Este documento analiza las formas en que se construye la ética empresarial en Francia a partir de la adopción de conceptos de la ética. Identifica algunas formas como la empresa del respeto, la voz del profeta, Habermas en la administración, y la transferencia de valores éticos. Examina cómo la ética empresarial retoma ideas de la ética para justificar su discurso y recomendaciones, articulándolas con teorías éticas como la de Kant para dar validez a sus propuestas. El objetivo final es mostrar que la ética emp
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Este documento analiza las formas en que se construye la ética empresarial en Francia a partir de la adopción de conceptos de la ética. Identifica algunas formas como la empresa del respeto, la voz del profeta, Habermas en la administración, y la transferencia de valores éticos. Examina cómo la ética empresarial retoma ideas de la ética para justificar su discurso y recomendaciones, articulándolas con teorías éticas como la de Kant para dar validez a sus propuestas. El objetivo final es mostrar que la ética emp
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Este documento analiza las formas en que se construye la ética empresarial en Francia a partir de la adopción de conceptos de la ética. Identifica algunas formas como la empresa del respeto, la voz del profeta, Habermas en la administración, y la transferencia de valores éticos. Examina cómo la ética empresarial retoma ideas de la ética para justificar su discurso y recomendaciones, articulándolas con teorías éticas como la de Kant para dar validez a sus propuestas. El objetivo final es mostrar que la ética emp
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La construccin de la tica de la empresa o tica de los negocios
Primera parte. Las formas a partir de la adopcin de la tica
119 No. 216, mayo-agosto 2005 Resumen En este artculo mostramos la manera cmo la tica de la empresa o tica de los negocios se construye a partir de la adopcin de la ciencia de la tica. Esto da origen a las formas; en este trabajo sealaremos slo algunas: la empresa del respeto y la buena voluntad, la voz del profeta y el impulso de amor, uno mismo y el otro en el trabajo, Habermas en la administracin, la solucin de la presin moral y la transferencia de valores de la tica de la empresa. El anlisis de las formas ilumina el contenido ideolgico de la tica de la empresa y las contradicciones insuperables en su construccin. Para ese propsito, adoptamos en nuestra exposicin el mtodo de la economa poltica de Marx (1965: 254-263) en la construccin de la tica de la empresa a la francesa. Palabras clave: tica de la empresa, tica de los negocios, ideologa, management participativo, proyecto personal, tica de la discusin, tica profesional, trabajo inma- terial, tica de la conviccin y tica de la responsabilidad. La construccin de la tica de la empresa o tica de los negocios Primera parte. Las formas a partir de la adopcin de la tica * Ricardo Cuevas Moreno* * * Este trabajo se conforma de dos partes. La segunda se presentar en el siguiente nmero. ** Investigador de la Facultad de Comercio y Administracin de Tampico de la Universidad Autnoma de Tamaulipas. Correo electrnico: rcuevasfr@yahoo.fr Ricardo Cuevas Moreno 120 Introduccin La interpretacin francesa de la tica de los negocios L os artculos siguientes estn dedicados al estudio de las formas que la tica de la empresa reviste. Nuestro anlisis se limita a la interpretacin francesa de la tica de la empresa debido a que se trata de un fenmeno particular desde su adopcin misma y su desarrollo en Francia. Con el tiempo, la tica de la empresa ha sido asimilada y adaptada de acuerdo con la cultura de ese pas. En ese sentido, es necesario destacar los puntos siguientes: 1) una concepcin propia de las rela- ciones entre el Estado, los patrones y los trabajadores; 2) un contexto econmico, poltico y social propio; 3) una tradicin filosfica que trata de sostener todo discur- so de la tica de la empresa. Sin embargo, nosotros pensamos que nuestro anlisis puede servir para comprender ciertos aspectos de la tica de la empresa en gene- ral, particularmente su rol como ideologa del capital de la poca de la informatizacin. La tica de la empresa es denominada de diferentes maneras: tica en la gestin de la empresa, tica de los negocios, tica en la empresa. Hemos decidido nom- brarla tica de la empresa o tica de los negocios porque, por una parte, los escritores de la tica de la empresa se refieren de manera indistinta a un mismo objeto de anlisis; por otra, esa nocin engloba todas las relaciones de la empresa. Esas relaciones son para nosotros econmicas, tecnolgicas, polticas es decir de autoridad y poder sociales y morales. La empresa forma parte del organismo social, por lo que la nocin de la tica de la empresa o tica de los negocios comprende, luego entonces, tambin las relaciones internas y externas de la em- presa capitalista. En fin, partimos del supuesto que la empresa capitalista es la forma dominante de las organizaciones en la actualidad. La tica de la empresa reposa sobre una serie de conceptos y de razonamientos que le dan su contenido y su validez; por ejemplo, los que nosotros llamamos los autores de la tica de la empresa suponen la sociedad capitalista liberal y valores polticos y morales como punto de partida; stos son el marco de todo discurso. Pensamos que la integracin de los valores morales hecha por la tica de los negocios o tica de la empresa es una puerta de acceso para explicar su carcter ideolgico. La construccin de la tica de la empresa o tica de los negocios Primera parte. Las formas a partir de la adopcin de la tica 121 No. 216, mayo-agosto 2005 En consecuencia, el anlisis de las formas de la tica de la empresa proporciona la prueba que la tica de la empresa o tica de los negocios es una ideologa del capital en el sentido de Marx y Engels (1982). Por forma debemos comprender la manera cmo se estructura el contenido de un proceso o fenmeno. As la ideo- loga es la forma (representacin) que adquieren las relaciones sociales de pro- piedad, de produccin y de poder en la sociedad dividida en clases; asimismo, esta ideologa toma la apariencia de ciencia y se presenta como comn para todos. Al ocultar las relaciones que la fundamentan, la ideologa es una falsa conciencia con apariencia de verdad que perpeta las relaciones econmicas y sociales de explotacin y el dominio de una clase sobre otra. En la prctica la ideologa impone las ideas y los valores de la clase que domina econmica e intelectualmente me- diante la filosofa, el derecho, la poltica, la tica o la religin. La dificultad estriba en explicar cmo la ideologa de la clase dominante consigue imponerse al conjunto social. En nuestra poca, el conocimiento cientfico parece ser la forma ms eficaz que toma la ideologa. Sin embargo, en tanto que ideologa, ella puede tomar otra forma, por ejemplo, la del discurso religioso. En este artculo veremos cmo la tica de la empresa retoma los conocimientos de la tica para justificar su existencia, su discurso y sus recomendaciones. Tomando en cuenta que la tica, la economa y la administracin son las fuentes de la justificacin a la cual nos referimos, primero trataremos de poner en evidencia la adopcin de la ciencia de la tica; la aportacin de la ciencia de la economa a la tica de la empresa o tica de los negocios la reservamos para nuestro artculo siguiente, pues ello desemboca en el dogma que sostiene a la tica de la empresa: los valores morales son la clave del xito de la empresa. I. La adopcin de la tica por la tica de la empresa Los autores de la tica de la empresa justifican la necesidad de la orientacin tica para la gestin de la empresa de varias maneras: Los hombres que trabajan en la empresa, especialmente el empresario y los administradores, deben tomar decisiones; esto implica la responsabilidad y, por tanto, la moral. Los cambios en el mundo actual obligan, cada vez ms, la intervencin de la empresa en los asuntos de la sociedad; esto implica las cuestiones morales: la empresa ciudadana es la figura emblemtica de esta posicin. Ricardo Cuevas Moreno 122 La empresa actual, descentralizada y en red, libera espacios de autonoma para los individuos; ah la comunicacin es cada vez ms importante para la administracin: la empresa del tercer tipo o la empresa inteligente son las figuras representativas. Los dos libros pioneros de la tica de la empresa francesa inauguran una manera comn de proceder en la literatura de la tica de la empresa. As, por ejemplo, despus de establecer la necesidad de la tica para los negocios, Glinier (1991) y Farcy (1969) hacen intervenir el pensamiento de un filsofo a partir del cual hacen vlidas las recomendaciones de la tica de la empresa para la administracin. Nosotros analizaremos esta articulacin en las pginas siguientes, pues ellas cons- tituyen las formas en el sentido que hablamos ms arriba. a. La tica de la empresa y las teoras ticas El primer ejemplo de la articulacin, sealada anteriormente, se basa en la teora tica de Kant (1994). Los autores de Hacia una moral de los negocios (Farcy, 1969) formulan una pregunta al parecer tpica hoy en da para la tica de la empre- sa: partiendo del hombre libre, capaz de realizar elecciones, cmo l puede ser consciente y responsable cara a cara de la toma de decisiones y de sus conse- cuencias? En suma, cmo el hombre puede tener una actitud moral en los nego- cios?, cmo el hombre puede conciliar el respeto hacia los otros y la toma de decisiones eficaces para cumplir los objetivos de la empresa? Despus de Farcy, Mouss (1989), Etchegoyen (1991) y Bowie (1999) han retomado esa problemtica proponiendo varias soluciones a partir de la adaptacin de la teora tica de Kant (1994). Dichas respuestas suponen al individuo libre, razonable y autnomo provisto de los derechos universales. As, segn Farcy, la moral basada sobre el imperativo categrico y en los impe- rativos derivados es el sostn adecuado para el responsable comercial. Farcy piensa que la naturaleza de las obligaciones de cada uno se determina por los derechos de otros, al igual que los escritores de la tica de la empresa lo harn despus. Este autor piensa que los derechos del hombre tienden a la universa- lidad y enuncian de manera explcita el reconocimiento de la dignidad y del respeto de la persona; ellos son el marco jurdico, poltico para la economa de mercado. Farcy considera, adems, que se trata de encontrar en el marco de esa sociedad La construccin de la tica de la empresa o tica de los negocios Primera parte. Las formas a partir de la adopcin de la tica 123 No. 216, mayo-agosto 2005 liberal la mejor manera para el funcionamiento de esa economa de mercado. Los derechos y deberes del hombre aplicados a la moral comercial permiten el cumpli- miento de la libertad, de la equidad, de la justicia y de la seguridad de los individuos en los contratos y las transacciones (Farcy, 1969: 41-49). De esta manera consideramos la pedagoga de la decisin (Farcy 1969: 67) har posible la conciliacin de la subjetividad del individuo y su deber moral hacia los otros; de igual forma, la antinomia entre el inters particular y el inters general ser resuelta. En otros trminos, la actitud moral har compatibles la efi- cacia econmica y moral. Nosotros pensamos que, segn la tica de la empresa inspirada o fundada sobre la tica propuesta por Kant, los hombres tendrn la buena voluntad para respetar los compromisos establecidos en los procesos de la produccin y la circulacin social conducidos por la administracin. Esta teora tica aplicada a la empresa predicar por un respeto de la persona, en el cual los diferentes copartcipes debe- rn considerarse siempre como un fin jams como un simple medio (Kant, 1994: 108); es decir, la aplicacin de esa teora tica a la empresa no resolvera el proble- ma de la aplicacin prctica del imperativo categrico, sino a condicin de anular la divergencia de intereses en la empresa. La aplicacin de la tica de Kant a la empresa evidencia la necesidad de recurrir al cumplimiento del deber y a la moral nacida durante el Siglo de las Luces para explicar las relaciones morales dentro de la empresa capitalista. En un segundo ejemplo Glinier (1991) y Even-Granboulan (1988) aplican ciertos conceptos e ideas de Durkheim (1937) y Bergson (1932) sobre la tica, la moral y su aprendizaje al comportamiento moral dentro de la empresa. Nosotros pensamos que la aplicacin consecuente de esas teoras ticas a la administracin de la em- presa conducira a las siguientes reflexiones. Nosotros somos seres morales en la medida en que somos seres sociales; cumplir el deber remite a las nociones de autoridad y de disciplina. La moral es un conjunto de deberes, de hbitos, de mandamientos; es un sistema de prohibicio- nes, el cual tiene por finalidad contener, poner lmites a las pasiones y limitar la sensibilidad de acuerdo con las rdenes de la razn. La moral es esencialmente disciplina (Durkheim 1937: 27,30, 36-37). El aprendizaje de la moral se da a tra- vs de la educacin y la convivencia dentro de los grupos sociales. La presin Ricardo Cuevas Moreno 124 social y el impulso del amor manifestaciones complementarias de la vida son las dos nociones bsicas que explican la necesidad de la obediencia y la moral para preservar el grupo y la sociedad (Bergson 1932: 52-53; 98-99). Desde esa perspectiva, la empresa sera una institucin y un grupo; el apego del hombre a ese grupo particular sera la esencia del deber y del acto moral. La autoridad y la disciplina explicaran el establecimiento de las normas, la sumisin y el cumplimiento del deber cotidiano. La obligacin moral, como la entiende Durkheim, sera el resultado de la autonoma de la voluntad; en suma, la vida moral para la empresa sintetizara la felicidad, el bien y el deber. La empresa sera a la vez el grupo y la educadora de una moral racional y laica. Vista as, la empresa debera contribuir a la constitucin de hombres libres, autnomos, amantes de su grupo y su patria, capaces de ser racionales y al propio tiempo de conmoverse por la felicidad y la desdicha de otros. En ese sentido, la empresa y los negocios seran la aplicacin de esos altos valores y metas, desde las bases hasta los dirigentes, slo que seran los dirigentes los equivalentes al filsofo o el profeta que impulsa- dos por la razn y el impulso del amor aclaran el camino a los otros. Es de notar que ni Glinier (1991) ni Even-Granboulan (1988) derivan las implicaciones que esas teoras ticas tienen para la administracin de la empresa; slo usan algunos conceptos e ideas para justificar ciertas recomendaciones de lo que deberan ser los negocios (Glinier, 1991: 9,13, 50-51, 56, 69, 75, 78, 155-156, 161-165, 175-178, 183) y (Even-Granboulan, 1988: 95, 99, 130-136, 191, 222, 248, 262, 269, 277). Esto es un trazo caracterstico de los escritores de la tica de los negocios que nosotros conocemos. Habermas en la administracin es el tercer ejemplo, para la empresa del nuevo milenio o la empresa del tercer tipo, utilizando la expresin de Archier y Srieyx (1984), la informacin y la comunicacin se convierten en actividades cruciales para la vida de las empresas. La importancia ganada del trabajo inmaterial se traduce en una mutacin de las empresas y de su gestin; entonces, la administra- cin de los hombres y de los medios de produccin debe efectuarse mediante un nuevo tipo de gestin: el management participativo. La nueva vida de las empresas solicita la accin autnoma de los individuos y la identificacin de su proyecto de vida con la empresa. Los conflictos que esta etapa de la empresa genera deben ser resueltos tomando en cuenta una sociedad liberal democrtica avanzada. La teora tica de Habermas (1992) parece ser adecuada La construccin de la tica de la empresa o tica de los negocios Primera parte. Las formas a partir de la adopcin de la tica 125 No. 216, mayo-agosto 2005 para la empresa del nuevo milenio, salvo que escritores de la tica de la empresa olvidan ciertas cuestiones esenciales del continuador de la escuela crtica. En efecto, la tica de la comunicacin se encuentra dentro de un amplio progra- ma de investigacin (Habermas, 1973): se trata de la aceptacin del capitalismo y de la dominacin sobre las masas de ese modo de produccin social. En ese sen- tido, la legitimidad del capitalismo, de la empresa y la aceptacin por parte de la masa resultan unos asuntos cruciales. Los escritores de la tica de la empresa olvidan que la comunicacin y la informacin juegan un rol fundamental para la legitimacin y la dominacin de la empresa capitalista moderna, pero esto es un tema que el mismo Habermas no investiga (Floris, 1996). Una aplicacin limitada de la teora de la comunicacin popular en Francia es la de Etchegoyen (Etchegoyen, 1991: 184-188). Por otro lado, cmo puede uno estar seguro de no excluir a ciertos actores o grupos de la discusin? Orsoni (Leroux y Marciano, 1999); por nuestra parte, pensamos en otra objecin, pues la tica de la discusin supone los hombres libres, iguales, razonables y responsables de los cuales el dilogo est basado sobre los principios U y D (Habermas, 1986: 12-13). Esos hombres que discuten harn emerger las normas vlidas y aceptadas por todos (Habermas, 1992: 17-32). Eso significara la posibilidad de conseguir una democratizacin de la vida de la empre- sa inexistente hasta nuestros das. El cuarto ejemplo retoma la nocin de virtud como fundamento de los negocios. Para Solomon los negocios no pueden ser reducidos al simple hecho de hacer dinero; por el contrario, la prctica de las virtudes ticas, que para l son sinni- mo de valores ticos, se encuentran en el corazn de los negocios. Esto significa que son los seres humanos los que practican estas virtudes, los que dan vida y suceso a las empresas y los negocios ms que las ganancias o el dinero. De igual manera que Aristteles (1965), Solomon parte del individuo inmerso en la comuni- dad cuyo criterio del xito es la felicidad. La buena vida es la vida feliz que florece en el actuar bien, es decir, una vida guiada por las virtudes. La esencia del enfoque aristotlico hacia la tica de los negocios es que tenemos que apartarnos del pensamiento centrado en las utilidades y concebirlos como una parte fundamental de la buena vida. (Solomon, 2000, 1999: xxiii). Ricardo Cuevas Moreno 126 Segn Solomon, el individualismo, la libertad individual, la responsabilidad colecti- va, el respeto y la tolerancia son los valores ms que la libertad de la libre empresa sin rendir cuentas a nadie el origen del suceso de las empresas esta- dounidenses. Para este autor es necesario humanizar los negocios, desterrar de nuestras concepciones y lenguaje las metforas de la jungla, el juego, la guerra, la mquina, el mito del empresario, la competencia y el capitalismo vaquero, el altruismo abstracto y las utilidades. El enfoque aristotlico de Solomon postula que ser virtuoso implica actuar tanto en beneficio propio como en beneficio de los dems. La idea subyacente, pensamos nosotros, es que el hombre slo existe en comunidad, lo cual cierta- mente es comn a la sociedad de la Grecia antigua y a la sociedad capitalista actual. Este hecho comn le sirve a Solomon para establecer que la vida de la empresa es ante todo una, en y para la comunidad. ste es el argumento ontolgico que conduce a la moral; el segundo argumento es de carcter poltico. Segn Solomon la empresa es un ciudadano y como tal es parte de la sociedad y vive en ella. En consecuencia, la empresa vista como ciudadano y como comunidad permite la comprensin de las actividades de los negocios y sus aspectos ticos (Solomon, 2000, 1999: 34, 46). Es decir, esa facultad de ser honesto, respetar y pensar en los otros en cada una de nuestras acciones. Finalmente, si las virtudes son tales, solamente en relacin con los dems, ellas tienen la cualidad de utilidad. En efecto, inspirado en Hume y su Enquete sur les principes de la morale, Solomon considera a las virtudes de la sociedad y de la empresa como tiles (Hume, 1991: 128). En este sentido, la llama- da responsabilidad social de la empresa es inherente a la vida de la empresa misma, al igual que su utilidad para bien de la sociedad. b. La solucin a la presin moral El quinto ejemplo de la articulacin entre la tica y la tica de los negocios es notable por sus repercusiones en la construccin de esta ideologa del capital; por tal razn amerita un estudio especial. En un primer momento analizamos la expo- sicin de Weber sobre la tica de la conviccin y la tica de la responsabili- dad; en un segundo momento, la interpretacin y la aplicacin en la administracin de la empresa de ese clebre planteamiento. La construccin de la tica de la empresa o tica de los negocios Primera parte. Las formas a partir de la adopcin de la tica 127 No. 216, mayo-agosto 2005 En sus conferencias de 1919, Weber trata discernir el alcance tico de las voca- ciones de sabio y de poltico. Esas dos actividades tienen en comn el hecho que ambas no reposan en un vaco social; asimismo, implican los aspectos de orden social, poltico, econmico, histrico y tico que los hombres dedicados a la ciencia y a la poltica deben tomar en cuenta para el ejercicio de su vocacin. Es evidente que el juego de factores supera el simple ejercicio de la vocacin. En las dos conferencias, la vocacin del sabio y la del poltico llegan a un problema tico comn: la del alcance de la ciencia y de la poltica por el destino de la sociedad y de la humanidad. La clebre mxima formulada por Weber, la tica de la conviccin y la tica de la responsabilidad, es citada innumerables veces para explicar el comportamien- to moral prctico de los agentes. En la presentacin francesa del libro El sabio y el poltico, Aron (Weber, 2001) sostiene la idea de que esta frmula refleja en gran medida la condicin humana. Indudablemente, sa parece ser la intencin de Weber. El contexto sobre el que reposa esa dicotoma, pensamos, permite comprender mejor su significacin. La vocacin de sabio y la vocacin de poltico son com- prendidas a partir de un sistema capitalista desarrollado. Ah, las instituciones con- tienen las cualidades de la administracin racional; es decir, de empresas capi- talistas cuyo primer objetivo es la ganancia. En efecto, Weber supone el capitalismo avanzado: la especializacin de actividades y la tendencia a convertir en empresas capitalistas todas las actividades de la vida social. El poltico que Weber imagina es el hombre que dedica tiempo completo a la poltica y que vive para la poltica. Uno de los resultados notables del proceso del establecimiento del Estado moderno es el hombre poltico profesional; sin embar- go, existe el hombre poltico en tanto que funcionario y el hombre poltico en tanto que jefe, lder, empresario del asunto poltico. Este ltimo es diferente del funcio- nario de tiempo completo porque ste administra los recursos de la administracin; su xito es la administracin eficiente y responsable de esos bienes. Lo mismo que el sabio, el poltico (el jefe poltico, el profesional, el hombre de Estado) dedica su vida al servicio de una causa; para el primero es la ciencia y para el segundo el poder. El poltico mete sus dedos en los rayos de la rueda de la historia. Entonces, se pregunta Weber: cules son las cualidades necesarias que el poltico debe tener para estar a la altura de esta intervencin? De igual Ricardo Cuevas Moreno 128 manera que el sabio, el poltico debe estar provisto de un conjunto de cualidades indispensables para alcanzar su objetivo. Weber menciona la pasin sincera, la responsabilidad personal (derivada del compromiso a la causa) y la facultad de distancia de los hechos, de los hombres y de las cosas (coup doeil, ojeada, vistazo). Segn Weber, la legitimidad de la dominacin posee fundamentos; stos son tam- bin las razones internas que justifican la dominacin: la autoridad que nace de la tradicin, la autoridad que proviene del carisma y la autoridad que proviene de la legalidad o de la razn, simplemente. Regresemos a las relaciones entre la poltica y la tica o ethos de la poltica; el punto decisivo es el siguiente: la poltica es una actividad de esfuerzos cuyo objeti- vo es llegar al poder. Se trata del ejercicio de la violencia legtima que se encuen- tra al centro de la poltica, del Estado moderno y del ethos de la poltica para la humanidad. La causa que sirve al hombre poltico es la toma o el comportamiento del poder para l mismo, para un partido o para un grupo. Una vez establecido que el medio decisivo en poltica es la violencia, enton- ces qu es lo que puede justificar el uso de la fuerza de una parte de los hom- bres de la sociedad sobre otros? Si se toman en cuenta los medios y las finalida- des, qu puede justificar que con el objetivo de alcanzar los fines buenos y vlidos el hombre poltico o el Estado utilice la violencia legtima o medios mo- ralmente peligrosos?; ms todava, qu puede justificar que las consecuencias de esos actos de fuerza sean nefastas o moralmente condenables? Segn Weber, ninguna tica puede resolver esas preguntas; adems, el resultado final de la actividad poltica corresponde raramente a las intenciones primeras del actor. Son las consecuencias no deseadas de los actos de los hombres que desembo- can en los resultados no previstos, los cuales nos acompaan, al menos, desde el nacimiento del mundo moderno. Frente a esta imposibilidad de la tica, para responder a las paradojas de la vida humana, Weber establece el hecho que toda actividad orientada segn la tica puede estar subordinada a las mximas: la tica de la conviccin y la tica de la responsabilidad. stos son los principios de carcter general irreductiblemente opuestas; sin embargo, esto no quiere decir que en la tica de la conviccin se encuentra ausente la tica de la responsabilidad y viceversa. La construccin de la tica de la empresa o tica de los negocios Primera parte. Las formas a partir de la adopcin de la tica 129 No. 216, mayo-agosto 2005 Veamos, ciertamente Weber no define con precisin esas dos mximas morales, sino que los ejemplos que desarrolla son los que permiten comprender su significa- cin; por consiguiente, la caracterstica fundamental de la tica de la conviccin es que el hombre guiado por ella no toma en cuenta las consecuencias previsibles de sus acciones. Si los actos producen consecuencias nefastas, el partidario de la tica de la conviccin las atribuir a la tontera de los hombres o aun a Dios. Desde el punto de vista lgico, la tica de la conviccin rechaza toda accin que llame a los medios moralmente peligrosos. Weber describe al partidario de la tica de la conviccin como alguien que no soporta la irracionalidad del mundo. El hom- bre que gua por esa tica es un racionalista cosmo-tico. Pero en realidad, la media vuelta brusca caracteriza al partidario de la tica de la conviccin: l puede preconizar la no violencia y el amor, y de golpe cambiar a la violencia justificada para que uno alcance la paz completa; al contrario, segn Weber, el partidario de la tica de la responsabilidad toma en cuenta las consecuencias previsibles de sus actos. En el caso del hombre poltico eso es muy claro; ste se expone a las consecuencias de sus acciones debido a que el uso de la violencia legtima es el punto crucial de sus actos y de sus consecuencias. El caso del militante religioso o el poltico que combate por su conviccin es un ejemplo que pone en evidencia esta tesis segn el propio Weber. Segn l, en la actividad poltica, la lucha ideolgica guiada solamente por la tica de la conviccin puede desembocar en daos considerables porque ella est des- provista de la responsabilidad de las consecuencias. A pesar de esa distincin, uno no puede aconsejar a nadie obrar por la tica de la conviccin o la tica de la responsabilidad y en que momento utilizar la una o la otra. Nosotros pensamos que el poltico que Weber concibe es la sntesis y el justo equilibrio de la tica de la conviccin y de la tica de la responsabilidad. Es cierto, al comienzo de su exposicin Weber presenta las dos ticas como irreconciliables; pero, algunos pasajes despus, resulta, que en el caso del poltico, ambas se com- plementan: Uno lo ve ahora: la tica de la conviccin y la tica de la responsabilidad no son contradictorias, sino que ellas se completan la una a la otra y constituyen en conjun- to el hombre autntico, es decir, un hombre que puede pretender la vocacin de poltico. (Weber, 2001: 219) Ricardo Cuevas Moreno 130 c. El administrador: santo o diablo La adopcin que los escritores de la tica de la empresa hacen de la frmula de Weber se presenta como una explicacin y una herramienta en la toma de decisio- nes. Las elecciones del administrador pueden ser analizadas a partir de la tica de la conviccin y de la tica de la responsabilidad. En ese sentido, la antinomia tica de Weber es ejercida por un mismo individuo; ella representa un momento de tensin entre las convicciones personales y las responsabilidades que la empresa le demanda. Orsoni, en su artculo LEthique en gestion (Leroux, y Marciano: 1999), establece que la tica de la responsabilidad aplicada a la empresa conduci- ra a veces al administrador a efectuar acciones moralmente condenables con la finalidad de alcanzar los objetivos de la empresa. La bsqueda de la eficacia funda la tica de la responsabilidad aplicada al administrador; por el contrario, la tica de la conviccin aplicada al administrador busca siempre un ideal, sin tomar en cuenta las consecuencias de los actos para la empresa. Otra interpretacin de la dicotoma de Weber mencionada por Orsoni (Leroux y Marciano, 1999: 197-205) es la del hombre de accin y el filsofo, el santo o el profeta. La tica de la responsabilidad es ligada al primero y la tica de la convic- cin al segundo. Segn Mouss (1993), esa divisin existe en la realidad: el prime- ro busca los resultados de acuerdo con la eficacia, su divisin es pragmtica y utilitarista; el filsofo lleva una actividad ms bien terica. Luego, lo que le falta al hombre de accin son los tiles tericos que le permitan comprender las causas de su comportamiento en la toma de decisiones. Los hombres de negocios tienen una formacin y un modelo de vida que les impide la reflexin sobre la moral o la tica de su actividad; su formacin cuantitativa absorbe su atencin sobre las me- didas, planes y proyectos (Mouss, 1993: 11-12, 40, 56). Tomando en cuenta que existen una multiplicidad de morales y una multiplicidad de apreciaciones sobre el bien y el mal, para Mouss (1993) esta totalidad es impo- sible de ser aprehendida. Entonces, segn l, la cuestin importante es la de saber cmo se articulan en otros trminos los diferentes niveles morales de los individuos en la empresa misma, los niveles de responsabilidades profesionales de los res- ponsables de la empresa y de sus convicciones personales; en fin, la articulacin de la tica en la empresa (Mouss, 1993: 40, 137, 139-140). Mouss piensa que la coopration conflictuelle de la vida de la empresa condu- ce indefectiblemente a la clebre dicotoma de Weber entre la tica de la convic- La construccin de la tica de la empresa o tica de los negocios Primera parte. Las formas a partir de la adopcin de la tica 131 No. 216, mayo-agosto 2005 cin y la tica de la responsabilidad (Mouss, 1993: 141-144). Este autor propone el ejercicio de la libertad responsable como solucin del conflicto; solucin insa- tisfactoria para nosotros, pues este autor recurre a la conciencia individual y al libre arbitrio en los cuales la buena voluntad del individuo juega un primer rol. En otras palabras, como teln de fondo, la dicotoma tica de Weber tiene por sostn la teora tica de Kant (1994, 1785) a pesar de que Mouss rechace la tica de la empresa inspirada a partir del filsofo alemn. En efecto, la dicotoma de la tica de la conviccin y de la tica de la responsabi- lidad es una mxima que pretende tener una validez general y orientar de este modo la vida moral de los hombres. Ella representa la oposicin abismal de dos actitudes de la vida moral. La caracterstica la nica que Weber distingue cla- ramente es la que toma en cuenta las consecuencias de los actos por parte del individuo, pues Weber considera a los hombres libres y racionales, que son capa- ces de escoger entre una tica de la conviccin y una tica de la responsabilidad. Por otro lado, nadie puede obligarles a practicar una o la otra. Supongamos que la tica de la conviccin y la tica de la responsabilidad se en- cuentran una y la otra en los dos extremos, como Weber lo establece; en la prc- tica, los hombres podran oscilar entre esos dos extremos alejndose de una o de la otra. Es cierto que la diferencia y las virtudes entre esas dos ticas se aprecian claramente en los extremos. As, la interpretacin de Aron (Weber, 2001) estable- ce, en efecto, que esta antinomia refleja el caso extremo de la condicin humana. Nosotros pensamos que el contenido de la mxima de Weber contiene un elemen- to psicolgico sin el cual ella sera vlida. Cierto, en la vida inmediata la antinomia de Weber entre esas dos ticas aparece indudable. En la superficie de la sociedad, la actitud de los hombres vara de una tica de la conviccin a una tica de la responsabilidad y de una tica de la respon- sabilidad a una tica de la conviccin. Es cierto tambin que ellas pueden ser interpretadas y mezcladas en casos particulares; mas si trazamos una lnea entre esos dos ticas colocndolas una y otra en cada extremo, veremos que al momen- to que el hombre se aleja de una tiende a la otra, todo depende del caso y del individuo. En ese sentido, el hombre poltico entonces debera permanecer al centro de la lnea en el caso ideal. Pero es pertinente preguntarse cul es el elemento que une esos dos lados? No- sotros pensamos que esos dos extremos (el de la tica de la conviccin y el de la Ricardo Cuevas Moreno 132 tica de la responsabilidad) estn ligados por un factor comn: el deber. El hombre de la tica de la conviccin y el hombre de la tica de la responsabilidad obran de acuerdo con el deber; la diferencia es que uno de ellos enfrenta las consecuencias de sus decisiones, mientras que el otro no. Weber no se ocupa de conocer el origen de su conciencia moral ni el origen de sus valores, alrededor de los cuales oscilan las dos ticas. Al contrario, l est muy consciente que los conflictos nacen de la estructura misma de la sociedad. En efecto, sabemos de acuerdo con la historia humana y con la historia de la tica, que el deber y su cumplimiento pertenece a la realizacin del mundo de los valores morales; adems, stos existen y son realizados por los hombres de una sociedad histrica definida; en una sociedad dividida en clases, los valores dominantes son los de la clase moralmente dominante. El cumplimiento del deber es una condicin de la reproduccin de la vida social; entonces, la tica de la conviccin y la tica de la responsabilidad tratan de mostrar la actitud, la manera cmo los hombres cum- plen su deber; es decir, la actitud que los agentes toman en la realizacin de su conciencia moral. En la vida prctica, los hombres se ven en la disyuntiva de escoger entre el cumpli- miento de sus convicciones o el de sus responsabilidades. Weber, cuya mxima es de carcter psicolgico y subjetivo, quiere proveerlos de un principio de orienta- cin en esa perpetua tensin; l tiene confianza nosotros pensamos que los hombres tendrn un buen juicio para discernir entre la tica de la conviccin y la tica de la responsabilidad. Adems, los hombres tiene la posibilidad de conseguir el justo equilibrio entre la una y la otra, lo que es ms importante en el hombre poltico que ejerce la violencia legtima sobre los otros hombres; l afecta los re- cursos, gestiona el destino de las naciones y de los estados. Sin embargo, la tica de la conviccin y la tica de la responsabilidad dejan un largo horizonte de posibi- lidades para hacer relativas todas las posiciones. Lo anterior se explica a partir de dos hechos: primero, porque segn Weber, la tica no puede justificar el uso de medios moralmente condenables para alcanzar fines buenos; por ello, la tica de la conviccin y la tica de la responsabilidad seran las nicas referencias posibles cuando los hombres escojan entre las opcio- nes. En consecuencia, la tica no podra jams explicar el sentido del comporta- miento moral ni podra conocer ni enunciar leyes; nicamente quedara la eleccin de los agentes sin ninguna ley. La interpretacin de Wunenburger (1993) en sus Questions dthique seala que Weber con su mxima moral trata de demostrar La construccin de la tica de la empresa o tica de los negocios Primera parte. Las formas a partir de la adopcin de la tica 133 No. 216, mayo-agosto 2005 la imposibilidad que tienen los hombres de obrar a partir de valores morales esta- blecidos de avance. Nosotros pensamos que los valores morales estn dados; son una especie de datos a partir de los cuales los hombres cumplen su vida moral y su deber, a pesar de que ellos no conozcan el origen de tales valores. stos son figuras familiares y a la vez desconocidas para el hombre de la masa. Ellos no lo saben, pero reproducen esos valores con su praxis; lo hacen entre lo que dicta su conciencia moral particular y lo que dicta su conciencia moral social. La mxima de Weber, creemos, considera la actitud de los individuos en la actividad moral. La antinomia, tica de la convic- cin y tica de la responsabilidad, sera la forma prctica que tomara la conciencia moral. Los polos de esta contradiccin y su conexin son analizados a partir de la racionalidad. Segn esto, las dos ticas seran las dos formas de la conciencia moral racional. Por esa razn y suponiendo vlida la antinomia tica de Weber, la identificacin del hombre de accin con la tica de la responsabilidad y del sabio o del filsofo con la tica de la conviccin es una oposicin falsa que no existe en este autor. En la vida prctica, el hombre de accin y el sabio viven, tienden hacia la tica de la conviccin o hacia la tica de la responsabilidad. Es diferente decir que el hombre de accin debe preferentemente obrar guiado por la tica de la responsabilidad, como en el caso del administrador. El caso ideal sera un justo equilibrio entre las dos ticas tal como Weber lo establece para el poltico; en este sentido, lo que es abismal son las dos ticas y no las actividades de los individuos ligadas de forma ficticia a la antinomia tica de Weber. Adems, uno no puede asociar simplemente la tica de la conviccin a la moral del corazn y la tica de la responsabilidad a la moral de la razn, como si se tratara de dos ticas cuyo origen sera distinto: una el instinto; otra la razn. Con ello, uno toma el riesgo intil de establecer una oposicin de naturaleza diferente a la establecida por Weber; lo mismo pasa si uno toma la metfora de Dios y el diablo, el bien y el mal, para asociarlas a la tica de la conviccin o a la tica de la responsabilidad, metfora que utiliza para ilustrar la oposicin entre esas dos ticas y la relatividad de lo que puede ser considerado como bueno o malo. Ms all de la ciencia no hay otra cosa que elecciones. Los hombres estn confronta- dos a escoger y ah la ciencia no puede auxiliarlos. As, en el mundo reinan las decisiones individuales de los agentes, quienes escogen sus propios dioses y sus propios demonios. Ricardo Cuevas Moreno 134 En ese sentido la dicotoma de Weber aplicada al administrador dira que ste no es ni dios ni el diablo, ni bueno ni malo. Segn Orsoni (1989), el administrador cumpli- ra raramente la moral de la responsabilidad hasta sus ltimas consecuencias, si eso implica la utilizacin de medios moralmente nefastos. Al contrario, una pura aplicacin de la moral de la conviccin en la empresa es impracticable. La solu- cin propuesta por Orsoni, nosotros pensamos, es ms fiel al pensamiento de Weber; en efecto, en la prctica los administradores y los negocios se desenvuelven entre los dos extremos de las dos morales: En el fondo, la moral de los negocios evoluciona entre esos dos extremos, pues de toda evidencia, no hay tica de la responsabilidad que no quede impregnada por una conviccin expresada o latente. (Orsoni, 1989, nm. 74, junio: 114) Tomando en cuenta las observaciones precedentes sobre la dicotoma tica de Weber (la ausencia del origen de los valores morales, su carcter subjetivo, el deber como sustancia y el nexo entre las dos ticas, junto con la interpretacin de Orsoni [1989]) obtenemos el esquema siguiente: El administrador representa un ideal, un justo medio entre el cumplimiento de las convicciones y las responsabilidades; en la prctica, lo mismo que el poltico, ten- der para un lado o para el otro. La tica de la empresa de Orsoni contiene una perspectiva prctica y un contenido humano; por lo tanto, la moral del administra- dor sera el fruto de un aprendizaje, de una bsqueda con endurance (resistencia, aguante) del bien para los hombres que trabajan en la empresa: El ejercicio de la moral permanece como un esfuerzo de discernimiento del bien y del mal.El problema de la moral de la empresa es el del hombre y el problema del administrador consiste a buscar, no el Bien absoluto, sino cada vez, paso a paso, el bien para el hombre. (Ibidem: 109-116) La construccin de la tica de la empresa o tica de los negocios Primera parte. Las formas a partir de la adopcin de la tica 135 No. 216, mayo-agosto 2005 En suma, segn Orsoni (Leroux y Marciano, 1999: 197-205) el administrador se comparte entre la conducta instrumental, que pretende los objetivos y los resulta- dos de la firma, y la conducta del corazn, que observa sus valores y no toma en cuenta las tensiones ni el determinismo de los eventos. Si uno evita la identificacin falsa de la tica de la conviccin y de la tica de la responsabilidad con una moral del corazn y una moral de la razn, ausentes en Weber, esta distincin de Orsoni puede evitar la confusin de palabras. Otra manera de explicar que el administrador no es ni dios ni diablo, y que el problema tico en la empresa va ms all del bien y del mal, es la enseanza de Marx quien no culpa las acciones de los individuos en el mundo econmico donde ellos no son ms que criaturas (Marx, 1867: 550). Las acciones del administrador estn determinadas por el organismo econmico y los objetivos de empresa dentro de relaciones caracterizadas por la autoridad, el poder y la bsqueda de la ganan- cia. En este sentido, la conciencia moral del individuo y sus convicciones estn sometidas a las leyes del organismo social no como un fenmeno aislado, sino como tendencia del modo de vida capitalista (Marx, 1965: 49). Finalmente, nosotros pensamos que existe un punto crucial en la clebre antinomia de Weber: La imposibilidad tica de justificar en la bsqueda de fines buenos los medios y las consecuencias moralmente nefastas. Ese problema es ante todo un problema prctico: los fines determinan los medios, pero los medios determinan tambin los resultados y los fines. La historia de la vida social misma es la prueba la ms clara: los fines y los medios no son jams moralmente neutros. Esto es ms evidente cuando se trata de legitimar la violencia de ciertos hombres sobre otros; los licenciamientos masivos o las medidas de poltica econmica como en el caso de los pases del tercer mundo, quienes adoptan la poltica econmica sugerida por el FMI. Ah, las responsabilidades y las convicciones ms iluminadas o las ms abyectas son pasadas por la criba del movimiento social y de la historia. Aron (Weber, 2001, 1919) establece el desafo que invalidara las tesis de Weber; pero formula mal las cosas: la ciencia social jams contiene la verdad total, ni predice perfectamente el futuro, ni promete la solucin de conflictos y de valores de las sociedades del futuro; la ciencia social explica las razones de la existencia de los hechos y sus tendencias, ella nos dice las posibilidades de su realizacin. Esos hechos pueden ser constatados por las ciencias exactas y las matemticas, pero una vez que ellos han sido realizados por los hombres, y no antes como lo piensan Weber y Aron. Ricardo Cuevas Moreno 136 d. La transferencia de la tica a la empresa La asimilacin de la tica por la tica de la empresa no est exenta de serias contradicciones: ya sea que uno analice las consecuencias de una teora tica para la empresa, como hemos visto; ya sea que uno observe el arreglo de alguna teora tica para la las recomendaciones de lo que debera ser la administracin de la empresa. Pero esa articulacin o transferencia comete otro error importante: los escritores de la tica de la empresa establecen una divisin ficticia entre los valores morales de la sociedad y los valores de la empresa; ellos efectan una seleccin de los valores de la sociedad capitalista dejando los otros fuera; por ejemplo, la igualdad y la seguridad. Otros valores como la libertad, la autonoma y la justicia son inte- grados, pero utilizados de acuerdo con las exigencias de la empresa capitalista y su management participativo. Parecera que se trata de dos mundos que funcionan con una serie de valores morales diferentes: los valores de la sociedad capitalista y los valores de la empresa capitalista. Sabemos gracias a Orsoni (Leroux y Marciano, 1999: 197-205) de la imposibilidad de tener dos ticas, una para la sociedad y otra para la empresa. Recordemos que el pasaje de la sociedad a la tica de la empresa debe tomar en cuenta las relaciones de produccin, de poder y de autoridad. Aho- ra, adems de esos olvidos, los autores de la tica de la empresa pretenden fundar una tica de la empresa a travs de una seleccin de valores morales de la socie- dad capitalista para la empresa. A pesar de que esos valores morales de la sociedad capitalista son supuestos por los escritores mencionados, la divisin, la separacin que ellos establecen perma- nece infranqueable. Nosotros pensamos que todo este arreglo pone en evidencia el hecho que el comportamiento moral en la sociedad y en la empresa no puede ser el mismo, pues ellas existen gracias a relaciones sociales especficas; en otros trminos, esta divisin ficticia refleja un hecho real, pero de manera mistificada. En la empresa uno no puede sostener los valores tales como la libertad, la igualdad, la justicia, sin cuestionar el poder, la autoridad y los procesos mismos de la produc- cin de la ganancia. Esos valores deben ser sustituidos por los valores de respon- sabilidad, confianza, valor, temperancia, respeto, lealtad, libertad, etc.; son los valo- res que la empresa establece como necesarios para su funcionamiento y eficacia. Recordemos que para Marx (1965) la superficie de la sociedad es el verdadero Eden de los derechos naturales del hombre y de ciudadano; sin embargo, al momento en que los hombres atraviesan el umbral de la puerta de la empresa, su La construccin de la tica de la empresa o tica de los negocios Primera parte. Las formas a partir de la adopcin de la tica 137 No. 216, mayo-agosto 2005 comportamiento sufre una transformacin, puesto que la igualdad y la libertad son sustituidas por la autoridad y la produccin de la plusvala (Marx, 1965: 725-726); en otros trminos se trata del modo de vida capitalista y su doble moral que contie- ne desde su mismo nacimiento. Fuente: Los valores de la sociedad son extrados del pensamiento de: Les valeurs de la socit capitaliste sont tires du chapitres 3 et 4 de notre thse du doctorat en sciences de gestion Lthique de lentreprise capitaliste (2003). Los valores de la empresa son extrados de los libros de de Blanchard et Peale (1988); Le Tourneau (2000), Glinier (1991), Even-Granboulan (1988), Daigne (1991), Claude (1998); Falise (1992) et Etchegoyen (1990,1991). Se encuentran muy citados por los escritores de la tica de la empresa. El cuadro no pretende ser exhaustivo y debe comprenderse a partir de las observaciones que hemos hecho. Libertad Autonoma Igualdad Honestidad Fraternidad Responsabilidad Seguridad Confianza Propiedad Innovacin Humanidad Valor Felicidad Dignidad Disciplina Orgullo Egosmo Fe Esfuerzo Humildad Armona Justicia Humanidad Libertad Independencia Lealtad Justicia Modestia Optimismo Prudencia Pluralismo Respeto Tolerancia Solidaridad Transparencia Temperancia LOS VALORES DE LA SOCIEDAD LOS VALORES DE LA EMPRESA Ricardo Cuevas Moreno 138 Resumen y conclusin 1. En este artculo vimos que la tica de la empresa usa ciertas partes de las teoras ticas para fundar recomendaciones sobre lo que los negocios deberan ser. Sin embargo, las consecuencias morales y las consecuencias prcticas de esa aplicacin conducen a cuestionamientos importantes sobre el poder, la autoridad, la justicia y la igualdad dentro de la empresa y su responsabilidad social. 2. Pensamos que esto incide sobre el contenido de las teoras ticas adoptadas por la tica de los negocios. Un ejemplo notable es el de Max Weber; la antinomia de la tica de la responsabilidad y la tica de la conviccin es revertida de su contenido original por los escritores de la tica de la empresa. As, la identificacin por una parte de la tica de la responsabilidad con la moral de la razn y el hombre de accin; y, por otra parte, de la tica de la conviccin con la moral del corazn y el hombre sabio no corresponde al pensamiento de Weber; al igual que la identificacin de una y de la otra con el bien y el mal; dios y el diablo. Sin embargo, ellas son utilizadas en la explicacin del obrar del administrador; ah es necesario subrayar que Orsoni establece una interpretacin ms acorde con el pensamiento original de Weber. Esa interpretacin le permite proponer una dicoto- ma entre una moral instrumental y una moral del corazn ms prxima del comportamiento prctico del administrador. 3. A partir de ese punto de vista, el discurso de la tica de la empresa efecta una transferencia de valores morales de la sociedad a la empresa de los cuales los valores universales son un supuesto. La tica de la empresa retoma, agrega y modifica los valores morales, aquellos que considera necesarios para el cumpli- miento del deber dentro de la empresa y los negocios. Pensamos que se trata de un arreglo de valores artificioso, pero que pone en evidencia un hecho real la imposibilidad de sostener esos valores de la sociedad capitalista en la empresa y su administracin. 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