MASONERÍA RECTIFICADA-Oviedo
MASONERÍA RECTIFICADA-Oviedo
MASONERÍA RECTIFICADA-Oviedo
¿Masones y Cristianos?
Pero los tiempos del general Franco han pasado –como por otro lado, todo
lo de este mundo-, y conservadores y liberales se han puesto de acuerdo en
algo –cosa arto difícil- y ello es, en el abandono de una concepción de
estado confesional, y más precisamente nacional-católica, para pasar a una
concepción de estado laico, con lo cual, se sienten unos y otros satisfechos
por haber modernizado el país, sacándolo del ostracismo al que a su juicio
la confesionalidad del estado lo había relegado, y a la vez, equiparándolo a
la mayoría de estados europeos y del resto del mundo. Los conservadores
han tenido que “modernizarse” cediendo en el aspecto religioso,
haciéndose en cierto sentido más “liberales”, y los liberales se sienten
felices por haber modernizado a los conservadores acercándolos a sus tesis.
En definitiva, podemos todos sentirnos satisfechos, pues con este avance
hemos modernizado el país: somos un estado laico.
1
Sin embargo, los años pasan, el tiempo transcurre, y ni nosotros ni el resto
de estados laicos parece que consigamos nuestro objetivo. Lo que nos
enseña la tradición liberal es que el lenguaje del Estado es laico, los
criterios morales y políticos han de ser racionales, accesibles a todo el
mundo, explicables a la luz de la razón, pero el sueño laicista no se ha
cumplido: ni la religión es una cuestión privada ni la razón ha sido capaz de
organizar el mundo. Reyes Mate, filósofo e investigador del Centro
Superior de Investigaciones Científicas, en un artículo suyo publicado el
pasado 30 de abril en el Periódico de Catalunya, abundaba sobre el tema
escribiendo: “La lógica liberal condenaba la religión a una «cuestión
privada», es decir, que el lugar de la religión era la conciencia del
individuo o la sacristía. Y esto es lo que no ha pasado. La religión está en
la calle porque es una cuestión pública. Solo hay que pensar en el islam o
en el catolicismo en América latina o el budismo en el Tibet. El Sueño
laicista de la modernidad no se ha cumplido: ni la religión es una cuestión
privada ni la razón secularizada ha sido capaz de organizar racionalmente
el mundo. No se trata de renunciar al Estado laico ni a la secularización
de la política y de la ética. Pero si que hay que replantearse la relación
entre religión y política, partiendo del supuesto que la política democrática
necesita aliados morales y que la religión es, lo queramos o no, una
cuestión pública. Por eso se habla ahora que estamos en una sociedad
«postsecular».
2
Tradicional se escapa y trasciende estos planteamientos simplistas de
nuestra sociedad actual que tiende a etiquetarlo todo.
La primera cosa que debemos tener clara para entender lo que sigue, es que
aquí y ahora, no podemos hablar de Masonería como si fuera algo
monolítico, sino de varias masonerías. En su origen, la Masonería, si que
fue una, pero a lo largo del tiempo y en la medida que el hombre se ha ido
apartando de Dios, ha ido introduciendo nociones que le eran extrañas
provocando su división. Podríamos decir, que en la medida que la
masonería se ha ido secularizando, ésta se ha ido dividiendo hasta llegar a
la maraña actual de pequeñas Obediencias masónicas, maraña que no ha
parado ni parará de crecer y que constituye un problema en nuestro país y
en la mayoría de países europeos, no sometidos a las prohibiciones que ha
sufrido el nuestro y con tradición masónica extendida a lo largo de varios
siglos.
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beneficencia. Aún y así, insisten en representar a nivel mundial una
“ortodoxia” que se traduce en un exclusivismo que hace que solo pueda
existir una obediencia regular por país, constituyendo quizá dicha
exclusividad, el único acicate de un cierto prestigio con aire “victoriano”
un tanto caduco cada vez más contestado entre los masones. La masonería,
autotitulada “regular”, no reconoce a ninguna otra Obediencia ni ninguna
otra masonería que aquella que no esté alineada con ella. A nivel numérico
representa la mayoría masónica en la mayor parte de países –incluido el
nuestro- a excepción de Francia donde no son la obediencia más numerosa.
Dentro del grupo de Obediencias en las que se exige creer en Dios para
poder pertenecer a ellas, y junto a las Obediencias autodenominadas
“regulares” –a la derecha de ellas, sin que el apelativo deba entenderse en
términos políticos- se encuentra la Obediencia que represento y me honro
en presidir, denominada: Gran Priorato de Hispania, que exige a todos sus
miembros no tan solo creer en Dios, sino más precisamente ser cristiano, es
decir, agrupa aquellos que por el bautismo formamos el Cuerpo místico de
Cristo, englobando, en nuestro país, a una mayoría católica romana, junto a
ortodoxos, anglicanos, maronitas, cristianos todos en general, formando un
auténtico ecumenismo, para nada manchado de sincretismo. Los trabajos de
nuestras Logias y Capítulos están presididos, siempre y únicamente, por la
Biblia -comprendiendo el Antiguo y el Nuevo Testamento- abierta por el
Prólogo del Evangelio de san Juan. Es preciso decir, en nuestro caso, que
hasta hace cinco años formamos parte de la Gran Logia de España,
obediencia que en nuestro país representa a los “regulares” pero nos vimos
obligados a marcharnos ante la difícil convivencia que hacía que nos
miraran como “ultraortodoxos” dado el derrotero de descreimiento y
sincretismo en que desde hace tiempo se halla inmersa la Gran Logia de
España, derrotero por otra parte compartido por las Obediencias del resto
de países alineadas dentro de la “regularidad”.
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Tenidas (así se denominan las reuniones masónicas) fueran presididas por
un Volumen de la Ley Sagrada, pudiendo disponer un libro con las páginas
en blanco para que nadie se pelee. En este grupo se alinean los masones
que son ateos, agnósticos o lo que les parezca, que por algo ellos son los
más “liberales” y dejan la mayor libertad de conciencia a sus miembros, al
menos en teoría, pues a la práctica el liberal a ultranza, lo es tanto que no
acepta ningún tipo de creencia –salvo la no creencia-, y en mayor o menor
medida se convierte en perseguidor de sus contrarios. Este grupo se
caracteriza por una implicación directa de sus miembros en el mundo
político y social, y sus Logias aficionadas al debate puro y duro Son los
auténticos herederos de Garibaldi y todos los libertadores.
Podemos ver por nuestra exposición cual es el panorama masónico hoy por
hoy, pero ¿siempre ha sido así? No, como antes decía, los orígenes de la
Masonería son cristianos, y continuaron siéndolo a lo largo de toda su etapa
“operativa” en que básicamente, ésta, se dedicó a la construcción de las
catedrales y templos de cuyos vestigios Europa está tachonada, pero ya en
la segunda etapa “especulativa” que va aproximadamente del siglo XVIII a
nuestros días, en la que la Orden Masónica toma su actual forma, es cuando
a través de sucesivas desviaciones y derivas la lleva al panorama poco
alagueño anteriormente descrito.
1
Eduardo R. Callaey. La Masonería y sus Orígenes Cristianos – El esoterismo masónico en los antiguos
documentos Benedictinos. Editorial Kier, Buenos Aires, 2006.
2
Manuscrito Cooke, Circa, 1410/1420. Autor anónimo.
5
Callaey se dice compensado, al descubrir su carácter alegórico sobre la
construcción del Templo de Salomón y su similitud con múltiples símbolos
y conceptos aun vigentes en la doctrina masónica.
¿En qué criterio –se pregunta Callaey- debiéramos basar el vínculo entre
los masones benedictinos y los masones operativos laicos? Un criterio
historicista, susceptible a la comprobación de vínculos, relaciones y
principios ya ha sido expuesto –afirma Callaey en su libro- Pero aun así,
reconozco que sería incompleto, al ser la francmasonería una institución
tradicional, conviene ampliar los criterios de análisis en términos de esa
Tradición. (…) La vía conformada por los venerables Beda, Alcuino,
Rabano Mauro y Walafrid Strabón ha sido señalada por historiadores,
teólogos, filólogos y hebraístas, que demuestra su potencia y actividad.
Esta corriente difundió en los vastos territorios del imperio carolingio las
tradiciones y símbolos de los masones que actuaban bajo el impulso
benedictino y que, luego, tuvieron su apogeo en la órdenes de Cluny y
Hirsau. En segundo lugar, se han elegido un conjunto de ideas
fundamentales que, originadas en la tradición de los monjes constructores,
influyeron directamente en las asociaciones operativas laicas y, a través de
estas últimas llegaron hasta la masonería moderna. Ellas son:
a) La tradición del Templo de Salomón,
b) El simbolismo del Templo,
c) la idea de una Gran Arquitecto del Universo,
d) El pensamiento simbólico-alegórico,
e) El trabajo interior –(lo que los masones denominamos desbastar
la Piedra Bruta)
f) El trabajo exterior: la construcción del Templo a la Virtud.
3
Op. cit. Págs. 150-151.
6
aprobado por el Concilio Vaticano II, el estudio publicado en éste libro de
Eduardo R. Callaey, viene a reafirmar y documentar las tesis que
demuestran los orígenes cristianos de nuestra augusta Orden.
La Iniciación
4
Manuscrito Regius, 1390. Manuscrito Cooke, 1410/1420. Estatutos de Ratisbona, 1459.
7
podrían jamás estar escritas solo fueron conocidas que por aquellos que
debían ser sus depositarios, el cristianismo gozaba de la paz, pero cuando
los emperadores romanos, cansados de perseguir a los cristianos,
quisieron ser iniciados en sus misterios; cuando los maestros de los
pueblos pusieron pie en el santuario y quisieron llevar sobre los objetos
más sagrados del culto ojos que no estaban preparados para ello; cuando
hicieron del cristianismo una religión de Estado y solo la consideraron
como un resorte político; cuando sus sujetos fueron forzados a hacerse
cristianos y se vieron por ello en la situación de tener que admitir sin
examen a todos aquellos que se presentaban; entonces nacieron las
incertezas, las doctrinas opuestas, las herejías. El oscurecimiento se
convirtió casi en universal sobre todos los objetos de la doctrina y del
culto, porque las más sublimes verdades del cristianismo solo podían ser
conocidas por un pequeño número de fieles, y aquellos que no hacían más
que entreverlas estaban expuestos a interpretaciones falsas y
contradictorias. Es lo que llegó bajo Constantino, de sobrenombre el
Grande. Así mismo, apenas éste hubo adoptado el cristianismo los
concilios generales comenzaron, y este tiempo puede ser contemplado
como la primera época de la decadencia de las Virtudes y las luces entre
los cristianos. (...) En esta confusión, la clave de la ciencia no dejó de estar
a mano de los Ministros de los altares, como en un centro de unidad que no
debe jamás abandonar, pero la mayor parte de ellos no se sirvieron de ella
para entrar en el Santuario.”5 . La Verdad no esta hecha para ser mostrada
a todo el mundo, pues su fulgor podría dañar aquellos ojos no preparados
para contemplarla. Es necesaria la Iniciación, y los trabajos que le son
anejos, para purificar y preparar a aquellos que quieran aproximársele, pero
sin embargo, la Verdad siempre está ahí aunque no siempre podamos verla.
5
(L.-C. de Saint-Martin, Le Tableau natural, capit. XX, Difusión rosicrucienne, 2001, págs. 361-363.)
8
desarrollo efectivo de las alegorías y el cumplimiento real de los Misterios
de la Religión primitiva y universal. »
Queda claro pues, que la Iniciación, toca la esencia del ser humano desde
un punto de vista ontológico –que desde la perspectiva del cristianismo es
en cuerpo, alma y espíritu- nada que ver pues con otros modos de ver la
Iniciación, o el trabajo iniciático, propio de muchas Obediencias
masónicas, como una introspección de tipo psicológico que limitaría su
alcance simplemente a nivel de la mente humana. La Iniciación, va siempre
acompañada de una metodología, de un trabajo a llevar a cabo, que en el
caso de las iniciaciones occidentales acostumbran a ir vinculadas a un
oficio y su desarrollo, y en el caso de los masones operativos, se llevaba a
cabo en paralelo a la aplicación de las técnicas propias de la construcción.
9
Del Manuscrito Grand Lodge nº 1, del año 1583, la plegaria de apertura:
“I. Que la fuerza del Padre del cielo y la sabiduría del Hijo glorioso
por la gracia y la bondad del Espíritu Santo, que son tres personas y
un solo Dios, estén con nosotros en nuestras empresas y nos
otorguen así la gracia de gobernarnos aquí abajo en nuestra vida de
manera que podamos alcanzar su beatitud, que jamás tendrá fin.
Amén...”
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sucede pues, para que se produzca la progresiva “descristianización” de la
Orden Masónica?
11
La Masonería Escocesa
Entre 1754 y 1760, recluta en las Logias masónicas del “Midi” francés
miembros para una Orden de la que se consideraba Gran Soberano para la
región occidental. Esta Orden de título un tanto ampuloso se llamaba
“Orden de los Caballeros Masones Elegidos Coens del Universo”. Martinès
consideraba a esta Orden como la auténtica Masonería, viendo la otra como
apócrifa. Hay que pensar que por aquella época y en Francia, la Gran Logia
de Francia, sólo trabajaba los tres primeros grados de Aprendiz,
Compañero y Maestro. Martinès, se nutría de dichos masones para formar
su Orden, y en el momento de su prematura muerte, acaecida a causa de
unas fiebres en Puerto Príncipe, Santo Domingo, en 1774, donde había
viajado para el cobro de una herencia, su Orden de los Elus Cöen (Cöen, en
hebreo significa sacerdote), contaba con 12 templos y un centenar de
miembros, pero a causa de la desaparición de su Gran Soberano, fue
progresivamente desapareciendo, siendo el último Templo en extinguirse el
de Toulouse en 1792.
12
La Orden de los Caballeros Masones Elegidos Coen del Universo
6
Orígenes, Los Principios, III, 5, 4, K.
13
Esta concepción de la Creación y del Universo creado –estructurado en
distintos niveles-, y su correspondiente doctrina la enseñaba Martinès de
Pasqually en su Orden de los Elegidos Coens. Martinès, filósofo religioso y
profundo cabalista, insiste sobre la importancia de la “Caída”, sobre su
carácter central y determinante en la historia de los hombres y del
Universo. Esta historia hace a toda la humanidad solidaria de la común
degradación, cuyos terribles efectos, soporta dolorosamente, de año en año
y de generación en generación. El conjunto de la Creación, víctima de una
reprobación, debe trabajar para liberarse de esta horrible determinación. La
obra expiatoria, debe extenderse imperiosamente al conjunto de seres
vivientes, de manera que puedan volver a encontrar sus primeras
propiedades, virtudes y poderes divinos.
Llegados a este punto, nos aparecen dos personajes clave para el asunto que
nos ocupa y que hemos mencionado anteriormente: Jean-Baptiste
Willermoz y Louis-Claude de Saint-Martin.
Jean-Baptiste Willermoz
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Como dice Jean-François Var, en su libro “Jean-Baptiste Willermoz, su
obra”7: “hablar de Jean-Baptiste Willermoz es hablar de un masón de una
envergadura excepcional, de los que no se encuentran muchos en un siglo.
(...) Verdadero padre fundador del Régimen Escocés Rectificado, fue el
arquitecto en jefe de un edificio que aún subsiste firmemente a pesar de
sorprendentes vicisitudes...”
7
Jean-François Var, Jean-Baptiste Willermoz, su obra”, Edit. Marsay Ediciones, Sevilla-2001, pág. 114.
15
y muy extensa con hermanos instruidos de Francia y fuera de ella, la
custodia de los archivos de la Orden en Lyon, confiada a mi cuidado, me
han procurado buena cantidad de medios para mis propósitos...”. A
efectos del estudio de los “altos grados” de los que iba teniendo
conocimiento, constituyó una suerte de “laboratorio”, un capítulo reservado
a una “pequeña sociedad”: el capítulo de los Caballeros del Águila Negra,
del que confió la presidencia a su hermano Pierre-Jacques.
Louis-Claude de Saint-Martin
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Incorporado al regimiento de infantería de Foix, éste cambio en su vida le
va a resultar providencial, pues sin saberlo, se encuentra a las puertas de lo
que será el futuro de su vida iniciática, pues siguiendo los consejos de su
capitán es recibido en masonería. Iniciado Aprendiz en una Logia militar
de nombre Josué, en agosto de 1765, prosigue su avance por los grados
azules, pero la iniciación verdadera está por venir y ésta iba a cambiar su
vida profundamente y su futuro espiritual.
17
interno” marcando una vía contemplativa y mística, reflejada en numerosas
obras y escritos, que ya a principios del siglo XX, “Papus”, el Dr. Gerard
de Encause, recogerá y aportando toda una serie de elementos de cábala y
otros absolutamente ajenos a lo que Louis-Claude de Saint-Martin había
siempre propugnado, dará lugar a lo que ha llegado a nuestro días bajo el
nombre de “Orden Martinista”.
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responde a Willermoz, entre otras cosas: “...puedo asegurarle que no nos
andamos con charlatanerías (...) tenemos como objetivo restablecer la
Orden, en la medida que nuestras posibilidades y los tiempos que corren lo
permitan, a su primer estado...”8 . “Restablecer la Orden a su primer
estado”: en la mente de los miembros de la Estricta Observancia estaba
restablecer la Orden del Temple, pero Willermoz entendió esta formulación
en un sentido totalmente diferente: creyó entender, que de lo que se trataba
era de restablecer la Orden Masónica a su estado primitivo que era el suyo
antes de que degenerara, tal y como se había producido en Francia y en
todas partes donde había podido investigar.
El Convento de Wilhemsbad
8
Jean-François Var, Jean-Baptiste Willermoz, su obra”, Edit. Marsay Ediciones, Sevilla-2001, pág. 87.
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En definitiva, va a “destemplarizar” la Estricta Observancia para hacerla
“martinizista”, y lo resultante será: el Régimen Escocés Rectificado.
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2. El Sistema propio de Martinez de Pasqually, personaje enigmático
aunque inspirado, al que tanto Willermoz, como Louis-Claude de Saint-
Martin, reconocieron siempre como a su Maestro, denominado "la
Orden de los Caballeros Masones Elegidos Coens del Universo".
Conclusión
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proporcionándoles los medios para conseguirlo, es la de volver a ser
hombres verdaderos, templos de Dios, Uno en tres Personas".
R.- El Salvador J. C.
P. - ¿Cómo se llaman?
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