De Memorias Desmemorias y Antimemorias Trigo A.
De Memorias Desmemorias y Antimemorias Trigo A.
De Memorias Desmemorias y Antimemorias Trigo A.
Trigo
aller
de Letras N49: 17-28, 2011
De memorias, desmemoriasissn
y antimemorias
0716-0798
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La identidad es una paradoja. Aun cuando individual, se realiza solamente en lo social, en la interrelacin subjetiva, mediada por el lenguaje
y la cotidianidad, entre el individuo y el grupo, lo que implica que es un
artificio discursivo de efecto retroactivo. Viscoso enmadejamiento de libido
y poltica, este sentimiento de estar aparte de los otros y ser parte de los
otros es el incierto desenlace de un proceso que comienza cuando el nio
elabora su imagen de s mismo en lo que podra ser el primer acto de
socializacin. La psicologa, desde Freud en adelante, ha distinguido dos
instancias, sucesivas y complementarias, en la formacin de la identidad:
la identificacin constitutiva, tambin llamada proyectiva o primitiva, y la
identificacin constituida, o introyectiva, ya madura. La identificacin constitutiva, en la cual los objetos an no se diferencian del sujeto, corresponde
a la simbiosis masiva del infante con la imagen materna que deseara ser:
constituye el yo ideal del Imaginario lacaniano. La identificacin constituida, por su parte, corresponde a la identificacin del individuo con el punto
de vista desde el cual se siente observado pero que adopta como propio:
constituye el ideal del yo de lo Simblico lacaniano. Es entonces cuando
la imagen del yo rebota en un punto simblico puramente virtual, que coincide no con lo que el individuo ve, ni con la manera en que los otros lo
ven, sino con la manera en que el individuo se ve en la mirada del Otro.
De este modo la identidad, que carece de existencia real, resulta de una
operacin psicosocial, una imagen que el individuo proyecta en un punto
virtual y recibe de vuelta convertida en realidad: es el tejido simblico por
el cual accedemos a lo real.
Teniendo en cuenta esta sobredeterminacin psicosocial, Len y Rebeca
Grinberg proponen un modelo terico segn el cual la identidad se forja
en una intrincada trabazn de vnculos espaciales, temporales y sociales.
Mientras la integracin espacial comprende la relacin de las distintas partes
del cuerpo con el sentimiento de individualidad, y la integracin temporal une
las distintas representaciones del yo en el tiempo, otorgndole continuidad
y sentimiento de mismidad, la integracin social hace posible el sentimiento
de pertenencia. Esta triple integracin registra la recproca sobredeterminacin entre sujeto y sociedad, pero tambin la conformacin dialctica de
la identidad entre permanencia y cambio, rigidez y plasticidad, estabilidad
y transitoriedad, mismidad y alteridad. Porque si la identidad permite permanecer el mismo a travs de los avatares de la vida, esa permanencia es
slo posible en la asimilacin de los cambios y la incorporacin del diferir.
El sujeto, inmerso en lo social, est sometido a un campo de fuerzas centrfugas y de resistencias centrpetas que lo hacen girar, y mientras gira, va
desplegando su identidad.
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De acuerdo a iek, esta idea de la identidad como la identidad-de-lomismo revela la coincidencia del yo con el lugar vaco de su significacin, lo
que explica que siempre recurramos a la nocin de identidad cada vez que el
objeto no puede ser nombrado. iek proporciona el estupendo ejemplo la
Ley es la ley. Buen ejemplo de ideologa en estado puro, claro, pero tambin
de cmo la economa tautolgica de la identidad revela que esta, en ltima
instancia, carece de sustancia, es puro valor de cambio escamoteado como
valor de uso. Siguiendo la misma lgica del capital y la mercanca, el valor
de la identidad es una pura relacin de intercambio, un signo vaco cuyo
significado depende de las contingencias del mercado de capital simblico.
La clave de esta paradoja podra encontrarse en el proceso de identificacin mismo, cuya especularidad se hace inteligible si recurrimos al concepto
de interpelacin de Althusser, que cumple una doble funcin: reproducir la
hegemona ideolgica y transformar al individuo interpelado en sujeto, un
sujeto subalterno y heternomo que se identifica con la formacin discursiva que al de-nominarlo lo constituye como tal. En esencia, la interpelacin
althusseriana designa un proceso de reconocimiento ideolgico basado en
el desconocimiento de que se trata de un acto: para sentirse interpelado
y devenir sujeto, el individuo debe sentirse elegido por el llamado de
la ideologa, sin advertir que en realidad es l mismo quien instaura, en el
acto de identificacin, la primaca de la ideologa en forma retroactiva. Todo
con el indeliberado, inconsciente propsito de ocultar la pavorosa verdad
de que su identidad es apenas un gesto, el acto arbitrario y contingente de
la identificacin. Es el mismo sujeto quien autoriza, al comportarse como
sbdito, la autoridad del imaginario social. Sujecin deseada, por supuesto,
porque el sentimiento de pertenencia produce placer y el sujeto slo es en
plenitud en y por el placer, la jouissance donde encuentra su siempre imposible Dasein. Alusiva y elusiva, la jouissance constituye, de este modo, la
sustancia de toda ideologa, que no es, en ltima instancia, sino una perversa
fuente de placer.
Este es el campo de lucha del imaginario social, que no suministra una
imagen de la realidad, sino la realidad misma. Repositorio de imaginemas
significantes vacos y flotantes que suturan al individuo a la institucionalidad social el imaginario social, as como su contraparte, la imaginacin
radical, no es una creacin indeterminada y ex-nihilo, sino una fabricacin
retroactiva que se vive como si fuera ms real que lo real, aunque esto no
se sepa y precisamente porque no se lo sabe. Ni estrictamente simblico
aun cuando requiere de lo simblico para materializarse ni exiguamente
real, y menos an racional, el imaginario social dispone las redes simblicas
que confieren sentido a cada formacin cultural. Interpelado como sujeto, el
individuo va identificndose con el imaginario social, cuya funcin primordial
es moldearlo y adaptarlo a un nosotros colectivo y vaco. Interpelacin que
no puede operar exclusivamente en el plano simblico, ya que tiene que
estimular un ms oscuro mecanismo libidinal para generar el placer que liga
a los individuos en torno a una fantasa colectiva.
En esto consiste la identidad nacional, que como cualquier otra forma de
la identidad es una estructura relacional que marca la diferencia con lo otro,
lo forneo, lo ajeno, y coincide con el acto de su enunciacin, pues no es en
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o esa foto casi velada, fragmentos de lo Real que parecan enterrados pero
irrumpen de pronto y destrozan la realidad en pedazos; huellas del pasado
que quiz no queremos recordar, que escogemos olvidar simplemente porque
es demasiado doloroso, y que cuando emergen nos obligan a racionalizar su
imposible racionalizacin para poder olvidarlas y seguir adelante. Lo mismo
ocurre en el plano social. La anamnesia exigida por las organizaciones de
derechos humanos y de familiares de desaparecidos demanda tanto el olvido
voluntario como rechaza la amnesia compulsiva impuesta oficialmente: slo
el ritual del duelo har posible el necesario olvido teraputico. El recuerdo
de los desaparecidos nos acosa porque se nos ha bloqueado la posibilidad de
recordarlos, porque no se les ha enterrado como dios manda, y su retorno
indica que el trauma de su desaparicin no ha sido adecuadamente integrado
en la memoria cultural. Su retorno es sntoma de una lcera abierta en el
tejido social y en la memoria cultural. Es la angustia de Antgona frente a
los restos insepultos de Polinices.
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Obras citadas
Althusser, Louis. Ideology and Ideological State Apparatuses, en Lenin
and Philosophy. Ben Brewster, trad. New York: Monthly Review Press,
1971.
Bachelard, Gaston. La potica del espacio. Mxico: Fondo de Cultura
Econmica, 1983.
Benjamin, Walter. Illuminations. Essays and Reflections. Hannah Arendt, ed.;
Harry Zohn, trad. New York: Schocken Books, 1969.
. The Arcades Project. Howard Eiland y Kevin McLaughlin, trads. Cambridge,
MA-London, England: The Belknap Press of Harvard University Press,
1999.
Bourdieu, Pierre. Outline of a Theory of Practice. Cambridge: Cambridge
University Press, 1977.
Grinberg, Len y Rebeca. Identidad y cambio. Buenos Aires: Ediciones
Kargieman, 1971.
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