Presentacion Del Libro Del Dr. Bulmaro Reyes
Presentacion Del Libro Del Dr. Bulmaro Reyes
Presentacion Del Libro Del Dr. Bulmaro Reyes
Buenos tardes, compaeros, maestros y dems asistentes a este evento. Espero que estn
disfrutando las distintas actividades programadas en el XI Coloquio de Letras Clsicas.
Ahora tengo el supremo gusto y honor de presentar este libro estupendo titulado Las
oraciones subordinadas en la primera oracin filpica de Marco Tulio del Dr. Bulmaro
Reyes Coria, quien afortunadamente nos acompaa hoy. Para empezar, quiero compartirles
esta breve semblanza, que obviamente no abarca toda la ingente labor acadmica del Dr.
Bulmaro:
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por tanto, destinado al estudio y enseanza del latn. La obra, pues, contiene el texto
original latino, su traduccin confrontada, notas a la traduccin a pie de pgina y, lo ms
importante, el anlisis sintctico oracional de todo el texto. Muchas veces, para clarificar
distintas complejidades de la lengua latina, aparecen tambin explicaciones de morfologa
nominal y verbal, sintaxis casual y verbal, semntica e incluso figuras retricas.
Cul fue la causa que suscit la elaboracin de este material? El Dr. Bulmaro,
previendo esta justificada interrogante, indica en su introduccin (p. XXIII):
En el estudio del latn me parece a m, lo ms difcil es la sintaxis, en
especial la de las oraciones subordinadas, de modo que las anot todas en este
trabajo, las fciles y las difciles, con el propsito de servir no solamente a los
estudiantes de los primeros niveles, sino tambin a aquellos que se interesan en
entender algunas construcciones que no encuentran explicacin inmediata en la
simple comparacin con la sintaxis de nuestra lengua.
Todos los que nos hemos enfrentado a la lectura de un autor latino sabemos bien cun
difcil resulta a veces su adecuada comprensin, pues constantemente surgen dudas que ni
las gramticas ni las notas al texto latino de las ediciones bilinges ni las traducciones ms
literales suelen resolver. Afirmo, pues, sin duda que muchsimos estudiantes agradecemos
esta exhaustiva labor de indicar todas las peculiaridades sintcticas del texto traducido.
Por otro lado, la eleccin de las Filpicas obviamente no fue arbitraria. Retomo las
palabras del Dr. Bulmaro (p. VII) porque sera imposible para m y rebasara los objetivos
de esta presentacin exponer la enorme trascendencia e influencia de Cicern y su
produccin literaria en la posteridad:
Estos textos, discursos ejemplares en todos los sentidos que se piensen, han
sido fundamentales en la formacin de numerosas generaciones de todas las
3 gramtica como en el de la retrica.
pocas y rumbos, tanto en el campo de la
Ya he dicho en otros lugares que Marco Tulio es algo as como la mquina
que mueve los estudios de retrica, y el modelo ms estudiado, ms imitado,
ms criticado, en todo lo que va de la historia despus de Cristo. En su
preceptiva, explica a Aristteles, quien a su vez haba sido el gran explicador y
corrector de los profesores de esta arte predecesores suyos. Y despus de l, las
artes retricas se basaran en Aristteles y Quintiliano, pero principalmente en
Marco Tulio, pues fue ste quien dio vida independiente a la ciencia retrica.
No es desconocido para nadie, aunque sea muy ajeno a los estudios clsicos, que Cicern es
indudablemente la figura ms destacada de la latinidad por sus ilustres y numerosas
aportaciones a la historia, la retrica, la poltica, el derecho y la filosofa.
La traduccin es evidentemente literal como, al menos en mi incipiente opinin,
deberan ser todas las ediciones bilinges, especialmente aqullas que pretendan llevar al
lector hacia el lenguaje del autor. Al respecto, en su introduccin afirma el Dr. Bulmaro (p.
XXIV):
El mtodo que pretend seguir en la traduccin fue, como hago siempre en este
oficio, el de la literalidad, con lo cual quiero decir que en gran medida logr
ceirme al texto original gracias a las numerosas semejanzas que se dan entre
el latn y el espaol, aun cuando debo confesar que en asuntos de riqueza lxica
no siempre me fue fcil aguantar el paso de Cicern.
Quiero proceder ahora a la lectura en espaol del fragmento que me pareci ms
vehemente y decisivo del primer discurso de las Filpicas (pp. 36-41):
Empero, t, Marco Antonio de hecho, te llamo ausente, no antepones aquel
nico da en que el senado fue en el templo de Telus, a todos estos meses en
que algunos que disienten mucho de m, piensan que eres feliz? Qu oracin
tuviste acerca de la concordia! De cunto miedo, el senado; de cunta solicitud
entonces fue liberada por ti la ciudad, cuando, depuestas las enemistades,
olvidado de los auspicios anunciados por ti mismo, augur del pueblo romano,
por primera vez aquel da quisiste que tu colega fuera colega para ti; tu
pequeo hijo, enviado por ti al Capitolio, fue rehn de la paz!
En cul da, el senado ms alegre?, en cul, el pueblo romano? El cual
ciertamente en ninguna asamblea alguna vez fue ms numeroso. Entonces, al
fin, parecamos liberados por varones fortsimos,
porque, como aquellos haban
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querido, la libertad la consegua la paz. El prximo, el segundo, el tercero y, al
fin, los restantes das seguidos, no dejabas de traer cotidianamente algn como
don para la repblica; el mximo, aqul: que quitaste el nombre de la dictadura.
Esta nota fue grabada por ti, por ti, digo, a Csar muerto, para ignominia
sempiterna. Pues como por el crimen de un Marco Manlio, por decreto de la
gente Manlia no es lcito que ningn patricio Manlio se llame Marco, as t,
por el odio a un dictador, desde lo hondo quitaste el nombre de dictador.
Acaso t, despus de haber realizado estas cosas tan grandes por la salud de
la repblica, te arrepentas de tu fortuna, acaso de tu grandeza, acaso de tu
claridad, acaso de tu gloria? De dnde, por tanto, de sbito esta mutacin tan
grande? No puedo ser inducido a sospechar que t fuiste cautivado por el
dinero. A cada quien es lcito hablar lo que guste; no es necesario creerle. De
hecho, nada srdido alguna vez reconoc en ti; nada humilde, aunque los
domsticos suelen depravar alguna vez; pero conoc tu firmeza. Y ojal como
la culpa, as tambin hubieras podido evitar la sospecha! Temo ms esto: que,
ignorando el verdadero camino de la gloria, pienses que t solo puedes ser ms
glorioso que todos, y quieras ms ser temido por tus ciudadanos que ser amado.
Que si as piensas, ignoras entero el camino de la gloria. Ser ciudadano
querido, merecer bien de la repblica, ser alabado, ser cultivado, ser amado, es
glorioso; ser temido en verdad y estar en el odio: aborrecido, detestable,
imbcil, caduco.
Y vemos que tambin en la fbula esto fue pernicioso para aquel mismo que
dijera: que odien, mientras teman. Ojal, Marco Antonio, recordaras a tu
abuelo! Acerca del cual, sin embargo, me has odo muchas cosas, y stas a
menudo. Piensas que aqul quiso merecer la inmortalidad, para ser temido por
la licencia de tener armas? Aqulla era su vida, aqulla su favorable fortuna:
por la libertad ser igual a los dems; prncipe, por la dignidad. Y as, para
omitir las cosas prsperas de tu abuelo, yo preferira el amargusimo ltimo da
de l al dominio de Lucio Cina, por quien aqul crudelsimamente fue
asesinado.
Pero por qu doblegarte con mi oracin? De hecho, si la partida de Cayo
Csar no puede hacer que prefieras ser querido a ser temido, en nada
aprovechar ni valdr la oracin de nadie. Quienes piensan que l fue feliz, son
miserables ellos mismos. Nadie que vive bajo esa ley es feliz, que pueda ser
asesinado no slo impunemente, sino aun con suma gloria del asesino. Por lo
cual, doblgate, te lo ruego, y mira a tus mayores, y de tal modo gobierna a la
repblica que tus ciudadanos gocen de que t naciste, sin lo cual nadie puede
ser del todo ni feliz, ni claro, ni seguro.
Espero haber evidenciado que esta traduccin, aunque es literal, tambin es muy legible.
Aunque todas las excelencias antes mencionadas son suficientes para la adecuada
comprensin del texto latino, este libro cuenta
5 tambin con otras herramientas utilsimas:
una gua cronolgica sobre la vida y el contexto histrico de Cicern (pp. IX-XXII), unos
consejos para traducir oraciones sencillas e identificar el verbo latino (pp. LV-LXIV) y una
explicacin detallada sobre el procedimiento seguido en el anlisis sintctico (pp. XXVIIXLII), de la que pretendo leer una entrada para mostrar que este apartado, incluso asilado
de los dems, sirve como manual de sintaxis latina:
Final = Oracin subordinada adverbial final. Estas oraciones, igual que las
causales, forman parte de un perodo donde se expresa una relacin de causaefecto. El efecto se halla en la oracin principal, y el fin, es decir, el propsito
de las acciones, en la final, o subordinada, cuyos nexos son ut, ne, o ad +
gerundio o gerundivo. Ejemplos: ab eo loco conscendi, ut transmitterem, de
ese lugar me embarqu, para hacer la travesa, quos ad iudicandum nec
opinantis vocatis, los llamis a que juzguen. A veces las oraciones adjetivas
de qui quae quod encierran matiz de finalidad, como paratos habemus, qui
intercedant, tenemos hombres preparados que intervengan > para que
intervengan. Asimismo ha de considerarse que a veces el fin no se refiere al
verbo de la oracin subordinante expresa sino a otra sobreentendida: en ese
caso se llama final externa, o de matiz afectivo; por ejemplo: consulatus meus
placuit P. Servilio, ut eum primum nominem ex illius temporis consularibus,