Microsoft Word - Segundo Módulo Sociales - Con Imágenes - Nov09
Microsoft Word - Segundo Módulo Sociales - Con Imágenes - Nov09
Microsoft Word - Segundo Módulo Sociales - Con Imágenes - Nov09
Sin necesidad de invocar la cándida imagen del “crisol de razas”, ni aquella otra
que indica que el argentino “desciende de los barcos” (imagen -esta última- que
produce maliciosamente un doble ocultamiento: oculta el pasado mestizo y
aborigen de los argentinos, y oculta también que todos aquellos que migraron a
nuestro país trajeron consigo una historia que incorporaron a su nuevo suelo), es
preciso decir que la pregunta por la Nación, en la Argentina, es siempre también la
pregunta por las decisivas transformaciones a que fue sometida por los distintos
fenómenos migratorios.
Dentro del conjunto de todos estos cambios ligados a los fenómenos migratorios,
decidimos poner el énfasis en la cuestión del “habitar”. ¿Cómo fue habitada
nuestra Nación? ¿Cómo se fue modificando el espacio de la vida familiar, junto
con aquello que se entendía por espacio público? ¿Y cómo se vinculó aquel
espacio familiar, en nuestro país, con la dinámica del mundo del trabajo?
Preguntas que vuelven y se sostienen, en vísperas del bicentenario, con su vital
actualidad: ¿cómo queremos habitar nuestro suelo, qué lazo querríamos instituir
en el espacio compartido?
Por último, y al igual que el primer módulo sobre Bicentenario, los contenidos de
los distintos momentos históricos de este segundo módulo intentan articularse con
las ideas, nociones y procesos que corresponden al NAP del área de Sociales de
2° Ciclo. Asimismo, el trabajo con diversos materiales artísticos, como textos
literarios o producciones audiovisuales, intenta vincular prácticas de áreas
diversas como las Ciencias Sociales, las Artes y la literatura.
ÍNDICE
Presentación
“La inmensa extensión del país (…) está enteramente despoblada. El mal que
aqueja a la República Argentina es su extensión: el desierto la rodea por todas
partes (…) la soledad, el despoblado, sin habitación humana es lo que hay entre
las provincias (…) La sociedad ha desaparecido completamente; queda sólo la
familia feudal, aislada, reconcentrada; y, no habiendo sociedad reunida, toda clase de
gobierno se hace imposible: la municipalidad no existe, la policía no puede ejercerse y
la justicia civil no tiene medios de alcanzar a los delincuentes”.
“¿Por qué no abrir las puertas a la inmigración europea, que llama con golpes para
poblar nuestros desiertos? (…) ¿Por qué no llamar a la ciencia y a la industria en
nuestro auxilio En fin, ¿por qué no llamar con todas nuestras fuerzas a la
inmigración europea, para que venga a sentarse entre nosotros?”.
“En nuestros planes de instrucción [educación] debemos huir de los sofistas, que
hacen demagogos, y del monarquismo, que hace esclavos y caracteres
disimulados. (...) ¿Podrá el clero dar a nuestra juventud los instintos mercantiles e
industriales que deben distinguir al hombre de Sudamérica? ¿Sacará de sus
manos esa fiebre de actividad y de empresa que lo haga ser el yankee
hispanoamericano? La instrucción [educación] para ser fecunda ha de contraerse
a ciencias y artes de aplicación, a cosas prácticas, a lenguas vivas, a
conocimientos de utilidad material inmediata”.
“Aquí, del más rico al más pobre, todos viven de carne y pan todos los días, y los
días de fiesta todos beben alegremente y hasta el más pobre tiene cincuenta liras
en el bolsillo. Nadie se descubre delante de los ricos y se puede hablar con
cualquiera. Son muy afables y respetuosos, y tienen mejor corazón que ciertos
canallas de Italia. A mi parecer, es bueno emigrar”.
Girolamo Bonesso, en Esperanza (Santa Fe), 1888.
“Aquí la gente es tan buena, que es una maravilla. Decían que son indios, y son
todos muy bien. En Italia no se encuentra gente de educación como aquí (…). Se
puede cazar casi con la mano, y hay tantas palomas como moscas hay en Italia”.
Luigi y Olivia Binutti, en Jesús María (Córdoba), 1878.
“Lo malo de esta tierra es que es peligrosa: por una chirla te asesinan. Así que hay
que estar siempre alerta, armado con un revólver. (…) Todos los años esta
fertilísima tierra es devastada por las langostas”.
Nanni Partenio, en Rosario (Santa Fe), 1878.
Preguntas
E) Los fragmentos N° 4 son distintas cartas que envían inmigrantes italianos que
llegan a la Argentina a familiares y amigos de su país de origen: ¿cómo describen
a la Argentina y cómo describen su propia situación aquí? ¿Hay algún indicio de
por qué emigraron de Italia y por qué eligieron la Argentina?
El Hotel de Inmigrantes fue construido en Buenos Aires a principios del siglo XX con el
objetivo de recibir, prestar servicios, alojar y distribuir a los miles de inmigrantes que, en ese
momento, arribaban a la Argentina procedentes de todo el mundo. El complejo estaba
conformado por diversos pabellones destinados al desembarco, colocación, administración,
atención médica, servicios, alojamiento y traslado de los inmigrantes. El alojamiento en el
hotel era gratuito, hasta que el inmigrante conseguía trabajo. Mientras tanto, en sus
instalaciones se los asesoraba sobre el país y los distintos oficios que él podía adoptar.
Consignas
E) A partir del dibujo N° 4, escriban un pequeño texto que intente explicarlo. Para
esto tengan en cuenta los siguientes aspectos:
- Quiénes son los personajes del dibujo.
- Lugar en que se encuentran.
- Época.
- ¿En qué están trabajando?
- ¿Quiénes están trabajando?
- ¿Cómo te parece que se sienten?
- ¿Qué te parece que están pensando? ¿Por qué?
Una vez que cada uno escribió su texto, reúnanse en grupos y vayan leyendo
todos los textos. ¿Son parecidos? ¿Qué cosas tienen en común, qué cosas los
diferencian?
Para enriquecer los resultados de la ACTIVIDAD II, les sugerimos dos trabajos
complementarios de investigación en la Web:
A) Buscar imágenes y textos que muestren cómo era la vida en las casas de
Buenos Aires a principios de s.XX (en especial, las casas habitadas por
inmigrantes, como los “conventillos” o “inquilinatos”).
B) Buscar textos e imágenes que describan los medios de transportes que existían
hacia 1910 en Buenos Aires. Observar los mapas de los recorridos de esos
transportes para ver cuáles eran las zonas de la Ciudad más frecuentadas por los
transportes, y cuáles eran las menos frecuentadas.
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2. LA ARGENTINA INDUSTRIAL Y LAS MIGRACIONES INTERNAS
Presentación
Los textos presentados para trabajar este período están orientados, por un lado, a
mostrar las condiciones sociales (laborales y habitacionales) de los trabajadores
hacia los años ’30, y cómo esa situación comienza a cambiar con el transcurso de
la próxima década. Pero también, y fundamentalmente, los textos buscan poner en
evidencia la construcción de algunos prejuicios –“o “leyendas negras”- que suelen
rodear a los procesos migratorios. En ambos relatos (el del texto 1 y el del texto 2)
se muestran vínculos estrechos entre la agresión (simbólica o material) y el
desconocimiento de quién es –y qué hace- el “otro”, que se presenta como
enemigo.
Textos
“La gente lo que quería era tener un pedazo de pan tranquilitos, porque habían
venido muchos hambrientos, ésa es la verdad, muchos doloridos, mucha gente
que había sido golpeada por las guerras, deseaban comprar su lote, hacer su
casita. El frigorífico los absorbía y también los cansaba, por ejemplo, el que no era
de oficio empujaba una zorra, que es una cosa grande de hierro con unas manijas,
que lleva hasta 500, 600 kilos de carne, y que tiene que empujarla el hombre,
llevarla de un departamento, que podían estar a tres cuadras uno de otro. ¿Se da
cuenta lo que le explico, profesor? Por ejemplo, había que llevar una zorra de
carne picada de 500 kilos y la tenía que empujar un hombre, entonces no le
quedaban ganas para otro trabajo, ése y a descansar. El frigorífico de Berisso, de
La Plata, y todos los que estuvimos en el Gran Buenos Aires se han llevado
mucha gente al cementerio. Nosotros por lo menos, y todas las familias que traté y
conocí, el sueño era enseñarles a los chicos un oficio para llevarlos a la
Universidad, claro que si el chico quería ser aviador era otra cosa, pero no al
contrario, mi esposo decía: “Ojalá a mis hijos no les toque entrar a un frigorífico”,
que no entraran.
La vida de familia era difícil de llevar. Un poco separaba a los chicos de los padres,
porque los padres tenían muchas horas de trabajo para poder levantar un techo,
comer y vestirse. Los chicos llegaban a la madurez rápidamente, casi no tenían
niñez. Porque yo le decía a mi hijo mayor: “Mirá hijo, vos me pelás las papas”, le
ponía las papas en el agua a la noche, “me pelás estas papas, me limpiás el
zapallo, me dejás todito debajo del agua, el tomatito, todo, el apio, todo, cuando
viene mamita me hace el puchero”. A mí mi hijo me ayudaba a cocinar, no podía ir
a jugar mientras yo trabajaba, solamente el que ha trabajado afuera sabe lo que
es. Muchas mujeres iban a casas de familia a limpiar, a hacer cosas, pero la ma-
yoría, el que podía, entraba al frigorífico porque siempre era un peso más […].
Todavía no tenemos cloacas, tenemos pozo negro. En esa época no había
drenaje. Agua corriente y gracias. Tenemos agua corriente en abundancia, que es
agua buena porque nunca hemos tenido contaminación […].
Hemos vivido un poco alejados de La Plata. Nosotros, ¿cómo le diría?, somos tan
ciudadanos como los de La Plata, como los de Norteamérica, somos seres
humanos, nos adaptamos, pero claro, La Plata es ciudad universitaria por
excelencia. Al principio había resentimiento. Unos resentimientos terribles. Tal es
así que cuando hicimos el 17 de Octubre se decía “Alpargatas sí, Libros no” y ellos
gritaban por allí “Libros sí, alpargatas no”, y ahí eran los choques.
“Al principio vinieron los “coyas”, una serie de indígenas que vinieron a Buenos Aires,
porque en el campo no se trabajaba y la gente venía a encontrar trabajo aquí. Entonces,
les daban esos departamentos y ellos nunca habían visto un departamento... estropearon
todo, porque ellos no conocían el baño ni el parquet. La bañadera la usaban para otras
cosas [...] Venían del campo, de casas con pisos de tierra y se encontraban con pisos de
parquet, y lo arrancaban para hacerse un asado. Al pueblo, antes de darle algo, hay que
educarlo”. (Ofelio Vecchio)
En esta cita, el historiador barrial Ofelio Vecchio da cuenta, de modo elocuente, de
la forma en que un sector de la sociedad porteña recibió la llegada de un
numeroso contingente de compatriotas, llegados a Buenos Aires desde las
provincias más pobres de la Argentina. En efecto, a partir de mediados de la
década de 1930, y hasta promediar la siguiente, se establecieron en el área
metropolitana de Buenos Aires alrededor de un millón de migrantes internos,
despectivamente apodados como “cabecitas negras”.
Algunas familias de origen humilde que habían llegado de las provincias del
interior accedieron a un departamento en Los Perales, y en su historia se trasluce
el pasado de una dura vida rural y un estatus ciudadano de segundo orden. La
familia de Leonor, la primera de las entrevistadas, había venido desde Santiago
del Estero a Buenos Aires buscando mejores condiciones laborales y de vida en
general. Aunque la transición a la vida urbana fue dura, el padre de Leonor obtuvo
trabajo como empleado en la Municipalidad. A diferencia de sus hermanos
mayores, Leonor nació en Los Perales en 1950, ni bien la familia se mudó.
Durante la entrevista que mantuvimos, Leonor se refirió a lo injustamente que “se
manchó a la gente del interior con mentiras”, e hizo recaer el origen de la leyenda
en un supuesto “enfrentamiento entre porteños y provincianos” que habría
existido en los años peronistas. Leonor manifestó que las historias que circulaban
-acerca de la destrucción de las viviendas que habían recibido por medio de la
acción social del Estado- hacían siempre referencia a la gente del interior, “más
morocha”, como ella. De este modo Leonor inscribía la “leyenda negra” como un
instrumento de discriminación social y racial.
En coincidencia con los dichos de Leonor, Elsa Roncatti –quien también había
llegado “desde el campo” con su familia- se refirió a la leyenda como “un invento”
destinado a desacreditar a los habitantes del barrio. Sin embargo, Elsa no adjudicó
a un enfrentamiento en términos de procedencia geográfica, o de discriminación
racial el origen de las historias que circulaban sobre el barrio. Su testimonio
introduce la cuestión de la identidad política de los moradores del barrio
(mayoritariamente adeptos a Perón) como elemento fundante de la leyenda. Elsa
adjudicó su autoría a los “oligarcas” y los “contras”, empleando expresiones que
probablemente haya oído en su niñez y asumiendo implícitamente la identidad
peronista del barrio.
Preguntas
A) Según el relato de María (texto 1), ¿cómo era la vida en el frigorífico?, ¿qué
pensaban los hombres que trabajaban en el frigorífico en relación con sus hijos,
cuáles eran sus expectativas (es decir, cómo imaginaban su futuro)?
B) Tomando el relato de María, imaginen la vida familiar en los años ’30 para una
familia trabajadora como la suya (¿qué hacían las mujeres, qué hacían los
hombres?, ¿y los niños?), y realicen un breve descripción sobre esa vida.
E) ¿De dónde venían buena parte de los habitantes del barrio Los Perales? ¿Por
qué habían migrado? ¿A qué se dedicaban?
F) ¿Cuáles son las dos posibles explicaciones que encuentra la autora del texto 2
sobre el origen del “invento” de que los migrantes del barrio Los Perales habían
destruido sus departamentos?
Imágenes
Consignas
Como información relevante es preciso señalar que la pintura 1, de Berni, es un cuadro que
remite a la misma época en que fue pintado (los años ’30 del siglo XX); por el contrario, la
obra de Santoro, que remite a los años ’50 del gobierno peronista, fue producida hacia el
año 2000. En un caso –el de Berni- podría pensarse que intenta representar algún aspecto
de su presente; en el otro, Santoro se orienta hacia un momento del pasado (aunque,
quizás, también para decir algo de su presente en el año 2000).
B) Elaboración de afiches colectivos. Les sugerimos que se dividan en cuatro
grupos: dos van a elegir motivos ligados al espacio privado/familiar, y dos deben
elegir motivos ligados a algún espacio público. La idea de esta división es que
luego de realizado el trabajo puedan comparar las distintas representaciones de
ambos espacios. Es importante discutir previamente la composición del afiche (es
decir, qué van a pegar o pintar o dibujar en cada lugar de la superficie de trabajo)
y los materiales para trabajar (papeles, pinturas, fotos, etc.). Desde ya, pueden
representar escenas donde ustedes participaron (o les gustaría participar)
directamente. Una vez decidida la composición, ¡a trabajar! Por último, una vez
terminado el trabajo, discutan entre todos los integrantes de cada grupo qué
nombre le pondrían a la obra.
Más información para ampliar la mirada sobre estos dos artistas plásticos:
Berni:
http://coleccion.educ.ar/coleccion/CD5/contenidos/bernichicos/galeria/pop/obrab11.html
Santoro:
http://www.danielsantoro.com.ar/
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