Cinco Pilares de La Reforma

Cinco pilares de la Reforma
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Domingo, 04 de Octubre de 2009 19:24
La Reforma fue uno de los mayores acontecimientos en la historia del mundo. Esencialmente,
fue una obra de Dios relacionada con la verdad de la doctrina bblica, pero lleg a ser un
poderoso avivamiento de vida espiritual y una tremenda conmocin de intensa conviccin
religiosa.
Una vez que el Evangelio fue redescubierto, la gente comenz a experimentar, mediante el poder
del Espritu Santo, la plena realidad de la salvacin de Cristo. El catolicismo romano fue
rechazado porque se vio que no era la religin de Jesucristo; y el cristianismo neotestamentario,
en su plena pureza y poder, fue restaurado una vez ms a la Iglesia de Dios.
El Dr. J.H. Merle d Aubign, el historiador, escribi: "El cristianismo primitivo y la Reforma
constituyen una y la misma revolucin, producida en diferentes pocas y bajo diferentes
circunstancias."
Hoy presenciamos los intentos a alto nivel de deshacer la gloriosa obra de la Reforma.
La mayora de nosotros habremos ledo reportajes de un discurso del Arzobispo de Canterbury
pronunciado hace dos anos, en 1993, en la Iglesia de S. Gregorio en Roma. En su discurso, daba
a entender que la primaca papal podra ser reconocida por la Iglesia de Inglaterra, y llam a los
cristianos en todas partes a aceptar al Papa como el dirigente de la Iglesia universal.
Al da siguiente, en una demostracin de unidad sin precedentes, l y el Papa se abrazaron
durante una misa papal en la plaza de S. Pedro. Este realineamiento con Roma ha sido necia e
ingenuamente aceptado por muchos protestantes nominales. De hecho, esto es una traicin a
nuestra fe protestante y un rechazo despreciativo del patrimonio de la Reforma.

En vista de la confusin mental prevaleciente, es necesario reafirmar los principios de la verdad
de la Reforma y examinar el romanismo a la luz de los mismos. Los reformadores lucharon para
defender un Evangelio apropiadamente descrito por los siguientes lemas:
Sola Scriptura: por la sola Escritura.
Las Santas Escrituras del Antiguo y Nuevo Testamentos, como inspiradas por Dios que son,
constituyen la sola y suficiente autoridad en todos los asuntos de fe y prctica.

La
Palabra escrita se mantiene gloriosamente sola en su majestad. Testifica en el nombre de Dios.
Demanda reverencia, fe inquebrantable en sus doctrinas y firme obediencia a sus mandatos.
"Toda Escritura es inspirada por Dios y til para ensear, para reprender, para corregir, para
instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, equipado para toda buena obra
(2Tim.3:16). Rechazamos las autoridades de Roma, que son "la Santa Madre Iglesia, los libros
apcrifos, el consenso unnime de los Padres, los decretos de los Concilios, las tradiciones no
escritas y las decisiones de los Papas". "Slo la Biblia es la religin de los protestantes. (Wlliam
Chillingworth).
Sola Gratia: slo por gracia.
La gracia es el favor inmerecido de Dios, de su amor gratuito. Presupone total indignidad en sus
objetos, quienes son considerados pecadores y culpables, que no merecen nada sino el castigo.
La salvacin es enteramente por gracia. Esto significa que es exclusivamente una obra divina,
absolutamente libre y soberana, en la que los pecadores no juegan ningn papel y a la que no
contribuyen en nada.
Dios no est obligado a salvar. Las personas no han hecho nada para merecerlo. La gracia, y slo
la gracia, es la causa de la salvacin. "Si es por gracia, ya no es a base de obras, de otra manera la
gracia ya no es gracia" (Rom.11:6). Por gracia, Dios elige a personas para vida eterna, las redime
por
medio de Jesucristo, las llama por el Espritu Santo, las justifica por la fe, las guarda para vida
eterna (Rom.11:5; Gl.1:15; Tit.3:7; Efe.1:5,6; 2:7; Rom.5:21). "Por gracia habis sido salvados
(Efe.2:8).
El plan de salvacin que ensea la Iglesia de Roma incluye la doctrina del mrito: "Las buenas
obras realmente merecen la vida eterna; y quien sostenga lo contrario es maldito."
Aqul incluye aun la idea de que una persona justa puede acumular un exceso de buenas obras,
ms an de lo que se requiere ("obras de supererogacin", y que estos mritos superfluos, al
formar un tesoro o fondo, pueden ser dispensados por el Papa a los catlicos romanos menos
santos, que pueden as gozar de los beneficios ganados por otros (la doctrina de las
indulgencias). Pero qu dice la Palabra de Dios? 'Dios... nos ha salvado... no segn nuestras
obras, sino segn su propsito y segn la gracia (2Tim.1:9). Esta es la doctrina de la Reforma,
y Augustus Toplady lo expres bien: "El camino al cielo no pasa por un puente de peaje sino por
un puente gratis; a saber, la gracia inmerecida de Dios en Cristo Jess. La gracia nos halla como
mendigos pero nos deja como deudores.
Solo Christus: solo por Cristo
A Cristo se le presenta en la Escritura como mediador. Ahora bien, un mediador es alguien que se
interpone entre dos partes enfrentadas con el propsito de reconciliarlas. Eso fue lo que Cristo
hizo cuando tom sobre s nuestra humanidad. Obedeci en nuestro lugar y sufri por nuestra
culpa, realizando as todo lo que era necesario para hacer la paz (Hch.10:36; Rom.5:1). Slo a
travs de Cristo podemos ser aceptados por Dios. El es el nico camino de acceso a la presencia
de Dios y el nico canal por el que se otorgan las bendiciones. "Hay un solo y un solo mediador
entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, quien se dio a s mismo en rescate por todos,
testimonio dado a su debido tiempo" (1Tim.2:5-6). Roma, sin embargo, interpone muchos
mediadores.
En primer lugar, estn los sacerdotes, esos intermediarios indispensables que tienen el exclusivo
derecho y poder de ofrecer el sacrificio de la misa y transmitir la gracia merecida por dicho
sacrificio (comprese Heb.7:24; 10:12,13).
A continuacin se hallan los que estn por encima y medan, tales como la Virgen Mara
"abogada y mediadora", los santos difuntos y los santos ngeles. ("Deberamos pedir a los
ngeles y santos que oren por nosotros, porque son nuestros amigos y hermanos, y porque sus
oraciones tienen gran poder con Dios", Un catecismo de doctrina cristiana, 1971). Existe alguna
justificacin bblica para esto? No, ninguna en absoluto. Estas cosas estn expresamente
prohibidas (Mat.12:47-50;
Hech.10:25,26. Col.2:18. Ap.22:8,9).
Juan Calvino, uno de los mayores reformadores, expres claramente la verdadera doctrina de la
Palabra de Dios: "Podemos estar plena y firmemente unidos a Dios slo cuando Cristo nos une a
l. Si queremos, pues, estar seguros de que Dios se complace en nosotros y est benignamente
dispuesto hacia nosotros, debemos fijar nuestros ojos y nuestras mentes en Cristo solamente."
Sola Fide: por la sola fe
De todas las preguntas que una persona puede hacer, la ms importante sin duda es: "Cmo
puedo reconciliarme con Dios?" Slo la revelacin puede responder a esa pregunta, y la
respuesta de la Biblia es la siguiente: "El hombre es justificado por la fe aparte de las obras de la
ley" (Rom.3:28).
Esta doctrina de la "justificacin por la sola fe es la verdad central del cristianismo y la verdadera
prueba de la fidelidad de una iglesia al Evangelio.
Permtaseme en este punto definir los trminos.
Justificacin es una palabra legal, que pertenece propiamente a la esfera del derecho y los
tribunales de justicia. Es un veredicto judicial, la declaracin de que alguien es justo a los ojos de
la ley. Cuando Dios justifica a los pecadores - y eso es lo que l hace - los declara exentos de
castigo y con derecho a ser recompensados slo sobre la base de lo que Cristo ha hecho por ellos
(Rom.3:24; 5:9). La fe es simplemente la confianza personal del pecador en Cristo como
Salvador (Efe.1:13).
Dios slo nos justifica cuando, en nuestra desesperacin, acudimos a Cristo y ponemos toda
nuestra confianza en su vida y muerte sustitutorias. "Habiendo sido justificados por la fe,
tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Seor Jesucristo" (Rom.5:1). Sabiendo que el
hombre no es justificado por las obras de la ley, sino mediante la fe en Cristo Jess, tambin
nosotros hemos credo en Cristo Jess, para que seamos justificados por la fe en Cristo, y no
por !as obras de la ley; puesto que por las obras de la ley nadie ser justificado" (Gl.2:16).
No mas, mi Dios, no me jacto ms
De todos los deberes realizados:
Renuncio a las esperanzas que tuve anteriormente,
Para confiar en los mritos de tu Hijo.
La mejor obediencia de mis manos
No se atreve a aparecer ante tu trono
Pero la fe puede responder a tus demandas,
Alegando lo que mi Seor ha hecho.
Isaac Watts.
La Iglesia Catlica Romana niega esto. Segn el dogma romano: "La causa instrumental (de la
justificacin) es el sacramento del bautismo," y: "mediante la observancia de los mandamientos
de Dios y de la Iglesia, la fe cooperando con las buenas obras..." capacita a las personas para ser:
"adicionalmente justificadas"! (Los Decretos del Concilio de Trento).
Los reformadores levantaron sus voces en una protesta unida contra tal perversin de la verdad
bblica. Aqu tenemos la gran declaracin de Lutero: 'Yo, Martn Lutero, un indigno predicador
del Evangelio de nuestro Seor Jesucristo, de esta manera profesa y cree; que este articulo, que la
fe sola, sin obras, puede justificar ante Dios, nunca ser derribado... Este es el verdadero
Evangelio... sta es la doctrina que ensear; y esto el Espritu Santo y la Iglesia de los fieles han
declarado. En esto permanecer. Amn."
Soli Deo Gloria: slo a Dios la gloria.
La verdadera doctrina magnifica la gracia de Dios en la salvacin de

hombres y mujeres y nos hace elevar la voz de la alabanza que adora y la accin de gracias, de
manera que la gloria sea dada a Dios a travs de nuestro Seor Jesucristo. El plan completo es,
como ensea el apstol Pablo: "para alabanza de la gloria de su gracia que gratuitamente ha
impartido sobre nosotros en el Amado. De ah la doxologa: "a l sea la gloria en la iglesia y en
Cristo Jess por todas las edades, por los siglos de los siglos, Amn" (Efe.1:6;3:21).
La doctrina romanista exalta al Papa, a los sacerdotes y, por su doctrina de la salvacin por obras,
a los creyentes mismos. Es una religin centrada en el hombre, muy alejada de la religin del
Nuevo Testamento.
La Verdad redescubierta en la Reforma devolvi la gloria a Dios.
William Tyndale, el traductor bblico y mrtir, en su Prlogo a la Epstola a los Romanos,
escribi: "Vemos que slo Dios, quien, segn la Escritura, obra todo en todas las cosas, obra la
justificacin, la salvacin y la salud del hombre... la misericordia de Dios al prometer, y la
Verdad en cumplir sus promesas, nos salva, y no nosotros a nosotros mismos; y, por tanto, todo
loor, alabanza y gloria han de ser dadas a Dios por su misericordia y Verdad, y no a nosotros por
nuestros mritos y dignidad."
Ojal que Dios reavive en nuestros das estas grandes verdades por las que muchos reformadores
murieron, y que ensee a su pueblo la imposibilidad de una base comn o unin con Roma.
Escrito por Malcolm Watts. Pastor de la Iglesia Evanglica Emanuel de Salisbury (Inglaterra).
Este artculo est tomado de la revista The Sword and Trowel

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