Alfonso Mendiola Hisotia Ciencia o Narrativa
Alfonso Mendiola Hisotia Ciencia o Narrativa
Alfonso Mendiola Hisotia Ciencia o Narrativa
ISSN: 1405-0927
comiteeditorialhyg@gmail.com
Departamento de Historia
Mxico
Mendiola, Alfonso
La inestabilidad de lo real en la ciencia de la historia: argumentativa y/o narrativa?
Historia y Grafa, nm. 24, 2005, pp. 93-122
Departamento de Historia
Distrito Federal, Mxico
La inestabilidad de lo real
en la ciencia de la historia:
argumentativa y/o narrativa?
Alfonso Mendiola
Departamento de Historia/uia
Resumen
Este ensayo forma parte de una investigacin sobre el giro historiogrfico,
momento en que el historiador, en tanto que productor de textos, de
historia, se concibe a s mismo como un ser histrico. Esto es, cuando la
historia, en tanto que conocimiento, se sabe tambin parte de la historia:
la historia de la escritura de la historia. Este hecho, situado en la dcada de
los setenta, marca un cambio respecto a la autodescripcin de la operacin
historiogrfica del siglo xix, pues muestra que el pasado construido por
la investigacin histrica no existe en s mismo, sino por medio de un
lmite (o frontera) que se constituye con el presente. Pero este lmite, que
hace surgir algo as como el pasado, se revela a partir de la aplicacin de
un modelo terico. Es decir, el pasado slo aparece en tanto que pasado
en la historia cuando el modelo terico (o racionalidad) descubre sus
lmites para producir sentido: el pasado es lo que no se puede explicar
desde el presente. La historia, desde el giro historiogrfico, dej de ser
el estudio del pasado para convertirse en la crtica de la racionalidad de
la sociedad actual.
The Unstable Real in the Science of History:
Argumentative and/or Narrative.
This essay is a part of an investigation of the historiographic turn of events,
where the historian, as a producer of historical texts, conceives himself as a
Historia y Grafa, UIA, nm. 24, 2005
94 / Alfonso Mendiola
96 / Alfonso Mendiola
98 / Alfonso Mendiola
existente entre el lugar desde donde se escribe la historia y su objeto (el pasado).16 Por lo tanto, lo que queda fuera de la narracin
es el uso de modelos altamente formalizados, es decir, el sistema
social moderno17 puede narrar el pasado (narracin-moralizacin)
o revelar los lmites entre el modelo como un tipo de racionalidad
y su aplicacin al pasado (narracin-informacin).18 Aunque no
debemos olvidar que tanto la historiografa como la filosofa del
lenguaje durante gran parte del siglo xx opusieron explicacin a
narracin. Basta con recordar la crtica de Lucien Febvre a la escuela metdica francesa para darnos cuenta que se fundaba en esa
oposicin.19 Como representante de la escuela de los Annales, Febvre
se opona a la historia narrativa proponiendo una explicativa, lo que
ms adelante se llamar historia-problema. Y, de la misma manera,
la filosofa del lenguaje en sus inicios opona narrar a explicar. Ella
deca: el lenguaje cotidiano narra mientras que el lenguaje especializado explica. Ambas posturas han sido criticadas, la primera por
Hay modos de observar las acciones y stos dependen del observador. Una misma accin puede ser atribuida al actor (ser interpretada
como decisin libre) o al contexto (ser interpretada como necesaria).
Por lo tanto, no hay nada en la accin que determine al observador
cmo la deba interpretar: como libertad o necesidad. Cuando el
intrprete adjudica interioridad a la accin se coloca del lado de la
libertad, mientras que cuando esa misma accin la explica por el
contexto, entonces se coloca del lado de la necesidad. Por ejemplo,
cuando se dice, x sujeto hizo y cosa por una decisin propia se sostiene que actu libremente; en cambio, cuando esa misma accin se
explica atribuyndola al entorno entonces se sostiene que acto de
manera necesaria. Para concluir, la explicacin por los motivos se
fundamenta en lo incondicionado de la accin (la infinitud interior:
empata): el acto volitivo va unido al de libertad;25 mientras que la
explicacin por el entorno se basa en lo condicionado de la accin:
el acto volitivo va unido a la necesidad. Siempre que se explica
usando modelos una accin se opta por la explicacin objetivante
Niklas Luhmann, Organizacin y decisin. Autopoiesis, accin y entendimiento
comunicativo, tr. Daro Rogrquez Mansilla, Barcelona, uia/Anthropos, 1997,
p. 113.
25
La explicacin kantina de la accin moral distingue entre voluntad y libertad.
Hay una voluntad no-libre y una voluntad libre: Ahora bien, el caso es que en los
hombres la razn no determina indefectiblemente a la voluntad, de modo que las
acciones conocidas como objetivamente necesarias lo fuesen tambin subjetivamente. No: la razn, por s sola no determina suficientemente a la voluntad; esta
se haya sometida tambin a condiciones subjetivas (ciertos resortes, dice Kant)
que no siempre coinciden con las objetivas. En una palabra, la voluntad no
es en s plenamente conforme con la razn. Mara Elvira Martnez Acua, La
articulacin de los principios en el sistema crtico kantiano. Concordancia y finalidad,
Pamplona, eunsa, 1996, pp. 213-4.
24
como un saber que revelaba el sentido de la vida humana. Tal sustitucin se llev a cabo cuando la concepcin de la realidad como
sustancia ontolgica (la realidad independiente del observador) se
vino abajo. Por esa razn (el fin de la metafsica), la historia la sustituy al producir imgenes globales de los orgenes de la sociedad.
En cambio, la prctica historiogrfica contempornea ya no tiene
la tarea de dotar de sentido a la vida humana por medio de grandes
relatos. A partir de la dcada de los sesenta, ella trabaja poniendo
a prueba las formas de racionalidad elaboradas en el presente (los
modelos) al confrontarlas con eventos sociales para los cuales no
estaban hechas. Y las pone a prueba al tratar de explicar, por medio
de ellos, los eventos del pasado. Se puede afirmar que la historia es
un laboratorio en donde se muestran los lmites de nuestra racionalidad, esto destaca lo que evita: la comprensin por empata.
En la actualidad este cambio, en el quehacer de la historia, se
conoce como giro historiogrfico. De alguna manera, el historiador ha quedado incluido en su propia investigacin del pasado.
Esta inclusin se basa en la siguiente tesis: toda descripcin de la
realidad es descripcin de un observador, esto es, no hay realidad
en s (metafsica). Para la historia esto significa que no existe el
pasado como sustancia ontolgica. El pasado es una frontera
inestable en la articulacin del tiempo. Para evitar confusiones
es indispensable aclarar lo siguiente: el historiador no es incluido en
el proceso de investigacin en el sentido biogrfico, sino en cuanto
a los procedimientos que realiza en tanto que forma parte de una
comunidad cientfica. Este momento reflexivo de la ciencia de la
historia consiste en reintroducir al interior de ella la diferencia que
la constituye: la historia como ciencia del pasado, dicho en otros
trminos, ciencia de la historia/pasado. Esta distincin, durante el
siglo xix y gran parte del xx, se entenda como la separacin de un
adentro (el acto cognitivo de la historia) y un afuera (el pasado como
objeto de estudio). Segn lo que plantea de Certeau, la distincin
se reproduce en uno de sus lados (la ciencia de la historia), esto es,
el pasado se convierte en el resultado de un proceso cognitivo, y
108 / Alfonso Mendiola
El siglo xix los pens como realidades que se constituan de maneras separadas: el pasado era dado en tanto que hecho histrico
y, por otro lado, los procedimientos cognitivos no influan en la
descripcin de los hechos. Las operaciones cognitivas no afectaban
a los hechos, pues slo se los apropiaban. An ms, su objetivo
era mostrarlos en su objetividad. El problema central de la epistemologa de la historia era el de la objetividad de su conocimiento.
Para de Certeau la objetividad, vista de esa manera, dej de ser el
tema central de la operacin historiogrfica:
No es sorprendente que lo que se juega aqu es otra cosa que la
suerte o las posibilidades de una ciencia objetiva. En la medida
en que nuestra relacin con el lenguaje es siempre una relacin
con la muerte, el discurso histrico es la relacin privilegiada de
una ciencia del sujeto y del sujeto aprehendido en una divisin
constituyente pero con una puesta en escena de las relaciones
que un cuerpo social mantiene con su lenguaje.32
Para el giro historiogrfico, el pasado y los modelos de inteligibilidad slo son posibles como la unidad de una diferencia, esto es,
no existe uno sin los otros. Slo hay pasado porque se construye
como lmite del sentido que puede ofrecer el modelo. Lo especfico
dentro del conocimiento histrico.
31
De Certeau, Lcriture de lhistoire,op. cit., p. 111.
32
Ibid., p. 142.
110 / Alfonso Mendiola
Es importante destacar el trmino simultneamente, pues si la referencia es el resultado de una operacin de observacin, y sta se
realiza mediante la indicacin de un lado de la distincin, entonces
en la observacin de primer orden no se observa la unidad de la
distincin, sino uno de los lados. En cambio, en la observacin
de segundo orden es posible observar los dos lados simultneamente, esto es, observar la unidad de la distincin. La historia en
la actualidad se ha vuelto, necesariamente, historia de segundo
orden. La historia como saber se observa a s misma en su prctica de investigacin. Esto es lo que expresa, segn Luhmann, el
cierre operativo de un sistema, en este caso de la historia. De esta
manera podemos suponer que el proceso de autonomizacin de la
historia (su separacin de la teologa, de la filosofa, de la formas
Jean-Claude Schmitt, La conversin dHermann le Juif. Autobiographie, histoire
et fiction, Pars, Seuil (Collection La librairie du XXIe sicle), 2003, p. 48. Las
cursivas son mas.
33
37
Ibid., p. 431.
Esta descripcin de la funcin de las paradojas puede ser concertada con la ciberntica de segundo orden y desde all puede ser
fundamentada, desde la perspectiva de la teora del conocimiento.
Siempre se tiene la posibilidad de preguntar al observador, pero esta
pregunta, si se aplica a s misma, lleva al resultado de una paradoja
y, en verdad, a una paradoja inyuctiva. Lo que exige es hacer visible
lo que para s misma debe ser invisible. Se contradice a s misma. Lo
que realiza es una autocontradiccin performativa y, con ello, evita
el que se introduzca el dogmatismo o que se prescriban recetas.38
38
pero sobre todo porque las formalizaciones dan hoy nueva pertinencia al detalle que hace excepcin. [...] Pues el hecho, del cual
en adelante se trata, no es el que ofrece al saber observador la emergencia de una realidad. Combinado con un modelo construido, el
hecho tiene la forma de una diferencia. Por lo tanto, el historiador
no est situado ante la alternativa de la bolsa o la vida la ley o el
hecho (dos conceptos que en consecuencia se han borrado de la epistemologa contempornea). (...) Bajo estas consideraciones, an el
lugar donde el historiador se establece puede, por analoga, llevar el
nombre venerable de hecho: el hecho, es decir, la diferencia.41
Idem.
Ibid., pp. 114-5.
La inestabilidad de lo real en la ciencia de la historia / 119
47
48
El resultado de la investigacin histrica es la negacin como diferencia, esto es, eso no era como es hoy. El historiador produce
negaciones con sentido, pues la historia consiste en decir eso no es.
El discurso histrico reflexivo trabaja con o en el lmite de lo
pensable, pues lo particular surge, en la prctica historiogrfica, no
como lo pensado sino como el lmite de lo pensable. Lo central para
el historiador es mostrar aquello que le escapa, esto es, aquello que
le es incomprensible. La investigacin histrica actual, al situarse
en los lmites de lo comprensible (en la frontera en donde aquello
que se ve ms all de ella es impensable) revela el afuera de nuestra
sociedad. Ella es un mecanismo de control de nuestras formas de
racionalidad.
El discurso histrico, en nuestro tiempo, es la composicin de
un lugar que instituye en el presente la ambivalencia del pasado y
el futuro. La historia se refiere al pasado para crear una distancia
con respecto al presente, para verlo mejor. Figurativamente casi
podramos decir observarlo desde fuera de l. El pasado es el medio
para observar la unidad de una diferencia. La operacin histrica
consiste en dividir lo dado segn una ley presente que se distingue
de su otro (pasado), en tomar distancia en relacin a una situacin
aprendida y de este modo marcar con un discurso el cambio real
que permiti esta distanciacin.51
La historia es ambivalente, pues al mismo tiempo que construye
un lugar al pasado crea uno para el futuro. La sociedad actual,
50
51
Idem.
Ibid., p. 118.
La inestabilidad de lo real en la ciencia de la historia / 121