Leyenda de La Malinche
Leyenda de La Malinche
Leyenda de La Malinche
La vista que engalana a la ciudad ms grande del mundo: la Ciudad de Mxico, est
realzada por la majestuosidad de dos de los volcanes ms altos del hemisferio, se trata
del Popocatpetl y del Iztacchuatl. La presencia milenaria de estos enormes volcanes ha
sido de gran importancia en las diferentes sociedades que los han admirado y venerado,
siendo fuente de inspiracin de mltiples leyendas sobre su origen y creacin. Entre ellas
las ms conocidas son dos que a continuacin relataremos. Hace ya miles de aos,
cuando el Imperio Azteca estaba en su esplendor y dominaba el Valle de Mxico, como
prctica comn sometan a los pueblos vecinos, requirindoles un tributo obligatorio. Fue
entonces cuando el cacique de los Tlaxcaltecas, acrrimos enemigos de los Aztecas,
cansado de esta terrible opresin, decidi luchar por la libertad de su pueblo. El cacique
tena una hija, llamada Iztacchuatl, era la princesa ms bella y deposit su amor en el
joven Popocatpetl, uno de los ms apuestos guerreros de su pueblo. Ambos se
profesaban un inmenso amor, por lo que antes de partir a la guerra, Popocatpetl pidi al
cacique la mano de la princesa Iztacchuatl. El padre accedi gustoso y prometi recibirlo
con una gran celebracin para darle la mano de su hija si regresaba victorioso de la
batalla. El valiente guerrero acept, se prepar para partir y guard en su corazn la
promesa de que la princesa lo esperara para consumar su amor. Al poco tiempo, un rival
de amores de Popocatpetl, celoso del amor de ambos se profesaba, le dijo a la princesa
Iztacchuatl que su amado haba muerto durante el combate. Abatida por la tristeza y sin
saber que todo era mentira, la princesa muri. Tiempo despus, Popocatpetl regres
victorioso a su pueblo, con la esperanza de ver a su amada. A su llegada, recibi la
La mulata de Crdoba
La mulata viva en la villa de Crdoba en
Veracruz, durante los das se dice que ella se la
pasaba atendiendo a los enfermos, tambin
sanando sus almas, as como hacia toda clase
de hechizos para que ellos se sintieran mejor, siempre
dando su vida por los dems, estaba sola, no
tena esposo, solo se juntaba con un viejo indio.
De noche humos rojos y negros salan de su
chimenea, dicen algunos que estaba casada con
el chamuco, hay quienes afirman haberla visto por los cielos con una escoba y rindose a
carcajadas. El tribunal luego de or todo le mand a las mazmorras para que la queme,
ella solo le pidi al carcelero un carbn, cuando se lo llev ella pint en la pared un barco,
y en una corta conversacin la mulata le pregunt que le faltaba al navo, el carcelero
contest que navegar, entonces ella se subi en el barco de la pared y comenz a
navegar por la misma hasta el rincn y desapareci, se dice que luego bajaron otros
guardias del calabozo, pero ya no estaba la mulata y el carcelero haba fallecido.
Hace mucho tiempo exista una cueva que cada cierto tiempo era visitadas por
7 sacerdotes que se encargaban de hacerle tributo al dios del trueno en la cueva, durante
La Llorona
El Trailero Fantasma
La enfermera Eva
Dicen que en una ranchera cercana a la ciudad
de
Tijuana
viva
una
enfermera llamada Eva. Era
muy conocida y respetada porque ayudaba a los enfermos y a los
accidentados; sin importar la hora iba adonde selo pidieran. Cierto da,
lleg a su casa una seora que le rog muy angustiada:
Seorita Eva, mi esposo est enfermo,
necesita que lo atiendan; por favor,
venga a verlo. Qu es lo que tiene?
pregunt la enfermera. Ha tenido
mucho dolor de estmago, toda la
noche se estuvo
quejando respondi la mujer. Por
dnde vives? Cerca de La Rumorosa
contest. Est lejos dijo la enfermera. Primero voy a ver a una vecina que
tambin est enferma, pero dime cmo llegar y en cuanto me desocupe, ir para all. La
seora le dio las seas del lugar y se fue. Mientras tanto, la enfermera tom su maletn y
se dirigi a la casa de su vecina Terminada su visita, sali rumbo a La Rumorosa
caminando bajo el calor intenso del medioda, pero en su prisa por llegar adonde la
esperaban, equivoc el camino. No veo ninguna casa pens preocupada estoy
segura de que me dijo que era por aqu. Ya haban pasado varias horas desde que saliera
de su casa y pronto oscurecera. Tena hambre y sed porque el agua que llevaba se haba
terminado; aun as trat de no desesperarse. Levant la vista y no mir otra cosa que
piedras formando los enormes cerros de La Rumorosa... una sensacin de temor la
invadi porque saba historias de ese lugar en las que se hablaba de aparecidos, brujas y
quin sabe cuntas cosas ms.
Decidi volver a caminar y guardando su miedo se meti entre aquellos cerros; con la
noche las enormes piedras que se encontraban por todos lados se transformaban en
horrendas personas y animales que gritaban su nombre: Eva, Eva...! La mujer ech a
correr desesperada entre las rocas hasta que sus pies resbalaron y no supo ms de s.
Con los das, los vecinos fueron a buscar a Eva a su casa, pero no la encontraron. No
volvieron a saber de ella hasta que en las curvas de La Rumorosa vieron a una mujer
vestida de blanco que peda... el camino era tan difcil que nadie poda detenerse, pero
aun as, cuando menos se lo esperaban, apareca sentada a un lado del que iba
manejando! El susto que se llevaban! La mujer se quedaba muda y siempre desapareca
frente al panten. Se dice que todos estaban tan espantados que ya no queran pasar por
aquellos lugares, pues corra el rumor de que era la enfermera muerta.
Otros cuentan que en la Cruz Roja de Tecate, muchos pacientes han sido atendidos por
una misteriosa mujer que era muy cuidadosa en las curaciones y desapareca siempre
que llegaba la enfermera de turno; a pesar del susto que les dio ver cmo se desvaneca,
la mayora coincide en que siempre los favoreci.
Mucha gente ha acudido con el padre para que ayude a la enfermera en pena, pero, como
nadie sabe dnde muri, no han podido hacer nada; as, la muerta seguir vagando por
los caminos de La Rumorosa durante muchos aos ms.
La familia de Elena, haba confiado en l la vida de su hija, y conociendo lo mucho que hizo
por ella, no sospecharon nada de sus visitas a la tumba. Lo que no saban en ese momento,
es que Tanzler se haba embarcado en una carrera contra la descomposicin del cuerpo de
Elena, intentando mantener el cadver en un estado de xtasis. Preserv el cuerpo con
formaldehido e intent otras dudosas tcnicas como aplicarle electricidad con un can tesla o
ungentos de partculas de oro. Durante los siguientes dos aos, se sentaba junto a Elena la
mayora de noches, manteniendo largas conversaciones con su cadver. Incluso lleg a
instalar un telfono para poder comunicarse con ella aunque no estuviera presente all. Tanzler
manifest que el fantasma de Elena le visitaba de forma regular, pidindole que retirase el
cuerpo de su tumba. Eso es lo que hizo en 1933, robando el cuerpo de Elena del mausoleo y
llevndola a su casa. En este punto, Elena llevaba muerta dos aos, y Tanzler luchaba
incesantemente para preservar su cuerpo. Usaba toda clase de preservantes para detener la
descomposicin, y aplicaba botella tras botella de perfumes para compensar el hedor que
desprenda su marchito cuerpo. La increble historia de un amor ms all de la muerte. Nada
pareca funcionar, y el cuerpo de Elena Hoyos continu pudrindose. A pesar de eso, intent
siempre que ambos permanecieran juntos, simulando vivir una feliz relacin. Para ello, incluso
tocaba canciones en el rgano para ella, instrumento en el que Tanzler era experto. Mientras
el proceso de descomposicin continuaba, sus mtodos se fueron extremando. Us cuerdas
de piano para mantener sus huesos juntos, en un bizarro intento de conservar su esqueleto
formado. Cuando sus ojos se pudrieron, los sustituy por unas rplicas de cristal. Su piel
podrida pronto fue cayendo, y mientras lo haca, Tanzler fue reemplazndola con una extraa
composicin que haba creado, mezclando terciopelo, cera y yeso. Amor en cada paso natural
de la descomposicin, Tanzler intent congelar a Elena en el tiempo, y con cada uno de estos
pasos, ella era menos ese cuerpo al que haba amado. Pronto se convirti en una mueca
mrbida, una triste caricatura de la Elena Hoyos viviente. Su cuerpo se desmoronaba a la vez
que sus rganos se descomponan, y Tanzler llen su estmago y pecho con trapos con la
esperanza de conservar su forma. El pelo fue cayendo, y us esos mismos cabellos para
fabricar una peluca con la que vestir su cada vez ms calva cabeza. Algunas versiones,
alegan que instal un tubo que actuaba como una falsa vagina con la que realizar el acto
sexual, pero estas evidencias no fueron registradas en los primeros informes cuando el caso
sali a la luz. Este hecho fue recordado por dos cientficos presentes en la autopsia de 1940
cuando pasaron 30 aos del incidente.historia En 1940, nueve aos despus de la muerte de
Elena, su hermana oy rumores acerca de las acciones de Tanzler y fue a visitarle. En su
casa, encontr el cuerpo, vestido con las ropas de Elena. Tanzler fue arrestado y se le someti
a un examen psiquitrico. Se le encontr capaz de enfrentarse a un juicio con el cargo de
haber destruido una tumba y haber profanado el cuerpo sin autorizacin de forma
malintencionada. Aun as, el estatuto de limitaciones para los crmenes contra tumbas, haba
expirado en su caso, por lo que nunca fue castigado. Esto choca con una noticia que he
encontrado sobre una fianza pagada para liberarlo. El caso es que no fue preso. Esta terrible
y extraa historia fue cubierta por los medios, pero la opinin pblica, sorprendentemente, se
decant a favor de Tanzler. Mucha gente lo consider un romntico excntrico, que quizs se
haba equivocado, pero nunca con mala intencin. El cuerpo de Elena Hoyos fue examinado
por mdicos y patlogos, y fue mostrado a un pblico de miles de personas. Tras esto, su
cuerpo se enterr en una localizacin secreta, donde permanece aun actualmente. Tanzler
escribi una autobiografa pasados unos aos, que apareci en la revista de fantasa y ciencia
ficcin, Aventuras fantsticas, en 1947. Pero esto no se trataba de algo ficticio, y la historia
continu. Aunque Tanzler haba perdido el cuerpo de Elena, su obsesin no mengu. Us una
mascarilla para crear una efigie, vistindola como Elena. De alguna manera, la grotesca
transformacin de una bella mujer a una mueca perturbadora, haba terminado. No haba
duda de que Elena Hoyos, su querida compaera en vida, inhabitante del cuerpo artificial, era
ms importante para Tanzler que la Elena real, una bella mujer que nunca estuvo enamorada
de l al principio. Vivi de sus recuerdos con esta efigie el resto de su vida. Tanzler muri el
13 de Agosto de 1952 en su casa. Una versin cuenta que muri con la efigie de Elena en sus
brazos, aunque su obituario declara que fue encontrado muerto, desvanecido tras uno de sus
rganos.
realidad fuese una ilusin deformada. Nos produce curiosidad, y luego nos disgusta por lo que
hizo. Podemos llegar a sentir algo de lstima por l, un hombre que no pudo soportar vivir en
un mundo aparte de la mujer que no poda perder? Quizs la historia sea tan macabra que
nos cueste verla desde un punto de vista romntico.
Leyenda de la malinche
Se cuenta la historia que desde hace muchos aos antes de la consumacin de
la conquista de Hernn Cortez hacia el pueblo azteca, la india cuyo nombre era Malinche,
fue bautizada por los espaoles con el nombre de Mariana , hubo un tiempo en donde
ella fue esclava, ella despus falleci. Los aztecas al darse cuenta de lo sucedido
intentaron recuperar el cuerpo de su preciada Malinche y en una oportunidad que tuvieron
los
aztecas
tomaron
el
cuerpo
y
se
retirar
inmediatamente.
Entonces rpidamente trasladaron el cuerpo de la Malinche a varios escondites para
evitar que los espaoles retomaran el cuerpo nuevamente, los indios Aztecas tomaron
uno de los caballos que el mismo Hernn Cortez le dio en su llegada a su pueblo.
Despus de recorrer un largo camino llegaron a la cueva de un cerro, en donde dejaron el
cuerpo de la Malinche y al salir ellos clausuraron la entrada con piedras grandes. A partir
de ese da, el cerro tomo el nombre de Malintzin y desde su cresta se lograba apreciar la
silueta de la Malinche quien le peda lluvia al cielo para los habitantes de su pueblo.
La vista que engalana a la ciudad ms grande del mundo: la Ciudad de Mxico, est
realzada por la majestuosidad de dos de los volcanes ms altos del hemisferio, se trata
del Popocatpetl y del Iztacchuatl. La presencia milenaria de estos enormes volcanes ha
sido de gran importancia en las diferentes sociedades que los han admirado y venerado,
siendo fuente de inspiracin de mltiples leyendas sobre su origen y creacin. Entre ellas
las ms conocidas son dos que a continuacin relataremos. Hace ya miles de aos,
cuando el Imperio Azteca estaba en su esplendor y dominaba el Valle de Mxico, como
prctica comn sometan a los pueblos vecinos, requirindoles un tributo obligatorio. Fue
entonces cuando el cacique de los Tlaxcaltecas, acrrimos enemigos de los Aztecas,
cansado de esta terrible opresin, decidi luchar por la libertad de su pueblo. El cacique
tena una hija, llamada Iztacchuatl, era la princesa ms bella y deposit su amor en el
joven Popocatpetl, uno de los ms apuestos guerreros de su pueblo. Ambos se
profesaban un inmenso amor, por lo que antes de partir a la guerra, Popocatpetl pidi al
cacique la mano de la princesa Iztacchuatl. El padre accedi gustoso y prometi recibirlo
con una gran celebracin para darle la mano de su hija si regresaba victorioso de la
batalla. El valiente guerrero acept, se prepar para partir y guard en su corazn la
promesa de que la princesa lo esperara para consumar su amor. Al poco tiempo, un rival
de amores de Popocatpetl, celoso del amor de ambos se profesaba, le dijo a la princesa
Iztacchuatl que su amado haba muerto durante el combate. Abatida por la tristeza y sin
saber que todo era mentira, la princesa muri. Tiempo despus, Popocatpetl regres
victorioso a su pueblo, con la esperanza de ver a su amada. A su llegada, recibi la
terrible noticia sobre el fallecimiento de la princesa Iztacchuatl. Entristecido con la noticia,
vag por las calles durante varios das y noches, hasta que decidi hacer algo para honrar
su amor y que el recuerdo de la princesa permaneciera en la memoria de los pueblos.
Mand construir una gran tumba ante el Sol, amontonando 10 cerros para formar una
enorme montaa. Tom entre sus brazos el cuerpo de su princesa, lo llev a la cima y lo
recost inerte sobre la gran montaa. El joven guerrero le dio un beso pstumo, tom una
antorcha humeante y se arrodill frente a su amada, para velar as, su sueo eterno.
Desde aquel entonces permanecen juntos, uno frente a otro. Con el tiempo la nieve cubri
sus cuerpos, convirtindose en dos enormes volcanes que seguirn as hasta el final del
mundo. La leyenda aade, que cuando el guerrero Popocatpetl se acuerda de su amada,
su corazn que guarda el fuego de la pasin eterna, tiembla y su antorcha echa humo.
Por ello hasta hoy en da, el volcn Popocatpetl contina arrojando fumarolas.
La mulata de
Crdoba
La ciudad mexicana de Crdoba, en el sur del estado de Veracruz, ofrece una particular
leyenda acerca de una mujer que parece haber dejado una indeleble huella tiempos
coloniales. Nos referimos, claro est, a la leyenda de la mulata de Crdoba. A principios del
siglo XVIII, aun cuando la fecha no pueda ser precisada exactamente, sino que, por el
contrario, las diversas dataciones difieren mucho entre s, habit en Crdoba, ciudad
mexicana, una mujer de origen ignoto a quien todos conocan como la mulata. De ella corran
versiones que todos consideraban crebles, aun cuando parecieran exageradas, que se
trataba de una bruja, de una hechicera, de una peligrosa mujer que haba hecho un pacto con
el Diablo. Sin embargo, y a pesar de que se contaba que en su casa se podan observar
extraas luces luego de la cada del sol, como si se estuviera celebrando algn ritual, nunca
se pudo obtener prueba fehaciente de esas actividades secretas. Sin embargo, era verdad
que se la consideraba una poderosa hechicera, especialmente en el rubro dedicado a los
milagros casi imposibles de hacer acontecer: quienes acudan a ellas sanaban de
enfermedades incurables, las jvenes casaderas que haban sido abandonadas por sus
novios vean que stos regresaban para ponerse definitivamente a sus pies, quienes perdan
su empleo encontraban uno mejor. Al parecer la capacidad de la misteriosa mulata de
satisfacer a sus clientes en el arte de la hechicera no tena lmites. Tambin se afirmaba de
ella que tena el don de volar, y que lo haca sobre los tejados por las noches, alarmando a los
perros guardianes, aunque jams hubo testigo presencial de ese prodigio. Muchos afirmaron
que era posible verla al mismo tiempo en la ciudad de Crdoba y en la ciudad de Mxico, lo
que en parapsicologa se conoce como bilocacin, o la capacidad sobrenatural de estar en
dos lugares simultneamente. No haba dudas de que mulata cordobesa conoca los
vericuetos de las antiguas enseanzas de la magia. No por nada en Mxico, cuando alguien
recibe un pedido imposible de cumplir, contesta: No soy la mulata de Crdoba! Hasta
nuestros das ha llegado su fama. No obstante, tanto alboroto y rumor atrajo la atencin del
Santo Oficio de la Inquisicin, quien no tard en abrir un proceso contra la mulata. En l se la
acusaba de practicar la magia negra, de invocar a los poderes de las tinieblas, de tener
comercio carnal con Satans y de burlarse de la religin. La mulata fue sometida a juicio;
muchos de los testigos de cargo, que levantaron graves acusaciones, haban sido anteriores
clientes de la mulata. Fue encontrada culpable de brujera y condenada a relajacin; en otras
palabras, a ser ejecutada en pblica sentencia por el poder civil. Se fij una fecha para la
aplicacin de la pena capital, tras un plazo de unas cuantas semanas. Das antes de la
jornada fijada, se desat un terrible aguacero sobre la ciudad de Crdoba; jams se haba
visto caer tal cantidad de agua de los cielos; las calles se hallaban sumergidas en lquido
amarronado. De pronto, un fragor se escuch desde los muros del edificio en donde se
hallaban las celdas de la Inquisicin; desde el refugio de sus ventanas, lo atnitos habitantes
de Crdoba vieron cmo la mulata hua bajo la tormenta en un barco pequeo, que copiaba
las formas de un pesado galen espaol, pero de dimensiones adaptadas al cuerpo de una
persona, y era llevado por la corriente lejos del pueblo, sin que nadie pudiera hacer nada para
evitarlo, ya que la lluvia era tan intensa que no permita siquiera caminar. Cuando el diluvio
amain, los carceleros pudieron ver en una de las paredes de la celda de la mulata un barco
idntico, dibujado con carbn. Se corri la voz de que con sus poderes la mujer haba
convocado a un navo desde algn lugar del otro mundo. Jams nadie volvi a ver a la mulata
de Crdoba, y su ancestral sabidura brujeril se perdi para siempre.
Hace mucho tiempo exista una cueva que cada cierto tiempo era visitadas por
7 sacerdotes que se encargaban de hacerle tributo al dios del trueno en la cueva, durante
sus ceremonias cantaban y rezaban, as ocurra siempre, en una cueva en una regin
deshabitada.
Al pasar los aos personas comenzaron asentarse en esa regin, estos eran pobladores
totonacos que buscaban mejores tierras para sus cosechas. Los sacerdotes al notar que
sus tierras ya no estaban deshabitadas decidieron invocar al dios del trueno y pedir que
comenzar a llover para que ahuyentara a los nuevos pobladores. As ocurri durante
varios das, llovi y llovi hasta que los Totonacas no tuvieron otra opcin que buscar un
acuerdo con los sacerdotes, los cuales aceptaron detener las lluvias a cambio de que los
totonacas construyeran un templo en ese lugar y desde ah los adoraban.
Las calles que llevaron los nombres de 1 y 2 del Indio Triste (ahora 1 y 2 del Correo Mayor y 1
del Carmen), recuerdan una antigua tradicin que un viejo vecino de dichas calles refera con todos
sus puntos y comas, y aseguraba y protestaba "ser cierta y verdadera", pues a l se la haba
contado su buen padre, y a ste sus abuelos, de quienes se haba ido transmitiendo de generacin
en generacin, hasta el ao de 1840, en que la puso en letras de molde el Conde de la Cortina.
Contaba aquel buen vecino que, a raz de la conquista, el gobierno espaol se propuso proteger a
los indios nobles, supervivientes de la vieja estirpe azteca; unos haban cado prisioneros en la
guerra, y otros que voluntariamente se presentaron, con el objeto de servir a los castellanos
alegando que haban sido vctimas de la dura tirana en que los tuviera durante mucho tiempo el
llamado Emperador Moctecuhzoma II o Xocoyotzin. Pero hay que advertir que esta proteccin
dispensada a esos indios nobles, no era la proteccin abnegada que les haban prodigado los
santos misioneros, sino el inters de los primeros gobernadores, de las primeras Audiencias y de
los primeros virreyes de la Nueva Espaa, que utilizaban a esos indios como espas para que, en
el caso de que los naturales intentasen levantarse en contra de los espaoles, inmediatamente
stos lo supiesen y sofocaran el fuego de la conjura y as evitar cualquier levantamiento. Cuenta
pues la tradicin citada, que en una de las casas de la calle que hoy se nombra 1a del Carmen,
quiz la que hace esquina con la calle de Guatemala, antes de santa Teresa, viva all a mediados
del siglo XVI uno de aquellos indios nobles que, a cambio de su espionaje y servilismo, reciba los
favores de sus nuevos amos; y este indio a que alude la tradicin, era muy privado del virrey que
entonces gobernaba la Colonia. El tal indio posea casas suntuosas en la ciudad, sementeras en
los campos, ganados y aves de corral. Tena joyas que haba heredado de sus antecesores; discos
de oro, que semejaban soles o lunas, anillos, brazaletes, collares de verdes chalchihuites; bezotes
de negra obsidiana; capas y fajas de finsimo algodn o de riqusimas plumas; cacles de cuero
admirablemente adobado o de pita tejida con exquisito gusto; esteras o petates de finas palmas,
teidas con diversos colores; cmodos sillones, forrados con pieles de tigres, leopardos o venados.
En una palabra, posea aquel indio todo lo que constitua para l y los suyos un tesoro de riquezas
y obras de arte. El indio, aunque haba recibido las aguas bautismales y se confesaba, comulgaba,
oa misa y sermones con toda devocin y acatamiento, como todos los de su raza era socarrn y
taimado, y en el interior de su casa, en el aposento ms apartado, tena un santo Cali privado, a
modo de oratorio particular, con imgenes cristianas, para rendir culto a muchos idolillos de oro y
piedra que eran efigies de los dioses que ms veneraba en su gentilidad.
Y as como practicaba piadosos cultos cristianos a fin de engaar con sus fingimientos a los
benditos frailes, as tambin engaaba llevando la vida disipada de un prncipe destronado, sumido
sin tasa en la molicie de los placeres carnales que le prodigaban sus muchas mancebas, o
entregado a los vicios de la gula y de la embriaguez, hartndose de manjares picantes e indigestos
y ahogndose con sendas jcaras y jarros de pulque fermentado con yerbas olorosas y
estimulantes o con frutas dulces y sabrosas. El indio aquel acab por embrutecerse. Volviese
supersticioso, en tal extremo, que viva atormentado por el temor de las iras de sus dioses y por el
miedo que le inspiraba el diablo, que vea pintado en los retablos de las iglesias, a los pies del
Prncipe de los Arcngeles.
muy importante en aquel entonces, y no tard mucho Don Juan Manuel en hacerse de
numerosos enemigos dentro del gobierno que le envidiaban y le deseaban el mal. Don
Juan Manuel, siendo astuto como un zorro, pudo anticiparse a las trampas y resolver
rpidamente cualquier problema que se le presentara, sin embargo, Don Juan Manuel
tena una gran debilidad, que una vez descubierta por sus enemigos no tardaron en
aprovechar. Don Juan Manuel estaba casado con una hermosa mujer llamada Marina, era
tal la belleza de su esposa que todos los hombres que la conocan no podan dejar de
admirarle. Esto despertaba en Don Juan Manuel unos celos terribles, que le cegaban
hasta la locura impidindole pensar con claridad. Pas el tiempo, y Don Juan Manuel se
ilusiono con la idea de tener un hijo, pasaron los meses y cada da que pasaba Don Juan
Manuel se entristeca debido a que no poda tener herederos, desilusionado y con mucho
dolor en su corazn Don Juan Manuel con decidi pasar un tiempo en el convento de San
Francisco para encontrar algn consuelo y alivio. Mientras el permaneca con los monjes,
decidi traer a su sobrino de Espaa para que se encargara de sus negocios. Los
enemigos de Don Juan Manuel, al enterarse de su decisin de permanecer en el convento
rpidamente idearon un plan para atacarlo. Esparcieron el rumor de que durante su
ausencia Doa Marina haba engaado a Don Juan Manuel con otro Hombre. El rumor
llego finalmente hasta el convento, Don Juan Manuel se enfureci al enterarse como
nunca lo haba hecho, en su corazn solo haba odio y resentimiento y trastornado por la
desesperacin invoc al diablo prometindole su alma a cambio de informacin acerca del
hombre que segn l lo haba deshonrado. Lucifer le dijo que saliera del convento y
matara al primer hombre que viera a las 11 de la noche. Y as lo hizo, sali Don Juan
Manuel. La noche siguiente del crimen Lucifer se apareci nuevamente, y con un tono
burln le informo a Don Juan Manuel que el hombre que haba asesinado no era el
hombre que l estaba buscando, pero que si quera vengar la afrenta, tendra que salir
todas las noches a las 11 de la noche y asesinar al primer hombre que se encontrara en
su camino hasta el da que Lucifer se apareciera junto al cadver del culpable. Don Juan
Manuel sigui las instrucciones del maligno y cada noche momentos antes de la 11, sala
de su casa en busca del supuesto amante. Cuando encontraba al primer hombre, Don
Juan Manuel le preguntaba, Qu horas son?, y cuando le respondan, son las 11, Don
Juan Manuel contestaba sacando un pual de entre sus ropas Dichoso aquel que sabe la
hora de su muerte y comenzaba con su sangrienta tarea. Una maana tocaron a su
mansin para informarle que su sobrino haba sido apualado le noche anterior
alrededor de las 11, Don Juan Manuel reconoci las ropas y supo que haba sido
l, el asesino de su propio sobrino. Arrepentido y con mucho dolor en su corazn,
Don Juan Manuel se dirigi desesperado rumbo al convento de San Francisco en
busca de un sabio monje. Don Juan Manuel le relato todo lo que haba vivido y le
pregunto cmo podra pagar su penitencia. Sin perder la calma el monje le dijo
que la nica forma de absolver sus culpas seria presentndose al lugar donde se
encontraba la horca durante tres noches seguidas y rezara un rosario. Don Juan
Manuel, adolorido y arrepentido de haber dado muerte a su querido sobrino se
present al lugar indicado por el monje y se dispuso a rezar. No terminaba de
rezar cuando comenz a sentir un frio terrible y escucho una voz de ultratumba
que deca, un Ave Mara y un padre nuestro por la salvacin de Don Juan Manuel.
Temeroso, Don Juan Manuel regreso a su mansin y espero a la primera luz del
da para visitar al monje y relatarle lo sucedido. El monje le indico que continuara
su penitencia ya que esa era la nica forma de conseguir la absolucin de sus
pecados. Don Juan Manuel espero a que anocheciera y se dirigi nuevamente
rumbo a la horca. Una vez all, y disponindose a rezar, una procesin fantasmal
La Llorona
En las altas horas de
la noche, cuando todo
parece dormido y slo se escuchan los gritos rudos con que los boyeros avivan la marcha
lenta de sus animales, dicen los campesinos que all, por el ro, alejndose y
acercndose con intervalos, detenindose en los frescos remansos que sirven de aguada
a los bueyes y caballos de las cercanas, una voz lastimera llama la atencin de los
viajeros. Es una voz de mujer que solloza, que vaga por las mrgenes del ro buscando
algo, algo que ha perdido y que no hallar jams. Atemoriza a los chicuelos que han odo,
contada por los labios marchitos de la abuela, la historia enternecedora de aquella mujer
que vive en los potreros, interrumpiendo el silencio de la noche con su gemido eterno. Era
una pobre campesina cuya adolescencia se haba deslizado en medio de la tranquilidad
escuchando con agrado los pajarillos que se columpiaban alegres en las ramas de los
higuerones. Abandonaba su lecho cuando el canto del gallo anunciaba la aurora, y se
diriga hacia el ro a traer agua con sus tinajas de barro, despertando, al pasar, a las
vacas que descansaban en el camino. Era feliz amando la naturaleza; pero una vez que
lleg a la hacienda de la familia del patrn en la poca de verano, la hermosa campesina
pudo observar el lujo y la coquetera de las seoritas que venan de San Jos. Hizo la
comparacin entre los encantos de aquellas mujeres y los suyos; vio que su cuerpo era
tan cimbreante como el de ellas, que posean una bonita cara, una sonrisa trastornadora,
y se dedic a imitaras. Como era hacendosa, la patrona la tom a su servicio y la trajo a
la capital donde, al poco tiempo, fue corrompida por sus compaeras y los grandes vicios
que se tienen en las capitales, y el grado de libertinaje en el que son absorbidas por las
metrpolis. Fue seducida por un jovencito de esos que en los salones se dan tono con su
cultura y que, con frecuencia, amanecen completamente ebrios en las casas de
tolerancia. Cuando sinti que iba a ser madre, se retir de la capital y volvi a la casa
paterna. A escondidas de su familia dio a luz a una preciosa niita que arroj enseguida al
sitio en donde el ro era ms profundo, en un momento de incapacidad y temor a enfrentar
a un padre o una sociedad que actu de esa forma. Despus se volvi loca y, segn los
campesinos, el arrepentimiento la hace vagar ahora por las orillas de los riachuelos
buscando siempre el cadver de su hija que no volver a encontrar. Esta triste leyenda
que, da a da la vemos con ms frecuencia que ayer, debido al crecimiento de la
sociedad, de que ya no son los ros, sino las letrinas y tanques spticos donde el respeto
por la vida ha pasado a otro plano, nos lleva a pensar que estamos obligados a educar
ms a nuestros hijos e hijas, para evitar lamentarnos y ser ms consecuentes con lo que
nos rodea. De entonces ac, oye el viajero a la orilla de los ros, cuando en callada noche
atraviesa el bosque, aves quejumbrosos, desgarradores y terribles que paralizan la
sangre. Es la Llorona que busca a su hija
Cuentan los viejos que entre Totomoxtle y Coatzintlali exista una caverna en cuyo interior los
antiguos sacerdotes haban levantado un templo dedicado al Dios del Trueno, de la lluvia y de
las aguas de los ros Eran tiempos en los que an no llegaban los hispanos ni las portentosas
razas, conocidas hoy como totonacas, que poblaron el lugar de Veracruz que despus
llamaron Totonacan. Y siete sacerdotes se reunan cada tiempo en que era menester cultivar
la tierra y sembrar las semillas y cosechar los frutos, siete veces invocaban a las deidades de
esos tiempos y gritaban entonaban cnticos a los cuatro vientos o sea hacia los cuatro puntos
cardinales, porque segn las cuentas esotricas de esos sacerdotes, cuatro por siete eran 28
y ventiocho das componen el ciclo lunar. Siguen diciendo las viejas crnicas que se han
convertido en asombrosas leyendas, que esos viejos sacerdotes hacan sonar el gran tambor
del trueno y arrastraban cueros secos de los animales por todo el mbito de la caverna y
lanzaban flechas encendidas al cielo. Y poco despus atronaban el espacio furiosos truenos y
los relmpagos cegaban a los animales de la selva y a las especies acuticas que moraban
en los ros. Llova a torrentes y la tempestad ruga sobre la cueva durante muchos das y
muchas noches y haba veces en que los ros Huitizilac y el de las mariposas, Papaloapan, se
desbordaban cubriendo de agua y limo las riberas y causando inmensos desastres. Y cuanto
ms arrastraban los cueros mayores era el ruido que producan los torrentes y cuanto ms se
golpeaba el gran tambor ceremonial, mayor era el ruido de los truenos cuanto ms
relmpagos significaba mayor nmero de flechas incendiarias. Pasaron los siglos... Y un da
arribaron al lugar grupos de gentes ataviadas de un modo singular, trayendo consigo otras
costumbres, y otras leyes y otras religiones. Se decan venidos de otras tierras allende el gran
mar de turquesas (Golfo de Mxico) y tanto hombres, como mujeres y nios, tenan la
caracterstica de estar siempre sonriendo como si fueran los seres ms felices de la tierra y tal
vez esa alegra se deba a que despus de haber sufrido mil penurias en las aguas borrras
cosas de un mar en convulsin haban por fin llegado a las costas tropicales, donde haba de
todo, as frutos como animales de caza, agua y clima hermoso. Se asentaron en ese lugar al
que dieron por nombre, en su lengua Totonacan y ellos mismos se dijeron totonacas. Pero los
sacerdotes, los siete sacerdotes de la caverna del trueno no estuvieron conformes con aquella
invasin de los extranjeros que traan consigo una gran cultura y se fueron a la cueva a
producir truenos, relmpagos, rayos y lluvias y torrenciales aguaceros con el fin de
amendrantarlos. En los antiguos registros que los milenios han borrado, se dice que llovi
mucho y durante varios das y sus noches, hasta que alguien se di cuentra de que esas
tempestades las provocaban los siete hechiceros, los siete sacerdotes de la caverna de los
truenos. No siendo amigos de la violencia, los totonacas los embarcaron en un pequeo bajel
y dotndoles de provisiones y agua los lanzaron al mar de las turquesas en donde se
perdieron para siempre. Pero ahora era preciso dominar a esos dioses del trueno y de las
lluvias para evitar el desastre del pueblo totonaca recin asentado y para el efecto se
reunieron los sabios y los sacerdotes y gentes principales y decidieron que nada podra
hacerse contra esas fuerzas que hoy llamo sencillamente naturales y que sera mejor rendirles
culto y pleitesa, adorar a esos dioses y rogarles fueran magnnimos con ese pueblo que
acababa de escapar de un monstruoso desastre. Y en ese mismo lugar en donde haba el
templo y la caverna y se ejerca el culto al Dios del trueno, los totonacas u hombres sonrientes
levantaron el asombroso templo del Tajn, que en su propia lengua quiere decir lugar de las
tempestades. Y no slo se rindi culto al Dios del Trueno sino que se le implor durante 365
das, como nmero de nichos tiene este pasmoso monumento invocando el buen tiempo en
cierta poca del ao y la lluvia, cuando es menester fertilizar las cementeras. Hoy se levanta
este maravilloso templo conocido en todo el mundo como pirmide o templ de El Tajn en
donde curiosamente parecen generarse las tempestades y los truenos y las lluvias
torrenciales. As naci la pirmide de El Tajn, levantada con veneracin y respeto al Dios del
Trueno, adorado por aquellas gentes que vivieron mucho antes de la llegada de los
extranjeros, mucho antes de la llegada de los totonacas, cuando el mundo pareca comenzar
a existir