Este documento analiza el pogrom de 1391 en Castilla, que marcó un punto de inflexión en las relaciones entre judíos y cristianos. Las revueltas antijudías de ese año resultaron en la muerte y conversión forzada de muchos judíos, el declive de las comunidades judías, y el fin de una época de tolerancia. Aunque se considera generalmente un hito crucial, el documento examina las causas complejas que llevaron a estos sucesos violentos.
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Este documento analiza el pogrom de 1391 en Castilla, que marcó un punto de inflexión en las relaciones entre judíos y cristianos. Las revueltas antijudías de ese año resultaron en la muerte y conversión forzada de muchos judíos, el declive de las comunidades judías, y el fin de una época de tolerancia. Aunque se considera generalmente un hito crucial, el documento examina las causas complejas que llevaron a estos sucesos violentos.
Este documento analiza el pogrom de 1391 en Castilla, que marcó un punto de inflexión en las relaciones entre judíos y cristianos. Las revueltas antijudías de ese año resultaron en la muerte y conversión forzada de muchos judíos, el declive de las comunidades judías, y el fin de una época de tolerancia. Aunque se considera generalmente un hito crucial, el documento examina las causas complejas que llevaron a estos sucesos violentos.
Este documento analiza el pogrom de 1391 en Castilla, que marcó un punto de inflexión en las relaciones entre judíos y cristianos. Las revueltas antijudías de ese año resultaron en la muerte y conversión forzada de muchos judíos, el declive de las comunidades judías, y el fin de una época de tolerancia. Aunque se considera generalmente un hito crucial, el documento examina las causas complejas que llevaron a estos sucesos violentos.
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EL POGROM DE 1391 EN LA DICESIS DE
TOLEDO. LEGITIMIDAD, IDENTIDAD Y
VIOLENCIA EN LA CASTILLA DE LA BAJA EDAD MEDIA?
Gonzalo Viuales Ferreiro Universidad Rey Juan Carlos
Ha sido tan sealada la relevancia otorgada al pogrom de 1391, que la historiografa lo fij como una fecha clave, un punto de referencia necesario e ineludible en el estudio y anlisis del pasado de los hebreos en las Espaas medievales. Con estas crudas palabras lo expresaba Monsalvo Antn en su obra de referencia sobre el antisemitismo en Castilla:
[] El pogromo de 1391marca un hito decisivo en la historia de las relaciones entre judos y cristianos por las consecuencias que trae consigo en sntesis: vctimas; consecuencias demogrficas dispersin-; econmicas destruccin de gran parte de la artesana y comercio hebreos y reduccin de una de las fuentes de ingresos desde el punto de vista hacendstico, al disminuir el nmero de judos en las aljamas y desparecer stas en algunos casos-; y consecuencias, finalmente, de orden socioespiritual: conversin [] 1 .
El estallido de la violencia contra los judos supuso un cambio de actitud; se pona fin con estos sucesos a un largo periodo de tolerancia y convivencia entre judos y cristianos, acompaado por un fenmeno agudo de dispersin y/o disolucin de diversas comunidades judas.
1 MONSALVO ANTN, J.M., Teora y evolucin de un conflicto social. El antisemitismo en la Corona de Castilla en la Baja Edad Media. Madrid, 1985, pp. 262-263. El pogrom de 1391 en la dicesis de Toledo/ Gonzalo Viuales
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Pogrom o pogromo es una palabra de origen ruso que se puede traducir en castellano por devastacin, destruccin. Segn el Diccionario de la Real Academia Espaola de la Lengua significara matanza y robo de gente indefensa por una multitud enfurecida, y por antonomasia, asalto a las juderas con matanza de sus habitantes. El vocablo es de uso relativamente reciente (siglo XIX) y se comenz a emplear en el contexto histrico de los movimientos antisemitas que eclosionaron durante la Rusia zarista. Este trmino es el que muchos historiadores contemporneos seleccionaron para sintetizar el conjunto de persecuciones, saqueos y matanzas de judos que acontecieron en Castilla y Aragn en el ao 1391, movidos por la percepcin del impacto tan duro que tuvieron sobre la poblacin juda y la enorme trascendencia real y simblica que alcanzaron, expresando a travs de ese matiz lingstico la idea de destruccin y desolacin de un prspero mundo judo castellano y aragons medieval abocado a su fin, o si acaso, a su reformulacin 2 . La animadversin y el antisemitismo florecientes en Castilla durante toda la segunda mitad del siglo XIV, estallaron violentamente en forma de asesinatos y destrozos en aljamas y juderas, provocando la huida y abandono de muchas de ellas, y/o la conversin, evidentemente impuesta y forzada, de numerosos judos. Sin nimo de exhaustividad, si se relee cualquier obra sobre el judasmo en Castilla y Aragn que abarque el siglo XIV, en todas ellas estarn presentes con un destacado papel protagonista las violencias de 1391. Y siempre en la misma direccin. De una poca de bonanza y prosperidad, de una situacin armnica de serena convivencia, a travs de un conjunto de acontecimientos en cierto modo inesperados se transiciona hacia una nueva realidad que acabar irremisiblemente con la expulsin de los judos en 1492. Yitzhak Baer comienza la segunda parte de su clsica Historia de los judos en la Espaa cristiana, con el rotundo ttulo:
2 [] A veces los historiadores nos hemos sentido tentados a llamar pogroms a los sucesos trgicos de 1391 como si se tratara de movimientos parecidos o iguales a los de Polonia y Rusia en tiempos ms prximos a nosotros []. Vid. SUREZ FERNNDEZ, L., La expulsin de los judos de Espaa. Madrid, 1992, p. 190. El pogrom de 1391 en la dicesis de Toledo/ Gonzalo Viuales
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De la catstrofe de 1391 a la expulsin, hablando de devastacin y matanzas en Castilla y Aragn 3 . Su discpulo, Haim Beinart escriba en su conocido libro Los judos en Espaa, [] todos estos aos de incitacin antijuda, dieron amargo fruto en 1391 durante el reinado del rey nio Enrique III (1390-1406): se desat una ola de pogroms que cundi como un reguero de plvora por Castilla y Aragn [] 4 . Angus MacKay confirmando la opinin del cambio de rumbo del judasmo hispano tras los sucesos de 1391, escriba: [] There can be little doubt that the size and the wealth of the jewish communities in the most important towns had suffered a drastic decline as a result of the 1391 pogrom [] The violent outbursts of1391 were in this respect a turning point in the large towns [] 5 . Joseph Prez insiste en esa idea en su obra Historia de una tragedia: la expulsin de los judos. As, al exponer los sucesos del citado ao nos habla de [] una primera revuelta sangrienta que estalla en enero de 1391. [] El 6 de junio lanza a sus hombres contra la judera. [] En todas aquellas poblaciones vuelven a producirse revueltas antijudas no siempre espontneas, asesinatos, robos, saqueos, incendios [] 6 . Un discurso que se ha mantenido y repetido de forma constante. Y pienso que con cierta razn de argumentos, y con un buen conocimiento de la realidad histrica. El mismo Pero Lpez de Ayala insisti en esa idea retratando el terrible impacto de las violencias cifrando las muertes de la aljama de Sevilla en las manifiestamente exageradas 4.000 personas 7 . Tambin las fuentes
3 BAER, Y., Historia de los judos en la Espaa cristiana. Barcelona, 1998, pp. 529-532 4 BEINART, H., Los judos en Espaa. Barcelona, 1992, p. 172. 5 MACKAY, A., Popular movements and pogroms in the fifteenth- century Castile, en Past and Present, n 55, 1972, pp. 38-39. 6 PREZ, J.: Historia de una tragedia: la expulsin de los judos. Barcelona, 1993, p. 57. 7 [] E fue causa aquel arcediano de cija deste levantamiento contra los judos de Castilla; e perdironse por este levantamiento en este tiempo las aljamas de los judos de Sevilla, e Crdova, e Burgos, e Toledo, e Logroo e otras muchas del regno; e en Aragn, las de Barcelona e Valencia, e otras muchas; e los que escaparon quedaron muy pobres, dando muy grandes ddivas a los seores por ser guardados El pogrom de 1391 en la dicesis de Toledo/ Gonzalo Viuales
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judas se hicieron eco de aquellos acontecimientos; fue Hasday Crescas quien relat las desgracias sufridas por la aljama de Toledo. La narracin de los acontecimientos nos es bien conocida desde el principio. Las diversas lneas de investigacin que han estudiado el tema, han tratado ms bien de encontrar y comprender cul o cules fueron los motivos que desencadenaron este antisemitismo tan radical y exacerbado, que habra de tener graves consecuencias sobre la realidad de la comunidad juda para el siglo XV, a la par que daba origen a un nuevo problema como fue la nueva situacin de los que por la fuerza o el miedo abrazaron la fe catlica: los conversos. Una lgica tendencia la de muchos judos que buscarn la protectora conversin al catolicismo y el abandono, en muchos casos ficticio, de la fe mosaica como va de salvacin 8 . Existe un notable consenso a la hora de afirmar que en la gnesis de estos movimientos est latente la difcil circunstancia de la profunda crisis que desde mediados de siglo vena azotando a Castilla. Se generalizaron situaciones de caresta, hambre y necesidad, que aferran ms vitalmente a la poblacin a sus escasos bienes. No es de extraar que prenda entre la gran masa de poblacin cristiana un sentimiento de clara desconfianza, incluso de odio, hacia aquellos que para la mentalidad popular son los nicos beneficiados, los que se enriquecen gracias al cobro de impuestos o a la usura de los prstamos: los judos. Evidentemente no todos los judos, ni mucho menos, pero algunos casos especiales, como el del tesorero de Pedro I, Samuel Ha-Lev, sern
de tan grand tribulacin []. LPEZ DE AYALA, P., Crnicas. (Ed. MARTN RODRGUEZ, J.L.) Barcelona, 1991, p. 713. 8 [] Los violentos pogroms de 1391 y las posteriores campaas de proselitismo (predicacin de las rdenes mendicantes, Disputa de Tortosa), se van a traducir en un proceso de conversiones masivas que modifican radicalmente el panorama del judasmo hispano, caracterizado a lo largo del siglo XV por una importante mengua de la poblacin propiamente juda (no pocas juderas desaparecieron o experimentaron considerables retrocesos), y consecuentemente, por un aumento sin precedentes de la conversa que pasa a ser el objeto preferente del tradicional antijudasmo [], en RODRGUEZ BARRAL, P., La imagen del judo en la Espaa medieval. El conflicto entre cristianismo y judasmo en las artes visuales gticas. Barcelona, 2009, p.14 El pogrom de 1391 en la dicesis de Toledo/ Gonzalo Viuales
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percibidos por las masas como un espejo que reflejaba a toda su comunidad. Tanto es as, que contra su estereotipo se organiz una gran campaa de desprestigio que slo acabara con su muerte. No se poda permitir que hubiera judos tan ricos y que, adems, controlaran y gestionaran la economa castellana. Si las malas cosechas o las epidemias no eran suficiente motivo para explicar y justificar de alguna manera la hostilidad contra los judos, Castilla se embarc durante casi una dcada en un conflicto civil de lucha intestina entre facciones rivales 9 . Se puso en duda la legitimidad del poder poltico, y salieron a la luz las oscuras ambiciones de una rancia nobleza en retroceso. Adems, se hizo de este enfrentamiento un episodio ms de la europea Guerra de los Cien Aos. Los mercenarios extranjeros que acudan a Castilla no tendrn ningn miramiento ni respeto para con una minora que haba sido expulsada de sus pases haca ya bastante tiempo. Y todas estas tensiones se combinaron en una coyuntura histrica compleja: en 1390 mueren el rey de Castilla, Juan I, y el arzobispo de Sevilla, el cardenal Barroso. Sin un poder fuerte en el trono, y con la sede arzobispal vaca, reaparece a sus anchas el arcediano de cija, Ferrn Martnez, verdadero promotor de la revuelta. Alienta a gentes humildes contra los ricos y prfidos judos. Y la sociedad descubre que sus problemas y su solucin proceden de ellos, un elemento paralelo, sobre el que descarga sus iras. El 6 de junio de 1391 se asalta la judera de Sevilla, y rpidamente prende esta violencia antisemita en otras localidades cercanas como Carmona, cija, Alcal de Guadaira, y Santa Olalla. Diez das ms tarde, los violentos ya haban pasado por Crdoba, y emprendan camino hacia la Meseta, arrasando las juderas de las villas de Montoro, Andjar, Jan, beda, y Baeza 10 .
9 VALDEN BARUQUE, J., La judera toledana en la guerra civil de Pedro I y Enrique II, en Simposio Toledo Judaico. Vol. I. Toledo, 1972, pp. 107-131. 10 SUREZ FERNNDEZ, La expulsin de los judos de Espaa, pp. 191-192. El pogrom de 1391 en la dicesis de Toledo/ Gonzalo Viuales
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1.- El pogrom de 1391 en la dicesis de Toledo
Qu ocurre cuando esos grupos de salteadores alcanzan el espacio ocupado por la dicesis de Toledo? Las aljamas y juderas del arzobispado de Toledo no iban a quedar exentas de esta racin de violencia antisemita que azot a Castilla el verano de 1391. Ciudad Real perdi para siempre a sus convecinos hebreos. En Toledo se destruyeron sinagogas y se asesinaron judos. Madrid sufri duramente los asaltos de una judera que qued maltrecha. Y otras poblaciones, como Illescas, Ocaa, o Torrijos, aunque sufrieron un impacto menor sin embargo sintieron tambalearse los cimientos de sus comunidades judas. No obstante, esta realidad sumamente grave, contrasta con la relativa tranquilidad y sosiego que disfrutaron algunas aljamas o juderas no muy lejanas. Las de Maqueda, Talavera de la Reina, Alcal de Henares, Guadalajara, Hita, Uceda, Buitrago, y otras muchas, no aparecen mencionadas en las fuentes documentales por haber sido sacudidas por la marea antisemita. Quiz esto fuera consecuencia de las circunstancias que provocaron que estos grupos incontrolados tomaran instintivamente una u otra direccin. Pero si espigamos ms a fondo, veremos que estas villas pertenecan en la encrucijada de los siglos XIV y XV al arzobispo de Toledo, a la Casa del Infantado, o a la Orden de Calatrava, quienes procuraron cuidar y proteger a una minora amiga y rentable. Veamos los sucesos paso a paso. En el espacio englobado dentro del arzobispado de Toledo, las bandas de matadores de judos se adentran en Villa Real (=Ciudad Real). La fuerza del grupo es fuerte an, y ni los reyes y ni el concejo de la ciudad pueden hacer nada por evitar las matanzas. Ahora bien, las consecuencias para la aljama de Ciudad Real no fueron slo unos cuantos muertos o cientos de conversos. El pogrom de 1391 supuso la desaparicin de cualquier rastro judo en la villa. La judera fue incendiada. El espacio que ocupaba fue El pogrom de 1391 en la dicesis de Toledo/ Gonzalo Viuales
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denominado con el explcito nombre de Barrionuevo 11 , y la Calle Mayor de la judera fue llamada Calle Real del Barrionuevo, lo que refleja una completa aniquilacin de todo recuerdo hebreo. El pogrom destruy tambin el mercado cerrado o la alcaicera de la judera de Ciudad Real, que adems sufri las devastadoras consecuencias de un incendio en 1396. Dos de las principales instituciones de la aljama juda de la capital manchega, la Sinagoga Mayor y el cementerio judo, fueron donados por el rey Enrique III a Gonzalo de Soto, su maestresala. El devenir de estos bienes contina en 1396, cuando el mencionado Gonzalo de Soto se la entreg a Juan Rodrguez, que era tesorero del citado rey, y adems resida en la villa, quien a su vez los cedi al dominico monasterio sevillano de Santo Domingo para que edificara en sus terrenos un cenobio. Este proceso de anulacin de la judera ciudadrealea se complet con la habitacin del antiguo barrio judo por numerosos elementos de la sociedad cristiana 12 . La siguiente estacin en la ruta parece obvia. Toledo se converta en el centro de todas las miradas pues contaba con una comunidad juda sin par en toda la dispora. El 20 de junio, o el 5 de agosto segn las fuentes cristianas, irrumpieron las hordas de matadores en las juderas: se profanaron templos, se destruyeron escuelas, y se convirti por la fuerza a muchos judos. Y si no, se les asesinaba. La fuente ms precisa acerca del conocimiento de lo acontecido en Toledo en 1391 es el poema Elega a los mrtires de Toledo en 1391, escrito por Yaaqob ibn Albenech, en el que se recoge la destruccin y asalto de diez sinagogas y cinco escuelas talmdicas. Adems, incluye la nmina de los judos ms influyentes de la aljama que haban perecido en los sucesos 13 . Da la impresin de que el movimiento se bifurca en el Valle del Tajo, pues se mueve tanto hacia a oriente como a
11 Parece ser que fue frecuente que muchas de las juderas saqueadas en el pogrom de 1391 recibieran nuevas denominaciones. Vid. BEINART, H., Los conversos ante el Tribunal de la Inquisicin. Barcelona, 1983, p. 63. 12 VILLEGAS, L.R., Sobre el urbanismo de Ciudad Real en la Edad Media. (Datos y reflexiones). Ciudad Real, 1984, p. 48. 13 LEN TELLO, P., Judos de Toledo. Vol. I. Madrid, 1979, pp. 175- 177. El pogrom de 1391 en la dicesis de Toledo/ Gonzalo Viuales
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occidente. En la parte oriental del obispado constan los ataques a las juderas de Ocaa, en la actual provincia de Toledo, y las de Castillo de Garci Muoz, y de Huete, en la de Cuenca, cuya judera quedar a su vez destruida. Hacia el occidente, sufrieron los ataques antijudaicos las comunidades de Torrijos y Escalona. Adems, tampoco se libr la zona centro, pues las comunidades de Illescas y Madrid padecern duramente estos ataques 14 . Ante el rey Enrique III solicita el concejo de Madrid el 6 de julio de 1392, una solucin a los problemas que haba ocasionado el [...] el destruymiento e muerte e robo que se fizo en los judos de la aljama de la dicha villa [...] 15 . Sabemos que los hostigadores y asesinos pudieron escapar a travs de la Puerta de Valnad, que algn oficial haba dejado abierta con complicidad. La gran mayora de los judos hubo de convertirse y bautizarse. La pobreza en que queda sumida la pequea comunidad hebrea de Madrid se delata en la protesta que las monjas del monasterio de Santo Domingo el Real de Madrid elevan ante el rey Enrique III en 1401, diciendo que desde el ao de 1391 no pueden cobrar los tres mil maravedes que tenan situados por privilegio de Juan I en el servicio de la aljama de los judos de Madrid. Entre las razones que esgrimen, argumentan que [] el aljama de los dichos judos eran tornados cristianos [...] 16 , y no quedando judos no podan recibir de ellos renta alguna. Una vez traspasado el espacio propio de la dicesis de Toledo, el movimiento antijudo traspas el Sistema Central y alcanz en la Meseta castellana a las juderas de
14 Salomn Ibn Verga relata con crudeza en la Vara de Jud, la llegada del movimiento antisemita al Valle del Tajo: [...] As Madrid, Illescas, Ocaa, Huete, Castillo de GarciMuoz, Torrijos, y en Escalona no se libr un solo hombre [...]. Vid. MITRE FERNNDEZ, E., Los judos de Castilla en tiempos de Enrique III. El pogrom de 1391. Valladolid, 1994, p. 112. 15 FITA Y COLOMER, F., La judera de Madrid en 1391, en BRAH, n 8, 1886, p. 451. Sobre el pogrom de 1391 en Madrid. Vid. FERNNDEZ LPEZ, O., Caminos y violencia en el Madrid medieval, en Caminos y caminantes por las tierras del Madrid medieval. Madrid, 1994, pp. 244- 250; y BRAVO LLED, P., Distribucin de los judos en Madrid y su tierra, en Organizacin social del espacio en el Madrid medieval. Tomo II. Madrid, 1997, pp. 65-75. 16 FITA Y COLOMER, La judera de Madrid en 1391, p. 456. El pogrom de 1391 en la dicesis de Toledo/ Gonzalo Viuales
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Segovia y Burgos, pero el impacto fue bastante ms reducido tanto por el camino ya recorrido como por el hasto de los instigadores. En las lneas precedentes hemos tratado de exponer el desarrollo crono-espacial de estos conocidos acontecimientos en el territorio y en las poblaciones que correspondan al territorio de la dicesis de Toledo en la Baja Edad Media. Ahora bien, cul es el panorama con el que nos encontramos una vez revisada la documentacin? En primer lugar, observamos cmo las tropas de matadores han seguido la va lgica de comunicacin camino del Norte, con el objetivo principal y determinado de alcanzar Toledo, capital del judasmo en Sefarad. Vemos que la fuerza de estos grupos ha sido inversamente proporcional a los desplazamientos, ampliando mucho su radio de accin en el mbito del valle de Tajo, donde existan ms de 30 aljamas y/o juderas. El impacto fue dursimo sobre la conocida aljama juda de Villa Real (= Ciudad Real) que prcticamente desapareci. Los barrios judos de Toledo fueron gravemente saqueados, muriendo muchos de sus pobladores, destruyndose muchos restos materiales nicos, rebautizando sinagogas en iglesias catlicas, etc. Y algunas otras aljamas sufrieron cierta violencia de mayor o menor intensidad. No obstante, ser en el marco geogrfico del arzobispado de Toledo, donde el movimiento antisemita generador de los pogromos de 1391 se diluya, a pesar de que sus coletazos alcanzaron y de manera an latente zonas de la Meseta septentrional y del Reino de Aragn. Adems, de las juderas y aljamas documentadas a finales del siglo XIV un nmero relativamente considerable no sufri ni padeci estas violencias. Estas circunstancias nos obligan a preguntarnos por qu no padecieron los saqueos y matanzas otras comunidades de incluso ms importancia que algunas de las sometidas, ya que ni Guadalajara, ni Mondjar, ni Hita, ni Buitrago, ni Uceda, ni Pastrana, ni Almoguera, ni Zorita, ni Tendilla, ni Cogolludo, ni Alcal de Henares, ni Talavera de la Reina, ni El Puente del Arzobispo, ni Cobea, ni Maqueda, ni El pogrom de 1391 en la dicesis de Toledo/ Gonzalo Viuales
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Torija, entre las ms importantes, ofrecen noticia alguna sobre la posible violencia antisemita en sus comunidades durante 1391. La respuesta que se nos antoja ms rpida y convincente es que los seores de estas aljamas, los seores que controlan estas villas, no tienen ningn inters en que les ocurra nada a sus vecinos hebreos. O quiz, las turbas de malhechores no desean enfrentarse con poderes ms prcticos que el de los monarcas, que suponen una amenaza ms real y presente a sus ansias sangrientas. Alcal de Henares, Talavera de la Reina, El Puente del Arzobispo y Uceda, pertenecen al seoro del arzobispo de Toledo. Maqueda, Zorita, Almoguera, Almonacid, Cobea, y Pastrana estn sometidas a la jurisdiccin de la Orden Militar de Calatrava. Por ltimo, Hita, Buitrago, y otras villas alcarreas se incluyen dentro de los bienes de la Casa de Mendoza, bien de los duques del Infantado, bien de los Condes de Corua, quienes detentan el seoro activo sobre Guadalajara, a pesar de englobarse esta villa en el patrimonio real. Quiz la nica salvedad corresponda a Ocaa, cabeza de encomienda de la Orden de Santiago, que parece recibi ciertos agravios en las matanzas. La ausencia absoluta de noticias sobre la aljama de Ocaa hasta 1439, casi cincuenta aos despus de las matanzas, cuando hallamos a la aljama de Ocaa como la ms poderosa de todo el arzobispado de Toledo en virtud de la tributacin econmica de la cabeza de pecho, nos hace presuponer o que la capacidad de recuperacin demogrfica y econmica de la aljama fue rpida, o lo ms probable, que recibiera muchos judos emigrados de otros lugares que buscaron refugio en zonas rurales algo retiradas de las vas principales de comunicacin, o por qu no, que las matanzas no fueron tan cuantiosas. Y a la villa del seoro arzobispal de Illescas, que se encuentra sita en la ruta que une Toledo con Madrid, y donde posiblemente fue ms difcil efectuar una buena defensa de la minora hebrea. Creo que la razn de estas diferencias se debe en gran medida a la actitud que cada concejo en particular tom frente a la comunidad juda de su localidad. Nos recuerda Julio Valden que en los aos anteriores a 1391 son muchas las quejas que presentan los procuradores de las ciudades en las reuniones de Cortes ante los El pogrom de 1391 en la dicesis de Toledo/ Gonzalo Viuales
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agravios que consideran reciben de la poblacin juda 17 . No debemos extraarnos, por tanto, que en la ciudad de Cuenca, cuya aljama prcticamente desapareci, sean los concejales, oficiales y hombres buenos de la villa quienes obligaran a aceptar el catolicismo a los judos, y los que, armados, organizaran el asalto a la judera 18 . Un caso flagrante de colaboracin del concejo ocurri en Madrid. Un ao despus de los acontecimientos, el concejo de la villa solicita a Enrique III que solucione todos los problemas derivados de las matanzas de 1391. En la exposicin detallada se acusa a algunos vecinos de la villa madrilea, entre ellos a Ruy Snchez de Orozco, oficial de la villa que tena a su cargo la Puerta de Valnad, y que la dej abierta para facilitar la huida de los salteadores de la aljama de Madrid.
2.- La violencia como construccin social? Violencia inevitable o violencia necesaria?
Un primer aspecto que quisiera entrar a analizar es el de pensar si el pogrm fue inevitable, si fue un acontecimiento consentido o tolerado por las autoridades para liberar la tensin liquidando una parte prescindible, en ese momento ya de la sociedad, o se poda haber evitado, o ms bien, reconducido hacia otras posibles salidas o vas de solucin. Fueron el mal menor, el precio ms bajo, el denominado chivo expiatorio? 19 Incluso, podramos ir ms all y tratar de cuestionarnos si fue una violencia inducida, planificada de tal manera que hubiera ciertos grupos que resultaran beneficiados con el incremento de la hostilidad contra los judos, o que gracias a ella se trasladaran problemas ms graves
17 VALDEN BARUQUE, J., Conflictos sociales y antijudasmo en el Reino de Castilla en el siglo XIV, en Proceedings of the Seventh World Congress of Jewish Studies. Jerusaln, 1981, Tomo III, pp. 104-105. 18 BAER, Y., Historia de los judos en la Espaa cristiana. pp. 532-533. 19 Es sintomtico el ttulo elegido por Julio Valden para una de sus obras: VALDEN BARUQUE, J., El chivo expiatorio. Judos, revueltas, y vida cotidiana en la Edad Media. Valladolid, 2000. El pogrom de 1391 en la dicesis de Toledo/ Gonzalo Viuales
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y perentorios a una segunda fila de importancia entre el conjunto de la sociedad mayoritaria cristiana. Para ello deberamos revisar las condiciones que hicieron posible esas violencias y que han sido esbozadas en las explicaciones anteriores. La crisis econmica de mediados del siglo XIV agudizada por la epidemia de peste negra, ha sido acusada no slo de influir sino de determinar el odio antijudo. Los judos se enriquecen a travs de la usura en los prstamos y la cercana al rey les protege y les permite consolidar su riqueza. Sin embargo, en los ltimos aos se han matizado o reanalizado algunos postulados sostenidos como inquebrantables en relacin con las caractersticas, desarrollo y consecuencias de la crisis bajomedieval 20 . Por su parte, existen nuevas percepciones del impacto de la epidemia de peste negra y de sus vas de contacto, y se est revisando el verdadero impacto cuantitativo sobre la demografa en Europa en general y en la pennsula Ibrica en particular 21 . En el aspecto econmico, se ha incidido en la idea de ralentizacin econmica del ciclo econmico expansivo desde 1275. Se ha puesto el acento en el encarecimiento de los productos agropecuarios ms que en una menor falta de disponibilidad a causa de las malas cosechas, fros, lluvias e inundaciones. En este sentido parece ms razonable que sea el contexto de la guerra civil en Castilla el momento de mayor conexin entre la presin antijuda y sus enlaces con las causas de los males, enfermedades y crisis econmica. Respecto a la guerra civil en Castilla entre Pedro I y Enrique II, se ha planteado que en el argumentario de los contendientes hubo una clara presencia del tema judo en sus postulados para ganar adeptos y hacer su causa ms legtima y atractiva. Pero, la nueva realidad socio-poltica tras la victoria Trastmara enfocara el problema judo por otros caminos, reorientando las polticas del monarca y retomando las vas de colaboracin y entendimiento con la minora juda. Ese acercamiento posterior de Enrique II hacia los judos no tendra por qu hacer olvidar el papel prfido que haban desempeado una o
20 BOIS, G., La gran depresin medieval: siglos XIV-XV. El precedente de una crisis sistmica. Valencia, 2009. 21 BENEDICTOW, O.J., La peste negra. La Historia total (1348-1353). Madrid, 2011. El pogrom de 1391 en la dicesis de Toledo/ Gonzalo Viuales
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dos dcadas antes 22 . Tambin, se viene ajustando la percepcin de la influencia de la actividad arrendadora y prestamista juda para el siglo XIV, fijndose los valores de manera ms exacta y quiz menos sobredimensionada. En el terreno de las circunstancias concretas y ms prximas en el tiempo que rodean las violencias, sin duda, pudo influir la circunstancia de encontrarse vacantes tanto el trono castellano como la sede arzobispal sevillana pero a pesar de lo expuesto por muchos autores no parece determinante en trminos absolutos. Y lo planteo as, en consonancia con un debate que podra ser interesante sacar a relucir llegados a este punto: la mayor o menor legitimidad o no de las protestas, y consecuentemente de las violencias y muertes. En virtud de quin se hicieron las protestas? De la legitimidad del pueblo menudo? Fue quiz la ausencia de una legitimidad bien anclada durante el siglo XIV, la legitimidad monrquica, la que abri las puertas a estos ataques? Cules eran los intereses que se defendan? Podra dar la impresin que en la coyuntura del vaco de poder, ste pudo ser ocupado o cubierto por otras instancias de la sociedad, que de una manera ms o menos legtima reivindicaron autnomamente para la masa popular una solucin a un conjunto de problemas que no se resolvan a travs de los cauces habituales dispuestos por la o las autoridades. De acuerdo al anlisis de Nieto Soria, la legitimidad de la monarqua estaba consolidada en 1391, a pesar de la relativizacin ocasionada por la temprana muerte del rey Enrique III 23 . Sabemos de manera fehaciente que los propios monarcas fueron reacios y contrarios a las proclamas, y en general, la autoridad real fue ms permisiva y contemporizadora que el resto con la poblacin juda. La legitimidad tampoco parece que deba buscarse en la voz de los predicadores. La de Ferrn Martnez no era la primera proclama del estamento eclesistico que se alzaba en esta lnea.
22 El monopolio del arrendamiento de rentas en manos judas en tiempos de Enrique II. Vid. VALDEN BARUQUE, El chivo expiatorio, p. 62. 23 NIETO SORIA, J.M., La monarqua como conflicto de legitimidades, en NIETO SORIA, J.M., (Director), La monarqua como conflicto en la corona castellano-leonesa (c.1230-1504). Madrid. 2006. pp. 50-51. El pogrom de 1391 en la dicesis de Toledo/ Gonzalo Viuales
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Incluso la suya propia, pues en enero de 1391 ya haba sido advertido por su comportamiento. Ferrn Martnez es un cargo territorial de cierto peso dentro de la iglesia hispalense pero ni representa ni aglutina todas las voces disconformes contra la minora hebrea. En realidad la queja de diversos personajes eclesisticos es discontinua, poco homognea y escasamente coordinada. Y detrs de ellos no se denota un apoyo oficial. No obstante, desde un punto de vista ms terico s que pudo tener un mayor efecto la poltica eclesistica del Pontificado que con sus argumentos trata de arrinconar la salvaguarda teolgica e intelectual del judasmo sobre solar peninsular. Tampoco nos ofrece mejores garantas de legitimidad, la identificacin de elementos comunes al grupo de exaltados. Las fuentes los denominaron genricamente matadores de judos donde el elemento vehicular de identidad es la consecuencia de sus actos y no el criterio de formacin. Da igual cul sea el origen, su estatus, su oficio, urbanos, rurales, conversos, cristianos viejos, etc. pues lo que les une y singulariza es su deseo de acabar con los judos. Expresado as es un deseo que responde mal a una unidad o coherencia social y a la vez, es muy poco o nada controlable. Ya lo hemos comentado aqu. En nuestra opinin, los concejos jugaron un papel esencial. Los concejos haban generado una ms que relativa fuerza en sus peticiones en Cortes para ajustar la presin sobre los judos. Entre 1367 y 1390 de las quince veces que se renan en 12 de ellas se elevarn quejas acerca de la poblacin hebrea de muy diversa ndole (hasta 18 tipos diferentes de peticiones) 24 . Sin embargo, no se percibe un aumento en la gravedad o la tensin de sus postulados. Podra ser, que los concejos andaluces no eran capaces en ese momento de articular una proteccin concreta a la minora juda frente al grueso de cristianos crticos con ellos, y les dejan hacer; es ms, es posible que les orienten hacia otras reas castellanas, y all ser donde sern aceptados, permitidos y/o rechazados. Hay que tener en cuenta que desde el principio del pogrom de 1391 se observa un
24 MITRE FERNNDEZ, E., De los Pogroms de 1391 a los ordenamientos de 1405. (Un recodo en las relaciones judos-cristianos en la Castilla bajomedieval, en Espacio, Tiempo y Forma. Serie III. n 7, 1994, pp. 281-288. El pogrom de 1391 en la dicesis de Toledo/ Gonzalo Viuales
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claro posicionamiento de los concejos y autoridades para controlar y erradicar los abusos y excesos. A ellos habra que sumar a otros poderes importantes. El arzobispo de Toledo o los Marqueses de Santillana que lograrn salvaguardar a algunas de sus aljamas ms relevantes de estas violencias y pillajes. Por tanto, no slo parece explicable el impacto de estas persecuciones de acuerdo a un encuadre geogrfico, siguiendo de manera lineal el recorrido ms evidente desde Sevilla y Crdoba hasta Toledo y Madrid. Parece sensato advertir que las autoridades de muchas poblaciones, conscientes es verdad del dao causado por los violentos, impidieron su acceso a sus poblaciones. Y es que, entre los vecinos, no hallamos un incremento de la hostilidad. La vida sigue igual, o incluso mejor, para los judos de Guadalajara, Maqueda, Alcal de Henares, etc. Merece la pena insistir adems en las consecuencias. Cul fue su impacto? Se alcanz el objetivo propuesto? Contrasta la opinin de aquellos historiadores que haban afirmado que el judasmo hispano haba quedado herido de muerte en 1391, y que sin embargo, hablen de parcial reconstruccin apenas dos dcadas despus. La tendencia de los ltimos aos se orienta, ms bien a presentar este asunto como un recodo, un giro en la cosmovisin del judo en la Edad Media hispana 25 . Y en general, la gran mayora de los historiadores coinciden en sealar esa fecha como un cambio de tendencia, como un fin de ciclo que augura una nueva redefinicin de la realidad a lo largo del siglo XV. Julio Valden confirma esa propia opinin: [] los sucesos de 1391 fueron ciertamente de suma gravedad, pero no provocaron la decadencia irremediable del judasmo hispano [] 26 . Desde un punto de vista socio-profesional, es interesante recalcar la idea de que el pogrm de 1391 no caus una modificacin en los modos de vida y en las actividades de la poblacin juda para las aljamas y juderas de la dicesis de Toledo. Confirma esta idea Emilio Mitre para el resto de Castilla en general: [] No cabe deducir (con la lectura de los documentos) que la violencia sufrida en 1391 y las disposiciones legales heredadas hayan provocado un cambio
25 MITRE FERNNDEZ, Los judos de Castilla en tiempos de Enrique III: El pogrom de 1391, p.93. 26 VALDEN BARUQUE, El chivo expiatorio, p. 83. El pogrom de 1391 en la dicesis de Toledo/ Gonzalo Viuales
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profundo en las orientaciones profesionales de los judos en el Trnsito del siglo XV [] 27 .
Otro aspecto que entiendo debe replantearse en la comprensin de los hechos de 1391 es el de la valorizacin moral de esas violencias y persecuciones. Leo en una obra relativamente reciente sobre la expulsin de los judos aludiendo al pogrom de 1391 palabras que me despiertan una cierta perplejidad por el estilo y el lenguaje empleado: [] el dramtico final del siglo XV [] la demagogia antijuda [] las atroces y srdidas prdicas del arcediano [] Espaa se convirti de sbito, en un ro de sangre y destruccin jams conocido [] El estallido, autntica furia antijuda, fue espantoso, dantesco [] 28 . Pesa an en esas palabras la idea de la grave alteracin de una imagen, confusa e irreal, de tolerancia y convivencia entre cristianos y judos en la Edad Media peninsular, cargada de pesimismo y crtica que hemos tratado de replantear mediante algunas reflexiones precedentes.
27 MITRE FERNNDEZ, E., El pogrom de 1391 en Castilla y sus efectos. Gestacin de un clima para la expulsin, en La expulsin de los judos de Espaa. II Curso de Cultura Hispano juda y sefard. Toledo, 1993, p. 51. 28 BELMONTE DAZ, J. y LESEDUARTE GIL, P., La expulsin de los judos. Auge y ocaso del judasmo en Sefarad. Bilbao, 2007, pp. 105-106.