diferentes corrientes historiogrficas, el ser humano es reconocido siempre como sujeto de la historia y, desde luego, cuando nos referimos al ser humano, estamos haciendo alusin a un ser social, situado, que nace, crece y se humaniza en un contexto social, cultural y civilizatorio. Por esto mismo se trata de un ser histrico. Es conveniente destacar, en este sentido, la complejidad de los procesos histricos, entendidos desde esta relacin dialctica entre el individuo y los otros seres humanos, y de ellos todos con el entorno natural, social y cultural. Complejidad que, implcitamente se halla presente en el discurso de todas las escuelas historiogrficas, aunque durante mucho
17 La cuestin que no hemos de abordar en esta ponencia ser precisar entonces quien es el hombre y cuales son sus dimensiones constitutivas. Ello nos sita en el plano de lo antropolgico. 18 AGUIRRE ROJAS, C. (1997) Braudel a debate. Mxico, JGH (Actas). 19 AGUIRRE ROJAS, C. (2004) La Historiografa en el siglo XX. Ed. de Intervencin Cultural. Madrid. P.54. 8 tiempo y debido a la influencia del positivismo, haya sido considerada como un problema o limitacin para la disciplina. La complejidad de lo propiamente histrico en uno de los elementos que permiten una aproximacin de la Historia a la lectura de la realidad que propone Edgar Morin. Habiendo abordado la cuestin de lo propiamente histrico, habremos a continuacin de considerar que condiciones y caractersticas definen al conocimiento histrico.
Las posibilidades del conocimiento de lo histrico.
Si, como hemos precisado, el sujeto de la Historia, no puede definirse como sujeto individual pero tampoco como sujeto colectivo, sino a partir de la interaccin dialgica y dialctica entre individuos y grupos, entre ellos y sus entornos que resultan a su vez de las construcciones de otros seres humanos , la complejidad de la realidad histrica se profundiza en la medida en que esas interacciones se multiplican. Las pretensiones de asimilar la Historia a una ciencia nomottica, chocan as con la complejidad del objeto de estudio y con el carcter nico e irrepetible de los sucesos histricos. Y por ello mismo, con el carcter impredecible del devenir histrico. En este sentido, coinciden an autores que reconocen para la Historia la necesidad de establecer leyes y regularidades para el conocimiento del pasado histrico. Por ejemplo, Cardozo y Prez Brignoli, afirman que: La unicidad e irrepetibilidad de los acontecimiento histricos es sin duda incuestionable y cmo hablar entonces de leyes de lo que no se repite, de lo que supuestamente no presenta ninguna regularidad? Si la historia se concibe como una sucesin de acontecimientos, especialmente polticos y militares, resultar clara la imposibilidad de formular leyes; pero si la historia se concibe como una historia de las estructuras de las sociedades en movimiento, se podrn establecer leyes con la nica restriccin de limitar su validez a un universo espacial y temporal definido. 20
A su vez, sobre esta misma cuestin, Julio Arstegui sostiene: En definitiva, el comportamiento temporal de la realidad humana, que es la clave de la historia, es muy difcil de encuadrar en explicaciones tericas, de validez universal, lo que es otra de las connotaciones de la ciencia, y ello hace que para muchos el estudio de la historia se aleje de la imagen correcta de un conocimiento cientfico. 21 Para ello, analiza
20 CARDOZO, C. y PREZ BRIGNOLI, H. (1984) Los mtodos de la Historia. 1 ed. 1976, Crtica, Barcelona. P.358. 21 ARSTEGUI, J. (2001) La investigacin histrica: teora y mtodo. 1 ed. 1995. Crtica, Barcelona. P. 351. 9 obstculos y dificultades para la aplicacin de un mtodo cientfico en Historia, tales como la singularidad de los procesos histricos, y el hecho de que no puedan observarse de forma directa. En este sentido, consideramos que estas dificultades en torno al conocimiento de lo histrico, pueden zanjarse si por un lado asumimos la complejidad de la realidad, y por otra parte, reconocemos las limitaciones de los mtodos cientficos de las ciencias nomotticas. En relacin a la Historia, entonces, podemos afirmar que los intentos de generalizacin, el uso y la aplicacin de conceptualizaciones y la constatacin de regularidades, resultan instrumentos metodolgicos que nos posibilitan aproximarnos al conocimiento de la realidad histrica; pero no nos permiten de por s el conocimiento de esa realidad. Y esto es as porque, tratndose de la Historia, no slo los hechos y los acontecimientos son nicos e irrepetibles, sino tambin los procesos gozan de esas caractersticas. Por ello el conocimiento de lo histrico, apela a captar siempre las singularidades, y ello es lo que constituye a nuestro juicio un aspecto insoslayable de la complejidad de la Historia como disciplina. El historiador se interesa tanto por las regularidades como por la singularidad del hecho, acontecimiento o proceso del que se ocupa, porque su inters consiste en comprender su objeto de estudio en su unicidad pero a su vez en el contexto ms amplio de la historia regional o global. Compartimos, en este sentido, la afirmacin de Julio Arstegui, cuando sostiene que: Los procesos histricos, evidentemente, slo pueden facilitar sus mejores enseanzas si de la misma manera que se les ve como fenmenos singulares, se intenta tambin ver qu rasgos generales poseen. 22
Adoptando un enfoque que conjugue la singularidad y las regularidades que presentan los procesos histricos, es posible tambin un abordaje complejo como propone Edgar Morin cuando afirma que Al mismo tiempo se trata de reconocer la unidad dentro de lo diverso, lo diverso dentro de la unidad. 23
Habiendo precisado en relacin a la dimensin epistemolgica de la Historia algunos rasgos de lo propiamente histrico y de las posibilidades del conocimiento de lo histrico, hemos de detenernos, por ltimo, en la dimensin metodolgica de la disciplina, recuperando algunas cuestiones que consideramos importantes.
22 Idem, p. 359. 23 Ver cita N 7, p. 3 del presente trabajo. 10 b) la dimensin metodolgica.
Los criterios metodolgicos se siguen necesariamente de las opciones epistemolgicas que se hacen; por ello asumiendo la complejidad y la riqueza de los procesos histricos, en tanto en ellos intervienen seres humanos concretos y nicos, pero en constante interaccin con otros y con los contextos socioculturales a partir de los cuales esos hombres concretos y nicos actan, deberemos encontrar una metodologa que posibilite aprehender toda esa riqueza y complejidad de la Historia. Habremos entonces de proponer dos metodologas complementarias una con la otra que se ajusten al carcter hermenutico de la Historia y a la necesidad de abordar la complejidad de lo humano. Esas metodologas son la propuesta de historia-problema de la escuela francesa de los Annales por un lado, y el problema de la comprensin por otra parte.
La historia-problema
La propuesta de una historia-problema de la Escuela francesa, puede explicitarse en estos trminos: ...el historiador crea sus materiales o los recrea, si se quiere: el historiador no va rondando al azar a travs del pasado, como un trapero en busca de despojos, sino que parte con un proyecto preciso en la mente, un problema a resolver, una hiptesis de trabajo a verificar. [...] Elaborar un hecho es construir. Es dar soluciones a un problema, si se quiere. Y si no hay problema no hay nada. 24
El planteo de problemas de investigacin, nos posibilita abordar la complejidad de la realidad histrica desde mltiples dimensiones, poniendo en juego diversas estrategias de anlisis de acuerdo a las caractersticas del problema de investigacin que pretendemos abordar. Pero adems se ajusta a la concepcin del carcter provisorio del conocimiento cientfico, en la medida en que permite sucesivas aproximaciones, relecturas y reinterpretaciones del pasado histrico. Esta metodologa, facilita adems la asuncin de lo nico y singular en la Historia en conjuncin con el anlisis de las regularidades y constantes de los procesos histricos; nos posibilita el anlisis terico conceptual sin perder de vista la especificidad de lo propiamente histrico y permite abordajes globalizantes. Desde luego, de acuerdo a las opciones epistemolgicas que hemos propuesto, esta metodologa de resolucin de problemas de
24 FEBVRE, L . op. Cit. pp. 22 23. 11 investigacin deber incluir a los seres humanos y a todas las manifestaciones de lo humano, y esto ha de requerirnos anlisis cualitativamente complejos. Por otra parte, la asuncin de una metodologa de resolucin de problemas nos permite recuperar el carcter hermenutico de la Historia en su totalidad. Ahora bien, ello implica a su vez, recuperar a la comprensin en el sentido que propone Dilthey como mtodo para el conocimiento histrico. Consideramos que esta recuperacin nos ha de posibilitar enriquecer la concepcin de problema de investigacin en el sentido en que lo hemos planteado en los prrafos anteriores y a su vez, determinar la especificad de la Historia en cuanto disciplina.
El problema de la comprensin
La influencia del historicismo en la Escuela Erudita alemana, fue la que introdujo la nocin de comprensin verstehen en la Historia. Este concepto nos remite al reconocimiento del sentido de los hechos, acontecimientos y procesos histricos; y a su vez, recuperar el sentido implica reconocer la intencionalidad de las acciones humanas. Acerca de esta nocin, ya en el siglo XX han escrito pensadores tan dispares en sus concepciones como Jos Ortega y Gasset y Jurgen Habermas. As, el filsofo espaol afirmaba en 1924: La historia vive y progresa merced a una aguda antinomia. La historia no es, como la fsica, un ensayo de explicar fenmenos materiales que por s carecen de sentido: el movimiento de los cuerpos, la luz, el sonido, etc. En vez de explicar, la historia trata de entender. Slo se entiende lo que tiene sentido. El hecho humano es precisamente el fenmeno csmico de tener sentido. 25
Por su parte, Habermas, afirma que: Los enfoques naturalistas eluden la problemtica de la comprensin no admitiendo el sentido como concepto teortico bsico; las formas convencionales de teora de la accin eligen su maraco categorial de suerte que los problemas que se derivan del acceso en trminos de comprensin al mbito objetual queden desviados al plano de las tcnicas de investigacin y puedan all neutralizarse; slo los enfoques que incluyen una reflexin hermenutica acerca de s mismos toman en serio la problemtica de la comprensin y le hacen frente... 26 Con esta expresin, el filsofo alemn plantea la cuestin en trminos que posibilitan, por un lado, encuadrar la hermenutica como la bsqueda de sentido del acontecer histrico y adems lleva la hermenutica a mbitos de mayor profundidad, en la
25 ORTEGA Y GASSET, J. (1924) Las Atlntidas, en Obras completas. T. 3. Alianza, Revista de Occidente, 1983, Madrid. P.310. 26 HABERMAS, J. (1990) La lgica de las ciencias sociales. Tecnos, Madrid, p. 468. 12 medida que exige incluso la explicitacin de los presupuestos desde los cuales el historiador interpreta la realidad pasada. Hasta aqu, hemos desarrollado algunas condiciones tanto en relacin a lo propiamente histrico como a las condiciones para su conocimiento. Hemos abordado sucintamente el carcter de lo propiamente histrico y las posibilidades del conocimiento del pasado histrico desde la dimensin epistemolgica; y en relacin al plano metodolgico la resolucin de problemas y el carcter hermenutico de la Historia que exige de la comprensin como mtodo. Razones de espacio nos impiden explayarnos ms acerca de dichas cuestiones, an as, consideramos que con lo expuesto resulta comprensible el planteo que proponemos.
A modo de sntesis final ...
Podemos afirmar entonces que, recuperar el carcter nico e irrepetible de los sucesos, y procesos histricos sin perder de vista por ello la condicin de saber comunicable, sistemtico y sujeto a criterios de objetividad del saber histrico, es posible desde un enfoque que asuma la complejidad de lo real como materia de estudio de las disciplinas cientficas y que reconozca la extraordinaria riqueza de la Historia en relacin a la posibilidad de plantear anlisis complejos, dejando de lado los criterios unilaterales y simples que resultan siempre en una distorsin de la realidad. La adopcin del paradigma de la complejidad como encuadre terico conceptual nos permite asumir en la Historia al hombre. Y cuando decimos al hombre, estamos refirindonos a todo el hombre; con su inteligencia y su afectividad, con su unicidad y su condicin constitutiva de se con otros, con sus ideas, creencias y prejuicios; y fundamentalmente con su libertad, que lo constituye siempre como ser inacabado y por lo tanto siempre proyecto. Si la Historia asume al hombre y a todo lo humano podemos afirmar con Josep Fontana que: ... la historia tiene el privilegio de ser [de entre las ciencias sociales] la que mayores servicios puede rendir, porque es la ms prxima a la vida cotidiana y la nica que abarca lo humano en su totalidad. 27
Pero a su vez, asumiendo lo humano, podemos notar como se complejiza el conocimiento de lo histrico. Esta situacin, que hubiese resultado escandalosa para la ciencia tradicional de corte positivista, se constituye hoy en un extraordinario desafo que proporciona a la Historia enormes posibilidades en relacin a profundizar el conocimiento del
27 FONTANA, J. (1992) La Historia despus del fin de la Historia. Crtica, Barcelona. P. 145. 13 pasado. Y an ms, le permite superar dialcticamente las dicotomas que han enfrentado a los historiadores a lo largo del siglo XX. Algunas de ellas, se refieren a las cuestiones que hemos abordado en este trabajo: la cuestin acerca del sujeto de la Historia, y el debate en torno a si se trata de un sujeto colectivo o individual, cuestin que queda superada si asumimos a los hombres como seres nicos e irrepetibles pero constitutivamente sociales y por lo tanto en permanente proceso de humanizacin a partir de la interrelacin con su entorno; el problema del conocimiento y del carcter explicativo o comprensivo de la Historia en tanto disciplina, tambin resulta una opcin falsa: la Historia explica y comprende, halla causas, efectos, regularidades y singularidades, pero fundamentalmente nos permite aproximarnos a los seres humanos, y a travs de sus acciones atisbar sus intenciones y el sentido que motiva sus actos; podemos recuperar, finalmente el carcter hermenutico como propio de la Historia, asumiendo tambin metodolgicamente la resolucin de problemas, con la precaucin de no perder de vista a los seres humanos concretos hombres y mujeres que protagonizan la Historia. En definitiva, la teora de la complejidad, puede aportarle a la Historia y a los historiadores un marco desde el cual legitimar ante el resto de la comunidad cientfica, algo que ya se viene proponiendo y haciendo. En palabras de Fontana: Una de las primeras cosas que hemos de eliminar de nuestra teora de la historia es, por consiguiente, la va nica: hemos de aprender a pensar el pasado en trminos de encrucijadas a partir de las cuales eran posibles diversas opciones, evitando admitir sin discusin que la frmula que se impuso fuese la nica posible (o la mejor), si no queremos seguir condenndonos a repetir los errores de los pases pobres que han malgastado sus posibilidades de crecimiento, o resignarnos a aceptar como inevitable el futuro, poco estimulante, que se nos ofrece a nosotros mismos dentro del paraso europeo. 28
Tambin desde la asuncin de la complejidad de lo real, es posible concretar la aspiracin de Lucien Febvre: La tarea del historiador: volver a encontrar a los hombres que han vivido los hechos y a los que, ms tarde, se alojaron en ellos para interpretarlos en cada caso. 29
Finalmente, podemos decir que la Historia se encuentra en una posicin privilegiada, frente a las exigencias que, segn Edgar Morin presenta adoptar el criterio de la
28 Idem, p. 142. 29 FEBVRE, L. op. cit. p. 29. 14 complejidad: el ...libre ejercicio de [...] la curiosidad... 30 , ...el desarrollo de la aptitud para contextualizar y totalizar los saberes [...y] de reconocer la unidad dentro de lo diverso y lo diverso dentro de la unidad... 31 . Si ... conocer al hombre no es recortarlo del Universo sino ubicarlo en l... 32 , la Historia resulta ser una herramienta especialmente importante para lograr encontrar al hombre, ubicarlo en el universo y descubrir el mundo de sentido que implican los actos humanos.
Bibliografa:
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30 MORIN, E. op. Cit. p. 24. 31 Idem, p. 27 32 Idem, p.39