La Verguenza y El Odio de Sí
La Verguenza y El Odio de Sí
La Verguenza y El Odio de Sí
Eric Laurent
de la socit, Pars, Gallimard, 1992; R. H.Tawney, Religion and the Rise oJ Capitalism,
New York, H arcourt, Brace & World, 1976.
4. Cf. El captulo XIII de L'thique de la psychanalyse.
S. Vate/, film franco- britnico, 1999, realizacin de Roland Joff.
6. Jacques Lacan, op. cit., pg. 352.
7. Jacgues Lacan," . . . o u pire, Compte rendu du sminaire 1971-72", Autres ~ Paris, Seuil, 2001 , pg. 547.
8. Jacques Lacan, "Jeunesse de Gide o u la letre et le dsir" (1958), crits, Paris,
Seuil, 1966.
9. C f.Jacques La can , "Fonction et champ de la parole et du langage", crits, op.
cit. , pg. 281.
10. Ibid., pg. 283.
11. Ibid.
12.Jacques Lacan, L'thique de la psychanalyse, op. cit., pg. 208.
13. Denis Diderot, Le pere deJamille, 1758.
14. Jacques-Alain Miller se refiere a Daniel Widlocher, su conversacin con l
se public en marzo de 2003 en la revista Psychiatrie et sciences humaines.
Traduccin: Enrie Berenguer
jam@lacanian. net
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LA ESCUELA HOY
La difusin masiva de las psicoterapias se acompaa de la posicin teraputica en poltica, reducida a una psicosociologa. De lo que da cuenta un autor
cuando afirma: "Los grupos y las instituciones adoptan cada vez ms la postu ra
que ellos creen que es la del psicoanlisis: escuchar el sufrimiento. Este triunfo
del terapeuta tiene efectos d esastrosos: abdicacin de la autonoma, depresin,
-regresin-f!2-Cmo interpretar ento nces en direccin al fuera de sentido, dirigindose
al sntoma, a un saber que no se sabe, y a quin hablamos? Se trata de dirigirse
a un colectivo, a un inconsciente colectivo? C iertamente no. En su "Teora de
Turn", Jacques-Alain M iller devolvi la vigencia a la distincin muchas veces
olvidada entre el sujeto y el individuo. "Lo que es individual, es un cuerpo, es
un yo. El efecto de sujeto que en l se produce, y que desordena sus funciones,
est articulado al gran Otro." El colectivo es un colectivo de sujetos. De esto
deduce una prctica de la interpretacin. Una, masificadora, refuerza la alienacin, la otra reenva a cada uno de los miembros de la comunidad a su soledad,
a la soledad de su relacin con el ideal3. 3 Podramos analizar segn el mismo
modelo la intervenci n de Lacan, en 1970, cuando en dos ocasiones distintas
dirigindose al pblico de su seminario y a los estudiantes de Vincennes, les "aver-'
gonz". La ltima frase del Seminario XVII dice " no demasiado, pero s justo
lo suficiente, llego a avergonzados." De la madre suficientemente buena al analista
que da suficientemente vergenza, es un rodeo que Winnicott no habra podido prever.
LA VERGENZA Y EL ODIO DE S
LA VERGENZA Y EL ODIO DE S
LA ESCUELA HOY
Decir que vivimos el fin de Europa como potencia mundial es sin duda verd~~- OTAN en emporte le ventr Decir que el proyecto socialdemcrata est defimtiv~mente acabado" como lo hace Pierre Rosanvallon, tambin es verdad. Pero
la tests del, fin de la polt~~a a la Debr~y est globalmente forzada. Por otra parte,
f~e d espues de la redacc10n de este libro que la poltica nos record su existen~~e-a-e~l-,-N~bsta-nte~-bt=-tu~-examin~r 1~-Eu~tin--d~&p-uli-sm~"-------dll---
LA ESCUELA H O Y
sicin ~ntre Occidente y Oriente es fuerte. Acaso Oriente ha tomado prestado el dJscurso abrahmico, al igual que el discurso de la ciencia? Es verdaderamente un lenguaje abrahnco? J. Derrida examina este punto llevando la
lgica del perdn m s all de la "den1anda de perdn". Quiere dar cuenta del
perdn en t rminos de razn y de su fracaso. Diramos que Jo examina ms
all del " Nombre del Padre". Formula una extraa paradoja:"<i..E_erdn absoluto sena perdonar lo imperdonable a quien no pide perdn. 9 Para l , es una
manera de hacer "estallar [... ] la razn humana, o al menos el principio de
~azn interpretado como lo qu e es calculable[ ... ]. Lo imposible trabaja en ]a
1dea de un perdn incondicional". 10
El horizonte de un perdn generalizado se encuentra con la cuestin del
saber. La generalizacin del perdn, de un movimiento global que quiere llegar
a una reconciliacin, puede ser comparada con la funcin de Hegel del saber
absoluto. Por cierto,]. Derrida califica a Hegel como el"gran reconciliador". El
perdn , como el saber absoluto, libera de la cuestin de la verdad. Asegura la
homogeneidad del mundo, todos los goces malvados podran ser restablecidos
por el perd n.
Lacan no cree ni un solo segundo en el Estado deducido del saber absolu1 to, d e la reconciliacin o de la regulacin. No cree en el saber absoluto, sino
en la .incompletud. Lo dice en Vincennes, en diciembre de 1969. Es a partir
de la m completud que puede situarse toda dimensin de la interpretacin del
i~ consci ente poltico, saber separado de su sentido trgico, separado de su sentido de verdad, pero que permite no obstante acompaar la accin humana.
El "avergonzar" de Lacan es un "avergonzar" que no supone el perdn. Es un
:aver~onzar'_' que se opone a la manera en que el amo procede, por fijacin
tdenttficatona. Lacan terminaba su intervenci n en Vincennes diciendo a su
auditorio: "El rgim e n los exhibe. Dice: Mrenlos como gozan."'EI amo exhibe a quienes no se hacen responsables de su goce. No responder de nada,
no era la liberacin sexual y todas sus pamplinas que comenzaban, era una fi jaci n a un rgimen de goce. Lacan anunciaba as el ascenso e n potencia de
las "comunidades de goce" bajo el vocabulario universalista de "liberacin".
La fascinacin por la clase gozante, incluida la clase de edad, refo rzaba el sistema . Hay quienes gozan, vamos, un esfuerzo ms, vosotros no gozis lo suficiente! El efecto de fascinacin-repulsin estaba garantizado, as como la
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indicacin del esfuerzo que deba hacerse para aldnzar ese p~nto de goce en
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el cual todo el mundo debera trabajar ms; es lo que refuerza el sistema del
amo: a trabajar! Franceses, otro esfuerzo ms para gozar de este modo !
Frente a esto, la posicin de "avergonzar" no consiste enfyar sino en disociar al sujeto del significante amo y, con ello, hacerle ver el goce que el sujeto
extrae de dicho significante. All donde el amo muestra, y muestra con impudor, la obscenidad, el psicoan sta, por e contrano, vuelve a poner etvel0]'1!VOCa
a ese demonio bajo la forma de la vergenza. Con ese "mrenlos como gozan",
Lacan anunciaba el rgimen de fascinacin por los reality show que presentan
todas las formas de gozar y la mostracin del tipo Loft.
En ese sentido, la interpretacin es el nombre ve rdadero de lo que en otro
tiempo se llamaba promesa y perdn. Es la pura accin del discurso permitida
por el discurso analtico.
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LA VERGENZA Y EL OD IO DE S
" de m anda de muerte" en su Seminario V, es esa relaci n articulada en el leng uaje, en el Otro a quien yo demando.
A la inversa, esa relacin con el Otro sita la zona del supery, del mandamie n to, que me dirige el Otro, resumida en el mandamiento del am or al prjimo. Para Freud, el mundo exterior est primero, para Lacan, es el Otro quien
to ma primero la palabra d~ando. Es el Otro quien-me-Femite-a-esa-parte de
mi mismo que rechazo. "El mandamiento cristiano revela entonces su valor al
prolongarlo -como t mismo eres, en la palabra, se a quien odias en la demanda de
muerte, porque 1o r.g noras. " 13 AqUI' Lacan reto m a 1o que Freud enunciaba en el "Yo
y el Ello", que el odio est primero en relacin al amor, que el odio proviene
del rechazo primordial que el Lust-Iclr opone al mundo exterior. Es lo que lleva
a Lacan a considerar, en su seminar io An, que Freud invent el odoamoramiento.
Por esto, la pregunta que nos plantea el asesino suicida no se elucida slo con
el recurso a la psicologa de la desesperacin. Cada vez que se evoca el motivo
de la desesperacin, es n ecesario ser prudente. Todo se puede siempre explicar
por la desesperacin, todas las catstrofes sociales, todas las rupturas del vnculo,
todos los nihilismos, todos los suicidios. Es una causalidad sospechosa que Lacan
invierte cuando la ocasin se presenta. En "Televisi n " seala que es ms bien
"la esperanza" lo que conduce al suicidio. En aquella poca era "la esperanza"
de un futu ro prometedor. Cuando el Ideal entra en contradiccin con la oscura realidad y la aplasta, el sujeto se encuentra sin recursos baj o la palabra del Ideal.
Entonces se suicida como llamada al Ideal de la esperanza. La esperanza es una
virtud, pero la virtud no tiene solam ente aspectos positivos. Habra que distinguir claramente las clases de desesperaci n y situarlas ms bien en relaci n con
el odio de s que conduce al sujeto a ciertos suicidios, al asesinato suicida, al
suicidio altruista, al atentado suicida.
El odio de s puede inscribirse e n el O tro por el atentado suicida de manera
espectacular. Bernard- H enry Lvy nos recordaba recientemente la utilizacin
sistem tica de las bombas humanas desde hace una generacin en la guerra civil de Sri Lanka. Pero hay una g ran variedad de atentados suicidas. Ese modo
espectacular se ha privatizado. Recordemos a aqul que se llam HB, human bomb,
en N euilly. El sujeto paranoico, cubierto de explosivos, amenazaba con hacer
volar una g uardera para lograr que se reconociera un oscuro fraude relacionado co n su actividad profesional. N o supimos mucho ms de l pues el caso se
cerr con la muerte brutal de HB. Este recuerd est prese~te porque se dice
ue la conducta del alcalde de N euiJly en aquella poca, que negoci en direc;o, pese a los riesgos a los que se expona, y luego la discreta .gest.i?n poltica que
supo llevar a cabo a continuacin, no ha sido ajena a su no~nac10n ~c~ual como
ministro del interior. Luego hemos conocido la ola de asesmatos SUICidas en las
empresas americanas;<:londe l:reficaci:r homicida se-acrecienta-por-la-puesta en
circulaci n de ar mas de guerra de tecnologa ava nzada. D esde el empleado
esquizofrnico- paranoico hasta los paranoicos autnticos, los excluid~s d~l m.~r
cado del trabajo se vengaron, testimoniando a su manera sobre la pnvauzac1on
del Otro. Hubo tambin las masacres en las escuelas donde los adolescentes
americanos pusieron de manifiesto que no es la miseria m aterial la que pro~oca
este gusto suicida en una generacin. La escuela de Columbne, el 20. d e ~br~- de
1999, queda como el nombre vinculado a estos hechos. A Colu':'bme s1~u~o la
actual ola de bombardeos suicidas, la que se inspira en el fanattsmo rehgtoso,
especialmente en la zona de influencia del mundo musulmn,.inscribi~ndose con
los medios modernos en una tradicin secular que el complicado Onente nunca ha abandonado. La yuxtaposicin de estos diferentes suicidios est aqu para
mostrarnos cmo la regresin en juego va m s lejos que la de una identificaci n al Ideal. Esta regresin afecta nuestro primer vnculo con el mundo exterior, el vnculo de la religin con este punto es sin duda secundari.o.
. .,
Por o tra parte, Lacan critica a Freud por haber querido dtfundtr la ~elig10n
a travs de la actualizacin del lugar del padre, fundamentando la necestdad de
la primera identificacin a un padre todo amor. La oposicin es dar~. O se pien~a
la primera identificacin por el amor a partir del padre: o se la p1ensa a parttr
de lo peor, del rechazo de la parte perdida, no reconoctble del goce. Esto nos
devuelve ento nces al Dios maligno que exige una muerte, que comanda el sacrificio del objeto ms precioso que viene a ocupar ~~ lugar del o.b~e~o perdido.
Es el Dios cuya existencia misma conduce a la cuestto n del horructd10. Los14homicidios suicidas nos plantean la cuesti n de" A, ese encubridor del goce", ese
Dios que es un nombre del Supery.
' . .,
,
El discurso de los derechos del hombre, " nuevo discurso de explicac10n de st
y de convicci n a propsito de s mismo", 15 no slo e.s plu~ sin~ t~mbin contradictorio. Debe saber que en su horizonte tiene un tmpostble distmto del. p.e.rdn de lo imperdonable, o un derecho por conquistar diferente del de la abolicwn
LA ESCUELA HOY
LA VERGENZA Y EL OD IO DE S
Notas
1.].-A. Miller, Curso "La orientaci n lacaniana", 2001-2002, Leccin del 22 de
,
,
mayo de 2002.
2. M. Scheneider, "Big Mother", Editions Odile Jacob, Pans, 2002, p. 72.
3.].-A. Miller, "Thorie du Turin sur le sujet de l'Ecole" ,Apers:us du Congres
de l'AMP a Buenos Aires, Pars, 2000, EURL Huymans, 2001, p. 62-63.
4. S. Freud, "Anlisis terminable e interminable", 1937, Obras completas, tomo
III, Editorial Biblioteca Nueva, Madri d, 1977, p. 3339.
5.A.Adler, "ditorial", Le courrier international, no 367, novembre 1997, p. 13-19.
6. M. Gauchet. "La Dmocratie contre elle-mme", Galimard, Pars, 2002,
p. 346-347.
7. H. Arendt, "Condition de l'homme moderne", Calmann Levy, Pars, 1961,
repris in Agora, 1983,p. 312-313.
8.] . D errida, E. Roudinesco, " D e quoi demain ... ", Fayard/Galile, Pars, 2001.
9. Ibid. p. 260.
10. Ibid. p. 265.
11.J. Lacan, Seminario XVII:El reverso del psicoanlisis, Paids, Barcelona, 19?2, p. 265.
12. J. Lacan, Semina ro V: Las formaciones del inconsciente, Paids, Buenos Aires, 1999,
p. 512-513.
13. lbid. p. 518.
14. Ibid. p. 117.
15. M. Gauchet, "La democratie contre elle mme", op. cit. p. 351.
.,