Hacia Una Fenomenología Del Yoga
Hacia Una Fenomenología Del Yoga
Hacia Una Fenomenología Del Yoga
ndice
Introduccin
I.
II.
III.
IV.
10
Conclusin
13
Bibliografa
16
Introduccin
Frente a un modo de vida en donde continuamente nuestra conciencia est
dirigida a un entorno de objetos que nos son externos, en situaciones de sobrecarga de
tareas, de stress y fatiga, es comn pensar que nuestro cuerpo nos interrumpe para
solicitarnos atencin. Muchas veces no damos valor a las seales de nuestro cuerpo,
como si no la supisemos interpretar, como si nos acostumbrsemos sordamente a ese
llamado. En este sentido, como lo expresa Serrano de Haro, el cuerpo propio es notado
como realidad carencial y necesitada de atencin, como una diversidad de sensaciones
internas, pulsiones, dolores que reclaman atencin 1 . Nadie conoce tan bien nuestro
cuerpo como nosotros mismos, pero qu tan bien lo conocemos? Podemos conocerlo
mejor? Podemos explorar sus posibilidades? Cmo?
Con motivo de dar respuesta a estas preguntas y otras ms, el presente trabajo
intenta ofrecer una explicacin filosfica del Yoga que cubra estos interrogantes. Para
lograr este objetivo nuestro camino se apropia de tres conceptos la tradicin
fenomenolgica: el dialctica encarnada (desde Merleau-Ponty), el conciencia como
percepcin interna, y el de cuerpo como interioridad (ambos desde Husserl). A partir
de estos conceptos vamos a argumentar a favor de la comprensin del Yoga como una
reflexin corporal, es decir, como un retorno profundo y espiralado de la conciencia al
cuerpo como un retorno del cuerpo como tema de la conciencia. Este retorno se figura
como un movimiento circular (dialectico) que implica tanto a lo que llamamos mente
como a lo que llamamos cuerpo. El sentido de la reflexin corporal es el de un cambio
de atencin, un giro desde lo que se nos presenta como ajeno hacia lo que nos es ms
propio. Dentro de la tradicin occidental la fenomenologa era y es la filosofa de la
experiencia humana, el nico edificio de pensamiento que aborda estas cuestiones sin
rodeos2, y en este sentido afirmamos la fenomenologa como una lnea filosfica til y
adecuada para abordar la prctica del Yoga.
Emprenderemos algo inusual respecto de los trabajos que se suelen producir para
el mbito acadmico. Vamos a ensayar un anlisis terico que nos permita comprender
una prctica, o sea, vamos a abordar a partir de conceptos fenomenolgicos una
disciplina que es ajena al mbito acadmico. Esto, podramos decir, ya anticipa las
dificultades y lo limitado que puede ser el formato monogrfico para la empresa que
aqu ensayaremos. Debido a esto muchos temas relevantes referidos a la prctica del
1
VARELA, F., THOMPSON, E., y ROSCH, E.; De cuerpo presente; op. cit; p. 44.
Yoga quedan fuera de este trabajo, temas como la relajacin, la respiracin, as como
aspectos anatmicos y fisiolgicos que son de suma relevancia para comprender la
disciplina del Yoga.
El presente trabajo se divide cuatro partes. La primera seccin titulada
Dialctica entre consciencia y cuerpo tiene por razn la de allanar el camino a nuestro
anlisis abordando la resolucin que Merleau-Ponty ofrece al dualismo entre mente y
cuerpo, propia de la filosofa moderna occidental. En esta seccin nos apropiaremos del
modelo causal circular o dialectico que propone Merleau-Ponty, esto nos permitir una
descripcin del Yoga libre de dualismos y ms acorde con la naturaleza de esta prctica.
En la segunda seccin, titulada Conciencia como percepcin interna, y la tercera
seccin,
titulada
El
cuerpo
como
interioridad,
revisaremos
los
conceptos
I.
Tomemos
BATTN HORENSTEIN, Ariela; Hacia una fenomenologa de la corporeidad; op. cit; p. 207.
BATTN HORENSTEIN, Ariela; Hacia una fenomenologa de la corporeidad; op. cit; p. 212.
9
VARELA, F., THOMPSON, E., y ROSCH, E.; De cuerpo presente. Las ciencias cognitivas y la experiencia
humana; Gedisa; Barcalona; 1992; p. 169-170.
10
VARELA, F., THOMPSON, E., y ROSCH, E.; De cuerpo presente; op. cit; p. 178.
11
VARELA, F., THOMPSON, E., y ROSCH, E.; De cuerpo presente; op. cit; p. 177.
8
manera que en primer lugar podemos describir la prctica del Yoga como el ejercicio de
una dialctica entre nuestra conciencia y cuerpo. sta es una prctica cuyos ejercicios
estn diseados de manera especfica para estimular y trabajar no solamente grupos
musculares sino tambin articulaciones, ligamentos, rganos vitales, sobre sistema
nervioso central y perifrico, sistema linftico, sistema circulatorio, articulaciones,
estructuras seas, y prcticamente el cuerpo humano en su totalidad. Esto nos obliga a
admitir que esta prctica desarrolla nuestra sensibilidad 12 , y que por lo tanto tiene
consecuencias en nuestra percepcin del mundo y del conocimiento reflexivo que de
ste podamos establecer. De esta manera podemos aceptar la tesis de molde husserliano
y tinte instrumentalista acerca de que el cuerpo es el rgano de la percepcin, pero
aceptando a la vez que los modos y las posibilidades de nuestra percepcin no estn
dadas de una vez y para siempre, sino que nuestra sensibilidad es un desarrollo en
directa relacin con nuestra cultura y hbitos.
II.
Este desarrollo sensitivo es lo que permite percibir la energa corporal, lo que en la cultura del Yoga se
llaman chakras. Los chakras son los centros de energa sutil, los cuales pueden desbloquearse y
percibirse sutilmente a partir de la prctica del Yoga.
13
HUSSERL, Edmund; Investigaciones Lgicas 2; Trad. M. Garca Morente; Alianza; Madrid; 1999; 5ta
Investigacin, 13; p. 499
14
HUSSERL, Edmund; Investigaciones Lgicas 2; op. cit.; 5ta Investigacin, 19; p. 520.
15
16
BATTN HORENSTEIN, Ariela; Hacia una fenomenologa de a corporeidad; op. cit; p. 51.
HUSSERL, Edmund; Investigaciones Lgicas 2; op. cit.; 5ta Investigacin, 5; p. 481.
III.
17
Husserl, Edmund; Ideas relativas a una fenomenologa pura y una filosofa fenomenolgica, Libro
segundo; FCE; Mexico; 2005; 36, p. 186.
18
Husserl, Edmund; Ideas relativas a una fenomenologa pura y una filosofa fenomenolgica, Libro
segundo; op. cit.; 37, p. 189.
apartado anterior) sobre los estmulos ubiestecicos, sobre todo los de placer y dolor.
Analicemos cmo y por qu.
IV.
El Yoga como una prctica que consiste en dominar series de posturas o asanas
que a partir del movimiento estimulan simultneamente grupos musculares, rganos
internos, el sistema nervioso central (y perifrico), el sistema circulatorio y otros centros
anatmicos importantes. Las posturas demandan un control de la respiracin y de la
mano de sta un ritmo cardiaco controlado. Posturas invertidas o de torsin, as como
algunas posturas de con exigido estiramiento, por ejemplo, demandan que el practicante
ejecute la postura con la capacidad pulmonar reducida, lo cual significa una reduccin
de la inhalacin de oxigeno. Esto supone adoptar posturas con alta exigencia muscular
pero con poca capacidad respiratoria; la clave para ejecutar tales posturas es mantener
un estado de relajacin equilibrado con dicha exigencia muscular19. El dominio de las
posturas permite algo central: la posibilidad de autoinflingirse un masaje en los
msculos, los rganos y el sistema nervioso, y en ese auto masaje radica la eficacia de
esta prctica y es lo que genera la distencin y relajacin20, algo elemental para lograr la
tan ansiada unificacin o encuentro del cuerpo y la mente, que no es sino lo que se
entiende comnmente como meditacin.
19
El estiramiento muscular no se logra travs de la contraccin muscular, sino todo lo contrario, a travs
de la relajacin muscular.
20
No vamos a detenernos en el anlisis de la relajacin, algo sumamente importante en la prctica del
Yoga. Tal es as que es determinante realizar esta prctica en un ambiente sereno, acompaando con
msica o sonidos conceptuales, que permitan la respiracin rtmica y controlada. Bien podramos decir
que generar este ambiente es indispensable.
21
Sin dudas el trabajo de Francisco Varela es notable. Su objetivo es dar con una tradicin que ayude a
complementar la tradicin occidental fenomenolgica (reflexiva) con el mundo de la vida inmediata. En
este sentido la estrategia es complementar la tradicin occidental con la tradicin oriental,
10
cotidiana; las tcnicas de presencia plena estn diseadas para retrotraer la mente desde
sus teoras y preocupaciones, desde la actitud abstracta, hacia la situacin propia de la
experiencia22. En otras palabras, la ejecucin de la asana (as como en la meditacin)
nuestra consciencia no atiende a algo ajeno o abstracto con respecto a nosotros mismos,
sino que cuando meditamos el tema de nuestra atencin es nuestra interioridad
constituida por una circularidad de vivencias psquicas y estmulos ubiestesicos sutiles.
Tal interioridad puede ser puesta de manifiesto e incluso desarrollarse a travs de la
ejercitacin de las posturas.
Explorar nuestra interioridad es como escalar una montaa, es recorrer y llegar a
lugares de nuestro cuerpo que quizs nunca hemos visitado, y est es el sentido
elemental que nos interesa analizar de esta prctica cuando la caracterizamos como una
reflexin corporal. Recorrer el cuerpo significa que el practicante debe hacer las asanas
regularmente, y cada vez llegar ms lejos con las mismas, de manera de perfeccionarlas
hasta lograr el arquetipo de la postura 23 . Quien prctica la postura lleva adelante
diariamente un recorrido dentro de s mismo, en la medida que ms nos estiramos y
concentramos en lo que sucede en nuestro cuerpo, ms profundo es el nivel de
sensibilidad. Estas asanas estimulan nuestro cuerpo a travs sensaciones kinestesicas y
de sucesos corporales ubiestesicos, es as como esa interioridad se explora y se abre a la
conciencia.
En nuestra exploracin lo primero que encontraremos son msculos y
ligamentos que no sabamos que tenamos, y la primera aparicin de un musculo
desconocido u olvidado es el dolor. Al estirarnos y adoptar posturas de contorcin, por
ejemplo, zonas musculares que se usan poco se despiertan y nos duelen. As el dolor no
solo es un signo de contractura por stress, sino tambin signo de olvido y atrofia
muscular24.
Serrano de Haro describe que la vivencia de dolor tiene un modo peculiar y
singularmente impositivo de instar al yo y de apropiarse de su libre inters25, del dolor
de manera repentina e involuntaria ocupa el centro temtico. Segn Haro la vivencia
centralmente con la que deriva del mtodo budista de examen de la experiencia denominado
meditacin con miras a la presencia plena. () las doctrinas budistas del no-yo y del no dualismo, que
surgieron de este mtodo, pueden hacer un aporte significativo en un dialogo con las ciencias
cognitivas (VARELA, F., THOMPSON, E., y ROSCH, E.; De cuerpo presente; op. cit.; p. 46.)
22
VARELA, F., THOMPSON, E., y ROSCH, E.; De cuerpo presente; op. cit.; p. 46..
23
El arquetipo de la postura es el ideal de la postura o la perfeccin de la misma, y sirve para marcar la
tendencia o el objetivo de ellas.
24
En la mayora de las personas, la atrofia muscular es causada por no utilizar los msculos lo suficiente.
Las personas que tienen trabajos sedentarios, que padecen afecciones que limitan el movimiento o que
tienen una disminucin en los niveles de actividad pueden perder tono muscular y sufrir atrofia.
25
SERRANO DE HARO, Agustn; Fundamentos del anlisis fenomenolgico de cuerpo; en AAVV; p. 190.
11
26
27
Ibdem.
MERLEAU-PONTY, Maurice; Fenomenologa de la percepcin; Ed. Planeta; Barcelona; 1985; p. 171.
12
Conclusin
Un anlisis filosfico acerca del Yoga no puede prescindir de abordar la
problemtica sobre el dualismo entre la conciencia y el cuerpo, en el nuestro hemos
podido dejar de manifiesto de que si bien podemos diferenciar entre cosas que refieren a
lo psquico y cosas que refieren claramente a lo fsico, no obstante es imposible sostener
una independencia y legalidad propia de la conciencia sobre el cuerpo. Frente a esto, y
de la mano de autores que profundizan y desarrollan las perspectivas de Merleau-Ponty,
pudimos establecer un modelo dialectico o de causalidad circular para pensar
implicadamente ambos trminos y as sortear los problemas tericos que tal dualismo
nos pueda presentar.
Dentros de la riqusima tradicin fenomenolgica podemos valernos del
concepto de conciencia como percepcin interna de nuestras vivencias psquicas y el
concepto de cuerpo como interioridad para describir esta prctica milenaria, ambos
conceptos nos permiten justificar el termino reflexin corporal, con el cual
caracterizamos al Yoga, es decir,
13
14
Bibliografia
LONG, Ray; Los msculos claves en el Hatha Yoga; Trad. E. Almirall Arnal; Editorial Acanto;
Barcelona; 2008.
BATTN HORENSTEIN, Ariela; Hacia una fenomenologa de la corporeidad. M. Merlau-Ponty y
el problema de la dualidad; Ed. Universitas; Crdoba; 2004.
VARELA, F., THOMPSON, E., y ROSCH, E.; De cuerpo presente. Las ciencias cognitivas y la
experiencia humana; Gedisa; Barcalona; 1992.
MERLEAU-PONTY, Maurice; Fenomenologa de la percepcin; Ed. Planeta; Barcelona; 1985.
HUSSERL, Edmund; Investigaciones Lgicas 2; Trad. M. Garcia Morente; Alianza; Madrid; 1999.
HUSSERL, Edmund; Ideas relativas a una fenomenologa pura y una filosofa fenomenolgica,
Libro segundo; FCE; Mxico; 2005.
SERRANO DE HARO, Agustn; Fundamentos del anlisis fenomenolgico de cuerpo; en AAVV,
La posibilidad de la fenomenologa; Complutense; Madrid; 1997.
HENRY, Michel; Filosofa y Fenomenologa del cuerpo; trad. J. G. Reyzbal; Ediciones Sigueme;
Salamanca; 2007.
SERRES, Michel; Variaciones del cuerpo; trad. V. Goldstein; FCE; Mxico; 20011
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