Queraltó
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PIRMIDE Y RETCULA
RAMN Q UERALT
Universidad de Sevilla
Unidad Asociada c.s.1.c.-u.s. 1
que ralto@us.es
Resumen: En esta contribucin se desean explorar los cambios en la estructura tico-social sobrevenidos por la con stitucin de la sociedad tecnolgica
contempornea. Se describen los rasgos de sta que sern relevantes para las
cuestiones ticas bsicas y a partir de ah se constata una mutacin en la
estructura interna de conexin de los valores ticos, por la cual se est pasando desde una tica en forma de pirmide donde la justificacin fi nal de
los valores era remitida a un conjunto de principios indiscutibles fundamentados religiosa, filosfica o cientficamente, h acia una tica en forma de red,
en la que los valores se disponen reticularmente. Se sealan las causas y Jos
orgenes de este cambio, los cuales se e nraizan en Ja actitud vital pragmtica
del hombre de hoy motivada por el fenmeno tecnolgico actual.
Abstract: This article explores the changc that the coming of the contemporary
technological society has produced on the traditional ethical structurc. First,
the main traits of the technological society concerning the ethical change are
described accurately. Second, it is analysed the variation from a pyramidal
tra<litional ethics -in which values are justified by principies based on religious,
or philosophical or scientific reasons- to a different type of ethics, in which
values shape a sort of network among them, without any kind of ethical
pyramid. The causes and the origins of this change are analyse<l in connection
with the pragmatic view of life developed by contemporary people as a result
of the social relevance of technology nowadays.
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l.
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Uno de los fenmenos caractersticos de nuestro tiempo es el cambio social acaecido por el desarrollo de las llamadas nuevas tecnologas., y en especial, las tecnologas de la informacin y de la comunicacin (TIC). La direccin de este cambio social ha trado como consecuencia bsica la instau racin de lo que ya se llama sociedad tecnolgica como etiqueta admitida de modo general para identificar el tipo
especfico de sociedad en la que actualmente vivimos, al menos en el
primer mundo 2 . Una sociedad tecno lgica, en primera aproximacin,
quiere decir una sociedad que ha hecho del desarrollo e innovacin
tecnolgicos la pieza central de su estructura dinmica de implantacin
histrica. No en vano las siglas l+D+I (investigacin ms desarrollo ms
innovacin) aparecen hoy por todas las instancias sociales ms caractersticas de nuestro entorno comn. En este sentido, la tecnologa ha
adquirido un protagonismo histrico-social de primer orden, en buena
medida parangonable al que tuvo la ciencia respecto de la Modernidad
en sus comienzos. As por ejemplo, de la misma manera que la racionalidad cientfica vertebr el desenvolvimiento hist rico de la Modernidad con una influencia generalizada en todos los campos del saber,
desde la propia ciencia obviamente hasta la filosofa, igualmente la tecnologa actual -y especialmente las TIC- est cumpliendo un rol histrico similar al principio del siglo XXI, vertebrando la cultura, la sociedad, los saberes, Ja poltica, la economa, ere. Por eso, de igual modo
q ue se convirti en un lugar comn hablar de la racionalidad cientfica para nombrar la forma de racionalidad propia de la Modernidad, hoy
da podemos hablar ya, sin temor a caer en exageracin, de una racionalidad tecnolgica que ha devenido la racionalidad social de nuestra
poca3.
La sociedad tecnolgica es ya una realidad consolidada en los paises del primer
mundo, y los paises no pertenecientes a l caminan tambin en esa direccin casi de
forma ineluctable. pues tambin en ellos se considera al desarrollo tecnolgico como
eje verteh rador de su entramado social y futuro d esarrollo social. De ah que las ideas
que se expondrn en este artculo se refieren asimismo a ellos, con los matices oportunos
que la dinmica hist rica propia podr ir seala ndo progresivamente .
.1
Este tema lo hemos desarrollado en numerosas puhlicaciones, conferencias,
seminarios, etc., en Europa y Amrica, y constituy el objetivo central del Proyecto de
I+D titulado Teora <le la Racionalidad Tecnolgica (PB96-1351, Secretara de Estado
<le Universidades, Investigacin y Desarrollo) q ue tuve la oportunidad de dirigir desde
l 996 a 2000. De dichas publicaciones seleccionamos las siguientes como fruto de ese
Proyt:cto: Hacia la racionalidad tecnolgica co mo herencia fin al de la Modernidad., e n
Actas del ll Congreso de la Sociedad de Lgica, Metodologia y Filosofa de la Ciencia en
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la influencia de ellas en el proceso de cambio respecto de la dimensin tica debe ser ms que relevante.
Pero adems hay algo esencial que es necesario sealar en la crisis de valores, y es el cambio de actitud que se produce en el hombre
contemporneo respecto del valor tico y tico-social como tales. Tienen valor los valores? Son necesarios realmente o basta tan slo un
ajuste fctico y circunstancial a las diversas situaciones? Por qu hay
que justificar ticamente la conducta? Este tipo de preguntas, para
muchos analistas sociales -en nuestro caso matizadamente y sin el sentido pesimista que en ocasiones se aprecia en otros-, condiciona la vida
del hombre actual, y esto tambin constituye un rasgo nada desdeable del entramado social contemporneo. De la misma manera que se
seala que se ha producido una Crisis de la razn parece haberse
producido una crisis del valor mismo.
Frente a estas coordenadas histricas el anlisis de la dimensin
moral y de los valores tico-sociales en nuestro tiempo ha de ser en
extremo cauteloso en sus planteamientos, aunque no por ello temeroso, ni conducente a operar con una especie de complejo de inferioridad. Se trata, de entrada, de conocer bien el terreno que se ha de recorrer, de percatarse bien de cmo estn las cosas, en definitiva, de
saber a qu atenernos hoy da respecto de las cuestio nes ticas y de la
actitud del hombre actual frente a lo tico.
Por ello, un estudio como el presente ha de comenzar por indagar cules son los rasgos de la sociedad tecnolgica actual relevantes
para el planteamiento eficaz de las cuestiones ticas, a fin de poder
establecer una cierta metodologa de presentacin -y eventual introduccin- de los valores ticos que sea aceptable sin demasiada dificultad
en dicho tipo de sociedad. A esto se dedicar la primera seccin de
este artculo. Ms adelante, se podr indagar ya qu forma de tica y
qu valores pareceran necesarios para un desarrollo ms humano de
la sociedad tecnolgica, mostrando su conveniencia como justificacin
posible de los mismos. Y, finalmente , sera procedente entonces sealar qu problemas bsicos planteara esa nueva forma tica. Esta indagacin ser propuesta en la segunda parte.
Ahora bien, creemos preciso hacer desde el princ1p10 una advertencia previa. Nuestra actitud es en principio descriptiva y no valorativa,
es decir, no vamos a hacer juicios de valor ni partiremos de posiciones
ticas previas, al menos conscientemente. Nuestra idea directriz es ver
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lo que hay y ver lo que puede salir d e eso que hay en cuanto a algunas cuestiones tico-sociales primordiales y en cuanto a una tica
posible en la sociedad tecnolgica.
A) Globa/izacin
No parecer sorprendente que el primer punto a describir sea la
globalizacin de la sociedad contempornea. Es de todos sa bido que
los estudios sobre este tema alcanzan h oy una cantidad inabarcable\
ahora bien se pueden encontrar rasgos gen erales que enmarcan inequvocamente el significado de la globalizacin. En primer lugar, glo balizacin quiere decir una caida de lmites y fronteras, o sea, la desaparicin de obstculos para la comunicacin social y para el influjo
social recproco de unos sectores sobre otros, sean estados, regiones,
g rupos, etc. La consecuencia inmediata de ello es el aumento de la
dependencia y la interconexin de los g rupos sociales entre s, de los
paises, de los individuos, y, en general, de todos aquellos elementos
relevantes de la estructura social. Un mundo globalizado significa un
mundo interrelacionado e interdependiente en el que los flujos sociales circulan a una velocidad hasta ahora desconocida produciendo efectos a veces sorprendentes -el denominado efecto mariposa parece un
feliz trmino para describir tal situacin- . No se trata solamente de la
ta n manoseada dependencia econmica sino tambin de otras vertientes culturales de primer orden , tales com o la comunicacional, la artstica, la poltica, la religiosa, etc. Obviamente, el desarrollo de las TIC
constituye una causa fundamental - a unqu e no la nica- de esta
globalizacin: el funcionamiento y uso constante de las redes telemticas,
Como obras de referencia cf. M. CASTELLS, la Era de la Informacin, 3 vols. ,
Madrid, Alianza Universidad, 1997-98; U. BECK, Qu es la globalizacin.' Falacias del
l{lobalismo, respuestas a la globalizacin, Barcelona, Paids, 1998.
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progresiva de los estados hacen que el mantenimiento de una distancia socioeconmica muy grande entre zonas geogrficas limtrofes origine aquel fenmeno migratorio que tantos problemas sociales graves
est ocasionando en las sociedades desarrolladas (las fronteras de la
Unin Europea con el Magreb y la pennsula balcnica, as como la del
Ro Grande en Norteamrica, son noticia constante de situaciones humanas desesperadas y de hechos sociales negativos en los propios paises
primermundistas, tales como xenofobia, aumento de la delincuencia
protagonizada por algunos inmigrantes ilegales, alteraciones sociales de
orden pblico -recurdense los disturbios en Ceuta y Brindisi-, etc.).
En definitiva, parece como si el futuro, incluso el ms prximo, se
encaminara a una dependencia de todos respecto de todos, y que la
estabilidad social de las zonas desarrolladas del planeta comenzara tambin a depender de la estabilidad de las zonas ms desfavorecidas'. Todo
ello supone una situacin nueva en la historia de la humanidad, pues
si bien grandes zonas profundamente interconectadas socialmente casi
siempre han existido de alguna manera -sera el caso de los grandes
imperios histricos, como el romano por ejemplo-, el hecho de u na
globalizacin generalizada no haba acaecido antes. Si es cierto este
carcter de novedad histrica que implica la globalizacin, no podr
sorprender a nadie que el problema de los valores tico-sociales adquiera sesgos tambin nuevos, y que necesite de un planteamiento
quizs nuevo, o, al menos, diferente al que se deriva de las formas ticas
heredadas de la Modernidad8 .
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A nivel medioambiental, el fenmeno es realmente preocupante, pues la calidad
del medioambiente est amenazada globalmente, entre otros factores , tanto por las
emisio nes txicas de los pa ises industrializados como por la deforestacin progresiva
en paises de inferior desarrollo (es e l hecho, por ejemplo, de la Amazora sudamericana).
Ahora bien, en este ltimo caso la explotacin industrial de las zonas verdes parece
irrenunciable mientras que las a yudas al desarrollo procedentes de los paises
industrializados no se incrementen suficientemente, todo lo cual, y desgraciadamente,
constituye hoy un crculo vicioso que el egosmo de unos y la desesperacin de otros
no son capaces de romper. La interdependencia global se muestra en este caso de modo
fehaciente.
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Obviamente, se han propuesto ya diversas 6ticas para la sociedad tecnolgica
especficamente. Quizs una de las ms conocidas, por ser una entre las pioneras, sea
la de H. JONAS: El principio de responsabilidad. Barcelona, Herder, 1995. Ahora bien,
su idea central, el temor a la autodestruccin humana si no se varan hbitos y actitudes
resulta difcil emenderla como basamento tico para e l hombre contemporneo. Frente
al doctrinarismo tradicional de las formas ticas creemos que es preciso operar con un
pragmatismo ms modesto teorcicamente pero tal vez ms eficaz socialmente. Y de eso
se trata precisamente, como se ver ms adelante.
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B) Multiculturalidad
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de complejidad; pues, verdaderamente, resulta ms significativo el cambio cualitativo que se originan en los diversos elementos de un sistema al incrementarse el nmero de relaciones y conexiones que soportan dichos elementos. Es sabido que en un conjunto sistmico la naturaleza del sistema depende no slo de variables internas sino tambin,
y muy especialmente, de las variables externas, o sea, en nuestro caso
de las relaciones en la estructura social. De ah que al aumentar las
relaciones sistmicas, aumente el conjunto de va riables sociales que
inciden en cualquiera de los elementos sociales considerados, y se vayan produciendo cambios cualitativos progresivos en ellos. Esto es, en
el fondo, lo que ha ocurrido con la sociedad contempornea al transformarse en sociedad tecnolgica: el desarrollo, implantacin y uso de
las nuevas tecnologas comenz quizs por un aumento cuantitativo de
los elementos tecnolgicos incidentes en la vida humana, pero su incremento progresivo y permanente ha generado una serie de cambios
cualitativos respecto de la situacin anterior que han conducido a la
realidad efectiva de nuestra sociedad como sociedad tecnolgica. Los
ejemplos ms concretos pueden ser mltiples: al principio, el uso d el
ordenador personal fue tmido, ms tarde se increment notablemente,
y por ltimo, ha llegado a tal extremo que nuestra vida social en muchas de sus face tas relevantes, laboral, ldica, administrativa, etc., est
hoy condicionada por el lenguaje d igital y no se concibe sin l. Traspasado, pues, el punto crtico del incremento cuantitativo se produce
una variacin cualitativa estructural q ue puede afectar a sectores sociales comple tos e incluso al sistema social en su totalidad. Esto ltimo
sera el caso de la transformacin del modelo de racionalidad social
pretecnolgica en racionalidad tecnolgica, la cual es, como se ver ms
adelante, la forma de racionalidad imperante, para bien y/o para mal,
en nuestro mundo contemporneo.
Ahora bien , si es cierto este aumento vertiginoso de la relacionalidad social que ha elevado a la categora de complejidad al rango de categora ontolgico-social bsica, entonces se desprende una
consecuencia ineludible: la sociedad tecnolgica es una sociedad en
permanente cambio y adems, a una velocidad realmente insospechada hace tan slo unos pocos decenios atrs. Por supuesto, no se trata
de que en otros momentos histricos no existiera el cambio, pues eso
es imposible, sino ms bien que la velocidad de ste se ha incrementado
sobrepasando los lmites crticos cada vez en muy poco espacio de tiempo, por lo que, por as decirlo, el estado normal del sistema social tecnolgico es el de cambio cualitativo permanente. As pues, compleji-
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c1on de edificios nuevos se ha convertido en un factor esencial la -armona esttica del nuevo proyecto arquitectnico con el entorno histrico en el que se ha de situar, y es ya normal rechazar dicho proyecto por inadecuacin a ese entorno. Tal decisin hace tan slo unas
dcadas no era precisamente muy comn, de ah los desastres urbansticos sufridos en ciudades de amplio abolengo histrico. As, la evaluacin social global cambia notablemente por el influjo del protagonismo
social de los nuevos valores estticos en consideracin al lado de las
condiciones tradicionales (perfeccin tcnica del proyecto arquitectnico, viabilidad jurdico-administrativa, etc.).
La conclusin general para la cuestin tico-social parece obvia: la
forma de relacin de los valores en liza cambia notablemente en una
sociedad como la actual afectada por un cambio acelerado y en la que
la evaluacin de valores se ha tornado extraordinariamente compleja y
est condicionada por la eficacia operativa. Ser preciso entonces ensayar un modelo pragmtico para la tica y los valores, lo que implica
una actitud muy d istinta al modelo doctrinario tradicional.
D) Pragmatismo
Los factores anteriores producen a su vez un elevado pragmatismo
social, es decir, se exige en primer trmino que los valores posean, al
ser aplicados en situaciones concretas, una estricta eficacia operativa.
Obviamente, no se quiere decir con ello que tal eficacia se alcance
plenamente, pues en multitud de ocasiones eso no ser fcticamente
posible, sino que el criterio social de aceptacin y puesta en prctica
de valores se regir especialmente -aunque tal vez no slamente- por
dicho criterio pragmtico. sta es una consecuencia adems de la influencia de la racionalidad implcita en el factum tecnolgico de nuestro tiempo y en la instauracin consecuente de una sociedad tecnolgica. Ya hemos avanzado antes que la racionalidad social de nuestro
entorno sigue las pautas de una racionalidad tecnolgica (RT), por lo
que ahora ser oportu no describir brevemente los rasgos diferenciadores
de sta para ver su enlace lgico con el pragmatismo social mencionado11 . El primer carcter de RT es que no trata primariamente de res11
Ya hemos desarrollado in extenso este tema en otras publicaciones, por lo
que ahor.i tan slo haremos un resumen sucinto suficiente para esta ocasin. Vase cita
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Una consecuencia importante conviene destacar de este pragmatismo social provocado por RT -entre otros factores-. Y es que Ja
mentalidad del hombre contemporneo se ha vuelto algo recelosa frente
a la theoria, o sea, frente a las actitudes teorticas, que, en otros tiempos, poseyeron una cierta supremaca. Lo que se espera del conocimiento y del saber son resultados especficos y prcticos en primer lugar, o
sea, se desea constatar con rapidez la aplicabilidad de aquellos respecto de los problemas para los que fueron creados. El llamado pensamiento postmoderno lo ha diagnosticado certeramente: no son procedentes los metarrelatos tericos de justificacin y fundamentacin en las
sociedades herederas de la Modernidad, la contextualizacin es el m e dio en el que se mueve Ja razn , la verdad no es ni lgica ni metafsica, sino sobre todo retrica 15 . Ahora bien, si bien este diagnstico corresponde a la situacin actual, el problema es que el hombre necesita
de un mnimo de seguridades existenciales y sociales para llevar a cabo
su vida, para saber a qu atenerse, por lo que no le basta normalmente con ese nivel retrico, y el problema estribar en cmo ir m s
all de l en un ambiente social tcnico-pragmtico muy acusado.
Este carcter social, proclive a mirar con sospecha a la razn terica, habr que tenerlo muy en cuenta a la hora de enfrentar el te ma
tico, pues significa nada menos que la forma tradicional de presentar
los valores, impregnada de racionalismo y doctrinarismo16 , tambin ser
mirada con recelo, por lo que en una sociedad pragmtica se necesitara ensayar otra forma ms acorde con el pragmatismo sealado.
E) Horizontalidad social
Finalmente, conviene sealar o tro carcter derivado esta vez no
tanto del factum tecnolgico -de modo directo como en el caso anterior- cuanto por la democratizacin progresiva de Jos sistemas sociales
contemporneos. La implantacin regular de la democracia trae com o
consecuencia una igualdad social creciente e ntre los ciudadanos, la cual
15 Vid. G. VATTIMO, P.A. ROVATII, El pensamiento dbil, Madrid, Cte dra, 1988.
La edicin orig inal italiana dice exactamente: 11 vero ... non ha natura metafsica o logca,
ma retorica, // pensiero debo/e, Milano , Feltrinelli, 1983, p. 25-26.
16 Insistimos de nuevo aqu, como h icimos antes con otro trmino, que estos
conceptos en ningn caso implican una va loracin negativa o peyorativa, y se trata
nicamente de describir la situacin con la terminologa acuada por la tradicin cultural
y aceptada comnmente, sin otras connotaciones ajenas a nuestra intencin.
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verdad relevante para la metodologa tica, e igualmente para la misma estructura de una tica en la sociedad tecnolgica. Ya se ver ms
adelante el alcance de estas afirmaciones, pues de hecho su desarrollo
constituir uno de los aspectos nucleares del modelo formal de tica
que mantendremos.
1.2. Metodologa tica en una sociedad tecnolgica: el Caballo de
Troya al revs
a) El Caballo de Troya al revsH
En la vida ordinaria se dice con frecuencia que el modo de presentacin de una idea, propuesta, etc. , influye tanto o ms en la posible aceptacin del sujeto receptor, ya sea individual o colectivo, que el
contenido de la idea o propuesta mismas. Herir la sensibilidad de aqul
en la forma de presentacin, aunque la oportunidad y la razonabilidad
de las propuestas sea evidente, eleva la probabilidad del fracaso hasta
casi la certeza. Por eso, es de capital importancia examinar cul podra
ser el mtodo de presentacin de valores -y de eventual introduccin
de los mismos- frente a la sociedad y al hombre contemporneos,
mxime si hay que tener en cuenta adems que existe actualmence una
crisis de valores sociales, como ya se seal al comienzo. De ah que
la metodologa de presentacin de los valores ticos deba ser estudiada con tanto cuidado como los contenidos ticos mismos.
En consecuencia, para ello deben ser tomados seriamente en consideracin los rasgos sociales indicados en el apartado precedente, cuya
incidencia en nuestro tema hemos tratado de mostrar inicialmente a la
par que su descripcin oportuna. Pues bien, si el nervio central que
caracteriza a la sociedad tecnolgica es el pragmatismo y la eficacia
operativa, la metodologa de presentacin de valores y de la tica como
tal deber adecuarse a ellos. Esto parece obvio tras todo lo expuesto
hasta aqu. Ahora bien, qu significa en concreto?
En primer lugar, y desde un punto de vista colectivo, se tratara
de mostrar la posible eficacia operativa de los valores ticos para el
desarrollo y estabilidad de la sociedad tecnolgica global; y, en segundo lugar, desde el punto de vista del individuo, se tratara de mostrar
que los valores son medios oportunos para la consecucin del bienestar --en el sentido ms amplio del trmino- a nivel individual. En suma,
de lo que se trata es de mostrar que los valores presentan una dimen-
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positividad se podra fundamentar de variados modos, como ya indicamos arriba. Ahora, lo q ue estamos proponiendo aqu, es que pon gamos entre p arntesis cualqu ier justificacin o fundamentacin
doctrinarias, y tratemos de presentar e introducir los valores tico-sociales porque convienen e interesan al hombre para su vida, o sea, se
trata de mostrar la operatividad y pragmaticidad de ellos para la vida
humana en una sociedad tecnolgica que posee los rasgos descritos e n
el apartado anterior. Abundando algo ms en esta va, se podra afi rmar que los valores ticos seran pautas de resolucin de problemas
humanos y, por tanto, tiles oportunos para la vida del hombre contemporneo20. En definitiva, a la vieja dualidad filosfica tradicional de
que los entes son y los valores valen, habra que aadir un tercer
elemento de capital importancia para una tica posible en una sociedad pragmtica como la actual: los valores sirven. De esta manera, o
sea, acentuando y destacando la dimensin pragmtica de los valores,
quizs podran ser introducidos y aceptados ms fcilmente por un sistema social conducido por la eficacia operativa, ya que, en principio,
seran considerados como factores acordes o no opuestos o ajenos a
esa estructura social pragmtico-tecnolgica.
Esta estrategia metodolgica la denominamos el Caballo de Troya
al revs. Esta metfora sin duda ayudar a comprender mejor el sentido de lo q ue estamos exponiendo. En efecto, porque, al igual que el
-caballo de Troya clsico fue presentado a los troyanos como un obsequio divino, o sea, como algo conveniente y digno de atencin, y por
eso fue introducido en la ciudad, lo mismo ocurrira con los valores
ticos desde esta metodologa pragmtica que destaca el inters y la
conveniencia de los mismos para la vida humana, y tal vez as seran
ms fcilmente aceptados y acogidos. Ahora bien, este caballo de Troya
es -al revs, porque no se trata de un instrumento de destruccin
-como sucedi con el caballo de Troya clsico- sino todo lo contrario,
pues constituira un instrumento de construccin, desarro llo y bienestar posibles del hombre y de la sociedad, y as sera presentado.
En resumen, de lo que se trata es de asumir en el tema tico los
rasgos expuestos de la sociedad tecnolgica y obrar con todas sus consecuencias, o sea, utilizar las mismas armas del presunto adversario. Sin
duda que la estrategia del Caballo de Troya al revs conlleva riesgos,
20 Obviamente, la resoluc in de un problema humano podr ser total o pardal,
es decir, no hay que entender aqu resolucin e n un sentido absoluto, el cual muy pocas
veces se produce - si es que se produce- en la vida humana.
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Met., 1, 980a.
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salvo a mi circunstancia no me puedo salvar yo. Y qu significa salvarse aqu y por qu hay que hacerlo? Parece claro que, en traduccin
pragmtica., salvarse tendra que ser forzosamente conseguir ser feliz,
porque, qu cosa ms eficaz y operativa para mi vida que ser feliz? Y
hay que salvar la circunstancia porque su salvacin contribuye a mi
felicidad, o sea, porque mi circunstancia forma parte de m tambin, y
su felicidad -su salvacin- compete a mi felicidad , es de inters y conveniencia para m. Ahora bien, como yo no soy capaz de averiguar qu
es Ja felicidad para los distintos elementos de mi circunstancia, tan slo
puedo ahora detectarla por va negativa, donde Ja experiencia me dice
que falta, que no est, y por ello mi satisfaccin de fines y deseos debe
evitar el sufrimiento en los elementos de mi circunstancia, y, especialmente, en los otros que al parecer son como yo 21' .
Advirtase, por tanto, que el inters y conveniencia personales no
son trm inos inmorales., sino que estn claramente conectados, desde
una correcta pragmaticidad, con los otros, con la felicidad de los o tros
que son como yo y tambin con las cosas 27 . Y, de otra parte, q ue la
perspectiva pragmtica reconoce como bsico el entrelazamiento y relaciones del hombre en el mundo, pues todo el razonamiento anterior
sobre la circunstancia opera con este presupuesto, lo cual no hace sino
coincidir estructuralmente con los rasgos apuntados de Ja sociedad tecnolgica analizados en el apartado anterior (complejidad, globalizacin,
etc.). El punto de vista pragmtico no implica egosmo, el inters y la
conveniencia personales no lo suponen automticamente, sino que ms
bien el egosmo constituira una clara patologa desde una tica pragmtica.
26 Obviamente, si e l otro me comunica cul sera su felicidad, o sea, sus fines y
deseos compatibles socialmente, yo puedo ayudarle a conseguirlos, pero, de entrada,
no puedo arrogarme ese conocimiento, por lo que la concrecin del significado formal
negativo de la fe lid<lad tiene que ser el expuesto, es decir, evitar el sufrimiento , porque
en el sufrimiento hay ausencia de fe licidad perfectamente detectable segn nuestra
experiencia existencial, salvo en los casos de pato logas -que son anormalidades
antropolgicas-, como d ijimos ya ms arriha. El sufrimiento sera admisible en e l caso
<le que fuera imprescindible para conseguir un deseo y una satisfaccin necesarias para
alcanzar a su vez un grado superior de felicidad, como por ejemplo, como es la situacin
<le una intervencin quirrgica, del esfuerzo e n el trabajo, etc. Pero esto es claramente
compatible con el imperativo formal de felicidad .
27 De esto ltimo se deriva un enlace claro actualmente con el medioambiente,
por ejemplo, y tambin sera factible una tica medioambiental por motivos pragmticos,
sin necesidad de apelar a un estatuto ontolgico propio <le la naturaleza, como se hace
hoy en buena parte de las environmcntal ethics, que no hacen sino seguir otra vez
una justifi cacin doctrinaria de difcil aceptacin social.
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Ahora bien, en este momento cabe ya formular la pregunta especfica: por qu los valores ticos p ueden conectarse definitivamente con
la felicidad? No es difcil verlo tras todo lo expuesto: porque los valores ticos van a ayudar a resolver problemas individuales y sociales, y
si resuelven problemas, o sea, si, como ya dijimos al comienzo, desde
una perspectiva pragmtica los hemos considerado como pautas de
resolucin de problemas, entonces no cabe duda de que pueden contribuir a una mayor satisfaccin de fines y deseos, puesto que cuan do
se tiene un problema lo que se procura es encontrarle una solucin
-total o parcial- , es decir, tener satisfecha - resuelta- la situacin problemtica.
Desde el punto de vista individual, el asunto es claro. Pues nada
menos que los valores ticos, al poder resolver problemas existenciales,
contribuyen a la felicidad, que es lo que ms desean los seres humanos; al poder encauzar positivamente (o sea, haciendo menguar el sufrimiento, por ejemplo) situaciones de problematicidad, son eficaces y
operativos para la vida humana; en suma, no es que los valores valgan, sino que los valores sirven.
Abundando ms en esta perspectiva pragmtica sobre la felicidad
desde un punto de vista formal habra que aadir un ltimo carcter,
que nos explicar adems por qu no es posible concretar su contenido especfico, o sea, responder a la pregunta por el qu es? Se trata
de q ue la felicidad es algo dinmico, es decir, cambiante y mudable ,
aunque pueda tener trayectorias generales ms o menos definidas. No
es difcil justificar esto. En primer lugar, la experiencia personal del ser
humano es que, por muy feliz que se sea en un momento determinado, siempre se siente que se puede y se desea ser ms feliz de lo que
se es. Es evidente que nunca se alcanza la felicidad completa, por lo
que el hombre est dispuesto continuamente a aadir ms contenidos
a su felicidad. Respecto de sta, el ser humano es perpetuamente un
animal insatisfecho, por lo que la felicidad tender a ser enriquecida
y aumentada invariablemente. O, en otras palabras, la felicidad es dinmica y nunca esttica: no hay situacin de felicidad a la que no se
quisiera incorporar ms todava, no hay satisfaccin - en sentido plenode la felicidad. Por eso, desde la perspectiva pragmtica, la tica de la
felicidad es un quehacer sin fin. Y es positivo, adems, que sea as.
Porque esto significa que el imperativo tico basado en la consecucin de la misma ser operativo durante toda la vida humana, o dicho
ms pragmticamente, Servir mientras cada hombre viva, es decir, ser
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C)
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sociedad tecnolgica global... para ganancia de todos, o sea, por inters y conveniencia de todos29 .
Es preciso, pues, darse cuenta de una vez por todas que con el
advenimiento de la sociedad global las cosas han cambiado., y adems profundamente. No conviene ni interesa a nadie focos de tensin
social pensando que eso no me afectar a m, pues dada la estructura de red de dicha sociedad tal visin de la realidad no es ms que
una ilusin ingenua. Y ya se han sealado hechos que apuntan suficientemente en esa direccin. Estamos en trnsito desde una sociedad
de tendencia vertical a una sociedad de tendencia horizontal., aunque nunca ser un proceso que pueda completarse, justamente tambin
por motivos pragmticos, ya que los igualitarismos han conducido precisamente a las desigualdades ms crueles30 Ahora bien, la tendencia
histrica es esa, y a ella se ha de adecuar la accin social: de la sociedad en forma de pirmide se est caminando a la sociedad en forma
de retcula. Y eso va a ser un punto capital tambin para la tica, como
se ver ms adelante.
Por todo ello, la solidaridad social muestra poseer en el momento
presente una eficacia operativa relevante para el desarrollo armnico
de la sociedad global, o sea, para maximizar las potencialidades de
bienestar general inherentes a tal tipo de socie dad -tanto a nivel individual como colectivo-, y la primera de ellas es obviamente maximizar
la paz social.
A partir de esta presentacin pragmtica del vector solidaridad se
pueden obtener otros vectores tico-sociales necesarios derivados. Por
ejemplo, la justicia social, la igualdad de derechos y la necesidad de
un sistema democrtico en la organizacin del estado. Y siempre por
motivos pragmticos.
Efectivamente, la justicia social, entendida aqu desde nuestra perspectiva pragmtica como justicia dis tributiva, se ve de inmediato que
es una consecuencia fctica de la solidaridad. sta exige precisamente
justicia distributiva, aplicable no slo a bienes sino tambin a servicios,
29 De ah que, por ejemplo, resulte una ceguera histrica descomunal la negativa
de U.S.A. a firmar y poner en prctica los protocolos internacionales de defensa global
del medioambiente, con la excusa del coste excesivo de la reconversin industrial que
supondra ... precisamente en uno de los paises ms ricos del mundo. Y todo ello por
motivos pragmticos.
3o
No se olvide la leccin histrica del hundimie nto de la Unin Sovitica y paises
satlites.
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A)
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.13 Cf. X. ZUBIRI, Sobre et hombre, Madrid, Alianza Editorial, 1986, p. 343 ss. Una
exposicin de la posicin zuhiriana puede e ncontrarse en J.L.L. ARANGUREN, tica,
Madrid . Revista de Occidente, 1972 (50 ed.), p. 71 ss.
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por una buena dosis de irracionalidad para una perspectiva pragmtica, ya que alterara profundamente la paz social en nuestra sociedad,
precisamente porque nadie sabra a qu atenerse. Justamente, en Ja
tica pragmtica - y en toda tica en general con mayores o menores
matices- lo que se busca es una coordinacin de realidad y valores,
pero no una primaca absoluta de la realidad, que es el supuesto
relativista. El trmino relatividad hay que entenderlo aqu como relacionalidad propia de los valores, esto es, que su sentido y contenidos
fcticos finales dependen no slo de s mismos sino tambin de su
conexin con los dems valores. Y eso no es ms que la consecuencia
obvia de que tal conexin es ms bien de coordinacin, y no tanto de
subordinacin; en suma, es una caracterstica inherente a una tica
reticular36 .
As por ejemplo, en la actualidad, la reivindicacin de los derechos
humanos no se lleva a cabo aisladamente sino globalmente. Es sabido
que tras los derechos humanos de primera generacin, se ampliaron ms
tarde a los de segunda y tercera, e incluso ya se exigen hoy los de cuarta
generacin37 Ahora bien, en el debate sociopoltico no se hacen grupos de derechos en cuanto a la exigencia de su cumplimiento, sino que
se reclaman conjuntamente, en Ja medida en que cada grupo de derechos se conecta especficamente con los otros, o sea, adquiere su sentido ms cabal mirando a la totalidad de los mismos. Esto es fruto de
la relacionalidad -relatividad- interna entre todos ellos, siendo no obstante distinguibles en cuanto a sus contenidos materiales. Lo importante aqu es percatarse de la reticularidad inherente al sistema de derechos humanos y los valores ticos que encarnan. As, los derechos
humanos funcionan en la prctica de nuestra sociedad y cultura contemporneas como un sistema reticular pragmtico.
36 Por una vez excepcional, el espaol no tiene un trmino para traducir esta
idea <le relatividad, pues relatividad semnticamente posee una fuerte connotacin de
relativismo. En ingls, idioma ms ambiguo y menos preciso, sin embargo podemos
encontrar inesperadamente a lgo de ayuda. Existen los trminos relativity y relativism.,
pero tambin podra construirse otro que respondera a nuestra idea, y es relativeness.,
que sera la sustantivacin del adjetivo relative., o sea, lo relativo o relacionado a otra
cosa bsicamente, y eso se acercara a nuestra concepcin.
37 Vase J. B USTAMANTE: Hacia la cuarta generacin d e Derechos Humanos:
repensando la condicin humana en la sociedad 1ecnolgica, en Revista Iberoamericana
de Ciencia, Tecnologa, Sociedad e Innovacin, n l. sep!iembre-<liciembre 2001 C!ll.m;L
/www.campus-oej.or/revistactsi)
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3. A
MODO DE CONCLUSIN
El objetivo de las ideas precedentes ha sido primordialmente p oner de manifiesto la necesidad de un replanteamiento del anlisis tico
a fin de afrontar las consecuencias del cambio social inducido por el
advenimiento de una sociedad tecnolgica con los rasgos descritos ms
arriba.
Tal vez el modelo de tica reticular p ueda resultar insatisfactorio
para muchos, e incluso p uedan pensar que, antes o despus, conducira a una desaparicin efectiva de la tica si se sigue d esarrollando
indefin idamente. La constatacin de q ue el entramado tico dejara de
reconocer una serie de valores fontales, que serviran de jueces ltimos
de los dilemas morales, para pasar a un sistema en forma de red donde la coord inacin sustituyera a la subordinacin piramidal clsica en-
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me crisis epistemolgica padecida por la ciencia con el reconocimiento del indeterminismo fsico y la subsiguiente caida del determinismo
clsico, y la polmica sobre Ja desaparicin de Ja causalidad. Muchos
auguraron el final de la fsica. Pero nada de eso ocurri. Lo que s
sobrevino fue un cambio de paradigma ontolgico y epistemolgico en
la comprensin cientfica del mundo fsico y una adaptacin correspondiente de la metodologa de investigacin. Cay el modelo de causalidad
determinista y se sustituy por otro ms matizado y rico, cay el
cientificismo cultural y se reconocieron lmites internos al conocimiento cientfico . Y todo ello se interpreta hoy como algo positivo para la
propia ciencia porque seal otros caminos tambin fecundos para el
desarrollo del conocimiento cientfico.
Si esto fue as nada menos que para la ciencia, o sea, para el buque
insignia de las creaciones histricas de la razn humana en la Modernidad, por qu no explorar un cambio de paradigma en la tica ante
Jos lmites constatados de los paradigmas tradicionales? Por qu no
aceptar los hechos corno tales y desde ellos remontar por otra va diversa que se presente ms adaptada a la realidad social misma? Y, sobre todo, si tal va no es excluyente, sino ms bien slo pide que los
valores ticos sean realmente operativos aunque sea destacando lo que
hasta ahora no haba sido tenido demasiado en cuenta por los modelos heredados pero que forman parte inherente de la vida humana, como
el inters, la conveniencia, la eficacia, etc., por qu no asumir el riesgo que todo cambio de paradigma incluye si el negocio entre manos
es tan importante, o sea, si la ganancia que se busca y pretende es tan
grande?
A lo mejor resulta que, por va pragmtica, la conexin entre tica
y fe licidad humana se hace ms palpable para todos. Y entonces, aca-