Cipolla, Carlo M. - La Odisea de La Plata Española
Cipolla, Carlo M. - La Odisea de La Plata Española
Cipolla, Carlo M. - La Odisea de La Plata Española
M. CIPOLLA
LA ODISEA
DE LA PLATA
ESPAOLA
.
"
CRTICA
BARCELONA
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las san ciones establecidas en las leyes, la reproduccin total o parcial de esta obra por cualquier
medi o o procedimiento. comprendidos la reprografa y el tratamiento inf01mtico, y In distribucin de ej empl ares de ella medi ante alquiler o prstamo pblicos.
Ttulo ori gi nal:
CONQUISTADORES , PIR A"rl . MERCATANTI
La saga d e/l 'arge nlo sHtgn uolo
PRLOGO
En el transcurso del siglo XV! las colonias vertieron sobre
Espaa ms de 16.000 toneladas de plata. En el siglo siguiente, ms de 26.000 toneladas y en el siglo XVIII, ms de
39.000 toneladas. Los efectos causados por esta marea de
plata, que inund primero Espaa y a continuacin un pas
tras otro, fueron extraordinarios. La excepcional liquidez
que se cre en el mercado internacional favoreci un impresionante desarrollo del comercio intercontinental. En las pginas siguientes se narra la historia de este acontecimiento y
de las vicisitudes de la moneda que fue protagonista de esta
singular aventura.
En la preparacin de este trabajo he contado con la ayuda de numerosos colegas y amigos, entre los que se cuentan
K. N Chaudhuri, Giuseppe Felloni, Giorgio Giacosa, M. l ano, el graduate student Martin Petri del Departamento de
Economa de la Universidad de Berkeley, California, y especialmente el profesor Giulio Giannelli de Gnova, que ha hecho una lectura crtica del manuscrito y ha sugerido modifi-
CAPTULO I
En los primeros tiempos de la aventura colonial espaola en el Nuevo Mundo, el oro del que se apoderaron los
conquistadores fue exclusivamente producto de robos, botines y saqueos. Lo malo de cualquier actividad parasitaria
es que no puede durar eternamente. Ms tarde o ms temprano, segn la consistencia de los tesoros acumulados por
las vctimas y la eficiencia de los depredadores, las vctimas son despojadas de todos sus bienes y a los ladrones ya
no les queda nada que hacer. Este destino fatal hubiera
sido tambin el de los espaoles de no st:r por un extraordinario golpe de fortuna que les llev a descubrir, en los
territorios que haban conquistado, excepcionales yacimientos de oro y, sobre todo, de plata. Teniendo toda aquella plata a su alrededor, al alcance de la mano, era natural que los espaoles se lanzaran, con toda su pasin y
su entusiasmo por el oro y la plata, a la actividad minera.
As empez la leyenda de la plata espaola, de los tesoros
obtenidos gracias a una intensa actividad minera y trans-
FIGURA l.
CAPTULO 1
11
l2
FIGURA
2.
Tras su desembarco en Veracruz en 1519, Hemn Corts invadi por el este el territorio del imperio azteca a la
cabeza de un exiguo contingente (600 hombres y 16 caballos) y de 6.000 aliados reclutados entre las tribus indgenas. En su avance hacia la capital azteca encontr una tenaz resistencia y, una vez llegado a la capital, estuvo a
punto de sufrir una derrota total. A duras penas consigui
salvarse, aunque a costa de perder dos tercios de sus hombres adems de todas sus armas de fuego. Pero precisa-
FIGURA
14
CAPTULO 1
FIGURA 4.
15
l6
El valor, la intrepidez, la audacia y el espritu de sacrificio de los conquistadores igualaron la brutalidad y la crueldad que demostraron con las poblaciones indgenas. Se desprende claramente de las anotaciones del diario de a bordo
que, cuando Cristbal Coln realiz su fatdico viaje de descubrimiento, su sueo, la motivacin ltima de su empresa
era encontrar, y a ser posible conquistar, tierras ricas en oro.
La palabra oro aparece una y otra vez, con obsesiva insistencia, en las anotaciones del almirante genovs. En los
decenios siguientes, los conquistadores espa.oles dieron
muestras de estar dominados y motivados por la misma obsesiva pasin. Nada pareca interesarles excepto el oro, y
para apoderarse del oro fueron capaces de realizar los mayores sacrificios y las mayores crueldades. Para sonsacar informacin acerca de la existencia de tesoros no dudaron en
torturar y matar a decenas de miles de indgenas. Corts someti al caudillo Cuauhtmoc a indescriptibles torturas
para arrancarle el secreto del lugar donde se conservaba el
tesoro de los aztecas. Pero Cuauhtmoc no habl. Lo que
Corts no pudo obtener de Cuauhtmoc lo consigui, sin
embargo, de Moctezuma. Una vez hallado el tesoro, se necesitaron tres das para hacer el inventario; a continuacin,
Corts hizo fundir la mayor parte de los objetos que constituan el botn. De este modo se perdieron estpidamente
tesoros de gran valor artstico; pero a los conquistadores,
como ya se ha dicho, no les interesaba el arte ni ninguna
otra cosa: slo les interesaba el oro y nada ms que el oro.
Cuando Pizarra ocup Cuzco, rob del templo 700 lminas
de oro y en Bogot hizo fundir las puertas del templo, que
CAPTULO 1
FIGURA
5.
17
b ~.
~~~e:"
ARA
Guadalajara
DE
NUEVA ESPAA
MANI LA 1548
VIRREINATO
DEL PER
t .OOOrninaa
.2.000 Km
FI GURA 6.
CAPTULO 1
19
OC~ANO
..................................................
PACIFICO
. . c.pric<Jm/o
0 ~~~~~~N~~Ia Conoriaa
:t;o~: ~N~tn":"rito., vfo Canarias
@ de P""""'* o El Clllao y Arlol
Estrecho de Magatlanes
FIGURA
7.
CAPTULO 1
21
esta misma zona por lo menos siete nuevos riqusimos filones de plata.
Fue talla fama de la riqueza de los yacimientos que Potos y su zona limtrofe fueron literalmente invadidas por
hombres, animales y mquinas, hasta el punto de que en
1573, apenas treinta aos despus de su fundacin, la ciudad
contaba ya con ms de 150.000 habitantes y lleg a superar
los 160.000 en 1610.
El descubrimiento de los yacimientos de Potos fue un
enorme golpe de fortuna para Espaa. Los efectos de ese
sensacional descubrimiento se dejaron sentir ya a partir de
1549, ao en que la produccin de plata fue casi ciez veces
superior a la del afio anterior. Pero todo esto no era sino el
inicio de una serie de nuevos acontecimientos extraordinarios. El 8 de septiembre de 1546, apenas un ao despus del
descubrimiento de Potos, un pequeo destacamento de espaiioles y de auxiliares indgenas al mando de Juan de Tolosa descubra, a unos 220 kilmetros al norte de CiPdad de
Mxico, un lugar denominado Zacatecas, donde en 1548
apareceran riqusimos filones de plata (vase la figura 7).
Si el descubrimiento del yacimiento de Potos haba sido
un hecho puramente casual, el de Zacatecas fue el resultado de una actividad de exploracin y de investigacin, que
en el curso de los decenios siguientes dio como fruto el hallazgo de nuevos yacimientos de plata de enorme riqueza.
La produccin minera de la zona fue tan importante que se
impuso la construccin de una carretera principal que uniera Zacatecas con Ciudad de Mxico, y que recibi el nom: bre de Camino Real de la Tierra Adentro.
FI GU RA
8.
CAPTULO 1
23
24
CAPTULO 1
FIGURA
25
fueron casos aislados. La produccin combinada de Almadn e Idria, con el aadido incluso de la produccin china
(que llegaba a las colonias americanas va Acapulco, Mxico), no siempre consegua satisfacer las necesidades de la
produccin de Zacatecas, y no haba suficiente mercurio en
el mercado para cubrir tambin las de Potos: esta parte importante de la produccin minera iberoamericana qued,
pues, al margen del progreso tecnolgico, y el proceso productivo sigui el mtodo tradicional e ineficaz de la fusin.
Pero entonces, por ensima vez, Espaa se vio extraordina-
26
FIGURA
............ ~
CAPITULO I
27
utilizaban como tinte para pintarse el cuerpo de rojo durante las fiestas. De la mina se poda extraer tambin mercurio, pero los incas prohiban esta produccin considerando, acertadamente, que la manipulacin del mercurio era
peligrosa. Pero los espaoles no tenan tales escrpulos,
porque adems quienes iban a trabajar en las minas seran
los indios y no los espaoles. El da uno de enero de 1564
Amador de Cabrera fue declarado oficialmente descubridor de Huancavelica, e inmediatamente comenz la extraecin de mercurio, con una produccin que, a partir de 1573,
ya alcanzaba varios miles de quintales anuales.
Huancavelica est situada al sureste de El Callao (Per)
y, en lnea recta, no dista ms de 1.200 kilmetros de Potos
(vase supra, p. 20, figura 7). Sin embargo, la distancia entre
Huancavelica y Potos era mucho mayor de cuanto indica la
simple medicin kilomtrica en lnea recta. Para trasladarse
de un lugar a otro hay que superar o rodear montaas muy
difcilmente accesibles, picos cortados, y utilizar senderos
escarpados y peligrosos. No caba ni pensar en carreteras. El
transporte de mercurio desde Huancavelica hasta Potos
slo poda efectuarse a lomos de las llamas. Las dificultades
eran grandes, pero no insuperables, y la ventaja de tener
una nueva fuente de mercurio a una distancia razonable de
Potos era incalculable. A partir de 1570, aproximadamente,
Espaa dispona de suficientes minas de mercurio para satisfacer las exigencias de su produccin de plata, tanto en
Zacatecas como en Potos.
Sin embargo, por una serie de razones complejas, en Potos la adopcin del moderno sistema de amalgama tuvo
~- - "-!........_......
28
que esperar unos seis aos a partir del da del descubrimiento de las minas de Huancavelica, y durante todo este
tiempo el mercurio de Huancavelica fue transportado al norte para ser utilizado en Zacatecas. Hasta 1573, el ll!_aestro
de azoguera don Pedro Hernndez de Velasco no empez
a aplicar a la produccin de Potos el mtodo adoptado
veinte aos antes por Bartolom de Medina en Zacatecas.
A partir de ese momento la curva de produccin de la plata espaola marc un ascenso extraordinario, alcanzando la
cifra mxima en el perodo comprendido entre 1550 y 1660.
CAPTULO 11
Como escribe el profesor Domnguez Ortiz en su obra
The Golden Age of Spain, Espaa renunci a establecer un
monopolio comercial estatal similar al que haban establecido, en cambio, los portugueses para el comercio de las especias. Pero, aunque Espaa renunci a semejante plan, no
por ello dej de controlar con extraordinario rigor el movimiento de personas y bienes, que iban o regresaban de las
Indias. La mayor parte de estos controles fueron ideados y
creados con el objetivo principal de garantizar el monopolio de los beneficios derivados de la posesin de las colonias
y del comercio con las mismas.
Ante todo, y desde los primeros das de la conquista, la
administracin espaola se opuso enrgicamente al establecimiento de forasteros en sus colonias; a este respecto
hay que sealar que eran considerados foraster ::>s incluso
los que residan en territorios que formaban parte del imperio espafiol, pero cuyos padres o abuelos no hubieran nacido en Castilla, Len o Navarra. Slo a los descendientes
FI GU RA
CAPTULO Il
31
32
CAPITULO 11
FIGURA
33
34
CAPTULO III
Inicialmente, el comercio entre Espaa y sus colonias se
realizaba mayoritariamente en naves rpidas, llamadas navos sueltos, que viajaban de una en una. Ms tarde, estas
naves comenzaron a unirse en convoyes para estar ms protegidas, e iban acompaadas por un galen . As naci l~&?
., . ~~I~a~;;;;;;~;~{;~~f!~~:~;;,~~ {;!!~~f:~~~~;
orden que cada ao partieran (hacia las Indias) dos flotas,
una en enero y la otra en agosto. Al mismo tiempo, se estableci que ninguna nave poda viajar fuera de la flota. Adems se dispuso que cada flota fuese comandada por un capitn general y un almirante. Tambin se estableca que la
nave capitana y la almiranta estuviesen dotadas de un contingente de 30 soldados cada una.
Segn el profesor Chaunu, sin embargo, las ordenanzas
del 16 de julio de 1561 no aportaban grandes novedades en
la organizacin del sistema de transportes entre Espaa y
las Indias, porque, como se ha dicho, ya antes de esa fecha
FIGU RA 13.
CAPITuLO IIJ
FIGURA
37
14. Navfos de guerra del siglo XVI. Grabado de Pieter Brueghel el Viejo, 1564-1565.
las naves espaolas haban avisado de la necesidad de navegar en convoy para poder defenderse mejor de los ataques de corsarios y enemigos. Pero con las ordenanzas del
16 de julio de 1561l~J1'!Ytl&i- e~~' se convirti en
norma y, adems, por pnmera vez se prohiba la navegacin
de navos sueltos (una prohibicin que, sin embargo, no
surti efecto). Entre 1506 y 1650, de los 18.767 viajes de ida
y vuelta realizados por las naves de la Carrera, 8.222 fueron
hechos en convoy, 6.887 no estn determinados, y slo 2.658
fueron realizados por navos sueltos.
Sin embargo, al cabo de pocos aos las ordenanzas pre-
38
,.
FIGURA
40
nantes en las zonas norte y sur del Caribe, fueron planificados de la siguiente manera: las naves que se dirigan a Nueva Espaa, llamadas colectivamente ,!!.2.!~s, deberan partir
en marzo o abril, mientras que las que se dirigan a Tierra
Firme, llamadas colectivamente galeones.? deberan partir en
agosto o septiembre.
De este modo, si no surgan problemas, dos convoyes salan de Espaa entre marzo y septiembre: uno dirigido hacia Nueva Espaa, cuyo destino era Veracruz, y el otro dirigido a Tierra Firme, con destino en Portobelo, en el istmo de
Panam, o a Cartagena, en Tierra Firme (actualmente Colombia). Deba ser un espectculo maravilloso el de esa flota que, a mediados del siglo XVI, estaba compuesta de 35 a
70 o ms naves, con las velas enteramente desplegadas al
viento y navegando en conserva en fila india, escoltadas
normalmente por dos naves de guerra, la capitana y la almiranta, situadas respectivamente a la vanguardia y a la retaguardia del convoy.
Mientras que las naves que llegaban a Veracruz, una
vez descargadas las mercancas destinadas en su mayora a
Ciudad de Mxico, se quedaban en Veracruz para pasar el
invierno, las naves que llegaban a Portobelo invernaban en
Cartagena, en el que se ha considerado como uno de los
mejores puertos de mundo (a pesar de su falta de agua).
La mercanca descargada en Cartagena y en Portobelo se
trasladaba entretanto, a lomos de llamas o de mulos, a la
costa del Pacfico del istmo de Panam, y all era cargada
de nuevo en naves, que la transportaban al puerto de El
Callao donde, cargada de nuevo a lomos de mulos o lla.... ,,;;,;~~tl>~;.i: ....~~'it"
CAPTULO III
41
FIGURA 16.
CAPTULO IV
El sistema de comunicaciones y transportes entre Espaa y sus colonias estuvo constantemente amenazado por
dos elementos poderosa y peligrosamente hostiles. Por una
parte estaban las fuerzas de la naturaleza, que se desencadenaban en forma de huracanes y terribles borrascas. En la
historia de la Carrera aparecen registradas furiosas tempestades, que dispersaban las naves a los cuatro vientos rompiendo la cuidada formacin defensiva y causando enormes
prdidas y daos. Los espaoles demostraron, en general,
menor habilidad como marineros que los ingleses, hasta tal
punto que un experto en cuestiones martimas, Diego Portichuelo de Rivadeneira, lleg a escribir que reconoc el gobierno con que esta nacin [Inglaterra] se porta con sus navos. Ass para el manejo de las armas como para marinera
es grande su disposicin y aparejo. Sin embargo, aunque
no igualaban a los ingleses en el dominio del mar, el hecho
innegable es que los espaoles demostraron en muchas ocasiones ser unos marineros capaces y experimentados. A este
44
CAPTULO IV
45
metrpoli a las colonias o de las colonias a la metrpoli consigui alcanzar su destino con una regularidad satisfactoria.
La carga que llevaban las naves desde Espaa con destino a las Indias siempre era extraordinariamente variada,
compuesta por los objetos y mercancas ms diversos; la lista de mercancas transportadas en estas naves recuerda el
inventario de un bazar. As, por ejemplo, en una de las ms
de 40 naves que zarparon de Sevilla para Nueva Espaa al
mando de don Luis Alfonso de Flores en 1594, el comerciante Gaspar Gonzlez carg a bordo cucharas, candeleros,
cuerdas, alambiques, navajas de afeitar, pieles, rosarios, collares de cristal, tejidos, camisas, telas de Holanda, paos de
Flandes, cintas, pauelos, alfombras, tafetanes, pasamaneras, linternas de cobre, y muchas cosas ms. En la misma
flota, el comerciante de Sevilla Andrs Canel carg mantas,
utensilios varios, tejidos, vestidos y productos alimenticios
como aceite, olivas y azcar. Esta enorme variedad de mercancas y bienes se explica porque los colonos carecan de
todo lo necesario, y deban depender para todo de las importaciones de la metrpoli. En las colonias no se produca
nada de cuanto era preciso para cubrir las necesidades cotidianas, incluidos el aceite, el vino y el grano. Por eso en las
naves destinadas a las Indias los comerciantes espaoles
cargaban de todo, con la esperanza, que era casi una certeza, de vender sus mercancas a los precios desorbitados que
regan en las colonias (segn Osorio y Redina, escritor del
siglo xvn, a finales del siglo xvn el precio de las mercancas
se triplicaba por trmino medio entre el lugar de produccin y el primer punto de venta en las Indias). La nica
46
--
47
CAPITuLO IV
FIGURA
17.
48
CUADRO
Tesoro
750.000.000
6.453.315.000
2.831.411.000
2.190.416.000
1.295.964.000
2.136.430.000
1.003.683.000
301.406.000
Mercancas
386.250
281.199.000
326.672.000
189.290.000
472.035.000
557.512.000
67.130.000
22.527.000
Total
1.136.250.000
6.716.514.000
3.158.083.000
2.379. 706.000
1.768.000.000
2.693.942.000
1.070.813.000
323.933.000
F U ENTE:
Hamilton, American Treasure and the Price Revolution in Spain,
1501-1650, pp. 34-42, y Chaunu, Sville et I'Atlantique, passim.
brasil, el palo campeche, etc. Despus, por orden de importancia, se hallaban las plantas medicinales como la zarzaparrilla, la caafstola, el liquidmbar, la jalapa y la guajaca,
que se deca era eficaz contra la sfilis y, por lo tanto, apreciadsima en Europa, hasta el punto de que los Fugger consiguieron la garanta de su monopolio. Por ltimo haba un
grupo de mercancas varias, como la lana, el algodn, los
cueros, el azcar, el tabaco, las especias, entre las que se encontraban el aj y el jengibre, y la seda china importada de
las Filipinas va Acapulco.
El otro gran apartado -el apartado dominante, con mucha diferencia- que figura entre las importaciones a Espaa era el que se defina como el tesoro, compuesto por
i
1
CAPTULO IV
49
FIGURA
18.
CAPTULO V
Para responder a esta pregunta, hay que remitirse en primer lugar a la serie de datos publicados en 1934 por el profesor Earl J. Hamilton en su clsico libro American Treasu re and the Price Revolution in Spain, 1501-1650. La serie de
datos se refiere concretamente a las importaciones de plata
y de oro de las Indias a Espaa entre 1503 y 1660, pero tambin ha sido utilizada durante mucho tiempo como piece de
rsistance por todos los que se han dedicado a la historia de
la produccin de plata en las Indias y por los que se han
ocupado del estudio de la llamada revolucin de los precios en Europa>> a lo largo del siglo XVI (vase el cuadro 2).
Segn esta serie, las importaciones de plata de las Indias
a Espaa habran sido de apenas 149 kilogramos en el decenio 1521-1530, cantidad que fue aumentando de manera
clara y continuada a lo largo de los tres decenios siguientes,
hasta llegar a una cifra aproximada de 303 toneladas en el
decenio 1551-1560. En este punto, la serie refleja un fuerte
impulso ascendente de las importaciones hasta un total de
52
53
CAPTULO V
CUADRO
Aos
1503-1510
1511-1520
1521-1530
1531-1540
1541-1550
1551-1560
1561-1570
1571-1580
1581-1590
1591-1600
1601-1610
1611-1620
1621-1630
1631-1640
1641-1650
1651-1660
FUENTE:
Oro
5
9
5
14
25
43
12
9
12
19
12
9
4
1
2
0,5
Plata
86
178
303
943
1.119
2.103
2.708
2.214
2.192
2.145
1.397
1.056
443
54
El'
~a.
CD
"O
"O
2.
"'o
cu
E
CD
"O
"'
.91
1560 1570 1580 1590 1600 1610 1620 1630 1640 1650 1660 1670 1680 1690 1700 1710 1720
FIG URA
19. Produccin de plata declarada en la zona de Zacatecas (segn P J. Bakewell, Silver Mining and
Society in colonial Mexico: Zacatecas, 1546-1700 ).
56
\
\
1
1
1
:1
CAPTULO V
57
por Hamilton representan menos de dos aos de la produccin actual mundial de plata. 2 Hemos visto que las cifras de
Hamilton subestiman la cuanta de las importaciones de
plata a Espaa porque no contemplan la cantidad de plata
que entr en el pas sin pasar por el registro, es decir, de
contrabando, y hemos visto tambin que el contrabando
aument rpidamente a finales del siglo XVI. Sin embargo,
puede admitirse que, aun aumentando las 16.887 toneladas
de Hamilton en una cuanta imprecisa pero considerable,
seguiramos estando lejos de la produccin actual de plata.
Por otra parte, segn el profesor Morineau, en el siglo XVI
las importaciones de plata de las Indias a Espaa fueron
sensiblemente inferiores a las cantidades importadas en los
dos siglos siguientes; ms de 26.000 toneladas en el siglo XVII y ms de 39.000 toneladas en el siglo xvm, frente a las
16.887 toneladas del siglo XVI; por ello el famoso historiador
francs habla de un siglo XVI trop exalt, de un siglo XVII injustement honni y de un siglo XVIII mal compris. 3
Las observaciones de Domnguez Ortiz y de Morineau
son correctas, pero ambos autores olvidan algo muy importante. Las importaciones de plata a Espaa del siglo XVI tienen que analizarse en el marco de la poca. Como veremos
en los captulos siguientes, durante toda la Edad Media hasta mediados del siglo xv, Europa haba sufrido una grave y
opresiva escasez de metal, que dificultaba enormemente sus
relaciones comerciales y, sobre todo, el comercio interna2. A. Dom!nguez Ortiz, The Golden Age of Span, 1515-1659, p. 297.
3. M. Morineau, Incroyables gazettes et fabuleux mtaux: le retour des trsors americains d'apres les gazettes hollandaises, XVI-XV/l/ siecles, pp. 570 y 577.
CAPTULO VI
En la segunda mitad del siglo xv se descubrieron ricos
yacimientos de plata en los Alpes y en el Erzgebirge, especialmente en Schwaz, en Tiro!, y en Schneeberg, en Sajonia.
La excepcional abundancia de plata que, a consecuencia de
este descubrimiento, inund diversas cecas de la poca fue
el origen de una importante reforma monetaria, que literalmente cambi la faz de la amonedacin europea. La reforma se inici en Venecia, donde en 1472 se acu por primera vez una moneda de un grosor considerable, seis o siete
veces mayor que el que haban tenido las monedas medievales. Desde la poca remota de las reformas de Carlomagno y durante toda la Edad Media las monedas europeas
fueron acuadas en su totalidad sobre pequeos discos de
oro, de plata o de velln (aleacin baja de plata) tan delgados que la moneda poda doblarse fcilmente, sin esfuerzo
alguno, con los dedos de una mano. La lira Tron (as sellam la nueva moneda veneciana), en cambio, era una moneda de grosor considerable, que en modo alguno poda ser
FtGURA
20.
1
1
61
CAPTULO VI
doblada. Incluso formalmente la nueva moneda se distingua de las anteriores porque llevaba el retrato del prncipe
(en el caso de Venecia, del dux), perfectamente sem~jante al
personaje y en perfecto estilo renacentista. Dos aos ms
tarde, precisamente en 1474, fue Miln la que, siguiendo el
ejemplo de Venecia, acu una moneda de plata pura de
espesor considerable, unos gramos ms pesada incluso que
la moneda veneciana, que llevaba en el reverso una hermosa efigie del duque Galeazzo Maria Sforza (vase la figura 20).
Las caractersticas numularias de las dos monedas eran
las siguientes:
Ciudad
Venecia
Miln
Ao
1472
1474
Peso en
gramos
6,5
9,8
Ley
/1000
948
963
Fino en
gramos
Valor
nominal
6.16
9.44
20 sueldos
29 sueldos
La razn por la cual fueron Venecia y Miln las que iniciaron este nuevo giro hacia monedas de mayor peso y, sobre todo, de mayor grosor respecto de las monedas tradicionales se deba a que Venecia y Miln eran tradicionalmente
los mercados con los que Alemania mantena relaciones comerciales y financieras ms intensas y caracterizadas por
una balanza desfavorable a Alemania; de ah que la plata
alemana afluyera hacia los dos mercados italianos en pago
del persistente dficit comercial de la nacin teutnica. Las
62
FIGURA
21.
Ciudad
Turn
Gnova
Florencia
Pases Bajos
Francia
Inglaterra
Fecha
1483
1492
1535
1487
1513
1509
Peso en
gramos
9,64
9,90
10
7,2
9,6
9,33
Ley
/1000
Fino en
gramos
944,45
958,3
958,3
935
938
925
9,10
9,49
9,58
6,73
9,00
8,63
Valor
nominal
24 sueldos
40 sueldos
10 sueldos
1 cheln
CAPfTULO VI
63
64
FI GURA
XVI.
CAPTULO VI
65
La situacin mone.taria en Espaa a la muerte de Enrique IV, ocurrida el 11 de diciembre de 1474, era poco menos que catica y los nuevos soberanos, Fernando e Isabel,
no tardaron en imponer un poco de orden en un sector tan
delicado. La primera reforma monetaria de los Reyes Catlicos fue promulgada el 20 de febrero de 1475 y a partir de -:,- /"
entonces se sucedieron inmediatamente toda una se.ie de
disposiciones y de rdenes, que culminaron en la segunda
reforma monetaria, decretada el 13 de junio de 1497. Esta
reforma fue de tal alcance que, segn sostiene Burzio en su
Diccionario, algunas disposiciones todava seguan vigentes
en el siglo XIX. Con esta reforma se fij, entre otras cosas, el
valor legal de las monedas en circulacin, estableciendo una
relacin precisa de equivalencias monetarias, y se determinaron el peso, la ley, el valor y la cantidad de monedas que
haba que acuar. El texto que contiene las disposiciones de
esta segunda y fundamental reforma se conoce con el nombre de pragmtica de Medina del Campo, fechado precisamente el 13 de junio de 1497. De estos documentos se
desprende claramente que en todo el ao 1497 no haban
llegado an al sistema monetario espaol las nuevas tendencias que se haban manifestado en el resto de Europa
con la aparicin de pesadas monedas de plata. La moneda
de plata que segua siendo la base del sistema monetario ~s~ .
paol era el real, una moneda nacida en tiempos del rey PeI (1350-1369), que consista, como todas las monedas
medievales europeas, en un finsimo disco de plata, cuyo
peso era en 1497 de unos 3,4 gramos. La pragmtica de Medina del Campo prevea la acuacin de monedas fraccio-
--- aro
66
FI GU RA
CAPTULO VI
FIGURA 24.
67
mente recurran al trueque, o bien utilizaban semillas de cacao, plumas, tejidos, oro en polvo o pequefias piezas de estao o de cobre en forma de T, como elemento de cambio o
como medida de valor. Tambin los colonos espaoles para
efectuar sus pagos recurrieron generalmente a s~stitutos de
la moneda metlica, puesto que sta escaseaba y era difcil
de encontrar. Cuando se utilizaba oro en polvo o plata en
panes se distingua entre el metal que haba sido aquilatado
por los organismos competentes (y sobre el cual se haba
pagado, por tanto, un impuesto) y el metal no aquilatado,
llamado corriente.
En el rea de Buenos Aires, desde finales del siglo XVI la
falta de moneda metlica era absoluta y en diciembre de
1574 el cabildo de Crdoba declaraba que no se hallaba en
aquella tierra moneda con la que contratar. 1
l. A . Szaszdi, Spain and American Treasure: the Depreciation of Silver
and Monetary Exchange in Viceroyalty of Lima 1550-16l0>>.
68
Segn Burzio, ya en las instrucciones dadas por los soberanos espaoles el 23 de abril de 1497 se atisba la intencin de establecer una ceca en Santo Domingo. Pero
segn el mismo Burzio, para remediar los inconvenientes
derivados de la falta de moneda, en la misma poca se decidi acuar en Espaa monedas destinadas a las colonias
con el metal recibido de las Indias. La primera colonia que
recibi en 1506 una remesa de moneda ac~ada en Sevilla
fue La Espaola. Poco tiempo despus, el gobernador Nicols de Ovando decidi enviar a las colonias 2 millones
de maravedes, que deban acuarse en Espaa segn el
modelo espaol y, paradjicamente, para llevar a trmino
la operacin hubo que adquirir a travs de mercaderes genoveses una cantidad de testones equivalente a 283 quintales de plata y casi la misma cantidad de cobre. La fabricacin de esta gran masa de monedas no haba concluido
an en mayo de 1511. Otras remesas de cierta consistencia
fueron enviadas desde la metrpoli a las colonias en 1523
e incluso en 1531. Segn Adan Szaszdi, estos envos de moneda de la metrpoli eran de todos modos demasiado limitados para producir un impacto en la economa de las
colonias. Un documento de 1547 alude a un puado de monedas existentes en Panam; otro documento cita a un individuo que posea algunos reales en Guayaquil y otro documento revela que, a finales de Jos aos cuarenta, el nico
Jugar donde se buscaban y se podan encontrar reales era
Portoviejo. Sin embargo, las cosas estaban cambiando.
.
El 11 de mayo de 1535 el emperador y la reina dictaban 111
una orden por la que se institua la ceca de Ciudad de Mxi-
CAPTULO VI
69
70
CAPTULO VI
FIGURA
25.
71
74
FIGURA
27.
vol. 1, p.
CCLVIII,
doc. 334,
CAPTULO VI
75
76
FIGURA
28.
CAPTULO VII
Para poder explicar la fabulosa historia de la pieza de 8
de manera satisfactoria habra que saber con precisin y en
trminos cuantitativos lo siguiente:
l. qu porcentaje de la plata producida en las Indias
fue retenida en las Indias y qu porcentaje fue remitido a la
metrpoli;
2. qu porcentaje de la plata retenida en las Indias fue
acufiada y cunta permaneci en forma de panes;
3. qu cantidad de plata fue enviada a Espaa en forma de moneda acuada (concretamente en piezas de 8) y
qu cantidad fue enviada en forma de panes;
4. qu cantidad de plata enviada en panes a Espaa fue
acuada en las cecas espaolas y qu cantidad permaneci
en forma de panes;
5. qu cantidad de plata llegada a Espaa, tanto en monedas como en panes, se qued en Espaa y qu cantidad fue
exportada o introducida de contrabando en otros pases.
,i
F IGU RA
CAPTULO VII
79
Se trata en todos los casos de preguntas esenciales. Desgraciadamente, Jos documentos de la poca guardan silencio y nosotros, frustrados e ignorantes, debemos contentarnos con vagas e imprecisas impresiones generales, que podemos intentar entresacar de los documentos que se han
conservado. Detengmonos a considerar a continuacin varios puntos:
l. No hay ninguna duda de que durante una buena parte del siglo XVI una proporcin cada vez mayor de la plata
producida en las Indias fue enviada a la patria. En los ltimos aos del siglo XVI, en cambio, la tendencia se invirti.
Una cierta cantidad de la plata producida en las colonias
permaneci en ellas, sobre todo por la necesidad de defenderse de los ataques de los holandeses y por el desarrollo local de una economa monetaria. Este porcentaje fue
aumentando con el paso del tiempo, pero siempre fue un
porcentaje relativamente bajo. El grueso de la produccin
de plata iberoamericana afluy siempre a Espaa y la disponibilidad de moneda en las colonias sigui siendo muy
reducida.
2. Ya se ha visto que las colonias no conocan la moneda metlica en el momento de la conquista y que, durante
bastante tiempo, tanto los indios como los colonos siguieron
la tradicin local de recurrir a los trueques o a sustitutos
de la moneda metlica, como las semillas de cacao, el oro en
polvo y los tejidos de algodn. Las pocas monedas que circularon en las colonias en aquellos tiempos eran acuadas
en Espaa. Sin embargo, ms tarde, con el paso del tiempo,
80
CAPTULO VII
FIGURA
81
82
cin de moneda. Por lo tanto, la ceca movida por energa hidrulica fue construida en Segovia, a orillas del ro Eresma,
y empez a funcionar en 1586. Segovia tuvo entonces dos
cecas, porque la vieja, que estaba dentro de las murallas sigui produciendo determinados tipos de moneda, mientras
que fuera de las murallas la nueva fbrica a molinillo acu otros tipos de monedas, entre las que se hallaba el real
de a ocho. Otra ceca muy importante fue la de Sevilla, donde trabajaban unos 200 obreros y que, segn Diego Cuelbis,
era la mejor ceca del mundo y la que produca ms monedas; pero, tal como puede verse en la figura 27 (supra ,
p. 74), tampoco las piezas de 8 producidas por la ceca de Sevilla eran muy atractivas.
Las colonias continuaron proporcionando la materia prima, es decir, los panes de plata necesarios para las acuaciones que se efectuaban en estas cecas. Sin embargo, no
toda la plata en panes llegada de las colonias fue transfor\ mada en moneda en las cecas espaolas. Un porcentaje que
no podemos precisar, pero que parece que fue muy elevado,
permaneci en forma de panes y, como veremos a continuacin, fue objeto de un_iE!~.!!.~~-.!Efi.~jpte,rJl~USll:
5. Este es el punto sobre el que tenemos ms informacin. Sabemos con toda certeza que de toda la plata que lleg a Espaa -plata en panes, plata acuada en las colonias,
plata acuada en Espaa- muy poca se qued en Espaa,
y toda o casi toda sali del pas. En una poca en la que prevaleca el credo mercantilista ese chorreo continuo e imparable era observado con especial recelo. Son innumerables
los textos que podran citarse a este respecto. Las lamenta-
CAPTULO VII
83
84
de mercancas y donativos varios; a esto se aadan las ganancias obtenidas por la venta del mercurio de las-minas de
Almadn, ventas efectuadas en rgimen de monopolio por
la Corona junto con los omnipresentes Fugger. Pero la Corona espaola tena la psima costumbre de estar permanentemente endeudada. Los tesoros que llegaban a Espaa
pertenecientes a la Corona generalmente se gastaban aun
antes de llegar a su destino y, puesto que el endeudamiento
estaba provocado sobre todo por los gastos de mantenimiento de los ejrcitos en varios frentes, los tesoros que la
Corona espaola desembolsaba para pagar sus deudas salan de Espaa y aparecan de nuevo en las zonas de guerra.
As, en octubre de 1551, con la plata llegada de las Indias
para los ejrcitos fueron acuados en la ceca de Miln reales de 8, de 4 y de 2, y en el mes de noviembre, en la misma
ceca de Miln, se siguieron acuando ms reales de 8, de 4
y de 2 para las necesidades del ejrcito y para mandar al
Seor Embajador Cesreo, a Gnova: en total, entre los
meses de octubre y noviembre se acu en Miln una cantidad de plata por un valor equivalente a 7.235 marcos
( = 1,85 toneladas), que Espaa no volvi a ver nunca ms.I
En 1567 el duque de Alba invadi Flandes. Dos inmensos convoyes cargados de monedas y de plata acompaaron
el cuerpo de la expedicin, pasando por Bayona y Pars. En
los aos siguientes se enviaron otras grandes remesas de tesoro para sostener el esfuerzo blico del inefable duque. El
resultado de esta importante transferencia de metal preciol.
CAPITULO VII
F IGURA
31.
85
86
FIGURA
32.
CAPTULO VIl
87
88
de 1607,2 afirma por ejemplo que el Per tiene vino bastante para s, labra xabn y ay algn aceite)), Una vez conseguida cierta autonoma en cuanto a los productos bsicos
y tras haber alcanzado mayores niveles de riqueza, era natural que la demanda de las colonias se orientara hacia productos ms variados y ms costosos. Pero si bien Espaa poda proporcionar sin dificultad harina, aceite, vinagre y vino,
en cuanto hubo que proporcionar a las colonias paos de
lana, calzado, alfombras, muebles, sedas, terciopelos y relojes, el sistema productivo espaol puso de manifiesto toda
su debilidad. La oferta no pudo dar respuesta al frentico
aumento de la demanda. A partir de 1545la industria espaola consideraba imposible proporcionar en un plazo inferior a seis meses las mercancas requeridas por Cartagena,
Portobelo y Veracruz. En consecuencia, los precios aumentaron, y Espaa tuvo que dirigirse al exterior para procurarse los bienes que sus colonias le pedan. Incluso los
exportadores espaoles se vieron obligados a recurrir a productores extranjeros, a quienes prestaban su nombre para
eludir las prohibiciones de comerciar con las Indias que pesaban sobre los extranjeros. Un texto de 1522 explica que
desde Catalua y los condados del Roselln y de la Cerdaa parte cada ao una gran cantidad de paos para el reino de Castilla, y de cada cuatro piezas que van a Castilla
tres toman la ruta de las Indias. Segn Jean Bodin, a finales del decenio 1570-1580, Espaa dependa en gran medida de Francia para la importacin de telas, paos, papel, li2.
CAPTULO VII
89
F tGURA
33.
de 1658.
CAPTULO VIII
La moneda espaola ms usada en los pagos internacionales, la moneda ms buscada y ms apreciada fue el real de
' - a ocho, que normalmente era denominado tambin peso)). /
Hemos visto que la pieza de 8 era por lo general fea y mal
acuada. Sin embargo, su difusin fue muy rpida y extensa. A comienzos del siglo XVI ya se puede encontrar en
Flandes, en Francia y en Portugal. Desde finales de los aos
cuarenta, se encuentra en todos los pases de Europa: en
Miln en 1551, en Inglaterra en 1554, en Florencia en 1552,
en Venecia en 1585, en Argel hacia 1570, en Estonia en
1579. En 1553 Thomas Gresham, enviado del gobierno ingls, explicaba desde Amberes que aqu ya no hay actividad alguna para el oro, cosa muy extraa que no haba
ocurrido nunca en la plaza de Amberes: aqu slo se encuentran en abundancia los reales de Espaa. Con ocasin
del viaje de Felipe Il, a finales del decenio 1540-1550, se
transportaron a Francia grandes cantidades de reales de 8,
y en 1661 se notificaba que haba llegado a Saint-Malo pro-
CAPTULO Vlll
93
Son bien conocidas por este Consejo las mltiples e importantes causas que han deteriorado el comercio de esta
plaza en las regiones de Levante, el que en otros tiempos
era floridsimo se ha ido destruyendo sobremanera con la
consiguiente disminucin de las facultades de los partidores
y perjuicio de nuestra Seora en sus impuestos, pero como
causa ms importante se ha considerado la gran y notable
desventaja que tienen nuestros mercaderes respecto a los
de otras naciones, los cuales, llevando sus capitales en reales
de Espaa como moneda conocida y admitida por todas
aquellas gentes orientales, contratan y se llevan las mercancas con estos reales con mucha facilidad y presteza y con
:)~ una ventaja del 12 y ms por ciento sobre los nuestros, que,
., .
al no poder competir con ellos, se quedan con sus capitales
intactos. Lo que demuestra claramente cun necesario es a
Jos nuestros acompaar la mercanca con el dinero en efectivo.2
En 1589 se prohibi en Gnova la circulacin de cualquier cantidad de moneda extranjera, pero se hizo una excepcin con los reales buenos y de peso justo.3
Para exportar plata de Espaa era preciso obtener una
licencia especial de la Corona. Los genoveses eran especialmente privilegiados, puesto que obtenan licencias de exportacin con ms facilidad y ms frecuencia que cualquier
otro operador. Su posicin de privilegio no era consecuen2. Archivio di Stato de Venecia, Senado, Ceca, registro 3, 1608-26, c. 30r.
3. Biblioteca Universitaria de Gnova, B Ili 21.
94
era de una actitud benevolente por parte de los soberanos espaoles que, a partir de Felipe II, ms bien odiaban a
muerte a los genoveses, porque se sentan vctimas de su
usura. Pero la capacidad financiera de los genoveses obligaba a los reyes espaoles a hacer Jo que les reclamaban. Y los
genoveses, debido a la facilidad con que obtenan las licencias de exportacin, se convirtieron en los distribuidores de
la plata espaola en buena parte de Europa meridional. En
un informe florentino de 1573 se deca que A Gnova van
a parar casi todos o la mayor parte de los dineros [reales)
que llegan a Italia. Desde finales del siglo XVI~
J : gndo..d~"plata fue aumentando en frecuencia y en difusin,
lo que hizo disminuir considerablemente la importancia de
las licencias de exportacin, pero no menoscab el poder de
los genoveses como distribuidores de la plata espaola.
La plata iberoamericana circulaba en forma de pasta,
es decir, en forma de lingotes que parecan panes redondos,
o en forma de moneda, sobre todo reales de a ocho. Los reales tenan la ventaja sobre las pastas de..E_~J~~garJ,ribJ!tQL.
durante el trayecto. Las pastas, a su vez, ofrecan ventajas en
las operaciones de ' afino y acuacin. Se manifiesta claramente en una memoria florentina del ao 1600: Los reales
se venden ms que las pastas en cualquier lugar, pero se
paga por ellos un porcentaje superior debido a que las pastas no pueden circular, porque dan lugar al pago de impuestos en todos los lugares por donde circulan. Pero para
el que tiene que fundir para hacer monedas y otras cosas las
pastas son mejores que los reales en ms de un uno por
ciento porque carecen de liga.
FIGURA
34.
96
CAPTULO VIII
97
hoja de papel con un dibujo de un caballo, un barco o un pjaro, antes que una de nuestras valiosas pinturas. Ni nadie
dar seis dineros por un hermoso cuadro de la conversin
de san Pablo. Tras haber intentado sin xito vender cuadros tradicionales, la Compaa holandesa de las Indias intent vender lminas que tuvieran Un inters humano ms
general, como una coleccin de desnudos u otras ilustraciones poco decentes, pero ni siquiera estos esfuerzos de imaginacin consiguieron obtener resultados apreciables. Si los
europeos queran comerciar con la India y con China no tenan otra eleccin que ofrecer a estos dos pases plata y, sobre todo, reales de a ocho. Como escriba Van Linschoten a
propsito de los veleros que zarpaban para las Indias, no
llevan sino una carga ligera, compuesta nicamente de algunos barriles de vino y de aceite y de pequeas cantidades
de mercanca: adems del lastre y de los vveres para la tripulacin, no transportan nada, porque lo que ms se exporta a las Indias son los reales de ocho. En 1701 el Consejo
de la Compaa inglesa de las Indias Orientales escriba a
las oficinas de la Compaa en Londres: No sabemos qu
clase de mercancas podemos aconsejar a Vuestras Excelencias para que las enven a estos lugares, porque los indgenas no aprecian ms que la plata y el plomo, y probablemente, si el resto de vuestras mercancas fuera arrojado al
mar, la carga de regreso no sera muy inferior .. ..
La exportacin de plata a Oriente y en general el comercio con Oriente fueron facilitados y muy ampliados gracias a la creacin de dos compaas; la Compaa inglesa de
las Indias Orientales, autorizada en diciembre de 1600 por
GRale ~i;tl:
776~ llanran:fc
fackcll Pcpcr. a jO
CanipcrSack.
h,op r~Giro!ld:'\: ;dcn.
37 3t..p ~Not en l\!ul~hmcn.
17o6oi wfoclic.
uSo'; Pi<ol Sappan.hour.
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FIG URA
CAPTULO VIII
Jt.
99
la reina Isabel con el nombre de The Governor and Merchants of London Trading into the East Indies, y la Compaa holandesa, creada en 1602 con el nombre de <<Yereenigde Oest-Indische Companie)), Estas dos compaas fueron los colosos de la economa de la poca, movilizaron riquezas con las que ninguna otra compaa haba tratado antes e introdujeron nuevas tcnicas en el mundo de los negocios. Last but not least, las dos compaas obtuvieron de
sus respectivos gobiernos notables privilegios, como el mo- ' 1
nopolio del comercio con las Indias orientales y et permiso
para exportar desde sus respectivos pases toda la plata que
desearan. Se calcula que entre 1659 y 1700 la Compaa inglesa export reales de a ocho por un valor no inferior a
3.745.898libras esterlinas, mientras que la Compaa holandesa export entre 1602 y 1795 ms de 5.700 quintales de
plata, la mayor parte en reales de a ocho. Por otra parte,
al estrecharse e intensificarse las relaciones entre los pases del Extremo Oriente y Europa, sta conoci productos
orientales que antes no conoca. Un ejemplo clsico es el t,
que fue importado a Inglaterra por primera vez en 1664 en
un paquete de 2 libras y 4 onzas, y que en 1720 sustituy a
la seda como principal producto de importacin de la Compaa. A consecuencia de esto, el saldo positivo de la balanza comercial china sigui creciendo.
El imperio Mogol tuvo en la India y en China algunos
rasgos comunes en todo lo que se relacionaba con los intercambios comerciales y monetarios con Europa. Pero tambin notables diferencias. Los emperadores Mogol tuvieron
un elevado sentido de la soberana monetaria y nunca per-
100
mitieron que las monedas extranjeras circularan libremente en sus estados. Por lo tanto, todos los reales de a ocho
que afluyeron a la India fueron inmediatamente fundidos y
transformados en rupias. En cambio, en China ... Pero para
hablar con propiedad de China es preciso iniciar un nuevo
captulo.
CAPTULO IX
Los chinos nunca acuaron monedas de oro o de plata.
A diferencia de los estados de Europa, el imperio chino
tuvo desde su fundacin un sistema monetario compuesto
solamente de ~2~Q.as_q~_t>~~. Ni monedas de oro ni
monedas de plata. Las monedas de bronce eran adecuadas
para pagar las pequeas transacciones locales y los salarios
diarios, pero no eran adecuadas para las transacciones de
cierta importancia, para las compras al por mayor ni para
los intercambios internacionales. Para los pagos relacionados con este otro tipo de transacciones, se recurra necesariamente a la plata. Tambin se necesitaba plata para pagar
las tasas; de ah que, aunque en China, como ya se ha dicho,
no haba monedas acuadas en metal precioso, sin embargo, la plata circulaba en abundancia en forma de panes o de
fragmentos de monedas. Cuando haba que hacer un pago
en plata, los chinos cortaban con las cizallas un lingote o
una moneda como el real de a ocho en piezas del peso requerido, de modo que equivaliera al valor deseado. Dicho
FIGURA
36.
CAPTULO IX
103
ef
,.
\.
.... ".
'
f.
....
_ ..
r>;~J
~ Meridlonsl
FIGURA
CAPTULO IX
FIGURA
38.
107
provinciales empezaron a llevar las cuentas en reales. Vincenzo Tonarini cuenta en su libro Ragguagli dei cambi, publicado en 1780, que cualquier moneda extranjera tiene
curso legal en Thrqua y se prefiere a las nacionales, que
siempre esc~ean, ya que las cecas estn en manos de los
judos. Los tleros de Alemania son bastante apreciados,
pero las ms apreciadas de todas son las piezas de Espaa,
sevillanas, mexicanas o del Potos.
Segn dice el profesor Sahillioglu, durante el siglo xvn
y parte del XVIII el imperio otomano fue utilizado como tierra de trnsito para las monedas y la plata iberoamericanas,
que se dirigan hacia Oriente. La realidad es que todos los
106
'
\
108
CAPTULO IX
109
GRIDA DE J ,
DEL
.Nul:l:~o
di
1N
CAPTULO X
En su libro sobre The Golden Age of Spain, dice el profesor Domnguez Ortiz:
No hubo, pues (ni poda haber, dado el estado de la tcnica
y de los transportes) un Imperio econmico; pero s hubo
una especie de imperio monetario c~~~}!~~o, basado en la
abundancia de oro y plata que se reciba de las Indias y en
la excelente calidad de su moneda, que la haca apreciada
en todo el mundo. Este imperio monetario fue ms extenso
y duradero que el poltico. Los doblones de oro y los reales
de a ocho de plata (llamados tambin pesos duros y piastras) eran recibidos y apreciados en todas partes, como ahora lo es el dlar y antes lo fue la libra esterlina. En todo el
Mediterrneo oriental las monedas espaolas coexistan
con las austracas y las turcas. Los retrasos en la llegada de
las flotas a Sevilla eran sentidos all, y la estrecheza de Castilla repercuta a miles de leguas de distancia. Asia segua
siendo la esponja que chupaba los metales nobles de Occi-
112
CAPTULO X
113
cado veneciano, as como la libra esterlina del siglo XIX, tuvieron un valor intrnseco perfectamente estable tanto en la
ley como en el peso. Durante siglos no hubo en estas monedas ni el ms mnimO error, y por esta razn eran aceptadas y apreciadas en todas partes. El que cobraba en cualquiera de estas monedas saba exactamente cul era la
equivalencia en oro. Por el contrario, los reales de a ocho no
fueron monedas estables. Ya se ha vsio'imtes (vanse pp.
74'.:'75fque.Ios parmetros tericos del real de a ocho eran:
peso, 27-27,5 gramo; ley, 11 dineros y 4 granos (= 930,555
milsimas); fino, unos 25,5 gr. de plata pura. Pero ya en 1574
algunas pruebas efectuadas en las cecas de Florencia revelaban que los reales corrientes de Sevilla tenan una ley de
11 dineros y 3 granos(= 927,08 milsimas) y los de Toledo
tenan una ley de 11 dineros y 1 grano (= 920,139 milsimas).2 En septiembre del mismo ao la ceca de Florencia
devolva a los cambistas florentinos diversas partidas de reales porque tenan una ley insuficiente. En febrero de 1587
los sndicos de la ceca de Florencia denunciaban que las leyes [de los reales] haban disminuido bastante. 3 Un edicto
emitido en Gnova el 14 de febrero de 1642 especificaba
que habiendo encontrado en las piezas de ocho reales de
las acuaciones de Mxico, y Per, una considerable deficiencia en la bondad, y ley, de modo que muchas son bas2. En el sistema monetario espaol de la poca la ley de las monedas se
defina en dineros y granos, segn las relaciones siguientes: 1 libra = 12 onzas
= 288 dineros. El metal puro se estableca en 12 dineros, por lo que una aleacin de 11 dineros y 4 granos equivala a nuestras 930,555 milsimas.
3. C. M. Cipolla, La maneta a Firenze nel Cinquecento , p. 88, n. 7, y p. 107,
n.37.
114
Nmero
de piezas Procedencia
Peso medio
Ley
(gramos)
(milsimas)
Fino
Dficit
(gramos)
%
5 y 1/2
4 y 3/4
Per
Per
27,26,86
875
909,72
23,63
24,43
7,34
4,20
3 y 314
Mxico
26,98
916,67
24,73
3,02
Dos afos ms tarde, en abril de 1645, otro edicto genovs prohiba la circulacin como moneda de la pieza de
4.
CAPTULO X
115
~ -~
5.
6.
7.
el siglo
~- -
!bid. c. 78.
!bid. c. 120.
A. Domfnguez Ortiz, <<Falsificacin de la moneda de plata peruana en
XVII, en Homenaje a Don Ramn Carande, p. 147.
116
CAPTULO X
117
CONCLUSIONES
Ya se ha dicho antes que los directores de la Compaa
inglesa no podan conciliar el sueo, preocupados por el
grave dficit de la balanza comercial inglesa con China.
Y cuanto ms creca el dficit, ms creca evidentemente
la preocupacin de los directivos, que hallaron por fin la solucin al viejo problema a mediados del siglo XVIII. La hallaron en el opio. Los primeros que introdujeron esta droga
en China''lue;on los portugueses, que la compraban en Macao. Pero se trataba de pequeas cantidades. Al coronel
Watson se le ocurri que se poda hacer a lo grande y, para
saldar el dficit, sugiri a la Compaa que extendiera el
uso del opio que Inglaterra poda sacar de la India. El plan
del diablico coronel funcion a las mil maravillas.l A mediados del siglo XVIII las exportaciones de opio de Bengala
a China eran todava insignificantes, pero a partir de 1776 la
cantidad de opio exportada por los ingleses a China aul.
120
j
1
CONCLUSIONES
121
APNDICE
MONEDAS Y PROBLEMAS MONETARIOS EN CHINA
HACIA FINALES DEL SEISCIENTOS*
Segn D. Gio. Francesco Gemelli Careri, Giro del Mondo, Npoles, 1700.
124
sbditos en su~ jurisdicciones. Toda esta plata queda sepultada para siempre en los tesoros imperiales de Pekn a disposicin de los notables del Imperio; porque a los chinos no
les es de servicio ninguna cosa extranjera. Para gastar y para pagar cortan en piezas la plata y la pesan con una pequea balanza llamada teng chu. Se cuenta en Lean (o Taes en
lengua portuguesa) que vale 15 carlines napolitanos; en cien
(o mas en portugus) que es la dcima parte del Taes; en
Fuen, o Condorn, dcima parte del mas. Las monedas bajas
de cobre son llamadas zien (o chapas) de las que 14 hacen
un Fuen. Estas chapas fueron introducidas desde hace diez
aos a esta parte, porque los chinos advirtieron la prdida
en que incurran al cortar un trocito de plata para comprar
un fruto o cosas de poco precio. Tienen un agujero cuadrado en el medio para enfilarlas. De una pieza de a ocho se
hacen mil o mil cien, segn que sean ms o menos grandes,
en las diversas provincias del Imperio. Se fabrican de Thtunaga (metal propio de China, parecido al cobre) con cuatro
letras chinas en una cara, con las que se escribe el nombre
del Emperador, y dos en la otra, que corresponden al nombre de la ciudad o tribunal que ha hecho acuarlas.
BIBLIOGRAFA
Sobre la conquista y colonizacin espaolas de las Indias occidentales existe una inmensa bibliografa. No se trata' de reproducir la largufsima lista de obras, que se puede obtener fcilmente
consultando un ordenador. Para el objetivo propuesto en este libro es suficiente citar a continuacin algunas obras fundamentales, a las que el lector puede recurrir si desea ms informacin: en
estas obras hallar muchas otras citas, ms que suficientes para satisfacer su curiosidad.
Argelati, F., De moneti. Jtaliae variorum illustrium virorum dissertationes, Miln, 1750-1759.
Attman, A., The Russian and Polish Markets in International Trade, Goteborg, 1973.
-, Dutch Enterprise in the World Bullion Trade, 1550-1800, Goteborg, 1983.
-,American Bullion in the European World Trade, 1600-1800,
Goteborg, 1986.
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Bakewell, P. J., Silver Mining and Society in Colonial Mexico:
126
BIBLIOGRAFA
127
128
BIBLIOGRAFA
129
NDICE ALFABTICO
Los nmeros en cursiva hacen referencia a las ilustraciones. (N. del e.)
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NDICE ALFABTICO
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flotas martimas, 35, 36; ordenanzas para el
sistema de, 37-38,40
forasteros en las colonias v~ast extranje
ros
Francia: importacin de mercanclas desde,
88; presencia del real en, 91
Fugger, Anton, 85,86
Fugger, familia de banqueros y comercian
tes, 24, 84; acreedores del rey, 87; y el
monopolio de la guajaea, 48
fusin, m~todo de extraccin del mineral,
23,24,25
Garcla-Baquero Gonzlez, A.: Cddiz y el
Atldntico (1717-1778},33 n.;La Carrera
de Indias: suma de la contratacin y
ocano de negocios, 44 n.
Garcilaso, Inca, 66
Gnova: capacidad financiera de, 94: ceca
de, 114, 116; control de la distribucin
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NDICE DE FIGURAS
l.
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