En Torno A Decroly - Clásicos de Educación
En Torno A Decroly - Clásicos de Educación
En Torno A Decroly - Clásicos de Educación
EDUCACION
J. A. SEGERS
En torno .
a Decroly
(La psichologie de l'enfant normal et
anormal d'apres le Dr. Decroly)
Traduccin, presentacin y
bibliografa
1ORD1MONES
YPU1OL-BUSQUETS
En torno
a Decroly
EN TORNO A DECROLY
J.A. Segers
FE DE ERRATAS
En el debe decir:
MINISTERIO DE EDUCACIN Y CIENCIA
Ttulo original:
LA PSYCHOLOGIE DE L'ENFANT NORMAL
ET ANORMAL D'APRES LE DR. DECROLY
Autor: J.A. Segers
Editorial DELACHAUX & NIESTLE
Cont d'Oron 79. 1010 Lausanne
Pg. 457. Se reproduce seguidamente el dibujo
de la figura 5, incluyendo las indicaciones que
contiene el texto original:
CLASICOS
EDUCACION
En torno
a Decroly
(La psichologie de l'enfant normal et
anormal d'apres le Dr. Decroly)
J. A. SEGERS
Traduccin, presentacin y
bibliografa
JORDI MONES
YPUJOL-BUSQUETS
ndice
Pg.
Presentacin, por Jordi Mons y Pujol-Busquets
En torno a Decroly, por J. E. Segers
Prefacio, por el Dr. H. Wallon
Introduccin, por J. E. Segers
I. Los mtodos del Dr. Decroly
II. La psicologa del nio anormal
III. La psicologa del nio normal
IV. Los estados afectivos y el carcter
V. La evolucin del lenguaje en el nio
VI. La psicologa del dibujo
VIL El fenmeno de globalizacin
VIII. La inteligencia y su medida
IX. La psicologa y la seleccin de los superdotados.
X. La orientacin profesional
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73
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Presentacin
JUSTIFICACIN
Las mltiples actividades que llev a cabo el Dr. Decroly a
lo largo de su dilatada vida profesional nos induce a pensar
que la clsica cronologa que se incluye en este tipo de trabajos, o bien resultara muy incompleta o, en caso contrario,
poda presentar problemas de lectura.
Para intentar obviar esta dificultad incluimos en primer
lugar un esquema biogrfico en el que figuran las actividades
ms destacadas de su vida profesional, esbozo que se completa en la presentacin propiamente dicha, en la cual se incluyen unos apartados dedicados a su formacin y a la evolucin
de su carrera profesional.
El estudio de la obra decroliana y su significacin y proyeccin constituyen, como es lgico suponer, el punto central
de la presentacin.
Dado que el Dr. Decroly, a pesar de su extenssima bibliografa, no nos leg ningn trabajo de sntesis de su compleja
obra, hemos credo conveniente escoger un estudio de uno de
sus ltimos discpulos que nos ofrece, en cierta manera, la
sntesis que el maestro no lleg a escribir. Sigue, pues, una
justificacin del trabajo que presentamos que, a nuestro entender, puede divulgar la obra del Dr. Decroly, especialmente
entre las jvenes generaciones.
9
Completa la presentacin un apartado dedicado a la influencia y presencia del Dr. Decroly en Espaa y una breve
valoracin de la validez actual de la obra decroliana.
OVIDIO DECROLY
Nacimiento. 23 de julio de 1871 en Renaix, pueblo de
Flandes Oriental.
Defuncin.12 de septiembre de 1932. Calle Vossegat, 2.
Uccle: Bruselas.
Actividad profesional.Estudios de medicina en la Universidad de Gante.
Doctorado en medicina en la Universidad de Bruselas.
Profesor de Psicologa del nio normal y anormal y
de Estadstica aplicada a la educacin. 10 aos.
Profesor de la Escuela Normal de Bruselas. 8 aos.
Profesor de Psicologa y Educacin del Instituto Buls
Tempel. 18 aos.
Director del Instituto para la Enseanza Especial. 18
aos.
Inspector del Ministerio de Justicia para nios delincuentes. 11 aos.
Mdico de las escuelas especiales de Bruselas. 27 aos.
Director del Instituto para anormales del Uccle. 30 aos.
Presidente del Hogar de los Hurfanos. 15 aos. Profesor de Psicologa de la Orientacin Profesional.
25 aos.
Jefe de Servicio en la Policlnica.
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EN TORNO A DECROLY
J. A. Segers
FE DE ERRATAS
En el debe decir:
MINISTERIO DE EDUCACIN Y CIENCIA
Ttulo original:
LA PSYCHOLOGIE DE L'ENFANT NORMAL
ET ANORMAL D'APRES LE DR. DECROLY
Autor: J. A. Segers
Editorial DELACHAUX & NIESTLE
Cont d'Oron 79. 1010 Lausanne
Pg. 457. Se reproduce seguidamente el dibujo
de la figura 5, incluyendo las indicaciones que
contiene el texto original:
cha especialidad se relacione con las dos ramas del conocimiento humano: la psicologa y la filosofa. Seguro que
te has apercibido del inters que muestro hacia las cuestiones relacionadas con estas ciencias. Te dir tambin
que la finalidad ltima de todo lo que emprendo en cuestin de estudios tiende hacia ellas. (1).
Vida Profesional. De regreso a su pas, comenz su vida profesional como asistente del servicio neuropsiquitrico
del Dr. Glorieux de la Policlnica de Bruselas, trabajo que alternaba con la funcin docente que ejerca en la nueva universidad de la capital belga (2).
A rengln seguido empez a trabajar en la reeducacin de
nios deficientes mentales bajo la direccin del Dr. De Moor,
los cuales, a juicio de Decroly, ofrecan mayores alicientes
que los propios adultos.
El citado Dr. De Moor juntamente con el Dr. Hendrickz,
concibieron la idea de crear una institucin para el cuidado de
los retrasados mentales, procedentes de las familias humildes
de la clase media. El problema financiero resultaba de difcil
solucin, a todo lo cual caba aadir la problemtica derivada
d la falta de personal cualificado para el tratamiento e integracin social de los dbiles mentales.
Interesado Decroly por este proyecto, decidieron, junto
con su esposa, convertir su propio hogar en laboratorio, lo
que significaba vivir en contacto directo con los nios anormales. A este respecto, cabe sealar que su compaera fue la
ms abnegada y eficaz colaboradora del maestro hasta su
(1) Ver: Hommage au Dr. Decroly. Saint Nicolas-W.-Blgica -Scheerders-Van Kerschove (s. f.), p. 19 (texto de A. Hamaide).
(2) La Universidad Libre de Bruselas fue fundada en 1834 siguiendo el
principio del libre examen. Los ttulos otorgados por esta Universidad, tuvieron validez oficial a partir de 1876.
15
les. El problema de la educacin de estos nios es muy complejo y por consiguiente el trabajo en este campo requiere un
conocimiento profundo de la evolucin del nio, considerado
dentro y fuera del marco del deficiente mental. A partir, por
tanto, de dicho trabajo Decroly pudo formular los principios
fundamentales sobre la educacin que conciernen en grados y
aplicaciones diversas a todos los nios, principios a los cuales
nos referiremos ms adelante.
La presin ejercida por los padres de la institucin de la
calle Vanne, a la que nos referamos anteriormente, materializada a travs de diversas demandas y proposiciones, llev a
Decroly a extender el radio de sus acciones a los nios psquicamente normales. De todo ello nacera, en 1907, la famosa
cole de l'Ermitage bajo el lema cole pour la vie et par
la vie (3).
Esta nueva institucin, que estaba enclavada en la calle de
L'Ermitage, de la barriada de Ixelles, en Bruselas, lleg a
constituir uno de los centros educativos de carcter experimental, que ejerci una mayor influencia en su tiempo.
Respecto a esta cuestin, podramos indicar que el caso de
Decroly fue totalmente inverso al de Mara Montessori.
Mientras la Dra. italiana viajaba por todo el mundo y fundaba escuelas en diversos pases para dar a conocer su mtodo,
educadores de todo el mundo se daban cita en l'Ermitage para conocer de cerca la experimentacin decroliana.
La obra de Decroly no se limit simplemente a sus experiencias en el Instituto de Anormales y en l'Ermitage, como se
desprende del esbozo biogrfico y se colige de la bibliografa.
En 1912 fue nombrado profesor de los cursos organizados
por las autoridades provinciales para la capacitacin de personal cualificado en el campo de la educacin especial. En es(3)
17
te mismo ao fundaba junto con Von Christiaens y Von Bierbliet la primera oficina mundial de Orientacin Profesional,
en la cual pas a dirigir la Seccin de Psicologa. Al ao siguiente, fue nombrado tambin profesor de la escuela Buls
Tempel, famoso Instituto Superior de Pedagoga, donde dirigi y orient diversos seminarios de estudio.
La conflagacin blica europea, iniciada en el verano de
1914, paraliz momentneamente el trabajo cientfico del
maestro belga, aunque encontr una compensacin en sus actividades a favor de sus semejantes; a pesar de las dificultades
derivadas de la contienda, fund en colaboracin con algunos filntropos y educadores los llamados Hogares para los
Hurfanos, institucin que se difundi por todo el territorio
belga y a travs de la cual Decroly adquiri un gran renombre.
Terminada la guerra, .reanud su actividad cientfica y pedaggica siendo nombrado en 1920, encargado de curso de
Psicologa del Nio en la Universidad Libre de Bruselas y
posteriormente profesor de Higiene educativa y Mdicopedaggica de los cursos de doctorado de dicha Universidad.
No podemos olvidar tampoco sus desvelos para dar a conocer y sobre todo divulgar sus trabajos y experiencias, como
demuestran los innumerables cursillos y conferencias qu dio
no slo en Bruselas, sino en todo el territorio de la monarqua
belga, actividad que se proyect ms all de las instituciones
acadmicas tradicionales.
Aunque como ya indicbamos, l'Ermitage se convirti en
un centro de peregrinacin de pedagogos y psiclogos de todo
el mundo (4), Decroly tuvo contacto directo con sus colegas
(4) Esta escuela era un centro experimental como puede comprobarse en diversas experiencias reseadas por J. E. Segers, lo que no representaba ningn
problema para que los alumnos siguieran los cursos reguladores de la enseanza belga.
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extranjeros a travs de su presencia en la mayor parte de congresos internacionales de Educacin, Psicologa, Infancia,
Orientacin Profesional, etc., ya sea a ttulo personal o como
Presidente de la Seccin Belga de la Liga Internacional de la
Escuela Nueva y miembro de su Consejo Internacional.
Por otro lado, llev a cabo diversos viajes, bien de estudi
o de divulgacin de sus trabajos experimentales, entre los
cuales destacaremos:
La visita que realiz en 1922 a los Estados Unidos, donde, aparte de pronunciar varias conferencias, se interes
por los progresos que se estaban llevando a cabo sobre los
tests, particularmente las experiencias sobre bateras de
tests, experiencia que recogi ms tarde en alguno de sus
trabajos (5). A raz de este viaje, Amelia Hamaide, una de
sus principales colaboradoras, fue invitada a fundar una
escuela decroliana en dicho pas.
El viaje que llev a cabo en 1925 en la Amrica Latina
donde entr en contacto con los medios pedaggicos
renovadores de Uruguay, Colombia, Bolivia, Argentina
y Brasil (6).
Adems de sus visitas fugaces a Espaa, el Dr. Decroly
mantuvo contactos con diversos pedagogos espaoles, especialmente a travs de todos aquellos que visitaban las instituciones dirigidas por el maestro de Renaix, especialmente
l'cole de l'Ermitage, aspecto que estudiaremos en el penltimo apartado de esta presentacin.
(5) A lo largo del estudio que presentamos puede verse el papel que
otorgaba Decroly a los tests.
(6) En la bibliografa sobre Decroly puede observarse la importancia
que otorgan las publicaciones latinoamericanas en estos aos a la obra de Decroly.
En relacin a la proyeccin universal del mtodo Decroly debemos recordar que a partir de 1927, la pedagoga del maestro de Renaix comienza a interesar al mundo escolar japons.
19
A lo largo de la dcada de los 30, continu su ininterrumpida actividad, de lo cual es una buena muestra la extensa
produccin bibliogrfica de estos aos, as como tambin sus
trabajos terico-prcticos expuestos minuciosamente por J.
E. Segers, que en estos aos comenzaba a colaborar activamente con su maestro. Debemos significar de esta poca su
activa participacin en los diversos Congresos internacionales
de psicotcnia aplicada a la educacin, disciplina de la cual
fue uno de los grandes impulsores.
A cada una de las tareas que hemos sealado y otras muchas que se desprenden del trabajo que sigue a esta presentacin, el Dr. Decroly se entregaba en cuerpo y alma. Su elevada concepcin del universo infantil, le llevaba a medir con el
mismo rasero todo aquello que tuviera relacin con la educacin de los nios.
En noviembre de 1930, y despus de treinta aos de trabajo fructfero, el Dr. Decroly cay gravemente enfermo, y
aunque se restableci, en principio, de dicha enfermedad y se
entreg nuevamente con pasin a su trabajo, la recada le llev a la muerte, que tuvo lugar el 12 de septiembre de 1932.
Valoracin de su obra. Como indican algunos estudiosos de la obra de Decroly, resulta difcil una valoracin de su
pensamiento psicopedaggico, debido a su enorme extensin
y al hecho que no nos ha legado, como ya apuntbamos en la
justificacin, una obra fundamental, extensa y completa de
sus experiencias, aunque fue instado a escribirla en diversas
ocasiones. Es muy posible que esta obra estuviera incluida en
sus planes, pero la verdad es que le sobrevino la muerte, quiz
un poco prematuramente, sin que se hubiera llevado a cabo ni
figurara entre sus manuscritos.
La divulgacin de sus concepciones psicopedaggicas se
debe en gran parte a sus ms directos colaboradores A melia
20
En relacin a este punto, conviene puntualizar que Decroly era consciente que a travs del estudio de la evolucin
del retrasado mental se pueden conocer las diversas fases de
la organizacin y sistematizacin de las corrientes del pensamiento, pero que, sin embargo, sera contraproducente la
simple transposicin de los procedimientos educativos vlidos para los nios psquicamente anormales a todos los nios; comprenda claramente que dicho estudio facilitaba la
formulacin de unos principios generales del proceso educativo, pero que todo ello resultaba a todas luces insuficiente, para preconizar unas determinadas tcnicas en cada caso especfico (8).
Los amargos recuerdos de su paso por la escuela primaria,
particularmente el carcter autoritario de la enseanza tradicional, dejaron una profunda huella en el nimo de Decroly,
lo que dio origen, segn parece, a que se interesara profundamente por la educacin de la infancia.
A pesar de l indicado, el espritu crtico del fundador de
la escuela de l'Ermitage no le condujo a una simple postura
de oposicin, tan frecuente entre los educadores del movimiento de la Escuela Nueva; la renovacin escolar que propuso, como veremos en un prximo apartado, vena a ser un sistema de transicin entre la escuela tradicional y la educacin
del porvenir.
El corpus decroliano desciende en lnea recta de Herbart.
Los pasos formales del padre de la pedagoga moderna,
fueron actualizados por Decroly a partir de nuevas bases (9).
(8) La importancia que otorgaba Decroly al nio anormal no slo de
por s, sino como medio para estudiar el nio normal, puede verse en el libro
que presentamos: Captulo I, nota 1.
(9) Inspirndose en las etapas formales de Herbart, en realidad no las
sigue fielmente por considerar, con Dewey, que este "mtodo herbartiano"
considera el pensamiento como un simple incidente en la adquisicin de los
22
El educador belga basaba sus mtodos educativos en la aplicacin de un programa de ideas asociadas en el que estudia el
nio y su medio social utilizando los llamados centros de inters, para dividir las disciplinas escolares de acuerdo con las
grandes funciones psicolgicas: observacin, asociacin y expresin.
El mtodo del maestro de Renaix muestra preferencia por
los sistemas intuitivos, activos e instructivos y basa la actividad individual en la prctica de ocupaciones manuales diversas y juegos educativos que se relacionan con .los centros de
inters (10).
Mdico de profesin, el trabajo de Decroly no guarda mucha relacin con la imagen tradicional de los profesionales de
la medicina, especialmente la que tenan de ellos en su tiempo. Podramos considerarlo como un bilogo, en la ms alta
acepcin de este tipo de cientfico, puesto que de la biologa
recibi su inspiracin fundamental; en realidad, elpsicopedagogo es un fruto de las investigaciones fisiolgicas y sociolgicas que llev a cabo con los deficientes mentales.
Decroly no parta en ningn caso de intereses artificiales.
No invent ni elabor mtodos educativos, simplemente los
descubri. Su leccin psicopedaggica est directamente vinconocimientos y no esta adquisicin como un incidente en el desenvolvimiento del pensamiento mismo. BALLESTEROS, Antonio: El mtodo Decroly. Madrid, Publicaciones de la Revista de Pedagoga. La Nueva Educacin VII, p. 57, 1933.
(10) En la escuela Decroly el nio juega. No hace otra cosa que jugar,
porque tal como dice Karl Gross, es la nica cosa que puede hacer. Pero como que juega con entusiasmo poniendo todo su esfuerzo, da todo el rendimiento y saca el mximo provecho; el mrito de Decroly es que el nio, mientras juega, da satisfaccin completa a sus tendencias: adquiere aquellos hbitos y aquellos conocimientos que desea el educador. MASO I VALENT,
Narcs: El Dr. Decroly i la seva obra, El Butllet deis Mestres, noviembre
1932.
23
24
Una de las grandes ventajas que presenta el sistema decroliano proviene del hecho que los centros de inters se basan en
las necesidades fundamentales del hombre y se agrupan en
torno a la satisfaccin de dichas necesidades. El mtodo de
los centros de inters tiende a asegurar un desarrollo completo e integral del nio y su teora representa una de las tcnicas
ms racionales de su tiempo, en la cual se tienen en cuenta los
factores fisiolgicos.
En una escuela que basa su trabajo en los centros de inters, el proceso educativo debe desarrollarse deforma que corresponda prcticamente a la vida real; lo que se pretende, en
realidad, es que la vida escolar del nio constituya una continuacin de la vida social y familiar. Al nio sin darse en cuenta se le presenta la oportunidad de Jomar conciencia clara de
su existencia y de llegar a ciertas conclusiones, por medio de
la observacin atenta, la asociacin multiforme, el anlisis
consciente y la expresin oral y social, puesto que gracias a
los centros de inters, el trabajo del nio gira en torno de todo ello.
El psicopedagogo belga tropez con ciertas dificultades a
la hora de la aplicacin de las ideas asociadas por el mtodo
de los centros de inters, de una manera especial en el comienzo de la educacin elemental, debido a la necesidad que tienen los nios de adquirir la tcnica de la lectoescritura. A la
vista de dicho obstculo y apoyndose en sus experiencias con
nios anormales y con nios de corta edad, crey oportuno
llevar su argumentacin hasta el lmite; para ello, haca de la
lectura y la escritura instrumentos similares a los de la vida
real, llegando al dominio de dichas tcnicas deforma anloga
a como se adquiere la comprensin y expresin del lenguaje
hablado en los nios pequeos.'
La gran intuicin de Decroly se centra en la utilizacin de
la actividad globalizadora en la vida mental y en la enseanza
25
(13)
de la globalizacin
p. 30, nota 1.
26
y la enseanza...,
o p . cit.,
Las investigaciones psicopedaggicas decrolianas se materializan en la prctica educativa, en las tres fases, ya sealadas, de cada leccin, es decir: observacin, asociacin y expresin:
mediante la observacin, el nio debe superar la percepcin sincrtica, con lo cual la afectividad y la inteligencia empezarn a caminar por vas distintas.
Para el nio, la observacin consistir, pues, en superar el objeto de esta confusin y rpidamente discernir sus
cualidades. Para llegar a esta superacin es necesario que
se deje al nio, naturalmente bajo una determinada gua,
la iniciativa en todas las operaciones que deba llevar a cabo para conseguir el fin propuesto. (15)
el propio Decroly nos define tambin lo que a su entender
representan los ejercicios de observacin.
...el medio de poner en movimiento las dems actividades mentales y formar la base racional de todos los ejercicios. Comprende todo lo que tiene por fin poner directamente al nio con los objetos, los seres, los acontecimientos. .. Los ejercicios de observacin con animales domsticos, con plantas secas, fuera de su medio natural, con cuadros o dibujos, son ineficaces porque no dan al espritu
oportunidad para recibir los verdaderos aspectos de la Naturaleza, aquellos que son los ms interesantes y por consiguiente ms susceptibles de ser conservados y
utilizados. (16)
(15) Ver WALLON, Henry: L'oeuvre du Dr. Ovide Decroly. Pantin.
C.F.E.P., p. 9, 1953.
(16) Fragmento citado en FILHO, Lourenco: La Escuela Nueva (traduccin castellana). Barcelona. Editorial Labor, p. 156, 1933:
27
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habr grandes asociaciones que podrn pasearlos a travs del universo y a travs de los siglos. (18)
Como puede colegirse de lo que llevamos dicho, las tres
fases de la leccin de Decroly ofrecen diversos recursos educativos para facilitar el desarrollo de las capacidades del nio
en sus diversas etapas evolutivas.
Hasta ahora nos hemos limitado a valorar a grandes rasgos la aportacin decroliana en el terreno pedaggico y ms
especficamente a todo aquello que est relacionado con los
centros de inters y la globalizacin, olvidando, en parte, que
sus conclusiones son fruto de una atenta y continuada investigacin, sobre todo en el campo psicolgico.
La importancia histrica de la obra del maestro de Renaix
en este terreno es generalmente poco conocida de las actuales
generaciones, por lo menos fuera de su pas, hecho que nos
ha llevado precisamente a presentar un trabajo que est dedicado exclusivamente a la base psicolgica de la investigacin
decroliana que, por otra parte, no haba sido traducido al
castellano. En dicho trabajo, podemos apreciar el inters del
psicopedagogo belga hacia todo aquello que est directa o indirectamente relacionado con la educacin del io, sea normal o anormal, entendiendo la educacin en un sentido amplio que abarca todas las necesidades y las preocupaciones del
futuro adulto. Es por ello que en un prximo apartado, dedicado particularmente al libro de J. E. Segers y despus que
hayamos intentado situar la obra de Decroly en el marco de la
psicopedagoga cientfica de su tiempo, vamos a insistir brevemente sobre la psicologa decroliana, aspecto, por otro lado, tratado ampliamente en el citado libro.
(18) Ver WALLON, Henry: Niveati et fluctuations du moi, volution psychiatrique, 1956, reedicin en Enfance. Pars, 1963, n. 1-2.
30
32
33
ciencias, debe expresarse fcilmente y mantener sin esfuerzo el orden y la disciplina (22).
Podramos resumir el vnculo de Decroly con el movimiento de la Escuela Nueva, sealando que la pedagoga decroliana sita al nio en el mismo centro de su medio social y
familiar, este ltimo presente en todo momento en las investigaciones decrolianas, como se desprende claramente del estudio de J. E. Segers.
En el caso que nos ocupa, conviene deslindar el pensamiento terico decroliano que apunta primordialmente hacia
los fines de la educacin, que se inserta, en lneas generales,
en el ideario de la Escuela Nueva, y el programa prctico, especialmente a corto plazo, relativo a la transformacin de la
prctica educativa.
Como ya hemos apuntado, Decroly propone un sistema
de transicin entre la escuela de ayer y la escuela del porvenir,
un sistema que no parte de frmulas, sino de principios que
no tienen un carcter inmutable, sino transitorio, como ya sealbamos y como se desprende de las propias palabras del
psicopedagogo belga.
Podemos transformar de una vez todas las escuelas,
como sera deseable... A nuestro entender claro que s.
Las observaciones que venimos realizando hace ms de
veinte aos en diversos ambientes (Instituto para anormales, escuelas comunes y escuelas para retardados) nos
permiten afirmar que desde ahora podemos tornar la frecuentacin escolar ms til para mayor nmero de nios.
Con esta finalidad proponemos una serie de medidas cuya aplicacin sistemtica dar apreciables resultados po-
(22)
p. 90.
34
op. cit.,
36
diferencias fundamentales con el pragmatismo estadounidense, a pesar de la existencia de una similitud formal.
A este respecto cabe puntualizar que mientras en Decroly
la clase, por lo menos tericamente, es un colectivo de alumnos, organizado por stos en funcin de sus necesidades educativas, de sus trabajos escolares, sin tener en cuenta la sociedad adulta, en la escuela americana vinculada al pragmatismo, la organizacin de la escuela es una reduccin de la sociedad adulta, es decir la imagen de una sociedad adulta democrtica, de la misma forma que la escuela tradicional es la
imagen de una sociedad adulta autoritaria (26).
Por otro lado, en Decroly, debido principalmente a su
formacin y a la tradicin histrica europea, la tendencia antiintelectualista de Dewey y sus seguidores, resulta menos evidente. En todo ello, parece jugar un papel determinante la influencia herbartiana, presente, como hemos dicho, en la concepcin sobre las ideas asociadas. Por otra parte, cabe sealar respecto a esta cuestin que aunque en el pedagogo belga
la actividad es bsica, Decroly, siguiendo a Froebel, no abandona la base intuitiva de la enseanza, fundada sobre bases
naturales. Finalmente, diremos que los partidarios de la escuela funcional y de una manera particular Dewey, preconizan la accin en la primera etapa del conocimiento; en una
palabra, en la conducta perceptiva; en cambio, el psicopedagogo belga, en la percepcin sincrtica, en un juego de
imgenes centrales.
Al margen de las diferencias sealadas, tanto en las formulaciones tericas como en la prctica escolar, en relacin a
otros educadores de la Escuela Nueva y dejando a un lado las
diferencias conceptuales con Mara Montessori, por lo que se
refiere al aprendizaje de la lectoescritura, debemos recordar
(26) Ver a este respecto THAN-THONG: La pense pdagogique
d'Henry Wallon, op. cit., p. 54.
37
tambin el inters por la naturaleza presente en general\en todas las escuelas de este movimiento (27) y la correspondencia
entre los mtodos decrolianos y los principios de la escuela
del trabajo de Kerschensteiner.
Resumiendo, y para reafirmar la ntima relacin de Decroly con la Escuela Nueva, diremos con Luzuriaga que la pedagoga de Decroly presenta cinco grandes vertientes: biolgica, pragmatista, diferenciadora, activista y totalizadora o
globalizadora (28).
El libro de J. E. Segers.Este autor, junto con Mme.
Jadot-Decroly, orden los trabajos del Dr. Decroly, que quedaron por publicar a raz de su muerte, cuidando de su publicacin, como puede comprobarse en la bibliografa. No es extrao, pues, que una vez finalizado este trabajo, decidiera
sintetizar en un volumen el corpus psicolgico del maestro,
uno de los aspectos menos conocidos de su obra.
Segn continuaba de hecho la trayectoria de otros discpulos del Dr. Decroly, que fueron, en realidad, los que dieron
a conocer la obra y los mtodos decrolianos al mundo pedaggico de su tiempo.
Decroly no gozaba, segn parece, de mucho prestigio ni
como orador ni como escritor (29), lo que puede explicar, al
(27) En este sentido cabe recordar que el punto 3 de los 30 fijados por
Ferrire como caractersticos de la Escuela Nueva dice lo siguiente: La Escuela Nueva est situada en el campo, porque ste constituye.el medio natural del nio. Pero para la cultura intelectual y artstica es deseable la proximidad de una ciudad.
(28) Ver LUZURIAGA, Lorenzo: Estudio preliminar a: La funcin de
globalizacin y la enseanza, op. cit., pp. 12-13. (Lourenco Filho en la obra
anteriormente citada en las pginas 145-146 expresa la misma idea).
(29) Esto es lo que afirma Pierre Bovet: Ver Ovide Decroly, L'ducateur, de Lausana. Resumen en Boletn de la Institucin Libre de Enseanza,
Vol. LVI, n. 870, 31 octubre 1932, pp. 289-291.
39
de lo que acabamos de decir, ya que intent, en todo momento, que hablara el propio Dr. Decroly a travs de sus escritos,
que utiliz en casi su totalidad, con excepcin, y aun slo en
parte, de sus primeros trabajos.
El mrito de Segers no se cifra nicamente, sin embargo,
en dicho intento de sistematizacin de la obra de su maestro,
sino sobre todo en el hecho de presentarnos completa y esquemticamente las experiencias decrolianas en el terreno psicolgico claramente vinculadas a sus aportaciones en el campo
de la pedagoga. A este respecto, la obra de Segers es totalmente original, dado que la base psicolgica decroliana haba
sido poco divulgada con anterioridad a la publicacin de este
libro.
Gracias al trabajo que presentamos se pueden conocer con
detalle tanto las experiencias realizadas con los nios anormales as como las llevadas a cabo con los nios normales, teniendo en cuenta que el Dr. Decroly parta de la base que las
experiencias con los primeros resultaban muy valiosas, porque en ellas se pueden observar estadios que pasan desapercibidos en los segundos.
A travs de este estudio nos familiarizamos con los trabajos realizados por Decroly en diversos campos, en los cuales,
sin llegar a la originalidad que caracterizan las aportaciones
estudiadas anteriormente, se muestra el inters del maestro de
Renaix hacia todas las preocupaciones y descubrimientos relacionadas directa o indirectamente con la psicopedagoga de
su tiempo. En relacin con ello cabra sealar que Segers nos
sita en el mundo decroliano desde la perspectiva de un contemporneo del Dr. Decroly.
En relacin a las preocupaciones del entorno psicopedaggico del padre de la globalizacin recordaremos el inters
del Dr. Decroly desde un primer momento hacia los tests, como lo demuestra su comprobacin experimental casi de inme 40
41
gers con el Dr. Decroly, con el cual colabor estrechamente durante los ltimos aos de su vida; en este sentido, debemos recordar que los trabajos de Decroly a nivel de psicologa tienen un inters marcadamente cualitativo, puesto que se basan en muy pocos casos, aspecto que ha recibido muchas crticas al sacar de ello Decroly excesivas conclusiones, cuestin tratada con evidente ligereza por Segers.
la descripcin desmesurada de una serie de pruebas, lo
que resulta engorroso para un lector de nuestros das, mxime si tenemos en cuenta que la mayor parte de dichas
pruebas han sido superadas.
por ltimo, diremos que a pesar de los esfuerzos de Segers, resulta difcil en ms de una ocasin separar el pensamiento del Dr. Decroly de las concepciones del autor de
este libro.
No queremos dar por concluido este apartado sin advertir
al lector del problema que presenta la comprensin de la obra
de un clsico contemporneo, especialmente cuando en Espaa se ha vivido durante buena parte de los ltimos cuarenta y
cinco aos al margen de los descubrimientos de la psicopedagoga. En este sentido, aunque algunas aportaciones decrolianas, primordialmente tericas, puedan parecer autnticas novedades, no podemos olvidar, en ningn momento, que fueron formuladas, por trmino medio, hace unos sesenta aos.
Influencia y presencia de Decroly en Espaa. Dada la
escassima o quiz nula bibliografa sobre el tema, nos concretaremos en ofrecer algunos datos sobre dicha influencia y
presencia, limitndonos a recoger los aspectos ms significativos del perodo anterior al 1939. Dicha limitacin en el tiempo viene determinada por tres factores:
42
43
Internacional de Psicologa, celebrado en Bruselas en septiembre de 1911, algunos maestros espaoles tuvieron ocasin de conocen: al Dr. Decroly, que tuvo una intervencin
destacada en este Congreso. Cabe pensar que este primer contacto, suponiendo que llegara a producirse, fue seguramente
muy superficial (36).
A este respecto, debemos sealar que al ao siguiente, y a
consecuencia de la publicacin en castellano de la comunicacin presentada por A. Ferrire al citado Congreso, el traductor aprovechaba la ocasin de una referencia al Dr. Decroly,
para especificar su procedencia en una nota al margen, puntualizacin totalmente innecesaria en el caso que Decroly fuese conocido (37).
A lo largo de la segunda dcada del siglo actual, las referencias al maestro de Renaix, en las revistas profesionales,
son limitadas y hablan casi exclusivamente de su participacin en los Congresos internacionales, sin prcticamente otro
tipo de especificaciones. Dichas referencias, que aumentan a
finales de la citada dcada, resultan ridiculas si las comparamos a las que hacen referencia a otros educadores de la Escuela Nueva, especialmente Montessori, Claparde, Dewey y
Ferrire, probablemente por este orden.
Todo ello no es bice para que el pensamiento decroliano
se introduzca lenta y progresivamente gracias a los pedagogos
o educadores en general que a partir de 1911 ms o
menos (38) realizan visitas a las institucioines escolares euro(36) Ver a este respecto LLARENA, Juan: Boceto de informacin
mundial pedaggica, La Escuela Moderna. Madrid, n. 10, octubre 1911,
p. 58.
(37) Vase la comunicacin presentada por A. Ferrire al I Congreso Internacional de Paidologa de Bruselas, reproducido en Revista de Educacin.
Barcelona, tomo II, 15 julio 1912, p. 12.
(38) El paso por la Direccin General de Enseanza Primera de Rafael
Altamira (1911-1913) fue en este aspecto decisivo.
44
46
47
48
49
Destacaremos finalmente el acontecimiento probablemente ms relevante del perodo republicano en relacin a la influencia decroliana. Nos referimos a la Setmana Final de
'Escola d'Estiu de Barcelona de 1935, donde del 6 al 12 de
septiembre tuvo lugar un curso monogrfico dedicado a la
obra del Dr. Decroly. En dicho curso, donde los alumnos podan observar cmo trabajaban los nios en una escuela decroliana (50) dio dos lecciones Afile' Jadoulle, directora del
Laboratorio de Pedagoga y de Psicologa de Angelur, dos
lecciones entre MU. Gallien, directorade I'Ecole de I 'Ermitage, y Mlle. Claret, profesora de esta escuela, dos lecciones a
cargo de Mlle. Descoeudres de la Maison des Petits, de
'Institu Rousseau, de Ginebra, y una leccin cada una
Mme. J. Jadot-Decroly, hija del maestro y directora del Servicio Mdico-Pedaggico de 'Institu Decroly y Mlle Degand, una de las ms ntimas colaboradoras de Decroly y directora de la Escuela del Instituto de Enseanza Especial del
Dr. Decroly (51).
La validez de los sistemas decrolianos en el mundo
actual.Despus de la muerte de Decroly, especialmente a
partir del final de la segunda guerra mundial, los problemas
cuantitativos y las necesidades metodolgicas y didcticas, as
como el extraordinario aumento de escolarizacin, han facilitado la introduccin de nuevos medios tecnolgicos en el proceso educativo y la racionalizacin y adaptacin de algunas
de las tcnicas pedaggicas propugnadas por los educadores
de la Escuela Nueva, especialmente en el perodo de entreguerras.
(50) Esta escuela estaba dirigida por Bernat Sampol, maestro del Grupo
Escolar Ramn Llull, auxiliado por una comisin asesora integrada por Anna Rubis y Federico Doreste. Vase Programa General de PEscola d'Estiu
de Barcelona de 1935.
(51) En estos cursos, junto con las especialistas extranjeras dio tambin
una conferencia Anna Rubis. Vase programa especifico dedicado a la Setmana Final de PEscola d'Estiu de Barcelona de 1935.
50
tambin en el desarrollo de un centro de inters, premisa fundamental para salvaguardar los intereses del educando.
Intereses que no pueden desligarse de la libertad del docente, principio que Claparde resuma con estas palabras:
Que cada uno se inspire en el espritu profundo del mtodo Decroly, pero que cada uno permanezca libre. (52)
BIBLIOGRAFA DE DECROLY
Ofrecemos a continuacin una bibliografa del psicopedagogo belga prcticamente completa. Las obras marcadas con
un asterisco figuran en el texto de J. M. Segers.
1. <Note sur un cas de fibroma molluscum multiplex. Trabajo de laboratorio del profesor Van Duyse de Cante. Anales de la Socit de mdecine
de Gante, 1894.
2. -Symphisie rnale et dystopie croise avec pylonphrite tuberculeuse. Trabajo de laboratorio del profesor Van Duyse, de Gante. Anales de la
socit de mdecine de Gante, 1894.
3. -<Etude sur l'action des toxines et antitoxines sur la nutrition genrale. Trabajo de laboratorio del profesor Heymans, de Gante. Archives internationales de pharmaco-dinamie. Memoria presentada en parte al concurso
de bolsas de viaje de 1896 y en parte al concurso universitario de 1896-97,
premiado por el jurado.
4. integrit des fibres nerveuses myliniques de l'corce crbrale
dans trois cas de tables dorsales. Comunicacin presentada a la Socil de
Biologie de Pars. Trabajo de laboratorio de anatoma patolgica y de clnica
de La Salptrire. Paris, 1898.
5. En colaboracin con J. Ronsse: pouvoir toxique et antitoxique du
sang aprs injection intreveineuse de venin, toxine ou antitoxine. Archives
de pharmaco-dinamie. Trabajo de laboratorio del profesor Heymans, 1899.
6. Vomissements incoercibles de nature histrique datant de 5 ans, traites par la mthode d'Apostoli. Journal de Neurologie, 2 mayo 1899.
(52) Ver CLAPARDE, Edouard. Prlogo a: HAMIDE, A.: El mtodo Decroly. (Vase bibliografa sobre Decroly, n. 22.)
52
9. Syndrome poliomylitique succedant une chute sur le dos. Journal de Neurologie, 24 febrero 1900.
10. Parsie des quatre membres contracteurs, exagration des rflexes
et phnomene de Babinsky la suite d'un chute sur le dos. Journal de Neurologie, 20 marzo 1900.
11. Parsie facale double d'origine priphrique. Journal de Neurologie, julio 1900.
12.
13. Brlure lectrique du nerf cubital, tumeur, cicatricielle-operation. Jornal de Neurologie, 23 febrero 1901.
14. Etat des rflexes dans la polynorite propos d'un nouveau cas de
polynorite motrice tuberculeuse. Journal de Neurologie, 27 abril 1901.
15. * L'assistance de l'enfance anormale. Informe al Congreso de
Amberes para la asistencia familiar de los alienados, 1902.
16. * L'assistance et le traitement des anormaux en Italie. La Policlinique, 15 mayo 1902.
17.
53
chez I'enfanl.
La Policlinique,
54
37. * Questionnaire pour servir la confection du dossier mdicopdagogique. La Policlinique, Vol. 15, 1906, pp. 225-234.
38. * Preparation du personal medical des classes et colcs d'enseigncment spcial. La Policlinique, 1906.
39. * Ueber die Ausbildung des arztlichen Personis der Hifsklassen
und Hlfsschulen. Monastschr f. Kinderheilkunde, Vol. 5, n. 4, 1906.
40. * Contribution au diagnostic des irrgularits mentales. Les frontires anthropomtriques des anormaux d'aprs M. Binet. Journal de Neurologie, 1906.
41. * Cas d'achondroplasie hrditaire et familiale. Soc. Royale des
sciences md. el nal., enero 1906.
42. * Intelligenzmessungen bei normalen und abnormen Kindern.
Berich ber den II Kongress f. exper: Psy., en\Vrzburg,v. 18 bis, 21 abril
1906, Leipzig, 1907.
43. * Psychologiedu dessin. /. 'cole Nationale, Vol. 5, n. 18, 1906.
44. * En colaboracin con M. Boulenger, Les test mentaux chez l'enfant. Informe presentado al 2. " Congreso de Neurologa y Psicologa. Bruselas, 1906-07.
45. * En colaboracin con Mlle. J. Degand, Quelques considrations
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46. * Les test de Binet et Simn pour la mesure de l'intelligence. Contribution critique. Archives de Psychologie, Vol. 6, n. 21-22, 1906,
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47. * Contribution l'tude de la Psychologie des enfants normaux et
anormaux. L'cole Nationale, 1906.
48. * Experiences de mmoire visuelle verbale et de mmoire des images chez des enfants normaux et anormaux. Anne Psychologique, Vol. 13,
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49. * En colaboracin con J. Degand, La mesure de l'intelligence chez
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50. En colaboracin con Boulenger, L'ducation des enfants infirmes
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9"- * En colaboracin con Mlle. A. Monchamp., Initiation l'activit intellectuelle par lesjeux ducatifs. Contribution la pdagogie desjeunes
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Orellana Garrido. Madrid, Francisco Beltrn, 1919, 290 pp. (Hay una tercera edicin corregida de 1928, 254 pp.)
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>Notions sur l'orientation professionnelle. Resumen de las lecciones dictadas en el Curso Provincial de iniciacin a las nociones pedaggicas y administrativas de la enseanza industrial, profesional y comercial.
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Psicologa aplicada a la educacin. Traduccin y prlogo de Jacobo Orellana
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178. * L'exploralion du langage de l'enfanl, epreuves de comprhension, d'imitalion et d'exploraiion. Revisado y completado por J. JadotDecroly y J. E. Segers. Uccle. Bruselas, 1937.
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10. CREMERS, E. y R.: L 'enseignement de la musique selon la mthode Decroly. Bruselas. Maurice Lamertin, 1924.
11. DALHEM, L.: Contribution a l'introduction de la mthode Decroly l'cole primaire. Bruselas, 1923. Traduccin castellana de Jacobo
Orellana Garrido. Madrid, 1929.
12. DEGAND, Julie: Initiation la mthode Decroly. Mthode globale. Uccle, 1937.
13. DE MOOR, F.: L'cole active par la mthode Decroly. Bruselas,
Maurice Lamertin, 1930.
14. DESCHAMPS, Alexander J.: L'auto-ducation appliqus au programme Decroly. Bruselas, Maurice Lamertin. Traduccin castellana de
Emilia Elias de Ballesteros. Madrid, Juan Ortiz, 1932, 160 pp.
15. DESCOEUDRES, A.: Le jardn d'enfants l'cole Decroly. Precedido de un texto de O. Decroly.
16. DEVAUD, E.: Le systme Decroly et la Pdagogie chrtienne. Bruselas, 1936.
17.
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du docteur Ovide
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36. SABAS OLAIZOLA, J.: El mtodo Decroly en el Plan de las Pedras. Montevideo, 1932.
37. SALINAS, Jess: El mtodo Decroly. Cochabamba. Bolivia. Editorial Lpez, 1931.
38.
39. SEGERS, J. E.: La perception visuel/e el la fonction de globalisation ehez les enfanls. Prlogo del Dr. Decroly. Bruselas. Maurice Lamenin.
1926, 96 pp. Traduccin castellana de Jacobo Orellana Garrido. Madrid,
Espasa-Calpe. Ediciones de La Lectura. Ciencia y Educacin, 1930, 137 pp.
40. SEGERS, J. E.: La psychologie de l'enfant normal et anormal
d'aprs le Dr. Decroly. Neuchtel-Pars. Delachaux y Niestl, 1948, 367 pp.
41. Varios: Hommage a Dr. Decroly. Saint Nicols W. Blgica. Schersden. Vars-Kerschave (s.f.), 512 + 30.
68
42. Varios: Hommage au Dr. Decroly. (Bibliografa completa sobre Decroly y publicaciones sobre Decroly, realizaciones cinematogrficas, etc.)
Bruselas, Ministere de l'ducation et de la Culture, 1964.
43.
letn de la Socit Francaise de Pdagogie. Pars, 1933, n. 47, p p . 2-5; <Rapiort de la psychologie et de la pdagogie chez Decroly. Pour i'Ere
Nouvelle.
Pars, 1952, n. 11-12, p p . 58-64; il'oeuvre del Dr. Ovide Decroly><. Pantin
C . F . E . P . , 15 p p . (Ver otros artculos en Pour I'Ere Nouvelle,
1933, n." 9 1 .
69
EGGGEGGEGGGGGGGGGG
En torno
a Decroly
(La psichologie de l'enfant normal et
anormal d'apres le Dr. Decroly)
J. A. SEGERS
Prefacio
76
EEEEEEEEEEEEEEEEEE'
Introduccin
78
prolongaban la simple cuestin teraputica. Dichas cuestiones no tardaron en conducirle de la infancia anormal a la infancia normal.
As, pues, aquellos que conocan las dos facetas de la obra
decroliana no vacilaron en afirmar que Decroly era pedagogo
porque antes que nada era psiclogo. Pero, como ha dicho
muy acertadamente el Dr. Claparde, Decroly presenta sobre
los psiclogos tericos esta superioridad que proviene de unas
conclusiones consagradas por la teora psicolgica fundamentada en el conocimiento profundo del nio y paralelamente con la prctica educativa. El Dr. Wallon expresa una
idea anloga cuando escribe que la pedagoga de Decroly
constituye su mtodo experimental que viene a completar sus
dotes de observador atento y de psiclogo sagaz. La confrontacin entre la obra psicolgica y la obra pedaggica nos permitir confirmar el fundamento de estas afirmaciones.
Se sabe que diversos autores, ya durante su vida, haban
expuesto la pedagoga de Decroly y es evidente que en este
campo existe una cierta bibliografa. En cambio, no podemos
decir lo mismo por lo que hace referencia a sus estudios psicolgicos.
Si bien es verdad que la obra psicolgica de Decroly es
enorme y que ha ejercido una notable influencia sobre los psiclogos de la infancia, debemos reconocer que no es fcil penetrar en su conocimiento y llegar a tener una visin de conjunto. Sus escritos se encuentran dispersos en una gran variedad de publicaciones: en revistas belgas y extranjeras, en las
memorias y comunicaciones de los congresos. Eran, por tanto, poco accesibles y he aqu por qu, en diversas ocasiones,
se ha expresado el deseo de reunir y coordinar dichos escritos.
Es por ello que he intentado reunir y resumir en un solo
volumen las partes esenciales de los trabajos psicolgicos de
mi llorado maestro, con lo cual espero difundir su obra y fa 79
81
84
tades prcticas y multiplicando, como mnimo, los observadores, examinar conjuntamente todas las partes de la cara, el
cuerpo y sus miembros, ni en particular de anotar todo lo que
se ve, a la vez que se provocan las excitaciones previstas. An
resulta ms difcil darse cuenta de las reacciones de diversos
nios que actan simultneamente. Adems, no resulta posible, en el curso de una observacin, la reproduccin diversas
veces de las reacciones, ni sobre todo hacer marcha atrs una
vez ha pasado la reaccin. En resumen, si las observaciones se
han hecho de una forma fortuita, no nos pueden probar que
los datos suministrados coincidan con el momento que se manifieste por primera vez la funcin que ponen en evidencia.
De todo ello resulta que muchas de las descripciones de las
manifestaciones infantiles presenten sus lagunas.
El Dr. Decroly aade adems que la lectura de estas descripciones nos ofrece slo una idea aproximada, y en todo caso poco sorprendente de la realidad. La palabras resultan a
menudo impotentes para traducir la verdad y resulta muy difcil describir los juegos de fisonoma, los movimientos variados de la manos o los pies.
La toma de fotografas instantneas ha constituido un
progreso indiscutible. Sin embargo, para el estudio psicolgico del nio, y muy especial del nio pequeo, elfilm cinematogrfico ha de ocupar un sitio destacado.
Segn parece, fue el Dr. Decroly quien desde 1907 fue el
primero que utiliz el cine para estudiar la psicologa del nio; desde 1920 se vali corrientemente de esta tcnica para
sus estudios psicolgicos. Es, pues, tambin el Dr. Decroly
quien puede ilustrarnos sobre las mltiples ventajas, as como
los inconvenientes, de este mtodo. He aqu cmo resume las
ventajas:
1. El film permite ver diversas veces, segn las necesidades, las reacciones obtenidas por un estimulante y examinar
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cada una de las partes del cuerpo, y ello en cada uno de los nios, en el caso que haya ms de uno (3).
2. Permite analizar durante el tiempo que uno desee una
o varias imgenes, de seguir, imagen a imagen, las modificaciones de la reaccin y si es necesario hacer marcha atrs para
volver a observar el inicio de una reaccin o aquello que la
precede.
3. El examen de un mismo fenmeno se puede retomar
diversas veces, hecho por distintas personas, al margen del
propio sujeto, lo que resulta particularmente til para controlar el valor de una hiptesis, para confrontar las opiniones;
por los medios habituales, la descripcin de la reaccin est
totalmente o en parte influenciada por la opinin del observador y generalmente n permite ninguna controversia.
4. Ya que un mismo sujeto puede ser observado en varias ocasiones, se pueden comparar directamente sus reacciones en diferentes edades.
A pesar de todo, no vamos a insistir sobre la utilidad del
film para la enseanza de la psicologa del nio.
Si las ventajas antes mencionadas son reales, podemos
preguntarnos por el hecho que se hayan realizado tan pocos
films que hagan referencia a la evolucin del nio (4). La tcnica cinematogrfica presenta diversas dificultades, que segn el Dr. Decroly son las siguientes:
1. Las dificultades de orden financiero o tcnico a consecuencia de la necesidad de un utillaje perfeccionado y cos(3) Dr. O. DECROLY: L 'elude du peti enfant par l'observation el l'exprimenlation. Bruselas, 1929.
(4) En 1928, El Dr. DECROLY seal que como mximo slo 4 5 personas en todo el mundo se han interesado para recopilareste tipo de informacin: el profesor WATSON, de la Universidad de John Hopkins, y GESELL, de la Universidad de Yale; el profesor LEW1N. del Laboratorio de
Psicologa de Berln, y el profesor CLAPARDE, de Ginebra.
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toso, del precio de los carretes, de pruebas inevitables, de desplazamientos necesarios para las filmaciones, de gastos de desarrollo, de dificultades en los positivos, de tiempo exigido
por la puesta a punto de los films.
2. Las dificultades derivadas del propio material infantil; stas son de diversos rdenes y varan con la edad de los
sujetos. Si el nio pequeo se presta a tomas cinematogrficas, puesto que es inconsciente de lo que se est haciendo y no
es an particularmente turbado por los operadores, el aparato y el ruido, las ocasiones para poderlo filmar en condiciones
favorables y en nmero suficiente son poco frecuentes, especialmente si se desea filmarlo desnudo y en ciertas etapas de
su desarrollo. Por otro lado, las condiciones de salud, el momento del da, la presencia de la madre, el humor pueden
crear dificultades imprevistas.
3. Las dificultades que se derivan de las condiciones del
medio ambiente, preferentemente las condiciones de temperatura (especialmente si se quieren desnudar los nios, condicin siempre preferible), la intensidad de la_iuz y el manejo
del aparato que incomoda a veces el trabajo (5).
Hay, evidentemente, medios para obviar algunos de dichos inconvenientes (6).
a) Por lo que se refiere al material infantil, nos podemos
dirigir a las maternidades y a los asilos, donde encontraremos
sujetos de distintas edades y en nmero suficiente.
b) En relacin a la luz, se puede recurrir a los medios artificiales, que dan resultados satisfactorios.
c) Referente al aparato, podemos servirnos de dispositivos porttiles, que nos permiten seguir el sujeto y hacer tomas
desde distintos ngulos, sin necesidad de desplazar los soportes.
d) Para suprimir la influencia del ruido podemos recurrir al empleo de cualquier dispositivo que produzca un ruido
continuo y de intensidad uniforme, de manera que contrareste el ruido del aparato.
Por lo que concierne al local donde se sita el nio y el
material a emplear, el Dr. Decroly hace notar que cuando se
opera al aire libre, lugar ideal pero raramente posible en nuestro clima, en particular si se quiere desnudar al nio, debe a
menudo limitarse necesariamente el espacio donde el nio
pueda evolucionar y preparar todos los accesorios necesarios
para provocar las estimulaciones previstas. Si se opera dentro
de un local, resulta imprescindible que sea apropiado desde el
punto de vista de la iluminacin y que el nio pueda desplazarse con facilidad si ello es necesario; resulta ventajoso que
se puedan reunir previamente todos los accesorios que hagan
falta.
Segn Decroly, el ideal es un estudio especial, tal como el
que ha preparado el profesor Gesell en la Universidad de Yale
(Estados Unidos): el operador, al igual que el aparato, pueden sustraerse de la vista del nio, que se introduce en el local
acompaado de la persona que le atiende habitualmente.
Entre los documentos que se deben recoger por el procedimiento cinematogrfico, el Dr. Decroly (7) menciona:
(7)
lbidem.
A este respecto, y por lo que hace referencia a muchos otros casos,
generalmente de tipo tcnico, que se tratan en este trabajo, es evidente que
los cambios operados en los ltimos cuar-enta aos permiten superar muchas
de las dificultades de la investigacin en aquel entonces. En relacin a la
cuestin cinematogrfica, debe observarse desde tres perspectivas cronolgi.
cas: la del tiempo de Decroly y an en dos planos diferenciados, 1909 y la dcada de los 20; los aos 40, cuando se prepar y public este libro y finalmente la situacin actual. (Nota del traductor.)
A)
1. El nio normal, prematuro o nacido en el plazo normal despus de algunas semanas, meses o aos.
2. El nio anormal (sordo, ciego, paraltico, ananceflico) aquejado de monstruosidades diversas (idiota, demente,
etc.).
B) En cuanto a las reacciones, se pueden distinguir:
1.
Para tomar estas reacciones en nmero suficiente se requiere mucho tiempo y vivir como quien dice con el nio; debe disponerse tambin de un aparato que pueda manejar el
propio nio.
2.
Estas resultan ms fciles de llevar a cabo y se pueden obtener a menudo varias veces cuando las condiciones exteriores
son ms favorables y el operador est disponible.
3. Entre las reacciones que se prestan a la toma cronofotogrfica, slo se pueden considerar aquellas que se presentan
bajo la forma de reacciones motrices externas.
La nomenclatura de las reacciones a tener en cuenta resulta, sin embargo, muy rica y el Dr. Decroly cita, entre otras:
1. Las reacciones a los estimulantes externos, resultantes
de la accin de los excitantes fsicos o qumicos sobre los diversos sentidos.
2. Las reacciones a los estimulantes internos, en relacin
a las diversas tendencias que estn vinculadas a los instintos
individuales primarios (el hambre, la sed, el fro, la falta de
aire, el dolor, la fatiga, la falta de movimiento); a la vida de
la especie (el instinto maternal) o a la vida social (la simpata
y el instinto grupal); a la conservacin de la vida psquica y
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moral (los instintos secundarios de amor propio y de propiedad); a los instintos defensivos pasivos y activos (manifestaciones de miedo o de agresividad); a los instintos de anticipacin (imitacin y juego), etc.
3. Las etapas de desarrollo para la autodominacin del
cuerpo: movimientos para la aprehensin bucal, movimientos de los ojos, de las partes de la cara, del cuello, del tronco
(para sentarse y dar vueltas), movimientos del brazo para la
aprehensin, movimientos de las piernas para enderezar y
transportar el cuerpo, coordinaciones diversas del cuerpo para el salto, la carrera, la utilizacin de la bicicleta, etc.
4. Las reacciones de orden intelectual que se manifiestan
a travs de actos susceptibles de ser fotografiados, tales como
la adaptacin a situaciones diversas, aprendizajes de determinadas tcnicas, empleo de materiales y herramientas, las actividades utilitarias o no, en relacin con las necesidades, etc.
Entre los numerosos films, del Dr. Decroly citaremos de
manera especial:
Etapas del desarrollo mental en el nio.
Relaciones de nios prematuros.
Reacciones de nios normales.
Evolucin de las coordinaciones por la estacin de pie y el
transporte del cuerpo.
A Igunos aspectos de la imitacin en el nio de 0 a 6 aos.
Evolucin de la reaccin espacial en el nio.
Reacciones del nio frente a los animales.
La nocin de equilibrio en el nio.
Las reacciones sociales en el nio.
Estos documentos cinematogrficos tienen, indudablemente, un valor indiscutible para el estudio de la psicognesis (8).
(8) Nosotros lo utilizamos en los trabajos relativos a la psicologa del nio, que pensamos publicar prximamente.
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manera una idea del valor mental general del sujeto. En ltimo trmino, la experiencia y el test no son otra cosa que observaciones ms precisas que se ejecutan con medios que dependen directamente del observador; la experiencia es ms
precisa que el test, pero por el contrario es ms larga y ms difcil. Con todo ello, el Dr. Decroly llega a la conclusin que el
test debe situarse en un campo intermedio entre la observacin y la experiencia.
Para terminar este captulo, conviene sealar que al igual
que Binet, el Dr. Decroly ha preferido, frecuentemente, como
campo de experimentacin su modesto medio escolar antes
que el laboratorio de psicologa. Importa por encima de todo dice que los procedimientos de investigacin intelectual, si se quiere que adquieran la importancia que merecen,
que no sean, o lo sean el mnimo posible, procedimientos de
laboratorio o de especialista. Es necesario que se simplifiquen
las tcnicas para poder reducir al mximo los gastos de instalacin, los conocimientos tcnicos y, sobre todo, el tiempo
necesario (15).
Aade adems que los laboratorios continuarn conservando su importancia y estamos persuadidos que no cesarn
de crecer; a este respecto slo cabe recordar la evolucin de
los institutos bacteriolgicos, entre otros. A ellos corresponde la preparacin de los mtodos prcticos, de completar las
investigaciones en ciertos detalles, de precisar alguna cuestin
determinada; son los lugares de investigacin comparables a
los hospitales, los que nos permiten operar sobre un gran nmero de sujetos cuyo objetivo inmediato es el trabajo prctico, es por ello que es absolutamente necesario estar a su lado
y no en oposicin a ellos.
(15) Dr. O. DECROLY y M. BOULANGER: <Les tesis mentaux che/
l'enfant.
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Para el Dr. Decroly, un mtodo de investigacin no se debe valorar por su precisin, sino por el hecho de que sea susceptible de aplicacin en gran escala.
Recordemos finalmente una conclusin sacada de una serie de experiencias realizadas en el simple medio escolar. As
escribe que estas experiencias no tienen quiz el rigor tcnico
de las experiencias de laboratorio, llevadas a cabo con aparatos registradores, por el mtodo grfico, pero ellas no tienen
una significacin menor; han sido realizadas con alumnos, en
el medio ordinario de la clase, y han sido practicadas con
vistas a precisar el valor de los procedimientos en los cuales el
inters desde el punto de vista escolar y por consiguiente econmico no debe menospreciarse (16).
Estos prrafos ponen en evidencia que en la obra del Dr.
Decroly prctica y teora siguen el mismo camino.
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Considerando que los casos o el medio actan principalmente como agente que favorece o inhibe las aptitudes psquicas y, sobre todo, sociales, el Dr. Decroly examina la accin:
primero, del medio familiar; segundo, del medio escolar; tercero, del medio social; cuarto, del medio material.
He aqu cmo el Dr. Decroly nos explica la influencia del
medio familiar:
Al margen de la influencia directa que los padres ejercen
sobre la misma estructura del individuo, al margen del papel
que juegan en la transmisin de taras, predisposiciones, aptitudes resultantes de la naturaleza esttica y de las posibilidades dinmicas de los elementos que constituyen el organismo
y de una manera especial el sistema nervioso del nio, est
comprobado que su actividad indirecta sobre la cultura, la
educacin, es decir, la crianza del nuevo ser, es tambin extremadamente importante (10).
El medio no puede, por tanto, desvelar cualidades que no
estn en desarrollo ni puede crear de golpe la inteligencia y las
facultades sociales, donde no existen los organismos para
ejercer estas funciones, pero puede actuar favorable o desfavorablemente al desarrollo de estas aptitudes.
La torpeza de la madre, la alimentacin, la vivienda, los
vestidos constituyen, evidentemente, factores de una importancia capital. La familia, sin embargo, no acta solamente
sobre el lado fsico, sino igualmente sobre la educacin intelectual y social.
As, pues, desde el ngulo intelectual, es fcil imaginar,
cuando se conoce la gnesis de las ideas y de su expresin, que
existir una gran diferencia entre el nio que tiene la ocasin
de ver y de tocar dichos objetos, de vivir en medio de anima(10) Dr. O. DECROLY: Les causes des irrgularits mentales chez
l'enfant.
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Es evidente que hay sujetos que se adaptan a este rgimen, los buenos alumnos; pero estos buenos alumnos tienen
un cerebro comparable al estmago de aquellos que lo digieren todo, incluso las piedras. No est probado, por otra parte, que los llamados buenos alumnos sean aquellos que triunfan en la vida (12).
Hasta qu punto la sociedad puede ser culpable de la formacin de irregulares?
Es precisamente al estado social imperfecto que el Dr. Decroly atribuye la existencia de una situacin en la cual los individuos pueden sufrir y que puede ser de hecho el punto de
partida de las irregularidades en el nio; l cita, entre otras la
indigencia, la prostitucin, los delitos y los crmentes. La situacin social es tambin responsable de la imprevisin e incuria en materia de educacin, de preservacin, de proteccin
y de asistencia de la infancia.
En las clases sociales elevadas, las influencias son, sin duda, diferentes, pero los resultados no pueden considerarse
mejores. El lujo, la ociosidad, el egosmo estrecho, los excesos de toda clase ocasionan quiz ms vctimas y ciertamente
mucho ms dao que todas las enfermedades reunidas.
Finalmente, el Dr. Decroly estudia las causas de las irregularidades humanas en el medio material; cita los alimentos,
el aire que respiramos, el tipo de vestidos que debemos llevar,
nuestro lugar de abrigo, ciertas enfermedades epidmicas y
endmicas caractersticas de ciertas regiones y que tienen una
influencia marcada sobre los nios desde el punto de vista del
desarrollo fsico y mental (cretinismo, raquitismo). Los cataclismos, temblores de tierra, erupciones volcnicas y otras calamidades pblicas pueden, a travs de las madres, repercutir
sobre la salud mental de toda una generacin.
(12)
Ibidem.
104
males convulsivos (epilpticos, histricos, etc.); 6) los deformados por el medio en el cual habitan.
2) En 1905 retoma este problema (15) y despus de un
estudio completo de las clasificaciones propuestas por numerosos autores (clasificaciones etiolgicas, morfolgicas, ana' tmicas, sintomatolgicas, mixtas) y sin conocer la clasificacin de Binet y Simn (16), muestra su disconformidad sobre
los trminos y su significacin, especialmente por lo que hace
referencia a los irregulares mentales, el grupo ms importante
de los irregulares. Llega a la conclusin que es necesario tomar como base de una clasificacin los datos fisiolgicos y
biolgicos que implican todas las reacciones del individuo,
considerado como individuo, como unidad social y como elemento csmico. Adems, partiendo de la base que el medio
puede ser el factor preponderante en la etiologa de las anomalas, el Dr. Decroly propone la siguiente clasificacin:
1) irregulares por causas intrnsecas.
Entre stos se puede distinguir:
A) Los irregulares de las funciones vegetativas (irregulares o enfermos somticos), que podran dividirse en dos grupos:
a) Aquellos que tienen deformaciones y anomalas psquicas independientes del sistema neuromuscular (ciertas
monstruosidades, atrofia, hipertrofia, jorobas, cojera, deformaciones diversas, desfiguraciones graves, etc.)
b) Aquellos que tienen trastornos de la nutricin general
y las afecciones crnicas de los rganos de la vida vegetativa,
trastornos independientes del sistema neuromuscular (nanis(15) Dr. O. DECROLY: La classification des enfants anormaux, Boletn de a Socit de Mdecine mentle de Blgica, n. 122-123, 1905.
(16) . BINET y Dr. Th. SIMN: Les enfants anormaux. Pars, 1922
(Cuarta edicin).
106
mo, gigantismo, acondroplasia, mixedema, adenoides, albinismo, afecciones congnitas o adquiridas de la respiracin,
de la digestin, del aparato circulatorio, afecciones crnicas
aparentes de la piel, de los cabellos, etc.).
B) Respecto a los irregulares de las funciones de relacin, el Dr. Decroly admite cuatro grupos:
a) Los irregulares de los sentidos, de las funciones sensoriales o funciones de impresin. Ellos son aquejados de insuficiencia o de alteraciones de estas funciones, sin llegar a
atacar directamente las funciones mentales superiores; debemos .situar aqu los casos donde se producen alteraciones o
anomalas ms o menos graves o ms o menos permanentes
de la vista, del odo, del sentido llamado muscular o de los dems sentidos: ceguera, ambliopia, catarata congnita o juvenil, miopa, estigmatismo, trastornos de la percepcin visual,
etc.; sordera, semisordera, sordera psquica, etc., o trastornos primitivos de las diversas sensibilidades.
b) Los irregulares de los movimientos, de las funciones
motrices o de expresin. Ellos son aquejados de insuficiencia
o de alteraciones de estas funciones, sin atacar directamente
las facultades afectivas o mentales superiores: parlisis, contracturas, tics, espasmos, baile de San Vito, temblores, convulsiones, epilepsia, alteraciones del lenguaje, as como trastornos psicomotores, siempre y cuando dichas alteraciones
no afecten las funciones superiores.
c) Los irregulares mentales afectados de insuficiencia o
de alteraciones de las funciones psquicas (atencin, memoria, asociacin, juicio, imaginacin, volicin, etc.). En este
grupo se pueden distinguir los sujetos aquejados de insuficiencia (pobre de espritu, imbcil, idiota, atrasado), de aquellos afectados de trastornos, de desviaciones o de prdidas
(histricos, neurastnicos, psicastnicos, epilticos psquicos, impulsivos, obsesivos, delirantes, con tics mentales, de 107
110
Cmg
Mra ^ - -
Figura I
113
Cms
complejidad de las interacciones que se producen en el mecanismo representado en un extremo por el medio, y en el otro
por el carcter del individuo.
Podemos ver de esta forma cmo el medio material acta
sobre el medio humano e inversamente, cmo el medio acta,
en general, sobre las ideas y los sentimientos por una va directa y tambin por la va indirecta del temperamento y como
intermediario de los cuatro factores antes enumerados.
El Dr. Decroly dibuja el funcionamiento mental propiamente dicho, representado en la parte derecha inferior de este
esquema, por un segundo esquema (fig. 2), donde pueden
verse fcilmente los tres grandes grupos fundamentales de las
funciones mentales, sensoriales (impresiones) afectivas (emocionales y sentimentales) y motrices (expresivas). Las flechas
y las indicaciones representadas sobre este esquema son suficientes para comprender el significado sin explicar evidentemente todos los fenmenos mentales.
El primer esquema permite distinguir los anormales por
influencia del medio de aquellos en los cuales el medio est
excluido. Entre stos se pueden diferenciar aquellos que se
ven afectados en su estructura (temperamento, funciones vegetativas) y aquellos que lo estn en su individualidad mental
o neuropsquica.
El segundo esquema concierne ms particularmente a esta
ltima categora: partiendo de la base que se le considera en el
sentido vertical o transversal, podemos distinguir, por una
parte, los insuficientes sensoriales, afectivos, motores, vasomotores o los insuficientes mentales y los dementes.
En unos resulta fcil situar la anomala; para los otros es
necesario recordar:
1. ) Que la integridad de las funciones motrices resulta
indispensable para que toda una serie de sensaciones (musculares, visuales, cutneas) se efecten en buenas condiciones;
2.) Que las coordinaciones automticas localizadas en
los centros subcorticales estn verdaderamente constituidas
114
en gran parte, o en su totalidad, bajo la direccin de los centros superiores (rolndicos y frontales) con la particularidad
que una vez organizados, ya no es necesaria esta direccin.
De ello resulta:
1.) Que en general, una insuficiencia sensorial repercute sobre la actividad motriz y que la insuficiencia sensorial
ms grave para el nio es sin duda aquella que afecta el sentido muscular; an es ms cierto que los transtornos de las funciones motrices debern tener una repercusin sobre la actividad impresiva sensorial y, secundariamente, sobre la formacin de los recuerdos, asociaciones, juicios e ideas.
2.) Que las consecuencias de una lesin o de una interrupcin del desarrollo difieren segn se produzcan antes o
despus del nacimiento. En un caso, se trata de la insuficiencia congnita, y en el otro, de la insuficiencia adquirida.
En sentido vertical, y teniendo en cuenta la marcha del influjo nervioso, la mayora de los anormales sensoriales son
bastante fciles de clasificar (ciegos, sordos, e t c . ) , los anormales motores lo son menos y los de las funciones afectivas y
las funciones mentales superiores son ms difciles an de clasificar.
Para completar el resumen relativo a la clasificacin de
los nios irregulares y sobre todo para ilustrar las sumarias
descripciones presentadas anteriormente, citaremos a continuacin las monografas esenciales elaboradas por el Dr. Decroly partiendo de algunos casos particulares. Recordaremos
desde luego el trabajo antes citado (21) sobre dos casos de
acondroplasia hereditaria y familiar; l se atiende al grupo de
los irregulares por causas intrnsecas y especialmente a una de
las formas clasificadas bajo la forma nanismo.
(21)
116
El Dr. Decroly estudia a continuacin un caso de mixedema infantil (8 aos) (22), en el cual nos ofrece datos completos referentes a los antecedentes, los sntomas fsicos y el estado mental y afectivo; llama la atencin sobre las diferentes
formas de mixedema segn Gaucher y Comby y segn Tredglod; recuerda finalmente que el tratamiento del hipotiroides
por los extractos apropiados ha sido siempre sealado hasta
ahora como actuando paralelamente sobre el estado mental y
el estado fsico. Dice sin embargo que debido a los procedimientos y a la ausencia de normas y pruebas estandarizadas,
debemos conformarnos con groseras aproximaciones. As,
pues, los mtodos que se disponen actualmente tienen la ventaja de permitir una mejor precisin a la hora de fijar la edad
mental (o el cociente intelectual) a la cual se debe recurrir
cuando se prepara el informe de los casos sometidos a tratamiento. Esta prctica permitir, por tanto, por una parte, la
determinacin del nivel al cual se encuentra el sujeto al comienzo de la intervencin, y por otra el seguimiento de los
progresos que se manifiestan, no slo desde el punto de vista
fsico, sino tambin desde el ngulo de la evolucin intelectual, en general, o de ciertas funciones psquicas en particular. De esta manera ser posible asegurar, gracias a un criterio que no sea el fsico, la eficacia del tratamiento y las modificaciones a realizar.
El sujeto estudiado por los Drs. O. y J. Decroly ha sido
examinado al comienzo del tratamiento por diferentes tests
mentales, con el objeto de determinar su edad mental (BinetSimon: 2; 10. Vermeylen 2; 0 a 3; 0). El tratamiento consista
en administrar al nio 10 centg. de tiroidina por da. Despus
de dos meses se notaba un progreso en la afectividad y en la
actividad prctica, mientras que un nuevo examen por medio
de tests mentales nq permita descubrir progresos en la inteligencia. Los autores se preguntaban si los tests utilizados no
eran lo suficientemente verbales para poder percibir una me(22) Dr. O. y J. DECROLY: Examen mental dans un cas de myxoedme infantile, Journal de Neurologie et de Psychiatrie, n. 6, 1929.
11.7
jora que tampoco se perciba en el lenguaje. Habra sido interesante seguir al nio y volverlo a examinar.
Citaremos a continuacin el artculo concerniente a un caso de insuficiencia motriz comprendido en el grupo B de la
clasificacin, es decir los irregulares en las funciones de relacin (23). No es posible reproducir aqu la exposicin del caso
que se trat de una forma completa (hbitos externos, reflejos, coordinaciones musculares, estudio del valor cuantitativo de las reacciones psicomotrices, del estadio intelectual por
los tests B-S, de la escritura, del dibujo, de la situacin
social). Limitmonos a sealar que se trata de un nio de
10;6, cuyo hermano estaba aquejado de transtornos parecidos, aunque menos acentuados, en el cual se observa la
ausencia de transtornos trpicos al nivel de los msculos,
reacciones elctricas normales, un aumento de la tonicidad y,
lo que puede sorprender, una ausencia de Babinsky, una disminucin notable del tiempo de" reaccin y sobre todo una dificultad casi insalvable' de adquirir las mltiples coordinaciones que hacen posible el lenguaje y la adquisicin de los conocimientos escolares, con la excepcin de algunos movimientos
muy torpes, por otra parte indispensables para la vida vegetativa o de relacin elemental (comer, coger, andar). El examen
de la inteligencia por los tests B-S le da una edad mental de alrededor 4:6. Los ocho tests que llev a cabo con xito son
pruebas que no exigen el lenguaje y las dificultades de orden
material que entorpecen todas las actividades del chico impiden de precisar el valor de sus funciones mentales superiores;
las reacciones sociales constituyen el nico elemento que nos
permite, sin embargo, admitir que estas funciones no han desaparecido ni mucho menos. Ahora bien, como dicen los
autores, stas se encuentran entre las ms delicadas e implican la intervencin de factores sensoriales, asociativos e ideatorios, los cuales requieren la integridad de las regiones cerebrales consideradas superiores; estamos, por tanto, forzados
(23) Dr. O. DECROLY y E. HENROTIN: Un cas d'insuffisance motrice, Journal de Neurologie. Vol. 13, n. 10, 20 mayo 1913, p. 181.
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En el tercer grupo el nacimiento es a menudo anormal, especialmente en el caso de ausencia o de retraso del habla, y
cosa interesante, la asfixia se presenta cinco veces en el nacimiento. Para los nios sin palabra las convulsiones son frecuentes; en relacin al proceso de aprender a andar el retraso
se presenta 11 veces en 16 casos. Los espasmos uni o bilaterales, as como los fenmenos pseudobulbares se presentan 5 veces cada 7 en los nios mudos (audimudos).
Sin llegar a medir el valor de estas constataciones, la simple enumeracin autoriza a los autores a insistir respecto al
gran inters que ofrecen para el pronstico y el tratamiento.
Manteniendo la clasificacin de los trastornos del habla,
el Dr. Decroly aade las consideraciones siguientes (27):
Despus de la incapacidad, los trastornos pueden ir desde
el hecho de servirse de smbolos abstractos y de frmulas generales del dbil, hasta el mutismo total del idiota. Sin embargo, la insuficiencia de la palabra no es proporcional a la debilidad mental; cuando se encuentran intactos los centros auditivos y motores del lenguaje, la imitacin y el aprendizaje
pueden conseguir que los dbiles profundos y los imbciles
adquieran un cierto vocabulario y lleguen a utilizar frmulas
corrientes. Por otro lado, pueden existir nios inteligentes
que sean mudos debido a razones sensoriales o motrices.
El Dr. Decroly llama la atencin sobre los tipos de nios
aquejados de demencia infantil, a menudo de origen especfico y que puede asimilarse a la parlisis general del adulto; en
estos casos, la palabra es posible mientras que la inteligencia
puede descender al nivel del idiota.
Finalmente, la clasificacin reproducida anteriormente ha
sido completada por la indicacin de los trastornos del habla
(27) Dr. O. DECROLY: La traitement e l'ducation des enfants irrguliers. Bruselas, 1925, p. 40.
123
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determinar la forma de distinguir cada una de estas dos enfermedades mentales. Si las dificultades de diagnstico se presentan ya para el caso del adulto, ellas se convierten en particularmente importantes, y a la vez de un alcance primordial
cuando se trata del nio.
Sabemos que en el caso de la demencia se trata de la prdida de las funciones que anteriormente han estado activas,
mientras que en el caso del idiota se trata, en cambio, de una
ausencia de desarrollo de estas funciones.
Despus de confrontar las opiniones de diversos autores,
el Dr. Decroly pone de relieve el gran desacuerdo que existen
entre ellas. Se pregunta entonces sobre la justificacin de
mantener los dos trminos, puesto que no puede haber diferencia entre los signos de una idiotez congnita y los de una
demencia sobrevenida repentinamente, por lo cual propone la
adopcin de una nomenclatura ms precisa en la que se indique la forma y el grado de dficit mental, su carcter estacionario, progresivo o regresivo, etc.
Nuestro autor (31) observa, por otra parte, que parece haberse admitido un primer hecho, es decir, que existen formas
de dficit, sobre todo en el nio, que deben distinguirse de la
idiotez, puesto que aparecen despus de un estado completa o
relativamente normal; entre stas podemos mencionar:
1) La demencia epiltica muy a menudo progresiva en la
medida que las crisis son ms o menos numerosas.
2) La clemencia paraltica o parlisis general infantil
que se presenta en los heredosifilticos.
3) La demencia secundaria subsiguiente a la encefalitis
epidmica.
(31) Drs. O. y J. DECROLY: La dmence chez l'enfant, Journal de
Neurologie et de Psychiatrie, n. 8, agosto 1929.
128
dos al desarrollo de sus aptitudes, sea a una educacin e instruccin que sobrepasaba ampliamente sus posibilidades
mentales, abusando de procedimientos abstractos y verbales
para inculcar los hbitos morales? Se pregunta tambin si los
sntomas iniciales de demencia no eran simplemente fenmenos psicopticos incorporados a un estado de mbecibilidad y
desarrollados posteriormente por medidas educativas inadecuadas.
En suma, el diagnstico queda en suspenso y todo se concluye, segn el Dr. Decroly, en que no se trata de una verdadera demencia ni, sobre todo, de una idiotez y que debemos
esperar a la pubertad para emitir una opinin definitiva. Dicha opinin es confirmada en un estudio subsiguiente concerniente al mismo sujeto (32), despus del empleo durante un
ao de procedimientos .educativos apropiados a la naturaleza
especfica de este caso. El nuevo examen ha permitido registrar progresos sensibles desde el punto de vista mental y prctico, desde el ngulo de la vida escolar, la edad mental, el lenguaje, el dibujo y las coordinaciones voluntarias.
Estas observaciones estn totalmente de acuerdo con las
conclusiones emitidas anteriormente, segn las cuales no se
trata ni de un caso de idiotez ni de demencia, sino de una forma de debilidad mental con predominio de inteligencia prctica y trastornos en la expresin verbal voluntaria.
Entre los nios irregulares debe reservarse un lugar especial para los nios perezosos. El Dr. Decroly habla de ello en
un artculo (33), en el cual seala especialmente: puesto que
el trmino pereza presenta la forma de unos trastornos que
(32) Drs. O. y J. DECROLY: Dmence et idiotie chez Penfant, Journal de Neurologie et de Psychiatrie, n. 6, junio 1930.
(33) Dr. O. DECROLY: La paresse comme symptme d'affection crbrale, Boletn de la Socit Royale des Sciencies Medicales el Naturelles de
Bruselas, 6 de marzo 1905.
131
parecen de una determinada naturaleza, es evidente que en este sntoma aparecen un gran nmero de modificaciones que
tienen poca relacin con al andar del nio, las cuales merecen
una precisin mayor.
A travs de sus trabajos sobre la determinacin de los orgenes de la pereza, nos indica en primer lugar la influencia de
la clase y a continuacin la fatiga fsica o mental, produciendo la torpeza y el retraso de las funciones de relacin (pereza
psicolgica) y finalmente ciertas condiciones higinicas y morales.
Al lado de estas causas encontramos otras que son inherentes a los trastornos del organismo o a las funciones directrices de las actividades de relacin. Nuestro autor escribe en
este sentido: Es a menudo perezoso aquel que est dbil, enfermizo o amenazado de una enfermedad, el convaleciente,
el que presenta alteraciones de la nutricin (afecciones crnicas), aquel que tiene pesadillas en el sueo debido a causas
que no son relativas a la moral ni al ambiente. Cabe citar, por
otro lado, las afecciones especialmente nerviosas y mentales,
las cuales, sin provocar modificaciones nutritivas generales,
generan un retraso en las funciones psicomotrices: nos referimos particularmente a las afecciones variadas que alcanzan
los rganos nerviosos centrales: la histeria, las psicosis en forma melanclica, ciertas sicastenias (Janet), demencias o debilidades intelectuales (imbecilidad, idiotez) de forma
astnica.
El Dr. Decroly estima que existe un interesante captulo
de la semiologa que merece un estudio especial y, con el fin
de aportar una contribucin a este estudio, describe un caso
de pereza sintomtica debida a una afeccin cerebral. Se trata
de un chico de 12;6, diagnosticado de perezoso por los maestros y los padres. Por lo que hace referencia a los antecedentes, no se encuentra nada especial, mientras que su examen ha
revelado una hemiparesia con ausencia de trastornos sensiti 132
Desde un punto de vista lgico, podemos defender perfectamente esta clasificacin, una vez establecido que se tiene en
cuenta que al lado de los casos tipo existen numerosas formas
de transicin y que ciertas afecciones pueden considerarse a la
vez desde dos o tres ngulos diferentes.
Si comparamos las clasificaciones de las anomalas mentales en el adulto y en el nio, nos apercibiremos que existe
poca relacin entre estas dos especies de clasificacin y apenas se observan equivalencias. Ello no excluye, sin embargo,
la existencia en el nio de enfermedades mentales similares a
las del adulto. Dice nuestro autor que en el nio como en el
adulto aparecen trastornos de origen infeccioso (delirios agudos, confusin mental); encontramos tambin formas de
afeccin prximas al manaco o al melanclico; existen igualmente estados orgnicos (tumores, epilepsia sintomtica,
etc.), pero su nmero es muy pequeo en comparacin con
otras formas.
He aqu las razones que justifican una clasificacin diferente de los trastornos mentales del nio y del adulto.
I. Unas son de orden psicogenticoy psicodinmico, especialmente:
1.
2. Son necesarias ciertas funciones mentales para permitir la eclosin y el desarrollo de las dems funciones.
El Dr. Decroly trata de ilustrar estas dos leyes pasando revista a los diversos signos de la clasificacin por l propuesta
y se pregunta cules son los diferentes factores que influyen y
cmo influyen sobre el desarrollo cerebral.
a) Cmo los trastornos fsicos crean estados de insuficiencia mental:
Si el funcionamiento del cerebro est en relacin con el
136
estado escrufuloso, el desarrollo del cerebro depende igualmente de este estado y las consecuencias sern ms graves,
puesto que si las modificaciones en la leche del nio pueden
alterar por un tiempo ms o menos largo el funcionamiento
de un cerebro que ha llegado a un desarrollo completo, dificultarn con ms razn su evolucin normal y podrn provocar un estado de insuficiencia caracterstico y definitivo.
Ejemplo: el mixedema slo tiene repercusiones en el rendimiento del cerebro en cantidad, sin modificar la calidad en el
caso del adulto, en cambio tiene un efecto desastroso sobre el
estado mental del nio.
b) Cmo los trastornos sensoriales crean estados de insuficiencia mental:
Respecto a este punto, el Dr. Decroly seala que, mientras
en el adulto los defectos sensoriales no inciden sobre las causas de los trastornos mentales, al contrario, el papel de la vista y del odo es de tal importancia en las primeras etapas del
desarrollo que una prdida un poco seria, y sobre todo la prdida total, crea unas condiciones del todo particulares a este
desarrollo, lo cual, sin compensaciones a menudo difciles de
realizar de una forma completa a travs de la educacin, conduce al disminuido, retrasado, anormal en diversos grados.
c) Cmo los trastornos motores crean estados de insuficiencia mental:
El movimiento es indispensable para la formacin de las
primeras ideas y para la armona del trabajo mental; sin accin no existen sensaciones vanadas, sin accin no existen
ideas acabadas o mltiples, sin accin no se pueden controlar
dichas ideas, sin accin no se adquieren hbitos que desarrollen la inteligencia para responder adecuadamente a los estimulantes mltiples, materiales y sociales del medio. El nio
que tiene dolencias ms o menos graves desde el punto de vista del movimiento, desde su nacimiento o poco despus, en
137
Por otra parte, no podra ser de otra forma porque ciertos estados mentales del adulto aparecen por primera vez en la infancia.
Cabe ponerse de acuerdo respecto a la limitacin de edad
de la psiquiatra infantil, sin perder de vista que en realidad:
1.) Existe un perodo transitorio entre la infancia y la
edad adulta, perodo durante el cual las anomalas del nio
van asociadas a las del adulto.
2.) Existen sujetos que no llegan jams a adultos (los
infantiles) o que slo se convierten en adultos en parte, por lo
cual presentan necesariamente manifestaciones caractersticas de la infancia a lo largo de toda su vida.
3.) Finalmente cabe sealar que algunos sntomas mentales de la infancia slo se presentan excepcionalmente en el
adulto, puesto que, en la mayora de los casos, el sujeto muere antes de los quince o veinte aos, nos referimos especialmente al caso del mongolismo.
Sin embargo, debido a las numerosas razones de orden
terico y prctico anteriormente citadas, las dos psiquiatras
no pueden superponerse y deben seguir caminos diferentes,
aunque tengan evidentes puntos de contacto.
Examinaremos ahora las caractersticas del diagnstico en
el caso de las irregularidades de los nios, en la obra del Dr.
Decroly, teniendo en cuenta que ms adelante consagraremos
un captulo especial a su contribucin a la solucin del problema de los tests mentales.
Insiste previamente respecto la necesidad del examen de
los nios irregulares en estos trminos: Slo con un completo examen de los nios retrasados y anormales nos ser posible aplicar un tratamiento mdico-pedaggico racional y til.
Slo gracias a dicho examen ser posible declarar en ciertos
141
142
pero que, sin embargo, slo pueden servir como signo de presuncin de inferioridad intelectual. Las fronteras pueden
aplicarse con ms seguridad en el caso de una clase compuesta en su mayor parte de retrasados por causas de tipo cerebral
congnito o adquirido, que aqullas en las cuales son mayora
los retrasados por causa del medio. Nuestro autor seala especialmente que adems de las fronteras de Binet, que podramos llamar inferiores, parece que existen igualmente
fronteras superiores. Ello, por otra parte, est relacionado
con lo que conocemos de la mentalidad de los nios afectados
de gigantismo e hidrocefalia.
En 1906, el Dr. Decroly (41) realiza nuevas investigaciones sobre 33 nios, nmero evidentemente limitado para llegar a una solucin definitiva del problema, pero cabe tener en
cuenta que se trata de casos observados desde muy cerca y durante un tiempo prolongado. En este caso, el coeficiente intelectual est basado sobre los resultados de los tests de BinetSimon.
La mayora de las conclusiones de esta nueva experiencia
confirman los resultados de la anterior, especialmente los datos suministrados por las medidas antropomtricas realizadas
en los 33 nios, afectos de deficiencias fsicas, de trastornos
del carcter y de insuficiencia mental y se corresponden con las
que nos ofrece Binet. Estas nuevas investigaciones nos demuestran una vez ms que existe una frontera superior, pero
que ms all de los lmites de la frontera superior, difcilmente encontraremos irregulares.
(41) Dr. O. DECROLY: Contribution au diagnostic des irrgularits
mentales. Les frontires anthropomtriques des anormaux d'aprs M. BINET, Journal de Neurologie, 1906. Ver tambin Dr. O. DECROLY: Intelligenzmessungen bei normalen und abnormalen kindern. Bericht ber den II.
Congreso de Psicologa Experimental de Wrzburg. Vol. 18 bis 21. Abril 1906
p. 187.
143
Es en su calidad de mdico-director del Instituto de Enseanza Especial, como mdico de enseanza especial de Bruselas y como Jefe de Servicio de la Policlnica de dicha ciudad,
que el Dr. Decroly, tras una rica experiencia, se dio cuenta de
la necesidad de explorar los nios, de establecer un plan para
su examen y de definir los mtodos de investigacin.
A este efecto, elabor desde 1906 un cuestionario para
guiar a los encargados de realizar el informe mdicopedaggico de los nios (42). Este cuestionario fue objeto de
mejoras y perfeccionamientos, aconsejados por su puesta en
prctica en medios diversos y en circunstancias variadas. Por
otra parte, en 1912, en colaboracin con el Dr. Henrotin, el
Dr. Decroly propuso un nuevo informe mdico-pedaggico,
ms completo, ms preciso que los precedentes y en el cual se
ha intentado que el examen en toda sus facetas se efecte con
la mxima profundidad posible (43).
Aunque despus de 1912, a la luz de los progresos de la
psicologa, y sobre todo de los nuevos mtodos de investigacin, se han elaborado otros tipos de informes, no vamos a
reproducir este cuestionario; nos limitaremos, pues, a ofrecer
una descripcin somera.
Dicho informe est preparado bajo la forma de ocho tablas sinpticas, en la primera de la cuales figuran todos los
datos que hacen referencia a la vida del nio con anterioridad
a la fecha del examen (estado civil, antecedentes, influencias
mesolgicas). La segunda considera el estado fsico tal como
se nos revela a travs del examen directo del nio, sin necesidad de recurrir a los datos que ste nos puede facilitar. El ter(42) Dr. O. DECROLY: Questionnaire pour servir la confection du
dossier mdico-pdagogique, La Policlinique. Vol. 15, 1 agosto 1906,
p. 225.
(43) Dr. O. DECROLY y E. HENROTIN: Le dossier mdicopdagogique, La Policlinique, 1912.
144
2.) A las aptitudes ms especialmente intelectuales a retener, asociar, reflexionar, juzgar, razonar.
3.) A la actividad inhibidora y voluntaria..
Aade adems que estas pruebas mentales, que permiten
una apreciacin previa a toda observacin, no son, sin embargo, susceptibles de evidenciar una serie de elementos patolgicos de la mentalidad que tienen una importancia de pri 146
mer orden. Sin duda dice, el mtodo a seguir no ha adquirido an una precisin suficiente para ofrecernos resultados satisfactorios para todos los desidertums, puesto que es
necesario, sin duda, extender las pruebas a escoger, fijar la
tcnica y la manera de apreciar los resultados.
Si bien esta afirmacin conserva an una cierta parte de
verdad, podemos sealar que en este momento disponemos
ya de pruebas suficientes para evidenciar la mayor o menor
influencia primitiva del element mental en el acto propio del
delito, lo que permite preparar para el juez la documentacin
necesaria relativa a la naturaleza del sujeto y al educador para
aplicar las medidas convenientes para cada caso.
Para terminar el estudio de la importante contribucin del
Dr. Decroly a la solucin del problema del examen mental de
los nios anormales, reproducimos a continuacin su plan general para el mtodo de examen, publicado en 1925 (45), que
puede rendir sealados servicios:
1. MEDIO: ambiente material, familiar, social:
a) desde el punto de vista material (higiene, alimentacin);
b) desde el punto de vista intelectual (influencias sobre
las ideas, los conocimientos, etc.);
c) desde el punto de vista afectivo o moral (la educacin
recibida, los ejemplos, las torpezas, los hbitos adquiridos).
2. ANTECEDENTES Y ESTADO ACTUAL DE LOS
PADRES: padre (edad, profesin, enfermedades, accidentes,
inteligencia, moralidad, instruccin, influencia educativa),
madre (edad, profesin, enfermedades, accidentes). Datos
sobre los abuelos y colaterales.
(45) Dr. O. DECROLY: Le traitement et l'ducation des enfants irrguliers. Bruselas, 1925, p. 55.
147
temblores, movimientos atetsicos, de baile de San Vito, reflejos, tics, etc.; calidad del movimiento. Examen de los movimientos generales: coordinacin (sincinesia), equilibrio, rapidez, precisin, disociacin de movimientos simtricos,
coordinaciones de la boca (labio-gloso-farngeas), oculares,
manuales, del andar, transporte de objetos, etc.
d) Examen intelectual.
A.
Examen rpido:
I Cuantitativo:
1.
2.
3.
//. Cualitativo:
Ejemplo segn Vermeylen escalonado para
Edades mentales de 3 a 12 aos.
B. Examen lento:
Examen detallado de las diversas funciones:
Atenciones (para intereses inmediatos y lejanos).
Memorias (de fijacin, reproductiva; memorias
objetivas, verbal, intelectual.
Percepciones, comparacin.
Asociaciones inferiores y superiores.
Razonamiento, aptitud de sntesis.
Invencin, combinacin, clasificacin, esquematismo.
(47) Ver XXI Yearbook of the National Society for the Study of Education. Bloomington. Illinois, 1921.
149
Crtica, simbolizacin.
Examen especial del lenguaje.
e) Examen afectivo: instintos, emociones, sentimientos,
comportamiento, globalizacin.
0 Examen pedaggico: vocabulario de comprensin y
de expresin (v. lenguaje). Clculo, aritmtica; lectura; ortografa, redaccin; dibujo; trabajos manuales; msica, canto;
conocimientos de la vida corriente; geografa e historia; aplicacin, conducta, reacciones diversas.
Aunque en este trabajo nosotros nos limitamos al estudio
de las investigaciones psicolgicas del Dr. Decroly, no podemos dejar de sealar algunas de las opiniones esenciales concernientes al tratamiento de los nios irregulares.
Recordaremos en primer lugar que existe la conviccin
que se pueden mejorar un gran nmero de estos nios mediante procedimientos educativos apropiados y llegar a conseguir si no nios normales, por lo menos en un estado que no
sea una carga o un peligro para sus semejantes.
Sin embargo, no resulta suficiente que la sociedad se ocupe de aquellos que tienen unas necesidades ms apremiantes
de proteccin (deficientes, ciegos, sordos, idiotas,
hurfanos), para los cuales se han creado establecimientos especiales, es necesario adems que nos ocupemos de aquellos
que estn afectados en menor grado, que son tambin los ms
perfectibles, los cuales estn actualmente abandonados a s
mismos (48).
Segn el Dr. Decroly (49), las razones principales para lu(48) Dr. O. DECROLY: L'assistance de l'enfance anormale, Informe presentado al Congreso de Amberes para la asistencia familiar de los alienados, 1902.
(49) Dr. O. DECROLY: Le traitement et l'ducation des enfants irrguliers. Bruselas, 1925, p. 9.
150
En la calle puede tambin ser perjudicial para el nio normal la presencia del nio anormal, especialmente cuando este
ltimo no est suficientemente vigilado.
Vemos, por tanto, que la accin de los anormales repercute de una manera ms o menos inmediata y marcada sobre la
sociedad. Pero la accin social no se para aqu: los anormales
constituyen primero como nios y despus como adultos un
peligro que va ms all del crculo de la escuela y de la familia.
Ahora bien, escribe Dr. Decroly, muchos de ellos son
susceptibles por medio de un rgimen educativo apropiado y
suficientemente precoz, sino de bastarse enteramente por s
solos, desempear por lo menos algunas funciones adecuadas
a sus escasas aptitudes.
Por otro lado, las investigaciones llevadas, a cabo sobre
los anormales, desde el punto de vista mdico y pedaggico,
presentan un gran inters, no slo para los propios nios, sino igualmente para la educacin y la preservacin de los nios normales. De la misma forma que el estudio de las enfermedades ha servido para enriquecer considerablemente
nuestros conocimientos en el campo de la anatoma, fisiologa y biologa, el de los anormales est destinado a desvelar
un gran nmero de enigmas psicolgicos perturbadores y
ayudarnos al descubrimiento de la maravillosa mecnica del
pensamiento y de los sentimientos, del sueo y de la
accin. (50).
Si se admite que con la ayuda de procedimientos adecuados, de una cultura consciente de sus recursos intelectuales,
del carcter y de la constitucin de los nios irregulares, se
llega a transformar a stos y hacer de un ser que pareca desti(50) Dr. O. DECROLY: Le traitement et l'ducation des enfants irrguliers. p. 14.
152
nado a vegetar, a ser una carga o un perjuicio, una unidad social til, capaz de bastarse por s mismo o no ser por lo menos
causa de trastornos, de disgustos o de deshonores en la familia y la comunidad, cabe preguntarse quin debe ocuparse de
la educacin de estos nios.
El Dr. Decroly (51) est convencido que el mdico puede
rendir grandes servicios, constatando a su debido tiempo las
lagunas que dificultan el desarrollo integral de un nio, previniendo los padres sobre el alcance de dicha constatacin e indicndoles las medidas a tomar. El mdico no puede desinteresarse del diagnstico y del tratamiento de estas anomalas
tan frecuentes y esquivar su responsabilidad a base de tranquilizar a los padres con la promesa de un cambio milagroso
en la edad de la razn, en la pubertad o en otro momento crucial. Es necesario, pues, que al lado de la psicoterapia se implante la aplicacin del mtodo denominado mdicopedaggico o ortofrenopedia. A este respecto, el Dr. Decroly
describe sumariamente doce casos, escogidos entre muchos
otros, en los cuales seala el tratamiento aplicado y los resultados obtenidos. Ello nos permite juzgar sobre mltiples aspectos de la intervencin mdico-pedaggica y sobre las numerosas ventajas que puede ofrecer.
En la lucha contra la degeneracin y contra sus mltiples
consecuencias, la intervencin del mdico debe ser, segn
nuestro autor (52), profilctica y teraputica a la vez, el concepto teraputico implica en este caso el tratamiento mdico y
el tratamiento pedaggico. El mdico no slo debe limitarse a
la investigacin de los orgenes de la enfermedad y de intentar
(51) Dr. O. DECROLY: La Mdico-Pdagogie, Anales de la Socit
de Mdecine de Gantfe. Vol. 84. Libro Jubilar ofrecido al profesor R. BODDAERT.
(52) Dr. O. DECROLY: Prparation du personnel medical des classes
et coles d'enseignement special, La Policlinique. Vol. 15, n. 18, 15 septiembre 1906, p. 273.
153
154
libre o granja-escuela), dando gran importancia a la educacin manual y profesional, agrcola o industrial, segn los
medios y los casos, para todos aquellos que poseen aptitudes
suficientes.
c) Posibilitando la clasificacin racional gracias a uno o
diversos organismos centrales anlogos a los de los manicomios para alienados.
d) Provocando la creacin de internados municipales,
comarcales o provinciales (tipo escuela al aire libre o mejor
an granja-escuela), para poder absorber las diversas categoras de jvenes que reclaman una educacin alejada de su medio social y preconizando el sistema de colonias familiares para aquellos que no pueden incorporarse en ningn momento a
la vida social.
e) Reclamando para el mdico la participacin en la direccin e inspeccin de estos organismos encargados de recibir y atender las diversas categoras de irregulares (ciegos,
sordos, deficientes, dbiles de espritu, alienados, criminales,
hurfanos).
f) Impulsando y extendiendo la accin de las consultas
paidotcnicas destinadas a ofrecer a los padres consejos
mdico-pedaggicos.
El Dr. Decroly insiste en el hecho que, el mdico para
cumplir esta misin debe estar especialmente preparado y que
las universidades deben tomar la iniciativa de organizar una
enseanza en vistas a formar mdicos escolares, cuya carrera
debera seguir exclusivamente este camino.
Como ya hemos sealado anteriormente, adems de prevenir la enfermedad, es necesario poner los remedios adecuados, curarla si es posible o como mnimo atenuarla.
155
Con este objeto, el Dr. Decroly ha establecido con un cuidado particular un proyecto de tratamiento mdicopedaggico y, sobre todo, de organizacin escolar, destinado
a los irregulares, en el cual se prev una estrecha colaboracin
entre el mdico y el pedagogo (54). El ideal sera dice
que los organismos en los cuales la disciplina, el programa y
el rgimen sean apropiados a los diversos casos posibles, reciban las diversas clases de irregulares, pero que stos estn relacionados entre s de tal manera que, de una forma permanente, los sujetos que no convienen a unos puedan ser enviados a otros. De esta manera, se producira una especie de sedimentacin ms o menos perfecta y ms o menos rpida y
podra, probablemente, evitarse el gran inconveniente que
puede representar una clasificacin prematura. La organizacin en su conjunto tendra una flexibilidad y una maleabilidad tales que todos los tipos acabaran encontrando el medio
y el gnero de vida ms conveniente tanto par ellos como para
la sociedad.
Desde el punto de vista psicolgico, resulta interesante
examinar las consideraciones del Dr. Decroly relativas al tratamiento y a la educacin de los nios irregulares. El distingue:
a) El tratamiento fsico que comporta todas las medidas, intervenciones, medicaciones que pueden ejercer una influencia sobre el estado de las funciones vegetativas y que es
competencia del mdico y del enfermero.
b) El tratamiento mental y social (instruccin y educacin propiamente dichas), que es competencia del educador;
consiste en sacar partido de las actividades mentales, a favorecer el desarrollo de las aptitudes intelectuales y las disposi(54) Dr. O. DECROLY: Prophilaxie et traitement de l'enfance anormale. Le role du mdecin..., op. cit.
156
progreso debe considerarse desde el ngulo de la interpretacin, la agrupacin, la simplificacin de las sensaciones ms
que sobre sobre su perfeccionamiento propiamente dicho.
El Dr. Decroly infiere de ello que no deben abandonarse
los ejercicios sobre los sentidos, los cuales ms que desarrollar los sentidos por s mismos, independientemente de toda
relacin con las nociones de finalidad, de relacin con los dems, deben permitir, sobre todo, el enriquecimiento real del
espritu y aumentar su capital de ideas o de capacidad de accin. Por ello los ejercicios con los sentidos deben integrarse
preferentemente otros ejercicios aparentemente ms intelectuales y ms complejos y a la vez que ms objetivos y consecuentemente ms interesantes.
Recordemos que el Dr. Decroly ha publicado, junto con
Melle Monchamp (55), un opsculo que trata de los juegos
educativos en vista a la iniciacin intelectual y motriz y en el
cual los autores intentan responder a las necesidades antes
descritas.
2) La educacin motriz. En este punto, el Dr. Decroly se
basa sobre el hecho que desde el. punto de vista biolgico el
movimiento constituye naturalmente la respuesta a un estimulante y que para efectuarlo segn las reglas es necesario
que tenga el punto de partida en una excitacin, bajo la forma de un estimulante perifrico y sobre todo de un estimulante representado por las necesidades, los sentimientos y las
ideas fuerza.
Aplicando este principio a los anormales de movimiento,
los diversos tipos de dbiles motores, los sujetos afectos de
hemipleja, de parapleja, etc., el Dr. Decroly establece que
los tratamientos fsicos: masaje, gimnasia pasiva y activa,
(55) Dr. DECROLY y Mlle. MONCHAMP: L'initiation l'activit ineHectuelle et motrice par les jeux ducatifs. Neuchtel-Pars, 1922.
158
electroterapia, etc., resultan incompletos y simplemente pasajeros, si se olvida que rpidamente y tan a menudo como sea
posible estos actos han de estar al servicio de la satisfaccin
de las tendencias. Entre estas tendencias, la necesidad de movimiento y la necesidad del juego o la imitacin, el amor propio y la emulacin constituyen importantes ayudas para el
xito del tratamiento.
Cuando faltan estas tendencias o cuando ellas son satisfechas por el entorno, sin tener en cuenta los deseos de actuacin del nio o que dicho entorno no facilita los movimientos
del nio, la posibilidad de progreso son, por as decirlo, nulas.
La educacin motriz comprende varios aspectos, siguiendo la etapa de desarrollo alcanzado por el nio, la extensin y
el grado de la insuficiencia, pero en todos los casos sigue la
regla siguiente: descubrir o despertar las necesidades, los deseos, las curiosidades, lograr la aplicacin de los movimientos
posibles a la satisfaccin de sus necesidades y aumentar gradualmente los grados de dificultad a medida que los movimientos sean ms fciles.
3) La educacin afectiva corresponde generalmente a lo
que llamamos educacin moral o del carcter.
El Dr. Decroly, antes de preguntarse sobre el carcter que
debe presentar la educacin afectiva, plantea las siguientes
premisas:
1) La vida mental del ser humano, y muy especialmente del nio, est dominada en gran parte, si no exclusivamente, en primera lnea por las tendencias primitivas i esenciales, en
segundo orden por los hbitos; esto nos lleva a afirmar que
uno de los estimulantes por excelencia de la vida mental es de
origen interno.
159
160
des enfants
anormaux.
Secelle y Dekock (57), Mlle Hamide (58), Boon (59), Dalhem (60) y otros nos ahorran que seamos ms explcitos. Nos
limitaremos, pues, a recordar que el Dr. Decroly insiste sobre
el hecho que para los idiotas y los imbciles profundos, no
podemos plantearnos la educacin intelectual, porque no
existen los mecanismos de la formacin de las ideas, incluso
concretas, y con mayor razn abstractas, as como tampoco
el juicio y el razonamiento. Para estos nios, los ejercicios
tienen como objetivo el desarrollo motor, las tendencias afectivas inferiores, los hbitos elementales, con el fin de que
constituyan el menor estorbo posible o de posibilitarles la realizacin de algunos servicios inferiores pero indispensables.
Al contrario, para los dbiles y los que presentan lagunas
especficas, la educacin intelectual es muy importante, los
principios en que se basa esta educacin son expuestos en los
trabajos anteriormente mencionados.
Lo que acabamos de explicar nos demuestra que, desde
hace ms de cuarenta aos (61), el problema de los nios
anormales atrae la atencin de los mdicos, los pedagogos y
los psiclogos, que han unido sus esfuerzos para descubrir los
tipos, establecer los medios de diagnstico, precisar los tratamientos a aplicar.
Segn el Dr. Decroly (62), los mayores progresos realizados en diversos sentidos provienen especialmente del resultado de tres factores:
1. ) Una mayor comprensin del desarrollo psquico del
nio, que permite descubrir aquello que hace falta al retrasado y al dbil de espritu.
As, por ejemplo, los sntomas observados en el caso de la
demencia infantil se comprenden mejor si los observamos a la
luz de las nociones sobre la evolucin de las primeras reacciones sociales, de las formas iniciales de la imitacin, de las
reacciones llamadas negativas.
De igual manera, las anomalas afectivas, el robo, la mentira, se comprenden mejor a travs de los trabajos sobre el desarrollo de las manifestaciones instintivas y de los sentimientos en los nios pequeos.
Las formas de debilidad mental y sus manifestaciones se
conocen mejor tambin gracias a los estudios seguidos desde
diversos ngulos sobre la funcin global (estructura o Gestalt), sobre el razonamiento de la causalidad (Piaget), sobre el
lenguaje espontneo (Kats, Piaget).
2.) El progreso de los mtodos de examen (tests) han
permitido abordar las cuestiones relativas a los defectos de la
inteligencia en la infancia con una herramienta til, ms precisa y sobre todo ms prctica que todas las utilizadas hasta
entonces.
3. ) La orientacin menos formalista y ms biosocial de
los sistemas de educacin que se derivan de un cmulo de influencias, entre las cuales juegan un papel determinante los
propios progresos de la psicologa gentica y los mtodos de
seleccin sealados hace poco.
(62) Dr. O. DECROLY: Les enfants irrguliers et l'intelligence, Pro
Juventute. Vol. 10, n. 2, febrero 1929, p. 40.
162
las de Rousseau o las de Dupanloup (65); Lombroso tiene razn cuando afirma que es necesario mirar hacia el eugenismo
para realizar antes que nada la mejora de la raza.
Si por el contrario, la herencia es accesoria y el medio todopoderoso, todo depende entonces de la atmsfera familiar,
de la escuela, de los maestros, del ambiente social, y, por tanto, todos los esfuerzos deben dirigirse en este sentido; hay posibilidades de xito incluso en los casos ms desesperados;
desde esta perspectiva, la salud debe encargarse a los educadores y los administradores de la ciudad.
En vista de ello, nos importa ahora saber quin en realidad lleva razn.
El Dr. Decroly estima que, como ocurre en otros casos de
divergencia entre los hombres, en verdad, con la excepcin
de algunos espritus exagerados y simplistas, la mayora de
aquellos que han observado los hombres de cerca y se han
ocupado de la educacin, conservando el espritu crtico, se
han dado cuenta que cada uno de los factores tiene una parte
de influencia, y que esta influencia no es la misma segn consideremos las aptitudes esenciales de la inteligencia o del carcter o si se trata del ejercicio de estas actitudes y especialmente de la adquisicin de los hbitos, que juegan un papel
importante para triunfar en la vida.
Es por ello que no est de acuerdo con el Dr. Healy (66),
segn el cual la herencia no ejerce influencia sobre las disposiciones morales, sobre el carcter del individuo, y que acepta
(65) El pedagogo francs FLIX DUPANLOUP, obispo de Orleans
(1802-1876), puede considerarse como una anttesis de ROUSSEAU. Su pedagoga se caracteriza por la gran importancia que se atribuye a la autoridad
y al respeto (nota del traductor).
(66) H. H. ANDERSON: Les cliniques psychologiques pour l'enfance
aux Eas-Units et I'oeuvre du Dr. Healy. Neuchtel-Pars.
164
liers.
(70) Dr. O. DECROLY: Le irailenwnt el l'c/iiaition des enfants irrguB r u s e l a s . 1925, p . IX.
168
169
nos cules son las condiciones del medio en el cual vive, cules son las funciones fisiolgicas donde radica, cules son los
fenmenos de orden nervioso que constituyen los puntos de
partida de las manifestaciones psquicas, especialmente si el
feto es capaz de sensaciones, de emociones, de actividades diversas de conciencia (2).
El medio est constituido por el lquido amnitico, ligeramente salado, cuya densidad es superior a la del agua; este lquido, ms o menos abundante, aisla el feto de la pared uterina y gracias a ello se amortiguan en gran manera los choques.
El Dr. Decroly observa que esta vida acutica tiene consecuencias importantes sobre la esttica del nio: el volumen
del feto, de alrededor de 3 kilogramos, poco ms o menos 3
din., pierde casi todo su peso en el cuerpo de la madre y adems son dbiles las presiones ejercidas sobre la superficie cutnea, por las paredes sobre las cuales reposan las distintas
partes de su cuerpo.
A la vez, bajo la influencia de las modificaciones de la presin sangunea, de la posicin de pie de la madre, de las contracciones uterinas, de los choques, del estado de pltora de la
vejiga, del intestino, en caso de trastornos mrbidos, de los
tumores o de los lquidos que se desarrollan en sus proximidades, el feto puede sufrir pequeas variaciones de presin procedentes del tero. Debido a que dichas presiones se transmiten uniformemente por toda la superficie cutnea, a travs di
los lquidos, cabe suponer que no se produce o se produce en
grado menor el despertar de las sensaciones tctiles.
Respecto a las dems sensaciones posibles, es poco probable que pueda ejercitarse la vista, que sea afectado el odo,
que tenga ocasin de funcionar el olfato. Por el contrario, el
gusto podra ser ya estimulado puesto que el lquido amniti(2) Recordamos una vez ms que debemos situarnos como si furamos
contemporneos de DECROLY (nota del traductor).
170
He aqu la cuestin que nos pone rpidamente el Dr. Decroly: cules son las sensaciones internas percibidas por el
feto y a continuacin puede el feto verse impresionado por el
hambre?
Puesto que el feto recibe el lquido nutritivo a travs de la
placenta y que este lquido que suministra la madre tiene
una composicin relativamente constante, se llega a la conclusin que el feto no podr encontrarse en ningn momento
en estado de subnutricin que provocara el hambre y los reflejos que la acompaan, siempre y cuando la madre no sea
buena transmisora, no est bien nutrida, no tenga una sangre
normal o que la permeabilidad de la placenta est afectada
por un proceso patolgico. Se sabe, por otra parte, que los
signos del hambre en el recin nacido no aparecen hasta despus de pasadas algunas horas del alumbramiento, ya que el
nio lleva una reserva de sustancias nutritivas.
De todo ello deduce nuestro autor que el nio ignora probablemente la existencia del hambre antes de su nacimiento y
que adems tampoco conoce la sed.
Por lo que hace referencia al conocimiento del fro y el calor, se puede afirmar que no se percibe an la necesidad de regularizar la temperatura.
El feto ignora, igualmente, la necesidad de aire, ya que su
sangre est en todo momento suficientemente oxigenada.
Por el contrario, es probable que tenga ocasin de experimentar la necesidad del sueo como consecuencia de la fatiga
que se deriva, sea de una repercusin de la fatiga de la madre,
sea de sus propias actividades como respuesta a la necesidad
de movimiento. Las madres se dan cuenta, por otra parte,
que el nio est en algunos momentos ms inquieto y en otros
ms tranquilo, es decir, que hay perodos de actividad y otros
de reposo.
172
3. Las modificaciones resultantes del paso del medio lquido al medio gaseoso: el nio se vuelve torpe bruscamente;
antes de nacer pierde el peso del lquido que desplaza. Ahora
que recobra total o casi totalmente su peso real, se presenta
una diferencia muy marcada en su esttica, en su equilibrio y
tambin en los esfuerzos necesarios para remover las diferentes partes del cuerpo.
4. Aquellas que sobrevienen en el sistema circulatorio:
una vez se ha interrumpido la comunicacin entre el nio y la
madre, aqul debe respirar por s mismo y por ello enviar sangre a los pulmones; ello implica que la obertura que existe en
el tabique que separa las dos aurculas (agujero de Botal) se
mantenga abierto hasta el fin del transporte, se cierre y que la
sangre sea enviada hacia el ventrculo derecho.
Estas modificaciones que acabamos de sealar son la resultante inmediata del nacimiento; el Dr. Decroly nos indica
igualmente las que constituyen la consecuencia mediata,
aquellas que tienen incidencia sobre la funcin digestiva y sobre las glndulas internas. Nuestro autor piensa que al lado
de las funciones de evacuacin no se producen grandes modificaciones, el recto, probablemente, y la vegija, seguramente,
habrn tenido ya ocasin de vaciarse en la cavidad uterina.
Despus del estudio de estas modificaciones fisiolgicas,
el Dr. Decroly examina los nuevos mecanismos nerviosos que
se originan y en primer lugar aquellos que responden a las necesidades de oxgeno: ello puede ya manifestarse en el momento del parto si aparece una amenaza de asfixia en el curso
de una intervencin un poco prolongada; ello se traduce en
agitaciones violentas y repetidas de la caja torcica y en contracciones del diafragma.
La necesidad de equilibrio trmino, determinada por estimulaciones del fro, conlleva reacciones adecuadas, comprendidos los fenmenos vasomotores y musculares.
176
La necesidad de alimento y agua, que constituye el hambre y la sed, es menos acuciante que las anteriores; sabemos
que la organizacin est preparada para vivir de sus reservas
durante un tiempo bastante largo, las cuales en el nacimiento
pueden ser tales que el beb no reclame alimentos durante
varias horas y que pueda esperar la subida de la leche materna. El nio manifiesta su deseo mediante gritos, que muy
pronto toman un carcter perfectamente especfico. Si pocos
instantes despus del nacimiento damos al nio leche o agua
azucarada templada, l lo acepta sin que se note ninguno de
los gestos que acompaan la ingestin de una sustancia acida,
amarga o desagradable.
Al lado de la necesidad de alimentacin debemos situar la
necesidad de evacuacin, que tiene lugar espontnea y rpidamente en el recin nacido normal, sin que sean necesarias
unas condiciones particulares del medio.
Entre las necesidades que se satisfacen espontneamente,
al margen del medio externo, el Dr. Decroly seala tambin
las necesidades de movimiento y de sueo. La necesidad de
movimiento, poco manifiesta en los primeros momentos,
pronto se mostrar imperiosa, por lo menos en el nio que
goza de buena salud.
Se puede decir que estas diversas necesidades constituyen
estimulantes especficos y que originan mecanismos especficos?
Pero al lado de las sensaciones instintivas o internas existen otras estimulaciones posibles, procedentes esta vez del
medio externo, las cuales excitan los rganos de los sentidos:
se trata de las sensaciones externas.
A la hora de nacer, las sensaciones de la retina estn reducidas a su ms simple expresin: la herramienta visual es slo
un receptor pasivo, solamente capaz de defenderse contra un
177
178
ger sobre los prematuros de siete meses, el Dr. Decroly constata que el gusto est completamente equipado desde el nacimiento. Las escenas que ha podido filmar muestran que en
los recin nacidos el agua azucarada templada origina movimientos de succin y provoca una fisonoma que expresa satisfaccin (mientras que una solucin de quinina o de quasina, as como el vinagre, tienen como efecto una mueca significativa, ningn movimiento de succin, sino ms bien de rechazo), hechos que constituyen pruebas evidentes.
Despus de las observaciones de Preyer (7), Shinn (8),
Tracy (9), Scupin (10), Dix (11), Canestrini (12), que confirman las del Dr. Decroly, ste seala que la sensibilidad al
contacto es muy clara a nivel de la lengua y de los labios. La
crnea es igualmente muy sensible y su contacto comporta
una viva contraccin del prpado. Igualmente, el roce con la
cara, la frente y las ventanas de la nariz comportan reflejos
significativos.
La sensacin de fro en la superficie de la piel provoca
reacciones desde el nacimiento. Ciertos autores, entre ellos
Genzmer (13) y Canestrini, han podido observar a este respecto reacciones tpicas. Preyer ha constatado que el bao en
(7) W. PREYER: L'ame de Venfant (traduccin al francs de H. de Varigny). Pars 1887. (La obra original fue publicada en 1881. Hay una traduccin castellana de 1908, publicada en Madrid por Daniel Jorro, editor. Nota
del traductor.)
(8) M. W. SHINN: Notes on the Development of a Child. Berkeley,
1909.
(9) F. TRACY y J. STIMPFL: The Psychologie ofChildhood. Boston,
1909.
(10) E y G. SCUPIN: Bubi's erse Kindheit. Leipzing, 1907.
(11) K. W. DIX: K'rperliche und geistige Entwicklung eines Rindes.
Leipzig, 1911.
(12) S. CANESTRINI. Op. cit.
(13) A. GENZMER: Untersuchungen ber die Sinneswahrnehmungen
des neugeborenen Menschen (Disertacin, 1873). Halle, 1882.
179
fro resulta poco agradable para el beb, y el propio Dr. Decroly ha filmado nios en los cuales ha podido observar reacciones caractersticas, especialmente movimientos de las piernas y de los brazos cuando ellos son descubiertos, y de sensacin de bienestar cuando, inmediatamente despus, se les sumerge en un bao de agua caliente.
En relacin a la sensacin doloroso cutnea, que debe distinguirse de las sensaciones dolorosas procedentes del interior
del organismo, Genzmer pretende que las inyecciones o similares no son percibidas por los recin nacidos normales hasta
pasados uno o dos das. Los golpes, en cambio, se perciben
mejor. Las experiencias de Canestrini muestran que la sensibilidad al dolor y a la corriente elctrica son mnimas en el recin nacido. La piel de los labios es la que recibe las reacciones
ms fuertes.
La mayora de las experiencias, sobre todo las de Preyer y
de Canestrini, demuestran que el olfato parece ser el sentido
menos desarrollado. Sin embargo, las experiencias de Genzmer con la asa ftida muestran ciertos reflejos fisionmicos.
El Dr. Decroly, a pesar de todo, objeta, al igual que Preyer,
que, especialmente, no se haban tomado las debidas precauciones para evitar otras sensaciones tctiles y trmicas. Advierte adems que desde el punto de vista del olfato, el nio
participa mucho menos que diversos animales, como el gato, el
perro, el conejo, y ello teniendo en cuenta el lbulo del olfato
del nio y el papel que juega el olfato en su vida adulta.
El Dr. Decroly se pregunta si el recin nacido tiene reacciones motrices, si los msculos, las articulaciones, los tendones, constituyen ya el punto de partida de las estimulaciones
provocadas por su desplazamiento, su comprensin, su distensin o su contraccin. Decroly piensa que estas sensaciones deben ser admitidas de la misma forma que lo han sido en
el caso del feto. Todo lo que se puede aadir es que aqullas
180
183
rios durante el sueo a partir de un mes despus dei nacimiento, el Dr. Decroly llega a la siguiente conclusin: Desde el
nacimiento, y precisamente donde los mecanismos estn mejor equipados y ms dispuestos para cumplir una funcin importante, los sistemas nerviosos centrpetos y centrfugos estn en conexin y actan al unsono; se puede llegar adems a
la conclusin que el sistema nervioso de la vida afectiva elemental o vegetativa funciona en estrecha conexin con el de
la vida de relacin. Hay, pues, una especie de sinergia funcional que dominar todos los perfeccionamientos ulteriores de
los tiles destinados a la conservacin de la vida. Deberemos
tambin intentar descubrir esta sinergia funcional en las manifestaciones ms evolucionadas del psiquismo infantil, con
el fin de comprender la evolucin y, sobre todo, adivinar en
qu sentido deberemos actuar para favorecer el desarrollo.
En este momento podemos plantearnos la cuestin: Se
puede hablar de conciencia en el recin nacido?
El Dr. Decroly responde a ello: No si entendernos por
conciencia el signo complejo que caracteriza los fenmenos
mentales del ser que es capaz en el mismo momento de comparar el mundo interior y el mundo exterior, el yo y el no yo,
pasado y presente, e incluso de proyectar este yo y este no yo
en el futuro. S, se trata de la forma especial que toman ciertas sensaciones que dan el sello de ser ya menos nuevas, menos extranjeras, menos aisladas tambin y que presentan el
carcter de percepciones, es decir, de sensaciones reconocidas. No vale la pena insistir en el hecho que se trata de un dbil resplandor de conciencia, pero conciencia al fin y al cabo,
puesto que de miles de resplandores parecidos surgira un da
el alba, despus el pleno esplendor de la conciencia
completa.
De todo lo dicho hasta ahora se desprende principalmente
que en el nio, un ser an sobre todo medular y bulbar desde
184
numerosos mecanismos necesarios para la vida, especialmente los de la respiracin, de la absorcin, de la nutricin y
los reejos del gusto estn preparados. Por otro lado, a los
siete meses est ya muy desarrollado el sistema nervioso.
No se ha llegado a elucidar de una manera positiva si los
dos meses restantes son de por s necesarios para perfeccionar
el mecanismo til de la regulacin trmica. Slo los toclogos
podran responder a esta cuestin, pero en general estn poco
interesados por los problemas psquicos. En espera de una solucin a este problema, se pueden formular hiptesis capaces
de orientar la investigacin. El Dr. Decroly se pregunta entonces si el tiempo que pasa el feto dentro del tero ms all
de la poca normal de nacimiento no se utiliza pra perfeccionar la estructura cerebral y dar ms posibilidades al cerebro
para responder en el momento deseado y de la manera deseada a los excitantes a los cuales es sometido. La respuesta slo
se podra obtener comparando psquicamente un cierto nmero de prematuros de la misma edad con nios nacidos dentro del plazo normal, ello de acuerdo con igualdad de tiempo
de vida extrauterina y despreciando los casos netamente patolgicos.
Respecto a los anencfalos y a los anormales clsicos, basndose en el primer caso en las observaciones llevadas a cabo
por diversos autores, especialmente por Vaschide y Vurpas,
para los anormales clsicos en sus propias observaciones, el
Dr. Decroly afirma que, en lneas generales, no presentan diferencias en relacin a sus reacciones nerviosas principales. A
lo sumo seala como mximo el aspecto particular del crneo
para los anencfalos, para los anormales con trastornos cerebrales precedidos de traumatismos, siempre y cuando los
traumatismos no hayan sido demasido violentos, no hayan
comportado un estado ms o menos vecino al coma, ni que el
beb grite mucho ni que haya presentado eclapsia. En el caso
186
El Dr. Decroly (17) distingue entre la necesidad que se seala al individuo joven como una sensacin especial inconsciente, que provoca reacciones espontneas, y la necesidad
consciente (deseo), punto de partida de las reflexiones, de los
juicios, de los razonamientos que conducen a los actos o, al
contrario, a la interrupcin de dichos actos. Diferencia las necesidades instintivas relacionadas con las necesidades fisiolgicas estrechamente vinculadas a la conservacin del individuo y de la especie, y las necesidades habituales creadas por
las influencias que han actuado sobre el nio.
Al margen de la necesidad sensacin, el Dr. Decroly seala la expresin de necesidad, es decir, de una parte, los movimientos o actos instintivos derivados de una coordinacin
predeterminada de reflejos heredado, y de otra los actos habituales o hbitos, coordinaciones adquiridas por la imitacin,
la repeticin o por otros procedimientos educativos.
Hablando de necesidades, haremos alusin sobre todo a
las tendencias e impulsos naturales, provocados por sensaciones especiales, las cuales no procedan necesariamente de la
conciencia, haciendo abstraccin de los movimientos que las
exteriorizan; no podemos olvidar, sin embargo, que las reacciones exteriores son las que ms a menudo permiten reconocer la necesidad.
En la tabla que ofrecemos a continuacin reproducimos la
clasificacin general de los instintos propuesta por el Dr. Decroly:
(17) Dr. O. DECROLY Y G. VERMEYLEN: Smiolgie psychologique de l'affectivit et particulirement de i'affectivit enfantine, extrado del
volumen jubilar publicado en ocasin del L aniversario de la fundacin de la
Socil de Medicine Mentale de Blgica. Gante, 1920, p. 28. Ver tambin
Dr. O. Decroly: Quelques notions genrales sur l'volution affective chez
l'enfant. Bruselas, 1927, p. 10.
188
I.
II.
Instintos primarios:
A. Individuales: hambre, sed, necesidades orgnicas.
B. Especficos: a) Instinto sexual.
b) Instinto maternal.
c) Instinto parental.
C. Sociales: a) Simpata.
b) Instinto grupal.
Instintos secundarios:
A. Amor propio.
B. Instinto adquisitivo.
III.
IV.
Instintos de anticipacin:
A. Imitacin.
B. Juego.
I.
Instintos primarios:
el nio se encuentra en medio de condiciones privilegiadas debido a las precauciones familiares y sociales tomadas para alimentarle, refrescarle, protegerle contra el fro, facilitarle el
movimiento y la defecacin, podemos preguntarnos si ello es
absolutamente favorable para la conservacin de los mecanismos de prevencin y de defensa, especialmente en el caso de
que stos, debido a la falta de utilizacin, tengan entonces
una tendencia a ser utilizados sin objeto o como objetos de
lujo, los cuales no estn relacionados directamente con la
conservacin (18).
B. Instintos especficos:
a) El instinto sexual: Este instinto, en relacin con la
conservacin de la especie, no aparece de una forma caracterstica hasta la poca crtica de la pubertad, cuando empiezan
a funcionar las glndulas especficas: en nuestro mundo, de
10 a 14 aos en el caso de las chicas, de 13 a 16 aos en el de
los chicos.
Sin llegar a tan lejos como Freud y sus discpulos, que relacionan todas o casi las atracciones entre los individuos con
la libido, el Dr. Decroly sostiene que con anterioridad a la pubertad aparecen ya vestigios de atraccin intersexual, pero
que, salvo en los casos de anormalidad precoz o en los que el
medio facilita la eclosin de las preocupaciones sexuales antes
del momento fijado para el desarrollo natural, en la mayor
parte de los nios, dicha atraccin, cuando ella existe, est lejos de representar lo que significa para los adolescentes en el
momento de la transformacin fisiolgica.
El Dr. Decroly muestra la importancia que puede tener el
instinto sexual en la psicologa del nio y del adolescente debido a su notable influencia sobre la orientacin de las activi(18) Dr. O. DECROLY: Quelques notions genrales sur l'volution affective chez l'enfant, p. 13.
190
en el caso de las nias; por otro lado, la observacin de la nia permite afirmar que se trata de un instinto especfico, favorecido por la imitacin, al igual que la imitacin favorece el
instinto de la alimentacin en aquellos que tienen hambre.
c) La tendencia parental: Esta tendencia lleva al individuo a proteger los individuos ms jvenes de su especie, a
ejercer una vigilancia sobre ellos para tenerlos al abrigo de
cualquier peligro y alejarlos de los enemigos. Resulta difcil
precisar el momento en que aparece, pero podemos observarla ya en los nios pequeos cuando defienden a sus hermanos
menores, nios o nias, de los ataques o los dicharachos de
sus compaeros escolares. El Dr. Decroly la considera como
una extensin de la nocin del yo y del amor propio hacia los
seres que componen la familia y por consiguiente una transposicin de las tendencias defensivas hacia sta.
Cuando estn reunidos los jvenes, son frecuentes los hechos de tendencia parental, bajo la forma de manifestaciones
de proteccin.
La tendencia parental difiere claramente de la tendencia
maternal, en el sentido que aqulla pone su acento en la proteccin moral, previsora, preocupada ms por el futuro que
por el presente, dejando a un segundo trmino la proteccin
material, fsica inmediata. El Dr. Decroly admite, sin embargo, que la tendencia maternal o sexual podr constituir un
factor coadyuvante o preponderante de esta manifestacin de
proteccin y que, por lo tanto, resultar difcil a veces la
exacta definicin del papel que juega la tendencia parental en
los fenmenos observados.
C. Instintos sociales:
Todas las acciones y reacciones que constituyen el comportamiento social del nio se basan sobre la nocin del otro
y de s, conceptos similares, aunque diferentes. El Dr. De 192
croly llama antropognstica la nocin que poco a poco adquiere el nio de los seres humanos e indica adems las etapas
esenciales que caracterizan el desarrollo de esta nocin (19).
a) La simpata: La ms original, la ms primitiva de las
tendencias sociales es la atraccin ciertamente insconsciente
que impulsa al acercamiento entre individuos de una misma
especie o de especies diferentes y es el contrario de la hostilidad, del alejamiento, de la aversin innata o permanente qu
existe entre las especies, derivada del hecho que una constituye un peligro o un alimento para la otra.
En su forma ms simple, designamos esta atraccin con el
trmino gregarismo. Dicho trmino puede tomar aspectos diversos, segn las relaciones que se establezcan entre los individuos y la riqueza de su mentalidad. En el caso del nio, el
Dr. Decroly dice que el gregarismo deviene muy temprano
una especie de cosa muy compleja que se aproxima ya a un estadio de atraccin interindividual ms evolucionada, llamada
simpata.
Esta simpata pasa por diversas etapas: en principio toma
una forma pasiva que slo se traduce en una atraccin hacia
la persona cuya presencia se asocia con la satisfaccin de las
necesidades primordiales de conservacin individual. El nio
se contenta con recibir y seala su afecto con dificultad por
un simple signo de satisfaccin casi refleja (sonrisa, mirada
de ternura, brazo extendido, caricia, beso).
La aparicin de signos de simpata es bastante precoz en el
nio: la sonrisa a la vista o a la audicin de la voz de la madre
o de la nodriza (20), los signos de placer a la vista de otros ni(19) Dr. O. DECROLY: Comment s'acquiert chez l'enfant la connaissance de ses semblables, Boletn mensual de L'Institut de Sociologie Solvay
(Archives sociologiques), n. 15, mayo 1911, p. 234.
(20)
193
Cabe preguntarse si la forma ms evolucionada de la simpata no sufre alguna influencia de otras tendencias que pueden reforzarla o modificarla, como la inteligencia, la experiencia de otros factores.
El Dr. Decroly llega a la conclusin que la simpata infantil depende mucho, al principio, de los factores de orden fsico, perceptivo y que slo poco a poco van entrando en juego
otros elementos.
b) El instinto grupal: Hacia la edad de nueve aos empezamos a observar una especie de forma ms evolucionada de
la simpata, es decir, las manifestaciones del instinto grupal.
No podemos, sin embargo, confundir el instinto grupal con la
simpata, ya que no se trata de cambiar en plano de igualdad,
de recibir en funcin de lo que se da, sino ms bien de manifestaciones de atraccin entre diversos seres en vista de alcanzar un objetivo comn y bajo la direccin de un lder.
Si bien la simpata puede favorecer las formaciones grupales, ella no es del todo indispensable, desde el momento
que se pueden encontrar perfectamente bandas compuestas
de individualidades entre las cuales no existen o existen pocas
relaciones de simpata en tiempo normal y al margen de los
casos que estas bandas se han organizado para alcanzar un objetivo comn.
Aquello que caracteriza a la banda es la existencia de un
lder que puede actuar por simple egosmo (amor propio) o, al
contrario, estar animado del instinto grupal y sacrificarse por
sus subordinados a base de hacer respetar las reglas admitidas
o impuestas, desempeando los deberes que comporta su funcin y utilizando las prerrogativas que dicha funcin le confiere.
Este instinto puede presentar ciertas modalidades y manifestarse bajo diversos aspectos, segn los sexos, los caracteres
195
196
ms aplicados no son nunca conductores); el lder es conciliador, entusiasta, poco vanidoso, tiene confianza en si mismo,
es valiente y tiene prestigio por diversas razones.
En las bandas permanentes, el lder se impone por la seleccin natural. Podemos observar tambin en l cualidades de
iniciativa; el fundador del grupo es siempre el lder. Es frecuente que est en posesin de los objetos necesarios para los
juegos. Tiene adems numerosas amistades; tiene tambin
prestigio, que deriva en general de sus cualidades intelectuales
y morales ms que de su prestancia fsica.
El Dr. Decroly seala que la evolucin en la forma de
constitucin de los grupos y en la de escoger el lder muestra
la intervencin de factores de orden mental diferentes del instinto propiamente dicho y muestra tambin que, principalmente, en el lder este instinto no es suficiente para explicarnos su actitud ni su influencia.
II.
Instintos secundarios:
En oposicin a las tendencias primarias, el Dr. Decroly seala un grupo de tendencias que denomina secundarias y que
no se trata de otra cosa que de la extensin de las primeras.
Su objetivo.no se centra exclusivamente en el individuo fsico
o fisiolgico, sino ms bien en el individuo mental, moral,
aquello que los psiclogos denominan el yo, la personalidad.
a)
El amor propio.
Despus de esta primera constatacin, el Dr. Decroly pone la cuestin siguiente: se trata de un verdadero instinto diferenciado o nos encontramos simplemente con el propio instinto de conservacin individual, modificado, transformado,
extendido, gracias a la actividad intelectual y a las asociaciones resultantes de dicha actividad?
Entre las modalidades de amor propio, en las cuales han
sido favorecidas o reprimidas las manifestaciones, el Dr. Decroly menciona el espritu de dominio, la obstinacin, el enojo y la contradiccin, ciertas formas de timidez sealadas entre los tres y los cuatro aos. Piensa tambin que lo que llamamos el dsir de connaitre (deseo de saber todo lo que se relaciona con su entorno), debe relacionarse con el amor propio.
b) El instinto de propiedad o tendencia adquisitiva.
l Dr. Decroly lo considera como una forma del instinto
de conservacin, puesto que se aplica en principio a los objetos cuya funcin consiste en servir directa o indirectamente a
la satisfaccin de las necesidades esenciales de alimentacin,
de proteccin contra el fro, luego a todo aquello que permite
producir dichos objetos, en una palabra, a los objetos que se
relacionan con la necesidad del juego, es decir, a todo aquello
que constituye la propiedad material.
Bajo su forma primitiva, la tendencia adquisitiva se observa ya en los mismos animales inferiores, que ocultan lo
que recogen, almacenan sus presas, sea para su propia subsistencia o para la de su familia. Ello tambin se manifiesta precozmente en el nio cuando la madre quiere dar al beb insatisfecho el seno o la botella de leche y ms tarde cuando le
ofrece un juego preferido, un vestido, etc.
Bajo una forma ms evolucionada, el instinto de propiedad se extiende a entidades ms abstractas y mayormente vinculadas al sentimiento de amor propio, cuando se habla de la
199
propiedad de obras del espritu o del arte e incluso de la reputacin, de la libertad, de los derechos, etc.
A este respecto podramos decir que la tendencia hacia la
acumulacin de objetos dispares en un principio e idnticos a
continuacin, est relacionada con el instinto de propiedad:
ello es el origen de las colecciones que juegan un papel importante en la aparicin de ciertas aptitudes y la adquisicin de
un gran nmero de conocimientos.
III.
201
202
A primera vista se puede creer que ciertas mentiras, en lugar de ser una forma de los instintos de defensa, sean ms
bien una manifestacin autnoma a la cual se pueden asociar
estos instintos, de la misma forma que ellos se asocian a las
diversas otras tendencias. Se tratara, sin embargo, entonces,
o bien de formas patolgicas que se pueden relacionar con los
hbitos, o bien de casos que se explican por la imitacin y el
juego.
Es evidente que la inteligencia juega un papel primordial
en los diversos estadios de su evolucin en la forma que se nos
presentan las mentiras. Es a partir de ello que se puede explicar parcialmente la diferencia entre las mentiras de los pequeos y los mayores o los mltiples aspectos de las mentiras de
acuerdo con la forma dominante de la inteligencia.
El Dt. Decroly llama adems la atencin sobre el papel de
la experiencia o de los conocimientos.
El examina el hbito de la mentira bajo los tres aspectos
siguientes:
a) el hbito de la necesidad, el cual se convierte, cuando
es irresistible, en una obsesin.
b) el hbito del acto sin impulsin, que se convierte en
un tic cuando es igualmente irresistible.
c) el hbito de la necesidad y del acto combinados, que
darn obsesin doblada de tic.
Podemos, por tanto, encontrar este hbito bajo estos tres
aspectos;
1. Obsesin de la idea de mentir; se queda a nivel de necesidad sin pasar al acto y crea un estado de malestar resultante del conflicto entre la necesidad y la conciencia del mal
que debe derivarse.
204
2. Obsesin de hablar o de actuar en forma falsa, aunque ello no vaya acompaado de la idea; el acto es entonces
ms o menos impulsivo y constituye una especie de tic.
3.
El Dr. Decroly pone tambin de relieve el papel de la energa de la atencin, de los trastornos de percepcin y de los
trastornos motores dentro de las formas de mentira.
En ello se bordea la patologa de la mentira, problema que
no se ha incorporado en el trabajo en cuestin.
IV.
Instintos anticipativos:
2.06
Ejemplos: imitar el acto consistente en esconder y descubrir sucesivamente la cara (juego del cuco); imitar los movimientos de rotacin de las manos (acompaando una cancin); imitar los movimientos de la marcha, la escalada, el enderazamiento del cuerpo.
La imitacin de actos nuevos que no tienen relacin con la
satisfaccin de las necesidades.
Ejemplo: imitar los gestos (gimnasia, ejercicios laterales
de brazos, estirar la pierna hacia adelante, etc.).
3.
los tres aos, los'nios intentan la imitacin cuando el objetivo no es fcil de comprender o cuando se trata de una imitacin de una coordinacin sin objetivo.
La imitacin de los movimientos con objetos se presta mejor a las experiencias que la de los movimientos relacionados
con los actos instintivos, pero en cambio resulta menos factible que la de los movimientos cuyo objetivo es el transporte
del cuerpo en determinadas condiciones.
En el caso de las construcciones, se obtiene una graduacin de las dificultades haciendo construir primero segn un
modelo, despus un modelo completo y ms adelante el dibujo de un modelo.
La construccin segn el primer modelo es posible en los
nios ms inteligentes, hacia los tres aos, la del segundo procedimiento, hacia los cuatro aos y la del tercer procedimiento hacia los cinco aos.
Para el estudio de la imitacin en el nio, el Dr. Decroly
pone igualmente de relieve que los comienzos de la imitacin
son ms tardos que los del juego, ya que esta tendencia tiene
menos ocasiones para manifestarse por el hecho que implica
un modelo, rganos dispuestos a permitir la copia y un cierro
grado de energa de atencin.
Decroly insiste, finalmente, en el hecho que la imitacin
est siempre vinculada a la satisfaccin de los instintos y de
las tendencias y que, por tanto, no se puede encontrar un
ejemplo de imitacin que no est vinculado a una necesidad
innata o adquirida.
El Dr. Decroly exrJlica el mecanismo de una innumerable
cantidad de casos de imitacin sin necesidad aparente inmediata (p. ejemplo el nio imitando los gestos que tienen relacin con las comidas, cuando l acaba de comer), por la asociacin de la imitacin al juego.
210
211
Es evidente que la evolucin de las capacidades perceptivas y motrices interviene para permitir a las inuencias que
estimulan al medio para que ejerza su accin y a los movimientos necesarios para que se produzcan de una forma ms
o menos perfecta; as tenemos que el nio mal dotado desde
el punto de vista sensorial o motor, no podr satisfacer el deseo del juego de la misma manera que el nio que est bien
dotado desde estos ngulos.
El Dr. Decroly insiste sobre el papel del juego en tanto
que preparacin necesaria para la actividad adulta y pretende
que la oposicin entre el juego y el trabajo no est justificada,
puesto que entre dichas actividades existe una gama ininterrumpida de ocupaciones, que van de la ms agradable a la
menos agradable en s misma, de aquella en que el objetivo es
el menos consciente a aquella que es el ms consciente y de
aquella cuyo inters es el ms prximo y el ms inferior, a
aquella en la cual el inters es el ms alejado y el ms elevado.
Del hecho que la misma ocupacin pueda ser considerada como juego o trabajo, segn los individuos o las circunstancias,
se puede inferir que el trabajo difiere esencialmente del juego,
no por la propia forma de la ocupacin, sino porque su objetivo es consciente, a menudo alejado e indirecto y que la ocupacin no es agradable por s misma; en cambio, para el juego, el objetivo es ms o menos inconsciente, ms bien prximo y directo y la ocupacin agradable por s misma.
El Dr. Decroly adems del mrito de haber propuesto una
clasificacin de los instintos, ha insistido sobre el valor biolgico y fisiolgico de cada uno de ellos, en una palabra de haber estudiado por la observacin y la experimentacin su evolucin y los diferentes,aspectos que presentan los instintos en
el curso de dicha evolucin y, sobre todo, al haber intentado
poner en evidencia las asociaciones y los conflictos entre las
tendencias instintivas. Es a partir de aqu, que le ser posible
explicar las mltiples reacciones de los nios y de los indivi 212
hecho de no tener otra cosa para meterse en la boca representa una humillacin.
El Dr. Decroly nos ofrece ejemplos de oposicin entre los
instintos primarios individuales y los especficos o sociales
(simpata y amor propio), entre el instinto sexual y los instintos primarios y secundarios (frecuente en los adolescentes). El
asimila el mecanismo de esta neutralizacin o fenmeno de
inhibicin, ya que las tendencias atenuadas o eclipsadas no
son por ello aniquiladas definitivamente, salvo si el hbito ha
creado una especie de nueva estructura. A pesar de todo, la
asimilacin completa a la inhibicin descrita en fisiologa nerviosa parece difcil, ya que la accin inhibidora es, en este caso, recproca. El Dr. Decroly tambin llega a la conclusin
que la hiptesis de un acaparamiento de la atencin o de la
energa nerviosa en provecho del instinto ms fuerte, cuadrara mejor con los hechos; la necesidad ms intensa canalizara
la mayor parte de su fuerza en provecho propio para manifestarse y satisfacerse y que, por consiguiente, quedaran menos
para los dems. En favor de esta explicacin, el Dr. Decroly
hace valer el derecho de las variaciones de las necesidades en
el curso de un mismo da y en los mismos individuos.
Se sabe que las tendencias evolucionadas, complejas, dan
lugar a los sentimientos. Ahora bien, cuando stos, sometidos al control de la inteligencia, entran en conflicto, nos encontramos en presencia del caso de conciencia, que para
nuestro autor es la indecisin cre'ada por la competencia de
varias tendencias, una de las cuales es un sentimiento, ya que
est inuenciada por la reflexin y susceptible de ser descartada o escogida despus de un examen de las ventajas o inconvenientes que de ello podran resultar.
Estos nos lleva a preguntarnos sobre lo que entiende el
Dr. Decroly por inteligencia y cmo determina su papel.
214
Al igual que los instintos ms evolucionados, la inteligencia asocia su accin a la de los instintos y puede modificar sus
manifestaciones espontneas, hasta tal punto que ellos se
transforman perdiendo algunas veces su apariencia original.
El resultado de esta accin es lo que llamamos sublimacin o
tambin intelectualizacin de los instintos, en la cual los mecanismos ms favorables parecen ser, en primer lugar, la imitacin, despus su forma animal hasta la sugestin y la conviccin que es la posesin de todos los elementos conscientes
que sirven de base para la accin (35).
De ello se deduce que, si la inteligencia puede ponerse al
servicio de los instintos, es igualmente cierto que se encuentra
en situacin de servirse de los instintos. As pues, bajo la influencia de la inteligencia, el amor propio puede transformarse en sentimiento del honor, de la dignidad; el instinto maternal puede mudarse por una tendencia previsora, ms razonable, sacrificando el bienestar material inmediato por resultados educativos ms preciosos, ms alejados y ms tardos; la
atraccin simptica puede convertirse en un sentimiento superior basado en la estimacin recproca.
Por otro lado, resulta inimaginable para el Dr. Decroly,
que, librados slo a nuestros instintos innatos, seamos capaces de abnegacin, de sacrificio en el orden cvico, patritico,
lumanitario.
Los actos complejos de herosmo podran explicarse por
nedio de las influencias instintivas derivadas, pero esta deriacin resulta difcil de explicar sin la intervencin de la integencia que, gracias a su poder de sacar partido de los recueros para dar soluciones a los nuevos problemas, se da cuenta
e los acontecimientos, comprende su significacin y combi(35) Dr. O. DECROLY: Comment l'ducation intellectuelle contribue
sublimer les tendances Pour l'Ere Nouvelle, vol. 2, n. 8, 6 octubre 1923,
116.
216
na las respuestas que tiene que dar y los actos que debe
realizar.
Pone entonces el Dr. Decroly el problema de la oposicin
entre el instinto y la inteligencia.
De la misma manera que se admite que todas las transiciones se encuentran entre el reflejo y el instinto y que un aumento de la intensidad de excitacin es suficiente para pasar del
uno al otro, de la misma forma que existen actos que hacen la
transicin entre aquellos que dependen de instintos inferiores
y de otros que dependen de los instintos superiores, hay igualmente reacciones que hacen la transicin entre aquellas que
dependen de instintos verdaderos y las que dependen de la inteligencia: tales seran las reacciones complejas descritas bajo
el nombre de actos de ensayo y error (en los animales de
Thorndike) o de los actos globales (en los monos de Khler).
El Dr. Decroly concluye: no hay probablemente hiato entre los fenmenos psquicos debidos claramente a la inteligencia y los que, sin discusin, son de naturaleza instintiva; se
debe admitir adems una recproca influencia de los instintos
sobre la inteligencia y de sta sobre los instintos.
Finalmente el Dr. Decroly pasa revista a los casos ms tpico de la accin de la inteligencia sobre los instintos, con el
fin de mostrar la importancia de esta influencia y de interpretar qu ocurre cuando las modificaciones sufridas por los instintos dependen a menudo del conflicto o de la asociacin de
las tendencias instintivas, ellas dependen sobre todo del papel
de la inteligencia. Nosotros slo reproducimos aqu elprimer
ejemplo referente al instinto nutritivo; gracias a la inteligencia, que tiene en cuenta las experiencias personales, el nio rechaza un alimento o una bebida que, a pesar de tener un gusto agradable, le ha indispuesto; gracias a la inteligencia, que
tiene en cuenta las experiencias de los dems, el nio rechaza
un alimento que sabe que ha indispuesto a otro; gracias a la
217
218
asimilacin la encontramos, por otro lado, en la propia etimologa de la palabra (cura = cuidado, inquietud).
Para otros, sera una tendencia intelectual (Prez), un
sentimiento intelectual (Ribot), una especie de apetito intelectual (Prez y Queyrat).
Segn el Dr. Decroly esta definicin aboga por la influencia de la inteligencia ms que por el hecho que la curiosidad
constituya un instinto especial. Adems, cuando Queyrat (37)
intenta diferenciar los diversos tipos de curiosidad, no hace
otra cosa que mostrar de una manera evidente que ella acompaa un instinto esencial.
En conclusin, el Dr. Decroly no encuentra argumentos
claros en favor de la existencia de manifestaciones independientes en la curiosidad, manifestaciones que no pertenecen
ya a los propios instintos. No se puede admitir tampoco que
haya asociaciones de tendencias con la curiosidad, ni que la
curiosidad se superponga a las tendencias a la manera de los
instintos anticipativos (imitacin y juego) ya que, cada vez
que hay combinaciones del primer gnero, cada tendencia
puede, sin embargo, observarse aisladamente; por otra parte,
la asociacin de un instinto anticipativo modifica claramente
las manifestaciones de la tendencia esencial. Ahora bien, en el
caso de la curiosidad, adems de no encontrarse sola, no vemos que aada algo especficamente nuevo a las tendencias
que acompaa. En realidad, examinando dichas tendencias,
constatamos que cada vez que no son satisfechas en el momento de su aparicin, se traducen en signos que pueden relacionarse con la curiosidad. La forma de la curiosidad variar
con cada tendencia que ella revela, sin que podamos encontrar otra cosa en comn que el hecho que se pongan en tensin
los rganos sensomotores y mentales en general, en vista a satisfacer la necesidad en un plazo mnimo. En este fenmeno,
(37)
219
220
221
222
El factor efectividad dominado por el factor temperamento es uno de los componentes de las fuerzas que ponen en movimiento los instintos y, por otro lado, los instintos tienen
una accin de vuelta sobre el temperamento. Desde este punto de vista, se pueden distinguir diversos tipos de nios:
1) El tipo activo egosta: este nio ser travieso, goloso,
sin preocupacin hacia los dems, salvo para explotar su simpata; se convertir fcilmente en un pequeo dspota, aunque amar el juego y la experimentacin; tendr inters por
las primeras materias, los animales, los objetos mecnicos,
los nios de su edad, por todo lo que se mueve y bulle.
2) El tipo aptico altruista, opuesto al tipo precedente,
pero que es ms bien raro de encontrar, un caso ms bien terico.
Entre estos dos tipos hay toda una gama de tipos intermedios.
3) El tipo activo altruista, que constituye el tipo ideal, ya
que sus tendencias simpticas estaran servidas por reservas
de energa suficientes y podran, por consiguiente, manifestarse con fuerza. Slo se manifiesta a la edad de 8 a 10 aos,
en la cual los instintos especficos nacientes, as como el instinto grupal, vendrn a equilibrar la accin de los instintos individuales.
4) El tipo aptico egosta, representado frecuentemente
por el nio dbil, incapaz de actuar por debilidad fsica crnica, que tiene constantemente necesidad de los dems y que vive como un parsito, sin que se muestre por parte de los dems ninguna manifestacin de simpata ni de inquietud.
El Dr. Decroly menciona la inteligencia como tercer factor que interviene en la diferenciacin de los intereses.
Se admite que en estos casos existe un posible inters por
las actividades ms especficamente intelectuales, Lo que im 224
porta, sin embargo, es mostrar la accin de la inteligencia sobre los intereses en sentido inverso, en relacin con las tendencias y los instintos. Bajo este punto de vista, la inteligencia, adems del papel de freno, puede tambin ejercer un
efecto positivo estimulante y cuando el pensamiento se convierte en creencia, opinin, conviccin, ella constituye una
palanca capaz de sustituir a las palancas naturales representadas por las tendencias nativas y, por consiguiente, equilibrar
la accin de stas. La inteligencia puede tambin orientar,
cambiar la direccin espontnea de las tendencias por las influencias que ella ejerce sobre su orientacin, haciendo derivar hacia actividades menos instintivas la energa que de esta
forma se ahorra.
Mezcladas con las caractersticas de los tipos extremos,
identificadas anteriormente, obtendremos:
1) El activo y el pasivo egostas, inteligentes;
2) El pasivo egosta inteligente; el perezoso hbil puede
conseguir que se acepte su pereza y su parasitismo;
4) El activo altruista inteligente: Es el tipo perfecto, capaz de actos solidarios, de trabajo perseverante, continuo, en
vistas a una finalidad elevada. No aparecer de forma totalmente clara hasta la edad de 10 a 12 aos.
Los elementos precedentes, determinantes en el proceso
de formacin de intereses en el nio, estn muy directamente
relacionados con los factores hereditarios. Por tanto, para
que ellos se manifiesten deben encontrar en el medio condiciones favorables.
Al margen de esta influencia extrnseca, el Dr. Decroly seala los factores intrnsecos, secundarios que pueden jugar en
ciertas circunstancias un papel capital; tales son, en primer
lugar, las aptitudes sensomotrices que entran en juego para
favorecer o entorpecer las manifestaciones del nio. Segn
225
que las aptitudes sensomotrices sean o no desarrolladas facilitarn o frenarn la manifestacin y la realizacin de los intereses y, por consiguiente, ayudarn u obstaculizarn su desarollo.
El lenguaje constituye otro factor intrnseco que puede ser
tambin un obstculo o un factor que coadyuve a la exteriorizacin de ciertos intereses; el propio lenguaje puede ser adems una fuente autnoma de inters. Hay nios que tienen un
verdadero deseo innato hacia el habla y pueden tener tambin
una tendencia hacia la reflexin sobre el lenguaje, con lo cual
ste se convierte en su inters dominante. Aquellos que adquieren el manejo completo de varias lenguas con facilidad,
presentan este tipo de inters dominante. Por otro lado, las
dificultades en el lenguaje hablado o escrito pueden llevar al
nio a buscar una superioridad en los deportes, los juegos, el
dibujo, los trabajos manuales.
El Dr. Decroly piensa que es necesaria una gran prudencia
para poner una etiqueta a un acto determinado, una actitud
de un nio, puesto que el inters aparente no se corresponde
siempre con el inters latente y que muy a menudo ste es enmascarado por las influencias del da, las cuales neutralizan
los apetitos apremiantes. Para definir un inters, debemos conocer como mnimo:
a) el estado de la constitucin y de la salud del nio;
b) Si el nio es activo o no (temperamento);
c) si el nio es egosta o altruista (es decir, si la simpata
activa supera el egocentrismo);
d) si el nio es inteligente;
e) si sus sentidos y sus movimientos estn bien desarrollados y se asocian debidamente (sobre todo visuales y manuales);
226
Segn el Dr. Decroly, las concepciones psicolgicas behavioristas, as como el movimiento en favor de la aplicacin de las pruebas mentales (tests), han conseguido llamar la
atencin de una serie de investigadores dedicados al nio pequeo y de provocar estudios experimentales sobre las reacciones en diferentes etapas de su desarrollo (46). Ello permite
fijar de una manera ms segura el momento en que aparece tal
(46) Dr. O. DECROLY: L 'elude du petit enfant par l'observation el l'expmenation. Bruselas, 1929.
227
o cual reaccin como trmino medio en el nio pequeo, controlar las bioui alias individuales, establecer el grado de desarrollo (adelanto o atraso) de un caso determinado, la determinacin de la existencia de anomalas graves en el recin nacido, si oye, ve, resiste de una manera adecuada los diversos estimulantes del mundo exterior, la previsin de si el nio ser
un superdotado, un retrasado, un anormal.
Es con este objetivo que el Dr. Decroly ha hecho balance
de las pruebas establecidas despus de la aplicacin a grupos
de nios bastante numerosos para permitir considerar las etapas del desarrollo como parte constituyente de normas y llegar a la conclusin sobre si el nio pertenece o no al grupo
medio. En el desarrollo de las coordinaciones motrices, l ha
examinado especialmente las que conciernen a:
a)
b)
c)
to.
A. La aprehensin bucal: El mecanismo de la aprehensin bucal se encuentra perfectamente a punto en el momento
del nacimiento y su carencia constituye un signo importante
de anomala. La imposibilidad de tomar el pecho, de efectuar
la accin de succin o de tragar el lquido aspirado puede ser
debida a diversas razones:
1) El nio es demasiado enclenque, demasiado raqutico
para hacer el esfuerzo de succin;
2) Existe un obstculo en la respiracin a consecuencia
de las vegetaciones o debido a otro motivo;
3) La aspiracin resulta difcil o imposible debido a una
anomala del labio o del paladar (pico de liebre, pico de
lobo);
-
228
4)
lar un alimento dentro de la boca, o que los labios pueden situarse en la posicin deseada para soplar voluntariamente,
hasta aquella que el nio puede situar la lengua en la situacin correcta para producir la diversas articulaciones que son
necesarias para el lenguaje, la imitacin de determinados ruidos, el manejo de instrumentos de viento, etc.
Basndose en los trabajos de Ch. Bhler y de H.
Hetzer (47), as como en sus propias observaciones, el Dr.
Decroly ha fijado las etapas principales de las reacciones que
acompaan la toma de alimento, caso particular de la aprehensin asociada al instinto nutritivo.
Estas etapas son:
En el nacimiento, el nio chupa cuando se le tocan los labios, traga leche y produce pequeos sonidos vocales.
Durante el primer mes: la cabeza se vuelve hacia los senos.
Del 1. al 2. mes: la cabeza busca el seno y los labios se
impulsan hacia adelante.
Del 3. al 4. mes: el nio mordisquea los objetos que se
introducen en su boca; se agita cuando ve la botella y abre la
boca a la vista de una cuchara.
Del 4. al 5. mes: el nio toma la botella con las dos manos.
Del 5. al 6. mes: l comienza a masticar.
Del 6. al 7. mes: l mantiene el alimento en l boca y come un pedazo.
(47) Cr. BUHLER y H. HETZER: Inventar der Verhaltungsweisen des
ersten Lebensjahres. Jena, 1927. Ch. BUHLER, H. HETZER, B. TUDORHART: Soziologische und Psychologisque Studien ber das erste Lebensjahr. Jena, 1927. Ch. BUHLER y H. HETZER: Kleinskindertests Entwicklungsests vom I bis 6 Lebensjahr. Leipzig, 1932.
230
231
El Dr. Decroly llega a la conclusin que los prpados desde las primeras horas de la vida responden a casi todos los tipos de estimulaciones un poco vivas, no slo externas, sino
tambin internas. No tardan, sin embargo, a presentarse fenmenos ms importantes relacionados con los ojos que testifican la actividad de stos en vistas a la exploracin del mundo exterior.
Partiendo de las investigaciones llevadas a cabo por H.
Hetzer y K. Wolf (48), A. Gesell (48), Jones (50),
Kuhlman (51), Simn (52) y de sus propios trabajos, el Dr.
Decroly ha determinado las etapas siguientes en el desarrollo
de las coordinaciones visuomotrices.
Al nacimiento, los ojos se mueven, generalmente, muy
poco y slo excepcionalmente siguen un objeto brillante que
se desplaza lentamente de derecha a izquierda e inversamente;
a menudo la mirada es vaga.
En el curso del 2. mes se observa en el nio medio la fijacin de un objeto brillante, y hacia los 50 das este nio medio
puede seguir este objeto o un rostro iluminado situado en el
eje de los ojos y que se desplaza lateralmente; el nio puede
tambin continuar mirando durante unos segundos en la direccin de un objeto desaparecido que ha estado siguiendo.
(48) H. HETZER y K. WOLF: Babytests, Zettschrift fr Psychologie, vol. 107, 1928, p. 62.
(49) A. GESELL: The mental growth ofthe pre-school child. New Haven, 1925.
(50) M. C. JONES: The development of early behavior patterns in
young children, Pedaggica/ Seminary, vol. 33, 1926, p. 537.
(51) F. KUHLMANN: A handbook of mental tests. Baltimore, 1922.
(52) Th_. SIMN: Les deux premieres annes de Penfant, Socil libre pour l'Etude psychologique de l'Enfant, vol. 16, n. 2, enero-febrero
1916, p. 41.
232
233
235
de defensa, de aprehensin pasiva o de los movimientos espontneos sin un objetivo de adaptacin exterior.
Hacia los 3 meses: se comienzan a observar ensayos de
aprehensin activa; el roce con los objetos, las partes de cuerpo o las personas que se aproximan al nio provoca signos de
inters (expresin de alegra en los ojos y en los rasgos de la
cara).
Hacia los 4 meses: el nio puede coger algunas cosas con
las manos, pero sin utilizar los dedos; l agarra un objeto en
oposicin incompleta al pulgar; mueve un objeto que se le pone en la mano al mismo tiempo que lo mira; comienza a tomar los objetos que toca sin necesidad de verlos; aguanta por
un momento un cubo con la mano; se lleva la mano a la boca
intencionadamente y no por casualidad.
Hacia los 5 meses: se saca de encima una sbana que cubre su cuerpo en el momento que se le acuesta; intenta coger
con una mano o con las dos un objeto que se le tiende y lo rodea con sus dedos; cuando se le quiere quitar un sonajero
puede retenerlo.
Hacia los 6 meses: frota dos objetos entre s cuando se los
ponen a su alcance; levanta un trozo de ropa que le cubre la
cabeza cuando se le acuesta de bruces; coge el borde de una
mesa cuando se la aproximamos; empieza a coger con toda la
mano una ficha colocada encima de la mesa; coge durante un
momento dos objetos, uno en cada mano, sin dejarlos caer.
Hacia los 7 meses: coge al mismo tiempo un objeto y
aquello sobre lo cual este objeto descansa; se saca de encima
la mano de la persona que intenta hacerle cosquillas en la nariz; imita el gesto consistente en frotar un objeto sobre el borde de la cama, arruga o desgarra el papel; puede desembarazarse de un trozo de ropa que le cubre la cabeza, incluso
cuando est recogido; puede recuperar un juguete de las manos de la persona que se lo ha quitado.
236
h) Puede resistir en esta posicin las presiones o tracciones laterales, o antero-posterior e inversamente (?).
i) Puede levantar una pantalla (ropa ligera u opaca y caja) en la posicin sentado sin perder el equilibrio.
3) Para el desplazamiento de todo el cuerpo (enderezamiento, posicin de pie, transporte del cuerpo):
a) Al 4. mes: el nio pasa de la posicin lateral a la posicin dorsal (Gesell).
b)
j)
i)
Progresa en su cochecito.
240
El desarrollo de las nociones relativas al color ha sido objeto de un gran nmero de investigaciones. Las del Dr. Decroly, realizadas con una nia hasta 4;6 (56), prueban que el
nio antes de los 2-3 aos es capaz de distinguir los
colores (57). La atraccin hacia los colores puede situarse
hasta el 6. mes, sin que se pueda afirmar que esta atraccin
haya sido provocada al mismo tiempo por factores relacionados con la luz o movimientos sobreaadidos. As, a 0;5,2, la
nia cesa de llorar y sonre cuando se le muestra y se mueve
delante de ella un pauelo de color rojo. Hacia la misma
poca, parece sentirse particularmente atrada hacia este color.
A l;0,14, la nia ha sido sometida a la experiencia siguiente:
Se toman cuatro botellas que tienen exactamente la misma
forma y que son habitualmente botellas de leche. Cada botella est tapada con la misma tetilla. El color es el nico elemento variable: una de ellas contiene leche, las otras tres una
(56) 4;6 = 4 aos + 6 meses.
(57) Dr. O. DECROLY: y J. DEGAND: Observations relatives au dveloppement de la notion chromatique faites sur une petite filie de 0 4,5
ans. Informe presentado al / Congreso Internacional de Paidologa, celebrado en Bruselas del 12 al 18 agosto 1911, vol. 2. Bruselas, 1912, p. 320.
242
NUAS Y DISCONTINUAS
Este problema ha sido igualmente objeto de las investigaciones de un gran nmero de autores: citaremos especialmen(59) M. W. SHINN: The development of the Senses in the First Three
Years of Life. Berkeley, 1907, p. 48.
(60) De acuerdo con estas investigaciones, los nios de 5 aos no conocen an los colores fundamentales; los nios de 6 a 7 aos, slo un 43 por 100
conocen completamente la serie blanco, negro, rojo, amarillo, verde y azul, y
todos desconocen el castao, el gris y el violeta.
(61) A. BINET y Th. SIMN: La mesure du dveloppement de l'intelligence chez les jeunes enfants. Pars, 1917, p. 45.
244
te aquellos que han publicado monografas sobre nios (Preyer (62), M. W. Shinn (63), E. y G. Scupin (64), Cramaussel (65) y otros), as como Binet (66), Philips (67), Stern (68),
Deuchler (69), Dupasquier (70), Melle Descoeudres (71), S.
R. A. Court (72), Bekmann (73), Filbig (74), Baldwin y
Stecher (75), Buckingham y Mac Latchy (76).
(62) W. PREYER: L'me de l'enfant (traducido al francs por H de
BARIGNY). Pars, 1887.
(63) M. W. SHINN: Notes on the development ofa child. Berkeley, 189399-1907.
(64) E. y G. SCUPIN: Bubi's erste Kindheit. Leipzing, 1907.
(65) E. CRAMAUSSEL: Le premier veil intellectuel de l'enfant. Pars,
1911.
(66) A. BINET: Perception des longueurs et des nombres. Revue
philosophique, vol. 30, 1890, p. 68.
(67) D. E PHILIPS: Number and its application psychologically considered. The Pedaggica! Seminary. Vol. 5, 1897, p. 221.
(68) W. STERN: Psychologie der Frhen kindheit. Leipzig, 1930,
p. 374.
(69) G. DEUCHLER: Psychologische Vorfragen des ersten Rechenunterrichts, Zeitschrift f. Padagogische Psychologie, vol. 13, 1912, p. 36.
(70) L. G. DUPASQUIER: Le dveloppement de la notion de nombre.
Pars-Neuchatel, 1921, p. 271.
(71) A. DESCOEUDRES: Le dveloppement de l'enfant de 2 7 ans.
Pars-Neuchtel, 1921, p. 271.
(72) S. R. A. COURT: Number, time and space in the first five years
of a child's life, The Pedaggica! Seminary, vol. 27, 1920; vol. 30, 1923.
(73) H. BECKMANN: Die Entwicklung der Zahileistung bei 2-6 jhrgen Kindern, Zeirschrift fr angewandte Psychologie, vol. 22, 1923, p. 1.
(74) J. FILBIG: Untersuchungen ber die Entwicklung der Zahlvorstellungen, Zeitschrift fr Padagogische Psychologie, vol. 24, 1923,
p. 105-156.
(75) B. T. BALDWIN y L. I. STECHER: The Psychology of the preschool child. Nueva York-Londres, 1924, p. 152.
(76) B. R. BUCKINGHAM y J. MAC LATCHY: The number abilities of children when they enter grade one, tomo 29 de la National Society
for the Study of Education. Bloomington, Illinois, 1930, p. 473.
245
Las observaciones del Dr. Decroly (77) que vamos a resumir muy brevemente son muy completas. Muchos de los
autores que acabamos de citar se han inspirado en dichas observaciones.
El Dr. Decroly cita en primer lugar hechos que ha percibido en la nia en cuestin desde el mes 14 y que prueban que la
nia tiene una nocin visual de un grupo formado por tres
objetos, de los cuales la nia seala los cambios de aspecto
por lo que se refiere al nmero, a la vez que encuentra la causa y el remedio. Ms adelante son cada vez ms extensos los
grupos que es capaz de apreciar visualmente.
Hacia el mes 19, en la poca que el nio puede imitar los
movimientos, dicha nia se muestra capaz de comparar grupos de diversos objetos. Hacia este perodo empieza a manifestarse el lenguaje, aunque hasta el mes 23 las palabras que
pronuncia no tienen una clara significacin.
Al mes 23, ella adquiere igualmente la expresin verbal
respecto a la no presencia de una cosa determinada (no), as
como a su desaparicin (partida) y ella utiliza, aunque mecnicamente, sin idea de enumeracin, uno, dos, tres, para
marcar el ritmo de un movimiento o de un juego.
Al mes 24, la nia distingue, dentro de ciertas condiciones, el mayor y el menor. Ella tiene la nocin visual sobre 3 y
este nmero deja de ser la cantidad mayor.
Un mes ms tarde (al mes 25), ella comprende el concepto
tomo una, pero en cambio el tomo dos no despierta ninguna idea de cantidad en su mente.
246
La nocin dos, manifestada por los elementos de una pareja, se adquiere aj mes 26: la nia se apercibe de cundo le
quitamos uno de sus guantes; a partir de ese momento, nunca
se olvida de coger sus medias, sus zapatos. Busca una media si
se da cuenta que se ha olvidado de ella.
Por otra parte, durante el mes 27, hace un trabajo muy
complejo sobre el nmero dos que tiene relacin con la divisin; sabe determinar el nmero total de objetos necesarios
para dos personas (2 guantes, 2 medias, 2 botines, etc.).
En relacin a la nocin tres, al mes 26 es capaz de copiar
tres dibujos formados de tres cuadradillos, y al mes 28, ella se
da cuenta que 3 es ms grande que 2 y que 1.
La nocin exacta de la cantidad relativa a la superficie,
manifestada al mes 24, se acenta. La nia escoge claramente
aquello que es ms grande (siempre para el caso de las golosinas, incluso si la diferencia no es muy sensible).
Durante la misma poca emplea las expresiones todava
una para indicar la adicin, y todava una vez para indicar la
repeticin de un acto. Empieza a utilizar dos, y cuando hay
ms de dos se sirve del plural y empieza a utilizar mucho. Al
mes 28 empieza a repetir maquinalmente el nombre de los nmeros.
Al mes 29 traduce el nmero 2 por medio de sus dedos.
Comprende: hay demasiado, pero la cuestin cunto? no
despierta en ella an ninguna idea de nmero. La actividad
denominadora de los nmeros se inscribe exacta y exclusivamente sobre 2; emplea igualmente el 2 en un sentido general,
aplicndolo a 2 seres que no son idnticos; por otra parte, dice mayormente: dos tazas, vasos que no taza y un vaso. Adems, no existe an en su vocabulario el uno, cuando ya empieza a emplear frecuentemente el artculo plural los.
Slo un mes ms tarde llega a servirse de uno y una sin
darle, sin embargo, un sentido numrico.
247
Al mes 31, la nia da a los objetos de la misma especie determinaciones numricas aplicadas al azar, sin que utilice los
dedos para contar los diferentes objetos, tomados al azar para contar.
Al mes 32 slo puede clasificar las perlas de colores diferentes cogindolas una por una. Un mes ms tarde se observa
un empleo frecuente de uno y de dos, as como de un poco.
Notamos al mes 34 que la cuestin cunto? no se limita a
uno, que utiliza la expresin un poco y que responde dos a la
cuestin cunto?
Al mes 35 muestra dos con sus dedos; por otra parte, a esta poca coge el hbito, mana, de mostrar las cantidades con
sus dedos; en el momento que pronuncia un nombre de nmero busca el valor representativo en sus dedos, aunque slo
muestra dos, despus de tantear durante un tiempo.
Emplea todo, demasiado pequeo, no mucho, todava y
utiliza frecuentemente mucho. Los trminos ms y ms, ms
indican la ausencia.
Al mes 36, la nia imita los dibujos formados por 4 cuadradillos, 4 fichas.
Al mes 37 comprende que el nmero uno representa una
cantidad y lo emplea en la respuesta a la cuestin cunto?
cuando hay un objeto. Cuenta maquinalmente los objetos,
dice exactamente la serie dos nmeros hasta 3, despus que lo
ha aadido a su fantasa.
Al mes 39 clasifica las perlas de colores diferentes de dos
en dos. A partir de este momento, frente a una gran cantidad,
no dice un nmero al azar, sino que se sirve del trmino mucho.
Al mes 41 compara mentalmente, en cantidad, lo que ella
posee con lo que poseen los dems. Dice, por ejemplo: Tengo
dos muecas y J. tiene una. Descompone el grupo 3 en diver 248
Al mes 56, la nia designa con los dedos las cuatro primeras unidades de un grupo (test de 5;0 de Binet-Simon). La
cuestin cunto? tiene una finalidad utilitaria.
Al mes 57 divide exactamente en 2 y en 4 (dimensiones
continuas), pero no puede dividir un nmero de 2, de 4 unidades. Basndose en la divisin de comparacin hace un trabajo sobre 2 y 4. Puede imitar un nmero cualquiera de dedos,
tiene la nocin de los grupos 4 y 5 y lo expresa. Puede relacionar visualmente un nmero de dedos a un nmero de objetos,
respondiendo a la cuestin. Danos 2, 3, 4, 5 (seis no) bolas,
anillos, etc., y puede hacer tambin la operacin inversa.
Comprende divide en dos y conoce los nmeros uno, dos,
tres, cuatro, cinco.
La cuestin cunto? tiene en este momento una finalidad
de tipo especulativo.
Despus de las investigaciones sobre la evolucin de las
nociones de cantidades continuas y discontinuas en su ahijada, el Dr. Decroly pens que sera interesante poder determinar, por medio de un mtodo lo ms preciso posible, cmo
reacciona, en general, el nio pequeo ante estas nociones. A
este efecto, el Dr. Decroly ha preparado desde 1913 (78) los
proyectos de tests que reproducimos a continuacin.
TEST I. Imitacin del nmero de los dedos.
Mostrar alternativamente al nio:
1 dedo de la mano derecha y 1 dedo de la mano izquierda.
2 dedo de la mano derecha y 1 dedo de la mano izquierda.
2 dedo de la mano derecha y 2 dedo de la mano izquierda.
3 dedo de la mano derecha y 1 dedo de la mano izquierda.
3 dedo de la mano derecha y 2 dedo de la mano izquierda.
3 dedo de la mano derecha y 3 dedo de la mano izquierda.
(78) Dr. O. DECROLY y J. DEGAND: Tests se rapportant la notion
de nombre, L'cole Nationale, vol. 12, n. 9, 1 febrero 1913, p. 258.
250
etc.
El experimentador da al nio 12 perlas y le muestra 1 dedo, despus 2, 3, 4 dedos y le dice: Muestra lo mismo pero
en perlas o Dame la misma cantidad de perlas.
Se contina la experiencia con uvas, avellanas, conchas,
etc. Para evitar el automatismo, en lugar de mostrar sucesiva 252
TEST 5. Marcar un ritmo regular (1 vez cada YA segundo) con una mesa, con un vaso, una caja metlica, con las
manos, etc., mientras el nio est de espaldas. Hacerle reproducir aquello que ha comprendido.
Se muestra al nio el vaso y se le dice lo siguiente: Ves este vaso..., voy a golpear encima de l mientras t estars de
espalda, es decir, que no me vers para nada. Debes escuchar
bien, puesto que cuando yo haya terminado t debes hacer lo
mismo. Ponte de espaldas. Voy a golpear. El nio se vuelva
de espaldas. Golpeamos, por ejemplo, 2 veces. Vulvete...
Has comprendido bien? Haz como yo, golpea el vaso como
yo he hecho: da los mismos golpes que he dado...
Se da 1 golpe, 3 golpes, etc. Se hace lo mimo con la caja
metlica, con un libro, con la mesa, con las manos, etc. Se
anota el proceso con toda exactitud.
TEST 6.
de veces.
Se dice al nio: Escucha con atencin. Voy a hacer movimientos con tus brazos y tu pierna; cuando yo haya terminado, t los hars a tu vez, t hars lo que yo he hecho, el mismo nmero de veces, de la misma manera.
Se le tapan los ojos al nio (con una venda).
Se ejecutan con sus miembros los siguientes movimientos:
Doblar 1, 2, 3 veces el antebrazo sobre el brazo.
Levantar 1,2,3 veces el brazo o los brazos por encima de
la cabeza.
Levantar 1, 2, 3 veces la pierna.
Flexionar 1, 2, 3 veces el cuerpo.
Pedir al nio que repita los movimientos. Cambiar el ritmo.
253
254
nios de 2 a 6 aos, despus de introducir algunas modificaciones en las instrucciones. Ella reconoce a estos tests una utilidad cudruple.
1. ) Resultan muy instructivos para el anlisis el examen
minucioso de la nocin de nmero.
2. ) Permiten confirmar e ilustrar desde una nueva perspectiva los datos que poseemos sobre las nociones de nmero
en los pueblos primitivos.
3.) No parecen existir otras formas mejores para penetrar en el pensamiento del nio.
4.) Desde el punto de vista psicolgico, las experiencias
realizadas, el lmite de los conocimientos establecidos para ca
da edad y para cada una de las formas de la nocin de nmero, constituye un baremo de una importancia capital para el
examen de los nios tanto normales como anormales. Por
otra parte, esta nocin est en estrecha correlacin con la inteligencia y la mayora de estos tests se pueden realizar sin que
el nio tenga que hablar.
5.) Desde el punto de vista pedaggico, estas pruebas
son preciosas para basar la enseanza sobre el conocimiento
del nio.
3.
(85) Dr. O. DECROLY y J. DEGAND: Observations relatives au dveloppement de la notion de temps chez une petite filie, Archives de Psychologie, vol. 13, 1913, p. 113.
(86) Th. SIMN: Nouvelles preuves de niveau intellectuel, Boletn
de la Socit Ubre pour l'etude psychologique de l'enfant, vol. 14, n. 96,
1914, p. 140.
(87) M. M. NICE: The development of a child's vocabulary in relation
to environment, Pedaggica! Seminary, vol. 22, 1915, p. 35.
(88) S. R. A. COURT: Number, time and space in the first five years
of a child's life. Pedaggica! Seminary, vol. 27, 1920, p. 71.
(89) B. WETSTEIN : Les notions de temps chez l'enfant, L'ducateur, vol. 58, n. 7, 1922, p. 97.
(90) C. BURT: Mental and scholastic tests. Londres, 1921.
(91) E. C. OADKEN y M. STURT: The development of the knowledge of time in children, British Journal of Psychology, vol. 12, 1922, p. 309.
(92) B. T. BALDWIN y L. I. STECHER: The psychology of the preschool child. Nueva York, 1924, p. 164.
(93) R. WANDE ZANDE: Contribution ftude de la notion de temps
chez l'enfant. Bruselas, 1928.
(94) D. ELKINE: De l'orientation de l'enfant d'Sge scolaire dans les relations temporelles, Journal de Psychologie, vol. 25, 1928, p. 425.
258
B.
segn se trate de un acontecimiento agradable o desagradable. A 1;4, su ahijada se da cuenta, por la percepcin de ciertas personas y de ciertos objetos, que debe tomar un bao o
debe irse a la cama. Sin embargo, la aparicin del lenguaje
contribuir a un mejor control de la existencia o inexistencia
de la nocin de tiempo en el nio o si tiene nocin del momento que espera tal o cual cosa. Se puede suponer que el nio tiene en su pequea conciencia algunos elementos que le
permiten determinar estos momentos.
A 2;0 utiliza la palabra he ah (95); a 2;1 la palabra est
para indicar que ha terminado un acto; a 2;2, ella expresa de
una forma bastante correcta el pasado reciente, revelando lo
que ha visto hace una hora y manifiesta claramente ciertas
asociaciones de contigidad en el pasado.
Segn el Dr. Decroly, las nociones de tiempo y el vocabulario relativo al tiempo puede dividirse en dos grupos, segn
se trate, por una parte, de la verdadera duracin de los fenmenos y de los intervalos que los separan, o, por otra parte,
de las relaciones de contigidad, de precisin o de sucesin en
el tiempo. l hace notar que en la primera categora, la nocin de duracin slo se descubre por una serie de trminos
cuya finalidad es expresar sobre todo que un acontecimiento
agradable o desagradable cesa del todo o rpidamente, segn
se espere con ms o menos impaciencia.
As, a 2;4, la nia utiliza an no, cuando quiere retrasar el momento de irse a la cama; a 2;8, ella utiliza la locucin
adverbial en seguida, cuando desea que la duracin de la espera sea corta. Las palabras siempre y an, empleadas a 2;9,
implican el deseo que un acto se repita a menudo o que contine largo tiempo.
(95) Las palabras francesas voil y part, que figuran en el original, no
creemos que tengan equivalente en castellano para este caso especfico (nota
del traductor).
261
(96)
p. 180.
265
Bruselas, 1932,
lada por ellos, sin que pueda decirse que dependa exclusivamente de dichos intereses; es evidente que existe un tercer factor importante, especialmente el lenguaje hablado, sin que
ello signifique que la inteligencia no pueda desarrollarse sin
este factor.
No existe ninguna duda sobre el hecho que el desarrollo
de la inteligencia est vinculado en gran parte a la evolucin
de la comprensin y de la expresin de la palabra, pero tambin es cierto que existe un desarrollo intelectual independiente del lenguaje comprendido o hablado (sordomudos, afsicos congnitos).
As, el Dr. Decroly (97) ha observado en su ahijada un estadio precedente al de las cuestiones antes expresadas, por lo
cual la nia cuando no posee an la adecuada tcnica de la
palabra, no parece disponer del medio prctico para resolver
los problemas que se le presentan y que para salir de este atolladero sin el adulto como intermediario o sin otros nios se
dirige a los propios objetos, para aprender y descubrir lo que
le interesa. Se puede admitir que el uso verbal de los trminos
interrogativos escapa al nio de este estadio, o que no piensa
ahorrarse el trabajo de llevar a cabo el mismo sus experiencias, o que no se da cuenta que el adulto puede ahorrarle estas
experiencias.
El orden de aparicin de los problemas no es inmutable,
afectando primeramente a los intereses y a continuacin a las
capacidades de lenguaje, todo ello ms o menos influenciado
por la inteligencia y el nivel de desarrollo de sta.
La ahijada del Dr. Decroly responde a la cuestin: Quin
lo ha hecho? hacia el final del segundo ao.
Ella comprende porqu? hacia 2;6 y utiliza qu es esto?,
qu esto otro? hacia 2;0 a 2;6. En la misma poca pronuncia
(97)
269
271
6.
273
7.
274
bitual de los acontecimientos. Los dos primeros factores dependen fundamentalmente del propio individuo y el tercero
es independiente de l.
Se sabe que las necesidades de naturaleza variada, tienen
relacin con nuestra vida instintiva, emocional o sentimental
por una parte y con nuestra vida intelectual y activa por otra.
El esfuerzo es una desgracia que exige la investigacin y la
apropiacin de una materia, la expresin de una idea, de un
sentimiento, la realizacin de un objetivo, en una palabra, todo aquello que se engloba dentro del trmino trabajo.
Segn Decroly, el criterio representado por la dosis de esfuerzos que exige la satisfaccin de una necesidad es subjetivo
y objetivo a la vez. Subjetivo, en el sentido que se estima por
la propia persona y en relacin a ella misma, objetivo en el
sentido que se valora en funcin del resultado obtenido.
Aunque la cuestin de la nocin de valor en el nio resulta
compleja, para comprender mejor a ste es indispensable estudiarla. Ello es precisamente lo que ha hecho el Dr. Decroly.
Se ha dado cuenta que slo a partir del 5. ao su ahijada
ha comenzado a hacer reflexiones que atestiguan su espritu
de observacin respecto al valor venal de las cosas. La nia,
pues, pasa por una serie de etapas preparatorias.
Mientras que a 3; 1 no tiene ninguna idea del valor de ciertos objetos, a 3;2 cree an que en los almacenes basta slo pedir una cosa para que te la den, a 3;8, por el contrario, ha adquirido ya la nocin que dichos objetos no son fciles de adquirir.
A 4;1 el dinero adquiere un valor mgico, como un talismn y su presencia es suficiente para que surjan como por arte de magia juguetes, golosinas, etc.
A 4;3, la nia empieza a comprender la utilidad del dinero,
pero slo hasta 4; 10 llega a apercibirse que no se da nada por
nada, que es necesario pagar todo lo que se desea poseer.
275
Hacia 5;0 constata evidentemente con sorpresa que se puede intercambiar una moneda con otra; a 5;4 es tambin capaz
de distinguir las monedas de 5, 2, 1 cntimos (101).
Hacia 5;5 la nia comprende que un objeto puede tener un
valor distinto segn las circunstancias y llegar a no tener prcticamente valor segn sea abundante o raro. Aparece en este
caso el valor Q de la frmula.
A 5;6 pregunta: Cunto cuestan mis botas!, lo que prueba que la nia se interesa por el valor venal de los objetos.
Hacia la misma poca surgen las reflexiones en relacin a
aquellos que poseen mucho y aquellos que poseen poco.
Constata igualmente que cuando dos objetos tienen el mismo
valor tienen el mismo precio, pero se sorprende que una golosina pueda costar una el doble que otra.
A 5;8 no siempre comprende porqu la misma cantidad de
almendras no cuesta igual que la misma cantidad de nueces.
Por otro lado, la nia no se limita en este momento al conocimiento del valor venal de los objetos: Surgen nuevos problemas: Quin decide el precio de las cosas? Quin fabrica
las monedas? Cmo se obtienen? A 5; 11 se figura que te dan
el dinero, pero a 6;2 sabe que el dinero se gana trabajando.
Nace la conciencia del papel del factor E.
A 6;6, en el curso de la construccin y explotacin de una
cabana junto con otros nios, la nia adquiere las nociones
elementales de venta, beneficio, economa. A la misma edad,
se informa de la razn por lo cual no existe paridad en el curso de las monedas de los distintos pases.
A 6;6 se informa tambin del valor comercial de los objetos y a 6; 10 pregunta: Es caro'! Es bueno. Es caro, verdad''
(101) Como es lgico suponer, no existen en la actualidad monedas de
5, 2, 1 cntimos de franco belga (nota del traductor).
276
8.
Como ya hemos sealado, la competicin puede considerarse como una manifestacin del instinto de defensa activa;
se puede manifestar en ocasin de la reivindicacin de todas
las categoras de necesidades, desde las ms inferiores hasta
las ms elevadas y sufrir la influencia de la imitacin y del
juego.
Pero cuando se considera su evolucin, no puede tratarse
simplemente como un problema relacionado con la afectividad; en efecto, la inteligencia juega un papel especial, puesto
que, para luchar, para darse cuenta de lo que hacen los dems
y comparar las capacidades de los otros con las suyas, el nio
debe llegar a un cierto grado de desarrollo intelectual. Ello
justifica el lugar que ocupa este estudio en este captulo.
Con el fin de estudiar las diferentes formas de competicin as como su evolucin, el Dr. Decroly (102) organiz una
encuesta en l'Ecole de l'Ermitage frecuentada por nios entre
4 y 13 aos pertenecientes a familias acomodadas.
(102)
p. 257.
277
Al igual que en los casos precedentes, el Dr. Decroly piensa que deben tenerse en cuenta los factores diferenciales e individuales as como los genticos, incluyndose entre otros la
edad, el sexo, el medio, las tendencias predominantes en el nio, etc.
En el ltimo estadio, el nio entra en abierta competicin;
nos encontramos realmente frente a una lucha, que no se centra en la igualdad sino en la supremaca. El nio, por tanto,
rechaza la lucha:
1) Con adversarios que pertenecen a un grupo cuya
fuerza es superior o inferior.
2) Cuando el concurrente utiliza medios ilcitos o que se
ve favorecido por ciertas circunstancias especiales.
3)
A partir de 9;0 se notan en los nios formas de competicin que tienden a menospreciar al adversario o aquello que
ha hecho, a mostrarse indiferentes o despreciar lo que se ventila o arriesga, a compararse con nios que se encuentran por
debajo de ellos.
En ciertos casos, la tendencia competitiva se manifiesta
sobre todo de forma electiva que se convierte en una envidia
de naturaleza especial; slo se manifiesta con respecto a un
nio en particular que se convierte en el rival.
Esta forma, observada por el Dr. Decroly en una nia de
2; 10, nos recuerda un poco las manifestaciones de despotismo que Ch. Bhler (103) describe ya en nios de menos de un
ao, aunque no se ejerza sobre todos los nios ms jvenes.
(103) Ch. BUHLER: Die ersten sozialen Verhaltungsweisen des Kindes en Soziologische und psychologische Studien ber das erste Leiensjhar, Quellen u. Studien z. Jugendkunde, n. 5, jena 1927.
280
Es evidente que la lucha no se entabla nicamente por medio de la palabra, sino que se muestra tambin en forma de
amenazas, insultos, actos violentos, golpes.
En el medio escolar donde ha trabajado sobre este particular, el Dr. Decroly ha observado especialmente la amenaza;
ha recogido, por tanto, los ejemplos en los cuales el nio utiliza promesas, halagos, etc., para conseguir su triunfo.
Aunque la competicin observada ms frecuentemente se
limita a la defensa del yo fsico o psquico, existen reacciones
ms difciles de definir especialmente aquellas en las cuales se
reclama algo para un amigo o para cualquier nio, aunque sea
alguien indiferente. En ciertos casos, relativamente raros, el
nio seala la superioridad de otros nios, sobre los que no
ha mostrado ningn inters especial.
El Dr. Decroly observa finalmente que los hechos relatados muestran que la competicin en los nios de 4;0 a 13;0 de
la clase acomodada, en el medio escolar, es especialmente frecuente en ciertos sujetos que tienen precisamente un extremado amor propio.
Entre los factores que favorecen la tendencia a la lucha, l
seala:
a) Factores extrnsecos que se presumen considerando
cada uno de los casos, respecto a los cuales se notan a menudo acciones relacionadas con la lucha, especialmente el hecho
de ser hijo nico, de ser el mayor y, por consiguiente, el de
haber sido hijo nico durante un cierto tiempo;
b) Factores intrnsecos, tales como la superioridad fsica
o intelectual.
Al trmino de un estudio detallado sobre la evolucin del
nio, nos podemos hacer la siguiente pregunta: Qu es el
nio?
281
dos de toda idea preconcebida y capaces, por tanto, de valorar debidamente todos los elementos en presencia.
Por lo que hace referencia a la segunda tendencia, que se
relaciona especialmente con el funcionamiento del sistema
nervioso superior y con las ms complejas manifestaciones de
este funcionamiento, es decir las funciones sociales y las actividades de orden intelectual y esttico, el Dr. Decroly hace
notar que a primer golpe de vista, se puede vacilar a la hora
de aceptar sin discusin, este tipo de concepcin; el nio, en
realidad, no pasa por todas las etapas que ha pasado la humanidad y, por otra parte, no todo el mundo ha atravesado las
mismas etapas. He aqu las diversas razones que permiten descubrir todo ello:
1) El nio no se encuentra en las condiciones del medio,
en el cual se ha encontrado la humanidad, o mejor aun ciertos
pueblos, en una poca de su historia.
2) El nio no se puede comparar a un adulto en el cual
todos los instintos se encuentran desarrollados con la inclusin del instinto sexual y maternal.
3) El nio no ha sufrido las influencias de costumbres,
experiencias, hbitos que ha recibido el adulto por el hecho
de la vida transcurrida.
4) Por otro lado el nio est sometido a unas influencias
exteriores por parte de los adultos, adaptados a una etapa determinada de la civilizacin.
5) Gracias a la plasticidad intensa y prolongada del nio
que muestra hacia un pequeo nmero relativo de tendencias
instintivas, el papel de la imitacin, del juego y de la inteligencia, existen en l unas pequeas posibilidades, sobre todo
al comienzo de la vida, para la adaptacin directa e indirecta,
as como grandes posibilidades para copiar su entorno y
adaptarse a las condiciones actuales de la vida que le ofrece
284
286
psquicos. Estos se formarn desde el momento que los elementos nerviosos sean capaces de guardar las trazas de su actividad anterior y de asociarlas a la vez, a base de combinaciones que se diversificarn cada vez ms, con las actividades
actuales. Se constituye as, gracias a la formacin de centros
de coordinacin cada vez ms numerosos, un aumento paralelo de la plasticidad funcional.
Gracias al doble mecanismo de registro e utilizacin es posible la vida psquica, mecanismos que constituyen los elementos pasivos y activos, estructurales y funcionales. Se forma de esta manera, detrs de la vida consciente de superficie,
un fondo compuesto de residuos de acciones anteriores y de
actividades virtuales, agitados por nuevos aportes y ensayos
de realizacin. Este fondo ejerce influencia sobre las formas
inferiores de la vida psquica, as como tambin sobre la actividad superior.
Por otra parte, la personalidad se encuentra ya condicionada antes del nacimiento por todos los resultados atvicos
que se imprimen en nuestro organismo: la constitucin de los
tejidos y la composicin del medio humoral constituyen los
primeros elementos.
Posteriormente, las nuevas experiencias relativas a la vida
de relacin fisiolgica y social tomarn del conjunto su talante y su tonalidad particulares y facilitarn a la personalidad
los elementos que ella pueda asimilar. Se formarn de esta
forma las tendencias hereditarias y adquiridas, los instintos,
los hbitos, las necesidades, que tienen una vida verdaderamente creativa y constituyen fuerzas activas que poseen un
potencial de energa, una tensin psicolgica, la concomitancia de la presin nerviosa que puede dejarlas en estado de tendencias ms o menos latentes o realizarlas bajo formas de estados afectivos, representativos o motores.
288
la personalidad y seala el momento en el cual ste se incorpora a un nuevo elemento objetivo. En su conjunto, la vida
psquica consciente aparece, por tanto, como una adaptacin cambiante que se renueva continuamente a tenor de las
situaciones que se suceden de forma incesante. A esta adaptacin debe corresponder una eleccin entre la inmensa masa de
las posibilidades que se derivan del conjunto de nuestras experiencias atvicas, hereditarias y personales, en la cual una
eliminacin ms o menos juiciosa rechaza los elementos indeseables y de esta eleccin por eliminacin resulta entonces la
adaptacin variable a la situacin presente.
El Dr. Decroly explica el conjunto del mecanismo psquico con la ayuda del esquema de la figura 3.
Esta emergencia contina en el campo de la conciencia,
con lo cual se originan variaciones de tensin energtica y excitaciones cinestsicas o sensoriales bajo la doble influencia
de factores internos y externos. Ella est condicionada por un
estado de atencin que consiste en una concentracin sobre
una excitacin determinada, una detencin fsica y psquica a
la vez, impulsada por la intensidad de la tensin psquica.
Ella se manifiesta a travs de fenmenos afectivos en los
cuales la forma menos diferenciada es un vago sentimiento de
inquietud y de malestar general, manifestacin que aparece
mucho antes que surjan los estados representativos... La
resultante es una fijacin de la tendencia, una realizacin que
la ha situado en un rango de estado psquico diferenciado.
Es a partir de aqu que el Dr. Decroly critica la llamada
psicologa estructural que clasifica los fenmenos psquicos
en tres grandes divisiones: la afectividad, la voluntad y la inteligencia.
En realidad, dice, ellas no se encuentran en ningn caso
en estado puro y no constituyen toda la vida psquica; no son
otra cosa que episodios que se suceden, viviendo un instante
290
II
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Figura 4
conocemos como placer y sufrimiento, gozo y pena. No admite, como lo hacen ciertos autores, que constituyen fenmenos afectivos distintos, en relacin, sin duda, con las necesidades, aislables, no obstante; presenta tambin contornos
claramente delimitados. Para nuestro autor, el placer y el sufrimiento, la alegra y la tristeza son trminos que expresan
las sensaciones experimentadas cuando se satisface o no una
tendencia en el sentido que a partir de un cierto momento, la
intensidad de un estimulante derivada de una necesidad repercute en la conciencia.
El hambre y la sed crean en un principio una sensacin desagradable, ms tarde dolorosa. Hablamos igualmente en el
caso del amor propio, de heridas del amor propio, de sufrimientos derivados del orgullo. La madre sufre cuando su hijo
est enfermo, el padre cuando se ataca el honor de la familia
y el amigo cuando su amigo tiene una desgracia. La ansiedad,
la angustia que acompaan el miedo y la sensacin que precede a la clera reprimida, el estado que acompaa la necesidad
de venganza no satisfecha, son sensaciones de malestar que se
sitan entre las impresiones dolorosas. El nio que no puede
jugar experimenta tambin una especie de pena y el fumador
privado de tabaco se siente incomodado.
De estos ejemplos, el Dr. Decroly deduce que cada vez
que se ponen trabas a una necesidad esencial, auxiliar o anticipativa, a un sentimiento o a un hbito, resulta un estado
particular que provoca reacciones que tienden a que dicho estado cese. Este estado referido a la propia persona, es decir, a
su condicin de ser consciente, toma ms o menos el carcter
de un sufrimiento o de una pena.
Al lado opuesto de estos estados desagradables, caben situar los estados agradables. Abstraccin hecha de las concomitancias de tono agradable que acompaan las sensaciones
gustativas u olfativas vinculadas a los actos de comer o beber,
295
la sensacin agradable que acompaa estos actos puede relacionarse fundamentalmente, ante todo, al cese del hambre y
la sed.
El Dr. Decroly pone en evidencia la influencia de la edad,
de la experiencia, de los factores de orden intelectual y habitual (recuerdos, asociaciones, reflexiones, sentimientos), de
los cuales los ms simples recuerdan los reflejos condicionados, sobre las reacciones primitivas que a veces modifican
completamente. Originalmente, los estados desagradables
van vinculados generalmente a la no satisfaccin de las necesidades y los estados agradables a la satisfaccin de ellas. Esta
regla tiene, sin embargo, excepciones y para comprenderla
deben tenerse en cuenta las combinaciones de los instintos, la
influencia de la inteligencia, de los hbitos y tambin de las
causas patolgicas.
Contrariamente a lo que piensan Wundt, Brahm y otros,
el Dr. Decroly no admite que existan, al lado de estas sensaciones agradables o desagradales, otros fenmenos, tales como la excitacin y la depresin (o paro), la tensin y el relajamiento; l slo las considera como sensaciones concomitantes
de orden orgnico. El Dr. Decroly muestra, sin embargo, que
entre las sensaciones agradables o desagradables se pueden
hacer distinciones que dependen de su calidad, de su intensidad, de su extensin, etc. As, por ejemplo, el placer y el sufrimiento son mayormente las sensaciones conscientes que
acompaan las necesidades orgnicas (el placer de la buena
mesa, el sufrimiento derivado de la sed). La alegra y la tristeza, por otro lado, designan especialmente las sensaciones
conscientes que acompaan las necesidades ms elevadas (gozo de la maternidad, tristeza experimentada por la prdida de
una persona querida).
Por lo que respecta a las manifestaciones de un instinto,
resulta delicado establecer cundo puede hablarse de placer o
alegra, de sufrimiento o de pena.
296
Segn el Dr. Decroly, estos trminos slo estn justificados cuando las sensaciones de una necesidad o del cese de
una necesidad estn relacionadas con el propio yo; los reflejos que a menudo preceden estas concomitancias, y que se toman como signos de placer o de sufrimiento, de alegra o de
pena, no son suficientes para afirmar la existencia de aqullos. Resulta de ello que no estamos autorizados a asimilar
completamente los signos de estas sensaciones en los animales
y en el hombre, de la misma manera que no estamos autorizados a asimilarlas en el nio o en el anormal y en el hombre
adulto normal: estas sensaciones no se pueden medir por sus
reacciones visibles.
El Dr. Decroly deduce de todo ello que los gozos o los dolores ms fuertes no corresponden necesariamente a aquellos
que acompaan las manifestaciones motrices ms abundantes. Nos recuerda, por otra parte, que el nio y el hombre primitivo tienen una mmica de las necesidades mucho ms rica
que la del adulto civilizado, aunque no se puede llegar a la
conclusin que ste experimente alegras y penas menos fuertes.
Debe hacerse igualmente una distincin entre las sensaciones agradables y desagradables que acompaan las sensaciones externas (ver, or, tocar) y las mismas sensaciones que se
asocian a la satisfaccin o no satisfaccin de necesidades.
El Dr. Decroly se pregunta entonces si debe admitirse, como hacen diversos autores, que el dolor de origen externo (picaduras, quemaduras, luz deslumbradora) o el placer de origen externo (roce sexual, colores agradables) constituyen repercusiones internas ms o menos conscientes de las sensaciones externas o bien si existen fuentes externas de placer o de
dolor independientes. Decroly constata que un gran nmero
de fenmenos internos y externos no llegan a la conciencia y
no dan lugar por consiguiente a repercusiones agradables o
297
desagradables; nos encontramos frente al caso de que son demasiado dbiles o bien que no existen los medios para llegar a
la conciencia, y ello es debido a que la propia organizacin
del sistema de transporte nervioso es insuficiente o al hecho
que la conciencia es insuficiente o est obnubilada.
Inversamente, las ms pequeas modificaciones podrn
ocasionar dolores o placeres desproporcionados a la causa,
especialmente si la conciencia del yo se extiende indebida o
anormalmente a regiones que ordinariamente escapan a ello
(dolores anormales de los neurpatas).
'
El Dr. Decroly llama la atencin sobre el hecho que no
existen dolores y placeres determinados por estados actuales
transitorios o prolongados del organismo fisiolgico o del yo
mental ms o menos complejo, pero hay adems repercusiones del mismo gnero que son debidas a recuerdos, a representaciones, a la actividad de la imaginacin y de la reflexin.
Ello implica evidentemente la intervencin de funciones mentales superiores.
A este respecto, el Dr. Decroly insiste que en el nio, esta
fuente es menos fecunda que en el adulto, aunque se acostumbre a atribuir al nio una mayor tendencia hacia la fantasa. Ello no es debido a que el nio tenga ms imaginacin
que el adulto, a que es capaz de prever mejor y ms lejos, a
que l puede basarse sobre ms experiencias y recuerdos, sino
mayormente a que l confunde lo externo y lo interno, a que
no diferencia el objeto del sujeto, a que anima las cosas y materializa las fuerzas y las cualidades abstractas y que da adems la impresin de que es incapaz de distinguir el sueo de la
realidad, lo concebido de lo vivido. Por lo dems, sus alegras y sus penas duran mucho menos y los recuerdos y las anticipaciones que las provocan ocupan espacios de tiempo mucho ms restringidos que en el caso del adulto inteligente.
298
Sin embargo, por lo que a ello se refiere, se notan marcadas diferencias segn la edad y la individualidad.
Admitiendo que el dolor sea una repercusin consciente
de una necesidad, de una tendencia, de un sentimiento y que
el inters sea el signo interno de una necesidad, de una tendencia, de un sentimiento, el Dr. Decroly examina la relacin
que existe entre el dolor, la sensacin desagradable y el sufrimiento por una parte y el inters por otra.
Parece que el uno est ligado al otro, puesto que el dolor, la pena suscitan el inters hacia todo aquello que es susceptible de provocar el cese del dolor o de la pena. Sin embargo, aquello que conocemos como fuente de placer suscita
igualmente el inters en propio provecho. De manera que el
inters parece vincularse tanto a lo que es capaz de paralizar
la pena como a lo que produce el gozo. Por otra parte, el inters implica una actitud ms o menos activa en vista a originar
el cese del estado desagradable y es provocado en cierta medida por este estado desagradable o en vista de procurar un
estado agradable y es provocado hasta cierto punto por la
perspectiva de dicho estado agradable.
Para el Dr. Decroly, el inters no es absolutamente idntico al dolor ni al placer; l est asociado como una especie de
reaccin inicial de adaptacin, adems del reflejo ms elemental en el cul la repercusin consciente est percibida como dolor o como placer. Adems de eso, por el uso que se hace de este trmino, se relaciona mayormente con las tendencias y los sentimientos que van ms all de los instintos de la
vida orgnica.
Es en este sentido que el Dr. Decroly indica cmo interpreta la teora de James-Lange-Sergi. Su concepcin del placer y del dolor se concilia perfectamente con esta teora si se
formula de la siguiente manera: la conciencia del sufrimiento
es posterior al reflejo provocado por la fuente del sufrimien 299
to. Admitiendo que es exagerado decir que alguien sufre porque llora o que alguien tiene miedo porque ha empalidecido,
Decroly cree que se puede decir sin caer en una paradoja que
alguien sufre despus que han aparecido las lgrimas y que alguien tiene miedo despus de empalidecer o de temblar.
Finalmente, qu debemos entender por emocin?
Para los autores que creen que toda la vida afectiva debe
considerarse emocional, el trmino emocin equivale, en general, a sensacin interna; para otros, son algunas de estas
sensaciones internas (clera, miedo, placer, dolor). El Dr.
Decroly se sita en la opinin de aquellos que aplican el trmino emocin a las sensaciones, internas violentas acompaadas ordinariamente de signos motores caractersticos.
II.
a) El instinto de defensa pasiva, cuya manifestacin denominamos miedo y que puede extenderse a todo el ser fsico
o mental, as como superponerse tambin a las necesidades
vinculadas a la conservacin individual que tiene necesidades
ligadas a la conservacin social e igualmente susceptibles de
adquirir un carcter de exageracin, de insuficiencia o de desviacin.
Aqu deben tenerse en cuenta sobre todo las influencias
ejercidas por las dems funciones mentales, por las tendencias, as como tambin por el medio educativo y los hbitos
para comprender los diversos aspectos que presenta el medio.
Bajo el nombre de fobias comprendemos las manifestaciones que son a menudo exageraciones, especies de sistematizaciones de recelos especficos, entre los cuales puede haber
un punto de partida racional en algunos casos e irracional en
otros.
Se habla de miedo mrbido cuando los temores resultan
excesivos, exagerados y provocados por reacciones violentas.
El Dr. Decroly otorga un inters especfico a los terrores nocturnos, observables en algunos nios y que no son otra cosa
304
que una reaccin violenta de miedo bajo la influencia probable de un sueo en un nio de naturaleza impresionable, neurpata a menudo dbil; ello constituye a veces tambin el signo que nos advierte de la existencia de trastornos cerebrales
graves, al comienzo o en el curso de una enfermedad infecciosa general o local.
La timidez, provocada por un temor irreflexivo e invencible de presentarse delante de los extraos o en pblico, parece
ser una especie de mecanismo profundo, una exageracin de
la tendencia defensiva, puesta primeramente al servicio de la
persona fsica (en el nio pequeo), de la persona moral a
continuacin (en el nio un poco mayor) que teme las crticas
y que no se siente preparado para responder a ellas.
La eurotofobia o temor a enrojecer, as como ciertos tartamudeos, pueden relacionarse con un mecanismo parecido y
derivar de la misma fuente. A menudo se asocian con la timidez.
Los casos caractersticos de insuficiencia de miedo son casi siempre signos de insuficiencia mental grave, salvo en los
casos de nios mayores en los cuales la educacin y las cualidades de inteligencia y amor propio atenan, disimulan o
contienen los sentimientos de temor normal. El Dr. Decroly
ha podido observar en los nios epilpticos o dementes la
ausencia de la nocin de peligro.
Se seala igualmente la desviacin del sentimiento de miedo en los de inteligencia dbil y se manifiesta entonces con
respecto a objetos o fenmenos que, para la mayor parte de
los nios, no provocan generalmente ningn sentimiento
de esta especie. Este fenmeno es caracterstico sobre todo
cuando persiste el miedo, a pesar de la experiencia de naturaleza absolutamente inofensiva del objeto o del fenmeno,
cuando no entra en juego ningn factor hereditario o imitativo.
305
Un fenmeno frecuente que puede observarse en las personas valientes, adems de inteligentes e incluso geniales, es el
miedo al ridculo. Se trata de una tara o debemos cuestionar
la educacin?
b) El instinto de defensa activa o de ataque, en el cual la
clera constituye su expresin paroxstica, puede presentarse
tambin en forma exagerada; la insuficiencia puede confundirse con un cierto exceso de temor, mientras que sta, poco
marcada, da al instinto de ataque la ocasin de. crecer.
Este instinto se encuentra apoyado por el amor propio y
ayuda a favorecer las manifestaciones de ste que conocemos
con el nombre de combatividad. Es tambin favorecido a menudo por el estado de desarrollo de las aptitudes motrices y
por la necesidad de movimiento y finalmente por las desviaciones de la tendencia simptica en las formas que Dupr denomina malignidad constitucional.
La forma extrema conduce a un estado de clera de repeticin que se denomina tambin, en ciertos casos graves, estado manaco. Asociada a la malignidad constitucional, esta
forma empuja ciertos nios a provocar en sus padres, sus
prximos o las personas que los cuidan, sufrimientos fsicos o
morales, atormentarlos ms o menos conscientemente, a destruir los objetos que ellos tienen, etc. En los nios epilticos
podemos observar especialmente crisis bruscas de violencia,
accesos de clera provocados por el menor pretexto en el curso de las cuales pegan, rompen, etc., a los pequeos especialmente, se golpean la cabeza, se desgarran, se muerden o se
arrancan partes de la piel o de los rganos.
IV.
El Dr. Decroly muestra que el exceso de esta tendencia slo constituir una anomala molesta en el caso que empuje al
individuo a actos nocivos para satisfacer su tendencia; por
otro lado, constituye raramente una tara con repercusiones
sociales, como mnimo en el caso de un dbil intelectual que
cree ser un artista o un literato de talento, y que pretende que
es poco conocido y perseguido, lo que supone otros trastornos afectivos, anormales, por su propia cuenta.
El Dr. Decroly estima que es bastante difcil definir y delimitar las desviaciones de este sentido, en razn de la posicin
especial del arte y de la literatura al margen de nuestra lgica
ordinaria, posicin que permite en nombre de la moda, de
una teora mstica o esotrica cualquiera de consagrar hoy como supremo aquello que maana ser menospreciado y declarado estticamente horrible. Las desviaciones de las manifestaciones estticas dependen a menudo de una anomala.
Las anomalas de las tendencias ticas tienen una mayor
importancia desde el punto de vista del individuo y de la sociedad.
Para el Dr. Decroly resultan de una insuficiencia o de una
desviacin de las tendencias simpticas o grupales, vinculadas
a la conservacin de la especie. Con mayor motivo que en el
caso de las tendencias estticas debemos considerarlas como
derivadas. Nuestro autor hace distinciones entre la actitud y
el sentimiento ticos, ya que el hecho de no perjudicar a los
dems no implica necesariamente una tendencia hacia el bien,
ni tampoco una repulsa de las malas acciones; a este respecto,
no debe olvidarse la influencia saludable que puede ejercer el
temor.
El sentimiento tico, representado entre otros por el sentimiento del deber, de la dignidad, de la justicia, de la lealtad, de
la tolerancia, del sacrificio, del reconocimiento, de la bondad
activa, etc., no son otra cosa que la sntesis de las fuerzas re 312
313
314
las dificultades que presenta su aplicacin (8), el procedimiento cinematogrfico es el nico que puede fijar las etapas
y las modalidades diversas de la expresin de las tendencias,
emociones y sentimientos.
El Dr. Decroly estima, sin embargo, que para los exmenes corrientes, para el consultorio mdico, lo ms normal es
utilizar otros medios. Entre ellos, cita el mtodo del cuestionario que puede aplicarse de dos maneras: despus del primero se someten los sujetos a preguntas, mientras que despus
del segundo uno se limita a preguntar al observador.
He aqu los tres mtodos utilizados por nuestro autor:
1) El mtodo del cuestionario es el ms fcil y el ms general; es aplicable a todas las edades y no requiere la presencia del nio en el momento de su confeccin. Requiere solamente que la persona que responde tenga algunas aptitudes
de observacin y conciencia de aquello que observa: los padres inteligentes, los educadores y los maestros pueden cumplir generalmente este cometido.
En el cuestionario del Dr. Decroly, las preguntas son seriadas, siguiendo ms o menos la jerarqua de las tendencias,
adoptadas para el estudio relativo a su evolucin y su patologa. Este procedimiento presenta la ventaja de permitir sacar
conclusiones de las respuestas suministradas. Sin embargo, se
puede llegar a una mayor perfeccin cuando se resuelve el
problema de la edad afectiva. Para ello es necesario llegar a
establecer por medio de una serie suficiente de ensayos una
especie de escala comparable a la obtenida por Binet-Simon.
Mientras tanto, el procedimiento propuesto por el Dr. Decroly permite obtener resultados de conjunto y establecer algunas conclusiones sobre el carcter del individuo y sus problemas, reacciones, en la vida social.
(8)
316
Ya que el estado psquico y motor est estrechamente vinculado al lado afectivo del que recibe su influencia, puesto
que ellos actan sobre la afectividad, se han aadido algunas
cuestiones relativas a las manifestaciones motrices e intelectuales relacionadas con ella.
He aqu el cuestionario propuesto, precedido de una indicacin destinada al observador y relativa a los signos que debe utilizar para abreviar la respuesta.
indica que la manifestacin es importante.
EXAMEN DE LA AFECTIVIDAD
A.
I.
1.
tos.
2. Gula: Desea ciertos alimentos en demasa; es voraz.
Hurta alimentos, bombones, dinero para conseguirlos.
3. Gustos particulares: Para ciertos alimentos, ciertas
bebidas (alcohlicas).
4. Sed exagerada: Necesita beber fuera de las horas de
comida. Est incapacitado para pasear sin pedir algo de beber.
5. Reaccin a ciertos alimentos: Muestra aversin o
nuseas frente a ciertos alimentos.
6. Sensibilidad al dolor fsico: Muestra signos de dolor
por una muela con caries, un absceso, una llaga, una contusin.
7. Sensibilidad al fro: Presenta signos claros que siente
fro; palidez, temblores; va en busca del fuego, se abriga exageradamente.
8. Sensibilidad al resfriado: Coge fcilmente un resfriado, es propenso a los sabaones.
9.
Sensibilidad al calor: Transpira fcilmente; tiene
apata; decaimiento; se fatiga ms rpidamente que en tiempo normal.
318
10. Sensibilidad a la fatiga fsica: Muestra signos precoces de fatiga en los juegos movidos, en los paseos, en el trabajo manual; necesita dormir mucho.
11. Afeccin al confort: Es blando; suea en comodidades; se cuida atentamente en caso de herida, enfermedades.
12. Necesidad de movimiento: Sufre a causa de la inmovilidad.
13. A ma el ritmo, la simetra, los colores vivos, los sonidos.
14. Afeccin a la higiene: Se siente incmodo frente a la
suciedad, se lava espontneamente; evita el barro, los charcos
de agua. Tiene las manos limpias.
15. Sensibilidad al aire enrarecido: Muestra signos rpidos de incomodidad en un espacio limitado (habitacin, tranva, tren), reuniones numerosas.
16. Sensibilidad a las intoxicaciones: Muestra signos de
intolerancia rpida al caf, tabaco, alcohol, a ciertos alimentos (mejillones, fresas, esprragos, etc. (anafilaxia)).
17. Sensibilidad a las autointoxicaciones: Muestra signos de envenenamiento sin causa precisa, derivados del estado del instinto, del hgado o del rion (urticarias espontneas).
18. Sensibilidad a las infecciones: Muestra signos rpidos de inflamacin a consecuencia de una herida, de una caries, etc. (abscesos y panadizos frecuentes)).
19. Se cura lentamente: Las heridas, las consecuencias
de los accidentes.
20. Humor: Triste, alegre, igual, variable.
21. Observaciones.
319
II.
a)
3.
cin.
6.
7.
dido.
8.
9.
13.
Contradictoriedad,
14.
15.
16.
Observaciones.
terquedad.
320
b)
Instinto de propiedad
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
11. Se apropia de la propiedad ajena sin nimo de quedrsela objetos clsicos, juguetes, vestidos, dinero, otros objetos).
12.
13. Tiene tendencia al coleccionismo (sellos, tarjetas, objetos de valor, objetos artsticos, caprichos, otros objetos).
14. Es previsor de cara al futuro, para el da de maana.
15.
16.
tado.
21.
Observaciones.
B.
TENDENCIAS PRIMARIAS
a) Gregarismo, simpata
1.
e)
res.
322
V. Tendencias
secundarias
12.
14.
d) Tendencia parental
1. Protege los pequeos; 2. les ayuda; 3. los vigila; 4. les
ocupa y les hace jugar; 5. los cuida; 6. les cuenta historias;
7. se pasea con ellos; 8. les instruye; 9. se interesa por sus progresos; 10. les da consejos.
e) Tendencia grupal asociada al amor propio
1. Tiene espritu de familia, no le gusta que se ataque o
se rebaje a los miembros de su familia, protesta y se defiende.
2. Le gusta formar parte de un grupo, de una sociedad,
de una banda.
3.
7. Manifiesta una tendencia grupal consciente, lingstica, regional, patritica; o bien las manifestaciones a este respecto son puramente copiadas o sugeridas.
C.
TENDENCIAS DEFENSIVAS
Teme la oscuridad.
Teme al agua.
4.
Teme el ruido.
5.
6.
7.
8.
9.
10.
11.
tista).
12. Teme la enfermedad (muestra pavor ante los enfermos, por miedo a contraer una enfermedad).
13. Teme la muerte (miedo ante los cadveres, los muertos, incluso de la propia familia; miedo de morir).
14. Prudencia: No se aventura, no se arriesga cuando
sospecha que hay peligro.
326
18.
Se enfada.
19.
20.
21.
22.
23.
24.
b)
Observaciones.
1. Irritabilidad: Manifiesta rpidamente (palabras, gestos) cuando existe alguna cosa que le molesta.
2.
6.
7.
8.
9. Burla: Excita con palabras a los dems, ve sus defectos y los seala.
10.
11. Venganza: Es rencoroso, busca la venganza, no olvida fcilmente un golpe, una provocacin u otra cosa que
atente su dignidad.
12. Ataque: Insulta, es grosero en palabras y en gestos.
13. Atacado por los dems, toma su partido.
14.
Observaciones.
D)
TENDENCIAS MIXTAS
a) Instinto de competencia
1. Es sensible a la emulacin.
2.
3.
Observaciones.
328
b)
Necesidad de aprobacin
3. Es sensible a la reprobacin.
4. Se preocupa por la opinin que los dems tienen
de l.
5. Es sensible al castigo (cul?).
6. Es sensible a las amenazas (de quin?).
7. Debe ser tratado con dulzura.
8. Debe ser tratado con firmeza.
9. Se rebela a menudo contra las influencias que quieren
ejercer sobre l.
10. Slo obedece a ciertas personas (cules?).
11. Explota la bondad, la debilidad, los sentimientos.
12. Observaciones.
E. TENDENCIAS AUXILIARES
a) La imitacin
e) Ocupaciones.
f) Los tics.
g) Los defectos.
2.
Es sugestionable.
Observaciones.
b)
1.
El juego
2.
Prefiere:
a) Juegos sensoriales.
b) Juegos movidos.
c) Juegos con juguetes,
e) Juegos tranquilos.
0 Juegos ruidosos,
g) Juegos hablados,
h) Juegos de azar,
i) Juegos con afn de lucro.
j) Juegos dramticos (representaciones teatrales) (9).
k) Juegos de ingenio (adivinanzas, juegos de palabras,
jeroglficos, etc.)
Sabe organizar los juegos.
3.
e)
sa
1a
f)
g)
h)
i)
j)
k)
1)
5.
6.
Observaciones.
F.
Admira lo bello:
a)
b)
d)
e)
f)
En la poesa.
Observaciones.
b) Tendencias ticas
1.
2.
7.
8.
334
c) Tendencias sociales
1. Es sensible a las penas de los dems con palabras
(compasivo).
2.
tivo).
3.
REFERENCIAS COMPLEMENTARIAS
a) Forma de la actividad
1. Tiene necesidad de actuar, no le gusta quedarse inactivo, busca ayudar, ocuparse de algo espontneamente.
2. Se ocupa con preferencia de:
a) Dibujo, pintura, escultura, moldeado.
b) Canto, msica instrumental.
c) Poesa, literatura.
d) Construcciones mecnicas.
e) Carpintera, cerrajera.
f) Jardinera, cra de ganado.
g) Gimnasia, danza, deportes.
h) Los juegos (ver ms adelante),
i) La costura, los quehaceres de la casa, la cocina y
otras ocupaciones.
3.
4.
Trabaja:
a) Con sus trabajos escolares slo.
b) Con ayuda.
c) Cuando se le estimula, se le alienta con la esperanza de una recompensa.
336
e)
5.
6.
b)
8.
9.
Observaciones.
339
EL CARCTER
Hasta este momento hemos tratado de la afectividad, de
su origen, de su evolucin, de su patologa y de su examen.
Pero la afectividad no constituye todo el carcter.
(11) Dr. DECROLY y VERMEYLEN: Smiologie Psychologique...,
op. cit., p. 112.
(12) Ibidem, p. 116.
340
342
por lo menos en la mayora de los casos, dicho factor interviene para darle un sello que puede, en algunos casos, ser predominante.
Diversos autores, tales como Ribot, Fouille, Paulhan,
Malapert y otros han reconocido el papel que juega el factor
intelectual en la constitucin de ciertos tipos de carcter. Inspirndose sobre todo en Fouille, el Dr. Decroly considera los
tipos siguientes:
1. Los tipos concretos y abstractos, segn que la actividad intelectual pueda o no trabajar sobre materiales presentes o no presentes y solamente de naturaleza representativa:
2. Los intuitivos y los racionales o deductivos o tambin los globales y los analtico-sinttico, segn que el espritu
funcione en bloque y perciba, piense o acta sin descomponer
los objetos o los hechos y los actos, o segn que proceda por
la va analtica y lgica.
La influencia de la inteligencia junto con los otros elementos considerados hasta el momento, conduce a nuevas combinaciones variables.
El factor actividad o voluntad, considerado a menudo como un factor que juega un papel en la constitucin del carcter, no es, segn nuestro autor, un factor constituyente, sino
ms bien un factor derivado en la edificacin del carcter.
Para resumir lo que llevamos dicho concerniente a los elementos fundamentales del carcter definidos por el Dr. Decroly, reproducimos la tabla siguiente (16), donde se indican
claramente los determinantes del carcter y por consiguiente
los factores que intervienen en la constitucin de los tipos:
344
A.
1.
2.
3. Los factores de orden intelectual, de los cuales podemos distinguir sobre todo:
a) inteligencia concreta o simblica;
b) inteligencia receptiva o inventiva (creadora);
c) inteligencia intuitiva o racional.
B.
En orden subsidiario:
1. Los factores representados por las costumbres formadas por la accin del medio y de la educacin;
2. Los factores representados por las aptitudes sensoriales y motrices;
345
3.
El factor lenguaje;
4. El factor memoria;
5.
El factor atencin.
Para terminar este captulo mostraremos las pruebas sobre el carcter (18), elaboradas y aplicadas por el Dr. Decroly.
Partiendo de la base que el cuestionario es el medio ms
prctico para el conocimiento del carcter, no por ello el Dr.
(18) Dr. O. DECROLY y M. L. WAUTHIER: Contribution l'tude
des tests du caractre, Journal de Psuchologie, vol. 26, 1929. Ver tambin
Dr. O. DECROLY: Essai d'application d'epreuves de caractre. Informe
presentado ala V Conferencia Internacional de Psicotecnia. p. 183. Utrech,
1928.
349
TEST DE
PERSEVERANCIA.
351
1 loba
2 cama
3 cuchillo
4 lupino
5 navio
6 malva
7 costumbre
8 hlice
9 lobo
10 legin
11 corcho
12 trigo
13 billar
14 gallo
15 noble
16 bobo
17 sobrino
18 blasn
19 marea
20 meteoro
21 nicotina
22 nube
23 nmero
24 aceite
25 hulla
26 buitre
27 busto
28 bilis
29 nocturno
30 hebreo
31 tizn
32 negro
33 ligar
34 marino
35 ley
36 metal
37 nitro
38 carta
39 navio
40 sobrina
41 lira
42 garza
43 bizantino
44 cojn
45 oveja
46 caja
47 bobina
48 pronto
49 mueco
50 habichuela
B.
2) Escoger entre estas muestras la preferida para un vestido de calle (chicas jvenes); para confeccionar un vestido de
entretiempo (gente joven).
3) Escoger entre estas cuatro plumas aquella que se prefiera.
354
TEST DE DOMINIO.
3.
tarde.
4.
nado.
D.
TEST DE VANIDAD.
357
E. TESTS DE PRUDENCIA.
Se han efectuado dos pruebas individuales; cada sujeto
dispone del tiempo que juzgue necesario. Con el fin de reducir al mximo la influencia del experimentador se escriben todas las indicaciones en una ficha, con lo cual nos ahorramos
de explicarlas de viva voz.
a)
Un reloj;
Prueba de la pipeta.
Adems de estas dos pruebas prcticas se realizan ejercicios tericos, que sirven igualmente para valorar la prudencia
360
2.)
3.)
4.)
F. PR UEBAS DE HONESTIDAD.
En el curso de un examen conjunto, los sujetos deben responder a las preguntas siguientes, basadas en parte en las del
test Thurstone-Mira.
Escribir frente a cada uno de los nmeros 1, 2, 3, verdadero o falso, segn que los silogismos 1, 2, 3 sean exactos o inexactos.
1) Todos los miembros del club de Natacin son miembros del club de las Regatas.
Enrique no es miembro del club de las Regatas.
As, pues, no es miembro del club de Natacin.
2) Juan debe 100 pesetas a Enrique.
Guillermo debe 115 pesetas a Juan.
As, pues, si Enrique recibe 100 pesetas de Guillermo y da
15 a Juan las deudas quedan anuladas.
3) Mozart se muri antes del nacimiento de Chopn.
362
73
74
95
El nmero a sealar es el 9.
Hacer lo mismo en la hoja adjunta para las tres series siguientes:
100
1
10
1
64
2
8
4
36
5
6
25
9
7
14
21
27
41
El
El
El
El
caracol
caracol
caracol
caracol
es
es
es
es
un
un
un
un
crustceo.
gastrpodo.
cefalpodo.
hidrozoario.
b)
c) El yeso es un lquido.
El yeso es un elemento.
El yeso es un metaloide.
El yeso es una sal.
Las preguntas que se han escogido son intencionalmente
bastante difciles para que los sujetos cometan errores.
Se corrigen las copias sin que se den cuenta los sujetos,
otorgando un punto a cada respuesta correcta. A la semana
siguiente se remiten las copias a los sujetos y se les pide que
corrijan su trabajo, con el pretexto de reducir la tarea del corrector. En el grfico se encuentran las respuestas exactas.
Se ponen gomas de borrar al alcance de los alumnos.
La diferencia entre la puntuacin que se atribuye el alumno y la que se le ha otorgado anteriormente permite una apreciacin de la honestidad del sujeto.
Estas pruebas han sido concebidas con la idea de puntuarlas bajo el punto de vista de la honestidad. Es precisamente
con esta intencin que la 1.a prueba es escrita con pluma y la
2. a con lpiz. Adems, en la 1.a prueba las tres primeras respuestas estn representadas por una palabra, mientras que las
siguientes slo exigen un sign. Igualmente, en la 2. a prueba,
las tres primeras consisten en una palabra y las tres siguientes
en dos nmeros y las ltimas en un simple signo.
Estos tests han sido aplicados en una primera investigacin a un pequeo nmero de sujetos 26, 14 chicos y 12
chicas. Con el fin de economizar tiempo, se han escogido 7
sujetos chicos y chicas que se encuentran entre los primeros
por lo que se refiere a los resultados de las pruebas intelectuales y se ha hecho otro tanto por lo que concierne a los ltimos.
En el grfico siguiente figuran los resultados obtenidos
en los diferentes tests aplicados.
365
99
Chicos
Chicas
Chicos
Chicas
Chicos + Chicas
Chicos + Chicas
A
B
A
B
A+ B
A+ B
A
B
Nmero
Ni
LO
NJ
*-A
*-*A
\O
Lo
Jx
\O
<-o
O\
Os
>Ni
LA
O\
N)
'-A
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"'
\O
5 i
i 5; i
^^
LO
*^J ^D
OO
--J
Ni
Ni
'j t
^o ^^
1 t
LA
14,8
10,8
10,2
12,4
12,6
11,1
12,7
11,2
17,7
11,9
11,8
i1 ^i
f
LO * L O N i L o N i N i L O L O j i .
LO
O"!
LA
LO
LO
OO LO
-~J
56,3
13,1
22,8
21,2
21,3
14,7
28,1
23
18,1
26,6
24,6
18,4
"V " \o
60,5
O\
Rapidez
%
Dominio
,0
Vanidad
Prudencia
o/o
" "oo
&
100
OO
LO
22,1
41,4
33,6
"LA
Perseverancia
(cotas)
Honestidad
%
368
monografas de Egger (10), Deville (11), Ronjat (12), Pavlovitch (13), Bloch (14) y otros; finalmente, en ingls las de Major (15), Kirkpatrick (16), Miss Smith (17), Mac Carthy (18).
En su obra Comment l'enfant arrive parler, el Dr. Decroly (19) ha publicado el fruto de sus investigaciones bibliogrficas as como sus observaciones sobre un nio del que ha
seguido desde muy cerca su evolucin. Nos limitaremos a sealar las principales observaciones personales.
Para el Dr. Decroly, el lenguaje no es una funcin simple,
con una sola faceta, ni es independiente de otras funciones.
Constituye una actividad muy compleja, con diversas facetas,
vinculada a un gran nmero de factores, especialmente las
percepciones, la memoria, la asociacin de ideas, la inteligencia, la imaginacin, los poderes motores, los rganos de la fonacin y de la articulacin, luego la atencin, el inters, el
ejercicio, la costumbre.
(10) E. EGGER: Observalions et rflexions sur le dveloppement de
l'ineigence et du langage chez les enfants. Pars, 1887.
(11) G. DEVILLE: Notes sur le dveloppement du langage, Revue de
linguistique et de philosophie compare, vol. 23-24, 1890-91.
(12) J. RONJAT: Le dveloppement du langage observ chez un enfanl
bilinge. Pars, 1913.
(13) M. PAVLOVITCH: Le langage enfantin. Acquisition du Serbe el
du Francais par un enfant serbe. Pars, .1920.
(14) O. BLOCH: Les premiers stades du langage de l'enfant, Journul
de Psychologie, vol. 18, 1921, p. 693.
(15) D. R. MAJOR: First steps in mental growth: a series of studies in
the psychology of infancy, p. 278. Nueva York, 1906.
(16) E. A. KIRKPATRICK: How children learn to talk, Science.
1981.
(17) M. E. SMITH: An investigaron of the development of the Sentence ant the Extent of Vocabulary in Young Children, University of lowa
Studies (Studies in Child Welfare), vol. 3. lowa, 1926.
(18) Me. CARTHY: The language development of the preschool
child. Inst. Child Welfare Monogr, ser. n. 4. Minneapolis, 1930.
(19) Dr. O. DECROLY: Comment l'enfant arrive parler. Lieja, 1934.
370
2.
3. Las relaciones entre Jas funciones del lenguaje auditivo oral y del lenguaje visual grfico para poder leer en voz
alta y escribir un dictado.
El Dr. Decroly insiste en las relaciones existentes entre los
sentimientos por una parte y el lenguaje por otra. A este respecto seala que en el nio idiota e incluso el imbcil, aparece, generalmente, el lenguaje con mucho retraso y que en ningn momento llega a ser completo. Por el contrario, el nio
sordo o medio sordo, incluso muy inteligente, sufre un retraso en su evolucin mental debido a las dificultades para asimilar el sentido de todas las palabras y reunir las palabras necesarias para comprender y expresar el lenguaje abstracto. El
lenguaje juega, por tanto, un papel importante en el bagaje
371
372
labras-frases expresan deseos antes que traducir constataciones, con lo cual el nio adquiere ms fcilmente las palabras,
las expresiones o giros de las frases, cuando stas van asociadas a sensaciones vivas y particularmente a aquellas que van
acompaadas de alegra, de dolor, de temor, de deseo o de
otros sentimientos.
Para el Dr. Decroly, las etapas primordiales del desarrollo
del lenguaje son:
A. Etapas preparatorias:
1. El perodo del grito. 2. El perodo del balbuceo o farfulleo. 3. El paso del balbuceo a la imitacin y a la expresin.
B. Las fases de la comprensin del lenguaje hablado.
C. Las fases de la expresin del lenguaje hablado.
El Dr. Decroly considera el grito como una actividad preparatoria del lenguaje, puesto que la mayora de los rganos
que se utilizarn a la hora del lenguaje intervienen ya en los
primeros llantos.
El llanto expresa ya una comunicacin de los estados afectivos: est provocado por el hambre, la fatiga, la humedad, el
dolor, ms adelante por el deseo de cambiar de posicin o de
ser cogido en brazos. Los gritos corresponden, por tanto, a
interjecciones y preparan de hecho las primeras formas verbales verdaderas. Se observan adems algunas variaciones al
cabo de unas semanas. Los llantos prolongados que no encuentran consuelo de ninguna manera, son a menudo un signo desfavorable que puede ser un sntoma de algunas enfermedades del sistema nervioso (encefalitis, meningitis). Por el
contrario, la ausencia del llanto constituye frecuentemente un
signo de anomala, una caracterstica que presentan muchos
mongoloides.
373
Al grito sigue el balbuceo o farfulleo que es un perfeccionamiento del juego primitivo, resultante de la modificacin
de la tensin de las cuerdas vocales y de los obstculos que encuentran los sonidos en los distintos rganos de articulacin
(velo del paladar, lengua, dientes y labios) as como la mayor
o menor energa de los movimientos respiratorios.
Este perodo constituye un bonito ejemplo de la importancia del juego que tiene por objeto el ejercicio previo, segn
la tesis de K. Goos. En efecto, como observa el Dr. Decroly,
las articulaciones producidas por el nio durante esta poca le
proporciona seguramente placer, aunque se le escapa totalmente el objetivo de estos movimientos; el nio los repite y
los vara hasta el infinito, sin que ello traduzca un estado, una
necesidad, salvo la de jugar.
Distintos autores han estudiado numerosos problemas relativos al balbuceo; as vemos cmo se ha intentado determinar el perodo del comienzo del farfulleo, el orden en que
aparecen los diversos sonidos, las circunstancias en que se
producen los balbuceos, los factores que ejercen influencia
sobre el significado de los diferentes sonidos emitidos por el
nio.
Las observaciones personales del Dr. Decroly sobre su
ahijada han puesto en evidencia la importancia de cierta etapa, especialmente el paso del perodo del balbuceo al de la expresin, etapa que no tienen en cuenta los autores anteriormente citados. En efecto, entre 1;3 y 1;5, ha odo muchas veces series de ms de dos slabas, as como curiosas combinaciones de balbuceo y de expresin verdadera, que se manifiestan sobre todo cuando la nia est fuertemente impresionada
o cuando desea intensamente alguna cosa. He aqu algunos
ejemplos:
A 1:3,12 la nia dice: mtsapott cuando espera con impaciencia la comida; a 1;4,11: tttap cuando se pone un
374
sombrero; a 1;4,14, pspotpapa cuando quiere coger el retrato de su pap a otro nio que se resiste a ello; a 1;4,28
papatpatapa-m en el momento que muestra una pelota a su
pap (23).
El Dr. Decroly explica este desdoblamiento de slabas,
que disminuye a partir de 1;5 para desaparecer rpidamente,
de la manera siguiente: se trata quiz de sonidos que pueden
corresponder a imitaciones imperfectas del ruido que producen las frases que oye el nio, en una fase cuyo vocabulario es
nulo o insuficiente para formar la frase completa. El nio estara impresionado por el conjunto de la frase ms que por
ciertos sonidos aislados y es precisamente este aspecto del discurso que tratara de traducir.
Durante un primer perodo que dura alrededor de un mes,
no aparecen palabras en estas combinaciones y, durante un
segundo perodo de otro mes de duracin, stas aparecen a
menudo al final de la serie de slabas y a veces tambin al
principio.
Por lo que se refiere a la comprensin del lenguaje, las notas que ha tomado el Dr. Decroly muestran que la primera influencia de las palabras est representada por efectos afectivos y de reaccin: si a un nio de 0;5,6 de edad se le dice en un
tono irritado, por ejemplo: Nia sucia! su figura se ensombrece, descienden las comisuras de los labios y parece que
va a llorar. En un principio parece que slo cuenta la intensi(23) Dejamos las expresiones de la nia igual que en el original, puesto
que resulta prcticamente imposible la adaptacin al castellano. Obsrvese,
sin embargo, que la nia utiliza preferentemente sonidos labiales y dentales:
p, t, m, s..., vlidos igualmente para el castellano. Por lo que se refiere a las
expresiones de la nia a lo largo del inicio del proceso de aprendizaje de la
lengua hablada, estudio que se desarrolla en las pginas siguientes, figura
adems del original (expresin de la nia e interpretacin en francs) la traduccin al castellano (nota del traductor).
375
dad: a 0;7,9 cuando se alza la voz para llamar a alguien, la nia se pone a llorar. Incluso ms tarde, la nia no comprende
el sentido exacto de la orden, pero est sobre todo influenciada por la entonacin, por el sonido o por una palabra determinada; a 0; 11, ella entiende: Dnde est Joseph'! (una
mueca), busca los ojos de la mueca que lleva este nombre,
pero no comprende an la pregunta Dnde est? seguida
del nombre de una persona conocida.
El Dr. Decroly piensa, sin embargo, que, aunque la entonacin, la mmica y los gestos juegan evidentemente un papel
primordial y pueden ayudar mucho al nio a comprender lo
que de l se espera, no debe subestimarse la capacidad de
comprensin del propio lenguaje hablado. Est pues establecido que la comprensin est ms avanzada que la expresin
y que aqulla est ms diversificada. Las observaciones muestran, por otra parte, que la comprensin abarca frases enteras, mientras que la expresin slo utiliza palabras que equivalen a frases.
Esta comprensin de las frases no es el resultado de un
proceso lgico, sino que tiene un significado ms primitivo.
Se trata, sobre todo, para el Dr. Decroly, de un fenmeno
auditivo confuso que designa con el trmino global (sincrtico, estructural).
La siguiente etapa es la de la imitacin en la cual podemos
distinguir la autoimitacin verbal (el nio imita sonidos de
origen externo, pero idnticos a los que l emite espontneamente), la imitacin inmediata y la imitacin diferida.
Esta etapa prepara la expresin del lenguaje hablado.
Sabemos que la poca en la cual el nio emite su primera
palabra verdadera no es fijada an de una forma definitiva
para la mayora de los nios, a pesar de las minuciosas observaciones sobre esta cuestin. La nia observada por el Dr. Decroly dio este primer paso en 0; 11.
376
En cuanto a su naturaleza gramatical, resulta difcil diferenciar estas palabras, ya que su valor no es generalmente el
mismo que tienen en el lenguaje adulto; no tienen como objetivo la denominacin, constatar la presencia de un objeto, sino de expresar un estado afectivo interno, un deseo, una necesidad, una orden, un sentimiento y es por ello que tienen el
sentido de una frase. En razn a la complejidad de su sentido
se les llama palabras-frases. Por otro lado, estas palabrasfrases tienen un sentido ms amplio, a menudo, que su sentido real, se atribuyen a objetos o a acontecimientos que tienen
ciertas analogas entre s y que en el lenguaje adulto se designan por otros trminos.
As, por ejemplo, la ahijada de la cual el Dr. Decroly ha
seguido su evolucin, ha aplicado el trmino auto a toda una
serie de objetos que presentan una cierta analoga con la rueda de un coche, tales como un disco de madera, una carretilla, un taburete en forma de cilindro aplastado; igualmente
ella ha utilizado sin (= chien (perro)) para todos los animales, despus fam para el caballo, la vaca y el burro.
Despus del estadio de las palabras aisladas, se observa
una etapa en la cual se juntan dos o tres palabras sin que sea
aparente la construccin sintctica de la frase.
La nia dice: f papa (= c'est chaud papa es caliente
pap).
Como ejemplo de frases que tienen muchas palabras, podramos citar en la misma nia:
A 1;5: papa-p monmon-fam (= papa met ses souliers
pour aller chez Florimond voir le cheval pap pone sus zapatos para ir casa Florimond ver el caballo).
A 1;7: papa-bb-dd-ni-mami (= papa, beb a fait dodo dans le lit de mamy pap, nia ha hecho nona en cama
de mam).
377
de
379
o p . cil.
381
382
bargo, segn el Dr. Decroly, el retraso en la palabra va generalmente asociado a los trastornos motores.
Las irregularidades de la evolucin pueden explicarse por
la influencia de diversos factores, de entre los cuales citaremos:
1. El medio social: de acuerdo con las investigaciones
llevadas a acabo en distintos pases, podemos considerar como adquirida la inferioridad y el retraso desde el punto de
vista verbal, de los nios de las clases populares. Esta inferioridad es ms acentuada cuanto ms baja sea la situacin profesional del padre; aumentar tambin dicha inferioridad en
relacin al desarrollo del lenguaje del medio social.
2. Los sexos: la mayora de los autores reconocen que
las chicas son ms precoces y que tienen un vocabulario ms
extenso que el de los chicos. Por otro lado, la encuesta del Dr.
Decroly, de la que nos ocuparemos ms adelante, demuestra
que los chicos presentan ms dificultades verbales y que les
cuesta ms dominar una segunda lengua. A pesar de todo se
trata slo de verdades a medias, puesto que parece que esta su
perioridad de las chicas no se mantiene; con el tiempo, son los
chicos los que acaban triunfando, ya que es entre ellos que
encontramos el mayor nmero de oradores, de predicadores,
de artistas de la palabra (27). Debemos preguntarnos adems
si esta superioridad no es otra cosa que la consecuencia de una
superioridad de orden intelectual en algunos elementos seleccionados.
383
384
385
2.) Las dificultades en la lectura, ortografa y aritmtica son mucho ms frecuentes en los nios del segundo grupo;
3.) La inteligencia est por debajo de lo normal en
ocho alumnos del segundo grupo, mientras que no se observa
esta insuficiencia en ningn alumno del primer grupo (todos
ellos han sido sometidos a diferentes especies de pruebas verbales, no verbales, colectivas e individuales);
4.) Entre 33 alumnos del primer grupo, de los cuales 6
son de origen extranjero, y para los cuales la lengua de la escuela constituye una segunda lengua, slo dos experimentan
dificultades en el estudio de la segunda lengua;
5.) Al contrario, los 22 alumnos del segundo grupo, todos han tenido dificultades.
6. ) En el curso de latn (4.a lengua), se constata que los
alumnos del primer grupo tienen ms xito, teniendo en cuenta adems que los mejores alumnos de las clases de latn han
dejado ya la institucin para frecuentar las escuelas oficiales.
El Dr. Decroly saca sus conclusiones de estos resultados,
as como de sus experiencias con nios anormales o con nios
con trastornos de la palabra:
1.Algunos nios (la proporcin deber establecerse
travs de un estudio estadstico amplio) no tienen aptitudes para las lenguas, comprendida su propia lengua materna;
2.Esta ineptitud se manifiesta por el retraso en la aparicin del lenguaje, cuando el medio presenta condiciones favorables;
3.Esta ineptitud est a menudo relacionada con un retraso mental, sin que este retraso constituya siempre la causa
de dicha ineptitud.
386
4.Existen a veces trastornos transitorios o permanentes de la palabra (seseos); existen tambin dificultades en relacin al aprendizaje del canto y de la msica en general;
5.En un cierto nmero de casos (a precisar por la estadstica) se presentan trastornos motores que producen retrasos a la hora de andar y en la destreza, a veces tambin una
tendencia ms o menos marcada hacia la torpeza;
6.En un cierto nmero de casos encontramos tambin dificultades para la adquisicin de la lectura, la ortografa y la escritura, sin que se presente una dificultad proporcional por lo que se refiere a la aritmtica;
7.En algunos casos en los cuales la adquisicin de la
lengua materna parece realizarse normalmente, resulta muy
difcil o imposible la de una segunda lengua; en estos casos, la
influencia ejercida por el entorno del nio puede entrar en
juego, a travs de las opiniones de las ventajas que la adquisicin de una segunda lengua puede acarrear;
8.En algunos casos tambin los trastornos son de origen hereditario o familiar;
9.La adquisicin de una o varias lenguas por el mtodo lgico no parece al alcance de la mayor parte de los nios;
es adecuada a un cierto tipo mental y la ineptitud para esta
forma de adquisicin no implica necesariamente una ineptitud intelectual para el estudio de otras ramas de orden abstracto (matemticas o ciencias).
Del conjunto de las investigaciones, entre los cuales citaremos de forma especial las de Epstein (33), Jesperson (34),
(33) J. EPSTEIN. Op. cit.
(34) O. JESPERSON. Op. cit.
387
388
sados o anormales de movimiento (coreicos, crnicos, atetsicos, etc.), en los cuales puede existir una inteligencia normal, mientras que se presentan mltiples defectos de la palabra. Igualmente, algunos sordos o audimudos pueden presentar retrasos importantes, aunque sean normales desde el punto de vista de la inteligencia o simplemente retrasados debido
a su incapacidad verbal.
Estas observaciones, as como la encuesta de Cyrus
Mead (42) y la de C. H. Town (43) demuestran que la inteligencia es un factor determinante en la evolucin de la palabra.
7. El desarrollo motor: Despus de haber sealado las
investigaciones de Ireland (44), Tredgold (45) y C.
Mead (46), el Dr. Decroly explica la relacin entre el desarrollo motor y la expresin del lenguaje, por el hecho que ste slo es posible gracias al funcionamiento de los rganos motores que intervienen para realizar las condiciones fonticas articulares de los msculos del pecho, de la laringe, de la faringe y de la boca, necesarios para poder hablar. Es corriente
que los nios que presentan trastornos de la motricidad, innatos o adquiridos, sobre todo del lado derecho, estn aquejados de retrasos de anomalas en el lenguaje hablado.
Entre los factores que intervienen a favor del desarrollo
del lenguaje, el Dr. Decroly distingue entre aquellos que proceden de la naturaleza innata del nio, de los que dependen
(42) C. D. MEAD: The relation of general intelligence to certain mental and physical traitis, Teach. Coll. Contrib. Education, n. 76, 1916.
(43) C. H. TOWN: Language development in 285 idiots and imbciles, Psychol. Clin., vol. 6, 1912-13, p. 229.
(44) Citado por C. MEAD.
(45) A. F. TREGOLD: Mental Deficiency. Londres, 1908.
(46) C. D. MEAD: Tht age of walking and talking in relation to general intelligence, Pedagogical Seminary, vol. 20, 1913, p. 460.
390
de la naturales y que son debidos principalmente a la influencia del medio (47) y de la educacin. Los primeros, a pesar de ser los ms importantes escapan a nuestra accin directa, en cambio, los ltimos estn ms a nuestro alcance. Al
margen de las medidas de higiene y de teraputica fsica y nerviosa, cuya finalidad es la prevencin o tratamiento de los
trastornos y las enfermedades que atacan directa o indirectamente los rganos sensomotores o cerebrales, nuestro autor
llama la atencin sobre las condiciones especficamente educativas que pueden jugar un papel ms o menos activo en la
evolucin normal del habla. Van Alstyne (48) ha llevado a cabo una encuesta para establecer estas condiciones.
En su obra L'exploration du langage (49), el Dr. Decroly engloba y hace una crtica de las pruebas que han servido para establecer el grado de desarrollo del lenguaje del nio. Como observacin general, seala que la demarcacin
entre los tests de lenguaje y los tests de inteligencia es difcil
de precisar, ya que las pruebas que implican la comprensin y
la expresin de las ideas necesitan la participacin de actividades complejas y, por otra parte, la comprensin implica generalmente la intervencin de percepciones auditivas y la expresin, la de los mecanismos motores de la palabra.
(47) Dr. O. DECROLY: Le role du langage et l'influence du milieusocial sur l'quipement mental..., op. cit., p. 272.
(48) D. Van ALSTYNE: The environment of three-year-old children:
factors related to intelligence and vocabulary test, Teachers' Coltegue. Conirb. Educ, n. 366, 1929, p. 109.
(49) Dr. O. DECROLY: L'exploration du langage de l'enfant. Epreuves
de comprhensin, d'imitation et d'exploration. Uccle, Bruselas, 1937.
391
El dibujo es una forma de expresin, un lenguaje ms preciso, ms concreto que el lenguaje verbal y que lgicamente
debera preceder a este ltimo (1). Si a la realidad no ocurre
as, es que el mecanismo mental que preside la funcin del dibujo es bastante complejo.
El Dr. Decroly ha intentado precisar la naturaleza de los
diversos elementos que entran en la confeccin del dibujo (2).
Estos elementos son: la nocin de direccin en el plano, las
proporciones, la sucesin de los planos, la perspectiva. Ellos
implican adems de una aptitud muy desarrollada para utilizar las percepciones musculares del ojo, la intervencin de la
memoria de estas percepciones. Esta ltima interviene de una
manera ms activa an en el fenmeno denominado la representacin visual que permite dibujar las cosas de la forma que
sea, bajo aspectos que nunca o raramente tenemos ocasin de
ver.
factorio, no por ello es capaz de precisar si se trata de la direccin de una lnea, de un defecto de simetra, de perspectiva,
de un detalle de la representacin del movimiento aquello que
es errneo o est ausente.
La funcin motriz del ojo es, pues, lo que est en primera
lnea y sirve de gua a la mano que dibuja, tanto en el caso del
dibujo al natural como en el de memoria, as como tambin
en el de imaginacin.
El Dr. Decroly ha intentado estudiar de forma experimental cmo se desarrollan las diversas funciones elementales en
el nio, por lo cual se pregunta primeramente: a qu edad
aparece la funcin que aprecia las direcciones, as como las
distancias angulares?
El ha sometido 47 nios de 4 a 16 aos, 4 adultos de 20 a
30 aos a la siguiente prueba (3): se pegan a una hoja blanca
4 tringulos de papel rojo brillante de alrededor de 20 centmetros de altura y 10 de anchura; uno de los tringulos es rectngulo, otro equiltero, un tercero issceles y el cuarto escaleno. En una hoja situada delante del sujeto a 2 metros ms o
menos de la pizarra, donde se ha fijado un gran cartel, se encuentran pegados 12 tringulos de menores dimensiones que
los primeros (2-3 centmetros de base por 5 centmetros de altura); cuatro de ellos tienen los ngulos iguales a los de los
tringulos mayores; los dems difieren de tal forma que, por
cada especie de tringulo existen dos en los cuales un ngulo
difiere de 5 a 10 del ngulo homlogo de la figura tipo. As,
adems del tringulo rectngulo, hay dos tringulos en los
cuales, en uno el ngulo de la base es de 85 y en el otro de
80. Con el tringulo equiltero hay dos tringulos muy parecidos, con la particularidad que el ngulo de la izquierda de
(3) En relacin a esta experiencia, el Dr. DECROLY seala que slo tiene el valor de un sondeo y tambin que puede sugerir a otros ensayos en mayor escala.
395
397
Bruselas, 1913.
399
El Dr. Decroly ha intentado someter a la experiencia el desarrollo de la representacin abstracta de las representaciones
visuales. Para ello ha hecho representar a travs de la imaginacin personas con o sin sombrero vistas por arriba en el momento que pasan por debajo de la ventana donde se encuentra el observador. Aqu aparecen tambin diversas etapas:
1) En el curso de la primera, el nio se limita a dibujar
monigotes tradicionales, sin preocuparse del trabajo de representacin que se le exige.
2) En una segunda etapa aparece esta preocupacin, sin
que el nio comprenda la pregunta en toda su complejidad,
dibujando a la vez los monigotes y la ventana donde aparece
su propio dibujo.
3) En una tercera, el nio se da cuenta que lo principal
es representar la cabeza o el sombrero, aunque le resulta difcil suprimir todo o parte del personaje que representa o bien
entero, pero indicado vagamente o en una posicin inusual, o
bien en parte.
4) Finalmente, el nio slo dibuja el sombrero o la parte
alta de la cabeza, aadiendo la proyeccin de los hombres y
un esbozo de los brazos o de las piernas y de los pies.
Esta capacidad de representacin visual abstracta aparece
a partir de los 10 aos, aunque, como ocurre en las dems actitudes estudiadas en este captulo, por lo general an no se
ha desarrollado totalmente en los chicos de 15 aos.
ser y Stern (6), Krtzsch (7), Luquet (8), Helga Eng (9), Hetzer (10), W. Stern (11), K Bhler (12) y otros.
Sealemos, sin embargo, sobre todo las tentativas de
Thorndike (13), Burt (14), Goudenough (15), para establecer
escalas de progreso en el dibujo de acuerdo con la edad mental, basndose en la evolucin del dibujo espontneo de un
monigote.
El Dr. Decroly ha contribuido a estos ensayos estudiando
el problema del dibujo considerado desde el ngulo especial
de la aptitud para visualizar y representar aspectos de los objetos familiares.
En una comunicacin presentada en la Conferencia Internacional de Psicotecnia de Barcelona (1922) (16), ha mostra(6) H. GROSSER y W. STERN: Das freie Zeichnen und Formen des
Kindes. Leipzig, 1913.
(7) W. Krtzsch: Rhythmus und Form in der freien Kinderzeichnung.
Leipzig, 1917.
(8) G. H. LUQUET: Le dessin enfantin. Pars, 1927.
(9) HELGA ENG.: Kinderzeichnen. Vom ersten Strich bis zu den Farbenzeichnungen des Achtjahrigen, Beihefte zur Zeitschrift fr ange wandte
Psychologie, vol. 39, 1927.
(10) H. HETZER: Die symbolische Darstellung in der frhen Kindheit
Viena-Leipzig-Nueva York, 1926.
(11) W. STERN: Psychologie der Frhen Kindheit. Leipzig, 1930.
(12) K. BUHLER: Die geistige Entwicklung des Kindes. Jena, 1924.
(13) E. L. THORNDIKE: The Measurement of Achievment in Draving, Teachers College Record, vol, 14, 1913, p. 345.
(14) C. BURT: Mental and Scholastic Tests. Londres, 1921.
(15) Fl. L. GOODENOUGH: Measurement of intelligence by drawings.
Chicago, 1926.
(16) Dr. O. DECROLY: Le dessin. Les tests de l'aptitude graphique et
leur application l'orientation professionnelle. Le test de representaron
mentale. Memoria presentada a las sesiones de la II Conferencia Internacional de Psicotecnia de Barcelona, 1922, p. 112 (en la presentacin nos hacamos eco de la participacin de Dr. DECROLY en la citada conferencia que
tuvo lugar en 1921, puesto que 1922 es la fecha de la publicacin de las actas
(nota del traductor).
401
En su comunicacin al Congreso Internacional de Psicologa de New Haveh (1929), el Dr. Decroly (17) ha presentado
los primeros resultados de una amplia encuesta realizada con
los nios de las escuelas pblicas belgas. Adems de los dibujos del test anterior y en el cual el primero se convierte en el
dibujo de alguien que pasa visto desde una ventana, los nios
han hecho el croquis de un baln esfrico visto por debajo.
Los resultados obtenidos en los dos nuevos temas para los
chicos de 8 a 10 aos y de 11 a 13 aos han sido los siguientes:
Edades
N.o
1) 8 a 10 aos
11 a 13 aos
2) 8 a 10 aos
11 a 13 aos
774
380
438
254
55,1
36,1
4,75
0,79
405
406
Vil. El fenmeno
de globalizacin
de globalisation et
407
l'enseignement.
409
esconded los ojos, pellizcaros la nariz); los cartones se examinan durante 30 segundos cada uno y las palabras y las frases
se han mezclado desde la primera repeticin.
He aqu los resultados obtenidos al final de 13 sesiones:
2.) Los nios que se dejan guiar por el azar, en la bsqueda de letras y de formas geomtricas, se despiertan, se interesan cuando se trata de imgenes, dando entonces un resultado positivo.
3.) En general, es ms elevado el nmero de imgenes
reconocidas que el de letras y formas geomtricas.
4.) El mayor nmero de errores se comete en las formas geomtricas, mucho mayor que en el caso de las letras y
las imgenes.
5.) Dos sujetos se han servido de la memoria motriz para el caso de las letras, recordando las que haban aprendido
por el viejo sistema de deletreo: por este motivo, han reconocido ms letras que formas geomtricas e imgenes, cometiendo menos errores y empleando menos tiempo en el primero de
los casos.
6.) Los signos abstractos, letras y formas geomtricas
se reconocen mejor a medida que avanza la edad del nio, todo ello independientemente de la inteligencia.
Los autores aaden: Parece a simple vista que una letra
bien simple (t, q) y una figura regular (crculo, trapecio, rectngulo) se reconocieran ms fcilmente que una escena en la
cual diversas personas de aspecto diferente actan de distintas maneras. Ellos han demostrado que esto no se ajusta a la
realidad, ya que son precisamente letras como la / y la q las
que han sido menos reconocidas, en cambio otras como la x y
la y de aspecto extrao han sido las ms reconocidas; vemos
tambin en el caso de las figuras que el trapecio, el rectngulo, el rombo han tenido poco xito, mientras que la elipse,
412
414
(13) Ver J. E. SEGERS: Psychologie de la Lecture et l'initiation la leeture par la mthode globale. Amberes, 1939.
(14) TH. RIBOT: L'volution des idees genrales. Pars, 1897, p. 39
(15) H. BERGSON: Matire et Mmoire. Pars, 1917, p. 160.
(16) Lvy-Bruhl: Les fonctions mentales dans les socits infrieures.
Pars, 1910, p. 110.
(17) J. DEWEY: Comment nous pensons. Traducido del ingls por el
Dr. O. Decroly. Pars, 1925. (La obra original fue publicada en 1909 y su ttulo es Hows to think. Hay una traduccin castellana: Madrid. Ediciones de
La Lectura. Nota del traductor.)
(18) J. Piaget: Le langage et la pense chez l'enfant. NeuchStel-Pars,
1924.
(19) . Cresson: Les ractions intellectuelles lmentaires. Pars, 1922.
(20) H. WERNER: Einfhrung in die Entwicklungspsychologie. Leipzig, 1933.
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frases enteras por medio de ciertos elementos de estas palabras y de estas frases (23).
En este orden de ideas, cabe recordar una experiencia fcil de realizar y que conduce a un resultado anlogo, prueba
que consiste en descubrir la parte superior de una lnea de texto impresa e intentar descifrarla, tomando primeramente cada palabra de forma aislada y despus cogiendo la lnea entera. Se constata fcilmente que la fisonoma incluso incompleta, pero simultnea de una palabra completa o mejor de una
frase sirve mejor para un reconocimiento rpido que la observacin de cada elemento aislado.
Otra experiencia fcil consiste en escribir palabras en las
cuales se han suprimido ciertas letras; es una de las formas del
test de Ebbinghaus, para medir la inteligencia.
Las experiencias realizadas por Fauville (24) sobre el reconocimiento de los rostros ponen en evidencia fenmenos parecidos.
4.) En un terreno ms abstracto podemos encontrar
hechos del mismo gnero; la lectura de los mapas geogrficos
o de las siluetas de pases a escalas muy reducidas nos permiten reconocer con una ojeada el pas que ellos representan.
Hacerse una idea de un libro examinando el ndice de las
materias o dndole una ojeada puede considerarse, desde algunos ngulos, de la misma categora.
Los casos caractersticos observados hasta ahora tienen en
comn su relacin con la actividad visual. El Dr. Decroly
piensa que es sobre todo en el campo de la visin y particularmente de la percepcin visual que este tipo de fenmenos son
(23) Ver J. E. SEGERS: Psychologie de la lecture..., op. cit., p. 210.
(24) A. FAUVILLE: Recherches sur la perception tachistoscopique.
Tomo V de los Anales de 'Institu Supreur de Phosophie. Lovaina, 1924.
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lugar a dudas, su objetivo es inconsciente y sus procedimientos vienen estimulados principalmente por la necesidad de
movimiento, por su instinto de amor propio, asociados a los
instintos de juego e imitacin.
Resulta suficiente, constata el Dr. Decroly, poner a su alcance los materiales apropiados a su edad arena, barro,
agua, piedras, tablillas, varillas, alambre, cartn, papel, tela,
etc., y objetos o partes de objetos a su medida (vestidos, material de cocina, partes de juguetes, aparatos diversos, etc.)
para constatar rpidamente las manifestaciones de su pensamiento global que se traduce en realizaciones ms o menos
aproximadas al modelo imaginado u observado. Es precisamente a este proceso que el Dr. Decroly relaciona la construccin de trenes con cubos y dminos, de puentes y de tneles
con arena, de animales diversos con barro o materias plsticas, de armas con pedazos de madera, de caballos con mangos de escoba, etc.
El estudio del dibujo infantil permite igualmente verificar
la actividad globalizadora como parte de la percepcin y la
expresin (25).
Recordemos adems lo que se ha dicho respecto al desarrollo verbal en el nio: l parte del esquema, de la idea confusa, del plan indeterminado, para evolucionar hacia las representaciones particulares y concretas por una parte y hacia la
nocin abstracta y la figuracin simblica por otra (26). Por
otro lado, hemos visto anteriormente (27) que si el nio pasa
(25) Ver a este respecto: JAMES SULLY: tudes sur l'enfance. Pars,
1898, p. 465. GEORGES SOUMA: Le angagegraphique de l'enfant. Bruselas, 1913, p. 32. G. H. LUQUET: Les dessins d'un enfant. Pars, 1913, p.
238. G. H. LUQUET: Le dessin enfantin. Pars, 1927, p. 231. H. VOLKELT: Neue Untersuchungen ber die Kindliche Auffasung und Wiedergabe von Formen, op. cit., p. 28.
(26) H. DELACRO1X: Le langage et la pense. Pars, 1924, p. 308.
(27) Ver pginas 376 y 377.
420
en principio por el estadio de las palabras aisladas (Einwortsatz), stas tienen sentido de frases y su utilizacin tiene como
objetivo expresar un estado afectivo interno, un deseo, una
necesidad, una orden, un sentimiento.
El Dr. Decroly cree adems que incluso las nociones complejas tales como las nociones de tiempo y de espacio, las nociones de cantidad (28), la nocin de edad, se edifican a partir
de percepciones confusas y vagas para llegar a una precisin
cada vez mayor, a una transparencia ms clara, a una conciencia cada vez ms exacta. As, pues, por lo que concierne a
la nocin de tiempo, ha podido constatar que mucho antes
de la utilizacin de trminos familiares que designan los momentos del da, las divisiones del horario, los nombres de los
das trminos que oye a cada instante utilizados por los que
lo rodean, el nio utiliza trminos menos precisos, ms globales y que tienen, sin embargo, para su entorno un sentido
perfectamente claro (29). Despus de este perodo de los trminos globales, el nio utiliza, durante un cierto tiempo, los
trminos precisos, pero en un sentido global (30).
El Dr. Decroly ha demostrado claramente que el proceso
mental de la funcin globalizadora se encuentra en los diferentes campos de la actividad mental: percepcin, recuerdo,
pensamiento, razonamiento, expresin, etc. Ello constituye
una forma dinmica inferior de la actividad que predomina
en el nio antes de los ocho aos (Piaget), en el hombre primitivo, en un gran nmero de personas que forman parte del
grupo medio de la humanidad. Este proceso se mantiene incluso
en el grupo superior para toda una serie de actividades, en las
(28) Ver la obra de J. PIAGET La gense du nombre chez l'enfant.
Neuchtel-Pars, 1904, p. 105.
(29) Dr. O. DECROLY: Eludes de Psychognse. Bruselas, 1932,
p. 174.
(30) Ayer se puede relacionar con todo el tiempo pasado, maana a todo el tiempo futuro.
421
cuales para la adaptacin no es necesario el anlisis consciente (31). Por otra parte, el Dr. Decroly lo considera como un
ejemplo particular de la aplicacin de la ley econmica, del
mnimo esfuerzo, se trata de obtener en un gran nmero de
casos prcticos un resultado ms rpido y ms seguro con el
mnimo gasto de energa. Dicho proceso est estrechamente
dominado por las tendencias, la afectividad, el inters y nos
permite comprender claramente los fenmenos oscuros de la
mentalidad infantil y adulta (32). De ello deduce el Dr. Decroly que: El hecho aparente fundamental es, pues, que el
trabajo mental, a la edad que sea, concreto o abstracto, particular o general, objetivo y sobre todo subjetivo, verbal o no
verbal, inexpresivo o expresivo, perifrico o central, est, o
puede estar, dominado, determinado o en todo caso influenciado por las tendencias permanentes o transitorias del sujeto, por su estado de nimo constante o variable (33).
De todo ello se desprende un hecho psicolgico de una importancia capital: para un mismo individuo en el curso de las
horas, de los das, de los aos y para individuos diferentes segn la edad, el sexo, la clase social, el grupo profesional, poltico, regional, lingstico, confesional, en una palabra, segn
los intereses dominantes, los objetos, los acontecimientos, las
palabras y los gestos toman significados diversos.
Se puede inferir que los factores determinantes que orientan la actividad mental del nio, cuando sta tiene carcter
global, son los intereses y las tendencias afectivas. Es desde
esta perspectiva que, para el Dr. Decroly, la actividad globali(31) Dr. O. DECROLY: La fonction globale (syncrtique, schmatique) et l'enseignement de la lecture aux enfants normaux et anormaux. Informe presentado al XIII Congreso de Psicologa de Groninga. 1926.
(32) Dr. O. DECROLY: La fonction de la globalisation et l'enseignement..., op. cit, p. 22.
(33) Ibdem, p. 23.
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del texto. El demuestra que se comete un error psicopedaggico cuando al ensear a leer a un nio marchan al unsono la
comprensin visual de los signos grficos, la expresin verbal, la copia, la expresin escrita y la ortografa de estos signos, como si estas diferentes operaciones formasen un todo
nico. En efecto, sus observaciones realizadas con nios jvenes y con nios irregulares (40) con una lesin, una malformacin, una hipotrofia o cualquier otra anomala que dificulta de una forma ms o menos precoz o ms o menos amplia la
evolucin del lenguaje prueban:
1) Que las funciones que intervienen en la enseanza de
la lectura son variadas;
2) Que la lectura es una funcin que puede ser independiente de la expresin motriz verbal, de la escritura, de la
comprensin del lenguaje;
3) Que el fenmeno visual es el primordial, que rige todos los dems.
En apoyo a estas afirmaciones, el Dr. Decroly y Mlle Degand (41) relatan la forma en que un chico pequeo de seis
aos, aquejado de sordera, llega a asimilar los elementos de
la lectura. Una primera serie de experiencias consiste en mostrar, en el curso de diversas sesiones, letras, slabas, palabras
y frases indicando el significado de aquello que se ha escrito,
exigiendo una repeticin inmediata; a continuacin se
aumentan el nmero de frases y mientras que las letras, las slabas y las palabras se ensean durante 60 segundos, las frases
se muestran slo durante 30 segundos; as, pues, la memorizacin de las frases est en desventaja.
(40) Dr. O. DECROLY y Mlle DEGAND: Contribution la Psychologie de la lecture, Archives de Psychologie, vol. 9, n. 35, 1910, p. 107.
(41) Dr. O. DECROLY y Mlle DEGAND: Contribution la Pdagogie de la lecture et de l'e'criture, Archives de Psychologie, vol. 6, 1907.
p. 339.
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2.) que la confusin es menor cuando se trata de palabras que cuando se trata de letras y de slabas;
3.) que no se origina confusin cuando se trata de frases y que las dos frases reconocidas son siempre las mismas.
En el curso de las pruebas posteriores se aumenta el nmero de las palabras y de las frases, y a pesar de todo las frases
siguen siendo reconocidas; stas se retienen tan bien o mejor
y de una forma ms segura que las palabras, aunque mucho
mejor que las slabas y que las letras. Los autores han llegado
a la conclusin que el nio asimila rpidamente una frase,
que su atencin se centra a la vez en el acto y en el sujeto y el
objeto de la accin expresada.
Despus de estas experiencias, el Dr. Decroly y Mlle Degand han querido comprobar si el nio que saba leer las rdenes pellizca el brazo y muestra la nariz es capaz de
comprender por s mismo, por simple deduccin, pellizca la
nariz. El resultado de la experiencia ha sido afirmativo a este respect.
El Dr. Decroly cita tambin el caso de dos nios sordos de
6 aos de edad que, a pesar de su sordera, consiguen asimilar
los elementos de la lectura (42).
De la misma manera, un chiquillo de 7 aos, aquejado de
displejia cerebral, consigue, despus de vencer algunas dificultades, llegar a comprender las imgenes visuales escritas
sobre un letrero, mientras que le resulta imposible traducirlas
verbalmente; as, pues, puede leer visualmente, sin que sepa
expresar aquello que lee.
Otro chico de 14 aos, que presenta un defecto de la memoria verbal, comprende y retiene la imagen grfica de una
(42) Ver pgina 409. Dr. O. DECROLY y Mlle DEGAND: Contribution
la Psychologie de la Iecture, Archives de Psychologie, vol. 9, n. 35, 1910,
p. 177.
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Entre las constataciones psicopedaggicas que se han hecho con este chico, sealemos que apenas puede leer algunas
palabras simples (pap, mam, seora, pillo), que lee slabas
pero no las asocia y que no es capaz de expresar su sentido.
Por lo que se refiere a la escritura, copia muy mal, no puede
seguir un dictado y espontneamente no da para ms.
Desde los primeros das se ha puesto en prctica el mtodo
ideovisual, consistente en ejercicios que asocian frases cortas
con otras, situadas debajo de las imgenes que sirven de comentario.
Estas frases son: Andrea se levanta. Andrea se pone las
medias, Andrea se lava, Andrea se peina. La criada lleva la
sopa. Mam sirve la sopa. Mam da la sopa a Luis. Luis come la sopa.
Una vez identificadas las frases, se pasa al ajercicio siguiente, en el cual las frases modelo estn situadas en lugar
visible junto con los grabados y dibujos para favorecer la repeticin. Los ejercicios son variados, especialmente la frase
est cortada en palabras sueltas y el chico debe colocar las palabras segn el orden indicado en el modelo.
Despus de tres meses de ejercicios de este gnero, el sujeto reconoce unas veinte frases y puede recomponer una docena de palabras como trmino medio cuando l tiene el modelo
o cuando se le dicta la frase, y de todo ello resulta un mayor
inters hacia la lectura.
Despus de cinco meses, es decir, despus de alrededor de
150 horas de ejercicio, reconoce globalmente 97 frases y reconstituye 47.
Despus del estudio de este caso, el Dr. Decroly llega a la
conclusin que este sujeto no llegar probablemente nunca a
dominar completamente la lectura y an menos la escritura
debido a otros obstculos derivados de la insuficiencia inte 431
lectual y a su carcter aptico, pero que, sin duda, indirectamente, la tcnica pedaggica del procedimiento global y el resultado obtenido han tenido una repercusin favorable sobre
las disposiciones generales del nio (49).
Aunque el mecanismo de la globalizacin atrae especialmente la atencin por su aplicacin al aprendizaje de la lectura, el Dr. Decroly (50) ha demostrado experimentalmente
que puede adquirir tambin la escritura sin pasar por los elementos.
Las experiencias demuestran que en tres meses, con 15
20 minutos diarios de ejercicio, la mayor parte de los nios,
sin llevar a cabo ejercicios de rasgos y trazos de escritura, curvas, letras y palabras, pueden conseguir una escritura correcta, si no perfecta, siempre y cuando que el maestro tenga una
escritura normal y siempre regular, por lo menos a lo largo de
este perodo.
Recordemos finalmente que la aplicacin del principio de
globalizacin a la enseanza de los sordomudos ha dado resultados francamente interesantes.
En los mtodos corrientemente en uso para la enseanza
de los sordomudos existen dos principios directores: 1.) adquirir primeramente el lenguaje hablado y apoyar sobre ste
el lenguaje escrito subordinado al primero; 2.) proceder de
lo simple a lo compuesto empezando por ejercicios analticos
de respiracin, fonacin y articulacin, asocindolos para fa(49) Ver igualmente Dr. H. FRANK: Leseschwche bei einem 10 jahrigen Knaben und ihre Behebung, Zeitschrift fr Kinderforschung, vol. 40,
1932, p. 517. Dr. P. R. E. FEITSCGER: Een geval van infantiele leeszwakte, Nederlandsch Tijdscrift voor Psychologie. II. 1934. p. 250.
(50) Dr. O. DECROLY: <iL.e principe de la Globalisalion applique
l'ducation du langage parl et crit..., op. cit. Ver tambin J. E. SEGERS:
La fonction de globalisation et l'enseignement de Pcriture. Compilacin
de las memorias presentadas a la I Semana Universitaria de Pedagoga. Bruselas, abril 1935, p. 51.
432
cuitar la adquisicin sucesiva de todos los elementos necesarios para la expresin hablada, combinando a continuacin
slabas ms o menos complejas, despus palabras y finalmente frases.
Se trabaja paralelamente la lectura sobre los labios, equivalente a la comprensin por audicin en el caso de los nios
que oyen.
Ahora bien, el procedimiento sugerido por el Dr. Decroly,
basado en sus experiencias, es absolutamente opuesto (51).
Considera que los ejercicios de respiracin, fonacin y articulacin no deben colocarse en primer plano, no practicados
sistemticamente desde el principio. Por el contrario, l parte
del principio de globalizacin, comenzando con frases enteras y con palabras ledas mentalmente (por una parte en la
pizarra o en los carteles, por otra con los labios), haciendo reproducir las frases enteras tanto por la escritura como por la
palabra o con gestos.
El Dr. Decroly parte de su mtodo de lectura global explicado anteriormente. Se empieza la educacin del sordomudo
por el texto escrito, enseado por el mtodo de presentacin
global.
Presentar de forma global las palabras escritas y las palabras pronunciadas sin pasar por la enseanza de los elementos que las forman es sustituir un mtodo natural, dcil a la
vez a la escritura del alma infantil, a su funcin de "globalizacin" y a la constitucin de las cosas. Ningn procedimiento natural de adquisicin va de lo simple a lo compuesto. La
(51) Este procedimiento ha dado ya resultados rpidos y satisfactorios;
se va extendiendo por todas las instituciones de sordomudos del pas. H. DELA CROIX declara: Yo mismo he podido constatar en Bruselas los progresos maravillamente rpidos que este mtodo permite a los jvenes sordomudos de la Escuela de Rempart des Moines. Les oprations intellectuelles,
en G. Dumas, Nouveau traite de Psychologie..., op. cit., p. 179.
433
434
(54)
435
VIII. La inteligencia
y su medida
437
(2)
438
b) La funcin que sirve para establecer relaciones espaciales o temporales, de causa a efecto, del todo a las partes.
c) La funcin de abstraccin o de disociacin, cuya finalidad es separar, aislar las partes de un todo y considerarlas separadamente.
d) La funcin de combinacin que permite completar un
todo cuando falta una porcin, de llenar las lagunas en un
conjunto.
Las funciones de disociacin y de combinacin se relacionan con la imaginacin creadora en la fase de la creacin,
donde slo encontramos separacin de elementos de un todo
ya asociado, para reunirlos en una nueva combinacin.
e) La funcin llamada generalizacin, cuyo papel consiste en sacar partido del trabajo de comparacin, de relacin, de abstraccin y de combinacin para llegar a ideas generales.
2) Desde el ngulo de la adaptacin centrfuga, podemos distinguir:
a) La funcin de razonamiento, es decir, la colocacin
de las ideas en un orden determinado para preparar una solucin, una combinacin que no puede alcanzarse con un acto
mental simple; esta funcin ordena las ideas partiendo de una
generalidad, de un principio, de una regla (deduccin), o partiendo de percepciones concretas (induccin).
b) La funcin de crtica o censura que se define como
una actividad de control, de verificacin que permite que se
oriente de manera lgica al razonamiento, es decir, de acuerdo con la realidad actual.
A esta funcin debe atribursele la actividad que permite
escoger las ideas o los actos apropiados para dicha realidad,
percibida gracias a las funciones de compresin. Ello es lo
439
que ciertos autores otorgan a la conciencia y que otros denominan tambin funcin de direccin.
El Dr. Decroly aade tres observaciones para mejor comprender la complejidad de los hechos mentales presididos por
la funcin intelectual:
1) Las funciones elementales de comparacin, abstraccin y generalizacin pueden, as como el razonamiento que
debe considerarse como una coronacin, desarrollarse sobre
los materiales concretos, objetivos, en un primer estadio o sobre datos abstractos, en un segundo. As, pues, se puede comparar, combinar, hacer abstraccin a propsito de objetos,
seres, hechos presentes en las percepciones actuales y controlables, pero tambin a propsito de estos seres y hechos presentes relacionados con objetos, seres o hechos pasados. A
continuacin pueden aplicarse exclusivamente estas funciones a elementos todos del pasado y guardados en la memoria.
Finalmente, se pueden aplicar exclusivamente a ideas generales que no tengan ninguna relacin con una realidad inmediata o conservada en el recuerdo.
2) Aqu interviene cada vez ms el papel de un factor
que se mezcla con el sujeto que lo comprende y se sirve de l, a
saber, el propio lenguaje; ste viene a yuxtaponerse a los datos obtenidos por las actividades enumeradas anteriormente;
trminos de comparacin, de relacin, de calidad, trminos
generales, etc., aunque en un momento determinado, las funciones slo parecen aplicarse a las ideas que no tienen relacin con las contingencias prximas y accesibles a la experiencia inmediata.
3) Si las funciones complejas presuponen las ms simples, no se excluye que las ms simples se ejerzan a consecuencia de los datos obtenidos por las ms complejas. La
comparacin, la abstraccin, la imaginacin creadora se aplican a las percepciones, as como a las ideas generales, e inclu 440
442
443
444
445
1. ) Los tests presentan los inconvenientes y las dificultades inherentes a los tests individuales;
2.) Los nios dotados desde el punto de vista verbal y
por consiguiente de las clases sociales elevadas, tienen ventajas con estos tests (13);
3. ) Algunos de los tests no verbales de las primeras edades (hacer 3 recados, comparar pesos, copiar dibujos, comparar figuras estticas) son vlidos tambin para nios de edades inferiores a las que seala Binet; a este respecto, los nios
de las escuelas populares de Bruselas, parecen ms precoces
que los de Pars y se aproximan a los nios americanos examinados por Terman y a los chicos de las escuelas de Londres
examinados por Burt;
4.) A partir de los 10 aos, las pruebas aumentan de dificultad con demasiada brusquedad y se convierten en excesivamente abstractas, como han observado diversos autores.
Ello podra explicarse por el hecho que, a partir de los 10
aos, la seleccin en las escuelas de Pars es ms severa que en
Blgica y que en algunos pases donde se ha verificado los
tests;
5.) Los tests donde intervienen las nociones de nmero
estn mal graduados y mal escogidos. Sera necesario continuar por este camino, y para edades ms avanzadas, seguir las
investigaciones de Mlle Descoeudres, sugeridas por nosotros.
6.) La evaluacin para los casos individuales por
medio del C.I. resulta en este momento la ms prctica cuando se trata de comparar resultados de grupos, aunque la for(13) Ver Dr. O. DECROLY: A quel age l'intelligence cesse-t-elle de se
dvelopper? L'intelligence et les clases sociales, LaPoliclinique, vol. 28, n.
3, marzo 1925, p. 33. Dr. O. DECROLY: Le role du langage et l'inftuence
du milieu social sur Pquipement mental, Boletn mensual de 'Institu de
Sociologie Solvay (Archives de Sociologie), n. 17, noviembre-diciembre
1911, p. 272.
446
1.) Que el C.I. basado en la edad mental y la edad cronolgica no se puede utilizar a partir de los 14 aos;
2.) Por tanto, para las personas de edades superiores,
el C.I. debe basarse en criterios distintos al de la edad cronolgica;
3.) El examen a base de tests verbales, principalmente
los de Binet-Simon, debe completarse en todos los sujetos y
sobre todo en los que tienen un coeficiente intelectual inferior, por exmenes dirigidos a las llamadas aptitudes no verbales.
El Dr. Decroly y Mlle Degand han querido realizar con los
tests de De Sanctis lo mismo que haban llevado a cabo con
los tests de Binet-Simon, es decir, verificar su valor como mtodo de investigacin mental y, con este objetivo, han sometido a la prueba 31 nios de 2,5 a 17,5 aos, 21 de los cuales eran chicos y los 10 restantes chicas (15). Entre estos sujetos hay algunos que sobrepasan en edad el lmite asignado
por De Sanctis y existen tambin 2 inferiores a 7 aos, dos nios normales, mientras que la mayora de los restantes son
irregulares.
Recordemos que De Sanctis ha propuesto dos procedimientos cuya finalidad era, en un principio, valorar la insuficiencia mental de los sujetos anormales (16).
El primero de ellos consiste en situar el sujeto frente a un
estereoscopio y comprobar la forma en que se comporta
cuando ve una determinada imagen por medio de este aparato. Se constata la forma en que el sujeto se adapta a la prueba
(15) Dr. O. DECROLY y Mlle DEGAND: La mesure de Pintelligence
chez les enfants, 2me contribution critique. La mthode de De Sanctis, Archives Internaionales d'Hygine Scolaire, n. 45, 1907, p. 230.
(16) DE SANCTIS: Types et degrs d'insuffisance mentale, Anne
Psychologique, tomo XII, 1906.
448
El Dr. Decroly y Mlle Degand sacan de todo ello las conclusiones siguientes:
1.)
cial;
2.)
449
4.) Un cierto grado de instruccin, por ejemplo la costumbre de oir repetir ciertas frmulas, puede influenciar las
respuestas;
5.) Algunas pruebas son excesivamente no verbales.
Insisten adems sobre aquello que ya han manifestado a
raz de los tests de Binet-Simon, es decir, que es necesario
completarlos con una serie de pruebas referentes al movimiento y a la afectividad. A pesar de estas imperfecciones y
aunque los autores sealan que la serie de De Sanctis no permite diferenciar los grados de insuficiencia intelectual como
en el caso de la escala de Binet-Simon, ellos reconocen a los
tests de De Sanctis ciertas cualidades esenciales, principalmente el hecho de su graduacin y su rapidez.
El Dr. Decroly no se ha limitado a controlar el valor de las
pruebas propuestas por otros autores, sino que, adems, en
un informe presentado en colaboracin con el Dr. Boulenger
al II Congreso Belga de Neurologa (1906) y despus de estudiar las etapas recorridas en este camino, expone las investigaciones emprendidas por l mismo con el objeto de conocer
la edad en que puede ser propuesto el test psicolgico (17).
Los autores sealan, en principio, las investigaciones llevadas a cabo con nios normales y anormales (anencfalos)
desde el nacimiento, a continuacin las realizadas con nios
prematuros y con nios nacidos en el trmino previsto, en vista de determinar el grado de desarrollo de las funciones visuales, auditivas, gustativas, olfativas, del sentido cutneo y de
la movilidad. Los nios de mayor edad, principalmente los de
dos y de tres meses, han sido sometidos a las mismas pruebas,
as como a observaciones sobre las primeras manifestaciones
(17) Dr. O. DECROLY y Dr. M. BOULENGER: Les tests mentaux
chez l'enfant. Trabajo presentado al / / Congreso Belga d Neurologa y de
Psiquiatra. Bruselas, 1906.
450
del lenguaje, de las alegras y de las penas en situaciones determinadas, etc. Pruebas anlogas y otras de nuevas han sido
aplicadas a nios del cuarto al doceavo mes, y finalmente a
aquellos que tienen dos aos y de dos a tres aos.
El Dr. Decroly y Boulenger no vacilan a la hora de hacer
autocrtica de sus propias experiencias, pero ello es una buena
ocasin para hacer hincapi en la necesidad de elaborar tests
mejor preparados, que permitan el examen del nio desde su
nacimiento; para ello proponen algunas pruebas y esperan a
la vez que sus investigaciones suscitarn otras de ms amplias
y ms precisas.
Como ya hemos sealado anteriormente, ya en 1906, en
su primer trabajo crtico publicado sobre la escala de BinetSimon, el Dr. Decroly mencionaba entre los defectos de esta
escala la falta de pruebas que permitan descubrir las aptitudes
motrices y la dificultad para examinar las actividades mentales superiores sin que el lenguaje juegue un papel preponderante.
La observacin de los nios incapaces de sacar partido
del rgimen escolar habitual, dice el Dr. Decroly, me ha hecho constatar aquello que otros autores ya haban sealado,
es decir, el hecho que existe una actividad inteligente muy desarrollada, capaz de manifestarse sin la intervencin de la palabra, y que por el contrario existen sujetos que pueden responder los tests de Simn de una manera satisfactoria y que,
sin embargo, estn muy limitados para las adaptaciones prcticas y sociales (18).
De ello nace la preocupacin por las pruebas en las cuales
el lenguaje est ausente o sea poco importante, que se concreta en los estudios realizados por el Dr. Decroly a partir de
(18) Dr. O. DECROLY: Les mthodes non verbales d'examen mental, Anne Psychologique, tomo XXIIII, 1923, p. 70.
451
452
gundo grupo de sujetos se compona de chicos que frecuentaban una escuela privada mixta comprendiendo alrededor de
80 alumnos, procedentes de familias acomodadas. Finalmente, un tercer grupo compuesto por los alumnos de una institucin para nios nerviosos y retrasados, en nmero de unos
20.
Nos hemos de limitar a reproducir slo las conclusiones
generales que se desprenden de esta experiencia:
1.) Por lo que se refiere a los nios normales, se puede
prever que desde el punto de vista de la edad, se pueden encontrar fcilmente pruebas que revelen aproximadamente la
edad mental;
2.) La medida del tiempo parece que es igualmente un
signo susceptible de facilitar, para una serie determinada, indicaciones tiles;
3.) Proporcionalmente, los nios regulares de familias
acomodadas dan un mayor nmero de aciertos y son generalmente ms precoces que los nios regulares de los sectores sociales menos favorecidos;
4.) Por lo que se refiere a los retrasados, los resultados
de los retrasados lagunares (aquejados solamente de trastornos de la lectura y de la ortografa, por ejemplo) no son inferiores, as como tampoco en el caso de los retrasados sensoriales (aquejados de sordomudez); dichos resultados son ligeramente inferiores en el caso de los retrasados motores y muy
sensibles y muy caractersticos en los retrasados por trastornos de las funciones superiores del juicio y de la lgica.
En los retrasados pedaggicos, los resultados tomados en
bloque parecen peores que los de los nios normales, por lo
que respecta al tiempo de respuesta.
Aadamos que la prueba del Dr. Decroly puede evidenciar los tipos siguientes:
454
a) El tipo incoherente, comparable al enumerador de Binet para la descripcin de las imgenes, tipo que se contenta
en descifrar el sentido de cada escena, sin intentar ligarlas entre s;
b) El tipo ilgico que liga las escenas, pero de manera
irregular y sin darse cuenta del sentido general de dichas escenas;
c) El tipo imaginativo, que liga las escenas, ampliando,
aadiendo, interpretando, sin preocuparse jams de los elementos suministrados y que llega algunas veces a una interpretacin con cierto sentido pero inadecuada;
d) El tipo lgico, que establece la serie con una sucesin
coordinada pero sin ningn sentido. En este tipo se puede an
distinguir entre el tipo lento y el tipo rpido.
Existen evidentemente ciertos tipos mixtos, por ejemplo el
que podramos denominar como el interpretador, que se sita
entre el imaginativo y el lgico. Es el tipo que llega a formar
un conjunto ligado interpretndolo, incluso cuando el orden
no es el ms racional.
Una ltima observacin: la dificultad desigual para reconstituir la sucesin lgica de las diferentes escenas deriva,
adems de su nmero del sentimiento distinto que ellas expresan y de ciertos detalles de forma, de color, de disposicin, de
perspectiva; ellas se dirigen a diversas aptitudes en grados variados, especialmente a la representacin visual, a la afectividad, al juicio y naturalmente tambin a la atencin, a la experiencia. Sin embargo, se dirigen sobre todo al razonamiento
lgico, el cual ponen particularmente en evidencia.
La prueba de abrir las cajas del Dr. Decroly debe situarse
entre los tests de ejecucin, puesto que exige por parte de los
sujetos lo que Thorndike denomina inteligencia prctica.
Estas cajas recuerdan los dispositivos que han sido emplea 455
(4);
456
Figura 5
d)
e) levantar esta tija (5) que permite levantar las dos bisagras (6).
El primero de estos mecanismos es enteramente visible.
En el 2. y el 3. hay algunas partes escondidas. La segunda
parte del trabajo consiste en liberar las dos tijas (7 y 9) que
atraviesan la caja.
Para liberar la tija debe ejercerse traccin sobre ella, haciendo girar la tija 9 por medio de una palanca interior que
comunica con una corredera que retiene la tija 7. Entonces se
puede hacer girar el cerrojo 8 para que la tija 9 haga una rotacin para poder extraerla. Para la 3. a y ltima parte no se debe hacer otra cosa que girar el cerrojo 10, de manera que se site en la posicin intermedia deseada para que se abra la tapadera.
457
4 puntos
a
b)
1 punto
c)
2 puntos
d)
1 punto
e)
f)
g)
Cerrojo en su sitio
458
5 puntos
De los 23 sujetos del primer caso, al cabo de cinco minutos, 9 no han podido resolver la primera dificultad; de los 23
sujetos del segundo grupo, slo 3 no han podido resolver esta
misma dificultad. La prueba, pues, debe considerarse fundamentalmente dentro de la serie de aptitudes especiales.
Cinco alumnos de los 23 del primer curso y 6 de los 23 del
segundo curso han resuelto todas las dificultades; as, pues,
los alumnos del primer ao obtienen una media de 4,5 puntos, mientras que los del segundo ao obtienen 5,7. Ello
muestra que de un ao a otro no parece aumentar la proporcin de los buenos alumnos; la media se eleva, por tanto, por
la disminucin del nmero de mediocres (22).
Resulta interesante constatar que la prueba es generalmente apropiada para los mejores alumnos.
Se podra disminuir la dificultad de la primera fase substituyendo el cerrojo para un pedazo de alumbrado curvado en
crculo.
Los tests que acabamos de describir son pruebas individuales, respecto a las cuales, el Dr. Decroly (23) menciona
las ventajas y los inconvenientes.
Entre las ventajas, cita:
1.) Los tests individuales pueden aplicarse a nios pequeos, siempre y cuando sean apropiados para su edad.
2.) Pueden aplicarse a sujetos anormales que no se desenvuelven o lo hacen mal dentro de un grupo.
(22) Ver tambin Dr. O. DECROLY: Sur un test coup de sonde d'intelligence non verbale ou pratique. Informe presentado a la Quinta Conferencia Internacional de Psicotecnia. Utrecht, 1928, p. 181.
(23) Dr. O. DECROLY: Les tests individuelles et les simultans, Anne Psychologique, vol. 24, 1923, p. 128. Ver tambin Dr. O. DECROLY:
L 'tat actuel des procedes de mesure de l'intelligence. Bruselas, 1925. Dr. O.
DECROLY y R. BUYSE: La pratique des tests mentaux..., op. cit., p. 181.
459
9.) Pueden limitarse a determinadas pruebas correspondientes a ciertos aos y a ciertas funciones, con el fin de
adaptarse a las necesidades y a las circunstancias diversas que
se presenten.
Como contrapartida, las pruebas individuales presentan
inconvenientes que el Dr. Decroly formula de la siguiente manera:
1.) La prueba se realiza en momentos diferentes para
los diversos sujetos, en condiciones inexorablemente desiguales, aunque sea el mismo examinador que la lleve a cabo.
2.) El mtodo exige que se cojan los sujetos uno a uno,
lo que excluye prcticamente este procedimiento cuando se
trata de aplicarlo a un gran nmero de nios.
3.) El examinador debe estar muy cualificado y poseer
cualidades especiales; al encontrarse frente a frente con el
460
examinando, puede ejercer una inuencia favorable o desfavorable sobre ste por su sola presencia, por el tono de su
voz, por sus gestos y su mmica, etc.
. 4.) El propio estado del examinador vara de un momento a otro del da, del comienzo al final de una experiencia
y, por consiguiente, puede modificarse de un sujeto a otro.
La valoracin de los resultados est influenciada a menudo
por algunos factores personales.
5.) La apreciacin de los resultados no siempre se
adapta fcilmente a las normas obtenidas de las pruebas realizadas con un nmero elevado de sujetos de la misma categora que los examinados.
6.) Es difcil de evitar la comunicacin entre los sujetos
de un mismo grupo (clase o escuela).
7.) Generalmente slo existe una serie de pruebas, de
manera que puede resultar difcil una segunda aplicacin a
los mismos sujetos.
Se comprenden fcilmente los motivos por los cuales el
Dr. Decroly, despus de su primer viaje a los Estados Unidos,
con el fin de estudiar el problema de los tests mentales (24),
ha estudiado diversas pruebas colectivas que describimos a
continuacin.
Citaremos en primer lugar el test de clasificacin de imgenes, al cual nos referamos anteriormente, y en el cual
se ha modificado la tcnica para poderla utilizar como test
(24) Ver a este respecto Dr. O. DECROLY y R. BUYSE: Les applications amricaines de la Psychologie l'organisation humaine et l'e'ducation. Bruselas, 1923. L'enseignement spcial et l'assistance des enfants anormaux aux Etats Units. Bruselas, 1923. La pdagogie universitaire aux Etats
Unis. Bruselas, 1924. La pratique des tests mentaux. Pars, 1928.
461
462
463
mos al lector a los artculos publicados en los Archives belges des Sciences de 1'Education (30).
Nos ocuparemos ahora de la prueba verbal conocida como la de las frases cortadas, que recuerda el de las frases desordenadas de Binet, y de la cual el Dr. Decroly ha preparado
diversas formas. He aqu un ejemplo pensado para chicos
mayores de 14 aos (31).
1. Para mejorar
hombre
2. El
coche
al A. su madre corri a
echarse
n o t B. no pudo resistir
por ms tiempo
a) el asalto
b) a cierto tipo de
enfermos
c)
d) de un rebao de
elefantes
5. A partir de entonces
los negocios
comenz
esperar
a des-
7. El nio viendo a
G. es necesario empezar
8. La ciudad
H.
es generalmente
favorable
h) y de la imitacin
i) la pendiente de la
carretera
sitiada
9. Se apercibe de lejos
que le dominaba
464
resistir
miento
el senti-
k) en sus brazos
L. tomaron en poco
tiempo
1) el ro peligroso en
este lugar
M. con la ayuda de
unas gafas
m) un tren lanzado a
toda velocidad
a chocar
n) por la educacin
del nio
O. cuando se presenta
inopinadamente
Se compone como puede observarse de 15 frases, divididas en tres partes: las primeras estn numeradas del 1 al 15;
las segundas, dispuestas en un orden diferente, estn indicadas por maysculas, y las terceras, colocadas igualmente en
un orden distinto, vienen indicadas por minsculas.
Despus de distribuir esta hoja, acompaada de un pedazo de papel del tamao de media hoja de cuaderno de escuela,
se dan las instrucciones siguientes:
Os hemos dado una pequea hoja de papel donde pondris primeramente vuestro nombre y vuestra fecha de nacimiento (y eventualmente otros datos). Luego se aade: Escribid ios nmeros del 1 al 15 en vuestra hoja de papel.
Cuando se ha terminado se hacen separar las plumas y los lpices y se contina: Tenis delante de vosotros una hoja, en
la cual hay 15 frases; cada una est cortada por tres fragmentos y dividida en tres columnas, la primera encabezada por cifras, la segunda por maysculas y la tercera por minsculas.
Se escriben en la pizarra las 3 series de 15 cifras, 15 letras maysculas y 15 letras minsculas, separadas por un pequeo espacio.
465
467
6.) asegurarse si el procedimiento es apto para evidenciar los casos excepcionales, infradotados y superdotados, y
servir como primera etapa para su examen.
El test fue aplicado en las escuelas belgas de todos los tipos, para alumnos comprendidos entre 8 y 17 aos de edad,
3.731 de la regin valona y 3.429 de la regin flamenca, de los
cuales 3.845 chicos y 3.315 chicas.
La encuesta ha permitido comparar las normas propuestas por Ballard con las normas reales de las escuelas belgas; la
encuesta ha mostrado que a pesar de la simplicidad y la imperfeccin de la prueba, es imposible recoger con ella datos
interesantes referentes a las diferencias entre las regiones lingsticas, entre las regiones urbanas y rurales, entre las escuelas frecuentadas por nios de familias acomodadas y las dems, entre las regiones industriales y las zonas agrcolas, subsidiariamente entre los resultados de una escuela y la media
de las escuelas belgas, entre los resultados de las diversas secciones de una misma escuela, entre los resultados de diversos
alumnos de una misma clase. Es evidente que este test es susceptible de algunas crticas; el Dr. Decroly ha hecho observaciones relativas a la tcnica y ha propuesto mejoras por lo que
se refiere a la redaccin de ciertas preguntas y a sus respuestas. Ha propuesto igualmente una segunda forma del test de
Ballard que puede utilizarse bien para substituir al original o
bien para verificar los resultados de una contraprueba.
Finalmente, el Dr. Decroly (35) ha aplicado la adaptacin
francesa del test IV del Instituto Carnegie, llamado test de
Thurstone, a unos 1.500 sujetos, alumnos, estudiantes, adultos ejerciendo profesiones liberales.
A travs de esta experiencia ha podido comprobar una elevacin progresiva de la media que va de cuarto grado y de las
(35)
p. 246.
468
secciones preparatorias de la escuela normal hasta la Universidad, aumento que parece debido en gran parte a la eliminacin de los aptos ms que a la mejora de todo el grupo, puesto que se observa, por una parte, que las cotas mximas permanecen al mismo nivel, y, por otra, que las cotas mnimas
son cada vez menos bajas. El Dr. Decroly seala tambin
otro hecho, especialmente el aumento del coeficiente de precisin, es decir, de la relacin de respuestas exactas en comparacin al conjunto, lo que ha permitido formular la hiptesis
que la aparente mejora intelectual observada a partir de los
15 aos es debida fundamentalmente a una mayor atencin y
voluntad, cuya verosimilitud parte de la base de una ms clara conciencia de la tarea a cumplimentar, del objetivo a conseguir, quiz tambin de un mayor entreno en la realizacin
de trabajos impuestos (36).
470
aparecen continuamente intentan establecer, por medio de este procedimiento, las relaciones que existen entre el estado
mental y diversas alteraciones, tales como las anomalas del
carcter, las diversas formas de delincuencia infantil; dichos
trabajos muestran la utilizacin de los tests para clasificar a
los nios dentro de los grupos escolares, su aplicacin al diagnstico de las anomalas mentales y procuran determinar el
grado de influencia que ejercen la herencia y el medio y. de los
diversos medios sobre el desarrollo intelectual (39).
Con ello no queremos dar a entender que, gracias a esta
nueva herramienta, se hayan resuelto definitivamente todas
las dificultades relativas al diagnstico de las anomalas mentales y sobre todo a su pronstico y su tratamiento. Es evidente que queda mucho camino por recorrer para hacer ms manejable y ms segura dicha herramienta. Por el momento,
gracias a las pruebas colectivas se ha hecho posible una aplicacin ms amplia. Adems, por medio de la elaboracin estadstica de los datos se han podido establecer patrones y
marcas que nos permiten fijar, con ms o menos precisin, el
lugar que ocupa el sujeto en el conjunto de su grupo.
Por lo que se refiere al grupo de los nios normales, los
tests permiten resolver igualmente los problemas de organizacin escolar, especialmente los del reparto de la poblacin de
las escuelas, en clases ms homogneas, de acuerdo con el valor mental de los alumnos (40).
El Dr. Decroly, como ya habamos sealado anteriormente, considera los tests mentales como un medio auxiliar para
la educacin, puesto que permiten determinar el valor de los
alumnos de una forma ms objetiva que el procedimiento de
(39) Dr. O. DECROLY y R. BUYSE: L'enseignement speciatet I'assistance aux enfants anormaux aux Etats Units..., op. cit.
(40) Dr. O. DECROLY: Les clases homognes et l'examen mental,
Revue Pdotechnique, octubre-noviembre 1913.
471
los exmenes y los concursos, con lo cual no queremos indicar la supresin de las pruebas de conocimientos. (41).
En los captulos destinados al estudio de la seleccin de
los superdotados y de la orientacin profesional nos ocuparemos de la utilizacin de estos tests.
En un estudio publicado despus de su primer viaje a los
Estados Unidos, el Dr. Decroly (42) daba cuenta del trabajo
del Service Psychologique, militar americano, terminado
en 1917, en vista de la organizacin del ejrcito de acuerdo
con la medida de la habilidad mental de los reclutas, por medio de los Army tests (43). Del examen de las repercusiones
de la psicologa aplicada a la organizacin del ejrcito americano sobre el sistema escolar de los Estados Unidos, resalta
que el mtodo de Binet, aunque no sea perfecto, est desde
ahora cientficamente establecido y sus aplicaciones a todas
las formas de la organizacin de la actividad mental aparecen
prximas y numerosas.
A pesar de sus mltiples ventajas, el mtodo de los tests
cuenta no slo con adversarios, sino tambin con detractores
que dificultan el movimiento en favor de las pruebas mentales; recordaremos especialmente:
1) Los pontfices de escasos vuelos que, por desconocimiento de la cuestin, le niegan la autoridad, el valor y la propia existencia;
2) Los timoratos que no se aventuran nunca en un campo inexplorado por temor a las posibles decepciones y
prefieren mantenerse prudentes dentro de los lmites de la tra(41) Dr. O. DECROLY y R. BUYSE: La pratique des tests mentaux,
p. 2.
(42) Dr. O. DECROLY y R. BUYSE: Les appcalions amricaines de la
Psychologie l'organisation humain et a l'ducation..., op. cit., p. 9.
(43) En ingls en el orginal (nota del traductor).
472
(44) Dr. O. DECROLY: L'examen rationnel des coliers, Bullein international de la protection de l'enfance, n. 94, julio 1930, p. 796.
473
IX. La psicologa y la
seleccin de los superdotados
En los captulos precedentes nos hemos referido en algunas ocasiones a los nios denominados superdotados y que se
caracterizan por una precocidad y una velocidad del desarrollo intelectual, que dura ms de lo normal y es de maduracin
prolongada.
El Dr. Decroly (1) define el nio superdotado de la siguiente manera: se trata del que lleva un adelanto evidente sobre los nios de su edad en el conjunto de las aptitudes, o en
una aptitud importante, que muestra una atencin ms tenaz,
una curiosidad ms despierta, un inters precoz y ms prolongado para el trabajo mental, una habilidad tcnica excepcional, una extraordinaria capacidad de invencin.
Despus de la utilizacin de los tests mentales y escolares
se ha podido comprobar que estos nios no constituyen un
grupo aislado, sino que existen entre ellos y el grupo normal
medio, tipos intermedios, de acuerdo con la ley estadstica representada grficamente por la ojiva de Galton o la campana
de Gauss (2). Los nios bien dotados se encuentran casi todos
(1) Dr. DECROLY: Les Mieux Dous, Bulletin International para la
protection de l'enfance, vol. 2, 1924, p. 914.
(2) L. M. TERMAN: Genetic Studies of genius. Vol. 1. Mental and physical traits of a thousand gifted children. Stanford University, 1925.
475
476
(1924) merecen una mencin especial. Estos estudios han permitido valorar la verdadera naturaleza y el desarrollo de algunos de estos nios excepcionales.
Las investigaciones de Terman y sus colaboradores demuestran que:
a) Los nios infradotados estn raramente por encima
de la media en cuanto a talla y peso. La correlacin entre la
edad mental y la talla es de 0,89 en los nios de 14 aos, entre
la edad mental y el peso es menor: 0,71. Respecto a la correlacin parcial, al margen de la edad real, ella es an, entre la
edad mental y la talla de 0,53, por tanto, claramente positiva;
b) En estos nios, la superioridad afecta mayormente el
conjunto de las aptitudes que alguna de ellas considerada aisladamente.
c) La superioridad se manifiesta especialmente en sus
tendencias morales y en su personalidad;
d) Es rara la aversin hacia el juego y la actitud antisocial;
e) El adelanto abarca, en general, todos los aspectos de
la inteligencia;
f) El porcentaje de chicos es ms elevado que el de chicas
(10 por 100);
g) Se comprueba que en estos chicos, la necesidad de la
lectura y de la escritura es a menudo precoz;
h) En ciertos casos, se ha podido constatar la influencia
de lo que Adler denomina el complejo de inferioridad, que
tiene como efecto el dirigir los esfuerzos hacia la direccin o
aptitud menos desarrollada, bajo la influencia del amor propio;
i) Estos nios presentan generalmente una gran tendencia a la accin y tienen una gran tenacidad respecto al inters;
477
j) Por lo que concierne a su origen, se encuentran a menudo entre las clases superiores; las clases inferiores, aunque
ms importantes porcentualmente, slo dan un pequeo porcentaje;
k) En la mayor parte de los casos, los padres tenan de
30 a 40 aos en el momento del nacimiento del nio;
1) Se ha comprobado que estos nios se recluan sobre
todo en las grandes ciudades o alrededores;
m) La influencia de la herencia, aunque importante, no
es suficiente; las condiciones del medio ejercen igualmente
una enorme influencia, especialmente desde el punto de vista
del carcter.
Recordamos estas conclusiones de Terman, puesto que
ellas pueden aplicarse casi todas a un caso observado por el Dr.
Decroly (10).
El estudio que ha publicado presenta la ventaja de haberse
planteado en diversas nuevas direcciones, gracias a la aplicacin de numerosas pruebas que adems de la inteligencia global se aplican a una serie de aspectos de la personalidad. El
perfil del nio es uno de los ms completos que ha sido publicado hasta el momento.
Se trata de un chiquillo de cinco aos y medio, del que se
ha podido fijar su edad mental por medio de una serie de
pruebas escalonadas referentes a aptitudes diversas. Este nio, nacido en Rumania, es hijo de intelectuales, dotados para
las lenguas. El nio es el primognito; tiene adems un hermano de pocos meses.
(10) Dr. O. DECROLY y M. L. WAUTHIER: Contribution l'tude
des enfants bien dous. Biographie et examen d'un enfant bien dou harmonique, Anne Psychologique, vol. 31, 1930, p. 97. Ver tambin Dr. O. DECROLY: Les enfants surdous. A propos d'un cas de precocit intellectueUe Journal de Neurologie et de Psychiatrie, n. 12, diciembre 1930.
478
(11) A BINET y Th. SIMN: La mesure du dveloppement de I'intelligence chez les jeunes enfants. Pars, 1917.
(12) Dr. O. VERMEYLEN: L 'examen psychographique de l'intelligence. Amberes.
(13) Dr. O. DECROLY y J. E. SEGERS: Essais d'application du test de
Bailar..''., op. cit.
(14) Mme PIERON: Les lalonnages de tests. talonnage d'un test
d'attention. Le test de Toulouse et Piron, Boletn de 'Institu National
d'Orientation Profesionnelle de Pars, n. 4, abril 1929.
479
Simn (15), as como en las de efectos y causas del Dr. Decroly (16), responde como un nio de 13 aos. En los tests de
representacin mental del Dr. Decroly(17) obtiene resultados
verdaderamente sorprendentes. El nio est dotado de una
gran aptitud para resolver problemas prcticos, como lo
prueba el empleo de la caja nmero 2 de Decroly (18). A las
cuestiones de lgica de Piaget (19) alcanza a menudo la edad
de 9 aos y a veces la sobrepasa.
Respecto al examen escolar por las pruebas de Burt (20),
as como por las del Dr. Simn (21), obtiene 9 aos, y por las
de lectura de Haggerty (22) llega a los 12 aos.
En resumen, para las pruebas en que intervienen sobre todo el lenguaje encontramos 4 a 5 aos de adelanto, mientras
que para las no verbales el adelanto es mucho mayor.
Al lado de ello, cabe sealar su carcter autoritario y su
excesivo orgullo, pero al margen de estos defectos, este nio
es agradable y seduce por su extraordinaria actividad, su curiosidad espontnea buscando siempre nuevos problemas,
por su buen humor, por la facilidad con que se adapta a un
(15) Dr. Th. SIMN: Test collectif des dessins raisonns. Pars. Test
d'intelligence et d'instruction (Tests individuis et collectifs), Boletn de la
Socit A. Binet, n. 220, agosto 1927.
(16) Dr. O. DECROLY y R. BUYSE: La pratique des tests
mentaux..., op. cit., p. 360.
(17)
(18)
p. 168.
(19)
1927. La
(20)
(21)
Ver pgina 40 V
Dr. O. DECROLY y R. BUYSE: La pratique des tests mentaux,
J. PIAGET: La representaron du monde chez l'enfant.
causalit physique chez l'enfant. Pars, 1927.
C. BURT: Mental and Scholastic tests. Londres, 1921.
Dr. Th. SIMN. Op. cit.
Pars,
480
2)
3)
482
483
Zeitsschriftfurp-
7.) Que todos los sujetos reciban las pruebas en las mismas condiciones (presentaciones, momento del da, tiempo
de resolucin, etc.);
8.) Que la correccin de las pruebas sea fcil y rpida y
que sea independiente, dentro de lo posible, de la personalidad del corrector.
C. Al margen de las condiciones sealadas en A. y B., es
necesario, para evitar trampas y preparaciones especiales,
que:
1) Las pruebas no sean conocidas del jurado antes de su
reunin y que puedan ser echadas a suerte antes del examen.
El Dr. Decroly piensa que en las condiciones actuales, slo pueden realizarse una parte de los deseos expresados. En el
futuro, la prctica ayudar a satisfacer una mayor parte de
dichos deseos. Pero a la espera de ello, no podemos cruzarnos
de brazos. Tenemos delante el trabajo y debemos esforzarnos
para llevarlo a cabo con la mayor conciencia posible.
En el caso que el nmero de candidatos sea muy elevado y
no sea posible realizar un examen individual para todos los
recipiendarios debido al excesivo tiempo que ello reportara,
el Dr. Decroly aconseja el mtodo siguiente:
Se proceder a un examen parcialmente colectivo y parcialmente individual.
a) Es indispensable realizar previamente un examen mdico, examen con carcter eliminatorio en el caso que las
afecciones observadas sean de tal naturaleza que comporten
una dificultad seria para los estudios escogidos.
b) El examen colectivo escrito debe servir para una primera seleccin y debe ser, por consiguiente, eliminatorio. Este examen comportar, por ejemplo:
487
488
trata nicamente de averiguar si el sujeto es o no capaz ae expresar su pensamiento en voz alta y de defender si es necesario una opinin emitida por l.
La puntuacin de esta prueba no podr ejercer influencia
sobre el conjunto del examen, siempre y cuando la expresin
oral no sea claramente insuficiente o en el caso que el candidato quiera orientar su vida hacia profesiones en las cuales la
aptitud de la expresin en voz alta sea una condicin indispensable para triunfar.
El Dr. Decroly expresa que la inteligencia es slo uno de
los factores del xito en la escuela y en la vida y que, si bien
ste es importante, se le deben asociar otros para asegurar el
equilibrio, la armona y la felicidad, o, como mnimo, la dosis de armona, de equilibrio, indispensables para conseguir la
felicidad a la cual cada individuo puede razonablemente aspirar. Ninguno de estos factores es capaz de suplir a los dems;
ninguno, salvo excepciones, est en situacin de reemplazar a
los otros. Es necesario que cada uno exista en una cierta medida, en un cierto grado.
Entre estos factores, el Dr. Decroly menciona sobre todo
la salud, la funcin motriz, las cualidades del carcter, especialmente todo aquello que denominamos sentimientos superiores, a los cuales se vincula lo que designamos con el trmino voluntad. A continuacin aade: Si se trata de estimar,
las oportunidades que tienen los jvenes para triunfar en sus
estudios o en su profesin y de decidir sobre todo si un nio
determinado est particularmente bien equilibrado en lo que
concierne a los dones intelectuales, no deberemos tener en
cuenta otros elementos y hacer, por consiguiente, diversos
sondeos en esta direccin?
Partiendo de estas premisas, el examen de la afectividad y
del carcter presentan un inters primordial. El Dr. Decroly
recomienda al respecto la utilizacin del cuestionario al que
489
El Dr. Decroly concluye: cuantos ms datos fiables poseamos, mayores posibilidades tendremos de aproximarnos a las
condiciones ptimas para apreciar los resultados de manera
segura.
Una vez realizada la seleccin, se nos presenta un nuevo
problema de orden prctico: A qu rgimen deben someterse
los superdotados?
Despus de haber comprobado que, por medio de mtodos apropiados, es posible el desarrollo de un cierto nmero
de retrasados de una forma satisfactoria, se ha reclamado un
tratamiento especial para los excepcionalmente dotados.
En Nueva York se abri en 1909, la primera clase para superdotados. En Alemania, la ciudad de Berln, inaugur, en
1917, escuelas para superdotados, ejemplo que no tardaron
en imitar otras ciudades como Hamburgo, Hannover, Leipzig, Gotinga. Ensayos anlogos se realizaron en otros pases:
en Francia, en Inglaterra, en Austria y en Suiza.
En Blgica, la seleccin de los superdotados sirve slo para facilitar una ayuda material al superdotado para que pueda continuar sus estudios en los cursos ordinarios, sin ninguna modificacin en el programa a seguir, ni en la duracin de
los estudios. La primera iniciativa fue tomada por el Ayuntamiento de Saint-Gilles-lez, Bruxelles, donde fue instituido un
Fondo para los superdotados, destinado a ofrecer becas de
estudio a los nios de las familias pobres con aptitudes excepcionales, lo que permite a estos alumnos continuar sus estudios, en vez de ponerse a trabajar en un taller a los 14 aos.
Las provincias de Henao (1919), de Brabante y de Lieja
(1920) siguieron por el mismo camino. Sin embargo, a partir
de la ley de 15 de octubre de 1921, propuesta por el ministro
J. Destre, la seleccin de los superdotados se convierte en
una organizacin sistemtica y obligatoriamente generalizada.
491
(29)
492
X. La orientacin profesional
494
indirectamente, la progresin del alcoholismo, las enfermedades sociales debidas a las malas condiciones higinicas y a
la degeneracin que conlleva secundariamente, a consecuencia de un crculo vicioso, una nueva disminucin de las aptitudes para los trabajos profesionales especializados y bien remunerados.
La cuestin de la vocacin de los jvenes, adems de una
cuestin econmica y sociolgica, es, sobre todo, un problema
psicolgico (3). Por otro lado, el problema es doble, puesto
que por una parte debemos considerar los mecanismos mentales, las aptitudes que exigen las profesiones, y por otra los
recursos psquicos que disponen los sujetos a orientar.
Actualmente, se admite que, para la eleccin de sujetos
que se necesitan para una funcin determinada, es necesario
tener en cuenta las aptitudes que requiere dicha profesin.
Ahora bien, se sabe que entre las profesiones encontramos
algunas que exigen numerosas aptitudes o muy desarrolladas,
en cambio hay otras que exigen pocas y no muy desarrolladas. Existen profesiones slo accesibles a una pequea minora de individuos, en cambio hay otras a las cuales cualquiera
puede aspirar. Hay algunas tambin que exigen numerosos
conocimientos, una larga preparacin, otras, al contrario,
aptas incluso para el primero de los ignorantes sin instruccin
y sin aprendizaje. Hay profesiones que exigen, sobre todo,
cualidades fsicas de fuerza y de resistencia y otras que precisan ms que nada cualidades intelectuales. Unas que exigen
una visin precisa y segura, otras un odo muy fino y ejercitado, otras una gran rapidez de movimientos y otras finalmente
una gran precisin en dichos movimientos. En fin, para la
mayor parte de profesiones se necesitan poseer varias aptitudes.
(3) Dr. O. DECROLY: L'orientation professionnelle et la Psychologie, Boletn de 'Office Intercommunal pour l'Orientation Professionnelle,
n. 2. Abril 1921, p. 18.
495
Vemos, por tanto, que el primer problema de la orientacin profesional es el de las aptitudes y las profesiones.
El Dr. Decroly distingue a este respecto las aptitudes que
requieren la mayor parte de las profesiones, de aquellas que
son necesarias para el ejercicio de unos determinados oficios.
Por lo que hace referencia a las primeras, deben tenerse en
cuenta los siguientes factores:
a) El factor fsico o fisiolgico (salud, vigor, talla, peso;
estado de los aparatos digestivos, cardiovasculares, pulmonar, urinario, genital, cutneo, linftico);
b) El factor sensorial (vista, odo, sentido motor, etc.);
c) El factor motor (fuerza, rapidez, precisin, equilibrio, ritmo, resistencia a la fatiga, etc.);
d) El factor intelectual (percepcin, representacin, asociacin, comparacin, memoria, imaginacin, observacin,
generalizacin, razonamiento deductivo e inductivo, crtica o
censura, etc.);
e) El factor aptitudes verbales (comprensin, aptitudes
lingsticas);
f) El factor energa nerviosa e inhibidora (atencin, votuntad, resistencia a la fatiga intelectual, etc.);
g) Los conocimientos y los hbitos.
Y entre los factores independientes del medio material y
social:
a) El factor representado por el marco, la atmsfera material de la casa y de la vecindad (alojamiento, higiene, alimentacin, aireacin, limpieza, calefaccin, alumbrado);
b) El factor constituido por la accin de la familia
(ejemplos: conversaciones, actitudes diversas en respuesta a
los actos, a los problemas, a las necesidades; tratamiento de
496
497
498
ria, de la atencin, de una tendencia afectiva, de una particularidad del carcter. Se habla de aptitud visual, de aptitud
motriz, de aptitud social, etc. Otras veces se emplea para designar la manera que se comporta un sujeto a la hora de realizar un trabajo; hablamos de aptitud grfica, matemtica,
musical. De todo ello resulta una confusin entre la aptitud
propiamente dicha y su consecuencia.
?) Debemos distinguir entre las aptitudes elementales y
las aptitudes complejas (7). Entre las aptitudes causas hay algunas que son la resultante de un nmero ms o menos grande de aptitudes ms elementales.
A este respecto, el Dr. Decroly afirma que la aptitud intelectual o la inteligencia estn compuestas de un cierto nmero de aptitudes ms elementales, entre las cuales la aptitud
para comprender, para inventar, para criticar, que pueden
subdividirse a la vez en aptitudes ms simples, ms primitivas, tales como la aptitud para comparar, para esperar, para
combinar, para la abstraccin, para la generalizacin, para
razonar, para pensar mediante smbolos.
3) Todas las aptitudes exigen para manifestarse, por una
parte, un mecanismo, una estructura, un conjunto de centros
y vas nerviosas, pero por otra parte se necesita una cierta dosis de energa vital, de fuerza nerviosa, para que funcione la
estructura. Conviene distinguir entre lo que depende de la estructura y lo que depende de la manera en que la energa se
distribuye en esta estructura, se manifiesta gracias a ella, es
decir que debe separarse la aptitud verdadera de la suma de
atencin disponible y necesaria para exteriozarse esta aptitud.
Se sabe en relacin a este punto que la atencin puede suplir a
una aptitud insuficiente.
(7) Ver Dr. O. DECROLY y A. G. CHRISTIAENS: Vrification d'un
type de fiche psychologique, Boletn trimestral de 'Office Intercommunal
pour l'Orientation Professionnelle. Vol. 5, n. 18, 1925, p. 4, n. 19, 1925,
p. 25.
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cialmente cuando se trata de orientacin o de seleccin, conviene precisar rpida y experimentalmente la diferencia entre
lo innato y lo adquirido. Dentro de este objetivo, cabe tener
en cuenta lo que hemos dicho anteriormente, es decir, dirigirse a las aptitudes elementales, que son al mismo tiempo las aptitudes causas, y neutralizar la influencia de la atencin utilizando pruebas que aseguren el inters, saquen a la luz la influencia del ejercicio y el nivel medio de la aptitud del conjunto de los sujetos de la misma especie y buscar slo, desde este
punto de vista, en las pruebas sobre las aptitudes complejas,
los elementos de confirmacin que ellas puedan aportar, poniendo de relieve todo aquello que las aptitudes elementales
no nos pueden ofrecer.
Las informaciones que podemos sacar del estudio de las
aptitudes en el nio, provienen:
1) De la informacin facilitada por la escuela (fichas sanitarias, documentos sobre los antecedentes, el medio, las influencias diversas; documentos y datos sobre la adaptacin y
el rendimiento escolares, los gustos, las disposiciones, las
reacciones sociales, etc.);
2) De la documentacin suministrada por la familia o
eventualmente por las personas que se interesan por el nio;
3) De la documentacin facilitada por la polica, los tribunales de menores, la direccin de las escuelas especiales,
etc. (8).
Es evidente que todas estas informaciones pueden ponerse
en tela de juicio y que un orientador juicioso procurar aprovechar todo aquello que pueda serle til. Sin embargo, seala
el Dr. Decroly (9), que para penetrar a fondo en el valor ps(8) Dr. DECROLY: Notions sur l'orientation professionnelle. 1919.
(9) Dr. DECROLY: L'orientation professionnelle et la Psychologie,
Boletn de l'Office Intercommunalpour l'Orientation professionnelle, n. 2,
abril 1921, p. 18.
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quico de cada nio, debemos acudir a la piscologa experimental, disciplinaque por s sola no puede resolver el problema y que debe limitarse a una funcin auxiliar. Por otra parte, el psiclogo debe contar con la colaboracin del mdico,
cuyo papel es tambin de gran importancia, a veces decisiva,
especialmente como orientador (10). As, pues, podrn utilizarse las informaciones procedentes:
4) Del examen fsico y mental con el fin de establecer las
principales caractersticas de un nio o con el objetivo de evidenciar el grado de desarrollo de una o diversas aptitudes especiales.
5) Del examen para fijar el estado de los conocimientos
y de los hbitos.
En relacin al examen de las aptitudes de los sujetos en
vista a la orientacin profesional, se impone una nueva observacin.
Los esfuerzos se han dirigido especialmente a la investigacin de las aptitudes motrices elementales (velocidad, fuerza,
tiempo de reaccin, fatigabilidad y educabilidad motrices,
memoria motriz, etc.), de los criterios esenciales de la aptitud
en las llamadas profesiones manuales y es precisamente con
este espritu que se han escogido la mayor parte de las pruebas de seleccin y orientacin de dichas profesiones. En el
examen, por ejemplo, de una candidata a mecangrafa, existe la tentacin de valorar fundamentalmente la rapidez, la
precisin, la atencin y la capacidad para copiar sin faltas.
En un mecnico, la agudeza visual, la precisin y la coordinacin de los movimientos del brazo, la aptitud para separar visual y tcticamente los pequeos intervalos espaciales.
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A pesar de todo, basndose en las constataciones de Imbert (11), de D. Bienemann (12), de Chapman (13) y de
Christiaens (14), el Dr. Decroly sostiene que las diferencias
entre los mejores y los peores sujetos no se debe a las aptitudes
que, a primera vista, parecen las ms importantes para dicho
oficio, sino que, al contrario, estas diferencias no son demasiado notables, mientras que la dispersin de los resultados es
mucho ms extensa para las pruebas que tienen una relacin
aparentemente indirecta o secundaria con la profesin, especialmente las pruebas relacionadas con la inteligencia (15).
Con el fin de verificar estas hiptesis, el Dr. Decroly ha
emprendido investigaciones sobre los encuadernadores (16) y
sobre los aprendices mecnicos (17).
Para ello ha aplicado diferentes tests individuales y colectivos a los sujetos del primer grupo y especialmente a los
aprendices por una parte y a los obreros encuadernadores por
(11) A. IMBERT: Vitesses relatives des contractions musculaires volontaires et provoques, Anne Psychologique, vol. 18, 1912, p. 48.
(12) D. BIENEMANN: Recherches sur l'aptitude dactylographique en
vue de l'Orientation professsionelle, Bureau International du Travail, octubre 1923.
(13) H. CHAPMAN: The learningcufve in Typerwriting, Journal of
applied Psychologie, vol. 3, septiembre 1919, p. 252.
(14) A. G. CHRISTIAENS: Vrification de la fiche professionnelle.relative au typographe, Boletn Trimestral de 'Office Intercommunal pour
l'Orientation Proffessionnelle, vol. 7, n. 27, 1927.
(15) Dr. O. DECROLY: Les preuves d'intelligence et les professions
dites manuelles. Comunicacin presentada a la IV Conferencia Internacional de Psicologa Aplicada de Pars (1927), Boletn Trimestral de 'Office Intercommunal pour l'Orientation Proffessionnelle, vol. 8, n. 30, 1928, p. 4.
(16) Dr. O. DECROLY: Etude sur les aptitudes necessaires au relier,
Boletn Trimestral de 'Office Intercommunal pour l'Orientation Professionnelle, vol. 7, n. 26, 1927, p. 1.
(17) Dr. O. DECROLY: Examen psychologique des eleves d'une cole
de mcanique, Boletn Trimestral de 'Office Intercommunal pour l'Orientation Professionnelle, vol. 5, n. 20, 1925, p. 1.
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La mayor parte de los mtodos de orientacin y de seleccin profesional estn dominados por la investigacin de las
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y de nuestra poca, puede ser, como las dems tendencias, excesiva o insuficiente. Segn los casos, vemos que la eleccin
de la profesin y la manera de adaptarse a ella vienen influenciadas por estas disposiciones. Aquellos que les gusta poseer, que desean estar al abrigo de las circunstancias, tener un remanente para cualquier eventualidad, asegurar su
vejez, les ser ms fcil el esfuerzo para procurarse estas
ventajas que los que no son sensibles a ello; l escoger una
profesin segura, con preferencia a otra que no lo sea tanto,
un trabajo para hacer fortuna mejor que una ocupacin que
slo satisface la vanidad, aunque puede darse el caso que la
posesin de bienes satisfaga las dos cosas, fortuna y vanidad,
y que, en algunos casos, la fortuna se busque exclusivamente
por el deseo de superar a los dems, para excitar la envidia.
La eleccin vendr, naturalmente, influenciada por otras
causas, segn se suee en una ganancia inmediata o diferida,
una ganancia moderada o elevada, una ganancia honorable o
sin escrpulos.
El Dr. Decroly observa que el amor propio y la tendencia
adquisitiva pueden reforzarse, o modificarse en un cierto sentido, por los instintos llamados de defensa; as por ejemplo,
la tendencia defensiva activa acentuar las manifestaciones
del instinto adquisitivo dndole un aspecto agresivo, acaparador; el sujeto no se arredrar, a la hora de escoger una profesin, frente a la posibilidad de la competencia; para llegar a
una posicin cmoda, no temer emprender los trabajos o las
competiciones ms duras, con vista a dos objetivos: combatir
y triunfar.
Por otro lado, el temor a la tendencia definitiva pasiva, el
medio, puede tambin, hasta cierto punto, acentuar la tendencia a guardar y a acumular. Este temor puede evitar los
riesgos de ciertas empresas o impulsar al ahorro, al orden, a
la previsin, escogiendo y prefiriendo una profesin donde
no pueda temerse la competencia, profesin no muy bien re 509
en el caso de muchos viajantes de comercio, carteros, la mayor parte de empleados de ferrocarriles o los obreros empleados en negocios de transporte, esta necesidad debe existir de
una forma ms o menos notable. La mana que impulsa al
cambio de residencia para evitar la inestabilidad, puede vincularse, en parte, a esta necesidad.
La necesidad de reposo regular y suficiente puede ser un
obstculo para el desempeo de ciertos oficios en los cuales,
por diversas razones, el sueo regular no es posible, puesto
que es necesario velar hasta altas horas de la noche o trabajar
en los perodos nocturnos, etc.; la especialidad de comadrn,
de enfermera, de velar enfermos, as como la de agente de polica, de vigilante, etc., son penosas e incluso insoportables
para ciertas personas, hasta tal medida que muchos mdicos
deben renunciar a la especialidad de tocologa, as como muchas enfermeras, agentes de polica, vigilantes deben abandonar su profesin.
A la necesidad de reposo cabe aadir la necesidad de distraccin, que puede tener igualmente importancia a la hora
de elegir una profesin. Por ejemplo, segn afirma el Dr. Decroly, en las profesiones de magistrado, abogado, funcionario o profesor juega en parte la perspectiva de las horas de
descanso garantizadas cada da, cada semana, cada trimestre,
cada ao.
Por lo que se refiere a la necesidad de una temperatura
adecuada y el malestar que se deriva del hecho que sea excesiva o demasiado baja, se puede hacer la siguiente observacin:
ciertos oficios en pleno aire se intentan evitar debido a que las
variaciones de temperatura son difcilmente soportables; hay
otras que se evitan porque necesitan movimientos violentos
que provocan transpiracin y un consiguiente malestar
(transportar fardos, andar mucho y deprisa, trabajar en un
horno, una fundicin, en atmsferas de vapor de agua, etc.).
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(25) Dr. DEVROLY: Le Traitement et l'ducation des enfants irre'guliers. Bruselas, 1925, p. 43.
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CLASICOS
EDVCACION
i \ pesar de su extenssima bibliografa
el Dt. Decroly no nos leg ningn trabajo
de sntesis de su compleja obra. As, pues,
para recordarlo hemos escogido el libro de
J. E. Segers "Pisco logia del nio normal y
anormal" segn elDr. Decroly.
Dicho libro resulta doblemente interesante porque nos descubre una de las facetas menos divulgadas de la obra decroliana.
Es muy posible, como seala Henry Wallon
en e! prefacio, que el Decroly educador
haya eclipsado a! Decroly psiclogo, pero
es cierto tambin que en el psicopedagoeo
belga practica y teora van siempre indisolublemente unidas. As, por tanto, pedagoga y psicologa constituyen dos momentos
complementarios de una misma actitud experimental.