La Construcción Híbrida de La Sexualidad en México
La Construcción Híbrida de La Sexualidad en México
La Construcción Híbrida de La Sexualidad en México
I. LA CONSTRUCCIN HBRIDA
DE LA SEXUALIDAD EN MXICO
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1. L A MODERNIDAD LATINOAMERICANA
En aos recientes se ha desarrollado una amplia discusin entre socilogos y tericos sociales latinoamericanos respecto al interrogante
de si nuestros pases son o no .modernos; discusin que se relaciona
con el lugar de las culturas indgenas dentro de los Estados nacionales.
Por una parte, existe un cuerpo de investigaciones que podra llamarse 'indigenista', que considera que las culturas indgenas constituyen la
esencia genuina de la cultura mexicana y que, en cierta forma, exhortan a un retorno a esos orgenes. Por otra parte, se encuentran a otros
autores quienes consideran que el mestizaje es precisamente lo que
constituye nuestra cultura y es, por lo tanto, el punto de partida
de la comprensin de nuestra versin de la modernidad.
Entre los autores 'indigenistas' se halla Bonfil (1990), quien considera
que hay dos Mxicos: uno es l Mjico profundo, constituido por las
tradiciones, cosmovisiones y formas de organizacin social indgenas y
mesoamericanas, que sobrevive tanto entre los grupos indgenas como
en expresiones aisladas dentro de la cultura urbana. De acuerdo con
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este autor, este 'Mxico profundo' habra sido negado y sujetado por el
otro Mxico, el Mxico 'imaginario', formado a partir del proyecta;
civilizador del occidente, portado en primer lugar por los espaoles )|
luego continuado por los grupos que han sido dominantes desde la
Independencia que culmina en 1821. Cotno enfatiza Brunner (1992),
Bonfil seala la existencia de:
. . .una Amrica profunda un continente "macondiario", imbricado
con la naturaleza, no corrompido por el proyecto occidentalizador,
ms verdadero y fecundo y una Amrica imaginaria, pseudo-.
moderna, occidentalizada, que se impone a la otra desconocindola, [
aplastndola y silencindola (Brunner 1992: 26).
Para este cuerpo de investigaciones, el 'Mxico profundo' sera el
original y verdadero, mientras que el 'Mxico imaginario' slo representara una sustitucin ajena a nuestro propio carcter. Estos dos
Mxicos se habran encontrado mediante el dominio y la subyugacin,
de tal manera que el Mxico 'prTundo' ahora slo halla expresin por
medio de la resistencia a la imposicin extranjera."
A esta interpretacin de la diversidad cultural de la sociedad mexicana subyace una cierta visin folklrica que niega la dinmica de las
relaciones de poder entre las clases y los grupos tnicos del Mxico
contemporneo. En primer lugarj. los grupos indgenas actuales no
son los originales, ya que han sido transformados y se han transformado a s mismos a lo largo del proceso de interaccin con a cultural
occidental, de tal manera que aquello que Bonfil defiende como nuestra verdadera identidad ya no existe. Su visin romntica sugiere que
todo aquello que es autnticamente mexicano se relaciona con las culturas
indgena^ y niega que la nacin se ha constituido mayormente por el
mestizaje. Latinoamrica es precisamente el producto del choque, ame-1
nudo violento y desigual, de las civilizaciones occidental y mesoamericana; y, aun cuando se da la coexistencia de las cosmovisiones,
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En el momento en que Europa se abre a la crtica filosfica, cientfica y-poltica que prepara el mundo moderno, Espaa se cierra j
enderra a sus mejores espritus en las jaulas conceptuales de la neoes
colstica. Los pueblos hispnicos no hemos logrado ser realment
modernos porque, a diferencia del resto de los occidentales, nc
tuvimos una poca crtica (Paz 1979: 34).
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masas se halla articulada por la escuela, las instituciones de conocimiento y los medios de comunicacin; y donde el campo de las luchas
hegemnicas refleja la contradictoria composicin de esas sociedades
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I As, aun cuando las caractersticas principales de las sociedades modernas se hallan en el Mxico actual as como en otros pases de Amrica Latina,, los beneficios que se supone recibiran esos pases an
distan mucho de hacerse realidad. Por ejemplo, entre 1976 y 1997
la poblacin de Mxico experiment una disminucin de'71.4% en su
poder adquisitivo. En el mismo perodo, los precios aumentaron en
un i02,770%, mientras que el salario mnimo slo se increment un
29,369% (Vzquez 1997).
' Aun cuando los ndices de desempleo han bajado durante los ltimos
dos aos hasta llegar a 4.5% de la poblacin econmicamente activa,
el aumento de participacin en el trabajo ha tomado lugar principalmente en los sectores informales de la economa, tales como las empresas de pequea escala y las actividades independientes que no pagan
salarios a sus trabajadores. Es digno de notarse que estas oportuna
|ades de empleo han sido aprovechadas principalmente por mujeres
n un esfuerzo por completar el ingreso familiar (Garca Guznan .1294).
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de promocin social que era antes debido a la contraccin de la economa, de manera que las expectativas de trabajo de la poblacin joven
que egresa de las escuelas no pueden satisfacerse.
Para Mxico la modernizacin ha significado una profuridizacin de
las desigualdades entre un pequeo grupo de familias ricas e influyentes y la vasta mayora de trabajadores y campesinos que padecen una
creciente pobreza. De hecho, ms de 40 millones de. personas en el
pas viven en condiciones de pobreza, y de ellas 17 millones viven en la
indigencia (Pamplona, Monterrubio y Meja 1993):
Ese mundo de oportunidades imaginadas sociaimente {en trminos
de educacin, servicios de salud, vivienda, tecnologa y consumo] y deseadas en lo individual no corresponde, sin embargo, con la estruc-
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Para los propsitos de esta obra me concentrar en las consecuencias defatmodernidad para las culturas latmoamricanas, especialmente
las que afectan a la cultura mexicana.
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la educacin y la comunicacin modernas. ste es un proceso continuo en que las clases hegemnicas y subordinadas, interactan y se
apropian de las expresiones culturales de la otra a fin de construir el
consenso:
. . . es la combinacin de todos estos elementos (la filosofa de los
intelectuales, de las masas populares, etc.), que culmina en una deter- minada direccin, y en la cual esa culminacin se torna norma de accin
cojectiva, esto es, deviene 'historia' concreta y completa (integral)
(Gramsci 1975: 30).
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Esto quiere decir que la efectividad histrica de la cosrhovisin de
una clase es verificada mediante el apoyo de otras clases y por su adopcin copio concepcin'propia del mundo. Sin embargo, y aunque las
relaciones de poder per mean este proceso, tal adopcin no es ni total
ni monoltica sino que, ms bien, las clases subordinadas efectan una
apropiacin selectiva de los modelos culturales, de los objetos y de las
conductas de los grupos hegemnicos. Por su parte, estos grupos estn
interesados asimismo en las tradiciones de las clases subordinadas, si
bien slo como referentes histricos o como un recurso simblico
(Garda Canclini 1990).
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" Hablo de una sola Iglesia porque 80% de los mexicanos se declaran catlicos.
(Blancarte 1993:170).
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La secularizacin de la vida social ha dado lugar a nuevos acontecimientos en trminos de la vigilancia de la conducta y del deseo
sexuales, porque hoy da la modernidad est alentando la autonoma e
impulsando la eleccin individual en un campo antes regulado por los
representantes de la Iglesia. Lo que queda por verse es si las condiciones
sociales, culturales y materiales necesarias para ese ejercicio sern
posibles en la situacin actual del pas.
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El siglo XIX .
- El Mxico contemporneo
La cantidad de estudios y de informacin tocante a cada uno
estos perodos es muy desigual. Por ejemplo, los discursos sobn
sexualidad en la recin nacida nacin mexicana del siglo XIX apen
han sido analizados; mientras que los discursos de la confrontacin
tre las culturas indgena y europea durante el perodo colonial (si;
XVI a XVIII) han sido ampliamente estudiados.
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como un perro, no caigas con los pelos de tu nuca sobre las cosas del
sexo (LpezAustin 1989: 331)
Los huehuetlatolli eran discursos tradicionales recitados en ocasiones solemnes que a menudo inclinan consejos por parte de los ancianos para los jvenes
sobre cmo conducir su vida sexual. Esa forma de discurso fue usada posteriormente por los misioneros catlicos parafinesde evangelizacin porque result ser bastante efectiva para la transmisin de los preceptos catlicos a los indios
(LpezAustin 1989).
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Adems, aun cuando algunos misioneros lograron hablar! esas len, guas, no tomaron en cuenta que los conceptos que deseaban comunicar
a los indios no podan ser entendidos del modo que ellos pretendan
porque los grupos indgenas no los compartan.
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de Ja mujer en los asuntos pblicos slo como la oportunidad de mejorar s papel dentro de la unidad domstica.
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4.4. El M x i c o contemporneo
En contraste con. las secciones anteriores, la siguiente descripcin d
los discursos de sexualidad dominantes en torno-*1 Mxico con
temporneo se basa tanto en fuentes primarias como en estudios d
campo; ya qu aqullas estn a la mano y pueden ser analizada
directamente, mientras que los discursos procedentes de otros pero
dos precisaron de literatura histrica.
Es importante enfatizar que, al igual que para el siglo anterioi
existeh pocos estudios histricos acerca de la sexualidad en el sigl
actual (vanse, por ejemplo, Rocha 1994, Monsivis 1995). De he
cfio, y segiiLiguori y Szasz (1996), la investigacin sobre la sexual]
dad en Mxico inici hace apenas unos diez aos debido al surgimier
to del SIDA como un problema de salud pblica. La mayora de le
estudios producidos a partir de entonces no se centran en considen
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dones histricas, sino eri las cuestiones que han influido sobre la
elaboradn de la conceptualizacin actual de la sexualidad como.un
riesgo para la salud.
Las pocas referendas que echan una mirada histrica a la sexualidad
hablan de los profundos cambios en la cultura sexual a lo largo del
siglo, aun cuando tales transformaciones no se experimenten de igual
manera entre todos los grupos sociales. Monsivis (1995) describe tales
transiciones de la siguiente manera:
De la irresponsabilidad que prodiga hijos a las reticendas del condn. Del afn de mantener a la querida con todo y prole a la preocupacin por ceirse a la cuota de dos hijos (...) Desde la prdida de la
virginidad como el ingreso semisacralizado y semidemom'aco a la condicin de mujer, al primer contacto.sexual como trmite obvio (...)
Pocos se acuerdan de la funcin estrictamente reproductora de la
sexualidad, como lo manda la Iglesia catlica. Y el miedo al SIDA
disdplina el ansia de promiscuidad (Monsivis 1995:186).
Estos ejemplos muestran el proceso de la secularizacin de la sexualidad que se ha descrito y y que durante este siglo ha llegado a
impregnar los chsairsos laicos dominantes.
Lo que se presenta a continuacin es una breve discusin del contenido de los discursos contemporneos de la sexualidad que compiten
entre s por un lugar dominante, y que constituyen el contexto y los
recursos culturales con que los individuos estn construyendo el sig}
nieado de sus prcticas sexuales. Para propsitos de este argument
describir algunos de sus aspectos, as como la relativa importanda de
los siguientes discursos contemporneos y sus medios:
I La educacin formal y la ciencia en la escuela
II La Iglesia catlica
III El gobierno: las polticas de salud y de poblacin
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Segn "Monsivis (1995),' en Mxico el campo de batalla ms importante entre la tradicin rgida y los nuevos discursos dentficos ha sido
la educacin sexual. Desde finales del siglo XIX y principios del actual, las escuelas pblicas laicas empezaron a establecerse tanto en las
ciudades como en las reas rurales. Al principio, su impacto fue muy
limitado, ya que al menos en la provincia las escuelas fueron recibidas
con ambivalencia porque representaban a la vez un medio de pro-j
mocin social y una amenaza para la cohesin y para los valores de las
familias rurales tradicionales entre las cuales la moralidad sexual catlica era altamente apredada.'
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De hecho, en la escuela el nio aprende los valores y normas de la'
sodedad nacional. El ideal 'burgus' o revolucionario en Mxico
se encarna en el mundo mestizo y urbano, y en todo lo que puede
hacer que uno pierda su posesin de un-mundo anticuado, 'subdesarrollado' e 'ignorante' (Bernard y Gruainski 1988: 206).
En 1933, algunos grupos procedentes de la sociedad dvil empezaron a presionar al gobierno para que implantara un programa de
educacin sextial en las escuelas, pues consideraban que las familias
eran renuentes a informar a los jvenes sobre la sexualidad. SQS grupos usaron como argumentos a favor de la necesidad del programa los
embarazos prematrimoniales, las enfermedades venreas y la 'perversin sexual', pero fueron enfrentados por los movimientos conservadores de padres de familia que reclamaban su supuesto derecho de ser los
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As se dio inicio a un proceso de medicalizacin de la reproduccin, el cumplimiento de cuyos objetivos dependa principalmente '
. como aun depende hoy da de recetar mtodos anticonceptivos
modernos^ (la esterilizacin, l dispositivo intrauterino y los anticonceptivos orales) en las instituciones de salud pblica ) inmediatamente despus de los partos. El asombroso xito de esas polticas
se ha basado en la diseminacin de prcticas anticonceptivas, principalmente entre mujeres urbanas casadas en edad reproductiva, ya que
los programas gubernamentales no han tomado en cuenta n i reconocido las prcticas sexuales de la gente joven y soltera, ni tampoco han logrado implantar sus programas suficientemente en las
reas rurales.
A travs de todo ese tiempo, la sexualidad en s jams apareci
como un tema para el gobierno; con todo y que es una precondicin'
para la procreacin. Tampoco se le consider como un asunto de
salud ni de derechos, en parte debido a la oposicin de poderosos
grupos de derecha, como"los"mprsarios conservadores aliados con la
Iglesia, quienes podan retirar su apoyo en otras reas de poltica consideradas como fundamentales, tales como la inversin en el desarrollo
econmico del pas. Es interesante observar que a pesar del compromiso del Estado mexicano de ser laico, las ideas catlicas concernientes a la sexualidad y la reproduccin han dominado sus polticas. Esto
no ha sido simplemente una estrategia para mantener buenas relaciones con la Iglesia sino que, en realidad, muchos grupos dentro del
gobierno comparten esas mismas ideas.
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quin tales nociones deben definirse; ni tampoco hablan de.las condiciones culturales, sociales y estructurales que permitiran su implementacin^n Mxico.
De esta manera, en el discurso actual del gobierno mexicano, la
sexualidad se menciona nicamente con relacin a la reproduccin y
a las polticas de poblacin. Aunque se halla incluida en los programas
oficiales, no se define como una oportunidad de crecimiento, de
placer y de-salud, sino como una prctica 'arriesgada' que se debe
monitorear y controlar mediante los mtodos modernos de anticoncepcin. Adems, el gobierno no asume su papel como garante
y proveedor de las condiciones necesarias para la salud sexual, sino
slo como el administrador del crecimiento y de la distribucin de la
poblacin.
Esta idea del sexo como riesgo impregna los programas y las polticas del gobierno, y aun cuando los documentos oficiales han
incorporado conceptos ms positivos como los de 'derechos reproductivos' y 'salud sexual y reproductiva', no especifican cmo ni por
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En franca confrontacin con todos los grupos que luchan para abrir la
discusin tocante a la salud sexual, los movimientos derechistas han
estado siempre muy activos, aunque la epidemia del SIDA los ha llevado a redoblar sus esfuerzos. Estos grupos han crecido tanto n cantidad como en organizacin, autrcTiarido su importancia en el escenario
poltico no sera tan grande Si no contaran con el apoyo de la jerarqua
catlica y de varios otros Rectores, tanto pblicos como privados.
Adems, a lo largo de los ltimos anos, el Partido Accin Nacional
(PAN)" que*se encuentra cerca de esos grupos, si bien no siempre lo
reconoce formalmente, ha ganado ms elecciones que nunca en su historia y as ha cambiado su naturaleza, transformndose de un grupo de
presin en una entidad que gobierna.
El episodio que a continuacin se narra constituye una ilustracin
de las ideas del PAN concernientes a la sexualidad. La ciudad de
Guadalajara es gobernada en la actualidad por autoridades de este
partido, algunas de las cuales intentaron en 1995 prohibir el uso
de la minifalda y de 'ropa impropia' en una cierta oficina; sin embargo, las protestas de un gran nmero d organizaciones e individuos
detuvieron esa iniciativa. Unos meses despus, en esa misma ciudad,
los funcionarios de la polica irrumpieron en las oficinas de Ser Humano,
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culturales. Esto no significa que los mensajes enviados por la televisin sean asumidos en forma inmediata y sin reflexin, sino que han
llegado a ser una fuente fundamental de los discursos sobreda sexualidad.
! ' ' ' ' ,
Para algunos los medios son:,
. . . {un] elemento positivo para la integracin y cohesin de la sociedad, para la promocin de estilos dp vida modernos y para la
transformacin d determinados aspectos de la realidad en un sentido
deseado, al difundir, de manera rpida y repetitiva, informacin hacia
extensos y dismiles sectores poblacionales, al estimular la conformacin de una opinin pblica homognea, al promover cambios
de actitud favorables a posibles innovaciones y al permitir 'introducirj
ciertos temas a la agenda social de discusin colectiva' (Camarena^
' 1996:16).
. .
. !
En este sentido, los medios pueden constituirse en sistemas poderosos y eficientes para fomentar la conciencia, generar discusiones y
promover cambios de creencias y de comportamiento relacionados
con la salud, la reproduccin y la sexualidad (Tuirn 1996). Por
ejemplo, los medios han sido utilizados por el gobierno de Mxico
para persuadir a la opinin pblica respecto a la necesidad de adop- \
tar programas de salud preventiva y la conveniencia de la planificacin familiar, as como para informar respecto a los servicios que
ofrece. Esta meta no se ha alcanzado siempre mediante mensajes explcitos patrocinados por las agencias gubernamentales, sino tambin por otros tipos de programas como son las telenovelas y los programas de entretenimiento. o obstante, y como mencion en la seccin
precedente, las campaas del gobierno relacionadas con el SIDA siempre
han encontrado resistencia y fuertes crticas entre los grupos conservadores, y por esta razn haban tenido que evitar, hasta recientemente,
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qu) se salen de la's normas estrictas del recato, del pudor (...) (citado
en Rocha 1994 9)
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decisiones polticas tomadas por el gobierno con relacin a los asuntos de la salud y las disposiciones legales como, por ejemplo, mantej, ner el aborto tipificado como un crimen. Los canales a disposicin de
la Iglesia son muy diversos: desde los grupos de derecha que presionan al gobierno e influyen sobre sus polticas mediante una amplia
gama de estrategias, hasta los sacerdotes locales de reas rurales y la
gente comn que hereda y reproduce las prescripciones de la moral
catlica.
El discurso religioso concerniente a la sexualidad es todava el modelo en contra del cual los dems discursos compiten o colaboran, ya
? S despus de que los conceptos prehispnicos fueron absorbidos por
| el catolicismo durante el perodo colonial, se es el discurso ms anti guo y poderoso, arraigado |a travs de los siglos, no solamente en las
instituciones externas y sus agentes, sino tambin en la subjetividad de
los individuos.
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ya que frecuentemente es el hombre quien toma las decisiones sin tomar en cuenta la opinin de la mujer. Estratgicamente," muchas mujeres estn usando anticonceptivos sin pedir el consentimiento de sus
esposos, lo cual se debe a la presencia cada vez ms importante de las
agencias de salud del-gobierno.
El discurso cientfico representa, cada vez ms, otro contrapeso a la
religin en cuestiones de moralidad mediante la inclusin de informacin fisiolgica referente a la fertilidad y a la concepcin en la
educacin primaria y secundaria. De este modo se est rompiendo el
silencio que rodeaba esos temas. Con todo, la informacin concreta
relativa al acto sexual en s, a la anticoncpcin y a la prevencin del
SIDA lio se presenta sino hasta en los ltimos aos escolares a los que
slo un pequeo segmento de la poblacin tiene acceso. De nuevo, la
contradiccin entre estos discursos no termina con la sustitucin de
uno por algn otro, sino en una mezcla hbrida particular que a veces
produce un conflicto <k lealtades entre los deseos propios de los jvenes, las tradiciones de los padres y el prestigio de aquella modernidad
a la cual desean pertenecer.
Quiz la voz menos escuchada sea la de los movimientos progresistas y los grupos de derechos civiles como las feministas y los movimientos de homosexuales y lesbianas, que deben efectuar un intenso proceso de presin sobre los agentes del gobierno para lograr
que su agenda sea discutida, ya que su base popular est an en proceso
de formacin y los foros con que cuentan son escasos y locales. Aun
cuando es cierto que tienen espacios en los medios de comunicacin
que llegan a los grupos sociales ms educados especialmente mediante los peridicos y revistas urbanos! su presencia en la televisin
est todava regulada fuertemente, en parte porque las principales cadenas televisivas del pas -Televisa y Televisin Azteca haban estadc
ntimamente relacionadas con el gobierno y realmente no haban abierto sus medios a los debates y a las criticas del status quo.
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