Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.” (Efesios 2:1,3).
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Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.” (Efesios 2:1,3).
Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.” (Efesios 2:1,3).
Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.” (Efesios 2:1,3).
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Caminando y durmiendo con el enemigo
Fred Delgado
Caminando y durmiendo con el enemigo
Caminando y durmiendo con el enemigo Y l os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al prncipe de la potestad del aire, el espritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, entre los cuales tambin todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y ramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los dems. (Efesios 2:1,3). Este enemigo que camina y duerme con nosotros en un tiempo nos tena completamente dominado, metidos en una vida de pecados y delitos, alejados completamente de Dios. Vivamos metido en la corriente, un rio de inmundicia, de deseos, de voluntad y pensamientos carnales, que nos hacia ser hijos de ira. Este enemigo nos tenia viviendo en esta corriente de pecados que segn el libro de los Glatas 5:19,21 son: adulterio, fornicacin, inmundicia, lascivia, idolatra, hechiceras, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejas, envidias, homicidios, borracheras, orgas, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarn el reino de Dios. Cuando les hablo de este enemigo llamado LA CARNE me refiero a la naturaleza humana cada. Aun cuando hemos nacido de nuevo, todava tenemos la posibilidad de pecar. La naturaleza pecaminosa no se erradica por medio del nuevo nacimiento, como muchos hermanos creen, ms bien se nos facilita una nueva naturaleza que lleva predominio sobre la naturaleza pecaminosa si vivimos sometidos al Espritu Santo. Es decir tu puedes vencer a este enemigo cuando te sometes al Espritu, la Escritura dice: Digo, pues: Andad en el Espritu, y no satisfagis los deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espritu, y el del Espritu es contra la carne; y stos se oponen entre s, para que no hagis lo que quisiereis. (Glatas 5:16,17). Cuando usted domina a la carne mediante al Espritu de Dios sus frutos sern: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. Pero los que son de Cristo han crucificado la Fred Delgado
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carne con sus pasiones y deseos. Si vivimos por el Espritu, andemos tambin por el Espritu. (Glatas 5:22,25). La mujer o el hombre nacido de nuevo tienen dos naturalezas que en ella o en l se hallan en oposicin, esto debemos de tenerlo en cuenta hermanos, la carne te puede llevar lejos de Dios, pero el Espritu te puede acercar ms al Seor Jess: >> de modo que deshonraron entre s sus propios cuerpos, ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amn. Por esto Dios los entreg a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza, y de igual modo tambin los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en s mismos la retribucin debida a su extravo. (Romanos 1:24,27). >> por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandsimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupcin que hay en el mundo a causa de la concupiscencia (2 Pedro 1:4). Estas se pelean entre s para vencer a la otra, refirindome al nuevo nacimiento mediante el bautismo en el nombre de Jesucristo, en la vida de esa persona pasa lo siguiente, andars y dormirs con el enemigo, pero este lo puedes someter a la voluntad de Dios, para eso es importante que tengas en cuenta que: 1. La mujer o el hombre nacido de nuevo tiene dos mentes, la de Cristo y la mente carnal, por eso hay que tirar la balanza para donde mejor conviene: >> Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espritu es vida y paz. Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden (Romanos 8:6-7).
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>> De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a nios en Cristo. Os di a beber leche, y no vianda; porque an no erais capaces, ni sois capaces todava, porque an sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, no sois carnales, y andis como hombres? Porque diciendo el uno: Yo ciertamente soy de Pablo; y el otro: Yo soy de Apolos, no sois carnales? (1 Corintios 3:1-4). Ambos se hallan en enemistad. Hay que ganar la mente carnal por medio de someterla al Espritu Santo. 2. La mujer o el hombre nacido de nuevo tiene dos hombres viviendo en l, el viejo hombre y el nuevo hombre: >> sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con l, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos ms al pecado. (Romanos 6:6). >> En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que est viciado conforme a los deseos engaosos, y renovaos en el espritu de vuestra mente, y vestos del nuevo hombre, creado segn Dios en la justicia y santidad de la verdad. (Efesios 4:22-24). >> Porque esta leve tribulacin momentnea produce en nosotros un cada vez ms excelente y eterno peso de gloria (2 Corintios 4:17). 3. Debemos despojar el viejo y vestirnos del nuevo: >> En l tambin fuisteis circuncidados con circuncisin no hecha a mano, al echar de vosotros el cuerpo pecaminoso carnal, en la circuncisin de Cristo (Colosenses 2:11). >> Pero ahora dejad tambin vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas de vuestra boca. No mintis los unos a los otros, habindoos despojado del viejo hombre con sus hechos, y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo cre se va renovando hasta el conocimiento pleno, donde no hay griego ni judo, circuncisin ni incircuncisin, brbaro ni escita, siervo ni libre, sino que Cristo es el todo, y en todos. Vestos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de Fred Delgado
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entraable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportndoos unos a otros, y perdonndoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdon, as tambin hacedlo vosotros. Y sobre todas estas cosas vestos de amor, que es el vnculo perfecto. (Colosenses 3:8-14). 4. La mujer o el hombre nacido de nuevo tiene dos modos de andar en l; el, de andar en el Espritu o el de andar en la carne: >> Digo, pues: Andad en el Espritu, y no satisfagis los deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espritu, y el del Espritu es contra la carne; y stos se oponen entre s, para que no hagis lo que quisiereis. (Glatas 5:16-17). >> para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espritu. (Romanos 8:4). 5. Tenemos que mantener la naturaleza carnal controlada por medio de crucificarla diariamente: >> Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesin de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometi. Y considermonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortndonos; y tanto ms, cuant o veis que aquel da se acerca. (Hebreos 10:23,25).
>> No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo
obedezcis en sus concupiscencias; ni tampoco presentis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia. Porque el pecado no se enseorear de vosotros; pues no estis bajo la ley, sino bajo la gracia. (Romanos 6:12,14). >> orando en todo tiempo con toda oracin y splica en el Espritu, y velando en ello con toda perseverancia y splica por todos los santos (Efesios 6:18). Crucificamos la carne por medio de la oracin, el ayuno, el estudio de las Fred Delgado
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sagradas escrituras, la asistencia a los cultos, la comunin, el amar a los hermanos, el dar de nuestras finanzas y el testificar a las almas, entre tantos que habitan a nuestro alrededor o comunidad y ellas estn pendiente de todo lo que hacemos. Por eso es recomendable morir a la carne y andar en el Espritu. Hermanos somos carta abierta para el mundo. Cuidmonos de este enemigo, seamos ejemplo, seamos valientes y no nos dejemos quitar en precioso tesoro de la salvacin que nos ha sido dada por nuestro Dios y salvador Jesucristo.
La palabra de Dios more en abundancia entre vosotros
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