Este artículo describe las paradojas de la Nouvelle Vague francesa y cómo los cinco directores fundadores - François Trufaut, Claude Chabrol, Eric Rohmer, Jacques Rivette y Jean-Luc Godard - se separaron con el tiempo en sus enfoques estéticos y políticos. Trufaut y Chabrol se alinearon más con la industria cinematográfica, mientras que Rohmer, Rivette y Godard buscaron mayor independencia y control sobre la producción de sus películas, reflejando diferentes afinidades con las vanguardias artí
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Este artículo describe las paradojas de la Nouvelle Vague francesa y cómo los cinco directores fundadores - François Trufaut, Claude Chabrol, Eric Rohmer, Jacques Rivette y Jean-Luc Godard - se separaron con el tiempo en sus enfoques estéticos y políticos. Trufaut y Chabrol se alinearon más con la industria cinematográfica, mientras que Rohmer, Rivette y Godard buscaron mayor independencia y control sobre la producción de sus películas, reflejando diferentes afinidades con las vanguardias artí
Este artículo describe las paradojas de la Nouvelle Vague francesa y cómo los cinco directores fundadores - François Trufaut, Claude Chabrol, Eric Rohmer, Jacques Rivette y Jean-Luc Godard - se separaron con el tiempo en sus enfoques estéticos y políticos. Trufaut y Chabrol se alinearon más con la industria cinematográfica, mientras que Rohmer, Rivette y Godard buscaron mayor independencia y control sobre la producción de sus películas, reflejando diferentes afinidades con las vanguardias artí
Este artículo describe las paradojas de la Nouvelle Vague francesa y cómo los cinco directores fundadores - François Trufaut, Claude Chabrol, Eric Rohmer, Jacques Rivette y Jean-Luc Godard - se separaron con el tiempo en sus enfoques estéticos y políticos. Trufaut y Chabrol se alinearon más con la industria cinematográfica, mientras que Rohmer, Rivette y Godard buscaron mayor independencia y control sobre la producción de sus películas, reflejando diferentes afinidades con las vanguardias artí
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Las paradojas de la Nouvelle Vague
Paradoxes of the Nouvelle Vague
Marcos Uzal RESUMEN El presente artculo comienza con la fundacin de la revista Cahiers du cinma y con el debut en el cine de cinco de sus integrantes principales: Franois Trufaut, Claude Chabrol, Eric Rohmer, Jacques Rivette y Jean-Luc Godard. As, desde los planteamientos, los gustos, las pasiones y las aversiones compartidas (sobre todo, una serie de cineastas afnes dentro del llamado cine clsico), con el avance de los aos las posturas estticas y polticas comienzan a separarles, tanto a ellos como a su obra, hasta la futura no reconciliacin de los cineastas de centro, Trufaut y Chabrol, de aquellos otros que optan por controlar las condiciones o mtodos de produccin: Rohmer, Rivette y Godard. Igualmente, el artculo propone una nueva visin del cine de los dos ltimos al relacionar su inters en los procesos bien de rodaje, bien de montaje, con la afnidad sentida hacia unas u otras vanguardias: primeras vanguardias rusas en el caso de Godard; la americana de los aos 70 y su traslacin europea en el caso de Rivette. PALABRAS CLAVE Nouvelle Vague, Jean-Luc Godard, Jacques Rivette, Eric Rohmer, Claude Chabrol, Franois Trufaut, radicalizacin, poltica, esttica, montaje. ABSTRACT Tis essay begins at the start of the magazine Cahiers du cinma and with the flm-making debut of fve of its main members: Franois Trufaut, Claude Chabrol, Eric Rohmer, Jacques Rivette and Jean-Luc Godard. At the start they have shared approaches, tastes, passions and dislikes (above all, about a group of related flm-makers from so-called classical cinema). Over the course of time, their aesthetic and political positions begin to divide them, both as people and in terms of their work, until they reach a point where reconciliation is not posible between the midfeld flm- makers (Trufaut and Chabrol) and the others, who choose to control their conditions or methods of production: Rohmer, Rivette and Godard. Te essay also proposes a new view of work by Rivette and Godard, exploring a relationship between their interest in flm shoots and montage processes, and their afnities with various avant- gardes: early Russian avant-garde in Godards case and in Rivettes, 1970s American avant-gardes and their European translation. KEYWORDS Nouvelle Vague, Jean-Luc Godard, Jacques Rivette, Eric Rohmer, Claude Chabrol, Franois Trufaut, radical, politics, aesthetics, montage. ARTCULOS Cinema Comparat/ive Cinema Vol. I Nm 2. 2013 81-86 81 PARADOJAS DE LA NOUVELLE VAGUE Designaremos aqu, bajo el trmino Nouvelle Vague, a los cinco cineastas incorporados a este grupo, resultante de Cahiers du cinma: Eric Rohmer, Jacques Rivette, Jean-Luc Godard, Claude Chabrol y Franois Trufaut. Viendo el camino recorrido por cada uno, este reagrupamiento puede parecer un poco forzado, pero nos resulta vlido en la medida en que los cinco debutaron juntos, colaborando a veces estrechamente unos con otros, con aversiones compartidas, con referencias comunes (principalmente: Hitchcock, Hawks, Lang, Renoir, Rossellini) y las mismas reivindicaciones. Lo que les uni al comienzo no era la voluntad de hacer tabula rasa con el pasado, sino al contrario la necesidad de inscribirse en una continuidad, de prolongar algunas vas apenas descubiertas o negadas por un cierto cine mayoritario de los aos 50 (seguir los viejos barcos que ya nadie segua, deca Chabrol). En la seleccin crtica que fue su primera forma de situarse en la Historia del cine, las vanguardias fueron poco tenidas en cuenta por los jvenes turcos de Cahiers du cinma. Y sus referencias cinematogrfcas, literarias, musicales eran esencialmente clsicas, contrariamente a las de los cineastas llamados de la rive gauche, como Alain Resnais, Chris Marker o Jean-Daniel Pollet, cuyas obras estaban sincronizadas con el Nouveau Roman, la revista Tel Quel, as como con ciertas investigaciones musicales y pictricas que formaron un crisol de los aos 60. Los aos 1963-67 representan el fnal del estado de gracia de la Nouvelle Vague, tras un productivo malentendido entre la industria del cine y estos jvenes iconoclastas. Mientras que haba evidentes correspondencias entre las primeras pelculas de los cinco cineastas, tanto formal como econmicamente, sus caminos fueron separndose cada vez ms hasta oponerse en ocasiones. Cuando se aplac el prestigio y el xito de la Nouvelle Vague y cuando cada uno tuvo que elegir su forma de sobrevivir, Trufaut y Chabrol fueron los ms feles al cine americano que haban amado y a la poltica de los autores que de ah haba emergido: consideraron que la forma cinematogrfca deba explorarse como contrabando, por medio del arte clsico de la puesta en escena ms que a travs de una postura revolucionaria o modernista. Rechazaran, por tanto, toda forma de marginalidad para permanecer como grandes cineastas de centro (la expresin es de Jean-Claude Biette, a propsito de Chabrol), a riesgo de aceptar encargos improbables (Chabrol) o de alternar regularmente entre pelculas secas y oscuras y otras ms ligeras y optimistas (el lado Jekyll y Hyde de Trufaut del que hablaba Daney). Apreciamos que esto era posible en Francia porque la industria del cine ha sido siempre fuerte, y por eso mismo percibida como un punto de referencia a conquistar desde el interior o a rodear. Rohmer y Rivette buscaran una independencia a la vez ms total y ms modesta que la de Trufaut, una independencia afn a su deseo de seguir siendo amateurs, como haba preconizado Jean Rouch. Esta autonoma fnanciera funcionaba en paralelo a una economa de medios tcnicos y formales. Formalmente, lo que podramos llamar la modernidad de Rivette y Rohmer es principalmente la prolongacin del pensamiento de Bazin y del cine de Renoir y Rossellini: reposa sobre la idea de que el cine es ante todo un arte del registro. Si hay algo que revolucionar no es por lo tanto una ilusoria forma pura, una teorizacin abstracta, sino, de forma muy concreta, el modo de fabricacin de las pelculas, el que puede eclosionar en el momento del rodaje como preocupacin central, con los actores y la luz. Tras el fracaso pblico de El signo de Leo (Le Signe du lion, 1959), Rohmer debi esperar a La coleccionista (La Collectionneuse), en 1967, para encontrar un reconocimientso, un pblico y una estabilidad fnanciera que conseguira conservar hasta el fnal sin ser un marginal ni realizar, no obstante, la menor concesin a la industria (uno de sus mayores orgullos consisti durante mucho tiempo en no pedir ninguna subvencin al CNC 1 ). En eso, fue el ms estrictamente fel a 1. Centro Nacional de Cine. 82 Cinema Comparat/ive Cinema Vol. I N 2 Primavera 2013 la reivindicacin principal de la Nouvelle Vague, que Trufaut sealaba como una voluntad tica ms que esttica: transformar los medios de produccin, liberar al cine de toda la pesadez tcnica, permitir al autor de las pelculas dirigirse al motivo (como decan los impresionistas) casi tan libre y ligero como un pintor. De los cinco, Rivette fue el que estuvo ms abierto a las evoluciones artsticas de su poca, con las cuales incluso Godard tena una relacin ms ambigua. En 1963, la generacin de jvenes crticos que llegara a Cahiers du cinma a comienzos de los aos 60 (como Jean Narboni, Jean-Louis Comolli, Jean-Andr Fieschi) lo nombran por otro lado para reemplazar a Rohmer como redactor jefe de la revista, siendo juzgado este ltimo como demasiado conservador y demasiado poco abierto a los nuevos cines que aparecan por todos los lugares del mundo. En tanto que cineasta, Rivette es quien asume desde ms temprano una marginalidad inherente a las formas de los rodajes y de las narraciones que buscaba. En 1964, declara lo siguiente, marcando una distancia con las posturas de Trufaut y Chabrol, pero tambin con el clasicismo de Rohmer: Creo que el principio de la Nouvelle Vague [] es un fenmeno de ruptura. Finalmente es la aguafestas. Por lo que siempre se tratar en cierta forma del fracaso o del malentendido. Creo que no puede haber un xito profundo en la Nouvelle Vague, que la verdad de la Nouvelle Vague es su fracaso 2 . Y tras las dos contrariedades consecutivas que fueron los fracasos de pblico de Pars nos pertenece (Paris nous appartient, 1960) y luego la censura de La religiosa (La Religieuse, 1966), Rivette se radicalizar con LAmour fou (1968), llevando ms lejos sus experiencias de rodaje, abrindose a la improvisacin, sometiendo su relato a nuevas duraciones. Los rodajes de Rivette coinciden por entonces con ciertas investigaciones teatrales de los aos 60, y es de la troupe del metteur en scne MarcO de donde recluta a gran parte de sus actores. Para comprender este inters de Rivette hacia las formas experimentales que parecan haber afectado poco a sus cuatro camaradas, basta con leer sus respuestas a un cuestionario de la revista Positif en 1982 (n 254-255), donde sita entre las mejores treinta pelculas de los aos 1952-1982 La Rgion centrale (1971) de Michael Snow, Der Tod der Maria Malibran (1972) de Werner Schroeter y Central Bazaar (1976) de Stephen Dwoskin. Nos cuesta imaginar a algn otro miembro de la Nouvelle Vague citando estas pelculas de los aos setenta, en clara ruptura tanto con el cine clsico como con los nuevos cines de los aos sesenta, ni siquiera Godard. Pero vemos tambin que Rivette elige pelculas que siguen siendo ms experiencias de rodaje que de montaje, ms de registro que de intervencin sobre la textura de la imagen. Vinculado fundamentalmente con el teatro, no pretende la bsqueda de la pureza propia de un cierto vanguardismo, sino siempre el pensamiento de Bazin, abogando por la impureza fundamental del cine. Si Godard es el cineasta ms claramente formalista y revolucionario de los cinco que constituyen el ncleo duro de la Nouvelle Vague, es para empezar porque rene a Bazin y a Malraux, a Renoir y a Eisenstein, a Czanne y a Picasso, concediendo al menos tanto lugar al montaje como al rodaje. El montaje le permite no solamente deconstruir la narracin o la estructura de una escena, sino sobre todo llevar a cabo relaciones, mezclas. Se aleja de Bazin por la discontinuidad del montaje, pero lo encuentra en la impureza de los collages. La idea de collage, tan a menudo evocada a propsito de Godard, sugiere hasta qu punto ste compone a partir de una realidad y de una serie de imgenes preexistentes, sacudiendo las jerarquas convenidas: verdad del instante registrado, pero tambin realidad sociolgica; imgenes y sonidos del arte, pero tambin de la cultura popular o de la publicidad. En este sentido, es ms bien con la insolencia alegre del Pop Art con lo que hay que relacionarlo, ms que con lo cerebrado desencarnado del Nouveau 2. RIVETTE, Jacques, en VALEY, Robert. La Nouvelle vague par elle-mme, episodio de la serie Cinastes de notre temps, 1964. MARCOS UZAL 83 Cinema Comparat/ive Cinema Vol. I N 2 Primavera 2013 Roman: la recuperacin y el desvo antes que la teorizacin y la ilusin de pureza. Es todo lo que le opone a la fra abstraccin de El ao pasado en Marienbad (LAnne dernire Marienbad, 1961), bello objeto cerrado sobre s mismo (al que Resnais responder por otra parte, l mismo, con Muriel en 1963). Y es por lo que va a mostrarse menos sensible a las vanguardias francesas de los aos 20 o al cine experimental americano que a Eisenstein y Vertov, que seguirn siendo sus referencias en materia de montaje. Esto ltimo muestra tambin hasta qu punto la concepcin del montaje de Godard es poltica, en primer lugar en un sentido general (dejar entrar toda la realidad, incluyendo los elementos provenientes del periodismo o de la sociologa), y luego, cada vez ms, de forma precisa (referencias a las guerras de Argelia y de Vietnam, izquierdismo de los personajes). El basculamiento poltico de Godard es progresivo y muy coherente, pero podemos decir que la primera gran ruptura se sita en 1966, cuando realiza al mismo tiempo Made in USA y Dos o tres cosas que s de ella (Deux ou trois choses que je sais delle), y la segunda tras mayo del 68, cuando rompe con la industria y la fccin para realizar pelculas militantes. Entre 1966 y mayo del 68 encontramos por lo tanto una bisagra en la que realiza obras esenciales, las dos pelculas ya citadas, pero tambin La Chinoise (1967) y Week End (1967). Qu sucede en estos cuatro largometrajes? A menudo, la poltica pasa por delante de los sentimientos (lo que haba sido el caso, hasta el presente, nicamente en Los carabineros [Les Carabiniers, 1963]). O, para formularlo de otro modo, estas pelculas levantan acta de lo que Alphaville (1965) imaginaba: una sociedad donde la opresin poltica y econmica aplastara los sentimientos individuales y volvera imposible lo novelesco que hasta ese momento elevaban a los personajes de Godard por encima de la perfdia del mundo. Porque, como se dice al fnal de Made in USA, la izquierda es demasiado sentimental; es como si Godard volviera a visitar sus pelculas precedentes desde un punto de vista poltico ms que melanclico. As, Dos o tres cosas que s de ella es como una retoma en fro de Vivir su vida (Vivre sa vie, 1962), donde el anlisis sociolgico prevalece sobre lo novelesco. Del mismo modo, en La Chinoise, es como si hubiera preservado la militancia de la juventud de Masculino femenino (Masculin fmenin, 1966), desembarazndose de todas sus preocupaciones amorosas y sexuales. En cuanto a Week End, prolonga la vena libertaria, la violencia cmica de Les Carabiniers, hasta hacer de sus personajes fguras grotescas, debatindose en una sociedad que se ha vuelto absurda: la guerra est a partir de ahora por todas partes, es la victoria apocalptica del egosmo consumista sobre la razn, el arte y los sentimientos, a la cual slo puede responder la poesa cruel y salvaje de Lautramont. Formalmente, se trata de conferir a la cuestin del collage toda su dimensin poltica y subversiva (aquella en la que Lautramont fue justamente su precursor literario), resumida segn la clebre frmula de Made in USA: Una pelcula de Walt Disney interpretada por Humphrey Bogart; por tanto, una pelcula poltica. Trabajando todava en la industria, Godard recicla las imgenes y los mitos para entrechocarlos, y es mediante esta mezcla de gneros y estos acercamientos de elementos alejados por lo que es para empezar poltico: colocndolos en el mismo plano, mostrando que Walt Disney y Humphrey Bogart pertenecen al mismo mundo que Mao o que un obrero del suburbio parisino. En estas cuatro pelculas lleva ms lejos que nunca la utilizacin de los colores vivos, demostrando visualmente cmo ha infuido la publicidad en el mundo, que las alineaciones de las residencias HLM son como las cajas de detergente, o cmo en el maosmo es en primer lugar el rojo del pequeo libro que puede irrigar de una nueva sangre las nuevas imgenes. Un hiperrealismo estridente, para traducir una desrealizacin generalizada debida al capitalismo, a la televisin y a la publicidad, pero tambin (en La Chinoise y Week End) a la abstraccin o a la violencia del pensamiento izquierdista que Godard flma con tanta irona como ternura. Estas cuatro pelculas representan igualmente la afrmacin del discurso poltico en el cine de Godard, de un pensamiento claro y formulado que gua la pelcula y que no es slo un comentario, o una digresin flosfca. En Dos PARADOJAS DE LA NOUVELLE VAGUE 84 Cinema Comparat/ive Cinema Vol. I N 2 Primavera 2013 o tres cosas que s de ella, por primera vez la voz en of no es un elemento narrativo o novelesco, sino que piensa las imgenes y la pelcula que est realizndose, lo que se convertir en el principio de las pelculas de los aos 70. En La Chinoise, es la encarnacin y la declamacin del discurso lo que interesa a Godard; menos lo que dice el pequeo libro rojo que la teatralidad que ste impone (y ser igualmente una de las grandes cuestiones del Grupo Dziga Vertov). Dicho de otro modo: Mao le permite convertirse en plenamente brechtiano. No dejando nunca de ser ante todo cineasta, esta nueva puesta en cuestin formal es lo que Godard busca para empezar en el pensamiento revolucionario: los nuevos discursos para un nuevo teatro, los nuevos pensamientos para los nuevos montajes, y el rojo, mucho rojo. Y cuando se lance al cine militante tras mayo del 68, su cuestin principal seguir siendo cinematogrfca: cmo realizar polticamente una pelcula, antes que hacer una pelcula que se contentase con ilustrar un discurso. En una escena burlesca de Vladimir y Rosa (Vladimir et Rosa, 1970) en la que Jean-Pierre Gorin y l discuten mascullando en una pista de tenis, muestra lo que siempre le salvar de la frialdad terica: 1) la circulacin de las palabras, de las imgenes y de las ideas debe ser tan concreta, viva e imprevisible como un cruce de pelotas; 2) la prctica debe hacer tartamudear a la teora, y a la inversa. A pesar de todas sus diferencias, lo que puede vincular a todos los cineastas de la Nouvelle Vague es este aforismo de Banda aparte (Bande part, 1964): Todo lo que es incontestablemente nuevo es, por ello mismo, automticamente antiguo. E incluso los cineastas ms iconoclastas de este movimiento seguirn siendo feles a la etimologa de la palabra radical, tan manchada: lo que se mantiene en las races. Haciendo Out 1 (1971), Rivette no olvida a Feuillade y Renoir, e incluso en su periodo ms revolucionario Godard se refere ante todo a los cineastas del pasado, Rossellini, Vertov, Eisenstein. Incluso Jean Eustache y Philippe Garrel, los dos hijos ms directos y talentosos de la Nouvelle Vague, tendrn en comn el estar obsesionados por un cine anterior a su nacimiento, por el cine mudo (Garrel) o el cine hollywoodiense y francs anterior a la guerra (Eustache). La Nouvelle Vague representa para ellos la continuidad de una va antigua (que pasa por Lumire, Grifth, Vigo, Renoir, Rossellini) y la posibilidad de prolongarla en el presente y para s mismo. De ah la idea luminosa de Eustache: en el cine, hacer la revolucin es siempre volver a los hermanos Lumire. Traduccin de Francisco Algarn Navarro. 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