Antología de Poetas Argentinos PDF
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Antología de Poetas Argentinos PDF
OF ILLINOIS
LIBRARY
v^
ANTOLOGA
DE
POETAS ARGENTINOS
(
TOMO X )
1
::|
ANTOLOGA
DE
POETAS ARGENTINOS
POR
JUAN DE LA
C.
PUIG.
LA PATRIA ES
INFLUYE DIVINAMENTE.
Pr. C. J. Reriguez.
M.
Gutirrez,
XDZTomBS
AO
BUENOS AIRES*
MARTIN BIBDMA HIJO
BOUVAR N 535
DBI.
CBNTBNARIO I9IO
antologa
/
DE
POETAS ARGENTINOS
AURORAS Y OCASOS
CARLOS GUIDO Y SPANO
RAFAEL OBLIGADO
CALIXTO OYUELA
MARTIN CORONADO
JOAQUN CASTELLANOS
ENRIQUE E. RIVAROLA
LEOPOLDO DIA^
LEOPOLDO LUGONES
PEDRO PALACIOS
-ir
>"
>:i
^
.1
i-,
')
NOTICIAS
BIOGRFICAS Y BIBUOGRFICAS
:x
'V
**
"
Carlos Guido y
el
^9
de Enero de 1827.
Es
guerra de
la
procer de la
la
Revolucin, representa
smbolo de
gloria,
con los
Sabemos por
la
Argentina en
la
^Ministro ple-
corte de
Don
Despus de diez aos de permanencia en Ro y tenindose noticias del mal estado de salud de su her-
mano
Daniel,
Amiens,
muerte de aquel
en
la triste noticia
de
la
un bosque cerca de
La
estada de Carlos
en medio de
la
en
los
sino
templos de
ciencia, del
la
muchedumbres en
grito de sus
el
el
las revueltas
de
la
gran
Villa, la
bandera de
los ideales
de
la
rep-
blica.
dose con
el
el
confundin-
de su ilustracin, su cultura y su
Fu orador estruendosamente aplaudido
entusiasmo.
en
los
clubs, tribuno
aclamado en
asambleas, y
las
tar en las
y de
all
cmaras
los
Me
les.
en
la
fci-
de equilibrio
presenciando
las
los
grandes
polticos,
en
XI
lo vi, to-
lo anduves-.
No sabemos
si
medi n
el
al
Todo
entrar
tambin triunfando en
la
sociedad brasilera,
felice
Nella miseria.
La
tuacin obligando la
de esta
Legacin Argentina
si-
reti-
'
rarse..
Esto -significaba
mticas, pero
como
la
el
el
de
la
mundo
entero; Carlos
el
Gobierno
le
XII
que
saliera del
territorio.
soberana
injusticia,
En
conciencia,
el
dice
Gobierno imperial
hasta mi porvenir.
me
debera una
Atent
perjuicios.
felicidad,
me
estas horas
Seor Guido:
el
me
tal
vez
habra comi-
vera rodeado de
y quien sabe
ser
VlVl
si
con
fazciidt'iro
el
Musas
lo llevaron al
glaterra
la
all
por punto
el
florecen
las
palanca de Ar-
ms pujante de
de apoyo
Tmesis,
el
los pue-
banco de In-
el
uno
No
fu
muy
larga la estada de
Guido y Spano en
XIII
la City,
En
glesas.
me
estas
realidad,
bellas,
novelescas in-
parecieron
divinas,
ios
hoy otro
lo atrajo.
un
me
sucedera
tanto.
haulevardiens estaban
paso.
belle
all,
Francc
le
La Mancha,
gm'a que
dispuesto d hacer
los
su
sacii-
la bullente juventud.
la olea-
la
los castalios
leyendo en alta
das
voz,,
sefioritas,^ lindas,^
rodeado de
un
coro de distingui-
mismo
ignominia
el
Buenos
ltica,
Aires.
Y como
no ha amado nunca
la
en
po-
medio de
XIV
los apasionados sucesos
de
la
Confederacin se man-
demagogia que de
la autocracia revestida
con el aparato de la
Cuando
la
ley.
el
la Confederacin, el seor
y desempe este cargo hasta poco antes de derrumbarse la adniinistracin que gobernaba la Repblica,
excepto Buenos Aires, temporalmente segregada.
Aprovechando
el
el
Spano vino
visitar
regresando
al
El ao 61 dimiti
nombrado
fu
pero no acept
el
nombramiento, y el Gobierno
admiti su excusacin, por decreto de fecha 26 de
rior;
el
muy
su padre
el
honrosos para
donde
l.
se hallaba
misin
le.
haban dado.
dice cual fu
fil por
Por
de
la
el
las alusiones
la poltica
XV
de Pavn^ la guerra con el Paraguay y la discordia
con la Repblica del Uruguay, transcribimos los siguientes prrafos de la autobiografa del seor Guido:
lea
mucho y aprenda
poco.
enredbanse
al
no
les
cuntos,
lo
que
fi-
turba de nulidades,
una
tras otra
de
las
las altu-
ms
pro-
al lado
XVI
guerra
trosas consecuencias,
sembraron
los
la
ruina en la Repblica
ni la guerra del
civil,
ni
la discordia
sitio,
fre-
ntica.
En
quise
circunstancias
tales
ciudadano
libre.
I^o hice
pblica
mi voto de
salvar
y vigorosamente.
la palabra,
accin
reunirme
fui
los dic-
la
los defensores
de Paisand, conde-
molados.
Antes
rreras, Ministro
me
de Gobierno, personaje
sido
apoyado segn
biado
dos
la faz
de
lo
el
el
Dr. Ca-
ms
pres-
convenido, habra
los negocios.
generosamente mi decisin en su
favor,
me
'.
X-
,'"-'? ^''i^'~'.fy
XVII
mi llegada hasta en
era acreedor
la
s,
ejrcito.
No
haber tenido
de batirme defendiendo su causa tan indignamente hostilizada. No pudo ser. Montevideo traicionado cay sin combatir. Lleno de ira y de ver-
la ocasin
genza cual
si
me retir
nuevo en mi aislamiento.
Despus de regresar Buenos Aires sufri Guido
bio vivir de
estudio
y se entreg la literatura y al
Forzado vivir contemplando los astros,
adecuada mis escasas aptitudes, yo no descubr ninguna ley, pero pude observar
el
Con
de las
d su opinin sobre
la tendencia
canto y de la duda.
ora
se
XVIII
saban,
fija
la
mente en
los
modelos de
la escuela
llantos,
que esos
ellos
tormentos de nuestra
folio, los
vil
especie, sin
me-
En
los ayes
esa dis-
se juntan
muy
con
disculpa-
y solloza
el verso,
trazados por la
poesa, lo
En
1872
nombr
el
Ministro Dr.
Guido y
.f^
Nicols de Avellaneda
Spano Secretario
del
Departamento
XIZ
del 74 pas la Direccin del Archivo General de la
Provincia.
Los aos de
servicio le
Guido y Spano
con
sos,
el ttulo
en prosa, con
el
en
8".
de 286 pginas.
8.
ed.
1879.
RAFAEL OBLIGADO
En
respectivamente por
D. Gaspar
Castillo
Nuez de
notables
los
poetas
espaoles
el
al
( I )
Ao
I.
no. 12.
Buenos Aires
de Enero de
1889.
fael
de
ms
elogiosas
los versos
de todo
la belleza
Porque
lo
sus versos
mejor encanto
el
naturalidad; el
Obligado llevaban en
de la belleza, que es la
las almas,
que es
libertad
res,
el torrente
hogar y
de
las
dulces
el espritu
armonas
del
del pueblo
terruo, el
la familia.
caban
el brillo
las galas
^"^^
poca, sacrifi-
de intelectos genos,
dej
correr en
li-
bertad su
las
mayor
que se entretu-
una flor
un camalotc un nido de
del seibo
boyeros
to
de las
olas,
el del
una
; el ca7i-
XXI
dola, se encontr
los
para que
el
las laderas.
contraste fuera
ms
notable y
el
m-
que
el
Su
pampas
el
ms
se
Diosa,
fxi
bus-
el
literario,
que
lo
ha excluido de
el sacrificio
de
el
las fciles
gnero gauchesco,
las ideas
su mente y de
siasmo
artstico,
Obligado entre
de
Parnaso.
Enero de
1851.
Buenos Aires
el
27 de
Buenos Aires y en
la
el
Colegio Na-
Universidad; pero
XXII
como
la
el
placer de
sejo directivo,
Dr.
CAI^IXTO OYUEIyA
literaria, figura
en prime-
XSIII
los clsicos
las
medio
toridad incuestionable en
del desacierto
la
de
los poetas
modernos.
muy
hondos sentimientos,
gante en sus
correcta,
frases.
Su
castizo,
mostrndose siempre
artista
y de los de la
Se ha distinguido sobre todo en
es la composicin
que
ms
menos ostentosa en
es la
muy
sobrio y ele-
versificacin es fluida
conocedor de los
retrica.
el
gnero elegiaco,
difcil
la
y muy
forma y
la
ms
sentida
en la expresin.
Ha
escrito
mucho y en
I )
La Literatura
Juan
Juicio de
Gimnez
espaola en el siglo
Valera,
XIX,
Tomo
el
que se expresa
3,
pg. 381.
271.
XXIV
en
trminos:
siguientes
los
que Oyuela
ve,'
mismo,
asi
al
humorista, al
crtico, al
el
y se
hombre de
estudio.
La ms
arte, las
que empieza
el
me
cierra,
Eros y
Al arte-.
Encabezamos
su Canto
dita,
la
las
la gentileza
de permitir-
En
Encontramos en
ella
grandeza,
La
pginas de
la historia
Por eso
al
recorrer las
argentina en
el
primer siglo
la be-
XXV
Ueza de los hechos sin caer en las vulgares exaltaciones del denuesto ni de la injuria.
campaa
la
de
tina al lado
el
la
Hija de la Victoria,
mula digna de la hispana gloria,
Por montes y por llanos
Lanz sus fulminantes batallones,
En
Y
Y
combatir, leones,
en
el
que su patriotismo abomina y condena, pues las estrofas ms enrgicas, las ms llenas y vehementes,
donde el poeta levanta ms la entonacin y agolpa
con ms nerviosidad las ideas, son aquellas en que
excecra
al
despotismo y
Pero como
el
la anarqua.
arrebato es siempre
lrico,
su gesto es
ms
las distin-
El Execrado
Huj' esconderse tras los vastos mares.
Roto el muro sombro
Que muertas estanc bravas corrientes,
Rugiente olaje sacudi el navio;
Pero el rosal de lasyexcelsas mentes,
Entre lumbres de aurora,
XXVI
al Patricio soberano
quien en duelo an la Patria llora,
que, piloto en la borrasca experto,
Supo con fuerte mano
Llevarla en triunfo jubiloso puerto.
Descollar vio
A
Y
Nada hay ms
fcil, al
parecer,
que
la
las composicio-
Patria,
porque
la
de
los sentimientos
vista
estas poesas.
atractivo de tanto
se
hallan,
que
Con
el
distinguido vate.
el
su dominio sobre
Vase sino
la
mtrica y
la descripcin
la
rima.
un poema, com-
pendiado en i6 versos!
Nuestros hroes as la vislumbraron
sus sueos de amor y de ventura,
Rica en clara hermosura,
Cuajado el vasto suelo en mieses de oro.
Asi Moreno, esplndido meteoro,
Belgrano, el noble y puro,
En
'at:
XXVII
A
Y
quien
alma
el
floreci
en
la
mente
Y que
versos?
por
te cincelada
el
falte
literatura nacional, el
de
no
la patria:
Y
De
que
el
la angustia mortal,
Reinen en
Infinito,
eterno grito
en El se expande.
serenas la
Fe
augusta,
XXYIII
Corrupcin pillaje.
Aullando suben infamante trono.
Seguramente esto se debe que, como dice el ilusprologuista de Nuevos cantos : Oyuela sigue,
trado
con
la curiosidad
el
progreso;
ama
las
de Fe-
el 3
pero
el juicio
pruebas su carcter, y la influencia atrayente y estimuladora de la espiritual hada que inspir sus primeros Versos y las poesas Eras Iris, lo llevaron al
ansiado trmino desde las gradas del altar en que
consagr con lazo indisoluble su matrimonio con
ella.
nuestro
en res-
el ilustre crtico
Menndez y Pelayo.
literato espaol
Don Marce-
Sostuvo luego, en
el
espa-
XXIX
de varios aos, una serie de polmicas bastante
apasionadas, en defensa de sus gustos libremente clco
y de
sicos
de
las glorias
En
el
espaola que
la literatura
ha sido
las tradiciones
el iniciador
este sentido
de la reaccin
de raza, que
sin perjui-
cio de los
la
siderarse
del ver-
En
1881 obtuvo
con su canLo
arte el primer
al
los
En
1884, cuando
poesa Eros.
se
Filosofa en la Escuela
Normal de Pro-
fesores.
El Dr. Oyuela fu el iniciador y el primer presidente del x\teneo, asociacin de nuestros hombres de
letras
arraiga en suelo propicio, y que estaba llamada desempear una gran funcin estinmladora en nuestro
ambiente
literario;
pero que
fu
de duracin
muy
XXX
efmera y de ningn resultado prctico, sin duda por
falta
de proteccin
Fu tambin
oficial.
iniciador
el
nombre de
Instituto Libre de
la ctedra
segunda enseanza, y
all
dicta
de Literatura.
Academia Espaola.
Sus obras publicadas son:
Cantos. Buenos Aires 1891. i vol. en 6, 331 pgs.
Nue7' os cantos. Buenos Aires 1905. i vol. en 8, 317
te de la real
pginas.
Estudios y artculos
vol. en 4'\ 600 pgs.
Elementos de teora
Opsculos
literarios.
Buenos
literaria, i vol.
Aires, 1889.
(tres ediciones).
varios.
MARTIN CORONADO
Naci en Buenos Aires
el
4 de Julio de 1850.
Hizo
del
Uruguay
al
Colegio
'?
XXXI
el 2"
la carrera
Empez por
de La Prensa en los
primeros tiempos de su fundacin; y en 1886, con el
nico propsito de optar un puesto en las Oficinas
del Registro Civil, se recibi de Escribano pblico.
El seor Coronado ha sido Jefe del Registro Civil
durante ms de once aos.
Su verdadera vocacin han sido las letras, y en
ellas ha llegado distinguirse y ocupar puesto de
primera fila entre los literatos argentinos, como poeta,
dramaturgo y novelista.
En 1873 public la primera edicin de sus poesas,
que fueron muy bien recibidas por la opinin general
y merecieron calurosos elogios de nuestros crticos
ser cronista
ms notables.
La edicin que con
mismo
de Poesas
de 274 pgs., bien
el cual ha incluido
tambin ^1 poema dramtico La rosa blanca, que
fu su primer obra para el teatro, (i).
Coronado es poeta de mucho sentimiento que sabe
aprovechar su vena sin violentar la inspiracin ni
sacrificar las armonas de sus cantos.
Pero l ha
dado preferente atencin sus obras para el teatro
siendo en la actualidad uno de los autores ms fecundos y de ms xito.
Se han representado las siguientes:
Luz de luna y luz de incendio. Labrador, Cortar por
el
Fu estrenad* en
compaa de Hernx
(i)
la
el teatro
Corts.
ttulo
8*
de la Opera
el i6
de Junio de
1877,
por
XXXII
f^
o iiids
delgado,
Un
La
El xito de algunas de
notable, siendo la
ms
ellas
libre.
ha sido verdaderamente
aplaudida:
La piedra
del escn-
Dr.
JOAQUN CASTELLANOS
mes de Octubre de
1860.
Provincia de
En
Salta
1870 vino
al
en
el
Colegio
Cinco aos ms tarde, en 1875, fu nombrado profesor del Colegio Nacional de Jujuy, y en 1879 P^is
Ha
que
hizo
XXXIII
Dr.
EN^RIQUE
E.
RIVAROLA
XXXIV
con que ha contribuido enriquecer nuestro Parnaso
en las Revistas y Peridicos. Entre las principales conocemos: Los ln'roes (dedicada al Gral. Dn. Bartolom
Mitre), Sor Mara (poema), Cuento de Otofw^ y Ritmos.
L<a precipitacin y la embarazosa situacin en que
he debido concluir este trabajo para poderlo presentar terminado el da del centenario de nuestra independencia me han impedido completarlo debidamente.
Salvo, en parte, esta deficiencia transcribiendo aqu
los dos sonetos si.s^uientes, que son muy buenos.
SARMIENTO
Al
Duerme
Que no
el atleta.
descansa,
plegada sobre
Cubre su cuerpo
madre
doliente,
la argentina ensea.
All arriba
Donde
En
la
ms
alto todava
pensamiento
cumbre ms spera y bravia
tan solo llegue
el
rMi
EL AGUA
XXXV
Savia en el rbol, en la flor aroma.
Ala en el ave, en el hombre vida.
Brilla el
agua en
la
nube enrojecida
Y
O
Si
el aire toma,
en fecundante riego se desploma,
pasa por los vrentos impelida.
Del
lya
Masa informe de
Pen sombro y
Muda
la tierra
suelo.
rgida materia.
sin calor, rodara
por
el
ancho
cielo.
1903.
en
el
XXXVI
Escuela Normal de La Plata, y de Derecho Civil en
Universidad de aquella misma capital.
Su actuacin poltica lo llev las bancas de la
Legislatura de Buenos Aires, en la Cmara de Diputados, de la cual mereci ser designado vicepresiden-
la
te
1.
LEOPOLDO DL\Z
Leopoldo Daz naci en Chivilcoy (Provincia de
Buenos Aires) el ii de Agosto de 1862. Hizo sus estudios primarios en las escuelas del pueblo y vino
el Colegio Nacional de Bue-
cursar Hiimanidades en
Y ya,
el
diario, la revista el
libro.
el
Suiza, en 1906,
XXXVII
mente
reside.
Su ltimo
libtQ es
La
Atldiitida co7tqiistada,
mo
al
poema
Fredric Raisin.
el
Gobierno
LEOPOLDO LUGONES
Pocas personalidades tienen hoy entre nosotros conrelieve tan pronunciado
como
Su
donde se ha dado
el
y poeta.
campo de las
tar (yendo
campo
la
traviesa) el abrir
entendimientos privilegiados.
XXXVIII
No
xito que se
campaa; pero como leales cronistas del pensamiento potico en la Repblica Argentina y como amantes de todo esfuerzo intelectual
y anhelo superior de artista, en el ritmo, el color
la forma, reconocemos el esfuerzo de nuestro compatriota y dejamos aqu constancia de su intento y de
es esta la ocasin de discutir el
puede esperar de
esta
su obra.
4-.
XXXIX
la
mal y Especial.
Joaqun
re-
el
Gobierno ofreci
al
seor Lugones
el
miento; pero
periodista.
lmenes en prosa y
Su primer
libro
verso.
Jardn (1905); pero su primer xito de librera lo obtuvo con Ims montaas del oro (1907).
el titulo
imperio Jesutico,
traas.
La guerra
educacional,
El
XL
PEDRO
B.
PALACIOS
Mayo de
13 de
Ha
1854.
do varios aos
de
el
al frente
la
Su primer
Seor
P.
pseudnimo de Alma
bigrafo, el
l lo siguiente:
Bajo
el
lacios
La
Cristianas,
picas,
medo
sombra de
la patria, etc.,
Oli'rn-
de
re-
critos.
No
superior,
por la
idea la factura,
al
Palacios es
un
y virtuosidad
una buena
llamaba Sainte-Beuve
Pero tambin ratos deja enno se adquiere con ninguna retpor all arriba! Acaso una crislida
.retrica).
que
hay algo
antologa
(
TOMO X
w^"
VCTOR HUGO
Veis esas rocas negras, escarpadas,
Que
la
Por qu
el
nauta
al
en su esquife, de
Las
dirige,
Una
AU
pie, tristes
y surcando su
faz
miradas
ruda
espaciosas
Suenan
del
mar
huraas
Sobre
el
Cruzan buscando
Kn
las grietas
musgosas de
las peas.
^^^'
/
-^
'}
-^
ANTOLOGA
Vosotros, hombres libres, que sombros
En
fe y una bandera
Ante esos agrios riscos descubrios!
Es Kidormur, es Guemesey!
Bendita
La
De
Hugo
la vieja Inglaterra!
mora un
All
hospitalaria tierra
Titn,
Hugo
all
habita,
Tan
la inocencia
De
al
amor
tocados
de
Isaas,
Remont hasta
Soberbia,
el
fiera,
Olimpo, y
al
Tonante,
osada,
Con
A la
bros soberanos
de vencer con
De Lemmos
ellas el secreto.
confinado en la salvaje,
grande proscripto de
la Francia,
los
De
En
el
En
Pasan ante
l los siglos,
Al verle en
la
la
Muerte
Que
Por
De
la aurola
sagrada
su virtud egregia y de su
gloria.
ANTOI.OGfA
Galo de
Que
la heroica tierra
Contra
En
de
raza,
el
que
poder de Csar, en
la
guerra
luch contra
el
esclavo;
el libre
Del destino
fatal
en la balanza
descendientes,
de grandeza suma,
El, revestido
Ciendo de su genio
la
diadema.
Arroj en contrapeso
la
urea pluma;
constelan su manto,
La
Como
hijo predilecto
El mundo le ha adoptado,
en la alta frente del varn perfecto
Que es gida
La estirpe en
l al recordar de Atlante,
Del pontfice magno colocara
Sobre
Que
excelsa tiara
el fresco laurel la
Honrad pueblos!
cantara
el
al nclito
poeta
Al augusto profeta
Que enjug
en su pendn
al tremolarle al viento
el tierno lloro,
en sacro
rito.
el horizonte,
Nos
Y cuando el
As la
Como
la
las
doblega
flor
cumbres glidas
arrasa.
inmortalidad anticipaos
las alturas
A sus
Rosas
all
La
la esperanza al recobrar la
nobles y gloriosos
Cuando caiga
Bl
calma
terrible
sacrificios.
Desplegando su vuelo,
confundirse en la armona vuelva
De
De
la naturaleza,
su
numen
triste
la tierra
y viuda
quien escuda,
Y
Por
volcanes.
Que en
ANTOI^OGA
lO
Ya de
sufrir cansada,
De
Y
De
los imperios
en su vasta ruina,
la justicia eterna
en luz baada,
Navegando
Al hombre
la esfera cristalina,
libre
en
la
ciudad divina
MXICO
cYa
Con
fiero estrago,
y fulminantes
triunfantes.
* Bl nombre de Mxico es de origen indio. Bn la lengua azteca significa ca habitacin del Dios de la guerra llamado Mexitli Hultzilopo-
cbtU.
-?
IX
Desde Anhuac
vuelo soberano
el
segundarle audaces,
Al bretn
De
recio, al
espaol bizarro
Acuden, y con
Digno
estrecha alianza
.
En
dijo,
los valientes
pechos
La
alta
voz resonando
Reyes y emperadores
la mesnada ruin!.
Qu! tanto os pesa
Movidos de ambicin y de venganza,
Bl ver cmo patente
Pende de la justicia la balanza
(i)
En
Con
De
'
ANTOLOGA
12
Que cruzaba
tembl
el
y reparar la afrenta
Vens mas qu buscis? qu cosa intenta
Vuestra aleve ambicin ? mengua y desdoro
Temblasteis,
s,
Lo
All de Puebla en
Con
el
que retumba
torren alzado,
furia contrastado;
avaros y rapaces,
Al cavarle la tumba
rechaza indignada
Las razones
sutiles
la
que se sienta
ver rodar
;>^
GUIDO Y SPANO
CARITOS
Y
Que
De
1$
la selva aspira;
el
al
perfume
torpe asecho,
Insultada en su fe y en su derecho,
retrocede,
El que ninguno en
Renimcia
al triunfo
el
valor le cede,
y se venci
mismo
Y el
la
mentira
De Mxico
se aleja
Trocada en amistad
lleva
Espaa
la ardiente saa.
As tu repitiendo,
Gran conde,
la
hazaa
Qued
A
Y
solo el francs,
incendiar se atrevi,
fiero castellano
ANTOI.OGA
De
En
Huelga y
triunfa en Pars,
y sus legiones
muerden
l se harta,
los terrones.
La
De
En
aquel rayo de
Italia,
Porque
Que
le
alumbre en
tendr en
el
el
rincn oscuro
panten de lo futuro,
Mas no
Empnate pigmeo.
te
busco no te veo
De
flojas riendas,
<Voy Mxico,
dice,
en su sepulcro colocar
la losa.
Mxico est de
pie,
Lzaro vive;
Desde
La
De
con su vara;
bendicin recibe,
Con denuedo
el invlido, la furia
el
los
De
T
Tu
tu insigne victoria!
caste,
mas vive
entero, ardiente,
Y porque
al
mundo
asombre,
I5
ANTOI^OGA
l6
Cual presagio
feliz,
Puebla eminente,
Ya
Vuelve
al
combate y vuelve
Del libre en
la
la derrota.
muralla
La muchedumbre indmita
se estrella
La Amrica
de Mxico asiste
Qu
De que
te amarras,
De
Acaso es tu bandera
La que se oculta en
De la ciega soberbia
el
combate? acaso
participas
impera
De
^ Como
el
manto
hombros?
Ba
vieja leona,
Amrica
Su
te
enva
consejo de paz:
en son de guerra
si
En
su triste augusta.
17
ANTOLOGA
EN LOS GUINDOS
No
es por cierto
ms
Ni ms viva una
fresca la alborada
flgida centella.
Un da Adriana bella
Cuan
me
fij
atractiva
Llevaba un
De
De
paja, festoneado,
con adornos
de canela y de tomillo,
realzando sus mrbidos contornos,
flores
Un
Saya
corpino ajustado.
corta, abultada,
Labores, hacia
el
de distintas
Como
Le
cintas.
ofrec el brazo
Que en
me
arrob al sentirla
lnguidamente se apoyaba.
el
qu
decirla,
Me
Que
ella
*^
CARITOS
Oh
]
Oh
delicioso instante!
secretos de
Podr
GUIDO Y SPANO
pintar,
amor
cul
mi ventura
mi sangre llameante,
Al ver desde
la altura,
Su seno palpitante.
Su voluptuosa y candida hermosura?
Esa
Aquella
Que
No
vayas caer. Y t
si
me
ramas
amas,
amor
IvAS
Queriendo coronar
En tomo
all
al sol las
Lo que
t quieras!
HORAS
lo
ms hermoso
Horas se juntaron,.
Del almo da
el
sonrosado albor;
En
el ter azul,
La
al fin
por
ellas,,
ANTOLOGA
20
Desde entonces
el
alma
est su imperio
al pasar,
en
Cuando en
el cielo
la tarde el sol se
hunde en
Nia
Mas de
flores,
rubia,
inocentes olores;
No han
Sol ni lluvia.
Simples
flores
campesinas
Oreadas
Por
De mi
Al
Prende alguna.
Por
De
si
la luna.
blondas
la
mar.
Un mi amigo me ha mostrado
Tu semblanza,
Kl amigo afortunado
De quien has acariciado
La
Oh qu
la
coronada
linda!
De
De
esperanza
esplendores
juventud rosada,
Semejas
la reina
De las
amada
flores.
De
consuelos;
Que
pinta
De
Tu
boca
al
el
azul brillante
los cielos!
amcr convida^
Deliciosa,
En
desborda la vida
Harmonosa
Mas aunque
el
sentido adules,
Tu alma
bella
Brilla
Como
Una
estrella.
21
ANTOLOGA
22
Tu
rosario
Del santuario.
Quizs en
el
templo estenso,
Palpitante,
Toda impregnada de
Implorabas
al
incienso.
Inmenso
Por tu amante.
El
te
recuerda y derrama
Tierno
Dicindome:
Mi corazn
lya
agrega
llanto,
la reclama,
la reclama,
amo
tanto!
muero en su ausencia,
Sin su amor,
Qu me importa la existencia?
Ks un ngel de inocencia,
Luz y flor;
La
deidad de la armona
Soadora,
Que en
en dulce melancola
Canta y
llora.
Tu
prestigio as
Desde
Como el
De algn
he sentido
lejos,
lago adormecido
ya escondido
astro
Los
reflejos.
Y que no te conociera
Flor discreta!
Mas
sin verse en
primavera
Se adivina en la pradera
La
violeta.
Que
Suba hasta
Tu
el
trono celeste
plegaria!
deslice!
NUNCA!
como la aurora se refleja
mi
alma tu candida hermosura,
En
Y emana suave un esplendor sereno
De mi esperanza efmera en la tumba.
Fra
2$
ANTOI,OGfA
Sobre
ella
No
Ves
all
Si del aura
Tu
el espritu flotante
dulce
De
la
sagrada selva en
la espesura.
Al rayo azul de
la
argentada luna.
La
En
el cielo fijaste la
Sublime
mirada
Con voz
sentida
me
dijiste:
Nunca!
La noche
el
del dolor
y de
la culpa,
la
m alma,
bruma.
25
agreste
tnica;
Con que
Hosca
su frente augusta.
al verte ci
la suerte en
mi
existencia estril
Que
Con
I/mpida
De
Olimpo
mana y
virginal la fuente
all
arrullan
Soadora vestal tu
que
afecto,
fcil ruta,
el
Sube
al
el
amor mi
Olimpo, de su sed
apagar en
la fuente
musa!
manto griego
casta
al viento flotando el
el
fuego
de Aretusa
(i)
que
ANTOLOGA
26
No conoce
all
(2)
NENIA
Llora, llora uruta
En idioma
Una joven
(3)
guaran
paraguaya,
Cantando en el arpa
En idioma guaran:
En
(i)
en
Iliso:
el golfo
as.
las
el
(4)
ave de dulcsimo
palmera.
(3)
Uruta
(4)
Yatay
canto.
s^
GUIDO Y SPANO
CARITOS
27
Ya no existe el Paraguay
Donde nac como t
Llora, llora uruta!
En
el
dulce
Feliz era en
Lambar
mi cabana;
De un
hermanos
ay
verde ubirapit.
Rasgado
blanco tipoy
el
Tengo en
seal de
mi
(i)
duelo,
De
rodillas
Rasgado
el
Lo mataron
No
siempre estoy.
blanco tipoy.
los
camb
(2)
pudindolo rendir,
(3)
(2}
Camb los
negros.
las
paraguayas.
ANTOLOGA
28
El fu
el
ltimo en
salir
De Curuc y Humait
Lo mataron
Por qu,
camb!
los
no mor
cielos,
Por qu
cielos
no mor ?
En
Donde
nac
como
tu
AL PASAR
Abbeville (Francia).
Sola en
la
el
campo, en
Recuerdo que
Vesta
la moabita,
la vi la
ltima vez.
el tiraje villanesco,
Corta, listada,
saya
un delantal
Festoneado con
r-
arruinada ermita,
la
cintas,
de anafaya,
percal.
GUIDO Y SPANO
CARITOS
la cintura
Flexible y
como un mimbre
fina, el
rostro angelical
la brillaban
Con
Que
Del
al
Para
el
color.
las ramillas
Y cuntas
en
las
mieses amarillas
acarici!
No
Ms luego que
la habl,
mi acento amigo
cjCmo!
sois vos?
Vos aqu en
la
me
conmovida,
dijo
comarca!.
La salud
No
29
ANTOLOGA
30
En
busca de
la
Y bien lo siento f.
romeral
Perderme entre
Beber
No
el
el
la
.ah,
via en
agua virgen
era ese
el
quin
me
diera
la pradera,
del raudal!
deseo caprichoso
De
olvido,
Senta
el
de
alma
silencio,
la
de reposo,
profunda
Pregunt luego
la
sed.
aldeana
bella'
me
acogi
Muri!
Cumplir un ao
Cundo muri?
Cuando empiecen las uvas
Dios
alej al pastor
Ah!
si vierais,
Yo
De
pintar;
de su rebao,
Vaquero y labrador en su
De qu muri ?
Como
Un
En
el
le dije.
vejez.
Estaba
fuerte
Y OS
Para
vivir, la casa,
3I
Lo bastante
y ms aquel
sembrado y
el
verjeU.
Llora el da entero,
Pobre! y t madre?
venid,
llevar,
queris
verla
os
Si
Est
sombra tejiendo de
la
Es
Lejos
la vid.
la
Temo
afligirla; el cielo
la
an queda
ms
conceda
la dirs.
Ms
Plantadas por su
Y cmo
resistir
mano
os negareis?
Atada
al
mi montura
tronco de un almendro en
Donde
el valle
empieza.
Se enredaba
Ya
flor.
Que una
corza,
antologa
32
all
Al grato son;
de
la corriente
fugaz
el cfiro
La
flor
rebosante
panal,
refrescante
de su inocencia virginal.
< Quisiera ir
me
cont !>
De un pensamiento ardiente y
4 --^
:
reflejo
vi
balad.
Blanca,
la dije al
33
levantarme habita
^
Aqu la paz, consrvate fiel
Al hogar de tus padres y bendita
Corra tu vida y venturosa en
l.
De
De
la
de
lejos.
los viejos,
Y que
en
Aljeme
galope; y distante
das.
olvidar.
Que
la
BUKNOS AIRES
Fu
que fecunda
Peregrina regin que cual ninguna
el Plata,
se alz
mi cuna.
ANTOLOGA
34
La argntea
Ora
f
combata
Buenos Aires
oh patria
aunque
me
olvidas^
jams
A.unque ausente de
t,
Pues de mi alma
amoroso clima
el
te olvido,
AT HOME
Bella es la vida que la
el
sombra pasa
hombre
fuerte
Contra
el
Puede
all
abroquelarse en su virtud;
Si
el
Queda
La
la
fiel
compaera!
De la
35
antologa
36
El vano
Aspiren
las
Su nombre
pampas de
ilustre
Lleno de encono
Nuestra misin
el
en
la caridad,
Puras
las
brbaro adalid
amar
manos, pura
el licor
la tierra
la sangrienta
es, hijos,
Amar
Dar
ms
guerra
cristiana:
la ciencia;
la conciencia,
El
M
y
I)
J
]
Entre
Hoy
ellos se
descansa su espritu en
Noble
el cielo,
llena el
alma de
filial
ternura.
CARITOS
GUIDO Y SPANO
37.
l, y cuando un da
sin retomo,
viaje
mi
Emprenda yo
Erigidme una craz y de ella en tomo,
Sin una manclaa en la tranquila sien,
Tomad
ejemplo de
< Lati
No
ADELANTE!!
muchachos, es
Ea,
Tomad
Si
el
hacha y
como ayer
la aurora! arriba!
el martillo,
y vamos;
tenaces trabajamos,
Donde
La
creci el jaral
la maleza^
Que
el
muelle cortesano
la fortuna
De
perder de su afn
Mientras
siembra
el
el fruto vil.
odio y la cizaa.
trigo;
varonil.
ANTOLOGA
38
Se apretar con
la
honradez probada;
jSs, al
ms
Victoria al
la legin.
intrpido! bizarro,
Sus pensamientos en
la patria fijos,
I^a
A
Y
lya libertad
La paz y
A
la
luz;
la dicha,
los valientes
que en
la lucha
mueran,
Un
recuerdo, una
No
Rasgue
el
Querr
Amor
Diques
En
el
seno de la
al
mar pongamos,
la rispida
ley;
freno al vicio,
la
tierra.
montaa,
rey.
Nos
cruz!
Allanemos
Y sea
arado
palma y una
haga ms
Del poeta;
la
ruta
las artes
con su encanto
39
Busquemos
la
los
hombres
dulce ser
De
la
jomada
el
al fin,
A los seres
amables y queridos
Que ennobleci el trabajo y la virtud,
Recordando los triunfos del pasado
Que nos da
la
al
Eterno
esperanza y la salud!
XIl
Si tu no te ofendes? Porque
Escucha en
la
Mi voz
decirlo?
Que
no
tu odo,
gime,
el
reclamo.
ms blanda resuene
el
Diciendo te amo!
Te amo,
En
s,
antologa
40
En
nobles instintos;
Por qu no
No
me es dado
decirte,
mi vida
Tu imagen
Fu en mi alma
el
que adoro
Mas
ah!
musa que
al
olvido
imploro!
Que hoy
llora anhelante.
Derrama espumante!
Ya
mi X)riente
sombra
importuna;
De
T sola fulguras en medio sus nieblas,
Cual brilla en el ara de un templo en tinieblas
estn deshojadas, nublse
Filtrando la luna.
Lo
s,
no merezco tu dulce
Tus
La
el mirto,
no
el
ganado
De
^r
cario.
castos favores;
msticas flores.
4I
Que
Un
ngel
dos
almas.
Mayo de
1663.
-?f-'
RAFAEL OBLIGADO
AMERICA
La
la bella
fe profiinda
Para volcar
Como
No
el
la vuelca
en sus torrentes
hay notas en la
ella,
lira,
Ni frvidas canciones
Kn
Con
el llanto
de den generaciones.
rojizo esplendor
de
la centella,
nimo sereno
Esa sed de admirar, que apenas
produce en
el
sacia
ANTOLOGA
46
En
raudales de luz su
Todo
Los hroes y
Y
la
misma
glora.
es gigante en ella:
la historia
el
soplo del
amor divino
El porvenir la llama!
El porvenir, que abiertas
Dej su marcha las doradas puertas
Que injusto un da le cerr el destino!
Para animar su paso
En
la selva,
en
en
el crculo
el
monte,
El himno inmenso de
AJi
por
Como un
eso,
la
vida estalla
en la arena,
Como
rizada pluma.
Agita
RAPAEIr
OBUGADO
47
II
All,
Su frente de granito
Donde el sol de los trpicos
Por cima de
las
nubes centellea
Y parece horadar
chispea,
el infinito!
Tenderse por
el suelo,
De
las selvas;
La
En
Fragancias tropicales
Volando esparce
En
el
aromado viento
ANTOLOGA
48
Sobre
la altiva frente
esplendorosa
Es fama que
Su mirada
sombra.
Rivales de su gloria,
midiendo su
talla
por su
talla.
A
Y
Un
gigante de
pie,
Mensajero eterna! de
y otro cado
la
grandeza
vestido,
Radiante de
belleza,
Se tiende y se dilata
el
Amazonas!
Cargadas de rumores,
los siglos
no marchitan,
Le
i
.*
RAFAEI, OBLIGADO
En
49
vasto paisaje
el
mgico plumaje,
del ave en el
El trpico derrama,
En
Ik>s mil
El himno de
las
aves
de las flores
El beso sooliento;
La
Bajo
el ala del
viento;
Lanzndose
Como
si
al oriente
Para atarla
al cristal
de su corriente.
IV
Silencio
Lo
La
infinito
La
En inmviles ondas de
He ah la llanura,
verdura
. !
ANTOLOGA
SO
Amada
del pampero,
de sus horas
l arrulla el silencio
Con
la
Vibrantes y sonoras!
Al rayo de
Sobre
la
la luna,
la laguna.
De Bridn
[,
Infinito del
Los
alma en lo infinito
De su imponente majestad sombra!
Cmo su vago resplandor incierto,
Al corazn revela
Que el espritu an de Echeverra
De loma en loma sollozando vuela
y de Mara
Dulce amor del desierto
No
En
De
La
siglos,
en su paso por
el
mundo,
seno fecundo
la
Pampa dormida:
hollaron en silencio.
y en
silencio,
Qu mano bienhechora
La arrancar al letargo de su sueo?
I
El rayo de qu aurora
Disipar las sombras que
la
envuelven
>'
Z^-'
^iV'^
RAFAEL OBLIGADO
ha.
I
51
mano de
La
sus hijos;
duerme y espera
Del pueblo de su amor
Ella
Que
sentir la planta,
la existencia,
Cual
si all
el vuelo,
Por qu
Re atado
el iris
al
los espacios
puebla?
abismo entre
cielo,
la niebla?
El Nigara esplendente!
El Nigara! la fuente
Inexhausta y soberbia de los mares!
Mil ondas encrespadas.
Como
ANTOLOGA
52
Exhalan en rugidos
Sonoras pulsaciones,
f,
i)
Poema
En
los
sin segundo,
De Washington
*
el
pueblo,
Aprendi
En
la
Del raudal y
el
abismo,
De
la roca y la espuma
luchando tambin, hundi
De
la
|Y su empuje
Que
(
I.
naves
adusta Inglaterra;
h!
,
las
viril, el
despotismo,
vi'
nombre de Cuba,
el
La
En
S,
que otra
lira
hermana.
frl,
Amarrada
la sirte procelosa.
RAFAEL OBLIGADO
Rugiendo en
las
53
espumas
VI
medio de msicas extraas.
Por inmensas llanuras
As, en
y torrentes y montaas,
Eva de un mundo y del Edn seora,
Siguiendo va del porvenir la huella
Amrica la bella,
ros
De
la plida
No
lleva el tibio
luna
y misterioso rayo
Que
Se
el
al sol
de Julio coron su
Mayo,
frente.
el Nigara, su espalda
El manto arrojan de su hirviente espuma
Y van rodando acariciar su falda;
!|
\\/l,\
como un trofeo
Que el viento encima de los Andes
Como un jirn la montaa asido
Del humo del combate,
All,
\i',
I
( I
ANTOLOGA
54
..
i
i
'i
'''''
Dejando
!/
el
bate,
Un
punto inmoble
Enamorado y
contempla.
la
Y luego,
ciego.
Abriendo su plumaje,
En
el
Chispear
el
Y entre
,>y
m
i
I,
El alma pensativa
Suspende en el fulgor de una mirada;
i I,
desde
De
i879.
K
H
t)ij
h
tf
\\
l,
en medio de
el
la tierra
i:
amada.
/tt
extensin pasea;
Jj,|,
la
Como
(y
ambos polos
el llano,
ciego,
RAFAKL OBWGADO
ECHEVERRA
sola,.
Que hace
rodar la ola
una
estrella;
El alarido de
el
Faltaba
A los
el
alma
la extensin vaca;
Un rumor
Que
la tribu errante
una armona
corazn humano.
cadencioso,
slo brota el
Su lumbre derramaba
siguiendo su fatal camino;
El
sol,
La
Un
la tierra
Para
divino,
el
Sentir, pensar
amor
55
antologa
56
del oriente
en
el
ocaso?
dice al espritu
La noche
taciturna,
II
Lleg por
En
que
fin el
la patria
memorable da
despert los sones
De mgica armona;
En que todos sus himnos
Y sbito
En
se juntaron
estallaron
la lira inmortal
de Echeverra.
RAFABL OBWGADO
57
abismo,
Alborozado se escuch
El Plata oy su trueno;
mismo:
La Pampa,
sus rumores;
tucumano,
el verjel
Desde
Hasta
Desde
De
la
hierba humilde.
el
omb
el
de copa gigantea;
ave rastrera que no alcanza
Hasta
el
chaj que
all
se balancea
Todo
En
tiene un acento
su estrofa divina,
Pues no hay
soplo, latido,
movimiento,
el
aliento
III
Una
estrecho
ANTOIX>GtA.
58
La noche
En
era tranquila;
Clavaban
Qu hablaron
al
poeta
Que
cantan
al
en
el
alma?
lloran
Qu historia le contaron?
Qu dolorosa y fnebre quimera,
Que sus ojos en llanto se empaaron
Era que oy
De un pecho
Un
el
la carrera ?
gemido
desgarrado,
de nadie escuchado!
En vano
Esclaviz Mara:
En
el
poeta.
el distante
Para
OBWGADO
RA.FAEI*
En
aduar, la presenta.
El
reflej
Su
En las
De
59
ANTOLOGA
6o
inefable.
de
la tierra.
De
ah
los
un
da!
fecundaron
estril
venas,
De
Era msica
grata,
ellos,
beber en
el
reguero
tu frente,
acero.
Te
it
profundo.
KAPAEI.
OBWOADO
6l
al
mundo,
Independiente y libre ..
Libre no, que era esclavo
El
filo
de
la
el
pensamiento
espada
Que
Ms
;|
I
.-
-y
Hiri
De
Las
como una
espada,
Que de
Tuvieron
Y fu la
Tom las
ay
la conciencia ajena
libertad
I
el
pensamiento,
el
firmamento
El Dogma
En
Fu norma y gua de
la patria
luego
62
ANTOI^OGtA.
VI
Profundas melodas
Vagaban en
la
atmsfera serena,
el
alma
Claridad y roco
El
triste
desengao,
negro hasto,
el
Iva
Ah
les dijo al
odo
Tanto vago
De esos que
el
alma encienden;
secreto,
ellas
aprenden
La candida damela
Que l, con sus manos,
RAFABI. OBLIGADO
63
VII
Adis, sueos de
Que
hicisteis
l todava,
la
de
adis,
hermosas
tejidas rosas
la
lo lleva al destierro
Sobre
mirada inquieta,
Vuelve vosotras, de
Que
poeta
la sien del
Ofrenda
amor
nave ingrata
la
muerte
En
su ntimo santuario.
Que
Que
En
ANTOI<OGA
64
Una lgrima
De bendicin
Para
ardiente,
el tirano,
de
reproche;
viril
En
el
Oh
los astros,
rastros.
injusticia! oh dolor!
Dnde
Patria de
Mayo
tumba de
Brilla en su
La misma
tu sol el rayo?
El
luz
De
el
su pueblo olvidado
las cenizas
la
nave
Hizo temblar
solitaria
y su estertor profundo,
copa funeraria
la
coros,
ribera,
OBWGADO
RAPASI.
65
Empero,
Qued esa tumba abandonada!
guerrero
El fu tambin libertador
.
Y su
Poetas!
De
la patria es
La inspiracin sagrada
Que en sed de gloria, al
si
Tan
No
queremos de
solo
de
Salta,
nuestra
lira,
ideal aspira
una mirada,
fro
[Sigamos esa
Lancmonos
Por
Buenos
la
estrella
nosotros, sus
hermanos
Aires, 1881.
-v-^-
ANTOLOGA
66
SANTOS VEGA
Santos Vega
el
payador,
Cuando
la tarde se inclina
Sollozando
al occidente,
Sobre
pampa
la
cuando
Con
el sol
luz brillante
argentina.
ilumina
y serena
la escena^
La melanclica sombra
Huye besando su alfombra
Con
el
afn de la pena.
En
solitaria laguna,
Que
all
Payador: trovador.
se ensancha, y
un
velo-
Si'
RAFAEL OBLIGADO
Va
sobre
el
67
agua formando,
Que hacen
mozo
Si su guitarra algn
Kn
el
Llega
Y,
la
sombra callada
envolverla en su manto,
al
Suena
Entre
el
un canto
preludio de
Como
por gotas de
llanto.
En
la extensin
de
Sin su corona de
Sobre
las
misma
estrellas,
lomas ms
bellas.
Las blandas
Mas,
En
si
trocado
el
desmayo
tempestad de su seno,
ANTOLOGA
68
Que
Hiere
al
omb
de soslayo
en
la alta
copa desprende
Cuando, en
Las
de
las siestas
brillazones
Vastos oleajes
esto,
remedan (i)
que ruedan
Sobre fantstico
ro;
Llega
las
mrgenes solas
Galopando sobre
el
llano
Viendo
De
'j'r*
-r^
al otro
en los
reflejos
i;
y
(i)
Eupejistno.
RAFAEL OBLIGADO
69
Que mis
caricias se entrega,
Mientras de orgullo
me
anega>
La conviccin de que es ma
La patria de Echeverra,
La
tierra
de Santos Vegal
II
sol se oculta:
inflamado
El horizonte fulgura,
Y se extiende en la llanura
Ligero estambre dorado.
Sopla
el
inmenso circuito
alma otro grito
del
No
Ni
viento sosegado,
llega al
al
el ala del
el llano,
sombrero,
yo
ANTOLOGA
Viste poncho americano,
Y
Y
chispeando en su cabello
en
bronce de su
el
frente,
Con
ltimo destello.
el
Como
De la
espiando
la partida
luz agonizante.
De
el
Meditabunda
Y en
le espera,
su negra cabellera,
Hunde
la
mano
Xe ve venir:
rosada.
su mirada,.
Se
.
Dado en su
.No bien
Toca
frente morena.
llega, el labio
la frente querida.
amado
Ak-
;;
RAFAEI* OBLIGADO
ramaje callado.
Por
el
Un
ay!
Como
apenas lanzado,
susurro de palma
ella,
fingindole enojos.
Un momento
Qued la Pampa en reposo,
Cuando un rasgueo armonioso
Cerr la noche.
Pobl de notas
el viento.
amante
tristeza,
cYo soy
nube lejana
la
(Vega en su canto
Que con
Huye al
Soy
la
noche sombra
venir la
la luz
Filtra en
maana
que en tu ventana
manojos
La que de
deca).
la
luna
nia, en la cuna.
La que
Bn
la desierta laguna.
Jl
ANTOLOGA
72
tibio
que halaga
la doliente guitarra
Que
Despus,
el
ronco estallido
De
rotas cuerdas se oy
Un
remolino pas
Batiendo
en
el
el
rancho cercano;
Todo en
silencio qued.
Luego, inflamando
el vaco.
Se levant la alborada,
Con esa blanca mirada
Que hace
chispear
el sol
cuando
el roco,
en
el ro
En
lijera
occidente ocultarse.
RAFAEI, OBLIGADO
Y el
alto
omb
73
balancearse
(i).
III
Kn
Ya por
Del
campos
rutila
victoriosa mirada.
Sobre
Que
los
la
en
all
Donde
De
curva lomada,
el
el
bajo sombro
arroyo serpea,
De
De
Sobre
Que
Pampa, uno
el
tras otro,
indmito potro
Abandonando
fortines,
Hay
Cuando
(I)
Tapera: ruina.
se grita: A vencer
ANTOLOGA
74
Sobre
el
inmenso escenario
el sol reluce
De
alas,
en las galas,
Publase
vario
el aire del
las virolas
De
de plata.
entre ellos
Divide
el
ms anciano
campo despus,
el
Sealando de travs,
Una
manijas, certero
arroga
Vuela
Un
el
pato!
Va buscando
potro vigoroso,
Que
Puesto
En
gritando:
al aire,
Suelta
mano
pelota de cuero
Con dos
La
el llano
alzando luego en su
el
medio, la turba
calla,
De nuevo
parten
el llano.
RAFAEL OBLIGADO
Esperando del anciano
La
alta seal
Dala
al fin.
de
Hondo clamor
Ronco truena en
el
De
batalla.
el circuito,
su impvido seor;
vencido y vencedor,
Del noble triunfo sedientos.
Se atropellan turbulentos
Su
feliz
conquistador,
su bando en derredor
Le
defiende y clamorea.
Uno
y otro aguijonea
El gil bruto, y chocando
Entre s, corren dejando
Por
Polvorosos remolinos
Sobre
las
Vuela
el
Por
De
De
el
los
pampas rodando.
campo
arrebatado,
unos conquistado.
luego
75
,;;-'::f^:.
ANTOLOGA
76
en
sacudidos,
el aire
Huyen en
De
lagunas vecinas.
las
Como
tanto, azoradas.
vivientes neblinas,
Estrepitosas bandadas;
Bate
el
Hiriendo hachazos
Con
Robusto joven
el viento.
la prenda,
Yo
solo
En
pos de
La
tierra
me
basto! grita.
se precipita,
cielos asorda.
Que anchuroso
Y
Y
se desborda.
azuza y provoca.
RAFABI
Golpendose
Con
OBWGADO
la boca,
salvajes alaridos,
Danle
Todos
caza,
Sobre
el
el,
y confundidos,
cuerpo inclinado
arzn del recado,
Temen que
el triunfo les
Cuando, volvindose,
Echa
El
ff
al tropel
ya
sol
Abata,
la
el
roben,
joven.
su tostado ...
hermosa frente
silencioso.
Su abanico luminoso
Desplegaba en occidente.
Cuando un
Llen
el
grito
de repente
campo, y
al
clamor,
Mudos
ante
el
payador!
se volvieron,
Y, ya la rienda sujeta,
En
Un
Todos
En
el
alma pusieron
Porque
De
ANTOLOGA
fS
Nuestro dueo es
la
nacin
que en
Clav
argentina
la tierra
ensea espaola,
la
Hoy mi
Hasta
En
as vibre:
chiman go es ms
el
nuestra
libre
paisanos!
tierra,
te quiero
Es de un monarca
extranjero!
Ya Buenos
que encierra
Como
las
Aires,
nubes
el rayo.
sierra.
Menos
valientes seremos
Que
que
los
libres se
aclaman?
*.
RAFAEI, OBLIGADO
De Buenos
79
arrojar,
con vosotros,
Veo
el
No me
entierren en sagrado
Donde una
cruz
me
Donde me
recuerde
.,
pise el ganado!
Que
Que
all
Patria
El
en
la
noche se hunda.
cielo,
de astros cubierto,
De
las
lagunas de plata,
Patria! la trmula
Y
Y
mata
desierto.
ANTOLOGA
fio
Tras
el
Andes
colosal,
IV
IvA
Bajo
De
el
onib corpulento,
las trtolas
amado,
All al
Bn
el
amplsimo asiento
En
Ha
los
ramajes vecinos
colgado, silenciosa,
I<a guitarra
De
los
Ante Vega
En
melodiosa
Al pasar
^
fama.
campesinos
se detienen;
silencio se
guardarle
convienen
all
dormido;
RAFAEL OBI^IGADO
Moviendo apenas
la planta.
encanta
Se aproxima
Turba entonces
Silencio que
Un jinete
el
sagrado
Vega
cerca,
que se acerca
la carrera lanzado;
Retumba
Por
la guitarra
el
el desierto
hollado
casco volador,
aunque
el
grupo, en su estupor,
Contenerlo pretenda,
Llega, salta, lo desva,
sacude
No
De
bien
al
payador.
el rostro
sombro
Horrorizados, sintieron
Temblar
8l
ANTOLOGA
8a
desenvuelto ademn,
fin,
para testigo
Lo mismo
es Pedro
Alz Vega
la alta frente,
la
que Juan
contempl un instante,
Enseando en
semblante
el
Por
fin, dijo
framente
Juntos
La
De
los dos,
ocasin,
Una
ense
Preludiando se sent.
Vega entonces
al
sonri,
volverse al instrumento.
La morocha hasta su
Ya su guitarra traa,
Con un gesto que
<
deca:
al-
asiento
se llamaba
el forastero)
RAFAEI, OBLIGADO
tristes
Cant
cielos
nunca odos,
no escuchados,
Al
cantor,
Sinti su
y toda inquieta,
alma de poeta
Y
Y
pampeanas,
Endechas americanas
Ms dulces que aquellas
Al dar Vega
Ya una
horas.
fin al canto.
noche oscura,
Desplegaba en la llanura
Las
triste
tinieblas
de su manto.
el rbol se
Un verde
Y tembl
se alz en tanto,
empin.
gajo toc,
muchedumbre.
Porque, echando roja lumbre,
Aquel gajo se inflam.
la
83
ANTOI^OGA
84
Fu
Por
qu voces levantadas
que
entonces se escucharonl
Las
Oh,
En
la
Pampa
misteriosa,
Que
Que en
el
alma slo
Modulada en cada
vibra,
fibra
El orgullo,
la ambicin,
el grito
poderoso
al viento;
El solemne llamamiento
Al combate ms glorioso.
Era, en medio del reposo
De
la
La
visin ennoblecida
Del
Pampa
ayer dormida.
trabajo, antes
no honrado;
RAFABI, OBLIGADO
85
Iva
Que
Como en mgico
espejismo,
el desierto
Levantaba de
mismo.
la par que en
Una
el
abismo
edad se desmorona,
Al conjuro, en
Derrambase
la
la
ancha zona
Europa,
Que
sin
Era
la ciencia en persona.
Oy Vega embebecido
Aquel himno prodigioso,
en
llanto,
la joven, su encanto,
los ojos
de su amada
Adis, luz
del
alma ma,
Manantial de
Que mi
Adis,
las dulzuras
espritu beba;
mi nica
alegra.
ANTOI,OGfA
86
Dulce afn de mi
existir;
En
lo
las llamas,
En
serpiente,
los
Los
aos dispersaron
As
Y si cantando muri
Aquel que vivi cantando.
Porque
el
diablo lo venci
RAFAEL OBLIGADO
87
LA PAMPA
Qu voz
me demandas?
el
Ser
el
libre
Bate
el
como
el
me
levanta
Huyendo
en su camino;
Y arrncale
el
ANTOI,OOA
S8
Y el
De
espacio, de huracn
Se desata y
frescura;
se aleja el pensamiento
Como un ave
El alma sobre
Lo
y de
extraviada en la llanura.
el llano se
al
difunde,
mar
distante
Lo empapa de
]S1
su espritu gigante.
la veloz carrera
Y se
Descompuesto
Tengo
hombre, sobre
el cabello,
el llano.
roto
el traje,
t^
Amor y
delirante
RAFAEL OBLIGADO
timor y el incesante coro
Siento
el
De un
89
progreso gua
el
alzando
Ante
la
Mi corazn
mi
es fuego,
Qu placer si
Bl ala refrescante de
frente arde
la
II
La
La
La
El beso de
el canto, la
un sueo en
noche con
la
Pampa
La
tarde de la
No
es la tarde del
armonia;
la
penumbra,
el da.
misteriosa
Kn
escuchis,
ningn ruido
Cual
el
perfume de
la flor, abierta
que gira,
El alma se desprende, flota incierta,
Y con las ondas de la luz expira.
los besos del cfiro
antologa
90
Bl cuerpo desfallece;
Como
el
la
mirada,
rumbo
vuela,
Sigue
la
Una
el da.
memoria errantes
Recuerdos de un dolor que no se nombra,
Fantasmas y quimeras vacilantes
Sents volar la
Que
el
alma estremecida,
el
la
hora sublime
aquel instante
Y el alma
Eleva
al
Esttico quedis,
Con
el
.t
fija la vista,
nombre de Dios
sellado el labio
J^.
.
^
*
RAPAEI, OBLIGADO
9I
III
Esperis
Sobre
se
Ifas
el llano
la
sombra
Entonce
Hiere
un momento. .Ya
el trueno,
las brisas
sbitos
retumbando
que en
y plidos
lejos,
silencio
vagan;
reflejos
La tempestad que
Centellea
la tierra el rayo.
vibrantes.
las tormentas.
Eu
estremece
ANTOI^OGA
Oh, que placer!.
.dais
un
al instante
Lo contesta tronando
grito
el infinito!
Se desaibre de sbito
La
la
mente,
Se quiebra
el
Figura colosal!.
Dadme
la
Pampa
.rey
de la vida!
as! Sbito el
rayo
Es vida, es trueno, es
1872.
%-
'^-
i.-
luz, es fiebre, es
fuego!
i.> "^
RAFAEL OBWGADO
93
A BALCARCE
<
No
todos,
no todos
se olviden
de mi
Bmlcewee,
No
Vibrando en
el
al oido:
De
tr^
r
Tu sueo se cumple: la patria adelanta,
^w45^Sus fn!ls.opu)s nos brinda la paz;
I
.t,
el viento levanta
nunca
caers.
Con frentes ya
calvas dictando la
ley.
ANTOLOGA
94
Durante
la infancia, tu adis
me
deca
Ha puesto mi
En
esta guirnalda
que enlazo tu
sien.
1882.
LOS HORNEROS
A
Es
Te
dir la verdad:
Cuando canta un
poeta,
lmpido raudal.
Has
el
Ms rosadas
Cmo hay
donde quiera
cmo
las jvenes
estn,
la torcaz ?
-.'S^'i
RAPABIy OBLIGADO
95
Pues con
De
La
La
estril soledad,
Se cuida de
Sin duda
nosotros,
me
no de
pjaros.
dirs
En
Sus
ojas mostrar,
De rama
Arrjanse de lo
De
El
roco,
alto,
como heridos
congoja mortal;
alas.
En
La
dulce intimidad.
Con
los santos
el ala
AKTOIX>OfA
96
II
Un
f
la sequa:
soplo abrasador
De
la tierra
Ira
argentina calcinada
Mugan en
los
campos
Ya trmula
los ganados,
la voz,
Y
i
La
bueyes escarbaban
los pacientes
El potro de
las
Nervioso y vencedor,
A
1
Sobre
j
el
inmenso
llano,
Con fnebres
'
relinchos, expir!
t'
Su fuego
arroja el sol,
*^
Mi
^.
Pasan mustios,
la
sombra
horneros,
VjLTAm, OBLIGADO
97
Sienten ya bajo
cariosa
el ala
De
No
padecen de
Que en
Entre
la
porque
sed,
el roco
noche cay
omb,
les
brinda
Ni vctimas
del
hambre
Porque en toda
Ya
en
Las
el
desfallecen.
estacin,
Estn
tristes
No
y mudos
los horneros,
entonan su cancin.
Para hacer
III
De
el cielo
occidente se ve
Vuela
el
Que empiezan
Y el
la sien
caer,
JBs fragancia
ANTOLOGA
98
Con
ganados
Descienden en tropel
Donde
manera de
elsticas neblinas,
Las
cercetas, los
nades azules,
Difunden, la vez.
hasta
Al herir
i
el
el
rayo
la llanura
aguacero,
cruel,
latigazos,
Volvi
el sol
verter
omb
Irradiaba el
De
la
volaron
Batiendo
luces metlicas
copa hasta
al
campo
el ala
el pie,
los horneros
RAPAElv OBLIGADO
99
IV
El anhelo; el afn que los domina,
Quin pudiera decir
Quin pintar de sus baos, en los charcos,
El veloz aleteo, el frenes!
j
Y sus cantos
vibrantes, repetidos
Que resuenan
Cual
si
al fin.
nios, robustos
felices
Dan
Con ansiedad
reir!
la dulce tarea
lyos recios
Van y
de
alzando
ir
muros de un hogar
Ora
Mejor que
el
suelen
Un
barro, en
un cemento
portland se convierte
un
poste,
Para alzar
el palacio,
pico, convertido
Cuchara de
Que
all.
una cumbrera,
rbol elegir
cuyos planos
feliz.
Luego
febril,
hasta
el
s.
en ingeniosa
albail.
mismo
Palladlo envidiara
ANTOLOGA
lOO
Bl cimiento comieazan de
En
Una
crculo construir:
puerta,
un
y una alcoba
pasillo
En bveda
ser feliz
terminan
la fbrica
gentil,
El flamante palacio
destruir.
Dan
caza al aguacil,
y en la alcoba
oye
un grato incesante rebullir.
Se
la abeja, la oruga,
Su nimbo
Vio
la
esto
carmes.
Luego, abiertas
Bajo
el cielo turqu.
La
^Ah, cuan
Lo
triste, Felicia,
es ver
que todo
argentino se va!-
v-;.
tLATAm, OBLIGADO
Que
la fe
Apagndose est!
Que no irn nuestros
De
lOI
hijos desgraciados
Con
el
Van
En
smbolo ser
De
los llene
paterno hogar!
1889.
Rumor en
el
rbol
Y espuma en la linfa.
:;
ANTOLOGA
I02
Form para
De llanto
el
mundo
de amores y de alas de
brisas.
sol
De
tanta frescura
I<a luna
Bn
torno su cliz
las
el
hmedo aroma
En
Avivan
leves sonrisas,
del
Demandan
alma
los
sueos hermosos,
Su candido
la rida roca,
Devuelve
al
presente
Su
el
alma
vacila.
Promesas de vagas,
el aire
celestes delicias.
El pecho se ensancha.
La
frente se inclina,
t^
vida.
RAFAEL OBLIGADO
IO3
NIDO DE BOYEROS
El.
MERCEDES OBLIGADO
Yo
Que
Larga cinta de
Sonren
al
acero.
el reflejo,
Al crdeno
destello.
En
la
De
Muy
el
arroyo
Tranquilo de mi cuento.
Que
Unas
le
la
sirve de remo.
bogando lentamente
Por la margen, la lleva su deseo
A elegir una flor, y va regando
veces,
ANTOI<OGA
104
Quedan
al aire se
desatan en manojos,
Sus lcidos
Perturban
cabellos.
el silencio
de las
islas
lejos.
remo;
Sobre
la falda atravesado el
tal,
Las
y me amenaza,
Fingindose enojada, con el dedo;
Suele verme
al pasar,
Y me
el rostro
Vio colgado un
Un
el sol
laurel,
de enero
nido de boyeros.
La
Tendi
^jt^
en
ellos,
RAFAEL OBLIGADO
Pero desvile
el
I05
Ya
las
mangas
en su asiento.
Golpela fuerte
el
corazn
pecho,
Con implacable
Sobre
la
Negra y
el
copa del
ceo.
laurel,
brillante, repos
islas
un
ave,
su vuelo;
resonaron
y escuch en silencio.
Qu intensas van las armoniosas notas
Baj
la pala
De
Oy
Embebecida
el
ave,
qued un momento.
un delicioso y blando
se
Susurro de poiluelos.
Abandon su empeo.
ANTOLOGA
106
Como
Es
No
intil
El nido de boyeros.
g-entil figura.
Tu
O
No
Flor de
la caa,
Plcido amigo,
Ms negros y lindos,
Que cierta morocha
Del suelo argentino
Su nombre
Llamada.
Jams
he sabido;
lo
De un
RAFAEL OBLIGADO
Difndese de
ella
La flor
Un
del ceibo.
una tarde
da,
Serena de
Pas por
esto,
la
puerta
Ligera de
lino;
Cubrala
el
Velando
el corpino.
Un
chai
tucumano
De
mallas
el
seno,
tejido;
negro cabello.
Sin moos ni
rizos.
Cayendo abundoso,
Brillaba ceido
De
flor
de
Wbo.
Buscaron
los
mios
IO7
ANTOLOGA
I08
Su blanco pauelo
Perdi en
el
camino.
Corr levantarlo,
al
tiempo de
asirlo,
El alma inundme
Su
olor tomillo,
Al drselo, gracias,
Mil gracias
!>
me
dijo,
Ponindose roja
Cual
flor
Ignoro
si
Pequ de
Pero
de seibo.
entonces
atrevido,
ello es lo cierto.
mientras sus
ojos,
Modestos y esquivos,
Fijaba en sus breves
Zapatos pulidos,
Con moos de
raso
Color de jacinto.
Mi amor de poeta
La dije al odo;
Mi amor, ms hermoso
Que flor de seibo!
j
La
frente inclinada
el
paso furtivo,
RAFABIv OBLIGADO
Que
al soplo temblaba
Del aire tranquilo,
All se columpian
Dos aves, me
Dos aves que
dijo;
aman
se
juntas he visto
Bebiendo
las
gotas
De fresco roco
Que absorbe en
la
noche
Oyendo embriagado
Su
acento divino,
Tambin, como
ella,
Qued pensativo.
Mas, como en un
claro
Detuvo sus
pasos,
llena de hechizos.
En pago
De
y en prenda
nuestro cario,
Hurtando
Su adorno
Me
las sienes
sencillo,
dio, sonrojada,
IO9
ANTOl^OGA
lio
Fueron un tiempo
De
rsticos cercados
aquellos que
De
all
Ms
Y como es
dada
discurra,
la labor, teja
Las
la
humedad
del suelo,
Un
fresco
al cielo.
RAFAEL OBLIGADO
los candidos
Que agrupaba
Derramaban en
Una
Y
Y
el
III
olorosa
sus alas.
rebaos
durazneros
flor los
no bien tapizaba
pradera
la
floreca,
anima y embellece
Sustenta,
Y quien
engaas!
sitios,
Mucho
Una
es
sol,
domingo
mucha
luz,
T no
sabes
cuanta escena
todo,
Infeliz! cul te
lyO
modo
llena
aves.
el aire
en calma;
mucha
alegra;
antologa
TI2
'
La madre,
Con sus
j'
Dan
al
las
amigas y
los chicos
En
el
Que
'
1^
'
Que
Qu ves
all?
Asndose
el
circular el
En
De un
lira.
asador pendiente,
cordero apetitoso,
mate generoso
Oh campestres paseos
-*
por
la guitarra nacional
oh manjares
RAFABI,
OBWGADO
II3
la vejez de
su
sotara.
No
las flores
La
Mas no
faltaba
Cual un brazo
Para ayudar
Que
tanto
traje!
un vastago de mora,
flexible,
que de intento
llora.
:i?:vf;^?^"*-
ANTOLOGA
114
Con grave
lagartija
susto disparando de
Y, ya en violetas rebozando
Como
el seno,
las flores
aman,
Dejando
el aire
Oh mi dulce
de perfumes
portea,
Ya no hay violetas ni
Huyeron ya de
Dulces
Buenos
ellas;
la
lleno.
amada ma!
silvestres moras;
Aires, 1884.
AYOHUMA
CARLOS VKGA BELGRANO
Esas msicas que estn
Y aquellas
Veloces,
(i)
.4.:-
que
al aire
rumbo
van
la gloria,
RAFAEI* OBLIGADO
II5
Que
Belgrano
Libertador
Pudo
Que
el
destino traidor
bruma
Arrojar la densa
De
Vilcapugio tu frente,
De
muda
las
la
voz alta
campanas de
Salta,
Veloces,
rumbo
el
van
la gloria,
Desbordando de
Sobre
la historia
Andes, sobre
el llano,
Clamando
Voz que
gritos: victoria!
alienta,
Nuestras glorias,
Oyen
los
muertos queridos
!
'.:
ANTOI,OGfA
Il6
De
pampa de Ayohuma;
Voz que animadas exhuma
la
De la patria y su bandera,
En cuyo sol reverbera,
Siempre fuego de caones.
Ayohuma! Ingrato da
En
montaa,
dulce patria mora
Sola, en spera
LfB.
Exange
Por
ya, se bata
columnas inquietas
las
Del
ejrcito espaol
La
envolvan, bajo el
En
chispear de bayonetas.
sol,
Tras
la
carga resistida,
Su misma sangre
pisando.
borbotones
la vida.
Con
Hace en
Rugir
a.:.
la
adusta venganza.
^-Nvia?*-:
RAPABL OBLIGADO
Superi rueda
al
II7
abismo
los infantes de
Cano;
mismo,
es personal en la lid:
Solo se va
La Madrid
En
pelotones, deshechos.
De
Que
el
espaol desaloja,
contenerlo se arroja
En
la
profunda quebrada,
el
pecho, la espada
mal guardar,
la visera
ANTOLOGA
ii8
Van
Otros,
sonrrojos;
ms que hombres,
despojos,
En
la
Ponen
bandera de Mayo
el
alma y
los ojos.
Se
arrodill el general
todos se arrodillaron.
que
fu,
tendida
el ala.
Hacia
De
Virgen de Mercedes,
la
Su radiante
generala.
Se difunde en ese
Un
instante,
hervor de agonizante
Que estremece
Perturbando
el
corazn.
la oracin,
RAFAEL OBLIGADO
Jura, impo,
Otro
119
un veterano,
llama en vano,
al hijo
Ruega
Un
silencio
Grave,
va cundiendo
triste, religioso.
Que
De un
Suelta
el sol,
fusilazo el estruendo.
Su corona
rota al mar,
Como
Vagarosa meloda
Que va
llorando al pasar
1892.
autobiografa
1856- 1885
me pides? Te comprendo,
Bn mis secretos iniciarte voy:
Como toda mujer, eres curiosa,
Versos
hermosa;
antologa
1 20
Pondr en
De los
la
recuerdos abrir
el raudal,
Hasta
De
los besos
de
la
madre son!
Desparramados por
el cielo azul,
de
los
bosques
cual yo,
chinglos,
No
Un
De
el
solos.
Dios.
corcel primero.
El
arrastr,
Empuaba yo
'^
sol,
RAFAEL OBLIGADO
Del trebolar por
angostas sendas,
las
Y lo
que
121
crujir.
es la inocencia
Me
gfustaba
Porqu
lloras,
mi
vida
Gravemente, besndole
Y mi
? le
deca
la sien ...
Con un
cierto
abandono de mujer.
II
Mas, como
Y unos
Ay!
siete
me
Tuve un
Bran
odio feroz la
los libros
Ms mis
el
supe
leer
Cuando en
y comenc
la \'uelta
Bn
cartilla,
mudos para m;
escribir.
de Obligado un da
me
dej
un vapor,
mi
ser cundi.
ANTOI^OGiA
122
el alma la inmortal
dominado por extraa sed,
Abierta
En
De
la eterna
De
De
y veraz naturaleza
hermosura el esplendor busqu.
la
nuestras
grande
el
ro,
de
la faz,
la patria orgullo.
por sus
tanto en selvas,
Dejaba
arrullo,
el
pampas contempl
Que derramado
En
belleza
islas va.
pampas y
raudales,
El estro de
Se despertaba poderoso en m.
de fuego,
Y am la patria con u
Y supe entonces, para amarla ms,
>
Porque se
eleva, cual
perenne ruego,
TT
.ii
Pero
la
novia?
Mi novia? Es
Pues bien:
Unos
la
catorce.
nia
.
me
dirs,
Mara.
.sin
la
sazn tendra
mentir la edad.
Que
al sol
RAPASI, OBIvIGADO
1 23
Con un
gestito
me
reciba
que adoraba
yo.
bulliciosa
Como yo
los
la siguiera
con los
Se avergonzaba de su
la
ojos.
loco afn,
Ya
el
faz.
al descuido,
jazmin arrancaba, ya
el clavel.
El vacilante y dominado
Luego,
recta,
pie.
de sbito vena,
Iba en busca de
flores
Tmalas, tmalas!*.
El alma entera en
para
t.
.y le temblaba
la vibrante voz,
ANTOLOOA
124
Con
el gestito
que adoraba
yo..
IV
Carioso recuerdo de otros das,
Mi
el
mismo
Slo un asilo
bajo
al
cielo,
! ,
corazn conviene,
Y es
Aun goza
la luz.
en ver mi libertad
sujeta,
An me
abraza y
Baada en
-f'^-
me
CALIXTO OYUELA
CANTO A LA PATRIA
EN S PRIMER CENTENARIO
Sobre
la
Patria
un
siglo
La Paz serena
Ya la joven
nacin
el
mundo
aclama;
Feliz
La
su fulgor derrama.
y palpitante muchedumbre,
generosa
gil
De
mano
al
mundo
tiende,
fuerte, asciende
La fecha redentora
Relumbra como un sol en nuestra mente,
Onda de amor en
Hoy que
irvia. corriente.
la Patria
en mi cantar se mira,
Slo
ANTOIvOGA
ia8
Tremulante
Hija de
el laurel
sobre la frente.
la Victoria,
mula digna de
la
hispana gloria.
En
combatir, leones,
Rfaga
Para
azul,
tejer
de
sol resplandeciente,
su virginal bandera.
Luego en
Enhiesta abatida,
el
camino de
fuerte.
la vida.
Que en
Hoy
la
verdad y en
el
lleno,
amor
se funda^
Brindndoles su seno.
Ms noble espada en
X
5! -fe;
la robusta diestra.
;
!
CALIXTO OYUELA
1 29
En
furia devorante.
Al
el
potro las
le
abortaron
Alma ms
Nunca all
torva y dura
los
abismos engendraron
Entre muerte y
Xa
pampas
A.NTOI.OOA
130
Helado
Vaga por
el
pensamiento
Do
amor, roto
el
decoro,
De
el ms siniestro ejemplo
crimen en la historia!
aquella edad
la orga del
Huy
\^
S-
'^.
CALIXTO OYUELA
13!
llora,
Supo con
fuerte
mano
Ya en cimiento grantico
Oh Patria! enamorada
Te besa
Que con
asentada,
aura pura
la celeste esfera.
Ebria de
Todo
el
Sn tu ascensin dichosa,
Honda sed de progreso tu alma
inflama^
y briosa
dejas
Y se
Que en
su terruo escueto
antologa
132
Y
Y
ya dueo de
fuerte y tranquilo
s,
Hn el modesto asilo
Que levant con manos
Cul
le
enjuga
re la
Donde,
amor
la
hmeda
frente,
rebao en la pradera,
esperanza en los trigales.
Mientras pace
el
paternales,
al
Como un
el
rumor de primavera
Ver
De
la raz asciende.
Tu
En
En
Y
-'fe
abrazo fecundo,
en
ti
salva y redime,
r^.
una visin ms
alta
de
la vida:
CALIXTO OYUELA
En
En
la
montaa, se acrecienta en
I33
ro;
Que va
desde
la
fuente al ocano.
De lo ideal el transparente
La vulgar opulencia
Que los trofeos de la vida
velo.
ignora,
Guarda
la sacra
llama en
ti
encendida,
Y
Sin
que
De
la
eterno grito
encono,
Corrupcin pillaje,
Aullando suben infamante trono.
Al trabajo,
De
al saber, tus
magnas puertas
!
-
s;^*5??''''*
"
!
"'
'
:f-
ANT01,0GfA
134
De
Tu
mag^nfica senda
Pueblen sin fin venturas y armonas!
Reverentes postrados tus aras,
Nuestro inefable amor te consagramos,
Y aclamarte anhelamos
Templo de la Belleza y de la Idea,
En donde el himno de su fe se eleve;
Y que al ungirte, eterna, la Victoria,
La Justicia, que en Dios los orbes mueve,
Te
La
irradiacin
suprema de tu gloria
igio.
is.
Ermtrson.
Como
celeste canto
Resuena tu inspirada
>
'^^A
poesa,
CALIXTO OYELA
I35
al
alma
enva.
No
Do
De
fervoroso culto
Sino en
Donde
en
sacra esfera
la
tibia
primavera
Tu
la flor
voz, sin
de
pompa
la
hermosura.
vana,
Bn
el
el
oculto nido.
Se derram en
Mas
En
tu
la antigua
tu sublime
fe,
mente soberana.
hermosura
en tu ardiente celo
De
'
ANTOLOGA
136
Se ostenta ms hermosa,
Con ms
luciente vida,
Tu numen
vivifica
Naturaleza toda, y
De nuevas gracias
la levanta.
rica,
Donde
el
Su mudo
acento, su menor
Sus rayos tronadores,
Con profundo
Como
el
Que
De
ruido,
sentido,
cultivas
d:
monfe en
la ladera^
(i)
Tu mente
Como
siente
Y
A
la vista
la imperial
tendiendo
dominadora cumbre.
(i)
La vida
retirada.
CALIXTO OYUELA
ha. mortal
I37
pesadumbre,
as,
en ansia constante
arcilla,
Donde
la patria
de
las
almas
brilla.
Cuando
Por
la
7ioche serena
bveda umbra
Oh cmo desplegaba
pursima fe sus alas de oro!
Cmo en busca volaba
Del mstico tesoro
De amor, que inflama el centellante
Tu
All,
coro!
en visin dichosa,
Mortal quien fu
da'^'a
Al mundo
real velada;
Limpia y radiante
(i)
Morada
del cielo.
la
sublime altura!
(i)
ANTOLOGA
X38
Huella
el
suelo tu planta,
la tierra te
Mas
manda
sus ruidos;
tu alma se levanta,
pasea encendidos
Por entre eternos soles sus sentidos.
Oh,
Me
Yo amo
el
El raudal
De
fulgor sereno.
cristalino
Henchido de
alto anhelo,
De
Le
materia odiosa
falta slo para ser dichosa;
la
ti,
Poesa, ideal,
ansiando por
Que
la esencia
tu espritu inflama.
tu llama.
1886.
EL TITN
Vencido est el error: la
Que en necios sueos y en
Sumergi
falsa
lumbre
fatal delirio
la razn; la frrea
mano
CALIXTO OYUELA
I39
silencio
Emblema de armona,
Su esplendorosa luz manda
No
Do
es
ya
la tierra inhabitable
unidos ruedan
Bello es el
la idea.
el
mundo;
dolor y
el sol
abismo
el llanto
de nuevo encanto
As clam
el
coloso
Al alzarse potente.
De resplandor
sangriento coronado,
su acento grandioso,
Repercutiendo en las edades muertas.
De
turaba en
Enrgico y valiente
la fragua, cruje
Comercio
retemblando
opulento muelle,
Y al estruendo tenaz de hacha y martillo,
El silbo agudo del vapor responde.
Todo es accin, y movimiento, y vida,
Y entre el rumor de la fecunda lucha.
Bajo
el
el
1^
'.
1.
,.,,
ANTOLOGA
140
La
invencin peregrina
i-ontras U^le
cuyo poder
tuerte^
separa
tlZe""-X\r:Sa\ue
Korope ci
duro seno
del otro
Un mar
Con
De
La
inerte
la
mar
el
duro
mano ^'ende
madre tnmo
tal,
^^^^^
que
t-vp-;/ ^^^^^^
huella de ^^s
imperio ^ j'^ '"
^^ ,1 ,;ento;
Al noble
fulgor traza
al gneo
.^
Senda
El
pensamiento
libre
"
^^^^^^.
^s^ni^o^.'^
->"
Tarrreirer:eclusi.n severa-,
V surcando sereno
onas,
barca las etreas
^^^^
En mvil Korra
ae
la regin
'
-1
plantas
Mira sus
fecunda,
Salve, labor
de^am^^^^^^^
^^^^^^
lodazal
ferCde pompahombre
sea
el
T
De
haces que
convierte.
el
que
su suene seor;
si
ho>
^^^.^,^
desventura.
V
rsu"^enza
verg
^T'''
Del mundo su
,%,p,o
trocado
El nuevo
.jri
sol
contemplara
!!
CALIXTO OYUELA
Su
141
Del mar,
Que
honda entraa
vena cra,
hombre audaz los montes hiende,
la
el que el
Impvido y sereno,
Por
honrado,
Revulvese esforzado,
Sin que ms gloria recompensa espere.
Que la
De ver
Al
dulce costumbre
en torno de
brillo alegre
de amorosa lumbre
demanda muere!
ruidoso
Comprar oh
siglo,
Alzado pensamiento.
Que
ANTOLOGA
142
La
No
es la
De
en
que
al
alma inunda
ella el inefable
Germen
amor fecunda
celeste del
Rodar
En
la idea
en su inspirada mente.
tu soberbia frente
Pesa
el
numen
del mal,
De Gutenberg el
Ms el error que
prodigioso invento
la
verdad difunde;
estril
t,
Rompiste
Que en lo ms
La insultas, la
la haces
alto bro
largo imperio
hoy de
la
materia esclava!
Que
tuj
De
CALIXTO OYUEI.A
Rota en
La duda
la
mente
ara soberana,
el
suspicaz, la
1 43.
duda aleve
T
T
en
ella
vuelcas y sacudes.
Las que
creencias divinas,
Guarda en
la
sombra
la
conciencia atea,
Sin
el
Oh
siglo inquieto,
si
con
mano impa
Agostas corrompes
La
No
el
alma!
Si entre
En que
ei
ANTOLOGA
144
EROS
Hoy
De donde manan
Las
claras
Cmo no
Tu
la
fuente viva
en raudal perenne
si al
sentir concordes
espritu y el mo,
Tenues
No
lyas dulces
al surgir al
real,
y en lazo de oro
imagen
:^5fc.
mundo
CALIXTO OYUELA
I45
Lo
hiciste t
Limpio
Tu
de
reflejo
la luz
que enciende
corazn de virgi
mi ms gratas
Con
Que
Suena en
las ramas, al
morir
la tarde.
La
De
De
voz, antes
la
no
oda,
y de
del clamor con que en
la alta estrella,
la errtil
nube
ancho Plata
olas avanzar rugiendo
el
Suelen
las
Su
ira
Un mundo
Donde
desprendise de armonas.
linea
En hermandad
La
sublime
presencia de
Tu
un Dios me revelaban,
Y fu mi
Donde
corazn acorde
lira
el
eterno ritmo.
De
Y, lleno el pecho de
viril
constancia,
^jv^Ts-^m!
ANTOI,OGfA
146
Ni
sirtes
Cmo
Kl lauro hollara
mi lad
ceido!
De
y de ruidoso aplauso.
al mo!
Engaosa ilusin! Al ave humilde
alto loor
Tu
De
Amor
es
desigual reparte.
si
Mi corona
tejer
Que
en torno
gira; la
onda rumorosa
CALIXTO OYUELA
Que
entre
menudos cspedes
resbala,
aquella de la tarde
llena la mente,
Tu nombre y tu recuerdo.
En la alta noche.
Cuando, husped benigno,
Sobre
el
mundo
derramado
infeliz
ejrcito
vela
el silencio,
de estrellas
Relumbra
Yo
que tu imagen
siento
Llena todo mi
ser,
radiante y viva
La
flor
Otros en pos de
la
arena del
ftiles
quimeras
mundo
corceles;
La verdad insondable.
Que de ellos huye cual las frescas aguas
De la boca de Tntalo sediento;
Y, en ansia ardiente de ligeros goces.
Viles arrojen su mejor diadema
las plantas
de estlido magnate:
I47
A.NTOLOOA
I4S
Yo
anhelo ver
Del
sol,
la
generosa lumbre
aquella,
De
tu
Mi
espritu se
De
influjo
Tus recuerdos en
Como,
el sol,
al
hundirse
al
ritmo
distante,
vivos fulguran,
bordan
los astros
cielo.
En
velos funerarios,
Orne en
An
mi olvidada tumba,
gemebundo el viento
silencio
al herirla
ODA A ESPAA
AI,
'fy-
Vuelve ceir
el
I,OS
ESTADOS UNIDOS
casco refulgente,
'^
CALIXTO OYUELA
Levanta en
Con que
ira
ya
arrancaste
el
T49
potente brazo
un orbe de
los mares,
la que, inerme,
Supo humillar
al
en mpetu sublime,
Capitn del
siglo,
Clava tu garra en
De
Te
el
ingente pecho
De
nombre
solo
la
mano
trmula,
ha
rica perla
Fulmnale
Tome
Escarmintale
su inmensa cueva,
y,
bramando
como siempre.
!;
De
infelices!
nesrros
-O'
Turba de
Que
traficantes sudorosos,
I50
.!
ANTOI^OGA
Los
En
sus regiones
Mas
t,
al universo.
Viril
Un
te
Que
los pueblos
ms grandes!
choque
Entre
el
un mundo
dio
la Historia
la lid se arrojan,
contrarias,
Caos
"Una clama
CAWXTO OYUEI.A
Toda alma, todo pueblo
15I
bien nacido,
vierte,
Te
te
Tus
legendarios hroes.
Como
jugarse van en
Tus sagrados
horrenda
lid
destinos
enlazadas,
Rfagas de tu
gloria.
Yo,
Negu mi
ilustre estirpe
con
el
alma en
t,
anhelante espero,
Que
el
Abril de 1898.
AKT0I,06A
152
elega
RN LA MUERTE DE LEN
XIII
En
Ante
tumba
la
Rod
la eternidad.
al occidente.
No pudo
el siglo
la
De
De
Tiembla
Cual
si
el
orbe cristiano.
An
contemplarle creo,
Encamacin de un
ideal'deseo,
En
La
vagando en sus
Como
santa divisa.
De amor
Al
verle, pareca
Que de
.-i%-
mstica esfera
CALIXTO OYUELA
Un
Sobre esta
tierra
que
el
dolor impera.
l orlaba su frente,
El inspiraba su palabra santa,
Y semejaba,
al
escuchar su acento.
Que
el
Fu para
fuerza fu
el
sol
de su elevado pensamiento
vuelan de su boca.
Potentes de la
tierra,
Reyes y emperadores.
Encienden su corona en
De
la alta luz
algo
Que de
En
ms
que
el
los fulgores
vaticano encierra.
mundo
153
antologa
154
Va
Roma
prosternarse en
Oh
de
Italia,
la
reverente.
gente
De
Tu
la
armona!
Que en
esta
alteza.
Con
bro soberano
An
Divino
humano.
si
En tus soberbios
lindes seculares
te
Por
fecunda
Roma
el
De Len por
De
Y an riges en
Son la
En la que
fatal
al
Len depuso
el
brilla,
rompi para
l la
eterna aurora.
?Sf
CALIXTO OYUELA
Tomar una
vez ms
1 55
canto amigo,
al
Unin grande y
De
De
feliz!
Sublime abrazo
muerte en
el
regazo,
el cielo,
El cntico sonoro,
Y despleg hacia
Padre!
la
Tu sombra amada
Habitar perenne en
De
humana
la
memoria
familia,
note y
brille
siempre tu sonrisa
la tierra
AKTOWKSfA
156
GLORIA
EN I^ MUERTE DE BAR'POLOM MITRE
Cay con gran sonido
El hombre excelso, y con dolor profundo
Exhala el corazn largo gemido.
Algo grande ha perdido
La Argentina y Amrica
Su poderosa mano
Qued inerte, mostrando
De
el
Mundo!
la derrota.
Su aliento soberano
Sobre
Su
En
las
cumbres de
la patria flota!
En su tumba sagrada,
En el alma del pueblo que
No una
le
adora!
En
ara.
CALIXTO OYUELA
En
su triunfal camitio
Rod
157
el
Tuvo
todo argentino
Kn
En
los
tremendos dias
Con hondas
elejas
la
accin fecunda
Arma
La
el
el viento,
brazo
la
Argentina
llora;
viva y profunda
viril;
su alma inunda,
De entonces, proceloso
Campo de inmensa lucha
fu su vida,
La
viese
Ni un
an
el
reposo
La esperanza ilusoria.
La proscripcin, el popular tumulto,
La amarga lid con la mundana escoria,
La
rota y la victoria,
La
La
f del civil
bando,
El fulminante verbo
tribunicio,
ANTOI^OGA
158
De
comando,
El soberano mando,
Y la
Todo
De
lo tuvo!
Ajeno
de la imagen de
Su
la Patria lleno,
espritu sereno
No
perdi en la pelea
La
Resplandecer
Aun
la idea
De
la
de
am
el
reposo
meditacin reveladora,
la Inteligencia el
templo hermoso.
Rindiendo fervoroso
Culto al saber, que la abrillanta y dora.
el
escritor-soldado
el
Pasado
OYELA
CAI.IXTO
Rueda en sombra
velado,
Ms
En
alto todava,
pos de
Cuando
lo ideal, la
un monumento.
^t^
menta eleva,
Sediento de armona
La
lleva.
Cmo
su hogar sereno,
De
reverencia lleno.
Cual
si
Se derramaba su moral
fragancia,
Transformaba elocuente
En
As en su edad extrema
Fu numen
tutelar de la Argentina,
Trueca en ventura
la
inminente ruina.
59
ANTOLOGA
l6a
en su encumbrada altura
La
No
Ajena
la dulzura.
Ni rebelde su
labio la sonrisa.
En
fuerte,
doblar la cabeza
al
Sobre
el
la fe
General!... Desde
De
luz
Donde,
el
templo
esfera,
contemplo,
-En
La
Por
radiosa mira
patria
victoriosa gira
Hacia
el
Ceido
Muda
negro manto.
y temblando tus despojos llega:
el
CAlxrtO OYUEI,A
Adioslt.
.te dice
Besa tu frente en
l6l
en su mortal quebranto,
llanto,
Con
Ya
religioso celo
tu
vuele sobre
De
el
la Historia,
velo,
duelo
:Enero de 1906.
AI,
NIGARA
De
las
Emulo
llego,
rindo.
Xa
en su trono
risa azul
el da,
y me
de estos radiantes
recibe
cielos.
ANTOLOGA
l63
Qk
Y
Y
Y
En
no
es sueo ya,
que
miro
contemplo en delicioso asombro
al fin te
Que las
En
cierran
y oprimen
Ebrias se arrojan
Ya
De
Ya en
herradura colosaL
al
saltos
tremendo abismo;
Resurgentes columnas
Por
las
Mas
al tocar la
cima
'jgf^
truenos,
CALIXTO OYUELA
Con
y su estampido
comarca asorda.
alto estruendo la
Oblicuamente desde
blanda
flota,
lo
hondo
sube,
y se derrama
gira,
hermosura.
teje,
Y
Y
all
en
las cascadas
dando
Otros,
Cpula
al espacio
excelsa,
de colores
rica,
y en
las ondas,
Y rboles
de
Ya en sueltos
Ya unindose
la fresca hierba
mrgies se esfimian
las
dos de
ellos,
soberano
Oh
Nigara
la esfera cristalina.
Rayos desprende
Sobre tu
De
frente,
la increada
y su
eteraial
lumbre
diadema
163
- .'''^T^v<5!***^r^ ;T',
ANTOLOOtA.
164
En
misterioso efluvio,
Toda
Con su onda
si
an
el
Leman
el
sauce se hermosea
Que en
Hermoso y
Mientras en lo profundo,
Y en
el
Se oye de Pombo
No m me
el
desolado acento.
impulsa, en
m modesta ofrenda^
El temerario empeo
De
unir
Que
!
-iSgr.
CALIXTO OYUBIA
Con
afecto inmutable,
Ante tu
1^(5
y verla pude,
An contempl en la
Como visin radiante,
Su
Al
altura,
con
reflejos
de
oro.
De la
creacin, nuestra
mente brindas
Mas
sobre
el
gran sonido.
Que en
Corona tu hermosura
De
alta, serena,
esplndida armona.
En un
Que
remoto porvenir
es ley
Si trueca
te aguarda.
Tus ingentes
peascos, y no hallando
1(6
AlTTOI^OOfA
En
Con
el traidor
anzuelo apercibido,
FUEGO SAGRADO
Ivmpara misteriosa, que encendida
Regando de
humana mente,
Toda
la escoria
Brilla
De
En
Y
Y
ideal la
y escondida,
alta
la
el
en
que en
la lid,
en
armona que
verdad que
el
el
mundo
el taller,
el
anida.
en la onda
poeta crea.
pensador revele;
CAWXTO
OYUEI<A.
167
fantasa
A
La
Su
la teitara Delfitu
azul, difana
ttUre de Drago
y pura,
luna conduca
albo bajel por la extensin serena,
vertiendo
Que
encanto
el
de mstico ensueo
Envolver
el
alma
llena,
la tierra pareca.
Fu inmensa mi
Entre
la tierra suspendido.
all
el cielo
Contemplaba
Rasgado
Su
Empero, en
el
profundo
El gran rumor de
la
el
mundo.
colmena humana.
ANTOLOGA
1 68
Yd
alma
Hacer
De
me
agit, bien
como
suele
la luz lejana
la regin nativa,
Nos colma
el
corazn
La
Sujeta
el
De
Es
la
mundo
imperfeccin y ruina,
si al
desdicha que
inerme
el vivir
condena.
Para
el
Mientras no
Es noche
le
d paz
la eterna
mano,
sin aurora.
De
La
torpe ria.
El salvaje salteo
Que lucha por la vida hinchado llama.
En
su conciencia obscura
De
con
De
/^'
la luz
divina,
CAI.IXTO
OYUELA
169
el
hrrido esqueleto
De
Que
espadas y fusiles
El hombre
al
hombre va en perenne
guerra.
La
industria seria
el
comercio honrado;
el
ms
se ostenta.
Porque ya no le afrenta
El dogal de la antigua tirana.
Catervas de polticos de
Y aunque
De
en
oficio.
la interna esfera
cada sociedad,
t, ley
de vida.
Qu anrquica impudencia en
las naciones!
Indignamente hundida
Fu
la patria del
Fascin
boer deslumbrante,
al invasor
su oro y diamante!
I70
AlTOW>GtA.
De un
De
brbara matanza y
Europa fu civilizar
Oh
civilizacin!
De una
saqueo
vil
la
China.
Soberbia altura
el oro,
Mientras
as
en tristeza meditaba
La muda inmensidad
la tiniebla
Tan honda
al fin,
Volver ya en
De
en
se obscureca,
como
ellos
pronto, sobre el
no debiera
si
rer
el da.
mundo
vi lo lejos
De un
invisible sol,
de ignoto
oriente,
prodigiosamente
Hacer
saltar,
De
De
gigante roca
la
toca.
Tal vez en
los desiertos
bien,
de
la
vida
CALIXTO OYElyA
Del corazn,
De almas
la tierra se
I7I
carona
Y centellean
en su obscura zona
y Dante.
No
la inconstancia frivola,
la triste
alientos
Aun
la
muerte en su fervor
resiste.
solio
El amor maternal
Oh madre ma.
Memoria santa que en mi pecho vive
.
Como
Se
divino talismn!
si
Ms noble
t, mi pensamiento,
En m tomara
hace, al pensar en
Cual
La
retoar
el nio,
se impregnase de virtud el
De la
celeste
Donde
solas
mundo! ...
cima
mi
espritu flotaba.
casi inconsciente,
Comenc descender, y al
Con el alma en pesar, baja
Prximo estuve
la
fin rendido,
la frente,
mansin
terrena.
ANTOLOGA
172
En medio
de medrosas soledades,
en su ronco rodar le estremecan,
sus torres altsimas ponan
Cimera colosal las tempestades.
De su seno una voz vaga, errabunda,
Surga, hasta quebrarse en un gemido;
Y por encima de su vasta mole.
All en un mar de obscuridad profunda,
Resplandeca escrito en rayos de oro:
Esta mezquina tierra.
De dolor y egosmo inmenso imperio.
Slo una cosa encierra
Digna de almas excelsas: el Mtsterto.T^
Y
Y
Marzo de
1909.
ESTROFAS
Hoy que
Mi
al ocaso,
de vapor cubierta,
existencia declina,
Y
En
al
el
tenaz recuerdo
De cuanto
A
.
>*|
t,
fui
CAI^IXTO OYUBI.A
No
en
173
me halaga el primoroso
manto,
pomposas galas,
Que ofrecen, no vigor, sino quebranto,
Ni
las
A m
Con que
la ardiente voz,
ntimo acento
sueas, lloras;
El vuelo que
La luz
alas.
te eleva al firmamento,
triunfal
Es
te alejes!
tejes
prescrito,
t el
rumor de lo infinito,
mi frente.
ANTOLOGA
174
LA VUELTA AL CAMPO
De mi
risueo albergue
niez tranquila
En hondo hervor
Quede
afanes, congojas
La trama de mi
Con largo
su virginal reposo!
hilo
y dolores
vida
de hierro
entretejieron
Afectos, encendidos
hizo que en
En
suave,
brotaran.
flores.
Mas
Que
Con
la
ms
ciencia
la
CALIXTO OYUELA
All,
en larcas
vigilias,
175
devorado
Kn honda
Tremenda sobre
De
Dios
el
mundo
Y la virtud serena
Pasar cual lampo entre siniestras sombras.
Vi lanzar
la
Sangriento resj^andor, y
Clamor de la victoria,
Que en lamentos
cul fu
o el heroico
mi embeleso,
cul
mi
encanto,
La
y nemorosa
3enda por donde fueron
Los pocos sabios que en el mundo han sido!
oculta
De
Pueblo de hroes y
hiciste
La majestuosa voz
I*a rpida
y suave
dioses,
del grande
Homero,
ANTOI.OGA
176
Armonia de Pndaro,
el
rugiente
Y am
Y viv
Kn
la
lo
que t amabas,
y sombro,
graciosas danzas,
Mas cuando
vi al tirano
Macedonio
Quise encender
De
la clera terrible
Bu
Caste en
hondo abismo.
Mas
al
Yo
tambin, encendido
Con una
CAWXTO OYUELA
177
En
giros luminosos
La
Con
Hoy
Venus Urania
la
al
al contar
Que de mi
Alzis an en
Un
me
alejan.
mi arrobada mente
n
An lo son ms, empero, los que surgen
De esa edad infantil, cuya memoria
Guarda todo mortal, y
Toma
la
que siempre
Y cuntos
ojos.
escondida.
An veo
corra.
infantil,
ANTOLOGA
17 8
En
Raudos
En
'
tierra,
De
armada
En
Que
la
entraa del
mundo
*!
gozar y
vivir.
Edad! Oh dulce
:
*
j
|Oh incomparable
infancia! Y
tunos huyes!
CALIXTO OYUELA
Por
En
179
la noche, reunidos
torno de un inculto
De
Do
en vrtigo sin
fin se
entremezclaban
Por
el
atento corro,
Jams
Que
del ingenio
Son timbre y
humano
esplendor, y que
ms
tarde
Imprimieron en m, cual
los
pasmosos
oa.
antologa
1 8o
A su alredor formbamos;
qu ansioso
Uno
al
Otro
Hn
En
angosto estribo,
un
tanto que
lo interior,
tercero,
penetrando
en su tostada frente
El codiciado beso
reciba.
De
Serenidad de
Yo
De
siento penetrarme
Recordando
Que
la plcida sonrisa
De
III
Ya
todo huy.
Mas
al
te
am? Desde
Risuea y ondulante
-ft
esta loma,
CAWXTO OYUBLA
ll
Alamos
solitarios,
talas;
semejantes
solemnes columnas
De
Al
antiguo
monumento
destruido,
Por
la
suave hondonada
En
all
rancho humilde.
el
espiral asciende
sobre cuya
Ilimitado
Mi
el
faz, all
en
firmamento
la altura,
brilla,
espritu anhelante
ANTOLOGA
l82
IV
Madre Naturaleza! Cunto gozo
Siento
al
Con que
mirar
las
el
horas
variado manto
al
Al nacer la maana
Todo de amor en t
pasar te cubren!
palpita inquieto;
Y el breve y repetido
Gorjear de las aves; los rumores
Que por
el
la
Rompe, por
En
da.
magnfico, encendiendo
t el primero y suave
Beso
al sentir
De pudoroso
Ms
Al
fin,
tu regio
venida aguardas
tarde,
tinte te coloras.
ya ascendido
Y al
'^:
Mit'
^'
j
Hora
Hora
que se agolpan
CALIXTO OYELA
I83
Nos hablan de
De
Semejas
Cual
que pasaron,
mundos y
otros cielos.
oh Natura!
La imagen de
No
los das
si al
la eterna despedida,
hundirse
el sol
entre arreboles
Tu
silencio elocuente!
Slo se escucha
el
canto
lejos, el
spero chirro
No
Oh Noche!, antes
Ms ntimo y
te
toman
solemne.
En
yo escucho
Que en
el
nombre
muda inmensidad
escrito!
impera!
ANTOLOGA
184
Todo, Natura, en
resurge vida
Vestido de hermosura;
Y
La
al tibio
Mas no por
Donde
Donde
que en
el
alma hierven
Los ms
Es
tiernos afectos
Al necio escarnio,
Sea!
mofa!
Empero, no en balde
Me habr
la insultante
as acopio
Para
el
Mas
ay!
Plcidamente reposar
Ix>mas de Zamora,
1883.
me
diera!
CALIXTO OYELA.
185
REMINISCENCIAS
Divino sentiiniento,
Que en
cascadas de luz
orbe inundas,
el
Impetuoso y violento!
Hoguera inmensa, en cuya ardiente llama
El corazn deprase, y
Bn
la
mente
Habla
la
Del bosque en
las entraas
Baja
ms
el
bruma,
rayo esplendoroso
debo
Libre,
por
Dirige
el vuelo,
fin,
do
la
vida esplende,
ANTOLOGA
1 86
Y ya
En
Hoy
Que yo
y tierna
La
tanto ador.
trenza obscura
Qu enjambres de memorias
De un tiempo que
A su fresca
En
Me
visin de primavera.
vuelo fulgurante
mi edad
transportaron
primera!
la
vida
En que
se
Exhalan
De
ama
el
la espina
Mas
ay,
que
Este encanto
Honda
sin fin, y
aun
los dolores
perfume
que crece entre las
el
flores!
feliz!
Quedas t
sola,
melancola.
Brillando en la existencia
Cual
triste luz
Mas ya
el
de moribundo
da.
pasado torna
ojos,
Oh mi llorado dueo!
An
En mi
orgullo insensato.
CALIXTO OYUELA
187
En
tu infausta pasin!
Tu alma serena,
llena.
Y la esencia amorosa.
De
Y te
Tu abrillantada frente
En m posabas, y en la
inquieta calma
Y que all
En
adentro te temblaba
el
alma!
Candentes, bullidoras.
Que aun
al morir,
en
el
azul profundo
Fu para m
placer
El templar en tu
nn mundo.
nunca excedido
aliento,
Como
len dormido.
Mi
La
ANTOLOGA
l88
la regin obscura,
Anhelo de hermosura
Que
Y en
el
ms sublime
El alma, en
En
fin,
crea,
amor ti flua,
Y en ti acendrada, al mundanal tumulto.
Que siempre por asalto al hombre toma,
corrientes de
Serena descenda
Con nueva
Despus
todo ya
De juventud y amor
Y el
galas
se marchitaron,
tiempo inexorable
La
nieve de sus
En las
alas.
Que en
libre
y gentil vuelo
derramaron
Sus
Por
deliciosos cantos
Mas
la frrea
los azules
si
mbitos del
mano
cielo.
del destino
En mi cansado
espritu se eleva,
As, tras
impetuoso
torbellino.
CALIXTO OYUELAl
Que
robustas encinas
monumentos anonada,
ingentes
La
1 89
KI.EGIA
LA MEMORIA DE MI HIJA CARMENCITA
T, que
mi
ser
con tu recuerdo
Y, muerta, eterna en
mi memoria
llenas,
vives,
ti
canto.
Dnde
De
aquella opulencia
-Que
all
en
el
fondo de mi ser
,Y ci de esplendores
da,
rea,
mi existencia?
r^^
ANTOI^OGA
190
Contigo se extingui
Sola y obscura,
Testigo de mi enorme desventura,
De que
esta
morada
Slo
Que exhalan
Al sentir sobre
L,a ausencia
Oh
el
Mi mente evoca
Tu
alma desolada
de tu lmpida mirada,
I,a sensacin
llena,
tu infantil figura,
rosa.
surge en mi recuerdo.
A mi
Siento
me
mi
alegra:
est en
Todo aqu
te
Todo en el culto de
Todo en silencio con
^:
tu
amor
se inflama,
dolor te llama.
CAWXTO OYUEIvA
Todo tu ausencia
191
inconsolable Hora
corras,
mueve
Si
el
una
puerta,
que favor de
la
penumbra
incierta.
Mi
A
A
el
da fatal de tu partida
mundo
modo de sonmbulo, y
la
llevo
vida
La
Por su estruendo y
Mas
bullicio,
hablo y sonro
serena,
ANTOLOGA
192
Toma
Do
al
se apag tu vida y
Aspir
De
la
mi contento!
donde en
Solitaria mansin,
la infancia
fragancia
Donde
crec feliz,
la inocencia
Me
ba en la azulada transparencia
De sus mansos raudales cristalinos
Quin me dijera entonces, hija ma,
Que en
esta
misma
patriarcal morada,
Mi
jbilo infantil,
un torvo da
La Desventura helada
Te pondra en mis brazos
En
expirante?
an algo al sentimiento mo
Le queda de tu ser, como la estela
De luz que deja tras de si el navio
Cuando en el seno de las ondas vuela.
ella
Trenme
Las
Y
Y
flores
el
De
la
lejos
CAI.IXTO OYUEIvA
Empero, aunque
la suerte
En una
I93
mi vida
edad remota, an en
ella
Te
En
el cielo del
Eternamente
Ver en mi
Un
alma suspendida.
pensamiento mo
el
triste
mesa
asiento vaco!
En
Y
A
si
al
En
Que
si
la
mente ma no concibe
ANTOI,OGA
194
NOCHE DE LUNA
EN EL SEPULCRO DE MI HIJA
Ya
la
Sobre
Y con
Muda
el
la
De
Mas
Oh
hoy, cuando en
mi alma
calla el
mundo,
luna
al
mi alma dueos,
rompiendo sus neblinas,
No ya alumbrar mis encantados sueos,
Sino un montn de solitarias ruinas.
Tus
rayos, siempre de
ella bajan,
'
)
Mi mente
-f
la
! !
CALIXTO OYUELA
Cmo
I,a blanca
la besa,
Cual
Ya
si
195
la halaga,
la
se estrella,
acompaa.
Y
Y
mi
se entreabre radioso
vuela de
un ngel
Hija adorada
deseo,
Ante tu losa
fra
Seor
ti
en holocausto mi amargura.
Del ngel mo
la infantil belleza
Esencia de
1891.
la vida,
ti
me
entrego
MARTIN CORONADO
SIEMPREVIVA
Cuando part, su corazn, ya mo
Lanz su vida de mi planta en pos:
Aquel nido de amor qued sombro
Como tumba sin lgrimas
vaco
Como el alma sin Dios.
.
Poi*
No
Cuando
y doliente, y peregrino.
El martirio de amor de mi destino
triste,
Arrastraba al azar?
Fui tan cruel! Mis ojos con
La envolvan en
Para arrancar
Su
empeo
rayos de pasin.
la
Dormida en su
Tena
prisin.
la inocencia, esa
fortuna
Guardaba an el sello de
Su alma de mujer.
la
cuna
'"i
t-
MARTIN CORONADO
De
la
20I
De
su gorra de
sol.
murmuraba
No
intervalos quejosa:
tan lejos de
Del abismo
como inquieta
temblar
Entonces de
Me
Su
las
atraa hacia
secreto en
y morir.
manos me tomaba,
ella, y,
sin querer.
mi odo abandonaba
Esa
Y qu tiernaY que
Al
cielo el sol
Su sonrisa
Su palabra
como
bella!
el
No
amor su
colora
faz
Arrullo de torcaz.
ANTOLOGA
202
Todo pas
la
de mi
pie,
y peregrino,
sombra inmortal de mi destino
triste,Jy solitario,
Con
la
Del valle
la huella
Fui
En
muy
cruel,
la
me
noche
alei.
cruel
Alma perdida
La inmol
sobre
el
ara conmovida
Ah pero en vano
De mi memoria el
!
amurall la ausencia
enlutado altar:
Dios
te at
No
Tu
en aquel da mi conciencia,
puedo olvidar!
Como
te
el
en mi odo
Tu
Ks mi eterna
Cjrdoba 1877.
visin,
el
nido
MARTIN CORONADO
LA CAUTIVA
De
la tierra extranjera
Su urna
Vendr en
la
Bajo
argentino,
el sol
La
libertad la llevar
una
el
camino
ofrenda.
La Amrica al soldado
Dar
las
palmas de
la tierra
toda
el
La proa
Por
del navio
el laurel se
all
hasta
el
sentir sujeta,
mar
bravio
Con
la caricia
de
la patria inquieta.
203
ANTOLOGA
204
Pondrn amor y
orgullo,
Martn su
arrullo,
El gigante cado
De
Porque
Sobre
Con
ellas
el
el
lamento.
habrn ido
que
esta endecha
En que
El
se inclina,
tierra
en la borrasca se ci de espumas.
El
mar
cielo al
Hay una
aquella tierra
de Mayo
sol
hoy
un da
la
bes en
la frente,
llora todava.
Nuevo Mundo,
Hija del
La
llama
oye
triste
Que en
el
el
estertor profundo
A su
De
solo, iracundo,
Del Ocano
consolar su pena,
cadena
la
amarr
aventurera historia.
el
pirata
MARTIN CORONADO
205
Que
el
Plata.
Todos
los ecos
alerta.
que
el
abismo esconde
la soledad despierta,
Pero jams
el
Ay
ave marina
el
Sabe no mas
La
lo
cautiva argentina.
Cuando
vengador responde!
le grita el
huracn: Malvina!
KUa,
la
compaera
Sobre
las
el
trueno.
ANTOLOGA
2o6
lira
Templada en el combate,
Cuando sus alas la tormenta bate
en soplo audaz
Que
la libertad respira
la soberbia azota
Del opresor
la
miserable esclava,
Cantando su derrota,
El estandarte de
De
De
la patria clava;
Llamando
flota.
dando
al
al
rayo vengadora
cita;
entera,
Con
el
As dirn airadas
el atleta
MARTIN CORONADO
Que Amrica
Pero
En
saluda;
el secreto
de
la
De su
lira
207
mar ceuda.
el poeta.
sonora
aurora,
la
hoguera
1879-
UNA HISTORIA
COMPOSICIN L:eiDA EN I,A CONFERENCIA DADA EN MERCEDES, POR I,A SOCIEDAD PORVENIR ILITERARIO EL
24 DE SETIEMBRE DE I87O.
Laura
De
la casta doncella
peregrino semblante,
Era tan
Como
Y
De
tierna
y amante
candorosa y
Carlos, el solo
bella.
dueo
aquel corazn en
flor,
antologa
2o8
Es
bueno y es gozar.
ser
Las horas de su
existencia,
Que
la
imagen de su amor
Que
En
traa
su memoria,
ella Carlos
su gloria,
Laura, su encanto, en
sin
ms
afn sentido
II
As en dulce languidez
diez.
Tom
-^M>:
el fusil
en sus manos.
MARTIN CORONADO
dando
el
209
adis postrero
III
Laura
Que
llor,
no ese
llanto
Sus
labios
no se entreabrieron
Ante
el martirio
sentido
Temblaron y enmudecieron.
La calma
Que mira
Cuando
del moribundo,
radiante el
se le
escapa
mundo
el
alma!
v; si_ r,-ip5pj-H^eC7ir>T
ANTOLOGA
2IO
Como
el
que en
ella
derrama^
Un
adis de despedida.
La
flor bella
y perfumada
pasara en un instante
Que
De los
labios de su
amante
A su boca enamorada;
El beso lleno de fuego,
De lgrimas y de amor;
El recuerdo seductor
De una promesa y un ruego y
La
Y
Y
Y
la huella
que
el
paso que se
el
rumor que
Son
ay! para la
Que en vano
l dejara,
alejara,
se perdiera;
mujer
su dolo llama^
La
ansiedad de la agona
Y el
Un sollozo entrelazado
Con un canto de alegral
T^g
MARTIN CORONADO
IV
Pas
Y
Y
la
la tarde galana,
noche
silenciosa,
candida y vaporosa
Volvi lucir la maana.
Inmvil se mantena,
Absorta, plida,
fra,
Enjuto
en los
Cmo pudo
Su
No
ojos.
padecer
Por
el llanto
qu
la luz
la hall
Qu
de
la aurora
muerta
al
nacer?
palabras de consuelo
V
Era una noche la luna
Lanzaba su luz postrera
:
Sobre
el
De Laura y
Un
Carlos la cuna.
silencio sepulcral
211
^M.
ANTOI^OGA
212
'
Permaneca entreabierta
La
puerta de un hospital
De un hogar de bendicin
Para
Que
el infeliz
soldado
denodado
Al pie de su pabelln!
caa
De
la
Contra
la
Fu
el
primero en batallar,
primero en empapar
el
hueste extranjera
La
Un himno
la libertad!
VI
Mas no morir
Solo y
triste;
el
soldado
una figura
Es
Que llaman
.*%
el
ngel de bondad
en derredor
MARTIN CORONADO
Hermana por
Madre por
Y
Y
el
amor,
la caridad.
ella solcita
avanza
Para decide
al
odo
Una
frase
Una
de esperanza.
Melodiosa, arrobadora.
Para que no
llore otra
alma!
se inclina vacilante
Hacia
y cariosa,
Su dulce mirada posa
En
l,
su plido semblante.
Entonces desgarrador
Gemido
lanza su pecho,
pena murmura,
213
antologa
a 14
su sombra mirada
Un
relmpago fulgura.
En
A
Y
VII
I,a
noche huye:
los dos
Inmviles todava,
En
la
maana su
Dios.
VIII
Hace algn
de entonces
al or
guard
Con cario en mi memoria.
Solo
el
la
de un hospital
nombre, nuevamente
Traigo
los
dos mi mente
Desde su lecho
nupcial.
MARTIN CORONADO
Reunirse
el
pueblo afanoso,
Para brindar
el alivio al
el
reposo
desvalido,
De
la tierna caridad.
Sobre la
tierra argentina.
Setiembre 22 de
1870.
I.OS
POETAS
De
el rastro
victoria
sangriento de la espada.
21$
antologa
2l6
Hoy
pensamiento
es del
Bl
Regiones de
En
Es
el
la luz,
las serenas
cima de escombros
II
Ya no
cien
el
casco de la guerra.
Que
el cielo
Al frente de
la
Ellos tienen el
Para guiar
inmensa caravana;
cetro de la aurora
la conciencia
humana.
ni
Llamadles sabios poetas: nunca
Sombras ni tempestades
Podrn borrar
De
'-'
'
la estela
luminosa
MARTIN CORONADO
Ni morirn jams, mientras
Una
estrella
Y
Y
alma
el
217
se
vea
sienta
crea,
IV
De
Vencedor de
la
El trovador errante
Canta an en
las
almas
la
grandeza
en
Que
el
mundo
antiguo
le
cont al odo.
Le vemos
todava
brillantes
devaneos
Sonmbulo de amores y
torneos.
ANTOLOGA
2l8
V
En
el
La
Maldita y perseguida,
Sin patria ni en la tierra ni en
el cielo.
Transmitirn
el
brbaro anatema.
la
memoria
Que en
la
Teji
el
Los salmos
del Profeta,
Sern siempre
la
voz de
la esperanza.
Y
Y
en
al
En
el
comps
el
fondo de todos
los hogares.
Que
cielo
VI
soadores
;^
Los
Por
la fe
MARTIN CORONADO
Es
el
clamor de Plcido
Lo que nos
i )
219
y Zenea
La
En
el
VII
Mucho pueden
Ora
La
pampa
quietud de la
Para abrir
De
al
amor y
la plegaria
solitaria,
el
Ja
grandeza
muerte y la gloria;
de entusiasmo
la
alas
En
las
cumbres andinas.
VIII
Amemos
El alma con su
( I )
de
lira;
cubano.
hijos,
ha editado
la coleccin
completa
antologa
320
cuando llega el da
eternamente
la sombra
Del dolor y
Lo
las naciones.
dice
Mrmol en
la patria
ma;
De
la trova y
el
postrada
alma inquieta
muchedumbre
su cumbre:
CANTO JESS
Salve tu nombre, redentor del mundo,
Rayo y
Los
Salve tu nombre
Vctima
santa.
A
.|tlf
**4^^
&
los errores
de
la
edad pasada!
; ;
MARTIN CORONADO
Mir
que
Nunca detuvo
la huella
Su
al
221
pasar dejara:
errante marcha,
Para borrar
el
Nunca de hermano
Lleg hasta
Nunca
Nunca
Mas
corazn con
la
nombre
palabra
al
Se
Donde
carioso
el
Si
Como
el
el
le apartaba.
t,
en un da de inmortal recuerdo,
En
el
el
misterioso libro
ellos, los
Y
A
aquellas
muchedumbres desoladas
ANTOLOGA
222
No
ya
Israel
Todos
Todas
la plegaria:
los pueblos,
las razas,
En tomo
La
En
los giros
La
de luz de tu palabra;
tierra toda
Bati las
bajo
Adn
Tu
No
se estremeci: te adivinaba.
Que de
En
el
palmas,
la
mundo, y
la postrer
la cruz sobre tu
mirada
grey lanzaste
Nos prometa.
Nos revelaba,
Tras
La
^
'
'--'
*
:*
.1
el
Rayo y
MARTIN CORONADO
Lk)s ojos
Henos de
22$
y lgrimas!
tristeza
En donde quiera
Que un dolor haya,
Sobre
la
nube de
Siempre en
Como una
el
consuelo
queja amarga!
la
la frente
estrella misteriosa
El
infinito brillar
De
la vida inmortal,
y plida,
en su rayo
de
la esperanza;
Tendiendo siempre
Irn las almas,
Desde
la
el
LA TARDE
Bajo
la influencia del
Semeja
el
velado rayo,
Melanclico y dulce es
De
la luz
en
el
seno de la
Oh! yo amo la
Sus brumas, su
ella
Por
tarde,
desmayo
sombra
1
con su calma.
misterio, su grandeza:
tengo vinculada
el lazo
el
de amor de
el
alma
la tristeza.
ANTOLOGA
224
No
s por qu parceme
ms puro
La
tarde es la expansin
Respira
Cuando
dejo, rendido
Kn
el
claro-obscuro
el
de fatiga,
silencioso,
misterio de la tarde
amiga
Sumrjome en
Que
Me
flota
en
el xtasis: la
el espacio,
nube
solitaria.
cuando
Entre
el
el sol
magnfico desciende
Los postreros
el
llano extiende
destellos de su
me
Su
Se
Como
el
lumbre
lanza esquivo.
mi mente,
Depusiera
al
'
; :
MARTIN CORONANO
225
A LA LUNA
No hay alma
Enlaza
T
T
los
se levante,
tu blanco resplandor.
el cielo
Qu guardas en
del amor,
Todos
te
aman, todos
cuando en
el cielo
avanzas,
Cuando
Mis
ojos
sitio,
de soledad cercado,
II
Al ngel de
las dichas
Flotante en
el
La
226
ANTOI<OGfA
No
has visto
si
Su
surgi?
Ni
al
Te
agitas y respondes.
Tu
luz,
.la
te elevas al cnit
ti,
el
corazn;
Al fondo misterioso de
la
inmortal regin
ORACIN
Coronada la frente de azahares,
Enlazadas las manos sobre el seno,
En los labios
En los ojos el
la
ltima sonrisa,
ltimo destello;
Vol su alma
Como un
Que
Que
ensueo:
ngel la cobijen;
amor de
los recuerdos!
MAKTIN CORONADO
227
SUENO DE AMOR
Como dulce paloma sorprendida
En su nido de paz por la alborada,
Yo la so en mis brazos reclinada,
Por mis cantos de amor estremecida.
Se anegaba en
la luz
el
alma
de su pupila;
Era
Con
el
mar en
calnia
algo
de crepsculo vestida;
como una
luz desvanecida
Yo
senta su aliento
Acariciar
mi
Y en sus
ojos,
frente
perfumado
y mis
en tmidos
cabellos,
destellos.
Qu hermosa
ANTOLOGA
228
ASI!
Joven
el
corazn,
el
alma
ardiente,
Un
La
estrella
Inclume
el
de
la fe sobre la frente,
candor de adolescente
As la vida y
el
amor comprendo.
MADRE
Madre! feliz
el
De
Recuerdos de
la infancia placentera,
De
belleza inmortal.
Como un
la mira,
.^i
MARTIN CORONADO
Que
el
sueo de
la
noche redentora
H muchos
H muchos
El
aos que
sitio predilecto
el
recuerdo llena
de mi hogar.
Su
Ultimo rayo de
Que
Y como
Ella
me
Y me
la fe sentida
llevo al porvenir;
el iris
de
la
eterna alianza,
alienta en mis
ensea que
Tambin sabe en
el
la
amargas horas,
ngel de esperanza
sombra
sonrer.
229
antologa
230
la
su lado,
la
madre contemplaba
Dorma
De
dormida.
el
las hojas
Hermoso,
la faz
que
el
viento estremeca,
soando
Que un
De una
cascada
Llenaba
lejos,
el
lnguido murmullo
la arboleda
de rumores,
Decan
La madre,
suspirante, enamorada.
Se
Con un dedo en
De
los labios, la
mirada
feliz,
casi
de hinojos.
delicia.
nido.
MARTIN CORONADO
No pudo
ms, y
Con todo
el
la
bes en los
le
ojos,
corazn en la caricia.
Estremecise
2$t
el nio,
arrebatado
Rompi
llorar,
EN
EIv
SALN
La
Llevando
Sobre
Su
la
Dentro
tal
vez
el
calma
huracn domina!
antologa
232
sinti
en un da
Y hoy, slo
La danza
bulliciosa la arrebata,
Ondula su
vestido, se desata
Su abundante y dorada
Parece que
La
otro
Por
la fiebre la
la huella
Qu
En
mundo
triste
que
domina,
que devora,
el espritu
de rosas de
debe ser en
el
encamina
la aurora.
instante
Sentirse sobre
cabellera.
el
mundo
vacilante
Agitado
el
aliento~y comprimido,
El seno borrascoso,
la
mirada
:%M
-i
-'.
i. .-
rirt^^^-
Parece que
el espritu
vislumbra,
MARTIN CORONADO
REVELACIN
Ayer no
lo saba,
De
largo se vesta,
las rosas,
del poeta.
lo ignora.
Tras
la
la aurora.
Su ltimo
recuerdo y lo colora.
De
flores deshojadas:
En
Ah!
quin ser?
Recogida en
Una mano
se
dijo
de repente,
en
la frente,
233
ANTOIOOfA
a34
Que
ojos!
Cuando tmida y
En
llena de sonrojos
Su
Van
Algo como
la luz
de una aureola,
murmur bajando
la mirada:
de venir tan
CARAPACHAY
Alzada
la esbelta proa,
Como un
riza,
rpida se desliza
cisne
mi canoa.
sola!
MARTIN CORONADO
Los sauces, la cabellera
Sumergida entre las ondas,
Alzan murallas de frondas
En una y
En
otra ribera-
Tiemblan
Hojas,
la corriente
flores,
El rbol
al
abandona
lado mo,
Porque ha empezado
el
deshojar su corona;
esas hojas,
y esas
esto
flores.
De la corriente cautivas,
Van pasando fugitivas
Como recuerdos de amores.
A veces furtiva
Un
destello la pupila,
Una
lanza
Y veces
lejano suena
Un
En la
Ya
De
atmsfera serena.
acompasado
algn remo que voltea,
es el golpe
235
ANTOLOGA
236
Ya
es el
Entre
el
La noche
mi canoa
Sobre
Y
De
resbala
la tersa corriente.
en tanto, con
la
el
madre ante
Est mirando
la
El paisaje desde
desvelo
la
cuna.
luna
el cielo.
VISION DE ENSUEO
Te so cuando
nio: en torno
mo
el
alba
te so: tierna
y piadosa.
.i*
^^^-
la
sombra.
k-,-
MARTIN CORONADO
237
Ya
Ya
No
flotante en la
Ese
La
espuma de
las olas.
que eslabona
tinte indeciso
el
La
De
un nuevo
Mi alma de poeta
Del abismo de
Del
sinti el vrtigo
luz; la
sed de
pompa
cuando despierta
cielo tropical,
Que
manto de las
amor de una mirada,
tiembla bajo
Destello del
Poema
el
hojas;
El Edn de
la vida
y su corona,
la
mi
lira
i'fel^JS.
ANTOLOGA
238
Hoy
Hoy
suspiro ahoga;
Sobre
la
Ely
Lleva
el
noche de mi vida
flotas.
la
Un Edn escondido:
Son dos novios de ayer, que han hecho
Donde lo hara el sueo de un poeta.
el
nido
La
Con
puesto
flote,
cuyo anhelo
Ella, la
ha entornado
El miedo de
los ojos,
la luz
en
porque siente
la mirada.
flores
MARTIN CORONADO
239
ha puesto de hinojos
l, se
Que es suya,
La virgen de
All estn,
toda suya,
los ruegos soberanos.
en profundo
en tanto que
Huyendo
ella esconde,
Sobre su pecho
el rostro enrojecido,
el
Acurdate,
mi amada,
Cuando puso
La promesa
odo
el
el destino,
Seor en mi camino
Aquel hermoso da
Era un
de tu alma y de la ma,
un enjambre de alas rumorosas,
al travs
Como
Pas
la primavera.
Yo no
ANTOI^OGA
240
Como
nacen en casales
Desde entonces,
las
palomas.
la vida,
la
voz de
la
inocencia
historia
Que
El tiempo aquel
Cuando en
Bn
asomando
acurdate alma ma
las tardes tu
beldad galana
mi me pareca
Que era marco del
Cuando en
De
el
cielo tu
ventana;
templo lleno
Mecida por
las
el
alma
ondas de tu seno
Acurdate mi encanto.
De
Atraves
MARTIN CORONADO
Mi tmida
24I
ternura,
Mi
la
existencia cautiva,
Tu
mirada
furtiva.
Con sus
Cuando
los ojos
las alas!
el
Como soar
So que
contigo era
mi
vida.
mimada,
Un
Te guardaba en
frente,
Un
Tu
belleza inocente.
eras,
Que no
mi
Otro rayo de
sol
que
el
de tu huella;
ANTOl,OGfA
242
el cielo,
Tenan
y Dios, y el ngel, y
de tu vestido!
la estrella^
el color
Acurdate, mi gloria,
flores hurtadillas.
Y aquel pensar
los dos la
el
amor
la
misma
cosa,
luminosa.
mira
Kn
Nunca
De
la
pena de tu ruego,
apagaban
estar lejana
Que en
Sus
recuerdos.
maana.
hinojos.
:;
MARTIN CORONADO
243
el
Arrullan en
el rio,
el aire
como
que suspira,
que nos mira,
el cielo
Tienen besos de
sol
en
las entraas.
Desde
De
ese
Alza,
De
el
primero
al
ltimo latido
mi corazn que
mi
est en tu seno
lnguidos rubores,
el aire tibio
Y en el blando
bsame en
Que hay un
secreto,
Para contarlo
al oleaje inquieto.
ANTOLOGA
244
Bsame eternamente,
Arrullando las horas de mi vida
Con
amar rendida
te amaba un tiempo suspirada.
te
Ms que
cSueos y desvarios
De
En
la dicha serena.
mi morena.
el
da que parte,
Con
As canta
De
la
el
amor, en
el
odo
En
Sobre
el
GERVASIO MNDEZ
En
Cruz
el
poeta la vida.
tuyo,
MARTIN CORONADO
245
Amarrado su cadena,
fu la muerte serena
Su primer
lecho de
El.
flores.
VOTO
Pragfmentos de un poema)
FRAGMENTO PRIMIRRO
En
la agreste regin
donde
All,
la
de San Lorenzo^
espada
De
la
el
camino
inmortal cruzada;
agita envanecido
Sus turbias
la
margen
del ro suspendida
Sobre
la alta barranca.
Como
garza dormida.
ANTOLOGA
246
Asomaba
Una
Por
casita blanca
el
Que en
la
Hall en
campo de Pavn
el
la
muerte,
De amor y
La viuda
del soldado.
Diciendo adis
Se
al
llev su dolor
All,
con Dios
Del pasado
la suerte
porvenir soado,
como un
secreto.
solas,
al arrullo del
Dej correr
Hasta que
De
la
al fin la
domin
la llanura plcida
la
calma
y tranquila,
II
^:'
^^
>'
En
su
triste
aislamiento
te_
MARTIN CORONADO
De
Saber que
vigor y lozana
sus plidos nios prometa
all,
sentir
el
generoso aliento,
que hasta
ella se extenda.
Fu para
La dulce
ella
apenas
religin,
cumbre lejana
De la esperanza humana;
En medio de su duelo
Se dio
La
ella fantica,
tibia fe
es
encendida
que toda
ilusin desvanecida,
Despierta con
La
el
Postrada ante
el altar la
rumor de su plegaria
era el dulce
sorprenda,
De
la iglesia vaca.
La
borrando
el
dolor de su memoria.
247
ANTOLOGA
248
La
Humilde y escondido
En
algn rinconcito de su
Despus que
De
vuelta en
la oracin la consolaba,
el
Con un beso
al
gloria.
Pensando en
Donde
los
hogares desolados
baja la muerte
III
Fatal presentimiento!
el
Un
En
al
porvenir
al
pensamiento!
da eterno da!
vano
templo
la
llam en
La voz de la campana;
Que la madre infeliz, puesta de
Junto
Y
Le
la
al
el
viento
hinojos
risuea luz de la
maana
"^Hejrf'
MARTIN CORONADO
249
Con soplo
abrumadora
Sus alas rojas le bati en
Y apag vencedora
ardiente
lya fiebre
En
la frente,
la aurora
Plegado
el
Como un
pjaro herido;
Bajo
el
el
pecho,
revuelto lecho.
el
cuando
de
el sol
la serena tarde
Hundi
el
Tras de
la
verde loma,
El nio,
sin afn
sin tristeza.
IV
Tremenda fu
Mudo
Para
el
el
Hasta
el
muerto!
el hijo
Tremenda
Ante
prueba!
materno corazn
el
Consigo
la
fu
Dudaba todava
ANTOI^OGA
250
ya
el
segundo
esperanza,
que tena
nio, el
Sobre
Con
el
la ventana.
Cerrados
la luz
de
maana.
la
la
en
En
la tarde
La sombra
cielo la llanura
suspirante,
Se quedaron
Cuando
De
Desmayado
De
los nidos,
sin dueo.
el tercero, el
cielo azul
la ternura
que
le
ltimo pedazo
qued en
su vez en
el
el
mundo
regazo
la fiebre traidora,
Se entreg
la caricia
embriagadora
De
Que era como el dintel
La madre, enloquecida
a--~
'^k
de
la partida.
MARTIN CORONADO
De
De
el
25I
peso
tanta desventura,
Huyendo
Se ech vagar
sin
rumbo en
la llanura.
Andaba, y no saba
Por qu ni para qu: con vano intento
Desgarrar pretenda
Vibrante
De
el
arrojar la
Sollozos y gemidos,
Senta alzarse en la agitada mente.
el
"As,
Donde
en
Oy
asil sus
horas de amargura,
rgano sonoro
inmensa voz
del firmamento.
De
fresca paz
tristezas,
y soledad
serena,
ANTOLOGA
252
Sintise de repente
el
encanto,
l,
vaco,
el llanto, el
dulce llanto,
roco.
duelo,
Que funden
esto
En
cielo.
Un
no s qu de santa confianza
Abri ante ella la senda luminosa
De
la eterna
piedad en lontananza,
de altar en
altar, desfallecida.
Arrastr de rodillas
la esperanza.
VI
Llor, rog; la solitaria nave
Se
con
la fe
que mueve
las
montaas
Como un
soplo divino,
Al
muerte y al destino,
humildad de un juramento.
dolor, la
Opuso
la
MARTIN CORONADO
Jur,
Que
si
hijo
de su amor
viva,
Dios consagrara
IrOS
sueos de
del
amor
la loca fantasa,
la esplndida quimera.
Jur ms todava:
Jur llevar en hbitos de duelo
La
voluntad del
cielo.
Tanto dulce
eran extraas
ternura.
VII
Como
el
Velaba
al pie
madre, en
llena.
el silencio horrible,
253
ANTOLOGA
254
El corazn que
le
golpeaba
el
pecho.
En
Pero
La
la fe
Y apart
Con
de repente
las cortinas
fiebre de ilusin.
All
en
el
fondo,
frente
de encanto y de alegra,
nio la buscaba y sonrea
vio, loca
Que
el
la mirada.
FRAGMENTO SEGUNDO
Bajo
el
azul de
un
cielo transparente
maana,
de roco
Brillada la
Hmeda
Flotaban sobre
En
sol,
un
sol
de
esto.
>f.-v-
las
el
tmido oleaje
los vapores.
MARTN CORONADO
Como
en alas de
la brisa pasajera,
De
la ribera
follaje
el viento,
Que
del
Plata
en
el
confin se oa;
abismo sooliento
De
Pasaban en
Con
la
el aire,
confundidos
msica eterna de
Ocultos en
el
los nidos
monte.
La vida, desbordante
De juventud y brillo y
primavera^
Como una
En
la
novia errante.
atmsfera pura,
En
Por
la verde ribera.
el viejo
sauzal amurallada,
255
ANTOLOGA
256
Poblaban de
Como
A la
el
caricias el ambiente,
sombra
corriente
II
Con
el
Que
En
inquieto y jadeante,
la crcel estrecha comprima
Su
aliento de gigante
al aire
un
grito.
la libertad
al infinito,
indolente,
lo arrastr rugiente
En
el
'^
-fe
MARTIN CORONADO
Bati las rojas palas;
Hendi
las
ondas y parti
ligero,
las alas,
III
Cubra la
toldilla
muchedumbre de
Inquieta
viajeros,
el
Como un
Un ramo
Sobre
la
Contemplaban
Al paso de
Sus
la
la
mirada.
que abatan
ola desbordada
los juncos,
tallos tembladores;
luego descendan"
En
257
ANTOI^OGA
258
IV
Al pie de
Que
Un
la
bandera
Movida por
la rfaga postrera
Un
la azot
en la altura.
sacerdote haba
De negra
vestidura,
Recogido en
la
sombra, la mirada
el
la
noche y
Se tocaban
En su
solas
olas.
la aurora,
la luz
la tristeza
Una
frente encendida
Como
si
all
asomara.
la vida,
MARTIN CORONADO
259
Ni un rumor ni un acento,
De los que en tomo resonar haca,
Inquieta como enjambre en movimiento,
La alegre multitud,
La sola voz que oa
Estaba
le
conmova;
en su insomne pensamiento,
all,
'^
Refugiado en
el
fondo de
si
mismo.
Con goce
extrao, sobre el
hondo abismo.
veces en su frente,
.
Jugando con
La bandera
Y
Y
el aire, se
-i
plegaba
indolente;
'
sbito se ergua
Nerviosa y altanera.
Cual si la estremeciera,
El beso de
la gloria
"
que pasaba.
Un
arrullo salvaje de
Llegaba con
A
Y
cantar
el
la brisa
palomas
susurrante
amor junto su
odo;
entonces la mirada
las olas
Se hunda desolada.
Cual
si
buscara en la corriente
el nido.
ANTOLOGA
26o
El fnebre ropaje,
Con absorta
el paisaje,
fijeza,
de todos se clavaron,
Inundados de luz, en su tristeza.
los ojos
En
las
La
almas vulgares
pasa sobre
Como
MARTIN CORONADO
201
VI
Curiosidad primero,
De
desgracia ignorada.
Un
fraile
all,
Como
era
un
presagio;
Murmullos de amenaza
Dej escapar un labio enardecido,
Con un
Volvise
grito brutal: Al
el
insulto.
el
odo
agua
el
cuervo!
En
la
turba
hostil;
busc el ultraje
en los ojos
-y
ANTOI^OGA
262
bajo
De
el
soplo ardiente
Cruz
los brazos
y esper de
frente.
EL ULTIMO SUEO
Sobre una tumba olvidada
Hay un
rbol florecido,
Y
Y
sobre
el
en
el
rbol
un
nido,
>'^
JOAQUN CASTELLANOS
'"'
V'
l^t'
EL VIAJE ETERNO
A MI AMIGO OERirO DOCTOR
J.
Kl hombre es
H.
MARTNEZ CASTRO
el
sacerdote Ae la creacin.
iMmartine.
En
los
bosques sombros;
Ora
se precipita turbulento
Como un mar
Es
el
con
el
al infinito,
Fecundando
mundo
Corre desembocar
el
el ro
Que por
desbordado sobre
hielos.
la tierra
El hombre en
la
Natura
ANTOI^OGA
266
Antes de ser su
rey, fu su cautivo
En
El ave de
No
vuelo,
la idea
apenas
Lo
el
si
El da para
el
Vaga y confusa
Que all en su
Un mandato
mundo
del espritu
irradiacin de
un astro
iluminar la esfera!
Con vagos
arreboles
Rey
invisible
siente
JOAQUN CASTEI^IyANOS
hasta
Con
Ya
el cielo
267
sonre alborozado
Ya
La
Porqu
y hermosas
Inclinan su ramaje
Le rinden homenaje,
Y le ofrecen
ros?
Ya
se apercibe
Para
el
un
hijo
de
la tierra
! !
antologa
268
Es que
En
Dormitaba
Ha
ave de
el
luz,
que en otros
das,
el
sin voz
y sin
aliento.
el viento!
Oye en
extraas armonas.
el aire
Y el rayo en
el llano,
su mirada centellea
Ms sublime que
el
gnesis del
mundo!
al ir al
Suena
el
monte por
el carcaj
arco de
de flechas su espalda,
Nemrod
Vencedor de
la agreste falda
vibra en su diestra!
las fieras
en
el
bosque,
^r
^;:
t
i
p'
-^y*
Quin
le sale al
encuentro su llegada?
JOAQUN CASTEIvI*ANOS
Quin
lo
269
Entonces era
la
sumisa esclava
madre bendita,
Y la madre fecunda, en cuvo seno
La venidera humanidad palpita!
la
la tierra
en su infancia
El
mundo
ebrio de gozo,
Se estremeci en presencia
del sagrado
Todo
el
magia de un
Desconocido y de un placer
Vencida por
la
influjo
sin
nombre
Para
las
bodas de su
rey; el
hombre!
ijo
antologIa.
En
la
Brindle
Un
hora
all
feliz
en
de sus amores
tlamo de cspedes y
flores!
Le
Las noches de
La voz de
Revel
La
al
mundo
incgnitas delicias.
salvaje,
modulada
la palabra
caricias
articuladas.
el ala
de los vientos;
El impulso de un xtasis
sin
nombre.
JOAQUN CASTKLIwANOS
Unos
Con
labios de rosa
Los
Gust
el
hombre!
la tierra
hos campos
De
27I
por
la
vez primera;
florecieron de improviso;
Donde naci
el
amor, fu
el paraso!
Del aislamiento
Forma
Ese
el
Por
la familia
fin
pasa
alza la tienda
de una
la piel
Doma al
en
Con
Por
la tribu
el
fiera
el desierto le
desierto!
atrae y habla su
mente
all
Al alma de
All
Y su infinita
No
le revela,
majestad admira;
y colosal naturaleza!
ANTOLOGA
272
das,
El himno y la plegaria
Del mundo las primeras armonas!
la luz
de
el
templo
los
amplios horizontes.
Sirvindole de altares
La
Como
El culto espiritual de
Al aire
libre
en
el
los
que oraban
espacio abierto;
An
las
Al
Ni absurdos dogmas
Como
No
del desierto!
al
la
razn
empaan
bendicen
el
crimen.
Entonces an no haba
Intermediarios entre Dios y
el
hombre!
JOAQUN CASTEI^IvANOS
El pensamiento humano
Ya
Tiene
la vasta
Una
Lanzado
Su marcha en
las
naciones
Son
La
de su viaje eterno!
las jornadas
De
Turbando
Lo
el
sinti circular
Que
oasis, isla
sobre
el
mar de
Con
la
pompa
el Nilo!
de verdura.
arenas del desierto
duerme cubierto
oriental de su hermosura!
273
ANTOLOGA
274
monumentos!
En
En
De
el
inquieto
tristes
mar de
las edades,
y calladas soledades,
Que
Son
del
mudo poema de
la yedra,
las ruinas
En
altos conos
De apagados volcanes!
Las sombras pirmides
Que la grandeza humana y la
De las razas que han muerto,
existencia
Proclaman en presencia
De
la
/^
y*^
,\'y
(i)
Es digna de meditarse la coincidencia de que la civilizacidn, avan-zando de Oriente Occidente, ha seguido una marcha paralela la del sol,^
en su curso diario.
JOAQUN CASTEI,LANOS
Una
Dejando en
ella
esplndidos vestigios,
En
275
En una lengua
De dulce ritmo
A
La
por
el
arte
amada
celestiales voces,
cantar destinada
los dioses,
De
su existencia en
HfSL
el
primer perodo,
genios.
Con
la
Como
el
huracn
los
mares
A-NTOLOGA
2j6
De
ese suelo
Cres fecundaba,
El errante viajero de
los siglos
Que
En
genio de
el
la
red de flores
Fbula
teja!
La verdad
Que es de
la
descuidaba,
su ruta
en su culto
la
el
anhelado extremo,
gran Naturaleza
Hacedor Supremo!
Hasta que en medio las alegres voces
Ciego olvidaba
al
El
Es que
Al
la esfera
viejo
las
dioses!
sol del
pensamiento,
Como
al
Haba ya
bendicen
el
crimen;
Dieron
la
que
al filsofo
copa de cicuta
de Atenas
ellos
JOAQUN CASTEIvLANOS
Que en
277
su arrogancia vana
la conciencia
humana
La
maana
Hus
la
hoguera!
Que
abate tronos
como
el
hroe griego
Nufrago veces
se le
escollos,
mira errante
perseguido
De enemigas deidades;
Rey destronado que de zona en zona
Navega por el mar de las edades
En
feliz ribera,
Levanta Roma,
la
artista.
nacin guerrera
All
Su
al ter cristalino
cpula de nieve
el
el
Apenino
ANTOLOGA
278
Como
Naci armado
pueblo
vida
la
la ciclpea
lucha sostenida
Se
alz
en
la Iberia
Extendiendo hacia
el
frica abrasada
Su cuerpo giganteo
Fu en
Sobre
la
la regia frente,
que de Marte
De
la
epopeya con
Con
De
la
el lrico
viento
nota grave,
acento
oda entusiasta y
Cadencia del
>
la
el
la
suave
idilio
JOAQUN CASTELIrANOS
Pero
el
279
En
vano
al orbe!
Cae
Como
el
vieja
mundo romano
montaa desquiciada
Pero se salva
el
pensamiento humano
Como en
las vastas
Sobrenadaba
el
aguas del
Arca en
los
diluvio,
abismos!
Fu
Con que
Ya en
Sale
el
orbe ilumina.
al
En
busca de
la luz
van
la vida!
abierto
ANTOIvOGA
28o
Cuando
Que
ensea de
la
la cruz levanta,
cuya planta
Ellas,
bautismo de
el
Y entre
Donde
Sobre
nueva
la
idea,
el
la
la
El hurrah de
Que en
el
Mezclado
las razas
vencedoras
incgnito y perdido
al largo,
Rodando hacia
Dios preside en
preside
De una
el alto
el espritu
inmutable ley
Ley que
.
el silencio
el
el
olvido
firmamento,
en
al
la tierra
cumplimiento,
en naciones
Celebran
el festn
de
la victoria
JOAQUN CASTELLANOS
tumba de
antigua Galia
Sobre
la
De
la
la
Cubiertas por
Las sombras de
Sobre
las
La abrupta cima de
Se alzaban
Como
el castillo
convento
el
Cuando
instituyen
el
sangriento azote
como santo
fuero,
al
mundo
esclavizaban
La
Oraba y combata!
La
Iglesia omnipotente
el espritu, le
all
una hoguera,
oprime
El delito sublime
De pensar
!!
en su propio pensamiento
28
ANTOUXtA
283
en
La
el
Mayor espacio en
Hizo retroceder
la terrestre esfera
los horizontes
Lo que
el
los
montes
la historia
Fu
al
Con pavoroso
estrpito al abismo.
El
de
de noche, espaldas de
En
da,
los templos,
Rea; en tanto
el
pueblo.
Entre
la
la
Sollozaba all
En
^^'.t^
las
lejos,
profundidades de la sombra!
!! !
JOAQUN CASTELLANOS
El pueblo, eterno mrtir olvidado,
Que
En
Que
No
saben donde se
Aunque caen
lo lleva el
viento
silenciosas,
y llorosos ayes
Se
extiende,
En donde
Hierve
el
la
Es la
Al cumplimiento de
Por
el
las
grandes cosas
283
!!
ANTOLOGA
284
el
inmortal Savonarola
Sacerdote y tribuno,
Apstol de
la ley del
evangelio
el
En
Para
la
hoguera espiraron
los redentores
encendida
la tierra barri
vicios
As desnudo
el
Mostr
Europa atnita
La
la
que era
Que
restituye al
Occidente
hombre
la conciencia
Las
Socavan
el
cimiento
t*:
altiva.
!!
JOAQUN CASTELlrANOS
Ponen en
Como
285
libertad al pensamiento
un guila cautiva
se suelta
Cuando
el
humano
espritu alborea
Despus de largo
eclipse,
brillan
en
la idea
la excelsa frente,
los
Que Dios
al
grandes emisarios
mundo
enva,
ndices gigantes
con
el
Los
y
Se han hecho para m yo soy
cielos
la tierra
;
el hijo
La mansin de mi
Alumbra
el
sol desde
el
vida
inmenso espacio
encendida
de un palacio
Prendiendo
las estrellas
ANTOI<OGA
286
Para que en
Mi
el
Y
Siente
Bajo
dbil humillada
el
hondo pesar
que despierta
el
en profundo abandono,
Despus de creerse en
De
del
la ilusin
de un sueo
un trono!
La
forjara,
En
Que en
Puesto que
desde
el
polvo de
la tierra,
tomo
Se eleva
En
En
frente
de
all
Rsgase ante
Tiene sublimes
la creacin
de
la
verdad
xtasis;
inmensa
el
y piensa
manto,
JOAQUN CASTELLANOS
287
Pensamientos de Dios!
Mas ay en
humano
!
Que audaz
De
la tierra
audaz por
La
el
tanto
genio
exploraba
el
hondo abismo
Se ignoraba
mismo!
En
el
mundo
invisible,
cuyo imperio
Y
Como
el
espritu gigante
al
cometa errante
Pasa un
siglo,
la
cielo,
hora prefijada
; !
;
! !
.'m^m^-
ANTOLOGA
288
en
el aire
extendiendo
Roba su chispa
elctrica la
nube!
El arma de
al
Cuando en su
De
el rayo,
los dioses
la
patria llega
La espada
redentora
Instantes de
el cetro
los tiranos!
suprema espectativa
Algo en
el
La voz de
la
seno de
las
sombras lucha;
El pueblo
La
re!
Por grados
la
lo desve
contienda recrudece,
;!
JOAQUN CASTELI<ANOS
289
Un rumor
risa
"^
mitra y la diadema;
De
burla,
La
descreda
de sollozo y de anatema
humanidad se hunda
En torpe y sibartico marasmo
Ya no la conmova
Fu su implacable
el
"
airada
sarcasmo
el
'
stira el terrible
/;
leyes,
Papado, Monarqua
Nuevas Babeles del orgullo humano
Que
Que
levantara audaz
despotismo,
el
Para que
Despus de las
el fanatism^o!
brille el da
tristezas
Noche de pavorosa
Que
No
fu del
mundo
de los astros
el
de esa larga
tirana
horror y vilipendio,
fulgor bastaba
ANTOLOGA.
290
La llama
el
Se levant como un
titn el pueblo,
y coronas
Echando al fuego de sangrientas piras,
cetros
Hizo
al salir
de su mortal desmayo.
al
al estallar
iras!
los vientos
su contenido encono.
la historia;
los
En
mar
que se agita
el
grandes cataclismos
los volcanes,
Que
Arrebata ciudades
las selvas deshoja,
Traspasa
hincha los
ros,
JOAQUN CASTEI.I.ANOS
Trepa
la
cima de
Alpes
los
fros,
Surcado de relmpagos
Su
torbellino denso,
el
espacio inmenso;
Eso fu Bonaparte!
Rayo de genio y huracn de
Que
el rojo brillo
gloria.
de incendiarias teas
El polen esparci de
las ideas
la historia!
El viajero inmortal de
el
ocano,
las edades.
El pensamiento humano?
Es que ms
Quiere para
altas
brillar, es
cimas
que anhelando
Espacios ms profundos,
Donde
le
el faro
de su lumbre
la libertad su
amparo,
29
ANTOI^OGA
292
faro
Del Chimborazo
cumbre!
Su
Por
la
Y se
En
brillo se dilata
refleja flgido
el
Lanza su
en
y potente,
La voz
la soberbia
del herosmo
De
Que
De
futuras leyendas,
humana
Que en
Su genio y
triunfo recorrieron
JOAQUN CASTEI,I,ANOS
Y pueblo
alguno ni poca en
la historia
alto pedestal
de
293
tan grandes
gloria!
Que hacen
baarla en su
De
De
aproximar
la tierra
luz;
ros dilatados
en
al cielo
las riberas
como mares,
Y bajo
el
De
Su
trono asienta
Rey
en
el
Detiene
ci
pensamiento humano,
Que
al fin
siglos,
asom^.
Grecia,
En
Vendr por
La
fin realizar el
libertad de la conciencia
mundo
humana!
oasis
la
ANTOLOGA
294
Rumbo
de oriente
la vida,
toman,
las ideas
Que
En
este
y siente
Perforacin de montes.
vuelos,
Inmensa sed de
En vano los
En la marcha
Que dan
Sobre
la
espacio,
hambre de
eternos rezagados
el
No
cielos!
la planta;
Se puede al guila
Aprisionar, ms slo cuando inerme
lo conseguirn.
Sobre
las grietas
duras
Mas no cuando
hoy dueo
del espacio
'^'
No
Un
"&-
S-i
JOAQUN CASTEII.ANOS
295
Es
el
el culto
inmaterial de la conciencia
Lo que en
No
es la ciencia sin
Dios
Alma del
lo
que proclaman,
la ciencia!
infinito.
La
el
hombre!
EL BORRACHO
Ya van
tres
noches de
festn.
En
ellas,
la frentica locura,
:;.
ANTOI^OGA
296
La sangre haciendo
estremecer
el
pulso,
Con nerviosa
Siento que
inquietud.
el aire
mis pulmones
Mi pecho en sorda
agitacin palpita
retumbar imita
el
golpe seco
al
el deleite
Mas que
la
el
falta;
atavid!
para m raudales;
Yo
antes
am
donde
libre el corazn se
donde
el
expande,
Al rey de
Cuando
la llanura primitiva
Por nico
rival la
tempestad
'M-
"^
JOAQUN CASTELLAKOS
un
297
el
alcohol
De un
A
Y
qu
los
montes
Es
all
donde
cae;
tiene,
como todos
los abismos,
Un hombre
conozco
de alto ingenio
all
perdido;
Su padre y
Los
De
sido,
tristes frutos
fijos,
!!
)
ANTOIOGfA
298
el
No
tuvo quien
Su ltimo y
me
nombre,
moribundo;
doloroso adis! al
Nadie en
Eso
ni su
lo asista
el
mundo
espera m
mundo
oy!
pero bebamos
cado en
el
De un
Mezclan
^^
"'^^
Con
la luz virginal
Yo me
de
yi
rXM
cuadro
maana;
El lento despertar de
/
la
la ciudad.
cuerpo
!!
JOAQUN CASTEI.I<ANOS
La
me
Es
vista de la aurora
trasporta
lejana;
la
L,o
clarn.
Que
Retumb en
299
en
los
las
Oh
Yo me
patria, yo,
eres
mi nica
f,
Cuanto envidio
Que con
la
las arenas,
nombre;
mi ltimo amor!
tu honor!
Que cuando
En
suelo alfombra
la
sombra
No
olvidis
que
la
la patria ma,
grande poesa
antologa
300
Es
sacrilegas lo oprimen!
Escarneced
'
al criminal y al crimen,
cobarde lad despedazad!
el
Para marcar
I;
amo
al
Con
las
el
ira,
cuerdas de bronce de la
lira,
Al gaucho noble,
Que
al
payador valiente
al
extremo de un ltigo
Cuando
Oh
Que
amarra
patria, al ver
A estpidos
'
la
mandones,
de clera
el
me
parece
Plata se estremece,
Que
fe,
Donde en
;'
los das
de tu gloria, bellos,
el pie!
>j5>
r?^^-'
La
joya de
la
Amrica
latina,
No, t no eres
Has perdido
el vigor;
tus ciudadanos
JOAQUN CASTEI.LANOS
Y una
Comprendes
oprobio y lo soportas,
el
Te has
Yo degradado en
Pero
Yo
as
te
amo y
Voy
Que
mundo
el
solitario
Contempla
el
sitio
y esta hora
manera
mirar la
en rida ribera
Donde
corazn!
la rota
nave
Y mira,
de otros nufragos
Cadveres
los yertos
flotar!
El
sello
de
la santa religin,
es ir al
matadero
30I
-s,'>^-.:s;f;ij,;;j-;,-.,ir.vji^!-
.i;-c
ANTOLOGA
302
cortejo;
la triste lpida
mortuoria
los seres
Despus
que en
mundo am!
el
Se agolpan
Y en
los delirios
de su eterno afn,
al
edn caminan,
Que marchan
No
Nos
saben que
Toma
hall
un
Implacable
Cuando
la
noche;
tiene por
Yo quise
Como si la
la vida.
arma
una.
la mujer!
La adoraba
tanto
muerte
la
prximo entrever,
cielo
Yo
iSP^H .^
r^f;
almas en
al azar las
Les hace un
amor como
el
JOAQUN CASTEI^l^NOS
Era un amor salvaje y tropical!
Pero
Me
y tenaz calculadora
inmol sin piedad su egoismo;
fra
Por su culpa
Por
ella
me
arrastro en
un abismo,
Me
Pendiente en
flor!
son todas
as;
s que ya
no existe para m!
Yo necesito emborrachar
anhelo, que
mi ocaso
lC presten arrebol
sin fulgores
alma!
Al horror de
el
del jardn;
las rosas
tmulos abiertos
303
ANTOIX)GfA
304
que
me
De copa en un
Oh
t,
muertos
sacrilego festn!
Ven y
tristeza;
el
horror de la embriaguez y
el
juego
Te
vi,
Arranca
el llanto
de tus ojos
bellos,
Me
*>
Dnde
ir lo
JOAQUN CASTELI,ANOS
3<:>5
parte.
mundo,
tumba nueva,
estilo
el
Las seca y
las arranca
de
raz.
la poesa
yo amo
que vibra en l;
Tengo delirio por las arpas de oro
todo lo
Yo
amor el vino
vino el amor me hasta,
musas que invocar sola,
cuando
Llamo
el
las
ANT01,0Gf A
306
siempre acude m
Sin
el
ritmo
feliz
me
de
la del dolor;
dicta cantos
la belleza;
De
la tosca
Es que en
No
la aspereza
la selva
que asol
el
incendio
No
Llamando
En
la
la oracin
de
la
maana,
Con metlica y
lenta vibracin.
lo alto suena.
encaminan
El
mundo de
Para
Yo
las
almas es
la religin.
;:
JOAQUN CASTELLANOS
Ya no
307
medio trunca
nica oracin que record.
Quise rezar
Fu la
la Salve
preces
hermanos y por m
imgenes que objeto
Al mirar
las
Que an
algo de ella en
Yo en mi cansado
que debe
IrO
el
recinto haba,
enternec.
espritu senta
sentir el peregrino
A
Y
un
all
sitio
En
Cuando
la
mente
tristes
El sueo de
nimas en pena
!!!
ANTOLOGA
308
Que me
La imagen
ay
De mi
Dulce
un edn!
de mi primer
afecto,
sin desengaos,
de amor primaveral.
Y
Y
Despus, reminiscencias de
la escuela
la infancia
hoy ausentes.
Que antes poblaban mi desierto hogar
Cuando el plido sol de esos recuerdos
los seres queridos,
De mi hondo
^m
IF
\
*-
^^:^
Que
|r
Al
fin
Al
fn
como
onda contenida,
iba encontrar una salida
la
; ;!
JOAQUN CASTEt,I.ANOS
309
llanto
En
lloradas
la
En que
Un
instante
fraile
Como
el
me
vino y
se arroja
un perro de un
saln!
De
entonces
Gotea
Me
el
cae
Ay
De mi
agua en
el llanto
filtracin interna,
aquel
al
corazn
en
la aridez,
el
mundo
la embriaguez.
sentir.
ANTOLOGA
3IO
Hil en
Es de
la
el
Msica alegre en
al fin sollozo
Cuando en
No
bebo por
el
primer acorde
de mortal dolor!
estpida
la orga
el
me abismo
gusto de beber;
el
hombre
es
un mendigo de
placeres,
en
la escala infinita
de
los seres,
En
las calles
talles.
En
Que llaman
La guerra
sociedad!
es noble
Si va en defensa de
y su venganza justa
una santa
idea,
Con un bastardo
afn.
Que
solio,
JOAQUN CASTELLANOS
Las gradas
31I
Escucha
el
En
las
muchedumbres que
la ciudad,
lo
aclaman
da feliz de la victoria,
el
Es tambin una
la gloria
rpida ebriedad!
En
Unen
.esos
Hasta
el
al alba
Se lanza
al ter
reinar en
ANTOLOGA
312
El
Cuando
ideal
el
el
la belleza
la soledad,
cerebro siente
alma en
es de su
Su
de
brinda inspiracin
Ebrio de ideas
delirio,
Buscando
Le
en sus noches de
artista
la celeste orga,
su vaso
la azul
inmensidad!
Que en
La
y hurfana en el cielo,
en un sollozo universal de duelo
tierra errante
Refundida
IC ?
la
voz de la creacin
campos y sombros.
los ros
! !
!!
JOAQUN CASTELLANOS
Como
fiera
al
313
mar!
en la naturaleza y en el alma
Torva domina esa siniestra calma
Que
la tarde
Ebrio se acuesta
las estrellas
! .
Cuando hizo
el
la
vida
O el alta cima
de un pen agreste
!! !
ANTOlrOGA
314
Con mi cuerpo
Un
ms benignas que
Ellas son
los
hombres;
fra,
El mundo
lo
Compaeros, un brindis
la
muerte!
Y que
claro,
el
da
Fu
la hija
creada
primognita de Dios
Mandadle vuestra
Yo en la hora
No
triste
fatal
de
despedida;
la partida
'
'(f-
JOAOUI CASTELLANOS
315
fantasa potica
Bajo un manto de sombras yace
Como un
el
mundo,
Y
Tiende en
Entre
la
montaas
las
silencio el ngel de la
las altas
como un
La
faro,
en playa tenebrosa,
el oriente se alza,
celajes
De nubes
Como una
niebla.
cumbres se derrama,
luna clara en
Entre
noche
alas.
plidas.
Un
vasto
campamento iluminaban,
el centinela,
La voz de
alerta de hora
Y las
en hora lanza,
hogueras
Medio apagadas
ANTOLOGA
3l6
Bajo
la fra
bveda del
cielo
Reposaban
De
los hijos
de
la
guerra
bajo
De
un
rbol
espesas ramas*
De
las
Desgarrando
Que
el
terrible
Espaas,
costado de una virgen,
Duerme
De
Velada en
De una mujer
Era su aspecto
De una
sombra
el
majestuoso aspecto
fe*
^w^
JOAQUN
CASTBIIJ\.NOS
317
Gota gota
la
sangre derramaba.
Y era
as al
su voz
la
Habl y
le dijo
Estas palabras:
j
Oh, tu duermes
En
la
el
noche de luto de
la patria!
Que nadie
Que nadie
Entrar
No
al
puede.
alcanza
templo de
la gloria, si antes
Que hace
Muchas
fiadas.
riquezas
Poder y fama;
ANTOLOGA
31
Mas
si
Y si
Te
La
Que para
ceirte
resignaras
Entonces
Una
Mas
Mas
el
te dara
en mis altares
un monarca;
Flgida aureola,
Que
Que
La
Soy
Soy
Simple guirnalda.
hasta el fin de
brille
resplandezca
Yo
soy
el
las edades.
como un
la infeliz
de tu nombre.
Amrica tu
Oye mi
patria.
acento.
Despierta y marcha
hijos, tus
hermanos,
los criara.
frente,
clara,
JOAQUN CASTELLANOS
319
Se perdi luego
Cual sombra rpida;
Pero su voz como lejana msica,
Qued vibrando en los espacios, mgica.
Martn, y al soplo
el
Desafiando
Hasta que un da
Lleg su patria,
Jurando perseguir los tiranos
Hasta que el mismo Dios le diga
basta
Sobre
de
los llanos
la
inmensa Pampa,
Sobre
las
Sobre
las rocas
de extranjeras playas,
Luchando siempre.
Venci
Un
Sobre su frente
Espaa,
Trono de
La
la
el sol
en su horizonte
de
el sol
la justicia,
de la esperanza;
El hombre empaa
Con sus miserias. Pero Dios
Y lo
lo
mira
antoi^ga
320
Arrebatando
el
Se cierne como
el
Como el estruendo
De muchas aguas,
mundo es libre, y derribado yace
Que el
De los tiranos
Para
el
fortificar
soberbio alczar.
en Dios su espritu.
Trep
De
las
la
cumbre
montaas,
frente el cielo
De
la envidia
el hroe, el
No
plantas.
tuvo sobre
suelo de la patria
Ni un pobre rancho
Para morir en calma!
^
Siempre
Ha
el
En
En la
JOAQUN CASTEI<T.ANOS
32
Pero su gloria
sus hazaas.
Edn de nuestra
tierra,
el
En su
alabanza,
los
hombres digan
La
En
las
Son como
Y
Con
las
flores
ricas galas,
las entraas.
LA LEYENDA. ARGENTINA
Cuando los dioses con su rayo hirieron
De Prometeo la cerviz erguida,
Los buitres hasta el Cucaso subieron
Olfateando
la
sangre de su herida;
ANTOLOGA
322
Tras
descubrimiento, la conquista
el
Y
Por
la
espada homicida
el fraile
canalla bendecida.
En
Su negro
con
las fuerzas
de un titn alzando
La
Con
De
vivientes despojos
Mientras cantaba
^
*-*
el
sacerdocio en coro,
oro.
JOAQUN CASTEI*I*A.NOS
Corts, para
g^ar
sus legiones,
avanza con
el
Bn
Y
A
En
llenos,
323
ANTOLOGA
324
hijos bautizaban,
el
Tumba inmensa
la tormenta
Que andando
el
el
huracn,
el
trueno,
infeliz!
afrenta.
Reina vencida
Que
Con una
astilla
de tu rota espada!
Virgen guerrera de
De
las
tu antiguo esplendor
Cie tu frente
Y empua
la real
armas de
oro.
como un emblema,
diadema
tu arco y tu carcaj
sonoro;
JOAQUN CASTEU:.ANOS
haz que
Donde
El
el
iris,
En
el rayo,
Pas
325
el
aunque
de su mortal desmayo
al salir
el
Y
Y
de Mayo,
Del
Su
cielo
y de
pabelln en
las
De
las cspides
el
nevadas
color tiendo
las cascadas,
Sofocan en
la cuna,
como
rayo,
en mbitos inmensos!
el sol
Alcides,
las serpientes
lides,
la
nacin pujante,
suerte
antologa
326
Como un
Un
astro
Ellos,
de su alma en
afn profundo,
el
porvenir de todo un
Llevando
el
Se dieron
cita al pie
de
las
mundo
montaas
la
nieve en su frente
Como
Para impedir
la
Se levanta en
las
al infinito
sombras impotente!
y abismos
Precipicios
Entre
entrada
se ocultaban
y grandes;
el
Porque es
el
centinela
En
las
mudas
JOAQUN CASTBI^LANOS
All la
Las tempestades,
Una
337
el alud, los
vientos
un desorden
Tan honda se
De un mundo
que parece
subterrneo la ancha puerta;
distingue,
Se oye en
Que de
la
noche con
las altas
terrible estruendo,
Que
lucir
de un
sol
de otoo
Entre
el
Descuajando peascos,
El fragor de
el
las
armas
Que
Van
haces guerreras
Trepando
las pendientes
les
quedan
ANTOLOGA
328
Que
casi
va del uno
al otro
Los
polo;
que solo
astros
y
Pasan y siguen su triunfante marcha
Aunque la lluvia en nieve se condensa
Superponiendo la montaa inmensa
Otra montaa colosal de escarcha!
Y
De
cuando un da en
la
mitad se hallaron
Subieron como
el
el vuelo,
Su
dice,
hablando
Sern hijos
trazando
tal
alas azotando;
as
consigo mismo:
Han
Desde
descendido, acaso.
cuando en
la tarde
JOAQUN CASTELLANOS
Sobre
Con
la
Tiembla y
eriza su
plumaje entonces,
al sentir luego,
De nuevo
Que pasen
bajo
Los que
la
el iris
ante
un
prtico de gloria
muerte van
el sol,
la \dctoria;
su curva inmensa
Arco de
Cuyas
Son
altas
columnas de granito
Al comps de
la
Que forman en
el
nevadas,
msica salvaje
las
peas
las cascadas
viento en el ramaje,
Que
hubieran,
s,
podido dignamente
329
antologa
330
un edn soado,
Una especie de Amrica escondida,
lya Libertad es
al travs
t,
el
de los mares de
te
vida
el caudillo
t,
Hoy
la
Hroe que
Prestas
el
la
brazo y
valor de Marte,
el
Como
brilla
tea.
Que
Mas
te presentas
en
Antes que
al llanto tus
Como en un nuevo
Te paras sobre un
^'*
^:
'^i
la
lucha armado
soldados lleves.
Sina bendito.
trono de granito
JOAQUN CASTEI^LANOS
En
la
en tus huestes
All
lanzas,
El mas
el
montado en tu
valor exaltas,
corcel
de guerra,
Del planeta en
La diosa
Lo toma y
De
33
las cspides
ms
altas!
Ved aqu
el
emblema
Seguidlo
al
campo de
la lid
el
planeta su vez
Que
el
mar
suprema!
como un navio
Va paseando
triunfante,
Que
En
flota
enarbolado
Lavalle y Necochea
Como
Ganosos de probarse en
Para abrirse camino
la pelea.
Que
ANTOLOGA
332
Al metlico estruendo de
las
armas
al
Con
la
su paso encendan
Sus
Cuyo
en
brillo
la
noche semejaba.
los hijos
de Israel en
el desierto
primer disparo
retumba.
En
Cruza
terrible
en
el
espacio inmenso!
Desde
tf
|f*--
1i-
brillantes crculos de
hasta
lumbre
el
el alto
Que baa
el
Amazonas con
sus brazos;
JOAQUN CASTELLANOS
De Zaragoza
y de Bailen la espada!
desgarrando el estandarte ibero,
Lo
Por
el
Se
ella
De
Bonaparte
De
de Mayo,
la inmortal revolucin
Cuando en
brillante acero
de pelea
Como
el fluido elctrico
en
el
rayo
Los voluntarios de
la
gran cruzada
Descienden
los llanos
volcar tronos y
Como
domar
tiranos
^CST'J.r '-*-
"
..-I
333
!
..f,
antow)g{a
334
Segn cuentan
De alguna
con
fiera
la piel diforme,
rendir monstruos
La grandeza
De la inmensa
la
leones!
Que en
y amansar
De
risa
se agita,
En
las
En
grandes acciones en
el
mundo
Cruza invisible en
la extensin eterna.
soles.
JOAQUN CASTELLANOS
Del
Y
Y
Plata, el
en
Maran y
la revelacin
el
335
Amazonas!
de las ideas
el
Y al sol de
Que
El inmenso arco
iris
de
la gloria!
el torrente
humano,
Cuando
el sol
alumbre,
los rayos
de su disco vibre
Un
En
I
pueblo independiente
una
tierra libre!
el
mar y
el viento-
ANTOLOGA
336
Como
el aire
su pensamiento!
la luz,
i"
Dejando su memoria
mar
El
los llama
y sobre
el
mar
se lanzan;
De la escuadra argentina
En la vasta extensin las
naves
flotan,
las ardientes
Dando
el
desde
ancho Plata
al
zonas
leyes,
Amazonas
Sobre
De una
Que el
el
diadema de sus
el plazo,
glorias era,
El monte Chimborazo
Los argentinos.
polvo y la humareda
Entre
la sangre, el
Que en
pos de
los
JOAQUN CASTELLANOS
Pierden de vista
Marc en sus
en lucha
Un
fratricida se ensangrienta
la
tormenta
espritu es el rayo!
nuevo
la
cuyo ardiente
^Le
el sol
337
ambicin tiranos,
lleva en el alma,
manos
^ue
el
profundo encono
Entre
muchedumbres
y msero abandono
pies de un trono.
las ignorantes
Que en
triste llanto
Yacian antes
Subieron hasta
los
el cielo,
El vapor impalpable de
como sube
la tierra
Donde
Nube de
el
rayo se encierra;
Sobre
Sobre
ANTOLOGA
338
De
dolor,
de
el olvido,
Se junta y eslabona
su errante existencia en
Al trabajo sin
fin la
zona
la triste
muerte y
la
el destierro,
eterna pena.
Mi vida
Lleva
el
las
solitaria
la
De
En
la
lucha
Empuando otra
Y el hacha
Dejando
Huy
al
tronco de
los llanos
Libre como
Como
el
desierto grande!
vengarse del
volvi
amo que
Lanz un puado de
Le
t
fr.
un omb clavada,
el
martirio
el
el
escupi
el
iras
ms
tarde
insolente
su frente,
JOAQUN CASTELLANOS
339
Como
Por
la espalda del
el
horizonte
monte
Fu Rosas ese
Bn
espritu fecundo
el
alma
fiera,
Dando
Tras
las nubes
un
color de fuego
ha dase
los pueblos
ANTOLOGA
340
apstoles armados
De vagos
De
ideales,
destinos inmortales,
Una horda
inquieta y
Lejanos rumbos
un sangriento bando,
lycs iban
al travs
de abismos.
Que
tiene eclipses
Habla en
la soledad
De nuestros
ausenta,
de los desiertos
va romper su espada
rocas de los altos Andes
ira santa,
Contra
De
las
all
slo desciende
vagar en
en
la
De Yapey buscando
el sol, se
Con
A
O
como
veces se lamenta
las ruinas!
al pie
sentada
Sobre
la
Puesta en un campamento
solitario.
el
mundo queda!
JOAQUN CASTEI.I.ANOS
Por eso
La
al
34^
contemplar de Avellaneda
Como
El
al
ponerse
el sol,
manda
destello de su ltima
la cumbre,.
mirada
Que va
De una cumbre
quienes pudo
el
dspota inclemente.
el
Gime una
las
Pone
De
la frente f
Y de Rivera
En
el filo.
Tablas de sangre,
Con
Canta
la inspirada
al
pasado y
lista.
presente
llora,
cielo
que dora
la aurora!
ANTOLOGA
342
Toma
y
de Mrmol
robusta
la
el
lira
bronce herido
ira,
i;
Repetido en
Como
el
;-
Donde
Donde
Hoy
Ms
De
De
expande
Gloriosa patria ma
venturoso, pero no
ms grande!
un caos
salidos^
En
el cielo
de Amrica, se eleva.
'r
Pueblo
'
Que
la
.>
^.
en su marcha
De
La
la
al
progreso recorriendo.
JOAQUN CASTELLANOS
y los mundos,
en su senda mezclando la ventura
Los hombres,
343
las naciones
Una
faz
Su lucha y redencin
De Hrcules al martirio
Cuando despus de
es
en
la
vida
semejante,
la salvaje guerra,
Tinta en
Un
tierra.
la
Y del labio
Del sufrimiento en
el
primer acceso.
con
la fiebre intensa
De horrible paroxismo,
Hunde peascos con sus fuertes
brazos,
y l mismo
Muriendo de dolor, convulso de ira,
Arboles saca de
En
la
raz,
cumbre de un monte
ANT01,0GfA
344
morada
la
Empreo sube
del
Se
De una
Es de
'i
la eterna
Juventud
la diosa.
El nctar
celestial
en copa de
coro,
oro.
Sobre
Y de
Te
la
la
vida en
el festn
embriagas en
los
el
divino
pueblos hermanos
El llamamiento de tu voz
invita.
Y alza la inteligencia
Un nuevo templo en
Sobre tu
soberana
que
el
mortal encierra
Los nobles
frutos de la industria
humana
Solemne exhibicin de
Del arte y de
los portentos
la ciencia,
JOAQUN CASTEI,I<ANOS
Bs
templo de
Ante
la
cual se
el
derrumba
Donde la oliva de
Con la palma del
Obtiene
el
paz sagrada
vencedor como un
trofeo,
All se
Que
el
la
triunfo entrelazada
hombre
el
Con que
se
puede levantar
el
mundo!
All en noble
y pacfica contienda
soldados del combate diario
Van
los
Del
pasada.
Nuestra madre,
Reina de
la
Amrica bendita
los ocanos.
La urna de
la vuelca
la
cita.
abundosa
manos
345
^r
ANTOLOGA
346
En
los altares
asombra
al
de esa
fiesta
mundo con
hermosa
la rica
ofrenda
el
rumor sonoro
De
El
cofre de oro!
sol
Sobre
el
las
montes,
Campos
Tu
del porvenir,
donde
se
expande
t..'i.-y
Y
Y
un
ser el da en que tu
Por todos
los
marcha emprendas
caminos de
la
vida
las edades.
-wHiMiat;.-^.
JOAQUN CASTElrLANOS
347
La audaz
locomotora,
Ese Alejandro de
la
edad moderna
Que
el
pensamiento humano
al
espacio devora,
Que uniendo
la conquista eterna!
Con
Como
la
Cuando
Entre
el
las
De
los
ondas hiende
ms
al
nufrago de gua.
altos mstiles
suspende
De
la existencia sobre el
Llama
mar profundo.
mundo
Como un
Donde
En
la
Con
miseria y
el
humano
dolor cada.
ansia, al orientar su
rumbo
incierto.
antologa
348
la
Su poder
soberano,
Como
alfombra tus
Sobre tu frente
el sol,
pies, el ocano,
como diadema
ENRIQUE
E. RI VARLA
De
Plata, en su carrera
Un
Un
Vencedor
Alza
del olvido.
el laurel
Cuando
diste el
el laurel
Que
vio
Cado
Un
el
Bajo
vieja tirana.
guerrero.
cado en
el
s,
da,
triste
ro,
proscripto,
da
murmurando
solas.
casco de hierro
Con que
la
nave
I/loraba en el
El adis del
la tierra esclavizada.
el
da,
relmpago tu espada.
mundo
Nuestro gran
aclama
tu fama
que conquistate un
Que abatiera en
La frente de la
Alza
De
te
el oleaje
gemido de
henda
las olas
destierro.
eras t el desterrado.
Hecho pedazos
antologa
352
Debi
de
caer, coloso
Tu
En
En
corazn
La
tierra
al
la guerra,
el
la tierra
Yapey,
la
Derramada en sus
La
tierra
En que
En que
La
la fragancia
flores;
redimida
atraviesa
el
Andes
el
proscenio
aureola de tu genio
tus corceles
al
viento
El pabelln de Mayo,
De un himno que
exitaba la pelea
combate furibundo
La forma de una idea:
La libertad de un mundo
El
?^-f'<.
grito del
ENRIQUE
Confuso vio
el
E.
RIVAROIvA
353
verdugo
En
al
Que
primer eslabn de
caa en pedazos,
Sobre
el
Sobre
el
el
yugo
la eadena,
la victoria
alas.
As pasaste
el
Andes!
Tus
soldados bajaban.
Que
Y
Y
Y
la lava
por
el valle
corre
y serpentea,
Chile, esclava
Irguise en la pelea.
En
la cuesta
inmortal de Cliacabuco;
De
la victoria
libertar la patria
de
los Incas
antoIOga
354
Arma
del genio
levant
en
la historia!
Vuelve! y
En
los das
si
nuestro aliento
de lucha
Revele tu grandeza
al
que tu nombre
pensamiento;
Que
recuerde
agitado
Y
25
en
el
proscripto al grande!
de Mayo de
1880.
PRIMAVERA LGUBRE
Primavera
gentil, al
mundo
de
Se public en
el
<Sud Americano, en
(*)
tomas;
derramas;
el
nm.
7,
del 20 de Octubre
ENRIQUE
De
hojas, flores
E.
RIVAROLA
355
y pjaros adornas
Las leves
Tocas los
Te
Te
llanos
la
Nido
bravura de
la
la ola enervas.
Resuena
Que
el
el canto, el
alegra
el
tranquilo techo,
armonioso canto
el
pecho.
parece que
En
el
mundo
recibiera
Ciego para tu
tristezas.
luz,
Primavera,
sordo tu arrullo.
Ya no me
Ni
Ni
atrae el
campo
espera,
silencioso.
Que
manso y
perezoso,
ANTOLOGA
356
la
enamorada compaera
aunque
el
Por asomar
tus alegras.
al da, la corteza,
la
Envuelto en noche
triste,
en noche negra,
EN LAS OLAS
r.-
j^y-
'
i..
'"'*''
Sobre
Donde
Asido
el
las olas
el brazo,
Mudos
el ro,
en tumulto espiran,
con
el
pecho trmulo.
llegamos.
ENRIQUE
E.
RIVAROLA.
Aves
del bosque.
el sol,
enrojeciendo
las libres
el cielo,
Sobre
las
Plcida sombra.
Pronto en
Doblando
la
junco en
el
Y como un
ave de
la
la barca.
la ribera frtil;
Cort ligera.
Do
el
la playa extensa
Clidas brisas!
amar en
Lejos del
mundo y
su miseria eterna;
la noche!
manos oprimi en
las suyas;
fu,
Vasto crepsculo!
Ah! yo senta el despertar de
un mundo
Rumor de
Brisas y flores!
Fija en su rostro la mirada ansiosa,
La
contempl, cual
si
temiese verla
357
ANTOI.OGfA
358
Luz en mis
Dije
Del
los astros:
en
infinito
dorada puerta,
la
descubrid su ansiedad
En
la
flgido
el
vil a,
sueos!
espuma mvil.
Dad
la vida del
amor
el
vasto
Pilago inmenso!
Dije su
Soplo de un
Toma
amor De mi
existencia rpida,
y en corriente dulce,
las horas,
Haz que
se pierdan!
SOLEDAD
De
la
verde alameda
al fresco
abrigo
Pasearamos juntos
"T arrancaras
To
Xa
la ribera;
la naciente
primavera;
apartados de un
mundo de
dolores,
Dejaramos trmula en
el
alma
ENRI>UE
RIVAROI^A.
B.
359
Atravesando
El rayo
la
ramas
las tupidas
tibio
de
T me diras,
Me diras tus
Que de
cuanto
s,
me
amas!
vivir en
viven inquietos;
Daras con
el
soplo de
un
te adoro
Entre
amor
sincero.
aves
La
Temblando en
el
cruzar el espacio
Revoloteando por
Y en
amor gigante
como un
el cielo errante;
Y al
ala
seguiran,
De
las cascadas
si
el
paso;
te besa el viento;
lnguido lamento;
Y t,
callado cielo,
Verais
como un
muda
da;
calma,
soplo de armona.
r:
ANTOLOGA
36o
Cruzando
atravesando
valle,
el
Ir dos cuerpos
Buscando en
monte,
el
lo infinito su horizonte!
place con
el
pampero
tu lidia gigante,
Y el incansable hervidero
De tus olas tcis pies.
Esteban
Antes que
el sol
Rclie'i'erria.
deslumbrador del
da.
las
En
'^^
En
Remedando
las crestas
Do
el sol
quiebra
de los montes
su rayo carioso.
ENRIQUE
Sobre
Que
E.
RIVAROLA
hmedas, verdosas,
las toscas
En
la
muda
En
alto, libre
Sobre
y turbulento
giro.
el
Emir, mi perro
fiel,
el
compaero,
En
En
importuno palabreo,
la onda bravia
Se siunerge, valiente y
En
Y
Y
busca de
altanero,
las piedras
que
le arrojo
rpida corriente,
Se vuelve hacia
escojo,
en
el
la
playa silenciosa,
csped mojado
Deposita mis
pies,
en cariosa
Actitud reverente,
El objeto
las
ondas entregado.
Horas de
libertad, horas
de vida,
361
!!
ANTOWKJA
362
! .
cuando
el sol naciente.
Asomando en
las
Extiende sobre
Ancha
faja
el ro
De
la
lavandera con su
presteza,
lo
ropa en la cabeza;
la locomotora.
lo lejos se escucha
El bullicio confuso de
Con que
la
vida
Suspendo mi paseo
vuelvo lentamente,
Mientras oprimo
De
ser
*?
corazn,
que siente
Octubre de
el
1881.
ENRIQUE
E.
RIYAROI.A
363
DESCUBRIMIENTO DE AMERICA
El descubrimiento de Amrica es un
segundo gnesis
la creacin de un
nuevo mundo por el pensamiento del
hombre.
:
la orilla del
Como
mar
el
genio ardiente
'
las olas.
Luchaba, como
el
al revolverse azotn,
quien
el
mar
pjaro viajero,
De
fiero.
Cruce
Ha
el
*
Premiada en los Juegos Florales celebrados por
Buenos Aires, el la de Octubre de 1882.
el
Centro Gallego en
ANTOLOGA
364
Ya,
la
proa hacia
el
rumbo solitario,
el mar profundo,
Estn
las
Ve
mundo
!!
II
All van
! ,
En
el
La
airado
que en
alejan,
Doquier
Huye y
Por
el
Cual
En
si
se aleja la visin
las olas
que
flota
evocada;
sucdense revueltas,
cayesen
al
abismo, envueltas
rpida cascada!
Cielo y
mar
Por doquiera
..'^^
ENRIQUE
;;
RIVAROLA
365
veces, suspendida
Sobre
bruma
Quiebra
E.
rayo de
el
baada de
Deja soar
bello
sol,
y fecundo
blanca de espuma,
luz,
de un mundo
la aparicin
Delirante,
Bl genio lo ha soado
En las noches azules y serenas,
Lo ha visto levantarse, palpitante,
!
las sirenas.
Ha
De
Ha
Por
el
Cuando
Ha
el
mundo
Rodando su
Sobre
al
mar dormido,
oleaje silencioso.
in
Coln, impaciente.
Asomando sus
ojos
mudo
anhelo,
La
ANTOLOOfA
366
Una
ilusin
que nace
Otra
quilla.
que muere.
Un
grito
Coln,
dueo de un mundo!
IV
Amrica
feliz
que rompiendo
La onda movediza de
Surgiste
Con
los
como Venus de
mares
las aguas,
el
viento rumoroso
La muda
T que al
sentir,
vibrando en
el
abismo,
'-^
"-
^_/
el
soplo de la vida
j:
<
"tr-:.
^,^
ENRIQUE
contemplar
T marchas
Marchas
al
RIVAROLA
E.
367
hada
porvenir, hacia
adelante,
el sol al verte,
Te
progreso!
el
la
cumbre!
He
visto, atronadora,
Cruzar
el llano,
atravesar
el
puente.
La audaz locomotora.
En
Despertar
En honda
la selva
soledad;
mas que
Veloz vertiginosa en
Sacudiendo en
adormecida,
los vientos
la carrera.
el aire
estremecida
olas
La he
visto,
portadora
ANTOW)GfA
368
En
De
En
La
ciencia audaz
el arte,
vibracin de eterna
lira.
al
De
el
alborotado.
porvenir risueo
pasado
Tal
humana
la alta
cima
el
erizado monte;
flores!
VI
Ya no
Ni marca, con
Su
el
al
campo y
robo y
las ciudades,
el pillaje,
No
Que
avanza con
las iras
de
la ola.
el
viento,
!!
BNRIQUE
RIVAROLA
K.
369
Ni gime la Cautiva
Con un ay! melanclico y ahogado
Llevando por
las
pampas, fugitiva
Se v por
La
la tniebla, el
Huir despavorido en
paso incierto,
vagabundo
el desierto
VII
El mundo de Coln
as despierta!
hoy,
si
Clava en
la
Musa su pupila
incierta
el porvenir, se inspira
y canta
De un nuevo
la alta
sol al
despuntar chispea,
cumbre de sus
Investiga la ciencia,
glorias dora.
arte crea,
el
VIII
Amrica,
La
al trabajo!
Altiva y
fiera.
al
minero
el
tesoro en la montaa.
No
ANTOI^OGA
370
Mas
recio
Al borde de tus
ros,
tus ciudades,
viril
Amrica, adelante!
Buenos
m-:
acento:
LEOPOLDO DAZ
J-
PATRIA
Patria es la tierra donde se
ha
sufrido,
ha vencido,
Que
en
el
en su camino.
Que
El
estela
sol,
cabellera.
LA LENGUA CASTELLANA
Lengua de mis abuelos, lengua ma.
Nada iguala tu msica sonora
Ni tu dulce cadencia, donde mora.
Cual en Castalia fuente,
la
armona.
ANTOLOGA
374
De
soberbios cambiantes,
como
el da,
Tu
En
Bn
la lira
Unes,
al
al
EL SONETO CASTELLANO
Lope divino consagr el soneto
Orna su yelmo con penacho de
oro,
Y de su ritmo en
el
Une
el reir discreto.
la
gracia y
andar sonoro
Cincelaron
JS"!
LEOPOLDO DAZ
El.
375
Que monumento
tu esplendor levante.
Que
De
Donde
el sol tropical
Y orientando al
En
ros,
su luz derrama;
futuro el pensamiento.
tAS CARABELAS
Monge
ANTOLOGA
376
Ceid
el frreo
de
All, tras
la
casco y la armadura;
ignota
mar obscura
al
rumor
Cruzarn
JESS
El viejo paganismo diriga
Mirada ansiosa
Cuando
En
la
porvenir distante,
Amaba
De paz
al
el
infortunio ...
Se nutra
Nueva
Humilla
al
poderoso, al altanero,
r
4
Expira bendiciendo su
asesino.
LEOPOLDO DAZ
377
SATN
A
Joaqun V, Gomlex.
La
Su rostro
De nuevo
por
el
yergue
rayo ennegrecido
el
inmortal forzado,
Y como
Prometeo encadenado
Crece
el
Es
primer rebelde,
el
primer
el
grito.
La ms
Ante
la
La primera ambicin
infinito.
desenfrenada
Que
VRTIGO
Cuando
De
tiende la noche en
tomo mo
ANTOLOGA
378
De lo
Me
insondable y misterioso
llega al corazn,
el fro
me anonada
me
Oh
me
explico tu
amargura
el interior
de su alma
BYRON
Heredero de Milton
el coloso.
la
regin sombra
el da
britano,
Las
Grecia
De
Tntalo
calma,
le
Por
las
LEOPOLDO DAZ
379
HOMERO
Ruedan
Mientras
nombre
el
Su luz esparce
Que repite los
del divino
sobre
mundo
el
Homero,
entero
cantos de la Iliada.
Vibre en
la
Como un
la
edad futura.
rasgando
Tu
En
gloria,
la
humano
SAN MARTIN
i
Desplegaron
Himno
vibrante
paso.
Cuando
iba,
ocaso,
el mar alz su
como un sol hacia su
Ahogar
la esclavitud era
Y
E
libre,
irguise saludarlo
Agitando su tnica de
el
su anhelo,
Chimborazo,
hielo.
ANTOLOGA
380
Su
la historia.
EDAD DE PIEDRA
El hombre antiguo, rey de la espesura,
Con las formas de un Hrcules salvaje
Sinti de las miserias el ultraje.
Vence
Su
al
piel le sirve
de impotente
traje,
frvido oleaje
el
hacha de
Sil ex brilladora,
En
Cruza
Y
La
Je -"-
el
Forja
la tortura.
el torrente, el
mbito sondea,
la
razn clarea.
LEOPOLDO DAZ
EDAD DE BRONCE
edad de la Iliada y la Odisea.
lira de bronce Homero canta,
Fidias, el regio Portenn levanta,
Y la estrofa de Esquilo centellea.
Es
la
En
su
Y Roma,
EDAD DE HIERRO
noche medioval. Hondo lamento
Anuncia el fin del mundo esclavizado,
Y en el heroico pecho del cruzado
LfB.
Enmudece
el altivo
el
rudo acento.
pensamiento,
Frente
al
muro
38
antologa
382
negra sombra de
lya
Ruge
la
duda avanza,
en lontonanza,
la libertad
Agonizan
dogmas
los
seculares,
EDAD DE ORO
Pas
la noche.
Resplandece
Audaz surcando
el
Coln, sorprende
el
Que en
La
pilago profundo.
despertar de
un mundo
Kpler indaga en
el da.
la
extensin vaca
Abre
Brilla
La
luz del
pensamiento soberano.
Lutero agita
Y el
Ante
la
LEOPOLDO LUGONES
i
i-.r
B'---
PREFACIO
Lector, este ramillete
Que mi candor
te destina,
perdn de tu bufete
No
significa
en ninguna
las cosas
de la luna.
Pasatiempo singular
Tal
vez,
hacerse crucificar;
Epopeya balad
Que, por lgico resorte,
La
antologa
386
Mi flaqueza vencedora
Lleva consigo
i!
el desquite,
mismo mar
Si al
El sonrojo de
se le admite
la aurora.
En mi
el
Es
parte de labranza,
verde de mi esperanza
primicia de labor.
Va
sin
grimas ni resabios.
Mientras
Un
aria
flor
de sus labios
vagabundea
1905-
CISNES NEGROS
A Mar a
La
ti o
de
Vedia.
Abrmase
Una
el
Quiz arrastrando
De
1^^
I:
la
onda
LEOPOLDO LUGONES
Para que
el
kiosco en su cristal se
387
marque
Con
Hay una
Y como impone
De
Adquiere
Su
al
bosque
la
mesura
Duerme
el
Rizan su
Una
frgil superficie
como
Fuera
tres,
Y
Y
asombra
lo
la devastacin
de sus
ojeras.
ANTOI,OGA
388
De
D
al
Sabrn
sufrir
Que
Su odio
es
odiar, pero se
augura
ms
su mal es espln
Su
amargura
ms que trisetza.
irona que
De un
Una
la obsesin fatal
en
que
la
acomete.
La
atraccin inquietante de
un
florete.
lerdo.
ojos
miran cual
los
de una ciega.
la estupefaccin
que
los
anega
-A.
I
LUGONES
I^BOPOIvDO
Son sus
labios capullo en
389
que rebosa
ellos la
golosa
La
Un menudo
De algn
en
jovial, slo
amor
ftil
cursivo
la liza
sufri quebranto,
Como
el tilde
la
forma su
encanto.
Pero
La
la estirpe,
que ya no
triste,
existe.
de altivez dechado,
La
la
ilusin de
un cario que
se
yerma
ANTOLOGA
390
En
la
melancolia taciturna
De amar
sin esperanzas
el
una enferma.
jardn decoran,
en
el
novio
ideal,
mancebo blondo
Que
hondo,
La noche da
muy
negro
el
Con
traje al
la caricia
agravar
las desnuda.
En
El
Boga
duda.
Cuando de
la
hacie ellas
estanque
armoniosamente.
I,EOPOI,DO
LUGONES
PARADISIACA
Cabe una rama en flor busqu tu arrimo.
La dorada serpiente de mis males
Circul por tus pdicos cendales
Con
la
invasora suavidad de
un mimo.
La
el
Y como de
una
cinta milagrosa
HOLOCAUSTO
Llenbanse de noche
la
las
montaas,
91
ANTOLOGA.
392
La sombra
Influjo,
En
AMAPOLA
Con su saya de
viejos brocateles
la
Como una
dehiscencia de claveles.
del rastrojo
brisa;
-^1
^l"
$^
LEOPOLDO LEGONES
EL SOLTERN
all
el ro gris,
Tiene
la
solitario
noche sus
pies,
tiembla su campanario
En
el
De
vapor visionario
El crepsculo perplejo
En
glacial,
Cuadrada de
felpa azul.
393
ANTOI^OGA
394
En
la
El crucificado frac
Exhala un fenol
sobre
el
severo,
vasto tintero
La
Con su
aliento de clavel.
Que
De
invisibles mariposas.
Trazan
Como
En
letras
misteriosas
escribiendo
un
adis.
la alcoba solitaria,
De
cretona centenaria,
Meditando un hombre
est.
Y en
Qu cercana est
Del silencio del
En
la
muerte
reloj!
su garganta reseca
Grue una
biliosa hez.
I.EOPOI,DO IvUGONES
Maniobra un largo
ajedrez.
un gorjeo de alegras!
Ni un clamor de tempestad!
Ni
sombras,
das
Bosteza la soledad.
En
De
inspidos desengaos,
Ve
su confusa visin
II
inverosmil distancia
Se acongoja un
violn,
Resucitando en
la estancia
el
hombre
piensa.
Su
vista
De un
Las peinetas
395
ANTOLOGA
39^
duelo en
el
la
playa sola:
dos
tres ... Y el
Uno
De la montada pistola ...
.
lucir
el
dar
al
la
nia inquieta.
La
reconquistada flor
En
la
persiana discreta,
Epitalamios de
La
flores
pies,
de colores
las tardes
despus
Le punza en
el
corazn.
Si su coqueta vecina
Saca
Por
la
breve botina
La
Eu
su malicia perversa,
si
Temas
Con el
picantes conversa
canario jovial;
Surge aquel
De
tersa,
triste
tragedia balad;
percance
LEOPOLDO LUGONES
La
novia.
la flor.
romance,
as.
su mirada,
triste era
Cuan luminosa su
el lance
el
397
fe
III
En
el
desolado ro
Se agrisa
el
tono punz
Como un
imperial hasto
Y
La
el
hombre medita. Es
ella
un
Vago pavor
le
amilana,
La
carta saldr
Y en
maana
la carta ir
un jazmn.
ANTOLOGA
39*
La pluma en
Ya el peligro
los veinte
Va
aos de brega
No
ser trunca ni
Su
confidencia de
Sobre
ambigua
amor
la vitela exigua.
muy
Si
esa carta es
Ya
Tendr su
antigua!
deleite loco,
edad.
Su
aristocracia de nieve
Nevar un
tardo abril.
la alcoba sororal
Darn
olor de alhucema,
estar en la suave
yema
el dedal.
Su enagua un vago
fr-fr.
LEOPOLDO LUGONES
399
Acoger
Su
As est
En
el terciopelo
elegancia de bamb!
el
hombre soando
aposento aquel,
el
Mas
el
papel.
Un
tenebroso crespn
Los contornos
Pues
Se
noche vencedora
ha entrado al corazn.
la
le
Y como
Una
descolora,
enturbiada espuma,
idea triste va
Emergiendo de su bruma:
iQu mohosa est la pluma!
La pluma no escribe ya!
ROMNTICA
A
Tu
Atitado
ervo
(de Mxico)
Esa melancola de
Que guarda
el
siente,
las cosas
aposento de un ausente.
ANTOI^OGA
400
La
el
viento fuera
Evocaba
das,
el
La
Bn
el
huerto
flores.
Que da
el
Regaba sus
fulgores
como una
el lago.
en la enramada
un amor, ahora yermo.
Con la voz temerosa y mesurada
Como en consulta sobre un nio enfermo.
Alguno
La
refera
historia de
tu
al
eco de tu
Toda mi noche
te vi
Cuando
Tu
nombre en
se
como en
me
estrellas.
al efluvio
falda,
nev de
la espesura.
sent
un poco
gigante,
Como
Cuando ante
el
i^EOPOi,DO i.ugone;s
401
En
Una
el follaje inerte
mi lado y en
sutil insinuacin
Mi hurfano
dolor,
de muerte.
como un
Demasiado magnfico,
te
ropaje
abruma;
De
Toda su
luz tu mirada
Est flotando en
la tiniebla
Con languidez de
En
fija,
blanca
sortija.
plenilunio boya
mi abatido encanto,
tus manos evasivas
Penas, renace
Y me
acojo
Para que
Son pobre
La
el
pecho no
lenitivo
me
duela tanto.
mi amargura,
Sombrilla, y la etiqueta
Que
autoriza la
un poco dura
punta de tu guante.
ANTOIOOA
402
Tu
mi
palabra, en
solo despierta
t,
Que
el
la
En que
Fria en
la
mrmol
cruel de tu inocencia,
Sonde
tu romntica indolencia
la apacientas
Que en
su agua de
iris
t,
el
diamante moja,
caricia leda
Que
me
arrastra,
me
insina al paso.
no mienten.
la
aventura;
Fuga en
.fk.-
LBOPOI<DO LVGONBS
403
Se ajusta
el
Mientras junto
la
nyade oportuna,
triste
de seguir amando;
<de los
serenos
Ha
Como
Tu
senos,
boca elude an
la
impa
falta
La
tibia
la ma.
Sobre
el
ANTOLOGA
404
los cantares
que mi amor
Estrofas agradables tu
En
que
las
Tal como
te
expresan
odo^
palomas en un nido.
las
De
En
las
Renueva
La
Brota una
flor entre
Cosecharemos
flores;
mi opulento
Y
Te
como
el
EL MAL INEFABLE
All sobre el oleaje macilento
Su ltima
el
lividez
el da,
Se abisma en
"-:rf-
consume
sideral melancola.
i<e;opoi.do
i^ugones
En
En
de Paraso
trivial situacin
Mi corazn
exalta tu hiperdulia,
Un
llega, indeciso,
rumor de Chopn y de
Lozanas de cancula
Bajo la brisa
Inspiran
Una
litoral
tertulia.
las rosas,
que
arrecia,
La amable luna en
su postrera fase
Algo
casi fatal
Y en
pone en tu ceo,
Sobre
el
mnimo seno
el
ensueo.
tu franela
En
La
Pulida como
el
agua, en tu pureza
Hay
el fro
Y el
cielo se duplica
la
franqueza
En
Mi
cita
ojos.
transporte se vuelve
un poco necio
405
ANTOIX)OA
406
Ante tu honor, y
ftil
como una
El palaciego estanque su
Mientras
le
evoca
el
fastidio,
plenilunio arcaico
Tu
la
La
A
La
Ampara
En un
trivial
Fulano,
De
deleitoso
le aflijes.
Tu fich
^ f^
*,-:
.**
IvEOrOLDO LUGONHS
I^a brisa
407
Agranda
el
estribillo
de un romance
Se prepara
al olvido
la muerte.
A
Y
la flor su
tmido capullo
ambiente amigo,
la trtola agreste
con su arrullo
Antmcia ya
El
De
la
madurez del
paisaje, algo
nuestro grave
trigo.
adusto en su atona,
amor forma
el
emblema;
Un
ella, el cielo
difano clarea
ANTOI^OGA
408
Y
En
Una
solemnidad de aniversario.
Mas
la otra tarde,
En
las cortinas.
Evocaste
De
aly;^n
la clsica pareja
Avanzaban
los dos
en
la
vislumbre.
De tu piedad,
Tan dulce de
Y
Me
En
En
te dije
dijeron^
te acuerdas?.
Y tus ojos
Y un reproche
te acuerdas? ...
LEOPOI^DO XUGONES
409
Lucan en
el
Su anodino
Bajo
pecho
casi oscuro
Con
la espontaneidad
de las granadas
Como
el silencio,
su beleo ambisruo,
Y
O
sobamos gndolas
discretas ...
tributa,
En
la flor
fatiga.
4to
antoi^oga
Si fu
cuando ya el cansancio de
Desazonaba la voraz caricia;
En
delicia;
los besos
En
no
me
amaste ms
en vano alcance
Fu
sencillo
De un
infinita
Que
Con su remordimiento
tus ojeras.
el
Sacuden su sopor
Como
y^y
^if
fieras
es la
viejas pasiones,
magnficas y lerdas,
-k^^
I,SOPOI.DO
La
LUGOKBS
Tus manos,
estrella;
eficaces de esperanza,
Y
Una
Porque en
Pasa
la indecisin
la eternidad,
de ese minuto
amada
ma.
Con
las doce.
feliz auspicio,
Mi encanto
En mi
novicio.
astral vigilia
Tu
faz
de magnesia,
Mi amor ateniense
Postrado en tu
Mi
fiel
iglesia.
sacerdocio.
41I
ANTOLOGA
412
Rima y
soliloquia
ftil.
Cuando en mi ventana
La honda madreselva
El rostro
Como
Y
Me
te
envuelva
una sultana
tu prez excelsa
De mi amor bohemio;
Captar
la clave
De tu eterna magia
Que el amor presagia
Con beleo
suave.
colegio.
La precoz alumna
Quel amor desvela,
Tu
t'
disco recela
lyEOPOLDO IvUGONES
S buena y otorga
Tu gracia su empeo
Como astral pandorga
Remonta su ensueo.
Que
Sobre
En
asaz te recuerde
el
lrico
Con su
clavicordio,
exordio
pisaverde.
Que haciendo
tu
imagen
Religiosa venia,
En
luna y gardenia.
cuando sucumba
Su virtud indemne,
La noche solemne
Cvale por tumba.
Plenitud oblonga
De
deidad adulta,
Tu
esplendor prolonga
Con virtud
oculta.
Trama un
Tu
mgica
cataclismo
lnea.
El funesto buho
Desde su ramaje
413
antologa
414
Con lgubre do
Divulga tu
ultraje.
La temprana alondra,
Con pueril festejo,
En
tu claro ei^ejo,
Vibra y se atolondra;
en
el lago,
La cigea
donde
ayuna,
El cisne es Vizconde
De la Blanca Luna.
Tu
presencia obtiene.
Deslumbrante y sola,
Como una gran bola
La
Vuelve
el arte
eximia
Su vasta liturgia
Con la noble alquimia
De
tu metalursfia.
al
msero burgo
Con su oca y su
El jaspe
Tu
cabra,
lo labra
oro taumaturgo.
Tu
misericordia
Serfica, absorbe
En
igual concordia
Los pueblos
del orbe.
I^OPOLDO I,UGONBS
Su cuo no cambia
Tu
libra esterlina.
Ya
sea en la China
O en
la
Senegambia.
Que
Tu
te
el
vulgo
hace ludibrio
valor promulgo
Con justo
equilibrio.
Tu
Tu
cuarto bicorne,
cabal as de oro.
Luna, ya es
la una.
Sopla tu candil,
Esculida luna,
Mi luna de
abril.
QUIMERA LUNAR
Apaciguando
La
Un
el
gran ro
enfermiza,
luna espiritualiza
crepsculo de
esto.
415
41
ANTOLOGA
En
las
Da
un paisaje de suburbio,
Que va ponindose
la
turbio
En
el ramaje ms tosco,
Leves caprichos de kiosco
en la irresoluta
luz,
Que
Hojeando un
De modas,
Una
Llena
Con
viejo cuaderno
perdido
all
tristeza olvidada
el
personal recinto
el afecto distinto
De una hermana ya
casada.
Dolorosamente pura,
El alma, de
tal
manera.
LEOPOLDO LUGONES
Se reduce en su quimera
Como una
fuente en su hondura.
Con
inclementes resabios,
Su amarga de
Bn
fatalismo.
rincn inmediato
el
De
un lejano comps
polka; en
confidente
el
Plorece excesivamente
Todo un
En
Su
el
jardn de lampas.
que atormenta
cristal
herldica contorsin.
Mi copa ms
Abajo,
el
violenta.
ama
legisla
Su
soledad,
Hay
tertulia;
Comenta
De
como una
isla.
su rumor
el lujo
mediano
en
piano
la sala;
el
417
ANTOLOGA
418
Mima
su pequeo
modo
I
I
cecea su falacia
De
fingir
Muere
que ignora
todo.
la tarde estival,
ii;
La
Llega cortada y
trivial.
Concbese su semblanza.
Trazando bajo
las gorras
Sobre
la
mesa ya
puesta.
Anticipar la fiesta
Sus brindis en
los cristales.
Y en tanto qu placidez
En mi aislamiento profundo!
No hay quietud en este jnundo
Ms
En
tal vez.
tiempo transcurrido
muerta
La sombra apaga
el
paos,..
reflejo
LEOPOIyDO LUGONES
De un
419
melanclico espejo
Palidecido de antaos.
Promete
sutil narctico
De ponzoas
florentinas.
De
sensacin indolente,
Pasa
sueo por
el
Como un
la frente
En
suave resurreccin,
la
muda
Llegan
habitacin
Primores de encaje y
Dulcifican
ms
la
tul.
calma
Que son
En
que
desborda
alma.
Tanto corazn
Que
el
revelan.
En forma
de corazn
ANTOLOGA
420
regazos
alma en sus
el
Tiembla
maltrecho
su pecho
Como un ninito
Que defiende mal
Cruzando sobre
l los brazos.
alguna
Entre todas hay
casi nada,
Tan leve, que es
Enteramente flotada
gasa y luna.
En ondas de
En
de su tez
hermosura hermtica
lo irreal
Tiene su
potica
palidez.
quizs
Y percibo que
presencia
Me revela su
adolescencia
Un amor de
f?
Que no
deflni jams.
yo
acaso? Fui
Pero am
.
-i
Aquel mismo?...
Cuanto
^^an
diera
siquiera
Por averiguar
existi.
alguna vez
Si
ventura
Con dolorosa
ella unido
El corazn
un fruto herido
Sangra como
dulzura.
aumenta as su
SL
\.H
grave
Tomndolo menos
En
\
"
\:
ii
f
'
.
i'
.Iti
amor,
aquel absurdo
I^EOPOLDO I,UGONES
Un
421
suspiro es al dolor
Lo que
el
vuelo para
el ave.
En
Tailleur^
Primores de encaje y
tul.
As brota un ideal
ODELETA COLOMBINA
A
De
La
De
tu punzante
aventurera avispa.
luna en loca chispa
tus ojos, se toma.
Tu
gracia superfina
De un
Al
soma
insinuante tufo
cefirillo
Que
bufo
infla tu crinolina.
Arlequn mequetrefe,
Con mano
afable y luenga.
Te subraya
su arenga
Finchado como un
jefe.
antologa
422
De
vino y de berrinche,
Ante
compinche
el feliz
Se araa
el
occipucio.
Su pantomima es queja
Que en necio mixtifori,
Gime, y
te
llama Clori
El lgubre jengibre
De
su embriaguez acerba
Como
hermana de Euterpe,
Por musa
te idolatra
suena Cleopatra
te
Para tomarse
sierpe.
Del potico
ripio,
Se arde desde
Con su ltimo
En
el
principio
cartucho.
tirnica sede
LUGONES
I,EOPOI<DO
Tu
423
escarpn evasivo
Provocndole adrede.
en huracn de
Sbitamente
cintas,
loca,
De
Bl percibe
De
elogio
el
vinagre
su martirologio.
Mas ya en
celosa angurria
Traba Arlequn
mismo
el
lricos
Te
los ojos,
enojos
rasca en su bandurria.
el
gran Polichinela,
tu salud descorcha
Su
frasco de mistela.
Como un hechizo
Su ertico menjurje
corre
su joroba surge
Bella
como una
Que
torre.
asindote su cuello
Le oprimes en
Como
un
tus piernas
feliz
camello.
ANTOLOGA
4^4
en amoroso indulto
Que con
gracias pretritas
Pavores de trifulca
Con
celoso quebranto.
Sospechando de befa
La esclavitud que le unce,
El entrecejo frunce
Cual lbrega cenefa;
Y
De
militar sainete.
Se
Que
quiz en
el destrozo,
Tu mudo
y blanco mozo
Lleva tras cuernos palos.
S.
ci^
I,EOPOI,DO lUGONES
En
el
grito de grulla
Y acabando
Con amoroso
la intriga
ahinco,
Te escapas en un brinco
Que hace brillar tu liga.
Para un dulce misterio,
De
De
aventura espaola,
capa, estoque y viola,
Mientras
Te
destino
iel al
suspiraba en vela.
Troc
Del
la
luna en muela
clsico molino.
La noche
fu la tolva,
De
su invencin, se empolva.
Con su molino
La
Os prepara
espreo.
hartazgo
De un almuerzo
Cuando
la
roa
epicreo.
el
cuarto
Con un nuevo
reparto.
425
antologa
4*6
En
la
sombra
Donde su
infinita
luz se extingue,
hB.
Vivaz, de carpa
Y amargar
frita;
la hartura.
carpa,
fritura.
Que ama
Mientras
ha. cierra
el
novilunio
como una
Tu pobre amante
ostra,
arrostra
Durmiendo, su infortunio.
Tu
Tu
petulante argucia.
pantorrilla gorda
Como un
blancuzco esprrago,
Su
,
requiescat in pace.
LUGONES
l,EOPOI,DO
Bn
busca de Arlequines
de Polichinelas.
Vuelve correr
la tuna.
pon tu consorte
Los cuernos.
de
la luna.
I.UNOFILIA
En
Desde
suave y clida,
divn carmes,
la tarde
el
Tus
Con
De
la
la espectral ilusin
hora que
importuna,
te
Un
Te
acerca mi corazn.
Que encantando
Viene
los jardines
casi lastimero,
Delirado en un ligero
Frenes de violines.
iWifc.
427
ANTOLOGA
428
En escena balad
Te infunde su poesa
Tan
Que
dulce melancola,
quieres morir
Con
el
mimo de
as.
estar triste
te sorprendes llorando
Lgrimas que no
Pides, tan sola
sentiste.
en
la vida,
Diminutivos de infancia,
tu tmida constancia
Con
En
alteracin ardiente.
tu insaciable inters
De preguntarme
Tu ...
(i)
quin es
eternamente;
La voz
del
mundo
enemigo.
(i)
Aqu
el
!ectov debe
poner
el
nombre amado.
fe:
LEOPOLDO LUGONES
DE
IvAS
429
*ODAS SECULARES
QIO
Buenos Aires.
En
Donde atado
Va
el
gran
tu cinta celeste
ro color
de len;
Esclarece tu altivo
en
la
linaje,
Como
el
Asegura
La
bronce
leal
al pas tu
sobre
honra
el
pecho
fiel.
Fino manto
la patria blasona,
corona
paz.
:'-'^^";:
'^f
antologa
430
Su esperanza
impulsa y parece
su remonte acaudalas,
la
Cuando
as
Que de
cielo le
empluma
las alas
Joya humana
Te aproxima
otro da dorado
la nueva ventura,
La igualdad de
En un
los
hombres
te inicia,
ley.
Que
la spera
Cruz de Borgoa
Tenga
el
Cada
el
en
el lcito
raz.
patio de todos,
Como
Sea
el
el
goce del da
la confianza
feliz.
LEOPOLDO LUGONES
43
la
gente confiada,
Como
al
pobre que
llega,
Presta
el
mrmol su
tabla impardal.
en
grada
la
Dirimiendo
Una gran
Ser
La
caridad de ideal.
la Villa
En
visin de solcito
Dar todos
la
aurora
Edn
Como no
se
aminora
bella,
la estrella
Esa
es la misin
En la
Como
Fu
que
la
ven
destino
el
Para ser
la feliz
Que tu propia
Haz que seau
la justa.
amo y
la
plebe
Que
en
la
Se confundan
Cual
la flor
la plebe
la espina
el
en
amo.
el
ramo
antologa
432
No
ha. esperanza
que en
Es ms arduo
ser libre
puso
el triste,
lo fuiste
Tu
filo
en
la hoz.
De
hora
el
Tu
la
Cobre
el
timbre
filial
fin,
de mi canto
Y el
Pampero
le preste
Valeroso y ufano
hasta entonces
clarn.
3^<
r^
PEDRO PALACIOS
.\
!;
! !
JESS
Yo no
De
Gota pura
Que
Cubriendo
humanas
in
Celestial mensajero
que
siente,
La
-iS>---i^S
ANTOLOGA
436
las alas!
IV
De Job
Corazn, cuyo
amor intangible
Ya
tenaces,
Bramando y
La
Que
ya
febles,
ya
flexibles,
locos.
que pasan:
No
Ni
el sacro
materno dogal de
la patria!
VI
Nebulosa de amor: de amor mismo;
Sin la paz del hogar, que coarta,
1,
'7^
;:
PEDRO PALACIOS
437
Como
VII
Su perpetua
niez inspirada:
No
Su
Como
diestros,
Los caudales
del
por
s,
mar en
se detienen
la
playa
Ni
el saber, ni el
Su
sofisma turbaron
irradia!
IX
j
Como
Pudo aquel
Como
Reflejar,
La
predilecto admirable,
en
la
noche
futura.
ANTOLOGA
438
XI
Porque luz, y calor, y sonido
Slo son cerebrales fantasmas.
Mientras vibran espacios y soles
Sumidos en mudas
Y
as
tinieblas heladas!
toda su ciencia y la ma
Pues
Que
si
PEDRO PALACIOS
439
XIII
Universo! All mismo
Puso Dios su taller y su patra!
Desde aquella ruin madriguera
Colora el vaco y esculpe la nada
Y esos lampos de luz que fulguras,
Su divino cincel los arranca
Y esos torpes impulsos que sigues,
No son ms que alientos de Dios que trabaja
All est el
XIV
Puesto que,
si el
bacterio
ms
breve,
De
XV
Puesto que, de infinito infinito.
Lo que es no su aspecto su masa
Te
antologa
44
XVI
Cuando puso en
la
Su perdn
es esa
De
XVII
Cuando
No la
La
XVIII
De
aquel soberano de
mnima gracia;
Y
De
A-v^
madre sagrada.
PEDRO PALACIOS
44
XIX
Convirti su fracaso en victoria;
Y
Y
en
de
reflejos
solio,
su infamia;
Se abraz de
Le
abrazados
asi, te
sonren.
XX
Circul su criterio de
Por
el
Como
haz de
la
madre
recua postrada,
roja,
fugaz llamarada
XXI
los besos
ter.
':I-'''':-^m'V:
ANTOLOGA
442
XXII
i
Si, la fiera
de ayer languidece
Solo es puro
No
son
la raza!
XXIII
Se vislumbra en
Como
talla!
la historia
su mole.
lirios
con alas!
XXIV
Como
Con su
el
%
!(
PEDRO PALACIOS
DIOS TE
443
SAI.VE...
Tu
No
No
divina majestad:
has, cado, todava.
ms ignara, ms remota,
ms arcana, ms obscura, ms vaca,
Ms ruin, ms secundaria
Si en la cueva de tu pecho
Ms
secreta,
Canta salmos
la Tristeza,
sonrojos,
II
No
No
ANTOLOGA
444
Se producen imperantes,
Como
moldes,
como
Como
como normas,
como pesas controlarias,
satisfechos,
pernos,
bsicos puntales,
no sienten
el
deseo
De lo Sano y de lo Puro
Ni siquiera un vil momento, ni siquiera un
De su arcano cerebral.
vil instante
III
Como
el
el
peso indeclinable,
De
Su
tenaz obcecacin
Yo
Yo
X
le
le
le
rodillas;
diga: Dios
Vaso infame
del Dolor
te salve....
ndice
PAGIXAS
Noticias biogrficas y
bibliogrficas
ix
xix
xxii
xxx
xxxii
xxxiii
xxxvi
xxxvii
xl
antologa
Carlos
Guido y Spano:
VCTOR Hugo
MXICO
En los guindos
Las Horas
A una joven Rusa
Nunca
Nenia
Al pasar
Buenos Aires
Ro Janeiro
At Home
Adelante!!
A.
5
lO
i8
19
21
23
.
25
26
28
33
34
35
37
39
:V;^pib^,c,LM'?l^.
/'*^-.Jif^\'---\_
ANTOLOGA
^46
Rafael Obligado:
Amrica
Echeverra
Santos Vega
L,A Pampa
A Balcarce
Los HORNEROS
La FLOR DEL AIRK
El nido de BOYEROS
La flor del ceibo
Las QUINTAS de mi tiempo
45
55
66
87
93
94
lOI
103
io6
no
Ayohuma
114
119
Autobiografa
Calixto
Oyuela:
Fantasa
Estrofas
La vuelta al campo.
Reminiscencias
Elega
Noche de luna
127
134
138
144
148
152
156
161
166
167
172
174
185
189
194
Martn Coronado
r
.."
Siempreviva
La cautiva
Una
lfl
^
V
historia
Los poetas
Canto A Jest's
La tarde
LA luna
Oracin
199
203
207
215
220
223
225
226
ndice
447
Plomas
Sueo de amor
As
Madre
Bajo los sauces
En el saln
Revelacin
Carapachay
Visin de ensueo
El cantar de los cantares
El voto
El ltimo sueo
227
228
228
230
231
233
235
236
238
245
262
Joaqun Castellanos
El viaje eterno
El borracho
Fantasa potica
La leyenda argentina
Enrique E. Rivarola
265
295
315
321
351
Primavera Lgubre
354
356
358
360
363
En
LAS OLAS
Soledad
Leopoldo Daz:
Patria
La lengua castellana
El soneto castellano
El poeta que vendr
Las carabelas
Jess
Satn
Vrtigo
Byron
Homero
San Martn
Edad de piedra
373
373
374
375
375
376
377
377
378
379
379
3^
^:\
*'
*4^
ANTO LOGA
P6IXAS
Edad de bronce
Edad de hierro
Edad de oro
381
381
382
Leopoldo Lugones :
Prefacio
Cisnes negros
Paradisiaca
Holocausto
Amapola
El soltern
Romntica
El mal inefable
Ave ma gratia plena
Aria de media noche
Quimera lunar
Odeleta Colombina
LuNOFiLiA
De las Odas seculares^
,.
385
386
391
391
392
393
399
404
407
411
415
421
427
429
Pedro Palacios
Jess
Dios te salve
435
444