R.H. Metropolitanas
R.H. Metropolitanas
R.H. Metropolitanas
Dentro de las diferentes voces que nos presenta el autor cabe recordar que
estas pueden leerse autnomamente o como variaciones de un motivo central.
Estas historias suceden en ciudades europeas rodeadas casi siempre de un
ambiente aristocrtico, son pedazos corrientes y heterogneos vistos con voz
de mujer-
Las voces ofrecen una historia anecdtica que instan a que sean reflexionadas,
entender que en la estructura profunda del relato por llamarlo de algn modo
hay una crtica a esas mujeres encerradas en s mismas, que cuestionan sus
comportamientos, sus sueos y el mundo que las rodea, ellas ofrecen como
resultado ser parte de una tradicin, de un mundo patriarcal.
Dada la riqueza esttica que ofrece la escritura, el lector acude como un voyeur
a mirar un espectculo en donde la mujer se enreda bajo sus experiencias
personales, el vaco, las vidas sin sentido, de conflicto, son el entramado
irnico y sugestivo para un espectador. Se transita por ciudades, por voces
que parece se unen bajo un caleidoscopio (unas horas en Paris, una tarde en
Lisboa, una vida en Roma, un saln en Frankfurtetc.) lugares en los que el
escritor a residido como el manifiesta en su canon para seis voces, son el
recorrido citadino o las ancdotas de un turista que invita a reflexionar a travs
de los artificios verbales a la importancia que tiene la escritura.
En su canon para seis voces el autor traza una ruta para el lector, ofrecindole
varios niveles de lectura, de manera que la escritura no es algo fortuito sino el
ejercicio de la plena conciencia de esta, la ambigedad tras el lenguaje
Oscar, Torres, Duque: La novela colombiana ante la crtica 1975-1990. Editorial
facultad de humanidades, centro editorial javeriano. marzo de 1994. pg. 217. Para el
autor la produccin novelstica y cuentstica de Moreno Durn emana del saber de una
afectacin, hay un tratamiento doble de las cosas. sobre la afectacin dice: un
discurso afectado no es, a veces tan slo un discurso artificial y sin sustancia. Tambin
puede ser un discurso crtico en la razonable medida en que lo permiten lo grotesco, lo
esperpntico, lo histrinico.
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constituye un ejercicio de reflexin tanto para quien escribe como para quien
lee, por eso el escritor construye un cdigo que requiere a un lector preciso,
uno que pueda equipararse con el autor.
nos permite
Las seis voces que instan a una interpretacin cultural e intelectual son
resultado de los smbolos que anteceden a las historias o ancdotas, lo irnico
nos posibilita pensar la intensin esttica del autor, reconocer que hay una
idea tras esos smbolos o la posibilidad de representar un sentido social. Como
refiere Bajtn5 a la posibilidad que el sujeto tiene de representar, o ironizar, la
realidad a travs de lo carnavalesco, siempre dice Bajtn el personaje tiene
diferentes maneras de interpretar la realidad desde la irona. En el caso de
Fernando Cruz Kronfly: La tierra que atardece Planeta Editorial S.A.1988. Pg.239240.
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Mijailovich Mijail Bajtn. La cultura popular en la edad media y renacimiento.
Traduccin de Csar Conroy y Julio Furcat. Barcelona Barral Editores 1974. Pg. 104
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respectivos
no
slo
permiten
ver
una
vivencia
sino
la
En la Metafsica de la ciudad,
la historia narrada podemos encontrar un fin que en este caso es la vida real o
el mundo del patriarca.
El texto o los textos de metropolitanas se evidencian como una manifestacin
de la forma tradicional de narrar es un despliegue afortunado de la
imaginacin propia del deseo en libertad
Daro Ruiz Gmez. Boletn cultural y bibliogrfico. Bogot Vol.24 N 11 1987. Pg.
121-122.
Para Ruiz Gmez son importantes esos lugares en los que sin vivir a veces, hacen
parte de la experiencia cotidiana, bien sea por el cine, la televisin o el sucederse de
los sueos realidades en las que somos participes.
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