Acerca de La Inexistencia de La Ciencia Cognitiva
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PSICOPERSPECTIVAS
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dicciones y efectos, sobre todo tomando en cuenta que gran parte de nuestra
psicologa actual se sustenta en el cognitivismo (Martn-Bar, 1983)
LOS HITOS FUNDACIONALES
El Cognitivismo resulta como una respuesta surgida durante los aos 50 al
introspeccionismo y al conductismo (Gardner, 1987). A principios de siglo, el
primer paradigma que se interes en los procesos de carcter ms interno del
sujeto fue el introspeccionismo. Sin embargo, a poco andar, fue duramente
criticado por las insuciencias de su mtodo que hacan imposible cualquier
acumulacin de conocimiento; intentando superarse con una corriente naciente que centr la investigacin slo en los hechos observables: el conductismo. En sntesis, este paradigma conceba al sujeto como un conjunto de
reejos pasivos de varias fuerzas y factores del entorno (Skinner, 1969).
Es en los aos 50 que se cristaliza una conciencia creciente en gran parte de
los cientcos abocados al tema respecto a que la adherencia a los cnones
conductistas estaba haciendo imposible el estudio cientco de la mente, ya
concebida como la cualidad humana primordial. Es en esta poca en la que
nace y toma fuerza el paradigma del procesamiento de la informacin.
El primer hito que marc la cada del conductismo fue el Simposio de Hixon
titulado Mecanismos Cerebrales del Comportamiento, desarrollado en septiembre de 1948 en el Instituto de Tecnologa de California bajo el patrocinio
de la Fundacin Hixon. Las comunicaciones individuales de John Von Neumann (matemtico), Warren McCulloch (matemtico y neurosilogo) y Karl
Lashley (psiclogo y neurosilogo), expusieron, desde las disciplinas de cada
uno, la evidencia de que la observacin del comportamiento resultaba incompleta (Gardner, 1987). Lo que ocurre en la mente es relevante para entender
el comportamiento, y la mente est localizada en el cerebro. La adherencia
a los cnones conductistas est haciendo imposible un estudio cientco de
la mente. Es en este sentido que Lashley (en Gardner, 1987) puntualiza que
la organizacin ms que ser impuesta desde afuera emana desde dentro del
organismo: desde el cerebro. Von Neumann agrega un dato que hasta ese
momento era slo sorprendente, pero que sera seminal: el procesamiento de
la informacin que realiza el cerebro es comparable al que realiza el computador electrnico1.
Antes, en 1936 (en Turing, 1950) el matemtico Alan Turing desarrolla la idea
de una mquina simple que en principio podra realizar cualquier tipo de
clculo utilizando el cdigo binario. Esta es la llamada Mquina de Turing, el
modelo terico base del computador electrnico de Von Neumann. En 1950 el
mismo autor sugerir que estas mquinas se pueden programar de tal modo
que para un interlocutor le ser imposible discriminar entre la respuesta de
sta y aquella de un ser humano. El Test de Turing lo ejemplica: un individuo
tiene la tarea de juzgar si lo que est en un cuarto cerrado es una mquina o
un ser humano, para ello le formula toda clase de preguntas, y las respuestas de la entidad examinada son entregadas en formato mecanograado, de
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modo que el juez slo pueda discriminar por las cualidades simblicas de la
respuesta. En el artculo que lo propone, Turing muestra distintos tipos de
preguntas, desde matemticas hasta personales de carcter emocional, y
seala cmo podra ser programado un computador para dar respuestas similares a las que dara un humano2.
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Las primeras investigaciones se orientaron a describir los lmites del conocimiento humano estudiando particularmente los procesos de memoria
y atencin, as como los procesos de razonamiento humano (Wason, 1984)
y resolucin de problemas (Simon, 1984). Si bien estos podran haber sido
temas acotados, la necesidad que se manifestaba tras estos intentos acotados de desarrollar una perspectiva terica coherente que reemplazara al
conductismo poniendo como foco los procesos internos de la psique, hizo que
estas investigaciones aisladas desembocaran en la gran avenida del Cognitivismo. As, tras el largo invierno del objetivismo conductista, como lo llama
Bruner (1990), se desarroll un signicativo intercambio de conocimientos e
investigaciones con el n de traer a la mente como objeto de estudio para las
ciencias humanas. Estas investigaciones tendieron a unicar la perspectiva
en torno a denir como unidad de estudio a las representaciones mentales,
como entidades de existencia independiente respecto tanto a lo biolgico
como a lo cultural, y bajo la nocin de que los modelos psicolgicos de la
mente deban ser descritos en trminos de procesos computacionales (De la
Vega, 1984; Gardner, 1987; Rivire, 1988). Es as como se constituy la Revolucin Cognitiva, sealada como la revolucin ms exitosa y de ms larga vida
en la historia de la psicologa (Gardner, 1987; Shotter, 1999a).
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Tal como lo plantea Bruner (1990) las ciencias cognitivas habran intentado
establecer al signicado como el concepto central en psicologa, ni estmulorespuesta, ni conducta observable, ni impulsos biolgicos, sino signicado
(Bruner, 1990; p. 2). Sin embargo esta intencin primitiva que intentaba acercar la psicologa, en tanto perspectiva cientca, al resto de las disciplinas
humanas y ciencias sociales de carcter interpretativo, fallar. Como uno de
los fundadores de las ciencias cognitivas, Bruner, en su libro Acts of Meaning
enfatiza este fallo sealando que actualmente esta perspectiva est divertida
en temas que son marginales al impulso que las hizo nacer (1990; p. 1). Pero
este divertimento no implica que haya perdido su intencin de convertirse en
una teora general capaz de abarcar a todos los fenmenos psicolgicos.
No es mi inters realizar un estudio acabado del desarrollo de la ciencia
cognitiva en tanto proceso social como lo hara la sociologa del conocimiento cientco. Sin embargo s creo relevante sealar algunos aspecto de su
evolucin en tanto fenmeno social, con el objeto de dar una descripcin
somera de cmo el cognitivismo a partir de un estudio acotado amparado en
una cierta metfora y en un lenguaje especco constituye a este lenguaje
en su determinacin, sin por ello dejar de pretender abarcar la totalidad
fenmenos psicolgicos.
Distintos estudios (Latour, 1987; Woolgar, 1988; Potter, 1996; Haraway, 1997;
Domenech y Tirado, 1998) han demostrado que la ciencia puede ser estudiada como una empresa acadmica que se desarrolla siguiendo una direccin
argumentativa, de modo que los distintos hechos cientcos son aceptados y
calzados en una estructura de forma que apoyen y refuercen la objetividad
de sus objetos y debilite el punto de vista (constitutivo) opuesto (Woolgar,
1988 [1991]; p. 120) 3. Es en este sentido que la ciencia cognitiva puede ser
comprendida desde el punto de vista de su desarrollo retrico.
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Tal como lo plantea Gardner (1987), hubo una decisin de carcter deliberado
de restar importancia a ciertos factores que podran ser importantes para
el funcionamiento cognitivo, ya que podran entorpecer el desarrollo de la
ciencia cognitiva. Estos incluan las inuencias afectivas y emocionales, y las
contribuciones de factores histricos y culturales, entre otros. Es as como
el cognitivismo se orient desarrollando un nivel de discurso propio, como
una estrategia dirigida a validar esta empresa cientca. Rivire (1988) lo
plantea as: es til situar la explicacin del comportamiento, cuando los
sujetos recuerdan, razonan, comprenden, etc., en el plano de las estructuras
y procesos de conocimiento, el cual se dene por su grado de entidad (esto
es, de autonoma) funcional (p. 24). Con esta idea de autonoma funcional
Rivire trata de expresar la nocin de que en la conducta se daran ciertas regularidades que no pueden ser descritas, sin prdidas de informacin en otros
trminos que no sean los propiamente cognitivos brindados por la metfora
computacional. Si bien Rivire no concuerda con Gardner, en el sentido de
que, segn el primero, este nivel de discurso propio no debiera implicar necesariamente la prdida de las conexiones con otras esferas, la autonomizacin
de la cognicin en tanto computaciones simblicas basadas en reglas implic
efectivamente una creciente autonomizacin del cognitivismo que expandi
rpidamente sus campos de accin.
En efecto, la misma estrategia cientca que gracias a este nivel de discurso
propio permiti desarrollar un sinnmero de investigaciones, transform a la
metfora computacional cognitiva en bastante ms que una metfora, primero, en la descripcin misma de la naturaleza de los procesos psicolgicos,
convirtindose la psicologa del nio en el estudio de su desarrollo cognitivo,
y la psicopatologa en el estudio de esquemas cognitivos patolgicos; y, luego, en la descripcin de los fenmenos sociales como fenmenos sociocognitivos, centrando el estudio de la psicologa social en los mecanismos cognitivos
que median conductas y juicios de un individuo frente a otros y con otros
individuos (Wyer y Srull, 1989; p. 2).
Es en este sentido que Edwards (1997) seala que el cognitivismo es ms y
menos que el estudio de la cognicin. Es ms, ya que de haberse dedicado
primitivamente al estudio de ciertos procesos individuales de conocimiento
ha expandido su mbito de accin al resto de los procesos no slo psicolgicos
sino que tambin sociales. Sin embargo tambin es menos, pues ha reducido
lo que son los procesos de conocimiento. Todo inters en el conocimiento
como algo culturalmente realizado -en textos escritos y prcticas sociales, en
disciplinas acadmicas, en ciencia, mitos o sentido comn- es rpidamente
referido a entendimientos individuales y tpicos como las relaciones entre
literacin y razonamiento lgico, a creatividad individual y resolucin de
problemas, y a la superioridad de la ciencia cognitiva en s misma por sobre
la inadecuacin de las teoras populares y el sentido comn. Si la cognicin es
el tpico, el cognitivismo es la teora (1997; p. 27).
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Es signicativa esta crtica desde la biologa del conocimiento pues pone entre parntesis a la objetividad. Lo anterior no puede dejar de llamar la atencin si tomamos en cuenta que las ciencias naturales modernas, conguradas
en la ilustracin, han asumido a la separacin entre sujeto y objeto como
base desde la cual fundar su llamado conocimiento objetivo. Si se toman en
todo su peso las crticas que desde la biologa del conocimiento se hacen al
cognitivismo, entonces la objetividad del conocimiento posible de establecer por parte del investigador bilogo queda tambin entre parntesis.
Sin embargo, aunque no es intencin de este trabajo abocarse con profundidad a esto, baste decir que a esta crtica se le puede responder que es justamente a travs de unas herramientas metodolgicas especcas disciplinarias
consensuadas que constituyen a la ciencia natural, que queda invalidada su
propia objetividad. He aqu su valor. En efecto las ciencias naturales ms
duras (de mayor objetividad), como la fsica contempornea, reconocen
que las propiedades de los objetos resultan de la construccin que los investigadores hacen mediante las operaciones a las cuales son sometidos estos
objetos (Ibez, 2000). Es as que las ciencias naturales tienden a la dilucin
de la separacin entre sujeto y objeto.
Pero no slo desde la biologa del conocimiento ha emergido la crtica contra
la nocin de representacin y de sujeto como espejo. La losofa tambin ha
aportado una amplia crtica a este enfoque, especialmente gracias al llamado
giro lingstico (Rorty, 1980) que ha centrado los temas referentes a los procesos humanos y sociales en el lenguaje como marco del conocimiento y de la
accin sobre un mundo construido lingsticamente.
Wittgenstein (1958) en las Investigaciones Filoscas seala que todo lo que
puede ser dicho respecto a los procesos mentales es acerca del lenguaje, ya
que es a travs de sus convenciones sociales a travs de las cuales podemos
referir tales representaciones. Y las representaciones estn constituidas lingsticamente, es el lenguaje el que permite la diferenciacin conceptual
que establece esquemas de pensamiento, y esto est reconocido por los
cognitivistas. Sin embargo plantear al lenguaje como base de las representaciones es un problema, pues el signicado de las palabras no se deriva de los
objetos a los cuales representara, ms bien es de su posicin en los juegos de
lenguaje y en las secuencias de accin (Wittgenstein, 1958). En efecto, desde
esta perspectiva, el lenguaje no es simplemente un mapa del mundo, es el
mundo mismo al cual puede acceder el conocimiento, y por ello no es posible
conocer un mundo externo si no es a travs del lenguaje.
Rorty se sigue de lo anterior para sealar que el habla no puede entenderse
como una representacin del mundo exterior. Debemos renunciar a la idea
de correspondencia de las oraciones y de pensamientos y ver las oraciones
como si estuvieran conectadas con otras oraciones ms que con el mundo
(1979 [1983]; p. 336).
De este modo la nocin de representacin queda fuertemente criticada por
la losofa del lenguaje, que al centrarse en el lenguaje como vehculo de
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(1987), en bsqueda de su pureza terica y cientca, el cognitivismo se desentendi de los aspectos sociales que estn alrededor de las representaciones
y que determinan lo que se hace con ellas e incluso su propia produccin.
El hecho de que la metfora del ordenador haya trascendido su papel primitivo, en tanto otorgar un lenguaje informacional al estudio de la mente,
trajo consigo la concepcin de sujetos constituidos como entidades discretas,
mentes aisladas interactuando como procesadores individuales de informacin, que utilizan un lenguaje arbitrario, que no es concebido en su relacin
constitutiva con contextos sociales y culturales, perdiendo as el modelo de
sujeto toda conexin de carcter fundamental (constitutivo) con las prcticas
y contextos en las cuales ste se pone en juego. Tal como se maniesta, tanto
desde la biologa del conocimiento como desde la investigacin epistemolgica, lo anterior carece de fundamento, sin embargo esto se sigue manteniendo, reduciendo toda la vida psicolgica, incluyendo a la interaccin social
y el uso del lenguaje, al trabajo de lo cognitivo, entendido como procesos
mentales computacionales de carcter individual e incluso de bases innatas.
Si, como lo habamos hecho, concebimos al quehacer cientco como una actividad social (Woolgar, 1988), el nfasis en el enfoque individual debe tener
que ver con los contextos sociales y polticos que enmarcan el nacimiento y
desarrollo del cognitivismo. No es mi inters adentrarme en estos aspectos,
sin embargo s quisiera mencionar algunas de las consecuencias sociales que
puede tener un determinado discurso cientco representacionista.
La nocin de representacin, tal como es concebida por el modelo cognitivista, seala que el conocimiento debe orientarse, a partir de las diversas
estrategias de razonamiento y resolucin de problemas, de lograr una representacin lo ms exacta respecto a una realidad externa e independiente al
sujeto. La realidad est ah, y es nuestro deber conocerlo lo ms exactamente, y, en consecuencia, actuar en coherencia a ese mundo pre-existente. Es
por lo anterior que se plantea que la ontologa realista es una justicacin
post-hoc del orden institucional existente (Woolgar, 1998 [1991]; p. 103).
He ah la funcin social que cumple el planteamiento de la postura representacionista.
Pero, adems de lo anterior, es necesario notar que la idea de distancia entre
representacin y objeto sugiere que ambas entidades ocupan sus propios lugares primero en el discurso de la ciencia y luego en la construccin de mundo que sta expresa, evitndose que una y otra se contaminen mutuamente.
Esto tiene implicaciones importantes para la pretensin de la ciencia social
de adoptar el discurso de las ciencias naturales. El discurso de las ciencias
naturales tiende a negar que sus objetos tengan voz (Woolgar, 1988 [1991];
p. 121). Y esto no es una consecuencia leve, ya que tiene signicativos efectos sobre las intervenciones que se realicen desde tal enfoque. En efecto, el
representacionismo construye a sus objetos como esencialmente dciles y
puede actuar sobre ellos a voluntad (Woolgar, 1988 [1991]; p. 121).
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conguracin de relaciones a establecerse entre los componentes del organismo y que lo denen como una unidad de cierta clase, y de estructura, esto
es el modo particular como una cierta unidad u organismo est compuesto.
Los seres vivos estn organizados autopoiticamente, son autnomos se crean
a s mismo. Son las perturbaciones que la estructura acepta como tal las que
permitiran el cambio.
Efectivamente es el modo como est compuesta una cierta unidad la que
determina su propia dinmica, esto implica lo que puede aceptar del medio,
y el cmo lo acepte. Es decir, lo que se constituya como medio del organismo
est determinado por la estructura de ste. A esto se le denomina determinismo estructural. As el conocimiento nalmente ms que referir a una realidad externa en s misma e independiente del conocedor es una accin de la
estructura del organismo y reere nalmente a ella como entidad activa.
Los organismos vivos se desarrollan en acoplamiento estructural, es decir, las
estructuras de unos se coordinan conductualmente con las estructuras de otros
en un medio, generndose mutuamente perturbaciones que dan nalmente
dinmica al sistema. Sin embargo, a pesar de lo anterior, el planteamiento de
la nocin de determinismo estructural de las unidades vivas ha dado lugar a la
crtica de que esta teora sera directamente solipcista (Prez en Maturana y
Prez, 1994). Efectivamente si el conocimiento viene determinado estructuralmente, y las estructuras estn planteadas en tanto componentes de unidades
discretas, se complica la posibilidad de establecer una realidad externa, sea
del tipo que sea, a la unidad, entendida como unidad discreta.
Otro elemento que plantea el constructivismo de Maturana y Varela (1984)
dice relacin con la constitucin de los sistemas humanos en tanto sistemas
que operan a travs del lenguaje, en tanto coordinacin de coordinaciones
conductuales. Es decir, a travs del lenguaje el ser humano es capaz de describirse a s mismo y a su circunstancia. De hecho, el lenguaje como fenmeno biolgico es una dinmica de coordinaciones conductuales recursivas,
en las cuales un observador ve que los organismos coordinan sus conductas
no slo en relacin con el ambiente o medio circundante, sino que tambin
con respecto a sus propias coordinaciones conductuales. Solamente cuando
ocurre esa recursin en la coordinacin conductual hay lenguaje, y solamente
en ese momento puede haber una descripcin de un mundo de objetos en el
cual una coordinacin conductual recursiva opera como distincin consensual
de otra coordinacin conductual que constituye otra distincin consensual
(Maturana, 1985; p. 147). Siguindose de esto, slo con el lenguaje sera posible el surgimiento de las descripciones, y con l el fenmeno humano.
El lenguaje ocurre en la convivencia en interacciones recurrentes con otros
sistemas humanos, permitindolas a la vez. Estas interacciones recurrentes
son concebidas como unidades de tercer orden: los fenmenos sociales. Lo
anterior plantea que la historia de la conservacin de los organismos (seres
humanos) que viven como elementos de estas unidades de tercer orden (fenmenos sociales), es una historia de adaptacin recproca, una suerte de
coontogenia (Maturana, 1985), en el lenguaje.
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Aqu reside una segunda crtica al modelo Constructivista basado en la biologa del conocimiento. Si nalmente se concibe a los sujetos, en tanto sistemas humanos, como constituidos en el lenguaje a travs de los sistemas sociales, no es necesario aludir a la fundamentacin biologicista, bajo la cual se
ampara nalmente una concepcin ontognica realista. Efectivamente, como
ya ha sido notado (Prez en Maturana y Prez, 1994), existe un gran salto
lgico en la argumentacin que fundamenta el modelo de Maturana y Varela
(1984), de modo que no existe una transicin apreciable entre lo biolgico y
lo social como constitutivo del fenmeno humano. La consecuencia ms clara
de esto est en que si uno toma los postulados acerca de la constitucin de
lo humano en lo social a travs del lenguaje, estos deben ser considerados
desde s mismos, sin necesidad de recurrir a la autoridad que le prestaran
sus fundamentos biolgicos.
Al respecto cabe sealar que Francisco Varela hace conciencia de esto ltimo
en un trabajo posterior (Varela, Thompson y Rosch, 1990), donde si bien justica su actividad hoy ms centrada en las neurociencias en la necesidad de
transformar los enfoques tradicionales de investigacin orientadas a la mente, da pie a la consideracin de estos fenmenos como sociales, simplemente
sealndolo, sin apostar por ello en su prctica cientca concreta.
Hasta aqu hemos llegado al punto ms problemtico del constructivismo y
dice relacin con que a partir de una epistemologa relativista, asevera una
realidad ontolgica existente per se, a la cual no se puede acceder. Plantear
esto es problemtico, y como vemos el argumento biologicista no da pie para
ello, pues planteando una epistemologa relativista, en que el conocimiento
nalmente viene determinado por el lenguaje, el cual est supeditado por los
fenmenos sociales a los que a la vez constituye, no se desprende necesidad
de referirse a una realidad biolgica que d bases para la constitucin de los
sujetos, ni de sus procesos ni contenidos, esta paradoja la han reconocido
explcitamente Varela, Thompson y Rosch (1990).
Si bien el constructivismo ataca la nocin de representacin, las bases tericas sobre las cuales se sustenta su nocin de accin corporizada desprenden
la existencia de un mundo en s al cual los sujetos determinados estructuralmente no pueden acceder, y esto, tal como se describe, est pleno de
problemas, incongruencias en la misma teora.
Tal como vemos ni el conexionismo ni el constructivismo se han podido constituir como plenas alternativas al cognitivismo. Quizs por ello las opciones que
se han erguido efectivamente con ms fuerza frente al modelo cognitivista
son la culturalista y la discursivista.
Es muy representativo el trabajo de Jerome Bruner, uno de los fundadores del
cognitivismo, quien desde los aos setenta comienza a desarrollar una importante labor en torno al estudio del conocimiento en tanto determinado por la
experiencia de contextos culturales, lo que tendr una gran resonancia en el
seno de la psicologa cognitiva. Tal como fue sealado, Bruner (1990) describe
que el objetivo central del cognitivismo era el signicado como componente
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do como la interrelacin entre individuos que utilizan mecanismos y esquemas de informacin especcos internos, los que explican sus conductas en un
medio social. Por lo anterior lo importante es lo subyacente a las conductas,
es decir, el procesamiento de informacin: esquemas procedurales en tanto
reglas de procesamiento y esquemas de informacin representacionales, determinando as la orientacin de la investigacin y tambin la de la intervencin, abocada entonces a generar en los individuos representaciones y estilos
procedurales ms adaptados a la realidad, entendida como preexistente.
A pesar del dominio del paradigma cognitivista, son abrumadoras las crticas
que ha recibido tanto desde el interior del propio enfoque como desde disciplinas sociales anexas. Las crticas han abordado desde la desarticulacin del
paradigma y su incapacidad para explicar procesos ms complejos, hasta la
falta de fundamentos de la concepcin intrnsecamente individual de sujeto,
asuncin que deja de lado, por una parte, la consideracin de la constitucin social de los procesos psicolgicos superiores y su internalizacin en el
proceso de desarrollo cognitivo, y, por otra, el complejo papel que desempeara el lenguaje que inuira de un modo fundamental en la constitucin
del sujeto.
Estas crticas deberan ser tomadas en cuenta a la hora de desarrollar prcticas especcas basadas en los saberes entendidos como consensuados y/o no
cuestionadas de la psicologa. Tal como lo seala Nikolas Rose, en el mundo
contemporneo, nuestros seres son denidos, construidos y gobernados en
trminos psicolgicos, constantemente sujetos a tcnicas psicolgicamente
inspiradas de autoinspeccin y autoexaminacin. Y los problemas de denir y
vivir una buena vida han sido trasladados desde el plano tico al plano psicolgico (Rose, 1989; p. xiii).
En este sentido, una prctica profesional y acadmica responsable debe
cuestionarse acerca de cmo los saberes de la psicologa constituyen a su
Modelo de Sujeto, posicionndolo en la sociedad, y cmo las tcnicas y el
conocimiento psicolgico, derivados de este modelo resultan esenciales en la
produccin de una determinada individualidad, y un determinado tipo de relacin entre sujetos. El conocimiento y tcnicas psicolgicas soportan relaciones de poder (...) Su rol es mucho ms que la legitimacin del poder. Ellos
forjan nuevos alineamientos entre las racionalidades y tcnicas del poder y
los valores y tica de las sociedades democrticas (Rose, 1989; p. 4).
Este artculo espera abrir al menos una ventana al cuestionamiento de los
modelos que damos por supuestos y que fundamentan nuestras prcticas,
esto como condicin bsica para una prctica profesional y acadmica que
pueda ser tomada como responsable, es decir, que responda por sus bases y
efectos.
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