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REVISTA INTERNACIONAL DE CIENCIAS DEL DEPORTE

International Journal of Sport Science


http://www.ricyde.org
doi:10.5232/ricyde2012.028
International Journal of Sport Science
Volumen VIII - Ao VIII
P g i na s : 10 6 - 1 0 8

ISSN :1 8 8 5 - 3 1 3 7

N 28 - Abril - 2012

EDITORIAL:

Emociones en el deporte y Sociologa / Emotions in Sport and Sociology

Nria Puig Barata


GISEAFE (Grup de Recerca en Investigaci Social i Educativa en lActivitat Fsica i lEsport)
Institut Nacional dEducaci Fsica de Catalunya, Barcelona

Estudiar las emociones es valga la redundanciaemocionante. Las emociones estn presentes en


nuestras vidas y, gracias a ellas, nos sentimos vivir.
Tanto si se trata de las que nos hacen sentir bien
como de las que nos traen las mayores tristezas, son
reveladoras de nuestra existencia. No es imaginable
una vida sin emociones.
Quizs por estos motivos, abordar las emociones
como objeto de estudio cientfico, despierta gran
curiosidad y dispone el nimo para adentrarse en este
terreno. Las emociones han sido estudiadas por todas
las Ciencias Humanas gracias a lo cual ya se dispone de un amplio conocimiento sobre las mismas aunque, como en cualquier otro tema, al adentrarse en
ellas de nuevo, siempre es posible avanzar y mejorar
lo que se sabe hasta el momento.
En las pginas que siguen me propongo ofrecer
algunas pinceladas sobre los temas que son objeto de
una Sociologa de las emociones aplicada al mbito
deportivo. Esta propuesta surge de las investigaciones que al respecto hemos llevado a cabo en el
Grup dInvestigaci Social i Educativa en
lActivitat Fsica i lEsport (GISEAFE) del INEF de
Catalunya (Puig, Lagardera, y Junc, 2001; Puig y
Vilanova, 2011).
Debemos comenzar por la pregunta que es clave para
entender todo lo que sigue: qu es una emocin
desde una perspectiva sociolgica? Una emocin no
es una simple reaccin fisiolgica sino que, a pesar
de tener una dimensin de este tipo, tambin est
relacionada con rasgos de personalidad (dimensin
psicolgica), subculturas especficas (modalidades
deportivas -en nuestro caso-, gnero, edad..) y contextos socioculturales e histricos; las dos ltimas
configuran la dimensin sociolgica de la emocin.
Si la emocin slo fuera una reaccin y la misma
para todas las personas en todas las circunstancias, dejara de tener inters para la Sociologa.
Sin embargo, a poco que se entre en la temtica,

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pronto se observa que los modos cmo las personas


definen la situacin que desencadena la expresin de
una emocin y el modo cmo esta expresin puede
variar en el curso de una vida o de unos acontecimientos (proceso), se aprecia con claridad que la
emocin tiene una base social. Quizs la alegra o la
tristeza que se siente en un determinado momento
sea igual para todas las personas pero las circunstancias socio-culturales que desencadenan la expresin
de estas emociones varan.
Hay muchos estudios que han tratado estas
diferencias en la percepcin de la emocin
segn las sociedades y los momentos histricos aplicados al deporte. Hay que destacar el
clsico de Norbert Elias (1992) que analiz los
deportes en la Grecia antigua. El ttulo de su trabajo
ya alerta sobre lo que estoy comentando: La gnesis del deporte como problema sociolgico. Los
mencionados deportes eran muy violentos y, en el
desarrollo de los mismos, se aceptaba un grado de
violencia y crueldad que son inaceptables en el
momento actual y que provocaran desagrado y hasta
indignacin. Segn Elias, esta tolerancia hacia la
violencia tiene relacin con el desarrollo del aparato
de Estado. Cuanto mayor sea ste, mayor ser el
control de la violencia fsica por parte de las instituciones especializadas (polica, ejrcito, prisiones, tribunales de justicia...) Esto tiene como consecuencia una menor familiaridad con la violencia
fsica por parte de la poblacin y da lugar a un
menor grado de tolerancia hacia la misma desencadenando emociones negativas hacia esta
violencia. Es muy diferente a lo que ocurra en
la Grecia antigua donde el aparato de Estado
estaba muy poco desarrollado y las personas se
vean confrontadas diariamente a situaciones
de violencia.
Se pueden hacer muchos estudios desde esta
perspectiva. C o m p a r a r, p o r e j e m p l o , los
m o d o s d e expresin de las emociones (alegra
por la victoria, desengao por la derrota, enfado
por una falta del contrario, etc.) segn las culturas de cada deporte o segn momentos histricos.

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Esta diferenciacin sociocultural e histrica de las emociones tambin puede apreciarse al analizar el modo
como stas se comunican. Los cdigos para comunicarlas varan de una cultura a otra, de un deporte a otro;
hay que conocer el entorno en el marco de la cual se
expresan ciertas emociones ya que, de lo contrario,
podemos caer en errores de interpretacin importantes.
En efecto, las emociones son invisibles. Es decir, una
emocin no se ve, no es un objeto tangible, sino que es
algo que la persona siente y que, si quiere que llegue a
los dems, debe encontrar la manera de transmitirla.
Comunicar las emociones consiste en un proceso de
codificacin, descodificacin e interpretacin
(Heinemann, 1999; Hochschild, 1979; Scherrer, 1982).
La persona debe encontrar un sistema de cdigos para
poderlas comunicar. Igualmente, quien recibe el mensaje debe ser capaz de encontrar las claves descodificadoras para, as, interpretar correctamente la emocin que
se le trasmite.
Esta invisibilidad de las emociones y los errores que
se pueden cometer a la hora de interpretar las emociones transmitidas, ha dado lugar a estudios muy atractivos aplicados al deporte. Resulta de sumo inters ver
cmo dirigentes y deportistas utilizan con fines estratgicos comunicar falsas emociones o aparentan no tener.
La agresividad de quien preside un club, por ejemplo,
puede ser tristeza, la manifestacin de un carcter dbil
o bien una estrategia para conseguir algo de la gente a
quien se dirige. En 1991, Hackfort y Schlattmann realizaron una investigacin a deportistas durante las competiciones. En el 50% de los casos no mostraron las
emociones que realmente sentan porque deseaban
engaar a sus oponentes.
Si se emplean las emociones con fines tcticos es porque stas tambin cumplen funciones; y, en el caso
concreto del deporte, muy importantes para el acceso a
la performance. Lo ms interesante del estudio de las
funciones de las emociones en el deporte es la reflexin
de Heinemann (1999) segn la cual una emocin positiva no tiene porqu cumplir funciones positivas o al
revs. Esta observacin fue de suma ayuda cuando estudiamos las funciones de las emociones en las hazaas
deportivas de deportistas que practicaban en la
Naturaleza (alpinismo, navegacin en solitario, escalada) (Puig y Vilanova, 2011). Nos permiti entender
cmo la pasin por el deporte practicado, aun siendo
dolorosa en muchas ocasiones (la pasin comporta
sufrimiento), era el motor que ayudaba a superar todos
los obstculos para seguir adelante en las circunstancias
ms difciles o penosas. Por tanto, el estudio de las funciones de las emociones tambin pone de manifiesto su
carcter estratgico.
Sin embargo, para que las emociones alcancen fines
estratgicos, han de ser objeto de lo que se ha denominado trabajo emocional. Helena Flam (1990, 43-45) explica que las emociones son detonantes muy poderosos
de la accin individual pero, cuando los seres humanos

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se guan slo por las emociones, pierden su libertad,


no consiguen sus fines. Hay, por tanto un componente racional en el modo de afrontar las emociones;
en el curso de nuestro proceso de socializacin aprendemos a trabajarlas para que no nos traicionen.
Trabajar las emociones es mucho ms que controlarlas. Mediante el control lo mximo que se consigue es
que la emocin est oprimida pero puede traicionar en
cualquier momento. El trabajo emocional, por el contrario, permite la automatizacin de un nuevo comportamiento frente a una emocin que previamente
haba tenido efectos negativos. Se consigue que ante
la misma situacin ya no se sienta la emocin perjudicial y, en cambio, surja otra que permita saldar con
xito el reto que se afronta.
La Psicologa del Deporte se ocupa con xito de la
transformacin del control de las emociones en trabajo emocional. Hay muchas tcnicas al respecto e
investigaciones que prueban su eficacia (Haase y
Hansel, 1995) Sin embargo, lo que confiere el inters
sociolgico al trabajo emocional es que ste debe ser
realizado segn lo que Arlie Hochschild (1979 y
1983), en su ya clsico estudio sobre el trabajo emocional de las azafatas de una compaa area norteamericana, denomina las feeling rules que sugerimos
traducir por normas de sentimientos. Se trata de normas sociales que nos indican cmo hemos de sentir y
cmo debemos expresar nuestras emociones. No estn
escritas pero se aprenden a lo largo del proceso de
socializacin. En el deporte tiene mucho inters constatar que, cada subcultura deportiva tiene sus propias
normas de sentimientos. Lo que se acepta en unas, no
lo es en otras y, si no se conocen estas cuestiones, la
persona puede tener problemas que impidan alcanzar
el objetivo que se haya fijado. Un montaero que formaba parte de una expedicin al Everest nos contaba
cmo haba que comportarse cuando algn componente de la misma se enfadaba con el grupo: Hay que
dejarle tranquilo, mantener la calma y no reaccionar.
Seguramente se ir a su tienda hasta la maana
siguiente. Cuando regrese no hay que hacer ningn
comentario. Nada de comentarle ests mejor?
todava ests enfadado?. Nada de eso; dejarle en
paz (Puig y Vilanova, 2011, 341)
Por ltimo, el trabajo emocional se puede trasladar a
la gestin de las emociones en organizaciones
(Heinemann, 1999) Quienes las dirigen, se ven confrontados a situaciones en que las emociones pueden
impedir el buen funcionamiento de las organizacin.
Conflictos, mobbing, desmotivacin, son hechos
cotidianos en las organizaciones. Tratar de influir en
las emociones de los dems para que se orienten en
beneficio de la organizacin es una tarea necesaria por
parte de quien la gestiona. De nuevo, esta gestin
debe hacerse de acuerdo con lo que la cultura de la
organizacin acepta como norma de sentimiento apropiada. Las diferencias entre ellas son notorias.

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Las propuestas de anlisis que he realizado se


aplican a personas (deportistas, rbitros, dirigentes) y a organizaciones (clubes, centros
de fitness, servicios municipales del deporte,
escuelas). En ambos casos, el estudio de las
emociones puede ayudar a conocerlas mejor y,
en consecuencia, a alcanzar los fines que se
hayan fijado.
Bibliografa
Elias, N. (1992). La gnesis del deporte como problema sociolgico. En Elias, N., y Dunning, E.
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Flam, H. (1990). Emotional Man: l. The emotional
Man and the Problem of Collective Action.
International Sociology, 5 (1), 39-56.
Haase, H. & Hnsel, F. (1995). Psychologische
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Leistungssport, 25 2, 32-38. Puede encontrarse la
traduccin italiana en Metodi psicologici ed incremento de la prestazione sportiva. Scuola dello
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Hackforth, D. & Schlattmann. A. (1991). Functions


of Emotion Presentation in Sport. En Hackforth, D.
(Ed.). Research on Emotions in Sport. Kln,
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Heinemann, K. (1999). Sociologa del asociacionismo voluntario. El ejemplo del club deportivo.
Valencia, Tirant lo Blanch - Asociacin Espaola
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Hochschild, A. (1979). Emotion Work, Feeling
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Hochschild, A. (1983). The Managed Heart.
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of Emotions in Achievement Sports. Research
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Scherrer, K.H. (1982). Emotion as a Process:
Function, Origin and Regulation. Social Science
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