Limon El Silencio Franciscano

Sesn las palabras y sean la obras quienes hable.
El Silencio
franciscano
ranciscan
ismo
Jos
Limn
Guadalupe
uy claramente con esta frase nuestro serfico padre francisco

nos invita al silencio, un silencio interior pero a la vez que hable
que pueda trasmitir esa alegra, la felicidad, la compasin y la
misericordia de Nuestro Seor Jesucristo, pero tambin hay
que recordar en que momento lo dice, el silencio es tambin nuestra forma de

evangelizar, si las palabras realmente son necesarias hay que utilizarlas
correctamente.
La regla que si duda es una muestra claramente que San Francisco quera que
sus frailes o hermanos tuvieran en su vida el silencio y que se esforzaran para
lograrlo y mediante este llegar a un culmine con la oracin, el trabajo y la
contemplacin de la naturaleza es la REGLA PARA LOS EREMITORIOS. Y
claramente a lo mejor los eremitorios que hay hoy en da no son tal y como
Nuestro padre quera si ayuda mucho a separarse del ruido de las ciudades y
de las colonias a desaparecer a la mejor por unos instantes o das la rutina que
se lleva acabo pero creo que lo mas importante y significativo es encontrarse
plenamente con uno y con Dios.
1
(1)
Aquellos que quieran vivir la vida religiosa en eremitorios, sean tres
hermanos o, a lo ms, cuatro dos de ellos sean madres y tengan dos hijos o, al
menos uno.
(2) Los que son madres hagan la vida de Marta y los dos hijos hagan la vida
de Mara (cf. Lc. 10,38 42). Y tengan un cercado, y en el tenga cada uno su
celdita, en la que ore y duerma.
(3) Y digan siempre las completas del da, en cuanto se ponga el sol, y
esfurcense por guardar silencio y digan las horas litrgicas y levntense a
maitines y busquen primero el reino de dios y su justicia divina (cf. Mt 6,33, Lc.
12,31).
(4) Y digan prima a su hora, y despus de tercia interrumpan el silencio y
pueden hablar e ir con sus madres.
1 ( =REr) Pg. 104
(5) Y cuando les agrade, pueden pedirles limosna, como pobres

pequeuelos, por el amor del Seor Dios.
(6) Y despus digan sextas y nona, y digan vsperas a su hora.
(7) Y en el cercado donde moran no permitan que entre ninguna persona, ni
que coma all.
Hay que citar que nuestro padre francisco en muchas de la ocasiones se
llenaba de silencio para entrar a su casa y as poder alabar al Dios Altsimo y
eso buscaba para quienes decidan seguirlo y era una practica de todos sus
hermanos guardar silencio tambin era una forma para alabar a Dios pero hay
que remarcar que no en todos los caso guardar esto y exigrselo vienen ni es
por dios si no todo lo contrario ya nos lo sita los escritos de san francisco
cuando Fr. Celano nos dice como conoce a un hombre se distingua por su
santidad y por su riguroso silencio pero realmente lo de este no era santidad.
2
Haba un hermano que, a juzgar por las apariencias, se distingua por una
vida de santidad excepcional; pero era l muy singular. Entregado a todas

horas a la oracin, guardaba un silencio tan riguroso, que tena por costumbre
confesarse no de palabra, sino con seas. Con las palabras de la Sagrada
Escritura conceba un gran ardor, y, oyndolas, se mostraba transido de
extraa dulzura. Pero a qu continuar? Todos lo tenan por tres veces santo.
Lleg un da al lugar el bienaventurado Padre, vio al hermano, escuch al
santo. Y como todos lo encomiaran y enaltecieran, observ el Padre:
Dejadme, hermanos, y no me ponderis en l las tretas del diablo. Tened por
cierto que es caso de tentacin diablica y un engao insidioso. Para m esto
es claro, y prueba de ello es que no quiere confesarse. Muy duro se les haca
a los hermanos or esto, sobre todo al vicario del Santo. Y objetan: Cmo
puede ser verdad que entre tantas seales de perfeccin entren en juego
ficciones engaosas? Responde el Padre: Amonestadle que se confiese una
o dos veces a la semana; si no lo hace, veris que es verdad lo que os he
dicho.
2 2C 28 Pg. 265
Lo toma aparte el vicario y comienza por entretenerse familiarmente con l y le

ordena despus la confesin. El hermano la rechaza, y con el ndice en los
labios, moviendo la cabeza, da a entender por seas que en manera alguna se
confesar. Callaron los hermanos, temiendo un escndalo del falso santo.
Pocos das despus abandona ste, por voluntad propia, la Religin, se vuelve
al siglo, retorna a su vmito. Y, duplicada su maldad, qued privado de la
penitencia y de la vida.
Algo sorpendente de este silencio franciscano es que no solo se reduce a los
hombre sino que tambin se reduce a los animales recordando aquella maana
cuando en uno de sus viajes se encontraba el Pobrecillo de Ass dentro se su
oracin se encoraba el silencio para poderse encontrar plenamente con Dios
en su oracin tributada al Altsimo esa maana las aves no dejaban de cantar y
estaban
revoloteando
entre
las copas
de
los arboles cuando
muy
encarecidamente el serfico padre se dirige hacia ellos y les dice hermanas

aves dejad de cantar mientras nosotros tributamos a Dios nuestra alabanza.
3
De los innumerables viajes del andariego hermano Francisco, ninguno de
agitado como este que le trajo en el verano de 1220 de Siria a Venecia; y no

porque las aguas mediterrneas estuvieran tormentosas, que no lo sabemos,
sino por su agitacin personal interior. Realmente, las noticias que le llev un
emisario de la Porcincula, el hermano Esteban, eran alarmantes; segn su
versin, participada por los hermanos ms primitivos y por muchos otros, la
Orden, por culpa de los dos vicarios que l haba dejado a su frente en su
ausencia, un par de intelectuales en innovadores, iba derecha y rpidamente a
la ruina. Los hermanos ms fieles a su ideal evanglico le enviaban este grito
de angustia:
Si an ests en este mundo, vuelve inmediatamente para salvar tu obra.
Al desembarcar en Venecia decidi tomarse unos das de descanso. Vena
bastante enfermo y agotado de tantas leguas terrestres y marinas y de tantas
emociones; adems, a l no le gustaba presentarse ante los suyos con cara de
atribulado, y quiso serenarse en la oracin. Busc con otro hermano uno de
3 El Hermano de Ass Pg. 135
sus retiros favoritos: una bella isla frontera a la ciudad, que haba puesto a su
disposicin el hijo del dux de Venecia, y que an hoy es llamada la isla de San
Francisco. Le recibi en aquel litoral minsculo una abigarrada y variopinta
comparsa de avecillas, chirriando en todos los tonos y compases desde la
maraa de la isla silvestre no habitada. Era como si en ellas todas las aves de
Italia le dieran la bienvenida, jubilosas de volver a ver, a su amigo.
Hermano, las hermanas aves alaban a su Creador. Pongmonos entre ellas
y loemos tambin nosotros al Seor con el rezo del oficio.
Y las aves les incorporaron a su coro, sin menearse y sin dejar de cantar; y los
hermanos iniciaron las laudes con acompaamiento de trinos y gorjeos. Pero
las aves, animadas y como en competencia, chirriaban tanto, que les
estorbaban la atencin. Les mand el hermano Francisco:
Hermanas aves, dejad de cantar mientras nosotros tributamos a Dios
nuestras alabanzas.
Y las aves guardaron un religioso silencio todo lo que dur el rezo pausado y
fervoroso. Y estallaron de nuevo en un guirigay alegre con el ltimo amn en
cuanto el amigo poeta y santo se lo autoriz.
La gran misericordia de Nuestro Padre San Francisco era inmensa y quiso que
nadie se quedara fuera de esto por lo cual instituye o forma tres rdenes para
que todo aquel que decida pueda vivir plenamente el evangelio de Cristo por
eso existen la primera orden que es la de los frailes religiosos y sacerdotes la
segunda orden que es la de las clarisas y la tercera orden que es la de los
hermanos seglares que permite a los hermanos y hermanas que no puedan
estar dentro de las otras dos rdenes es decir casados, solteros, viudos etc.
Cada una de estas son ordenes franciscanas y en las tres es parte de su
espiritualidad el silencio es importante en todas especialmente con muestras
hermanas clarisas.
Nuestro Santo Padre Francisco impona un gran silencio a todos los lugares
donde estaba o llegaba esto nos lo da a conocer perfectamente cuando en el
libro del hermano de ass nos narra el autor que entran a donde estaban la
madres en este caso al coro al cual el las haba citado al ver esto las madres
llenas de alegra traan un alboroto por que el hombre de Dios estaba con ellas
pero nuestro serfico padre estada en un estado de penitencia y en silencio.
Las cit en el coro, como de costumbre, y las sores acudieron con prisa
ilusionada, por el doble gusto de escucharle y de verle. Francisco, en cuanto

estuvo ante ellas, simplemente y en silencio se puso en actitud de oracin, con
los ojos en alto; miraba y quera que miraran hacia Aquel a quien tena dirigido
y entregado su corazn. Luego, escuetamente, mand que le trajeran ceniza, y
abundante. Y sigui mudo. Se la trajeron. Sin decir nada, tom la ceniza y traz
con ella en el suelo un crculo amplio. Y se coloc l como centro del crculo
gris, se sent en cuclillas y se desparram sobre su cabeza la ceniza sobrante.
Y as se estuvo un buen rato, penitente y callado. Qu tenso y pesado es un
silencio as!... Las monjas empezaban a sentir hasta angustia.
De golpe, se levanta y, ante los ojos por momentos ms atnitos de las sores,
recita pausada y sentidamente el Miserere, ese salmo 50 largo, dolorido de
arrepentimiento y de esperanza. Y con el amn final, sin ms glosa y a pie
rpido, se sali del crculo de ceniza y de la vista de las monjas. Aquellas
contemplativas nunca haban contemplado una verdad as, ni se lo esperaban.
Y prorrumpieron a coro en sollozos y lgrimas, desahogo de la emocin tensa y
contenida y de la contricin honda y repentina de sus corazones. Mejor que con
el mejor sermn, sin duda.
Quiero creer que al ver esto las sores despus que se angustiaron y vieron
realmente lo que el silencio significa para el santo de dios, quedaron ellas
tambin en un profundo silencio y a la mejor hasta algunas en meditacin
puesto que al ver el gran ejemplo de San Francisco ellas se llenaron de la
virtud del santo. Un gran ejemplo del ferviente amor, oracin y silencio de
nuestro padre es que al ver esto las personas inmediatamente las llenava de
paz y tranquilidad en sus corazones.
Pienso que Realmente silencio franciscano no es el silencio exterior si no que
San Francisco de Ass, quiere que sus seguidores y
4 El hermano Francisco Pg. 93
frailes experimente realmente entrar en su interior pero no solo con este

silencio si no tambin con un silencio interior pues ya lo dice el evangelio entra
en tu habitacin y ora en silencio y no ores como los fariseos y publicanos en
las plazas de la sinagogas que tu padre que est en los secreto te lo
recompensara es decir que entres en ti mismo que no pienses en nada ms
que en el seor entra en silencio para que al igual que nuestro padre podamos
encontrar plenamente a Jesucristo podre y Crucificado por medio del silencio y
la oracin para que podamos ver a un Cristo viviente en cada uno de los que
nos rodean.

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uy claramente con esta frase nuestro serfico padre francisco

que recordar en que momento lo dice, el silencio es tambin nuestra forma de

Aquellos que quieran vivir la vida religiosa en eremitorios, sean tres

1 ( =REr) Pg. 104

(5) Y cuando les agrade, pueden pedirles limosna, como pobres

vida de santidad excepcional; pero era l muy singular. Entregado a todas

Lo toma aparte el vicario y comienza por entretenerse familiarmente con l y le

los arboles cuando

encarecidamente el serfico padre se dirige hacia ellos y les dice hermanas

De los innumerables viajes del andariego hermano Francisco, ninguno de

agitado como este que le trajo en el verano de 1220 de Siria a Venecia; y no

ilusionada, por el doble gusto de escucharle y de verle. Francisco, en cuanto

4 El hermano Francisco Pg. 93

frailes experimente realmente entrar en su interior pero no solo con este

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