9 - Y El Pueblo Dónde Está
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informacin orientados exclusivamente a justificar sus fines. No se trata de evitar que el sujeto
piense sino que lo haga con una orientacin determinada. As funciona, por ejemplo, la opinin
pblica, la cual consiste en transmitir e internalizar en el ciudadano un criterio o punto de vista
ilustrado (R. TELLO, Pueblo, en Pueblo y cultura I, 50). Todo ello induce a juzgar que la
nica cultura vlida es la moderna y que las expresiones populares son una variedad autctona
que se debe incorporar a ella. En un nivel acadmico y de erudicin este desconocimiento
tambin encuentra su canal de expresin. Desde la perspectiva de las ciencias sociales (en
sentido amplio) modernas, que consideran las formas de modo cada vez ms especializado, es
muy difcil sostener la existencia de un pueblo (as como la de una cultura popular o de una
religiosidad popular), ms bien habra que decir que existen muchos y muy diversos
agrupamientos de gente reunida por diferentes causas y motivos (R. TELLO, Fundamentos de
una Nueva Evangelizacin. Tomo II, observacin 46, indito).
Estas dificultades tericas contrastan para Tello con una consideracin ms global y de
comprobacin emprico-social en latinoamrica, de cuya unidad se tiene conciencia cada vez
ms clara tanto a nivel poltico como pastoral, lo que ha sido reconocido ya por el Magisterio no
slo local sino tambin universal (R. TELLO, Fundamentos de una Nueva Evangelizacin.
Tomo II, observacin 46, indito). Sin embargo, esta mirada prctica no es suficiente para
superar la dificultad que se genera a nivel terico. Pero, en definitiva, por qu es importante
reconocer que existe un pueblo con su propia cultura? Se modifica en algo la situacin
concreta? O es slo un cambio de palabras?
4. Ni marxista ni capitalista: popular
Cuando recorremos las influencias ideolgicas que atravesaron el siglo XX nos
encontramos con la oposicin capitalismo-marxismo. Muchos tericos y militantes polticos
sostuvieron honestamente que la alternativa a la propuesta de un mercado que gobierna sin
lmites a la humanidad lo constitua la va marxista. (Podramos aadir, para no pecar de
ingenuos ni de anacrnicos, que esta discusin se reedita entre nosotros en las posiciones de
algunos post-marxistas y en el contexto de la actual crisis econmico-poltica europea. Es un
debate que excede el presente artculo. Lo que me interesa indicar es que la cuestin no est
cerrada).
Para Tello capitalismo y marxismo son dos caras de una misma moneda,
fundamentalmente porque ambos se centran en la primaca de la acumulacin de riquezas para
alcanzar la exaltacin del hombre. La nica moneda que contiene ambas tendencias es la cultura
moderna, la cual es necesariamente capitalista. Tello sostiene que el marxismo no se opone a la
cultura moderna en s misma sino a la manera como esta maneja el capital. La cultura moderna
est constituida internamente por el individualismo, el secularismo y el orden social real con
todas las consecuencias de injusticia y desigualdad social que ello acarrea. Y ello genera un
estilo de vida. El marxismo cuestiona principalmente el uso del capital: una corriente muy fuerte
de la cultura moderna sostiene que debe ser privado (capitalismo) en tanto que la otra exige que
lo que se utilice para la produccin debe ser del Estado. El marxismo argumenta desde la
segunda posicin sin percatarse que el problema no es solamente quin maneja el capital sino el
estilo de vida que se genera al poner le primaca en l. Basado en esta conclusin Tello dir que
el marxismo se enfrenta al la cultura moderna capitalista desde una admirable paradoja: es su
gran enemigo al tiempo que sostiene su malicia intrnseca.
El siglo XX le ha dado visibilidad a estas dos corrientes. Cualquier alternativa que
emergiese estaba destinada a ser asimiladas de algn modo a ellas o simplemente a desaparecer.
En el mejor de los casos estaba llamada a permanecer como un jeroglfico poltico fruto de
extravagancias autctonas pero nunca como la punta del iceberg de otro proyecto cultural. Aqu
entrara, por ejemplo, el peronismo.
Esta situacin bipolar lleva a pensar que una vez desaparecido el marxismo slo queda
la cultura moderna capitalista y que nicamente es posible trabajar desde ella. Hay que trabajar
por la justica social (una de las principales banderas del marxismo) pero desde los criterios del
capitalismo. Renace as un nuevo modo de accin que busca mejorar la situacin social,
aunando en cierto punto justicia y economa, pero sin cuestionar las bases mencionadas ms
arriba en las que se asienta la cultura moderna. Para Tello este modo de ver no advierte dos