Miranda Identidad Profesional
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Resumen
Todas las profesiones se construyen socialmente y todas ellas se apoyan en un conjunto de conocimientos cientficos que son
fruto del dilogo realizado internacionalmente; el trabajo social no es una excepcin.
Sin embargo, seguimos teniendo problemas
de identidad profesional, uno de ellos es el
desconocimiento, cuando no el desprecio de
la propia historia. Es urgente recuperar a las
pioneras y avanzar en el consenso para construir los elementos identitarios comunes y si
es posible, como hacen las dems disciplinas,
definir un objeto disciplinar en el que todos
nos veamos reflejados.
Palabras clave: trabajo social, identidad,
historia, pioneras.
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CMO CITAR:
Miranda Aranda, M. (2015). La importancia de la historia del trabajo social para construir una
identidad profesional aceptada internacionalmente. Tendencias & Retos, 20(1), 21-34.
Tend. Ret. ISSN 0122-9729. Vol. 20, No. 1, enero-junio 2015, pp. 21-34
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A importncia da histria do
trabalho social para construir
uma identidade profissional
com aceitao internacional
Abstract
Resumo
Todas as profisses se constroem socialmente e todas elas se apoiam em um conjunto de conhecimentos cientficos que so
fruto do dilogo realizado internacionalmente; o trabalho social no uma exceo.
Porm, continuamos tendo problemas de
identidade profissional, um deles o desconhecimento, quando no o desprezo da
prpria histria. urgente recuperar as
pioneiras e avanar no consenso para construir os elementos de identidade comuns
e se possvel, como fazem as outras disciplinas, definir um objeto disciplinar no
qual todos nos vejamos refletidos.
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La importancia de la historia del trabajo social para construir una identidad profesional aceptada internacionalmente
Introduccin
Quines son los asistentes sociales? Se
preguntaba para comenzar su libro El trabajo social individualizado, en 1962, Helen
Harris Perlman (1980), considerada una
de las pioneras de esta profesin/disciplina, capaz de proponer un modelo-sntesis
con las aportaciones de la Escuela de Nueva York y las posteriores de la de Pensilvania, las ideas de Gordon Hamilton y Florence Hollis y las de Virginia Robinson y
Julia Jesie Taft, aparentemente enfrentadas
de manera irreconciliable. Pionera pues,
pero diramos, de segunda o mejor, tercera generacin, si consideramos a Mary
Richmond y Jane Addams de la primera
generacin y a las involucradas en el debate entre el modelo psicosocial y el modelo
funcional (no confundir con el funcionalismo, con el que no tiene nada que ver), de
la segunda. El libro de Perlman, traducido
al castellano en Buenos Aires y publicado
en 1971 intenta responder a la siguiente
pregunta, entre otras: qu es el servicio
social?, qu hace el asistente social?, dnde trabajan los asistentes sociales?, cmo se
llega a ser asistente social?, dnde se puede obtener informacin? La edicin argentina del texto incluye, adems del Cdigo
de tica de los trabajadores sociales de los
Estados Unidos, una relacin de las escuelas de servicio social en Amrica Latina y
en Espaa que se aaden a la lista de las
estadounidenses y canadienses.
Otras preguntas que surgen son si Helen
Harris Perlman es reconocida y valorada
como tal por todos los trabajadores sociales y si hay en esta profesin unas figuras
internacionalmente reconocidas por el papel en los orgenes del trabajo social o, por
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1. Planteando la cuestin
de la identidad
Asistentes sociales o trabajadores sociales,
servicio social o trabajo social?: el mismo
ndice del libro de Perlman refleja ya una
dispar denominacin de lo que creemos que
es la misma profesin y los mismos profesionales; todava hoy seguimos utilizando
diferentes palabras para denominar lo mismo. Pero no es solo una cuestin de palabras.
Dcadas despus del intento divulgador de
Perlman (1980) seguimos debatiendo sobre una cuestin ms de fondo, como es la
propia identidad del trabajo social y utilizar la denominacin que se emplea mayoritariamente en los mbitos internacionales,
aunque en Portugal, Francia o en Italia, y
desde luego en no pocos pases latinoamericanos, se utilicen las otras denominaciones
o ambas, a la vez incluso expresando matices o circunstancias diferentes.
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En algunos casos se disea el rol profesional como tcnicos de recursos o mediadores entre las necesidades y los recursos
sociales, en otros como tcnicos de desarrollo social; se sigue poco menos que reclamando un papel central en los procesos
de cambio social y en un cambio diseado
especficamente desde el marxismo que
antepone el compromiso poltico a la actividad profesional y que reniega, adems de
la historia, de las corrientes de pensamiento consolidadas en otros muchos pases,
de eso que Payne (1995) identifica como
comn a nivel internacional, a pesar de que,
por ser una actividad socialmente construida, vare segn las culturas. Evidentemente
haba diferencias entre la antropologa social y la cultural, entre la que se desarroll
en el Reino Unido y la de Estados Unidos.
Qu vamos a decir de las diferencias entre
la sociologa de Park y Burguess (Escuela
de Chicago) ojo, no se habla aqu de la
posterior de Economa con la que no tiene nada que ver y el funcionalismo o el
propio marxismo! Hay que insistir mucho
para explicar las diferencias entre la psicologa conductista y el psicoanlisis?
Evidentemente, en estas disciplinas citadas,
que comparten con nosotros la casa comn
de las ciencias sociales, hay muchos profesionales que se adscriben a uno u otro paradigma, pero no niegan carta de identidad
a los colegas que se identifican con otros
o militan simplemente en el eclecticismo
metodolgico, utilizando teoras, tcnicas
o instrumentos de unas u otras escuelas segn convenga. Todo esto sin ignorar que
los modelos de intervencin, mtodos y
tcnicas han de ser coherentes con los principios ticos y objetivos profesionales que
forman parte de la identidad profesional y
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a s misma igual que la sociologa, la antropologa o la psicologa; es decir, en permanente dilogo con las ciencias sociales
y por tanto (con todas las caractersticas
peculiares que afectan a todas las profesiones sin excepcin, dependiendo del lugar
en el que se ejercen) atenta al mbito internacional, porque ninguna profesin puede
cerrarse en el mbito nacional o continental. O si, por el contrario, me reclutaron,
all por los setenta, para otra cosa que no
tiene que ver ni con una profesin ni con
algo construido desde elementos tericoprcticos procedentes de las ciencias, sino
meramente desde la ideologa, cuando no
desde la teologa. Desde que tengo memoria, siempre milit sindical y polticamente
entre las fuerzas que se proponen cambiar el
mundo, defender los derechos humanos,
construir una sociedad ms justa e igualitaria. Comenc a estudiar marxismo hace
muchos aos, en la clandestinidad que nos
impona la dictadura franquista, y todo ha
evolucionado mucho desde entonces. Pero
creo que siempre tuve clara la diferencia
entre mis opciones ideolgicas y polticas
y el ejercicio honrado y riguroso de la profesin que eleg. El trabajo social es una
profesin, es decir, una actividad humana
capacitada universitariamente y reconocida en la sociedad como digna y necesaria,
escriba Enrique Di Carlo (2005) en un
texto memorable en defensa de quienes
mantienen que los servicios sociales tienen
un carcter conservador y reaccionario,
tanto en lo institucional como en lo profesional. Por supuesto me alineo con Di
Carlo.
Pues bien, reivindico a aquellas mujeres pioneras en trabajo social, y cuanto ms conozco
su obra, las admiro con ms fuerza y en la
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La importancia de la historia del trabajo social para construir una identidad profesional aceptada internacionalmente
Eudeba, en la plaza del Congreso argentino, o en la pequea librera de la Universidad de Lujan, o en cualquier otra de las
envidiables libreras porteas que siempre
visito con tanto placer y curiosidad. Entel
et al. (2008) publicaron en la editorial de
la Universidad de Buenos Aires un libro
titulado Escuela de Frankfurt. Razn, arte
y libertad. Baste como ejemplo. Frecuentemente y en lo que se refiere al interior del
trabajo social y de manera tan diferente
a lo que hacen en otras profesiones percibo una desconfianza, cuando no cierto
desprecio, a todo lo que no nace, crece y se
desarrolla en la patria grande. En poltica
puede ser o no, til y legtimo. Cuando se
trata de construir una ciencia, simplemente es suicida. Nunca escuch a ninguno de
mis colegas antroplogos latinoamericanos hablar de colonialismo cuando juntos
estudibamos a los clsicos de la disciplina
que obviamente no eran espaoles ni latinoamericanos. Los primeros pasos en antropologa los dieron quienes los dieron y
el trabajo social lo invent quien lo invent: una generacin admirable de mujeres
que, aprovechando todo lo que de positivo
tenan las experiencias europeas y lo que
podan aprovechar de las nuevas ciencias
sociales que nacan en aquellos momentos (no se olvide este dato), supieron idear
una profesin que ya no desde la caridad ni
desde la pura ideologa, sino desde el mbito cientfico, se propusiese intervenir en
la realidad social para cambiarla. Supieron
configurar un conjunto de conocimientos
metodolgicos al principio, pero tambin supieron muy tempranamente investigar sobre la realidad social y sobre los problemas
acuciantes que planteaba la industrializacin y el capitalismo salvaje.
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Dicho lo anterior, volvemos a nuestro problema: cul es la identidad del trabajo so-
As pues, cambian las circunstancias y tendrn que cambiar los objetivos profesiona-
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A modo de conclusin
Es cierto que las profesiones son construcciones sociales y que en cualquier profesin influyen elementos locales, pero ello
no hace perder de vista los elementos que
configuran dicha profesin a nivel mundial,
en la divisin social del trabajo. Es legtimo y saludable debatir sobre la definicin
del trabajo social; la sociologa y la antropologa, por ejemplo, lo siguen haciendo.
Lo que no parece muy til ni inteligente
es echar a la basura, sin conocerlas en muchas ocasiones, a las pioneras del trabajo
social, simplemente porque no cuadran en
mi concepcin poltica. El conocimiento cientfico exige rigor y la exclusin de
prejuicios y estereotipos. En este sentido,
construir la trayectoria del trabajo social
desde la perspectiva de la historia de la
ciencia es todava una tarea en gran parte
pendiente. La ciencia no sabe mucho de
fronteras nacionales.
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Referencias
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Bibliografa complementaria
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