Luz Marina Rivas PDF
Luz Marina Rivas PDF
RESUMEN
ABSTRACT
FAMILY MEMOIRS AND NATIONAL HISTORY: ANA PIZARRO, MICHELLE ASCENCIO,
JULIA LVAREZ
The novels by the Chilean writer Ana Pizarro, La luna, el viento, el ao, el da
(1994), the Venezuelan Michaelle Ascencio, Amargo y dulzn (2002), and the
Dominican-North American Julia lvarez, En el nombre de Salom (2002), are
developed as intra-historical fictions from the family saga together with the journey in
search of origins. The family remembrances interweave with the history of Chile, Haiti
and the Dominican Republic. The story leaves indelible traces in each family and turns
into a means by which the three writers search for their identities as rootless
immigrants. The three writers produce an alternative historiography whose archives lay
in their memories.
Keywords: Latin American literature, intra-historical novel, national fictions.
RSUM
MMOIRES DE
JULIA LVAREZ
RESUMO
MEMRIA FAMILIAR
JULIA LVAREZ
HISTRIA
NACIONAL:
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Memoria familiar e historia nacional: Ana Pizarro, Michaelle Ascencio, Julia lvarez
1.
INTRODUCCIN
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Es, como puede verse, la historia escrita desde el poder que nos
describieron Michel de Certeau (1985) o Hayden White (1992), es decir, lo
que conocemos como historia oficial. La historia anticuaria, descrita por
Gonzlez y Gonzlez es, en buena medida, aquella que se nos ha hecho familiar
en los ltimos quince aos en la novela latinoamericana y que resume las nuevas
formas de historiar. Este historiador (2002, pp. 11-12) la describe as:
La mueve una intencin piadosa: salvar del olvido la parte del pasado propio que
ya est fuera de uso. Busca mantener el rbol ligado a sus races. Es la que nos
cuenta el pretrito de nuestra vida diaria, del hombre comn, de nuestra familia
y de nuestro terruo. No sirve para hacer, pero s para restaurar el ser. No
construye, instruye. Le falta el instinto adivinatorio. No ayuda a prever,
simplemente a ver. Su manifestacin ms espontnea es la historia pueblerina o
microhistoria, o historia parroquial o historia matria.
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trabajo bien pagado que le permitir subsistir un ao. Sin embargo, a medida
que va trabajando en esa historia, se va dando cuenta de que no puede escribir
una historia de Amrica desde la distancia de una mirada ajena. Ms bien, la
escritura de la historia la conduce a identificarse con ella y a entremezclar esa
historia con los recuerdos familiares y con los propios. La experiencia personal
dialoga permanentemente con la historia de Amrica y se reconoce en ella:
Enfrentar una escritura de la historia aun cuando en un comienzo pensaste que el
perodo estaba tan alejado es de todos modos enfrentar la historia. Ignorabas
entonces lo que slo ahora logras percibir: que el hombre es contemporneo a
todas sus edades. Que se lleva siempre la infancia y la adolescencia a cuestas, que
la historia presente es siempre tambin la historia anterior. (Pizarro, 1994, p. 90)
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velado. Hay vacos que no llegan a llenarse. Los silencios del pasado se
acumulan:
Ms all de Noem est Francia, la metrpolis, y nada ms sabamos de Noem.
Slo que era francesa. Y ms all de David est la plantacin y un esclavo
africano tan negro como l que le rob el nombre a su amo Altina y su madre
permanecieron un rato sin hablar. No se sabe si para rendir un humilde y
silencioso homenaje a los antepasados, venidos de tierras lejanas, o para imaginar
lo que habra podido ser el encuentro de una mujer blanca como la leche,
seguramente venida a menos en su pas de origen, con un negro corpulento,
venido de la plantacin. No s, Altina, dijo su madre al rato, pero haba mucha
crueldad en todas las casas, era como un veneno que todo el mundo probaba y
comparta (p. 64)
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palabra, una mirada con el tiempo ni los brujos ni las cocineras haremos
falta (Ascencio, 2002, p. 99). Esta Finelia, suerte de diosa Hcate, con la
sabidura de lo oculto, es probablemente quien ms sabe sobre la historia
subalterna. El veneno, inicialmente arma de los esclavos, ms bien de las
esclavas, pasa a ser smbolo de la atmsfera enrarecida por el terror, vivida
primero en la ocupacin americana, cuando aparecan los zombies con mayor
fuerza, y despus en la dictadura de Duvamal. As, este personaje Finelia,
devota de Chang encuentra las claves para comprender desde su cultura el
mundo que le toca vivir. La religin vud, presente en la novela como parte de
la historia cultural haitiana, se expresa en este personaje, imagen tambin de la
casa y de la cocina familiares, depositaria de la memoria de la abuela Toribia,
afectuosa como una abuela.
De otra manera se hace presente tambin la cultura haitiana; lo hace a
travs del carnaval y de la figura del To Julio, que canta boleros en espaol, en
particular el bolero que le da ttulo a la novela. El carnaval, con sus excesos,
parece ser la fiesta de los hombres, puesto que las mujeres no salen y terminan
disgustadas por los varios das en que se pierden sus maridos. A travs del
carnaval, que fascina a Altina en su niez, la cultura de la isla se enlaza con el
Caribe hispnico. El boato y la desmesura de los dictadores Batista de Cuba o
Trujillo de Repblica Dominicana se manifiestan en carnavales lujosos, en la
exhibicin del poder.
Finalmente, la identidad buscada en la novela se presenta como
conflictiva y difcil. Cuando Altina, con su hija Coralia, descubre una calle con
un nombre desconocido y el apellido familiar, Decaiette Lespine, siente
entonces la necesidad grande de consultar con su ta Clara, la que saba ms
cuentos de la familia. La ta le aclara que el nombre de la calle no es el del
antepasado familiar; es el nombre del colono explotador, cuyo apellido tom un
esclavo de plantacin. La reaccin es conmocionante:
Me haba quedado sin habla como sin aliento () algo en la severidad con que
ta Clara me haba respondido, me hizo comprender que acababa de asistir a una
especie de revelacin de mis orgenes contenidos, sorpresivamente, en la
apropiacin de un nombre. Le pregunt casi con angustia a mi ta Clara:
Pero mi ta, quin era ese esclavo?, de dnde vena?, cuntame ta, cmo se
llamaba?
No se sabe, no lo sabremos nunca. Era un esclavo. As era en la plantacin.
Ahora hay algunos que se empean en decir que venimos de Decaiette. Tonteras,
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5.
CONCLUSIN
REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS
ASCENCIO, M. (2002). Amargo y dulzn. Caracas: Casa de las Letras.
LVAREZ, J. (2002). En el nombre de Salom. Madrid: Alfaguara.
ANDERSON, B. (1993). Imagined communities. London-New York: Verso.
BERNRDEZ, E. (2004). Qu es una saga. Disponible en /http://www.geocities.com/
cultura_nordica/Las_sagas.html. Consulta: 07-08-2004.
DE CERTEAU, M. (1985). La escritura de la historia. Mxico: Universidad
Iberoamericana.
GONZLEZ Y GONZLEZ, L. (2002). Para una teora de la microhistoria. Las tres
historias. En A. Medina Rubio (ed.), Lecturas de la historia regional y local, (1214). Caracas: Casa de las Letras.
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