t a r oios y maTemai.

es

Propuesta
Y

para

Pbro . Jos CormaDO CaiceRo BeLTRn y

Comisin De Liturgo .

1.- El Adviento
Adviento, trmino derivado del latn
adventus cuyo significado es venida
o llegada. Empleado para designar el
tiempo litrgico preparatorio, anterior a la
navidad, es el tiempo y actitudes preparatorias
al nacimiento de Dios hecho hombre, venido al
mundo para redimir a la humanidad1. Pero adviento,
tambin es salir al encuentro de aquel que viene
buscarnos y a quien nosotros buscamos (Gen 3,9.4,9).

Dios en su gran amor nos ha buscado siempre, bsqueda que

se realiza en la vida y en la historia humana, culminando en la
Encarnacin del Verbo Divino y eternizndose en la Resurreccin
de Jesucristo. Pero, mientras la humanidad viva en el mundo, la
bsqueda contina hasta el fin de la historia. Desde siempre, en
su conciencia y creencia, la humanidad ha buscado a Dios por
muchos caminos: la naturaleza, la cultura y la religin.
Nuestra bsqueda es y debe ser personal y comunitaria, actual
y escatolgica, aqu y ahora, hacia y hasta el fin del mundo y del
tiempo; no debe ser solo una bsqueda temporal sino eterna, al
tiempo que realizar un encuentro con Dios, desde nuestra propia
historia personal. A los que esperan la manifestacin de Nuestro

seor Jesucristo. l los har permanecer irreprochables hasta el fin,

hasta el da de su advenimiento (1 Cor 1,4-9).

Los profetas, a partir de su situacin,

anunciaban la promesa del Mesas, "que
vendra a salvar al pueblo" (Zac 9,9).
Anunciaban tambin el da del Seor,
"cuando venga a juzgar y condenar las
injusticias" (Sof 1, 7-9). Jess advierte a
sus discpulos sobre la venida sorpresiva
del da del juicio final y de su venida,
les exhorta a "permanecer siempre
prevenidos despiertos y alertas" (Le 21,
24-27). As es como la humanidad entera
se encuentra en una constante bsqueda
del Seor. Dios ha tomado la iniciativa
ciertamente, pero el hombre sigue esa
iniciativa de Dios dejndose llevar por el
deseo de conocerlo.

1 Cf DBI = Diccionario Bblico Ilustrado (2005) I, REYMO, Mxico, 20

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i.i.- El Adviento y la com unidad eclesial.

Podemos considerar el adviento, entonces, en dos
sentidos: litrgico y escatolgico. En el primer caso se
nos habla de una preparacin al nacimiento de Cristo
como celebracin de fe; en y el segundo, como la
espera amorosa de Jesucristo en su segunda venida
o Parusa.
Litrgicamente se organizan retiros, posadas y las
celebraciones dominicales; se cuenta con signos
propios como la corona de adviento y el lugar para
el nacimiento, los pesebres. Escatolgicamente se
nos piden actitudes: velar, estar preparados, orar y no
desfallecer; hacer obras de piedad, vivir la justicia y
la esperanza cristiana; adems de preparar el corazn
mediante el sacramento de la reconciliacin, para la
venida de Cristo.
r*-*/** Virv*-

La Iglesia consideraba cercana la venida de Jesucristo

(1 Tes A,15; 2 Pe 1,16). Llegada inminente que se dar
en la vivencia y prctica de los sacramentos. Pero el
Seor tardaba. La tardanza de la llegada del Mesas
nos impulsa a seguir trabajando por realizar el reino
de Dios en la tierra, ejercitando la oportunidad de ver
por el hambriento, el abandonado, el encarcelado,
el desempleado, el descobijado, el maltratado, el
hurfano, la viuda; y aguardar con paciencia la venida
de Jesucristo (Sant 5,7). Esta promesa no busca
espantarnos, sino animarnos a mirar con confianza,
amor y esperanza el momento del cumplimiento
eterno del encuentro total y definitivo con nuestro
Dios.

- -s-v

ffW

Para reflexionar:
Cmo vivo el adviento en mi comunidad
parroquial? Cmo manifiesto la gozosa
espera del Seor en mi vida?

El adviento ser, por tanto, no solo

esperar al que viene, sino anhelar la
llegada del que buscamos y nos busca.
Esperar constantemente al que llega en
la persona del necesitado, anhelar la
llegada de aquel al que podamos ayudar,
dando un poco de nosotros mismos sin
esperar a cambio nada.

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2.- Figuras d e l adviento___ _______________

Durante este tiempo de la gozosa espera del Mesas, aparece el significado de la
misin de Juan el Bautista, la profeca de Isaas y la figura esperanzadora de Mara y
Jos, el hombre justo.

2.1.- Juan Bautista

2.2.- Isaas
Los textos evanglicos no dicen nada de la personalidad del
profeta Isaas, pero te citan; incluso, a menudo, se le adivina
presente en el pensamiento y hasta en las palabras de Cristo. El
profeta Isaas ser quien, con sus orculos, y las adiciones que
recibi en tiempo del exilio, hablar de una mujer que dar a
luz a un descendiente de David, que ser el Emmanuel, Dios con
nosotros.

El Bautista se impone con una actitud

de fidelidad y de respuesta a la nueva
manifestacin de Dios que se avecina. Nos
habla de la necesidad de la conversin, del
cambio de mentalidad, para poder hallar y
seguir a Jess. Aparece como la seal de
la inminente llegada de la salvacin de
Dios. Y es que la llegada del Reino de Dios
se produjo cuando el precursor empez
a predicar la conversin y a anunciar la
buena nueva.

San Juan llama a un bautismo en

seal de penitencia, pues detrs
de l viene el que bautizar con el
Espritu Santo. Es testigo de la luz,
cuyo testimonio anuncia la llegada
de los tiempos mesinicos; es la
seal de la continuidad entre el
Antiguo y el Nuevo Testamento;
es el ltimo de los profetas, que
anuncia la venida del Seor y el
primero de los testigos de Jess.
Mientras los otros profetas hablan
del Mesas Cristo, Juan lo seala y
tiene contacto con l.

Isaas es uno de los que esta, asombrosamente cercano al Mesas

por su deseo de liberacin, por su deseo de lo absoluto, de Dios;
lo muestra en la bravura de toda su vida que es lucha y combate.
En l encontramos ese poder tranquilo e inquebrantable del que
est posedo por el Espritu que anuncia; sin otra alternativa y
como pesndole lo que le dicta el Seor. Cumplir valerosamente
con su misin: mostrar a su pueblo la ruina que le espera por su
negligencia.
Describir el advenimiento como "La tierra abrasada que se
trocar en estanque, y el pas rido en manantial de aguas"
(35,7). Al mismo tiempo, profetiza la accin curativa de Jess que
anuncia el Reino: "Los ciegos ven, los cojos andan", signo que
Juan Bautista toma de este poema de Isaas (35,5-6). As vemos
en Isaas a un profeta enviado por Dios, el cual no cesa de hablar
de l en sus obras, principalmente en lo que respecta a la justicia.
En Is 40, 3-4 encontramos que la justicia se refiere a la igualdad,
a la equidad, al derecho (Le 3, 5-6). La justicia habla de la rectitud
del corazn humano para poder encontrarse con el Salvador. La
justicia habla de la conversin humana, de la preparacin de un
camino recto por donde pueda transitar el amor divino, Jesucristo.
Papa Juan Pablo II nos dice que lo propio de la justicia es
"estar atentos y vigilantes" para asegurar el equilibrio entre
derechos y deberes. La justicia restaura, no destruye, reconcilia
en vez de instigar a la venganza; la justicia, separada del amor
misericordioso, se hace fra e hiriente.*2
El advenimiento del Mesas no seala un lmite, sino que a
travs de l, Isaas hace que miremos hacia el da de Yahv, da
definitivo, terrible, pero da de justicia y paz, en el que el mundo
se encontrar reconstruido en el orden y la unidad.
2 Juan Pablo II, Mensaje sobre la paz, a travs de sus reliquias.

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2.3.- M ara

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2.4.-Jos

Las fiestas de Mara que se encuentran en este tiempo, no

estn fuera del contexto litrgico; nos referimos a la fiesta de la
Inmaculada Concepcin y de Nuestra Seora de Guadalupe, pues
sabemos que nadie como Mara juega un papel importante como
Esperanza nuestra; nadie como Mara esper al Seor, y nadie
como ella se prepar para su venida.
Las celebraciones eucarsticas nos inducen a alabar y recordar a
Mara. Los textos bblicos nos guan, de suerte que cada uno, a
su vez, nos recuerda el motivo de nuestra espera: "Los profetas
anunciaron que el Salvador nacera de Mara Virgen". El ngel
Gabriel salud a Mara, diciendo: Algrate, llena de gracia, el Seor
est contigo, bendita t entre las mujeres". Mara dijo: Qu
significa este saludo?". No temas, Mara, porque has encontrado
gracia ante Dios. Concebirs en tu seno y dars a luz un hijo". "El
ngel del Seor anunci a Mara y concibi por obra del Espritu
Santo". "Bendita t entre las mujeres". "Dichosa t, Mara, que has
credo, porque lo que te ha dicho el Seor se cumplir". Mirad: la
Virgen ha concebido y dar a luz un hijo, y le pondr por nombre
Emmanuel...". Y podramos continuar con una gran cantidad de
textos. Sin embargo, esto sirve para convencernos de que es falso
lo que se ha dicho y escrito que en la liturgia se haba olvidado el
culto a la Virgen. Por tanto nuestra devocin a Mara debe tener,
necesariamente, esta relacin de preparacin y espera de Jess.
Hagamos nuestro el lema A Jess por Mara.
La celebracin, del 8 de diciembre, durante el Adviento, como las
dems fiestas de Mara, van en la lnea de las perspectivas del
Antiguo Testamento, del Nuevo Testamento y de nuestra tensin
hacia el fin de los tiempos. Mara es el principio del pueblo de
Dios bajo la economa de la Nueva y Eterna Alianza. En este doble
aspecto, Mara anuncia, prefigura y realiza con anticipacin, toda
la santidad que ser realizada escatolgicamente por la Iglesia al
llegar a su propia perfeccin.
No parece fuera de lugar comprobar el olvido casi total en que
se ha dejado el tiempo mariano de Adviento. Hay que respetar
la instauracin del "mes de Mara", pero no se puede admitir que
una tradicin tan antigua en la Iglesia, como la veneracin de la
Virgen durante el Adviento, permanezca en la sombra y casi en la
ignorancia. El Adviento da a nuestra piedad mariana una slida
conversin de espera al Mesas.
No se trata de destruir una devocin recomendada por la Iglesia,
sino de restablecer una jerarqua de valores, de volver a conceder
su primaca a la celebracin litrgica del Adviento con formas
distintas, incluso ms desarrolladas, de la devocin mariana.
Aunque Navidad es para Mara la fiesta ms sealada de su
maternidad, el Adviento, que prepara esta fiesta, es para ella un
tiempo de eleccin.

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hv

De Jos solo podremos decir que, en su

silencio y bsqueda de justicia, ha sido el
hombre ms justo que nos ilumina con su
actitud de padre y esposo. Jos ser quien
Dios escoja como padre putativo de Jess,
esposo providente y jefe de familia por
su virtuosa responsabilidad y cuidado del
hijo del Hombre.
Jos nos viene a ubicar entre el hombre
que juzga con justicia y el hombre que
practica la justicia en bien de los dems;
lleno de dudas como todas las personas,
durante el adviento, en gozosa espera del
mesas, dirigir la obra de Dios.
Advertido por medio de los sueos y las
actitudes de Jess, sin duda, el ejemplo
ms grande vendr a ser el hecho de
saber gobernar a la familia del Dios hecho
hombre, ganndose as el ttulo de la
sagrada familia en la persona del hombre
justo y, porque no, el hombre del adviento.

Para reflexionar:
Qu acciones me inspira
a tomar cada una de estas
figuras del adviento? De qu
manera me preparo y preparo
a mi fam ilia para la llegada del
Mesas? De qu modo vivo la
justicia en mi familia, en mi
trabajo y en mi Iglesia?_______

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3 - La Conversin en el Adviento
La conversin es una transformacin, un cambio, que desde la ptica religiosa es una
opcin de vida distinta de la que comnmente se lleva, de la vida de pecado a la vida en
la gracia; una transformacin de la vida en la abundancia, a una vida de austeridad; es
como un mudarse del estado actual y rutinario en que se vive, a una estructura distinta,
donde lo cotidiano puede vivirse de diferente manera, desde luego, logrando resultados
mejores a nuestro modo de existir.
En primer lugar no olvidemos que es jess
quien llama a la conversin, llamada que
es parte esencial del anuncio del Reino de
Dios El tiempo se ha cumplido y el Reino
de Dios est cerca; convertios y creed en
la Buena Nueva" (Me 1, 15). Ciertamente
que esta predicacin de la Iglesia, esta
llamada, es dirigida primeramente, a
los que no conocen an a Cristo y su
Evangelio; pero no solo a ellos, hoy en da
esta llamada es para todos, para renunciar
al mal y alcanzar la salvacin3.
La conversin es un don que Dios concede
por obra del Espritu Santo. En el catecismo
de la Iglesia Catlica leemos: La gracia
del espritu Santo tiende a suscitar la fe,
la conversin del corazn y la adhesin
a la voluntad del Padre4, esto en
referencia como preparacin a la Sagrada
Eucarista, pero tambin en referencia a
una conversin de vida (He 2, 36-38), que
no solo se queda en la vivencia mediata
de la fe, sino en la vivencia inmediata
de la misma fe, en la vida personal y
comunitaria; Jess invita a ponerse en
paz con el prjimo para luego presentar la
ofrenda, propuesta dada desde el sermn
de la montaa, (Mt 5,1-12).

3.1.- Conversiny C aridad

Pero la conversin va de la mano con la caridad, ya que el amor
que Dios nos tiene se proyecta a nosotros, llevndonos a la
conversin del corazn. Dice Is 7,14 y Le 1,23 Emanuel-Dioscon-nosotros" y Jn 1,14 La palabra se hizo carne y habit entre
nosotros". Este es, sin temor a equvocos, el signo de amor ms
grande que Dios ha dado a la humanidad: entregarnos a su Hijo
para darnos vida; Amor con que l nos am primero; Amor que
puso su morada entre los hombres para vivir en el mundo, en un
mundo que busca la conversin.
Se ama al prjimo tanto ms eficazmente, cuanto ms se trabaja
por el bien comn que responda a sus necesidades reales,5
porque el amor engloba la existencia entera. Solo as es como
se dan rasgos de una autntica conversin, conversin que se va
realizando en la vida cotidiana mediante gestos de reconciliacin
y caridad, en la atencin a los pobres, y en el ejercicio de la
defensa, la justicia y el derecho del prjimo (Am 5, 24; Is 1,17).

3.2.- Conversin y Penitencia.

La conversin y la penitencia diarias, encuentran su fuente
y alimento en la Eucarista; en la lectura diaria de la Sagrada
Escritura; la oracin constante de la liturgia de las horas y el rezo
del Padre Nuestro. Todo acto sincero de culto o de piedad reaviva
en nosotros el espritu de conversin y contribuye al perdn de
nuestros pecados y, con ello, a la santificacin.

Para reflexionar:
Cmo estoy viviendo la conversin, la caridad y
la penitencia deladviento en la gozosa esperanza
del Mesas en mi comunidad parroquial? He
practicado la caridad con mis hermanos, como
fruto de la gloriosa espera del Hijo de Dios?
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3 Cfr.CK, Juan Pablo 1,1427.

4 CEC, Juan Pablo 1 ,1098.

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5 Deus caritas est, 6

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