La Crítica A La Idea de Los Derechos Humanos
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dividualista que comportan. Como apunta el mismo PecesBarba, no es casualidad que los derechos fundamentales
hicieran su primera aparicin en aquellos pases en los
que el capitalismo y la revolucin industrial estaban ms
desarrollados15.
La transformacin de una economa feudal en una
economa capitalista exiga, en efecto, profundos cambios, y muchos de ellos encontraron expresin y vehculo
en la doctrina de los derechos naturales del hombre. El
derecho a la propiedad privada y la libertad de comercio
e industria son los ejemplos ms claros de supuestos derechos humanos colocados al servicio de la nueva estructura econmica, pero indirectamente muchos otros derechos de corte netamente individualista operan en la misma direccin.
No es de extraar que Marx criticara los llamados derechos del hombre justamente por considerarlos instrumentos al servicio de los intereses y condiciones de desarrollo
de una determinada clase social, la burguesa. Y por ello
puede considerarse la crtica de Marx, que examinaremos
a continuacin, como una especificacin o concrecin de
esta segunda crtica historicista que acabamos de mencionar. La que concibe los derechos humanos como histricos,
demasiado histricos16.
Como digo, para Marx lo que condiciona histricamente
los derechos humanos, lo que determina su origen, su contenido y su formulacin concreta, son los intereses sociales
y econmicos de la clase social que sale triunfadora de la
Revolucin francesa: la burguesa. Tales derechos no son,
por tanto, lo que pretenden ser. No son los derechos que le
corresponden por naturaleza a todo ser humano, sino que
son los derechos del burgus. Los derechos que la burIbid., p. 10.
Cfr. C. EYMAR: Karl Marx, crtico de los derechos humanos, Madrid, Tecnos, 1987, p. 166: Los derechos humanos, segn Marx, no pueden concebirse
como exigencias racionales, como verdades eternas vlidas para todos los tiempos y lugares, sino como productos histricos surgidos en una poca determinada por unas causas determinadas.
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del individuo en la vida de la comunidad. Lamentablemente, los derechos del ciudadano estn, segn Marx, viciados
por hallarse al servicio de los llamados derechos del hombre, los derechos del individuo egosta, del burgus22.
Qu valoracin, siquiera apresurada, podemos hacer
de la crtica marxista? Seguramente es una crtica certera,
pero al mismo tiempo claramente limitada.
Limitada al menos en la medida en que se centr fundamentalmente en los derechos reconocidos en las declaraciones concretas que Marx pudo analizar con ms detenimiento: bsicamente, las declaraciones americanas y
francesas de finales del siglo XVIII. Pero desconoci la
gran potencialidad, la enorme carga positiva, que encerraba la doctrina de los derechos humanos considerada en
abstracto. Potencialidad positiva o liberadora que su evolucin posterior ha venido a poner de manifiesto.
Pensemos en la llamada segunda generacin de derechos humanos, los derechos sociales, econmicos y culturales, tales como el derecho al trabajo, a la educacin, a la
sanidad, a la vivienda, etc. Obviamente, estos derechos no
expresan, o al menos no directamente, los intereses de la
burguesa, que suele tener ya perfectamente cubiertas
esas necesidades perentorias, sino que expresan ms bien
los intereses de los sectores sociales desfavorecidos. Luego, la crtica de Marx no les afecta, y por eso mismo queda
invalidada como crtica a los derechos humanos en general; salvo que quiera argumentarse que los derechos sociales tambin estn viciados por tratarse de concesiones slo
22
Ibid., pp. 366-367. Las apreciaciones de Marx sobre los derechos del hombre se encuentran esparcidas en muchas de sus obras. Destacan especialmente
Sobre la cuestin juda y La ideologa alemana. Pero tambin hay referencias
importantes en La miseria de la filosofa, El manifiesto del partido comunista,
los Grundrisse (trabajos preparatorios de El capital), El capital, La guerra civil
en Francia, la Crtica del programa de Gotha, etc. Sobre el tema vid. M. ATIENZA, Marx y los derechos humanos, Madrid, Mezquita, 1983; C. EYMAR: Karl
Marx, crtico de los derechos humanos, op. cit., D. N. BASTA: Grenzen und
Sochwierighkeiten der Menschenrechtskritif von Karl Marx, en Rechtstheorie,
vol. 21, 1990, pp. 106-116; F. GENTILE: I diritti delluomo nella critica marxiana
dellemancipazione politica, en Riv. Int. di F. del Diritto, vol. 58, 1981, pp.
571-587.
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Augusto Comte, pensador francs al que suele atribuirse la fundacin del positivismo filosfico, puede considerarse el primer y ms caracterstico expositor de esta
crtica.
Comte concibe los derechos del hombre como dogmas
metafsicos, y les atribuye la forma viciosamente abstracta que es comn a todas las concepciones metafsicas25.
Pero no tiene una visin tan absolutamente negativa de
esos dogmas como otros positivistas posteriores, cuyo horror a la metafsica es bien conocido. En efecto, Comte
atribuye a la metafsica revolucionaria, es decir a dogmas
como el de la libertad, igualdad o soberana popular, cierto
valor relativo, en cuanto elementos imprescindibles para
destruir el antiguo orden teolgico, sin cuya previa demolicin no sera posible llegar a construir el orden positivo o
cientfico que sucedera al orden metafsico y que vendra
propiciado por la aplicacin de los principios positivistas a
la ordenacin de la vida social y poltica.
As por ejemplo, el derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de expresin le parece valioso en cuanto ariete imprescindible para demoler el viejo sistema de
dogmas teolgicos sobre el que se asentaba el antiguo rgimen.
Pero, sin dejar de reconocer lo anterior, advierte que no
existe libertad de conciencia en astronoma, ni en fsica, ni
en qumica. No existe libertad de conciencia en el mbito
cientfico en general. Sera absurdo no creer confiadamente en los principios establecidos all por los cientficos competentes26. Pues bien, si la poltica ha de ser tambin una
ciencia, sus principios habrn de aceptarse igualmente,
sin que tenga sentido someterlos al escrutinio permanente
de la conciencia o del pensamiento de cualquier persona
incompetente.
25
Cfr. A. COMTE: La fsica social, Madrid, Aguilar, 1981, p. 38. Este libro es
traduccin de las lecciones 46 y 47 del Cours de Philosophie Positive. Sobre la
crtica de COMTE a los derechos humanos, vid. tambin B. BINOCHE, Critiques
des droits de lhomme, Pars, P.U.F., 1989, pp. 63-73.
26
Cfr. A. COMTE, Introduccin a su Systme de politique positive, I, Pars,
1851.
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La valoracin que merece la crtica de Comte debe inscribirse, en mi opinin, en la que merece en general esa
tendencia tan caractersticamente positivista a condenar y
despreciar como hueca metafsica toda afirmacin que no
sea estrictamente cientfica, en el sentido de empricamente verificable.
Es cierto que algunos sectores de la realidad como las
proposiciones normativas o los juicios morales no pueden
verificarse mediante la experiencia como las leyes fsicas,
pero no por ello dejan de tener sentido. De hecho, las sociedades humanas se asientan sobre esas estructuras normativas: la moral, el Derecho, los usos sociales, etc. y difcilmente podran subsistir sin ellas. Luego, no puede negarse que tengan sentido, lgica interna, cierta coherencia
y algn tipo de existencia real. Aplicarles el mtodo cognoscitivo de las ciencias naturales es como intentar coger
agua con una red. Por esa misma razn, la acusacin de
metafsica respecto a la doctrina de los derechos humanos no le puede hacer mucho dao, porque nunca ha pretendido valer como fsica.
Veamos ahora la crtica de la segunda escuela del positivismo jurdico, la legalista o normativista. Su expositor
ms caracterstico fue Jeremy Bentham, el famoso filsofo
utilitarista ingls, contemporneo de la revolucin francesa y uno de los ms duros crticos de sus declaraciones de
derechos34.
En realidad, en la obra de Bentham encontramos,
adems de la crtica tpicamente positivista-normativista,
que veremos a continuacin, otra crtica que en principio
nada tiene que ver con ella: la crtica utilitarista. Una crtica que, por cierto, ya estaba insinuada tambin en la
obra de Burke.
34
La exposicin que sigue se apoya bsicamente en la obra de J. BENTHAM,
Anarchical Fallaces; being and Examination of the Declaration of Rights Issued
during the French Revolution, recogida en The Works of Jeremy Bentham, ed. de
Bowring, Edinburgo, William Tait, 1843, vol. II. Lamentablemente no he podido
disponer de esta obra y he recurrido al extracto que se contiene en Nonsense
upon Stilts, op. cit., pp. 46-69.
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