Hijas de La Caridad de Francia A España

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II Congreso Virtual sobre Historia de las Mujeres, 15 al 31-octubre-2010

IICONGRESOVIRTUALSOBRE
HISTORIADELASMUJERES.
(DEL 15 AL 31 DE OCTUBRE DEL 2010)

LAS HIJAS DE LA CARIDAD, LA EXPANSIN DESDE FRANCIA Y


ESTABLECIMIENTO EN ESPAA. LLEGADA A JAN

Jess Medrano Prez.

Las Hijas de la Caridad, la expansin desde Francia y establecimiento en


Espaa. Llegada a Jan.
Jess Medrano Prez.

1. La fundacin de las Hijas de la Caridad en Francia.


El verdadero renovador del cuidado asistencial moderno a los enfermos, a travs de
las rdenes religiosas, fue el francs Vicente de Pal, que le toc vivir en la Francia de
la grandeza y de la miseria. Moviliz un equipo de socorro para paliar y luchar contra la
peste, el hambre, la esclavitud, etc. Se instal en Pars cerca del Hotel Dieu y acuda a
diario al hospital para curar y atender a los enfermos ingresados.1
Vicente de Pal es considerado por los historiadores como uno de los grandes
reformadores sociales y dentro de la iglesia como reformador y fundador. Un hombre
inteligente y prctico. Supo, al mismo tiempo que Capelln de las Galeras, Consejero
real en tiempos del Cardenal Richelieu y Mazarino, ejercer su ministerio sacerdotal,
aplicar las directrices del Concilio de Trento para la renovacin de la vida religiosa, ser
el fundador de los Padres Pales e Hijas de la Caridad y otras sociedades para laicos y
reformador social.
Tras su formacin se le ofrece una situacin segura, pero a propuesta del Cardenal
Beroulle abandona el cargo de preceptor en la Casa de los Gond y va a una parroquia
en perdicin en Chatilln des Combes. All, tras una fuerte experiencia al atender a una
pobre familia funda la primera cofrada de la Caridad (23 de agosto de 1617).
Pasado un tiempo, viendo las dificultades y deficiencias que observ en las
Cofradas de Pars, Vicente de Pal con Luisa de Marillac fundan el 29 de noviembre de
1633 la Compaa de las Hijas de la Caridad, formada por jvenes sencillas,
trabajadoras, humildes en su mayor parte y decididas a darse a Dios en el servicio a los

GARCA MARTN-CARO, C.; MARTNEZ MARTN, M L. Historia de la enfermera:


Evolucin histrica del cuidado enfermero, Elsevier Espaa, 2001, p. 102.

pobres. Estas sencillas campesinas son enviadas a las diversas Cofradas de la Caridad2,
donde prestan ayuda y cuidan a los pobres en sus domicilios:3 Vosotras vais a buscar al
enfermo en su casa y asistir a todos los que moriran sin vuestra ayuda, porque no se
atreven a pedirla.4
Luisa de Marillac (1591-1660), fundadora de las hijas de la Caridad, canonizada el
11 de marzo de 1934, juega un gran papel en la formacin de las hermanas. Era hija
natural de Luis de Marillac, seor de Ferrires. Durante la infancia Luisa fue criada en
el convento real de Poissy, dominicano, donde se hallaba una prima de su padre, Luisa
de Marillac, recordada por F. Hilarion de La Coste por su piedad y doctrina5; ella
instruy a la sobrina, que aprendi latn y cultiv en Poissy el gusto por la pintura. A la
muerte de su ta, Luisa dej el convento e interrumpir los estudios, no fue acogida por la
familia de su padre, que la ingres en un modesto internado de Pars, donde aprendi a
coser y bordar.
Su cultura religiosa se complet con la lectura de fray Luis de Granada y de la
Imitacin de Cristo; de la Introduccin a la vida devota de Francisco de Sales naci su
mtodo de meditacin. Probablemente conoci La Perla Evanglica en la traduccin de
Beaucousin, y a travs de sta de la devotio moderna y la espiritualidad renanoflamenca; las tradiciones ignaciana y teatina y la espiritualidad italiana de Catalina de
Gnova las conocera a travs del Compendio de Gagliardi en la traduccin de Brulle,
y el Combate Espiritual de Scupoli.
Luisa, apartada por la familia de su padre y sufriendo un inconfesable sentimiento
de culpa por su propio origen, que crea tener que expiar, se sinti atrada por la piedad
y el ascetismo de las capuchinas (se haban establecido en Pars en 1606, un ao
despus que se establecieran las carmelitas en Pars en 1605); pero el provincial de los

Caridad: Limosna o auxilio que se presta a los necesitados. Actitud solidaria con el
sufrimiento ajeno. Virtud Teologal, que consiste en el amor desinteresado hacia los dems. La
caridad se hace humana cuando Jess da su mandamiento nuevo a los apstoles y discpulos:
Amaos los unos a los otros como yo os he amado (Jn 15, 12). San Pablo habla del amor de
Dios y nos deja ver cmo es a caridad. La caridad es paciente, es servicial; la caridad no es
envidiosa, no es jactanciosa, no se engre; es decorosa, no busca inters, no se irrita; no toma en
cuenta el mal; no se alegra de la injusticia; se alegra con la verdad. Todo lo excusa. Todo lo
cree. Todo lo espera. Todo lo soporta. (Co 13, 4-8). Esta informacin se ha tomado de Luis
Alfonso Schkel, Biblia del Peregrino, ed. Mensajero, Bilbao, 6 ed., 2001.
3
HERNNDEZ MARTN, F. Las Hijas de la Caridad en la profesionalizacin de la
enfermera. Cultura de los Cuidados, 39. 2 semestre 2006, ao X, n 20, p. 40.
4
Conferencia San Vicente de Pal, 2 febrero 1653.
5
HILARION DE COSTE, F. Les loges et les vies des reynes, des princesses et des dames
illustres en pit. S. Cramoisy. Paris, 1647.

capuchinos, el P. Honorato de Champigny, opinaba que la frgil constitucin de Luisa


no era apta para sostener los rigores de la regla de santa Clara de Ass ni las severas
costumbres carmelitanas. En cambio, como ms conforme a la voluntad de Dios, le
indic el matrimonio. La eleccin cay en un pequeo funcionario de la corte, Antonio
Le Gras. El contrato matrimonial fue firmado en febrero de 1613 en el palacio de
Octaviano Doni dAttichy. En octubre le naci a la pareja un hijo, Miguel.
Miguel de Marillac, su tutor, confi su cuidado patrimonial a Antonio Le Grass,
que acab consumiendo sus propios bienes. La enfermedad del marido, que se prolong
varios aos, marc en la biografa de Luisa un periodo de grave crisis interior.
En los aos precedentes, Luisa conoci personalmente, tal vez por mediacin de
Miguel de Marillac, a Francisco de Sales, cuyo Tratado del amor de Dios, publicado en
1616, haba ledo, y mantuvo con el obispo de Ginebra una relacin de discipulado
espiritual. Fue durante los aos veinte, como narra en un recuerdo de 1623, cuando hizo
voto de viudedad si Antonio llegaba morir. El da de Pentecosts obtuvo por mrito del
bienaventurado Monseor de Ginebra una iluminacin, donde deriv su devocin al
Espritu Santo.
Antonio Le Gras muri en diciembre de 1625. Desde el fin de 1624 Luisa haba
conocido a Vicente de Pal, en quien vislumbr muy pronto al director anunciado en la
visin de Pentecosts: trab con l una relacin de dedicacin y confianza absoluta, que
durara 36 aos. En condiciones econmicas precarias Luisa se traslad del Marais a la
calle Saint-Victor, cerca de la casa donde Vicente haba establecido la congregacin de
los Sacerdotes de la Misin. Las cartas intercambiadas con Vicente de Pal en estos
primeros aos de viudedad reflejan las inquietudes de Mademoiselle Le Gras y la
fragilidad de su equilibrio en los periodos en que Vicente se dedicaba a las misiones
rurales. Mientras l la encaminaba hacia los ejercicios de la vida espiritual, Luisa
atenda la casa y la instruccin de su hijo, que ella pretenda orientar a la vida
sacerdotal; pintaba temas devotos y cosa para los pobres. En 1628 renov el voto de
viudedad, completado con los votos de pobreza, castidad y obediencia.
En julio de 1628, Luisa comunic a Vicente de Pal que se senta impulsada en la
oracin a dedicarse al servicio de los pobres, a ejemplo de la Misin por l fundada. Es
la salida de la soledad. Desde 1629, por voluntad de Vicente, visit regularmente las
Caridades, las conferencias de Damas que con el objeto de asistir a los enfermos y

socorrer a los pobres6, se haban multiplicado en la campia de los alrededores de Pars,


a consecuencia de las misiones parroquiales predicadas por Vicente y sus misioneros.
Las Caridades, cuyo primer reglamento se remonta a 1617, necesitaban una
reforma: Luisa visit en cuatro aos las de los alrededores de Pars; viajaba en coche y a
caballo, parndose en las posadas y mesones; y despus hara lo mismo en Beauvais,
Champagne y Borgoa. En Paris consigui que, en cada parroquia, fueran instituidas las
Caridades.
El intenso trabajo de estos aos liber a Luisa de las tristezas de la infancia y la
juventud y modific su sensibilidad reforzndola. A partir de este periodo abandona el
nombre Le Gras al firmar las cartas, y rubrica como Luisa de Marillac, nombre con el
que la canoniz la Iglesia.
Para el recto funcionamiento de las Caridades haca falta una congregacin que
formara a las jvenes dispuestas a servir a los enfermos y a los pobres. Ya desde
noviembre de 1633 Luisa educaba en su casa a algunas jvenes del campo carentes de
instruccin, para quienes redact en 1634 un reglamento que Vicente aprob y que l
mismo ley a las religiosas, que ya eran doce. Nace as la primera comunidad de las
Hijas de la Caridad; no son religiosas, sino seglares que renuevan los votos y cuyo
modelo era la sencillez y la humildad de las muchachas del campo; aprendan a leer,
escribir y hacer cuentas y a conocer los remedios con que curar las enfermedades y
asistir a los pobres; deban saber adems el catecismo y aprender la meditacin. Eran las
siervas de los pobres, en quienes vean a Cristo.7
En el servicio a los pobres, en el ejercicio de la Caridad, encuentra Vicente de Pal
su camino hacia Dios. Cuando se sirva a los pobres dice a las Hijas de la Caridad- se
sirve a Jesucristo. Por eso una Hermana ir diez veces cada da a ver a los enfermos y
diez veces cada da encontrar en ellos a Dios S, Dios acoge con agrado el servicio
que hacis a esos enfermos y lo considera hecho a El mismo... La regla de las Hijas de

PULIDO MENDOZA, R. La formacin de las enfermeras de la Cruz roja espaola: legado


histrico-filosfico. Universidad Complutense de Madrid. Escuela de Enfermera, Fisioterapia y
Podologa. Tesis doctoral. Madrid, 2008, p. 36. En la literatura y en el pensamiento social
europeo decimonnicos la pobreza se consideraba una enfermedad vergonzante. Al margen
de datos y umbrales econmicos, la pobreza y la miseria son un fenmeno social degradante
para las personas. Tanto en las iniciativas filantrpicas del siglo XIX como la doctrina social del
cristianismo colocaban en primer plano el aspecto de la degradacin moral que la miseria
determinaba en la existencia humana.
7
LEONARDO, C.; RICCARDI, A. Diccionario de los Santos. Editorial San Pablo, 2000, p.
1526-1531.

la Caridad es Cristo. 8 Entre los pobres y en los hospitales, indiferentes y despojadas


por entero de su voluntad, las hermanitas se convertirn, as, en el alma de las
Caridades vicentinas. En contraste con otras rdenes religiosas de la poca, las Hijas de
la Caridad estn ausentes de clausura, pero ello no es una forma de emancipacin pues
para no perderse en el mundo estn bajo una total sumisin de su superior eclesistico
y de los administradores hospitalarios9.
En 1636 Luisa se traslad al barrio de La Chapelle, no lejos de San Lzaro, del que
mientras tanto Vicente haba sido nombrado prior: desde 1641 la comunidad se
estableci en el barrio de San Lorenzo, frente a San Lzaro. La congregacin se
desarroll rpidamente, con varias fundaciones, entre las que adquiri importancia
particular la de Angers, donde las Hijas de la Caridad atendieron solas el hospital.
La correspondencia casi semanal de Luisa con sus hijas mantena los vnculos de
unidad en la congregacin y correga los provincialismos.
Viendo su forma de atender no tardaron en llamarlas para tareas similares a la de
los hospitales en otros lugares fuera de Paris, y despus Polonia, Espaa y otros ms.10
Mara Gonzaga, reina de Polonia, quiso que fundaran en Varsovia. Ana de Austria
dese que las Hijas de Luisa de Marillac se hicieran enfermeras en el ejrcito. Vicente
de Pal absorbido por su misin y sus cargos, no pudo seguir manteniendo con Luisa la
estrecha relacin de los primeros aos, aunque las cartas dan fe de la continuidad y
profundidad de su unin. A partir, pues, de la mitad de los aos cuarenta Luisa dio
pruebas de la capacidad que haba adquirido en el gobierno y en la direccin espiritual
de sus Hijas, a las que se dedic con caridad y dulzura maternas; las cartas fueron el
instrumento principal para la formacin de las Hijas, junto con las peridicas
conferencias de Vicente de Pal, en las que se profundizaba la vocacin del instituto,
que muy pronto ampli su campo de accin de los hospitales a las crceles y a los
enfermos mentales.
Luisa de Marillac se ocup de la instruccin de los pobres, en particular de las
nias y de las jvenes pobres, y consigui abrir en el barrio de San Lzaro de Paris una
escuela gratuita, de la que ella misma fue la primera maestra y para la que compuso un
catecismo. No fue insensible al drama de la infancia abandonada, que se haba
8

Conferencia de San Vicente de Pal, 13.II.1646.


DINET-LECOMTE, M. C. Du bon usage de la clture et de lenfermement dans les
tablissements charitables aux XVIIe et XVIIIe sicles, Histoire, conomie et societ, 2005, n
3, p 355.
10
Conferencia de San Vicente de Pal 19.VII. 1640.
9

agudizado en los aos de la Fronda, y emple a las Hijas de la Caridad para organizar
primero varios centros de acogida, y ms tarde, en 1643, un verdadero albergue en el
castillo de Bicetre, en los alrededores de Paris. Mientras tanto Luisa llevaba a cabo una
obra de direccin espiritual con algunas damas de las Caridades parisinas que
solicitaban su consejo y ayuda: haba obtenido a su tiempo la autorizacin para leer el
texto ntegro de la Biblia en francs, y tena una cultura nada despreciable; sus cartas
revelan un significativo dominio del francs. Luisa quera para su Compaa la
direccin perpetua del superior general pro tempore de la Misin; el texto definitivo de
las Reglas, aprobado en 1655, y ratificado por el Parlamento en 1658, respetaba este
deseo. Si el periodo de 1634-1644 es el de la plena expansin espiritual de Luisa de
Marillac, a partir de la mitad de los aos cuarenta su itinerario interior parece seguir un
difcil camino de abandono y ocultamiento incluso en la prctica de direccin y de
gobierno de sus Hijas. Con los aos su vida espiritual pareca haber encontrado mayor
quietud y se haba simplificado. La oracin era su aspecto fundamental, una oracin que
ha sido calificada de intelectual, y teolgica (J. Calvet), inmersa en la fuente litrgica,
evanglica y bblica y orientada a la Trinidad, pero tambin a la meditacin de los
misterios marianos, en particular de la Inmaculada Concepcin y, sobre todo, del
Espritu Santo. En 1659 Vicente est enfermo y casi incapacitado; morir el 27 de
septiembre de 1660. Tambin la salud de Luisa se haba quebrantado. Vicente le impuso
un ltimo ejercicio de ascesis y de expoliacin; an siguiendo de lejos su ltima
enfermedad, se alej de ella y no le permiti verlo ni volvi a escribirle. Luisa muri el
15 de marzo de 1660.
El proceso diocesano para la beatificacin de Luisa de Marillac tuvo lugar de 1886
a 1890; la causa para la beatificacin fue introducida en 1895. Luisa fue beatificada el 9
de mayo de 1920 por Benedicto XV, y canonizada por Pio XI el 11 de marzo de 1934.
El 20 de febrero de 1960 Luisa de Marillac fue proclamada por Juan XXIII patrona de
cuantos se dedican a las obras sociales cristianas. Sus reliquias se conservan en la
capilla de la casa generalicia de las Hijas de la Caridad de Paris; su fiesta litrgica se
celebra el 15 de marzo.11
La responsabilidad de las Hermanas en los hospitales tiene desde el primer
momento fundamentos slidos y claros criterios de actuacin. Al instalarse establecen
las condiciones laborales, actividades y motivaciones de las mismas, relacin que deben

11

LEONARDO, C.; RICCARDI, A. Op. Cit., p. 1526-1531.

establecerse con las personas que trabajan a nivel jerrquico, as como la formacin en
este campo.12
La labor de las Hijas de la Caridad

se organiza desde los Contratos, los

Reglamentos y las Reglas Particulares. De esta forma, saben lo que tienen que hacer en
cada momento, pues todas las horas pertenecen al servicio de los pobres: su principal
funcin ser servir a los pobres enfermos; los tratarn con compasin, cordialidad,
respeto y devocin, an aquellos ms enfadosos y difciles, porque no es tanto a ellos a
quienes prestis el servicio, sino a Jesucristo.13

2. Establecimiento de las Hijas de la Caridad en Espaa.


En 1789, las Hijas de la Caridad se establecen en Espaa, donde la situacin
sanitaria, como en el resto de los pases, est haciendo un esfuerzo por responder a las
necesidades sociales. A pesar de los esfuerzos realizados por anteriores gobiernos para
la reunificacin de Hospitales, no existe un sistema pblico que garantice una asistencia
sanitaria, ni social. Por ello, el trabajo y esfuerzo de las Hermanas se va a desarrollar en
medio de la dificultad, pero con su talante, valor, competencia, arrojo y preparacin van
a demostrar su eficacia desde la caridad, de forma que se convertir en paradigmtica su
forma de organizar la asistencia y de cuidar.
Conocedores los P.P. Pales de Espaa de esta situacin y sabiendo que las Hijas
de la Caridad han afrontado situaciones similares en Francia, median para su
introduccin en la pennsula, siendo el propio gobierno espaol, a travs del Conde de
Floridablanca, quien gestiona el convenio para que se establezcan en nuestro pas.
En un primer momento, las Hermanas son reclamadas para llevar a cabo la
organizacin y asistencia del Hospital de la Pasin de Madrid, y se instalan
posteriormente, en el hospital de Santa Cruz de Barcelona en 1790. En estos primeros
aos, con escasos medios y con una respuesta de competencia y vocacin, fruto de sus
convicciones y formacin, se encargan de la organizacin y la asistencia de los centros
para los que van siendo requeridas.
Una de estas instituciones es la Inclusa de Madrid que, a finales del siglo XVIII se
encuentra en lamentable estado y pasa a ser dirigida por la Asociacin de Seoras de la
Nobleza, (Damas de Honor y Mrito), quienes confan por Real Orden del 13 de
septiembre de 1799 y bajo la direccin de la Sra. Condesa de Montijo a las Hijas de la
12
13

HERNNDEZ MARTN, F. (2006). Op. Cit., p. 41.


Reglas Comunes, Cap. VII, I.

Caridad la organizacin del Centro y el cuidado de los nios. Esta eleccin viene
avalada por el prestigio adquirido por la Congregacin en los establecimientos de
Lrida, Reus y Barbastro. 14
Debido a la buena labor de las Hermanas, los mismos Ministros del Rey se
interesaron no slo por el aumento del nmero de Hijas de la Caridad en la Inclusa, sino
porque se hicieran cargo del Hospital General de la Corte y de los establecimientos de
Beneficencia Pblica de otros lugares. De este modo, en 1803 se realizan las gestiones
para que se establezca en Madrid el Real Noviciado, centro de formacin de las futuras
Hijas de la Caridad. En l pasan un ao y tras ese tiempo se les destina a los distintos
establecimientos de la geografa espaola donde completan su formacin tanto terica
como prctica.
En la Real Orden que con fecha 8 de octubre de 1802 se comunic a la Condesa de
Trulls, para el establecimiento en Madrid de un Noviciado de las Hijas de la Caridad,
se dice:
Hallndose el Rey (Carlos IV) sumamente penetrado de lo demasiado interesante
que es en todos respectos el Instituto de las Hijas de la Caridad, y que no debe privar de
tan til como necesario consuelo y socorro, espiritual y temporal, a sus amados vasallos,
y especialmente a los desvalidos y dolientes, a cuyo servicio estn consagradas estas
heronas, ni dejar de aplicarlas en sus estados, de una manera la ms slida y duradera,
para que, atendida su particular buena asistencia, su ejemplo y su buen orden, mtodo y
economa, en los piadosos establecimientos que la beneficencia de su glorioso y augusto
padre fund y ha fundado y funda quiere Su Majestad, usando de su soberana
autoridad, que se establezca e la Villa de Madrid un noviciado de las Hijas de la
Caridad15.

En la escritura de fundacin, fechada el 10 de marzo de 1804, el Rey Carlos IV


encomienda a la condesa de Torrepalma y Trulls tratase y pactase con el P.D. Felipe
Sobres, visitador de la Misin en Espaa:
Sea notorio a cuantos este pblico instrumento vieren que desde mi exaltacin al
trono ha sido uno de los objetos de mis paternales desvelos, por el bien y alivio de mis
vasallos y de la parte ms indigente de ellos, no slo el fomento de las casas de
beneficencia y caridad establecidas en el tiempo de mis augustos predecesores, sino
tambin la fundacin de otras muchas, para pblica utilidad; y queriendo dar cada da
mayor prueba del cuidado que se merecen tan importantes establecimientos, excit entre
otros, mi soberana atencin, el Instituto de las Hijas de la Caridad, siervas de los pobres,
en cuyo servicio estn obligadas por los estatutos o constituciones de su fundacin y de
que carecen estos reinos; y deseando que en ellos se establezca tan piadoso, til y santo
Instituto, resolv establecer y fundar en Madrid una Casa-Noviciado o Seminario de las
Hijas de la Caridad, donde se formen las que en lo sucesivo puedan extender su
14

HERNNDEZ MARTN, F. Las Hijas de la Caridad, p. 41-42.


TORRUBIANO RIPOLL, J. El Real Patronato de la Corona de Espaa y las Hijas de la
Caridad. Madrid, 1924. Imprenta de Leoncio Rubio, p. 27.

15

institucin y el ejercicio de l a todos mis dominios... Confiando en el talento, celo y


piedad de la condesa de Torrepalma y Trulls, la d las amplias facultades y las rdenes
oportunas; en su cumplimiento, la condesa trat y acord lo conveniente con el P.D.
Felipe Sobres, visitador de los PP. De la Misin, y a quien las Hijas de la Caridad, en el
Noviciado que haba de establecerse en Madrid, como se hallaba establecido en Pars, a
sor Manuela Lecina, cuya prudencia y celo me merecan particular aprecio.

En otra de las clasulas de la escritura de fundacin se prescribe que es necesario


el Real permiso para el establecimiento de las Hijas de la Caridad en algn punto de los
dominios de Espaa:
Si alguna ciudad o villa de estos reinos quiere se establezca y funde en ella la
Congregacin de las Hijas de la Caridad, para poner a su cuidado alguno de los objetos
de su Instituto, deber solicitar ante todas las cosas mi Real permiso, explicando el
objeto a que quisieren destinarlas, y, obtenido, se dirigirn con l al P. Visitador general
de la Misin, a fin de que, de acuerdo con la Superiora generala, residente en este mi
Noviciado, formalicen la contrata correspondiente.

El Rey quiso que el Real Noviciado dependiese del Arzobispo de Toledo, ya que
Madrid no tena obispo y su ordinario local era el arzobispo de Toledo, y en otra
clusula dice:
An cuando las Hijas de la Caridad en Espaa no tengan ni reconozcan otro
superior que al Visitador general de los PP. de la Misin en Espaa, sin embargo, quiero
y es mi Real voluntad que esta casa del Noviciado quede en la dependencia del
arzobispo de Toledo.

Finalmente define el Rey a la institucin como Real Patronazgo espaol:


Para que esta fundacin y cuanto se expresa sea firme y constante, es mi Real
Voluntad tomarla bajo mi Real proteccin, declarndola de Real Patronato, as en mi
persona como en la de todos mis sucesores en estos reinos y seoros; y as como han de
ser y sern cada uno en su tiempo, Patronos de este noviciado, les encargo y pido lo
sean en las obras, amor y asistencia y en todas las gracias, favor e inmunidades, que en
cualesquiera manera puedan ser necesarias, tiles y convenientes para su conservacin,
para cuyo efecto, siempre que por l les fuere pedida (pues esta fundacin ha de
consistir en su amparo, proteccin y patronato) las den y concedan todo aquello que
fuere necesario para su conservacin, duracin y firmeza; y manden que las personas,
bienes y cosas tocantes al Noviciado sean amparadas como filiacin y patronazgo real.16

Los primeros hospitales en los que se establecen son: Barcelona (Hospital de la


Santa Cruz, 1790), Lrida, Reus, Madrid, Pamplona.
La insercin en estos centros no estuvo exenta de problemas. Una de las
dificultades a las que tuvieron que hacer frente fue a la hostilidad del personal

16

TORRUBIANO RIPOLL, J. Ibid., p. 30-34.

asalariado, al herirse sus intereses econmicos dado que, por su condicin de religiosas,
solo perciben a cambio de su labor, la manutencin. As se refleja en varios escritos. 17
En unos aos tendrn a su cargo la asistencia de la mayora de los Hospitales de la
Beneficencia de toda la geografa espaola.18
En la siguiente tabla se reflejan las fundaciones de las Hijas de la Caridad en
Espaa (1792-1844):19
Localidad
Lrida

Fecha de
fundacin
1792
1841

Barbastro
1799

Madrid

La Selva
(Tarragona)
Tafalla
Sangesa

17

Hospital. Inclusa
Casa de Caridad
Escuela de nias
Escuela pblica
Colegio de educandas
internas
Hospital
Inclusa
Colegio de la Paz

1799
1806

Real Noviciado
Hospital de mujeres
Incurables

1816

Hospital General, Hospital de


la Pasin
Inclusa. Casa de Maternidad.
Hospital
Casa de Misericordia.
Enseanza de nios y nias.
Inclusa. Casa de locos
Hospital. Enseanza de nias
pobres
Hospital
Enseanza
Hospital
Colegio y enseanza pblica

Pamplona

Valencia
Segovia

Instituciones

18041815
1817
1819
1820
1820

Hermanas. Personas
atendidas
7 hermanas en el Hospital
9 en la Inclusa

3 hermanas en el hospital
6 hermanas en la Inclusa en
1800. En 1806 20 H.C.
atienden la Inclusa y el
Colegio de la Paz

En el Hospital de Mujeres
Incurables 20 H.C. atienden a
115 enfermas

En el Hospital 12 H.C.:
atienden a 200 enfermos
7 H.C. Al frente de la Casa de
la Misericordia.
45 H.C.
9 H.C. ensean a 80 nias

150 nias
Las hermanas proceden de la
Inclusa de Pamplona

MAS, N. Notas para la historia de las Hijas de la Caridad en Espaa. T. II: 1800 a 1850; Ed.
CEME. Salamanca, 1988, p. 185.
18
HERNNDEZ MARTN, F. Historia de la enfermera en Espaa. Sntesis. Madrid, 1996, p.
177-214.
19
DEL AMO, M. C. La familia y el trabajo femenino en Espaa durante la segunda mitad del
siglo XIX .Madrid , 2008. Facultad de Geografa e Historia. Universidad Complutense de
Madrid.
Elaboracin a partir de datos de SANZ, R. Compendio De la Historia de San Vicente de Pal y
de las Hijas de la Caridad en Espaa, Madrid: Imprenta de Severiano Omaa, 1844.

San Felipe de
Jtiva
Valladolid
Vitoria

1825
1832
1825
1826

Hospital
Casa de Misericordia
Hospital General y enseanza
Hospital

Reciben expsitos. 5 hermanas

Badajoz

1827

10 H.C.

Gran Canaria
Los Arcos
(Navarra)
Santo
Domingo de la
Calzada
Oviedo
Tolosa
Cdiz
San Sebastin

1828
1828

Hospital y enseanza pblica


y gratuita de nias pobres
Hospicio

Cceres
Toledo
vila
Sevilla

1832
1836

7 H.C.
10 H.C.

11 H.C.

Hospital y enseanza

1830
1832

1838

1841
1841
1841

Sos
Cabra
Sigenza
Vich
Manresa
Santander

1844

Hospicio Provincial
Casa de Misericordia
Casa cuna
Casa de Misericordia y
Hospital
Colegio y Hospital
Hospital
Hospital y enseanza
Casa Cuna
Hospital Central
Santa Caridad
Hospicio de mujeres
Enseanza
Hospital
Hospital
Hospital
Hospital
Hospital e inclusa

12 H.C.
5 H.C.
10 H.C.
7 H.C.
7 H.C.
700 nios atendidos por 7
hermanas.
14 H.C. en el Hospital,
9 en la Santa Caridad
y 7 en el Hospicio de Mujeres.
160 nias
8 H.C.

En la provincia de Jan, desde que llegaron las Hijas de la Caridad, su trabajo se fue
extiende progresivamente por toda la provincia, como podemos observar en el cuadro
siguiente:
Ao

Poblacin
Jan

Establecimiento
Hospicio de mujeres

Observaciones

1845
Jan

Hospital

1853
Jan

Hospital de hombres

Andjar

Hospital e Inclusa

beda

Hospital y Escuelas

1857
1862
1862
20

Archivo Diputacin Provincial Jan. L. 2279/2.

4 hijas de la
Caridad, fundacin el
20-junio-185320

Baeza

Hospital

Linares

Hospital

Linares

Asilo Hurfanos de Jess

Andjar

Asilo de San Jos

Jan

Escuelas de San Vicente

1871
1876
Sup.

1876
1880
1898
La Carolina

Hospital

1900
Baeza

Colegio

1903
Jan
1913

Gota de Leche o Casa de la


Asociacin de Caridad

Desde el Hospital de la Santa Cruz y San Pablo de Barcelona van al Hospital de


Lrida, y llegado el ao 1822, fecha en que se aprueba la Ley de Beneficencia, las
Hermanas estn presentes en 9 Hospitales, alcanzando en 1850 la cifra de 40 sobre las
75 obras en las que estn presentes.
Es realmente asombrosa la expansin nacional de las Hijas de la Caridad durante
estos 50 aos: 1800-1850.
Hubo contratiempos e indiferencias que sacudieron su existencia. Sufrimientos
profundos con ocasin de las interferencias del Cardenal de Toledo y del Patriarca de
las Indias, provocando un cisma que fue un contratiempo efmero, pero que pudo tener
sus consecuencias graves.21
De 1850 a 1875 han asumido la organizacin de 71 Hospitales ms. En esos
momentos de las 236 casas que hay abiertas en Espaa 111 son Hospitales.
Entre los aos 1876 a 1900 se abren otros 100 Hospitales, de tal modo que, de las
512 casas de diversas obras, 211 son Hospitales. Posteriormente sern 244.
En 1931, el total de instituciones es de 653: Hospitales Civiles, 167; Hospitales
Militares, 24; Clnicas y Dispensarios, Sanatorios y Preventorios, Farmacias,
Leproseras, Manicomios, Crceles (enfermeras), Inclusas y Maternidades, Gotas de
Leche (Dispensarios). A la cabeza Madrid, con 59 establecimientos de los cuales 13 son
Hospitales, 2 Sanatorios, 1 Sanatorio Central de la Cruz Roja, Consultorios de gota de

21

MARTN MARTN, F. Labor social de las Hijas de la Caridad, desde sus orgenes hasta
nuestros tiempos. Captulo: Las Hijas de la Caridad en Espaa, p. 48. Universidad Pontificia de
Salamanca, 1990. Director: D. Jos Luis Malagn Bernal.

Leche, Manicomio de Legans, Dispensario, Botica del Parral y en las enfermeras de


las crceles.
Algunos establecimientos se cerraron tiempo despus, como los numerosos
Hospitales Militares, abiertos durante las guerras civiles y coloniales en los campos de
batalla o para la atencin de refugiados, nios, ancianos y presos.
No podemos dejar de hacer referencia a la colaboracin en los frentes y Hospitales
de Sangre durante nuestra Guerra Civil de 1936-39. Estos, cuando termin la guerra
desaparecieron quedando tan slo los Militares y los de Cruz Roja. 22
Se ha de resear el trabajo realizado por las Hermanas Sanitarias de la Provincia de
Espaa en Mxico, Cuba, Puerto Rico, Filipinas y la India, donde atendieron a
numerosos enfermos y familias pobres.
Para el desarrollo de las obras y el nmero de miembros contamos con el Catlogo
General del personal y establecimiento de las Hijas de la Caridad de la Provincia de
Espaa (Archivum Matritense Congregationis Missionis) de 1896 y otros que ofrecen
datos del proceso de expansin del Instituto en Espaa y en las colonias de Ultramar. 23

22

HERNNDEZ MARTN, F. (2006). Op. Cit., p. 42-43.


VARGAS, P. Historia de las Hijas de la Caridad de la Provincia Espaola. Presentacin:
CORCHERA, C. y JUNQUERA, P. Madrid, 1996, p. 804; y MAS, N. (1988) Op. Cit.

23

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