El Poder en Las Instituciones
El Poder en Las Instituciones
El Poder en Las Instituciones
Con esa finalidad, los Estados nacionales modernos fueron conformando sistemas
educativos que tendieron a incluir a la totalidad de la poblacin en su niez y
adolescencia. Estas construcciones sociales resultaron sumamente complejas y para
administrarlas fue necesario crear un numeroso cuerpo de burcratas.
La escuela forma parte del Sistema Educativo y recibe de l reconocimiento y, en
muchos casos subsidios. Por ello EL Ministerio, que administra el Sistema en su
conjunto, es un referente fundamental a la hora de tomar decisiones. Dentro de la
Escuela no pocas veces algunos hacen valer el poder que les otorga el tener
contactos o conocimiento2 de cmo son las cosas en El Ministerio, que es visto en
algunas ocasiones como una realidad lejana e incompresible, a la manera del El
Castillo de Kafka.
Esta fuente de poder disminuye drsticamente en la medida en que son ms los
miembros de la institucin que les han perdido el miedo al Ministerio por haber tenido
contacto directo con l. No debe extraar, por tanto, que algunos directivos dificulten
ese contacto directo para conservar el poder que les otorga ser los nicos que
interactan con l.
El prestigio profesional
En toda institucin, el miembro que se destaca por su capacidad, su competencia y su
titilacin en la tarea que constituye la razn de ser de la misma adquiere un alto
prestigio profesional, y esto le permite tener una voz preponderante.
La Escuela se presenta como el mbito ms apropiado para transmitir conocimientos.
Dentro de ella, tener un alto nivel de conocimiento en el rea especifica, o incluso una
gran cultura general, da prestigio y poder al docente. Su palabra es ms escuchada
por autoridades, colegas y alumnos.
De modo inverso, cuando los dems miembros de la comunidad educativa captan que
el docente no rene los conocimientos considerados mnimos en su rea, o que
carece de una cultura general bsica, su prestigio desciende notoriamente y con l el
peso de su palabra.
Ahora bien, si nos guiamos por lo que afirman autores como Foucault o Bernstein,
podemos poner en duda que la tarea especifica y la razn de ser de la Escuela sea la
formacin intelectual. Bernstein afirma que el discurso instruccional ocupa un
segundo plano frente al discurso regulativo en las instituciones educativas,
especialmente en las nivel primario y secundario. Por su parte, como vimos en la
introduccin, Foucault sostiene que el poder disciplinario, que busca formar individuos
mediante el dominio del cuerpo, es la clave de bveda de las escuelas.
Si relacionamos los prrafos anteriores desde esta nueva perspectiva, podremos
comprender por qu a veces un profesor tiene prestigio a pesar de su mediocre nivel
intelectual: porque maneja muy bien los grupos, porque sabe llevar una clase,
porque en su hora no vuela una mosca, porque los chicos lo quieren y lo respetan,
etc.
De modo inverso, un docente con un altsimo nivel intelectual puede perder el prestigio
que esa misma formacin le otorga por su escasa capacidad para imponer la
disciplina.
La capacidad de liderazgo
El liderazgo es un fenmeno estudiado, discutido y recocido por todos, que se hace
presente en toda agrupacin humana, desde las ms pequeas hasta las ms amplias
( lase el caso de lderes mundiales, tales como el recordado Juan Pablo II).
El lder mueve como causa final, mueve por adhesin. Su figura, su palabra, a veces
su sola presencia, despiertan en sus seguidores el deseo de entregarse en pos de una
tarea. Por lo general el lder encarna y trasmite un valor, o una escala de valores. Es
portador de un proyecto de amplio alcance y convoca a la renuncia y el esfuerzo en
pos de su realizacin. Es capaz de aunar voluntades detrs de una meta colectiva y
esa capacidad le otorga un poder proporcional al grado de adhesin que genera y al
nmero de personas que convoca.
Todas las grandes instituciones educativas, tanto de gestin privada como de gestin
estatal, han tenido en su proceso de fundacin una figura convocante de gran
capacidad de liderazgo. As Sarmiento, para el Sistema Educativo Argentino, o Juan
Bosco, el Sistema Preventivo y tantos otros lideres que supieron imprimir el sello del
liderazgo en cuestiones educativas.
Como sabemos la escuela es una realidad socialmente compleja. En ella interactan
mltiples actores. Conducir una institucin escolar hacia el logro de objetivos
superadores es una tarea que requiere, por parte de los directivos, una gran capacidad
de liderazgo. Quien tiene el carisma (Cfr. Max Weber) suficiente para captar la
adhesin del cuerpo docente, del alumnado y de los padres, adquiere gracias a ello un
poder que le permite afrontar importantes desafos.
Es muy difcil para una institucin comenzar y llevar a buen puerto un proceso de
transformacin contar con un liderazgo claro. El lder moviliza no slo la razn sino
tambin los afectos, genera adhesin, y ello propicia que las personas se involucren
en el proceso de transformacin no slo como espectadores sino tambin como
protagonistas que vibran por conseguir la meta fijada.
Por ello es fundamental que las aulas sean vidriadas. Si un directivo pasa por all debe
poder observar sin dificultad lo que ocurre en el aula.
El docente, desde su posicin de privilegio, debe poder mirar a todos y cada uno de
sus alumnos, y stos han de mirar tan slo al profesor, lo que no hace sino reforzar
tambin el control sobre este. Los patios deben ser amplios y carecer de recovecos. Y
el tiempo de recreo debe ser fijado con claridad por el timbre o campana, de modo que
sea fcil para cualquier miembro de la comunidad controlar con su mirada el mismo y
distinguir a quien se halle fuera de lugar.
As como el docente vigila a los alumnos con su mirada, de la misma manera es
observadazo constantemente por stos y se halla bajo su poder, ya que cualquier
desviacin en su conducta ser transmitida por los nios a sus padres o a las
autoridades, lo que traer consecuencias desagradables para l.
Las relaciones de poder dentro de la escuela, si bien son asimtricas nunca son
unidireccionales. Y as como el directivo encuentra el lugar de poder en su despacho y
el docente en el frente del saln, el alumno indisciplinado lo tiene en los pupitres del
fondo del aula.
El poder formal
La modernidad se ha caracterizado por el intento de someter a la razn la
organizacin poltica y social, desplazando a la tradicin como fundamento ltimo. La
ley se convirti as en la expresin suprema de esta racionalidad. El ciudadano ya no
se encuentra bajo la autoridad de un rey o de un caudillo sino bajo una norma con
pretensiones de universalidad (recordemos que la universalidad es la nota distintiva de
la razn)
En el mbito educativo, la legislacin nacional y jurisdiccional, as como los decretos y
reglamentos, conforman un cuerpo de normas que determinan formalmente los roles,
las funciones y las competencias de los distintos actores del Sistema Educativo en
general y de la Escuela en particular.
La capacidad para tomar decisiones sobre el ingreso, la permanencia e incluso la
expulsin de un miembro de la comunidad educativa, as como la capacidad para
determinar qu se ensear y de qu manera dentro de la institucin escolar est
establecida por la legislacin y la normativa jurisdiccional as como por el reglamento
interno de cada Escuela.
El ministro de educacin de la Nacin, el de la Provincia, el Supervisor, el Director, el
docente (dentro del aula), el preceptor (en el recreo y las horas libres), cada uno tiene
un mbito de poder, de atribuciones, formalmente determinado.
De todos modos, no siempre quien tiene formalmente el poder es quien lo ejerce
efectivamente. Las fuentes de poder antes nombradas intervienen presionando
implcita o explcitamente a quien debe tomar una decisin y en ms de una
oportunidad lo hacen con la fuerza suficiente como para imponerse.
Pensemos si no en los lmites que tiene el ministro en su accionar, por ejemplo, ante la
presin de los gremios docentes, o la Iglesia, o los medios de comunicacin social,
etc. Y qu decir del Director de una escuela, que ms de una vez deja de hacer lo que
sus convicciones le dictan para evitar conflictos con tal o cual docente, o con tal o cual
padre o, incluso, con algn alumno problemtico.
La tradicin
Entre las fuentes de poder, Max weber seala a la tradicin. En las sociedades
antiguas la tradicin era sagrada y deba ser conservada. Con la modernidad y su
pretensin de someter a la luz de la razn todo lo heredado de tiempos anteriores y
oscuros, la forma de dominacin racional-legal fue ganando terreno, aunque no logr
desterrar definitivamente a aquella.
Las instituciones educativas de nivel primario y medio son estructuras sumamente
conservadoras. En ella opera como argumento insalvable el siempre se hizo as.
Las prcticas que se han consolidado en el tiempo por su repeticin se tornan
sumamente difciles de cambiar, aunque los argumentos que las sostienen sean casi
nulos.
Esta tendencia conservadora es custodiada y transmitida por todos los miembros de la
comunidad educativa. El docente innovador no slo puede tener dificultades con los
directivos sino que, con toda probabilidad, recibir observaciones reprobatorias por
parte de sus colegas, de sus alumnos y de los padres de sus alumnos.
Cultura Administrativa
La racionalidad moderna ha dado especial preponderancia a la administracin, a la
optimizacin de los recursos, a la organizacin racional que conduce a la eficiencia y a
la eficacia mxima. Esto se ve en todos los mbitos. Hemos odo miles de veces decir
que un presidente o un buen gobernador no tendra que ser sino un buen
administrador. Dentro de la cultura administrativa, la autoridad formal basa su poder
en la razn y la ley, dejando en la penumbra otras fuentes de poder como son el
carisma, el proyecto, la visin.
Si la conduccin de una comunidad educativa es vista como una tarea meramente
administrativa es probable que en ella se otorgue especial importancia al papeleo
como modo de ejercer el poder y el control. As, las circulares tendern a multiplicarse,
se dejar constancia escrita de todo y se considerar una falta grave el no presentar
las planificaciones en tiempo y forma, el no llenar el libro de temas, etc. El
cumplimiento formal de las normas ser lo institucionalmente exigido y evaluado.
Cultura familiar
Un directivo con mentalidad familiar ejerce un control diferente sobre aquel que es de
su confianza que con aquel que no. No explicita con claridad sobre qu puntos se
centrar su evaluacin del personal docente y la misma es ms bien un concepto
general determinadas acciones previamente requeridas.
Siendo las relaciones primarias muy propicias para la intervencin de los efectos, en
gran medida depender el tipo de relacin que se establezca entre los actores de la
comunidad educativa del grado de madurez afectiva de los mismos. Un director
paternalista, en una escuela con cultura familiar, con fuertes rasgos de inmadurez
afectiva puede hacer mucho dao a las personas y a la institucin.
Cultura empresarial
La palabra empresa, emprendimiento, ha cobrado un valor inmenso desde los
inicios mismos del capitalismo. El empresario es una figura emblemtica de este
sistema. l rene valenta para asumir riesgos, audacia para hacer realidad con sus
pares y gobernar a sus empleados.
La escuela puede ser vista y vivida por sus miembros como una empresa que debe
alcanzar objetivos estratgicos optimizando el aprovechamiento de sus recursos.
Las escuelas de gestin privad se hallan ms propensas a adquirir esta mentalidad
que las de gestin pblica, aunque esto no es determinante.
Dentro de la cultura empresarial, el poder y el control se centrarn sobre los resultados
obtenidos. De esta manera, el directivo, o incluso el supervisor, no se limitaran a
revisar planificaciones o a controlar libros de temas sino que evaluarn a los alumnos
para ver el resultado del proceso y calificarn al docente segn el nivel de aprendizaje
logrado por sus alumnos.
De todos modos, como las relaciones dentro de una empresa con esencialmente
mquina de educar, perdiendo la riqueza humana del encuentro intersubjetivo. Si el
objetivo de la escuela no es slo instruir sino educar, es probable que una cultura
empresarial se muestre deficitaria para brindar una formacin integral.
Conclusin
Lo expuesto hasta aqu puede servir como disparador para abordar las problemtica
que suscita el poder en las Instituciones educativas.
Hemos prestado atencin cmo ejerce influencia el poder en las escuelas y cuales son
los criterios y fuentes que intervienen en las acciones educativas, a partir del cual
tendremos que entender al poder como servicio y no solamente con mecanismo
democrtico de control institucional.
Ciertamente sin una gran dosis de tica es difcil abordar el poder y mucho mas difcil
vivirlo.
Nuestras instituciones educativas saldrn de la crisis de poder y autoridad cuando
entendamos lo que aqu hemos planteado.
Como dice Foucault: El poder transita transversalmente, no est quieto en los
individuos". De all que el poder se construye da a da entre todos: directivos,
docentes, padres y alumnos.