No Sin Grave Daño
No Sin Grave Daño
No Sin Grave Daño
ndice
Prlogo
1. Non sine magno detrimento.
2. Conocer y querer
3. Causalidad divina y voluntad creada..
4. Fe y razn en el tomismo
5. Acerca del nominalismo.
6. Algunos antecedentes histricos del voluntarismo y el
nominalismo modernos...
7. Por qu es importante el intelectualismo tomista...
8. La prueba filosfica de la existencia de Dios por la
contingencia de los entes
9. Postilla a la prueba de la existencia de Dios por la
contingencia de los entes
10. Postilla II a la prueba de la existencia de Dios por
la contingencia de los entes..
11. Sobre el intercambio de argumentos
12. Acerca de la nocin de "causa" y del principio de
causalidad
13. La teora fundamental: acto y potencia.
14. Escotismo y Tomismo..
15. Nominalismo y Filosofa Moderna...
16. Breve anlisis de algunas tesis centrales de la
filosofa del Beato Antonio Rosmini..
17. La epistemologa evolutiva es absurda.
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Prlogo
En el presente volumen se recogen posts publicados en el blog
No sin grave dao(*), que integra el portal InfoCatlica. El
ttulo del blog hace referencia a la expresin de San Po X en la
Encclica Pascendi, luego retomada por otros Papas, segn la
cual no es posible apartarse de Santo Toms de Aquino,
especialmente en cuestiones de metafsica, sin grave dao.
Estamos convencidos de que, lamentablemente, estas palabras
del gran Papa que hizo frente a la hereja modernista fueron
profticas, pues describen en buena medida lo que ha sucedido
con el pensamiento catlico luego de que all por 1950 se
comenz a relegar al tomismo y a la escolstica en general en la
formacin filosfica y teolgica del clero y tambin del laicado.
Pensamos que la gravsima crisis eclesial por la que ahora
atravesamos se debe, entre otras cosas, muy principalmente a la
falta de un pensamiento filosfico y teolgico fundado en la
capacidad de la inteligencia humana para conocer el ser de las
cosas y abierto a la universalidad de la verdad, y que las etiquetas
periodsticas o sociolgicas de conservadores y progresistas
en realidad encubren la existencia dentro del catolicismo de un
conflicto filosfico y teolgico que pone en juego la misma
esencia de la fe cristiana; un conflicto entre el realismo filosfico,
que es el nico compatible con la Revelacin divina, y las
diversas formas de subjetivismo e idealismo que, derivadas todas
ellas de una postura nominalista fundamental, caracterizan a la
filosofa moderna, y que por desgracia han podido infiltrarse
ampliamente en grandes sectores de la intelectualidad eclesial.
Como la verdad es una sola, entendemos tambin que en el
tomismo se encuentra la nica respuesta intelectual vlida a la
desorientacin filosfica que caracteriza sobre todo a la poca
contempornea, en la cual culmina el proceso disgregador
iniciado en los albores de la modernidad. Volviendo a colocar al
tomismo en un sitio de efectiva primaca en la formacin
catlica, la Iglesia hara un servicio invalorable, tambin, a la
cultura humana en general.
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2. Conocer y querer
Qu pensar de esta proposicin: Lo preliminar en el saber no
es el problema gnoseolgico: es un tema tico, de buen amor,
que es cmo puede empezar a saberse bien? Como decamos
en la respuesta a un mensaje del post anterior, hay que distinguir.
En este caso, las distinciones necesarias pienso que son la que
hay entre el orden de la especificacin y el orden del ejercicio,
y la que hay entre el conocimiento de fe, el conocimiento
filosfico y teolgico, el conocimiento mstico, y el conocimiento
que el justo tiene de lo que se debe hacer en una situacin
concreta dada. Igualmente, se debe distinguir entre la evidencia
inmediata y la evidencia mediata, y tambin entre el
conocimiento sensible y el intelectual.
El orden de la especificacin es aquel en que cada esencia y
cada facultad son analizadas en s mismas, en forma aislada,
segn lo que especficamente le corresponde a cada una. El
orden del ejercicio es el de la existencia real, en el que las
esencias y las facultades se dan simultneamente y en forma
coordinada, de diversas maneras.
Pero si en el orden del ejercicio estas cosas se dan unidas, no
se dan confundidas o mezcladas, y si en el orden de la
especificacin hay que distinguirlas, no por eso hay que
separarlas en el plano del ejercicio.
Por ejemplo, si preguntamos si la visin (sensible) depende
de la voluntad, tenemos que responder que en el orden de la
especificacin no, porque la vista, como toda facultad, es
determinada solamente por su objeto, que en este caso es lo
visible: el color, la luz, etc. Y as, por ms que yo quiera, si miro
en direccin a un elefante no voy a poder ver un caballo o un
vaso lleno de agua. Pero en el orden del ejercicio s, porque,
segn quiera, voy a mirar en direccin al elefante, o en otra
direccin, o voy a cerrar los ojos.
La evidencia inmediata es la que no necesita razonamiento
alguno, como la del principio de no contradiccin, o la de nuestra
propia existencia. La evidencia mediata es la de una conclusin
que se desprende lgicamente de unas premisas verdaderas.
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4. Fe y razn en el tomismo
Parece til ofrecer un breve resumen de lo que entendemos son
algunos principios fundamentales del tomismo en esta materia,
como base para toda discusin filosfica o teolgica sobre estos
temas.
La fe cristiana y catlica es infaliblemente verdadera por
estar fundada en la Palabra de Dios; la inteligencia humana
conoce la verdad con certeza metafsica en los primeros
principios evidentes y en las conclusiones que derivan
necesariamente de los mismos.
As entendidas, la fe y la razn no pueden oponerse, porque
la verdad no puede ser contraria a la verdad. Por el principio de
no contradiccin, dos proposiciones contradictorias no pueden ser
ambas verdaderas. Teolgicamente, tanto la verdad de la fe como
la verdad de la razn proceden de Dios, como Creador del
hombre y de la razn humana, y como Autor de la Revelacin
sobrenatural. Y Dios no puede contradecirse a S mismo.
El conocimiento humano puede tener un objeto evidente o
inevidente. La evidencia es una propiedad de la cosa conocida,
por la cual se manifiesta claramente por s misma al sujeto
cognoscente. Lo cual quiere decir que la evidencia es
necesariamente verdadera, entendiendo por verdad la
adecuacin entre la inteligencia y la realidad.
Esto se cumple ante todo en la evidencia inmediata, que es
tanto intelectual, como en el caso de los primeros principios, por
ejemplo, el de no contradiccin, como sensible, como en el caso
de la existencia y las propiedades sensibles de los objetos que nos
rodean. Tambin es intelectual e inmediata la evidencia de la
existencia del propio sujeto.
La evidencia mediata es la evidencia por raciocinio, porque
ste hace que la conclusin participe de algn modo de la
evidencia de las premisas. Necesariamente la conclusin
necesaria de premisas verdaderas es verdadera. Es
contradictorio afirmar las premisas y negar la conclusin de un
razonamiento lgicamente correcto.
La ciencia es el conocimiento basado en razonamiento. Su
objeto por tanto posee evidencia mediata. De la evidencia
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porque sean buenos, sino que son buenos porque Dios los
manda, de modo que si hubiese mandado exactamente lo
contrario, sera bueno tambin, pues habra creado
concordantemente otra naturaleza humana a la cual ello sera
adecuado.
Para Santo Toms, por el contrario, cuando la Inteligencia
divina contempla en S misma el orden objetivo y necesario de
las Ideas divinas, fundamento de las esencias creables, ve entre
ellas la Idea de la esencia humana, la nica esencia humana
posible que hay, y ve por ello mismo cules son las acciones que
son compatibles con esa naturaleza humana y su ordenacin al fin
ltimo, y por tanto buenas, y cules las que no lo son, y por tanto
son malas. Y entonces, Dios manda esas acciones porque son
buenas, no que sean buenas porque Dios las manda, en ltima
instancia. Para Santo Toms, la ley natural es expresin de la
Voluntad divina porque Dios ha querido crear la naturaleza
humana y no otra, no porque Dios haya modelado la naturaleza
humana de este modo y no de otro. El primado de la inteligencia
en Santo Toms lleva a la posibilidad de hablar de acciones que
en s mismas son buenas o malas y que no reciben su bondad o
maldad morales meramente de la determinacin extrnseca y
contingente de la Voluntad divina.
Decamos que el voluntarismo escotista (y su herencia
inseparable, el nominalismo) ha marcado fuertemente a la
filosofa moderna. Baste citar el ejemplo de Descartes, el
fundador del racionalismo filosfico, que sin embargo entiende
la Omnipotencia divina en el sentido de que 2 + 2 son 4 porque
Dios as lo ha querido, y si nosotros lo vemos como una
necesidad absoluta, es porque Dios ha hecho nuestra mente de
modo que as lo veamos. A partir de aqu se ha llegado en otros
autores a obras maestras del absurdo como en el caso de Charles
Secrtan, el filsofo de la libertad, que sostena que Dios es
libre hasta de existir o no y que, por tanto, se ha creado a S
mismo. Para este autor, al parecer, la libertad divina es
lgicamente anterior a la misma existencia de Dios, y desde esa
nada lgicamente, al menos, anterior a su misma existencia, esta
Voluntad divina an inexistente habra tomado la decisin de
darse a s misma la existencia de la que an careca, y que uno no
ve muy bien de dnde habra podido extraer, ni cmo.
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http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/speeches/2006/s
eptember/documents/hf_ben-xvi_spe_20060912_universityregensburg_sp.html
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7. Por qu es importante
el intelectualismo tomista
En nuestro primer post decamos que el conflicto filosfico
fundamental en la modernidad era el conflicto entre el realismo
y el idealismo, que la fe cristiana est del lado del realismo,
mientras que la filosofa moderna, en cuanto tal, es toda ella ms
o menos tributaria del idealismo, y que ese conflicto repercuta en
el pensamiento catlico en la modernidad como el conflicto entre
los pensadores autnticamente catlicos, de orientacin realista, y
los modernistas, de orientacin idealista.
Sobre esta base se puede entender la importancia del
intelectualismo de Santo Toms de este modo: es condicin
necesaria del realismo. Por realismo, recordemos, entendemos
la doctrina que dice que el objeto de nuestro conocimiento es
independiente del hecho de que lo conozcamos o no, y que, por
tanto, nuestro conocimiento intelectual alcanza lo que las cosas
son en s mismas, independientemente de nosotros. El
idealismo sostiene lo contrario: conocemos solamente nuestras
modificaciones subjetivas, que siempre dependen de nosotros; no
conocemos lo que las cosas son en s mismas,
independientemente de nosotros.
En realidad, el realismo sostiene que el conocimiento implica
una adecuacin entre la inteligencia y la cosa conocida, pero
esa adecuacin puede darse en tres sentidos: o la inteligencia se
adecua a la cosa, o la cosa se adecua a la inteligencia, o ambas se
identifican totalmente. Este ltimo caso es el del conocimiento
que Dios tiene de S mismo, y el segundo caso, es el del
conocimiento que Dios tiene de lo creado, donde es claro que la
creatura no puede determinar a la Inteligencia divina. Esto ltimo
no debe entenderse, sin embargo, al modo en que lo entiende el
idealismo, que el objeto sea una mera proyeccin de la
inteligencia, sino que, para que la Inteligencia divina produzca ad
extra su objeto, debe ir unida a la libre decisin de crear de la
Voluntad divina. Ninguno de estos modos de conocer es propio
de la inteligencia creada, a la cual le queda por tanto el primero
que sealamos: aquel por el que la inteligencia se adecua a la
cosa conocida, se deja determinar por ella.
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8) Luego, tiene que haber una Causa Primera que, por serlo,
no ser causada, y por tanto no ser tampoco contingente, por el
principio de causalidad: todo ente contingente es causado.
Al existir, y no ser contingente, no puede no existir, y por
tanto, es el Ente Necesario, Incausado, que existe en virtud de
su propia naturaleza o Esencia. A ese Ser es al que llamamos
Dios.
En el siguiente post esperamos incluir, Dios mediante, algunas
precisiones, que responden a preguntas o cuestionamientos que
previsiblemente se harn a lo hasta aqu expuesto, de modo que
en caso de que ello ocurra, remitiremos a ese siguiente post,
donde esas cuestiones podrn ser discutidas con ms detalle.
Solicitamos mantener el nivel del debate evitando ataques
personales, despropsitos, faltas de respeto, as como repetir una
y otra vez los mismos argumentos sin tomar en cuenta las
respuestas a los mismos; en definitiva, todo lo que no sea la
simple discusin objetiva del tema. En caso de que ese pedido
no se observe, los mensajes sern borrados sin ms explicacin.
Igualmente se agradece no poner enlaces en los comentarios. Si
algn argumento que est en Internet nos ha impresionado, sin
duda seremos capaces de expresarlo con nuestras propias
palabras. Obviamente, se pueden copiar citas textuales, siempre
que no sean excesivamente largas. Por supuesto, los enlaces
tambin sern borrados.
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queremos decir cuando decimos que las cosas captadas por los
sentidos son, existen, y todos lo sabemos.
Pero si el objeto de conocimiento es sensible, es claro que tiene
que ser objeto de experiencia sensible.
La cosa material que conocemos bajo el trmino de ente es,
inicialmente al menos, un ente sensible, pero el modo de
conocerlo mediante la nocin de ente es inteligible, como el
modo de conocerlo por la vista, por ejemplo, es sensible. Del
mismo modo, el hombre concreto es captable por los sentidos,
pero la nocin de hombre en general, mediante la cual lo
pienso, no lo es, pues puede aplicarse idnticamente tanto a los
gordos como a los flacos, a los varones como a las mujeres, a los
jvenes como a los viejos, a blancos, negros, amarillos, etc.
Hume objeta que esa relacin necesaria entre causa y efecto de
que estamos hablando no la podemos afirmar vlidamente,
porque no responde a ningn vnculo racional necesario, sino
que procede de la experiencia y por tanto de la costumbre.
Sabemos que el agua moja, dice, por la experiencia, pero Adn,
la primera vez que vio el agua sin tocarla an, no poda por la
idea del agua deducir que sta mojaba. Ahora bien, por la
experiencia no podemos fundamentar suficientemente juicios
universales y necesarios, como el agua moja, porque la
experiencia es siempre particular y contingente.
Las causas naturales producen necesariamente su efecto, las
causas libres no lo hacen, pero el asunto es que el principio de
causalidad no se apoya en una relacin necesaria que vaya de
la causa al efecto, sino al revs: la relacin necesaria en que se
apoya es la que va del efecto a la causa, como en nuestro
ejemplo, del movimiento de las hojas deducimos que tiene que
tener, necesariamente, una causa, por las razones dichas.
Es lo mismo. En ambos casos partimos de la experiencia, y
entonces, no podemos universalizar la relacin entre el efecto y
la causa.
Como dijimos arriba, es verdad que partimos de la experiencia,
pero porque de ella abstraemos las primeras nociones que nos
permiten formar los primeros principios, como el de no
contradiccin y el de razn suficiente, los cuales poseen una
universalidad y necesidad estrictas, y entonces, junto con la
nocin de ente contingente, tambin abstrada de la
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tanto es; por tanto, decir que lo necesario no es, implica decir
que a la vez es y no es, o sea es contradictorio. Ahora bien,
existen esencias necesarias de las cosas (intuicin intelectual), y
eso quiere decir que hay ciertas notas que necesariamente
tienen que tener si son esa esencia y no otra. Por tanto, decir que
una esencia carece de una de sus notas constitutivas es
contradictorio. Eso quiere decir que el tomismo, adems del
principio de no contradiccin, tiene como punto de partida la
intuicin intelectual de determinadas esencias.
En Escoto, en cambio, segn la interpretacin que
presentamos aqu, el razonamiento es al revs: en vez de decir,
como el tomismo, que si algo es necesario su negacin es
contradictoria, dice solamente que si la negacin de algo es
contradictoria, ese algo es necesario. O sea, el escotismo, segn
esto, no tiene entre sus puntos de partida la intuicin
intelectual de determinadas esencias. Esto parece coherente con
el hecho de que para Escoto, a diferencia de Santo Toms, la
intuicin intelectual slo puede tener por objeto lo
actualmente existente y presente ante el sujeto cognoscente.
No, por tanto, la esencia abstracta de una cosa, como s sucede
en Santo Toms, para quien el nico carcter definitorio de la
intuicin es la inmediatez del conocimiento.
No es que Escoto rechace absolutamente hablando la
intuicin de las esencias. Eso lo har enseguida Ockham,
sacando, decimos nosotros, las conclusiones lgicas del sistema
escotista. Aunque define as a la intuicin, el hecho es que,
adems de la intuicin, Escoto reconoce la notitia
abstractiva o conocimiento abstractivo, que es el que nos hace
conocer las esencias de las cosas, y que no siendo, obviamente,
discursivo para Escoto ni para ninguno de los grandes
escolsticos, deber ser intuitivo. Son los principios arriba
sealados los que hacen, en nuestra opinin, que la intuicin de
las esencias no tenga en Escoto el papel de principio que le
corresponde y que s tiene en Santo Toms.
Por lo dicho recin, para un tomista, que un concepto A est
incluido en la definicin de un concepto B ya es razn suficiente
para que sea absolutamente imposible tener B sin tener A. Para el
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puramente
formales
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del sujeto por parte del objeto, y por tanto, dice Kant, implica
sensibilidad. De lo que se sigue que la receptividad respecto de
un dato es posible solamente en el conocimiento sensible, que
por eso es propio de los seres finitos. La intuicin intelectual,
entonces, dice Kant, si existe, es puramente activa, creadora de
su objeto, y se da solamente en Dios. No se da, por tanto, la
intuicin intelectual en nuestro conocimiento humano y finito.
El problema con esta argumentacin kantiana es que ya
Aristteles y Santo Toms reconocieron la fundamental
pasividad del intelecto humano: intelligere est quoddam
pati, entender es un cierto padecer, deca Santo Toms, y es
claro que en el aristotelismo y el tomismo es el intelecto posible
el que est de suyo en potencia respecto de lo inteligible, y se
comporta por tanto receptivamente respecto de lo inteligible, el
que propiamente hablando conoce. Por tanto, ellos negaran la
premisa kantiana que dice que toda afeccin implica una
sensibilidad. Y si se les respondiese que por afeccin se
entiende, justamente, la afeccin sensible y slo ella, entonces
pediran que se les demostrase la otra premisa, que dice que
toda receptividad implica una afeccin.
El argumento kantiano contra la existencia de una intuicin
intelectual en el hombre no concluye. En el fondo, este
argumento supone la tesis nominalista que querra demostrar.
Al poner como premisa que slo el conocimiento sensible es
receptivo, est diciendo, con otras palabras, que nuestro
intelecto no recibe nada de la realidad, precisamente, porque
nada hay en la realidad que corresponda a los conceptos
universales de la inteligencia, y por eso stos no pueden ser la
huella, por as decir, de la realidad en nuestra facultad
intelectiva.
La filosofa de Kant marca lo que se conoce como el final de la
metafsica en el pensamiento moderno occidental. Hasta
Kant, la metafsica era considerada una ciencia y la separacin
entre ciencia y filosofa, que hoy se acepta comnmente,
prcticamente no exista. Newton todava titula su principal obra
cientfica Principios matemticos de Filosofa Natural. Desde
Kant, en cambio, se acepta como dogma de fe que la inteligencia
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considerando esa misma idea del ente en relacin con los datos
de la sensibilidad. Como veremos, ambas estn relacionadas.
En primer lugar se plantea el problema de qu relacin hay
entre las expresiones idea del ente, ente posible y ente
ideal, que utiliza Rosmini. La cuestin es si las tres designan
algo idntico o no.
Supongamos que esas tres expresiones designan algo idntico.
En ese caso, hay dos posibilidades: o se trata de algo que
depende de nuestro pensamiento, o de algo que no depende de
nuestro pensamiento.
En el primer caso, estamos claramente en el idealismo, que es
la filosofa que dice que no conocemos nada que sea
independiente de nuestro pensamiento o conocimiento, es decir,
que no conocemos nada que exista en s mismo, en cuanto tal. En
efecto, si en el nico punto de partida de la filosofa, como es
para Rosmini, segn hemos visto, la idea del ente, tenemos algo
que depende de nuestro pensamiento, jams podremos alcanzar
en esa filosofa algo que no dependa de nuestro pensamiento.
En el segundo caso, puede ser algo independiente de nuestro
pensamiento, pero intramental. En efecto, nuestra misma mente,
sus actos, sus representaciones, existen con independencia de que
pensemos en ellos o no. O bien, puede ser algo independiente de
nuestro pensamiento y extramental, o tambin algo
independiente de nuestro pensamiento, considerado con
prescindencia de su modo de existir.
Si es lo primero, estamos en el solipsismo, la filosofa que dice
que slo existe el sujeto que filosofa. Pues lo nico cognoscible
por nosotros, la idea del ente que en esta hiptesis es idntica al
ente mismo, existira solamente en nuestra mente.
Si es lo segundo, eso extramental existir solamente en
potencia, o tambin en acto.
Pero una mera posibilidad no se intuye intelectualmente
sin la mediacin de una representacin actual, y aqu por
hiptesis no hay representacin alguna del ente, sino captacin
intelectual inmediata del ente mismo. Adems, a partir de un
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