2 Prioridades Equivocadas: Hageo 1:1-11
2 Prioridades Equivocadas: Hageo 1:1-11
2 Prioridades Equivocadas: Hageo 1:1-11
Prioridades equivocadas
Hageo 1:111
frase este pueblo (en vez de mi pueblo o el pueblo de Dios) indica que su
actitud haba levantado una barrera entre el pueblo y su Dios.
Hageo hizo todava otra presentacin del problema al confrontar al pueblo
mismo, esta vez en forma de pregunta Es para vosotros tiempo? (v. 4) pero
siempre con base en la misma autoridad: vino palabra de Jehov sobre el
profeta Hageo (v. 3). La frase casas artesonadas (v. 4) indica que el pueblo se
haba dedicado no slo a la construccin de sus casas propias, sino tambin a
adornarlas. Es cierto que Jerusaln estaba pasando por una crisis econmica, pero
debemos tener en cuenta que una gran parte de la gente que regres haba
disfrutado de una prosperidad singular en Babilonia, por eso trajo dinero consigo a
Jerusaln. Quiere decir que tenan con qu pagar el adorno de sus casas. La
pregunta enfoca la queja de Dios y Hageo; el pueblo tena dinero, tiempo y deseo
de invertir en sus propias casas, incluso adornarlas con bastante lujo, pero
abandonaron la casa de Jehov y la dejaron sin terminar.
Qu haba pasado cuando era evidente que el pueblo haba regresado de
Babilonia con la comisin de reconstruir el templo? Sencillamente, sus prioridades
haban cambiado. Tal vez eso se deba a la oposicin de parte de los samaritanos,
o por la incertidumbre de la situacin internacional, o aun por las malas
condiciones econmicas. No se da la razn exacta, pero obviamente abandonaron
sus propsitos iniciales, que eran nobles e importantes, y los cambiaron por otros
fines egostas.
Por supuesto que el punto principal de todo esto no era condenar que tuvieran
casas atractivas, sino la importancia que tiene el saber reconocer las prioridades.
En ese caso, Dios y el profeta criticaron a quienes tomaban las decisiones, porque
no tenan a Dios y su voluntad como prioridad nmero uno. El mundo y la vida
estn llenos de factores que, si los dejamos, puedan torcer las normas que han de
regir nuestras vidas. Adems el maligno es muy astuto y manipula esos factores,
procurando hacernos cambiar nuestras prioridades. Es obvio que eso fue lo que
pas en Jerusaln en aquel entonces.
La exhortacin de Dios (v. 5). La primera exhortacin era que meditaran:
Pues as ha dicho Jehov de los ejrcitos: Meditad bien sobre vuestros caminos.
La pregunta del versculo anterior fue una llamada de atencin, pero se podra
considerar algo indirecta; no obstante, el versculo 5 es ms directo. Literalmente,
Hageo deca que el pueblo tena que enfocar su corazn sobre los caminos de Dios.
Es como si dijera: Detnganse! Reflexionen! Repasen los detalles de por qu
estn aqu y cmo han desempeado sus responsabilidades! Entiendan! En
segundo trmino, el significado que, a propsito, es la idea bsica del modismo
hebreo, quera comunicar que no era suficiente solamente con recordar, sino que
deban reflexionar con el fin de entender.
PENSEMOS!
La palabra meditad y la prctica que ella demanda, parecen ser dos de los
conceptos favoritos de Hageo, porque la emplea cinco veces a travs del libro (1:5,
7; 2:15 y dos veces en 2:18).
El primer enfoque de la reflexin: trabajo que no es productivo (v. 6).
Pareca que el pueblo no entenda lo que le estaba pasando, esa confusin siempre
resulta cuando uno no contempla su situacin a travs de lo que Dios ha dicho.
Obviamente el pueblo no acept la perspectiva de Dios, ni estaba marchando al
comps de su voluntad revelada, lo que en verdad se traduce en desobediencia, y
sta siempre es pecado.
Cules eran los resultados? En el rea de las siembras y cosechas, la gente
estaba desanimada porque no se cumplan sus expectativas. En cuanto a la
comida, el pueblo no estaba satisfecho, y tampoco con lo que beba. Tampoco lo
estaba en cuanto a la ropa, o por falta de fondos para reponer la gastada, o porque
sencillamente la que tena no le satisfaca, el pueblo estaba harto! Los sueldos
que ganaban con el sudor de sus frentes no llenaban sus necesidades econmicas.
La gente estaba desesperada! No cabe la menor duda que la situacin era difcil y
el sufrimiento agudo. Pero les haca falta entender por qu les sucedan tales
cosas. No haban captado la razn que haba detrs de lo que les pasaba, que era
la mano disciplinadora de Dios.
Lista de calamidades 1:711
La segunda exhortacin de Dios vuelve a ser meditad (vv. 78). Otra
vez Jehov pone a consideracin de su pueblo el estilo de vida que no toma en
cuenta el enfoque divino.
PENSEMOS!
haba existido un contrato para traer madera de cedro del norte. No se sabe si el
pedido de madera fue entregado o no, ni tampoco si todava estaba disponible.
Ser que la usaron en la construccin de sus casas particulares? Lo cierto es que
tuvieron que buscar la madera que se necesitaba en los bosques locales.
YO PONDR EN ELLA MI VOLUNTAD, Y
SER GLORIFICADO,
HA DICHO JEHOV (HAGEO 1:8).
PENSEMOS!
fielmente la palabra de Dios que deca: por cuanto mi casa est desierta, y
cada uno de vosotros corre a su propia casa (v. 9b). Entonces, no se poda
culpar a las condiciones econmicas o polticas ni achacar el asunto a la mala
suerte. Eligieron construir sus casas en vez de la casa de Dios. Y las
circunstancias adversas que les sobrevinieron fueron resultado directo de su
desobediencia, que en s se debi a sus prioridades mal establecidas.
CONCLUSION:
Lecciones.
Primera. Debemos tomar decisiones con base en nuestras prioridades. Hageo
ensea que Dios debe tener la prioridad ms alta. Ni el soldado ni el siervo tienen
derecho a anteponer sus preferencias a las de su lder o amo, y la vida de un
creyente se ha comparado tanto con un soldado como con un siervo.
Segunda. La mano disciplinadora de Dios sigue funcionando, l provee la
presin y correccin que sus hijos recalcitrantes necesitan. Empuja, tira y presiona.
Controla las circunstancias de nuestra vida, todas ellas, y lo hace siempre para
irnos conformando a la imagen de Cristo.
Tercera. Puede ser que aquellas cosas que llenan nuestra vida, impidiendo
nuestra obediencia inmediata o completa a la palabra de Dios, no sean malas en
s, ni inmorales ni antibblicas.
No obstante, el creyente tiene que tener mucho cuidado y no dejar que lo
bueno tome el lugar de lo mejor.