Pastor - La Razón Utópica Del Inca Garcilaso
Pastor - La Razón Utópica Del Inca Garcilaso
Pastor - La Razón Utópica Del Inca Garcilaso
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Indigenismo hacia el fin del mi.lenio.
Homenajea AntonioCornejo-Polar
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40 Beatriz Pastor
adoctrinar" (Comentarios Reales, vol.I, 39. Subrayado mo). Son las palabras
- de.i primer Inca en el momento de fa primera fundacin: la dcl Cuzco. P~,
a partir de este enunciado -que enlaza la filosofa del Incario con la
justificacin ideolgica de la conquista en un proyecto anlogo: civilizacin
y adoctrinamiento religioso- la distancia que separa las fundaciones y
colonizacion~ que puntan la representacin del Incario, por una parte, y la
de la conquista, por otra, son insalvables. Del contrapunto implcito o explicito
entre ambos se desprende una critica radical de la conquista espaola y de la
sociedad colonial.
Los reyes incas de los Comentarios Reales no son agresores. Son maestros:
"su padre el Sol los haba enviado del cielo para que fueran maestros y
., bienhechores de los moradores de toda aquella tierra" (C.R., I, 39). Sus
conquistas se basan en la negociacin y, sobre todo, en la evidencia tangible
del .benefici~ q11e aprtan a los que se acogen a la proteccin del Inca,
aceptando su autoridad y siguiendo sus enseanzas: "cotejando los indios
entonces y despus sus descendencias con la del Inca, y viendo que los
beneficios que haban hecho lo testificaban, creyeron firmsimamente que
era hijo del Sol ... confesando que ningn hombre humano pudiera haber
hecho con ellos lo que l" (C.R., I, 48-49). En contraste radical con la realidad
de la conquista ~spaola, la cita, que se refiere a las fundaciones y conquistas
de Manco Cpac, subraya que stas fueron siempre un beneficio que
redundaba en el bien de todos los nuevos sujetos del imperio. Sinchi Roca
aclara que "teniendo el nombre Inca como su propio Rey, tenan la 1nismn
obligacin de acudir al servicio del Sol, padre comn a todos ellos, y al
provecho y beneficio de todos sus comarcanos" (C.R., !, 93). Maita Cipac
perdona a los vencidos en la conquista de Hatunpacasa y Cac-Yauiri,
dicindoles que "les daba entera libertad, y con palabras suaves les dijo que
no haba ido a quitarles sus vidas ni haciern;las sino a hacerles bien ... c1ue su
padre el Sol no lo haba enviado a la tierra para que matase indios sino para
que les hiciese beneficios" (C.R., !, 128y133). Y el parlamento de los ancianos
Charcas ante la.inminente conquista de su territorio por Inca Roca proyecta
un modelb de conquista y colonizacin que es la anttesis misma .del de la
espaola:
....
_La razn utpica del Inca Garcilas..,0~0 _,,4Hl~-ms guardadas sus haciendas de ladrones, cunto ms seguraSsus mujeres
__ ._.______ahjas de fornicarios iadlteros; y, en suma,_:cun certificada toda la
repuoliCii que ru el neo ru-er pobre, ru:elgrancle ru eidliC1iblif d-recibfr-agravio (C.R.,.!, 201):_._______' __ _
En el contraste implcito entre el !JlCJ_delCJ__cie expansin imperial del Incario
y el occidental, la realidad de la colonia se presenta en toda s violencia, en
toda su injusticia y en todo su horror. Sin duda, frente a esa realidad histrica
del Per colonial, la representacin del Incaro, perfecto centro -como el
ombligo del Cuzco- del reino de la armona, se presenta como espacio que
invierte los elementos centrales que configuran la realidad histrica, como
espacio de la nostalgia, como arti:ulacin simblica de la prdida. En ese
sentido el Incario de los Comentarios Reales tiene, en tanto que" espacio
alternativo idaL una proyeccin utpica. Pero su proyeccin utpica no
equivale a la propuesta de retomo a un pasado mejor, que pasara por la
expulsin de los espaoles, sino que se inscribe en y se subordina a un proyecto
utpico mucho ms complejo.
El deseo de retomo al !ncario, la nostalgia del pasado y el rechazo de la
conquista ligan los Comentarios Reales a lo que FloresGalindo llama la utopa
andina: "La utopia andina son los proyectos (en plural) que pretendan
enfrentar esta realidad (la qie se constituye a partir de la conquista). Intentos
de navegar contra corriente para doblegar tanto a la dependencia como a la
fragmentacin. Buscar una alternativa en el encuentro entre la memoria y lo
imaginario: la vuelta a la sociedad incaica y e! regreso del Inca. Encontrar
en la reedificacin del pasado la solucin a los problemas de identidad" (Flores
Galindo 15). Flores Calinda rastrea el desarrollo v las maniestaciones
mltiples y heterogneas de esa utopa andina que parn'.: G!exu;iaJeeonstruccn
del pasado andino como espacio de neutralizacin simblica de las
contradicciones del presente histrico pa.ra proponer un Per sin espaoles
que se ajuste a los trminos de un modelo anterior: "la ciudad ideal nQ
queda fuera de la _hitoria o remotamente en el inicio de los tiempos. PoF el
contraro es un acontecimiento histrico. Ha existido, tiene un nombre: el
Tahuantinsuyo. Unos-gobernantes: - los Incas. Una capital: el Cuzco. El
contenido que guarda esa construccin ha sidq cambiado para imaginar un
reino sin hambre, sin explotacin, y donde los hombres andinos vuelvan a
gobernar. El fin del desorden y de la oscuridad" (Flores Galindo 15). Pero,
aunque el enlace entre e?sos aspectos de los Comentarios Reales y ia utopia que
analiza Flores Galindo son innegab!'es, el proyeco que articuL1 en [os
Comenmrios Reales e[ pensamiento utpico del [nea GMcilaso no se identifica
en abso!Uto con el retomo del111carfoa-un Peru sin espaoles que propone la
-utopaa:ndina.- Los- puf1tos<.ieconarctosoITdarps;pe~ las diferencias son
tocfova ms significativas ypr()_fundas.
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42 Beatriz Pastor
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44 Beatriz Pastor
Pero su figuracin cumple una funcin muy importante dentro de ese
proye:to. Por un lado, forma pa* _de. UI)a_ ~t!'.-t~gi-g~~gi.!=irn.t~~A_e -~__ ---alteridad del mundo inca, en general, y del narrador indio, en particular.
Por el otro, configura una base simblica de negociacin, transformando
implicitamente los trminos histricamente incompatibles: lnca/Occidente,
en compatibles. stas son dos de las funciones de los elementos que organizan
la representacin idealizada del Incario, aunque no son las nicas. La
descripcin detallada del esplendor de los templos, especialmente del templo
del Sol, con su insistencia en la presencia casi cegadora del oro -smbolo de
valor mximo entre los espaoles - certifica la riqueza material y cultural de
un mundo otro pero incuestionablemente civilizado (C.R. r; 163 y ss.). Lo
mismo sucede con los captulos I-IX del libro sexto (C.R. !, 9-97) que explican
la organizacin social, sistemas de notacin escrita y numrica, rituales y
sistemas de comunicacin. El paralelo entre procesos histricos en ambos
mundos -conquistas paralelas - y la equiparacin de misiones - civilizacin
de pueblos brbaros- sita a los dos bandos en una posicin equivalente,
destruyendo la identificacin espaola de lo inca con lo Otro y de lo Otro con
lo brbaro. El reconocimiento de la inferioridad tecnolgica y cientfica de
los Incas --que "adrnirbanse de los efs:tos pero ne procuraban buscar las
causas" - se complementa con su superioridad en cuestiones de filosoa
moral: "En el ejercicio de esta ciencia se desvelaron tanto que ningn
encarecimiento llega a ponerla a punto" (CR. !, 115 y 117). Sobre esta
reivindicacin precisamente se apoya una inversin que transforma
sustancialmente la relacin de calidad y superioridad de los dos trminos de
la oposicin incas-espaoles. Porque esa filosofa moral que es la piedra
angular del orden modlico del reino de la armona se ajusta mucho ms
exactamente a la tica cristiana occidental que la realidad del orden colonial,
con la que contrasta siempre de forma implcita. Toda la justificacin
ideolgica de la empresa comercial y politica de la conquista se apoya sobre
una filosofa moral. El que el_[ncario de la representacin de Garcilaso se
ajuste mucho mejor a los trminos de esa filosofa civilizadora y
evangelizadora que la colonia tiene el efecto ineludible de redefinir
cualitativamente los dos trminos, invirtiendo cualidades y neutralizando
oposiciones. La figuracin :l~l reino. de la armona legitima la cultura
prehispnica y a su portavoz -el Inca- transformando lo Otro en
equivalente, el brbaro en civilizado, y abriendo y autorizando implcitamente
en el lugar del espacio cerrado para el dilogo de la oposicin inicial un
espacio de neo-ociacin posible. Esa es la funcin precisa con la que se inscribe
. la.figuracin.,';'tpica.dellncario dentro del proyecto utpico del !nea Garcilaso
en sus Comentarios: legitun. ac.in del ~eto, autorizacin del mensa!~, creacin
. -de-~;;~~pacio simbli~;-d;:~;;-g-qci~cin: ~------ . ------ ,- .-----.--. ~---
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- Pero, cules son los elementos que entran en juego en esa n goc1ac1on
y qu es l~ que se negocia? De nuevo el punto de partida simblico est,
claro, en el episodio de Cajamarca que contiene sus puntos centrnles:
reapertura del dilogo, neutralizacin de la violencia, resolucin de la
contradiccin fundamental inca-espaol en esa historia que se ha convertido
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46+-BeatrizPastor
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Los. indios no saben de suvo o no osan dar relacin Je estas cosas con la
. p~pia significacin y decia'.racin d" los vocablos, viendo que los cristianos
espaoles las abominan todas por cosas del demonio, y los espaoles
tampoco advierten en pedir noticia.J.,ellas con llaneza, .mtes las confirman
por cesas dlabliC:lS como las imaginan. Y tambi.;n lo ~a usa el no saber de
fundamento la lenb'll general dt! los lnc:tS para ver y <!ntt!nder la deduccin
y composicin y propia sib'nilie>.cin Je las semejantes dicciones. Y por
esto en ,-us historias Jan otro nombre a Dios, que t!S Tici Viracocha, qu" yo
no se qu~ signifique ni ~Uos tampoco . .. Y Js como aquellos indios no
tuvieron -atencin a cosas espt!CUlativas, sino
rl
y divinas, como hacer d mundo, ~te. sino que sibn.iiican h.>cer y ensear
artes y oficios bajos y mecnicos, obras que pertenecen a lus hombres y no
a la divinidad. De toda cual materiali<.lad est muy aj.:n.i !.i significucin
del nombre Pachacmac, que, como se ha dicho, quiere Jedr el que hace
con el mundo universo lo que el alma con el cuerpo, que es darle vida,
aumento y sustento, etc. Por lo cual consta claro la impropiedad de !os
nombres nuevamente compuesto (CR. !, 63-4).
Para Garcilaso la causa de e.$te estado de cosas es clara: "La causa
.. -" principal de esto_es.la gran confu5in de lenguas por la cual no se comunican
unos con otros". Pero la discusin de ia lengua tiene en los Comentarios una
-- dimensin que sobrepasa la estrictamente lingstica. La lengua es en
Garcilaso tambin una cifra de alteridad que inscribe reiteradamente en el
discurso historiogrfico de los Comentarios la complejidad y riqueza de la
cultura del pasado Inca, una metfora que recuerda insistentemente la
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n~~:imi1FthlP.
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Entre otras cosas que los Reyes- Incas inventaron para buen gobierno del
imperio, fue mandar que todos sus vasallos .:iprend.iesen la lengua de >-U
corte que es_ la que bO}"i~rnos ltmgna genetat ya.ra cuya enseanza
- - - - - - - - ----------
--:::=::::::::::::::::::===t~===tR~~~==========---------
~
- 8-4--Beatriz-Past,.,._-----------Pero, cmo adapta y I'{i!formula Garcilaso en el contexto de su proyecto
-~~-~-~~-------~~pic~resolucin-decontradiccienes eentrales-al Cl'clencolonial la poltica
lingstica del Incario? La propuesta delinca es inequvoca: se trata de crear
una competencia bilinge en indgenas y espaoles que los eduque en el
conocimiento de la lengua general y del espaol, de que" se les ensee a los
indgenas el espaol con la claridad y competencia necesarias para que no se
superponga con la lengua general del Cuzco" Gakfalvi Leiva 77). El teln de
fondo de esta puntualizacin es la preocupacin de Garcilaso por la
corrupcin, entendida como deformacin progresiva de la herencia
prehspnica, que se perdera sin remedio, en una asimilacin ignorante por
parte de los invasores sin que los amerindios tengan recursos para combatir
unos mecanismos de reduccin y transculturacin que, sin un conocimiento
slido del espaol, les serian incomprensibles. Hay un incidente que ilwnina
toda esta problemtca y su importancia central en la propuesta bilinge del
Inca Garcilaso:
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Uno qe estos navos subi ms que los otros y ... vio un indio que a la boca
de un ria, de muchos que por toda aquella tierra entran en la mar, estaba
pescando .. , ... Le preguntaron por sens y pcr pafo.bras qu tierra eri2
aquella y cmo se llamaba. El indio, por los ademanes y meneos que con
manos y rostro le hadan (como a un mudo) entenda que le preguntaban,
mas no entenda lo que le preguntaban y a lo que entendi qut! era el
preguntarle, respondi a prisa {antes que le hiciesen algn mal) y nombr
su propio nombre, diciendo Ber, y aadi otro y dijo _Pel. Quiso decir:
"Si me preguntis cmo me llamo yo me digo Ber, y si me preguntis
dnde estaba, digo que estaba en el ria". Porque es de saber que el nombre
Pel en el lenguaje de aquella provincia es nombre apelativo y significa ro
... Los cristianos entendieron conforme a su deseo, imaginando que el
indio les haba entendido y respondido a propsito, como si ! y ellos
hubieran hablado en castellano; y desde aquel tiempo, que fue el ao de
mil quinientos quince o dieciseis, llamaron Per a aquel riqusimo y grande
Imperio, corrompiendo ambos nombres, como corrompen los espaoles
casi todos los vocablos que toman del lenguaje de los indios de aquella
tierra (C.R. l. _15-16).
La corrupcin lingstica es, en el texto, la indicacin exacm de un proceso
mucho ms amplio de corrupcin de todo un sistema cultural y de un universo
epistemolgico que los conquistadores ignoran e instrumentalizan sin
escrpulos, dotndolos, como a la lengua, de los significados que ms les
convienen.
- --- -.Las necesidad de ensear a los nativos el uso del espaol se refuei:za por____ ::::
_Ja eleccin.del_ pr:gpio_Gar<;ilaso. Su dominio extragrdinario d<;te~rat:>l _~n ______--_
todos sus registros demuestra hasta qu punto es consciente de '\.e el acceso
al espacio discursivo del poder slo puede efectuarse a travs de esta lengua.
-Pero la lucidez de esta eleccin, histricamente determinada, no equivale a
ninguna propuesta asimilacionista. La reivindicacin de la lengua general
. es la condicin misma del retomo de la armona a un orden colonial que se
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La razn utpica del Inca-Garctiaso-..-S-:rparticulr fuerza la presencia de un saber que ilumina el mundo intrincado y
no a;nilable de la civilizacin Inca: la descripcin de la fortaleza de Cuzco.
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Fuerza, .cult:ira y poder se p:oyectan en esa muralla, que el te1?
construye mmuc1osamente como s1mbolo del universo Inca, smbolo qlll.e
simultneamente convoca y defiende la integridad del pasado. La murallaes un enigma que contiene tanto los elementos que articulaban ese universo
que la conquista clausur - grandeza, cultura, fuerza y poder- como las
claves de su orden perfecto. Unas claves que resultan ser igualmente
relevantes para el proyecto utpico que Garcilaso va tejiendo en la narracin
de sus Comert!aric:_s. Li. muralla,..simbo!o de .ur..a cultura, constituve un todo
en el que las partes encajan de forma tan perfecta y armoniosa qu~ no queda
ni resquicio para la punta de un cuchillo. Y esto a pesar de la heterogeneidad,
desigualdad e irregularidad de las formas que lo integran. Lo fundamental
en relacin con el proyecto utpico de Garcilaso y su inscripcin en la imagen
de la muralla es el principio que rige la transformacin de lo diverso,
heterogneo y fragmentario - las piedras- en una coherencia armoniosa y
perfecta. Ese principio es el de negociacin. Las piedras no se transfoxman
ni mutilan cortndolas para darles a todas la misma forma - "las cuales
faltas o demasas no las procuraban emparejar ni a1i.adir" - sin6 que s van
ensamblando y encajando manteniendo y respetando en todo momento su
div~rsidad e integridad porque, concluye Garcilaso "la intencin de aquellos
md1os fue ... _que unas y otr::!S se abrazasen, favorecindose todas,.su?liendo
cada cual la taita de b otra, para mayor majestad del edificio". Ese es, en el
texto <ie Garcilaso, d principio fundamental i_Ue subyace la armenia del
pasado [nea que l reconstruye en sus Canu:nt.i:-ics. Y es tambin el principio
que subyace su proyecto utpico de armonizacin de contrarios v
neutralizacin de oposiciones en la.colonia. El nico que permite l~
transformacin de elementos dispares e irreductibles en su diferencia v
particularidad - tan irreductibles como las piedras- en un todo armonios~
en el que cada parte cumple su funcin en la creacin de un orden :l2rfecto:
la muralla.
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La actitud de Garcilaso hacia la realidad histrica - la conquista
espaola- contra la que se recorta su.proyecto utpico es .inequvocamente
critica. Es un proceso de destruccin-y de barbarizacin. La figura de la
muralla ilumina la visin critica que subyace la narracin de Garcilaso, esta
vez en el relato de la funcin que le asignan los espaoles:
de
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-1
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--~~abie~~o tra:~: 1: q~e-to~a a ::~~gin que u~a~an los l~os p~~:;~~-en este libro escribir sus costumbres y polica y gobierno para dos fines. El
uno, deshacer la falsa opinin que comnmente se tiene de ellos como de
gente bruta y bestial y sin entendimiento, o tan corto que apenas merece
ese nombre; del cual engao se sigue hacerles muchos y muy 110.table~
~a~ <?arcilaso, con:o_ para Acosta, la relacin entre nuevo o~den y pasado
prehisparuco se .ha deflI'Udo en la histqria de la colonia como mutuamente
excluyente. La exflusin se basa fundamentalmehte en el desc;~nocimiento
y, en el pensamiento utpico del Inca, el conocimiento se convirte en tercer
trmino imposible que neutraliza la oposicin fundamental, indicando la
s~lida de la serie histrica y abriendo un espacio simblico para un futuro
diferente.
Pasado !nea - Realidn<j. colonial
1 '
Conocimiento
La runcirt-utplca de los Comentarios se re1:ciona, en este sentido, con
su capaci~ad de hacer posible ese tercer trmino, de configurarse corno el
espacio va'.1d~ y legitimo de. la recuperacin de la historia, d~ la produccin
de! saber mdigena y de la transmisin del col')ocirniento. .Son esas tres
funciones las que convierten este texto, en relacn con la :.r~blerntica clel
conoc1m1ento, en discurso utpico, lugar simblico C!e la transformacin del
vaco .e~ _significante y del desplazamiento de l'l_,destruccin por la
negoaac1on.
El ltimo elemento central sobre el que se articula la propuesta utpica
que foX:Uula Garalaso en sus Comentarios es la construccin del sujeto. 3 La
centralidad de la problemtica de la identidad se subrava con claridad v
frecuencia en los Comentarios tanto a nivel personal como c;lectivo. De hech~,
uno ~e los con~~stes ms radicales que se establecen entre las C:onquistas del
lncar:w, especficamente la d.eJx:l_anco_.Cpac,_y_JasQ.n9yista espaola, se
relaciona con esta cuestin. Los capitu!os X,'(l-X,'(I!-X,"<IIL v X,'(fV del libro
describen con todo detalle un complejo ritual que ilumina la; mltiples fonnas
en las que la conquista del primer Inca era, de manera fundamental. un acto
s1mblic~ ~ue conferia identidad a los nuevos sbditos. El ritual tenia, segn
. la narracion de Garcilaso, varias fases. Com~nzaba con la enseanza y la
.....
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sus Reyes me dio aquel Inca, to de mi madre, a quien yo"'" fu ped, la cual yo
he procurado~cir fielmented~mi lengua mate~Jlll!..es..!a-del-lnca,en--
la ajena, que es la castellana ... Otras cosas semejantes, .1unque pocas, me
dijo este Inca en las visitas y plticas que en casa de mi rndre se hacan, las
cual.es pondr adelante en sus lugares, citando elautor, y r,11rne de no haberle
preguntado otras muchas para tener ahora la noticia de,..,~. sacadas de tan
buen archivo, para es~~birlas aqu" (C.R. l, 42); y de intrprPte de palabras y
hechos, c~mo el significado del Cuzco como ombligo (C.R. [, 83), 0 el de
Yupanqm cor::io verbo, para comprender todo lo. que ddli1jo tle tal verbo 0
nombre se puede querer decir (C.R. I, 96). Finalmente"~ la autodefinicin
inicial como in~io l~ que lo calific~ como historiador m~,1 competente que
cualqmer espanol: que. corno U:d10 natural d~ aquella tirr;;i, ampliamos y
extendernos con la propia relac1on lo que los lustoriadon1 ''>paoles, como
extranjeros, acortaron por no saber la propiedad de la lengua ni h<iber mamado
en la leche aquestas fbula~ y verdades como yo las mam.-" (C.R. r, 83).
Las funciones mltiples que puntean en el textr 1 las sucesivas
autodefiniciones del Inca cuestionan implcitamente la "f''>scin radical
brbaro/civilizado, pero hacen mucho ms que esto. In-.. rihf!n en el texto
dos transformaciones fundamentales: la del que' no sabe n1 puede hablar (el
indio) - "que yo, como indio traduje en m tosco romano!" - "11 el que habla
mejor y con mayor precisin que los propios escritores w'f''>rioles; v la del
que no tiene d~;echo a saber "porq~e las fuer:as de un ir.dio rio pueden
presumir tanto . en el que_sa.bl'? .mas q1:1e. nadie. Conju0;;cJas, estas dos
transformaciones marcan el ingreso simblico del indir,, a travs de la.
escritura, en el. mbito del conocimiento y del discurso.
_e,ero, dentro de! texto mismo, la funcin de traductor 1~rnnsmisor que
reclama el narrador :e problei:'~~za. La traduccin es un m;-;, 0 privilegiado .
de acceso de lo rnargmal o perifenco al espac10 de c1rculaci1j1: .;,, conocimiento
y cultura (Jakfalvi Leiva 15). Del mismo modo que la P":'''71encia total al
sistema cultural que se intenta transmitir ~s condicin ne< -.o,;:a de acceso l
conocimiento. Pero eR el texto ni la tradufcin es capaz de lr;;..::nner fielmente
los signos de una cultura en los de otra, ni el conoclmic:r:::~ :irofundo que
slo se adquiere con la leche materna puede garantizar_.la !.:<:.~misin de un
universo cultural a otro. La discusin sobre la imposibiliG.o,:.:. de armonizar
un trmino como Talma11tins11yo con e!' concepho de rr"1:,, .!el Penl, v ]a
ininteligibilidad de las piedras de la J:I\Uralla de la frtalc:zo:. ;,,Cuzco,; del
templo de Viracocha -por citar slo ds,ejemplos~ !"o der. ..-.tran. Ni~!n
universo cultural es reducible a los trminos de otr: ningj; ::::teria cul~ral
puede ser perfectamente .transpuesto en los signos > ;tro. y esta
____ punt_'.l;ali~;i_ci12._d~e_n.~i:~-d~.!_t_e~t.o ili:i..!!.1 ina <:L~-!l~? _.-:-..aqu.vaca. la.
impos1b1hdad de cualquier. smtests de contrarios, a la vez ...~ KOta v aclara
los lmites de la primera defircindel sujeto--"soy ::-::.:;' - v. de sus
mltiples funciones. El indio letrado cumple una funcir. ~-..-m~ntal: en
su figura se consuma simblicamente el acceso c~el sujeto ';-,:c. J( mbito del
poder discursivo e interpretativo. Pero no es, con su vaiv~:-. -;;- ~scilaciones y
vacilaciones, la figura utpica de resolucin de la contradic-...- ':md;ment:i.
,,
58 Beatriz Pastor
La figura utpica de resolucin es,_en el texto de Garcilaso, la del mestiz~-- --- .,.
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'
identidad de eleccin que reclama "a boca llena" el Inca al final de sus
Comentarios: "A los hijos de espaf:il y de india o de indio y espaola nos
llaman mestizos, por decir que somos mezdados de ambas naciones; fue
impuesto por los primeros espaols que t.Uvieron hijosen indias, y, por ser
nombre impuesto por nuestros padres y por su significacin, me lo llamo yo
a boca !lena y me honro con l" (CR II,266). Pero, cules la "significacin"
exacta de esa figura para Garcilaso? El uso del trmino ''mezclados" es muy
equvoco, porque el mestizo no es una figura de fusin o de sntesis imposible
de contrarios. ":Niezclado'' indica en el pensamiento de Garcilaso una
condicin diferente que Antonio Cornejo-Polar recoge en otro trmino muy
grfico: entr_everado. Hay entrelazamiento perpetuo e irredu~bl~ de
elementos tan dismiles conio Jo son los universos culturales que md1can;
-No hay mezcla que implique la disolucin de ninguno de los trminos en un
proceso de fusin o asimilacin.
..
.
El mestizo que proyecta l.i construccin del sujeto en los Comcntanos es
una fig>.ira de mediacin. No ilumina un proyecto de asimilacin ni de unin
de contr::irios sino de negociacin entre los trminos [nea-Espaol cuyos
universos respectivos deben preserv,1rse por igual. Desde d punto de vista
de l.i oroblem."itica identitarid personal Je Gdrcilaso. el mestizo es figura de
n~st>l~don-i.\Ut! tn.u1sfon1h\ i. .1 lll . .H~in . .did ..h.l, t!l1 rel ..h':l.'11 Lon ..unbos trn1inos,
en centralid.1d con respecto .i los Jos. Y, a nivel colet:tivo, el mestizo es el
nuevo sujeto utpico, bicultural y bilinge, que puede tender un puente para
la negod.adn, neutralizando la_ contr<1diccin histrica fundamental y
abriendo el .;amino para la realiz3cin dd Peru utpico. Un Per que >e
situ.1 no en !1 ptts.1do - identif:,indose con el lm::irio- sino en el futuro, en
.1:1 visiun utr.ic::i de un.i socied..iJ jusi:.:. que em:.ime ~'or is-u.ti los v,ilores
incas v .:ristlano-occidenta!es, slo incompatibles de~~tro de la realidad
hstri.c:i co~rompida y <legrad.ida de l..l colonia. Sl mestizo es la dave de
re,1lizacin de todo el provecto utpico del lm:.i. Como es figura de
neutr:liiZ:lcin de 1,1 oposicn rad..il. cuitural e h.istr.o '-lue enfrentaba a los
dos ti!rminos de la contradkcin. por ser figura de negodadn permanente
'entre dos universos culturales de xcelencia equivalente. Es el que garantiza
la armonizacin de ks contrarios frente a la imposibi;idad demostrada recurdense los limites de traduccin y explicacin- de reducirlos a un comn
d~nominador, de englobarlos sintticamente. o de homogeneizarl~s
reducindolos a los trminos del Otro. Se ha subrayado ya la importancia
capital de esta figura como apuesta la ms alta del !nea a fav~r de la n:'ona:
"Ahora entendido en trminos de violencia y empobrec1m1ento, casi como
.mutilacin de la_ completud de un ser que la conquista hizo pe~az~s, el_
mestizaje -que es la seal mayor y ms alta de la apuesta GarCilaC!Sta a
. { . favor d~ la irmona de dos mundos- termina Por-reinstalarse - precisamente
en el disurso que lo ensalza- en su condicin eq~v~ca y precana,
,densamente ambiga, que no convierte la unin en armorua smo - al reves en convivencia forzosa, dificil, dolorosa y traumtica" (Cornejo-Polar 99).
c;r.ln m1p n>intev-ando la construccin del nuevo sujeto mestizo al marco del
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un
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NOTAS
1
En mis incursiones por el complicado universo Garcilasista me han servido de gua,
-- ------ -- de forma especial aunque no exclusiva, los trabajos de: Jos Dutand, Alberto Flores
_=t
~alindo, MaxHemndez,SusanaJakfalvi;;_,;va, E. Pupo Walkery Margarita Zamora.
Tomo el trmino rua11ka del anlisis que hace Cornejo-Polar de las representaciones
de la tragedia_ de la muerte de Atahuallpa. En l se aclara que, segn Lira "tragedia
no es un eqmvalente exacto de Wanka, pero s el ms aproximado y no cabe otra
_
_____forma de traduccin" (56, nota 81).
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TI
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60 Beat:dz Pastor
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Cornejo-Polar, Antoro. Escribir en el aire: ensai;o sobre la heterogeneidad sociorultural en las literaturas andinas. Lima: Editorial Horizonte, 1994.
Durand, Jos. El Inca Garcilaso, clsico en Amrica. Mxico 1976.
_ _ "Garcilaso entre el mundo de Ios Incas y l de los conceptos
renacentistas". Digenes43 (1963): 21-45.
_ _ "El Inca Garcilaso historiador apasionado". Cuade:mos Americanos LII/
4(1950):153-168.
''Plores Galindo;'Alberto. Buscando un inca: identidad y utopa en los Andes. La
Habana, Coleccin Premio Casa de las Amricas, 1986.
Hemndes, Max. Memoria de{bien perdido: Conflicto, identidad y nostalgia en el
Inca Garcilaso de la Vega. Madrid: Encuentros, 1991.
.
Jakfalvi-Leiva, Susana. Traduc5:Jn, escritura y violencia colonizadora: un estudio
'':
de la obra del Inca Garcilaso: Syracuse:- 1\.faxwell School, 1984.
lvienndez y Pelayo, Marcelino. Orgenes de la novela. Vol. I. Madrid, 1905.
392.
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