Articulos Sobre Custodia
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COMPARTIDA
A LA SOMBRA DE LA STS 257/2013: LTIMAS SENTENCIAS DEL
TRIBUNAL SUPREMO SOBRE CUSTODIA COMPARTIDA
Martes,04 de Marzo del 2014
Pocas veces nos hemos encontrado con una produccin tan prolija por parte de
nuestro Tribunal Supremo en una cuestin determinada. Desde luego, en
materia de Derecho de Familia, no nos consta. Que en menos de un ao se
haya definido por nuestro Alto Tribunal como lo ha hecho un concepto como el
decustodia compartida de forma tan ntida, no haba ocurrido nunca
La STS 257/2013, al sentar doctrina respecto a la custodia compartida, ha
cambiado de forma radical la perspectiva del Derecho de Familia. Y, las
sentencias que han venido despus, no ha hecho sino confirmar esa corriente
doctrinal pacfica. Parece que se ha superado ampliamente el debate respecto
a cul es el mejor sistema que puede fijarse a unos nios afectados por una
ruptura familiar: ese sistema es el de custodia compartida, que es un derecho
de los nios a ser educados, criados y amparados por su padre y por su madre
y que tendr que aplicarse siempre que sea posible y en tanto en cuanto lo
sea. La norma general, para nuestro Tribunal Supremo, es la guarda conjunta.
A la sazn de la STS 257/2013 se han dictado otras resoluciones que siguen la
corriente jurisprudencial pacfica. Y, a finales del pasado ao, la produccin fue
an superior. Nos encontramos en Noviembre y Diciembre con tres
resoluciones que no han hecho sino asentar, ms si cabe, el concepto
custodia compartida como modelo preferente. Intentaremos sintetizar el
contenido de las mismas brevemente a continuacin:
1) STS 757/2013 DE 29 DE NOVIEMBRE
Con esta sentencia nuestro Tribunal Supremo sigui puliendo los distintos
elementos que deban valorarse a la hora de fijar el mejor escenario postruptura para unos menores. En este caso, analiz uno de los clsicos
argumentos por los que la custodia compartida sola ser denegada, como era la
relacin que los progenitores tuvieran entre s.
Tradicionalmente, y cuando se consideraba a la custodia compartida como algo
excepcional, era muy tpico que se indicara en cualquier resolucin de Familia
que ambos progenitores reunan similares posibilidades de atencin para con
sus hijos, que contaban con disponibilidad familiar y laboral, con medios
econmicos, que sus domicilios estaban prximos Pero cuando se llegaba al
punto de la relacin entre los progenitores, si est no era idlica, el que se
fijara una custodia compartida de forma contenciosa era poco menos que una
quimera. No dejaba de ser contradictorio que se exigiera una cohesin similar a
la que podra tenerse en una familia a dos personas que, justamente por no
De las tres sentencia hoy analizadas, tal vez sea que menos novedoso diga.
Probablemente, no aporte nada diferente a la STS 257/2013, toda vez que
recoge plenamente su argumentario. Pero, parece ser que nuestro Tribunal
Supremo se est acostumbrado a que, en cada resolucin de casacin, nos
deje alguna perla atractiva con la que seguir puliendo el diamante de la
custodia compartida. En este caso, lo encontramos en el Fundamento Jurdico
Segundo:
Abogado
limitaciones del uso del domicilio conyugal o la exigencia de liquidar los bienes
en comn, puedan permitir que los conflictos judiciales se vean minorados.
http://www.malagahoy.es/article/opinion/1721904/la/traida/y/llevada/custodia/c
ompartida.html
http://custodiapaterna.blogspot.com.es/2014/03/la-traida-y-llevada-custodiacompartida.html
la violencia -tanto verbal como fsica- es ejercida por ambos sexos, y que en la
otra mitad restante, la violencia es perpetrada, en partes iguales, tanto por la
mujer como por el hombre. A estos resultados de igual responsabilidad entre
hombres y mujeres, e igual inclinacin hacia la violencia como forma
disfuncional de afrontar el conflicto, llegan multitud de estudios cuando la
metodologa utilizada carece de sesgos, prejuicios y, en definitiva, es cientfica.
Por ejemplo, estas ltimas son conclusiones expuestas en el reciente IV
Congreso Espaol de Victimologa, en la ponencia del reconocido profesor de
sociologa, fundador y codirector del Laboratorio de Investigacin de la Familia
de la Universidad de New Hampshire (USA) Dr. Murray A. Strauss. Sin embargo,
lo llamativo y preocupante no es que concepciones absolutamente errneas
hayan sido popularizadas por determinados lobies poltico-ideolgicos, sino que
estos mismos prejuicios, hayan trascendido los lmites no tan slo del Derecho,
en leyes de controvertida constitucionalidad, sino del mismo quehacer
cientfico en el mbito de las pericias psicolgicas y forenses, como ha venido a
suceder en nuestro pas, contaminando mtodos y conclusiones de
investigacin. En el ejercicio de nuestra profesin, hemos podido encontrarnos,
y no de manera puntual, sino reiteradamente y como parte de un sistema, con
un intenso vector de criminalizacin del varn, sesgo que ha llegado a
extenderse a la propia investigacin pericial psicolgica y forense, y que
partiendo de una carencia de rigor y mtodo cientfico, ha venido a avalar, a
travs de la reconstruccin justificativa del prejuicio, dictmenes con graves
consecuencias para los justiciables y sus entornos, como, en mejor momento, y
posibilidad de mayor extensin, podr acreditarse. No obstante, sirva de
ejemplo, en el mbito civil de la atribucin de la custodia de los hijos, la
invocacin de la misma circunstancia, interpretada en negativo para el hombre
y positivo para la mujer; por ejemplo, si la mujer no trabaja, la interpretacin es
disponibilidad plena para la atencin de los hijos, si el que no trabaja es el
varn, este ofrece un modelo no productivo e inconveniente para la educacin
de los hijos-. La inmediata consecuencia: el alejamiento sistemtico de la
figura paterna de la vida de los hijos, con todo el sufrimiento personal, para
menores y adultos, y las graves consecuencias sociales que ello tendr a
medio y largo plazo para buena parte de una generacin que ha sufrido la
imposicin institucional de la satelizacin de la figura del padre, con todas las
carencias en la socializacin que ello conlleva. En el mbito penal, tambin
recuperamos como ejemplo de sesgos acientficos, casos donde el imputado en
supuestos de violencia de gnero, era obligado por el forense a responder, con
un S o un No a un test orientado supuestamente a identificar
maltratadores, que contena preguntas del tipo Las denuncias de maltrato que
hacen las mujeres son falsas, de tal manera que una respuesta afirmativa era
indicativo forense de perfil de personalidad violenta, machista y por tanto
maltratadora, pero, advirtase, que la respuesta en negativo no dejaba en
mejor lugar al justiciable, ya que ste podra venr a reconocer que la denuncia
que l mismo sufra tambin deba ser cierta. Este Test, carente de todo