El documento analiza la influencia del psicoanálisis en la obra del poeta español Antonio Machado. Explica que Machado se interesó por el psicoanálisis hacia 1925, especialmente en relación a su obra teatral Las adelfas. También menciona que Machado mostraba conocimiento de las teorías freudianas en 1928. El documento explora en tres partes cómo el psicoanálisis pudo dar estructura a la poética de Machado y su posible aplicación en su producción literaria.
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El documento analiza la influencia del psicoanálisis en la obra del poeta español Antonio Machado. Explica que Machado se interesó por el psicoanálisis hacia 1925, especialmente en relación a su obra teatral Las adelfas. También menciona que Machado mostraba conocimiento de las teorías freudianas en 1928. El documento explora en tres partes cómo el psicoanálisis pudo dar estructura a la poética de Machado y su posible aplicación en su producción literaria.
El documento analiza la influencia del psicoanálisis en la obra del poeta español Antonio Machado. Explica que Machado se interesó por el psicoanálisis hacia 1925, especialmente en relación a su obra teatral Las adelfas. También menciona que Machado mostraba conocimiento de las teorías freudianas en 1928. El documento explora en tres partes cómo el psicoanálisis pudo dar estructura a la poética de Machado y su posible aplicación en su producción literaria.
El documento analiza la influencia del psicoanálisis en la obra del poeta español Antonio Machado. Explica que Machado se interesó por el psicoanálisis hacia 1925, especialmente en relación a su obra teatral Las adelfas. También menciona que Machado mostraba conocimiento de las teorías freudianas en 1928. El documento explora en tres partes cómo el psicoanálisis pudo dar estructura a la poética de Machado y su posible aplicación en su producción literaria.
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Historia
Antonio Machadoy el psicoanlisis
1. INTRODUCCION Los aniversarios de la muerte de S. FREUD ydeA. MACHADO hanpuesto de manifiesto, una vez ms, la impor- tancia que para la cultura universal y para la espaola ha tenido la obra de estosintelectuales.Nopareceprobado queS. FREUD conocieralaobradelpoe- ta de Campos de Castilla; en cambio, loopuesto, unciertoconocimientodel psicoanlisisporpartedeMACHADO es evidente. Enestetrabajo,comoveremos ms adelante, tratar de aquilatar en qutrminosserealizaesa influencia. No es infrecuenteen el trabajo lite- rarioquela produccinartsticaseacom- pae de una "potica"dondeel autor explicita matrices, cnones e incluso genealogas;sinembargo,raravezeste trabajopasa de ser una actividadoca- sional o puntual. En don Antonio MA- CHADO seda ~ cualidadde la unidad o, si sequiere,de"Iacomplementidad" casi estructuralentrepoesaypotica, entreeldiscursolricoyelfundamento tericoenconstanteevolucinquetie- ne sus orgenes en diversasfuentes. Esta dinmica machadiana -ladel poetayla delfilsofo- fuereconocida ya en 1933 por la sensibilidad crtica dePedroSALINAS, querefirindoseala (*) Presidentede la Seccin de Historia de la Psiquiatra y el Psicoanlisis. AEN. Valentn CORCES PANDa(*) publicacin de las Poesas Completas, seala: "Parael lectordistrado,acasocam- biepocoloqueveyse leantojesimple repeticin de lo ya visto; para el que miraatentamente,la poesadeMACHA- DO crece,sedesarrollaencadaedicin sinprisa,sinllamativavistosidad,pero sin cesar, y siemprecon tan profunda fidelidadasuimpulsomsremoto,que estas poesas completas, lejos de ser unasimplecoleccindemateriales,apa- recencomofbricavivaconstantemen- terenovada en untrabajointerior,ca- lladoy profundo"(1). Este "impulsoremoto"noesslola traduccinauncanon-quepermitaa la poderosapalabramachadianadesig- nar,disearyarticular"mbitospoti- cos",dealgunosdeelloshadadocuen- ta Ricardo GULLN (2)- sino,tambin, laalimentacinyplasmacinenuntra- bajo"complementario",puestodema- nifiestoendiversostextos,quedasen- tido y unidad al discursototal de MA- CHADO; ya que,comosealaArturoSE- RRANO PLAJA, "su obra en verso tiene relacin, y estrechsima, con su con- cepcintotaldela poesa,delafilosofa y de la vida"(3). Por otra parte, el corpus lricotiene unejearticuladordenaturalezaigual- mentedinmica, moduladotcnicode unadeterminadaideadelasignificacin de la poesa, que no es otro que un 597 Antonio Machado y elpsicoanlisis poderoso impulso interior de fuerte eco romntico, ya que en definitiva, segn ORE5TE MACRI, la obra de MACHADO "su lnea de desarrollo es, segn eso, un postulado de potica interna, que el cr- tico debe extraer y examinar sobre la pauta de la machadiana tensin dia- lctica entre creacin espontnea y conciencia retrospectiva" (4). Cul fue el papel del psicoanlisis para dar estructura y sentido a esa "concincia retrospectiva"? Qu fun- cin tuvo en la conformacin de su po- tica? Dada la complejidad del problema, y la brevedad del presente trabajo, nos ha parecido conveniente acercarnos a la respuesta mediante tres vas o inte- rrogantes: por un lado, el grado de co- nocimiento de A. MACHADO de las teo- ras analticas. En segundo lugar, la po- sible convergencia de la "potica ma- chadiana" con el psicoanlisis, y en ter- cer lugar, su posible aplicacin en la produccin literaria. 2. ELACERCAMIENTO DE A. MACHA DO AL PSICOANALISIS En la bibliografa consultada parece evidente que A. MACHADO se interesara por el psicoanlisis hacia 1925 (5) en su etapa de produccin teatral en cola- boracin con su hermano Manuel y ms concretamente, como detallaremos pos- teriormente, en relacin a su obra Las adelfas (6), estrenada en 1928. En 1947 Miguel PI:REZ FERRERO public una bio- grafa de los hermanos MACHADO (7) que haba tenido una larga gestacin -ms de diez aos, incluido el parn- tesis de la guerra civil y la muerte del propio Antonio -yen la que se recoge, a efectos de la relacin de Antonio MA- CHADO con el psicoanlisis, una valiosa informacin que ha suscitado alguna controversia por la difcil localizacin de la fuente original. En este libro, se incluye la respuesta a una encuesta de "un diario madrileo de la maana" en que los hermanos MACHADO sealan, R.AEN. Vol. IX. N. 031. 1989 entre otras ideas, lo que ellos entienden por las teoras freudianas. Creo impor- tante transcribir una amplia muestra del texto original: "V, sin embargo, al comedigrafo ac- tual hay que exigirle gran hondura de dilogo, que conozca sus lmites; pero tambin sus nuevas posibilidades, por- que la psicologa moderna, cavando en lo subconsciente, nos ha descubierto toda una dialctica nueva, opuesta, y, en cierto modo, complementaria de la socrtica. Hoy sabemos que nuestro dia- logar oscila entre dos polos: el de la racionalidad del pensar genrico, que persigue el alumbramiento de las ideas, las verdades de todos y de ninguno, y el de la conciencia individual, cmulo de energas y experiencias vitales, don- de la mayutica freudiana -IIammos- le as para darle un nombre moderno- opera con nuevos mtodos para sacar a la luz las ms recnditas verdades del alma de cada hombre. En el hbil manejo de estas dos formas dialcticas: la que nos muestra el trnsito de unas razones a otras y la que nos revela el juego dinmico de instintos, impulsos, sentimientos y afectos, estriba el arte nada fcil de dialogar" (8). Esta afirmacin, as como el texto en su conjunto plantean algunas cuestio- nes de importancia para conocer la fa- miliarizacin de A. MACHADO con el psi- coanlisis, que consideramos oportuno examinar. De una parte, la localizacin del texto; en este sentido, es importante las apor- taciones histricas de Miguel Angel BAA- MONDE (9), que coteja este texto con otro descubierto por R. MARRA5T (10) que "sobre el porvenir del teatro" public MACHADO en Segovia en 1928, donde la identidad de contenidos con el de PI:REZ FERRERO del ao 1933, en lo re- ferente al psicoanlisis (11) es prcti- camente total. Este punto, pues, resuel- ve, por un lado, que el inters de Anto- nio por el psicoanlisis explcitamente es anterior al ao 1933, y tambin, que es l y no su hermano Manuel el inspi- 598 AntonioMachadoy elpsicoanlisis R.A.E.N. Vol. IX N.031. 1989 rador de la utilizacin del mtodo psi- coanaltico en su teatro. Opinin esta que queda plenamente confirmada al analizar la obra "terica" de Manuel, concretamente, los trabajos reunidos en su libro La guerra literaria, donde se puede apreciar con claridad sus ideas generales sobre la creacin artstica, y ms concretamente, al liquidar su re- lacin con el modernismo (12). En cualquier caso, existen en Antonio MACHADO otras referencias al psicoan- lisis. As, por ejemplo, en la segunda poca de Juan de MAIRENA y en un escrito de 1938, escribe MACHADO, re- firindose a los recursos intelectuales del apcrifo filsofo hacia 1909: "Siempre he sido un hombre muy atento a los propios sueos, porque ellos nos revelan nuestras ms hondas inquietudes, aquellas que no siempre afloran a nuestra conciencia vigilante" (13). Fecha la de 1909 que debe tomarse como la que sita a MACHADO en el conocimiento del psicoanlisis. No hay que olvidar que en la revista La lectura fue donde public ORTEGA su famoso artculo "Psicoanlisis, ciencia proble- mtica", y all aparecieron en sucesivos nmeros varios poemas -siete de la serie Campos de Castilla y la pri mera versificacin del Poema de Alvargonz- lez- de A. MACHADO (14). Por otra par- te, la relacin del autor de A. Mairena con el profesor de filosofa madrilea fue claramente discipular (15) y, por lo tanto, no sera ajeno a la funcin vivi- ficadora, que ORTEGA auspiciaba al psi- coanlisis en nuestro pas. Remitindonos de nuevo a 1925, es- cribe MACHADO un texto -teniendo co- mo pretexto la obra potica de Jos MORENO VllLA- publicado en Los Com- plementarios(16) en el que, entre otros temas a los que posteriormente vol- veremos, discrimina entre el "culto al inconsciente y sus realizaciones arts- ticas". Dice MACHADO: "As, por ejem- plo, el culto a lo inconsciente, tan esen- cialmente ochocentista, parece tener hoy ms devotos y oficiantes que nunca. Son stos, a mi juicio, los ms rezaga- dos. Pero an en estos mismos se inicia el nuevo cambio de clima espiritual. Ellos convierten en temas de reflexin y anlisis los que fueron ayer temas cordiales, de fe, de honda creencia. Hoy alcanzan una expresin conceptual que ayer no tuvieron; pero las realizacio- nes artsticas, que responden a esta esttica de lo inconsciente, son fras y desdichadas baratijas de bazar" (17). El texto, como se ve, sumamente con- tundente es, a mi juicio, una crtica a la escritura automtica de los surrea- listas y, por otro lado, diluye en cierta medida la aportacin de FREUD en el culto occidental al inconsciente. Todo lo anterior nos hace pensar, con sobrado fundamento, que el psicoan- lisis estuvo presente como referente cultural en el universo machadiano; pe- ro la plena utilizacin de este discurso (18) -de elaboracin lenta y entrecruce de publicaciones- hace que slo cobre cuerpo a mitad de la dcada de los aos veinte y concretamente en su produc- cin teatral en colaboracin con su her- mano Manuel. 3. lA FORMACION DE lA POETICA DE A. MACHADO Intensamente dedicado a la actividad intelectual, slo tardamente alcanz MACHADO una titulacin universitaria que nunca, pese a su inters, culmin con el doctorado. Fue, sin embargo, MA- CHADO activo investigador y continuo estudioso, de las principales corrientes filosficas, hasta el punto, que las ideas de algunos autores son fcilmente iden- tificables como constituyentes de su po- tica. La generalidad de los estudios sobre la obra de MACHADO sealan como in- fluencias importantes la obra de UNA- MUNa, la de BERGSON, la de KANT y ya en su ltima poca, el estudio de la obra de HEIDEGGER. A estos autores 599 Antonio Machado y el psicoanlisis aade FERNANDEZ FERRERO (19) la im- portanciadela influenciadelaobrade E. D'ORS en las ideas del poeta. En ningnestudioaparece,porotraparte, laobradeFREUD comoinfluyenteenel espinazo intelectual de la potica ma- chadiana. Estasinfluencias-fcilmenteiden- tificablesen la obra del poeta- nece- sitan,sinembargo, sercalibradascon cierta precisin si se quiere aquilatar surelacinconeltema-lainfluencia psicoanaltica- quenosocupaeneste trabajo. Essabidoqueen 1911,ensuviajea Pars, becadoporlaJuntapara la Am- pliacin de Estudios, asiste MACHADO, junto a clases de filologa francesa, a dosseminariosdeH. BERGSON, unoso- bre la personalidad,y otrosobre Espi- noza. Sealemos,igualmente,queMACHA- DO es adepto a la obra de UNAMUNO. Recurdense las palabras "Siempre te ha sido oh rector/de Salaman- ca!/Ieal/estehumildeprofesor/deun instituto rural". Esta lealtad, sin em- bargo, es ms bien una actitudvital e intelectualquesustenta,comoseala AntonioSANCHEZ BARBUDO, en la iden- tificacindel reconocimientodeunacier- tadesesperacinantela nada(20).So- breestefundamentoybsicamenteen reflexin con la filosofa kantiana, di- sea MACHADO algunas temticas de capitalimportanciaparaentenderla re- lacin implcita con el psicoanlisis. Es fcil, pues, descubrirel crisol in- telectual cognitivo, temporalizado, in- dividualizadoeinternoenelquesevier- tela posibleinfluenciapsicoanalticaa la hora de configurar una potica. La concepcin de un ser heterogneosi- tuadofrenteala nada,provocadorade angustialohacepocoaptoparaenten- deral sujetopsicoanalticotalcomohoy lo consideramos. La heterogeneidaddelSer.Se mues- tra en Los Complementarios, en unas glosasbajoelttulo"Apuntesparauna nueva teora del conocimiento"(21)y R.A.E.N. Vol. IX. N. 031. 1989 "Sobre la objetividad" (22). Despus de unasdisquisicionessobretiempoy espaciocomo "pseudorrepresentacio- nes", afirma. "Tiempo y espacio son dos instrumentos de objetividad. En qusentido? Entendemosporobjetivi- dadlospuntosdecoincidenciadelpen- sar individual(del mltiplepensar in- dividual)queformanelpensargenrico, la racionalidad. La objetividad supone unaconstantedesubjetivacin,porque lasconcienciasindividualesnopueden coincidirconel ser,esencialmenteva- ro, sino en el no ser"(23), y en otro lugar:"Objetividadnoesya nadaposi- tivo,essimplementeelreversoborroso ydesteidodel ser. Sloexisten, real- mente, conciencias individuales, con- ciencias varias y nicas, integrales e inconmensurablesentres. Sloesco- mnatodaslasconcienciasel trabajo de desubjetivacin"(24). 4. lAAPUCACIONALPSICOANAUSIS DE lAOBRADE MACHADO El crticoRicardoGULLN ha intentado acercarse a la obra de MACHADO me- diantela identificacindeunelemento propiodela misma:elespaciopotico. En esteespaciopoticova,sealaGu- LLN, algunosde los elementostem- ticosytcnicosdelapoesadeMACHA- DO: la memoria, la angustia ante la muerte, la frustracin, etctera. Para nuestropropsitotieneinters la comparacin que hace este crtico entrelasfigurasretricas metafricas ymetonmicas;su empleoporMACHA- DO Ysu utilizacinenpsicoanlisis(25). Sinduda,queesteespaciopoticotiene analogasformales, inclusotemticos, conelcampofreudianosinqueporello exista unain'fluenciadirectadeFREUD. En Soledades, querecordemosquese abre con el poema "EI viajero"-yel temadelrecuerdoylareminiscencia- escribe MACHADO (26): "Yo no s le- yendasdeantiguaalegrasinohistorias viejasdemelancola".Difcilencontrar en el mundo potico una descripcin 600 Antonio Machado y el psicoanlisis R.A.E.N. Vol. IX. N. 031. 1989 de la formacin de yo en trminosde dinmicafreudiana,esdecir,deprdi- dasy duelos. Pese a lo anterior es MACHADO un poetabsicamenteexistencialsubjetivo, locualnocontradicequesea unpoeta heideggeriano,habladoporel lenguaje, proyectadosobreel textodel poema y donde el paisaje tanto exterior como interior-ensuscontenidostemporo- espaciales- va a lo largo del poema depurndose hasta mostrar, con con- tundentepalabra,susesenciasmspro- fundas. Esteesquemanarrativoseapli- ca igualalopersonalquealosocial;y en ello reside la fuerza "psicolgica" existencial de MACHADO. Un ejemplo muestra esta especula- ridad, a pesar de la diversidad de las temticas:definirseasmismoydefinir aCastilla: "Poeta ayer, hoytristey pobre filsofotrasnochado. Tengoen moneda de cobre el orode ayer cambiado"(27). Luego: "Aorillasdel Duero Castilla miserable, ayerdominadora envuelta en sus andrajosdesprecia cuanto ignora como... La madre en otrotiempofecunda en capitanes madrastra es hoyapenas de humildesganapanes"(28). Tampocoel notoriosimbolismodeMA- CHADO debe inducir a error. Ms que ensuvinculacinpsicoanalticaelsim- bolismomachadianotienesusorgenes en BUYDELAIRE, RIMBAUD, MALLARM y, sobretodo,enVERLAINE. Rafael LAPESA (29) ha sealado, por una parte, la re- gularidaddelossmbolosen la poesa de MACHADO y, porotra, su cambiode significacinalolargodeella.En otras palabras, fidelidad a los smbolosque son marcadospor el discurso. Efectivamente,comosealbamosan- teriormente, MACHADO fue el creador de unespaciopoticopobladodesen- timientos universalesque pueden re- sumirseen laspalabrasde R. GULLN. "La eleccin de este espacio no es casual, ni epocal siquiera; responde a sentimientosintemporalesquelosus- traenalenvejecimientopropiodecuan- taslimitacionespadeceel hombre,an- cladopordestinoauntiempoconcreto. Si lafuncinsimblicadelcisneseago- tconelwagnerismoyel modernismo, ysidelparqueviejoylaciudadmuerta exigen una traslacin lectorial -filo- sfica si se prefiere decir as- al pa- sado, lasgalerasconservan plena vi- gencia. Prestigiomantienen losotrossm- bolos, perosteafecta al lectordesde supropiatemporalidad,esdecir,desde la intemporalidad"(30). En este espacio, severo y habitado porlapoesa-"palabraeseltiempo"- se explicitan el yo de Antonio MACHA- DO que pone en acto una potica de- terminada, ajena en sustrminosge- nerales,alpropiopsicoanlisis.Estoes asporqueMACHADO es unpoeta exis- tencial -tantopor las esenciastem- ticascomoporlaconstruccindelyo- que,comosealaConchaZARDOYA, "to- dossuspoemasson, enconjunto,una visinyentregatotaldesuyopotico, suma total de sus irisaciones, de sus yos. El poeta,aunsiendoel mismo,no puede repetirse invariablemente, por muymonocordeomontonaquesea suvenalrica.Poresto,lasvariaciones desuyo matizan,enriquecenyforta- lecen la sostenida unidad de su obra potica"(31). Fueprecisamente,amientender,des- deesa radical existencialidaddesdela que MACHADO utiliz el psicoanlisis. En 1928 los hermanos MACHADO es- trenaban Las Adelfas, la obra en que serefleja,explcitamente,laaplicacin del psicoanlisis al hecho dramtico. Sin embargo, ya la crtica de la poca -enpalabras de Enrique OAZ CANE- 00- sealaba,amijuicio,conacierto: "Unavez ms se utilizan en la poesa dramticalasleccionesdelpsicoanli- sis. En losMACHADO esta utilizacinno 601 Antonio Machado y el psicoanlisis pasa de ciertas indicaciones elemen- tales. De ningnmodohanpretendido ofrecercasosnuevosala consideracin de los especialistas. Se han asomado al mundodelossueos,delospresen- timientos,queantesde serterrenode experimentospsicoanalticos,fuereino de poetas"(32). Efectivamente,enla obra-enlaque la protagonistaAracelitrata,seisaos despusde la muertedesu maridoen accidente, solventar el misterio de la convivenciaconl y, mediantela ayuda delmdicoCarlosMontes,amigodela infanciaynacidocomoellaen la finca deLosAdelfos,recuperarlacapacidad deamar- seplanteanjuntoalastesis esenciales, segn MACHADO, del psi- coanlisis,lapuestaenfuncionamiento del mtodoteraputicofreudianoque enpalabrasdelpoetaesunaverdadera "mayutica"complementariadela So- crtica. Demos la palabra a Carlos Montes, mdicoy primodeAraceli. "Undoctoraustraco diceque el sueo es guardin del dormir,quees su contrario. Pero en qusueas? Los sueosson cajitasde sorpresa msqueteatro. Yadvierte queel preguntarteen qusueas nofuede curioso, sino de mdicoa la moderna. (Araceli lo mira con cierta extraeza.) S, ya los sueos pasaron de manosde los poetas a las del mdico; ahora ya no es culto, sinoguerra a lossueos. Hoyse tratan, se estudian y hasta se operan, llegado el caso(33). Porque notodo es farsa en la nueva ciencia del psicoanlisis. Hay una verdad, aunquevieja, indudable en ella: el alma puede enfermar. Cuando enferma, R.A.E.N. Vol. IX. N. 031. 1989 de achaques, lacrasy cuitas del cuerpopuede ser ella tambin la causa. Acudamos por la va msdirecta acurarla. Hay una erotemtica nueva, un arte de partear espritus, quees may-utica mssutilquela del sabio Scrates, si notan bella, y consiste en alumbrar, no las divinas ideas, esasverdades detodos y nadie, sino las nuestras, lasquecada cual al fondo sin fondo del alma lleva. En zonas del alma donde el candil de la ciencia -oantorcha o sol, si te place- no luceya, o luceapenas, donde el poeta imagina el trajinarde colmena de un mundocreador, nosotros pensamosqueest la negra mansin de lossueos malos o el antrodonde se engendran. Deseos que no han podido cumplirse, turbiasy feas visiones: un mundo invlido de fracasos y miserias, toda una flora malsana, toda una fauna perversa; cuantotach el rojo lpiz de la moral, o a la excelsa luzde lossagrados tpicos de la razn se avergenza, allest, azorado, inquieto, emboscado entre maleza. Nuestra misin es sacarlo a la luz"(34). EstasdeclaracionesdelmdicoCarlos Montes sirve de teln de fondo en el queseapoya,parainterpretarel sueo deAraceli. Araceli: "Poruna senda de Los Adelfos, mi finca deAndaluca, que apenas conozco, aunque all nacimos t yyo, y jugamosen ella de nios, caminoen sueos 602 Antonio Machado y el psicoanlisis tantasveces... Las adelfas dan su olor, una fragancia extraa queel sueo inventa o reproduce. Yo voy buscando aAlberto." Carlos: "Y lo encuentras?" Araceli: "Siempreen los mismoslugares del sueo, donde clarea el agua, entre los arbustos, delantede mse aleja con una mujer"(35). Sinembargo,ycomoseala C. FEAL (36),laobranopasadeser"unacurio- sidad"porelpsicoanlisisyseremonta en suconjuntoaresponderaunapro- blemtica psicolgica: el porqude la dificultaddeamary el problema de la identidad.NuevamenteDIAlCANEDO es concluyente: "EIpblicooyconaten- R.A.E.N. Vol. IX. N.o 3/. /989 cin los tres actos de Las Adelfas y aplaudi en los finales a los autores con el fervor de siempre; pero, a mi entender,msaellosqueala comedia" (37). 5. ALGUNAS CONCWSIONES FueAntonioMACHADO un autorque se dio a s mismo una slida potica, unidaestructuralmenteasuquehacer versificador.Conocedortempranodela obradeS. FREUD, la incorporala ma- trizesencial de susfundamentoste- ricos, perdiendoen esta operacin, el psicoanlisis, alguna de sus caracte- rsticas. Finalmente, a fines de la d- cadadelosaosveinte,pusoenprc- tica el mtodo psicoanaltico en Las Adelfas escritoencolaboracinconsu hermanoAntonio. BIBLlOGRAFIA (1) SALINAS, Pedro: Literatura espaola siglo XX Alianza Editorial. Madrid, 1972, pgs. 139- 140. (2) GULLN, Ricardo: Espacios poticos de An- tonio Machado. FundacinJuan March. Madrid, 1987. (3) SERRANO PLAJA, Arturo:Antonio Machado. Editorial Schapire. BuenosAires, 1944,pg. 43. (4) MACRI ORESTE; GAETANO CHIAPPINI: Antonio Machado. Poesla yprosa. Espasa-Calpe,S. A Ma- drid, 1989,pg. 109. (5) Ibld., pgs. 33-45. (6) MACHADO, Manuely Antonio: Las Adelfas. Espasa-Calpe, S.AMadrid, 1981. (7) PREZ FERRERO, Miguel: Vida de Antonio Machado y Manuel. Espasa-Calpe, S. A Madrid, 1973. (8) Ibld., pgs. 162-163. (9) BAAMONDE, MiguelAngel: La vocacin tea- tral de Antonio Machado. EditorialGredos. Madrid, 1976. (10) MARRAST, Robert: "Un texto olvidado de Machadosobre teatro". Insula, nms. 212-213, julio-agosto, 1964. (11) BAAMONDE, Miguel Angel: Op. cit., pgs. 234-235. (12) MACHADO, Manuel: La guerra literaria. Nar- cea, S. A de Ediciones. Madrid, 1981. (13) MACHADO, Antonio: Juan de Mairena. 1/. EdicionesCtedra, S. A Madrid, 1986,pg.123. (14) MACRIORESTE: Op. cit., pg. 58y pg. 61. (15) FERNANDEZ FERRER, A:Introduccin a An- tonio Machado. Juan de Mairena. l. Ediciones Ctedra, S. A Madrid, 1986, pgs. 37-39. (16) MACHADO, Antonio: Los Complementarios. EdicionesCtedra,S. A Madrid,1987,pgs. 100- 114. (17) Ibld., pg. 110. (18) FERNANDEZ FERRER, A: Op. cit., pgs. 21- 29. (19) Ibld., pgs. 34-37. (20) SANCHEZ BARBUDO, Antonio: Ideas filosfi- cas de Antonio Machado. En: Antonio Machado. Edicin de Ricardo GULLN y ALLEN W. Phillips. 1973, pgs. 197-198. (21) MACHADO, Antonio: Los Complementarios. Op. cit., pgs. 127-129. (22) Ibld., pgs. 147-148. 603 Antonio Machado y el psicoanlisis (23) Ibd., pg. 129. (24) Ibd., pg. 148. (25) GULLON, Ricardo: Una potica para Antonio Machado. Madrid, 1986, pgs. 253-255. (26) MACHADO, Antonio: Poesas. Editorial Lo- sada. Buenos Aires, 1968, pg. 23. (27) Ibd., pg. 83. (28) Ibd., pg. 88. (29) LAPESA, R.: Sobre algunos smbolos en la poesa de A. Machado, en LOPEz, Feo. Editor en torno a Antonio Machado. Gijn, 1989. (30) GULLON, Ricardo (1987): Op. cit., pg. 26. R.A.E.N. Vol. IX N.O 31. 1989 (31) ZARDOYA, C.: El "yo" en las soledades y galeras de Antonio Machado. Gijn, 1989, pg. 116. (32) DiAl CANEDO, Enrique: Las Adelfas, en GULLON, R. y PH/LLlPS, A. W.: Antonio Machado, pg. 378. (33) MACHADO, Antonio: Las Adelfas, pg. 11. (34) Ibd., pgs. 12-13. (35) Ibd., pgs. 16-18. (36) FEAL, C.: "Los Machado y el psicoanlisis". En torno "Las Adelfas". En Insula, 328, 3-1974, pgs. 1 y 14. (37) DiAl CANEDO, E.: Op. cit., pg. 379. 604