AgathaChristie-Pasajero para Frankfurt
AgathaChristie-Pasajero para Frankfurt
AgathaChristie-Pasajero para Frankfurt
AGATHA CHRISTIE
Ttulo original: Passenger to Frankfurt (1970)
Traduccin: Alberto Coscarelli
GUA DEL LECTOR
En un orden alfabtico convencional se detallan a continuacin los principales
personajes de esta obra:
ALTAMOUNT, Lord: Consejero gubernamental.
AMY: Secretaria y dama de compaa de lady Matilda.
BLUNT: almirante de la marina britnica.
CLECKHEATON, Lady Matilda: Ta abuela de sir Stafford Nye.
CORTMAN, Milly Jean: Esposa del embajador norteamericano en Londres.
HORSHAM, Henry: Agente del contraespionaje britnico.
KLEEK, James: Secretario de lord Altamount.
KRAPP, Charlotte: Multimillonaria residente en Baviera.
NYE, Sir Stafford: Embajador volante del Foreign Office.
PIKEAWAY, Coronel: Jefe del servicio de contraespionaje.
ROBINSON: Empresario y financiero.
SHOREHAM, Robert: Fsico de gran prestigio.
THEODOFANOUS, Daphne: Uno de los nombres de Mary Ann, tambin conocida como
condesa Renata Zerkowski.
El liderazgo, adems de ser una gran fuerza creativa, puede ser diablico.
Jan Smuts
INTRODUCCIN
Habla la autora:
La primera pregunta que se le plantea a un autor, ya sea personalmente o por
carta, es:
De dnde saca usted sus ideas?
La tentacin es responder: Siempre voy a Harrods, o bien: Por lo general, las
consigo en el economato del Ejrcito y la Marina, o de una manera ms
desabrida: Pruebe en Marks & Spencer, es una tentacin prcticamente
irresistible.
La opinin universal y ms establecida es que existe un manantial mgico de
ideas que los autores han descubierto cmo ordear.
No se puede enviar al curioso de regreso a los tiempos isabelinos para que
pregunte junto con Shakespeare:
Decidme, dnde nace la fantasa
En el corazn o en la cabeza?
Cmo llega, cmo crece?
Responde, responde.
Uno, sencillamente, se limita a contestar con firmeza: En mi cabeza.
Eso, por supuesto, no le sirve a nadie de ayuda. Si le gusta el aspecto del
interrogador, puede sentirse un poco ms amable y aadir algo ms:
Si una idea en particular te parece atractiva y crees que puedes hacer algo con
ella, entonces comienzas a darle vueltas, la estiras, la estrujas, la recortas,
la amplas, hasta que poco a poco va tomando forma. Luego, por supuesto, tienes
que comenzar a escribirla. Esa es la parte menos divertida. Se convierte en un
trabajo duro. Claro que tambin puedes dejarla aparcada, dejar que madure, para
despus utilizarla al cabo de un par de aos.
Es probable que la segunda pregunta o mejor dicho afirmacin sea la siguiente:
Supongo que toma la mayora de los personajes de la vida real.
Ante tal infame sugerencia slo cabe una rplica indignada:
No, no es as. Los personajes los invento. Son mos. Tienen que ser mis
personajes, hacer lo que quiero que hagan, ser lo que quiero que sean, que
cobren vida para m y que en ocasiones tengan sus propias ideas, pero slo
porque yo los he convertido en reales.
Ahora que el autor ya tiene la idea y los personajes, nos enfrentamos al tercer
elemento: la localizacin. Los dos primeros surgen de las fuentes interiores,
pero el tercero es exterior, tiene que estar all esperando. Ya existe, no te lo
inventas, est all, es real.
Quiz viajaste en un crucero por el Nilo, lo recuerdas, es el escenario que
quieres para esta historia. Estabas cenando en un caf de Chelsea. Un par de
muchachas protagonizaban una pelea: una le arranc un mechn de pelo a la otra.
Un magnfico comienzo para el siguiente libro que vas a escribir. Viajas en el
Orient Express. Qu divertido sera utilizarlo como escenario para la trama que
tienes en mente. Vas a tomar el t con una amiga. Cuando llegas, el hermano de
tu amiga cierra el libro que estaba leyendo, lo deja sobre la mesa y comenta:
No est mal, pero por qu demonios no le preguntaron a Evans?
As que decides inmediatamente que escribirs en cuanto puedas un libro que se
llamar: Por qu no le preguntaron a Evans?
Todava no sabes quin ser Evans. No importa. Evans ya aparecer en su momento.
Tienes el ttulo.
O sea que, en cierto sentido, no te inventas las localizaciones. Estn a tu
alrededor, en el exterior, existen, no tienes ms que estirar la mano,
recogerlas y elegir. Un tren, un hospital, un hotel de Londres, una playa del
Caribe, un pueblo rural, un cctel, un colegio de seoritas.
Pero hay un principio bsico: tienen que estar all, existir, ser gente real,
lugares reales. Un lugar definido en el tiempo y el espacio. Si es aqu y ahora,
cmo consigues todo la informacin, aparte de lo que ves y oyes? La respuesta
es sencillsima:
Es lo que la prensa te ofrece cada da, servido con el peridico de la maana,
debajo de los titulares de las noticias de la primera plana. Qu est pasando
hoy en el mundo? Qu es lo que todo el mundo dice, piensa y hace? Mira en el
espejo de la Inglaterra de 1970.
Lee la primera plana todos los das durante un mes, toma notas, valora y
clasifica.
Todos los das se comete un asesinato.
Una muchacha es estrangulada.
Una mujer mayor es asaltada para robarle sus magros ahorros.
Jvenes y adolescentes que atacan o son atacados.
Edificios y cabinas de telfono son destrozados y saqueados.
Trfico de drogas.
Robos y asaltos.
Nios desaparecidos y cadveres de nios asesinados, encontrados no muy lejos de
sus casas.
Puede esto ser Inglaterra? Inglaterra es realmente as? Uno siente que an...
an no, pero podra llegar a serlo.
Comienza a surgir el miedo, el miedo de lo que puede llegar a ser, no tanto por
los acontecimientos actuales, sino por las posibles causas que hay detrs,
algunas conocidas, otras no, pero presentidas. Y no slo en nuestro pas. En las
otras pginas, hay noticias ms escuetas que nos informan de lo que sucede en
Europa, en Asia, en las Amricas, noticias de todo el mundo.
Secuestro de aviones.
Violencia.
Disturbios.
Odio.
Anarqua.
Todo cada vez ms intenso.
Todo parece conducirnos al culto por la destruccin, por el placer de la
crueldad.
Qu significa todo esto? Una frase isabelina dice as, hablando de la vida:
... es un relato
narrado por un idiota, lleno de sonidos y de furia,
que no significan nada.
Sin embargo, uno sabe, por experiencia propia, que hay mucha bondad en este
mundo: la bondad de corazn, la caridad, los actos de compasin, la ayuda entre
vecinos, la colaboracin voluntaria de chicas y chicos.
Entonces, por qu esta fantstica imagen de las noticias de cada da, de las
cosas que ocurren, que son hechos concretos?
Para escribir una historia en este ao del Seor de 1970, hay que llegar a un
acuerdo con el escenario de fondo. Si el fondo es fantstico, entonces la
historia debe aceptarlo. Tambin debe ser una fantasa, una extravagancia. La
localizacin debe incluir los fantsticos hechos de la vida cotidiana.
Se puede imaginar una causa fantstica? Una campaa secreta para conseguir el
poder? Puede el manaco deseo de la destruccin crear un mundo nuevo? Se puede
ir un paso ms all y sugerir que esto se consigue por medios fantsticos y que
parecen realmente imposibles?
La ciencia nos ha enseado que no hay nada imposible.
En esencia, esta historia es una fantasa. No pretende ser nada ms.
Pero la mayora de las cosas que ocurren en ella pueden suceder ahora o tienen
muchas posibilidades de ocurrir en el mundo de hoy.
No es una historia imposible, slo es fantstica.
LIBRO I
UN VIAJE INTERRUMPIDO
CAPTULO 1
PASAJERO PARA FRANKFURT
Por favor, abrchense los cinturones. Los pasajeros del avin tardaron en
obedecer. Reinaba la sensacin general de que era posible que ya estuvieran a
punto de aterrizar en Ginebra. Los ms somnolientos gimieron y bostezaron. Los
que simplemente dorman tuvieron que ser despertados amablemente por una azafata
autoritaria.
Los cinturones, por favor.
La voz seca y firme son por el altavoz. Explic en alemn, francs e ingls que
estaban a punto de atravesar un frente tormentoso. Sir Stafford Nye dio un
bostezo tremendo, se desperez y luego se sent bien erguido en el asiento.
Haba estado soando tan feliz con un da de pesca en un ro ingls.
Era un hombre de cuarenta y cinco aos, de estatura mediana, con el rostro
moreno y bien afeitado. En el tema del vestir era un tanto excntrico. Miembro
de una familia de rancio abolengo, se senta muy a gusto disfrutando con sus
caprichos de vestimenta. Los excesos eran para l una fuente de perverso placer
si consegua que sus colegas vestidos de forma convencional torcieran el gesto.
Haba algo en l que recordaba a un petimetre del siglo XVIII. Le gustaba llamar
la atencin.
Sus rarezas en materia de atuendos se reflejaban, cuando haca algn viaje, en
el uso de una capa de bandolero que haba comprado en Crcega. Era de un color
azul prpura muy oscuro, con el forro rojo y una capucha que le permita
cubrirse la cabeza y evitar las corrientes de aire.
Sir Stafford Nye haba sido una decepcin en los crculos diplomticos. Desde
muy joven se le haba considerado como alguien que alcanzara los ms altos
niveles, pero con el paso de los aos se demostr incapaz de concretar un futuro
tan promisorio. Era propenso a entregarse a un peculiar y diablico sentido del
humor, precisamente en aquellos momentos en que se necesitaba todo lo contrario.
Tena muy claro que era preferible disfrutar de su exquisita malicia a
aburrirse. Era una figura bien conocida en la vida pblica, aunque sin llegar
nunca a destacar. Se daba por hecho que Stafford Nye, a pesar de su brillantez,
no era, y seguramente nunca lo sera, un hombre prudente. En unos tiempos de
vaivenes polticos y difciles relaciones exteriores, la prudencia, sobre todo
Vuelo 4387 con destino a Mosc. Vuelo 2381 con destino a Egipto y Calcuta.
Vuelos a todas partes del mundo. Tena que ser muy romntico, pero haba algo en
el ambiente de las salas de espera de cualquier aeropuerto que mataba el
romanticismo. Haba demasiada gente, demasiadas cosas para comprar, demasiados
asientos de plstico iguales, demasiados seres humanos, demasiados nios
llorones. Intent recordar quin haba dicho:
Ojal amara a la raza humana;
ojal amara su ridcula cara.
Chesterton quiz? No haba duda de que era cierto. Reunas a un buen nmero de
personas y todas se parecan tanto que resultaba difcil soportarlo. Qu
agradable sera, se dijo, encontrar un rostro interesante para variar. Mir
desconsolado a un par de jvenes, impecablemente maquilladas, vestidas con el
uniforme nacional de su pas dio por hecho que era Inglaterra consistente en
minifaldas cada vez ms cortas, y otra joven guapsima e incluso mejor
maquillada que las otras, que vesta una falda pantaln. Se haba adelantado un
poco ms en los senderos de la moda.
No le interesaban mucho las chicas guapas que se parecan a todas las dems
chicas guapas. Le hubiera gustado ver a alguien diferente. Una muchacha se sent
a su lado. Su rostro le atrajo la atencin no porque fuera diferente, sino
porque le pareci reconocer a alguien conocido. Aqu tena a una persona que
haba visto antes. No consegua recordar dnde ni cundo, pero no haba ninguna
duda de que la conoca. Calcul que tendra unos veinticinco o veintisis aos.
La nariz aquilina y una cabellera negra que le llegaba hasta los hombros.
Sostena una revista pero no la estaba leyendo. De hecho, le miraba a l con lo
que pareca ansia. Sin previo aviso, le habl con una voz de contralto, casi tan
profunda como la de un hombre. Tena un muy dbil acento extranjero.
Puedo hablar un momento con usted?
Nye la observ un momento antes de responder. No, no era lo que cualquiera
hubiera pensado, no era un ligue. Esto era otra cosa.
No veo ninguna razn para que no pueda hacerlo. Por lo que parece, tenemos todo
el tiempo del mundo.
La niebla seal la muchacha . Niebla en Ginebra, quizs en Londres. Niebla en
todas partes. No s qu hacer.
No debe usted preocuparse la anim sir Stafford . Ya la llevarn donde sea sin
problemas. Son muy eficientes. A dnde va?
Iba a Ginebra.
Supongo que tarde o temprano llegar all.
Tengo que llegar all ahora. Si consigo llegar a Ginebra, todo ir bien.
Alguien me estar esperando. Estar a salvo.
A salvo? Nye esboz una sonrisa.
A salvo es una expresin que no interesa mucho a la gente en estos tiempos
explic la joven . Sin embargo, significa mucho, al menos para m. Ver, si no
lleg a Ginebra, si tengo que abandonar el avin aqu o tengo que volar a
Londres sin tener nada preparado, me matarn.
Le mir atentamente . Supongo
que no me cree.
Me temo que no.
Es la pura verdad. Matan a la gente. Todos los das matan a unos cuantos.
Quin quiere matarla?
Es importante?
Para m no.
Puede creerme si le place. Le estoy diciendo la verdad. Necesito ayuda.
Necesito que me ayude a llegar a Londres sana y salva.
Por qu me ha escogido a m para ayudarla?
Porque creo que usted sabe algo sobre la muerte. Usted conoce la muerte, quizs
incluso la ha visto.
Nye le dirigi una mirada aguda.
Algn otro motivo?
S. ste. La joven tendi una mano morena y delgada, y toc los pliegues de la
voluminosa capa . ste.
de cuidado. Mucha fachada, con pinta de tipo importante, y con una mente
bastante suspicaz. Disfrutara hablando con Chetwynd.
Lleg a Whitehall al cabo de siete minutos. Disfrutaba porque se senta muy
superior a Chetwynd, se dijo. Entr en el despacho. Chetwynd estaba sentado
detrs del escritorio lleno de documentos. Haba una secretaria en el despacho.
Hola, Nye le salud Chetwynd con una sonrisa en su rostro de efebo . Contento
de estar de vuelta? Qu tal Malasia?
Calurosa.
S. Supongo que all siempre hace calor. Supongo que te refieres climatolgica
y no polticamente?
Era un comentario estrictamente climatolgico.
Acept un cigarrillo y se sent.
Algn resultado digno de mencin?
No lo creo, al menos en lo que se considera estrictamente como resultados.
Envi un informe. Un montn de chchara como siempre. Cmo est Lazenby?
Un incordio como de costumbre. Nunca cambiar.
No, eso sera esperar demasiado. Todava no he hecho nada con Bascombe. Puede
ser bastante divertido cuando quiere.
De veras? No le conozco muy bien. S, supongo que puede serlo.
Bueno, bueno, bueno. Alguna otra noticia?
No, nada. Al menos nada que pueda interesarte.
En tu carta no mencionas muy claramente por qu queras verme.
Nada importante. Slo para comentar un poco las cosas. Ya sabes, por si te
habas enterado de algo en particular. Cualquier cosa para la que debamos estar
preparados. Preguntas en la cmara. Cosas as.
S, por supuesto.
Regresaste en avin, no? Creo que tuviste algn problemilla.
Stafford Nye adopt la expresin que haba decidido poner de antemano. Era un
tanto contrita, con la dosis justa de enfado.
O sea que te has enterado dijo . Una tontera.
S, tuvo que serlo.
Es extraordinario como esas cosas siempre acaban apareciendo en los peridicos.
Haba un prrafo en las noticias de ltima hora del peridico de esta maana.
Supongo que hubieras preferido que no trascendiera, verdad?
Vers, te deja un poco como un burro respondi Nye , tengo que admitirlo y,
para colmo, a mi edad...
Qu pas exactamente? Me pregunto si la prensa no ha exagerado.
Supongo que habrn tratado de sacarle el mximo de jugo. Ya sabes como son esos
viajes. Tremendamente aburridos. Haba niebla en Ginebra, as que tuvieron que
desviar el avin a otro aeropuerto. Luego, tuvimos dos horas de demora en
Frankfurt.
Fue all donde ocurri?
S. Te mueres de aburrimiento en los aeropuertos. Aviones que entran y salen.
Los altavoces que no callan ni un momento. El vuelo 302 con destino a Hong Kong
sale en ese momento. Vuelo 109 con destino a Irlanda. La gente que se levanta,
gente que se marcha y, mientras tanto, t sigues sentado sin hacer otra cosa que
bostezar.
Qu pas exactamente? insisti Chetwynd.
Vers, estaba tomndome una cerveza, una Pilsener, cuando se me ocurri que
necesitaba algo que leer. Haba ledo todo lo que llevaba as que me acerqu al
mostrador y compr una novela para pasar el rato, una policaca creo que era. Y
tambin compr un osito de peluche para una de mis sobrinas. Volv a mi asiento,
abr el libro y me qued dormido.
S, entiendo. Te quedaste dormido.
Es algo muy natural, no? Supongo que anunciaron la salida de mi vuelo, pero si
lo hicieron no la o y, sin duda, haba una razn para que no la oyera. Soy
capaz de dormirme en cualquier aeropuerto en el instante que sea, pero tambin
soy capaz de or cualquier aviso que me concierna. Esta vez no fue as. Cuando
me despert o recuper el conocimiento, como prefieras decirlo, estaba
recibiendo atencin mdica. Al parecer, alguien haba echado un narctico en mi
al de la cola.
En el rostro de sir Nye apareci una expresin risuea.
Se refiere usted a la niebla de Ginebra?
As es, seor. Tuvieron que cerrar el aeropuerto de Ginebra a causa de la
niebla y eso estrope los planes de algunas personas. Alguien se vio en una
situacin difcil.
Hbleme del asunto. Me gustara saberlo.
Faltaba una pasajera cuando el avin en que deba volar usted despeg ayer de
Frankfurt. Usted se tom una cerveza y se qued dormido beatficamente en un
rincn. Una pasajera no se present en la puerta de embarque, a pesar de las
repetidas llamadas. Al final, el avin despeg sin que esa mujer estuviera a
bordo.
Ah. Puedo preguntar qu le sucedi?
Sera interesante saberlo. En cualquier caso, su pasaporte lleg a Heathrow,
aunque no con usted.
Dnde est ahora? Se supone que debo tenerlo?
No, no lo creo. Eso sera trabajar demasiado rpido. El narctico que le dieron
era algo seguro. El ms adecuado para la ocasin. Le durmi sin problemas y no
le caus ningn efecto secundario importante.
Tuve una resaca muy desagradable.
Eso es algo inevitable dadas las circunstancias.
Qu hubiera ocurrido, dado que usted parece saberlo todo al respecto, de
haberme negado a aceptar la proposicin que quiz, slo digo que quiz, me
hicieron? pregunt Nye.
Es muy posible que eso hubiera representado el teln final para Mary Ann.
Mary Ann? Quin es Mary Ann?
Miss Daphne Theodofanous.
se es el nombre que me pareci or cuando llamaban a la pasajera ausente.
S, se es el nombre que utilizaba. La llamamos Mary Ann.
Quin es ella?
Es una de las mejores en su lnea de trabajo.
Puedo preguntar cul es su lnea? Es la nuestra o la de ellos, si es que sabe
quienes son ellos? Admito que a m me cuesta un poco distinguirlo cuando
pienso en el asunto.
S, no es fcil, verdad? Adems de los chinos y de los rusos, tenemos a esa
curiosa pandilla que est detrs de las revueltas estudiantiles, aparte de los
nuevos mafiosos y los narcotraficantes sudamericanos. Tambin est ese grupo de
banqueros que parece llevar algo entre manos. No, no es nada sencillo.
Mary Ann repiti sir Stafford pensativamente . Me parece un nombre un tanto
curioso para alguien cuyo nombre verdadero es Daphne Theodofanous.
Su madre era griega, su padre un ingls y su abuelo un sbdito austraco.
Qu le hubiese sucedido si yo no le hubiera prestado cierta prenda?
Podran haberla matado.
Venga, venga. No lo dir usted en serio.
Nos preocupamos mucho por el aeropuerto de Heathrow. All han ocurrido algunas
cosas ltimamente que necesitan una explicacin. Si el avin hubiese ido va
Ginebra, tal como estaba planeado, no hubiese pasado nada. Tenamos a punto las
medidas de seguridad. Pero, de esta otra manera, no dispusimos de tiempo para
preparar nada y, en la actualidad, resulta muy difcil saber quin es quin.
Todo el mundo est metido en un doble juego, cuando no un triple o un cudruple.
Me asusta usted. Pero ella est bien, no? Es eso lo que me est diciendo, no?
Confo en que est bien. No hemos recibido ninguna noticia que nos haga suponer
lo contrario.
Si le sirve de algo manifest Nye , le dir que alguien vino aqu esta maana
mientras yo estaba hablando con mis amiguetes de Whitehall. Le dijo a la
asistenta que yo haba llamado a la tintorera y se llev el traje que us ayer
y otro ms. Por supuesto, bien podra ser que se encaprichara con el otro traje
o que fuera un aficionado a coleccionar los trajes de caballeros que han
regresado recientemente del extranjero. Tambin podra ser... Quiz tenga usted
alguna otra sugerencia.
caminaba por uno de los senderos, se fij vagamente en las flores otoales. Los
crisantemos se vean mustios, opacados el oro y el bronce de las corolas. El
olor de las flores le lleg dbilmente, un olor que siempre le haba parecido a
un olor a cabras, un olor que le recordaba las montaas de Grecia. Tendra que
estar atento a los anuncios personales. Todava no. Transcurriran dos o tres
das antes de que publicaran el anuncio y despus tendra que esperar otros
tantos o ms para dar tiempo a la otra persona a que respondiera si es que vea
el primero. No poda correr el riesgo de no ver la respuesta porque, despus de
todo, era una lata no saber, no tener ni idea de lo que estaba pasando.
Intent recordar un rostro. No era el rostro de la muchacha del aeropuerto, sino
el de su hermana Pamela. Haban pasado muchos aos desde su muerte. La
recordaba, claro que la recordaba, pero le resultaba muy difcil recordar su
rostro. Le molestaba profundamente no poder hacerlo. Se detuvo cuando estaba a
punto de cruzar uno de los caminos interiores. No haba trfico excepto un coche
que avanzaba muy lentamente con el aire solemne de una viuda aburrida. Un coche
antiguo. Una veterana limusina Daimler. Sacudi la cabeza. A qu vena esto de
quedarse inmvil como un papanatas, sumido en sus pensamientos?
Avanz decidido y repentinamente la anciana limusina, que era como se imaginaba
al Daimler, aceler en una inesperada muestra de vigor. Sali disparado como un
pura sangre. Se lanz sobre l con tanta rapidez que a duras penas consigui
llegar a la acera opuesta. El vehculo se alej sin disminuir la velocidad, y
desapareci tras la siguiente curva haciendo chirriar los neumticos.
Me pregunto qu estar pasando?, se dijo sir Stafford. Es posible que
alguien vaya a por m, alguien que me est siguiendo, atento a la primera
oportunidad?
No, gracias.
Mir con insistencia las ventanas. El coronel no hizo caso de la indirecta. Sir
George se aclar la garganta y volvi a carraspear antes de entrar en materia.
Creo que Horsham ha venido a verle.
S, Horsham vino aqu a decir lo suyo admiti el coronel, dejando que sus
prpados volvieran a cerrarse lentamente.
Supuse que sera lo mejor. Me refiero a que viniera a verle. Es muy importante
que las cosas no se divulguen por cualquier parte.
Ah, pero es algo que siempre ocurre, no le parece?
Perdn?
Se divulgarn.
No tengo muy claro qu es lo que sabe usted de todo este asunto.
Aqu lo sabemos todo replic Pikeaway en el acto . Para eso estamos.
S, s, desde luego. Se trata de sir S. N. Sabe usted a quin me refiero?
Recientemente un pasajero en Frankfurt.
Un asunto extraordinario. Muy extraordinario. Uno se pregunta si... en realidad
uno no sabe si... ni siquiera se imagina...
El coronel le escuchaba amablemente.
Qu debemos pensar? insisti sir George . Le conoce usted personalmente?
Me he cruzado con l en un par de ocasiones.
No puedes dejar de preguntarte....
El coronel hizo todo lo posible por reprimir un bostezo. Estaba aburrido de las
cavilaciones de sir George. Tena una opinin muy pobre de los razonamientos de
sir George. Un hombre cauto, una persona que sin duda diriga su departamento
con la mxima cautela. No era un hombre de un intelecto brillante. Quiz se
dijo Pikeaway , eso fuera de agradecer. En cualquier caso, aquellos que vacilan
y tienen sus dudas, son personas seguras en aquellos puestos para los que Dios y
los votantes los han elegido.
No se pueden olvidar del todo continu sir George las decepciones sufridas en
el pasado.
El coronel sonri comprensivamente.
Charleston, Conway y Courtauld recit . Hombres de toda confianza,
investigados y aprobados. Todos con apellidos que comienzan por C y todos ellos
corruptos hasta la mdula.
Algunas veces me pregunto si podemos confiar en alguien opin sir George en un
tono melanclico.
La respuesta es muy sencilla afirm Pikeaway . No se puede.
Tomemos el caso de Stafford Nye: de buena familia, una familia excelente.
Conoc a su padre, a su abuelo.
Casi siempre hay algn problema en la tercera generacin coment el coronel.
El comentario no ayud mucho a sir George.
Me resulta difcil no dudar... quiero decir que, en ocasiones, no parece muy
serio.
Me llev a mis dos sobrinas a ver los castillos del Loira cuando era joven.
manifest Pikeaway en una digresin totalmente inesperada . Haba un tipo
pescando en el ro. Yo tambin llevaba mi caa. Me dijo: Vous n'tes pas un
pecheur srieux. Vous avez des femmes avec vous.
Quiere decir que cree que sir Stafford...?
No, no, nunca se ha liado mucho con las mujeres. Su problema es la irona. Le
gusta sorprender a la gente. No pueda evitar burlarse de todo el mundo.
sa no es una conducta muy satisfactoria, verdad?
Por qu no? replic el coronel . Es mucho mejor tratar con un tipo divertido
que tener que vrtelas con un traidor.
Si tan solo pudiera estar uno convencido de que es realmente ntegro. Usted
qu opina?
Como dicen los jvenes de ahora: un to legal.
Una vez ms, le sonri al
ministro . Yo, en su lugar, no me preocupara.
Sir Stafford dej a un lado la taza de caf. Cogi el peridico, le ech una
ojeada a los titulares y luego busc la pgina de anuncios personales. Llevaba
una semana consultando a diario la columna. Le pareca decepcionante pero no
sorprendente. Por qu demonios esperaba obtener una respuesta? Ley uno tras
otro los mensajes que acababan por ser una lectura fascinante. No todos eran
estrictamente personales. La mitad o ms eran ofertas ms o menos disimuladas de
compra y venta. Quiz tendran que publicarlas entre los anuncios clasificados,
pero acababan aqu porque el autor consideraba que as tendran una mayor
eficacia. Haba algunos anuncios prometedores.
Joven al que le desagrada el trabajo pesado y a quien le gustara llevar una
vida regalada est dispuesto a considerar una oferta conveniente.
Seorita joven desea viajar a Camboya. Rehsa cuidar nios.
Arma utilizada en Waterloo. Cunto ofrecen?
Magnfico abrigo de piel. Se vende urgentemente por viaje al extranjero de la
propietaria.
Conoce a Jenny Capstan? Sus tartas y pasteles son exquisitos. Venga a 14
Lizzard Street.
El dedo de Stafford Nye se detuvo. Jenny Capstan. Le gustaba el nombre. Exista
Lizzard Street? Supona que s. Nunca la haba odo mencionar. Exhal un suspir
y sigui bajando por la columna. Volvi a detenerse casi de inmediato.
Pasajero de Frankfurt. Martes, 11 de noviembre. Hungerford Bridge 7.20.
Martes, 11 de noviembre. Vaya, eso era... s, era hoy. Nye se balance en la
silla mientras beba un poco ms de caf. Le dominaba el entusiasmo, la
excitacin. Hungerford. Hungerford Bridge. Se levant para ir a la cocina. Mrs.
Worrit pelaba patatas y despus de cortarlas en rodajas las echaba en un gran
bol lleno de agua. Mir a su patrn, sorprendida.
Desea algo, seor?
S. Si alguien le mencionara Hungerford Bridge, adonde ira usted?
Adonde ira? Mrs. Worrit pens unos instantes . Se refiere usted a si yo
quisiera ir, no?
Podemos tomarlo como punto de partida.
Entonces, supongo que ira a Hungerford Bridge, no le parece?
Quiere usted decir que ira a Hungerford en Berkshire?
Dnde est eso?
A ocho millas ms all de Newbury.
Newbury me suena. El ao pasado, mi marido apost a un caballo que corra all
y acert.
O sea que ira a Hungerford cerca de Newbury?
No, por supuesto que no replic Mrs. Worrit . Ir hasta all, para qu? Ira a
Hungerford Bridge, desde luego.
Se refiere usted a...?
Ver, est cerca de Charing Cross. Usted sabe donde est. Cruza el Tmesis.
S, s. S muy bien donde est. Muchas gracias, Mrs. Worrit.
Haba sido como tirar una moneda al aire. El anuncio en un peridico de la
maana se refera al puente ferroviario de Hungerford en Londres. Por lo tanto,
era de suponer que el anunciante se refera a ese lugar, aunque sir Stafford no
las tena todas consigo tratndose de un anunciante muy particular. Sus ideas,
por la breve experiencia que haba tenido, eran originales. No se poda esperar
una respuesta normal. Sin embargo, qu otra cosa poda hacer? Adems,
probablemente haba otros Hungerford, y tambin ms puentes, en diversos lugares
de Inglaterra. Bueno, hoy era el momento de salir de dudas.
Era un atardecer fro y ventoso con algn que otro chubasco. Sir Stafford se
levant el cuello de la gabardina y sigui adelante. No era la primera vez que
cruzaba Hungersford Bridge, pero nunca lo haba considerado como un paseo
agradable. Bajo sus pies estaba el ro y haba muchas personas como l,
enfundadas en sus gabardinas, que cruzaban el puente a paso ligero. El viento
levantaba los faldones de las prendas y amenazaba con arrancar los sombreros,
mientras todos se daban prisa empujados por el deseo de llegar a sus casas y no
tener que seguir soportando el viento y el fro. Resultara muy difcil, se dijo
Nye, reconocer a nadie en esta multitud. Las 7.20. Una hora muy mala para una
cita. Quizs al final resultara que el puente en cuestin era el de Berkshire.
En cualquier caso, no dejaba de ser extrao.
Continu caminando. Lo haca a un paso regular, sin adelantar a los que tena
delante, pero tampoco sin dejar que le adelantaran los que venan detrs, aunque
cualquiera hubiera podido hacerlo si lo deseaba. Tal vez esto no era ms que una
broma. No como las que l gastaba, pero que quiz le resultaba divertido a algn
otro.
Claro que tampoco era la clase de broma que hubiera esperado de ella. Otras
personas que venan de la direccin opuesta pasaron por su lado. Una mujer que
caminaba casi a la par intent adelantarle. Resbal en los adoquines mojados,
choc con l y cay de rodillas. Nye la ayud a levantarse.
Est usted bien?
S, gracias.
Se alej, pero antes de separarse, la mano de la mujer que haba sujetado para
ayudarla a levantarse, desliz algo en la suya, cerrndole los dedos. Luego
desapareci, tragada por la multitud. Nye sigui caminando. No poda
adelantarla. Era obvio que ella no quera que la adelantara. Sigui la marcha al
mismo ritmo mientras mantena el puo bien cerrado. Por fin, lleg al otro
extremo del puente en el lado de Surrey.
Busc un pequeo bar, entr y pidi un caf. Despus mir lo que tena en la
mano. Era un sobre de tela aceitada. En el interior encontr otro sobre blanco.
Lo abri. Se llev una sorpresa al ver el contenido. Era una entrada.
Una entrada al Festival Hall para el da siguiente.
Captulo 5
UN TEMA WAGNERIANO
Sir Stafford se instal cmodamente en la butaca y escuch el persistente
machacar de los nibelungos, que abra el programa. Aunque disfrutaba con las
peras de Wagner, Siegfried no era su favorita entre las peras que componan el
Anillo. Rheingold y Gtterdammerung eran sus preferidas. La msica del joven
Sigfrido, que escucha el canto de los pjaros, siempre le haba irritado, en
lugar de producirle una meldica satisfaccin, aunque no saba el motivo. Quiz
la razn estaba en que, siendo muy joven, haba asistido a una representacin en
Munich donde el extraordinario tenor que interpretaba a Sigfrido tena unas
proporciones colosales y, en aquella oportunidad, haba sido incapaz de separar
el deleite de la msica del escaso placer visual de ver a un Sigfrido que no
conservaba el menor rastro de juventud. El hecho de ver a un tipo obeso rodando
por el suelo del escenario en un ataque de infantilismo le haba resultado
repugnante. Adems, tampoco era muy amante de los pjaros y de los sonidos del
bosque. No, l prefera a las doncellas del Rin, aunque por aquellos tiempos,
incluso las doncellas del Rin eran de proporciones considerables. Pero aquello
le haba importado menos. Llevado por el meldico fluir del agua y la alegra
impersonal de la cancin, no le haba dado importancia a la cuestin visual.
De vez en cuando, miraba en derredor con expresin despreocupada. Haba sido de
los primeros en ocupar su asiento. La sala estaba llena como de costumbre. Lleg
el intermedio. Sir Stafford se levant. La butaca contigua a la suya no haba
sido ocupada. Alguien se haba perdido la funcin. Era esa la respuesta, o
sencillamente se trataba del caso de alguien a quien no le haban permitido la
entrada por llegar tarde, una norma todava vigente cuando se trataba de la
representacin de alguna obra de Wagner.
Sali al vestbulo, fue al bar, se tom un caf, fum un cigarrillo y regres a
la sala cuando son el primer aviso. Esta vez, mientras se acercaba a su hilera
de butacas, vio que estaba ocupado el asiento contiguo al suyo. Volvi a
embargarle la excitacin. S, era la mujer de la sala de espera. Ella no le
mir. Mantuvo la mirada fija en el escenario. Visto de perfil, el rostro
mostraba la pureza de lneas que l recordaba muy bien. La muchacha volvi un
momento la cabeza y mir fugazmente a Nye, sin hacer el menor gesto de
reconocimiento. Fue algo tan intencionado que casi result un saludo. ste era
un encuentro que no deba ser considerado como tal. Al menos ahora. Se atenuaron
las luces. La muchacha se volvi otra vez.
Perdn, podra dejarme su programa? Me temo que he perdido el mo cuando vena
a ocupar mi butaca.
Por supuesto.
Nye le entreg el programa. La muchacha abri el programa y le ech un vistazo.
Atenuaron las luces todava ms. La segunda parte del programa dio comienzo. La
orquesta comenz a interpretar la obertura de Lohengrin. Al finalizar la pieza,
la mujer se lo devolvi, murmurando unas palabras de agradecimiento.
Muchas gracias. Ha sido usted muy amable.
La siguiente interpretacin fue la msica del bosque de Sigfrido. Sir Stafford
mir el programa que le acababan de devolver. Fue entonces cuando vio algo
escrito a lpiz al pie de la pgina. No intent leer la anotacin porque era
imposible en la penumbra.
l no haba escrito nada en el programa, y tampoco haba visto que la muchacha
lo hiciera. Por lo tanto, el programa que tena ahora no era el suyo. Se dijo
que ella tena el programa con el mensaje escrito metido en el bolso, listo para
pasrselo en el momento oportuno. As y todo, le pareci que la sensacin de
intriga, de peligro, continuaba viva. El encuentro en Hungerford Bridge, el
sobre con la entrada que le haba pasado con mucho disimulo, el silencio de
ahora. La mir de reojo en un par de ocasiones, con la mirada indiferente que se
dirige a un desconocido sentado a nuestro lado. Vesta un vestido negro de
cuello alto y una gargantilla de oro. Llevaba el pelo muy corto. La muchacha no
respondi a la mirada. Haba alguien sentado en las butacas del Festival Hall
que pudiera estar vigilndola o era l el objetivo de la vigilancia? Haba
alguien atento a lo que hacan? Era ms que probable o por lo menos lgico. La
joven haba respondido al anuncio personal. Tendra que conformarse con eso. La
curiosidad segua tan viva como antes, pero ahora al menos saba que Daphne
Theodofanous, alias Mary Ann, estaba aqu en Londres. Siempre estaba la
posibilidad de poder averiguar ms adelante cul era el juego. Pero el plan de
campaa era responsabilidad de la muchacha. Deba seguir sus indicaciones. Lo
haba hecho en Frankfurt y hara lo mismo ahora. Deba reconocer que, desde
aquel momento, su vida se haba vuelto mucho ms interesante. Esto era muchsimo
mejor que el aburrimiento de las conferencias de poltica internacional. Haba
algo de cierto en la idea de que haban intentado atropellarlo con un coche?
Crea que s. Adems, haban sido dos los intentos y no uno. Claro que era muy
fcil creerse el objetivo de un atentado. En la actualidad, se conduca con
tanta temeridad que cualquiera poda pensar en un atentado, cuando en realidad
no era as.
Pleg el programa sin mirarlo. Acab de sonar la msica. La mujer a su lado dijo
algo. No volvi la cabeza ni pareci dirigirse a l, pero habl en voz alta, con
una brevsima pausa entre las palabras, como si fuera un comentario para ella
mismo.
El joven Sigfrido dijo, con un suspiro.
La funcin acab con la marcha de Die Meistersinger. El pblico aplaudi a
rabiar y despus comenz a levantarse. Nye esper para ver si ella le daba
alguna pista, pero no lo hizo. Recogi el chal, se uni a los dems que
caminaban por el pasillo hacia la salida y, en cuestin de segundos, desapareci
entre la multitud.
Sir Stafford fue a buscar su coche y regres a su casa. En cuanto entr, lo
primero que hizo fue prepararse un caf, y a continuacin se dedic a examinar a
fondo el programa.
No poda ser ms frustrante. Al parecer no haba ningn mensaje, excepto los
trazos a lpiz que ya haba visto antes al pie de una de las pginas. Pero no
haba palabras, letras o nmeros. Tenan toda la apariencia de ser una anotacin
musical. Era como si alguien hubiese escrito un pasaje musical con un lpiz
romo. Por un momento, pens que quiz se trataba de un mensaje secreto que poda
leerse sometindolo a la accin del calor. Con mucha precaucin y tambin
avergonzado por sus fantasas melodramticas, acerc el programa a la estufa
elctrica sin conseguir ningn resultado. Arroj el programa sobre el
Y?
Todava me quedan algunos viejos amigos. T los conoces. Amigos que estn en el
ajo. Por supuesto, la mayora de ellos estn sordos como una tapia, medio
ciegos, desvaran un poco o no pueden caminar erguidos, pero hay algo aqu que
todava les funciona. La anciana apoy un dedo en su cabeza cubierta de canas .
Hay una gran sensacin de alarma y desolacin. Ms de lo que es habitual. Esa es
una de las cosas que he odo.
No es lo mismo de siempre?
S, lo s, pero esta vez hay algo ms. No s como decrtelo. Activo en lugar de
pasivo. Desde hace mucho tiempo, como he visto desde fuera, y t, sin duda,
desde dentro, tenemos la sensacin de que las cosas estn hechas un lo. Un
embrollo de cuidado. Pero ahora hemos llegado a un punto en que comenzamos a ver
claro que debemos hacer algo al respecto. Existe un peligro cierto. Algo est en
marcha, hay algo que est fermentando. No slo en un pas, sino en varios. Estn
reclutando gente por su cuenta y el peligro es que buscan enrolar a los jvenes,
sobre todo a los dispuestos a ir a cualquier parte, a hacer lo que sea y que,
desgraciadamente, se creen lo que sea, siempre y cuando les prometan que podrn
destruir, destrozar, crear el caos. Son los que creen que esa es la nica manera
de transformar el mundo en algo mejor. El problema es que no son creativos, su
nica meta es la destruccin. Los jvenes creativos escriben poemas, libros,
componen msica o pintan cuadros como siempre han hecho. Esos son los vlidos.
Pero en cuanto la gente comience a preferir la destruccin por s misma,
entonces los malvados tendrn su oportunidad.
Hablas de ellos. Quines son?
Ojal lo supiera respondi lady Matilda . S, ojal lo supiera. Si me entero
de cualquier cosa til, te lo dir. Entonces podrs hacer algo para remediarlo.
Desgraciadamente, no tengo a nadie a quien decrselo. Me refiero a pasarle la
informacin.
S, no se lo puedes decir a cualquiera. No puedes confiar en la gente. No se lo
puedes decir a ninguno de esos idiotas que estn en el gobierno, o a los
vinculados con el gobierno, ni a los que esperan formar parte del gobierno
cuando esta pandilla de ahora acabe su mandato.
La anciana hizo una pausa para tomar aliento.
Los polticos no tienen tiempo para mirar el mundo en que viven aadi ta
Matilda . Miran el pas donde viven y slo lo ven como una inmensa plataforma
electoral. Con eso ya tienen bastante. Hacen cosas que creen sinceramente que
servirn para mejorar la vida de todos y despus se sorprenden cuando lo hecho
no sirve para nada porque no es lo que la gente quiere. Por otra parte, no
puedes evitar la conclusin de que los polticos se sienten imbuidos del derecho
divino a contar mentiras por una buena causa. Tampoco hace mucho que Mr. Baldwin
hizo aquel famoso comentario: Si hubiese dicho la verdad, hubiera perdido las
elecciones. Eso es lo que creen los primeros ministros. De vez en cuando nos
toca algn gran hombre, pero cada vez es menos frecuente.
Qu sugieres que haga?
Me ests pidiendo consejo? A m? Sabes la edad que tengo?
Alrededor de noventa contest sir Stafford.
Tampoco soy tan vieja replic lady Matilda un tanto ofendida . Acaso los
aparento, querido?
En absoluto. Cualquiera dira que no tienes ms de sesenta y seis.
Eso est mejor. No es cierto, pero est mucho mejor. Si me entero de cualquier
cosa por alguno de mis queridos almirantes, generales o mariscales del aire, te
lo dir. Se enteran de muchas cosas, sabes, tienen amiguetes en todas partes, y
los muchachos se renen y charlan. Es as como se saben las cosas. Siempre hay
cotilleos y la gente cotillea, tenga la edad que tenga. El joven Sigfrido.
Necesitamos una pista que nos lleve a descubrir lo que significa. No s si es
una persona, una contrasea, el nombre de un club, de un nuevo Mesas o de un
cantante pop. Pero encubre algo. Tambin est el tema musical. Casi no recuerdo
mis das wagnerianos. Enton una meloda con su voz quebrada . La llamada del
cuerno de Sigfrido. Por qu no te haces con una flauta? Me refiero a una flauta
dulce como la que usan los nios en las escuelas. Les ensean a tocarlas. El
otro da fui a una conferencia organizada por el vicario. Algo muy interesante,
la historia de la flauta dulce, su evolucin desde la poca isabelina hasta el
presente. Las hay de muchos tamaos y con toda clase de registros.
Interesantsimo. Fue algo interesante de escuchar en todos los sentidos. Las
flautas, como tales, algunas tienen un sonido precioso, y la historia... por
dnde iba?
Me hablabas de que me hiciera con una flauta dulce.
S. Consigue una flauta y aprende a tocar la llamada del cuerno de Sigfrido.
Siempre has tenido buen odo para la msica. Supongo que podrs aprenderlo, no?
Me parece una colaboracin muy modesta para la salvacin del mundo, pero dira
que soy capaz de aprenderla.
No te olvides de tenerla siempre a punto. Ta Matilda repic en la mesa con la
funda de las gafas . Puede llegar el momento en que la necesites para llegar
hasta los malos. Puede ser muy til. Te recibirn con los brazos abiertos y
entonces quiz puedas averiguar algo ms.
Desde luego, eres una persona con ideas manifest sir Stafford admirado.
Qu ms se puede pedir a mi edad? respondi la anciana . No puedes ir de aqu
para all. No puedes reunirte con la gente, ni te dejan trabajar en el jardn.
Lo nico que puedes hacer es sentarte en una silla y tener ideas. Recurdalo
cuando tengas cuarenta aos ms.
Hay un comentario que me ha llamado la atencin.
Slo uno? Vaya desilusin. Pensaba impresionarte mucho ms con tanta chchara.
A cul te refieres?
Has dicho que podra llegar hasta los malos con la flauta. A qu te refieres?
Bueno, parece lo ms lgico, no? Los buenos no interesan, pero en cambio s
los malos. Tienes que descubrir cosas, no es as? Tendrs que infiltrarte,
actuar como un escarabajo que acecha a su presa seal ta Matilda pensativa.
Entonces, sugieres que me dedique a tocar la flauta en plena noche?
S, podras intentarlo. Aqu tuvimos una plaga de escarabajos en el ala este.
Nos cost una fortuna volver a ponerla en orden. Yo dira que tambin ser muy
caro poner el mundo en orden.
De hecho, muchsimo ms caro afirm sir Stafford.
Eso no cuenta replic lady Matilda . A la gente nunca le importa gastar
fortunas. Les impresiona. Es cuando quieres hacer las cosas de una manera
econmica, que no te siguen el juego. Sabes, somos todos la misma gente, me
refiero a este pas. Somos la misma gente que siempre fuimos.
Qu quieres decir con eso?
Somos capaces de hacer grandes cosas. Fuimos muy buenos administrando un
imperio. Lo que no supimos fue conseguir mantener el imperio, pero es que ya no
lo necesitbamos. Nos dimos cuenta de que era muy difcil mantenerlo. Robbie me
lo hizo comprender.
Robbie? repiti Nye. El nombre le resultaba conocido.
Robbie Shoreham. Robert Shoreham. Es un viejo amigo mo. Tiene afectado todo el
lado izquierdo por una parlisis, pero puede hablar y tiene un audfono bastante
bueno.
Adems de ser uno de los ms famosos fsicos del mundo coment el sobrino .
As que es otro de tus viejos amiguetes.
Le conozco desde que era un cro le inform la anciana . Supongo que te
sorprende saber que somos amigos, que tenemos muchas cosas en comn y que
disfrutamos muchsimo con nuestras conversaciones.
Nunca hubiera pensado que...
Qu tenemos mucho de que hablar? Es muy cierto que nunca pude con las
matemticas. Afortunadamente, en mis tiempos, las nias no tenamos ni siquiera
que intentarlo. A Robbie ya se le daban bien las matemticas cuando tena cuatro
aos. Ahora dicen que es algo natural. Tiene mucha conversacin. Siempre le he
gustado porque yo era una frvola y le haca rer. Adems, me gusta escuchar y
l a veces dice cosas muy interesantes.
Me lo creo admiti Nye con un tono desabrido.
los impuestos. El dinero que puedas sacar para los viajes ayuda un poco, pero no
te soluciona nada. Me refiero a que necesitas tener el dinero antes de poder
llevrtelo al extranjero. No s como nadie puede aparselas para tener dinero
ahora, pero la cuestin es que cada da hay ms en circulacin. Oh, s, cada da
hay ms dinero.
La mujer se mir la mano izquierda con expresin complacida. Llevaba dos
solitarios, uno con un diamante y el otro con una esmeralda, que parecan una
demostracin concluyente de que al menos haba alguien dispuesto a gastar el
dinero necesario para complacerla.
La velada llegaba a su fin. No haba conseguido averiguar mucho ms de lo que ya
saba sobre la pasajera de Frankfurt. Tena una fachada prcticamente perfecta.
Le gustaba la msica. Bien, se haba encontrado con ella en el Festival Hall,
no? Era aficionada a los deportes al aire libre. Tena parientes ricos que eran
dueos de islas en el Mediterrneo. Alguien con buenos contactos, bien
relacionada, bien acogida en los crculos sociales. Aparentemente, sin
filiaciones polticas, aunque quizs afiliada a algn grupo con mucha
discrecin. Alguien que se mova entre los ricos y los poderosos, entre las
gentes con talento, entre los intelectuales, que iba de aqu para all, de pas
en pas.
Por un momento, pens en el espionaje. Pareca la respuesta ms lgica, pero no
acababa de satisfacerle.
Lleg el momento de recibir las atenciones de la anfitriona. Milly Jean haca su
trabajo a la perfeccin.
Hace siglos que deseaba hablar con usted. Quera que me hablara de Malasia. Soy
tan tonta para todos esos lugares asiticos. Los confundo. Dgame, qu pas?
Alguna cosa interesante, o todo result tan aburrido como de costumbre?
Estoy seguro de que puede usted adivinar la respuesta, sin ayuda de nadie.
Bueno, yo dira que debi ser un latazo. Pero quizs a usted no se lo permitan
decir.
No, se equivoca. Lo pienso y lo digo. No fue una de esas cosas que me gusten.
Entonces, para qu fue?
Me gusta mucho viajar. Me encanta visitar pases.
Es usted un persona intrigante en muchos aspectos. Por supuesto, la vida
diplomtica es francamente aburrida, verdad? No tendra que decirlo, es un
secreto entre nosotros dos.
Ahora los ojos se vean muy azules, como las campnulas en un bosque. Los tena
un poco ms abiertos y las cejas oscuras se bajaban levemente en las esquinas
mientras que las interiores se alzaban un poco, haciendo que el hermoso rostro
se pareciera un poco al de una gata persa. Se pregunt cmo sera la verdadera
Milly Jean. Su voz tena el suave acento de los sureos. La cabeza perfectamente
modelada, el perfil ntido como el de una moneda. Cmo sera en realidad?
Evidentemente no era ninguna tonta. Alguien capaz de utilizar las armas sociales
si haca falta, alguien capaz de encantar si era necesario y que tambin poda
mostrarse como una persona enigmtica. Si quera sonsacar a alguien tena todas
las ventajas a su favor. Advirti la fuerza de su mirada. Quera algo de l? No
lo saba, ni le pareca probable.
Conoce usted a Mr. Staggenham? pregunt Milly Jean.
Estuve hablando con l durante la cena. No nos conocamos.
Dicen que es una persona muy importante manifest la esposa del embajador .
Como usted sabe es el presidente del PBF.
Tendra que estar al corriente de todas esas cosas replic Nye . PBF, DVC, LYH
y no s cuntas siglas ms.
Es odioso. S, realmente odioso. Todas esas siglas. Ya no hablamos de personas,
slo de siglas. Es un incordio! Eso es lo que me digo algunas veces. Me
gustara que fuera diferente, s, muy diferente.
Lo deca de verdad? Por un momento, le pareci que as era. Interesante.
En Grosvenor Square reinaba la paz ms absoluta. Quedaban algunos restos de
cristales rotos, huevos, tomates y trozos de metal en el pavimento. En el cielo,
Una vez ms, sir Stafford opt por no responder. Mir a travs de la ventanilla.
Abri la boca para decir algo, pero se contuvo. Advirti la fugaz mirada de la
joven, que tambin guardaba silencio. No fue hasta que cruzaron uno de los
puentes sobre el Tmesis, que Nye se decidi a hablar.
Veo que no me lleva usted a mi casa y que no tiene intenciones de regresar al
St. James s Tower. Estamos cruzando el Tmesis. Ya nos encontramos una vez
cruzando un puente. Puedo preguntar adonde me lleva?
Le importa?
Creo que s.
S, ya veo que le importa.
Salta a la vista que est usted al da. El secuestro est de moda, no es as?
Me ha secuestrado. Por qu?
Porque, como la vez anterior, le necesito. La muchacha hizo una pausa y
despus aadi : Hay ms personas que le necesitan.
Vaya.
No le complace la idea.
Me complacera si me lo hubieran preguntado primero.
En ese caso habra venido?
Quiz. No lo s.
Lo lamento.
No estoy seguro.
Prosiguieron el viaje en silencio. No era un viaje por un camino solitario, sino
que circulaban por una carretera principal. Los faros del coche iluminaban las
seales que permitan a Stafford Nye saber cul era la ruta. Atravesaron Surrey
y las primeras zonas residenciales de Sussex. De vez en cuando, le pareci que
tomaban un desvo o una carretera secundaria que les apartaba de la ruta ms
directa, pero no estaba seguro. Estuvo a punto de preguntarle a su compaera si
lo hacan para despistar a alguien que pudiera haberles seguido desde Londres.
Pero decidi atenerse firmemente a su poltica de silencio. Le corresponda a la
condesa darle cualquier informacin. Cada vez le resultaba ms enigmtica.
Viajaban hacia el campo despus de una cena en Londres, en uno de los coches ms
lujosos que se ofrecan en alquiler. Esto era algo planeado de antemano. No se
haba dejado nada en manos del azar. Se dijo que muy pronto descubrira el punto
de destino, a menos que siguieran hasta la costa. Vio el cartel de Haslemere.
Poco despus rodearon Godalming. Todo muy claro y difano. La zona residencial
ms lujosa de los suburbios de la clase alta: elegantes residencias, jardines y
bosques bien cuidados. El coche tom un par de desvos ms y, por fin, el chofer
aminor la marcha. Al parecer, haban llegado al final del trayecto. Vio unas
verjas. La pequea casa blanca del guardia. Siguieron por la avenida interior,
bordeada de rododendros. Ms all de la ltima curva se alzaba la mansin.
Estilo nuevo rico, murmur Nye. Su compaera le interrog con la mirada.
Slo ha sido un comentario le explic Stafford . No me haga caso. Supongo que
hemos llegado a nuestro punto de destino.
No le gusta?
Los jardines parecen bien cuidados contest Nye, mirando la zona iluminada por
los faros . Hace falta mucho dinero para tener todo esto en orden. Dira que es
una casa bastante cmoda para vivir.
Cmoda pero no bonita admiti la condesa . El propietario prefiere la
comodidad a la belleza.
Quiz sea algo muy sensato. Aunque es obvio que tambin aprecia la belleza de
otras cosas.
El coche aparc delante del porche bien iluminado. Sir Stafford se ape y
despus tendi la mano para ayudar a la condesa. Mientras tanto, el chofer fue a
tocar el timbre de la puerta principal. Luego, mir a la muchacha.
Volver a necesitar de mis servicios esta noche, seora?
No. Esto es todo por ahora. Ya le llamaremos maana por la maana.
Buenas noches, seora. Buenas noches, seor.
Se oyeron pasos en el interior y se abri la puerta. Sir Stafford esperaba
encontrarse con un mayordomo, pero en cambio se vio delante de un ama de llaves
que pareca un granadero. El pelo gris, los labios apretados, una persona
eminentemente fiable y competente. Algo muy difcil de encontrar en la
actualidad. Digna de la mxima confianza y de la ms total lealtad.
Creo que nos hemos retrasado un poco se disculp Renata.
El seor est en la biblioteca. Me ha dicho que usted y el caballero vayan a
verle de inmediato.
Captulo 9
LA CASA CERCANA A GODALMING
La mujerona comenz a subir las escaleras y la pareja la sigui. S, pens
Nye, una casa muy cmoda. El empapelado tena dibujos de flor de lis, las
escaleras de roble tallado no eran agradables a la vista pero los escalones
resultaban comodsimos. Los cuadros estaban elegidos con gusto, pero no tenan
gran inters artstico. La casa de un hombre rico se dijo . Un hombre que no
tena mal gusto, pero que no pasaba de lo convencional. Las alfombras eran
gruesas y mullidas.
La criada lleg al primer piso, se dirigi sin tardanza hacia la primera puerta
del rellano y la abri, apartndose para permitir el paso de los recin
llegados, aunque no anunci sus nombres. La condesa entr primero, Stafford la
sigui y la mujerona cerr la puerta detrs de ellos.
Haba cuatro personas en la habitacin. Sentado detrs de un escritorio cubierto
de documentos, un par de mapas desplegados y otros papeles que, seguramente,
eran el tema de la discusin, estaba un hombre gordo con el rostro muy amarillo.
Era un rostro que sir Stafford haba visto antes, aunque ahora mismo no
recordaba el nombre que le corresponda. Se trataba de un hombre con quien haba
conversado una vez de manera informal, a pesar de que la ocasin haba sido
importante. l tena que saberlo, s, por supuesto que deba saberlo. Pero, por
qu no recordaba ahora el nombre?
El hombre sentado detrs del escritorio se levant no sin esfuerzo. Estrech la
mano que le tenda la condesa Renata.
Ha llegado. Esplndido.
S. Permtame que le presente, aunque creo que ya lo conoce. Sir Stafford Nye,
Mr. Robinson.
Desde luego. En la mente de sir Stafford encajaron las piezas. Tambin encaj
otro nombre: Pikeaway. Decir que lo saba todo de Mr. Robinson no es cierto.
Saba de Mr. Robinson todo aquello que el personaje estaba dispuesto a divulgar.
Su nombre, hasta donde todo el mundo saba, era Robinson y, aunque bien poda
ser cualquier otro nombre de origen extranjero, nunca nadie haba sugerido nada
por el estilo. Tambin el reconocimiento vena dado por su apariencia personal.
La frente despejada, los ojos oscuros y melanclicos, la boca grande y los
impresionantes dientes de una blancura irreal. Probablemente se trataban de
dientes postizos, pero como en el cuento de Caperucita Roja, servan para
comerte mejor.
Nye tambin saba lo que Mr. Robinson representaba. Bastaba una sola palabra
para describirlo. Mr. Robinson encarnaba el dinero en todos sus aspectos:
capitales internacionales, finanzas locales, industrias. Representaba el dinero
de una manera distinta a lo que crea el hombre de la calle. Nunca se pensaba en
l como un hombre muy rico. Sin duda lo era, pero eso no era lo ms importante.
Era uno de los que gobernaba el dinero, miembro del gran clan de los banqueros.
Sus gustos personales quizs eran sencillos, pero Nye dudaba de que lo fueran.
Mr. Robinson apreciaba la comodidad, incluso el lujo, aunque no mucho ms. O sea
que, detrs de todo este misterioso asunto, se mova el poder del dinero.
El otro da o hablar de usted manifest Mr. Robinson, mientras le estrechaba
la mano . A nuestro comn amigo Pikeaway.
Eso tambin cuadraba, pens sir Stafford, porque ahora recordaba que, en aquel
nico encuentro con Mr. Robinson, el coronel Pikeaway haba estado presente.
Horsham era otro de los que haban mencionado a Mr. Robinson. O sea que en este
asunto estaban metidos Mary Ann (o era la condesa Zerkowski?), el coronel
Pikeaway, sentado en su despacho en medio de una densa nube de humo de tabaco
con los prpados entrecerrados como si estuviera a punto de quedarse dormido o
Puedo servirle una copa, Nye? intervino sir Kleek . Qu quiere beber?
Ginebra con tnica.
La condesa rechaz la invitacin con un discreto ademn.
Kleek prepar el gin-tonic y dej la copa sobre una mesa cerca de Mr. Robinson.
Nye no estaba dispuesto a ser el primero en hablar. Los ojos oscuros del hombre
sentado detrs del escritorio perdieron la melancola por un instante. De pronto
se iluminaron.
Alguna pregunta? dijo, mirando a Stafford.
Demasiadas contest Nye . No sera mejor escuchar primero las explicaciones y
dejar las preguntas para despus?
Es eso lo que desea?
Simplificara las cosas.
Bien, en ese caso empezaremos por exponer los hechos. Puede que le invitaran o
no a venir aqu. Si fue lo ltimo, supongo que estar algo molesto.
Siempre prefiere que lo inviten intervino la condesa . Es lo que me dijo.
Algo muy natural confirm Mr. Robinson.
Me secuestraron afirm sir Stafford , aunque de una manera muy elegante. Uno
de nuestros mtodos modernos aadi con un tono informal.
Algo que sin duda invita a hacer una pregunta, no es as? dijo Mr. Robinson.
Basta con un par de palabras: por qu?
Muy preciso. Por qu? Admiro su economa en el lenguaje. ste es un comit
privado, un comit investigador. Investigamos algo que puede tener una
repercusin mundial.
Parece interesante seal Nye.
Es ms que interesante. Es algo gravsimo y urgente manifest lord Altamount .
En esta habitacin estn representados en este momento cuatro estilos de vida
diferentes. Me he retirado de la participacin activa en los asuntos del pas,
pero todava acto como consejero. Me han consultado y me han pedido que presida
esta investigacin sobre lo que est ocurriendo en el mundo en este ao del
Seor, porque algo est pasando. James, aqu presente, tiene su propio cometido.
Es mi mano derecha. Tambin es nuestro portavoz. Por favor, Jamie, tendras la
bondad de explicarle a sir Stafford cul es la situacin?
A Stafford le pareci ver temblar al sabueso. Por fin! pareca decir su
ansiedad. Por fin, ha llegado el momento de hablar y seguir adelante con el
asunto! Se ech un poco hacia adelante en la silla.
Si ocurren cosas en el mundo, hay que buscarles una causa comenz Kleek . Los
signos exteriores son siempre fciles de ver, pero no son importantes o por lo
menos as lo creen nuestro presidente hizo un gesto hacia lord Altamount , Mr.
Robinson y Mr. Horsham. Siempre ha sido de la misma manera. Encuentras una
fuerza natural, pongamos una catarata, que te permitir hacer funcionar una
turbina que producir electricidad. Descubres uranio y, en su momento, tendrs
la energa nuclear, algo con lo que ni siquiera habas soado. Cuando encuentras
carbn y minerales, tendrs transporte y energa. Son las fuerzas cuya
aplicacin te brindan ciertas cosas. Pero, detrs de cada una, hay alguien que
la controla. Hay que descubrir quin controla los poderes que, poco a poco, van
ganando terreno en prcticamente todas las naciones europeas y tambin en
algunas partes de Asia. No ocurre lo mismo en las regiones africanas, pero s
que sucede en todos los pases del continente americano. Hay que llegar al fondo
de las cosas que ocurren y descubrir la fuerza motriz que las hace suceder. Una
de esas fuerzas es el dinero.
Kleek seal a Mr. Robinson con un ademn.
Supongo que Mr. Robinson sabe ms que nadie en el mundo cmo se mueve el
dinero.
Todo es muy sencillo. Hay grandes cosas en marcha. Tiene que haber dinero
detrs de todas ellas. Debemos descubrir de dnde proviene el dinero. Quin lo
est utilizando? Quin hace las operaciones? Dnde lo consiguen? Adonde lo
envan? Por qu? Es muy cierto lo que dice James: s mucho sobre el dinero
afirm Mr. Robinson , tanto o ms que cualquier persona. Despus estn lo que
llamamos tendencias. Es una de las muchas palabras que usamos con frecuencia en
la actualidad. No tienen exactamente el mismo significado, pero estn muy
relacionadas entre ellas. Digamos que hay una tendencia a que aflore una
rebelin. Mire la historia. Ver como aparece una y otra vez, se repite de
acuerdo a un mismo esquema. El deseo de una rebelin, los medios para que se
produzca, la forma que adoptar. No es algo particular de ningn pas
determinado. Si surge en un pas, tambin aparecer en otros con ms o menos
energa. Es a eso a lo que usted se refera cuando me lo explic, no es as?
aadi el banquero, volvindose hacia lord Altamount.
As es. Lo ha expresado usted muy bien.
Es un esquema que surge y parece inevitable manifest Kleek . Lo reconocer en
cuanto lo encuentre. Hubo un perodo en el que domin el ansia por participar en
las cruzadas. A lo largo y ancho de Europa, la gente se embarcaba para ir a
rescatar Tierra Santa. Todo muy claro, un esquema de conducta muy simple y
determinado. Pero, por qu iban? Eso es lo interesante de la historia.
Averiguar por qu surgen los deseos y esos esquemas de conducta. La respuesta no
siempre es materialista. Hay muchsimas cosas capaces de provocar una rebelin:
el deseo de ser libres, la libertad de expresin, la libertad de credos, una vez
ms toda una serie de esquemas de conducta estrechamente relacionados. Impuls a
las personas a emigrar a otros pases, al establecimiento de nuevos cultos que a
la postre resultaron ser tan tirnicos como los que haban dejado atrs. Pero en
todo esto, si lo examina a fondo, si lo investiga hasta el final, encontrar la
causa que puso en marcha estos y muchos otros esquemas de conducta. En algunos
aspectos es como una epidemia. El virus es transportado por todo el mundo, a
travs de los ocanos, por encima de las montaas. Llega a un lugar y se
propaga. Aparentemente se traslada sin haberse puesto en movimiento. Pero no se
puede estar seguro, incluso ahora, de que siempre haya sido as. Pueden existir
causas, motivos para que las cosas sucedan.
Kleek hizo una pausa para mirar a los dems que seguan sus palabras con mucha
atencin.
Podemos ir un poco ms all. Hay personas. Una, diez, unos centenares que son
capaces de poner en marcha una causa. Por lo tanto, no debemos mirar el
resultado final. Hay que buscar al puado de personas que pusieron en marcha la
causa. Tenemos a los cruzados, a los fanticos religiosos, a los partidarios de
la libertad, tenemos todos los esquemas de conducta, pero hay que ir todava ms
atrs, hasta la raz. Detrs de los resultados materiales, se encuentran las
ideas. Las visiones, los sueos. El profeta Joel lo saba muy bien cuando
escribi: Vuestros ancianos soarn sueos, vuestros jvenes vern visiones.
Cul de ambos es ms poderoso? Los sueos no son destructivos. En cambio, las
visiones pueden abrirnos mundos nuevos y tambin destruir los que ya existen.
James Kleek se volvi bruscamente hacia lord Altamount.
No s si tiene alguna relacin, seor, pero una vez me cont una historia de
alguien en la embajada de Berln. Una mujer.
Ah, aquello? S, en aquel momento me result interesante. Tena algo que ver
con el tema que discutimos ahora. La esposa de un diplomtico: una mujer
inteligente, sensata, muy bien educada. Estaba muy ansiosa por asistir a un
mtin del Fhrer y or uno de sus discursos. Me refiero, por supuesto, a unos
meses antes de que comenzara la Segunda Guerra Mundial. Senta una gran
curiosidad por averiguar los efectos de su oratoria. Por qu todo el mundo se
senta tan impresionado? As que fue y, al regresar, me coment: Es
extraordinario. Nunca me lo hubiera credo. Desde luego, no entiendo muy bien el
alemn, pero me sent arrastrada. Ahora comprendo a todos los dems. Me refiero
a que sus palabras parecan maravillosas. Las cosas que dice te enardecen,
tienes la sensacin de que no puedes pensar de otra manera, que un mundo nuevo y
fantstico te espera si le sigues. No s muy bien cmo explicarlo. Escribir
todo lo que recuerdo y despus se lo traer para que lo lea. As entender usted
mejor el impacto personal que me caus y que intento explicarle.
Le respond que me pareca una idea excelente. Sin embargo, al da siguiente,
cuando vino a verme, me dijo: No s si creer lo que voy a decirle. Comenc a
escribir las cosas que o, lo que dijo Hitler, su significado, pero me llev un
susto tremendo: no haba absolutamente nada que escribir, me fue imposible
recordar ni una sola frase que resultara estimulante o con algo de lgica.
Transcrib las palabras, pero no parecan tener el mismo significado que cuando
las o. Son sencillamente, oh, lo que quiero decir es que no significaban
absolutamente nada. No lo entiendo.
Eso es un ejemplo de uno de los ms grandes peligros que casi nadie tiene
presente, pero que existe. Hay personas capaces de comunicar a otras un
entusiasmo tremendo, la visin de una vida nueva. Lo consiguen aunque no por
medio de lo que dicen o la idea propuesta. Es otra cosa. Es el poder carismtico
que tienen unos pocos hombres para incitar a algo, para transmitir una visin.
Quiz se trate de su carisma personal, de su voz, tal vez de algo que emana
directamente de su cuerpo. No lo s, pero existe.
Esas personas tienen poder. Los grandes profetas religiosos lo tienen y tambin
lo posee el espritu maligno. Se puede convencer a la gente a travs de un
movimiento, para que hagan ciertas cosas, actos que conducirn a la aparicin de
un nuevo cielo y de una nueva tierra. Habr gente que lo creer, que trabajar y
luchar por conseguirlo, e incluso estarn dispuestos a morir por lograrlo.
El anciano hizo una pausa y despus aadi en voz baja:
Jan Smuts lo resumi en una frase. Dijo: El liderazgo, adems de ser una gran
fuerza creativa, puede ser diablico.
Sir Stafford se movi inquieto en la silla.
Comprendo lo que ha dicho. Es muy interesante. Ahora quiz llegue a pensar que
puede ser cierto.
Por supuesto, tambin cree que es una exageracin.
No s si me atrevera a tanto replic Nye . Hay muchas cosas que nos parecen
exageradas, pero que muy a menudo no lo son. Slo son cosas en las que nunca has
pensado antes, o de las que no has odo ningn comentario. La consecuencia es
que te resultan tan extraas que casi no puedes hacer nada al respecto ms all
de aceptarlas. Por cierto, puedo hacer una preguntita? Qu se hace en estos
casos?
Si se tiene la sospecha de que est ocurriendo algo por el estilo, lo que se
debe hacer es investigar respondi lord Altamount . Tiene que actuar como la
mangosta de Kipling: ir y averiguarlo. Descubrir de dnde viene el dinero, de
dnde surgen las ideas y de dnde, si se puede decir as, procede la energa del
mecanismo. Quin est dirigiendo la maquinaria? Tiene que haber un jefe de
estado mayor adems de un comandante en jefe. Eso es lo que estamos intentando
hacer. Nos gustara contar con su colaboracin.
sta fue una de las contadas ocasiones en la vida de sir Stafford Nye en que lo
pillaron por sorpresa. Casi siempre se las haba apaado para disimularlo, pero
esta vez fue diferente. Mir a cada uno de los presentes. Al rostro impasible y
amarillento de Mr. Robinson; a sir James Kleek, un portavoz un tanto atrevido, a
juicio de Nye, pero que obviamente tena sus usos; lo haba clasificado como el
perro de su amo. Mir a lord Altamount, enmarcado por el respaldo de la silla
conventual. La luz era pobre y le daba el aspecto de un santo en un nicho de
alguna catedral. Asctico, medieval, un gran hombre. S, Altamount haba sido
uno de los grandes hombres del pasado. Sir Stafford no lo pona en duda, pero
ahora era un anciano. De ah, supuso, la necesidad de contar con los servicios
de sir James Kleek y la confianza que depositaba en su brazo derecho. Despus
mir a la enigmtica y calmada criatura que le haba trado aqu: la condesa
Renata Zerkowski, alias Mary Ann, alias Daphne Theodofanous. Su rostro no le
proporcion ninguna pista. Por ltimo, su mirada se pos en Mr. Henry Horsham.
Vio con cierta sorpresa que Horsham le sonrea.
A ver si nos entendemos manifest Nye, abandonando el lenguaje formal, para
dirigirse a ellos como un muchacho de dieciocho aos . Qu demonios pinto yo en
todo este asunto? Cules son mis mritos? Con toda franqueza, no me he
distinguido mucho en mi profesin. Nunca he gozado de mucha estima en el Foreign
Office. Nunca se han fiado de m.
Lo sabemos replic lord Altamount.
Esta vez fue el turno de sir James Kleek para mostrar una sonrisa divertida.
Algo muy conveniente. coment, para despus aadir con un tono de disculpa
dirigindose a lord Altamount que le miraba con el entrecejo fruncido : Lo
siento, seor.
ste es un comit de investigacin intervino Mr. Robinson . Aqu no se trata
de lo que haya hecho en el pasado, o de la opinin que tienen otras personas de
usted. Lo que estamos haciendo es reclutar a un nuevo miembro para el comit.
Los integrantes no somos ms que un puado. Deseamos que se una a nosotros
porque creemos que tiene ciertas dotes muy valiosas para nuestra investigacin.
Sir Stafford mir al representante de la Seguridad del Estado.
Qu dice usted, Horsham? Me resulta difcil creer que est usted de acuerdo
con la propuesta.
Por qu no?
Lo dice en serio? Cules son mis mritos como dicen ustedes? Con toda
sinceridad, ni yo mismo creo tenerlos.
Usted no es de los que se dejan cautivar por el culto a los hroes contest
Horsham . se es nuestro principal motivo. Usted es de aquellos que ven ms all
de la charlatanera. No se cree las valoraciones que pueden hacer los dems
sobre una persona determinada. Usted slo cree en sus propias valoraciones.
Ce n'est pas un garon srieux. Las palabras flotaron en la mente de sir
Stafford. Un motivo harto curioso para participar en una tarea que se prometa
difcil y peligrosa.
Tengo que advertirles que mi defecto principal, algo que siempre se me reprocha
y que me ha costado la prdida de varios buenos trabajos, es bastante notorio.
Yo dira que no soy un tipo lo bastante serio como para hacer un trabajo tan
importante como el que ahora nos ocupa.
Cralo o no replic Mr. Horsham , sa es una de las razones por la que nos
interesa. No es as, seor? aadi, buscando la confirmacin de lord
Altamount.
El servicio pblico! exclam el anciano . Permtame decirle que muy a menudo,
una de las grandes desventajas es que cuando las personas ostentan una posicin
pblica se toman a ellos mismos demasiado en serio. Estamos convencidos de que
no es ese su caso. Bueno aadi , al menos eso es lo que cree Mary Ann.
Sir Stafford mir a la muchacha. Una vez ms, haba dejado de ser una condesa
para transformarse en Mary Ann.
Si no le importa que se lo pregunte dijo , quin es usted? Me refiero a que
si es una condesa de verdad.
Por supuesto. Geboren, como diran los alemanes. Mi padre era noble, un
excelente deportista, un gran cazador, y era propietario de un muy romntico
pero un tanto destartalado castillo en Baviera. El castillo todava sigue en
pie. Estoy relacionada con una gran parte de la alta sociedad europea que
todava se muestra muy esnob en lo que se refiere al nacimiento. Cualquier
condesa por pobre que sea ocupa siempre la mejor mesa mientras que la millonaria
norteamericana con una fortuna en dlares en el banco tiene que hacer cola.
Qu me dice de Daphne Theodofanous? Qu pinta en todo esto?
Un nombre til para un pasaporte. Mi madre era griega.
Qu pasa con Mary Ann?
Fue casi la primera sonrisa que Stafford vea aparecer en su rostro. La mirada
de la muchacha se pos en lord Altamount y despus en Mr. Robinson.
Quizs el Mary Ann sea porque soy una muchacha para todo. Voy a aqu y a all,
busco cosas, las llevo de un pas a otro, barro debajo de la alfombra, hago de
todo, voy a cualquier parte, arreglo estropicios. Volvi a mirar al anciano .
Me equivoco, to Ned?
No. Tienes toda la razn, querida. T has sido y siempre sers Mary Ann para
todos nosotros..
Llevaba algo en aquel avin? Me refiero a que transportaba algo importante de
un pas a otro.
S. Era algo que se saba. De no haber acudido usted en mi rescate, si no
hubiera bebido una cerveza que poda estar envenenada y no me hubiera prestado
su capa de bandolero para disfrazarme, ahora quiz no estara aqu. A veces
ocurren accidentes.
Qu llevaba, o no debo preguntarlo? Hay cosas que nunca sabr?
Hay muchsimas cosas de las que nunca sabr ni una palabra. Tampoco podr hacer
preguntas sobre otra multitud de aspectos, pero creo que responder a la que
acaba de formular. Le dar una respuesta sin agregar ningn otro detalle.
Siempre que me autoricen, claro est
aadi la joven, mirando a lord
Altamount.
Confo en tu criterio contest el lord . Adelante.
Psele la informacin intervino el irreverente Kleek.
Supongo que necesita usted saberlo seal Mr. Horsham . Yo no se lo dira,
pero eso es porque la seguridad es lo mo. Adelante, Mary Ann.
Una sola frase. Traa una partida de nacimiento. Eso es todo. No le dir nada
ms y no le servir de nada hacer ms preguntas.
Stafford Nye mir a los reunidos.
De acuerdo. Acepto la propuesta. Me halaga que me lo hayan pedido. Qu hago
ahora?
Usted y yo nos marcharemos maana respondi Renata . Nos vamos al continente.
Quizs est al corriente de que se celebra un festival de msica en Baviera. Es
algo nuevo, slo lleva dos temporadas. Tienen unos de esos tpicos nombres
alemanes largusimos que significa: La compaa de los cantantes jvenes y
cuenta con el patrocinio de los gobiernos de diferentes pases. Es algo opuesto
a los festivales y producciones tradicionales de Bayreuth. Se interpretan muchas
obras modernas, es una plataforma para que los compositores jvenes den a
conocer sus obras. Hay un pblico que los apoya pero los sectores ms clsicos
lo repudian con todas sus fuerzas.
S dijo sir Stafford . He ledo algo al respecto. Asistiremos al festival?
Tenemos entradas para dos de los conciertos.
El festival tiene una importancia especial para nuestras investigaciones?
No. Es ms que nada para que nos vean contest la condesa . Vamos all por una
razn obvia y verdadera. Despus nos vamos para dar el segundo paso cuando
llegue el momento oportuno.
Instrucciones? pregunt Nye, mirando a los dems . Alguna orden en
particular? Necesito saber algo ms?
No en ese sentido. Parte usted en un viaje de exploracin. Se enterar de las
cosas sobre la marcha. Ir usted como lo que es, sabiendo slo lo que sabe hasta
ahora. Se presentar como un aficionado a la msica, como un diplomtico un
tanto desencantado por no haber recibido un cargo que crea merecer. Por lo
dems, no sabr usted nada. As es ms seguro.
Ese es el resumen de todo lo que hay hasta el presente? Alemania, Baviera,
Austria, el Tirol, toda esa parte del mundo?
Es uno de los centros de inters.
Pero no el nico.
As es. Ni siquiera es el principal. Hay otros lugares en el mundo que pueden
ser ms importantes y de mayor inters. Precisamente lo que deseamos averiguar
es la importancia de cada uno.
Sin embargo, no debo saber nada, o no se me quiere informar, sobre los otros
centros.
Slo lo imprescindible. Creemos que uno de ellos, el ms importante, tiene el
cuartel general en Sudamrica. Hay otros con cuarteles generales en Estados
Unidos: uno en California y el otro en Baltimore. Hay uno en Suecia, otro en
Italia. En ste las cosas se han mostrado muy activas durante los ltimos seis
meses. Portugal y Espaa tambin tienen los suyos, aunque son ms pequeos.
Pars, por descontado. Hay ms puntos de inters que, digamos, estn a punto de
comenzar la fase de produccin, pero que todava no han acabado de
desarrollarse.
Se refiere usted a Malasia o a Vietnam?
No, no. Todo eso es agua pasada. Sirvi como consigna para la violencia y la
protesta estudiantil, adems de muchas otras cosas.
Lo que se est promoviendo, y es algo que debe tener muy claro, es la creciente
organizacin de la juventud de todos los pases contra las formas de gobierno,
contra las costumbres paternas, y tambin muy a menudo contra las religiones que
Libro 2
VIAJE A SIGFRIDO
Captulo 10
LA MUJER DEL SCHLOSS
Salieron del teatro del festival, edificado en lo alto de una colina, y
respiraron el vivificante aire nocturno. Ms abajo, en una explanada, vieron un
restaurante iluminado. En la ladera haba otro ms pequeo. El precio de una
comida en cualquiera de los dos no era, desde luego, barato. Renata llevaba un
vestido de noche de terciopelo negro. Sir Stafford vesta de rigurosa etiqueta,
con corbata blanca.
Un pblico muy distinguido le coment Nye a su compaera . Mucho dinero y una
gran mayora de espectadores jvenes. Nadie dira que pudieran permitirse el
lujo.
Oh! Eso es algo que se puede resolver, mejor dicho, que se ha resuelto.
Un subsidio para la lite joven? Algo as?
Efectivamente.
Se dirigieron hacia el restaurante que haba en las proximidades.
Te dan una hora para comer, no?
Una hora, pero siempre se alarga quince minutos ms.
Por lo que he visto, el pblico, o por lo menos la mayor parte, es muy amante
de la msica.
La mayora lo es. Es algo importante.
Qu quiere decir con importante?
Que el entusiasmo debe ser genuino. Por los dos extremos de la escala.
Otro galimatas. No puede ser ms clara?
Quienes organizan y practican la violencia deben amarla, deben quererla, deben
ansiarla. La impronta del xtasis debe estar en cada movimiento, en el placer de
golpear, herir, destrozar. Lo mismo ocurre en el caso de la msica. El odo
tiene que aprender a apreciar la belleza de la armona. En este juego no valen
las simulaciones.
Se pueden hacer las dos cosas? Quiere usted decir que se puede combinar la
violencia y el amor a la msica, o al arte?
S, aunque no creo que sea fcil. Hay muchos que pueden. En realidad es ms
seguro, siempre que no intenten combinar los personajes.
Lo mejor es ir a lo sencillo, como dira nuestro gordo amigo Mr. Robinson.
Dejemos que los melmanos amen la msica y que los violentos practiquen la
violencia. Es eso lo que quiere usted decir?
Creo que s.
Estoy disfrutando mucho con todo este asunto. Los dos das que llevamos aqu,
las dos noches de concierto. No le dir que me ha gustado toda la msica que han
interpretado porque quiz mis gustos no son muy modernos. Pero encuentro muy
interesante el vestuario.
Se refiere usted al vestuario de los intrpretes?
No, no, hablo del pblico. Usted y yo, los conservadores, los anticuados.
Usted, condesa, con su vestido de noche; yo con la corbata blanca y el frac.
Nunca ha sido una vestimenta muy cmoda que digamos. Despus estn los otros,
las sedas y los terciopelos, las camisas con volantes de los hombres, encaje
autntico. Es algo que me ha llamado la atencin en innumerables ocasiones. El
pelo y el lujo de la avant garde, el boato versallesco, casi se podra decir
isabelino o el que vemos en los retratos de Van Dyck.
S, en eso tiene toda la razn.
Sin embargo, no estoy ni siquiera cerca de saber lo que significa todo esto. No
he averiguado nada. No he descubierto absolutamente nada.
No debe ser impaciente. ste es un festival carsimo, reclamado quiz por los
jvenes pero que est financiado por...
Quin lo financia?
Eso es algo que todava no sabemos, pero lo averiguaremos.
Me alegra mucho ver que est tan segura.
Entraron en el restaurante y ocuparon una mesa. La comida era buena, aunque sin
pretensiones. En un par de ocasiones se acerc alguien a saludarlos. Dos
personas que reconocieron a sir Stafford se mostraron complacidas de verle.
Renata fue quien ms saludos recibi porque su crculo de conocidos extranjeros
era ms grande. Damas elegantemente vestidas, un par de caballeros, casi todos
alemanes y austracos, y dos norteamericanos. Una charla intrascendente.
Comentarios sobre las obras interpretadas, dnde iran al finalizar la temporada
y cosas por el estilo. Nadie perdi mucho tiempo porque el intervalo para la
cena no era mucho.
Regresaron a sus asientos para or las dos ltimas interpretaciones del
programa. Un poema sinfnico, La desintegracin en la alegra de Solukonov, un
compositor moderno, y luego la espectacular grandeza de la Marcha de los
maestros cantores.
Salieron del auditorio. El coche que tenan a su disposicin les esperaba para
dispuestos a morir por ellos. No slo la secta de los asesinos. Tambin los
cristianos.
Los mrtires? Lord Altamount?
Qu tiene que ver lord Altamount?
No s por qu pero el otro da, en la reunin que mantuvimos, de pronto lo vi
como una de esos santos esculpidos en piedra que vemos en una catedral del siglo
XIII.
Puede que muera alguno de nosotros. Quiz ms afirm la muchacha, levantando
una mano para hacerle callar antes de que pudiera abrir la boca . Hay otra cosa
en la que pienso algunas veces. Un versculo del Nuevo Testamento, creo que es
de Lucas. Jesucristo en la ltima cena les dice a sus discpulos: Sois mis
compaeros y amigos, pero uno de vosotros me traicionar. Es muy probable que
haya un traidor entre nosotros.
Lo cree posible?
Estoy casi segura. Alguien que conocemos y en quien confiamos, pero cuando se
acuesta no suea con el martirio, sino con las treinta monedas de plata y que se
despierta sintindolas en la palma de la mano.
El amor al dinero?
Ambicin es la palabra ms exacta. Cmo se reconoce a un traidor? Cmo
podemos descubrirlo? Un traidor no destaca entre la multitud, ni hace nada por
destacar.
La condesa volvi a guardar silencio durante unos momentos.
Tena una amiga en el servicio diplomtico que, segn me cont, le dijo a una
alemana lo emocionada que se haba sentido al presenciar la representacin de la
Pasin en Oberammergau. La alemana le respondi con desprecio: Usted no lo
entiende. Nosotros los alemanes no necesitamos a Jesucristo! Tenemos a Adolf
Hitler con nosotros! l es mucho ms importante que cualquier mesas. Se
trataba de una mujer normal y corriente, pero era as como se senta. Era la
emocin que experimentaban las masas. Hitler era un hechicero. Hablaba y ellos
le escuchaban y, hechizados, aceptaban el sadismo, las cmaras de gas, las
torturas de la Gestapo. Renata encogi los hombros y aadi un poco ms
tranquila : En cualquier caso, no deja de ser curioso que usted lo mencionara.
Mencionara qu?
Al Viejo de la Montaa. Al lder de los asesinos?
Me est diciendo que aqu hay un Viejo de la Montaa?
No, no hay ningn Viejo de la Montaa, pero quiz s una Vieja de la Montaa.
Una Vieja de la Montaa. Cmo es?
La ver esta noche.
Qu haremos esta noche?
Alternaremos en sociedad.
Tengo la sensacin de que ha pasado un siglo desde que era usted Mary Ann.
Tendr que esperar hasta que volvamos a encontrarnos en algn avin.
Supongo que debe ser muy malo para la moral coment sir Stafford
pensativamente , vivir siempre en las alturas del mundo.
Habla usted socialmente?
No. Geogrficamente. Si uno vive en un castillo levantado en el pico de una
montaa y tiene el mundo a sus pies, llega un momento en que comienza a
despreciar a la gente normal, no le parece? Ests en la cima, eres el ms
grande. Eso es lo que Hitler senta en Berchtesgaden, eso es lo que sienten
muchsimas personas cuando escalan una montaa y miran a los dems seres humanos
que se arrastran por los valles.
Est noche tendr que ir con mucho cuidado le advirti la muchacha . Puede ser
peligroso.
Alguna indicacin?
Usted es un inconformista. Es quien est contra lo instituido, contra el mundo
convencional. Es un rebelde, pero en secreto. Puede hacerlo?
Lo intentar.
El lugar era cada vez ms salvaje. El enorme coche avanzaba por una carretera
empinada a la vera de un abismo y, de cuando en cuando, se vean a lo lejos el
escurrindose como lagartijas por las grietas de un muro. Los jvenes rubios
formaron una nueva figura, con las espadas en alto para saludar a la vieja que
les contest inclinando la cabeza. De inmediato, la tropa envain las espadas y
salieron en formacin. La mirada de la anciana los contempl marchar antes de
volverse para mirar a Renata y Stafford.
Qu opinin le merecen? le pregunt a Nye . Mis muchachos, mi guardia
juvenil, mis hijos. S, mis hijos. Tiene usted una palabra para describirlos?
Creo que s contest sir Stafford . Magnficos!
afirm con el tono de quien
se dirige a un personaje de la realeza . Magnficos, mi seora.
Ah! La vieja inclin la cabeza. Sonri y el gesto multiplic las arrugas de
su rostro. Le dio todo el aspecto de un cocodrilo.
Una mujer terrible, pens Nye. Espantosa. Increble. Teatral. Era posible
que esto estuviera ocurriendo en la realidad? Se resista a creerlo. Este lugar
no era ms que otra sala donde se representaba un espectculo.
Las puertas se abrieron una vez ms. La compaa de jvenes superhombres rubios
desfil como antes, slo que esta vez no llevaban espadas, sino que cantaban y
lo hacan con unas voces y unos tonos de una belleza poco comn.
Sir Stafford, despus de muchos aos de msica pop, sinti un placer
extraordinario. Estas eran voces entrenadas y no un vocero de borrachos, sino
voces educadas por maestros de canto. Aqu no se trataba de forzar las cuerdas
vocales, ni de berrear fuera de tono.
Podan ser los jvenes hroes de un mundo nuevo, pero lo que cantaban no era
nuevo. Era una msica que haba odo antes. Un arreglo de un preislied. Lleg a
la conclusin de que deba haber una orquesta oculta en alguna parte, quizs en
la galera que rodeaba el comedor. Se trataba de una unin de temas wagnerianos.
Pas del preislied a los ecos distantes de la msica del Rin.
La compaa form una vez ms un pasillo por donde pasara la persona a la que
esperaban. Ahora no se trataba de la vieja emperatriz, que permaneca sentada en
su trono, esperando como todos los dems.
Apareci el personaje, y la msica cambi para acompaar la entrada. Ahora
interpretaban un tema que Nye ya se saba de memoria. La meloda del joven
Sigfrido. La llamada del cuerno de Sigfrido, joven y triunfante, dispuesto a
conquistar un mundo nuevo.
Uno de los jvenes ms hermosos que Stafford Nye hubiera visto antes cruz el
umbral y camin por el pasillo formado por sus seguidores. Rubio, ojos azules,
con un cuerpo perfectamente proporcionado, pareca un ser sacado de un mundo
mitolgico por la varita de un mago. En l se reunan los mitos de los hroes,
la resurreccin, el renacimiento. La belleza, la fuerza, la seguridad y la
arrogancia del joven eran impresionantes.
Recorri todo el pasillo hasta que lleg delante de la desagradable montaa de
sebo sentada en el trono. Hinc una rodilla en tierra, acerc una mano de la
anciana a sus labios, para despus erguirse, levantar un brazo como un saludo y
gritar la misma palabra que Nye haba odo en boca de todos los dems: Heil!
Sir Stafford no dominaba mucho el alemn pero le pareci distinguir las
palabras: Heil a nuestra gran madre!
A continuacin, el apuesto hroe mir a uno y otro lado. Su rostro no cambi de
expresin, ms all de un vago y desinteresado reconocimiento de Renata, pero
cuando su mirada se pos en Nye, se puso alerta.
Cuidado! se dijo sir Stafford. Mucho cuidado! Haba llegado el momento de
interpretar su papel. El personaje que se le haba asignado. Slo que cul
demonios era su personaje? Qu estaba haciendo aqu? Qu se supona que
estaban haciendo aqu l y la muchacha?
As que tenemos invitados. dijo el hroe, que aadi sonriendo con la
arrogancia de un joven que se sabe superior a cualquier otra persona en el
mundo : Bienvenidos, invitados, bienvenidos.
En algn lugar de las profundidades del castillo comenz a sonar una campana. No
tocaba a muerto, sino que tena un sonido disciplinario. Era como si llamaran a
algn oficio sagrado a los miembros de un convento.
Ha llegado el momento de irse a dormir manifest la vieja Charlotte . Maana
volveremos a encontrarnos a las once. Mir a Renata y Stafford . Os acompaarn
habitaciones.
Dejaron el equipaje y, despus de refrescarse, salieron para dar un paseo por un
sendero que suba la montaa. Encontraron un banco y se sentaron. Permanecieron
en silencio durante unos momentos, admirando el panorama.
Cartn piedra exclam sir Stafford.
La muchacha pareci no hacer caso de la exclamacin, pero al cabo de unos
segundos, replic:
Qu?
Me lo est preguntando?
Qu piensa de todo lo que le he mostrado hasta el momento?
No me convence.
Renata exhal un fuerte suspiro.
Eso es precisamente lo que esperaba que me dijera.
Nada de todo esto es verdad, no es as? No es ms que un gigantesco
espectculo. Algo ofrecido por un director, quizs un grupo de directores.
Aquella vieja siniestra paga a los actores, paga la produccin, pero no hemos
visto al director, slo a la estrella del espectculo.
Qu opinin le merece?
Tampoco es real respondi Nye . No es ms que un actor. Muy bueno, por
supuesto, y magistralmente dirigido.
Le sorprendi un sonido inesperado. Era la risa de Renata. La muchacha se
levant. De pronto pareca dominada por una gran excitacin, se la vea feliz.
Lo saba manifest con una expresin un tanto irnica . Estaba segura de que
lo descubrira. Saba que es un hombre con los pies bien plantados en el suelo.
Siempre ha tenido muy claro que es cada cosa, no es as? Sabe lo que es pura
charlatanera, no se deja engaar por la pura apariencia.
No es necesario ir a Stratford y ver las obras de Shakespeare para saber cul
es el personaje que mejor le corresponde. Los reyes y los grandes hombres tienen
un bufn, el bufn del rey que siempre le dice la verdad al monarca, que habla
con sentido comn y se burla de todas aquellas cosas que engaan a los dems.
Es eso lo que soy? El bufn del rey?
Usted no lo siente? Es lo que queremos, lo que necesitamos. Usted mismo lo
acaba de decir. Cartn piedra! Una enorme y muy bien montada farsa! Tiene
usted toda la razn. Pero la gente se deja engaar. Cree que es maravillosa o
que es diablica, que es terriblemente importante. Por supuesto que no lo es,
slo hay que buscar la manera de demostrrselo a la gente, abrirle los ojos para
que vea lo ridculo que es todo esto. Una soberana tontera. Eso es lo que usted
y yo vamos a hacer.
Cree usted que al final conseguiremos desmontar toda esta inmensa farsa?
S que parece muy difcil, pero en cuanto se le hace ver a la gente que algo no
es real, que slo se trata de un gigantesca tomadura de pelo, bueno...
Est proponiendo que prediquemos el evangelio del sentido comn?
Claro que no replic la muchacha . Nadie hara el menor caso, no le parece?
Al menos no en estos tiempos.
Tiene razn. Tendremos que ofrecer pruebas, hechos, la verdad.
Tenemos todas esas cosas?
S. Las traje conmigo va Frankfurt, cuando usted me ayud a regresar sana y
salva a Inglaterra.
No lo entiendo.
Todava no. Ya lo sabr en el momento oportuno. Por ahora, tenemos un papel que
interpretar. Estamos dispuestos y ansiosos por dejar que nos adoctrinen.
Adoramos la juventud. Somos firmes seguidores y creyentes del joven Sigfrido.
No dudo que usted podr hacerlo, pero yo no lo tengo tan claro. Nunca he tenido
mucho xito como seguidor de nadie. El bufn del rey nunca lo es, slo es el
criticn por excelencia. No es algo que nadie vaya a apreciar mucho en estos
momentos, no le parece?
Por supuesto que no. No debe mostrar esa parte de usted mismo, excepto, desde
luego, cuando hable de sus jefes, de los polticos y diplomticos del Foreign
Office, del orden establecido, de todas esas cosas. En ese aspecto debe
Locos, locos, todos estn locos, pero disfrutaremos muchsimo. Crees que
tendremos una larga vida, Mary Ann?
Probablemente no.
se es el espritu que me gusta. Estoy contigo, mi camarada y gua.
Conseguiremos un mundo mejor gracias a nuestros esfuerzos?
No lo creo, pero quizs un poco ms solidario. Est lleno de creencias, pero
hay muy poca solidaridad.
De acuerdo manifest Nye . Adelante!
Libro 3
EN CASA Y EN EL EXTRANJERO
Captulo 13
CONFERENCIA EN PARS
Cinco hombres estaban reunidos en una habitacin de Pars. Se trataba de una
habitacin que haba sido escenario de otros encuentros histricos. El de hoy
poda ser en muchos aspectos una reunin de una naturaleza diferente, aunque
seguramente acabara siendo histrico.
Monsieur Grosjean presida la reunin. Era un hombre preocupado que haca todo
lo posible por enfrentarse a los hechos con la tranquilidad y la elegancia que
tanto le haban servido en el pasado. Sin embargo, tena la impresin de que hoy
no le eran de gran ayuda. El signor Vitelli acababa de llegar de Italia haca
slo una hora. Sus gestos eran febriles, se le vea desbordado.
Es algo que est ms all de cualquier lmite posible manifest el italiano .
Ha sobrepasado nuestras peores expectativas.
Acaso no tenemos todos que soportar a esos revoltosos estudiantes? replic
monsieur Grosjean.
Esto es mucho ms que una manifestacin estudiantil. Est ms all de cualquier
cosa que puedan hacer los estudiantes. No s con qu se lo podra comparar. Con
un enjambre de abejas. Una catstrofe natural multiplicada por cien o por lo que
usted quiera. Han tomado las calles por asalto. Tienen ametralladoras. No s
donde han comprado aviones. Se proponen tomar todo el norte de Italia. Eso es
una locura! No son ms que unos cros. No obstante, disponen de armas y
explosivos. En Miln superan en nmero a la polica. Qu podemos hacer?
Recurrir a los militares? El ejrcito tambin se ha declarado en rebelda.
Dicen que estn con los jvenes. Afirman que no hay ninguna esperanza para el
mundo que no sea la anarqua. Hablan de algo que denominan la tercera va, pero
eso, sencillamente, es algo que no puede suceder.
La anarqua es algo muy popular entre los jvenes
afirm monsieur Grosjean
despus de exhalar un suspiro . Creen en la anarqua. Es algo que conocemos
desde los das de Argelia, de todos los conflictos que nuestra nacin y nuestro
imperio colonial ha tenido que soportar. Qu podemos hacer? Los militares? Se
pliegan a los estudiantes.
Ah, los estudiantes, ah, los estudiantes exclam monsieur Poissonier, con un
tono lgubre.
Era miembro de un gobierno francs para el que la palabra estudiante era
anatema. Si le hubieran dado a escoger, hubiera manifestado una preferencia por
la gripe asitica e incluso por un brote de peste bubnica. Para l cualquiera
de las dos cosas era preferible a las actividades de los estudiantes. Un mundo
sin estudiantes! Era un tema recurrente y muy agradable en sus sueos, aunque no
apareca con toda la frecuencia deseada.
En cuanto a los magistrados opin monsieur Grosjean , qu ha pasado con
nuestras autoridades judiciales? La polica, s, se mantiene leal, pero los
jueces se niegan a dictar sentencias cuando se trata de acusados jvenes, de
jvenes que han destrozado propiedades, gubernamentales, privadas, toda clase de
propiedades. Uno se pregunta, por qu no? He estado haciendo algunas
est por encima del peligro. No importan los riesgos cuando est en juego la
salvacin de Francia. Ahora mismo marchan hacia aqu. Una enorme horda de
estudiantes, de criminales que han sido liberados de las crceles. Algunos de
ellos han cometido terribles asesinatos, otros son pirmanos. Gritan consignas,
cantan estribillos. Proclaman los nombres de sus maestros, de sus filsofos, de
los que los han llevado a la senda de la destruccin, de los que acabarn con
Francia a menos que se haga algo. Ustedes estn sentados aqu, hablando,
lamentndose. Hay que hacer algo ms. He mandado poner en alerta a dos
regimientos. He puesto en pie de guerra a la fuerza area, he enviado mensajes
cifrados a nuestro vecino aliado, a mis amigos en Alemania, porque sern ellos
los que nos ayudarn en estos momentos.
Hay que acabar con los disturbios. La rebelin! La insurreccin! Hay que
enfrentarse al peligro que corren hombres, mujeres y nios, la propiedad. Ahora
mismo ir a aplastar la insurreccin, hablar con ellos como su padre, su lder.
Estos estudiantes, incluso los criminales, son mis hijos. Son la juventud de
Francia. Les hablar, escuchar sus quejas, y ellos me escucharn.
Se cambiarn las polticas, reanudaran sus estudios con nuevos programas. Las
becas han sido insuficientes, sus vidas se han visto privadas de atractivo, de
liderazgo. Mi obligacin es prometerles todo esto. Hablar en mi nombre y
tambin en el vuestro, en nombre del gobierno, porque habis hecho todo lo
posible, habis actuado hasta el lmite de vuestra capacidad. Pero ahora hace
falta un lder de verdad. Se me necesita. Me voy. Tengo que enviar ms mensajes
cifrados, las armas nucleares se pueden utilizar en lugares poco frecuentados y
de una manera que, si bien sembrarn el terror en la chusma, nosotros sabemos
que no representan ningn peligro real. He pensado en todo. Mi plan funcionar.
Vamos, mis leales amigos, acompaadme.
Mariscal, no podemos permitir... Se pondr usted en una situacin muy
peligrosa. Debemos...
No malgastis las palabras. Acepto mi destino. El mariscal se dirigi hacia la
puerta mientras aada : Mi plana mayor me espera, junto con mi guardia
personal. Ahora ir a hablar con los jvenes rebeldes, con la flor y nata de la
belleza y el terror, para decirles cul es su deber.
Cruz la puerta con la grandeza de un gran actor interpretando su personaje
favorito.
Bon dieu, va en serio! exclam monsieur Poissonier.
Arriesgar su vida afirm el signor Vitelli . Quin sabe lo que puede
conseguir? Es un hombre valiente. Intrpido, s, pero no corre un tremendo
peligro? Cualquiera de esos jvenes exaltados podra matarlo.
Un suspiro de placer escap de los labios de monsieur Poissonier. Es una
posibilidad pens que quiz podra convertirse en una realidad.
S, es posible manifest . Es muy cierto que podran matarle.
Desde luego, es algo que no desearamos apunt monsieur Grosjean con un tono
cauto.
Monsieur Grosjean s que lo deseaba. Desde luego que s, pero su natural
pesimismo le llev a pensar que las cosas casi nunca resultaban tal como uno
quera. Por cierto que se enfrentaba a una perspectiva mucho ms desagradable.
Era muy posible que, a la vista de otros logros en el pasado del mariscal, se
las apaara para conseguir que una turba de estudiantes sedientos de sangre
escucharan sus palabras, confiaran en sus promesas e insistieran en devolverle
el poder que haba ostentado en otros tiempos. Era algo que haba ocurrido un
par de veces en la dilatada carrera del mariscal. Su carisma era tal que, en ms
de una ocasin, los polticos que se le haban enfrentado haban acabado
mordiendo el polvo.
Debemos impedirlo grit Grosjean.
S, s asinti el signor Vitelli , no podemos permitir que el mundo pierda a
un gran hombre.
Hay otro peligro seal monsieur Poissonier . Tiene demasiados amigos en
Alemania y todos sabemos como las gastan en Alemania cuando se trata de asuntos
militares. Podran aprovechar la oportunidad.
Bon dieu, bon dieu dijo monsieur Grosjean, enjugndose el sudor de la frente .
hay algunos indicios. Un gran cargamento de armas sali de Suecia con destino al
frica Occidental.
Qu tiene que ver eso con todo esto? replic Mr. Lazenby . A quin le
importa? Dejemos que tengan todas las armas que quieran en frica Occidental.
As podrn seguir matndose entre ellos.
La verdad es que hay algo curioso en este asunto si nos atenemos a los informes
del servicio de inteligencia. Lo interesante es que el cargamento lleg all,
pero despus lo reenviaron. Aceptaron el cargamento, firmaron los documentos, lo
pagaron y, antes de que pasaran cinco das, lo reenviaron a algn otro lugar.
Sabemos a dnde?
Al parecer contest el coronel , el cargamento nunca fue para los africanos.
Despus de efectuar el pago, lo enviaron a algn otro lugar. Es posible que
saliera de frica para ir a Oriente Medio. Al golfo Prsico, a Grecia o a
Turqua. Tambin se envi una escuadrilla de aviones a Egipto, pero desde all
siguieron vuelo a la India para acabar en Rusia.
Crea que los haban enviado desde Rusia.
Desde Rusia los enviaron a Praga. Todo el asunto es una autntica locura.
No lo entiendo dijo sir George.
Por lo visto hay en alguna parte un organismo central que se encarga de los
suministros. Aviones, armamento, bombas, explosivos, armas bacteriolgicas.
Todos los envos se realizan hacia las direcciones ms inesperadas. Emplean
rutas poco frecuentadas para llegar a los sitios conflictivos, y el armamento lo
emplean los lderes y los regimientos, si quiere usted darles esa denominacin,
del Poder Joven. Sobre todo van a parar a manos de los lderes de los
movimientos guerrilleros juveniles, anarquistas declarados que predican la
anarqua y aceptan, aunque uno duda mucho de que lo paguen, el armamento ms
sofisticado.
Est usted diciendo que nos enfrentamos a algo as como una guerra a escala
mundial? Cedric Lazenby estaba atnito.
Un hombre de rasgos asiticos que estaba sentado al otro extremo de la mesa y
que, hasta entonces, no haba dicho palabra, dirigi a los presentes una sonrisa
oriental e intervino en la conversacin.
Eso es precisamente lo que nos vemos obligados a creer. Nuestros observadores
nos informan de...
Tendrn ustedes que dejar de observar le interrumpi Lazenby . Las Naciones
Unidas tendrn que decidirse por la intervencin militar y poner remedio a este
desbarajuste.
El oriental no se inmut ante la manifestacin del primer ministro.
Eso ira contra nuestros principios.
El coronel Munro alz un poco la voz y continu con su resumen de la situacin
mundial.
Se registran combates en casi todos los pases. El Sudeste asitico reclam la
independencia hace mucho tiempo y hay cuatro o cinco diferentes facciones en
Sudamrica: Cuba, Per, Guatemala y algunas ms. En cuanto a Estados Unidos, ya
saben ustedes que Washington ha sido prcticamente pasto de las llamas. El oeste
norteamericano est en poder de las fuerzas armadas del Poder Joven. En Chicago
han decretado la ley marcial. Se han enterado de lo ocurrido con Sam Cortman?
Anoche le dispararon en la entrada de la embajada estadounidense.
Hoy tena que estar aqu dijo Lazenby . Nos iba a comunicar sus puntos de
vistas sobre la situacin.
No creo que nos hubiera ayudado gran cosa opin el coronel Munro . Un buen
tipo, pero no es precisamente una lumbrera.
Lo que quiero saber es quin est detrs de todo esto? pregunt Lazenby, con
creciente inquietud .
Claro que podran ser los rusos. Su expresin se anim un poco al imaginarse
volando con destino a Mosc.
El coronel Munro mene la cabeza.
Lo dudo mucho.
Una peticin personal insisti Lazenby cada vez ms entusiasmado . Toda una
D
Demetrios
Esmirna. Drogas.
C
Dr. Sarolensky Colorado. Estados Unidos. Fsico-qumico. Sospechoso solamente.
J
Juanita
Una mujer. Se dice que es peligrosa. Se desconoce su verdadero nombre.
Capitulo 15
TA MATILDA SIGUE UNA CURA
I
Yo haba pensado en una cura de algn tipo aventur lady Matilda.
Una cura? dijo el Dr. Donaldson. Por un instante, pareci un tanto intrigado
y perdi aquel aire de omnisciencia mdica que, por supuesto, segn crea lady
Matilda, era uno de los pequeos inconvenientes aadidos al hecho de verse
atendida por un mdico ms joven, en lugar del viejo galeno al que haba estado
acostumbrada durante tantos aos.
Es as como las llambamos le explic lady Matilda . En mis aos mozos, sabe
usted, tombamos una cura. Viajabas a Marienbad, a Carlsbad, a Baden-Baden y a
todos los balnearios. Precisamente el otro da le en el peridico una nota
sobre un lugar que acaban de inaugurar. Muy nuevo y moderno. Dicen que tiene
toda clase de nuevas ideas y cosas por el estilo. No es que me entusiasmen las
nuevas ideas, pero tampoco me dan mucho miedo. Me refiero a que probablemente
sern las mismas cosas de siempre con otro nombre. Agua con gusto a huevos
podridos, la ltima palabra en dietas y caminatas para tomar la cura o las
aguas, o como lo llamen ahora, a una hora muy inconveniente de la maana.
Supongo que tambin te dan masajes o algo as. Suele ser un masaje de algas.
Pero este balneario est en las montaas, en Baviera, Austria o un lugar as.
Por lo tanto, supongo que no usarn algas. Tal vez algn hongo repugnante,
aparte, claro est, del agua mineral y la que huele a huevos podridos. Tengo
entendido que la edificacin es soberbia. Lo nico que te pone un poco nerviosa
es que, en la actualidad, parecen poco partidarios de poner barandillas en los
edificios modernos. Grandes escaleras de mrmol y todo eso, pero nada en que
sujetarte.
Creo que s cul es el lugar al que se refiere manifest el doctor Donaldson .
Le han hecho mucha publicidad en la prensa.
Bueno, ya sabe usted como es la gente de mi edad
coment lady Matilda . Nos
gusta probar cosas nuevas. Creo que eso es slo porque nos divierte. En
realidad, no es que te mejore la salud en nada. As y todo, a usted no le parece
una mala idea, no es verdad, doctor Donaldson?
El mdico la mir. No era tan joven como lo catalogaba lady Matilda. Rondaba los
cuarenta y era un hombre con mucho tacto y bondadoso, dispuesto a tolerar los
caprichos de sus ancianos pacientes siempre y cuando lo considerara oportuno y
no representara un riesgo.
Estoy seguro de que no puede hacerle ningn dao admiti y quiz sea una buena
idea. Por supuesto, viajar cansa un poco, aunque en la actualidad se puede ir a
todas partes en avin, es un medio rpido y poco fatigoso.
Rpido s, poco fatigoso no replic lady Matilda . Hay rampas y escaleras
mecnicas, tienes que subir y bajar de los autobuses desde la terminal al avin
y del avin a la terminal, y del aeropuerto a otro autobs. Sin embargo, tengo
entendido que en los aeropuertos tienen sillas de ruedas.
Por supuesto. Una idea excelente. Si me promete que la usar en vez de
pretender ir caminando a todas partes...
Lo s, lo s le interrumpi la paciente . Usted me comprende. En realidad es
usted un hombre muy comprensivo. Una tiene su orgullo y, mientras te las puedas
apaar con un bastn o con un poco de ayuda, no quieres aparecer como una
invlida. Sera mucho ms sencillo si fuera un hombre coment . Me refiero a
que te puedes vendar una pierna con una de esas enormes vendas y cosas
acolchadas como si tuvieras gota. Quiero decir que la gota queda muy bien para
el sexo masculino, nadie piensa mal de ellos porque padezcan de gota. Puede que
algunos de sus viejos amigos crean que le han estado dando demasiado al oporto,
porque sa es la idea de fondo, aunque no creo que sea cierta. El oporto no te
produce gota. S, una silla de ruedas y podr volar a Munich o algn lugar as.
Podra pedir que me esperara un coche o algo parecido al otro lado.
Se llevar usted a miss Leatheran, por supuesto.
Amy? Oh, desde luego. No podra arreglrmelas sin ella. En cualquier caso,
usted no cree que pueda serme perjudicial, verdad?
En absoluto. Creo que puede hacerle mucho bien.
Es usted un hombre encantador.
Lady Matilde le obsequi con un guio no carente de cierta coquetera.
Usted cree que me divertir y me animar ir a un lugar nuevo, ver algunas caras
nuevas y, por supuesto, tiene usted toda la razn. Pero la verdad es que
prefiero creer que estoy haciendo una cura, aunque en realidad no tengo nada de
que curarme. Es as, no? No tengo nada, verdad? Nada, excepto ser vieja. Por
desgracia, la vejez no se cura. Te haces ms vieja por mucho que quieras
impedirlo.
La cuestin importante es saber si se lo pasara bien. Yo creo que s. Por
cierto, si se cansa haciendo algo, deje de hacerlo.
Le juro que no dejar de beber vasos y ms vasos de agua, incluso si el agua
sabe a huevos podridos. No porque me guste, o francamente crea que me har bien,
sino porque tiene algo que ver con un sentimiento de mortificacin. Es algo as
como lo que sienten las viejas en los pueblos. Siempre quieren algn jarabe que
sea de color negro, rojo o rosa intenso, y con un fuerte sabor a pipermn. Creen
que es mucho ms efectivo que una pldora o una botella que parece estar llenar
de agua del grifo sin ningn color extico.
Sabe usted mucho de la naturaleza humana opin el doctor Donaldson.
Es usted muy amable conmigo, y se lo agradezco.
apariencia austera que poda llevar al ocupante a identificarse con una asctica
vida de ejercicios, dietas y dolorosas sesiones de masajes. El mobiliario era
interesante, satisfaca todos los gustos. Haba un ideario escrito en letras
gticas y enmarcado. El alemn de lady Matilda no era tan bueno como lo haba
sido en su juventud, pero interpret que tena alguna relacin con la
encantadora idea de un regreso a la dorada juventud. No slo la juventud tena
el futuro en sus manos, sino que se adoctrinaba a los viejos para que sintieran
que tambin ellos podran conocer un segundo rejuvenecimiento.
Haba amables consejos para que se siguieran las doctrinas de cualquiera de los
muchos caminos en la vida que atraan a diferentes clases de personas,
suponiendo que tuvieran el dinero para pagrselo. Junto a la cama haba una
biblia Gideon como las que lady Matilda haba encontrado en todas las
habitaciones de hotel durante sus viajes por Estados Unidos. La cogi
satisfecha, la abri al azar y apoy un dedo en uno de los versculos. Lo ley,
asintiendo complacida y tom nota en el bloc que haba en la mesilla de noche.
Era algo que haba hecho muy a menudo en el curso de su vida, era su manera de
conseguir la gua divina sin mayores molestias.
He sido joven y ahora soy viejo, pero todava no he visto abandonados a los
justos.
Hizo nuevas exploraciones. Colocado a mano pero no demasiado aparente haba un
Almanach de Gotha, modestamente situado en el estante inferior de la mesilla de
noche. Un libro muy valioso para todos aquellos interesados en conocer a los
integrantes de los niveles ms altos de la sociedad desde haca generaciones, y
que continuaba siendo una obra de consulta imprescindible para aquellos que
posean un linaje aristocrtico o se interesaban por el tema. Puede serme til
pens . Siempre te enteras de algo nuevo.
Cerca de la mesa, junto a la estufa de porcelana, haba ediciones de bolsillo de
los discursos y reflexiones de los profetas modernos. Aquellos que estaban ahora
o haban estado clamando en el desierto se encontraban aqu para ser estudiados
y aprobados por jvenes seguidores con largas pelambreras, curiosas vestimentas
y corazones ansiosos. Marcuse, Che Guevara, Lvi-Strauss, Fann.
Se dijo que ms le valdra echarles una ojeada si esperaba tener alguna
conversacin con representantes de la juventud dorada.
En aquel momento se oy una tmida llamada. Se entreabri la puerta y por la
abertura asom el rostro de la fiel Amy. A lady Matilda se le ocurri de pronto
que Amy tendra el aspecto de una oveja cuando cumpliera diez aos ms, una
oveja dcil, fiel y amable que, por ahora, y se alegraba de que as fuera,
mantena el aspecto de una bonita y bien cebada cordera con ricitos, ojos de
mirada pensativa y bondadosa, que segua balando en vez de dar berridos.
Espero que haya dormido bien.
De maravilla, querida, como nunca. Has trado esa cosa?
Amy siempre saba interpretarla. Se la alcanz a su patrona.
Ah, la hoja con la dieta. Le ech un vistazo . Vaya, que cosa ms inspida y
poco apetitosa! Qu tal es el agua que debemos beber?
No tiene muy buen sabor.
No, ya me lo supona. Espera un momento, no te vayas. Quiero que eches una
carta al correo.
Lady Matilda apart la bandeja del desayuno y se dirigi a la mesa. Pens
durante unos minutos en el contenido de la carta y despus la escribi.
Esto tendra que bastar murmur.
Perdn, lady Matilda, deca usted algo?
Le escriba a la vieja amiga de la que te habl.
Aquella que no ve desde hace cincuenta o sesenta aos?
Lady Matilda asinti.
Confo en... aadi Amy, con un tono de disculpa . Me refiero a... que ha
pasado mucho tiempo. En la actualidad, la gente no tiene buena memoria. Espero
que ella recuerde quien es usted y todo lo dems.
Por supuesto que se acordar afirm la anciana . Las personas que no olvidas
son aquellas que conociste cuando tenas entre los diez y los veinte aos. Se te
Espero que haya disfrutado con la visita a su vieja amiga coment Amy,
mientras regresaban al hotel.
Te hubieras quedado pasmada si llegas a or la cantidad de tonteras que he
dicho replic lady Matilda Cleckheaton.
Captulo 16
HABLA PIKEAWAY
Las noticias de Francia son muy malas manifest el coronel Pikeaway,
quitndose de la solapa un montn de ceniza de puro . Se lo o decir a Winston
Churchill en la ltima guerra. Era un hombre que hablaba con claridad y que no
usaba ms palabras de las necesarias. Era muy impresionante. Nos deca lo que
necesitbamos saber. Bueno, ha pasado mucho tiempo, pero creo que hoy lo podemos
repetir: las noticias de Francia son muy malas.
El coronel se interrumpi, ahogado por un sbito ataque de tos. Los dems
esperaron sin decir palabra. Pikeaway acab de toser, respir un poco, se quit
ms ceniza de la solapa, y reanud el discurso.
Las noticias de Italia son muy malas. Supongo que las noticias de Rusia tambin
sern malsimas, aunque no han dicho esta boca es ma. Ya tienen sus problemas.
Los estudiantes se han hecho con el control de las calles. Destrozan los
escaparates, asaltan las embajadas. Las noticias de Egipto son muy malas. Las
noticias de Jerusaln son muy malas. Las noticias de Siria son muy malas. Todo
eso es ms o menos normal, as que no debemos preocuparnos demasiado. Las
noticias que llegan de Argentina son peculiares, yo dira que muy peculiares.
Argentina, Brasil y Cuba se han unido. Ahora se llaman Federacin de Estados de
la Juventud Dorada o algo as. Tambin disponen de un ejrcito bien entrenado,
bien armado y bien dirigido. Tienen aviones, tienen bombas y tienen Dios sabe
qu. La mayora de ellos al parecer sabe utilizar el armamento, algo que
complica an ms las cosas. Asimismo, parecen disponer de una multitud de
cantantes: canciones pop, viejas tonadas del folclore local y antiguos himnos de
batalla. Actan ms o menos como lo haca el Ejrcito de Salvacin, no estoy
diciendo ninguna blasfemia ni critico al Ejrcito de Salvacin. Siempre hizo un
trabajo magnfico. Ah, aquellas muchachas s que eran un encanto con sus
sombreros tan monos.
Me han dicho que algo que sigue ms o menos el mismo esquema est en marcha en
los pases civilizados, comenzando por nosotros. Supongo que a algunos de
nosotros todava se nos puede seguir llamando civilizados, no? Recuerdo que el
otro da uno de nuestros polticos dijo que ramos una nacin extraordinaria,
principalmente porque ramos permisivos, hacamos manifestaciones, destrozbamos
rdenes que daba, que los alucinantes mensajes que enviaba al estado mayor para
decirle lo que deban hacer, las locuras que deban intentar, no se atendan
como antao. Tena la sensacin de que ya no era el comandante supremo.
Sin embargo, tena un pequeo grupo de leales, unas personas que haban
elaborado un plan para sacarlo del pas para llevrselo fuera de Europa y a otro
continente donde pudiera reunir a los seguidores nazis, a los jvenes que crean
en l con tanta pasin. La bandera con la esvstica volvera a ondear.
Interpret su papel. No dudo de que disfrut hacindolo. S, eso estara en
consonancia con alguien cuyas facultades mentales menguaban. Demostrara a los
dems que poda interpretar el personaje de Hitler mejor que cualquiera de
ellos. De vez en cuando se rea y los mdicos de guardia y las enfermeras
echaban una ojeada para ver si se haba producido algn cambio. Un paciente que
pareca ms excitado de lo habitual, algo sin ninguna importancia, un suceso
frecuente. Da lo mismo que se trate de Napoleones, Julios Csar o cualquier
otro. Hay das en los que, como dira un lego, estn un poco ms locos. No se me
ocurre otro manera de explicrselo. Ahora le cedo la palabra a Herr Spiess.
Fantstico! exclam el ministro del Interior.
S, fantstico admiti Herr Spiess con un tono paciente , pero las cosas
fantsticas ocurren en la historia, tambin en la actualidad y sin importar lo
fantsticas que sean.
Nadie lo sospech, nadie lo supo?
Todo estaba muy bien planeado, con una meticulosidad germana. La ruta secreta
estaba preparada. No se conocen muy bien los detalles exactos, pero podemos
hacernos una idea muy aproximada. Cuando investigamos el tema, descubrimos que
algunas de las personas participantes en la fuga, las que se ocuparon de pasar a
cierto personaje de un lugar a otro con diferentes disfraces y diversos nombres,
no haban tenido una vida muy larga.
Quiere usted decir que los mataron ante la posibilidad de que revelaran el
secreto o se fueran de la lengua?
Los de la SS se ocuparon del asunto. Cuantiosas recompensas, obsequios,
promesas de altos cargos en el futuro y, despus, la muerte es una solucin
mucho ms sencilla. Los de la SS estaban habituados a la muerte, conocan todas
las maneras posibles de matar a una persona y de hacer desaparecer el cadver.
Oh, s, les dir que llevamos algn tiempo investigndolo. Poco a poco hemos
ido reconstruyendo los hechos, hemos indagado, hemos conseguido documentos y,
finalmente, hemos llegado a la verdad. No hay ninguna duda de que Adolfo Hitler
lleg a Sudamrica. Se dice que contrajo matrimonio, que tuvo un hijo. Al nio
se le marc en un pie con el tatuaje de la esvstica. Se le marc recin nacido.
Me lo han dicho agentes de plena confianza que vieron el tatuaje en el pie. El
nio fue educado con gran esmero, protegido de las influencias del mundo
exterior, con una preparacin similar a la que se somete al futuro Dalai Lama
para que lleve a cabo su gran destino.
Precisamente sta es la idea que hay detrs del movimiento de los jvenes
fanticos, algo que supera ampliamente la idea de partida. Esto no es solamente
el rebrote de un nazismo nuevo, la aparicin de una nueva raza superior alemana.
Es esto, pero tambin muchas cosas ms. Lo que se pretende es reunir a los
jvenes de muchas otras naciones, a la raza superior de los jvenes de casi
todos los pases de Europa, para que se sumen a las filas de la anarqua, a la
destruccin del viejo mundo materialista y dar paso a una hermandad de asesinos.
En primer lugar se dedicarn a la destruccin y despus se harn con el poder.
Ahora tienen a un lder. Un jefe por cuyas venas corre la sangre correcta, un
lder que, si bien no se parece en nada a su difunto padre, es un hermoso
muchacho rubio, un ario de pura cepa, que ha salido a su madre. Un muchacho de
oro. Un personaje aceptable para todo el mundo. Sobre todo para los alemanes y
los austracos porque es su gran artculo de fe, la figura central de su msica:
el joven Sigfrido.
Creci como el joven Sigfrido que los conducira a la tierra prometida. No a la
tierra prometida de los judos, a los que desprecian, el lugar donde Moiss
llev a los suyos. Los judos estn muertos y enterrados, fusilados o asesinados
en las cmaras de gas. Esta sera una tierra por derecho propio, una tierra
conquistada con sus esfuerzos. Los pases europeos se unirn con los
sudamericanos. Ya tienen sus avanzadillas en el terreno: los anarquistas, los
Che Guevara, los Castro, los guerrilleros, sus seguidores, todos perfectamente
entrenados en la crueldad, la tortura, la violencia y la muerte, con los que
despus gozarn de una vida gloriosa. La libertad! Como gobernantes de un nuevo
estado mundial. Los conquistadores.
Vaya estupidez! exclam Mr. Lazenby . En cuanto pongamos coto a las algaradas
callejeras, todo este asunto caer por su propio peso. Todo esto es ridculo.
Qu pueden hacer? aadi Cedric Lazenby con un tono quejoso.
Herr Spiess mene la cabeza.
Usted pregunta y yo le doy la respuesta que es la siguiente: no lo saben. No
saben cul ser su destino. No saben lo que se har con ellos.
Quiere usted decir que no son los verdaderos lderes?
Ellos son los jvenes hroes que marchan por el sendero de la gloria,
adoquinado con las piedras de la violencia, el dolor y el odio. Ahora no slo
tienen seguidores en Sudamrica y Europa. El culto ha viajado hacia el norte.
Tambin en Estados Unidos, los jvenes se han echado a la calle para desfilar
detrs del estandarte del joven Sigfrido. Se les prepara para la nueva cultura,
se les ensea a matar, a disfrutar con el dolor, se les ensean las reglas de la
orden de la Calavera, las reglas de Himmler. Ver usted, se les entrena, se les
adoctrina en secreto, pero no saben para qu se los entrena. En cambio, nosotros
lo sabemos. Al menos, algunos de nosotros. Ustedes lo saben?
Cuatro o cinco de nosotros respondi el coronel Pikeaway.
En Rusia lo saben, en Estados Unidos comienzan a saberlo. Saben que hay
seguidores del joven hroe Sigfrido, que se basa en las leyendas escandinavas, y
que un joven Sigfrido es su lder. Aceptan que es su nueva religin. El dogma
del joven glorioso, el dorado triunfo de la juventud. l es la encarnacin de
los viejos dioses escandinavos.
Pero esa, desde luego, no es la simple y prosaica verdad. Herr Spiess adopt
un tono de voz ms tranquilo . Hay algunas personalidades muy poderosas detrs
de todo este asunto. Hombres perversos y de una inteligencia de primera clase.
Un financiero de altos vuelos, un empresario de primera fila, alguien que es
dueo de grandes recursos de materias primas y que cuenta con un plantel de
cientficos destacados, esos son los hombres, un comit de hombres que en ellos
mismos no tienen nada de particular o extravagante, pero que tienen el control.
Dominan las fuentes de poder, y controlan a travs de ciertos medios propios a
los jvenes que asesinan y a los jvenes que son sus esclavos. Consiguen los
esclavos a travs de las drogas. Esclavos en todos los pases que, poco a poco,
pasan de las drogas blandas a las duras, y se convierten en seres sumisos,
sometidos totalmente a unos hombres que no conocen pero que son los amos
secretos de sus cuerpos y almas. Su desesperado sometimiento a una droga
determinada les convierte en esclavos y, a su debido tiempo, cuando estos
esclavos ya no sirvan para nada, porque debido a su dependencia, slo sern
capaces de estarse sentados en un estado de apata, sumidos en dulces sueos,
entonces los dejarn morir e incluso les ayudarn a morir. No heredarn el reino
prometido. Se les estn inculcando deliberadamente religiones extraas. El culto
a los viejos dioses disfrazados con visos de modernidad.
Supongo que en esto tambin interviene la permisividad sexual?
El sexo se puede destruir a s mismo. Ya ocurri en tiempo de los romanos,
cuando los hombres se entregaban a los vicios ms licenciosos. No pensaban en
otra cosa que en el sexo, lo practicaban hasta la muerte o hasta que, hastiados
de las orgas sexuales, huan al desierto para convertirse en anacoretas como
San Simn Estilita. El sexo se agotar a s mismo. Funciona en el primer
momento, pero no te puede gobernar de la misma manera que las drogas. Las
drogas, el sadismo, el ansia de poder y el odio. El deseo de producir dolor. Se
estn educando a ellos mismos en los placeres perversos. En cuanto alguien se
convierte en adicto a los placeres perversos, ya no hay manera de echarse atrs.
Mi querido canciller, se me hace muy difcil creerlo. Me refiero a que si hay
como Franz Joseph. No nos falta nada. Mi agente consigui escapar con la
documentacin justo a tiempo. La perseguan, y estuvieron a punto de atraparla
de no haber sido por un golpe de suerte en Frankfurt.
Dnde estn ahora esos documentos?
En un lugar seguro, a la espera del momento oportuno para desenmascarar a un
impostor de primera.
El gobierno est enterado? Lo sabe el primer ministro?
Nunca les digo todo lo que s a los polticos a menos que me vea forzado, o
est bien seguro de que adoptarn las medidas correctas.
Pikeaway, es usted un viejo zorro afirm el coronel Munro.
Alguien tiene que serlo replic Pikeaway con un tono triste.
Captulo 19
SIR STAFFORD NYE TIENE VISITAS
Sir Stafford Nye agasajaba a sus invitados. Eran personas a las que no haba
conocido hasta ahora excepto uno a quien conoca bastante bien de vista. Se
trataba de jvenes apuestos, serios e inteligentes, o al menos eso parecan.
Iban bien peinados, con trajes de buen corte pero no pasados de moda. Mientras
les observaba, admiti para sus adentros que le agradaba su aspecto. Al mismo
tiempo, se preguntaba a qu vena este inters por su persona. Saba que uno de
ellos era hijo de un magnate del petrleo. Otro se haba dedicado a la poltica
en cuanto acab la universidad. El tercero se trataba de un joven con unas cejas
descomunales y una expresin de desconfianza que pareca ser algo habitual.
Ha sido usted muy amable al recibirnos, sir Stafford manifest el joven rubio
que, aparentemente, era el lder del grupo.
Se llamaba Clifford Bent y tena una voz agradable y bien modulada.
ste es Roderick Ketelly y l es Jim Brewster aadi Bent . Todos estamos muy
preocupados por el futuro. Le parece bien que lo exprese as?
Supongo que la repuesta ms sencilla a la pregunta es: No lo estamos todos?
replic Nye.
No nos gusta el giro que estn dando las cosas manifest Clifford . La
rebelin, la anarqua, y todo lo dems. Est muy bien como cuestin terica,
como una filosofa. Francamente, creo que todos hemos pasado por esto en algn
momento, pero lo hemos superado. Queremos personas que sean capaces de cursar
una carrera universitaria sin interrupciones. No tenemos nada en contra de las
manifestaciones, pero deseamos que sean por motivos justos y sensatos, y no
demostraciones de vandalismo y violencia. Tambin queremos, o por lo menos as
lo creo, crear un partido poltico nuevo. Jim Brewster ha estudiado a fondo las
nuevas ideas y los planes referentes a los temas sindicales. Han intentado
rebatir sus propuestas y hacerle callar, pero ha podido con todos ellos, no es
as, Jim?
La mayora de ellos son unos tontos de remate afirm Jim Brewster con
rotundidad.
Queremos una poltica seria y sensible con la juventud, un sistema de gobierno
ms econmico. Deseamos ideas diferentes en materia de educacin pero nada
fantstico o imposible. Tambin queremos, si ganamos los escaos suficientes, y
llegamos a formar gobierno, llevar estas ideas a la prctica. Hay muchsima
gente en nuestro movimiento. Representamos a la juventud, tanto o ms que los
violentos. Estamos en favor de la moderacin y pretendemos tener un gobierno
sensato, con una reduccin en el nmero de escaos y, ahora mismo, buscamos
hombres que ya estn en la poltica sea cul sea su filiacin, si consideramos
que son personas con sentido comn.
Hemos venido aqu para saber si podamos interesarle en nuestros objetivos. En
estos momentos todava nos estamos formando, pero s tenemos muy claro los
hombres que queremos. Le dir que no deseamos los que tenemos en el presente ni
tampoco queremos a los que podran ocupar sus lugares. En cuanto al tercer
partido, parece que ha quedado fuera de carrera, aunque cuentan con un par de
buenas personas que tendrn que pasar por el trance de ser una minora. As y
todo, creo que si hablamos con ellos se plegarn a nuestra ideologa. Queremos
interesarle. Queremos, cuando llegue el momento, que quiz no est tan lejano
como acaso usted cree, a una persona que comprenda y defienda una poltica
exterior correcta y exitosa. El resto del mundo est sumido en una confusin
mucho peor que la nuestra. Washington ha sido arrasada, Europa vive sumida en un
caos de acciones blicas y algaradas, no paran de destruir aeropuertos. Bien,
tampoco se trata ahora de darle un boletn de los sucesos de los ltimos seis
meses, pero nuestro objetivo no es tanto salvar al mundo sino que Inglaterra
vuelva a ser lo que era, pues cuenta con los hombres capaces de hacerlo.
Queremos a los jvenes, a todos los jvenes posibles, y tenemos a muchsimos
jvenes que no son revolucionarios, que no son anarquistas, que estn dispuestos
a dirigir el pas de una manera provechosa.
Tambin nos interesan algunos hombres mayores, no me refiero a los hombres de
sesenta y tantos, sino a los hombres de cuarenta o cincuenta, y por eso hemos
acudido a usted; bueno, hemos odo algunas cosas sobre usted. Sabemos quien es y
que usted es la clase de hombre que necesitamos.
Cree usted que son prudentes? pregunt sir Stafford.
Creemos que lo somos.
El segundo joven solt una carcajada.
Confiamos en que usted estar de acuerdo con nosotros en ese punto.
No estoy tan seguro. Hablan ustedes con mucha libertad en esta habitacin.
Es su sala de estar.
S, s. Es mi casa y mi sala de estar. Pero lo que usted dice, y de hecho lo
que usted dir, puede ser poco prudente. Me refiero tanto a usted como a m.
Ah, ya comprendo dnde quiere ir a parar.
Usted me est ofreciendo algo. Un cambio de vida, una nueva carrera al tiempo
que me sugiere que corte algunos lazos. Lo que usted sugiere sera algo desleal.
No estamos sugiriendo que usted se convierta en un traidor al servicio de otro
pas, si es a eso a lo que se refiere.
No, no, sta no es una invitacin para ir a Rusia, a China o a alguno de los
otros lugares mencionados en el pasado, pero creo que es una invitacin
vinculada con algunos intereses extranjeros. Hace poco que he regresado del
extranjero. Un viaje muy interesante. He pasado las ltimas tres semanas en
Sudamrica. Hay algo que me gustara comunicarles. Estoy convencido de que me
estn siguiendo desde mi regreso a Inglaterra.
Que le siguen? No cree que son imaginaciones suyas?
No, no creo que sean imaginaciones mas. Es una de esas cosas que he aprendido
a descubrir en el curso de mi carrera. He estado en lugares bastante lejanos
y... digamos... sitios muy interesantes del mundo. Ustedes han decidido hacerme
una visita para sondearme respecto a una propuesta. Sin embargo, creo que
hubiera sido ms seguro reunimos en algn otro lugar.
Sir Nye se levant, fue hasta el lavabo y abri el grifo.
Recuerdo que, en las pelculas que vi hace algunos aos coment , siempre que
alguien deseaba disfrazar la conversacin en un cuarto con micrfonos espas,
abra los grifos. No tengo ninguna duda de que soy algo anticuado y de que hay
otros mtodos mucho mejores para solucionar estos problemas. En cualquier caso,
quizs ahora podamos hablar con un poco ms de tranquilidad, aunque as y todo
considero que debemos ser precavidos. Sudamrica es una parte muy interesante
del mundo. La Federacin de Naciones Sudamericanas (tambin conocida como El
Dorado Espaol) comprende ahora a Cuba, Argentina, Brasil, Per y uno o dos
pases que todava no se han definido pero que estn a punto de hacerlo. S. Es
muy interesante.
Cules son sus puntos de vista sobre el tema? pregunt el siempre suspicaz
Jim Brewster . Qu tiene usted que decir al respecto?
Seguir siendo precavido replic sir Stafford . Ustedes confiarn ms en m si
no me voy de la lengua. Pero creo que ya no ser necesario tener el grifo
abierto.
Cirralo, Jim dijo Cliff Bent.
Jim sonri y fue a cerrar el grifo del lavabo.
Stafford Nye abri un cajn del escritorio y sac una flauta dulce.
Todava no soy un intrprete experto aclar.
Se llev la flauta a los labios y comenz a tocar una tonada. Jim Brewster sali
del lavabo y frunci el entrecejo al or la meloda.
Qu es esto? Acaso se le ha ocurrido montar algn maldito concierto?
Cllate! le orden Bent . Eres un ignorante, no sabes nada de msica.
Nye esboz una sonrisa.
Veo que comparte mi aficin por la msica wagneriana manifest . Asist al
festival de la Juventud de este ao y disfrut mucho con los conciertos.
Volvi a interpretar la tonada.
No es una tonada que me suene afirm Brewster . Podra ser La internacional,
Bandera Roja, Dios salve al rey, Yankee Doodle, o Barras y estrellas. Qu
diablos es?
Es un motivo de una pera le explic Ketelly . Ahora haz el favor de callarte.
Ya sabemos lo que queramos.
La llamada del cuerno del joven Sigfrido dijo Nye.
Levant la mano en un movimiento rpido, repitiendo un saludo del pasado que
significaba Heil Hitler.
El nuevo Sigfrido aadi Nye en voz baja.
Los tres visitantes se levantaron.
Tiene usted toda la razn opin Clifford Bent . Creo que todos debemos ser muy
cuidadosos.
Bent le estrech la mano.
Nos alegra mucho saber que est usted con nosotros. Una de las cosas que este
pas necesitar en el futuro, y confo en que ser un futuro esplendoroso, es un
ministro en el Foreign Office de primera fila.
Los jvenes salieron de la habitacin. Sir Stafford vigil su marcha por la
puerta entreabierta.
Esboz una sonrisa, cerr la puerta, ech una ojeada al reloj de pared y se
sent a esperar.
Su mente regres al da, haca ya una semana, en que Mary Ann y l haban tomado
caminos distintos en el aeropuerto Kennedy. Los dos se haban quedado como
tontos en la sala de espera, sin saber muy bien qu decir. l haba sido el
primero en hablar.
Crees que volveremos a encontrarnos?
Hay alguna razn para que no nos encontremos?
Yo dira que todas las del mundo.
La joven le haba mirado por una fraccin de segundo.
Estas separaciones son inevitables. Forman parte del trabajo.
El trabajo! Contigo lo primero siempre es el trabajo.
Tiene que serlo.
T eres una profesional y yo un aficionado. T eres... Se interrumpi . Quin
eres? La verdad es que no lo s, o s?
No.
Nye la mir. Le pareci ver una expresin de tristeza en su rostro. Algo que se
asemejaba mucho al dolor.
O sea que... supongo que t consideras que debo confiar en ti.
No, no es tan sencillo. sa es una de las cosas que he aprendido, que me ha
enseado la vida. No se puede confiar en nadie. Recurdalo, nunca confes en
nadie.
As es tu mundo? Un mundo donde imperan la desconfianza, el miedo, el peligro.
Quiero seguir viva. Estoy viva.
Lo s.
Tambin quiero que t sigas vivo.
Confi en ti en Frankfurt.
Aceptaste el riesgo.
Fue un riesgo que vala la pena aceptar. Lo sabes tan bien como yo.
Te refieres a...?
Porque hemos estado juntos. Ahora... Creo que acaban de anunciar mi vuelo. Por
lo visto, nuestra amistad comenz y terminar en un aeropuerto. Adonde vas?
Qu hars?
Har lo que debo hacer. Voy a Baltimore, Washington y Tejas, a hacer lo que me
Matilda no tendra que andar dando vueltas por esos mundos de Dios. Ya no tiene
edad. Morir de un ataque de hipertensin, de un paro cardaco o algo as en uno
de esos aviones modernos. Volar ya no es nada seguro porque los rabes, los
israeles y muchos ms no dejan de poner bombas en los aviones.
Se lo recomend su mdico.
Bueno, todos sabemos como las gastan los mdicos.
La verdad es que ha vuelto muy animada.
Dnde ha estado?
En un balneario, haciendo una cura. Creo que en Alemania. Nunca tengo muy claro
si es Alemania o Austria. Fuimos a un lugar nuevo: el Golden Gasthaus.
Ah, s. Lo conozco. Es carsimo, verdad?
Bueno, dicen que las curas producen unos resultados ms que notables.
Lo ms probable es que slo sea otra manera de morirse ms rpidamente
manifest el almirante Blunt . Disfrut usted con su estancia?
La verdad es que no mucho. El panorama era muy bonito, pero...
Una voz imperiosa son en el piso superior.
Amy, Amy! Qu ests haciendo? Llevas horas charlando en el vestbulo. Trae
aqu al almirante Blunt ahora mismo. Le estoy esperando.
As que vagabundeando manifest el almirante, despus de saludar a su vieja
amiga . Es as como acabars matndote el da menos pensado, tenlo presente.
De ninguna manera. En la actualidad, viajar no representa ningn problema.
Qu dices! Tienes que ir corriendo de aqu para all por los aeropuertos, las
rampas, las escaleras y los autocares.
En absoluto. Utilic una silla de ruedas.
La ltima vez que nos vimos, har cosa de un par de aos, no queras or hablar
del tema. Decas que tu orgullo te impeda siquiera pensar en que necesitabas
una.
Vers, ha llegado la hora de renunciar a mi orgullo. Ven aqu, sintate y dime
por qu has venido a verme con tanta urgencia. Si mal no recuerdo el ao pasado
ni siquiera llamaste por telfono.
He tenido algn que otro problemilla de salud. Adems, me han tenido muy
ocupado con otras cosas. T ya sabes. Te piden consejo pero no estn dispuestos
a seguirlo ni aunque los maten. Son incapaces de dejar a la marina en paz.
Siempre estn queriendo meter las narices donde nadie les llama.
Te veo bastante bien opin lady Matilda.
A ti tampoco se te ve nada mal, querida. Tienes una mirada juvenil.
Estoy un poco ms sorda desde la ltima vez que nos vimos. Tendrs que hablar
un poco ms alto.
De acuerdo. Gritar un poco ms.
Quieres un gin-tonic, whisky o ron?
Veo que tienes una bodega bien surtida. Si no te parece mal, me tomar un gintonic.
Amy sali de la habitacin para ir en busca de las bebidas.
Cuando vuelva con el gin-tonic dile que desaparezca por un rato. Necesito
hablar contigo. Quiero decir hablar en privado.
Amy regres con la copa. Lady Matilda le indic con un gesto que se retirara y
la muchacha se march con el aire de alguien que se va por propia voluntad y no
porque se lo manden. Era una persona muy discreta.
Bonita muchacha opin el almirante . La mar de agradable.
Es por eso que me has pedido que le ordenara marcharse y cerrara la puerta?
Para que no te oyera decir algo amable de su persona?
No. Quera consultarte.
Sobre qu? Tu salud, dnde conseguir criados o lo que puedes plantar en tu
jardn?
Quiero consultarte algo muy grave. Cre que quiz t podras recordar una cosa
para m.
Querido Philip, me resulta conmovedor ver que todava crees que soy capaz de
recordar lo que sea. Mi memoria empeora con los aos. He llegado a la conclusin
de que una slo recuerda a lo que se llama los amigos de la juventud. Incluso
a algunas de aquellas compaeras tan horribles que tenas en la escuela.
tanto, no hacan nada por evitarlo. S que te lo he explicado muy mal, pero
estoy segura de que t me entiendes. Me coment que ah estaba el principal
defecto del proyecto B.
No te dio ningn otro detalle?
Dijo que yo le haba dado la idea respondi lady Matilda inesperadamente.
Qu? Me ests diciendo que un cientfico, un tipo tan brillante como Robbie
coment que t habas aportado una idea a su mente cientfica? Si t no sabes ni
una palabra de ningn tema cientfico.
Claro que no, pero siempre he sabido introducir un poco de sentido comn en las
mentes de las personas. Cuanto ms inteligentes son, menos sentido comn tienen.
En realidad, lo que quiero decir, es que las personas importantes de verdad son
aquellas que piensan en las cosas sencillas como el dentado en los sellos de
correo, o el tal Adam, no, creo se llamaba MacAdan, que fue el que invent
aquella cosa negra que se ech en las carreteras de Estados Unidos para que los
agricultores pudieran llevar las cosechas hasta la costa y ganar ms dinero.
Todas esas personas hacen mucho ms por el bienestar que todos los cientficos
de altos vuelos. Los cientficos slo piensan en cosas para destruirte. Bueno,
eso es ms o menos lo que le dije a Robbie muy amablemente, desde luego, slo
como un comentario divertido. l acababa de comentar algo sobre algunas cosas
esplndidas que se haban conseguido en el mundo cientfico en el campo de la
guerra bacteriolgica, los experimentos biolgicos y las cosas que se podan
hacer con los fetos si los pillabas en las primeras etapas.
Tambin mencion unos gases especialmente mortferos y desagradables, y coment
que la gente era muy tonta al protestar contra las bombas nucleares porque eran
una bendicin si se las comparaba con algunas de las otras cosas que se haban
inventado desde entonces. Entonces le dije que sera mucho ms sensato si
alguien como l, o algn otro con su inteligencia, inventara algo til de
verdad. Robbie me mir de aquella manera, ya sabes, con aquella mirada de
picarda, y me pregunt: T qu consideras algo ms sensato? Le respond:
Vers, en lugar de inventar tantas bombas de grmenes, gases repugnantes y todo
lo dems, por qu no inventas algo que haga a la gente sentirse feliz? A m no
me parece que sea algo tan difcil.
Dices que hacen unas operaciones en que te quitan una parte del cerebro, no s
si delante o detrs, pero que la gente cambia muchsimo, se transforman en otras
personas, dejan de preocuparse y no quieren suicidarse. Si podis cambiar a las
personas quitndole un trocito de hueso, de msculo, algn nervio o ponindole
algo ms o quitndole un poco de una glndula, por qu no inventar algo que
haga a las personas ms agradables o que les haga dormir? No me refiero a un
somnfero, pero s a algo que consiga que las personas se sienten en una silla y
tengan sueos bonitos, que duerman veinticuatro horas y slo se despierten para
que les den de comer. Le dije que esa sera una gran idea.
En eso consista el proyecto B?
Por supuesto, nunca me dijo exactamente qu era, pero estaba muy entusiasmado
con la idea y dijo que yo se la haba dado, o sea que deba ser alguna cosa
agradable. Me refiero a que nunca le hubiera dado una idea para inventar alguna
cosa desagradable para matar a la gente. Ni siquiera me gusta ver llorar a la
gente como ocurre con los gases lacrimgenos o algo as. No tengo nada contra el
gas de la risa; s, creo que se lo mencion. Cuando vas para que te quiten una
muela, te hacen oler tres veces el gas y comienzas a rer. Bien podras inventar
algo as pero que dure un poco ms, le dije, porque el efecto del gas de la risa
slo dura unos cincuenta segundos. Recuerdo que a mi hermano tuvieron que
quitarle una muela. El silln del dentista estaba muy cerca de una ventana, y mi
hermano se rea tanto mientras estaba inconsciente, que estir la pierna
derecha, atraves el cristal de la ventana, y todos los trozos cayeron a la
acera. El dentista se lo tom a la tremenda y se enfad muchsimo.
Tus historias siempre tienen algn detalle curioso
manifest el almirante .
La cuestin es que Robbie Shoreham se puso a trabajar en algo acorde con tu
idea.
No s qu era exactamente. Quiero decir que no era algo para hacer dormir o
rer a las personas. Era algo... pero tampoco se llamaba proyecto B. Tena otro
nombre.
Otro nombre?
Creo que me lo mencion en un par de ocasiones. Algo que sonaba a Benger's Food
seal lady Matilda con un tono pensativo.
Algn producto para una mejor digestin?
No creo que tuviera nada que ver con la digestin. Me parece que era algo que
se ola, o quizs era una glndula. Hablbamos de tantas cosas que nunca saba
muy bien del todo de qu hablaba en un determinado momento. Benger's Food. Ben,
Ben. Comenzaba con Ben, y tena asociada alguna palabra agradable.
Es todo lo que recuerdas?
Creo que s. Slo fue una charla que tuvimos en una ocasin y, despus, al cabo
de mucho tiempo, me coment que yo le haba dado la idea para el proyecto Ben
algo. Recuerdo que, de vez en cuando, le preguntaba si an continuaba trabajando
en el proyecto Ben. A veces se enfadaba muchsimo y me deca que no, que se
haba encontrado con una pega y que lo haba dejado correr de momento porque el
problema era que... entonces me soltaba una frase largusima con esas palabras
que slo usan los cientficos, que no recuerdo y que t tampoco comprenderas si
te las repitiera.
Al final, creo... vaya, si de todo esto han pasado ya ocho o nueve aos; se
present un da y me pregunt: Recuerdas el proyecto Ben? Claro que lo
recuerdo. Todava ests trabajando en l? respond. Me coment que haba
decidido abandonarlo. Le dije que lamentaba que hubiera renunciado a seguir
adelante. No es que no pueda conseguir lo que buscaba. Ahora s que podra
conseguirlo. S dnde me equivoqu. S exactamente cul es la pega y s cmo
corregirla. Tengo a Lisa trabajando conmigo. S, podra funcionar. Habra que
experimentar con algunas cosas, pero funcionara. Bueno, qu es lo que te
preocupa?. Robbie me respondi que no saba los efectos que producira en las
personas. Le pregunt si tena miedo de que las matara o de que les produjera
consecuencias para el resto de sus vidas. No, no es nada de eso. Dijo... ah,
ahora lo recuerdo. Lo llamaba proyecto Benvo. S, tena algo que ver con la
benevolencia.
Benevolencia! exclam el almirante muy sorprendido . Benevolencia? Te
refieres a la caridad?
No, no. Creo que sencillamente se refera a que poda conseguir que las
personas fueran benevolentes. Que se sintieran benevolentes.
Paz y buena voluntad entre los hombres?
No lo expres con esos mismos trminos.
No, eso queda reservado para los lderes religiosos. Lo predican y, si haces lo
que predican, entonces todos viviramos en un mundo feliz. Pero, por lo que se
ve, Robbie no estaba predicando. Se propona hacer algo en su laboratorio que
consiguiera el mismo resultado a travs de medios exclusivamente fsicos.
Ms o menos fue as. Tambin me coment que nunca sabes cuando las cosas son
buenas o perjudiciales para las personas. Lo son de una manera, pero siempre hay
alguna pega. Habl de la penicilina, de las sulfamidas, de los trasplantes y de
cosas como las pldoras para las mujeres, aunque entonces nosotras no tenamos
la pldora. Pero, ya sabes, hay cosas que parecen fantsticas, esas drogas y
gases maravillosos, pero despus resulta que hay algo que no funciona y entonces
deseas que nunca las hubieran inventado. Eso es lo que pareca querer decirme.
Todo era muy difcil de entender.
Quieres decir que no quieres correr el riesgo?, pregunt y l me contest:
Tienes toda la razn. No quiero correr el riesgo. se es el problema porque no
tengo la menor idea de cul puede ser el peligro. Eso es lo que siempre nos pasa
a los cientficos. Asumimos los riesgos y los riesgos no estn en lo que hemos
descubierto, sino en lo que harn las personas con lo que hemos producido. Me
ests hablando otra vez de las bombas atmicas y de las armas nucleares?.
Robbie me respondi: Al infierno con las armas nucleares y las bombas atmicas.
Hemos progresado mucho ms.
Pero si vas a conseguir que las personas tengan mejor humor y sean
benevolentes, por qu te preocupa tanto? T no lo entiendes, Matilda. Nunca
con Einstein, Niels Bohr y algunos ms. Pero Robert Shoreham no vivi todo lo
que se esperaba. Una gran prdida para la ciencia. Es lo que Shakespeare dice de
lady Macbeth: Tendra que haber muerto a partir de ahora.
No est muerto dijo Mary Ann.
Vaya. Est usted segura? No se ha sabido nada de l en mucho tiempo.
Es un invlido. Vive en el norte de Escocia. Est paraltico, apenas puede
caminar y habla con enormes dificultades. Pasa la mayor parte de las horas
escuchando msica.
S, ya me lo supongo. Bueno, me alegra saberlo. Si puede escuchar msica, no lo
pasar tan mal. De lo contraro, sera un infierno para un hombre que ha sido
tan brillante y que ahora se ve imposibilitado en una silla de ruedas.
Existi algo llamado proyecto Benvo?
S. l estaba muy entusiasmado con la idea.
Estaba usted al corriente de sus trabajos?
Sola hablar con nosotros en aquellos das. Supongo que usted, jovencita, no es
una cientfica, verdad?
No, yo soy...
Usted es slo una agente. Espero que est usted en nuestro bando. Todava
seguimos confiando en los milagros, pero no creo que se pueda conseguir nada con
el proyecto Benvo.
Por qu no? Dice usted que trabaj en el proyecto. Tena todos los visos de
ser una gran invencin, no es eso? O un gran descubrimiento o como sea que
llaman ustedes a estas cosas?
S, hubiera sido uno de los grandes descubrimientos de nuestra era. No s
exactamente qu fue lo que sali mal. Ya ha ocurrido otras veces. Una cosa
funciona correctamente y, de pronto, falla en las ltimas etapas, no se comporta
como se esperaba y acabas renunciando, sumido en la desesperacin, a menos que
hagas lo que hizo Shoreham.
Qu hizo?
Lo destruy. Hizo pedazos todas las notas. Me lo dijo l mismo. Lo quem todo,
las frmulas, las anotaciones, no dej ni un papel. Tres semanas ms tarde
sufri una embolia. Lo siento mucho. No puedo ayudarla. Nunca conoc los
detalles, slo estaba enterado de la idea principal. No recuerdo absolutamente
nada, excepto que Benvo corresponda a benevolencia.
Captulo 22
JUANITA
Lord Altamount dictaba el texto de un discurso. La voz que en otro tiempo haba
sido sonora y dominante tena ahora una suavidad que no dejaba de darle un
encanto especial. Pareca provenir de las sombras del pasado, pero que,
emocionalmente, se mova en una direccin que un tono ms dominante no hubiese
podido reflejar.
James Kleek escriba el texto y slo se detena cuando Altamount haca una pausa
para ordenar sus ideas. El secretario esperaba pacientemente a que se reanudara
la fluidez del dictado.
El idealismo dict lord Altamount aparece y, por cierto, lo hace cuando lo
alienta un antagonismo natural ante la injusticia. Es un rechazo natural al
materialismo. El idealismo natural de la juventud se alimenta cada vez ms por
el deseo de destruir esas dos fases de la vida moderna: la injusticia y el
materialismo.
Este deseo de destruir lo que es malo a veces conduce a un amor por la
destruccin en s misma. Puede llevar a refocilarse en la violencia y a infligir
dolor. Todo esto puede ser propiciado y reforzado desde el exterior por los que
son lderes naturales. Este idealismo nada en una etapa no adulta. Tendra y
podra conducir al deseo de un mundo nuevo. Tambin tendra que conducir hacia
el amor y la buena voluntad entre los hombres. Pero aquellos que una vez
aprendieron a amar la violencia por la violencia nunca llegarn a ser adultos.
Se quedarn en aquella etapa del desarrollo y no la superarn en lo que les
quede de vida.
sus reacciones ante los dems y ante la vida en general. Un hombre puede
encontrarse sumido en un estado de furia homicida, quiz sea patolgicamente
violento y, sin embargo, a travs de la influencia del proyecto Benvo, se
convierte en algo, o mejor dicho en alguien, muy diferente. Se convierte en...
creo que slo hay una palabra adecuada y que est incluida en el nombre... en
alguien ms benevolente. Desea beneficiar a los dems. Rebosa bondad. Le aterra
la idea de causar dolor o cometer actos violentos. Benvo se puede esparcir en un
rea muy extensa, puede afectar a centenares, a miles de personas si se fabrica
en grandes cantidades y se distribuye eficazmente.
Cunto duran los efectos? pregunt el coronel Munro . Veinticuatro horas?
Ms?
Usted no lo comprende replic miss Neumann . Es permanente.
Permanente? Cambia la naturaleza de un hombre, altera un elemento fsico,
desde luego, de su ser, consigue el efecto de un cambio permanente en su
carcter y que no permite la vuelta atrs? No puede volver a ser como antes?
No hay otra solucin que no sea aceptarlo como un cambio permanente?
As es. Al principio, fue un descubrimiento de inters mdico, pero el profesor
Shoreham lo haba concebido como un arma para ser utilizada en la guerra, en los
motines, algaradas, revoluciones e intentos anarquistas. No lo consider como
algo exclusivamente mdico. No produce ninguna felicidad en el sujeto, slo un
intenso deseo de hacer felices a los dems. Es un efecto, dice, que todo el
mundo siente en algn momento de su vida. Siente el deseo de conseguir que una
persona, o muchas, vivan felices, gocen de buena salud y todas esas cosas. A la
vista de que las personas sienten ese deseo, llegamos a la conclusin de que hay
un elemento que controla ese deseo en los seres humanos y que, si se pona en
marcha dicho elemento a travs de algn medio externo, continuara su accin por
un tiempo indefinido.
Maravilloso! opin Mr. Robinson con un tono ms pensativo que entusiasta .
Maravilloso. Vaya descubrimiento. Es fantstico conseguir poner algo as en
marcha... pero por qu?
La cabeza apoyada en el respaldo de la silla se volvi lentamente hacia Mr.
Robinson.
Dice que usted lo comprende mucho mejor que todos los dems tradujo miss
Neumann.
Pero si es la respuesta! proclam James Kleek . Es la solucin ideal! Es
fantstico! La expresin de su rostro reflejaba el ms vivo entusiasmo.
Miss Neumann mene la cabeza.
El proyecto Benvo no est a la venta. Ha sido abandonado definitivamente.
Me est usted diciendo que la respuesta es no? pregunt el coronel Munro
incrdulo.
S. El profesor Shoreham dice que la respuesta es no. Decidi que iba en
contra... hizo una pausa para mirar al hombre sentado en la silla, que haca
unos dbiles gestos con la cabeza y una mano, al tiempo que unos pocos sonidos
guturales salan de su boca. La mujer esper y luego tradujo : Se lo dir l
mismo. Tena miedo, le asustaba lo que haba logrado con la ciencia en su
momento de gloria, las cosas que haba encontrado y conocido, las cosas que
haba descubierto y haba dado al mundo. Los medicamentos maravillosos que no
siempre haban sido tan maravillosos, la penicilina que haba salvado vidas,
pero que tambin se haba cobrado muchas, los trasplantes de corazn que han
evitado el desconsuelo y la desilusin de una muerte no esperada.
l ha vivido el perodo de la fisin nuclear; las nuevas armas que matan; las
tragedias de la radiactividad; la polucin que acompaa a los nuevos
descubrimientos industriales. Siempre ha tenido miedo de las consecuencias que
podan acompaar al uso indiscriminado de la ciencia.
Aqu estamos hablando de un beneficio, de algo que ser un beneficio para todos
protest Munro.
Lo mismo que tantas otras cosas recibidas como benefactoras de la humanidad,
como grandes maravillas. Pero despus estn los efectos secundarios y, lo que es
todava peor, el hecho de que algunas veces no han aportado ningn beneficio,
sino que han sido un desastre. Por esa razn, l decidi abandonarlo. Dice miss
Neumann ley el papel que tena en la mano, mientras el profesor asenta desde
la silla : Me satisface haber logrado lo que me propona, conseguir mi
descubrimiento, pero decid no ponerlo en circulacin. Haba que destruirlo y
eso fue lo que hice. Por lo tanto, la respuesta es no. No hay benevolencia a la
carta. Pudo haberla habido, pero ahora todas las frmulas, todos los
conocimientos, las notas y la relacin del procedimiento a seguir se han
esfumado convertidos en cenizas. He acabado con mi hijo predilecto.
El profesor les dirigi la palabra en cuanto miss Neumann acab la lectura.
He destruido el fruto de mis esfuerzos y nadie en el mundo sabe como lo
consegu. Me ayudaba un hombre que ahora est muerto. Muri de tuberculosis al
ao siguiente de haber acabado los experimentos. Tienen que marcharse. No les
puedo ayudar.
Su descubrimiento podra significar la salvacin del mundo.
El hombre sentado en la silla emiti un sonido curioso. Se rea. Era la risa de
un invlido.
Salvar el mundo! Salvar el mundo! Vaya frase! Eso es lo que creen que hacen
todos esos jvenes. Se entregan a la violencia y al odio para salvar al mundo.
Pero no saben cmo hacerlo! Tendrn que hacerlo por ellos mismos, desde lo ms
hondo de sus corazones, desde lo ms profundo de sus mentes. No podemos darles
un medio artificial para que lo hagan. No. Una bondad artificial? Un sucedneo
de la felicidad? No existe nada de eso. No sera real. No significara
absolutamente nada. Ira contra la naturaleza. Hizo una pausa para despus
aadir lentamente : Ira contra Dios!
Estas ltimas palabras sonaron con toda claridad. Gir la cabeza para mirar a
sus oyentes. Era como si les estuviera rogando que le comprendieran, pero al
mismo tiempo, sin que tuviera la menor esperanza de lograr conseguirlo.
Tena derecho a destruir lo que haba creado.
Lo dudo mucho seal Mr. Robinson . El conocimiento es el conocimiento.
Aquello que usted alumbr, a lo que usted dio vida, no puede destruirse.
Tiene usted todo el derecho a manifestar su opinin, pero tendr que aceptar
los hechos.
No replic Mr. Robinson con voz tonante.
Lisa Neumann se enfrent al financiero con una expresin de furia en el rostro.
Qu quiere decir con ese no?
Le brillaban los ojos. Una mujer bonita, pens Mr. Robinson. Una mujer que haba
estado enamorada de Robert Shoreham toda su vida. Le haba amado, haba
trabajado con l y ahora viva a su lado, ayudndole con su inteligencia,
expresndole su amor en la forma ms pura sin ninguna piedad.
Hay algunas cosas que se aprenden a lo largo de la vida manifest Mr.
Robinson . Supongo que la ma no ser demasiado larga. Para empezar, peso
demasiado. Exhal un suspiro de resignacin , pero s algunas cosas. Tengo
razn, Shoreham, y tendr usted que admitir que la tengo. Usted es un hombre
honesto. Usted nunca destruira su trabajo. Le hubiera sido imposible hacerlo.
Todava lo tiene guardado en alguna parte, escondido, aunque no en esta casa.
Supongo, y slo es una suposicin, que lo tiene guardado en alguna caja fuerte o
en un banco. Miss Neumann sabe que usted lo tiene. Usted confa en ella. Es la
nica persona en el mundo que merece su confianza.
Quin es usted? pregunt el profesor y esta vez su voz se oy con toda
claridad . Quin demonios es usted?
Slo soy un hombre que sabe de dinero y de las cosas que surgen del dinero. Las
personas, su idiosincrasia y sus prcticas. Si usted quisiera, seguro que podra
poner la mano en ese trabajo que tiene escondido. No estoy diciendo que usted
pudiera hacer ahora el mismo trabajo, pero creo que lo tiene en alguna parte.
Usted nos ha manifestado sus opiniones y, personalmente, no puedo decir que las
considere equivocadas.
Es probable que est usted en lo cierto. Las cosas que pueden beneficiar a la
humanidad son siempre peligrosas. El pobre Beveridge, con sus ideas de librar a
los hombres del temor, convencido de que podra conseguir el paraso en la
tierra con slo decidirlo, planearlo y llevarlo a la prctica. Pero no consigui
El Dr. McCulloch mir en derredor sin tener muy claro qu deba decir o hacer a
continuacin. La velada haba sido una experiencia un tanto extraa. Lisa
Neumann se acerc con una copa.
Un ponche bien caliente.
Siempre he tenido muy claro que es usted una mujer entre un milln, Lisa
manifest, despus de beber un trago de la tonificante bebida . Debo decir que
me gustara saber de qu va todo este asunto, pero supongo que es una de esas
cosas supersecretas y que nadie me dir ni una palabra.
El profesor se encuentra bien, verdad?
El profesor? McCulloch mir el rostro ansioso de la secretaria . Est bien.
Creo que todo esto le ha sentado la mar de bien.
Crea que el shock...
Estoy muy bien manifest Shoreham . Un tratamiento de shock es precisamente lo
que necesitaba. Me siento, no s muy bien como decirlo, vivo otra vez. Pareca
sorprendido.
Se da usted cuenta de lo fuerte que es su voz ahora? le pregunt el mdico a
Lisa . La apata es el verdadero enemigo en estos casos. Lo que necesita es
volver a trabajar, necesita el estmulo del trabajo intelectual. La msica est
muy bien, le mantiene tranquilo y le hace disfrutar de la vida sin sobresaltos,
pero en realidad es un hombre con un enorme poder intelectual y echa de menos la
actividad mental que para l es la esencia de la vida. Aydele, si est a su
alcance, a volver al trabajo.
El doctor asinti enrgicamente como si quisiera disipar las dudas de la mujer.
Creo, Dr. McCulloch dijo el coronel Munro , que le debemos algunas
explicaciones de lo ocurrido aqu esta noche, aunque, como usted podr suponer,
todo esto se mantendr en secreto. El fallecimiento de lord Altamount... Munro
se interrumpi.
La bala no le mat seal el mdico . La muerte se debi a un shock. Por
supuesto, el contenido de la jeringuilla que tena el joven era... estricnina.
Consegu arrebatrsela justo a tiempo coment Horsham.
O sea que, desde el principio, l era el negro en la carbonera? pregunt
McCulloch.
S, siempre tratado con la mxima confianza y afecto a lo largo de siete aos.
El hijo de uno de los ms viejos e ntimos amigos de lord Altamount.
Ocurre. Tambin la dama, si no he entendido mal, estaba implicada en todo este
asunto.
As es. Se hizo con el puesto, valindose de credenciales falsas. Hace tiempo
que se la busca por asesinato.
Asesinato?
El asesinato de su marido, Sam Cortman, el embajador norteamericano. Le dispar
en la entrada del recinto diplomtico, y despus se invent una historia sobre
jvenes enmascarados.
Por qu le mat? Motivos polticos o personales?
Creemos que l descubri sus actividades.
Yo dira que el difunto sospechaba de la fidelidad de su esposa intervino
Horsham . En cambio, descubri un nido de espas y conspiradores, y que su mujer
era la jefa de todo el montaje. Cortman no supo afrontar la situacin, era un
hombre un poco corto, pero ella tuvo la desfachatez de actuar sin vacilaciones.
Estuvo maravillosa en ese oficio inmemorial.
Qu tal estoy?