Globalizacion y Reduccion de A Pobreza - Xavier Sala-i-Martin
Globalizacion y Reduccion de A Pobreza - Xavier Sala-i-Martin
Globalizacion y Reduccion de A Pobreza - Xavier Sala-i-Martin
Xavier Sala-i-Martin
Catedrático de la Universidad de Columbia. Nueva
York
Prólogo
Las recetas que propuso Adam Smith en 1776 han probado, a través de más
de dos siglos, su validez y su eficacia para promover el desarrollo económico
en los países que se decidieron a adoptarlas. Primero en el Reino Unido y en
los nacientes Estados Unidos, y después en los países que forman lo que se
ha dado en llamar el “primer mundo”.
Sin embargo, y pese a que la Ciencia que inició Adam Smith ha probado
sobradamente, a lo largo del tiempo, la certeza de sus conclusiones, sigue
siendo necesario, hoy como ayer, explicar una y otra vez las ventajas del libre
comercio internacional y de los impuestos moderados, así como las que se
derivan de un Estado de Derecho que garantice la seguridad física y jurídica, el
derecho a la propiedad y el cumplimiento de los contratos. Y, del mismo modo,
sigue siendo necesario advertir reiteradamente de los perjuicios que ocasionan
las barreras al comercio internacional, la inseguridad física y jurídica, el
intervencionismo, los subsidios y los impuestos altos. Porque de ello depende
la vida, la prosperidad y el bienestar de miles de millones de seres humanos,
especialmente de los más desfavorecidos.
En pocas palabras, Xavier Sala-i-Martin forma parte, por méritos propios, del
selecto grupo de economistas de más prestigio de todo el mundo, pues es uno
de los economistas actuales que más y mejor han investigado sobre economía
del desarrollo; o lo que es lo mismo, sobre la naturaleza y las causas de la
riqueza de las naciones. Y además, con su ejemplo personal, contribuye a
refutar el falso estereotipo que pinta a los economistas liberales como personas
despreocupadas o indiferentes ante las necesidades y los padecimientos de los
más necesitados. Un tópico, por cierto, tan extendido como falso, porque la
principal preocupación de todos los grandes economistas de la historia, desde
Adam Smith a Friedrich von Hayek o Milton Friedman, ha sido siempre
encontrar las políticas y las instituciones que mejor puedan contribuir al
desarrollo y el bienestar de las personas y de las naciones más desfavorecidas.
Y Xavier Sala, además de enseñarlas y divulgarlas, las pone en práctica a
través de Umbele, una fundación que trabaja por la educación y el desarrollo
en África a la que donó la dotación del Premio Rey Juan Carlos de Economía y
con la que colabora habitualmente.
La economía del desarrollo, aun a pesar de ser la más antigua de las ramas de
la Economía, es también, probablemente, la peor conocida por el gran público.
Quizá aquí, más que en ninguna otra área del conocimiento económico,
abundan los prejuicios, los falsos tópicos y las falacias que, muchas veces,
impiden poner en práctica las políticas más eficaces para luchar contra la
pobreza. Por ello, creo que la Fundación FAES ha tenido un gran acierto al
ofrecer al público este instructivo, accesible y refrescante ensayo escrito por
una de las máximas autoridades mundiales en economía del desarrollo. Y
estoy segura de que el lector libre de prejuicios disfrutará viendo cómo Xavier
Sala-i-Martin, en un breve espacio, refuta, con cifras y argumentos, muchas de
esas falacias y estereotipos acerca de la globalización, de los países pobres y
de su camino hacia el desarrollo.
Globalización y reducción de la pobreza1
Xavier Sala-i-Martin
Catedrático de la Universidad de Columbia. Nueva York
En el siguiente
gráfico tenemos la
distribución de la
renta de China.
Vemos en el
gráfico qué
cantidad de gente
gana un dólar al
4
Noam Chomsky, September 11th and Its Aftermath: Where is the World Heading?
Conferencia pronunciada en Chennai (Madras), India, noviembre de 2001.
día, lo que el Banco Mundial define como pobreza. El resultado es que
en China en 1970 había 70 millones de personas que vivían con 365
dólares al año. Lo que me propongo construir es un gráfico como éste
para cada país y cada año. Si nos fijamos en la distribución de la
renta de China en 1980 (recordemos que hasta esos años era un país
bajo el mando de Mao), comprobamos que, respecto a 1970, y tal y
como predica el comunismo, no bajó la renta de los pobres, pero los
ricos mejoraron un poco.
En el caso de los
Estados Unidos,
vemos que no hay
pobres bajo la
definición del
Banco Mundial (un
dólar al día), y por
eso la ONU se
inventa otra
definición de
pobreza para este
país, que es la
mitad de la renta
mediana, y que en
Estados Unidos hoy es de 16.000 dólares. En el gráfico podemos ver
que la economía americana va creciendo, y que la distancia entre
ricos y pobres aumenta. La mejora de los ricos no quiere decir que los
pobres estén cada día peor, porque los pobres mejoran con el tiempo,
sino que la renta de los ricos aumenta más rápidamente que la de los
pobres.
Mi país “favorito”
es Nigeria, el otro
extremo. Conforme
pasan los años va a
peor. La mayor
parte de los
ciudadanos de
Nigeria se hace cada vez más pobre. Nigeria es el país más grande de
África en términos de población con 120 millones de habitantes. El
promedio de la renta es cada vez peor. Han pasado 40 años de
crecimiento negativo en este país, que tiene grandes recursos
naturales. Pero los recursos naturales son –paradójicamente–
negativos, porque crean corrupción, ya que son fáciles de robar,
mientras que los recursos humanos no se pueden robar, ¡porque la
gente se rebela! Los economistas lo calificamos como la “maldición
de los recursos naturales”, ya que el “dinero fácil” procedente de la
venta de los recursos naturales acaba perjudicando al país. En
Nigeria, el 20% de los ricos cada día está mejor, y no tienen ningún
incentivo para hacer reformas. Este es uno de los dramas de África,
por más que se lo digamos desde fuera.
Aquí tenemos la
suma de todos los
países del mundo.
Ésta es la
distribución
mundial de la renta
que quería
construir. Con el
tiempo, vemos que
se produce un
crecimiento
económico en el
mundo, es decir,
una mejora de las rentas.
Sin embargo, la primera pregunta que uno debe hacerse es por qué
un dólar diario marca el umbral de la pobreza. Es un límite arbitrario,
que se eligió en 1960 a partir de una determinada cantidad de rupias
que los indios consideraban un límite de pobreza y que equivalía
aproximadamente a un dólar diario. Y es un límite arbitrario porque la
pobreza no es un concepto fácil de definir. Algunas personas piensan
que los umbrales de la pobreza se han calculado científicamente,
según la cantidad de dinero con la que se puede comprar las calorías
diarias que te permiten vivir, pero esto no es cierto. Además, si la
pobreza estuviera definida como el mínimo que te permite vivir el
número de pobres siempre sería cero, porque los que tienen menos
estarían muertos.
Como el
umbral de
pobreza es,
pues,
arbitrario,
voy a
considerar
la fracción
del planeta
que vive
con una
renta por
debajo de
1,5 dólares
al día, y
vemos que las tasas de pobreza han disminuido enormemente. En el
año 2000 se habían reducido a un tercio de su valor en 1970. No sé si
se han reducido por la “globalización neoliberal salvaje”, pero
coincide con estas dos décadas.
Afortunadamente
esto es lo que
vivimos desde
1980. El número
de pobres hasta
1980 aumentaba,
40% pero
comienza
cuando
la
llamada
“globalización
35%
neoliberal salvaje” y cuando China liberaliza su economía, introduce
el mercado como pilar de su sistema económico y se abre al exterior,
la pobreza baja de 1.200 millones a menos de 800 millones de
habitantes.
Las
desigualdades
crecieron en la
historia
contemporánea.
Creo que esto es
un fenómeno muy
importante
porque es nuevo
en la historia de
la humanidad.
Hay gente como
Bourguignon, que
es el economista jefe del Banco Mundial, que ha hecho estudios sobre
las desigualdades en el tiempo. No sé cómo los ha hecho, porque es
muy difícil calcularlas. Pero al remontarse a 1820 se ve que las
desigualdades han subido y subido. Yo no sé si estos datos son
buenos, pero claramente tienen razón. La fecha de 1820 es más o
menos la fecha de la Revolución Industrial (1760 en el caso de
Inglaterra). Antes de la Revolución Industrial, casi todos los
ciudadanos del mundo eran iguales, es decir, igual de pobres. Había
un rey, había un césar, había un burócrata chino, había gente rica,
pero eran poquísimos. La mayor parte de la gente, la mayor parte de
los ciudadanos del planeta eran agricultores, en China, en América y
en Europa, y vivían en niveles de subsistencia. Comían, se vestían y
se morían. Es decir, estaban al nivel de subsistencia. Por lo tanto, en
todo el planeta la gente era más o menos igual de pobre. Pero, de
repente, en Inglaterra se inicia la Revolución Industrial.
El índice de Theil
también ofrece el mismo patrón.
Y lo mismo
sucede si
comparamos la
renta de los
individuos más
ricos (el 20% más
rico) con la de los
más pobres (el
20% más pobre).
Éste es el índice
en el que estaba
pensando Ignacio
Ramonet. Pues
bien, vemos que también baja. Y también si cogemos la de los muy
muy ricos y la de los muy muy pobres –es decir, la del 10% más rico y
la del 10% más pobre-, nos damos cuenta de que las desigualdades
en todo el mundo están bajando.
5
Sobre este asunto de las desigualdades escribí un artículo en La Vanguardia,
porque justo antes de las elecciones catalanas, unos profesores de la Universidad
Autónoma de Barcelona escribieron un artículo afirmando que la pobreza en
Cataluña había subido en los últimos cuatro años y que, por lo tanto, había que
votar a partidos de izquierda. ¿Cómo consiguieron que los datos subieran? Pues
diciendo que la definición de pobreza para el año 1990 era el 50% de la renta
mediana. Y en el año 2000 no era la mitad de la renta mediana, sino que ya era…
¡el 60% de la renta mediana! Yo escribí una carta preguntando por qué habían
cambiado de medida y me contestaron que “era la OCDE la que había cambiado de
definición”. ¡Y se quedaron tan panchos! Pero, a pesar de todo esto, fue un
argumento durante las elecciones: “la pobreza ha subido, hay que redistribuir, hay
que votar a partidos de izquierda”.
Por lo tanto, en los últimos veinte años, las tasas de pobreza en el
mundo han bajado, el número de pobres ha bajado y las
desigualdades han bajado. Esto se lo expliqué a Bernard Cassen en
un debate que tuvimos y, obviamente, su reacción fue decir: “es que
el dinero no lo es todo”.
Y tenía razón. Woody Allen dijo que lo más importante del mundo no
es el dinero sino las tarjetas de crédito. Pero Cassen no se refería a
las tarjetas de crédito. Él se refería a otras medidas de bienestar.
Entonces le pedí 5 ó 6 medidas de bienestar que quería que midiese,
para medirlas para él y escribir un artículo en La Vanguardia,
explicando cuál había sido el resultado. Él me dijo éstas: esperanza
de vida, mortalidad infantil, educación, acceso a agua potable y
alcantarillado.
12%
68
10%
En definitiva, tengamos cuidado con las definiciones. No se puede cambiar una
definición a mitad del partido, porque si utilizamos la misma definición de antes, la
pobreza ha bajado. Porque en los diez últimos años Cataluña ha crecido. Y si crece
3,00066
todo el mundo, la pobreza disminuye. Así que hay utilizar los conceptos correctos
40%
de manera correcta.
8%
Es decir, que todas estas formas de medir el bienestar, propuestas
por los que “no les gusta el dinero”, también dicen lo mismo: que en
los últimos veinte años hemos mejorado mucho. Ahora uno podría
decir: “como vosotros habéis utilizado el argumento de que lo que
hay que mirar es la simultaneidad y todo esto ha pasado en las dos
décadas de globalización neoliberal capitalista salvaje, el gran
aumento del bienestar mundial debe estar también causado por esa
globalización neoliberal salvaje”.
la
simultaneidad
90%
Como ya hemos indicado que
causalidad
no
y
son
la
lo
mismo, voy a hacer algo más.
100% 80%
Para evaluar el papel de la
globalización voy a hacer un
experimento. Voy a dividir el
mundo en tres grupos: los países que más se han abierto desde el
70%
año ochenta, es decir, los más globalizados; los que más se han
cerrado; y los del medio. Vamos a dejar de lado al grupo del medio y
vamos a comparar los que más se han globalizado y los que menos.
Vamos a confeccionar la misma distribución de renta que hicimos al
80% 60%
principio. Y así podremos calcular quién ha reducido la pobreza.
50%
Vemos que la pobreza va
bajando en el mundo de
forma sistemática desde
1970.
60%
$3,000 40%
30%
A los países que se han globalizado no les ha ido nada mal.
Porque si
calculamos la
cantidad de
gente que vive
por debajo del
0.5
umbral de la
pobreza en los
dos grupos de
países,
podemos ver
0.45que en las dos
décadas de los
80 y los 90, mientras los países “globalizadores” han reducido la
pobreza en 500 millones de ciudadanos, en los países que no se han
globalizado la pobreza ha aumentado en 80 millones. Por lo tanto,
0.4
experimentar con estas cosas puede tener consecuencias
catastróficas.
0.3
Lo que queda claro,
por tanto, es que a
pesar de que el
mundo va
mejorando, no todo
el mundo mejora
igual. Al calcular
las tasas de
pobreza vemos que
la fracción de
pobres ha
disminuido
enormemente en
Asia, en Extremo Oriente, en Asia Central, incluso en América Latina y
en el mundo árabe. Pero existe una región del planeta que cada día
va a peor y en la que la fracción de pobres va subiendo, y esa región
es África.
En África, el
número de
pobres también
va subiendo.
Fijémonos en que
en 1960 la mayor
cantidad de
pobres del
planeta estaba
esencialmente en
China e India. Hoy
día, gracias al
progreso de Asia
y al terrible
comportamiento de África, la mayor parte de pobres del planeta está
hoy en África. Lo que era antes un fenómeno asiático hoy es un
fenómeno esencialmente africano.
Por cierto, podríamos comparar esto con lo que pasa en Asia. En Asia
sí que hay empresas extranjeras por todas partes, capital extranjero
por todas partes, inversión directa extranjera por todas partes. En
África, no.