El Siglo XIX Literatura Romantica - Eduardo Ianez
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Eduardo Iez
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prestigio perdido por parte de la clase aristocrtica y, sobre todo, en la filiacin de las
nuevas generaciones romnticas a determinadas formas de burguesismo; en algunos
pases especialmente desarrollados es el caso de Alemania, Inglaterra y Francia,
tal burguesismo va a dar lugar a la aparicin de nuevas formas de produccin artstica
como medio de expresin de una progresivamente mayor conciencia de la funcin de
intelectual en el seno de una sociedad conflictiva: de modo incipiente y confuso
durante este perodo romntico, asistiremos a los primeros enfrentamientos entre el
artista y la sociedad burguesa resultado, a su vez, de la condicin de artista libre
caracterstica del XVIII o, a veces, al enfrentamiento entre sectores de intelectuales,
cuya consecuencia ms inmediata ser la aparicin del Realismo decimonnico no ya
como tcnica literaria, sino como medio para expresar una decidida toma de postura
ideolgica del artista frente a su sociedad. Por lo que se refiere a los autores
romnticos, el recelo frente a un sistema poltico a cuya formacin o, al menos, a
su configuracin ideolgica ellos mismos han contribuido, se traduce en la
absoluta desconfianza para con una patria y una sociedad por las que no se sienten
comprendidos; es sintomtico, en este sentido, el hecho de que pocos fueran los
romnticos conformes con su propia situacin en suelo patrio; la denominacin de
emigrado se hizo usual en todos los pases europeos e incluso en Norteamrica,
como en Hispanoamrica la de proscrito, puesto que raro fue el autor que no
intentase superar, mediante la fuga a otras latitudes, su propia condicin: mientras
que los escritores nrdicos abandonaban su patria para incorporarse a formas de vida
mediterrneas, los meridionales huan al norte de Europa para ponerse en contacto
con frmulas de convivencia social ms avanzadas. En el caso de autores ingleses y
alemanes, los cuales no se trasladaban a ciudades meridionales impelidos por razones
polticas, sino simplemente anmicas, esta fuga hacia otras formas de civilizacin
responda a su necesidad de expresar de algn modo su rechazo de cualquier forma
de vida establecida.
La ms caracterstica de las formas de fuga del mundo circundante por parte de
los romnticos quiz sea la histrico-literaria; sin embargo, el historicismo no es tanto
una forma de evasin como, por el contrario, el resultado del compromiso con la
ideologa romntica, superando las formas de pensamiento racionalista bien en el
espacio con lo que aparece el tema extico: el Mediterrneo y Oriente, sobre todo
, bien en el tiempo con el caracterstico retorno a la Edad Media; en ambos
casos, tal fuga supona una mirada idealmente nostlgica al presente y al pasado y,
a travs de ellos, al futuro, as como la suspensin de las formas de pensamiento
racionalista y la puesta en funcionamiento de otras en las que la espiritualidad y la
sensibilidad primaban sobre el intelecto. Por ello, el afn historicista propio de los
escritores romnticos supuso un primer paso hacia una plena comprensin de la
historia como proceso dinmico: el pasado es, para el Romanticismo, germen del
futuro, y su conocimiento resulta inexcusable para la integracin de la historia
individual con la colectiva; de ah su inters no por los grandes hechos histricos,
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sino por la cotidianeidad del pasado, con lo cual la literatura romntica consigue
plasmar algunos de los mejores cuadros de la historia occidental; del mismo modo
que, desde esta perspectiva, la aparicin de diversas formas de costumbrismo y de
tradicionalismo literario tambin responde a la necesidad de analizar el presente a la
luz de la vida cotidiana y, sobre todo, a la luz de la vida del pueblo, verdadero motor
de la Historia.
Hasta aqu, hemos dejado de lado la cuestin de la mirada nostlgica que el
Romanticismo lanza hacia cualquier realidad: en su relacin tanto consigo mismo
como con lo otro, el autor romntico no puede dejar de sentir la nostalgia como forma
de conocimiento dinmico, puesto que enfrenta al yo con su propio medio a la vez
que tamiza la relacin entre el sujeto y el objeto: efectivamente, la nostalgia es el velo
necesario, la perspectiva ideal para la consideracin de cualquier realidad, puesto que
el mundo no puede ser analizado sino desde el yo y ste impone un modo
nostlgico filosficamente neoplatnico de considerar la realidad; todo es
susceptible de ser romantizado, como afirmara el poeta alemn Novalis, si se da a lo
ordinario un aspecto misterioso, a lo conocido la dignidad de lo desconocido y a lo
finito una significacin infinita. En definitiva, el idealismo irracionalista presupone
una fe que desbarata desde principios del XIX buena parte de los logros del
racionalismo moderno; aunque el Positivismo de la segunda mitad del XIX logre
recuperarlo para la ciencia y cierta corriente filosfica, lo cierto es que el
Romanticismo haba puesto ya las bases del idealismo irracionalista y espiritualista
que ha logrado derribar, hasta nuestros das, toda norma de comprensin del arte el
Arte como Fe ser magistralmente teorizado por Kierkegaard, el crtico del
Romanticismo: si desde el Clasicismo la Verdad haba sido Arte, a partir de la
ideologa romntica el Arte ser Verdad, puesto que la belleza es verdadera toda
belleza individual, sin norma ni medida, como efectiva profesin de fe
seudorreligiosa; aunque por medio quede el Realismo burgus decimonnico,
estamos, ya decididamente, en la lnea que nos lleva hacia las formulaciones del arte
del siglo XX, cuando el esteticismo sea, por fin, refugio ltimo del artista.
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1
Poesa romntica inglesa
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4. Keats
a) Biografa
John Keats naci el 31 de octubre de 1795 en Londres, hijo de un caballerizo de
postas que lo envi a un colegio de Enfield, donde vivan sus abuelos; con ellos se
educar desde 1804, cuando muere su padre, aunque al ao siguiente debe abandonar
el pueblo a causa de la muerte de su abuelo. En 1810 tambin su madre muere de
tuberculosis, quedando Keats y todos sus hermanos bajo la tutela de un comerciante,
quien decidi que John practicase como cirujano; ste, por el contrario, estaba ya
inclinado hacia el ejercicio de la literatura, animado en buena medida por su amigo y
condiscpulo Charles C. Clarke, que lo inicia en la lectura de buena parte de los
modelos romnticos: Shakespeare, Milton, Spenser y Tasso. Sin embargo, Keats no
renuncia a su vocacin mdica, y en 1815 se traslada a Londres para ejercer como
sanitario; mientras tanto sigue leyendo frecuentemente, ahora a los primeros
romnticos ingleses: Chatterton, Burns y Wordsworth.
Sus primeras publicaciones datan de esta poca, y se deben en buena medida al
apoyo recibido del periodista y literato Leigh Hunt, de The Examiner, tambin
Shelley confa en el joven poeta que ya ha abandonado su carrera profesional por
la literaria, pero su ayuda no basta y la publicacin de un primer libro de poemas
resulta en un rotundo fracaso; sin embargo, Keats ha logrado hacerse de un crculo de
influyentes amistades literarias: no slo Hunt, sino tambin Hazlitt, Wordsworth y
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2
La prosa inglesa en el Romanticismo
adems, por algunos ensayos de tema familiar en los que recrea a la perfeccin
motivos costumbristas que habran de desembocar en la gran escuela del Realismo
ingls.
b) Lamb
Precisamente en el gnero del ensayo familiar descoll otro de los grandes
prosistas romnticos ingleses, Charles Lamb (1775-1834), quien supo conjugar la
imaginacin libresca con el sentimentalismo y cierta retrica irnica muy
caracterstica de su ensayo; sobresale por sus Ensayos de Elas (Essays of Elia,
1820-1823) y sus ltimos ensayos de Elas (Last Essays of Elia), donde la amplia
galera de personajes es en realidad un trasunto del propio autor y de personas de su
mbito familiar y de amistades, de forma que la compleja personalidad del autor,
siempre presente en el ensayo, le confiere a ste una forma sinuosa alejada del tono
conversacional. Por su sentido de la medida y de la discrecin, adems de por un
humor distanciante, Lamb es incapaz de mostrarse sinceramente en su obra; por otra
parte, el estilo, demasiado eclctico, recoge influencias anteriores que elabora y
dispersa hasta tal punto que dificultan an ms, si cabe, su comunicacin directa con
el lector.
Charles Lamb tambin cultiv la novela, el teatro y la poesa, y lleg a escribir
una serie de cuentos infantiles de clara filiacin moral burguesa; tambin fue asiduo
colaborador de revistas como The Examiner o The Quarterly Review, aunque su
crtica literaria posea menor valor que la de Hunt; por el contrario, hoy pueden leerse
con cierto inters sus Muestras de poetas dramticos ingleses que vivieron sobre el
tiempo de Shakespeare (Specimens of English Dramatic Poets who lived about the
time of Shakespeare), donde nos ha dejado una melanclica y romntica visin de la
Inglaterra isabelina, as como un curioso anlisis de los comportamientos de sus
personalidades literarias.
c) Hazlitt
Las caractersticas fundamentales de los ensayos de William Hazlitt (1778-1830)
son en casi todo contrarias a las de Lamb, sobresaliendo aqul por el rigor de su
crtica, la seriedad y cientifismo de sus planteamientos y su combatividad ideolgica;
fue, sin duda, el mejor crtico de su poca o, al menos, el ms cercano a lo que hoy
entendemos como intelectual, aunque sus principios polticos radicales, y los
prejuicios que stos conllevaban, malograron en ms de una ocasin su perspectiva
crtica. Colaborador de los ms prestigiosos peridicos y revistas de su tiempo (The
Examiner, The Edinburgh Review, The Times y The London Magazine), recopil
buena parte de los artculos polticos, artsticos y literarios aparecidos en ellos en
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2. Prosa de creacin
Aunque el siglo XVIII haba dejado muestras en Inglaterra de la ms incipiente
novela burguesa, el peso de la prosa en la tradicin anterior, as como el mismo uso
de sta para fines seudonarrativos, determinarn la aparicin en el Romanticismo de
frmulas hbridas, a caballo entre lo estrictamente novelstico y lo ms
eclcticamente narrativo. En consecuencia, los autores que se sirvieron de este medio
de creacin literaria, hicieron de la prosa su medio expresivo, sin alcanzar por ello su
produccin la categora de novela: se trata, ms bien, de un gnero libre por
definicin, en el que concurren elementos librescos, culturales y autobiogrficos; un
gnero en el que Inglaterra va a dar grandes cultivadores y que se continuar de
forma preferente entre los ltimos aos del XIX y los primeros del XX, originando
algunas de las ms curiosas producciones de este siglo.
a) De Quincey
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b) Peacock
El Romanticismo ms arquetpico, tanto social como culturalmente, encuentra su
crtico ms lcido en Thomas Love Peacock (1785-1866), gran continuador de la
prosa satrica inglesa tan en boga en el siglo anterior. Como muchos de los ms
capaces intelectuales ingleses contemporneos, Peacock se sirve de un molde que
podramos denominar novelstico para la expresin de su disconformidad con los
modelos de comportamiento de su poca: entre lo irnico y lo conversacional (de
dilogos dramticos se ha calificado a sus obras), estas novelas arremeten contra
la poltica conservadora en forma de leyenda cltica en Las adversidades de Elphin
(The misfortunes of Elphin) y el oportunismo poltico en general (Headlong Hall),
contra la moda literaria de los romances caballerescos La doncella Mariam (Maid
Mariam) y de la novela gtica La abada de la pesadilla (Nightmare Abbey) y
contra la misma familia, la educacin Granja Gryll (Gryll Grange) y la
concepcin de la sociedad en general (Melincourt). Igualmente, y a pesar de ser
amigo de Shelley, fue uno de los ms mordaces crticos de la poesa inglesa
contempornea en Las cuatro edades de la Poesa (The four ages of Poetry, 1820), a
la que Shelley respondi con su Defensa de la Poesa.
c) Landor
El menos romntico de los cultivadores del gnero fue Walter Savage Landor
(1775-1864), una especie de neoclsico rezagado que con su esteticismo sobriamente
clasicista fue muy influyente en autores posteriores; expulsado de Oxford por sus
ideas republicanas, vivi largo tiempo en Italia hasta su muerte en Florencia.
Admirador de la Antigedad clsica compuso, junto a poemas en ingls, otros en
latn, generalmente de erudicin arqueolgica, prefiri el gnero del dilogo como
haba sido entendido en Roma y Grecia, y segn haba sido continuado por el
Renacimiento y el Neoclasicismo europeos: segn tal molde compuso sus
Conversaciones imaginarias (Imaginary Conversations, 1824-1853), donde recrea
imaginativamente unos dilogos ficticios entre personajes de la Antigedad, ya sean
histricos, literarios o mticos; aunque no es desdeable su emotividad en la
reconstruccin del pasado en una filiacin claramente romntica, interesa sobre
todo por la verosmil subjetividad que sabe imprimirle, por el vivaz reflejo de la
psicologa de los personajes.
como fruto de uno de los grandes narradores en lengua inglesa, y pese a determinadas
carencias formales y estructurales: si a sus personajes les falta profundidad y
verosimilitud y a los ambientes les sobra truculencia romntica, por el contrario sus
novelas atraen al lector por el fuerte dinamismo que Scott sabe imprimirle a una
accin fulgurante.
Nacido en Edimburgo, Scott perteneca a un clan familiar burgus anclado en la
ms conservadora vida escocesa; su conocimiento del pas y de sus antiguas
tradiciones, as como el empeo que puso en recuperarlas y magnificarlas, lo sitan
junto a otros autores escoceses principalmente poetas: Thomson, Macpherson,
Collins, Burns (vase el Captulo 7 del Volumen 5) empeados desde finales del
siglo XVIII en la formacin del espritu nacionalista (recurdese que Escocia se haba
unido a Inglaterra en 1707). Por otro lado, como burgus adinerado, Walter Scott
puso su hacienda a disposicin de la industria editorial inglesa, en el convencimiento
de que por medio de ella habra de conseguir fama y fortuna empeo en el que,
muy al contrario, se gan la ruina, a pesar de la buena venta de sus obras.
Sus primeras obras fueron poemas narrativos, romances inspirados en las antiguas
baladas germnicas y continuadores de la tradicin prerromntica escocesa; su
innegable valor lo puso a la cabeza de los primeros poetas romnticos britnicos,
aunque bien pronto, sobre todo con la irrupcin de lord Byron, la poesa tomara otros
derroteros. Adems de editar colecciones de baladas populares, Scott supo imprimir a
poemas originales como El canto del ltimo bardo (The Lay of the last Minstrel,
1805) o La dama del lago (The Lady of the Lake, 1810) un mesurado sentimiento
nacionalista, viveza dramtica y descriptiva, de modo que las imitaciones no se
hicieron esperar.
Pero el gran logro de Walter Scott fue la creacin de la novela histrica inglesa
(treinta y dos de estas obras compondra desde 1814 a 1831); aunque actualmente se
leen casi como novelas de aventuras, en realidad su valor literario descansa en la
recreacin histrica, demasiado romntica en ocasiones, pero mucho ms consciente
y razonada de lo que algunos crticos quieren hacer pensar. En 1814, relegando la
poesa, publica Walter Scott Waverly, una obra que revolucion la concepcin
novelstica de la historia al abandonar las evidentes deformaciones de la novela
gtica y apostar por una visin casi dialctica de la historia inglesa; en ella presenta el
conflicto jacobita de 1745 un intento de restauracin de los Estuardo frente a la
monarqua Hannover. Scott nos ofrece, en realidad, un enfrentamiento entre dos
concepciones del mundo: una conservadora, nostlgica para con el pasado en el
que se inserta Escocia, dominada por modos de relacin feudales; y otra moderna,
dominada por el capitalismo y la primera industrializacin, que ser y as lo acepta,
slo racionalmente, pero no sentimentalmente, Walter Scott la triunfante en la
historia contempornea inglesa.
Casi todas sus novelas reproducen, efectivamente, grandes conflictos histricos,
de forma que el relato gane en profundidad y la intriga en dinamismo; sin embargo,
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3
Formacin del Romanticismo alemn
1. El Romanticismo en Alemania
La evolucin del Romanticismo en Alemania resulta compleja, cuando no
contradictoria, debido a la gran vitalidad con que el movimiento se desarroll en
aquel pas, acaso el nico reducto de autntico Romanticismo europeo junto con
Inglaterra que le debe buena parte de su poesa romntica al pensamiento idealista
alemn.
La vitalidad del Romanticismo alemn se inicia no en este siglo XIX, sino en el
ltimo tercio del XVIII, cuando el movimiento Sturm und Drang, entre 1767 y 1785,
rompe con el pensamiento ilustrado (vase el Captulo 12 del Volumen 5);
curiosamente, esta avanzadilla romntica nace a su vez de una reinterpretacin
caractersticamente germnica del clasicismo y tiene como mximos representantes a
Schiller y Goethe, traidores ambos al Romanticismo y magistrales exponentes del
Clasicismo alemn. En este confuso panorama, el Romanticismo, como antes el
movimiento prerromntico Sturm und Drang supone la plena nacionalizacin de la
literatura alemana, que alcanzar su mayora de edad gracias a los postulados
irracionalistas y subjetivistas propios del pensamiento idealista romntico: Kant haba
rematado con su criticismo los residuos de la filosofa racionalista y, en pleno
Romanticismo, Fichte se encarga de elevar la intuicin a rango de categora de
conocimiento y al mundo a simple producto de la conciencia humana. De ah que, en
Alemania, el Romanticismo no sea tanto una revolucin como la continuacin del
proceso que estaba dando forma a la Alemania contempornea; la ininterrumpida
controversia sobre lo que fuera el Romanticismo que hizo afirmar a Goethe: lo
romntico es lo enfermo no es, pues, sino sntoma de la vitalidad que el
movimiento posea en Alemania, donde tomaba nuevas formas con el paso del
tiempo.
A pesar de su efmera vida al igual que en el resto de Europa, el
Romanticismo conforma la vida literaria alemana durante aos y aos; el problema
de la dificultad de su definicin, que explica la resuelta tendencia del Romanticismo
alemn hacia la exposicin terica, es resultado de su propia pervivencia, hasta el
punto de que slo los ltimos romnticos como Eichendorff y los posromnticos
como Heine sern capaces de comprender su verdadero alcance. Mientras tanto,
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proceso que se repite con pocas variaciones en el resto de Europa; aunque en gran
parte de la literatura romntica inicial exista ya cierta velada defensa de los valores
burgueses establecidos, sta se hizo patente en los ltimos momentos del
Romanticismo alemn, cuando en la literatura se produjo una recuperacin de los
postulados del burguesismo ilustrado, aunque tintados ahora por matices
nacionalistas: su tono ms frecuente va a ser el familiarmente reposado y el
neopopular expresado, sobre todo, en forma de cuentos, el gnero redescubierto
por los romnticos alemanes; pero en ocasiones (y podemos pensar en un genio tan
peculiar y excntrico como E.T.A. Hoffmann) puede dar por resultado una literatura
que, habiendo aprendido de la libertad creadora romntica, roza la irreverencia, la
parodia y la irona en todos sus matices.
Hlderlin le toc ser maestro del Romanticismo cuando ste todava no haba tomado
cuerpo terico y cuando, por ese desarrollo tan peculiar de la literatura alemana, los
grandes maestros romnticos nos referimos, claro est, a Goethe y Schiller se
haban retirado a unas posiciones clasicistas (de tono especialmente intransigente en
el caso de Goethe) que no podan compartir la base de experiencia desde la cual
parta la poesa de Hlderlin.
a) Biografa
Nacido en 1770 en Lauffen am Neckar, en Suabia, desde muy joven a Friedrich
Hlderlin se le orient hacia una carrera eclesistica que inici en 1784; en el
seminario estudi lenguas clsicas y all comenz a componer sus primeros poemas,
alentado especialmente por la obra de Klopstock; le siguen lecturas ms
decididamente romnticas de Schiller y, a travs de l, de los prerromnticos ingleses
Young y el falso Ossian. Por medio de la obra de Schiller y del ejemplo de Francia
alcanza a comprender el valor revolucionario que habra de presidir el nuevo
movimiento romntico, por lo que, paulatinamente, se aparta tanto de la ideologa
dominante como de la fe protestante.
Cuando en 1793 sale del seminario, Hlderlin decide no ejercer su ministerio y,
para poder subsistir, recurre a ser empleado como preceptor; fueron entonces
frecuentes sus traslados por el pas y fuera de l en Francia a la bsqueda de
familias pudientes que quisieran educar a sus hijos: en 1795, en Frankfurt, se
enamora de Susette Gontard, esposa de su patrn y madre de cuatro hijos;
correspondido por ella, Ditima seudnimo potico de Susette se convierte en
el amor y autntico motor de su vida, pero el poeta tuvo que abandonar en 1798 la
casa de los Gontard, y a su amante slo volvi a verla en unas cuantas ocasiones ms.
En 1802 comienzan a aparecer los primeros sntomas de la enfermedad mental de
Hlderlin, una locura entre infantil e ingenua que le acompaar, paulatinamente con
mayor pertinacia, hasta su muerte; este mismo ao muere Susette, noticia que al poeta
le produce uno de sus ms violentos ataques de locura. En 1805, cuando los mdicos
desisten de hacerle recuperar la razn, Hlderlin es internado en una clnica hasta que
Zimmer, ebanista de Tubinga, se hace cargo de l en 1807 para llevarlo a su propia
casa, halagado por poder cobijar al genio. All muere, en su inocente locura, en 1843,
prcticamente olvidado casi olvidado por s mismo, que en los ltimos aos se
haca llamar Scardanelli a pesar de que su obra haba comenzado a ser
tmidamente reivindicada por los nuevos poetas romnticos a partir de los aos 20 del
siglo.
b) La poesa de Hlderlin
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donde el molde narrativo hace de soporte para una de las mejores manifestaciones
universales de la prosa potica; todo en ella parece, pues, esencializado por la accin
de la palabra potica, verdadera alma de un relato borroso e irreal cuya poesa redime
necesariamente al mundo humano: la lucha por el amor y la libertad del protagonista,
Hiperin, slo encuentra sentido en la creacin potica como lugar de verdad original
y fidelidad a los designios divinos sobre el mundo.
Tambin compuso Hlderlin poemas al margen de todo molde estrfico
determinado, pero en los que sigue confindose a una forma contenidamente clsica;
podramos recordar entre ellos la bella Cancin al destino de Hiperin (Hyperions
Schicksalslied), una dolorosa y lcida composicin en la que contrapone a la
luminosa existencia divina la triste condicin humana:
() Es schwinden, es fallen
Die leidenden Menschen
Blindlings von einer
Stude zur andern,
Wie Wasser von Klippe
Zu Klippe geworfen,
Jahrlang ins Ungewisse hinab.
[() desaparecen, caen / los hombres resignados ciegamente, de
hora / en hora, como agua / de una pea arrojada / a otra pea, a travs de
los aos / en lo incierto, hacia abajo].
Debemos recordar ahora que muchos de los poemas compuestos por Hlderlin lo
fueron en perodos de mayor o menor lucidez durante sus dilatados aos de
enfermedad mental. Aunque en muchas ocasiones ciertamente fuera incapaz de
concentrar su pensamiento, entre las producciones de esta poca seguimos
encontrando evidentes aciertos expresivos: es como si a Hlderlin le hubiese sido
imposible desarrollar las ideas que le rondaban, sin que por ello le faltase la necesaria
intuicin potica; logra entonces determinados aciertos expresivos su magistral
tcnica versificatoria no se resinti por la falta de lucidez, a pesar de que a algunos
de estos poemas de la locura les falte concrecin final, como si su autor remontase
un alto vuelo para dejarse caer repentinamente en la confusin:
Wie Menschen sind, so ist das Leben prchtig,
Die Menschen sind der Natur fters mchtig,
Das prchtge Land ist Menschen nicht verborgen
Mit Reiz erscheint der Abend und der Morgen.
Die offnen Felder sind als in der Erndte Tage
Mit Geistigkeit ist weit umher die alte Sage,
Und neues Leben kommt aus Menschheit wieder
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4. Novalis
a) Biografa
Friedrich von Hardenberg, que habra de alcanzar la fama literaria con el
seudnimo de Novalis, naci en 1772 en Oberwiederstedt, donde fue educado por su
padre en un severo pietismo. Su iniciacin en los principios del movimiento
romntico se debieron a Brger, uno de los principales poetas del Sturm und
Drang; y a la Universidad de Jena, verdadero foco cultural del primer Romanticismo
alemn, donde asisti a las clases de Historia de Schiller, primer maestro del futuro
poeta; al ao siguiente se matricul en Leipzig, donde conoci y trab una duradera
amistad con Friedrich Schlegel, uno de los grandes tericos romnticos europeos.
Cuando finaliza sus estudios de Derecho, Novalis encuentra un puesto burocrtico
en la administracin de Tennstedt, donde tiene su primer encuentro con Sophie von
Khn, a la sazn una nia de doce aos, gran amor de toda su vida y a la que se
promete en secreto. A partir de 1796, y gracias a nuevos estudios de qumica e
ingeniera de minas, Novalis trabaja como funcionario de salinas; pero al ao
siguiente muere Sophie con slo quince aos y Novalis despierta como creador
literario: al principio saldrn de su pluma publicaciones de carcter terico,
posiblemente por la influencia directa de la filosofa idealista en estos aos conoce
a Fichte y a Schelling y visita a los clsicos Goethe y Schiller en Weimar; pero
desde 1799, su produccin toma nuevos rumbos al contacto con los creadores de su
poca: Jean Paul, Herder (dos de los iniciadores del Romanticismo) y, sobre todo,
Tieck, que ejercer una influencia decisiva sobre Novalis. Su obra se inicia entonces
en los caminos de la creacin, logrando un inmediato reconocimiento e integrndose
en el primer ncleo de romnticos alemanes, con los que se rene habitualmente.
Fruto casi inmediato de este momento creativo, en 1800 salen a la luz las primeras
ediciones de sus dos grandes obras, los Himnos a la noche y Heinrich von
Ofterdingen, aunque no por ello abandona una brillante carrera de funcionario de
minas que le supone la ocupacin de un importante cargo en la Administracin ducal
de Turingia. Pero ya se haban dejado sentir los primeros sntomas de la tuberculosis,
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Otros romnticos alemanes
1. Literatura tradicionalista
No ha aparecido hasta aqu la consideracin de una corriente literaria que,
iniciada en Inglaterra y en Alemania a finales del siglo XVIII, habra de encontrar sus
mximas posibilidades expresivas a comienzos del XIX: la literatura tradicionalista
nace en este momento en Alemania de la preocupacin ms o menos filolgica por
las antiguas manifestaciones culturales, que se haba expresado durante el Sturm
und Drang en la imitacin de las viejas baladas germnicas.
La recuperacin y difusin de tal literatura tradicionalista se realiza en Alemania
desde el llamado grupo de Heidelberg, integrado por autores que, metdica y
pacientemente, revalorizaron los cuentos y canciones populares y la antigua poesa
germana y los difundieron a la masa de la poblacin por medio de publicaciones
literarias peridicas. El problema que se plantea durante el Romanticismo es que esta
literatura tradicionalista no deja de ser una atemporal interpretacin en clave
romntica, subjetiva e idealista, de lo que haban sido unas manifestaciones culturales
concretamente determinadas por unas circunstancias totalmente extraas al siglo XIX:
as, encontraremos que entre los romnticos es frecuente situar producciones
individuales, de carcter culto, a la altura de otras tradicionales de origen popular; se
trataba de conseguir el despertar de una conciencia nacional que ellos crean idntica
a la original, primigenia e inmutable en el devenir de los siglos y basada en lo que
denominaron espritu del pueblo (Volksgeist). En definitiva, no deberemos hablar
tanto de una recuperacin de la literatura tradicional como de una interpretacin
colectiva e histrica, marcada por el idealismo romntico, de lo que estos autores
consideraban tradicional, y que nosotros deberamos denominar tradicionalista por
tratarse de una abstraccin de la antigua cultura germnica con una interesante
confluencia de elementos del resto de Europa en la que los romnticos crean ver la
actuacin de un monoltico espritu nacional.
a) Brentano y Arnim
La obra ms ambiciosa y significativa de este tradicionalismo literario alemn fue
fruto de la colaboracin entre dos de los ms activos integrantes del grupo de
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b) Grres
Joseph von Grres (1776-1848) puede ser tenido por uno de los ms curiosos y
tpicos representantes del Romanticismo alemn: de origen catlico, su juventud
estuvo marcada por los ideales revolucionarios aprendidos de Francia y fue el
fundador del primer peridico poltico alemn, el Mercurio renano (Rheinische
Merkur), un rgano de instigacin antinapolenica que le vali finalmente ser
encarcelado.
Sus primeras obras se orientaron hacia el terreno especulativo a imitacin de los
Schlegel, asimilando los principios del irracionalismo filosfico de Schelling
discpulo de Fichte y proyectndolos concretamente hacia el terreno religioso y el
de las artes, en una extraa identificacin caracterstica del Romanticismo alemn
como demuestra en sus Aforismos sobre las artes (Aphorismen eber die Kunst).
Su inclusin entre los tradicionalistas alemanes se debe a una obra que escribi
animado por el ejemplo de Brentano y Arnim, a los que conoci en Heidelberg; su
recopilacin Los libros populares alemanes (Die teutschen Volksbcher, 1807) es, sin
duda, una de las pocas obras que tratan de manera rigurosamente filolgica la
literatura tradicional alemana: la publicacin de estos libros populares medievales
la hace Grres en base a una seria comprobacin de las fuentes originales, si bien
debemos recordar que ya a finales de la Edad Media determinados autores
interfirieron en estos libros, utilizados como fuente para la composicin de obras
cultas no slo alemanas, sino del resto de Europa especialmente Inglaterra.
c) Los hermanos Grimm
Como si de una tentacin se tratase, no podemos dejar de incluir a los hermanos
Grimm Jacob (1785-1863) y Wilhelm (1786-1859) en este apartado reservado a
la literatura tradicionalista alemana: slo por su recopilacin de Cuentos (1812)
mereceran ya un lugar en la historia literaria de Occidente, pues en ellos reproducen
tradiciones no slo alemanas, sino comunes a buena parte de Europa y que han
llegado a nuestros das prcticamente con la forma que ellos fijaron; ingenuos y
candorosos, estos Cuentos fueron pensados para nios y, aunque pertenecen a
tradiciones bien definidas, los Grimm modificaron buena parte de su sentido para
reinterpretarlos en clave idealista romntica.
Curiosamente, aparte de estos cuentos cuyo pblico receptor infantil pareci
imponer tal modificacin, la obra de los Grimm es una de las ms rigurosamente
cientficas del tradicionalismo alemn: por ejemplo, intervinieron en la investigacin
sobre las fuentes que a Brentano y Arnim les serviran para la composicin de los dos
ltimos volmenes de El cuerno maravilloso; a la colaboracin entre ambos
hermanos se debe, adems, un ambicioso e inmenso Diccionario que fue continuado
tras su muerte; y, por su parte, cada uno de ellos se especializ en una parcela de
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investigacin cultural. Jacob fue uno de los precursores de los estudios de lengua
comparada, sistema que sigue en su tratado de la Gramtica alemana; se interes por
las manifestaciones del antiguo Derecho germnico en Antigedades del Derecho
alemn y, por fin, realiz una investigacin sobre Mitologa alemana tomando como
fuentes los antiguos cantos y baladas medievales germnicos. Wilhelm orient su
actividad hacia un terreno ms estrictamente folklrico: de 1816 datan sus Leyendas
alemanas, en las que tambin colabor su hermano, y ya antes haba publicado una
coleccin de Cantos picos, baladas y cuentos daneses.
disonante para con la percepcin romntica del mundo; y que, por otro lado, las obras
de Kleist se inician siempre con un tono reposado, equilibrado, estudiadamente
clasicista y cuya validez, por repentina voluntad del autor pero ms por rabia que
por coherencia con sus propias ideas, se ve negada irremediablemente para
conducir a un final fatal e irreversible.
II. OBRA DRAMTICA. En el gnero dramtico, el incontestable genio de Kleist no
encontr eco alguno en su poca; a l se le debe, sin embargo, una de las mejores
comedias realistas de la historia alemana, El jarro roto (Der zerbrochene Krug,
1811), cuyos logros cmico-costumbristas hubieron de ser tenidos muy en cuenta
para la creacin de la posterior comedia burguesa decimonnica. Entre sus dramas
ms tpicamente romnticos sobresalen Robert Guiscard, de asunto histrico
medieval; y, sobre todo, Kthchen von Heilbronn, que, por su simbologa romntica
(bsqueda del amor absoluto a travs de una agotadora y significativa peregrinacin),
cautiv a algunos contemporneos y escandaliz a los ms conservadores. Igualmente
reseables son sus tragedias, especialmente Penthesilea, un efectista y efectivo drama
pasional en el que potencia al mximo su sentido del clasicismo; y, por fin, la tragedia
heroica La batalla de Hermann (Die Hermannschlacht), una sincera e inflamada
llamada al levantamiento armado contra el opresor.
III. NARRATIVA. La aportacin de Kleist a la narrativa fue igualmente decisiva para
el desarrollo posterior del gnero en Alemania. Ms an que su dramaturgia, en los
relatos de Kleist podemos localizar un atinado sentido del clasicismo narrativo que
proviene de su admiracin compartida con otros contemporneos por la novela
cervantina; de ella aprendi el alemn la tcnica realista y, como Cervantes, gust de
insertar, sin renunciar a tal realismo, una nota fantstica pero verosmil traducida en
la aparicin de una fuerza irracional que lleva a sus narraciones a un fin trgico.
Kleist recopil sus relatos entre 1810 y 1811 y, frente al resto de la narrativa alemana
en la que se echan en falta buenas dosis de concrecin: vase, por ejemplo, la
produccin de Hoffmann, con ellos logr imponer un molde lo suficientemente
abierto y amplio como para ser continuado posteriormente gracias a su validez
general. Entre sus novelas cortas sobresalen La marquesa de O, que por tratamiento
liberal del tema amoroso pareci indecente a sus contemporneos; y Michael
Kohlhaas, quiz su mejor obra, una verdadera joya por su exquisitez artstica e
interesante por su planteamiento de la justificacin de la rebelda frente a la injusticia
de una Administracin ineficiente.
b) E.T.A. Hoffmann
Prometeico, complejo, extravagante, E.T.A. Ernst Theodor Amadeus
Hoffmann (1776-1822) es uno de los grandes genios del siglo XIX europeo y su obra
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3. La lrica: Eichendorff
Hay quien afirma que, perdidos los poetas romnticos alemanes en las
especulaciones metafsicas y en la creacin de un mundo ideal, el nico lrico que en
la Alemania de principios del XIX merecera realmente tal calificativo sera Joseph
von Eichendorff (1788-1857). Esto es, sin duda, exagerar las cosas, aunque por otra
parte puede ayudarnos a medir la distancia que media entre aqul y el resto de los
poetas romnticos alemanes: lejos de toda abstraccin, la poesa de Eichendorff es
resultado directo e inmediato de una sensibilidad y percepcin extraordinarias del
mundo natural. Su lrica se caracteriza, as pues, por su sentimiento del paisaje, como
si con l volviera el Romanticismo a sus orgenes en el paisajismo del XVIII;
Eichendorff adopta ante la naturaleza una actitud reverente, casi religiosa, haciendo
de ella un libro abierto para la lectura de un mundo en el que constantemente
hallamos una trascendente presencia divina, aunque tambin sombras fugaces que
pueden hacer estremecer al poeta:
Bei dem angenehmsten Wetter
Singen alle Vgelein,
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4. Romnticos menores
Zacharias Werner (1768-1823) fue uno de los dramaturgos de mayor xito de
principios del siglo XIX y su obra mereci los elogios del mismsimo Goethe, sobre
todo por sus dos piezas ms perdurables: el drama histrico Martn Lutero y su
tragedia El 24 de febrero; hoy da esta valoracin queda un tanto rebajada, aunque sus
dramas pueden ser tenidos por los ms caractersticamente romnticos de su poca
por confiar a los elementos exteriores y especialmente a un invisible destino
trgico todo el peso de la obra.
Friedrich de La Motte-Fouqu (1777-1843), descendiente de una familia francesa
emigrada a Prusia, frecuent los crculos romnticos y fue un escritor fecundo y de
xito del que hoy merecen recordarse slo algunas obras: la amplia novela histrica
de tema caballeresco El anillo mgico; su triloga pica El hroe del Norte, donde
intenta revivir las sagas legendarias con intencin patritica; y, sobre todo, su relato
Ondina (Undine, 1811), verdadero cuento de hadas donde una ninfa sacrifica su
propio afn de inmortalidad al deseo de fidelidad amorosa a un ser humano.
En el terreno potico, podramos an entresacar dos nombres levemente unidos
por cierto sentimiento nacionalista: militar y poeta, a Theodor Krner (1791-1813) se
le recuerda por su coleccin de poemas Lira y espada (Lyre und Schwert), uno de los
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libros de poesa patritica de mayor xito del momento. Tambin cultiv este gnero
Ludwig Uhland (1787-1862), ms reseable por otro tipo de composiciones; aunque
se trata de una figura menor con respecto a los grandes autores del Romanticismo,
con l podramos poner un brillante broche a esta poca en Alemania. Nacido en
Suabia, es la cabeza ms visible de un grupo de poetas que hicieron de su regin natal
el tema fundamental de su lrica; su cuidado sentido de la sencillez formal, su gusto
por el breve y realista cuadro descriptivo y su tendencia a la exaltacin de formas de
vida melanclicamente tradicionalistas le convierten en realidad en uno de los
primeros representantes del Romanticismo burgus (Biedermier) caracterstico del
Posromanticismo en Alemania.
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5
El Romanticismo en Francia
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en Francia.
Para demostrar la supremaca esttica de la vida espiritual en clave cristiana y su
validez filosfica como soporte de las nuevas obras literarias, el mismo
Chateaubriand compuso dos novelitas que intercal en el Genio del Cristianismo;
ambas, a su vez, provenan de la desintegracin de un proyecto ms ambicioso, Los
Natchez, una amplia epopeya americana basada en sus propios recuerdos
fantasiosos en no pocas ocasiones sobre la experiencia de su estancia en
Norteamrica. As pues, no slo originariamente, sino tambin por el argumento y la
intencin, Atala y Ren vienen a ser como dos caras de una misma moneda, un
dptico sobre un tema nico que slo puede entenderse con una lectura global de
ambas obras.
Aunque Atala apareci ya en 1801 como una obra independiente, su funcin en el
seno del Genio del Cristianismo era demostrar la posible armonizacin entre
naturaleza y pasin, por una parte, y sentimiento religioso, por otro: el indio Chactas
relata a Ren una aventura de su juventud, consistente en el suicidio de Atala, joven
india cristiana que lo haba liberado de sus enemigos y que se haba enamorado de l;
al estar consagrada por su madre a Dios, prefiere morir virgen antes que realizar el
amor al que se siente llamada. Por su parte, Ren es la confesin de las angustias del
protagonista a Chactas: retirado junto a los indios, y casado con una indgena, su
melanclico y fatalista estado de nimo con el que se identificaron rpidamente
todos sus lectores se debe tanto a la inadaptacin con el mundo circundante como
al recuerdo del incestuoso amor de su hermana, retirada a un convento.
Curiosamente, ni el tema de ambas obras ni su enfoque exotista, ni siquiera el
moralismo primitivista y seudorreligioso en clave de tragedia cristiana, eran
nuevos para los lectores; fue, sobre todo, su estilo lrico y pico a la vez, como si
subrayase la sencillez y la grandeza del amor imposible, lo que sorprendi a los
contemporneos, que dejaron sentir muy poderosamente la influencia de
Chateaubriand.
Como obras igualmente derivadas del Genio del Cristianismo aparecieron, en
1809 y 1811, respectivamente, Los mrtires y el Itinerario de Pars a Jerusaln; en la
primera el autor intenta imponer en los relatos cristianos el elemento maravilloso y la
nota pasional, aunque con escasa capacidad de conviccin; en cuanto al Itinerario, es
un libro de viajes cuyas descripciones, salvo en el caso de las culturas mediterrneas,
resultan demasiado planas a pesar de haber recorrido Chateaubriand los paisajes
descritos precisamente, al volver por Espaa, le impresion Granada, donde
ambient su novela Aventuras del ltimo Abencerraje (Aventures du dernier
Abencrage, 1826).
Por fin, las Memorias de ultratumba, redactadas durante ms de treinta aos y
publicadas slo pstumamente en 1850, constituyen para muchos la mejor
produccin de Chateaubriand; se trata de una autobiografa donde el vizconde puso al
servicio de la historia contempornea tanto su peculiar ptica personal de la que
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ediciones de 1859, 1877 y 1883; La leyenda de los siglos vuelve a ser una
exploracin de la luz desde la oscuridad, aunque expuesta ahora desde una
perspectiva netamente histrica: afirma el autor que los poemas que integran este
libro no son, pues, otra cosa que las sucesivas huellas del perfil humano, de fecha en
fecha, desde Eva, madre de los hombres, hasta la Revolucin, madre de los pueblos.
No es por ello de extraar que La leyenda de los siglos fuese pensada como eje de
dos obras que actuaran de Prlogo y Eplogo: los poemas incompletos Dios (Dieu) y
El fin de Satn pondran de manifiesto que la lucha entre bien y mal slo puede ser
trgicamente resuelta mediante el orden, la armona que el ser humano posibilita por
el progreso y la democracia; historia, filosofa, ciencia y religin quedan as
definitivamente enlazadas como medio de redencin del gnero humano e
instrumento triunfante de la Unidad frente al Todo.
c) Novela
Menos inters tiene, literariamente, la produccin novelstica de Victor Hugo,
pese a ser actualmente ms popular que su poesa; algo tienen que ver en ello las
adaptaciones cinematogrficas de sus novelas, as como el hecho de que stas se
muevan ms apropiadamente en torno a los tpicos de los gneros romnticos; tal va
de produccin narrativa siguen sus primeras novelas, Bug-Jargal (1821) y Han de
Islandia (1822), hoy prcticamente carentes de inters.
Sin duda alguna, su novela ms popular fue Nuestra Seora de Pars (NotreDame de Paris, 1831), atinadamente inserta en el gnero histrico tan en boga en el
Romanticismo europeo; su pobre trama truculenta basada en el amor que suscita
una bella gitana en un apuesto capitn, un depravado sacerdote y un bondadoso
jorobado (el inolvidable y grotesco Quasimodo) no ahoga el valor del
impresionante retablo del Pars del siglo XV que Victor Hugo imprimi en sus
pginas: la ciudad entera, y sobre todo sus personajes ms miserables, estn en
Nuestra Seora de Pars en un cuadro abigarrado cuyo centro natural es la catedral
de Notre-Dame, verdadera alma del relato.
Menos legible por su carcter de novela-total (con lo que ello significa en la
produccin hugoliana), Los miserables (1862) tiene en su dilatada composicin fue
una de las obras ms trabajadas por su autor, un mucho de novela realista, si
salvamos, nuevamente, las distancias que separan la realidad objetiva de la realidad
hugoliana; los acontecimientos vuelven a leerse histricamente, pero actuando sobre
la sociedad presente, como si Victor Hugo se propusiera una amplia labor de
entendimiento con los decisivos tiempos que le tocaron vivir: el resultado es, como
en muchas de las obras ms ambiciosas del poeta, un caos en el que no siempre logra
imponerse el orden, pero que cautiva y sobrecoge por su amplitud no slo narrativa
sin renunciar a lo folletinesco, sino tambin temtica, filosfica, lrica e incluso
pica. Victor Hugo aplica su genio visionario a la historia contempornea y, como si
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zafarse en casi dos siglos. As pues, la labor fundamental de los poetas romnticos, al
margen casi de su valor intrnseco, ser la bsqueda de nuevas formas, temas y
perspectivas lricas; aun as, no sera exacto hablar de una revolucin romntica,
como tampoco sera justo minimizar la decisiva aportacin de los lricos romnticos
para la conformacin de la poesa contempornea francesa.
a) Lamartine
Alphonse de Lamartine (1790-1869), perteneciente a la pequea nobleza, hizo de
la poesa su ocupacin en horas de ocio; su verdadera vocacin profesional fue la
poltica: diplomtico y diputado, su vehemente defensa de la democracia lo acerc a
posturas izquierdistas que lo llevaron a la jefatura del Estado tras la revolucin de
1848, pero su actitud moderada lo ape del poder y lo confin hasta su muerte a una
pobreza de la que apenas pudo librarse con espordicos y poco creativos trabajos
literarios (traducciones, prosificaciones de su poesa original, narraciones de poca
monta, etc.).
Las caractersticas fundamentales de su poesa lo acercan al vago sentimentalismo
reflexivo de la primera generacin romntica inglesa; su lrica es, por tanto, un
detenido y depurado estudio de los sentimientos humanos, aunque no ceido a su
propia sensibilidad, sino llevado a un intento de universalizacin de los estados y
movimientos anmicos. Este lirismo suave, carente de estridencias y aquilatado en la
propia experiencia, cautiv inmediatamente a sus contemporneos por verterse en una
poesa lmpida y difana que eliminaba los posibles restos del Clasicismo:
Meditaciones poticas (1820), su primer poemario, contena ya composiciones de
esta naturaleza, por ms que aparecieran junto a ellas otros poemas de tono filosfico
que se acercan a la lrica dieciochesca; el Lamartine de las Meditaciones juega con
recuerdos y sensaciones directamente sentidas y experimentadas, pero veladamente
traducidas en clave potica por medio de una fina melancola, como claramente
expresa el meditativo ttulo del libro. Cuando en 1823 aparezcan las Nuevas
meditaciones (Nouvelles mditations), tanto Lamartine como la lrica francesa
tendrn ya trazado el camino de sencilla reflexividad que va a guiar el gnero durante
el Romanticismo: sinceridad, ingenuidad y espontaneidad sern sus claves en la lrica
lamartiniana; la transparencia y la vaguedad le darn forma.
Pero Lamartine tambin intent, con menor xito, una poesa de mayores vuelos,
ms simblica y filosfica: el resultado fue Armonas poticas y religiosas
(Harmonies potiques et rligieuses, 1830), un exaltado canto de confianza en la
Providencia y en un mundo bien hecho; aunque Lamartine no abandona el tono
meditativo, lo combina ahora con formas de jbilo potico, convertidas en himnos
cuyas grandiosas imgenes aportan nueva savia al Romanticismo francs, pero en las
que se echa de menos la primitiva ingenuidad de sus poemas. Ms ambiciosa an fue
la idea de un extenso poema narrativo que Lamartine no lleg a concluir; disponemos
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slo de La cada de un ngel (La chute dun ange, 1838) y Jocelyn (1836). La
primera de ellas puede darnos idea del proyecto lamartiniano: canto de tono pico y
legendario, narra el amor de un ngel por una mortal; convertido aqul en hombre, es
condenado a perecer para expiar su pecado por medio de nueve existencias sucesivas
con las que el poeta ira dando forma a una especie de historia de la salvacin.
Jocelyn fue concebido, justamente, como episodio de una de estas existencias; se
trata de un idilio de tema entre ertico y religioso que nos ofrece una trgica historia
de amor imposible entre una joven y el sacerdote Jocelyn. Como en Armonas
poticas y religiosas, Lamartine da entrada en estos poemas, y sobre todo en La cada
de un ngel, a imgenes ms amplias y complejas; el desarrollo del plan, que necesita
de un simbolismo entre proftico y apocalptico, recuerda en ocasiones el
pensamiento de otros romnticos europeos y, en Francia, de Victor Hugo que
hicieron de la imaginera y el estilo bblicos su modo de expresin. En definitiva,
mayor ambicin en la composicin, pero no por ello mejores logros en la poesa
lamartiniana, que posiblemente tiene su expresin ms actual en el fino y delicado
tono meditativo de sus primeros poemas.
b) Vigny
La vida de Alfred de Vigny (1797-1863) estuvo en todo momento teida por la
desilusin; tpicamente romntico, por su carcter tenda al idealismo, pero la
realidad pareca enfrentrsele tenazmente para producir en su nimo el desengao
caracterstico de su obra.
Su produccin potica est integrada por dos volmenes: Poemas antiguos y
modernos (Pomes antiques et modernes), con una primera redaccin de 1826 y una
segunda, definitiva, de 1837; y Los destinos (Les destines), publicada pstumamente
en 1864. En ambos se revela Vigny como un profundo pensador especialmente
preocupado por la trascendencia, el sentido de la existencia y, sobre todo, por la
funcin del poeta y la pervivencia de su obra literaria; de este modo, Vigny se
convierte en uno de los primeros poetas que orientan la nueva postura del artista
contemporneo para con el arte y la sociedad, adoptando ante su sufrimiento una
actitud que ya adelantbamos desengaada y que ahora podramos decir
modernamente estoica; quiere esto decir que Vigny se enfrenta a su dolor con un
toque como de distincin, justamente convencido de que tal sufrimiento es debido a
su propia conciencia de artista, a su posicin superior con respecto a la sociedad, a la
naturaleza y a Dios mismo:
Fais nergiquement ta longue et lourde tche
dans le voie o le sort a voulu tappeler,
puis aprs, comme moi, souffre et meurs sans parler.
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5. La produccin dramtica
El gnero dramtico posiblemente sea lo menos interesante del Romanticismo
francs; a pesar de que el movimiento encontrase buena parte de su empuje en el
manifiesto ledo por Victor Hugo en 1827 como Prefacio a Cromwell (vase el
Epgrafe 3.a.) y de que en la escena se entablasen las ms duras batallas por el ideal
romntico, no existen, sin embargo, grandes avances en lo referente a la produccin
teatral francesa de la primera mitad del siglo XIX. Y de este modo, aunque el
Romanticismo se propusiera una renovacin del gnero, la realidad es que los autores
casi todos provenientes de otros gneros no hicieron sino entremezclar diversas
formas o, en el mejor de los casos, continuar el psicologismo que ya encontrramos
en el teatro burgus de finales del XVIII, incorporando, como nota novedosa, los
elementos histricos y filosficos que dominarn y caracterizarn la escena
romntica.
a) Dumas
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Alexandre Dumas (Alejandro Dumas padre, para diferenciarlo de su hijo) fue uno
de los primeros romnticos de la escena francesa con el estreno de Enrique III y su
corte (Henri III et sa court, 1829); en ella se sirve ya de una intriga efectista y
compleja, con continuos entrecruzamientos y acumulaciones que hoy pueden hacer
sonrer, pero que sorprendan al espectador romntico. Su obra ms significativa,
posiblemente de las ms sintomticas del teatro romntico francs, es Antony (1831),
donde nos ofrece la trgica historia amorosa de un personaje entre marginal, rebelde e
idealista. Autor prolfico memorias, numerossimas novelas (Epgrafe 6.c.) y
dramas, Dumas padre descuella en el terreno dramtico por la incorporacin de una
trama inteligente y una accin desbordante y generalmente violenta.
b) Vigny
Alfred de Vigny nos ofrece en su obra dramtica las mismas preocupaciones que
guan su lrica (Epgrafe 4.b.); interesado por cuestiones existenciales y, relacionadas
con ellas, por la funcin y trascendencia del artista y de su obra en la sociedad,
realiz un excelente estudio de la vida del poeta y su choque con la realidad en su
drama Chatterton (1835). La obra, que literaturiza la vida del joven poeta suicida
(vase, en el Volumen 5, el Epgrafe 3.b. del Captulo 7), supone en realidad una
denuncia de la sociedad burguesa, a cuyas manos muere el artista para sacrificar su
obra y el amor al orgullo de un silencio potico acusador; se trata de una obra de tesis
prcticamente carente de accin, en la cual se confa el movimiento a la evolucin
moral y espiritual del protagonista enfrentado a una sociedad materialista.
c) Musset
De la poesa de Alfred de Musset (Epgrafe 4.c.) ya dijimos que guardaba ciertas
reservas satricas y costumbristas propias del moralismo burgus dieciochesco;
existe, por ello, en su teatro cierto sentido de la mesura del que carecen obras
dramticas contemporneas, del mismo modo que su naturalismo psicolgico, aunque
revestido de cierto idealismo romntico, lo aleja del drama ms caracterstico de la
poca. Acaso por ello nos parezca hoy el teatro de Musset ms cercano a nuestra
sensibilidad, eliminadas por el poeta toda estridencia y exaltacin, sustituidas por un
delicado sentido del lirismo que revela una fina intuicin potica.
Su produccin dramtica la recopil bajo el ttulo de Comedias y proverbios y,
curiosamente, no se estren hasta 1847; antes de esa fecha, sus piezas teatrales, que
no haban sido totalmente pensadas para la representacin, haban aparecido en
revistas, por lo que Musset debi retocarlas antes de llevarlas a los escenarios. La
mayora de estas Comedias y proverbios tienen, como su ttulo indica, cierto afn
moralizante: es el caso de No hay que jugar con el amor (On ne badine pas avec
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tiene como finalidad el estudio literario de una personalidad, aunque tomando como
tema una relacin amorosa; sin embargo, en Adolfo no se expone tanto la evolucin
del sentimiento amoroso como de la moral que, en general, de l se desprende: slo
en este sentido es una novela autobiogrfica, por cuanto que Constant parte de su
propia experiencia; pero sta queda trascendida en un estudio ms amplio del amor
como proceso educativo. Y, puesto que de tal experiencia concreta se pretende extraer
una tesis, Adolfo es una novela conscientemente construida, equilibrada, en la que
predomina un tono analtico que no slo no destruye su valor, sino que lo sustenta. El
mundo anmico que Adolfo nos muestra es, pues, muy sutil; frente al predominio de
la accin externa que prefiere el Romanticismo, Constant centrar el movimiento
narrativo en la psicologa del personaje por lo que, evidentemente, el relato se hace
en primera persona: la historia de la relacin amorosa entre el joven y la amante
madura es slo un pretexto aunque no lo creyeran as los contemporneos, por la
relacin del autor con madame de Stal para proceder a un anlisis de la educacin
amorosa de la juventud romntica; su resultado no puede ser ms desolador, pues
para Constant todo amor debe acabar necesariamente en su propio fin como nico
medio para liberarse de lo que en realidad no es ms que una intil y falsa atadura
pasional.
b) Novela sentimental: George Sand
Las ms tpicas por no decir tpicas narraciones del Romanticismo francs
salieron de la pluma de la escritora Aurore Dupin, ms conocida por su seudnimo de
George Sand (1804-1876); arropada por l public su primera novela, Indiana
(1832), y a partir de entonces su extensa obra novelstica habra de darla a conocer
por ese nombre inseparable de enamorados suyos como Musset o Chopin. De
ella no puede decirse que sea una artista, pero s una profesional de la novela;
intuitiva ms que inteligente, George Sand fue influenciable por modas y amistades,
lo que motiv la incesante fluctuacin de su produccin novelstica: relatos
amorosos, conflictos sociales, idealismo rstico y naturalista y descriptivismo
legendario tienen cabida, sucesivamente, en su novela, a la que podemos caracterizar
temticamente por su tendencia al sentimentalismo idealista y, formalmente, por su
inclinacin al lirismo: en novelas como Mauprat (1837), El pantano del diablo (La
mare au diable, 1846) y El pecado del seor Antonio (Le pch du monsieur Antoine,
1847), George Sand se revela como una romntica optimista y confiada en la fuerza
del amor como superacin de todas las dificultades, cayendo en una sensiblera
facilona que ms nos recuerda el optimismo filosfico de un Rousseau uno de sus
modelos fundamentales que el desengao y el escepticismo romnticos; y, de ese
modo, escapando ella misma de las frmulas trilladas por el Romanticismo francs,
cre una forma igualmente tpica de novelar que habra de tener gran xito pero
escasa perdurabilidad.
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6
Literatura romntica en Espaa
donde conoci desde joven la fama literaria que le acompaara hasta su muerte; a
pesar de ello, vivi casi siempre con apuros econmicos tambin en el extranjero:
Pars, Londres, Mxico y Cuba, aun siendo miembro de importantes instituciones
culturales y administrativas.
Ms que a su produccin potica (tratada en el Epgrafe 3.b.), la fama popular de
Zorrilla se debi a su obra dramtica; en ambos gneros fue un versificador fcil, con
tendencia a la rima pegadiza, salvo en determinados fragmentos ms o menos lricos
de su teatro. En el abultado conjunto de sus piezas dramticas destaca su sentido
dinmico de la accin, siempre atrayente para el espectador; prefiri los asuntos
histricos, desde el bblico y el literario hasta raramente el suceso
contemporneo: entre este tipo de obras sobresalen El zapatero y el rey, sobre la
figura de don Pedro el Cruel y su trgico final a manos de don Enrique; y Traidor,
inconfeso y mrtir, uno de sus mejores dramas, que trata la leyenda de la reaparicin
de don Sebastin de Portugal tras la usurpacin del trono por el monarca espaol
Felipe II. En ambas piezas, la intriga est magistralmente resuelta y el tratamiento de
los personajes centrales les confiere cierto sentimiento trgico no superado por su
autor ni siquiera en el Tenorio.
Sobre el tema de El burlador de Sevilla de Tirso de Molina su fuente
fundamental aunque existan otras posibles compuso Zorrilla su Don Juan Tenorio
(1844), sin duda su obra ms popular. Con ella se apartaba en prcticamente todo del
precedente barroco, otorgndole al tema un nuevo significado: si la obra del fraile
mercedario condenaba al burlador por sus pecados en un tono de predestinacin,
la pieza romntica salva a don Juan por introducir dos cambios determinantes: en
primer lugar, el protagonista es ms un fanfarrn que un autntico pecador, existiendo
en l cierto trasfondo ortodoxo que hace de su actitud un simple recurso teatral; en
segundo lugar, la introduccin del personaje de doa Ins, catalizador del
perfeccionamiento moral del protagonista, proporciona a la pieza mayor lirismo y
variedad, a la vez que justifica el arrepentimiento final de don Juan. Zorrilla dispone
la accin en dos partes: en la primera, que abarca los cuatro primeros actos, don Juan
acta como burlador relata cnicamente sus aventuras, rompe con su padre y con
el de doa Ins y rapta a sta del convento; pero al final de esta primera parte don
Juan vive una experiencia transformadora: descubre su amor puro por doa Ins,
smbolo de la inocencia femenina. A partir de entonces en la segunda parte don
Juan se ve obligado a cambiar su destino de condenacin enfrentndose a su propia
conciencia, a la de los dems y a Dios mismo: el resultado segn un ideal moral
plenamente romntico, quiz influenciado por el final del Fausto de Goethe es el
arrepentimiento de don Juan y su salvacin final por medio de su ngel de amor:
[] que si es verdad
que un punto de contricin
da al alma la salvacin
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, se familiariz pronto con las letras y ley muy joven sus primeros versos;
posiblemente por cuestiones polticas se exili voluntariamente en Portugal, donde
conoci a la Teresa de sus cantos. A partir de ese momento, su vida responde de
manera inequvoca a la estampa del hroe romntico: Teresa se cas con un
comerciante y Espronceda, por razones tanto amorosas como polticas, inici su
periplo europeo: Inglaterra, Francia donde luch en 1830, participacin en la
guerrilla contra Fernando VII, alistamiento para luchar en Polonia, etc.; cuando en
1832 regres a Londres, volvi a encontrarse con Teresa, quien, abandonando a su
marido, pas con Espronceda a Espaa. Pero la vida desordenada del poeta, incluida
su vida amorosa, empuj a la mujer a cortar la relacin de la que haba nacido una
hija; dedicado ya de lleno a la literatura y a la poltica, tras la muerte de Teresa
creci su fama de hombre pblico y de letras, a pesar de la progresiva radicalizacin
de sus posturas afines al republicanismo hasta el da de su muerte.
II. POESA LRICA. Por su formacin, Espronceda se inici en la poesa con un tono
que recuerda al de determinadas producciones de finales del XVIII al estilo, sobre
todo, de Melndez Valds; de hecho, a caballo entre Ilustracin y
Prerromanticismo, a esta influencia se debe el inters de Espronceda, durante toda su
vida, por los aspectos sociales, si bien su filiacin romntica le hace enfocarlos desde
una visin liberal radical. Entre sus primeros poemas lricos encontramos
composiciones sobre el mundo clsico y, como propio del Prerromanticismo, la
aparicin del mundo medieval calcado del mbito anglosajn por el que se movi
en los aos 30.
Podramos afirmar que a partir de mediados de este decenio la produccin de
Espronceda debe ya calificarse de netamente romntica. Compone entonces sus
poemas lricos ms conocidos, los ms significativos de los cuales nos presentan una
curiosa galera de personajes marginales que representan la rebelda del poeta frente a
una sociedad indeseable: El verdugo, El mendigo, El canto del cosaco y, sobre
todo, la Cancin del pirata donde existe una plena conjuncin de los ideales
romnticos con predominio del tema de la libertad suponen diversas formas de
cantar una consciente renuncia a la integracin social, proponiendo formas de
comportamiento idealizadas en el rechazo a la norma establecida. Igualmente, son
representativos del pensamiento de Espronceda los poemas de tono desengaado, ya
tengan como tema el amor, ya la nostalgia de la juventud, como resume
excelentemente el poema A Jarifa en una orga, en el que encontramos algunos
ecos de malditismo muy byroniano.
III. POEMAS NARRATIVOS. La mejor poesa de Espronceda hubo de encontrar su lugar
en dos largos poemas narrativos que merecen ser recordados no ya como lo mejor del
Romanticismo en nuestro pas, sino tambin como dos grandes composiciones de la
literatura espaola. El estudiante de Salamanca y El diablo mundo ofrecen tal
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variedad que suponen una revisin de las posibilidades formales de los recursos
poticos espaoles y un avance de los posibles caminos por los que transitar la
poesa posterior; existen, por ello, logros evidentes, pero tambin rotundos fracasos,
sobre todo en El estudiante de Salamanca, ms plano y menos vvido
emocionalmente en algunas de sus partes.
El estudiante de Salamanca (1840) vuelve a tocar la romntica figura del
burlador; hay, efectivamente, multitud de rasgos donjuanescos en su protagonista,
don Flix, si bien Espronceda nos ofrece en el poema no la imagen de la plenitud
amorosa ni la vitalidad castigada, sino su final: es decir, el don Flix de El estudiante
de Salamanca es un don Juan maduro que conoce su final por un extrao milagro, el
de contemplar su propia muerte. As pues, en El estudiante de Salamanca va a
predominar el tono desengaado, trascendiendo la leyenda y sirvindose de ella como
medio de reflexin, ms general e ntimo a la vez, sobre la vanidad de la vida y la
consiguiente actitud de escptica rebelda que debe animarla.
El diablo mundo (1841) es, sin duda, la mejor obra de Espronceda, a pesar de su
inconclusin, de su heterogeneidad e incluso del desorden en que nos ha llegado;
como en El estudiante de Salamanca, Espronceda insiste en el tema del desengao
vital, aunque ahora alza mayor vuelo para afirmar la radical maldad del mundo
diablo mundo a travs de un ambicioso poema en el que pensaba exponer la
engaosa vanidad del amor y del progreso:
Nada menos te ofrezco que un poema ();
fiel traslado ha de ser, cierto trasunto,
de la vida del hombre y la quimera,
tras de que va la humanidad entera.
Desgraciadamente, en El diablo mundo, por su modo de composicin, cupo de
todo: el poema se resiente con digresiones e intervenciones continuas del autor,
caprichoso con un asunto que en ocasiones se le escapa de las manos. Pero gracias
tambin a esta inclusin de elementos diversos apareci, como segundo canto de El
diablo mundo, un poema que nada tiene que ver con el resto de la composicin y que,
por s solo, constituye la ms alta cima del genio de Espronceda: nos referimos al
Canto a Teresa, una dolorosa elega a la mujer amada no slo como personificacin
del amor, sino tambin como motor de una juventud perdida y plena de ideales ahora
irrecuperables ante los que el poeta muestra su remordimiento, su sentimiento de
culpabilidad por su traicin al mundo y a la mujer amada.
b) Otros poetas
De la mayora de los mejores poetas romnticos espaoles ya hemos tratado por
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haber pasado a la historia literaria gracias a sus logros en otros gneros; entre ellos
habramos de citar al duque de Rivas y a Zorrilla. El duque de Rivas sobresale por sus
poemas narrativos, algunos de ellos muy difundidos contemporneamente, como los
Romances histricos (1841), anclados en la corriente de poesa tradicionalista y de
temtica preferentemente legendaria. Tambin sobre esta vertiente incidiran las
producciones ms populares de Zorrilla, autor de gran xito a mediados del siglo XIX;
sobre leyendas espaolas compuso los diversos Cantos del Trovador, as como La
azucena silvestre y Granada, esta ltima posiblemente una de sus mejores obras y
claro ejemplo de la exaltacin orientalista de la poesa romntica.
De entre la plyade de poetas menores del Romanticismo espaol podramos
entresacar los siguientes: el escolapio Juan Arolas (1805-1849), uno de los
animadores del ncleo romntico valenciano y poeta muy popular, practic la poesa
amatoria, animado el sentimiento amoroso por la tendencia a un ideal inalcanzable;
hoy da se le recuerda, sobre todo, por la poesa orientalista de sus lnguidas y
coloristas Orientales. Nicomedes Pastor Daz (1811-1863) destaca por sus poemas
descriptivos, especialmente los referidos a su Galicia natal como trasunto de su alma
melanclica; es sobresaliente su expresin tanto de la nostalgia como de la fantasa,
temas sobre los que construye sus mejores poemas. Por su ternura sobresale la obra
de Carolina Coronado (1823-1911), cuya poesa amorosa tanto religiosa como
profana alcanza altas cotas de afectividad y dulzura; su lrica, desprovista de toda
retrica, recuerda a la de Bcquer por su conmovedor tono melanclico.
4. La prosa
En el desarrollo de la prosa romntica espaola confluyen elementos tanto
nacionales como extranjeros; curiosamente, la influencia fornea result decisiva
para la prosa de principios del siglo XIX, si bien tal influencia vino a poner de
manifiesto la validez de los modelos espaoles: esto es especialmente cierto para la
aparicin del costumbrismo, gnero que, revestido de diversas formas aunque en
Espaa prefiri la prosa, lleg a nuestro pas desde Francia e Inglaterra, donde, a su
vez, haba bebido en fuentes espaolas.
Totalmente importada fue la novela romntica, que, o bien continu la novela
sentimental y gtica, o bien adopt la forma de novela histrica imitando a Walter
Scott, autor muy ledo y admirado en nuestro pas.
a) Los costumbristas
La intencin de reflejar literariamente la sociedad de la poca no es exclusiva del
Romanticismo; de hecho, el realismo en la descripcin de las costumbres es una de
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las tnicas generales de la literatura espaola desde sus orgenes. Pero tengamos en
cuenta que, con el Romanticismo, aparecen tanto la actitud crtica ante la sociedad
como el nacionalismo exaltado: se trataba, por tanto, de reflejar la sociedad del
momento, tanto para criticar su funcionamiento como para defender su esencia
nacional originndose, de este modo, dos formas distintas de entender el
costumbrismo, ya desde la crtica, ya desde el tradicionalismo. La amplia intencin
del costumbrismo, as como el eclecticismo de la prosa en que se expresaba,
determinaron la aparicin de diversas frmulas genricas, que podan pasar desde la
narracin breve con ciertas dosis de fantasa y la estampa simple reflejo
descriptivo hasta el artculo periodstico con intenciones mayormente crticas en
tanto que artculo de opinin.
Ramn Mesonero Romanos (1803-1882), El curioso parlante, fue el primer
autor espaol en intentar el cultivo del gnero con su obra Mis ratos perdidos (1822),
totalmente ignorada en su poca; el protagonismo recae ya sobre el Madrid del primer
cuarto del XIX, centro tambin de su mejor obra, las Escenas matritenses: en cuadros
breves donde cabe toda la sociedad madrilea, todos sus tipos y ambientes, pretenda
reflejar la imagen verdadera de nuestro pas y dejar constancia de sus costumbres. La
obra de Mesonero Romanos se caracteriza por la veracidad y por su intencin
moralista: costumbrista afable, de humor sutil y sosegado, su intencin crtica se
halla, ms que expresa en los cuadros, en el punto de vista tradicionalista desde el que
los enfoca.
Paradjicamente, el liberal Serafn Estbanez Caldern (1799-1876), El
solitario, probablemente sea el ms rancio y tradicionalista de los costumbristas
espaoles; autor de poemas y novelas de gusto neoclsico, entre su obra sobresalen
sus Escenas andaluzas (1846), un castizo retrato de la ms tpica sociedad andaluza
en el cual busca, deliberadamente, cierto regusto arcaizante.
b) El periodismo: Larra
Llegando a trascender incluso tal calificacin, el mejor de los costumbristas
espaoles fue Mariano Jos de Larra (1809-1837), posiblemente, junto a Espronceda,
encarnacin ideal del contradictorio hroe romntico espaol: rebelde por naturaleza,
su mayor ambicin fue la poltica, cuyos entresijos conoci mejor que ningn
contemporneo pero que le acarre continuas decepciones; tampoco su vida personal
fue satisfactoria, pues se le neg el amor al que aspiraba y la fama que siempre
persigui. Consecuentemente, su nica salida fue un suicidio cuyas motivaciones
ltimas todava hoy se desconocen y que sigue excitando la imaginacin de quienes
se acercan a su figura.
De l podemos destacar, quiz por extraa en Espaa, su amplia labor
periodstica; y as, aunque a Larra merezca igualmente recordrsele por sosegados
artculos de costumbres y literarios, su stira ms mordaz, su mayor viveza y agilidad
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El Romanticismo en Italia
2. Foscolo
La contradictoria evolucin del Romanticismo italiano se deja sentir de forma
evidente en la obra de Ugo Foscolo (1778-1827), nacido en la isla de Zante
entonces italiana de padre veneciano y madre griega; su produccin literaria, que
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3. Manzoni
a) Biografa
El milans Alessandro Manzoni (1785-1873) desde su juventud mostr
predileccin por ideas filosficas y religiosas de tipo inconformista y heterodoxo; en
Pars, adonde se traslad con su madre en 1805, se puso en contacto con pensadores
escpticos y enciclopedistas. Casado en Francia, regres a Italia, donde l y su esposa
se convirtieron al catolicismo y, polticamente, al conservadurismo nacionalista; se
debe ello, como en buena parte de sus contemporneos, a la marcha de la poltica
napolenica y, sobre todo, a los efectos de sta en Italia, as como a una fuerte
conciencia moral que se halla presente en la prctica totalidad de la produccin de
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Manzoni. Instalado en la vida pblica tanto como en la literaria, fue diputado y una
de las grandes glorias de las letras italianas, pudiendo contemplar, debido a su
dilatada existencia, la unidad de su pas, de la que siempre fue partidario.
b) Los novios
La obra ms importante de Manzoni es la extensa novela Los novios (I promessi
sposi), con versiones de 1827 y 1840; se trata de la novela clsica en lengua italiana,
el modelo de prosa narrativa en Italia, y est considerada como obra maestra de la
literatura nacional. La novela surgi como un intento de emulacin de la novela
histrica de Walter Scott (Epgrafe 3.b. del Captulo 2), pero sus logros fueron mucho
ms all; no era la primera ocasin en que Manzoni se preocupaba por la historia
italiana y por la historiografa en general, labor a la que se le anim ya desde su
estancia en Pars. El caso es que Manzoni se lanzaba a una empresa no intentada an
en Italia, animado por un inters personal por la plasmacin de un estudio de la
psicologa humana que, aunque haba aparecido en otras literaturas europeas durante
el siglo XVIII, no haba encontrado eco en Italia.
Para la construccin de su material narrativo con visos de verosimilitud histrica
se sirve del recurso del pretendido manuscrito encontrado y slo retocado en lo que
se refiere a la actualizacin del lenguaje; de este modo, adems, Manzoni se instaura
como crtico de una poca el siglo XVII en que Miln perteneca a Espaa. Pero
el principal problema que se le planteaba a Manzoni, y al que le dio tan genial
solucin que Los novios se convirti en modelo, era el de la lengua idnea para la
composicin de la obra: puesto que el italiano no exista ms que como una ficticia
lengua literaria, y puesto que el autor pretenda escribir una novela verosmil y, por
tanto, lingsticamente ajustada a sus personajes, a la vez que accesible a todos los
italianos, el problema de la lengua era, en definitiva, el principal. En una primera
redaccin, Manzoni opta por una frmula hbrida entre el toscano, lengua literaria, y
el milans dialectal de las clases ms bajas; pero ya en 1827 verti la totalidad de la
novela al toscano hablado, germen del actual italiano, y, por fin, en 1840 modific
totalmente la obra para convertirla en fiel y modlico reflejo de la lengua hablada en
la Toscana lleg a trasladarse a Florencia para captar el habla viva del pueblo,
aunque con decididas incorporaciones dialectales.
Los novios nos presenta la historia de los amores de Renzo y Luca insertos en los
acontecimientos de una poca, entre los que sobresale, como contraste a tal amor, la
guerra y la peste; de hecho, la historia de los protagonistas se diluye finalmente en la
historia colectiva del Miln del siglo XVII, acabando en un final trgico como trgica
fue la historia del pueblo milans durante el dominio espaol. Lo ms destacable en
este sentido es el profundo y esforzado estudio psicolgico que Manzoni realiza en
Los novios: entre los personajes, un verdadero retablo de la sociedad italiana,
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4. Leopardi
a) Vida y pensamiento
La obra de Giacomo Leopardi (1798-1837) nace en estrecha relacin con su
complejo y peculiar temperamento, reacio desde la infancia a un contacto directo con
el mundo circundante; nacido de una familia de la baja nobleza de Recanati, desde
muy pequeo dio muestras de cierto desequilibrio afectivo traducido en un carcter
tmido, reservado y hasta hosco; por el contrario, se inclin a lo imaginativo y fue un
aplicado estudiante, como en un intento de llenar con la actividad intelectual y
poco ms tarde literaria una existencia progresivamente infeliz, solitaria y
opresiva.
A causa de una enfermedad que le afect la vista en 1819, Leopardi debe dejar de
leer aunque nunca de escribir, y este hecho, unido al ambiente provinciano de la
ciudad y a su propia conciencia de su depresin, le anima a abandonar la ciudad
natal; sin embargo, unos meses de estancia en Roma slo vienen a confirmarle la
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fue apresado por los austracos y encarcelado durante diez aos, despus de lo cual
public estas memorias de su prisin con un enfoque entre revanchista y piadoso, hoy
poco interesante por su extrema tendencia al patetismo. Tambin luch contra los
austracos Massimo Taparelli dAzeglio (1798-1866), yerno de Manzoni y fiel
seguidor de su novela histrica, molde segn el cual compuso sus dos mejores obras:
Ettore Fieramosca, que tiene por argumento el desafo entre doce italianos y doce
franceses en el asedio de Barletta (1503); y Niccol de Lapi, basada en el asedio de
Florencia de 1530; escribi adems unas memorias con el ttulo de Mis recuerdos (I
miei Ricordi), libro sincero pero lastrado por cierto tono moralizante.
En lo potico, sobresale el grupo toscano formado con la llegada del ginebrino
G.P. Viesseux a Florencia; aparte de Giambattista Niccolini (1782-1861), autor de
tragedias de corte neoclsico al estilo senequista entre las que sobresale Nabucco,
que inspir a Verdi su pera del mismo ttulo, y Giuseppe Gioachino Belli
(1791-1863), sobresaliente por algunos de sus sonetos, deberemos citar como poeta
ms significativo de este grupo a Giuseppe Giusti (1809-1850), autor de versos de
tema popular escritos en una lengua muy cercana a la dialectal; lo mejor de su obra,
sin embargo, se halla en sus Stiras de tono poltico, muy admiradas en su poca y
que todava hoy guardan cierto sabor jocoso.
El fin del Romanticismo llega de la mano de autores como Giovanni Prati
(1814-1884) y Aleardo Aleardi (1812-1878); del primero deben recordarse slo
ciertos fragmentos de su coleccin Isis (Iside, 1878), donde encontramos una
concepcin casi mgica de un mundo como de ensueo; menos fecundo, Aleardi
encuentra su cima en La ciudad marinera (Le citt, marinare), composicin teida de
melancola pero falta de concrecin. Por fin, el resumen del Romanticismo italiano
sali de la pluma de Francesco de Sanctis (1817-1883), sin duda el mejor crtico del
siglo XIX en su pas; a l se le debe, entre otras obras, una Historia de la literatura
italiana, adems de diversos estudios sobre los clsicos nacionales Dante, Petrarca
y autores contemporneos Leopardi, Manzoni, etc., sin limitarse
exclusivamente a estudiar las formas literarias, sino al hombre y su poca,
conformando as los inicios de la crtica moderna italiana.
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8
Literatura romntica portuguesa
1. El Romanticismo en Portugal
La introduccin del movimiento romntico en Portugal se debe, como en la
mayor parte del resto de Europa, a la accin de influencias extranjeras aclimatadas
por la accin de los emigrados. Pero, dejando a un lado las simples influencias
literarias, no se debe desdear el matiz poltico revolucionario con el que se tie el
Romanticismo portugus; se dejaba sentir con fuerza la necesidad de la ruptura con el
pasado, especialmente desde que, a principios del siglo XIX, la anticuada burguesa
mercantilista entrara en crisis tras la independencia econmica de Brasil: la bsqueda
de nuevas formas de relacin social y poltica se traduce as en una exploracin en las
posibilidades de las nuevas manifestaciones culturales importadas de naciones
polticamente progresistas.
Aunque se toma el ao 1825 como fecha clave de la incorporacin de Portugal al
Romanticismo cuando Garrett public en Pars Cames, en realidad deberamos
pensar que la aclimatacin romntica no llegara hasta aos ms tarde, cuando el
gusto del pblico y no slo la produccin de los autores conect con los
postulados del nuevo movimiento; efectivamente, en Portugal las condiciones
literarias romnticas estn ntimamente unidas no slo a las culturales, sino tambin a
las polticas: las fechas de la revolucin de 1832-1834 coinciden en este sentido con
la poca de xito de autores como Garrett y Herculano posiblemente los mximos
exponentes del Romanticismo portugus y con la publicacin de los primeros
peridicos de masas, especializados en los artculos de opinin, a cuyo desarrollo
contribuyeron tambin los autores literarios.
Advertiremos, sin embargo, que las tendencias revolucionarias de los
intelectuales romnticos portugueses, provenientes en su mayora de la pequea y
mediana burguesa, no dejaron de limitarse a una rbita moderada; como en el resto
de Europa, los mediados del siglo XIX contemplan un proceso paradjico del que van
a surgir dos facciones intelectuales enfrentadas a partir de ese momento poltica y
culturalmente: mientras que los primeros romnticos, que haban defendido la
revolucin artstica, se incorporan a las filas del conservadurismo movimiento que
originar la Restauracin, generaciones sucesivas adoptarn posturas polticamente
progresistas generalmente cercanas al izquierdismo republicanista junto a las
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clases populares con las que suelen formar causa comn. Del enfrentamiento entre
ambas facciones intelectuales, que en realidad reproduce la lucha por el poder que ya
se ha entablado en toda Europa, nacer la necesidad de una nueva literatura, ms
comprometida socialmente y defensora del progreso material del pas: estamos ante la
encrucijada de la generacin realista de 1868, cuando el Romanticismo puede
declararse definitivamente superado.
2. Almeida Garrett
Joo Baptista de Almeida Garrett (1799-1854) ocupa su lugar en la literatura
portuguesa como autor entre dos siglos, formado en el espritu arcdico del XVIII y,
sin embargo, tpico y completo representante del Romanticismo en Portugal. Su
introduccin en la literatura romntica se realiza de modo gradual, integrando su
concepcin netamente ilustrada del arte y de la vida en el sentimentalismo de
Chateaubriand y el historicismo de madame de Stal; pero no por ello abandon sus
ideales de reforma social, localizndose en su obra el paso de las aspiraciones
liberales ilustradas a un escepticismo claramente romntico.
Su obra anterior a su primer exilio europeo carece actualmente de valor, aunque
pueda recordarse la Lrica de Joo Mnimo por sus acertadas odas anacrenticas en
lnea claramente arcdica. La produccin literaria de Garrett madura pronto al
contacto con la cultura inglesa a partir de 1823; gracias a ella se familiariz
rpidamente con la evocacin de la Edad Media, la novela gtica, el satanismo
byroniano y los romances historicistas de Walter Scott que imit en Adozinda
(1828) y en sus tres tomos del Romanceiro Portugus. En esta poca compuso
algunas de sus mejores obras, introductoras del Romanticismo en Portugal: en
Cames (1825) nos encontramos ya con recursos tpicamente romnticos; en primer
lugar, la literaturizacin en clave novelesca de la vida de un poeta; en segundo lugar,
la eleccin de un tema nacional relacionado con un pasado glorioso; y, por fin, el
tratamiento del personaje como trasunto de la inadaptacin del artista frente a la
sociedad. Cames es un poema narrativo donde, en definitiva, se nos ofrece la
historia de un poeta incomprendido, un desterrado obligado a vivir en la miseria a
pesar de su condicin de genio de la literatura. En cuanto a Doa Blanca (Dona
Branca, 1826), mucho ms efectista, es tambin un poema narrativo de tema histrico
nacional, tratado ahora desde una perspectiva exotista: el rapto de la infanta por el
ltimo rey moro de Silves sirve en esta ocasin para la exaltacin de un pasado
legendario en el que intervienen elementos folklricos y maravillosos.
En el terreno dramtico, Almeida Garrett tambin parti de las propuestas
arcdicas de creacin de un teatro nacional, aunque atenuadas por su participacin en
el proyecto de la dramaturgia romntica: accin ms libre con localizaciones
mltiples y tiempo alargado, efectos de contraste y tendencia a la caracterizacin
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3. Herculano
Inserta plenamente en el nuevo estilo romntico, la obra de Alexandre Herculano
(1810-1877) goz de amplia difusin entre sus coetneos como clara muestra de lo
que el Romanticismo portugus poda dar de s. De su ingente produccin, hoy carece
prcticamente de inters su obra lrica, plagada de los ms caractersticos tpicos del
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traductor del ingls los prerromnticos y Scott fueron sus preferidos, del alemn
y del francs, contribuyendo as a la difusin del gusto romntico.
Debido en buena parte al peso que en la tradicin portuguesa tenan los
cancioneros medievales y los romances espaoles, el inters por el romance histrico
y la novela de tema medieval se dej sentir muy pronto en Portugal; entre sus
cultivadores podemos destacar a Lus Augusto Rebela da Silva (1822-1871), cuya
Mocedad de D. Juan V (Mocidade de D. Joo V) se cuenta entre los grandes xitos de
pblico del siglo XIX portugus; y a Jos Freire de Serpa Pimentel (1814-1870), que
dej asentada una verdadera escuela gracias a su colaboracin en diversos peridicos
literarios. Precisamente desde uno de ellos, El Trovador, se lanz una ofensiva por
parte de un grupo de artistas contra el Romanticismo ms superficial;
paradjicamente, y como en buena parte de Europa, la propensin a una revolucin
esttica que acaudillara Castilho fue acompaada en este caso por una tendencia
a la restauracin poltica conservadora cuyo triunfo se producir en Portugal en
1851. Salido de idnticos rganos de difusin, debemos recordar que cierto sector
de intelectuales romnticos no adopt esta actitud polticamente conservadora,
coherenciando su prctica literaria con una postura ideolgica revolucionaria: citemos
aqu a Lus Augusto Palmeirim (1825-1893), un autor muy popular a mediados de
siglo coincidiendo con los levantamientos de 1846, de entre cuya obra podemos
entresacar sus composiciones folklricas, sus panfletos de tono popular y sus poemas
de tono inconformista donde manifiesta ideales antisociales y rebeldes aprendidos
fundamentalmente de romnticos extranjeros como Schiller, Byron y Espronceda.
9
El Romanticismo ruso
10
El Romanticismo en otros pases europeos
2. El Romanticismo dans
Coincidiendo con la poca en que Noruega iba a ver satisfecho el reconocimiento
de su independencia poltica por parte de la Corona danesa, Dinamarca conoci en el
Romanticismo un rico desarrollo de su literatura al que contribuyeron, precisamente,
autores noruegos tanto contemporneos como precedentes (para estos ltimos, vase
en el Volumen 5 el Epgrafe 2 del Captulo 14). Recordemos que buena parte del
zapateros del pueblo) como al narrativo (Los siete hermanos), por lo que se le puede
considerar precursor del Realismo en Finlandia.
sorprendente final acaso quisiera explicar las razones del fracaso histrico de Polonia;
ms extrao an es su drama Rey Espritu, donde se sirve de una leyenda griega
documentada en Platn para la composicin de una pieza fantasmagrica que, sin
embargo, ms nos recuerda la tramoya barroca que el efectismo romntico. Menos
actual, Zygmunt Krasinski (1812-1859) es autor de una obra extraa entre la que
sobresale su No-Divina Comedia, un intento entre potico y dramtico de
superacin de la visin teocntrica dantesca por otra de tipo humanitarista basada en
principios revolucionarios romnticos; quiz ms inters revista su drama Iridion,
especialmente por su galera de retratos femeninos segn los entenda el
Romanticismo europeo.
Como resistindose a toda clasificacin en esta poca, Cyprian Kamil Norwid
(1821-1883) es ms que un romntico rezagado: poeta maldito, iconoclasta, crtico
para con su poca y su patria, nos recuerda por su actitud y su formacin fue
tambin pintor, actividad que lo arrastr por toda Europa a los poetas franceses
fin de sicle. Sus poemas y sus relatos breves en una condensada prosa potica
intentan ser tanto un medio de conocimiento ltimo de la realidad del mundo
como una superacin de sta y un subterfugio para la fuga del mundo circundante.
b) El Romanticismo en Hungra
En el caso de Hungra, tambin el Romanticismo supuso el despertar de una
conciencia nacional que se estaba produciendo ya para finales del siglo XVIII: as, el
oficial Carl Kisfalndy, prisionero de los franceses, reacciona contra la influencia gala
y compone algunas de las primeras obras que se tienen por romnticas en Hungra.
Pero el verdadero iniciador del Romanticismo en Hungra es Mihly Vrsmarty
(1800-1855), cuyo poema heroico en hexmetros, sin romper totalmente con las
formas clasicistas La fuga de Zaban se tiene por manifiesto del nuevo movimiento,
especialmente por la recuperacin de las tradiciones autctonas y por su imbricacin
de historia y mitologa; pero, aunque Vrsmarty compusiera otros poemas picos,
hoy se le recuerda especialmente por su obra lrica, gnero en el que consigui una
plasticidad expresiva pocas veces superada en lengua hngara. Por su sentido del
patriotismo, que trasciende lo estrictamente literario, el adalid del Romanticismo
hngaro es Alexander Petfi (1823-1849), cuya obra an se enarbola como grito en
favor de la libertad nacional; su produccin lrica, extensa pese a su breve vida, es
netamente romntica por su insobornable expresin de un espritu fuerte y
audazmente individualista, que se traduce tanto en inflamados cantos patriticos
como en delicadas y simblicas evocaciones del paisaje magiar.
Entre los autores hngaros que cultivaron la literatura de corte popular podramos
citar a Mihly Tompa (1819-1868) con sus Tradiciones populares; y a Arany Janos
(1817-1882), cuya triloga Toldi evoca el pasado caballeresco medieval.
11
Literatura estadounidense: antecedentes
4. Literatura e Independencia
Los gneros literarios norteamericanos van a conocer durante el siglo XVIII el
definitivo despegue con respecto a Europa; se deja entrever entonces la originalidad
de unos autores que comienzan a responder, aunque tmidamente, a las necesidades
de una nueva sociedad. Aun as, no deja de sorprender el hecho de que la ansiada
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descarado pero logrado calco, tanto temtico como formal, del postrer drama clsico
ingls.
Habr que esperar hasta la aparicin de Royall Tyler (1757-1826) para que el
teatro norteamericano se constituya como algo ms que una simple continuacin del
drama ingls; pero no por ello abandona Tyler los presupuestos ideolgicos que, tanto
en Norteamrica como en Europa, estaban configurando nuestra poca
contempornea: de hecho, la simple constatacin de su dedicacin a la comedia
aunque no exclusiva, pues cultiv otros gneros aclara ya la orientacin que Tyler
va a imprimir a su produccin dramtica, en una va de moralizacin a travs del
teatro que es caracterstica de la comedia burguesa. En este sentido, se ha visto en
Tyler al Sheridan americano no slo por insistir en un tipo de produccin similar,
sino porque la orientacin de su obra se debe en buena parte al xito de The School
for Scandal (Volumen 5, Epgrafe 5 del Captulo 6), representada en Norteamrica en
1784, tres aos antes de la representacin de The Contrast, nica comedia conservada
de Tyler aunque escribi otros dramas, stos de tema bblico. La obra, que tiene
bastante de moral burguesa ilustrada, es un cuadro de costumbres con intencin
satrica donde se condena la cultura europea, se ensalzan los valores de la nueva
sociedad norteamericana y se realiza una fervorosa defensa del espectculo teatral y
de su meritoria funcin educativa en el seno de la colectividad; de este modo,
uniendo patriotismo y moral o, lo que es lo mismo, yuxtaponiendo a la grandeza de
los Estados Unidos la vala de su moral burguesa, Tyler abra el camino de la
produccin dramtica norteamericana.
La posibilidad del cultivo del gnero dramtico gracias a la obra de Tyler la
aprovech con xito William Dunlap (1766-1839), cuya produccin, sin embargo, no
logra despegarse totalmente de los correspondientes modelos ingleses: ecos del
costumbrismo del novelista Sterne tiene El padre, o Shandysmo americano (The
father, or American Shandysm, 1798), como a ecos del teatro de la Restauracin
responde El padre italiano (The Italian father, 1799). En lneas generales, podemos
ya hablar de una profesionalizacin de la labor dramtica, traducida en una obra de
corte realista y de moral decididamente burguesa.
12
Romanticismo y Trascendentalismo en Norteamrica
William Cullen Bryant (1794-1878), un poeta precoz public su primer libro a los
quince aos cuya obra deja sentir muy poderosamente la influencia de los
romnticos ingleses; por otro lado, su adscripcin al Knickerbocker lo sita en la
tendencia al descriptivismo esbozada por el maestro Irving, del que nada desmerece.
Pero Bryant tiene su modelo fundamental en Wordsworth (Epgrafe 2.a. del
Captulo 1): como en la obra del britnico, en la poesa de Bryant ocupa un lugar
central la naturaleza el paisaje romntico como paisaje del alma; de ah
tambin la clave tica de buena parte de su obra, como propuesta de una conciencia
moral manifestada en el poema; y, por fin, como consecuencia de lo anterior, la
necesidad de una reforma poltica en tanto que respuesta a una nueva conciencia del
hombre moderno. Todo ello pone en relacin a Bryant, por otra parte, con el posterior
Trascendentalismo norteamericano (Epgrafe 3), por el que determinados
intelectuales de signo conservador, como el propio Bryant y sus compaeros del
Knickerbocker Group intentan hacer del comportamiento religioso y moral la
pieza maestra para la necesaria reforma poltica de los Estados Unidos.
El idealismo de Bryant es an una utopa, una respuesta total de inconformismo
frente al mundo, incluso frente al cosmos, ante el cual adopta el poeta una postura
escptica salvada slo por el mismo acto creador, como si ste fuese un paso ms
hacia la nada. Esta postura indudablemente romntica encuentra en la naturaleza el
tema idneo para su expresin en composiciones como Inscripcin para la entrada
de un bosque, El viento del Oeste y en poemarios como Viento de verano
(Summer wind, 1832) y La marea de los aos (The flood of years, 1867); todo paisaje
es un verdadero concierto para los sentidos, un lugar de comunin entre el hombre y
un Creador omnipresente, una invitacin a la reflexin y al tono discursivo a veces
empaado por cierto moralismo innecesario:
You have no history. I ask in vain
who planted on the slope this lofty group
of ancient pear trees that with spring-time burst
into such breadth of bloom. One bears a scar
where the quick lighting scorched its trunk, yet still
it feels the breath of Spring and every May
is white with blossoms. ()
[No tenis historia. En vano pregunto / quin plant en la ladera este
alto grupo / de perales antiguos que por primavera estallan / en tan vano
florecimiento. Uno muestra la cicatriz / abierta en su tronco por el rayo y,
aun as, / siente el aliento de la Primavera y cada Mayo / se viste de
blanco con las flores ()].
c) J. F. Cooper
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idolatra. Su integridad moral y su propia conciencia, pero tambin una gran dosis de
exhibicionismo casi histrinico lo llevaron a rechazar la naciente civilizacin
norteamericana y a abandonar finalmente la ciudad de Concord, donde haba nacido y
viva.
Esta actitud de desprecio de lo artificial se pone de manifiesto ya en sus primeros
libros, Una semana en los ros Concord y Marrimack (A week on the Concord and
Marrimack rivers, 1849) y Walden (1855); en ambos nos ofrece sus impresiones
sobre su experiencia de vida natural, siendo ms significativo el segundo por tratarse
del resultado ms inmediato de esa especie de experimento entre ilustrado y
romntico que fue su retiro a una cabaa a orillas del lago Walden entre 1845 y 1847.
De este modo iniciaba Thoreau una obra de tono eminentemente descriptivo, absorta
en la contemplacin seudorreligiosa del paisaje americano, pero lastrada en buena
medida por el peso de la constante presencia del autor: Thoreau, debatindose entre la
egolatra y cierto idealismo altruista, no es capaz de dejar hablar a la Naturaleza por
s misma y se convierte en un simple por no decir mediocre traductor del
paisaje; por otro lado, se le debe reconocer el mrito de ser el primer norteamericano
en dejarse asombrar por todos y los ms delicados aspectos y matices del mundo
natural llegando a extremos casi biologistas, as como el de haberse expresado
en una prosa cuya complejidad no elimina la coherencia y la fluidez, como demuestra
en obras sucesivas Excursin, Cabo Cod (Cape Cod) y Los bosques de Maine (The
Maine woods).
social: cuando, por fin, la mujer deba exponerse en la plaza pblica, el reverendo se
unir a ella y a su hija y morir a la vista de todos mientras que en su propio pecho
aparece grabada una letra A.
A pesar del xito de La letra escarlata, hoy nos parece mejor novela La casa de
los siete tejados (The house of the seven gables, 1850), posiblemente porque, sin
renunciar Hawthorne al simbolismo, existe en ella una evidente intencin realista
al menos, tcnicamente que en su obra anterior quedaba slo levemente esbozada;
lo que en La letra escarlata haban sido seguridades ingenuamente aceptadas son en
La casa de los siete tejados ambigedades artsticas con las que Hawthorne abre el
camino a la narrativa de Melville, uno de sus grandes admiradores: la casa con vida
humana, la historia del linaje, el amor entre los protagonistas y, sobre todo, el
personaje de la bondadosa Phoebe, todo son smbolos de un mundo pasado que se
proyecta al presente y con el que el autor nos lanza al futuro norteamericano; un
futuro por el que puedan superarse el mal y los prejuicios puritanos cifrados por el
autor en el famoso proceso de las brujas de Salem y que abra el camino a una
especie de inocencia original basada en la naturaleza. La casa de los siete tejados es,
en definitiva, una indagacin entre los fantasmas del pasado, sin que por ello haya
sitio en la novela para una proclama de principios: la confianza en el individuo no
logra alcanzar resonancias trascendentalistas, pero puede eliminar los ecos de una
sociedad irremisiblemente caduca.
b) Melville
La obra narrativa de Herman Melville (1819-1891) nace casi directamente de su
propia experiencia vital; sus novelas constituyen, hasta cierto punto, su autobiografa,
pero con la ventaja con respecto a otros trascendentalistas junto a los que comparte
tal caracterstica de que supo revestir sus relatos con la naturalidad de cuyo sentido
carecan muchos contemporneos. Sus obras participan a la vez de los caracteres
picos de Cooper, de la capacidad de abstraccin de Hawthorne y del lirismo
descriptivista de Thoreau: el resultado es una produccin narrativa compleja, plena de
matices y equilibrada, que encontrar su mxima expresin en una de las novelas
maestras de la historia norteamericana, Moby Dick. Hasta llegar a ella, Melville haba
ido buscando, casi en solitario, su propio camino novelstico; es el suyo un caso de
honestidad profesional frente a la aureola seudomstica de la que se rodearon casi
todos los trascendentalistas: de escasa formacin, Melville siempre reconoci que su
universidad haba sido el mar medio del que subsisti entre 1837 y 1845 a bordo
de mercantes, balleneros e incluso de barcos de guerra, y de l hizo su motivo
literario fundamental durante varios aos; pero esta misma honestidad, que en un
principio le vali la fama, le oblig a acabar sus das como autor olvidado y triste
inspector de aduanas en Nueva York, donde muri.
Sus primeras obras nos orientan sobre su filiacin originariamente
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5. Trascendentalistas menores
La tendencia a la reflexin propia de los autores trascendentalistas, as como su
bsqueda de nuevas formas de entendimiento total con el mundo en conexin con
el pensamiento idealista europeo, los convirti en avanzadilla cultural de la poca,
por lo que gozaron de gran predicamento entre sus contemporneos por esa actitud de
individualismo entre tico y esttico que los caracteriza. Que eso sucediera con
Emerson, smbolo de la nueva era cultural, puede parecer incluso lgico, pero
extraa, por el contrario, el clamor con el que fue recibida la obra de autores que hoy
no pasan de ser figuras de segunda fila con respecto no slo al maestro, sino sobre
todo con respecto a los grandes narradores a cuya obra se le neg toda trascendencia.
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a) Longfellow
El caso ms significativo de encumbramiento de endiosamiento casi entre
sus contemporneos fue el de Henry Wadsworth Longfellow (1807-1882), quien,
pese a llegar a la poesa slo tras sus fracasos en el terreno de la prosa, ha tenido el
honor de ser admitido en el rincn de los poetas de la abada inglesa de
Westminster. En su momento se le pudo adscribir al grupo de poetas-pensadores del
Trascendentalismo norteamericano, sobre todo por su bsqueda de una lrica de tono
pico que intentara una superacin del puritanismo por medio de una dimensin de
futuro; pero hoy da el inters de su obra es muy relativo, y muy pocas de sus
composiciones merecen ser recordadas: acaso sobresalga Evangeline (1847), un
poema narrativo que manifiesta las indudables deudas de su autor con el
Romanticismo europeo; curiosamente, no es el nico caso en su obra, pues casi toda
ella proviene de lecturas bien de romnticos ingleses y alemanes, bien de clsicos
espaoles e italianos una de sus obras de mayor alcance ha sido precisamente la
traduccin de la Divina Comedia.
b) Holmes
Trascendentalista en una clave moral fuertemente burguesa, as como encarnizado
enemigo del puritanismo norteamericano, fue Oliver Wendell Holmes (1809-1894),
posiblemente uno de los personajes ms cultos de su poca en los Estados Unidos;
mdico y catedrtico en Harvard, su empeo puede calificarse de ilustrado al intentar
la difusin de sus ideas desde moldes narrativos caracterizados por su tono de cordial
contertulio: destaca su obra El autcrata en la mesa del desayuno (The autocrat at
the breakfast table, 1858), a la que siguieron otras redactadas segn idntico modelo.
La tendencia a una prosa ordenada y rigurosa se deja sentir tambin en sus novelas,
cuya nota ms acusada es un tratamiento casi naturalista, por su cientifismo, de los
asuntos; con ellas parece como si Holmes intentase demostrar una tesis entre mdica
y religiosa segn la cual las personas responden inequvocamente a su herencia no
slo biolgica, sino tambin espiritual, segn deja entrever en Elsie Venner, cuya
protagonista slo encuentra su liberacin por la purificacin.
c) Whittier
Sus actitudes personales alejan a John Greenleaf Whittier (1807-1892) del resto
de los trascendentalistas norteamericanos, pues, partiendo de idnticas premisas
individualistas y seudorreligiosas, lleg como algunos precursores en Europa e
Hispanoamrica a posturas de compromiso sociopoltico diametralmente opuestas
a las imperantes en su grupo. Su obra est presidida tanto por el amor a la naturaleza
a un paisaje real, el de su infancia y adolescencia como al ser humano que la
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habita. Cantor de las tradiciones locales (por ejemplo, en sus Leyendas de Nueva
Inglaterra), supo amar al hombre de carne y hueso, y sus temas fundamentales, junto
al paisaje, sern la guerra civil En tiempo de guerra y otros poemas (In war time
and other poems) y el esclavismo (Voces de libertad), las dos grandes tragedias de
los Estados Unidos a las que Whittier se enfrenta decididamente. Ms netamente
lrica es su produccin posterior; su composicin ms recordada es Aislados por la
nieve (Snow-Bound), donde Whittier vuelve a cantar a la conservacin de las
tradiciones rurales norteamericanas, al tiempo de inocencia original que traslada a sus
aos de infancia, cuando se dejaba invadir por el sabor del hogar.
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Independencia y Romanticismo en Hispanoamrica
3. El Romanticismo hispanoamericano
Aunque las primeras producciones hispanoamericanas propiamente romnticas
son posteriores a 1830, la penetracin de las formas y modos del nuevo movimiento
se haba iniciado lenta, pero eficazmente, con anterioridad: lo que haban sido atisbos
romnticos en determinados autores del perodo precedente en forma ya ilustrada,
ya neoclsica, se resuelven a mediados del siglo XIX en una decidida toma de
partido por los temas, los modelos y las ideas caractersticos del Romanticismo.
En un primer momento, el influjo romntico tiene en Hispanoamrica un signo
eminentemente francs: a la influencia de los enciclopedistas se une casi
inmediatamente el sentimentalismo de Rousseau sobre todo, con la Nueva Elosa
y de Chateaubriand con Atala, de tema americano; ms tarde sern los ingleses y
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comunicativo que ser propio de toda la poesa posromntica hispnica; y, como nota
novedosa, incorpor el tratamiento plstico y musical del verso, poniendo as las
bases de los elementos ms caractersticos de la poesa modernista hispanoamericana.
Todava existen, sin embargo, autores romnticos cuya obra pone de relieve el
acento social caracterstico del movimiento en Hispanoamrica; entre ellos podemos
citar a varios poetas cubanos: Plcido seudnimo de Gabriel de la Concepcin
Valds (1809-1844) debe su fama ms a su actitud rebelde y a su fusilamiento que
a su pobre poesa populista; igual muerte encontr Juan Clemente Zenea
(1832-1871), cuya actitud polticamente combativa no se corresponde del todo con su
poesa intimista, salvo por su melancola proveniente de su propia circunstancia vital
y, sobre todo, de su premonicin de la muerte; por fin, Jacinto Milans (1814-1863)
pas de cierto casticismo hispnico a la exposicin por medio de la poesa de la
necesidad de reformas sociales especialmente influido por Espronceda; la forma
y diccin descuidadas de sus composiciones no invalidan el valor de su apasionada
obra potica.
Pero entre los autores cubanos sobresale, sin duda, el nombre de una poetisa
afincada en Espaa, Gertrudis Gmez de Avellaneda (1814-1873), cuya extensa y
variada produccin abarca diversos gneros; en el campo de la lrica han de
recordarse sus sinceras composiciones amorosas, no tanto por su temtica cuanto por
su expresin, pues constituyen uno de los ms claros ejemplos de precursora
renovacin expresiva que conoci el Romanticismo hispano. En el terreno narrativo,
se le debe la novela sentimental Sab, que pretende ser a la vez una lcida exploracin
en los conflictos raciales cubanos.
Como romntico tardo podramos sealar al peruano Ricardo Palma
(1833-1919); su popularidad se debe a sus extensas Tradiciones peruanas, donde, con
sentido conciso y penetrante, realiza una acabada pintura de la vida nacional a base
de cuentos, leyendas y cuadros costumbristas, en un intento de hacer del pueblo el
motor de la Historia. El colombiano Rafael Pombo (1833-1912) se inici en el
Romanticismo marginal de Byron y Espronceda, con tendencia al tratamiento de
personajes representativos de un sentir antiburgus; pero, a raz de su estancia en los
Estados Unidos, su obra se orient ms tarde hacia un espiritualismo aprendido de los
trascendentalistas norteamericanos especialmente de su amigo Longfellow,
encontrando en la naturaleza y en la religin sus motivos fundamentales de
inspiracin.
En Mjico, Guillermo Prieto (1818-1897) fue uno de los romnticos ms
difundidos gracias al sentir popular de su obra; su mejicanismo se sirvi de los
moldes tradicionales El romancero (1866); Musa callejera (1883) para la
recreacin costumbrista de su propio pas. Ignacio Altamirano (1834-1893), tambin
de Mjico, fue uno de los narradores ms reseables del Romanticismo
hispanoamericano: orador fogoso y periodista combativo, influy poderosamente
sobre los idelogos revolucionarios de la Amrica hispana. Clemencia (1869) y La
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Navidad en las montaas (1871), dos de sus primeras obras, presentan tonos idlicos
y sentimentales caractersticos del Romanticismo; pero ser El Zarco (editada
pstumamente en 1901) su novela ms ambiciosa; romntica por su tema y
exaltacin, en ella se aplica, como otros autores, a la descripcin de la realidad social
mejicana, tomando el bandidaje como smbolo, producto y suma de una vida nacional
desorganizada.
Por fin, entre los precursores de ciertas notas premodernistas podemos citar al
mejicano Manuel Flores (1840-1885), no slo por su sentido de la exuberancia
formal, sino, adems, por responder a su nostalgia tpicamente romntica con
una actitud filosficamente escptica, religiosamente atea y polticamente anarquista
que anuncia las vsperas de la ideologa modernista hispnica. Ms descriptivamente
romntica, la obra del venezolano Juan Antonio Prez Bonalde (1846-1892) puede
parecernos modernista por la plasticidad sensorial de la que se sirve en la
presentacin de la naturaleza americana.
4. La literatura gauchesca
a) Introduccin y desarrollo del gauchaje
En la regin del Plata en Argentina y Uruguay, que comparten el vasto
territorio de la Pampa surga a principios del siglo XIX el tema del gauchaje como
frmula de entendimiento de las formas de vida autctonas. La literatura gauchesca
se cultiv, as pues, en tanto que medio para la comprensin, desde la cultura, de
modos de vida popular; ms an, como medio para el entendimiento entre una
naciente cultura urbana y la regresiva cultura popular de raigambre rural. Como en
otros momentos de la historia universal, esto slo es posible cuando el tema objeto de
las producciones literarias se idealiza por su desaparicin del panorama social: justo
en el momento en que el gaucho est siendo absorbido por nuevas formas de relacin
social basadas en el incipiente capitalismo, la literatura se sirve de la
idealizacin del personaje para la creacin de un modelo humano cuyas actitudes
vitales, comportamiento y formas de expresin sern un smbolo del original sentir
nacionalista hispanoamericano.
El argentino Juan Gualberto Godoy (1793-1864) fue el primero en reivindicar en
sus obras, a partir de 1820, la validez literaria del lenguaje popular
hispanoamericano; en ellas no existe an una plena conciencia de lo que el gauchaje
supona, sino una reivindicacin, en clave nacionalista, de la peculiar realizacin de
la lengua castellana en tierra argentina. Como verdadero introductor de la literatura
gauchesca deberamos sealar al uruguayo Bartolom Hidalgo (1788-1822),
especialmente por cultivar una poesa, ms que populista, popularista: es decir, una
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deja sentir en la obra no proviene, por tanto, ms que de la recta consideracin de las
condiciones de vida del gaucho, cuya brbara existencia ya hipcritamente
denunciada, ya falsamente idealizada por sus predecesores era producto de un
injusto sistema social:
Y sepan cuantos escuchan
de mis penas el relato
que nunca peleo ni mato
sino por necesid
y que a tanta alversid
slo me arroj el mal trato.
Y atiendan la relacin
que hace un gaucho perseguido,
que padre y marido ha sido
empeoso y diligente,
y sin embargo la gente
lo tiene por un bandido.
La historia de Martn Fierro, el gaucho honrado que se ve obligado a enrolarse en
el ejrcito por la fuerza y a abandonar a su familia para sufrir toda clase de
vejaciones, es la historia de una injusticia que la sociedad comete para con el gaucho,
cuyos servicios son recompensados con la destruccin de su hacienda y de su
familia; obligado a convertirse en vengador, aparece el gaucho malo que tantos
haban denunciado, fruto de la injusticia del sistema.
La vuelta de Martn Fierro (1879) segunda parte de la obra cierra la aventura
del protagonista de forma sorprendente: Martn Fierro reconoce lo impropio de su
venganza y se integra en un sistema que lo acoge para redimirlo con su accin
civilizadora. De este modo, el mismo sistema que haba propiciado la desintegracin
de lo rural, y cuya civilizacin haba sido puesta en tela de juicio, acta ahora como
redentor de la condicin brbara del gaucho Martn Fierro, cerrndose de este
modo la obra con una moraleja en clave burguesa que parece invalidar el espritu que
haba animado la composicin de la primera parte:
Vive el guila en su nido,
el tigre vive en la selva,
el zorro en la cueva ajena,
y, en su destino incostante,
slo el gaucho vive errante
donde la suerte lo lleva.
Es el pobre en su orfand
de la fortuna el desecho,
porque naides toma a pechos
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el defender a su raza;
debe el gaucho tener casa,
escuela, iglesia y derechos.
Pero en realidad, lo que ha preservado al Martn Fierro del paso del tiempo, lo
que ha hecho posible el que la obra creara escuela en Hispanoamrica pese a que el
tema del gauchaje no haya sido retomado sino espordicamente es su rico estilo
popular, la conjuncin del ms descarado vulgarismo con la ms fina y artstica
poesa, creando as las bases de una peculiar forma de expresin autctona que
encontrara gran eco en autores posteriores ya en pleno siglo XX, cuando el Martn
Fierro dej de ser algo ms que una obra localista para constituirse en el smbolo
expresivo de todo un mundo cultural.