Editorial San Martin - Armas #09 - Paracaidistas en Accion

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D i r e c t o r Editorial:

A s e s o r Militar: Sir

Barrie Pi tt.
Basil L i d del1 H a r t .

E d i t o r Grfico: R o b e r t H u n t
D i r e c t o r Artstico: P e t e r D u i
E d i t o r Ejecutivo: David M a s
D i b u j o s : Sarah K i n g h a m .
C a r t o g r a f a: R i c h a r d N a t k i e l
C u b i e r t a : D e n i s P i p er.
D i b u j o s especiales: John B a t chelor.
A y u d a n t e d e Investi)gacin: k'vonne Mar!

de la Edicin Espaola:
Vicente Taln.

L~~fotoerafas de este libro fueron especialmente seleccionadas de los archivos siguientes: de izquierda a derecha.
7
~ m p e r i a yW a r Museum; 8 IWM: 1 0 ~ e i n r i c hHofiman: 11 Ullstein; 12-13 %M; 1415 us N a t i o n a l ~ r c h i v e s :
1617 IWM; 18 U S A r m y ; 19 IWM; 20 IWM: 21 IWM: 22 U S A r m y : 23 IWM; 28 Das Deutsche M u s e u m ; 30 U S
ArmyIIWM; 31 IWM: 32-33 IWM; 33 IWM; 34 IWM; 35 IWM; 36-37 IWM; 38-39 IWM: 40 Ullstein; 41 U S Army:
42-43 IWM; 43 Ullstein; 44-45 IWM; 47 Suddeutscher Verlag; 50 IWMIUllstein; 51 Ullstein; 54-55 U S Army:
56 B i b l i o t h e k f u r Zeitgeschiche: 60 iWM; 61 Sudd. Verlag; 62-63 IWM: 68-69 IWM; 7@71 IWM; 7143 IWM;
74-75 IWM; 7677 Sudd. Verlag; 78 Sudd. Verlag; 79 IWM; 80-81 IWM; 81 Associated Press: 8283 Brown Brother
83 S a d o Opera Mundi: 84-85 Sudd. Verlag: 86-87 Sado Opera Mundi: 90 Ullstein: 94 U S ArmyIIWM; 95 IWM;
96 IWM: 96-97 IWM; 100 IWM; 104 U S A r m y ; 106-107 IWM; 108.109 U S A r m y ; 112-113 U S A r m y ; 114 U S Army:
110-11'1 1
TWM; 118 US A r m y ; 119 U S A r m y ; 12@121IWM; 122 IWM; 124 IWM; 125 IWM; 127 S a d o Opera Mundi;
1% IWN1; 130-131 IWM; 132 IWM: 134-135 IWM; 136 IWM; 138-139 I n t e r n a t i o n a l News; 140-141 U S A r m y ;
142-143 1JS A r m y : 144 IWM: 146 IWM; 147 IWM; 149 IWM; 150-151 U S A r m y ; 152-153 U S A r m y : 154 IWM; 156 IWI
- - ^

6 Introduccin.
9 Algo hecho con gran estilo.
29 El resultado de la operacin Market.

57 Auge y decadencia de las fuerzas aerotransportadas.

91 Los primeros progresos aliados.


105 Hacia el Da-D.

129 Culminacin al otro lado del Rhin.

Traductor : Diorki
1." Edicin publicada en Estados Unidos por Ballantine.
Copyright O )Charles MacDonald
Copyright O en Lengua Espaola.
LIBRER~A
EDITORIAL
SANMART~N.
Puerta del Sol, 6.
Madrid-14.
Printed in Spain - Impreso en Espaia.
Grficas L0rm0. Isabel Mndez, 15. Madrid.
D.L.M. 16.421-1973

ISBN 84-7140-055-3

155 Misin de las fuerzas aerotransportadas.

Fuerzas
por el General de Brisada Anthonr Farrar-Hockler
Cuando un pas se decide a preparar
la guerra siempre tiene una gran ventaja a su favor si parte de un arsenal
vaco. Un equipo blico totalmente
nuevo es probable que resulte ms
eficaz desde el punto de vista mecnico, adems de ser ocasin de innovaciones en cuanto a estrategia y a
tcticas. En gran medida Alemania se
hall en una situacin semejante cuando en los aos treinta decidi rearmarse bajo la jefatura de Hitler; as
se explican los xitos alcanzados en el
desarrollo del carro de combate y del
bombardero en picado.
Igual que sucedi con los carros de
combate, tambin los alemanes tomaron de fuera la idea de asaltar al enemigo con tropas lanzadas desde el
aire; sin embargo, a diferencia del
progreso genial y dinmico que imprimieron a la guerra con unidades acorazadas, siempre negaron al general
Student, Comandante en Jefe de las
Fuerzas Aerotransportadas, la colaboracin plena y los medios que sus
hombres merecieron. Fue Alemania el
primer pas que utiliz seriamente el
asalto. desde el aire, pero lo hizo con
titubeos y medios reducidos; cuando
en un cierto momento lleg a aprestar
una gran cantidad de hombres y aviones para la invasin de Creta, el asalto
estuvo a punto de fracasar, a pesar de
los errores de los defensores Aliados.
Es lo cierto, de todos modos, que Creta fue tomada mediante un asalto desde el aire, ya que la Marina inglesa impeda el desembarco alemn, aunque
sobre la conciencia de Student tuvieran que pesar las prdidas sufridas,
que llegaron al 30 por ciento, nmero
de bajas que ensombrecera su victoria. Malta tambin estaba condenada a
idntico asalto, pero fue Hitler quien
se ech atrs; lo cierto es que esta
isla, con pocas tropas y desprovista de
fuerza area y acorazada, probablemente no habra resistido en la primavera o verano de 1942 el asalto de tres
Cuerpos de Ejrcito Aerotransportado.
6

iniciaron tardamente
muchas vacilaciones
a pcsal de lo cual lograron
perseverar en el camino acertado hasta llegar a poner en servicio, entre estadounidenses y britnicos, siete divisiones aerotransportadas; por desgracia fueiu~ipucus los jefes superiores
que llegaron a comprender las posibilidades de estas fuerzas. Las operaciones de paracaidistas y planeadores en
Normanda, en especial las del flanco
izquierdo, demostraron gran capacidad
estratgica y tctica; a despecho de
varios errores graves en su preparacin, la Operacin Market Garden estuvo a punto de permitir, en otoo de
1944, el paso del Rhin, lo cual habra
hecho realidad las intenciones del mariscal Montgomery, esto es; el desbordamiento de las defensas de la frontera alemana. Fue una suerte que el
general Eisenhower no se sintiera descorazonado por las prdidas sufridas
en Arnhem por la 1." Divisin Aerotransportada, lo cual facilit la utilizacin masiva de fuerzas similares en el
cruce definitivo del Rhin, que constituy un xito y abri la puerta al corazn de Alemania, a principios de
i

1
OA<
1/7J.

La designacin de Charles B. MacDonald como autor de "Paracaidistas en


Accin" ha constituido un gran acierto de esta coleccin, pues no slo ha
sido soldado de estas unidades, sino
un expertsimo mando de infantera;
ha podido calibiil~ au cometido sin
verse someriao a compromisos personales, pero en todo caso ha mostrado
una clara visin de las circunstancias
blicas. Sus conocimientos del tema
son ms valiosos an a causa de su
vasto saber como historiador militar
en Washington y de sus numerosos estudios y publicaciones dedicados a la
Segunda Guerra Mundial. El presente
libro constituye un paso ms en su
brillante carrera.

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El domingo 17 de septiembre de 1944


se convirti, una vez desaparecida la
bruma matinal, en un da sosegado y
brillante le finales de verano. Los
holandeses creyentes, vestidos con
los trajes pobres y mal confeccionados a que los cuatro aos de ocupacin alemana les haban condenado
volvan a casa despus de asistir al
servicio religioso o se dispona11 a x r i tarse a un almuerzo dominical, bien
escaso de carne y abundante en patatasa Ac Y all, formando Parte de la
gente Y sin embargo relegados al aisiamiento, 10s soldados alemanes daban
un Paseo 0 marchaban en bicicleta,
aprovechando un da de sol Y de descanso franco de servicio.
Tambin los jefes alemanes, en su
inmensa mayora, se haban entregado
al descanso. La hgira catastrfica del
Norte de Francia y Blgica que haba
seguido a los desembarcos de Normanda pareca haber tocado a su fin, en
especial en el sector septentrional, en
el que el laberinto de canales holandeses Y 10s allchos cauces del Masa,
Waal Y Bajo Rhin haban dispuesto
unas lneas defensivas fciles.
Un general de la Luftwaffe, que era
jefe de las fuerzas de ocupacin, se
haba marchado con un miembro de
su Estado Mayor a almorzar en un

restaurante de las afueras de Amsrerdam; el Polizeifiihrer, o jefe de la Gestapo en Holanda, haba salido a hora
temprana de su despacho para pasar
el da con unos amigos de La Haya;
el comandante de un batalln de la
SS dej instrucciones a su ayudante
para que no se le molestara por ningn motivo, pues iba a quedarse todo
el da en sus habitaciones en compaa de su amante, una muchacha de
Java.
Bajo las tejas rojizas de una casita
de campo requisada, a pocos kilmetros del ro Masa, el general der Fallschirmtrupven Kurt Student se hallaba sentado ante la mesa de su aposento, con la guerrera desabrochada,
anegado entre papeles relacionados
con su cargo; Student, que haba desempefiado el mando de una gran unidad de entrenamiento denominada Primer Eircito de Paracaidistas, que
slo quince das antes que haba sido
trasladada apresuradamente a Holanda con el fin de raponar una brecha
en las lneas germanas, decidi quedarse cerca del telfono porque tena
iiidicios de que los ingleses haban escogido esta fecha para reanudar el
ataque. La maana, por otro lado,
transcurri en una tranquilidad relativa; incluso las pasadas y eventuales
9

disparos de los cazas aliados, que Student haba observado y a veces seguido con sus expertos .ojos desde el balcn de la casa, podan estimarse como
totalmente normales en un da desvejado como ste.
En el Hotel Tafelberg, rodeado de
jardines a las afueras de Arnhem, en
ia cuenca septentrional del Bajo Rhin,
el Generalfeldmarschall Walter Model,
Comandante en Jefe del Grupo de
Ejrcito B, baj de sus habitaciones,
con su indefectible monculo colocado en el ojo derecho, para r-curiirse y
tomar un aperitivo con los mandos de
su Estado Mayor. Mientras un ordenanza serva de una garrafa, otros daban los ltimos toques a las mesas
que haban dispuesto en el prtico
acristalado del edificio.
Lo mismo que Student, Model se
hallaba un tanto a la expectativa del
ataque britnico, tal vez para aquel
mismo da. Haba llegado a la conclusin de que, probablemente, se producira por el flanco del Primer Ejrcito
estadounidense, situado en Aquisgrn,
aunque sin descartar una ofensiva secundaria hacia el Norte, dirigida a Arnhem, a fin de atenazar el flanco izquierdo apostado en el ro Waal, a
unos diecisis kilmetros al Sur de
Arnhem, exactamente en Nimega. Sin
embargo, ya que la maana haba
transcurrido con simples incursiones
de la aviacin Aliada, que, aparentemente, no pasaron de causar simples
molestias, Model haba decidido descansar un poco. Los informes que hablaban de un contraataque alemn iniciado aquella misma maana contra
los norteamericanos a e Aquisgrn invitaban, asimismo, a la despreocupacin. Si el avance estadounidense fuera detenido, todo el frente podra
quedar estabilizado a lo largo de las
fortificaciones fronterizas de la Westwall. la Lnea S i ~ f r i d ocomo la denominaban los ~liaudos.
Igual que Student y Model, Willi Bittrich, SS-Obergruppenfiihrer und General der W a f f e n S S . persona de gran
atractivo persnal y. que en sus Gempos quiso ser actor, se haba quedado
en su puesto durante la maana; a
unos treinta y dos kilmetros al Este
de Arnhem, Bittrich se ocupaba menos
de la posibilidad de las acciones ingleses que de la complejidad de los movimientos logsticos de las dos divisiones acorazadas a l encomendadas.
Aun no haca dos semanas desde que

Jefe de Estado Mayor, el Obersturmbannfiihver Walter Harzer. Este se


senta en gran forma aquel da; al ordenar que sus hombres desmontaran
los caones de los vehculos y carros
blindados que le quedaban, pudo informar que sus vehculos no eran utilizables ni, por tanto, podan ser entregados a la 10." Divisin Panzer SS. De
este modo podra enorgullecerse de
haber conservado casi intacta su unidad favorita, el batalln de reconocimiento. Aquella misma maana, Harzer se tena que personar en el acantonamiento del batalln, a fin de imponer una condecoracin a su comandante.
Al medioda, Harzer march en coche oficial al extremo de un aerdromo situado al Norte de Arnhem, donde estaban formados para la ceremonia los quinientos componentes del
batalln; se rindi honores a Harzer,
el cual mostraba, como una condecoracin militar ms, las cicatrices que
los duelos haban dejado en la mejilla
izquierda. Todo aquello le pareci estupendo, como si de pronto volviese
a los tiempos de paz y, una vez terminado el acto, se reuni con los mandos
para celebrarlo en un cobertizo.
De entre todos los jefes alemanes
de la retaguardia holandesa, solamente uno demostr estar en cierto modo,
un tanto vigilante; era un militar bastante j U v c 11, 21 comandante Sepp
Krafft, jefe de un batalln de reserva
recientemente formado, compuesto sobre todo por chicos de diecinueve
aos junto con algunos mucho ms
i i i a y u i c s que incluso haban participado en la Gran Guerra. El batalln estaba destacado en el cuartel general
del Jefe de Ocupacin y tan slo dos
das antes el comandante Krafft haba
,estado comiendo con el jefe de estado
mayor, generalfeutenant Hans von Tettau, hombre ya de bastante edad.
"Algo se est nreparando", dijo von
Tettau cuando terminaban la comida
con una copa de oporto y un cigarro.
"En el da de hoy, tanto el Reich como
Inglaterra han gozado de un tiempo
esplndido y, a pesar de ello, no hemos visto ni siquiera un avin de
bombardeo." Von Tettau haba explicado que los aliados atravesaban un
Aviones preparados para partir hacia los
lanzamiento de Arnhem, en un aerdromo
ingls.

Los C.47 arnerii


Norte en un di

zando el

D.

perodo critico de la guerra y no podan permtirse el lujo de desaprovechar un da despejado: "Ello demuestra que picparan algo de gran estilo",
dijo. Krafft le pregunt si haba alertado a sus superiores. "Me han tratado como a cualquier viejo -contest
el general con tristeza- y no hicieron
ms que rerse de m."
Al volver a su habitacin, en una
finca al Oeste de Arnhem, llamada
Waldfriede, Sepp Krafft se dio cuenta
de que las palabras del general von
Tettau seguan resonando en sus odos; preocupado, sin saber por qu,

Krafft haba dispuesto a la maana


siguiente que un centinela fuera apostado en la torreta que coronaba la casa de campo.
Este domingo de septiembre, el comandante Krafft volvi a meditar en
las expresiones de von Tettau, al apercibirse de que el da se despejaba disipando la bruma de las primeras horas. Ms avanzada la maana, los
aviones britnicos bombardearon un
objetivo de Arnhem y, poco despus,
los americanos hicieron lo mismo con
otro cercano a Waldfriede.
?Es que iba a suceder algo de importancia, algo hecho "con gran estilo"? Qu sera? {Intentaran tomar
el importante aerdromo localizado al

Norte ae Arnilemt LO cierto es que ra, el cielo del sudcste inglks tronaba
va haba sido bombardeado varias ve- con tremendos zumbidos y ruidos, coces, durante las ultimas semanas. Se mo si una nube de langosta hubiera
intentara ocupar el gran puente sobre sido provista de motores y largas alas;
el Rhin que existe en Arnhem? Ocu- despegando de veintids campos de
rrira algo o todo seguira igual?
aviacin, alzaron el vuelo un total de
Cerca de meaioaia, Krafft se sinti 1.545 C-47, de transporre de tropas, y
bastante ms excitado y orden que 479 planeadores de delicado fuselaje
todos sus hombres fueran acuartela- que llevaban hombres, vehculos, ardos en estado de alerta y que se les mas y equipo a una cita en un lugar
distribuyera una racin de ginebra. cercano a la costa, de donde pondran
rumbo al Este divididos en dos gran"Toma nota de lo que te digo -manifest uno de los soldados al holands des grupos. Al mismo tiempo, un mipropietario de la finca-:
algo est a llar de cazas se puso en movimiento
punto de suceder; siempre nos repar- a fin de formar una sombrilla protecten ginebra cuando hay que participar tora alrededor de los lentos transportes.
en acciones de importancia."
Mediada aqueiia maana domingueDesde la noche anterior, unos 1.500

aviones britnicos y estadounidenses,


con inclusin de ms de novecientos
bombarderos B-17 Fortalezas Volantes,
iniciaron una operacin que, como
Hans von Tettau haba vaticinado, se
convertira en una operacin de gran
estilo. Los aviones trataron de simular
un poco distintos rumbub, p d ~ dno dejar adivinar los objetivos marcados,
bombardeando y ametrallando los aerdromo~y bateras antiareas de las
cercanas de Arnhem, adems de otras
situadas en las dos ruras que los
transportes tenan que seguir.
Dentro de los C-47, y de los planeadores fueron pocos los que dejaron
entrever el miedo o el nerviosismo;
sin embargo, el hecho de que la gran
mayora se pusieran a dormitar, e incluso algunos a dormir profundamente, aun antes de que los aviones sobrevolaran las inhspitas aguas del mar
del Norte, traicion sus esfuerzos por
aparentar compostura, porque, por
extrao que parezca, los hombres sometidos a tensin suelen ser vencidos
por el sueo.
Dos tercios de los efectivos humanos
eran estadounidenses y el resto britnicos. El sargento americano Ross S.
Carter, veterano ya por haber tomado
parte en otras operaciones aerotransportadas, vio de este modo el comienzo del vuelo: "Sentados en los aviones, cumu e~isombrecidos autmatas
cogidos en una trampa de acero, desaparecieron de nuestros rostros la
serenidad, la sonrisa y el buen humor,
v nos dispusimos a esperar los prximos episodios... La gran flota area ...
dio vueltas en crculo entre un gran
ruido y se puso en formacin a modo
de grandes arcos que ennegrecieron el
cielo a lo largo de centenares de kilmetros ... Casi todos nos sentamos en
silencio y fumamos sin parar, con la
idea de ocultar lo mejor posible nuestros nensamientos e imaginacin detrs del vaco de la nada."
El general de brigada James M. Gavin, un despierto militar de treinta y
siete aos de edad que estaba al frente de la 82 Divisin Aerotransportada
norteamericana, la cual iba a lanzarse
cerca de Nimega, al Sur de Arnhem,
confes que "las aprensiones y preocupacin de los veteranos no era menor que las de los nuevos reclutas,
aunque no las manifestaran en igual
erado". El vuelo constitua, para vete; y novatos, una experiencia descuriucida porque hasta ahora nunca

haban participado en un asalto a la


luz del da. La norma que el asalto
nocturno, que ofreca el peligro de la
dispersin, de desperramar los hombres a merced del viento; por ello mismo los jefes prefirieron exponerse a
la furia de las bateras enemigas y
realizar el asalto durante el da.
El comandante A n t h o n y DeaneDrummond, un jefe ingls de Transmisiones, se maravill de la tranquilidad que vea abajo; segn record,
"el mar del Norte pareca un pequeo
pantano, sin olas que turbaran sus oscuras aguas". En su avin, como confirm Deane-Drummond "casi todos se
echaron a dormir".
La 1." Divisin Aerotransportada Britnica tena que lanzarse un poco ms
al Norte, muy cerca de Arnhem, su
jefe era el general de divisin Roy E.
Urquhart, que se mareaba en cuanto
suba a un avin, hasta entonces perteneci al ejrcito de tierra, Urquhart
se hallaba en un planeador que formaba con la columna Norte; segn manifest, "por delante y debajo de m
se vean otros cuatro remolcadores
con sus planeadores y, ms abajo an,
en unas aguas extraordinariamente sosegadas, los buques de rescate, que se
haban colocado a intervalos razonables, para nuestra mayor seguridad.. .
Si uno de los cables se rompa, los
barcos se dirigan ordenadamente hacia el planeador cado ... Poco tiempo
despus sobrevolbamos la costa holandesa".
En un avin C-47 de columna Sur
el general de divisin Maxwell D. Taylor, jefe de la 101 Divisin Aerotransportada norteamericana, que se diriga hacia un objetivo ms hacia el Sur,
se qued dormido, igual que la mayora de sus hombres; se despert en
cierto modo para comer una racin
en conserva y volvi de nuevo a dormirse.
Casi todos esperaban que la artillera antiarea enemiga comenzara a
hostigarles en la misma costa, pero
los cazas y bombarderos aliados haban realizado una visita previa y, segn las apariencias, cumplieron perfectamente su misin. Los aviones de
la columna Norte atrajeron el fuego
enemigo cuando se aproximaron a Arnhem y Nimega; los de la columna
Sur sobrevolaron territorio belga ya
ocupado por los aliados, en ruta hacia
objetivos muy prximos al frente, y
solamente al atravesar ste fueron

hacer dentro del avin era esperar a

un poco ms, hasta que vio que del


avin en llamas salan los primeros
hombres; entonces, tambin 61 se lanz al vaco.
La mayora de los componer
la 101 saltaron sin dificultades, auuque en un cierto nmero de casos cmsaron baja los pilotos de aparatos
averiados, al intentar tenazmente conser-var bu I U I I ~ ~ OTambin
.
ocurrieron
otros accidentes imprevisibles, culllu
la muerte de dos paracaidistas que saltaron a su debido momento, pero que
fueron despedazados por las hlices de
un C-47 que caa abatido; otro aparato
derribado cay sobre un grupo que ya
haba llegado a tierra, matando a tres.
con el ruego antiareo estallando
alrededor de los aviones que en la
columna Norte transportaban a la
82 Divisin Aerotransportada, el sargento Carter se comport como l mismo cuenta: "Una gran explosin, zarande el avin. i Dios mo!, jcomo
es posible quc
itemos como pi-

que
tenda
me era
L u G a darle
i a l l cuando
ai enemigo.
10 que YOTanta
prehabra me
ansia
hecho
entrincluso
por lanzarme'
con un que
hierro
lo
candente en mis manos... Cada segundo que rrariscur-ra tensaba an ms
nuestros nervios; si no nos lanzbamos pronto, stos saltaran como la
cuerda de un reloj, destrozando todo
10 que se pusiera a su alcance. ''Levantaos y enganchad la cuerda!", se
oy decir. Yo iba a ser el ltimo en
saltar; si un disparo haca blanco antes, me tocara caer con el avin.,.
Me tenan sujeto, entrangulado y oprimido el paracadas, el arma, los once
cargadores de municiones, la mina
anticarro, las granadas, el saco de dormir, el morral lleno de raciones y
otros muchos pertrechos. La respiracin era entrecortada. ''iPor Dios!
-pensaba{cundo nos vamos a
lanzar?" La fila de paracaidistas comenz a circular hacia la ~ortezuela;
todo pareca est'
:rfecto orden,
) a cesado...
el fuego antia.

ea
c
I

Cuando me desprend de la cuerd,


volv la vista hacia el jefe de la tripulacin, que se hallaba en el cola del
avin, con los ojos muy abiertos y
la mandbula medio cada. "De que
tienes miedo? T no tienes que lanzarte." Estos eran los pensamientos
que me acompaaron mientras caa
dando vueltas, en un vaco donde no
quedaba ms que la esperanza. Poco
despus sent el tirn del paracadas
que se abra y ech los ojos al cielo,
agradecidamente, hacia la ondeante
seda verde."
A un oficial de un pelotn del 508
de Infantera de Paracaidistas, pertenemiente a la 82 Divisin, el teniente
Wavne H. Smith. la metralla del fuego
antiareo le sonaba, en el fuselaje del
avin, como si fuera granizo en un techo de uralita. "Se dio la seal de aviso de los veinte minutos y despert
a los que se haban quedado dormidos ... Cuatro minutos antes de lanzarnos se dej ver la luz roja; me coloquC
a la salida e inspecion a mis hombres ... Cuando la luz verde se encendi, un proyectil antiareo estall frente a la misma portezuela; el primero
en saltar se quej del calor y se lanz
sin titubear. A los pocos segundos, el
avin qued vaco."
Los paracadas florecieron por todos
los rincones del cielo; la campia que
se extenda a los pies de los asaltantes
suspendidos recordaba, por su tranquilidad, cualquier pradera festiva de
Carolina del Norte. Algunos soldados
sufrieron golpes y araazos al ser
arrastrados en tierra por paracadas
que no se plegaron a tiempo; otros,
sufrieron fracturas de piernas: a uno
en particular, que cay de lado, el
punto de mira de la ametralladora se
le clav en la pierna izquierda. Un
gran fardo con suministros cay sobre
la cabeza de otro y lo mat. Por lo
general, sin embargo, casi todos los
componentes de la 82 Divisin Aerotransportada lograron llegar a tierra
como si fuera un salto ms de entrenamiento.
La salida ms digna de mencin fue
el salto del teniente John Thompson
v de su patrulla de seis hombres. Seqn manifest, "cuando la luz verde
se encendi, me di cuenta de que esIzquierda: Principio del lanzamiento de
tropas y de equipo. Derecha: Britnicos
recogiendo suministros.

Arriba: El general Maxwell D. Taylor, jefe de la 101 Divisin Aer


Derecha: El objetivo principal, el puente de la carretera de Arnhem.

tbamos encima de un grupo de edificios, por lo que decid esperar unos


segundos para poder caer en un camo situado al Sudoeste de un puenre
que se vea claramente a poca distancia. Los ocupantes de los otros ocho
aviones se lar
I el instante innos lanzbamos
dicado. .. Poco
nosotros".
Cuando Thompson y sus hombres
flotaban en el espacio se dieron cuenta de que bajaban muy separados del
resto, hacia un punto situado a pocos
metros del extremo meridional de uno
de los tres objetivos ms importantes
perseguidos por las fuerzas aerotranslwrtadas, cual era el grandioso puenre
sobre el que una carretera de primer
orden cruzaba el ro Mosa, cerca de la
ciudad de Grave, al Sur de Nimega. El
descubrimiento era, al mismo tiempo,
preocupante y exigente.

tada.

Un poco ms al Norte, uno de los


primeros paracaidistas en lanzarse fue
el comandante B. A. Wilson, un veterano cuyo apodo de Boy (Muchacho)
trataba de encubrir sus cuarenta v
cinco aos. Wilson tena la misin de
sealar el punto de lanzamiento, colocando una marca para los paracaidistas britnicos y para el aterrizaje de
los planeadores, al Oeste de Arnhem.
Igual que los dems, Wilson estaba en
la creencia de que no iba a encontrar
gran oposicin enemiga, y de que el
ataque sera una operacin de breve
duracin. Con esta idea en la mente
haba incluido en su equipo, precisamente en la bolsa que el paracaidista
lleva en los pantalones, un informe,
as como uno botella de whisky, otra
de ginebra y una tercera de jerez.
Al principio, el salto pareci a Wilson y a sus exploradores como un eier-

cicio ms de entrenamiento en Hampshire; segn se poda apreciar, el campo era un lugar tranquilo, en el que
grandes manchas de brezos de color
morado contrastaban con el verdor de
los bosques y el color rojo de las tejas
de las edificaciones; las vacas pastaban tranquilas, pero cuando se acercaron al suelo el fuego de las armas
porttiles quebr un mundo de ilusiones.
Dos hombres del grupo del comandante Wilson fueron blanco antes incluso de tocar tierra, resultando muerto uno de ellos; en todo caso, la sbita resistencia fue demasiado breve,
como si hubiera querido corresponder
al sosiego de la campia holandesa. El
mismo Wilson, al recuperarse de la
cada a tierra, se ha116 frente por frente con un soldado alemn que ya tena
los' brazos en alto, en signo de rendicin.
Cuando el grueso de los transportes
y planeadores que traan a las tropas
inglesas se aproximaron al lugar, unos
brillantes paneles de naylon sealaban
claramente las zonas de cada y de
aterrizaje. En uno de los aviones, un
jefe de batalln, el teniente coronel
John D. Frost, pudo ver las seales
poco despus de que la luz roja se
encendiera.
Frost ech una mirada a sus hombres y se dio cuenta de "las furiosas
ltimas chupadas que daban a los cigarrillos". La luz verde se encendi
v los primeros hombres saltaron al
vaco, para engrosar la creciente panoplia de paracadas que salpicaba el
espacio; un momento despus, Frost
tambin se lanzaba. "Una vez ms la
delicia del salto; el gran consuelo de
sentir la presin del correaje y el gustoso balanceo del paracadas que se
infla con el aire."
Desde su planeador, el jete de la divisin, general Urquhart -bastante
aliviado porque no se mare en el vuelo-, vio con buenos ojos la zona de
aterrizaje, un amplio espacio llano
,>rotegido por verdes pinares; el paisaje no difera gran cosa de lo que
haba imaginado despus de estudiar
los mapas y las fotografas areas. A
la derecha, el ancho cauce del Bajo
Rhin, no muy definido desde las alturas; al frente, la ciudad de Arnhem
v los puentes de ferrocarril y carretera que cruzan el ro. Un poco ms
cerca, la alta chimenea de una fbrica
aislada situada al lado de la estacin

de un ferrocarril suburbano. En aquel


instante, la atencin de Urquhart tuvo
que desplazarse .hacia el fascinante
descubrimiento de un cable de arrastre que se desprenda del morro del
planeador, algo que pareca hecho a
cmara lenta, con lo que el general
se prepar nerviosamente a la idea
de un inminente y brusco aterrizaje.
El cielo que cubra el campo de
aterrizaje se vio pronto abarrotado de
grandes planeadores Horsa, desprovistos de los cordones umbilicales que
los unan a los aviones remolcadores;
unos planearon suavemente hacia el
suelo mientras otros daban vueltas en
busca de lugar apropiado. Algunos se
deslizaron delicadamente por el campo
hasta detenerse S i n brusquedades,
otros c a y e r o n en suelo demasiado
blando, parndose a veces tan sbitamente que la frgil nave capotaba
v se quedaba panza arriba; en ciertos
casos, el piloto calcul mal la distancia o la fuerza del viento y se sali
del campo marcado; las alas se partieron en serios choques que causaban
grandes destrozos, al sufrir el impacto
con los pinos del bosque o con los abedules que se alineaban por la carretera. En el transcurso de varios minutos, la campia holandesa, antes tranquila, ofreca un aspecto de frentico
destrozo, como si hubiera cado del
cielo una plaga de monstruos.
Sin embargo, a pesar de toda la confusin, de los 454 planeadores de tropas britnicas enviados al Oeste de Arnhem, 419 lograron tomar tierra sin
graves percances, lo cual era una elevada proporcin; las bajas fueron pocas, incluso en los choques ms espectaculares. Lo mismo suceda con
las tropas americanas cerca de Nimega y el Norte de Eindhoven, donde, a
causa de unas diferencias en cuanto
a teora tctica, se utiliz el paracadas mucho ms que el planeador. En
pocos instantes tocaron tierra 16.500
paracaidistas y 4.500 hombres transportados en planeadores, esparcidos a
10 largo de un pasillo en territorio holands de cerca de ochenta kilmetros
de longitud.
qu es esto?", pregunt a su abuelo el pequeo Willem Haart, jadeante
despus de una gran carrera en bicicleta, para llegar pronto a casa.
"No s", le contest el anciano; "parece como si la guerra fuera a terminarse."

El Armstrong Whitworth Whltley, primero de los bombarderos pesados ingleses puesto


en servicio, que tanto sirvi al comienzo de la guerra. Con la llegada de otros aviones
de mayor tamao, ms veloces y mejor armados, fue relegado a otros servicios, tales
como misiones de entrenamiento de los paracaidistas. Caractersticas del Whitley Mk V.
Motores: dos Rolls Royce Merlin X, de 1.075 HP. Armamento: cinco ametralladoras de
0,303 pulgadas y una carga de hasta 1.750 Kg. de bombas. Velocidad: mxima, 350 Km/
hora a una altitud de 5.400 m.; velocidad de ascenso, 16 minutos hasta los 5.000 m.;
radio de accin mximo, 3.850 Km.; techo, 8.700 m.; peso vaco/cargado, 10.000/17.000
kilos; envergadura, 25 m.; longitud, 19m.

E1 Harirax nandley Page, que como el Stirling, fue muy utilizado por los paracaidistas
y para el remolque de planeadores. adems de como bombardero. En la ilustracin, el
Halifax B III. Motores, Cuatro Bristol Hercules XVI radiales, de 1.650 HP. cada uno;
velocidad mxima, unos 470 Km/hora; techo, unos 8.000 m.; peso con la carga,
33.000 Kg.; envergadura, 30 m.; longitud, 20 m.

El primer bombardero pesado britnico de cuatro motores, el Short Stirling, que, hacia
el final de la guerra, ya estaba anticuado; el diseo fue adaptado como transporte de
suministros y remolque de planeadores. En la ilustracin aparece el Mark III. Las diferencias entre los tipos anteriores y los aviones de transporte, Mark IV y V, consistan
en la eliminacin de todo el armamento en el Mark V, aunque el IV conservara la
torreta superior. Especificaciones del Mark III: Motores, cuatro Bristol Hercules XVI
radiales, cada uno con 1.650 HP.; velocidad mxima, 430 Km/hora a 5.000 mstras; techo,
5.600 m.; peso con la carga, 35.000 kg.; envergadura, 28 m.; longitud, 24 m.

El Horsa Airspeed, que fue el principal planeador ingls destinado al transporte de


tropas, muy utilizado en Sicilia, en el Da-D y en los lanzamientos de Arnhem. El fuselaje
poda partirse en dos partes, con bisagras, a fin de permitir una descarga fcil. Envergadura, 25 m.; longitud, 16 m.; tripulacin. dos; carga, 29 soldados o un obs a lomo
de 75 mm.

Elresultado de la
Operacin Market
Lo que Willem Haart y su abuelo vieron no fue ms que el comienzo de la
Operacin Market, la operacin aerotransportada ms grande de toda la
historia; ms de 36.000 combatientes
estadounidenses, ingleses y polacos haban tomado tierra, en paracadas o
nlaneadores. En otra operacin planeada seis meses ms tarde, el nmero
de soldados asaltantes sera ms elevado en las primeras veinticuatro horas, pero el total de efectivos humanos
fue mayor, en su conjunto, en la Operacin Market.
El plan haba sido una idea del mariscal de campo sir Bernard L. Montgomery, el carismtico general en jefe
del 21 Grupo de Ejrcito, que inclua
al Primer Ejrcito Canadiense y al
Segundo Britnico. Montgomery 1o
imagin como una forma de aislar a
los alemanes destacados en el sector
occidental de Holanda, de rebasar las
fortificaciones fronterizas de la Lnea
Sigfrido y de colocar al Segundo Ejrcito al otro lado de los principales
obstculos fluviales holandeses, con el
fin de poder penetrar en territorio
alemn por su llanura septentrional.
Adems, Montgomery, concibi el
proyecto como medio para convencer
al jefe supremo aliado, Dwight D. Ei-

senhower, y hacerle adoptar sus propuestas en el sentido de extender la


persecucin del enemigo y acelerar el
final de la contienda. Montgomery peda insistentemente que todos los recursos aliados fueran colocados a disoosicin del Segundo Ejrcito ingls
y del Primero estadounidense en un
ataque definitivo en direccin Nordeste que penetrara en Alemania y abriera el camino hacia Berln. Segn sostena vehementemente, el plan preciwitara la capitulacin de los tambaleantes altos mandos alemanes.
Mediante la utilizacin de tres divisiones del recin creado Primer Ejrcito Aerotransportado Aliado, Montgomery propuso la ocupacin con estas
tropas de un estrecho pasillo de unos
ochenta kilmetros de longitud, mientras que una cuarta divisin inglesa de
desembarco areo podra llegar un poco ms tarde en aviones de transporte
que aterrizaran en el aerdromo situado al Norte de Arnhem. Una vez asegurados los puentes que cruzan los
cauces ms importantes, el Segundo
Ejrcito recorrera dicho pasillo con
toda presteza hasta el Zuider Zee, ms
all de Arnhem, a una distancia total
de unos ciento sesenta kilmetros. El

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Miles

Dc

J.

nombre en clave de este ataque terrestre era el de Operacin Garder~.


El general Eisenhower, aunque no
se mostrara convencido ante la idea
de una nica y definitiva ofensiva hacia el territorio alemn, prest odos
a las implicaciones de Market-Garden.
En opinin de Eisenhower, el aparato
logstico aliado se hallaba excesivamente distendido para apoyar ninguna inmediata ofensiva que pusiera fin
a la guerra; no obstante, todava guardaba esperanzas de establecer una cabeza de puente al otro lado del Rhin
antes de que la escasez de suministros
obligaran a sus ejrcitos a detenerse.
La Operacin Market-Garden ofreca
esta oportunidad.
Por otro lado, desde el desembarco
en Normanda, Eisenhower busc la
ocasin propicia para la utilizacin de
unas tropas aerotransportadas que se
hallaban inactivas, pero cada uno de
sus distintos planes tuvo que ser abandonado a causa de los rpidos avances
del ejrcito. Saba que el jefe de estado mayor del Ejrcito estadounidense
y el de las Fuerzas Areas del Ejrcito
deseaban experimentar la probabilidad estrattiga de las tropas aerotransportadas. Estas fuerzas seiecras
eran, en realidad, como monedas valiosas e inactivas que estaban agujereando los bolsillos del mando aliado;
Eisenhower no tena la intencin de
gastarlas con prodigalidad, pero se
hallaba dispuesto a utilizarlas a. la
primera oportunidad ~ U C 111zreciese
la pena, por ramo, prest su
timiento a la operacin.

El mariscal de campo Sir 1


gomery, jefe del 21 Grupo

lontto.

El plan de Montgomery probablemente era el ms atrevido y heterodoxo de todos los ejecutados por el
mando aliado durante la guerra; dispona de fuerzas insuficientes: tres
divisiones aerotransportadas, dotadas
de armas ligeras; una divisin de desembarco areo; una acorazada, y dos
de infantera. Estas ltimas constituan la nica parte del Segundo Ejrcito que haba logrado hasta entonces
llegar a la frontera entre Holanda y
Blgica. La escasez de medios fue puesta en evidencia por un jefe militar britnico al decir "pretendemos negar
demasiado lejos".
Un fundamento lgico del plan era
el hecho de que la prolongada y apresurada retirada desde Francia haba
dejado a los alemanes profundamente
desorganizados, J auiiqu= se tena indicios de que nuevos refuerzos estaban llegando y ocupando posiciones al
otro lado de los canales y ros, sin embargo estas tropas frescas eran escasas y no estaban bien entrenadas. De
todos modos, los informes de ltima
hora no fueron tranquilizadores. Los
pilotos de los aviones de reconocimiento haban observado un denso
trfico ferroviario en Nimegd y t;ii Arnhem, y la Resistencia holandesa haba comunicado que las unidades Panzer, diezmadas por los combates, se
estaban equipando de nuevo en Holanda. Estas noticias preocuparontanto
al jefe del Segundo Ejrcito, el teniente general sir Miles Dempsey, que se
dirigi sin prdida de tiempo a Montgomery con la idea de que sera ms

El general de divisin I
jefe de la 1.' Divisin

rquhart,
)ortada.

acertaao y aconsejable un ataque en


direccin Nordeste, a lo largo de las
posiciones del Primer Ejrcito estadounidense, en lugar de desviarse hacia
el Norte por territorio holands.
Dempsey se poda haber ahorrado
las molestias; dos das antes haba
cado sobre Londres la primera rfaga
de V-2, los pesados cohetes supersnicos, y los alemanes los estaban lanzando desde unas bases cercanas a La
Haya. El ministerio de la Guerra, segn Montgomery manifest a Dempsey, acabada de enviarle una nota preguntndole qu se poda hacer a fin
de capturar o aislar estas bases. De
esta suerte, el ataque hacia el Norte,
por Holanda, se haca totalmente necesario.
La veracidad de las informaciones
recibidas sobre el creciente fortrilecimiento de las tropas alemanas reduca
las posibilidades del xito aliado; los
refuerzos que se iban atrincherando
detrs de los canales y de las vas
fluviales aebian ser la vanguardia del
Primer Ejrcito de Paracaidistas o los
primeros refuerzos enviados por el
Quince Ejrcito. Este ltimo haba sido cercado junto a las orillas del Canal de la Mancha cuando los canadienses tomaron Amberes, pero el grueso
de sus tropas pudo escapar hacia Holanda mediante la utilizacin de pequeos bores con los que pudo cruzar el
estuario del Escalda. El trfico ferroviario y los rumores de la llegada de
unidades Panzer se deban a la presencia del 11 Cuerpo Panzer SS, de Willi

El genera
cargado i

:in B. C. Frayberg, en?risa de Creta.

Bittrich, con la 9.' y 10.' divisin Panzer SS.


Con el paso del tiempo se prest
gran crdito a una historia fantstica
segn la cual los alemanes haban
trasladado las divisiones Panzer como
reaccin a las confidencias que, sobre
los planes aliados, haba hecho un
traidor holands, un supuesto sujeto
de gran estatura muy popular entre
las mujeres, a quien se le conoca LULI
el nombre de "King Kong" (como al
gorila gigante de una pelcula del mismo ttulo). Tal historia de espionaje
no pasaba de una burda intriga, pues
lo cierto es que el mariscal de campo
Model haba ordenado el traslado a
Holanda de estas divisiones el da 3
de septiembre, siete das antes de que
Montgomery y Eisenhower se decidieran por el asalto areo. Lo cierto de
la historia es que dicho holands pas
,ubel da 16 una informacir a
oficial alemn, en el sentido de que
los ingleses proyectaban iniciar el ata-'
que por tierra al da siguiente, con el
apoyo de fuerzas aerotransportadas;
sin embargo, los alemanes no dieruii
crciito a esta informacin.
La Operacin Market, por tanto, cogi totalmente por sorpresa a los alemanes. A pesar de tal sorprcba y del
xito en el aterrizaje de las tropas, las
dificultades surgieron y aumentaron
en los momentos posteriores. Como
las zonas para el salto de los paracaidistas y para el aterrizaje de los planeadores britnicos se hallaban a una
distancia de 9 a 13 kilmetros de su
objetivo inmediato -el
gla,, p u ~ ~ i t e

Arnhem, formaban una coraza protectora y eficaz contra nuevos avances


ingleses. En el extremo del puente,
Frost y sus hombres se vieron pronto
cercados por vehculos blindados y
carros de combate.
En Nimega las dificultades q u e
pronto aquejaran a los americanos de
las 82 Divisin Aerotransportada no
fueron tan aparentes de un modo inmediato. En gran medida, el objetivo
vital, que era el puente sobre el Mosa,
cerca de Grave, fue ocupado, sobre
todo, a causa del aterrizaje casual del
teniente Thompson y de sus seis hombres en un extremo del mismo; igual
sucedi con el paso del canal MosaWaal, entre uno y otro ro. Los paracaidistas tambin se movieron con celeridad en la toma de las alturas al
Sudeste de Nimega, una de las pocas
que pueden divisarse dentro de las
llanuras que el pas ha ganado al mar.
El jefe de la divisin, general Gavin,
estim que la ocupacin de las colinas
era imprescindible si sus hombres
iban a defenderse eficazmente hasta
que las columnas inglesas pudieran

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1
1

de la carretera que cruza el Bajo Rhin


por Arnhem-, la marcha a pie hasta
este punto fue lenta y complicada; tan
pronto como los soldados iniciaron su
marcha, la poblacin civil holandesa
se ech en masa a la calle llevando el
naranja como su color nacional holands, abrazndose a las tropas, obligndoles a aceptar manzanas, tomates y
flores, e interceptando la ruta a causa
del nmero de manifestantes. Aquello
pareca un carnaval y una feria simultneamente.
El mariscal de campo Model sali
precipitadamente del Hotel Tafelberg
derramando en el camino el contenido
de una maleta hecha apresuradamente,
y fue conducido en coche al puesto
de mado del general Bittrich, donde
se le inform que ste haba tomado
ya sus medidas poniendo en juego sus
dos divisiones Panzer SS. Una de ellas
fue enviada a interceptar el acceso
britnico al puente de Arnhem, mientras que la otra haba cruzado dicho
puente a toda prisa y avanzaba hacia
el Sur. Aunque Bittrich no supo, en
aquel momento, que los americanos
tambin haban tomado tierra. estaba
seguro de que si las fuerzas biitnicas

tenan que establecer contacto con los


paracaidistas de Arnhem, el sentido
de su ataque sera el contrario al que
sus carros de combate marchaban. Tan
seguros se sentan los alemanes de su
eventual triunfo, que ni siquiera elaboraron un plan para destruir los
puentes de Arnhem o de Nimega, aunque ciertamente hicieron saltar el del
ferrocarril situado en la primera ciudad citada.
A pesar de los movimientos de Bittrich, el coronel Frost v un cuerpo que
no pasaba de 500 hombres lograron,
hacia la cada de la tarde, llegar al
extremo Norte del puente sobre el Ba.
jo Rhin. Los alemanes se resistieron
con firmeza desde el otro extremo del
puente; el reducido grupo de Frost
no tena otra solucin que intentar lo
que fuera en la medida de sus fuerzas,
porque no era de esperar que otros
soldados ingleses pudieran avanzar
desde sus posiciones y sumrseles en
la empresa. Los jvenes y los veteranos del comandante Krafft, procedentes de Waldfriede, acosaban la retaguardia britnica, mientras que las
tror>as de la 9." Divisin Panzer SS.
por las edificaciones de

Izquierda: Los paracaidistas colocan seales en el rea de lanzamiento por medio de paracadas. Abajo: Llegada de refuerzos.

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llegar desde el frente; las alturas eran


tan importantes en su opinin, que
hasta la noche no decidi utilizar uno
de los batallones que se ocupaban de
asegurarlas en otro objetivo que era
fundamental si las columnas del ejrcito de tierra iban a pasar Nimega y
llegar hasta Arnhem: el imponente
puente sobre el Waal que existe en
Nimega.
Durante las primeras horas que siguieron a la invasin area, solamente algunos centinelas obstaculizaron el
camino americano hacia el puente de
N i m e ~ a ; pero cuando una columna
americana llev a cabo el avance final
para apoderarse del puente, las primeras unidades de la 10." Divisin
Panzer SS pasaron por l y se desplegaron en abanico ocupando posiciones
defensivas dentro del casco urbano. El
puente estaba condenado a seguir fuera del alcance de las fuerzas aliadas
durante largas, dolorosas y costosas
horas.
Mientras tanto, los hombres de la
101 Divisin Aerotransportada se encargaba de asegurar casi todos los
puentes que cruzan los canales y riachuelo~que se extienden entre Grave
v Eindhoven, a lo largo de la nica
carretera importante en direccin Norte por la que tendran que pasar las
columnas del ejrcito de tierra ingls;
sin embargo, fracasaron en un objetivo, precisamente en un puente sobre
un canal muy cercano a Eindhoven,
que los alemanes volaron ante sus propias narices. Los paracaidistas pudieron asegurar, en todo caso, los accesos al puente y al da siguiente lograron entrar sin apenas oposicin en
Eindhoven, entre los aplausos y gritos
de una poblacin que haba engalanado la ciudad con el color nacional.
Los americanos no conocan un hecho casual que acelerara la reaccin
alemana ante el asalto aerotransportado: cuando el general Student se
hallaba en el balcn del casero en que
haba instalado su puesto de mando,
observando las densas formaciones de
aviones .y planeadores que pasaban
por encima -una
sorpresa que se
acompaaba de envidia al darse cuenArriba: Los refuerzos americanos caen sobre un campo sembrado con los planeadores del asalto inicial. Derecha: Un prisionero alemn, uno de los pocos xitos
ingleses en Arnhem.

ta de los inmensos recursos de que


los mandos aliados disponan-. el fuego antiareo derrib ;no de los planeadores, que fue a caer en un campo
cercano a su puesto de mando. Las
tropas alemanas corrieron hasta los
restos y vieron que todos los ocupantes haban perecido; un soldado alemn sac del bolsillo de uno de los
cadveres un fajo de papeles, que era
nada menos que una copia de la orden
de operaciones. A las dos horas de iniciarse el asalto areo ya se encontraba este documento en el despacho de
Student.
La operacin aliada sufri otro revs
cuando las columnas inglesas tropezaron con dificultades en su intento de
romper la resistencia que se les opona
al Sur de Eindhoven. De acuerdo con
el plan, dichas tropas deban entrar
en la ciudad antes del anochecer del
nrimer da, pero cuando esta jornada
termin, las fuerzas britnicas se hallaban detenidas a unos diez kilmetros del objetivo. La suerte tendra
que cambiar radicalmente para que la
columna pudiera alcanzar a las tropas
aerotransportadas de Arnhem dentro
de los primeros cuatro das, que era
el plazo ms amplio que podran resistir 10s paracaidistas segn el plan
previsto.
El amanecer del da siguiente fue
poco esperanzador, las inclemencias
del tiempo retrasaron, y en muchos
casos impidieron, los refuerzos y suministrbs areos. A partir de este ins.
tante, y a pesar de las muestras de
valor y sacrificio que por su magnitud
fueron dignas de una historia brillantsima, paracaidistas y tropas aerotransportadas se vieron incapaces de
alterar un patrn ,que conduca al fracaso.
Al atardecer del segundo da, 18 de
septiembre, la columna del ejrcito de
tierra britnico logr al fin abrirse
camino y entrar en Eindhoven; y al
amanecer del tercer da pudo ser reemplazado el puente sobre el canal,
anteriormente volado por el enemigo.
Hacia medioda, cuando lleg a Nimega, se encontr con que los defensores
alemanes ocupaban todava el puente
Izquierda: Un fardo de suministros. Derecha: A pesar de algunos choques espectaculares al tomar tierra, casi todos los
combatientes de los planeadores pudieron
salir ilesos.

de la carretera que cruza el ro Waal.


Al final de la tarde de la cuarta jornada, mircoles 20 de septiembre, despus de cruzar los 400 metros de anasalto
chura del ro Waal 11513
montado sobre la marcha, para lo cual
utilizaron unas frgiles lanchas de desembarco hechas de lona, los alemanes
abandonaron la defensa del gran puente de Nimega, no sin dejar a varios
combatientes dispuestos a morir, que
se aferraron como lapas a la superestructura y a 110s pilares. Cuando el
quinto da tocaba a su fin, un reducido contingente de la columna inglesa
pudo cruzar el ro y reanudar el ataque con la esperanza de recorrer los
ltimos quince kilmetros y rescatar
a los paracaidistas de Arnhem.
Estos, que se cubran con unas airosas boinas marrn rojizo se denomi.
naban a s mismos los "Diablos Roios", se hallaban totalmente sitiados;
de los 500 hombres iniciales del coronel Frost, situados en el extremo Norte del puente sobre el Bajo Rhin, solamente sobrevivan unos cincuenta
que tuvieron qut: c x a p a r individualmente o en grupos reducidos, siendo

Iiiuy PULOS los que lo lograron con


xito. En el intervalo, los alemanes
haban desplazado el resto de la 1." Divisin Aerotransportada hasta reducirla a una posicin minscula en forma
de herradura entre el Bajo Rhin y el
Hotel Tafelberg, el mismo de donde
el mariscal Model haba salido tan
precipitadamente el primer da de la
operaciii.
Al tiempo en que los americanos lograban desalojar a los ltimos soldados alemanes del puente sobre el Waal.
lo cual ocurra en el qunto da, jueves
21 de septiembre, los ingleses trataban
de reforzar a los "Diablos Rojos" mediante el lanzamiento, de una brigada
de paracaidistas polacos al Sur del Bajo Rhin. Estos deban cruzar a la otra
orilla, a las posiciones cercadas, utilizando un transbordador de un lugar
cercano, pero, antes de que saltaran
a tierra desde sus aviones, el buque
haba sido hundido por los proyectiles germanos. Para empeorar las cosas, los alemanes lograron desalojar a
los ingleses de una colina en cuya cima se levantaba un restaurante campestre, en el flanco occidental de la

herradura; desde ella la artillera enemiga dominaba el ro y las posiciones


sitiadas.
En estas circunstancias, la nica
va para socorrer a los "Diablos Rojos" estaba en los botes de asalto de
que dispona la columna inglesa, que
atacaba desde Nimega; la esperanza
era endeble porque, aun en el caso de
que avanzara con rapidez, cmo iba
a cruzar ro bajo el fuego artillero del
enemigo? Tanto se desesperaba del resultado favorable, que incluso el jefe
del Segundo Ejrcito, general Dempsey, cancel todos los proyectos de
envo de refuerzos con la divisin que
iba a desembarcar en el aerdromo
situado al Norte de Arnhem.
La misin de la columna del ejrcito de tierra se haca ms difcil todava a causa del terreno comprendido entre los ros Waal y Bajo Rhin,
constituido por zonas pantanosas ganadas al mar, demasiado blandas y
hmedas para sostener el peso de los
carros de combate, ni siquiera el de
los vehculos blindados. Con el fin de
obstaculizar el ataque ingls, los alemanes slo tenan que impedir el paso

Izquierda: Un aterrizaje poco correcto.


Arriba: La retirada de los ingleses de sus
posiciones ocupadas al tomar tierra, despus de la entrada en accin de los
Panzer.

por la carretera de Arnhem y por


otras pocas vas secundarias. Adems,
los britnicos eran seriamente hostigados por el fuego de las bateras alemanas dirigido contra las columnas de
vehculos que marchaban por la solitaria carretera al Norte de Eindhoven
(a la que los hombres de la 101 Divisin Aerotransportada bautizaron como "carretera del Infierno"), lo cual
retras los refuerzos y suministros. En
el sexto da de la operacin, los ataques de la infantera alemana cortaron
temporalmente la va citada.
El sptimo da, sbado 23 de septiembre, las tropas inglesas lograron
alcanzar las orillas del Bajo Rhin, al
lado opuesto de los situados "Diablos
Rojos". Durante la noche y el da siguiente intentaron atravesar el ro,
pero el cieno engaoso de la ribera
Sur y la artillera alemana redujeron,

Izquierda: El paracaidista ingls con el


uniforme especial para el lanzamiento. Derecha: Las huellas del combate en Arnhem.
al mnimo, el paso de los refuerzos.
Finalmente, obligados a admitir la
derrota, los jefes britnicos de la 25."
autorizaron la retirada de los paracaidistas; los supervivientes ilesos de 10s
"Diablos Rojos", hambrientos, sedientos y con grandes ojeras, se envolvieron con trapos las botas, llenas de barro, con el objeto de amortiguar el
ruido de las pisadas y se decidieron
a desafiar, en la oscuridad, a las patrullas alemanas que encontraron en
su camino hacia el ro. En sus posiciones tuvieron que abandonar a la
merced del enemigo a ms de 300 heridos, una dcima parte aproximadamente de (los que ya se hallaban en
hospitales de Holanda y Alemania.
Por suerte, la noche era oscura y
llova intensamente. Los alemanes no
se dieron cuenta al principio, pero, poco despus de medianoche, descubrieron lo que suceda y comenzaron a
bombardear las orillas del ro. A pesar
del fuego, del nerviosismo, de la fatiga
v de la fra lluvia, los sufridos hombres hicieron paciente cola a la espera
de un lugar en los botes. Al amanecer
fueron muchos los que se enfrentaron
con una corriente peligrosa y cruzaron el cauce a nado, pero, cuando se
hizo completamente de da, an quedaban cerca de trescientos hombres
en la orilla Norte.
De los 9.000 que haban combatido
al Norte del Bajo Rhin, solamente
oudieron escapar 2.400; los muertos
pasaban de 1.200 y el nmero de prisioneros era superior. En el mismo
perodo de tiempo, las dos divisiones
americanas aerotransportadas haban
perdido un total de 3.500 hombres,
entre muertos y heridos. Con inclusin
de 110s pilotos de planeadores y de las
columnas britnicas de infantera, la
Operacin Market-Garden cost a los
aliados 11.850 bajas.
La operacin logr en parte lo que
el mariscal Montgomery deseaba. Tom para los aliados un pasillo de cerca de ochenta kilometros dentro de
territorio holands, incluyendo dos cabezas de puente sobre !os ros Mosa
v Waal; sin embargo, de acuerdo con
la despiadada lgica de ila guerra, la
operacin haba constituido un fracasa porque no consigui conservar la

El Douglas C-46 Commando, originariamente diseado como avidn comercial, aunque


el proyecto se convertira con el tiempo en totalmente militar. Fue muy utilizado
por los americanos, sobre todo en misiones de abastecimiento. Motores, dos Pratt 8
Whitney Double Wasp radiales, de 2.000 H. P. cada uno; velocidad mxima, 430 KmJhora; radio de accin, 2.600 Km.; techo, 8.200 m.; peso vaco/cargado, 13.800/22.30
envergadura, 30 m.; longitud, 21 m.

El Douglas C-47 Skytrain derivado del famoso avin de lnea DC-3 de los afios
treinta. Su suelo, reforzado especialmente, le permita transportar grandes pesos;
como transporte de tropas poda acomodar a 28 paracaidistas con todo su equipo.
Motores, dos Pratt & Whitney Twin Wasp radiales, de 1.050 H. P. cada uno; velocidad
mxima, 365 Km/hora a 2.800 metros; radio de accin, 3.400 Km.; techo, 7.800 m.;
peso vaco/cargado, 8.500/15.000 Kg,.; envergadura, 27 m.; longitud, 16 m.

El planeador WACO Hadrlan, el principal de las fuerzas aerotransportadas americanas,


capaz de ser remolcado a una velocidal mxima de 200 Km/hora y de transportar a
13 soldados completamente equipados. Envergadura, 24 m.; longitud, 14 m.

Arriba: Los Panzer preparan el cerco. Abajo: Algunos de los centenares de prisioneros.
Derecha: Una baja inglesa y su compaero.

El can ligero M20 de 75 mm. sin retroceso y desmontable, que los paracaidistas podan
montar rpidamente. Peso, 58 Kg.; longitud, cerca de 3 metros; mximo alczince,
7.000 metros; velocidad inicial, 300 metros/segundo; peso de la granada 7 Kg.; 1peso
total de la municin, 11 Kg.

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El obs de 105 mm. era una de las armas favoritas de la artillera americana, a causa
de su poco peso y de su resistencia a todas las condiciones adversas. Cadencia
de tiro, cuatro disparos por minuto; alcance, 12.500 metros.

El M18 de 57 mm. sin retroceso se poda convertir para su transporte en un


simple tubo. Longitud, 1,7 metros; alcance, 4.300 metros; velocidad inicial, 400 metros/segundo; peso de la granada, 1,5 Kg.; peso total de la municin, 2 Kg.

El obus a lomo americano de 75 mm., diseado para su transporte en planeadores o


en aviones; era el principal apoyo artillero de las divisiones aerotransportadas ame.
ricanas. Peso, 600 Kg.; cadencia de tiro, seis disparos por minuto; alcance. 9.5nn m
4

cabeza de puente al otro lado del Bajo


Rhin, ni embolsar al pas holands,
rebasar la muralla Occidental de la
Lnea Sigfrido ni situar a las tropas
britnicas en unas posiciones que permitieran la penetracin en la llanura
del Norte de Alemania. Ni mucho menos prolong la gran persecucin del
enemigo, que podran haber hundido
a un mando alemn que se creia a
punto de desmoronarse.
Gran parte de la desgracia pudo
atribuirse a la mala suerte: las posiciones iniciales de las divisiones Panzer SS, la presencia en escena de Model, Student y Bittrich, el hallazgo de
la orden de operaciones aliadas y el
empeoramiento del tiempo. Aunque los
aliados saban que el clima de septiembre es muy variable en el Noroeste de Europa, no disponan de recursos suficientes para transportar todos los efectivos en una jornada; de
este modo, la desventaja era considerable, porque, una vez jugada la primera carta de la llegada de las unidades aerotransportadas, la sorpresa
no poda repetirse.
Se tropez, adems, con otros problemas. Durante los combates de Arnhem los ingleses tuvieron dificultades
en el uso de los aparatos de radio,
que eran pequeos o inadecuados y
que haban sido escogidos con el fin
de dejar ms sitio libre en los aviones
v en los planeadores. Por otro lado, el
general Urquhart, preocupado por la
posibilidad de un intenso fuego antiareo en las cercanas del puente de
Arnhem, se haba decidido por unas
zonas de aterrizajes relativamente aleiadas de los objetivos principales, con
lo que una resistencia cualquiera, por
ligera que fuese, podra impedir la
captura.
Todos ,los factores expresados contribuyeron al fracaso; en todo caso,
la operacin podra haber sido coronada por el xito si la columna britnica del ejrcito de tierra hubiera atacado con mayor energa al Sur de Eindhoven y al Norte del Waal, si el comandante en jefe de la 82 Divisin
Aerotransportada hubiera puesto en
iuego todos los medios, la osada y
el r~igor que de los paracaidistas SL
exige y si hubiera destinado un batalln al menos para un golpe de mano
contra el puente sobre el Waal, en Nimega. El hecho de que actuara en obediencia a un plan previamente apro-

bado por sus superiores no pudo impedir los graves efectos del fracaso.
Queda en el mbito de las conjeturas si el buen fin de la Operacin Market-Garden habra conseguido realmente los efectos a largo plazo que
Montgomery haba previsto; probablemente tampoco hubiese sucedido as.
Aunque los alemanes no posean tropas de reserva para lanzarse inmediatamente sobre los ingleses, y a pesar
de que los asaltos areos afectaron
profundamente al Fhrer, que lleg a
decir: ''Qu hubiera sucedido si los
aliados se hubieran lanzado con divisiones aerotransportadas S o b r e mi
cuartel general?". Los alemanes no
mostraron seales de pnico ni inclinacin a la huida o a la desercin. Con
la idea de impedir un total hundimiento, los ejrcitos aliados, un tanto agotados y sin saber qu hacer con sus
planes logsticos, se vieron de momento en la imposibilidad de lograr ms
de lo que ya haban conseguido.

alemanes

Auge y decadencia
de las fuerzas

oerotrunsportridas
La invasin aliada desde el aire sobre
Holanda, la mayor operacin aerotransportada de la historia, fue la culminacin de un pronstico que se remontaba, por lo menos, al ao 1784,
cuando Benjamn Franklin escriba:
";Qu prncipe podra proteger y defender su territorio en forma tal que ni
diez mil soldados que descendiesen de
las nubes pudieran vencerle, pese a los
grandes daos que produjeran hasta
la llegada de las tropas que los destruyesen?.
Durante la Primera Guerra Mundial,
Winston Churchill estudi la posibilidad de llevar a la prctica la tesis de
Franklin y sugiri se lanzasen "columnos volantes" que destruyeran los
puentes, interceptasen las comunicaciones enemigas y sabotearan las fbricas. Tambin durante aquella contienda, un coronel ,norteamericano llamado William (Billy) Mitchell, que,
ya ascendido a general de divisin,
fue sometido a la jurisdiccin militar
por defender con excesiva vehemencia
la creacin de una Fuerza Area, esboz el primer esquema tctico para
el ataque aerotransportado. Pretenda
organizar un curso acelerado de paracaidismo con los componentes de la
1." Divisin de Infantera, los cuales
saltaran de bombarderos Handley-Pa-

ge ingleses en la retaguardia enemiga


con el fin de tomar la ciudad de Metz.
El armisticio oblig a cancelar el proyecto.
El advenimiento, en Europa y Asia,
de las dictaduras militares se acompa con la amenaza de una Segunda
Guerra Mundial; los medios para la
guerra area se hallaban, adems, a
la mano con formas muy perfeccionadas. El paracadas, cuyos orgenes se
remontan hasta el siglo XVI, haba
sido objeto de ensayos y en 1927 los
italianos demostraron sus aplicaciones
militares al lanzar nueve soldados con
su equipo completo; lo nico que quedaba por hacer era el cambio de material, pasar de la seda al nailn. El
deporte del vuelo a vela era bastante
popular en muchos pases, y se dispona de modelos muy avanzados de
planeadores. Los aviones creados por
las lneas areas civiles podan ser
adaptados al transporte y al translado
de tropas. Durante la guerra, los alemanes emplearan un modelo reformado de un avin 'comeycial, :un Junkers 52, y tanto los ame'ricanos como
los ingleses dependeran primordialmente del DC-3 de las. lneas areas
de los Estados Unidos, con una adaptacin militar que los convirti en el
C-47 Skytrai'n o, como los los britni-

E l planieador para transporte de tropas DFS 230, obra de las principales instalaciones
alemanlas dedicadas a le construccin y uso de planeadores. Poda ser remolcado por
un Juniker 5213 a una velocidad mxima de 160 Km/hora. por lo que poda aterrizar
en un esoacio mnimo de terreno. Dara lo cual posea. adems, en el morro tres
cohetes de freno, y en la cola un'paracadas. capacidad, hasta 10 soldados completamente equipados; velocidad de descenso despus de ser soltado, 70 m/minuto.

aerdrurrios; normalmenre, una vez


terminada su misin, los soldados se
ocultaban a retaguardia del enemigo
y se unan a las partidas de guerrilleros de la Resistencia.
A principios de octubre de 1940, los
aviones de transporte trasladaron en
cuarenta y ocho horas a unos 6.000
soldados destinados a los aerdromos
en manos soviticas de las cercanas
de Tula, unos ciento sesenta kilmetros al Sur de Mosc, para desbaratar
el impetuoso a v a l i c c alemn sobre la
ciudad; sin embargo, fue una operacin de "desembarco areo", totalmente distinta a una operacin aerotransportada. El Ejrcito Rojo prepar durante la contienda dos operaciones
aerotransportadas d e importancia:
una, cerca de Vyazma, al Sudeste de
Mosc; la segunda, cerca de Kiev.
La operacin Cerca de VyaZma fue
Parte de una contraofensiva que 10s
soviticos iniciaron en diciembre de
1941, a fin de alejar a 10s alemanes
de las Puertas de Mosc; en un peroEntrenamientos con el equipo d e paracaidistas soviticos [izquierda) y alemanes (derecha).

lo denominaban, Dakota. Solamente hacia el final del conflicto se fabric un tipo de aparato especficamente
destinado a las operaciones aerotranspur~ddas,pero se construy en cantidad reducida.
Al principio de la dcada de los anos
treinta, casi todos los ejrcitos del
mundo estudiaban la utilizacin de un
tipo u orro de operacin aerotransportada, siendo los rusos quienes descollaban en estos intentos. En 1934 realizaron un salto de cuarenta y seis
hombres, cori los que tambin se lanz un carro de combate ligero; dos
aos despus asombraron a los agregados militares de todas las naciones
al lanzar, durante unas maniobra3 L G I ca de Kiev, dos batallones en paracadas. Los rusos los bautizaron como
soldados langostas)). El 10 de septiembre de 1936 saltaron en Minsk
1.200 paracaidistas, y, dos semanas
ms tarde, 5.200 cerca de Mosc. Al
misqo tiempo, los soviticos perfeccionaron un planeador militar capaz
de transportar dieciocho hombi~a.
Es una paradoja el hecho de que,
cuando se declar la guerra, los rusos
utilizaran tan poco sus tropas aerotos

,
1
1

'

1
1

transportadas, slo ocasionalmente llegaron a emplear pequeos grupos de


paracaidistas durante la guerra rusofinlandesa de 1939-40, pero cuando se
enfrentaron con la gran amenaza de
la invasin alemana, sus unidades de
paracaidistas fueron convertidas en infantera regular en la crucial batalla
que tuvo la primera gran ofensiva alemana hacia Mosc. Quiz debido a la
desesperada lucha en que se vio empeado el Ejrcito Rojo durante mucho tiempo, estas unidades selectas
no pudieron volver a reorganizarse
completamente. Una de las razones fue
la gran escasez de aviones de transporte, ya que la industria sovitica no
era capaz de suministrarlos, ante la
prioridad de los carros de combate
v de otras armas que tenan que ser
producidos en nmero adecuado.
Los rusos hicieron gran uso del paracadas en el envo de las partidas
de guerilleros que operaban en la retaguardia enemiga y en el lanzamiento
de los jefes que se pusieran al frente
de aqullos. En ciertos casos llegaron
a lanzar unidades con contingente de
batalln, con el fin de destruir puentes y depsitos, o golpes de mano en ,

do que abarca del 3 de enero hasta


mediados de marzo de 1942, unos 3.500
paracaidistas, aparte 7.000 homb-S
ms trasladados en aviones, se unieron a los guerrilleros y a la caballera
de un intento de interceptar las rutas
de abastecimiento enemigo a una bolsa formada por las contraofensivas
rusas que convergan desde el Norte
y el Sur. Las misiones de los paracaidistas eran la ocupacin de campos
de aviacin para el desembarco areo
de las tropas adicionales, la destruccin de puentes y el hostigamiento del
trfico alemn a lo largo de las dos
rutas de aprovisionamiento ms importantes. Los alemanes tuvieron que
trasladar algunas unidades de un sector a otro y enzarzarse en una lucha
que dur dos meses, hasta destruir
las fuerzas rusas.
Con objeto de fijar en un lugar determinado a las tropas alemanas y facilitar el paso del ro Dnieper por otros
lugares, el Ejrcito Rojo empez, el
24 de septiembre de 1943, a trasladar
tres brigadas aero~ransportadasy tres
de desembarco areo a un meandro del
Dnieper, situado al Sur de Kiev, a. fin
de reforzar los contingentes de la Re-

sistencia. La desgracia se ceb ei


operacin desde su mismo comieri~o.
Solamente se dispona de 180 aviones
de transporte y de un nmero reducido
de planeadores ligeros, y las prdidas
causadas por el fuego enemigo y la lentitud de los suministros retrasaron considerablemente los vuelos necesarios. El
primer contingente importante de paracaidistas cay exactamente encima de
una columna acorazada alemana, .que
se encarg de aniquilar pronto a los
asaltantes; otra unidad se lanz sobre
una divisin de infantera y sobre el
puesto de mando que la divisin protega, por lo que fue reducida sin prdida de tiempo. A fin de cuentas, igual
que en Vyazma, los alemanes tambin
tuvieron que trasladar parte de sus
fuerzas a este sector, para eliminar
fuerzas aerotransportadas y de desembarco areo que se calculaba ascendan
a 10.000 hombre; de esta suerte, y a
pesar del caos de la operacin rusa, se
consigui el objetivo de debilitar las
fuerzas alemanas en un determinado
lugar, para facilitar el paso de los soviticos sobre el ro Dnieper.
Cuando llegaron a Inglaterra y a los
Estados Unidos las noticias de las maniobras rusas aerotransportadas de 1935
y 1936, se provoc un hondo estado de
inquietud entre los tericos militares,
pero sus resultados prcticos duraron
bien poco. El inters de los pases se
centr cada vez ms en el transporte
v el desembarco areo, o sea, en el movimiento de tropas, por el aire y con
rapidez, hasta campos de aterrizaje que
va estuvieran ocupados y asegurados.
Ya en 1931 los americanos hicieron volar hombres y canones de una batera
de artillera, desde un extremo al otro
de la zona del canal de Panam, y, al
ao siguiente, un batalln de infantera
inglesa con su equipo completo se traslad en avin desde Egipto hasta el
Irak. En todo caso, cuando la guerra
se vea venir, ni los ingleses ni los
americanos haban constitudo formalmente sus unidades de fuerzas aerotransportadas, y ni siquiera tenan el
proyecto de hacerlo.
Tambin en Italia, a pesar del ensavo de 1927, el punto principal de atencin se reduca al desembarco areo;
tanto en la conquista de Abisinia como
Tropas soviericas lanzndose desde una
abertura en el techo del aparato.

63

/,

El Junker JU52/3, arma principal de la Luftwaffe, utilizado como avin de entrenamiento, bombardero, transporte, enlace, paracaidismo y remolque de planeadores. Era un
avin resistente y muy fiable. que hizo grandes servicios a Alemania. Motores, tres
BMW radiales, de 830 H. P. cada uno; velocidad mxima, 28Q Km/hora; radio de
accin. 1.550 Km. a 2.700 m.; techo, 6.000 m.; peso vaco/cargado, 7.200/12.200 Kg.;
envergadura. 27 m.; longitud, 17 m.

/
!

El planeador Gotha 242 fue construido en cantidades reducidas, y serva de transporte


de carga a la Luftwaffe; algunos modelos disponan de motor. Llevaba una tripulacin
de dos hombres y poda transportar 23 soldados. El peso vaco y cargado era de
3.100 y de 7.100 Kg.; respectivamente; envergadura y longitud, 20 y 14 m..

en la Guerra Civil Espaola, los italianos utilizaron a veces el paracadas


para hacer llegar los suministros, y,
poco despus de entrar en la Segunda
Guerra Mundial, transportaron un regimiento de infantera a un aerdromo
etope. La primera operacin italiana
aerotransportada tuvo lugar el 27 de
abril de 1941, cuando un contingente
reducido de paracaidistas se apoder
de la isla griega de Cefalonia, en el mar
Jnico, frente a una dbil defensa.
!

El paracaidista alemn, elemento esencial


de las victoriosas campaas de 1940.

Los franceses organizaron en 1939 un


batalln de paracaidistas, pero lo disolvieron poco tiempo despus; tan slo
tras la derrota de 1940 y la formacin
de las fuerzas francesas fuera de la
metrpoli, bajo la bandera de Charles
de Gaulle, dispusieron nuevamente de
una fuerza aerotransportada. Parte de
dos batallones se lanz con xito en
la pensula de Bretaa, al tiempo que
otras fuerzas aliadas desembarcaban
el Da-D en Normanda. Su misin era
el sabotaje y la unin con las fuerzas
de la Resistencia francesa.
Antes de la guerra, tambin los polacos y los checos estudiaron el empleo
de unidades aerotransportadas, y, poco
antes de la decisiva derrota, Polonia
lleg a contar con una unidad bien
organizada; en el exilio en la Gran Bretaa, los polacos constituyeron la 1.'
Brigada de Paracaidismo, la que entr
en accin, aunque por poco tiempo, en
la Operacin Market. Igualmente los
japonese fueron los primeros en ensayar su utilizacin pero, a pesar de
la aceleracin que imprimieron a sus
preparativos blicos, una vez iniciada
la guerra, los japoneses hicieron muy
poco uso de sus unidades aerotransportadas. Hasta diciembre de 1941, despus del comienzo del conflicto, tras
su ataque a Pearl Harbour, no apresuraron su entrada en servicio, que se
manifest con la formacin de la Fuerza Especial de Desembarco Naval de
Yokosuka (un batalln reforzado de paracaidistas) y la 1." Brigada de Paracaidismo, compuesta de un batalln reforzado de paracaidistas y un regimento
de aviones pesados de bombardeo. Tambin se form otro regimiento areo y
un cuerpo de transporte areo.
Los japoneses abrieron su ofensiva
contra las Indias Orientales holandesas,
a principios de 1942, precisamente con
un ataque por mar y aire dirigido el
11 de enero contra Menado, en el extremo Nordoccidental de la isla de Clebes. A las cuatro horas del ataque martimo, la Fuerza Especial de Yokosuka
se lanz en paracadas sobre un aerdromo al Sur de la ciudad, cogi a los
defensores holandeses por sorpresa y
se apoder fcilmente del camwo de
aterhzaje. Un mes ms tarde, elA14de
febrero, la l." Brigada de Paracaidismo
se lanz sobre Palenbang, en Sumatra,
a fin de capturar dos importantes re-

fineras de petrleo; aunque los asalt a n t e ~tomaron con Yapidez un campo


de aviacin cercano, unas fuerzas combinadas de tropas holandesas, australianas y britnicas defendieron las refineras durante dos das, hasta que
una unidad aerotransportada de refresco lleg a reforzar el ataque japons.
Una semana despus, la Fuerza de YOkosuka efectu otro asalto para apoderarse del puerto de Koepang, en la isla
de Timor. Ninguno de los asaltos tropez con resistencia apreciable.
Con esto toc a su fin virtualmente
la serie de operaciones aerotransportadas japonesas. Japn haba comenzado
demasiado tarde la formacin de este
tipo de tropas y la construccin de un
nmero elevado de aviones de transporte; una vez iniciada la guerra hubo que
ceder a las exigencias de otras prioridades.
Dos operaciones de poca monta llevadas a cabo en la isla de Leyte, en
las Filipinas, cerraron el captulo de los
intentos nipones. En una de ellas, tres
aviones japoneses aterrizaron de emergencia, en un intento de atacar varias
unidades de retaguardia de una divisin
americana; esto sucedi el 29 de noviembre de 1944, y los soldados que no
resultaron muertos al chocar contra el
suelo fueron pronto cercados y capturados. En la segunda ocasin, el 6 de
diciembre del mismo ao, 300 japoneses se lanzaron en paracadas con la
idea de capturar aerdromos americanos; lograron destrozar varios aviones
v ocupar por poco tiempo uno de los
objetivos, pero los prometidos refuerzos por mar no les llegaron y las tropas americanas recobraron lo perdido
en el mismo da.
Fueron los alemanes los que se dedicaron con entusiasmo a las nuevas ideas y los primeros en demostrar, de
modo convincente y dramtico, sus po, sibilidades blicas. En 1935, al tiempo
que Adolf Hitler denunciaba las clusulas del Tratado de Versalles, el jefe de
la Luftwaffe Hermann Goering, se encargab de organizar las primeras unidades de paracaidistas. Adems de las
demostraciones rusas de aquel mismo
ao y del siguiente, los alemanes conocan otras pruebas soviticas gracias a
un acuerdo militar separado, includo
en el ms amplio marco de los tratados de Rapa110 de 1922. Despus de entrenar a toda prisa a un grupo de paracaidistas en una escuela cercana a

Spandau, los alemanes enviaron cincuenta a la Guerra Civil Espaola, con


la Legin Cndor; los veintitrs que lograron sobrevivir volvieron a Alemania
con experiencia y observaciones valiosas. En este mismo conflicto aprendieron mucho al transportar una buena
cantidad de soldados marroques y equipo en sus trimotores Junkers 52.
Cuando la Luftwaffe se dedic a formar y preparar regimientos de paracaidismo, y a partir de 1939 divisiones
completas, solamente consinti en aceptar hombres con excelentes cualidades
fsicas. Igualmente que con la SS, brazo armado del uartido nazi. los paracaidistas eran ~scrupulosamenteadoctrinados en el credo nacionalsocialista.
Desde muy pronto fue el general de la
Luftwaffe Kurt Stundent (el mismo
que ms tarde envidiara los recursos
aerotransportados aliados) el que se
encarg de los entrenamientos.
La formacin que Student impona
era fsica y mentalmente agotadora;
aparte una intensa educacin fsica, los
hombres se sometan al usual entrenamiento de la infantera, con inclusin
de vastas maniobres en el terreno y de
instrucin especial en demolicin. En
la Escuela de Paracaidismo vecina a
Spandau realizaban seis saltos, el ltimo desde aviones que volaban a menos
de 140 metros, mientras se simulaba el
desarrollo de un combate.
Student organiz sus tropas en regimientos convencionales de tres batallones, cada uno de ellos con tres compaas de fusileros y una de armas pesadas. Un pelotn de treinta y seis hombres poda volar en tres aviones. El
uniforme de combate inclua unos pantalones anchos, abombachados sobre las
altas botas, una gabardina impermeable y un casco de acero muy bien almohadillado. Las tropas estaban armadas con un fusil automtico o con una
pistola ametralladora, que los americanos denominaran burp (eructo), por el
sonido gutural y vomitivo de su rapidsimo fuego.
En lo que actualmente reconocemos
como preliminares de la Segunda Guerra Mundial, los alemanes lanzaron su
primera operacin aerotransportada el
12 de marzo de 1938, cuando en el Ansckluss de Austria se apoderaron de un
campo de aviacin de las proximidades
de Viena. Los primeros en tocar tierra
fueron los paracaidistas, seguidos pos-

alemn rumbo a Creta.

l
s
9

teriormente por aviones de transporte


con soldados y equipo pesado, incluso
artillera de campaa. Ocho meses despus, los transportes Junkers aterrizaron en un trigal para desembarcar un
regimiento de infantera en la ocupacin aei pais de los sudetes.
Los
ms lentos en
la adaptacin de 10s planeadores a 10s
fines
a pesar de que, durante 10s aos en que Hitler aparent cumplir e
de Versalles, las agrupacioi
3s de vuelos sin motor
proliferaron con la promocin oficial.
Muchos miles de jvenes que haban
aprendido en los planeadores las reglas
esenciales del vuelo se convirtieron posteriormenre en pilotos de la Luftwaffe.

manes posean algunos planeadores militares, pero hasta 1941 no organizaron


su primer regimiento de asalto en pla- .
neadores. El modelo bsico era el DFS230, un monoplano de alas altas, de
unos trece metros de longitud capaz de
transportar diez hombres. El Gotha-242 i
quedaba de reserva.
Cuando en septiembre de 1939 iniciaron la guerra con la invasin de Polo
nia, se repitieron constan~errien~e
los
'
rumores falsos sobre la utilizacin de
paracaidistas; en realidad, aunque 10s
alemanes disponan de una fuerza aerotransportada preparada para la accin,
la conquista fue tan acelerada que aquellas unidades no tuvieron que intervenir.
La primera intervencin
2ate
de sus unidades acl-o~railsp
:uvo
lugar en las campaas de uinamarca

v Noruega, en abril de 1940. Una COmpaa de paracaidistas ocup, al principio de la invasin, un puente de vital
importancia para la conquista de Dinamarca; en Noruega, el primer golpe de
la campaa lo constituy la toma de
aerdromos en Oslo y Stavanger Por
tropas aerotransportadas Y de desembarco areo. En Oslo aterrizaron continuas oleadas de aviones de transporte, con ametralladoras en las ventanillas, sin haber siquiera sido precedidos
por los paracaidistas, con lo que algo
ms de 3.000 infantes se desplegaron
con celeridad para apoderarse de la capital; en Stavanger, una compaa de
paracaidistas se lanz en las proximidades de un campo de aviacin, seguida
por 5.000 soldados de infantera que
desembarcaron de 250 aviones de transporte. Ms al Norte an, los componentes de otra compaa de paracaidistas

se lanzaron en las afueran de Narvik,


pero el asalto no fue afortunado porque abundaron las lesiones y la dispersin fue excesiva; las fuerzas aliadas,
que aqu incluan tropas britnicas, se
resistieron durante dos meses antes de
abandonar Sus posiciones. Mientras tanto, pocos das despus del primer asalto, otra compaa de paracaidistas se
lanz muy por delante de sus propias
lneas, a fin de apoderarse de una estacin de ferrocarril en el interior del
pas; tampoco hubo mucha suerte, porque slo treinta y cuatro de los 150
hombres lograron sobrevivir al cerco
impuesto por las fuerzas noruegas, que
fue roto por la llegada de la infantera
alemana cinco das despus.
Tales asaltos aerotransportados, relativamente modestos, no provocaron en
los dems pases entusiasmo alguno
por este tipo de "guerra por los aires",
aunque en determinados casos los jefes
se convencieran de que haba que destacar tropas que defendieran los campos de aviacin y levantar fortificaciones a su alrededor. El gran y dramtico
i i ~ i ~ rle
a ~esta
~ unueva forma de hacer
la guerra tendra que esperar a las sorprendentes demostraciones de mayo de
1940, cuando los alemanes descendieron
sobre Holanda y Francia.
Cuando los alemanes se esforzaban
en la regin belga de las Ardenas por
irrumpir en el Norte de Francia y lanzarse hacia la costa del Canal de la
Mancha, el grueso de sus fuerzas aerotransportadas fue lanzado en su auxilio, en una maniobra de diversin, en
Holanda. En La Haya, un batalln de
paracaidistas se reparti entre los tres
aerdromos que rodean la capital y prepar la llegada de las dos terceras partes de una divisin de desembarco areo; los objetivos eran la sede del gubierno y el puesto de mando del Estado Mayor holands. Al mismo tiempo,
cuatro batallones de paracaidistas y un
regimiento de desembarco areo, bajo
el mando directo del general Student,
se encargaron de ocupar los puentes
sobre el Waal, en Dordrecht; sobre el
Mosa, en Moerdijk, y sobre el Bajo
Rhin, en Rotterdam, con la idea de que
fueran utilizados por las columnas alemanas de tierra.
En Dordrecht, dos pelotones de paracaidistas tomaron el puente con facilidad, pero lo perdieron ante el contraataque holands; no volvi a manos
de los invasores hasta que tres das

ms tarde llegar011 nuevas tropas y carros. En Moerdijk, el grueso de un batalln se reparti entre una y otra orilla del Mosa, capturando con rapidez
dos puentes que no haban sufrido daos. El mayor esfuerzo de Student se
canaliz hacia Ratterdam, donde dos
batallones de paracaidistas se apoderaran de un campo de aviacin cercano
a la ciudad, donde podran aterrizar
sus aviones. Al mismo tiempo otro pelotn de paracaidistas cay dentro del
casco urbano y, al tiempo que avanzaba
hacia el extremo Norte de los puentes
de la carretera y del ferrocarril que
cruzan el Bajo Rhin, una compaa de
infantera transportada en seis hidroplanos se pos sobre el ro y se detuvo
junto a los pilares de los puentes. Una
vez retiradas las cargas de demolicin,
los infantes se unieron a los paracaidistas, a fin de defender el extremo Norte
del puente, a la espera de la llegada
de fuerzas por tierra.
En La Haya, los alemanes no consiguieron tanto xito, a pesar de la ocupacin de los tres aerdromos; el ms
septentrional cay luego ante el contraataque holands, a despecho del desembarco de un batalln de refuerzos.
Tambin volvieron a manos holandesas los otros dos aerdromos, esta vez
antes de que los invasores recibieran
los refuerzos, y aunque algunos aviones
de transporte lograron tomar tierra en
una playa y en una carretera cercanas,
Student se vio obligado a desviar hacia
Rotterdam ulteriores vuelos. Los holandeses resultaron vencedores en La
Haya, aunque el provecho fuera reducido a fin de cuentas, despus de los
xitos del enemigo en otros lugares y
a causa de la rendicin de Holanda.
En la franja de teritorio holands alrededor de Maastricht y en el sector
belga, los alemanes lanzaron al mismo
tiempo un espectacular asalto aerotransportado, aunque con menor nmero de unidades, con el fin de ocupar
los puentes de Maastricht y los del Canal Albert, un poco ms al Sur, adems de una fortaleza belga, que se presuma inexpugnable, denominada Fuerte Eben Emael. El descenso se realiz
silenciosamente, antes del amanecer del
10 de mayo, en planeadores DFS-230,
que transportaban pequeos destacamentos que se apoderaron de dos puentes sobre el canal, y si bien no pudieron
neador de asalto alemn DFS 230.

~ T T T T T l T T l l l 7 T i n W l n R

impedir la voladura de otro, cdpluldron el del Mosa, en Maaetricht, un poco


daado pero todava suceptible de ser
utilizado. Estos puentes permitieron el
paso del Canal Albert y del Mosa por
las columnas de tierra, que rescataron
a los combatientes alemanes que haban cado sobre la misma fortaleza de
Eben Emael. Los soldados de los planeadol~:,:,c dmparon ante todo de destruir las torretas y nidos del fuerte y
en su empresa fueron ayudados por
300 paracaidistas que se lanzaroil LulLiu
refuerzos durante el da; al medioda
de la siguiente jornada, la guarnicin
belga, de ms de un millar de hombres,
se rindi a los invasores.
-

Con la derrota de Francia y de Ho.


landa, y la sangrienta retirada inglesa
de Dunkerque, Hitler se dispuso a Ilevar a la prctica sus eventuales proyectos de invasin de la Gan Bretaa,
para lo cual se confiaron los preparativos iniciales a la 7.' Divisin Aerotransportada mandada por Student, que
sera la que iniciase la operacin; este
general, sin embargo, se hallaba temporalmente incapacitado a causa de una
herida sufrida en la cabeza durante los
combates en Holanda. El proyecto no
lleg a realizarse, en parte debido al
fracaso de la Luftwaffe en su pretensin de barrer del aire a la RAF, al hecho de que la flota alemana no pudo

,i,

provocar una accin decisiva de la Roya1 Navy y en parte por las ideas de
Hitler hacia otro enemigo en el Este.
Los acontecimientos obligaron a Ilevar a cabo la siguiente misin de las
tropas aerotransportadas, que tuvo lusal ~n Grecia. Si Hitler quera estar
seguro de su flanco derecho en la camuaa que preparaba contra Rusia, deba ir contra Grecia para salvaguardar
a su terco aliado Benito Mussolini.
El 8 de abril de 1941, una compaa
alemana de paracaidistas se lanz cerca de Salnica, en un intento de destruir las comunicaciones de la retaguardia de la Lnea Metaxas; casi todos los
asaltantes fueron muertos o capturados.

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-'.

il
t

Los paracaidistas no dieron un nuevo


golpe hasta tres semanas despus, el
da 27 de abril, cuando, a raz de la
rendicin del ejrcito griego las fuerzas
inglesas, neozelandesas y australianas
luchaban en retirada hacia el Peloponeso, preparndose para la evacuacin.
Dos batallones de paracaidistas -un
total de 1.500 hombres- reforzados por
una compaa de ingenieros transportada por planeadores, descendieron sobre el nico puente que une el Peloponeso, en el canal de Corinto; aunque
los britnicos lograron volarlo en el
transcurso de la batalla, la trampa tendida a la brigada inglesa que no lo
pudo cruzar tuvo los mismos efectos
que si el puente hubiera sido capturado intacto. Para suerte de los ingleses,
los alemanes, en la creencia de que solamente haban cortado la retirada a
unos escasos efectivos de la retaguaria,
olvidaron atacarla y presionarla, por lo
que no pudieron evitar que la Roya1
Navy la evacuara por un pequeo puerto; simutneamente, las dems tropas
inglesas y de la Commonwealth escapaban del Peloponeso.
La evacuacin de Grecia por los britnicos prepar el terreno para el primer asalto de gran magnitud de la historia de las fuerzas aerotransportadas,
asalto que estaba destinado a causar
un profundo impacto en las actitudes
de uno y otro bando ante el futuro de
la guerra aerotransportada. Nos referimos a la conquista de Creta, que fue
al mismo tiempo el cenit y el nadir del
paracaidismo alemn.
Creta, la mayor isla del mar Egeo,
constitua un apetitoso bocado estratgico para uno y otro bando; desde el
puerto, situado cerca del extremo Occidental de la isla, en la baha de Suda,
uno de los ms amplios del Mediterrneo la Marina inglesa poda emprender
operaciones a larga distancia; desde
sus tre aerdromos -uno en la costa
Norte, en Maleme, cerca del puerto;
otro en Retimo, un poco ms al Este,
v un tercero en Heraklion, todava al
Este de los tres-, la RAF amenazaba
el Sur de Italia y los Balcanes, llegando
incluso hasta Ips campos petrolfe
de Rumana, al tiempa q u e se protc
la causa aliada en Egipid y en Li
De caer en manos alemanas, la isla
vira de base a la Luftwafft: pala ~ U I I C I
en peligro las vas de comunicacin .
La invasli

snda por los alemanes.

73

rtima de los britnicos y para colaborar CUII las operaciones del Eje en Egipto y Libia; incluso, tal vez, como etapa
preliminar para el asalto areo y naval
del esencial canal de Suez.
Cuando tuvo lugar la retirada de Grecia, los britnicos, a pesar de la importancia que se conceda a Creta, se
preocuparon muy poco por el fortalecimiento de su sistema defensivo; debido a que hasta la invasin de Grecia
por Mussolini, a finales de 1940, haba
sido territorio neutral, igual que el resto del pas helnico. Tampoco haba
que olvidar las pocas diponibilidades
de los apurados recursos ingleses en el
Mediterrneo Oriental.
Cuando el general de divisin. Bernard C. Freyberg se detuvo un instante
en Creta, despvs de la evacuacin de
Grecia de las r,os terceras partes de su
divisin ne~ze~andesa,
cay en la cuenta de que asuma otra obligacin ms:
la defensa de la isla. Se conoca la presencia en Grecia de la 7." Divisin Aerotransportada alemana, por lo que los
mandos aliados estaban convencidos de
que el enemigo dara pronto un golpe
en la isla, con una invasin conjunta
de fuerzas aerotrans~ortadasv anfibias.
Freyberg disponaapara la defensa de
efectivos res~etables(30.000 combatientes britnicos y de la ~(,mmonwealthy
11.000 griegos y cretens:~),pero la aritmtica era un tanto elgaosa. No pasaban de constituir i n amasijo compuesto por rerales y trozos que pudieron salir de Grecia solamente con las
armas y equipo que los hombres pudieron llevar sobre sus espaldas. La moral
haba quedado quebrantada durante la
retirada, empeorada por el temor a la
potencia del ejrcito enemigo. Las menos afectadas eran las dos brigadas de
la divisin de Freyberg. Por otro lado,
la zona ms vital de la isla -la costa
Norte, con los campos de aviacin y el
puerto- no dispona de apropiadas defensas naturales, a u i i q u Z se extendiera
una accidentada cordillera que slo caminos de herradura la cruzaban hasta
la costa Sur.
Sacrificando otros caones averiados,
Freyberg pudo ecuiisri uir cuarenta y
nueve piezas de artillera; tambin dispona de algunos carros de combate
aunque anticuados y demasiado ligeros,
lllejores
que ya haban prestadu
los paracaidistas

das de servicio en el frente de Libia.


Freyberg orden que los pocos aviones que le quedab'an fueran evacuados,
pues no constituan ms que una presa
fcil para la aviacin enemiga; los aviones salieron el 19 de mayo, demasiado
tarde como hechos posteriores haran
ver, y a que no dio tiempo para destruir
u obstruir las pistas de aterrizaje, a
fin de evitar la utilizacin de las mismas por el invasor. Sin embargo, aun
cuando hubiera dado tiempo, Freyberg
no tena autorizacin para inutilizar los
aerdromos; los ingleses estaban tan
convencidos de poder seguir en Creta
v de poder reforzarla ms an, que los
mandos superiores le denegaron el permiso para la destruccin. De todos modos, haba alguna faceta favorable: los
objetivos iniciales eran tan obvios -los
aerdromos y el puerto- que Freyberg
pudo inmediatamente dedicarse a concentrar las fuerzas disponibles en defensa de pocos puntos.
El general Student proyect y dirigi
directamente la operacin desde el apar-

tamento ae un lujoso hotel ateniense; vez asegurado ste, la mayor parte de


el militar haba convencido al Fhrer 'la fuerza atacante descendera sin difi
de las ventajas de una operacin que cultad en sus pistas.
demostrara el valor y la potencia de
Un contingente de un nmero aproxi
sus tropas aerotransportadas. Student mado al anterior iba destinado a ocu
dispona de poco ms de 500 aviones par los aerdromos de Retimo y de He
de transporte Junkers, de 75 planeado- raklion, pero sera trasportado en 12
res y de unos 600 bombarderos de en segunda y tercera oleada. El genera,
picado y cazas; sus hombres sumaban Student, que ya haba a quirido expe22.750, incluso su selecta 7.' Divisin Pa- riencia en otras operaci nes de poca
racaidista. En paracadas se lanzaran envergadura, haba planeado tres asalunos 10.000 hombres, (lo cual requerira tos separados de escala relativamente
tres oleadas de los aviones de transpor- reducida, en los que tan slo contaba
te; regresando a Grecia por nuevas tro- con el elemento sorpresa en la primera
pas) en los planeadores alrededor de oleada; por otro lado, careca de fuer750; 5.000 por transporte areo y 7.000 zas paracaidistas de reserva. Si fracapor mar en barcazas de desembal~u. saba el asalto primero y fundamental
Como el aerdromo de Melerne era de Maleme, Student tendra graves proel mayor de los tres y el ms prximo blemas, ya que necesitaba el campo de
a la baha de Suda, Student destin la aviacin para que los transportes ateprimera fase a este objetivo, con una rrizaran. De otro lado, la Roya1 Navy
fuerza de asalto de paracaidistas y de era bastante potente en el mar Egeo
infantera aerotransportada totalizando y pondra en graves aprietos a una
ms de 2.500 soldados. Un batalln te- fuerza invasora transportada por mar.
na la misin especfica de apoderarse
A pesar de un intenso bombardeo
de una pequea altitud, la cota 107, que vreparatorio, con bombarderos y bomdominaba el campo de aviacin. Una barderos en picado Stuka el gran asal-

'

Izquierda: Alemanes equipados para el vuelo con chalecos salvavidas. Arriba:


transporte cae sobre Creta.

Un

tiempo que otras tropas aerotransportadas estaban preparadas para la marcha tan pronto regresaran los aviones.
Al anochecer del segundo da, 21 de
mayo, ni un bando ni otro poda adivinar el resultado final. De una parte,
los alemanes perdieron muchos nimos
porque a la entrada a la baha de Suda,
entre el estruendo y el tronar de la artillera pesada, la flota britnica se dedicaba a destrozar las dos primeras
oleadas de refuerzos alemanes que llegaban por mar; el destrozo fue tan
impresionante que la segunda oleada
opt por retirarse. El acontecimiento
infundi nuevas esperanzas al general
Freyberg y a sus hombres. El contraataque que Freyberg preparaba para
la maana siguiente contra el aerdromo de Maleme poda ser decisivo.
Las esperanzas resultaron fallidas;
ante los refuerzos alemanes, el contraataque tuvo que detenerse antes de llegar a las pistas de aterrizaje, mientras

hacia el aerdromo. Los aviones que


volvan de Grecia, para constituir las
siguientes oleadas, lo hicieron con muchas bajas, bien por el fuego antiareo,
bien por fallos mecnicos, de suerte
que solamente podran transportar una
parte de las fuerzas destinadas a Retimo y a Heraklion. Adems se deba
contar con el retraso impuesto por la
necesidad del mantenimiento tcnico y
del aprovisionamiento de combustible
de los aviones. Al anochecer los alema-

cin de la cota 107 determin la prdida de Creta. El contraataque aliado


de aquella misma noche no consigui
resultado alguno. El general Student,
carente de informacin y con el temor
de que todo estaba perdido, envi a la
maana siguiente a un piloto para que
aterrizara con su Junkers-52 en el aerdromo de Maleme, cualquiera que fuese
la situacin, y le comunicara por radio
el resultado. Aunque el avin fue blanco de varios disparos, el piloto logr

Otro grupo se lanza sobre Creta. Uno de


cada cuatro paracaidistas alemanes rnuri6
en la operacin.

los Junkers-52 aterrizaban incesantemente, descargaban combatientes y volvan a remontar el vuelo. Al final de la
operacin haban llegado a Creta ms
de 22.500 alemanes, y, al final del tercer da, el general Freyberg empezaba
a considerar la idea de retirarse al Sur
de la isla, atravesando la cordillera.
Termin consiguindolo a costa de
combates desesperados y violentos, con
todos los factores en su contra; en todo
caso, cuando la Marina inglesa recogi
los ltimos hombres de los 17.000 que
pudo salvar, muchos miles ms quedaban en la isla sin medios de escape.
Los errores de los defensores eran
absolutamente obvios al tiempo que,
durante la noche del 30 de mayo, lograban escapar en navos ingleses los ltinios que podan, dejando a los que
quedaban con la aceptacin humillante
e ineludible de la rendicin. La realidad
de un enfrentamiento a las pocas serrianas de la evacuancin de Grecia,
sin poder preparar las defensas y con

escaso apoyo (ninguno areo), ante un


concepto nuevo de hacer la guerra aparentemente invencible, hicieron que
Freyberg y sus subordinados combatieran- desde el principio bajo el peso de
un sentimiento penetrante de inmediata derrota. Haban logrado dar al enemigo un primer golpe terrible, pero
fracasaron en el campo del contraataque decisivo.
Los errores del invasor y la victoria
prrica alcanzada no eran tan aparentes para los vencidos, pero no por ello
menos reales. El general Student haba
planeado la campaa, no como un asalto aerotansportado masivo, sino ms
bien como tres de menor cuanta, de
aproximadamente iguales proporciones,
a pesar de la mayor importancia del
aerdromo de Maleme. La circunstancia de que no todos los paracaidistas
pudieran ser trasladados a Creta durante el primer da (en todo caso, el
plan ideado era excesivamente ambicioso) permiti la disposicin de una reserva que pudo reforzar a los que combatan por el objetivo de Maleme, que
era vital; la operacin poda incluso
haber fracasado si los neozelandeses no
hubieran abandonado la cota 107.

Adems, el precio de la victoria fue


tremendo. Murieron 4.000 alemanes, con
inclusin de un 25 por ciento de los
paracaidistas; las prdidas totales se
aproximaron al 30 por ciento. Hitler,
que ya desde las das de la invasin de
Francia y de Holanda sospechaba que
la sorpresa, elemento vital del asalto
aerotransportado, se haca imposible,
se convenci en Creta de que haban
terminado los das dorados de los paracaidistas. Aunque meses despus se
sintiera menos convencido de sus argugumentos, la isla le decidi a enviar lo
mejor de sus tropas aerotransportadas
a derramar su sangre en los combates
de Rusia.
Creta. como afirm Student. fue "el
cementerio de los paracaidistas alemanes".
Luego, durante la guerra, los alemanes prepararon varios ataques aerotransportados de poca envergadura en
el frente ruso, pero, por una u otra
razn -sobre todo por el ritmo del
avance del Ejrcito Rojo-, jams se
llevaron a la prctica. Sus restantes
operaciones aerotransportadas tuvieron
lugar en el Oeste y ninguna fue de
consideracin.
.
2

La noche del 14 de julio de 1943, un


batalln de paracaidistas alemanes se
lanz en un lugar del Sudeste de Sicilia
Dara reforzar la defensa de un imporiante puente; por pura casualidad, los
varacaidistas ingleses saltaron poco
aespus, sobre ellos y consiguieron apoderarse del objetivo. El 11 de septiembre del mismo ao, poco despus de
la desercin italiana de la alianza dentro- del Eje, un batalln de paracaidistas alemanes se lanz cerca de Monte
Rotondo y atac un puesto de mando
italiano; un "alto el fuego" general entre italianos y alemanes acab poco
despus con el combate.
Al da siguiente, una pequea fuerza
alemana en planeadores aterriz en una
montaa del Norte de Italia y rescat
a Benito Mussolini, que estaba detenido
por el gobierno que se pas al bando
aliado. Poco despus, la 2." Divisin de
Paracaidistas alemana se lanz sobre la
isla de Elba y se enfrent con una pobre resistencia. Dba lllGDL3 ms tarde,
cuando las rropas britnicas ocupaban
varias islas del Dodecaneso, a raz de
la rendicin italiana, un batalln alemn de paracaidismo con la ayuda de
tropas llegadas por rriar, volvi a apoderarse de la isla de Leros. El 21 de
julio de 1944, 200 alemanes aterrizaron
en planeadores en la regin de Vercors, en el Sudeste de Francia, con el
fin de dominar el levantamiento de las
fuerzas de la resistencia francesa, cosa
que logr con la colaboracin de otras
tropas del ejrcito.
Todava se producira un intento final de las tropas aerotransportadas alemanas. Despus de un retraso de veinticuatro horas, a causa de la escasez de
combustible para la flota, de Junkers52, ya desgastados por el conflicto, un
batalln escaso de paracaidistas salt
en las cercanas de Malmdy, en las Ardenas belgas, el 17 de diciembre de 1944,
como parte de la contraofensiva con la
que Hitler pretendi recobrar la iniciativa en el Frente Occidental. La dispersin producida en el lanzamiento y la
falta de carreteras y caminos en una
regin que es muy pantanosa fueron
la causa de que los paracaidistas no
pudieran establecer contacto entre s;
poco despus los americanos lograban
dominarlos.
1 inmerecido de una
Este fu
preciadas de la Wehrde las arn
macht.

N C I ,

ros, los Whitley o cualquier U L ~ U t ipo


de bombarderos seran los nicos (iisponibles hasta que las fbricas amiericanas facilitaron los C-47 Dakota.
Por esta misma poca se constituiyeron las primeras unidades de comandos ingleses que haran incursiones en
i~
el continente ocupado por el e n e me;o;
como lo ms lgico era que fueran
transportados normalmente en aviones,
las primeras unidades que recibieron
un entrenamiento en paracaidismo procedan de uno de los recin formados
batallones de comandos.
Al llegar el 1 de agosto, a poco ms
de un mes del inters que suscitara la
nota de Churchill, todos los componentes de dicho batalln haban realizado
tres saltos eliminatorios. El primero se
llevaba a cabo desde un globo que se
balanceaba alegremente, en el que se
seleccionaban con una difcil maniobra,
a los mejor capacitados. El batalln
cambi de denominacin y tom el de
11.0 de Servicios Areos Especiales y
su primer lanzamiento masivo se realiz en el mes de noviembre; cincuenta
hombres se lanzaron desde cuatro Whitley sobre las llanuras de Salisbury Entre los observadores presentes se hallaba el prncipe heredero Olaf de Noruega, de cuyo automvil se apoderaron
los paracaidistas cados, desconocedores del rango de su propietario, con el
fin de llegar antes a sus objetivos en
el terreno.
Bastante menos prometedor fue el comienzo de otra demostracin organizada en abril del ao siguiente, ante otra
nutrida asistencia de invitados ilustres,
cntre los que se contaba el primer ministro. Por un sistema de altavoces instalados para que los visitantes pudieran seguir las rdenes cursadas, el jefe
que mandaba el supuesto tctico se dirigi a ,<u subordinado del siguiente
modo: {Atencin, jefe de la formacin!, ests listo para despegar? i Corto! " La respuesta se oy inmediatamente: "No, no estoy preparado an; se
han desmayado cinco muchachos."
A pesar de este retraso, embarazoso
pero humorstico, y de los fuertes vientos, los paracaidistas realizaron una
maravillosa demostracin que honraba
el establecimiento y desarrollo de las
unidades aerotransportadas. El mando
de stas se confi al general de divisin F.A.M. (Boy) Browning, en calidad
El paracaidista norteamericano, un volun- de general en jefe de las mismas; el
centro 'primitivo de entrenamiento de
tario eficiente y bien adiestrado.

tuvo que contentarse al principio con


unos medios muy pobres, que incluan
seis vetustos bombarderos Whitley, de
los que los paracaidistas tenan que
salir, no ya por una portezuela lateral, que es lo ms apropiado, sino por
un agujero hecho en el suelo al desmontar la mitad de la torreta de la ametrarfadora de cola (los paracaidistas ingleses bautizaron el avin con el apodo
de "el Elefante", por lo que la apertura por la que saltaban tambin recibi
un apelativo obvio). Como la industria
inglesa de aviacin estaba condicionada
por los pedidos de cazas y bombarde-

Ringway fue completado con otro en


Hardwick, y se estudiaban los proyectos para crear antes de final del ao la
1." Divisin Aerotransportada, de la que
el ler. Batalln de Paracaidismo, nuevo
nombre del anterior 11." de Servicios
Areos Especiales, ira a formar parte.
De acuerdo con el sistema britnico
de mantener unos regimientos permanentes, a los que se pueden aadir o
sustraer un nmero variable de batallones segn las necesidades de ampliacin o reduccin de las fuerzas armadas del pas, todos los batallones, tanto de la 1." Divisin Aerotransportada
como de otra de posterior creacin;
eran parte constitutiva del que se denominara Regimiento de Paracaidismo.
Como miembros del mismo, a todos los
paracaidistas ingleses se les permiti el
uso de una boina distintiva, de color
rojo (actualmente marrn) o Red Beret,
y unos galones sobre el hombro que
mostraban al hroe Belerofonte sobre
el alado Pegaso. En su da lleg a disponer de una fuerza de 17 batallones,
con lo que este Regimiento de Paracaidismo constituy una tropa selecta y
voluntaria que satisfaca unos requisitos fsicos muy exigentes. A la vista de
los riesgos de su destino, sus hombres
reciban una soldada adicional de dos
chelines diarios.
A excepcin de la boina, de su distintivo sobre los hombros y de un impermeable ligero, los componentes del
Regimiento llevaban, por lo dems, el
uniforme regular del soldado britnico.
Para poder llevar a la batalla algo ms
de equipo, sus componentes saltaban
muchas veces de los aviones con una
bolsa especial atada a la pierna con una
larga cuerda. Las armas eran prcticamente las mismas que las de la infantera aunque con mayor proporcin de
armas automticas; ametralladoras ligeras tipo Bren y pistolas ametralladoras Sten.
Durante este intervalo, hacia fines de
1940, el ministerio de Construcciones
Aeronuticas hizo el primer pedido de
planeadores: 400 Hotspurs prototipos
de los Horsas y Hamilcars que les sucederan. Sin embargo, hasta bien avanzado 1942 no se dispuso de planeadores
en nmero apreciable. En su versin
final, el Horsa era un monoplano de
alas altas, de unos 20 metros de longitud y una envergadura de ms de 27,
provisto de un tren de aterrizaje de
tres ruedas, que podan desprenderse

si se u1.ilizaba el patn central. Posea


un fuse;[aje de chapa ligera, de madera,
unido ;3 unas costillas circulares de
madera ms fuerte. Aunque poda llevar una carga tan voluminosa como
jeeps y caones anticarros, se dedicaba principalmente a transporte de tropas, para lo que dispona de unos asientos a todo lo largo del fuselaje. El modelo Hamilcar era ante todo para
transporte de material, incluso de carros ligeros; la carga y descarga poda
efectuarse con facilidad gracias a su
alto morro, que se abra con bisagras.
Ambos tipos de planeadores fueron remolcados al principio por bombarderos Albemarle, y ms tarde por los
Stirling, Halifax y transporte C-47.
Con la evolucin gradual de la divisin britnica aerotransportada, se llegaron a incluir dos brigadas de paracaidistas con tres batallones cada una,
una brigada de aterrizaje en planeadores con dos batallones originariamente
v luego con tres, un regimiento de aterrizaje de Artillera ligera equipado con
obuses de 75 mm. y contingentes diversos de Ingenieros, personal sanitario y
otros servicios, con incusin a veces de
un escuadrn de carros ligeros de combate. Los batallones de paracaidistas se
componan de tres compaas, en lugar
de las cuatro usuales.
En los Estados Unidos el desarrollo
de las fuerzas aerotransportadas fue,
en gran medida, paralelo al ejemplo
britnico.
A fines de la dcada de los aos veinte causaron poca sensacin y efectos
las pruebas a escala reducida llevadas
a cabo en los aerdromos de Texas, en
los que se lanzaron paracaidistas y armas. La discusin terica seria sobre
estas unidades no se incit hasta 1938,
cuando la Academia de Mandos y de
Estado Mayor en Leavenworth incluy
estas materias en su programa de estudios. Al ao siguiente, el comandante
en jefe de la Infantera propuso la creacin de una fuerza aerotransportada,
propuesta que origin un debate sobre
quin iba a encargarse de su mando.
La infantera miraba a las fuerzas
aerotransportadas como infantes que
iban al combate por el aire; el cuerpo
de Ingenieros las reclamaba para s
porque sostena que sus hombres serviran como expertos en demolicin y
sabotaje. El Ejrcito del Aire insista
en que eran "granaderos areos", igual
que los marines servan en una misin
r icana.
~
auxiliar de la Marina no

93

se pudo reunir una cantidad suficiente


de aviones que permitiera el transporte
de un batalln completo. Persista, en
cualquier caso, el estusiasmo por estas
nuevas ideas tcticas, como lo demuestra el hecho de que las Fuerzas del
Ejrcito del Aire iniciaran un programa de planeadores inmendiatamente
despus de la invasin de Creta. Los
prometedores resultados de las pruebas
realizadas en el verano de 1941 convencieron al Ejrcito del Aire, con una celeridad y fervor que caracterizan al
pueblo americano, para el entrenamiento en menos de dos aos de ms de
10.000 pilotos de planeadores y para la
co~ltratacin de ms de 13.000 Waco
CG4A. El planeador Waco, casi igual en
tamao al transporte C-47, solamente
poda llevar quince hombres, muchos

reciba al principio mejora alguna de


la paga, ni usaba uniforme o insignia
alguna como distintivos, lo cual agrav
la rabiosa hostilidad entre el infante y

planeadores. No recib

No todos reciban al principio la bonificacin econmica por los riesgos especiales que asuman. Los mandos reciban la "prima de vuelo" que ya haba sido autorizada y presupuestada
para los cuerpos areos, pero transcurrieron varios meses antes de que el
Congreso aprobara la "prima de salto"
aplicable a todas las categoras, que
sera de cincuenta dlares al mes para
la clase de tropa, y de cien para los oficiales.
Con la organizacin de los batallones
'adicionales de paracaidismo, el Departamento de Guerra estableci su cuartel general en el Grupo Provisional de
Paracaidistas, que de nuevo era mandado por Lee, ascendido a teniente coronel, y fund la Academia de Paracaidismo, como dependiente de la de Infantera. Cuando el Departamento se reorga-

aprob por fin la prima de vuelo paro


la infantera de los planeadores, para
equipararlos con los paracaidistas y
con su paga de salto.
Bill Lee, el hombre que poda ser considerado como el padre de las fuerzas
aerotransportadas americanas, estim
en un primer momento que estas unidades estaran destinadas a combatir
en contingentes reducidos, generalmente en misines de sabotaje, pero, a partir de finales de 1941, se inclin por la
constitucin de divisiones aerotransportadas. Aunque sus proyectos fueron
apoyados por muchos otros, 10s recursos ya adistrados eran extremadamente
escasos; en febrero de 1942, el Departamento de Guerra dispuso, de todos modos, la formacin de cuatro regimientos de paracaidistas. Cada uno de ellos
recibira como componente inicial uno
de los cuatro batallones existentes,
cuya designacin numrica pasaba a
ser la del regimiento. El 501 Batalln
Paracaidista, por ejemplo, se converta
en el 1." del 501 de Infantera Paracaidista.
La persona a la que se deba convencer para la formacin de la divisin
aerotransportada era el jefe de las
Fuerzas de Ejrcito de Tierra, teniente
general LesIey J. McNair, un sujeto spero aunque leal que propona la constitucin de un numero mnimo de unidades especializadas, para que en un
conflicto global cualquier divisin con
ligeras alteraciones pudiera operar con
efectividad en cualquier lugar en que
tuviera que participar. Al principio,
McNair conceba la divisin aerotransportada no ya como una divisin autntica, sino ms bien como una fuerza especial que se constituira en el momento oportuno mediante la combinacin
de unos regimientos de paracaidistas
con otras unidades regulares listas para
el transporte por los aires, igual que
los alemanes hicieron antes de la invasin de Creta con las unidades suplementarias que aadieron a la 7.& Divisin de Paracaidismo.
En la primavera de 1942, cuando el
Departamento de Guerra empezaba a
considerar la posibilidad de la invasin
de Europa para un ao ms tarde, con
inclusin en los planes de una divisin
aerotransportada, McNair pens en utilizar una divisin de infantera que hubiera sido sometida a un entrenamiento
especial. Tan slo cuando Bill Lee,
ahora general de brigada, volvi de un

ywvwrwn-Tnwrmr

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1
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viaje a Inglaterra con las noticias de


los proyectos britnicos sobre la creacin de divisiones aerotransportadas,
se pudo conseguir que McNair recapacitara. Ciertamente aprob la creacin
de dos divisiones, pero en todo caso
insisti en que dispusieran de un mnimo cuadro administrativo y de pocos
medios de transporte, porque deban
constitutr, a fin de cuentas, una divisin de infantera en miniatura. Con su
decisin se ech por tierra el concepto
de unidades independientes especficamente adiestradas en la tcnica del desembarco areo, y las ya formadas se
convirtieron en infantera aerotransportada.
Como se haba concebido y aprobado
a finales del verano de 1942, la divisin
aerotransportada sumaba solamente
8.500 hombres, en comparacin con los
15.000 que componen la de infantera.
Fueron organizadas dos divisiones, la
82 y la 101, cada una con un regimiento
de infantera paracaidista y de dos planeadores, proporcin en que no se pusieron de acuerdo McNair y Lee, prevaleciendo el parecer del primero. La
economa en cuanto al nmero se consigui mediante drsticas reducciones
en los medios de transporte terrestre,
adems de las impuestas a las unidades
tcticas; el regimiento de infantera
aerotransportada solamente contaba
con dos batallones y dos secciones por
compaa; el pelotn de paracaidistas
tan slo dispona de dos escuadras de
fusileros y de una de ametralladoras.
Los batallones de artillera de campaa
paracaidista eran tres.
Las armas individuales eran similares a las de la infantera regular con la
diferencia de que abundaban ms las
automticas, como el fusil automtico
Browning (BAR), la ametralladora Tommy (pistola ametralladora Thompson)
v la "pistola de engrasar", as denominada porque se asemejaba a la que se
utiliza para el servicio de los automviles. La artillera de la divisin se compona de treinta y seis obuses de 75
milmetros, aunque posteriormente uno
de los batallones de paracaidistas sera
convertido en uno de planeadores con
piezas de 105 mm. Como las divisiones
no disponan, dentro de su propia organizacin, de aviones, para el transporte dependan de los aviones del Mando de Transporte de Tropas, de las
Fuerzas Areas del Ejrcito.
Con el atardecer del da 10 de febrero de 1941 salieron de la isla de Malta

ocho bombarderos Whitley; dos iban


cargados de bombas, con el fin de efectuar una operacin de diversin mienbastras que los otros seis llevaban 36
hombres del 11 Batalln de Servicios
Areos Especiales. El objetivo era cortar un acueducto de la Italia meridional que suministraba la mayor parte
del agua a la provincia de Apulia, con
inclusin de las ciudades de Taranto,
Brindisi y Bari. Los ingleses ensayaban con sus nuevas fuerzas aerotransportadas, an en su infancia.
Cinco de los seis Whitley con paracaidistas efectuaron el lanzamiento muy
cerca del objetivo, pero los hombres del
sexto avin cayeron en un valle vecino,
lo suficientemente retirado como para
no poder participar en la voladura. Despus de recoger sus fardos de provisiones, el grupo ms importante se dedic a colocar explosivos en el acueducto; poco ms tarde se situaba en un
lugar protegido, a la espera de la explosin. El xito fue mayor de lo que'
jams se hubiera esperado y un gran
caudal de agua comenz a brotar del
acucducto, iniciando un nuevo recorrido por el valle del arroyo Tragino.
La siguiente fase de la operacin era
ms difcil an, pues haba que recorrer unos ochento kilmetros de un terreno montaoso hasta llegar a la costa
Oeste, cerca de Salerno, donde en la
noche del cuarto da el submarino britnico T r i u m p h se colocara en la desembocadura del ro Sele para recoger
a los comandos. Estos se dividieron en
tres grupos, que caminaron durante la
noche y permanecieron a escondidas
durante el da, pero a pesar de todas
las precauciones ninguno consigui Ilegar a la costa. En la regin advirtieron
su presencia y los soldados y carabinieri italianos pusieron todo su celo en
su bsqueda y captura.
Tal vez fue el mejor final que pudo
caberles, porque de haber alcanzado la
desembocadura del Sele se habran encontrado con una cruel desilusin. Por
una casualidad inconcebible, uno de los
Whitley que particip en el bombardeo
tuvo que realizar un aterrizaje forzoso
muy cerca de la desembocadura; su tripulacin, que ignoraba el plan del submarino, lanz un mensaje por radio comunicando su problema. Los ingleses
estimaron que los italianos haban interceptado el mensaje, por lo que enviaran tropas al lugar; consecuentemente, fueron canceladas las rdenes
emitidas al submarino.

,
1
1
1

En el Oriente Prximo, mientras tanto, los ingleses formaron otro batalln


de Servicios Areos Especiales. La noche del 17 de noviembre de 1941, vspera de la ofensiva britnica en el Desierto Occidental, 54 componentes de
este batalln despegaron en cinco aviones anticuados, tipo Bombay, con el fin
de llevar a cabo actos de sabotaje contra aerdromos del Eje. Tan pronto
como las tropas aerotransportadas iniciaron el vuelo se levant un fuerte
viento que provoc la cada de los paracaidistas a distancias superiores a quince kilmetros de sus objetivos. Slo
21, de los 54 participantes, lograron
abrirse camino hasta una cita planeada
con una patrulla del desierto de gran
campo de accin, que se encarg de su
rescate. Tambin fueron entrenadas por
este batalln algunas tropas griegas e
iraques, las cuales llevaron a la prctica ciertas incursiones aerotransportadas a escala reducida, localizadas por
el Mediterrneo Oriental, pero el batalln en s limit sus restantes acciones
a operaciones en tierra despus de la
incursin al desierto.
A los tres meses de la referida incursin en el desierto, el da 27 de febrero de 1942, los ingleses prepararon
su tercer asalto paracaidista, todava
fiel a la tradicin de los comandos. El
jefe era un hombre que con los aos
sobresaldra en otros asaltos de este
tioo. el comandante John D. Frost. El
objetivo era un refugio subterrnco de
hormign armado cercano al pueblecito
de Brunval, uno de los varios que
existan a lo largo de la costa francesa del canal de la Mancha, que contena unos aparatos detectores de radio
cuyos detalles el espionaje britnico deseaba conocer. El comandante Frost,
con 118 combatientes, tena que lanzarse en paracadas prcticamente encima
de las instalaciones alemanas, fotografiar algunas piezas de los instrumentos del radar, desmontar otras para
que los cientficos ingleses pudieran
examinarlas y, finalmente, atacar por la
espalda las defensas costeras y reunirse
con las lanchas de desembarco que los
trasladaran a los cooneros fondeados
frente a la costa.
Dos de los tres contingentes de Frost
cayeron encima de su objetivo, y el tercero toc tierra bastante cerca y pudo
unirse a los dems poco tiempo despus. Los paracaidistas llegaron a la
entrada del refugio antes de que los
alemanes se dieran cuenta de lo que

ocurra. Hubo un intenso intercambio


de fuego de armas porttiles, en el que
murieron dos ingleses; el resto, a excepcin de otros seis que se perdieron
en la oscuridad, lograron ponerse a salvo en las lanchas que esperaban en una
playa cercana, llevando las partes esenciales del aparato de radar enemigo.
Cuando los ingleses llevaban a cabo
su tercer asalto, la mayor parte de las
tropas americanas aerotransportadas
estaban integradas en las Divisiones 82
101, sometidas entonces a las primeras semanas de adiestramiento divisionario. Una excepcin la constitua el
2.0 Batalln del 503 Batalln de Infantera Paracaidista, que luego sera conocido como el n.O 509. En abril de
1942 fue trasladado a Inglaterra, con el
fin de completar su entrenamiento al
lado de las unidades britnicas aerotransportadas.
A principios de otoo de 1942, cuando
los aliados comenzaron a proyectar la
invasin del Africa del Norte francesa,
a fin de obligar a entrar en guerra a
los protectorados, y as enlazar con las
fuerzas inglesas de Libia y garantizar
la navegacin aliada por el Mediterrneo, nadie cay en la cuenta de incluir
desde el primer da del asalto la intervencin de las tropas aerotransportadas. Un mes antes de la fecha fijada,
que era la del 8 de noviembre, se reconoci la necesidad vital de disponer de
la superioridad area, para el caso en
que los franceses decidieran continuar
leales al gobierno colaboracionista de
Vichy y opusieran resistencia a la invasin; por tanto, se centr la atencin
en dos aerdromos situados en la Argela occidental, cerca de Orn.
La misin de la captura de estos campos recay en el 2.0 Batalln del 503 de
Infantera Paracaidista, bajo el mando
del teniente coronel Edson D. Raff. EStos hombres tendran que volar unos
dos mil cuatrocientos kilmetros desde
Inglaterra hasta Africa del Norte; es
de admirar el hecho de que, en este
viaje, que iba a ser el vuelo sin escalas
ms largo que las unidades aerotransportadas hicieron durante le guerra, las
tripulaciones de los aviones C-47 fueran
tremendamente inexpertas. Casi todos
los pilotos pertenecan a las lneas comerciales de aviacin y se pusieron el
uniforme militar a toda prisa; algunos
haban recibido el avin slo unas horas antes del vuelo; muchos no haban
volado nunca en formacin nocturna y
algunos navegantes se incnr~orarona

la tripulacin durante los ltimos das.


Adems, despus de un vuelo tan largo,
los aviones tendran que aterrizar poco
tiempo despus que se lanzasen los paracaidistas, o bien quedarse sin combustible en el vuelo de regreso.
No se estaba seguro del tipo de recepcin que los paracaidistas recibiran
en los aerdromos franceses de La Senia y Tafaroui; al despegar en la tarde
del 7 de noviembre, repartidos entre
treinta y nueve C-47, los paracaidistas
no tenan la menor idea sobre si iban
a tocar tierra entre las aclamaciones de
los franceses o si, por el contrario, caeran entre los dos campos de aviacin
para combatir contra ellos. Conoceran
la respuesta por medio de una seal radiada cuando sobrevolaran el estrecho
de Gibraltar, pero la seal no fue recibida.
Entre la niebla y las dificultades del
vuelo nocturno los aviones empezaron
pronto a perder la formacin, pero al
amanecer eran todava treinta y dos los
aviones que seguan avistndose mutuamente; de los siente restantes, uno aterriz en Gibraltar con dificultades mecnicas, dos lo hicieron lejos de los objetivos en el Marruecos francs, tres en
el espaol y un sptimo lanz sus paracaidistas en el mismo protectorado espaol. En total fueron sesenta y uno
los paracaidistas internados por las
autoridades espaolas.
Los ocupantes del grueso principal
Un recuerdo del combate, con el agujero
de la bala.

de la flota area notaron los primeros


indicios de recibimiento que les aguardaba cuando pasaron por encima del
aerdromo de La Senia y divisaron a
los aviones aliados que bombardeaban
sus instalaciones. En la confusin siguiente, los paracaidistas de doce transportes se lanzaron sobre un punto situado entre los dos aerdromos, mientras que casi todos los dems aterrizaron con sus aviones sobre el lecho seco
de un lago salado situado a varios kilmetros de La Senia. Antes de que las
tropas aerotransportadas alcanzaran
uno siquiera de los dos aerdromos,
una fuerza motorizada americana, que
desembarc ne las playas vecinas de
Orn, ocupaba ya ambos.
Este bautismo de guerra de las unidade aerotransportadas americanas no pareca muy alagador, pero pocos das
despus se les ofreci una oportunidad
ms prometedora. Como las tropas aliadas tenan que avanzar a toda prisa hacia el Este, en la esperaza de ocupar
Tnez antes de que los soldados del
Eje lo invadieran con grandes contingentes, un batalln de paracaidistas
ii~gleses,bajo el mando del teniente coronel R. J. Pine-Coffin (la vanguardia
de la 1." Brigada de Paracaidistas) se
lanz sin encontrar resistencia en el
puerto de la Bona, el da 12 de noviembre, y, tres das ms tarde, el coronel
Raff con 400 de sus hombres, despus
de su primera accin frustrada, se lanz a unos ciento cincuenta kilmetros
tierra adentro para apoderarse del aerdromo francs de Youks-les-Bains. Las

conversaciones del armisticio haban


finalizado por entonces y los franceses
recibieron a los paracaidistas con gran
entusiasmo.
Al da siguiente, otro batalln de la
1." Brigada Paracaidista britnica fue
objeto de una recepcin similar tras
lanzarse sobre una interseccin de carreteras en Souk-el-Arba, en territorio
tunecino, en la carretera principal que
conduce a Bizerta. Finalmente, en otro
desesperado esfuerzo por ganar la carrera hacia Tnez, un tercer batalln
de le Brigada bajo el mando del entonces teniente coronel John Frost se lanz muy por delante de las unidades
acorazadas inglesas, cerca del aerdromo de Depienne, al Sur de Tnez; desde este punto, que ya los servicios de
informacin comunicaron que estaba
abandonado, Frost avanz por tierra
un poco ms de veinte kilmetros
para apoderarse del aerdromo de Oudna, slo a diecisis kilmetros desde
Tnez.
Como Frost pudo comprobar, tambin este campo de aviacin haba sido
abandonado, pero a la maana siguiente, cuando los nuevos ocupantes preparaban las trincheras para proteger su
permetro, los bombarderos alemanes
atacaron en picado, con intenso fuego
de sus ametralladoras, al tiempo que la
infantera enemiga contraatacaba apoyada por carros de combate. El avance
de las tropas inglesas termin perdiendo su mpetu y se detuvo totalmente
a unos ochenta kilmetros de los paracaidistas sitiados en Oudna.
El coronel Frost no encontr otra solucin sino la de defenderse durante
el da y, una vez anochecido, retirarse
sigilosamente, en la esperanza de poder
atravesar ochenta kilmetros de un terreno abrupto y montaoso. Durante
cuatro das con sus noches respectivas
los paracaidistas marcharon eludiendo
los ametrallamientos continuos de la
aviacin alemana, sosteniendo encarnizados combates con las tropas enemigas y ahuyentando a bandas rabes hostiles que, como buitres, seguan insistentes a la columna, dispuestas a despojar de equipo y uniforme a los que,
muertos o heridos, iban quedando abandonados o rezagados. La operacin termin con el retorno de Frost con 180
hombres, despus de perder 266.
Con esta accin terminaron las operaciones aerotransportadas en Africa
del Norte, a excepcin de una incursin
realizada el 26 de diciembre por trein-

ta componetes del batalln del coronel


Raff, destinada a la voladura de un
puente de ferrocarril que se elevaba detrs de las lneas .alemanas, en la zona
oriental tunecina; solamente seis de
los participantes lograron volver, entre
ellos dos guas franceses. Ello no quiere decir que la guerra fuera dada por
terminada por parte del batalln de
Raff o de la 1." Brigada Paracaidista;
ingleses y americanos continuaron muchas semanas en el frente, taponando
brechas en las distendidas lneas aliadas, luchando al lado de la infantera
y sufriendo elevadas prdidas. Hasta su
retirada de este frente, en abril de 1943,
la brigada inglesa sufri unas 1.700 bajas, entre muertos, herid0s.y desaparecidos. Slo una constante llegada de reemplazos pudo mantener la fuerza completa de sus efectivos.
Mientras tanto, los ingleses haban
emprendido, a miles de kilmetros de
distancia, otra operacin que, aunque
de -poca envergadura, era potencialmente bastante ms importante. El 19 de
noviembre de 1942 unos aviones de
transporte soltaron dos planeadores sobre Noruega, con tropas cuya misin
era atacar unas instalaciones alemanas
de agua pesada que el servicio de espionaje ingls sospechaba tenan alguna relacin con los experimentos sobre
la energa atmica. Uno de los ~ l a n e a dores choc con una montaa y el otro
capot; todos los supervivientes fueron capturados y, posteriomente, envenenados o fusilados por orden de
Adolf Hitler.
Las fuerzas aerotransportadas Aliadas se haban multiplicado considerablemente en el tiempo en que se preparaba la siguiente invasin, la de la
isla de Sicilia, en julio de 1944, con la
idea de apartar a los italianos de la
contienda o, al menos, de establecer
una base cercana a la pennsula italiana. Los ingleses estaban organizando
una nueva divisin, la 6.", que inclua
un batalln canadiense; los americanos
activaron su tercera divisibn, la 11 y
proyectaban la 17, que sera la cuarta
de que dispondran. La 101 estaba realizando maniobras en los Estados Unidos, la 82 se encontraba en Africa del
Norte, junto a la 1." britnica, y un regimiento independiente, el 503 de Infantera Paracaidista fue enviado al Pacfico. Con la 82 y la 191 divisiones los
americanos haban modificado su organizacin ,primitiva; ahora posean un
regimiento de planeadores por dos de

paracaidistas, en lugar de la proporcin


inversa anterior. El cambio se deba
menos a conceptos tcticos que a las
dificultades' del transporte a ultramar
de los planeadores necesarios; tanto en
la Gran Bretaa como en los Estados
Unidos, la caresta de aviones para
transporte de tropas y de planeadores
continu obstaculizando el adiestramiento aerotransportado.
En los planes para la invasin de Sicilia, los jefes militares Aliados confiaron en el 505 de Infantera Paracaidista
de la 82 Divisin Aerotransportada para
saltar antes del ataque por va martima del Sptimo Ejrcito Estadounidense; los paracaidistas deban apoderarse
de las tierras altas que se extendan
detrs de las playas a invadir, en la
costa Sudoccidental de Sicilia, con el
fin de resguardar a las playas frente a
cualquier contraataque. La 1." Brtgada
de Desembarco Areo llegara en planeadores a la costa Sudoriental, para
ocupar ms all de la playa un puente
denominado Ponte Grande, cerca del
puerto de Siracusa, ayudar a apoderar.
se del puerto y silenciar una batera
costera.
Este asalto aerotransportado, que sera el de mayor envergadura hasta entonces realizado por los aliados, tropez desde su comienzo con bastantes factores adversos. Los pilotos americanos
de las Alas 51 y 52 de Transporte de
Tropas, que iban a volar con las tropas
v a remolcar a la mayora de los planeadores britnicos carecan casi en absoluto de experiencia en vuelos nocturnos, y la ruta sealada, en un esfuerzo
por apartarla de la artillera antiarea
de la flota que transportaba a las fuerzas de desembarco martimo, era muy
complicada, y exiga tres agudos cambios de rumbo durante el vuelo nocturno sobre el mar.
La infantera inglesa de los planeadores fue la primera en levantar el vuelo
desde los aerdromos de Tnez, en la
tarde del 9 de julio. Siete de los 144 planeadores no llegaron siquiera a traspasar la lnea costera africana, y una vez
sobre el Mediterrneo aviones y planeadores encontraron vientos huracanados
que convirtieron unas aguas normalmente plcidas en uua movida masa
coronada de espuma. Algunos escuadrones fueron desplazados por el viento
hacia el Este de la ruta marcada, mientras que otros procedentes de la retaguardia alcanzaron a las agrupaciones
que los precedan. A pesar de todas las

dificultades, el noventa por ciento de


los aviones lograron llegar al extremo
Sudorienta1 de Sicilia, desde donde viraron hacia el Nordeste, con un curso
de zig zag a la bsqueda del lugar de
la costa, cercana a Siracusa, donde soltar los planeadores. Esta fase del viaje
fue iniciada por un total de 115 aviones
que transportaban 1.200 hombres, pero
fueron pocos los que consiguieron encontrar el lugar sealado para soltar
los planeadores. Solamente cincuenta y
cuatro planeadores tomaron tierra en
Sicilia, de los que doce lo hicieron sobre la zona o cerca del lugar previsto;
el resto cayeron n el mar, con una prdida de 252 hombres.
De los que sobrevivieron a la hecatombe, no llegaron al centenar los que
pudieron ponerse en marcha hacia el
objetivo de Ponte Grande; a pesar de
su escaso nmero lograron apoderarse
del puente. Aunque las tropas italianas,
superiores en cantidad, derrotaron a
los asaltantes, ni siquiera pensaron en
destruir el puente; cuando los soldados
ingleses llegados por mar avanzaron
hasta el lugar aquella misma tarde, el
puente estaba an intacto y volvi a
manos britnicas; otro grupo reducido
de soldados aerotransportados logr
con xito imponerse a la batera costera, que tambin se contaba entre los
primeros objetivos.
En el intervalo, los paracaidistas americanos sufran menos bajas pero experimentaban la misma confusin. Tras
perder su trayectoria a causa del huracn y, por tanto, los puntos de referencia, los aviones de transporte se aproximaron a Sicilia por las ms diversas
rutas concebibles, algunos directamente por encima de las escoltas navales,
nor lo que tuvieron que agradecer a los
artilleros de los navos el que no dispararan sus armas. Dos pilotos, irremediablemente perdidos, decidieron volver
al Norte de Africa mientras tanto un
tercero se estrellaba en el mar.
Una vez la mayora de los aviones
cruz la costa de Sicilia, el fuego antiareo alemn e italiano dispers an
ms las formaciones y, por otro lado,
la preparacin artillera naval produjo
una. enorme nube de humo, polvo y
bruma que ocult todos los puntos de
referencia del suelo. En esta situacin
el problema ms grave no era precisamente lanzar a los paracaidistas sobre
la zona sealada, sino cerciorarse de
que se arrojaban sobre tierra y no sobre el mar. Los 4.400 paracaidistas que

se lanzaron lo hicieron como confetis


esparcidos por el. viento, cayendo por
todo el Sudeste siciliano. Un solo batalln logr llegar completo al suelo, pero
lo hizo a ms de treinta kilmetros del
lugar asignado.
Al tocar tierra, los hombres se encontraron en una regin extraa, nada parecida a la de los mapas y fotografas
areas que haban estudiado, su jefe, el
entonces coronel y joven Jim Gavin ni
siquiera estaba seguro de hallarse en
suelo siciliano.
A los paracaidistas, reunidos en grupos reducidos, no les qued otra opcin
sino seguir la vieja regla de avanzar hacia donde los caones tronaban, de
este modo, casi todos se desplazaron
gradualmente en direccin a las playas
invadidas por el Sptimo Ejrcito, enfrentndose en su camino con pequeos
destacamentos alemanes e italianos y
creando una gran confusin entre los
jefes enemigos en cuanto a la determinacin exacta del lugar donde haban
descendida los principales contingentes
aerotransportados. De todos modos, solamente 200 hombres cayeron en el objetivo marcado, el de las tierras altas
que respaldaban las playas a invadir,
cuya posesin poda condicionar el xito o el fracaso frente al contraataque
enemigo.
A pesar del escaso nmero, estos pequeos grupos lograron retrasar el ataque de la infantera italiana hasta desvus del desembarco martimo y de la
llegada de un batalln asaltante a las
alturas cercanas; dicho batalln pudo
entonces detener a la infantera alemana que atac posteriormente las colinas, y para rechazar a los carros de
combate alemanes dud en solicitar el
fuego de las bateras navales.
El segundo da, los alemanes consiguieron rebasar las colinas y estuvieron
a punto de arrojar al mar algunas unidades americanas, pero la llegada de
carros y artillera propios sostuvo y
detuvo el contraataque alemn. En todo
caso, y a pesar del xito provisional,
la cabeza de puente americana era tan
inestable que su comandante en jefe, el
teniente general George S. Patton, pidi
que le enviaran refuerzos aerotransportados la segunda noche, 11 de junio.
Aunque los barcos fondeados frente
a la costa y las bateras antiareas instaladas en la playa fueron alertados de
que los transportes C-47 iban a pasar
hacia medianoche, en vuelo bajo y lento, nada pudo impedir la catstrofe que

se avecinaba; despus de dos das crticos en la cabeza de puente, las tropas


desembarcadas estaban nerviosas y los
marinos que las cubran sospechaban
de todo avin, despus del severo castigo que haban recibido de la aviacin
alemana.
Los aviones que transportaban a los
2.000 paracaidistas del 504 de Infantera
Paracaidista volaban entre la inestable
tranquilidad creada por una reciente incursin area alemana sobre los buques
aliados. La primera oleada sobrevol el
sector sin provocar ningn incidente,
pero cuando las siguientes se aproximaban, una ametralladora solitaria se dej
or por algn sitio; esta seal puso en
funcionamiento a casi todas las armas
antiareas de la playa y de los buques.
"Los aviones dejaban la formacin y
caan al mar" refiri uno de los paracaidistas supervivientes; "otros, como
juguetonas ballenas, intentaron meterse por entre el fuego que se elevaba a
raudales, iluminado con sus fogonazos
los rostros de los hombres que se asomaban a las ventanillas."
De los 144 aviones que salieron de
Tnez, veintitrs se perdieron y trein!a
siete sufrieron graves daos; murieron ochenta y un hombres, diecisis
fueron los desaparecidos que se presumieron tambin muertos y 132 resultaron heridos.
Dos noches despus, las tropas de la
1." Brigada Paracaidista inglesa volaron
a Sicilia en trahsportes pilotados por
americanos, con la misin de apoderarse de un puente y de acelerar el ritmo
del avance britnico hacia el puerto de
Catania. De nuevo la artillera antiarea de la flota Aliada volvi a abrir
fuego contra ellos, derribando dos aviones y obligando a otros nueve a emprender el regreso, por averas o por
las heridas causadas al piloto. El resto
fueron dispersados y al ser posteriormente hostigados por la artillera alemana, termin por desaparecer el poco
orden que todava mantenan; otros
diez aviones tuvieron que regresar y
treinta y siete cayeron envueltos en
llamas o se precipitaron sobre el mar.
Los pilotos de los aviones an capaces de volar no pudieron hacer otra
cosa que dejar caer a los paracaidistas
o soltar los planeadores en el momento
v sobre el lugar que pudieron; de los
1.900 hombres transportados, solamente
unos 200 llegaron al puente, donde descubrieron que caan sobre un batalln
enemigo de la 1." Divisin Aerotrans-

Hacia el daUD

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portada, Iaii7adn horas aiites. Increblemente, el pequeo grupo de asaltantes


ingleses logr apoderarse del puente o,
al menos, protegerlo con su fuego has'a la llegada de la infantera britnica.
A pesar de la confusin y tragedia
jue se cerni sobre las operaciones
Aliadas en Sicilia, uno de los jefes militares alemanes, Kurt Student, estim
como. ,"decisiva" la contribucin a la
invasion que las unidades aerotransportadas prestaron; despus de la guerra
escribi: "Si no hubiera sido por las
fuerzas aerotransportadas Aliadas, que
impedieron la llegada a la cabeza de
puente de la DivisiOn Panzer Hermann
Goering, sta habra arrojado al mar
con facilidad a las tropas desembarcadas en la cabeza de puente en la playa."
Student dijo despus de la guerra "La
divisin podra haber arrojado al mar
a las primeras fuerzas desembarcadas".
De todos modos, como testigo parcial
en todo lo referente a las trovas aerotransportadas, Student exagera bastante: La divisin Panzer iams amenaz
seriamente las cabezas d e puente Aliadas, nunca inquiet las posiciones bri104

tnicas y tan slo caus seria preocupacin a una de las tres cabezas de
Duente americanas. Con todos, los para'caidistas Aliados contribuyeron valiosamente a la invasin, an ms de lo que
ellos mismos se atrevieron a reconocer,
porque sus lanzamientos dispersos confundieron profundamente a muchos
mandos del Eje. Los resultados obtenidos causaron una impresin tal en Hitler que comenz a preguntarse si fue
o no acertada su decisin anterior de
menospreciar tan radicalmente la potencia de sus fuerzas aerotransportadas, despus de Creta.
Pero los jefes Aliados esperaban ms
de sus selectas tropas aerotransportadas. El final de esta clase de operaciones en Sicilia hizo que ms de un comandante Aliado, en especial americano, dudara de las posibilidades de los
asaltos aerotransportadas de gran envergadura.
En el continente americano, por su
lado, las operaciones de Sicilia acrecentaron la oposicin a la permanencia
en servicio de las divisiones aerotransportadas.

1
1

Entre los que dudaron de la viabilidad


de la divisin aerotransportada, despus de lo de Sicilia, se hallaba el Comandante en Jefe Aliado en el Mediterrnneo, Dawight D. Eisenhower.
"No creo en las divisiones aerotransportadas," haba escrito al jefe de estado mavor del Eircito estadounidense.
~ e o r g e~arshall."
"
El lanzamiento de una
divisin com~leta.en o ~ i n i nde Eisenhower, necesriamente ;lispersara a las
tropas por una extensa rea hasta el
punto en que su jefe se vera imposibilitado de recuperar su control; por
otra parte, si estas tropas se organizaran en unidades ms pequeas y capaces de valerse por s mismas, podran
siempre recibir un jefe con un cuadro
de mandos reducido y sistema de comunicaciones que asegurara la coordinacin precisa.
Ms titubeante an se mostraba
Yesley McNair, jefe de las fuerzas del
Ejrcito de Tierra. El general McNair
vio en la confusin y elevadas prdidas
de los asaltos en Sicilia la prueba que
confirmaba su anterior oposicin a la
creacin de lo que denominaba "unidades engaosas". McNair propona la
disolucin de las divisiones aerotransportadas y la conservacin de los regimientos de paracaidistas en unidades
110 divisionarias, al tiempo que los de-

ms contingentes se reunan para conatituir unas divisiones ligeras que p o


dran recibir un rpido entrenamien.
to aerotransportado especializado en el
caso en que se hiciera necesaria la posesin de una fuerza aerotransportada
con las dimensiones de la divisn.
El hombre que estaba al frente de
las tropas aerotransportadas britnicas,
general Browning, no era de la .misma
opinin; los problemas esenciales que
vea eran los de la coordinacin y con.
trol entre las unidades de transporte y
las tropas aerotransportadas, los cuales
podran ser solucionados mediante la
creacin de un cuerpo aerotransportado que englobara a los dos elementos.
Una comisin especial establecida por
el Departamento de Guerra norteamericano no lleg a conclusiones tan avanzadas, pero sin embargo propugn una
reforma profunda del adiestramiento,
con el fin de que los transportes de
tropas y las unidades aerotransportadas pudieran trabajar conjuntamente
mucho antes de entrar en combate. La
comisin determin que "la puesta en
marcha y el adiestramiento de las uni.
dades aerotransportadas estn directamente relacionados con los de las unidades de transporte de tropas," lo cual
era una forma indirecta de exigir mayores esfuerzos por parte de las Fuer-

zas AereaS de Ejrcito con vistas a un


entrenamiento conjunto. En contestacin, el jefe de las Fuerzas Areas, general Henry H. Arnold, prometi una
mayor dedicacin al equipamiento y
adiestramiento de las unidades de
operaciones nocturnas.

de los australianos, dirigido hacia el


puerto de Lae, en manos japonesas, los
paracaidistas tenan que apoderarse de
unas pistas de aterrizaje situadas en
Nadzab, unos treinta kilmetros hacia
el interior de la isla, como medida de

ron fardos con armas y equipo en paracadas. Entre tanto, los cazabombardearea.
ros P-38 y P-47 facilitaron la cobertura

operacin norteamericana, consistente


en un apresurado refuerzo aerotransportado a la cabeza de puente de las
costas de Salermo, en la pennsula ita.
liana,
que estaba sometida a fuertes
La operacin constituy un completo
xito. Como manifestaron los observa- presiones enemigas.
La crisis fue precipitada por el condores a su vuelta a los Estados Unidos.
traataque alemn en la noche del 11 de
septiembre de 1943. El teniente general
Mark W. Clark, jefe del Quinto Ejrcito estadounidense, solicit al da siguiente el envo de refuerzos por el medio que fuera; como la llegada de los
acuartelados de Sicilia tardara varios
das si iban a ser enviados por mar, el
general Eisenhower dio su autorizacin
Para que se lanzaran sobre la cabeza de
puente los paracaidistas de la 82 Divisin Aerotransportada.
El grueso de la fuerza aerotransportada iba precedido por tres aviones que
llevaban unas patrullas de exploradores
especializados que sealaran el lugar
sobre el terreno; una vez que tocaron
tierra, montaron unos aparatos porttiles de radar, de poco peso; al mismo
tiempo se cursaron rdenes a todas las
bateras antiareas de los buques y de
la playa para que, a fin de evitar la repeticin de los trgicos sucesos de Sicilia, nadie hiciera fuego contra ningn
avin, ya fuera alemn o aliado.
Antes del amanecer del da 13, 1.300
~aracaidistascayeron con una desacostumbrada precisin en la cabeza de
Puente, casi encima de una T gigante
formada por bidones de aceite en llamas. Fue una irona que tan espectacular descenso produjera escaso efecto en
la crisis que atravesaba la cabeza de
puente, porque, hacia la medianoche
del da 12, antes de la llegada de los primeros paracaidistas, las tropas de tierra haban logrado detener el contraataque, y los alemanes iniciaron la retirada.
No exista seguridad de que los alemanes estuviesen desbandados, por ello,
la noche del da 13 llegaron ms paracaidistas a la cabeza de puente y el que
ahora era 509 Batalln de Infantera
Paracaidista se prepar para lanzarse
cerca de Avellino, unos treinta kilmetros ms all de la periferia de la cabe.
za de puente, con el objetivo de inter- ,
ceptar las carreteras por las que posiblemente se desplazaban los refuerzos
alemanes.
La operacin de Avellino, organizada
a toda prisa, fue desgraciada desde su
comienzo. No se utilizaron los exploradores porque las altas montaas y la

distancia a que se hallaba el objetivo


desde la cabeza de puente haran intil
el uso de los pequeos aparatos de radar de que se dispona; a causa del
terreno montaoso sera imposible dejar caer a los paracaidistas desde altitudes favorables de 150 a 200 metros,
Y a la de 300 o ms metros Avellino y
las dems aldeas existentes en la zona
-claramente divisadas aquella noche
del 14 de enero por los pilotos-, ofrecan todas el mismo aspecto. Los aviones lanzaron a los paracaidistas con la
misma dispersin que en Sicilia, repartidos por un rea de ms de ciento cincuenta kilmetros cuadrados. El
jefe del batalln cay en medio de un
parque de carros de combate alemanes, siendo capturado inmediatamente.
Otros grupos pequeos pudieron reunirse y dedicarse a volar los puentes,
cortar los cables de comunicacin y
tender emboscadas a patrullas enemigas. De los 640 hombres que se lanzaron en esta operacin lograron infiltrarse y volver a las lneas aliadas poco
ms de cien, pero las consecuencias
globales de la operacin apenas si se
sintieron.
La disponibilidad de estas unidades
aerotransportadas, como reserva para
la cabeza de puente de Salerno, fue un
resultado de la cancelacin de una de
las operaciones aerotransportadas ms
audaces planeadas durante la contienda. Su proyecto pretenda aprovechar
la rendicin italiana, apoderndose de
Roma con la confabulacin y cooperacin de los italianos, para as obligar
a los alemanes, segn se esperaba, a
evacuar la mitad Sur de la pensula
italiana.
Las tropas de la 28 Divisin Aerotransportada estaban ya en vuelo, en
sesenta y dos C-47, cuando el general
de divisin Maxwell D. Taylor, jefe de
artillera de la divisin, que se haba
trasladado secretamente a Roma para
ultimar los detalles de la colaboracin
italiana, hizo radiar una seal en clave,
ya convenida, y cancel la operacin.
La operacin era bastante arriesgada;
Taylor adems, encontr vacilaciones
del alto mando italiano y poca seguridad en el papel italiano. La cada de
Roma se producira diez meses despus.
Mientras tanto, en los Estados Unidos y en la Gran Bretaa se hacan
continuos esfuerzos por mejorar la coordinacin entre el transporte de tropas y las unidades aerotransportadas,

as como por corregir las deficiencias


que la accin de Sicilia haba evidenciado. Se hicieron esfuerzos por facilitar a todos los aviones de transporte y a todas las unidades aerotransportadas radar de orientacin y de navegacin, as como radios VHF que
permitieran la comunicacin entre las
tropas aerotransportadas y los transportes una vez aqullas hubieran tocado .tierra.
A causa de la gran escasez de equipos
de radar en los Estados Unidos, casi todas las nuevas tcnicas de exploracin
de fijacin fueron descubiertas en
%uropa, conjuntamente por americanos
e ingleses. En su forma perfeccionada, estas tcnicas implicaran la utilizacin de equipos de diez exploradores
que se lanzaban al lugar unos treinta
minutos antes de la llegada de la primera oleada, tiempo suficiente para
que pudieran montar sus instrumentos.
La sealizacin normal para las zonas
de lanzamiento era una gran T formada por cinco focos de luz y un aparato
de radar, del modelo ingls "Eureka",
instalado en la parte superior de la letra. Un reflector "Rebeca" instalado en
el avin transmita en la misma frecuencia que el "Eureka", que le contestaba automticamente y daba al avin
la localizacin exacta en relacin con
el mismo. Para la sealizacin de una
zona de aterrizaje de planeadores se colocaba una lnea de luces, con colores
alternos, a lo largo del eje principal
de las eventuales pistas, con un "Eureka" instalado en el extremo a favor
del viento. En las operaciones a la luz
del da se usaban a veces humos de
colores.
Para facilitar el control y el adiestramiento, las alas de transportes de tropas americanas destacadas en Inglaterra fueron englobadas bajo el 9." Mando de Transportes de Tropas, dependiente de la 9.' Fuerza Area. Cuando
esta unidad recibi un nuevo jefe en
el teniente general Lewis H. Brereton,
los transportes fueron objeto de una
atencin especial; Brereton, en sus
aos de oficial, haba estado a cargo
del planeamiento tctico de la proyectada operacin aerotransportada de Billy Mitchell contra la ciudad de Metz,
en la Primera Guerra Mundial. En noviembre, James Gavin, entonces general de brigada, lleg a Inglaterra con
la misin de "ocuparse directamente
del Mando de los Transportes de Tro-

.v.

",~1,11.,..,1..7

pas y de las divisiones aerotransportadas. a fin de alcanzar los meiores resultados".


Aunaue en los Estados Unidos se meparaba la organizacin de una quinta
divisin aerotransportada -la 13-, an
haba muchas dudas sobre la viabilidad
de estas unidades, sobre todo a causa
de las reservas del general McNair. La
posicin de Ia divisin aerotransportada era objeto de polmica y McNair
haba expresado en diciembre, cuando
realizaba sus maniobras en las Carolinas la 11 Divisin Aerotransportada, su
opinin de que ninguna unidad de este
tipo deba exceder de los contingentes
de un batalln. El mismo McNair asisti como observador a aquellas maniobras, en unin del secretario de Guerra,
Stimson; el comandante en jefe de la
11 Divisin Aerotransportada, general
Joseph Swing, era plenamente consciente de todo lo que se ventilaba con el
eventual resultado de las maniobras.
Gracias a la utilizacin del nuevo radar y de las tcnicas de sealizacin en
el suelo, oleada tras oleada de aviones
y planeadores (stos, por vez primera,
remolcados por un cable doble) levantaron el vuelo durante la noche, partiendo de cuatro aerdromos bastante
distanciados entre s. Con muy pocos
errores, llegaron a trece reas designadas y dejaron caer dentro del blanco
el 85 por ciento de las tropas. Entre
aviones y planeadores se transportaron
12.282 hombres durante un perodo de
treinta y nueve horas.
Aunque existan todava algunas deficiencias obvias (por ejemplo, qu se
haca con los pilotos de los planeadores, una vez llegados al suelo?), los observadores consideraron que las maniobras haban constitudo un gran xito.
El general McNair se mostr "muy sa.
tisfecho". Varias semanas despus la
17 Divisin Aerotransportada realiz
otras maniobras con un xito similar y
McNair se sinti, por fin, convencido.
Por lo menos durante el resto de la
Segunda Guerra Mundial la divisin
aerotransportada permanecera en el
Ejrcito de los Estados Unidos.
En Inglaterra, por esta poca fue lenta la formacin de una segunda divisin aerotransportada britnica -la
6.",
ante la necesidad de enviar unidades adicionales y reemplazos a la
1.9ivisin Aerotransportada que luchaba en Africa del Norte, en Sicilia y,
posteriormente, en Italia. Durante la

---\k
I

-.

invasin de Sicilia esta divisin estuvo


al completo de sus unidades: tres bri.
gadas de paracaidistas con tres bata.
liones cada una (l.", 4." y posteriormente, 2.") y la 1." Brigada de Desembarco
Areo (infantera planeadores). Uno de
los batallones de paracaidistas, el 156,
fue constituido con voluntarios de la infantera inglesa destacada en la India,
donde recibieron gran parte de su entrenamiento. Tambin se crearon un batalln Gurkha de paracaidistas y una
brigada india de paracaidistas, y 10s
australianos formaron un batalln aerotransportado que nunca lleg a entrar
en combate.
Despus de las dificultades surgidas
en los lanzamientos de Sicilia, la 1." Divisin Aerotransportada volvi a entrar

1
1

en accin el 9 de septiembre de 1943.


Bajo el mando del general de divisin
G. F. H"pkinsont la divisin
c Por mar en la 'Osta
"tacn" de
la pensula
en puerto de Tarenta, a fin de aprovechar la capitulacin de Roma; desde este lugar sigui
combatiendo
mes 'Omo inEn e'
en la
l4 de
una de
las compaas se lanz en paracaas en
la
de
en
Dodecaneso! sin
encontrar resistencia. Los italianos, que
esperaban la invasin, haban incluso
echado paja a la zona de cada, para
amortiguar el golpe.
Al completar las filas de la 6.' Divisin Aerotransportada, el mando britnico tropezaba con la escasez de reser-

. a

Torre de entrenamiento estatico.

vas humanas, por lo que se decidi a


convertir en batallones de paracaidistas a otra unidades del ejrcito de tierra ya existentes. Siempre que un individuo se mostrara reacio al cambio era
transferido a otros batallones del frente. Esta opcin no se proporcionaba a
los componentes de unidades del ejrcito de tierra que se convertan en infantes de planeadores.
general de dijefe de la 6." era
visin Richard N. Gale, que, como general de brigada, haba mandado, a finales de 1941, la 1." brigada aerotransportada inglesa. A diferencia de la 1."
Divisin, la 6." solamente dispona de
dos brigadas de paracaidistas, de los

que un batalln estaba compuesto por


canadienses. La 1.' Divisin, a su vez,
dejara en Italia una de sus brigadas.
Cuando "Boy" Browning, general en
jefe de las tropas aerotransportadas, se
dispuso a entrenar la nueva divisin,
tuvo que enfrentarse con el viejo problema d la carencia de aviones para los
lanzamientos exigidos en las prcticas;
el problema no se solucion parcialmente hasta fines de 1943, cuando se Ie
asign la colaboracin de una parte
del 9." Mando Americano de Transportes de Tropas. Los soldados britnicos
expresaron satisfaccin al poder saltar
por una puerta, en lugar de hacerlo a
travs de una abertura en el suelo. A
principios de 1944 se logr resolver definitivamente el problema del nmero
de transportes para los paracaidistas
britnicos mediante la asignacin de
dos grupos -el 38 y, el 46- de transportes de tropas de la RAF. El general Browning se regocij cuando pudo
transportar en el mismo momento a
una divisin completa.
Aun resolvindose finalmente este
acuciante problema, Inglaterra empezaba a padecer una grave tensin. -A finales del invierno y principios de la
primavera de 1944- la estrategia de las
fuerzas areas Aliadas se embarcaba en
un ambicioso programa para conseguir
la expulsin de la aviacin enemiga del
cielo de Francia. Da tras da llegaban
los barcos al estuario del Clyde, donde
desembarcaban miles de americanos,
con su voluminosa bolsa de pertrechos
al hombro, o bien descargaban toneladas y toneladas de suministros y equipo, que comprendan locomotoras hasta prtesis dentales. Incluso los observadores ms casuales podan comprobar que se aproximaba el momento en
que los ejrcitos Aliados lanzaran su
golpe decisivo contra la Alemania de
Hitler, con una grandiosa invasin de
Francia al otro lado del Canal de la
Mancha.
Como parte de los grandes preparativos de la invasin, la utilizacin del
paracadas aument su importancia, ya
iniciada poco despus de la derrota
francesa de 1940. Aunque se prestaba
una atencin particular a Francia, donde era lo ms lgico que desembarcaran las tropas inmsoras, tambin los
britnicos haban comenzado a ayudar
Los reclutas aprenden a caer.

a los diversos movimientos de la resistencia que existan en los pases de la


Europa ocupada, con inclusin del envo por paracadas de suministros y
agentes. En lo que respecta a Francia,
donde se confiaba en que la Resistencia debilitara al enemigo y hasta cooperara activamente en la liberacin del
continente, los ingleses haban organizado, en un cuartel general denominado Eiecutivo de Operaciones Especiales, una seccin francesa directamente
dedicada al recultamiento y entrenamiento de agentes, a la organizacin
de la resistencia y a canalizar la informacin destinada al espionaje, a travs
de la radidifusin clandestina.
Los Estados Unidos se unieron a este
programa a principios de 1943, a travs
de una organizacin de espionaje conocida como Oficina de Servicios Estratgicos. Entre los dos pases se logr lanzar en paracadas o trasladar a Francia por cualquier otro medio a un total de 768 agentes entrenados bajo sus
auspicios, adems de otros 868 reclutados por Charles de Gaulle, el hombre
que huy de su pas para dirigir la resistencia desde el extranjero.
Adems de los agentes y de los operadores de radio, las tres naciones aliadas trasladaron a Francia y lanzaron en
paracadas unos equipos de tres hombres cada uno, conocidos bajo el apelativo de "Jedburgh", por el lugar de Escocia en que recibieron entrenamiento.
El tro, compuesto de un americano,
un ingls y un francs, vesta uniforme
a diferencia de los agentes ordinarios.
La razn principal estaba en que muchos no hablaban un correcto francs
y, de ser capturados vistiendo uniforme, podran acogerse a su condicin de
combatientes, de acuerdo con las normas internacionales de la guerra. A causa tambin del uniforme, se limitaban
a actuar en distritos en los que la Resistencia haba ya conseguido un cierto
control Tambin se lanzaron en paracadas sobre Francia para combatir al
lado de la Resistencia 374 hombres entre oficiales y soldados pertenecientes
a varios grupos norteamericanos de las
Operaciones Especiales.
A pesar del plan alemn de recrudecimiento de la presin y el terror, conforme se aproximaba el instante de la
invasin Aliada de Francia se dej sentir la existencia. en este ~ a vs en otros
ocupados, de un ejrcito ocuito que se
avituallaba principalmente con los lan-

todo caso an se notaban ciertas deficiencias; en la primavera haban tomado parte en varias maniobras aerotransportadas en Inglaterra, pero todava exista una gran demanda de
transporte areo de carga que limitaba y disminua el nmero de aviones
con que se poda contar para un entrenamiento conjunto. Los pilotos se hallaban adems desconcertados ante el
constante trasiego entre las misiones de
transporte de pertrechos y los vuelos
de entrenamiento en formacin diurna
v nocturna.
A pesar de la opinin del general
Marshall de que el plan aerotransportado era conservador, otros muchos,
entre los que se contaba el mismo
Eisenhower, lo considaraban sumamente arriesgado. El mariscal del aire sir
Trafford Leigh-Mallory, al mando de
las Fuerzas Areas Expedicionarias
Aliadas, se senta cada vez ms pesimista sobre lo que denominaba "una
operacin tremendamente especulativa". Una semana antes del Da-D le dijo
al general Eisenhower que no vea aconsejable la utilizacin de los transportes de tropas, poraue lo ms probable
era que las prdidas excedieran del cincuenta por ciento; las preocupaciones
se agravaron an ms cuando los servicios de informacin comunicaron que
los alemanes haban situado una divisin completa detrs de la playa de
"Utah". No aument ciertamente la confianza al saberse que pocos meses antes, en un libro titulado "Paracaidistas" obra del comandante F. O. Miksche, un oficial checo que trabajaba en
Londres con los franceses, el autor comentaba una hipottica invasin de
Normanda, en la que sealaba dos zonas de lanzamiento que coincidan con
las que realmente, entre otras varias,
fueron elegidas por los estrategas aliados. Sin embargo, y frente a las predicciones de que las prdidas en las unidades aerotransportadas podran elevarse
hasta el ochenta por ciento, el general
Eisenhower estim que su intervencin
era tan esencial para el xito de la invasin que si se iba a seguir con estos
planes habra que aceptar tales riesgos.
De todos modos, la preocupacin porLas fuerzas invasoras aerotransportadas y
las llegadas por mar establecen contacto,
al tiempo que la tripulacin de un ve.
hculo pasa junto a un planeador abandonado.

que se produjeran unas prdidas des.


vastadoras pesaba sobre el nimo de
muchos jefes aliados, incluso en el de
Eisenhower, cuando en la tarde del 5
de junio de 1944 los paracaidistas ingleses y americanos se encaminaban
hacia los transportes C-47 y hacia los
modificados bombarderos Albemarle y
Stirling, posados en los aerdromos del
Sur de Inglaterra. Uno de los soldados
americanos vio as los ltimos minutos: "Unos grupos reducidos y silenciosos se sientan bajo las alas de los
aviones, a la espera de la puesta del
sol; son las ocho y ya no queda mucho,
afirma Porter, el mdico que sera ametrallado el da siguiente y que se qued
para siempre en el cementerio de Ste.
Mere-Eglise. Las nueve de la noche y varios aviones empiezan a calentar sus
motores; i Dios mo, cunto me molesta
ese rudo! Las diez de la noche; el nerviosismo aumenta y los hombre se levantan constantemente para ir repetidas veces a los servicios. Las diez y

media; subimos a los aparatos y tomamos asiento... Es el final del entrenamiento, y la entrada en una calle de
direccin nica. Intento dormir, pero
me resulta imposible; todo el campo
tiembla y se estremece con el ruido de
los aviones, que dan el ltimo calentamiento a sus motores. Once menos
cuarto; j all vamos!, grita el jefe de
la tripulacin. All van! las once, y
la cola del avin gira, damos la vuelta y enfilamos la pista. Se hace un gran
silencio; tomo mis pastillas contra el
mareo y pretendo corportarme de uno
modo despreocupado, pero sin obtener
resultado. Mis piernas flaquean y mi
garganta se reseca; slo puedo hablar
con un susurro tartamudeante. Algunos
compaeros fuman sin cesar, otros se
echan a dormir; alzamos el vuelo con
una suave carrera y, una vez en los
aires, ya no cabe volverse atrs."
A los exploradores ingleses les acompaaba una reducida fuerza de infantera Y de ingenieros en seis planeadores,

con la misin de dar un golpe de mano


en dos puentes vitales que cruzaban
el canal de Caen y el ro Orne, entre
la ciudad y el mar. El planeador de
cabeza aterriz a unos cuarenta metros
del puente sobre el canal; el resto, menos uno, tom tierra en las proximidades. Los ingleses se reunieron sin prdida de tiempo y se apoderaron de los
dos puentes despus de un violento
combate, aunque breve, con centinelas
alemanes.
Los componentes de un batalln perteneciente a la 5." Brigada Paracaidista, que haban cado muy diseminados,
llegaron varias horas despus para ayudar a.conservar el puente sobre el canal, que a partir de entonces sera
conocido como el Puente Pegaso, mientras otro batalln marchaba a colaborar en la defensa del que se tenda
sobre el Orne. Poco despus del medioda, los hombres del Puente Pegaso oyeron a distancia el gemido de una gaita;
el gaitero, que encabezaba un grupo de

cumandos, fue el primero en cruzar. para atacar la batera. Otway y los


Aunque los francotiradores disparaban 150 hombres que logr agrupar se ditodava sus armas contra las pasarelas rigieron hacia las alambradas y campos
de metal del puente, el encuetro de las de minas que rodeaban la posicin enetropas inglesas aerotransportadas con miga y all esperaron la llegada de tres
las desembarcadas por mar fue real- planeadores que, al igual que los que
mente emocionante.
aterrizaron en el fuerte de Eben Emael,
El otro batalln de la 5." Brigada Pa- deban caer encima de la batera. Los
racaidista aseguraba, en el intervalo planeadores no alcanzaron su objetivo;
una ciudad poco ms al Este, que im- uno de ellos ni siquiera sali de Inglapeda el acceso a los puentes, y se de- terra porque se le rompi el cable de
dic a remover los obstculos anti-ate- arrastre; los otros dos sufrieron los
rrizaje (unos postes clavados en el sue- impactos del fuego antiareo y tomalo en posicin inclinada) del campo in- ron tierra bastante lejos del lugar.
mediato. A las dos horas de la llegada
Cuando los dos planeadores evoluciode los primeros paracaidistas aterriza- naban en el aire, las ametralladoras aleban con toda precsisin los planeado- manas se dieron cuenta de la presenres que transportaban un destacamento cia del coronel Otway y de sus paracaiavanzado del cuartel general de la di- distas y abrieron fuego contra ellos.
visin del general Gale y las bateras Los ingleses atacaron despus de colode caones anticarros. Los francotira- car una carga de demolicin que abri
dores y unos pequeos grupos de sol- una brecha en las alambradas y en
dados alemanes en una ocasin prote- las minas. Varios soldados lograron llegidos por tres carros hostilizaron a gar a la batera y entrar en lucha cuerlas tropas inglesas durante el resto del po a cuerpo. Redujeron a los ltimos
Da-D, pero sin suponer una amenaza defensores y clavaron los caones megrave para los puentes que se conside- dia hora antes de que las bateras de la
raban esenciales. Por lo general, las ba- flota pudieran abrir fuego para neutrajas de la 5." Brigada Paracaidista fue- lizar la posicin, en el caso de que
ron bastant ligeras, a pesar de la pr- los paracaidistas hubieran fracasado,
dida de dos Stirling con tripulacin y Otway perdi setenta hombres, entre
ocupantes.
muertos, heridos y desaparecidos -casi
Las 3." Brigada Paracaidista se lanz la mitad de sus fuerzas- pero los cacon la misin de primero reducir los ones de Merville no amenazaran a los
caones costeros enemigos de Merville que se aprestaban a desembarcar en
y, luego destruir los puentes sobre el las playas.
ro Dives a fin de dificultar los moviAl anochecer del Da-D, cuando llegamientos de los refuerzos alemanes. Aun- ban
los planeadores de la brique todos sus batallones cayeron bas- gada aldesuelo
desembarco areo de la 6 . 9 i tante dispersos, bastantes hombres respondieron al sonido del cuerno de caza visin Aerotransportada, el general Gale
pudo informar que todos los objetivos
-manera de convocar a las tropas aero- haban
sido cubiertos. Varios batallotransportadas inglesas- para atacar innes
de
paracaidistas avanzaban hacia
mediatamente los objetivos sealados.
las alturas que se extie-iden entre el
Todos los puentes fueron destrudos, Orne
el Dives, a fin de formar la que
as como la batera y fortificaciones de sera ycabeza
de puente de la divisin
cemento de Merville, misin, esta ltima, que fue realizada por un grupo aerotransportada al otro lado del primer rio; aqu se detendran durante
de 150 hombres al mando del teniente dos
meses, protegiendo el flanco de las
coronel T. B. H. Otway, que actu con fuerzas
y canadienses, hata
una intrepidez por nadie igualada en lograr labritnicas
ampliacin de sus posiciones
todo el Da-D.
la marcha hacia el Sena. Des
Los lanzamientos dispersos, debidos edeiniciar
el Da-D hata la fecha en que forsobre todo a las maniobres de los pilo- maron para volver a Inglaterra, las
tos encaminadas a eludir el fuego anti- trovas estuvieron combatiendo ochenta
areo, disminuyeron considerablemen- v
tkes das; el nmero de bajas ascente el nmero de los que se reunieron di a 2.695.
Si la dispersin del lanzamiento ingls de paracaidistas fue preocupante,
Las colas de los planeadores 1.
la de las divisiones americanas fue
desmontadas y separadas, para I
casi catastrfica. Al tratal de evitar
carga rpida.

Los aliados llegan a suelo alem6n. Arriba: los remolcadores Halifax y los planeadores
B el vuelo. Abajo: Los aterrizajes al Norte de Hamminkeln.
Hamilcar, dispui

Arriba: LOS planeadores ingleses cerca de Hamminkeln. Abajo: El aterrizaje americano


al Este del Rhin.

las barreras de fuego antiareo y ante


la imposibilidad de discernir las zonas
de lanzamiento por estar ocultas por
nubes bajas, los pilotos repartieron por
toda la campia la fuerza que transportaban, llegando a caer algunos a
ms de treinta kilmetros del lugar
asignado. Varios centenares de paracaidistas tomaron tierra en unas extensas
zonas pantanosas que los alemanes haban inundado .para proteger la defensa; con el peso del equipo e inmovilizados por los atalajes, fueron muchos
los que murieron ahogados. Otros cayeron de pleno sobre las posiciones alemanas o encima del cuartel general de
la 91 Divisin de Infantera trasladada
recientemente a Normanda, en respuesta a las preocupaciones de Hitler por
la posible invasin de esa zona. Veintin paracaidistas descendieron sobre
la plaza mayor o en las inmediaciones
de Ste. Mere-Eglise, detrs de la playa
"Utah"; uno estuvo colgado durante
ms de dos horas del campanario de
la iglesia hacindose el muerto, hasta
que los alemanes lo descolgaron e hicieron prisionero.
Miles de hombres atravesaron autnticos dramas individuales, de los que
unos salieron vivos y otros no, muchos
paracaidistas tuvieron que aguantar la
respiracin mientras opriman un grillo
metlico de juguete, cuyo sonido ayudaba a identificarse mutuamente. La
respuesta poda ser el grillo tranquilizador de otro compatriota o los disparos del enemigo.
A pesar de la confusin, los hombres
consiguieron reunirse en pequeos grupos, formar sus mandos y , con ayuda
de las detalladas instrucciones impartidas antes del asalto, dirigirse hacia
los objetivos sealados. El hecho de la
dispersin, igual que en Sicilia, provoc
ciertos efectos en la reaccin alemana.
Los gritos excitados de Fallschirmjager! Fallschrmjager! -algunos incluso
provocados por maniques de paracaidistas con petardos, lanzados lejos de
los objetivos- empezaron a inundar los
diversos cuarteles alemanes en una
cantidad tal que durante mucho tiempo les result imposible la empresa de
localizar los lanzamientos en un mapa
inteligible.
Poco antes del amanecer, mientras se
seguan librando centenares de confusos combates locales, el ruido de los
aviones se dej or de nuevo, seguido
del zumbido caracterstico de los pla-

neadores en el aire. Los ocupantes de


estos aparatos de madera cerraron los
ojos, entrelazaron sus brazos y adoptaron posturas rgidas a la espera del choque con el suelo. Los planeadores de
la 101 Divisin Aerotransportada, en su
gran mayora en las cercanas del punto sealado, aunque los obstculos antiaterrizaje y los montculos de tierra
dura mezclados con rboles y arbustos,
comunes en esta zona de Normanda,
causaron un nmero inevitable de bajas. Entre los que perecieron en el choque figuraba el ayudante del jefe de
la divisin, general de brigada Don
Pratt. Los planeadores de la 82 Divisin
Aerotransportada no tuvieron mejor
suerte; menos de la mitad aterrizaron
en el lugar correcto y casi todo el resto
chocaron con edificaciones o con el terreno abrupto, o bien terminaron con
sus pesados ocupantes en las mortales
aguas de la zona pantanosa inundada.
Pocos obuses de 75 mm. sobrevivieron a la deseminacin de los paracadas y muchos menos del 105 resultaron
aptos para el servicio. Fue una gran
suerte que las tropas pudieran apoderarse de algunas piezas alemanas de
artillera, que utilizaron en provecho
propio, pero, por regla general, las acciones se redujeron a innumerablse escaramuzas de infantera, en las que la
diferencia entre el xito y el fracaso no
pasaba de ser el fuego protector poco
voderoso de un mortero de 60 de
$1 mm. que haba podido ser salvado.
A despecho de lo casi catastrfico
de los lanzamientos y aterrizajes, los
grupos pequeos que lograron reunirse
en la oscuridad consiguieron, de un
modo u otra, los objetivos ms esenciales. El jefe de un batalln de la
101, con setenta y cinco hombres entre
los que figuraban algunos de la 82, descubri que haban sido retirados los
caones de una batera costera situada
en el flanco Oeste de la playa "Utah";
con sus hombres, a los que se iban
uniendo otros poco a poco, asegur uno
de los caminos elevados que desde la
playa cruzaban la zona pantanosa y estableci unas posiciones que protegieran el flanco de la playa de desembarco. Otro jefe de batalln reuni noventa
hombres pero fue obstaculizado por el
fuego de las ametralladoras alemanas,
por lo que no pudo alcanzar el otro
camino hasta despus del medioda,
cuando las tropas de desembarco maririmo ya se haban abierto paso sobre

1,

:
l

la arena de la costa. Los restos de otros


dos batallones se apoderaron de los
puentes sobre el ro Douve y de unas
esclusas que controlaban el vaso de lasmareas; estas conquistas podran ser
utilizadas ms adelante en el ataaue
contra Carentan, para enlazar la playa
"Utah con la "Omaha".
Otros grupos de contingentes similares capturaron Ste. Mere-Eglise y la
defendieron frente a un pequeo contraataque, interceptaron la carretera
principal de Cherburgo, al Noroeste de
la ciudad, y al principio del da siguiente establecieron contacto con las tropas
desembarcadas en la playa "Utah". Parte de otros batallones lanzados al Oeste del ro Merderet cay sobre la zona
de reunin de la 91 Divisin enemiga,
pero despus de sangrientos combates
ocup los puentes, a pesar de ser sometida a un estrecho cerco.
A pesar de estos logros, cuando se
hizo de noche ni el general Taylor, jefe
de la 191, ni el general Ridgway, de la
82 Divisin Aerotransportada, posean
un control autntico de sus divisiones.
Solamente se haban podido agrupar
unos 2.500 hombres de los 6.000 de la
101 que se haban lanzado en las primeras horas de la maana; de la 82
eran menos an. Pero las divisiones
pudieron, en su momento, contar las
prdidas sufridas en el Da-D, que ascendieron a 2.499; un 15 por ciento en
lugar del 80 por ciento que se haba
vaticinado. Lo que es ms importante
an, la debilidad de las dos divisiones
estaba contrarrestada, por ahora, por

Las roturas de alas fueron accidente comn en los aterrizajes de planeadores.

el fracaso del enemigo en la organizacin de contraataques coordinados, lo


cual se pudo atribuir en parte a la confusin provocada por la misma presencia de las tropas aerotransportadas.
Adems, se esperaba durante la noche
la llegada de refuerzos en planeadores
y pronto se establecera contacto con
los invasores desembarcados por mar,
los cuales facilitaran a los uaracaidistas e infantera de planead&es, ligeramente armados, la asistencia de los carros de combate, de la artillera y de
las bateras navales. El efecto global
de la operacin aerotransportada a la
espalda de la playa "Utah", a pesar de
la dimensin, supuso una contribucin
real y tangible al xito de la invasin.
El asalto aerotransportado del Dia-D
fue el ms importante hasta la fecha
llevado a cabo por los aliados, y el nmero de los combatientes trasladados
en el primer da mayor que el de la
primera oleada alemana sobre Creta.
Con 2.435 aviones y 867 planeadores, los
aliados llevaron a Francia cerca de
17.000 hombres dentro de las primeres veinticuatro horas. Se perdieron 43
aviones y un nmero incalculable de
planeadores. Y, lo mismo que en el
caso britnico, las divisiones aerotransportadas americanas tardaron en iniciar la marcha; la 82 lo hizo a los treinta y dos das del Da-D, y la 101 a los
treinta y cuatro.

Culminacin al otro I
lado del Rhin
Con la experiencia de Normanda, tanto el general Ridgway como Taylor insistieron en la reorganizacin de la divisin aerotransportada norteamericana. Ya que las consignas para el adiestramiento y la teoria en cuanto a la
infantera se basaban en una organizacin triangular, como eran el regimiento de infantera de planeadores con dos
batallones, la compaa de infantera
de planeadores con dos escuadrones y
el pelotn de paracaidistas compuesto
por una escuadra de ametralladoras y
dos de fusileros, los jefes se haban visto obligados a improvisar nuevas unidades o nuevas tcticas. Aunque la adicin de un batalln de infantera de
planeadores y de un regimiento separado de paracaidistas haba aliviado las
deficiencias, estas soluciones no pasaban de ser transitorias. Por otro lado,
el afn de economa al reducir los medios de transporte y los servicios complementarios, terminaba inmovilizando
a estas unidades. El general Taylor insisti adems en la adicin de un segundo batalln de artillera de campaa en planeadores, equipado con obuses de 105 mm.
Aunque el Departamento de Guerra
haba recibido las peticiones con muestras de comprensin, otras preocupacio-

nes debidas a los requerimientos de


todas las fuerzas armadas retrasaron la
respuesta. Ningn cambio se producira
en varios meses, y en estas circunstancias las divisiones que lucharan en la
Operacin Market el mes de septiembre fueron escasamente acrecentadas
igual que sucedi en la Operacin Overlord.
La creacin de un nuevo cuadro de
organizacin y de equipo de la divisin
aerotransportada quedaba fuera de la
competencia del jefe de operaciones,
pero no el establecimiento de un cuartel general que coordinara mejor a las
tropas aerotransportadas y a los transportes. Incluso antes del Da-D se discuti la posibilidad de agrupar a las
unidades aerotransportadas inglesas y
americanas y a las de transporte de
tropas bajo un cuartel general central;
sobre todo el general Browning haba
sostenido esta tesis. Tal como Eisenhower vea la propuesta, debera haber
un oficial jefe de Aviacin al frente de
dicho cuartel general combinado; mientras que las unidades de transporte,
tanto inglesas como americanas, funcionaran directamente bajo las rdenes
del jefe combinado, las tropas aerotransportadas estaran sometidas a dos
cuarteles generales de su arma, uno ingls y otro estadounidense.

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Lanzamiento de
das a las tropa!
en el borde de 1;

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Nueva Guinea.

la 9." Fuerza Area. Poco

1.' Divisin haba dejado en Italia cuando volvi a Inglaterra, con la idea de
seguir destacando algunas tropas aerotransportadas en la pensula italiana.
En consecuencia, la brigada haba estado combatiendo durante siete meses
como infantera convencional y slo
consigu tomar parte en una operacin
aerotransportada en Italia cuando en
la tarde del 1 de junio de 1944 sesenta
de sus hombres se lanzaron al Norte
de Roma, en un esfuerzo por evitar que
los alemanes en retirada hacia la parte
septentrional de los Apeninos efectuasen excesivas demoliciones.
Las unidades americanas aerotransportadas incluan el 509 Batalln de
Infantera Paracaidista que, con una denominacin diferente, ya se haba lanzado sobre el Norte de Africa; al ler.
Batalln de la 551 de Infantera Paracaidista, que luch en Italia durante
algn tiempo, pero que todava no haba realizado su primer lanzamiento
areo en accin de guerra; a un batalln independiente de artillera en planeadores; y, finalmente, a la 517 Agrupacin de Combate Paracaidista. Este
ltimo grupo, que comprenda un batalln de artillera de campaa paracaidista, haba comenzado por ser uno de
los componentes de la 17 Divisin Aerotransportada, pero luego fue enviado al
continente europeo como una unidad
independiente y all fue donde tuvo su
bautismo de fuego. Adems, los americanos facilitaron un cierto nmero de
pequeas unidades de artillera de campaa, de gr L I ~ L J ~dnticarros, de ingenieros, de sealizaciones, etc., pertenecientes al Ejrcito de Tierra y que haban
seguido curso formativo y rpido de
vuelos en planeadvlGo, LII una escuela
especial instalada cerca de Roma.
La 1.' Agrupacin Aerotransportada
agrup a un total de 9.742 hombres,
transportados en 535 aviones y 465 planeadores, los cuales fueron remolcados
hasta unos veinte kilmetros, a las proximidades de la ciudad francesa de Le
Muy; las tropas aerotransportadas deban acuparla, as como otros centros
de comunicaciones cercanos, con el fin
de detener los movimientos alemanes
contra las playas de desembarco, que se
extendan entre St. Tropez y las cercanas de Cannes.
Al atardecer del 13 de agosto, las fuezas despegaron de diez aerdromos de
Italia y volaron, sin novedad alguna, a
travs del Mediterrneo, conservando

Tropez, a poco distancia d la costa.


Despus de soportar el bombardeo naval aliado sin sufrir bajas, las tropas
aerotransportadas capturaron una batera antiarea enemiga e hicieron 240
prisioneros. Cuando las tropas regulares amerkanas entraron en St. Tropez
pudieron comprobar que los paracaidistas estaban atacando los ltimos reductos alemanes de la ciudad.
Otros contactos con las unidades llegadas por va martima tuvieron lugar
en varios puntos, antes del final de la
primera jornada; al tercer da, cuando
Hitler orden que sus soldados evacuaran el Sur de Francia, las tropas americanas haban ya rebesado con mucho
las posiciones de las tropas aerotransportadas.
De entre las varias unidades que
constituan la 1.' Agrupacin de ~ u e i z a
Aerotrans~ortada.solamente la 2." Brigada ~arcaidistalleg a participar en
otra operacin aerotransportada, aunque la 517 Agrupacin fuera destinada
posteriormente a la 13 Divisin Aerotransportada norteamericana. La brigada del general Pritchard, que volvi a
Italia sin prdida de tiempo, comenz
a prepararse para el momento de la
evacuacin alemana de Grecia, cuya
proximidad se prevea ante el avance
ruso por los Balcanes que amenazaba
con el aislamiento del enemigo. Las
tropas aerotransportadas deban saltar
cerca de Atenas y apoderarse de la capital a fin de mantener el orden y evitar que el pas fuera ocupado por las
guerrillas griegas, poniendo a la nacin
al borde de la guerra civil.
El 14 de octubre de 1944, la brigada
de paracaidistas, lanzndose a la luz
del da, se apoder de Atenas con gran
facilidad. En cuanto desembarcaron los
refuerzon enviados por mar, las unidades de la brigada se dirigieron o otras
partes del pas, pero al final se pudo
comprobar que el nmero de combatientes ingleses era insuficiente para
impedir la sangrienta lucha desencadenada entre los mismos griegos.
En contraste con la atencin prestada en Europa a las operaciones aerotransportadas a gran escala, en el Pacfico se llevaban a cabo algunas operaciones menos ambiciosas, adems de
El teniente general L w i s H. Brereton una de carcter.estratgico en el conti(sentado), jefe del Primer Ejrcito Aero- nente asitico que fue la nica realiza.
da por los aliados durante la contienda.
transportado Aliado, con el teniente ge:
neral F. A. M. Browning, Jefe adjunto, Esta ltima se llam Operacin "Thurs.
day", y fue iniciada el 5 de marzo de
en su cuartel general.

los aviones la formacin a todo lo largo


del trayecto. El primer problema se
plante al cruzar la costa, al tropezar
con una espesa niebla; pocos pilotos
consiguieron divisar las luces de situacin colocadas por exploradores que les
haban precedido. De todos modos, slc.
tres equipos de exploradores, de los
nueve lanzados, lograron alcanzar las
zonas asignadas; por ello tuvieron que
depender de los aparatos "Eureka" de
radar o el clculo del tiempo empleado
en el vuelo desde el aerdromo hasta
los objetivos. Una vez ms, los paracaidistas aliados cayeron diseminados por
todo el sector.
Fue una suerte que los alemanes fueran bastnte menos fuertes en el Sur de
Francia de lo que la informacin aliada
haba supuesto en realidad, el alto mando alemn estuvo considerando la posibilidad de la evacuacin. Adems, a partir del anochecer, los hombres y mujeres de la Resistencia francesa controlaban prcticamente grandes porciones del pas; la operacin enemiga no
pas de presentar a los invasores unas
escaramuzas ocasionales en que slo se
utilizaron armas ligeras..,
A pesar de la dispersion en el lanzamiento, todos los objetivos fueron alcanzados, aunque la niebla retrasara
hasta el final de la tarde la llegada de
la artillera y piezas anticarros de la
2.' Brigada Paracaidista. Los paracaidistas intentaron limpiar de obstculos las
zonas de aterrizaje, pero al llegar los
planeadores muchos permanecan todava y gran parte de los planeadores sufrieron graves daos al aterrizar. La
mayora de las bajas de la jornada se
debienron menos al fuego enemigo que
a los riesgos del lanzamiento y del aterrizaje; las prdidas ascendieron, aproximadamente, a 240 entre muertos, los
menos, y heridos.
Uno de los acontecimientos ms espectaculares del da fue precisamente
debido a la dispersin del lanzamiento;
veintinueve aviones lanzaron algunos
soldados del 509 Batalln de Infantera
Paracaidista, dos bateras completas de
artillera de campaa paracaidista con
todas sus piezas y parte de otras dos
bateras, en las proximidades de St.

Planeadores abandonados despus del aterrizaje cerca de Harnminkeln.

1944, antes del Da-D europeo, estando


encaminada a la expulsin de los japoneses de Birmania y a la reapertura
de una gran porcin de la carretera de
Ledo, hasta la ciudad de Myitkyina, importante base de aprovisionamiento del
adversario. Aunque el nmero de paracaidistas participantes fuera bastante
reducido, se utiliz gran cantidad de
planeadores, que desembarcaron soldados, suministros y equipo en una ma.
niobra conjunta que posiblemente contena mayor nmero de enseanzas
para el futuro que las otras operaciones aerotransportadas de tctica ms
convencional realizada en Europa.
La penetracin japonesa por el Sudeste asitico fue detenida en las proximidades de la frontera indo-birmana, y
en marzo de 1943 el Norte de Birmania
empez a ser invadido por tropas britnicas e indias, bajo el mando del geneCamino d e la zona d e aterrizaje en el
sur d e Francia.

ral de divisin Orde C. Wingate. Las


operaciones de Wingate contra la retaguardia japonesa constituyeron grandes xitos, hasta el extremo de que los
jefes de estado mayor aliados le ordenaron su ampliacin. Lograda, por fin,
una indiscutible superioridad area, se
consider como solucin prctica el suministro por medio de aviones, en unas
magnitudes casi desconocidas hasta entonces. Cuando una divisin india qued sitiada en el Sur de Birmania, los
aviones ingleses y norteamericanos
transportaron alrededor de 10.000 toneladas de material sobre montaas inacesibles, hasta conseguir romper el
cerco de los indios. Con ello se pudo
demostrar, con anterioridad incluso a
la creacin de la Operacin Thursday,
que el puente areo de suministro en
gran escala era fcilmente practicable
en la jungla birmana.
Un jefe americano, el coronel Philip
Cochran, fue encargada de la organizacin de una unidad especial equipada
con transportes C-47, aviones de reco-

'

1
!

nocimiento, planeadores, cazabombarderos y bombarderos medianos; el xito de la operacin Thursday dependera de esta unidad amalgamada, conocida como la 1." Fuerza Area de Comandos.
Mientras las tropas de gurkhas y del
Africa Occidental, bajo mando britnico, avanzaban sobre Myitkyina procedentes del Norte, y los americanos y
chinos, bajo el mando del general de
divisin Joseph W. Stilwell, se aproximaban desde el Oeste, el grueso de
una divisin india se trasladara en planeadores y aviones C-47 a unos ciento
sesenta kilmetros detrs de las lneas
enemigas, al Sur del ferrocarril de Myitkyina, para impedir los suministros
japoneses y los movimientos de tropas
de reserva hacia el Norte. La Fuerza
de Cochran estaba encargada del transporte de las tropas y de muchas toneladas de equipo y suministros, que deban lanzarse en dos claros naturales
de la jungla.
En el ltimo minuto las fotografas
areas revelaron que los japoneses haban colocado obstculos en uno de los
claros, por lo que todo tuvo que canalizarse hacia el otro, que se denomin
"Broadway". En la primera noche aterrizaron en "Broadway" 37 planeadores y otros nueve cayeron cerca de las
instalaciones japonesas; como algunos
capotaron y obstaculizaron el espacio
libre, otros muchos tuvieron que regresar a sus puntos de partida. Al tomar tierra murieron treinta hombres y
otros treinta y tres resultaron heridos,
pero llegaron sin novedad un total de
539 combatientes y dos tractores. A la
noche siguiente, "Broadway estaba de
nuevo listo para recibir ms planeadores, con la ampliacin de otros dos pequeos claros, en los que pronto se
acondicionaron las pistas donde pudieran aterrizar los C-47. Al final de la
primera semana llegaron por estas pistas 9.052 hombres, 175 caballos, 1.183
mulas y unas 250 toneladas de suministros.
Mientras la divisin india avanz en
direccin Norte hacia Myitkyina, y la
columna de Stilwell se aproximaba desde el Oste con unas avanzadillas de
fuerzas especiales americanas denomi
nadas los "Merodeadores de Merrill",
los C-47 y otros aviones de enlace continuaban abasteciendo a ambos ejrcitos
y, a veces evacuando heridos. La avia-

cin les lanzaba en paracadas material


de fortificacin, medicinas, vituallas y
municiones, e incluso se dejaban caer
libremente fardos con vestimenta y forraje para el ganado, desde alturas de
unos sesenta metros.
Cuando las tropas indias de Wingate
salieron de "Broadway" se les uni
una tercera brigada -tambin india-,
despus de haber cruzado a pie una
gran extensin de terreno. El da 13,
Wingate falleci en un accidente areo,
diez das antes de que sus tropas lograran abrir al trfico areo otra pista
en la que aterrizara la quinta brigada.
Los "Merodeadores de Merrill" fueron los primeros en llegar a las pistas
de Myitkyina. Era el 17 de mayo y lo
hicieron de un modo sigiloso, permitiendo que un regimiento chino se apo.
derara rpidamente del campo de aviacin. Cinco horas despus, los planeadores transportaron a los soldados de
ingenieros con su equipo; antes de que
el da tocara a su fin los aviccnes de transporte empezaron a tomar tierra a pesar
del fuego de la artillera japonesa. El
enemigo no se retir de la misma Myitkyina hasta diez semanas ms tarde,
Dero en todo este tiempo estuvo operando un "puente areo", sobre todo
por la noche, aunque muy a menudo
bajo fuego artillero; las fuerzas aliadas demostraron la posibilidad de transportar muchas toneladas de suministros y millares de combatientes de refresco, recursos indispensables para
una operacin de la magnitud y rapidez
que el terreno inhspito exiga.
Mientras tanto, las fuerzas americanas llevaban a cabo una operacin aerotransportada ms convencional en los
das 3 y 4 de julio; la 503 de Infantera Paracaidista (a falta de uno de sus
batallones) se lanz sobre una pista de
la isla de Noemfoor, cerca de las costas de Nueva Guinea, a fin de ayudar
a un desembarco naval realizado el da
anterior. Era otro paso en el lento caminar, saltando de isla en isla, hacia las
Filipinas y, eventualmente, hasta el archipilago japns. Los paracaidistas
se sintieron confusoso y embarazados
al verse, al tocar el suelo, entre los soldados de ingenieros, ya desembarcados,
que les daban la bienvenida.
Es de admirar que la campa en el
Pacfico conociera tan pocas operaciones aerotransportadas, ya que el asalto
de isla en isla pareca lo ms apropiado a las posibilidades de estas uni-

dades. El reducido nmero de operaciones no puede atribuirse a escasez de


estas tropas, pues, adems del 503 de
Infantera Paracaidista, que estuvo todo
el tiempo en la zona, se contaba con la
11 Divisin Aerotransportada, del general Swing, que haba llegado durante
el verano de 1944, y que slo fue utilizaaa en la isla de Leyte en aciones convencionales. La nica intervencin de
paracaidistas norteamericanos fue sobre Leyte, donde un solitario C-47 lanz hombres y artillera de 75 mm. sobre unas alturas, a fin de apoyar con
el fuego a los ataques de la infantera.
La explicacin de la paradoja la podemos hallar en la composicin de las
fuerzas aliadas del Pacfico; con el incremento de la ofensiva se multiplicaron los efectivos de barcazas de desembarco para asaltos anfibios, as como
el nmero de los buques para abastecer las fuerzas. Era limitada la cantidad de aviones de transporte de tropas,
v con frecuencia se les necesitaba para
abastecer a unidades areas repartidas
por una zona excesivamente extensa.
La dedicacin constante de estos aviones a las misiones de abastecimiento
tenan inconvenientes que se manifestaron con claridad en los lanzamientos
realizados sobre la isla de Noemfoor
I
upodonde, a pesar de riu L L U ~ C L ~LUII
sicin enemiga, los pilotos esparcieron
demasiado a los paracaidistas. Despus
de esta experiencia, los jefes de la aviacin iniciaron un programa de entrenamiento para perfeccionar a los pilotos
en los vuelos en formacin; sin embargo, las exigencias del suministro por
los aires eran tan ineludibles que, para
este entrenamiento, slo se poda disponer de un escuadrn cada vez.
Despus de Leyte, el general Douglas
MacArthur propuso, como paso siguiente, una operacin aerotransportada limitada a un regimiento, en combinacin con unos asaltos anfibios en la
isla de Luzn y con ello el avance hacia
Manila. Para ayudar desde el Norte al
avance principal hacia Manila, los dos
regimientos de infantera de nlaneadores de la 11 Divisin Aerotransportada
(todas las divisiones aerotransportadas
americanas, excepto las 82 y 101 haban
conservado su organizacin primitiva)
deban desembarcar por va martima
en las playas de la baha de Nasugbu,
al sudeste de Manila, el da 28 de enero
Al otro ladc
tinan.

rrizajes con-

de 1945. Cuatro das despus, el 511


de Infantera Paracaidista prestara su
ayuda para acelerar el avance mediante su lanzamiento sobre las lomas de
Tagaytay, el accidente geogrfico ms
sobresaliente en la zona.
La oposicion japonesa a los desembarcos anfibios y el avance de la infantera de planeadores fueron tan dbiles
que la operacin aerotransportada no
sirvi de mucho, como no fuera para
llevar a los paracaidistas al combate
por un camino rpido. Aunque la primera oleada de C-47 en nmero de dieciocho, dejo caer a sus 345 combatientes justamente sobre las desguarnecidas alturas, los hombres de la siguiente oleada de 1
riones se lanzaron
por error, al
un fardo de suministros qu
y de un avin,
sobre. uiia n u i l a ~ U GIIO era la designada. La gran mayora de los componentes de la prxima oleada de cincuenta
v un aviones se lanzaron asimismo al
ver en el suelo los paracadas de sus
predecesores; de este modo, 1.325 hombres cayeron en lugares que distaban
de 6 a 9 kilmetros de la zona elegida.
En el siguiente ataque aerotransportado a las Filipinas, la idea de apoderarse rpida y espectacularmente del
objetivo influy de modo decisivo en
la eleccin de un asalto combinado por
mar y por aire. El objetivo en este
caso era la "Roca", como se conoca a
la isla de Corregidor, en la baha de
Manila, familiar para dos generaciones
de soldados americanos anteriores a la
Segunda Guerra Mundial y smbolo del
deshonor de su pas con la prdida de
Filipinas.
Con la forma de un renacuajo, Corregidor slo tiene unos cinco kilmetros
de longitud por dos de ancho, en su
zona ms extensa, y casi toda su costa
est formada por un acantilado elevado
e inaccesible. A pesar del reducido tamano del objetivo y del peligro de que
los paracaidistas cayeran en el mar, los
autores del plan americano tenan la
impresin de que los japoneses st: VCran muy sorprendidos por un asalto
aerotransportado, vala la pena correr
los riesgos que implicaba la decisin de
utilizar a los paracaidistas tambin se
debi en gran parte a las informaciones
recibidas del espionaje, que calculaban
en unos 850 japoneses tan slo los que
estaban de guarnicin en la isl
do en realidad pasaban de 5.01
bres.

'

1
1

Tropas americanas ocupan posiciones defensivas despus de un buen aterrizaje


cerca de Wesel, en Alemania.

Aunque la mejor zona de lanzamiento


pareca ser un aerdromo abandonado
situado en la "cola" del renacuajo, los
paracaidistas que all cayeran estaran
expuestos a un blanco fcil desde las
zonas ms altas de la isla, situadas en
la parte ms ancha; por eso los responsables del proyecto prefirieron localizar los lanzamientos en una antigua
avenida donde se hacan los desfiles y
en un campo de golf, situados, en la
"cabeza" del renacuajo; esta zona, rodeada de barracones derruidos, de residencias de oficiales v edificios destinados a cuartel general, ofreca un rea
de lanzamiento de menos de un kilmetro de anchura, demasiado cerca de los
abruptos acantilados.
En estas circunstancias, factores
como la direccin y fuerza del viento
v la velocidad de los aviones eran de
trascendental importancia; como stos
no iban a estar sobre la zona de lanzamiento durante ms de seis segundos,
tendran que realizar dos o ms pasadas, lanzndo en cada una entre seis
y ocho paracaidistas. La primera oleada, con un millar de hombres, exigira
una hora por lo menos, y la segunda
no podra lanzar su carga hasta cinco
horas despus. Los autores del plan estaban dispuestos a aceptar una proporcin de bajas del 20 por ciento, pero
el coronel George M. Jones, jefe del
503 de Infantera Paracaidista, la uni.

dad de asalto que intervino, predijo


perdidas de un 50 por ciento.
Los aviones de la 5." Fuerza Area
Americana bombardearon Corregidor
durante varias semanas antes del asalto; finalmente, en la maana del 16 de
febrero de 1945 sometieron a la isla a
un intenssimo castigo. Por otro lado,
los buques norteamericano la bombardearon durante tres das.
Las bajas en el lanzamiento de la
primera oleada fueron bastante elevadas, llegando al 25 por ciento, pero
de todos modos el asalto fue un xito
nunca imaginado. Los japoneses, que
estuvieron bien cubiertos durante los
bombardeos areos y navales, solamente utilizaron armas ligeras contra los
paracaidistas, aparte de la artillera
antiarea contra aviones; adems, ningn asaltante cay al mar. Los componentes de la primera oleada aseguraron con rapidez las zonas de lanzamiento y a las dos horas estaban protegiendo con su fuego un batalln de infantera que llegaba a la playa en barcazas
de desembarco.
Para evitar la posibilidad de que los
defensores japoneses se ensaaran con
la siguiente oleada de paracaidistas, el
coronel Jones obtuvo autorizacin para
que el resto del regimiento fuera enviado por va martima; como desde
entonces la lucha en Corregidor se limit a una operacin de limpieza, la
aviacin slo tuvo que intervenir de
nuevo en el lanzamiento de suministros.
La operacin de limpieza se convirti
en una de las acciones ms sombas de

cin del proyecto. El 2 de mayo unos


800 soldados gurkhas se lanzaron para
colaborar en la captura de Rangn, en
Birmania. Finalmente, el ltimo asalto
aerotransportado se llev a cabo por un
batalln del 511 de Infantera Paracaidista de la 11 Divisin Aerotransportada, reforzado por una batera de artillera de campaa paracaidista, pero la
operacin se convirti en algo parecido
a una farsa; el asalto se llev a cabo
el 23 de junio, en un intento por cortar la presunta retirada japonesa a
travs del valle de Cagayan, en la parte septentrional de Luzn. Se utilizaron
siente planeadores, siendo la nica vez
que se utilizaron en las islas del Pacfico, pero los asaltantes se encontraron en tierra con otras tropas norteamericanas que les daban la bisnvenida.
En el intervalo, los aliados haban
organizado en Europa la Operacin
la guerra. Hasta el 2 de marzo los jeles Market, que constituy el mayor asalnorteamericanos no estimaron que la to aerotransportado de la guerra. El 23
isla estaba basicamente tomada, a pe- de diciembre de 1944 se lanzaron veinte
sar de ello todava hubo que reducir a hombre sobre Bastogne, en las Ardenas
muchos grupos japoneses, dispuestos a belgas, como exploradores que tenan
luchar hasta la muerte. Los muertos, que marcar las zonas de lanzamiento
heridos y desaparecidos americanos pa- para abastecer a la 101 Divisin Aerosaron del millar, mientras que las pr- transportada, que se hallaba sitiada;
didas japonesas fueron de 5.000, de las es curioso sealar que la 101 probablecuales solamente veinte fueron cavtura- mente llev a cabo en Bastogne las
dos.
Al izar la bandera, en una ceremonia mayores hazaas de su historia guerrera. Se prepararon otras varias opesencilla presenciada por el general Mac- raciones, sobre todo a instancias de enArthur, el jefe de las tropas aerotrans- tusiastas de la aviacin y del transporportadas, coronel Jones, le salud mar- te areo, que ansiaban probar estas
cialmente y con unas palabras que ocul- unidades en autnticos papeles estrattaban la dureza de los combates le gicos, pero solamente una se llev a la
dijo: "Seor, aqu le presento la for- prctica; por las circunstancias en que
taleza de Corregidor."
se desarroll, nunca se podr juzgar
Mucho antes de que se produjera la con seguridad su necesidad o su convevictoria en Europa, la guerra del Pa- niencia.
cfico se aproximaba tambin a su fiLa operacin se denomin Varsity y
nal, a mayor ritmo de lo que muchos
observadores podan adivinar, y con consista en un asalto sealado para
ello terminaran las operaciones aero- el 24 de marzo de 1945, por parte de
transportadas. El 17 de febrero, un da una divisin inglesa y otra norteameridespus del lanzamiento sobre Corregi- cana, que deban lanzarse cerca de la
dor, una compaa de la 11 Divisin ciudad alemana de Wesel, a fin de ayuAerotransportada se arrojaba en para- dar al 21 Grupo de Ejrcito de Montcadas para salvar, en un venturoso gol- gomery, a la otra orilla del ro Rhin.
pe de mano, a los prisioneros aliados Cuando Montgomery tuvo terminados
del famoso campamento de Los Baos, sus complicados preparativos, que por
cerca de Manila. El 503 de Infantera su nmero y duracin rivalizaron con
Paracaidista haba sido dispuesto, pos- los del Da-D, un cuerpo del ejrcito
teriormente, para lanzarse sobre la isla americano ya haba atravesado el Rhin
de'los Negros, tambin en las Filipinas, sobre un puente situado en Remagen, y
hacia finales de marzo de 1945, pero la un segundo lo consigui la noche antes
poca resistencia opuesta a las fuerzas del asalto de Montgomery, sin necesillegadas por mar aconsej la cancela- tar siquiera una preparacin artillera.

Aunque los alemanes concentraron en de dos regimientos de infantera paralas proximidades de Wesel todas sus caidista por uno d plancatlorcs, dr 1'01.fuerzas diponibles, su ejrcito dispona ma que el 17 de plai-icndoi-cs tuvo ( ~ i i ( ,
de muy pocos recursos nuevos en esta ser disuelto y sus componentes scli. i i i fase de la contienda; como un jefe de tegrados en otra parte. I'ara loi.in:ii.
estado mayor alemn hizo notar, era su segundo regimiento paracaidista, I:I
"la sombra de un ejrcito", en el que divisin recibi al 507 de Infantera Pala moral de sus combatientes oscilaba racaidista, que el Da-D haba luchado
"entre la sospecha y la resignacin in- como agregado a la 82 Divisin Aerodiferente", con un cuadro de mandos transportada. Hubo que hacer otras reque "careca de confianza y que se pre- formas en la artillera, con el fin de
guntaba sobre lo que el deber podra obtener dos batallones de artillera paexigirles"; un ejrcito que "lo nico racaidista y dos de planeadores, estos
que poda hacer era simular la resis- ltimos con piezas del 105. Tambin los
tencia''.
hombres tuvieron que aprender el uso
Los ingleses, que se sentian acuciados de dos al-iiias que nunca haban utilipor la falta de soldados, tardaron bas- zado anteriormente, los tubos sin retrotante en reconstruir la 1." Divisin Aero- ceso de 57 y de 75 mm., armas bastantransportada, despus de Ias cuantiosas te revolucionarias por su poco peso y
prdidas sufridas en la Operacin Mar- dems caractersticas, que serviran de
ket; por eso la misin recay en la mucho dada la permanente falta en la
aerotransportada de armas efi6." Divisin A e ~ ~ ~ ~ a ~ ~ s ~
que
o r hat a d adivisin
,
ba dejado el frente el mes de agosto caces anticarro.
Lo mismo que en la Operacin Mar.
v que estaba mandada por el general
de divisin E. Bols, sucesor de Gale al ket, el Primer Ejrcito Aerotransportaser ste nombrado jefe adjunto del Pri- do Aliado del general Brereton era el
mer Ejrcito Aerotransportado Aliado. res~onsabe del entrenamiento previo
Por el lado americano, tanto la 82 como al asalto y del planeamiento de la Varla 101 Divisin Aerotransportada ha- sity; una vez las tropas tocaran tierra,
ban combatido tenazmente como tro- el mando pasara al general Ridgway y
pas del ejrcito de tierra durante la al XVIII Cuerpo Aerotransportado.
La ciudad de Wesel, con su red de
contraofensiva enemiga de las Ardenas;
lo mismo la haba sucedido a la 17 carreteras y ferrocarriles, constitua un
Divisin Aerotransportada, trasladada objetivo obvio para cualquier intento
desde Inglaterra durante la menciona- de cruzar el Rhin por el sector de Montda contraofensiva. Pero con la intecin gomery. Por tanto, la misio'n del XVIII
de cruzar el Rhin, Eisenhower retir Cuerpo Aerotransportado era bastante
la 17 a la primera oportunidad. Por lgica: ocupar las colinas cubiertas por
tanto, la misin recay sobre la divi- un bosque (el Diersfordter Wald) al
sin mandada por el general de divi- Noroeste de Wesel, con lo que se prisin William M. Miley, que haba man- vara al enemigo de un puesto de obdado mucho tiempo atrs, con el grado servacin que dominara los lugares del
de comandante, el primer batalln de cruce, y apoderarse de los mentes soparacaidistas formado en los Estados bre las vas de agua del Norte y del
Nordeste de la ciudad, con lo que se le
Unidos.
Cuando Miley y sus superiores pre- impediran a aqul los movimientos y
paraban la intervencin en el asalto, el se preparara e1 camino para Ia ampliaDepartamento de Guerra americano co- cin de la cabeza de puente.
bstos objetivos, sumamente reducimunic su decisin en cuaii~ua la discutida reorganizacin de las divisiones dos, eran muy apropiados a las capaciaerotransportadas, que se haca efec- dades de las divisiones aerotransportativa del 1 de marzo. Siguiendo en lneas das; al mismo tiempo, el que se hallaba
generales las recomendaciones de los ms cercano, el Diersfordter Wald, disgenerales Ridgway y Taylor, el nuevo taba menos de dos kilmetros de los
elegidos para cru.zar e1 Rhin.
cuadro de organizacin aunmentaba los lugares
Este hecho' garantizaba un contacto
efectivos de los pelotones de paracaidis- casi inmediato con las fuerzas del Ejrtas y de las compaas de planeadores, cito de Tierra, pero tambin implicaba
adems de aadir un tercer batalln al que si las tropas paracaidistas se lanregimiento de infantera de planeado- zaban antes o al mismo tiempo que el
res. Igualmente aceptaba la proporcin asalto a travs del ro, las fuerzas re-

Arriba: Algunos de los m6s de 1.500 aviones y planealores que salieron de Inglaterra.
Abajo y derecha: El avance por territorio enemigo.

gulares tendran que contentarse con


un bombardeo preliminar bastante dbil. Adems, stas tenan que iniciar su
ataque durante la noche, mientras que
la experiencia de la Operacin Market
aconsejaba preferentemente la luz del
da para el asalto aerotransportado.
El jefe del Segundo Ejrcito, general
Dempsey, ofreci la solucin: el asalto
por el ro se llevara a cabo la noche
del 23 de marzo y el aerotransportado
a la maana siguiente. Por muy sencilla que esta solucin parezca ahora, en
aqullos das constituy una atrevida
excepcin frente a la prctica precedente.
El gigantesco asalto anfibio haba obtenido ya un xito considerable cuando,
un poco antes de las nueve de la maana del da 24, comenz a orse por
el Oeste un sostenido tronar de cientos
de motores de aviones; el ruido persisti durante dos horas y media. Una
flota area constituida por 889 cazas de
escolta, 1.696 aviones de transporte y
1.348 planeadores (muchos de ellos con
doble cable) trasladaron al campo de
batalla 21.680 combatientes, entre paracaidistas y fuerzas de planeadores. Seguan a poca distancia 240 bombarderos
Liberator que dejaron caer 582 toneladas de suministros, al tiempo que otros
2.153 cazas mantenan una sombrilla
protectora o bien se internaban profundamente en teritorio alemn para descubrir cualquier avin enemigo que pudiera suponer una interferencia peligrosa. Adems, otros 2.596 bombarderos
pesados y 821 medianos atacaron a lo
largo del pas los ardromos, los puentes, los nudos de vas frreas y otros
objetivos. La potencia desplegada fue
aterradora.
Entre los aviones de transporte se encontraban el C-46 Commando, el primer avin especficamente diseado
para las unidades aerotransportadas;
era bastante ms grande que el C-47 y
contaba con una puerta a cada lado del
fuselaje, lo cual adems de facilitar la
carga y descarga, permita el lanzamiento simultneo de dos grupos de paracaidistas. La dispersin era menos probable, por ser mayor el nmero de hombres en cada avin y ms rpido el lanzamiento.
Como era bastante lgico y esperado
el cruce del Rhin por las cercanas de
Wesel, y como los alemanes ya conocan los mtodos minuciosos y premeditados de Montgomery, la mayor preo-

cupacin fue, en la Operacin Varsity,


la del fuego antiareo enemigo. Los alemanes esperaban un asalto aerotransportado, aunque ms bien dirigido hacia unos diecisis kilmetros al Nordeste de Wesel, a fin de facilitar la penetracin de la cabeza de puente. Con
esta idea haban instalado en esa amplia zona todas las piezas antiareas
mviles que tenan a mano; cuando Radio Berln presumi de conocer de antemano la llegada de los paracaidistas,
muchos creyeron que el plan haba
sido delatado; pero no era traicin,
sino ms bien lgica.
La maana del 24 de marzo se present clara y soleada, pero una niebla baja empeorada por la cortina
de humo formada para proteccin
de las tropas que cruzaban el ro,
disminuy la visibilidad del suelo,
aunque no lo bastante para dificultar
los lanzamientos. Los primeros en
saltar -los hombres de un batalln
del 507 de Infantera Paracaidista (el
jefe del regimiento, Edson Raff, haba estado al frente del primer asalto aerotransportado americano en Africa del Norte- fueron objeto de escaso
fuego antiareo, acaso porque la oleada
lleg inmediatamente despus de los
ataques a los emplazamientos enemigos
por parte de los caza-bombarderos y
de la artillera.
Los paracaidistas y los planeadores
que siguieron, incluan a los de la 6." Divisin Aerotransportada que preceda a
los paracaidistas britnicos, no tuvieron la misma suerte, y el fuego antiareo caus graves estragos. Cayeron sobre el cuartel general y sobre las instalaciones de apoyo de un cuerpo de ejrcito alemn y de una divisin, por lo
que los soldados fueron tambin objeto, tanto durante el asalto como en el
suelo, de un intenso fuego de armas
porttiles. Entre los muertos se cont
el teniente coronel J. S. Nicklin, jefe
del ler. Batalln 'Canadiense Paracaidista, cuyo paracadas se enganch en
un rbol, hacindole blanco fcil del
enemigo; tambin perdieron hombres
clave de otras unidades, entre ellos todos los oficiales de una batera norteamericana de artillera de campaa paracaidista.
Aunque los lanzamientos paracaidistas norteamericanos fueron a parar en
En Inglaterra, los hombres de la 17 Divisin entran en un C-46 para lanzarse al
otro lado del Rhin.

vos haban sido alcanzados. La 17 Divisin Aerotransportada hizo 2.000 prisioneros y 1.500 la 6.' Divisin Aerotransportada; al final de la tarde, los
suministros cruzaban el Rhin en embarcaciones anfibias que hicieron inne
cesaria la cooperacin de la aviacin.
Queda por contestar la cuestin de si
Varsity qued justificada dado el nmero de bajas, la prdida de aviones,
v el estado de agotamiento de las tropas enemigas. En el primer da, la
6.' Divisin Aerotransportada tuvo 347
muertos y 731 heridos, y la 17 Aerotransportada, 159 y 522; ms de un millar entre una y otra divisin fueron
inicialmente considerados como desaparecidos, pero casi todos se reunieron
pronto con sus unidades respectivas.
Las tripulaciones de los aviones de
transporte americanos tuvieron 41 muertos , 163 desaparecidos y 153 heridos;
44 aviones de transporte y 80 planeadores fueron destrudos, y otros 623 sufrieron daos. Tambin se perdieron
quince B-24 Liberator durante los vuelos de suministro areo.
Ciertamente las cifras SG ~ulllparan
favorableiue~i~e
Con las prdidas sufridas en el primer da de los asaltos
aerotransportaclos precedentes, pero siguen siendo muy superiores a las bajas
de las unidades que atravesaron el
Rhin en un asalto anfibio. Dos divisicl
nes americanas, por ejemplo, solamente perdieron 41 muertos, 450 heridos y
siete desaparecidos. Tampoco se consigui, con la participacin de paracaidistas y planeadores, una mayor profundidad apreciable en la cabeza de
puente de Wesel que la conseguida en
otros puntos que no dispusieron de la
asistencia aerotransportada.
Era discutible, en verdad, y seria obieto de graves dudas, la necesidad y
justificacin del esfuerzo masivo, en
rsta fase de la guerra, que el mariscal
Montgomery mont para el paso del
Rhin; estas sospechas estuvieron en las
mentes d~ uiiva pocos de los ms quisquillosos crticos, frente al regocijo que
acompa al xito -de la operacin.
"Mi queriao general -dijo el primer
ministro Winston Churchill a Eisenhower, cuando ambos presenciaban desde
la orilla izquierda del Rhin el espectacular asalto aerotransportado-:
los
alemanes han sido ya vencidos; les hemos ganado. Hemos terminado con
ellos".

*a&

Misin
de las fuerzas

oerotrunsportadas
Al tiempo en que tena lugar la Operacin Varsity, el general Brereton y
su estado mayor del Primer Ejrcito
Aerotransportado Aliado seguan buscando la oportunidad de una autntica
operacin estratgica aerotransportada.
Por un momento creyeron haberla encontrado en la Operacin Arena, que se
propona poner en tierra entre seis y
diez divisiones por medio de paracadas, planeadores y aviones, en las proximidades de Kassel, a unos ciento setenta kilmetros del Rhin, coincidiendo
con la penetracin de las fuerzas Aliadas desde las cabezas de puente establecidas al otro lado del ro Rhin. Una
vez que las tropas aerotransportadas
aseguraran una cabeza, las divisiones
del ejrcito de tierra aterrizaran en
aviones de transporte y ocuparan las
tierras altas de los confines orientales
del distrito industrial del Ruhr, cooperando al cerco de la regin. Los planes
llegaron hasta precisar la fecha del 1 de
mayo para su realizacin, pero el cuartel general de Eisenhower desaprob
el proyecto. Los ejrcitos avanzaban
sobre el terreno a una velocidad tal
que no necesitaban de la ayuda aerotransportada. Otro plan que tampoco
se llev a la prctica fue el de apoderarse de Berln si la resistencia alemana se derrumbaba sbitamente.

De esta suerte, la Segunda Guerra


Mundial terminara con solamente dos
operaciones estratgicas aerotransportadas: Creta y Birmania, aunque esta
ltima, desde un punto de vista estricto, no fuera una verdadera operacin
aerotransportada.
El objetivo de casi todos los ataques
aerotransportados fue da carcter tctico, y estuvo dirigido sobre todo a la
ocupacin, la conservacin o el aprovechamiento, del modo que fuere, de
unos objetivos tcticos con el fin de
colaborar al avance de las fuerzas terrestres o navales. Esta fue la finalidad
de las limitadas operaciones japonesas
en el Pacfico; de las alemanas en Noruega, en Holanda, en el fuerte de
Eben Emael y en Salnica; de las soviticas en Vyazma y en el Dnieper; de
las aliadas en Sicilia. en Nadzab. en
,
Normanda, en la isla 'de ~ o e m f o o r en
Corregidor. en el Sur de Francia. en
~olanYda, en los montes de ~ a ~ a i t a ~
en Wesel y en Rangn. En casi todas
ellas las tropas aerotransportadas tuvieron una misin secundaria, como la
de impedir o retrasar la llegada de los
refuerzos enemigos.
Tales fueron los objetivos de otro
proyecto que no se llev a la prctica:
el lanzamiento de dos divisiones norteamericanas a fin de contribuir al paso

del Rhin por parte del Sptimo Ejrcito estadounidense. Su jefe, el teniente
general Alexander M. Patch, decidi por
fin que la cabeza de puente podra conseguirse a un precio mucho ms bajo
mediante un repentino asalto anfibio
Por sorpresa, en lugar de esperar una
semana o diez das, que habra sido el
tiempo necesario para aprestar las divisiones aerotransportadas.
Otro tipo de operaciones se dirigieron especficamente a la detencin de
los movimientos enemigos o al embolsamiento de sus tropas, como el asalto
alemn en Corinto y el de las Ardenas,
el de los americanos en Avellino, el
ingls al Norte de Roma v la operacin
final de los americanos en Luzn. Los
aliados prepararon otras acciones de
esta clase durante la retirada alemana
de Francia en el verano de 1944, pero
en todos los casos por tierra las columnas llegaron antes a sus objetivos; o
bien los puntos seleccionados no estaban situados bastante alejados del
frente o bien las tropas aerotransportadas tardaban demasiado en su preparacin. La ltima operacin proyectada en Europa persigui una finalidad
semejante: la 13 Divisin Aerotransportada estadounidense deba lanzarse al
Sudeste de Stuttgart en abril de 1945,
para impedir la retirada enemiga, pero
las tropas terrestres llegaron antes al
objetivo. Con esto, la 13 Divisin Aerotransportada mandada por el general
de divisin Eldridge G . Chapman, que
haba sido jefe del primer batalln
americano de desembarco areo, qued
condenada a la sospechosa distincin
de ser una de las dos divisiones norteamericanas que nunca entraron en combate durante la Segunda Guerra Mundial, y la nica divisin aliada en el
teatro europeo que no llev a cabo ninguna misin.
Otras operaciones estuvieron enfocadas hacia la ocupacin de aerdromos;
tales fueron las de los alemanes en Noruega, en Holanda y en Creta; de los
rusos en diversas ocasiones, as como
varios lanzamientos norteamericanos y
britnicos en el Africa del Norte; de
los estadoynidense en Nadzab y en la
isla de Noemfoor, y de los britnicos en
Atenas. Algunas inttrvenciones se dirigieron a objetivos pequeos y claramente especificados, como la italiana
en la isla de Cefalonia, la alemana en
Leros y la inglesa en Cos. Otras muchas ne pasaron de ser incursiones: las

inglesas en Apulia, en Brunval y en el


intento de destruir las instalaciones de
agua pesada de Noruega, las norteamericanas en la parte Oriental de Tnez,
las alemanas en el rescate de Mussolini,
las dos japonesas en Leyte y la americana en el campamento de Los Baos,
cerca de Manila.
Muy especialmente en Francia y en
Rusia, pero tambin, aunque en menor
medida, en otras zonas de Europa y en
Asia, ciertas unidades aerotransportadas se dedicaron a ayudar a las fuerzas
de la resistencia; tambin en la zona de
Vercors los alemanes emplearon tropas
en planeadores para colaborar en la lucha contra las guerrillas. Otros lanzamientos, como los refuerzos trasladados a cabezas de puente de Sicilia y
de Salerno, pretendan aliviar la apremiante situacin de las tropas de desembarco naval. Otro lanzamiento peculiar tuvo lugar en Bastogne, donde un
grupo de exploradores cay a tierra
como medida previa para abastecer por
los aires a unas fuerzas cercadas.
Aparte del papel estratgico encaminado a la apertura de un puente areo
ms all de las lneas enemigas, tanto
los aliados occidentales como los rusos
v sus adversarios utilizaron las tropas
aerotransportadas para casi toda clase
concebible de operaciones, siempre que
guardasen proporcin con el estado en
su momento del transporte areo. En
Birmania, por ejemplo, se puede decir
que se intent capturar las instalaciones del mando enemigo, o al menos paralizar su cuadro de mandos, sus comunicaciones y sus abastecimientos, aunaue operaciones con estos objetivos
concretos no volvieron a repetirse. Las
~ r i m e r a sacciones alemanas, adems,
pueden asimismo concebirse como enfocadas a sembrar la confusin y el desorden entre el personal civil y -militar.
Para los norteamericanos y britnicos, las tropas aerotransportadas deban ser retiradas del campo de batalla tan pronto como establecieran contacto con las fuerzas terrestres o con
las de desembarco martimo, pero desgraciadamente la prctica fue distinta
en muchas ocasiones. Esta prctica implicaba el riesgo, por no decir el defecto, de todas las fuerzas selectas; el
de que, una vez envueltas o, incluso,
desde el instante en que estn disponibles, los mandos atosigados de la infantera caen en la tentacin de utilizarlas como fuerzas regulares terres-

tres y se oponen a prescindir de ellas.


La lista de estas violaciones de la teora es bastante larga: en ella se inscriben la 1." Brigada de Paracaidismo inglesa y el batalln norteamericano del
coronel Raff en Africa del Norte; la
1." Divisin Paracaidista en Italia; la
Primera Fuerza de Servicios Especiales
y el 504 de Infantera Paracaidista, en
la cabeza de puente de Anzio; las divisiones 6.', 82 y 101, en Normanda;
las 82 y 101 despus de la Operacin
Market; las 17, 82 y 101, en las Ardenas; el 503 de Infantera Paracaidista,
en Corregidor; y la 11 Divisin Aerotransportada en la campaa de Filipinas. La mayor parte de las bajas de
estas unidades acaecieron durante sus
prolongadas intervenciones como tropas terrestres.
Esta misma situacin 'se les planteaba a los comandos britnicos y a los
rangers norteamericanos, y en todo
caso las implicaciones eran bastante
graves. Por qu malgastar largas y
costosas horas en el entrenamiento y
equipo especializados, para luego exponer a estos hombres a las prdidas elevadas de una misin convencional?
Para qu aceptar voluntarios que normalmente no pasarn de soldados rasos en unidades escogidas, si podran
llevar a cabo funciones ms valiosas
como suboficiales en otras fuerzas menos selectas?
Con ello no quiere decirse que en
caso de verdadera necesidad no deban
emplearse estas unidades selectas nada
ms que para las misiones en que se
hayan adiestrado. Como eran unidades
ligeras, de gran movilidad, la 1." Divisin Aerotransportada, en Tarento, y
las 17, 82 v 101 en las Ardenas sirvieron admirablemente en misiones repentinas en las que la velocidad era un
elemento vital. Sin embargo, debemos
recordar que 2.000 bajas en una unidad
selecta son prdidas mucho ms graves que 2.000 en una unidad normal, en
la que las sustituciones pueden efectuarse con menos gasto de tiempo y
de equipo. Incluso en los Estados Unidos, con una vasta reserva humana, el
canal que distribuye estos voluntarios
selectos puede terminar agotndose.
Tal vez el problema ms grave con
que se enfrentaron durante la guerra
las tropas aerotransportadas - c o n inclusin de las rusas, las alemanas y las
laponesas- fue el de la escasez de aviones de transporte y de pilotos debida-

mente entrenados. El problema era


fundamentalmente de prioridades, y las
fuerzas aerotransportadas rara vez rerultaron favorecidas. Fueron comprens i b l e ~las deficiencias, en las fases iniciales de la contienda, de los pilotos
aliados - e n Africa del Norte y en Sicilia, por ejemplo-, pero ms adelante,
cuando se dispona de nmero suficiente de pilotos y de aviones, las demandas formuladas a los primeros en el
transporte de carga area dificultaron
seriamente los entrenamientos combinados y contribuyeron directamente a
la diseminacin que predomin en muchas operaciones.
Los norteamericanos, por su lado,
nunca dieron solucin al problema de
los pilotos de planeadores, una vez llegados al suelo; los ingleses los entrenaron para realizar ciertas misiones rudimentarias en tierra, agrupndolos en
una unidad a la que se encomendaban
determinadas tareas bsicas. Los pilotos de los planeadores americanos, o
bien se unan por propia voluntad a
las agrupaciones aerotransportadas, o
bien recorran sin objetivo algunos el
campo de batalla, a la espera de establecer contacto con las unidades terrestres.
Otro problema con el que se tropezaba era el de la incapacidad de las
tropas aerotransportadas para enfrentarse en lucha igual con los carros de
combate enemigos. El can anticarro
americano de 75 mm., que tena que ser
remolcado, y su equivalente ingls, eran
muy vulnerables a causa de su escasa
movilidad; ambos, adems, tenan que
depender de disparos a corta distancia
v bien dirigidos, si queran producir
efecto en carros como los Panther
(Mark V) y el Tiger (Mark VI). Las armas individuales anticarros -el bazooka norteamericano y la PIAT inglsresultaban eficaces a corta distancia y
si hacan blanco en lugares vulnerables,
pero eran ms bien de emergencia y no
constituan una autntica defensa contra las unidades acorazadas. Las tropas
aerotransportadas tendran que depender de la artillera y del cazabombardero, que en el mejor de los casos son
armas anticarros imperfectas. En esta
fase de la utilizacin de tropas aerotransportadas, el arma mejor habra
sido otro carro de combate de la misma envergadura y potencia de fuego,
pero era imposible transportarlo por
aire. Los alemanes solamente emplea-

ron los carros, en nmero apreciable,


contra los ingleses en Arnhen, y los resultados fueron desastrosos para las
unidades aerotransportadas; era precisamente la amenaza de las unidades
acorazadas la que se esgrima como
uno de los argumentos principales contra la organizacin en Europa de una
operacin estratgica aerotransportada.
Aunque la Operacin Market se decidiera fuese nocturna -el cambio de
planes que result muy beneficioso-,
las prdidas sufridas por el fuego antiareo en la Varsity, en la que no exista
el factor sorpresa, convencieron a muchos de que la solucin no estaba en el
ataque diurno. Con la sola excepcin de
los problemas planteados por los caones antiareos aliados en Sicilia, casi
todas las operaciones nocturnas importantes habran sufrido menor diseminacin si los pilotos hubieran estado mejor preparados y el equipo explorador
disponible ms perfeccionado. Por otro
lado, las bateras antiareas, controladas por radar, gozaran de poca ms
ventaja a la luz del da, con lo que los
cazabombarderos y la artillera podran
llevar a cabo una misin ms efectiva
contra las instalaciones antiareas. Es
verdad que a la luz del da es ms fcil
el agrupamiento de los que llegan al
suelo. En otras palabras, y para conclur, se puede afirmar que la experiencia de la Segunda Guerra Mundial
dej sin solucionar el problema de la
eleccin, en el ataque aerotransporta.
do, entre el da y la noche.
En la contienda, a pesar del nmero,
importancia y consecuencias de los ataques aerotransportados, se puede decir
que slo fue decisivo el de Creta, como
nico ataque de este tipo totalmente independiente; con ello se suscita la pregunta de si estas unidades son o no
esenciales en las fuerzas del ejrcito
moderno, o si ms bien no pasan de
ser un lujo.
Los ataques aerotransportados alemanes en Noruega y en Holanda desde un
Dunto de vista psicolgico, debilitaron
'al adversario y ciertamente aceleraron
el xito alemn, pero las fuerzas terrestres alemanas eran entonces tan superiores que la misma meta podra haber
sido alcanzada con medios convencionales, con poca diferencia en cuanto al
tiempo. En todos los casos, fueron las
tropas desembarcadas por mar las que
sellaron la victoria.
El asalto aerotransportado en Sicilia

multiplic la confusin de los mandos


alemanes v posiblemente retras el contraataqueWc6ntraun sector de la cabeza de puente americana, pero, aun contra la opinin del general Student, no
se puede llegar a la conclusin de que
el asalto anfibio habra fracasado de no
ser por la colaboracin de aquellas unidades. Por espectaculares que resulta.
ran los refuerzos aerotransportados
norteamericanos enviados a Salerno,
lo cierto es que las fuerzas de tierra
ya haban derrotado el contraataque
alemn que haba provocado el envio
de los refuerzos, varias horas antes de
la llegada de stos.
Ninguno de los asaltos aerotranportados japoneses fue tampoco decisivo,
ni siquiera importante. Aunque el uso,
ue los aliados hicieron de estas unidaes en Birmania contribuy a la captura de Myitkyina, la terminacin favorable de la campaa se debi sobre todo
al desembarco areo de las tropas regulares en el aerdromo de dicha ciudad.
Los lanzamientos cerca de Caen y
detrs de la playa "Utah" contribuyeron brillantemente al xito del Da-D
en Normanda, porque impidieron la
llegada de una divisin de reserva alemana para reforzar a los defensores de
la costa. En todo caso, todas las unidades anfibias desembarcadas en las
otras playas con gran xito, sin haber
contado con la ayuda aerotransportada
de que "Utah" dispuso, y a pesar de la
tenaz resistencia alemana en la de
"Omaha". La facilidad con que se invadi el Sur de Francia es prueba de
que tambin se podra haber hecho sin
la asistencia aerotransportada. En la
zona del Pacfico muy pocos asaltos anfibios gozaron de su cooperacin, aunque con ello no se quiere decir que
habran sido igualmente difciles si las
unidades aerotransportadas hubieran
intervenido; es cierto que los lanzamientos de Corregidor faciltaron la invasin anfibia, aunque no podamos
creer que sin ellos la operacin hubiera terminado en el fracaso.
La Operacin Market estuvo a punto
de realizar el paso del Rhin, que habra tenido consecuencias insospechadas; de cualquier modo, contribuy
grandemente al aseguramiento de los
puentes sobre el Mosa y el Waal. No
consigui su objetivo primario, como
era colocar a las tropas inglesas en posicin de flanquear la Lnea Sigfrido y

de emprender la marcha por la llanura


septentrional alemana, que habra sido
premio merecido para las prdidas sufridas. Tampoco la Operacin Varsity
era imprescindible para el paso del
Rhin por los ingleses.
Se ha de llegar a la conclusin de
que las fuerzas aerotransportadas, tal
como fueron utilizadas en la Segunda
Guerra Mundial, constituyeron un lujo,
ciertamente espectacular, impresionante, a veces muy til, como a veces sucede con los lujos, pero, a fin de cuentas,
eso: un lajo. Los gastos del entrenamiento de estas tropas especializadas,
los recursos que demandaban frente a
otras prioridades, los mandos que las
unidades convencionales perdan porque se encauzaban hacia esas unidades
selectas y altamente calificadas y el
coste del equipo especial, como eran
los aviones, los planeadores y los paracadas, son todos factores que han de
tenerse en cuenta al juzgar los resultados.
El mismo argumento de que la mera
existencia de estas tropas obligaba al
enemigo a dispersar sus recursos y sus
reservas, con el fin de proteger sus instalaciones vitales, se hace totalmente
inadmisible; slo en dos casos se prepararon los alemanes contra el asalto
aerotransportado: destacando una divisin detrs de la que sera playa "Utah"
v emplazando artillera antiarea para
oponerse a la Operacin Varsity. Lo
mismo cabe decir de los japoneses y
los aliados en la zona del Pacfico y
en el Extremo Oriente; en Rusia, los
alemanes preparaban la defensa de las
instalaciones de la retaguardia, no contra las tropas aerotransportadas, sino
contra los ataques de los guerrilleros.
Por otro lado, el hecho de que estas
unidades se convirtieran en "artculo de
lujo" pudo deberse al modo como los
iefes aliados las utilizaron. Los resultados decisivos habran derivado del uso
de un criterio estratgico, en lugar del
tctico; la prioridad durante la guerra
la consiguieron las acciones desarrolladas en tierra o en el aire, incluso los
bombardeos estratgicos y el abastecimiento por los aires de las tropas de
tierra; los jefes militares mostraban,
por tanto, su oposicin al ataque aerotransportado, que casi siempre exiga
unos recursos que podan ser utilizados
en operaciones ms convencionales. A
la victoria final podra habrr contribuido mejor un criterio opuesto, que

dejara de considerar las tropas aerotransportadas como algo auxiliar.


Desde la Segunda Guerra Mundial los
norteamericanos han llevado a cabo
tres operaciones aerotransportadas de
importancia, dos en Corea y una en Vietnam. En todos los casos, sin embargo,
parece que fueron montadas por el simple hecho de tener disponibles estas
fuerzas, y no porque su intervencin
fuera esencial o necesaria. En las circunstancias especiales de la situacin
actual en Vietnam, donde el enemigo
carece de armas antiareas avanzadas,
a nivel de unidades operativas el asalto en helicptero sustituye al aercl
transportado. No se puede adivinar
el uso futuro de las unidades aerotransportadas, sobre todo con los progresos
tcnicos de la capacidad antiarea.
Tampoco es posible dejar a un lado
el avance revolucionario del asalto aerotransportado, porque sera tanto como
negar al hombre la capacidad para vencer casi todos los obstculos. Aunque
el planeador fuera abandonado poco
despus de la Segunda Guerra Mundial,
a causa de la gran proporcin de bajas
sufridas al tomar tierra, {no cabra un
tipo de planeador equipado con un motor, para aprovechar la ventaja de la
marcha silenciosa al mismo tiempo que
el de su impulsin por medios propios
para. el caso de un aterrizaje de emergencia? No podran lanzarse las tropas
'aerotransportadas en vehculos protegidos contra las presiones, desde aviones -como el B-52, norteamericanoque vuela tan alto que escapa al alcan.
ce de la vista y el odo?
Si Benjamin Franklin pudo preveer
en 1784 el tipo de operacin aerotransportada que tuvo lugar en la Segunda
Guerra Mundial, quin va a estar seguro en 1973 de que no puedan realizarse espectaculares progresos futuros en
esta modalidad de ataque?

A l publicar la coleccin Historia de l a Segunda Guerra Mundial, la


itorial San Martn e m ~ r e n d euna empresa apasionante y sin precedentes en el mercado del libro de bolsiilo: analizar minuciosamente un
acontecimiento de proporciones tan inmensas como la 11 Guerra Mundial y ofrecer al pblico e l resultado de tal anlisis en la forma de amenos volmenes, imparcial y rigurosamente escritos y complementados
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clara y lcida. La coleccin est formada por cinco series: Batallas,
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Afrika Korps, Sicilia o Rusia; Armas, como submarinos, aviones, armas
secretas alemanas, fuerzas acorazadas, etctera; Personajes, como Skorzeny y Patton; Polticos, como Conspiracin contra Hitler.
Escritores y expertos de todas las nacionalidades han contribuido
con sus obras a esta importantsima serie, utilizando las fuentes de
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ingls; la importantsima editorial Ullstein, de Alemania; Sado-Opera
linundi, de Bruselas; Novosti, de Mosc. Todos ellos han puesto sus
archivos a disposicin de nuestro equipo editorial. Adems, se han
examinado cientos de colecciones fotogrficas privadas de toda Europa, obtenindose as ilustraciones hasta ahora totalmente inditas.
Librera Editorial San Martn se enorgullece de presentar al pblico de habla espaola esta serie, que edita conjuntamente con grandes firmas norteamericanas, inglesas, francesas, alemanas e italianas.

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1

Air Assault: The Development of Air Mobility, John R. Gavin (Hawthorn Books,
Nueva York).
Sicily and the Survender of Italy, Teniente Coronel Albert N. Garland y Hovlrard
M. Smith (Government Printing Office, Wshington).
Airborne Warfare, James M . Gavin (Association of the US Army, Wshington).
Those Devils in Baggy Pants, Ross S. Carter (Signet, Nueva York).
The Battle of Arnhem, Christopher Hibbert (Batsford, Londres).
Arnhem, General de brigada RE Urquhart (Cassell, Londres).
The Red Beret, Hilary St. George Saunders (Four Square Books, Londres).
Airbone Operations, James Huston (sin publicar; preparado por la Office o f the
Chief of Military History, Department o f the Army).
Rendezvous with Destiny: A History of the lOlst Airbone Sivision, Leo1
Rapport y Arthur Northwood Jr. (10lst Airborne Division Association, Gr
ville).
The Mighty Endeavour, CB Macdonald (Oxford University Press, Nueva York).
The Bvereton Diaries, Teniente general Lewis H. Brereton (William Morrow,
Nueva York).

BATALLAS

Rojo

Pearl Harbour, por A. J. Barker


La Batalla de Inglaterra, por Edward Bishop
Kursk, por Geoffrey Jukes
Golfo de Leyte, por Donald Macintyre
Stalingrado, por Geoffrey Jukes
Midway, por A. J. Barker
Da-D, por R. W. Thornpson

'

ARMAS

Azul

Armas Secretas Alemanas, por Brian Ford


Gestapo SS, por Roger Manvell
Comando, por Peter Young
Luftwaffe. ~ o Alfred
r
Price
Armas suicidas, por A. J. Barker
Lanchas Rpidas, por Bryan Cooper
La Flota de Alta Mar de Hitler, por Richard
Hurnble

Paracaidistas en Accin, por Charles M;


donald
Armas Secretas Aliadas, por Brian Ford
PERSONAJES Morado
Patton, por Charles Whiting
Otto Skorzeny, por Charles Whitlng
CAMPAFlAS Verde
Afrika Korpsg por Kenneth Macksey
Bombardeo de Europa, por Noble Frankland
Fuerzas de Choque del Desierto, por Arthur Swinson.
POLITICOS

Negro

Conspiracin contra Hitler, por R. Manvell

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