Asumir El Riesgo Del Cambio
Asumir El Riesgo Del Cambio
Asumir El Riesgo Del Cambio
... es demasiado dbil para hacerse responsable de todos sus sentimientos destructivos, y no puede
dominar la mgica ejecucin de sus
deseos; (porque) no tiene una capacidad firme para organizar sus percepciones y sus relaciones con el
mundo (y porque) no tiene un
control real del proceso de causa y efecto mgico que l siente dentro de s, en la naturaleza y en los
dems: sus deseos destructivos pueden
estallar, como los deseos de sus padres. Las fuerzas de la naturaleza son confusas, externa e internamente,
y para un ego dbil este hecho...
se aade al terror" (Ibid. pg. 42).
Frente a estos hechos es inevitable la creacin de formas de adaptacin para la sobrevivencia, que Becker
llama "carcter":
"La mentira del carcter -dice- se construye debido a que el nio necesita adaptarse al mundo, a los
padres y a sus propios dilemas
existenciales. Se construye antes de que el nio tenga oportunidad de saber algo de s mismo de manera
abierta y libre, y por consiguiente
las defensas del carcter son automticas e inconscientes. El problema es que el nio se vuelve
dependiente de ellas y se encierra en su
armadura... y no es capaz de ver libremente ms all de su propia prisin o de s mismo, de las defensas
que l usa, de las cosas que
determinan su falta de libertad. Lo mejor que un nio puede esperar es que su actitud... no sea de un tipo
'equivocado', que haga que su
carcter est demasiado temeroso del mundo para poder aceptar las posibilidades de la experiencia".
(Ibid., pg. 119)
Mientras el nio pequeo no advierte la separacin entre l y su medio, vive tranquilo; pero en cuanto
desarrolla la consciencia de s mismo, la
capacidad de eleccin entra en accin y genera inevitablemente conflicto y ansiedad, frente a los cuales
tiene que defenderse para sobrevivir.
"El nio se da cuenta de que sus objetivos y sus deseos pueden... entrar en pugna con sus padres y
desafiarlos. La individuacin se gana
ahora slo al precio de hacer frente a la ansiedad implcita en la adopcin de una posicin tanto en 'contra'
como 'con' el propio medio.
(Como puede verse) la conciencia de s mismo es la base de la responsabilidad, (del) conflicto interno y
(del) sentimiento de culpa
(inevitables) en el individuo (que se encuentra en) desarrollo" (May, 1990, pg.146)
En conclusin, sea por una razn o por otra, aparentemente, el hombre no puede evitar la edificacin de
formas que le permitan sobrevivir frente
al hecho mismo de enfrentar la vida y la muerte; y si bien ste es un proceso que la persona inicia en la
infancia, invierte toda su vida en tratar
de ajustar los finos y sofisticados mecanismos con que cuenta, para mantener esa sobrevivencia a la altura
de sus necesidades.
Cuando las adaptaciones para la sobrevivencia empiezan a fallar; surge la disfuncionalidad (1)
Muchos de los mecanismos anteriormente citados sirven eficientemente durante la infancia y despus;
pero otros, tan anclados en nuestras
necesidades vitales infantiles, se oponen posteriormente a las necesidades de otras pocas de la vida. En
estos casos las respuestas "ptimas"
en la infancia se vuelven inoperantes en la adolescencia y en la edad adulta. As, muchas veces, de manera
automtica e inconsciente, nos
enfrentamos a las exigencias de nuestra vida adulta con los medios que utilizamos para resolver nuestros
problemas infantiles; y con frecuencia
no funcionan.
Se me ocurren algunos ejemplos simples:
si de nio, para evitar ser criticado por mis padres o hermanos tuve que aprender a callarme, de
adulto tendr problemas para expresarme en
general, o para hablar frente a un grupo.
si de nio, aprend a ocultar mis sentimientos para no ser daado por los dems, de adulto podr
tener limitaciones para vincularme
afectivamente con mi pareja.
si de nio slo pude mantener el cario de mis padres esforzndome sobremanera, dando una
imagen de perfeccin, de adulto esta
sobreexigencia har muy difcil cualquier actividad que emprenda.
Evidentemente en la realidad los hechos no son tan transparentes y las causas de nuestras deficiencias se
pierden en una confusa maraa de
recuerdos, sensaciones y sentimientos. Sin embargo parece cierto que la persona puede vivir al amparo de
sus formas de adaptacin habituales,
hasta que las necesidades propias de la edad y el crecimiento las hacen inoperantes, arrastrndola a la
confusin y a la angustia. Creo que es
entonces el momento terrible en donde la disfuncionalidad hace su aparicin. Mi propia experiencia es la
siguiente:
De repente en un instante, hacia los 15 aos, todo dej de tener sentido, mi cabeza se pobl de una gran
cantidad de preguntas sin
respuesta y mi cuerpo de sensaciones de terror.
Empec a sentirme muy infeliz sin saber qu es lo que me suceda.
Solamente me percataba de que no poda reaccionar ni luchar.
Estaba posesionado por una parte de m mismo que me haca sufrir enormemente;
y perciba con gran angustia mi incapacidad para hacer algo al respecto.
No contaba conmigo mismo. Estaba muy solo, a pesar de tener a todos alrededor mo.
Este fue el estallido de una conmocin interna que no ha parado hasta la fecha, y -si bien he podido vivir,
crecer y conocer cada vez ms la
plenitud- creo que no cesar hasta que deje de existir.
La vivencia de la disfuncionalidad
Algunas expresiones de la disfuncionalidad que pude constatar son las siguientes.
Disociacin interna. En la disfuncionalidad existe una experiencia de divisin, de disociacin, de
desgarramiento interno, por la cual una parte
de m -de la que soy consciente- ve y siente la vida de una manera; y otra -que percibo que es ma
solamente en la medida que sale de mi, pero
que me es desconocida y hostil- se opone frmente a ello.
Carencia de libertad. Coincido con Rollo May cuando dice que la persona neurtica que asiste a la
terapia... se describe como 'impulsada',
incapaz de saber o elegir lo que quiere, y siente varios grados de insatisfaccin, infelicidad, conflicto y
desesperacin. (...) a menudo dicen 'no
s lo que siento; no s quin soy' (y) los resultados sintomticos son la amplia gama de conflictos de
ansiedad, pnico y depresin" (pg. 146)
Autoestima devaluada. Segn Branden, la autoestima tiene dos componentes: "un sentimiento de
capacidad personal y un sentimiento de valor
personal". Tener autoestima "..es desarrollar la conviccin de que uno es competente para vivir y digno de
ser feliz" (Branden, 1991, pg. 12 y
14) Por oposicin, creo que el neurtico vive ese sentimiento de falta de valor personal y de incapacidad
para vivir la vida; adems una ntima
percepcin de no ser digno de ser feliz.
Angustia . La angustia es el "aceite" de la disfuncionalidad, sta se expresa siempre por su aparicin, y
por los esfuerzos desesperados e
intiles para combatirla. En todos los casos, dice Karen Horney: "...nos enfrentamos con un factor...
comn: la angustia y las defensas
levantadas contra sta (...) esa angustia es el factor que desencadena el proceso neurtico y lo mantiene en
actividad". La angustia tiene
significado oculto y es subjetiva, a diferencia del miedo que es objetivo y evidente; en virtud de sta
"...(es intil) todo intento por librar a un neurtico de su angustia mediante la argumentacin persuasiva,
pues esa angustia no se refiere a
la situacin, tal como objetivamente existe en la realidad, sino (a) como el neurtico la ve" (Horney,
1993, pg. 24 y 42)
No contar consigo mismo. La persona disfuncional est sola en la mayor de las soledades, pues no cuenta
consigo misma. Para Kierkegaard la
neurosis es un "encerramiento" en donde "la persona (...) est encerrada, (pero) fuera ' de s, as como de
los dems (...) y se (vive con) rigidez,
carencia de libertad, vacuidad y tedio" (Kierkegaard, citado por May, 1990, pg.71). Estar encerrado fuera
de mi, es estar esclavizado por algo
que no s qu es. Este aislamiento de s mismo representa la dificultad de contactar con su propia fuerza;
por ello al neurtico se le dificulta
actuar, porque no cuenta con su propia energa.
El sin-sentido de la vida. Cuestionarse por el sentido de la vida -dice Frankl- es una cuestin totalmente
humana que afirma la sanidad de la
persona. Pero ser rebasado por la duda para entrar en la angustia y la desesperacin, conducen a vivir la
existencia como una carga
interminable, sin sentido. A esto le llama la neurosis nogena porque se origina en el des-encuentro con
nuestro espritu -el nos; y es
nicamente desde esta dimensin espiritual desde donde podemos re-descubrir el sentido de nuestra vida
(Frankl, 1987, pg. 59,60)
La disfuncionalidad como oportunidad.
Pero la disfuncionalidad es una oportunidad, porque el disfuncional se da cuenta de su miseria, sufre,
quiere cambiar su vida y busca ayuda.
Segn Jung:
Un brote de neurosis tiene un fin determinado, es una oportunidad para darnos cuenta de quines somos
en oposicin a quines creemos
ser. Al trabajar los sntomas que invariablemente acompaan a una neurosis: -angustia, miedo, depresin,
culpa y especialmente conflictonos percatamos de nuestras limitaciones y descubrimos nuestras verdaderas fortalezas. (...) la neurosis es
realmente un intento de
autosanacin... del sistema psquico autorregulador para restablecer el equilibrio (Jung, citado por Sharp,
1994, pg. 130,131)
En cambio muchos no acceden a esa oportunidad y viven en la pobreza humana; Becker los llama
"hombres no autnticos" porque:
"... evitan desarrollar su singularidad, siguen los estilos de vida automticos y sin sentido crtico en los
que fueron condicionados desde
nios (...) porque no se pertenecen a s mismos, ni son ellos 'mismos', ni actan apoyndose en su centro,
ni advierten la realidad en sus
propios trminos. Se desarrollan en una sola dimensin, totalmente inmersos en los juegos ficticios a los
que juega su sociedad, incapaces
de trascender su condicin social" (Becker, 1979, pg. 120)
La dificultad para cambiar
El neurtico es una persona que vive -en mayor o menor grado- una vida infeliz. Se percata de ello, busca
ayuda y se embarca en una terapia
difcil, esforzada, costosa y prolongada; sin embargo con bastante frecuencia siente que no puede
cambiar, o que los cambios son muy lentos.
Se enfrenta a esas resistencias internas que no comprende, y que se oponen cerradamente a sus intentos,
en una batalla desgastante y
decepcionante; sta es una de las condiciones ms dolorosas de la disfuncionalidad.
Cmo entender la paradoja: si estoy tan infeliz, por qu me es tan difcil cambiar? Por qu prefiero
-aunque no lo perciba conscientementequedarme en donde estoy con esa vida de miseria, en vez de actuar de otra forma? Cmo se explica que,
desde mi ser profundo al que no tengo
acceso, elija permanecer en la infelicidad?
Recuerdo que la primera vez que le escuch a Myriam Muoz la frase: "ests cmodamente instalada en
tu infelicidad", fue como encontrar la
pieza del rompecabezas para entender lo que les pasaba a varios de mis clientes. Se me ocurri, en aquel
entonces, para ordenar mis ideas
escribir lo siguiente, que sigo creyendo vigente:
la infelicidad puede ser la posicin ms cmoda
puedo estar cmoda y satisfechamente infeliz
mi infelicidad puede ser la base de mi deseo de no moverme, de no cambiar
mi felicidad puede ser mucho ms incmoda, amenazante e indeseable que mi infelicidad
puede ser mucho ms fcil, ms deseable y ms provechoso ser infeliz que feliz.
Una explicacin posible puede verse en la disociacin; en el hecho de que el disfuncional est dividido,
por un lado en la parte que sostiene
-automtica e inconscientemente- las formas arcaicas de adaptacin, y por el otro aquella que requiere
desesperadamente abandonar esas
formas para adaptarse a un nuevo mundo de exigencias; este conflicto lo produce la disociacin. Creo
adems que para defenderse, esa parte
inconsciente que sostiene lo arcaico crea los "sntomas", que funcionan para mantener el cumplimiento de
"mandatos" infantiles.
Un ejemplo simplificado de ese mecanismo es el siguiente:
Aprendizaje:
Recib de nio el mensaje: "eres un intil, no puedo tener confianza en ti, cada vez que hablas
dices tonteras".
Aprendo que no puedo confiar en m, pues mis padres, hermanos y maestros me dicen que todo lo
hago mal.
Mandato
Decido no exponerme, no hablar demasiado para no daarme porque cuando lo hago recibo
desaprobacin, y eso me
angustia mucho; me digo: no te expongas, no salgas de ti mismo, encirrate en ti mismo!
Aprendo a actuar
automtica e inconscientemente de esta manera.
Sntomas
A medida que crezco tengo necesidades "de salir de m mismo" y de comunicarme con los dems;
pero hacerlo me
amenaza mucho por mi aprendizaje infantil. Creo entonces un "sntoma" que me protege de caer
en lo que me
amenaza. Frente a la necesidad de hablar en pblico, por ejemplo, porque mi trabajo as me lo
exige, creo la fantasa
de que se me nublar la mente, no recordar nada, y me quedar en ridculo frente al auditorio. La
fantasa -el
sntoma- busca que yo no me exponga a la situacin amenazante; el sntoma "me protege"
precisamente a travs de lo
que ms me hace sufrir: la angustia.
Accin contra el
sntoma.
Estudio mucho ms que todos, preparo mis conferencias compulsivamente hasta que me las
conozco al derecho y al
revs. Invento modos ingeniosos de exponer, etc. Pero todo eso no me quita la ansiedad. Por qu?
Instalado en mi
infelicidad.
Conscientemente quisiera salir de la angustia, acabar con el sntoma, es tan absurdo! Por qu es
tan difcil, casi
imposible? Precisamente porque el sntoma, que me hace tan infeliz ahora de adulto, es lo que me
mantuvo seguro de
nio; lo mantengo automtica e inconscientemente como una forma de conjurar la amenaza de mi
seguridad.
De esta manera, esta infelicidad es la consecuencia de conservar inconsciente e involuntariamente mis
formas arcaicas de adaptacin, que me
fueron indispensables en la infancia, pero que ya no me sirven en la actualidad; esto continuar hasta en
tanto no pueda contactar con esa
experiencia y trabajar en ella para transformarla en otra distinta y salvadora.
El mundo de "la sombra" donde habitan "mis personajes internos"
Desde este modelo, el individuo est integrado por "partes", por fuerzas diversas, muchas veces
encontradas, que se mueven en direcciones
distintas o francamente opuestas, animadas por necesidades diferentes. Jung dice que " La sombra (son
los) aspectos ocultos o inconscientes
de uno mismo, tanto positivos como negativos, que el ego ha reprimido o nunca ha reconocido". (Jung
citado por Sharp, 1994, pg. 187)
Aparentemente, estos aspectos desconocidos por el yo-consciente se mueven en funcin de sus propios
propsitos, y ejercen una influencia
determinante en la vida del individuo, pues
... cada uno de nosotros proyecta una sombra ms obscura y compacta cuanto menos encarnada se halle
en nuestra vida consciente, (y)
constituye, a todos los efectos, un impedimento inconsciente que malogra nuestras mejores intenciones."
(Jung, citado por Zweig y recop.
1993, pg. 32)
Mi percepcin personal es que fuera del rea de mi consciencia se expande el mundo de mis "selfs", de
mis "personajes", de los "habitantes
que viven en m" y que conozco muy poco o en absoluto. Son muchos y muy diversos; cada uno tiene su
propia fecha de nacimiento, sus
intereses vitales, sus reglas de juego, y su forma de interpretar al mundo; de hecho yo veo el mundo a
travs del personaje que est al frente en
ese momento en m. Algunos de esos "personajes" son ms poderosos que otros, y unos -muchos todavason ms fuertes que mi
yo-consciente.
Cmo se comunican esos personajes del mundo inconsciente; cmo me doy cuenta de su existencia? En
primer lugar, mi cuerpo me lo dice
constantemente a travs de mis sensaciones, y aunque la mayora del tiempo no capto los mensajes, s s
de donde vienen. Otros medios,
seguramente no los nicos pero igualmente confusos, son mis fantasas irracionales, es decir mis
sntomas, mis sueos y los mensajes
psicosomticos que recibo. Mi intento de comunicacin es intenso y constante, pero an no aprendo bien
el lenguaje para descifrar lo que me
quieren decir.
Aunque muchos de los "personajes" hacen mi vida difcil, estoy convencido de que no puedo expulsar
definitivamente a ninguno; y, por si eso
fuera poco, parece que tampoco sera justo. Qu significa esto?. Yo identifico, en alguna medida este
concepto de "personajes" o de
"habitantes" internos con el de la "resistencia" de Polster, que dice que es "cualquier obstculo
intrapersonal que estorbe el movimiento en las
direcciones (que la persona persigue), oponindole una barrera pertinaz y ajena a la conducta natural del
sujeto." La primera reaccin es vivir a
la resistencia como un enemigo, como "... un saboteador, y se la considera, no como un agente del yo,
sino del anti-yo... poseda por demonios
o espritus malignos. (Sin embargo) la resistencia merece un trato ms equitativo (pues es)... una fuerza
(que el individuo ha tenido que crear)
para manejar un mundo difcil." Y agrega Polster:
"En vez de procurar eliminar la resistencia, conviene observarla atentamente suponiendo, en el mejor de
los casos, que una persona crece a
fuerza de resistir, y en el peor, que la resistencia de todos modos es parte de la identidad, (y que
suprimirla) a fin de volver a la pureza
pre-existente es un sueo vano, porque la persona, despus de haber resistido, es una persona nueva y no
hay posibilidad de volver atrs"
(Polster, 1991, pg. 63)
El "impasse" como la puerta de entrada a la integracin
La experiencia dolorosa del desgarramiento es todava ms dolorosa si vivimos nuestras "resistencias" o
los "personajes" que nos habitan
como "enemigos animados por el demonio". Por difcil que sea aceptarlo, esas fuerzas que se oponen
ahora a nuestros deseos conscientes,
son, como dice Polster, recursos que la persona cre para sobrevivir, para manejar ese mundo difcil,
sobre todo en la infancia, pero que ya no
funcionan para satisfacer las necesidades adultas.
El trabajo a realizar no es de eliminacin sino de integracin, y sta es algo as como la bsqueda de un
equilibrio de fuerzas entre lo conocido y
lo desconocido. Creo que esa integracin es un trabajo difcil que requiere de buena fe y valor, y una de
cuyas "puerta de entrada" posibles es
la llamada experiencia del "impasse".
Pero qu es el impasse? En algn momento del proceso de la terapia la persona se da cuenta de que para
avanzar tiene que arriesgarse a dejar
la seguridad de sus pautas habituales de sobrevivencia, para encontrar sus nuevos recursos. Dejar la
seguridad de lo conocido por lo
desconocido; "lanzarse al vaco", para encontrar algo que an no se ve, es muy angustiante, porque
sentimos que "vamos a caer en la nada".
Esta es la experiencia del impasse. Es la del trapecista (que est al principio del trabajo). Tener la
posibilidad y el valor para vivirla, es una labor
heroica.
Quiero describir cmo conciben el impasse algunos pensadores importantes para m.
realidad ineludible de cada persona; y, aunque muchas veces no la pueda cambiar, s transforma la calidad
de la persona. Creo que llegar al
punto donde puedo elegir desde mi espritu, aunque esto me signifique fuertes riesgos, es otra forma de
vivir el impasse.
Jung. La funcin trascendente o la tensin de los opuestos
La "funcin trascendente" se crea cuando, como producto de un proceso personal, lo que quiere una parte
ma (el cambio) tiene la misma fuerza
que la parte que se le opone (el no cambio); y llegado ese momento, si soy capaz de mantener "la tensin
entre los opuestos", de no inclinar la
balanza para ninguna de las dos posiciones, algo "milagroso" -totalmente irracional- sucede, que resuelve
el conflicto a favor del crecimiento de
la persona.
Jung lo dice as:
Cuando hay una completa paridad entre los opuestos, confirmada por la absoluta participacin del ego en
ambos, (se produce) una
suspensin de la voluntad, pues sta ya no puede funcionar (porque) cada motivacin tiene una
contramotivacin igualmente fuerte. Puesto
que la vida no puede tolerar una detencin... la tensin entre los opuestos (crea) una nueva funcin
unificadora que los trasciende. (Jung,
citado por Sharp, 1992).
A esto le llama Jung "la funcin trascendente" porque "trasciende" a las tendencias de "la conciencia y del
inconsciente" que son las partes en
conflicto. Sharp agrega a esta reflexin: "este proceso requiere de un ego que pueda mantener su punto de
vista frente a la contraposicin del
inconsciente. (...) La confrontacin entre ellos genera una tensin cargada de energa (que) crea una
tercera esencia viva" (pg. 85) y agrega
"Este "tercero", la funcin trascendente ... siempre representa la intervencin creativa y gua del S
Mismo, el arquetipo de la totalidad, el cual
en el modelo junguiano de siquis, funciona como el centro regulador de la personalidad. El cambio es
posible, requiere de tiempo y esfuerzo, y
tambin de sacrificios, pero ocurre" (Sharp, 1992, pg.122)
Kierkegaard. La angustia como la gran maestra del crecimiento
Para Kierkegaard, la posibilidad de lograr la libertad se da a travs de la ampliacin de la consciencia de
uno mismo y de la capacidad de
responder como persona a las exigencias de la vida. Esto slo es posible si la persona logra aventurarse en
nuevas reas de accin. Por ello dice
que "la libertad implica siempre una ansiedad potencial " -y califica a la ansiedad como "el vrtigo de la
libertad" porque existe siempre en
cualquier intento de crecimiento personal. Cabe aclarar que para Kierkegaard esta es una ansiedad
"normal" que se opone a la "angustia
neurtica", que surge cuando la persona ha sido incapaz de hacerle frente a la primera como parte natural
de su crecimiento, y se queda
"encerrada" en la neurosis.
"Nada se puede lograr a menos que el individuo tenga el coraje de hacer frente y atravesar las
experiencias amenazantes del aislamiento y
la ansiedad (inevitables para cumplir) las posibilidades ...de la personalidad" (Kierkegaard, citado por
May, 1990, pg. 70)
Por ello para Kierkegaard la angustia es "la verdadera maestra" del crecimiento, ms que la realidad, pues
mientras a sta se la puede evitar
temporalmente, la otra es omnipresente.
Haba una sensacin de libertad para la aceptacin y para el cambio, y al mismo tiempo, una claridad
sobre mis limitaciones como ser humano; la
seguridad de mi muerte, por ejemplo, no era obstculo para vivir, antes lo contrario. Haba sensacin de
fuerza y plenitud que se daba por igual
en los momentos de placer como en los de sufrimiento; nada quedaba afuera. De esta manera, durante
varios das estuve mucho ms en
contacto con las expresiones de varios de mis "personajes". Ellos y mi "yo-consciente" se sintieron mucho
ms cmodos (y Yo tambin, sea lo
que sea ste llamado Yo).
S que no estoy diciendo nada nuevo; que en los libros esto se dice mucho. Fue precisamente como vivir
una parte esencial de la teora que
habla de la transformacin y del renacimiento. Nunca me sent mas convencido del camino que he
tomado para crecer.
Quiero renacer, pero en un ser diferente a lo que soy ahora; quiero cambiar muchos aspectos de m mismo
y, aunque s que es muy difcil
lograrlo, s he podido encontrar una imagen "ideal" de ese tipo de persona. La le en el libro "El Eclipse
de la Muerte" de Becker, cuando hace
referencia a lo que para Kierkegaard significaba ser hombre, plasmada en su libro "Temor y Temblor",
donde describe al que llama el "caballero
de la fe". Se la ofrezco como reflexin final:
Esta figura es el hombre que tiene fe... y que vive concentrado en las energas de su Creador. Acepta sin
quejarse cualquier cosa que sucede
en la dimensin visible, vive su vida como un deber, se enfrenta sin remordimientos a la muerte. No hay
mezquindad tan mezquina que pueda
poner en peligro sus designios; ninguna tarea es tan terrible que est ms all de su valor. Acepta el
mundo en sus trminos y est
totalmente ms all del mundo por su confianza en la dimensin invisible. ... Este ideal (le) permite ser
abierto, generoso, valiente, influir en
las vidas de los dems, enriquecerlas y estar abierto a ellas.... como no siente temor a la vida ni a la
muerte, no se aferra a sus semejantes, ni
los rebaja, ni los coacciona ni los manipula. (el caballero de la fe es) la continua apertura a la vida sin la
angustia de la muerte (y por ello
constituye ) seguramente el ms bello y desafiante (ideal) que ha tenido el hombre" (Kierkegaard, citado
por Becker, 1979, pag 380)
Bibliografa
BECKER, Ernest. (1979). EL ECLIPSE DE LA MUERTE. Editorial Fondo de Cultura Econmica,
Coleccin Popular. Mxico.
BRANDEN, Nathaniel. (1991). CMO MEJORAR SU AUTOESTIMA. Editorial Paids. Mxico.
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ZWEIG, C. y ABRAMS, J. (recopiladores) (1993) ENCUENTRO CON LA SOMBRA. Editorial Kairs.
Barcelona.
Notas
1 A lo largo de este texto, en vez de utilizar el trmino "neurosis" emplearemos el de la
"disfuncionalidad", acorde con el concepto de Maslow
de que la neurosis, ms que una enfermedad, es una "disminucin" de los recursos de la persona. Sin
embargo, en algunas partes del texto,
cuando es necesario o inevitable, se emplean equivalentemente.
Alejandro Unikel Spector es terapeuta del Instituto Humanista de Psicoterapia Gestalt, donde curs
tambin la especializacin en sueos. Es
logoterapeuta de la Sociedad Mexicana de Anlisis Existencial y Logoterapia; y tiene una especializacin
en Programacin Neurolingustica.