IgnaciodeAntioquia, Ad Ephes.
IgnaciodeAntioquia, Ad Ephes.
IgnaciodeAntioquia, Ad Ephes.
10. Cf. Ef 5, 1.
I,
105
104
A los
oi,
6. Cf. Rm 15, 5.
3. 1M
Lightfoot.
1:0:
9. CL Col 1, 7; 4, 7.
om. Zahn.
4. IOE1"V:
tQ'1:0pTO'O:L
Lightfoot.
106
TIpo,
'Etp~(itout;,
rr, 1-IV, 2
2. Cf. 2 Tm 1, 16. 5-6. Cf. Jn 17, 10. 22. 8-9. Cf. Hch 5, 41; 3 Jn 7.
14. Cf. Flp. 1, 21; Col 3, 4; Jn 3, 36; 14, 6; 20, 31.
A los efesios,
rr, 1-IV, 2
107
IV. 1. Por tanto, os conviene correr a una con la voluntad del obispo, lo que ciertamente hacis. Vuestro presbiterio,
digno de fama y digno de Dios, est en armona con el obispo
como las cuerdas con la ctara 21. Por ello, Jesucristo entona un
canto por medio de vuestra concordia y de vuestra armoniosa caridad. 2. Cada uno de vosotros sea un coro para que, afinados
en la concordia, a una con la meloda de Dios, cantis al unsono
al Padre por medio de Jesucristo para que os escuche y reconoz-
108
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IV,2-VI, 1
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109
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110
VI, l-VII, 2
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ha enviado. Por tanto, aparece con claridad que es necesario considerar al obispo como al Seor mismo 28. 2. El mismo Onsimo
ensalza vuestra disciplina en Dios ya que todos vivs segn la verdad, y entre vosotros no anida ninguna hereja. Pero no escuchis
a nadie ms que al que os hable de Jesucristo en verdad 29.
VII. 1. Pues algunos acostumbran a divulgar el Nombre 30 con perverso engao, pero hacen cosas indignas de Dios.
A esos es necesario que los evitis lo mismo que a las fieras, pues
son perros rabiosos que muerden a traicin, de los cuales es necesario que os guardis pues sus [mordeduras] son difciles de curar 3 !. 2. Hay un solo mdico 32, carnal y espirituaP3, creado e
incread0 34, Dios hecho carne, vida verdadera en la muerte 35,
[nacido] de Mara y de Dios, primero pasible y, luego, impasible,
Jesucristo nuestro Seor 36.
4. al.'mp:
ti
1tapl Lightfoot.
9. Cf. Jn
111
112
llpo<; 'E<pocr(ou<;,
VID, 1-IX, 2
10
113
~or
al de. 1 Tm 3, 16. Lo que Ignacio pretende con esta serie de conceptos opuestos
es afIrmar !a verdadera humanidad y divinidad de Cristo frente a los docetas.
. ~7. Cf. tnfr~, 18, 1. llep(<PlI.tO( significa literalmente basura, desecho, inmundICIa. El tn;Illno se aplica~a tambin a los criminales ms viles que eran sacrificados a l?s dtoses para expiar los pecados de la nacin y remitir su clera. Focio
c~enta como en Atenas se echaba al mar un criminal y, al ser arrojado, se deca:
Se nuestra basura (llepcJlIWx ~.twv yovou): FOCIO, Lexikon, ed. S. A. Naber, vol
II, A,msterd.an;,1965 (reimp.), 8?; San P~blo usa el trmino en 1 Co 4, 13, pues
acabo convlrtl.endose en. expreSlOn comun de humildad. Cf. Ps.-Bern. 4, 9; 6, 5.
38. J. B. LIghtfoot pIensa que el lugar de procedencia de tales individuos era
Fil~delfia: ;f. o. e., 52 . .sin embargo, 'X:'. R. Schoedel es de otra opinin; Ignacio
9Ulere d,!!cIr a los efesIOS que esos mIsmos propaladores de falsa doctrina han
Ido de Efeso a Esmirna, ciudad desde la que escribe: d. o. c., 65.
39. CE. Ef 2, 20-22; IP 2, 5; A los filadelfios 7, 2; 2 Clern. 9, 3; Ps.-Bern. 4,
11; 6, 15; 16, 8; HER.~S, El Pastor Vis 3, 1-13 (9-21).
40. Cf. 1 Clern. 49, 4.
. 41. Igna;io va a comparar la Iglesia de feso con una procesin festiva. La
Image~, qUIZs, encuentre su explicacin en la prctica que exista en feso de
procesl~nes en honor de la diosa Artemisa en las que los fieles llevaban estatuas
de la dIosa, maquetas del templo y otros smbolos: d. F. J. DLGER, Christophoros als Ehrentitel fr Martyrer und Heilige irn christliehen Altertum AChr 4
(1934) 73-80.
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114
IX, 2-XII, 2
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XII. OtOa:, 'tt\: dfLL xa:l 1:tQ'LV yp<Xcpw. tyoo xa:'t<xxpt'to\:, fLe.l<;
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115
X. 1. Orad sin interrupcin 43 por los dems hombres para que alcancen a Dios, pues en ellos hay esperanza de conversi6n 44. As pues, concededles que puedan aprender de vuestras
obras. 2. Ante su ira, vosotros sed mansos; ante su jactancia, vosotros sed humildes; ante sus blasfemias, vosotros [elevad] oraciones; ante su error, vosotros [permaneced] firmes en la fe45; ante
su violencia, vosotros sed padficos, sin aspirar a imitarlos.
3. Con benignidad mostrmonos sus hermanos y esforcmonos
por ser imitadores del Seor (quin ser el ms agraviado?
quin el defraudado? quin el despreciado?) para que entre vosotros no se halle ninguna hierba del diablo 46, sino que, carnal y
espiritualmente, permanezcis en jesucristo con toda pureza y
prudencia.
XI. 1. stos son los ltimos tiempos. A vergoncmonos
de ahora en adelante y temamos a la paciencia de Dios para que
no se c@nviena en condenaci6n para nosotros. Porque una de
dos: o hemos de temer la ira venidera o amar la gracia presente .
S6lo as [podremos] ser encontrados en jesucristo para la vida
verdadera. 2. No os convenga nada fuera de Aqul, por el que
llevo cadenas, perlas espirituales, con las que ojal pueda resucitar, gracias a vuestra oraci6n, en la que deseo tener siempre pane
para ser encontrado en el lote de los cristianos de feso que tambin. vivieron siempre unidos a los ap6stoles por la fuerza de Jesucnsto.
XII. 1. S quin soy y a quines escribo. Yo soy un condenado 47; vosotros habis alcanzado misericordia. Yo estoy en
14. 1 Tm 5, 2.
42. Cf. A los esmimiotas, nser. A. Quacquarelli mantiene que &LO'PPO~ significa, segn las categoras ignacianas, ponador del Espritu Santo: 'Arwrp6po, in
19nazio di Antiochia, VetChr 25 (1988) 1-10.
43. 1Ts 5, 17.
44. Cf. HERMAS, El Pastor Comp. 8, 7, 2 (73, 2).
45. Col 1, 23. Cf. A los esmirniotas 13, 2; POLICARPO, A los filipenses 10, 1;
lRENEO, Adversus haereses V, prol.: A. ORBE, Teologa de san Ireneo, vol l,
Madrid-Toledo 1985, 44-45.
46. Cf. A los tralanos 6, 1; A los filadelfios 3, 1.
47. Cf. A los tralianos 3, 3; A los romanos 4, 3.
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116
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'E<ptcrtou"
XII, 2-XIV, 2
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5
XpLO't'~ 'I7jO'O.
10
17. .pse:
x(XL
.add. Zahn.
15. Cf.
117
peligro 48; vosotros, firmes. 2. Sois camino de paso para los que,
por la muerte, son levantados hacia Dios; en la iniciacin de los
misterios [fuisteis] compaeros 49 de Pablo, el santo, el celebrado,
el digno de bienavefituranza -en cuyas huellas, cuando alcance a
Dios 50, deseara ser encontrado-, el cual en todas sus cartas os
recuerda en J esucrisro 51.
XIII. 1. As pues, esforzaos en reuniros frecuentemente
para la accin de gracias 52 y gloria de Dios. Pues cuando os
reuns con frecuencia, las fuerzas de Satans 53 son destruidas, y
su ruina 54 se deshace por la concordia de vuestra fe. 2. No hay
nada mejor que la paz, en la que toda guerra 55 de los seres celestes y terrestres 56 es abolida.
XIV. 1. Nada de esto os pasa inadvertido si tenis para
Jesucristo la fe y el amor perfectos, que son el principio y la consumacin de la vida. La fe es el principio; el amor, la consumacin. Las dos unidas son Dios mismo, y todo lo otro que conduce a la perfeccin es consecuencia de ellas. 2. Nadie que profese
la fe peca, ni odia el que tiene amor. El rbol se conoce por su
fruto. As, los que profesan ser de Cristo sedn conocidos por sus
obras. Pues ahora no [urge] el asunto de la promesa, sino el de
ser encontrados en la fuerza de la fe hasta el fin.
48. El peligro no es el manirio, sino la posibilidad de desfallecer ante las torturas o las seducciones del mundo. Cf. A los tralianos 13, 3.
49. :EuJ.J.tCl"t(Xt (compaeros en la iniciaci6n de los misterios) pertenece al lenguaje de las religiones mistricas y aqu se traspone al cristianismo: Pablo os inici6 en la revelaci6n del misterio de Dios.
50. Expresi6n frecuente en Ignacio para designar lo que suceder con su martirio: cE. A los magnesios 14; A los tralianos 12, 2; 13, 3; A los romanos 1, 2;
2, 1; 4, 1; 9, 2; A los esmimiotas 11, 1.
51. La afirmacin es
exagerada pues san Pablo s610 los menciona en 1
Co 16, 8; 1 Tm 1, 3; 2
1, 16-18.
52. EX(XptCl"tLo; tiene el sentido de acci6n de gracias en general, aunque tambin se refiere a la Eucarista en sentido estricto: cE. L WEHR, Arznei der Uns
terblichkeit, Mnster 1987, 80-92 Y 156-157.
53. Estas fuerzas de Satans deben relacionarse con los seres celestes y terres
tres de los que habla a continuaci6n.
54. La ruina que prepara para otros.
55. Toda guerra que se hace contra la obra salvfica de Cristo.
56. J. B. Lightfoot piensa que los seres celestes son los ngeles de Satans,
mientras que los terrestres son los hombres malvados: cE. o. e, 67. Th. Camelot
opina que los seres celestes son los ngeles malvados esparcidos por el aire y
los terrestres son los enemigos de la unidad cristiana, ya sean paganos, ya sean
herejes: cf. o. C., 82-83. Para la inspiraci6n paulina (cE. Ef 6, 12; Flp 2, 10) de
estas expresiones ignacianas, puede verse W. BAUER, Die Briefe des Ignatius van
Antiochien und der Polykarpbrief, Tbingen 1920, 212.
118
TIpo~ 'E<pE(jOIJ~,
XV, 1-XVI, 2
119
57. L F. Pizzolato piensa que las consideraciones que Ignacio hace sobre el
silencio en este captulo han de relacionarse con el silencio de! obispo Onsimo
(supra, 6, 1): d. Silenzio del vescovo e parola degli eretici in Ignazio d'Antiochia,
Aevum 44 (1970) 205-218.
58. Precisamente todo lo contrario de lo que hacen los herejes descritos en
A los efesios 7, lo
2. CE. Rrn 2, 21 / / CE Mt 23, 8. 2-3. CE Sal 32, 9; 148, 5; Jdt 16, 14.
7-8. Cf. Ef 3, 17; 1 Co 3, 16; 6, 19. 10-11. 1 Co 6, 9.10; Cf. Ef 5, 5.
59. Por la alusin al Salmo 32, 9, hay que pensar que Ignacio se refiere aqu
a la actividad del Verbo en la obra creadora.
60. Si mediante su palabra eficaz haba sido grato al Padre en la obra creadora, tambin es digna del Padre la actividad que llev a cabo en e! silencio. Se
han barajado diversas hiptesis para explicar esta obra silenciosa. Algunos han
pensado en el silencio de su vida oculta, en su rechazo a divulgar los milagros,
en sus retiros para dedicarse a la oracin, o en su silencio ante Pilato: d. J. B.
LIGHTFOOT, o. C., 69; W. R. SCHOEDEL, o. c., 78. Quizs haya que pensar ms
bien. en e! silencio del Logos en los acontecimientos de la Pasin y muerte, si
lenclO del Lagos que recibi diversas presentaciones entre eclesisticos y herejes.
Para estos planteamientos, cL A. ORBE, Cristologa gnstica, vol TI, Madrid
1976, 251-258. "El silencio (""no-intervencin) del Logos para la pasin y muerte de Jess indica, entre otras cosas: a) el Salvador es accesible a los sufrimientos fsicos en cuanto hombre, no en cuanto Dios; b) la conveniencia de que
el Logos no se descubra durante la pasin. La economa de la redencin requera -corno escena final del primer acto de la vida de Jess- que la forma servi
acallase prcticamente 10 divino de Jess, dando lugar al triunfo (aparente) de
sus enemigos: Ibid., 253.
61. CL 1 Clem. 21, 3; 27, 3; POLlCARPO, A los filipenses 4, 3.
62. Cf. supra, 9, 1, n. 39.
63. O!xo<pOpm significa literalmente corruptores de familias. Para establecer
la malicia de la hereja, Ignacio parte de los adlteros que eran castigados con
la muerte segn las prescripciones de Lv 20, 10. Los herejes son reos de un
adulterio espiritual.
64. 1 Co 6, 9. 10. Cf. A los filadelfios 3, 3.
rrpo~
120
'Eqnc(ou"
XVI, 2-XVIll, 2
o Ecr'tLV
121
XVII. 1. Por esto el Seor tom6 ungento sobre su cabeza 66 para inspirar a la Iglesia incorrupci6n 67. No os unjis con
la ftida doctrina del prncipe de este mundo 68 para que no os
lleve cautivos lejos de la vida que os ha sido propuesta como recompensa. 2. Por qu no somos todos prudentes despus de haber alcanzado el conocimiento de Dios que es Jesucristo? Por
qu perecemos neciamente al desconocer la gracia que el Seor
verdaderamente nos ha enviado?
XVIIJ. l. Mi espritu es basura 69 de la cruz, que es escndalo para los incrdulos, pero para nosotros es salvaci6n y vi-da eterna. Dnde est el sabio? Dnde el amigo de disputas?70
D6ndt= la jactancia de los llamados inteligentes? 2. Pues segn
el designio de Dios, por Mara fue concebido Jess, el Cristo,
nuestro Dios, del linaje de David?! y del Espritu Santo, el cual
naci6 y fue bautizado para que por su pasi6n fuese purificada el
aguan.
de alabastro con perfume de mucho precio, que derram sobre su cabeza. Cf.
tambin Mc 14, 3. Para el tema de la uncin, vase A. ORBE, La Uncin del
Verko. Estudios Valentinianos 111, Roma 1961, 5-13; P. MELONI, 11 profumo
dell'tmmortalita. L'interpretazione patristica di Cantico 1, 3, Roma 1975, 92-100.
67. La uncin de Betania hubo de evocar sin esfuerzo en su mente las tres
ideas complementarias: la incorrupcin del cuerpo de Jess en la sepultura, la
del Cuerpo (mstico) en la Vida eterna (sentido escatolgico), y segn expreso
testimonio la 'incorrupcin doctrinal' de la Iglesia (en este mundo)>>: A. ORBE,
o. e, 9.
TIpo, 'Erpcrou"
122
XIX, 1-2
3-4. Cf.
123
I1po<;; 'E<pEcrLOIJ<;;,
124
XIX, 2-XX, 2
XCXLVne; cxu'to, 'ta oe Aoma 'ltIXV'tCX aO"'tpcx cXfLCX 1ALep XCXL O"EA1V'{) xopoe;
~riVE'tO 'te;, eXO"'tiPL, cxu'toe; oe fv 'ltEp~IXnWV 'to cpwe; cxu'tO 'ltep 'ltIXV'tCX.
'tcxpcxx1 'tE fv, 'lt9EV 1 XCXLV't7]e; 1 eXVfLOLOe; CXU'tOle;. 3. 09EV ~AE'tO
'ltaO"cx fLCXrELCX XCXL 'ltae; oEO"fLOe; 1cpCXVL~E'tO XCXXLCXe;' ayvOLcx XCX9'{)pEl'tO, 'ltCXACXLa
5 ~cxO"LAdcx OLEcp9dpE'tO 9w eXv9pW'ltLVWe; cpcxVEPOUfLivou de; XCXLV't7]'tCX eX'iOLOU
~w1je;' eXpx~v oe ~AfL~cxvEv 'to 'ltcxpa 9Ee;, eX'lt7]P'tLO"fLivov. ~V9EV 'ta 'ltIXV'tCX
O"UVEXLVEl'tO OLa 'to fLEAE'ta0"9cxL 9cxvIX'tou .XCX'tIXAUO"LV.
'I7]O"Ov XpLO"'tV, ~v 't cxtho 'ltLO"'tEL XCXL ~v 't'o cxu'tO eXrIX'lt'{) , ~v 'ltIX9EL
cxu'tO XCXL eXvCXO"'tIXO"EL' 2. fLIXALO"'tCX ~av XpLe; fLOL eX'ltOXCXA<!>'{), O'tL ol
5-6. Cf. Rm 6, 4.
4-5. XIX! 1t1X<;; OEO.t.O<;;... <pIXVEpOIJ.t.VOIJ: XIX! 1t1X<;; OEO.t.<;;, 1<pIXVl'E"tO XIXXlIX<;; otIV otIX ,
xIX9npEi:"t0 1tIXAIXlO: ~IXOtAdIX, [OlE<p9dpE"t0 J, 9eoii eXV9pW1tlVW<;; <pIXVEpOIJ.t.VOIJ
Lightfoot. 12. eX1tOXIXA~n, l"tl 0[: eX1toxIXA~n "tl. Q[ Zahn.
125
luz era inefable. Su novedad produjo extraeza, y todos los dems astros, junto con el sol y la luna, hicieron coro al astro [nuevo]79. l, sin embargo, venca con su luz a todos. y haba turbacin, de dnde [poda nacer] la novedad desemejante a ellos.
3. De ah vino a deshacerse toda magia 80 y a borrarse todo
vnculo 81 de malicia. Fue eliminada la ignorancia 82, y, en manifestndose Dios humanamente para novedad de vida eterna, se
deshizo el rein antiguo 83 y tomaba comienzo lo que Dios haba preparado 84. Por eso se conmovan todas las cosas, porque
se estaba tramando la abolicin de la muerte 85.
XX. 1. Si Jesucristo me juzga digno por vuestra oracin
y es voluntad suya, en un segundo escrito que os voy a dirigir 86
os dar a conocer el designio [divino] que he esbozado en orden
al hombre nuevo, Jesucristo, [designio que consiste] en la fe en
l, en el amor a l y en su pasin y resurreccin. 2. Sobre to-
extrao y nuevo, que destruy el antiguo dominio astral; astro brillante con una
luz nueva, no de este mundo, que sealaba nuevos caminos de salvacin: el mismo Seor, gua de los hombres, que baj a la tierra para trasladar de la fatalidad
a su providencia a los que creyeron en Cristo: CLEMENTE DE ALEJANDRA,
Excerpta ex Theodoto 74, SC 23, Paris 1948, 196ss. En A los efesios 19 nos encontramos con elementos y expresiones que se daban tanto entre eclesisticos como
en los crculos judeocristianos y gnsticos, aunque al servicio de concepciones
diversas y planteamientos teolgicos enfrentados.
79. La fuente de inspiracin puede ser e! sueo de Jos: d. Gn 37, 9.
80. En el pensamiento patrstico fue frecuente la idea de que la magia haba
sido destruida con la venida de Cristo, y smbolo de ello era la visita y adoracin de los magos. Pueden verse testimonios en J. B. LIGHTFOOT, o. c., 83. San
Ignacio se refiere a la magia astral que interfera con la doctrina de los ngeles
buenos y malos. El pensamiento de nuestro autor se podra traducir as: Cristo
deshace el influjo que de una manera irremediable ejercan el diablo y sus satlites en la economa del pecado: d. J. J. AY N, a. c., 612.
81. El vnculo que una los hombres al poder de! diablo: d. ibid., 613.
82. La ignorancia de los misterios de Dios: d. ibid. 614-615.
83. La muerte.
84. Lo que Dios haba preparado puede referirse, bien al plan preparado
en el seno de la Trinidad, bien a la preparacin que Dios haba ido realizando
a lo largo del Antiguo Testamento: d. bid., 615, n. 40.
85. Quin es la muerte cuya abolicin se estaba tramando? La muerte fsica? El Thanatos, es decir, el prncipe de este mundo? Probablemente se trata
de las dos cosas pues Ignacio distingue dos momentos cumbres en la lucha de
Cristo contra el prncipe de este mundo: a) Con su humanacin va a llevar a
la ruina el antiguo reino junto con todos los elementos que lo componan;
b) la victoria se va a consumar en su segunda venida, cuando el mismo Thana
tos sea disuelto. Tras el texto ignaciano puede estar el trasfondo del gran luchador, del .t.IX<;; eXWVl<IT<;;. Para el estudio de este tema en el gnosticismo, d. A.
ORBE, Cristologa gnstica, vol I, Madrid 1976, 134-153.
86. No sabemos que Ignacio cumpliera ese propsito.
IIpo~ 'EcpEcr(OU~,
126
XX, 2-XXI, 2
2. Cf. Rm 1, 3.
2. EV: vt LightJoot.
13. Cf. 1 Tm 1, 1.
127
do, si el Seor me revela que todos, individual y comunitariamente, por la gracia del Nombre 87, en una fe y en Jesucristo,
que procede de David segn la carne, Hijo del hombre e Hijo de
Dios, os reuns para obedecer al obispo y al presbiterio con un
propsito constante, partiendo un slo pan 88, que es medicina
de inmortalidad, remedio para no morir, sino para vivir siempre
en Jesucristo.
.
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20
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In. 1. No conviene que os aprovechis de la edad del obispo, sino que le tributis toda consideracin conforme al poder de
~ios Padre, tal como tambin he sabido que vuestros santos presbneros no se han aprovechado de la juventud que manifiesta,
1. Cf. A los efesios nscr., n. 1.
2. Este conve~sar ha de entenderse de la carta que les escribe.
3. J. Moffat pIensa que se debe traducir de otra forma: me determin a conversar con vosotros acerca de la fe de Jesucristo: d. Two Notes on Ignatius and
Justin Mart:yr, HThR 23 (1930) 153-155.
.
~. Se han. intentado varias interpretaciones para el nombre glorioso a que se
refiere IgnaCIO. Algunos han pensado que se trataba del nombre de Cristo; otros
h~ pensado en el ttulo de obispo. Por el contexto, quizs, se refiera a su condICIn de 1iO"l-uo~ (cautivo) de lo que tambin se gloriaba san Pablo: d. Ef 3,
12. Cf. 1 Co 2, 6. 8; Jn 12, 31; 14, 30; 16, 11. 16. d. Col 1, 7; 4, 7.
1; 4, 1; Flm 9.
5. Cf. A los efesios 3, 2.
6. Cf. A los efesios 17, 1, n. 68.
7. CL A los efesios 2, 1, n. 13.
8. Para el anacoluto, d. A los efosios 1, 3, n. 12.
Mcx"(V7jCnEi3ow,
130
ID, l-VI,2
131
IV. As pues, es conveniente que no s610 os llamis cristianos, sino que tambin lo seis 9. Algunos lo llaman obispo, pero
luego actan prescindiendo de l. Los tales no parecen tener una
conciencia limpia al no reunirse vlidamente 10 segn el mandato.
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17-18. Cf.
M<X"(V'ljO'teCHV,
132
VI, 2-IX, 2
~wvnc;;, ev ii XlXI. 1 ~w~ 1(J.Wv &v.'teLA~v OL' IXU'tO XlXL 'tO 9lXvrX'tou IXU'tO,
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'tO'to reO(.L.VOfL~V, rva apE9wfLEV (.L1X9E'tIXf. 'IrO'o XpLO''tO 'tO fLVOU
OLOIXO'XrXAOU 1fLwV' 2. rewe; 1(.LEte; ouvrcr(.Le9<x ~iO'IXL xwpl.e; IXU'tO, ou xlXL
3. Cf. Jn 5, 19. 30; 8, 28; 12, 49. 6-7. CE. Ef 4, 3-6. 9-10. Cf. Jn 8, 42;
13, 3; 16, 28. 11. 1 Co 6, 9; 15, 33; Ga 6, 7 / / Cf. 1 Tm 1, 4; 4, 7; Tit 1,
14; 3, 9. 18. Cf. Jn 8, 29. 24. Cf. Mt 23, 8.
12.
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133
MCqVr<nE<nV,
134
IX,2-XI
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E.cr't'tV 'I1\croe; Xptcr'te;. &A(cr61\'t. E.V au'ti), Lva (L~
10 Otacp6ap 'tLe; E.V (L1'v, E.1tt.!. eX1tO 't'fje; ocr(Lfje; E.A"X6fcr..crfk. 3. a'to1tv
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XI. Ta'ta O, eXa1t1\'to( (LOU, oux E.1td &yvc.uv 'tLV.x~ e.~ (LWv
we;
Aqul del que los profetas, que fueron sus discpulos en espritu,
lo aguardaron como maestro? Y, por ello, cuando vino Aqul al
que justamente esperaron, los resucit de entre los muertos 21,
X. 1. Por tanto, no seis insensibles a su bondad, Pues si
l nos imitase en nuestro obrar, ya no existiramos, Por ello,'
siendo sus discpulos aprendamos a vivir segn el cristianismo 12.
Pues el que se llama con un nombre mayor que ste, no es de
Dios. 2. Abandonad, pues, la mala levadura, anticuada y agriada 23) y convertos a la nueva levadura que es Jesucristo. Salaos 24
en El para que ninguno de vosotros se corrompa, pues seris juzgados por vuestro olor 25. 3. Es absurdo hablar de Jesucristo y
vivir al modo judo, Pues el cristianismo no crey en el judasmo, sino el judasmo en el cristianismo, en el que se ha congregado toda lengua que cree en Dios,
XI. Amados mos, estas cosas [os las digo] no porque haya
sabido que algunos de vosotros sean as, sino que, como el ms
pequeo de vosotros, quiero que estis en guardia para que no
caigis en los anzuelos de las opiniones necias, sino que tengis
la certeza del nacimiento, pasin y resurreccin que sucedi en
el tiempo del gobierno de Poncio Pilato, Todo esto fue verdars ~omo nico firme y.verdadero maestro al Lagos de Dios, nuestro Seor JeIRENEO, Adversus haereses V, pral.: A. ORBE, Teologa de san JTeneo,
vol 1, Madrid-Toledo 1985, 4749.
21. Algunos piensan que alude al descenso de Jess a los infiernos para liberar a las almas de los justos: cL J. B. LIGHTFOOT, ?he Apostolc Fathers. Pars
JI: S. Jgnatius. S. Polycarp, vol TI, London-New York 21889, 131; TH. CAME
LOT, Ignace d'Antioche. Polycarpe de Smyme. Lettres. Martyre de Polycarpe, SC
10, Pars 1951, 104; W. R. SCHOEDEL, Jgnatius 01 Antioch. A Commentary on
the Letters of Jgnatius 01 Antioch, Philadelphia 1985, 124. Hay tambin quien lo
relaciona con Mt 27, 52: Los sepulcros se abrieron y resucitaron muchos cuerpos de santos que haban muerto". eL H.
Corpora sanctornm. Eine Stu
die zu Mt 27, 5253, ZKTh 71 (1949) 418-419. Para una discusin de las diversas
interpretaciones, cf. T. H. C. VAN El]K, La rsurrection des morts chez les Peres
Apostoligues, Paris 1974, 115-118.
22. Esta es la primera ocasin en que el trmino cristianismo aparece en
la literatura cristiana. Cf. A los romanos 3, 3; A los filade/fios 6, 1.
23. El tema es propio del NT: d. 1 Co 5, 7-8. En Justino conocer posteriores desarrollos: d. Dilogo 14, 2-3. Cf. tambin IRENEO, Adversus haereses V, 1,
13: A. ORBE, Teologa de san lreneo, vol 1, Madrid-Toledo 1985, 92.
24. Cf. Mt 5, 13; Mc 9, 49-50; Lc 14, 34-35.
25. Cf. 2 Co 2, 14-16. El tema de la conducta del cristiano como buen olor
aparecer en la patrstica posterior en interpretacin del incienso que los Magos
ofrecen a Jess: d. F. SCORZA-BARCELLONA, "Oro e
e mirra (Mt 2, 11)
JI: Le interpretazion moral, en Annali di Storia dell'esegesi gizuJaica e cristiana
antica, Bologna 1986, 227-245. Para la interpretacin teolgica de los dones pue-
SUCrISto:
135
Mo:)'vtO"lc.taw,
136
XI-XV
w.
lau1:oiJ
x(X:r~ropo,.
1. 1 Tm 1, 1.
9. Cf. Sal'l, 3.
15.
21.
137