Wolff - Antropologia Del Antiguo Testamento - Ed Sigueme
Wolff - Antropologia Del Antiguo Testamento - Ed Sigueme
Wolff - Antropologia Del Antiguo Testamento - Ed Sigueme
DEL ANTIGUO
TESTAMENTO
HansWfolter
Wolff
SRXEME
ANTROPOLOGA
DEL
ANTIGUO TESTAMENTO
BIBLIOTECA DE ESTUDIOS BBLICOS
5
HANS WALTER WOLFF
EDICIONES SGUEME
SALAMANCA
1975
CONTENIDO
Prlogo
Introduccin
13
19
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
II.
Ttulo original: Anthropologie des alten Testament
Tradujo: Severiaoo Talayero Tovar
Cubierta y maquetacin: Lus de Horna
Chr. Kaiser Verlag, 1973
Ediciones Sigeme, 1974
Apartado 332 - Salamanca (Espaa)
Depsito legal: S. 662. 1974
ISBN 84-301-0618-9
Printed in Spain
Grficas Ortega, Asaderia, 17 - Salamancm, 1975
11
10.
11.
12.
13.
14.
15.
16.
17.
25
45
53
63
87
93
99
107
115
117
129
137
163
175
183
195
203
8
III.
Contenido
E L MUNDO DEL HOMBRE
213
215
223
237
247
255
271
281
291
Bibliografa
301
315
331
333
ndice general
337
PRLOGO
10
Prlogo
1
INTRODUCCIN
1.
Cuestiones
14
Introduccin
Introduccin
Es insoslayable la cuestin de cmo se podra solucionar cientficamente la tarea de hallar una doctrina segura sobre el hombre.
Pues el investigador se encuentra ante el caso lmite que supone
el que el problema de la no objetivacin es en ltimo trmino insoluble. As como un hombre no puede ponerse frente a s mismo
y contemplarse por todos lados; as como un adulto no puede
saber por s mismo de quin es hijo, as de cierto es tambin que el
hombre necesita encontrarse con otro que lo examine y se lo
aclare. Pero dnde est ese otro a quien el hombre pudiera preguntarle: quin soy yo?
2.
Trabajos anteriores
15
7. K. Barth, o. c, VII.
8. F. Delitzsch, System der biblischen Psychologie, 21861; J. Koeberle,
Natur und Geist nach der Auffassung des AT, 1901; J. Pedersen, Israel-its
Life and Culture I-II, 1927.
9. K. Galling, Das Bild vom Menschen in biblischer Sicht: Mainzer Universitts-Reden 3 (1947); W. Eichrodt, Das Menschenverstndnis des AT:
AThANT 4 (1947); W. Zimmerli, Das Menschenbild des AT: TheolEx N.F. 14
(1949).
10. Vase K. Galling, o. c , 6 s; W. Zimmerli, o. c , 3 s.
11. A. R. Johnson, The vitality of the individual in the thought of ancient
Israel, 1949.
12. G. Pidoux, Vhomme dans l'anden testament: Cahiers Thologiques
32 (1953).
13. L. Kokler, Der hebrische Mensch, 1953.
14. Vase las monografas y artculos mencionados cada vez en la primera nota de los siguientes captulos y adems F. Maass, 'ddm, 81 s.
Introduccin
Introduccin
4.
3.
17
Plan
Mtodo
Advertencias
Objeto de la investigacin son aqu las denominaciones hebreas de los rganos del hombre, de los miembros de su cuerpo
y su exterior en general. Partimos de cada concepto. As obtendremos una terminologa antropolgica de la Biblia.
Al traducirse los sustantivos ms frecuentes casi siempre por:
corazn, alma, carne y espritu, se ha dado lugar a graves malentendidos. Estos arrancaron ya de los LXX y llevarqii
equivocadamente a una antropologa dicotmica o tricotmica,
I~que el Cuerpo, el alma y el espritu se oponen mutuamente x.
Hay que examinar cmo una filosofa griega, mediante la misma
lengua, ha llegado a suplantar ideas semtico-bblicas 2. En este
sentido es necesario aclarar el vocabulario del antiguo testamento.
Esta tarea exige llegar a comprender el modo de pensar semtico. Tienen una importancia fundamental dos aspectos que vamos a exponer a continuacin.
1. Conceptos tales como: corazn, alma, carne, espritu y,
tambin: odo y boca, mano y brazo, son intercambiables no
raramente en la poesa hebrea. En el paralelismo pueden aparecer
alternativamente casi como pronombres designando a todo el
hombre:
Anhela y aun desfallece mi alma
por los atrios de Yahv;
mi corazn y mi carne
claman exultantes a Dios vivo (Sal 84, 3).
23
Advertencias
22
Distintas partes del cuerpo, con su funcin esencial, determinan al hombre de que se habla.
2. Se ve que el pensar estereomtrico presupone al mismo
tiempo una mirada de conjunto de los miembros y rganos del
cuerpo humano con sus aptitudes y actividades. Se trata del
pensamiento sinttico5 que se fija en la funcin de la parte del
cuerpo mencionada. El profeta Is 52, 7 grita: Qu bellos sobre
los montes los pies del mensajero de paz!, y lo que quiere decir
no es que su figura es esbelta, sino que en lo que se fija es en su
gil movimiento: Qu bello es que el mensajero se apresure
sobre los montes!.
El hebreo habla de pies, pero piensa en el acercarse apresurado. En Jue 7, 2 tenemos el temido orgullo de Israel en la expresin: Mi mano me ha ayudado.
En lo que se piensa es en el propio actuar, la propia fuerza. Se
consideran conjuntamente el miembro y su actuacin. El hebreo
puede y tiene que expresar una gran riqueza de detalles con un
vocabulario relativamente reducido mediante el que designa las
cosas y tambin precisamente las partes del cuerpo humano.
Consigue expresarse as resaltando por el contexto las posibilidades, actividades, propiedades o experiencias de lo nombrado 6 .
3. B. Landsberger, Eigenbegrifflichkeit, 17; G. v. Rad, Weisheit, 42 s.
Vase adems alma en paralelismo con cuello (Prov 3, 22) o mano
junto a garganta (Sal 143, 6).
4. G. v. Rad, o. c , 75 s.
5. K. H. Fahlgren, tfdaq V26 ha calificado de sinttica ante todo aquella filosofa de la vida que considera la religin, tica, economa no como
realidades totalmente independientes, sino como aspectos de una misma cosa.
6. Vase J. Koeberle, Natur und Gelst, 84 ss. 178 ss; J. Pedersen, Israel,
106 ss; A. R. Johnson, Vitality, 1 s.
2
napas, EL H O M B R E N E C E S I T A D O
Qu significa aqu napas? (desde ahora se cita solo: .). Alma ciertamente no. N. se debe considerar en todo el conjunto
del hombre y en especial en relacin con su aliento. El hombre
no tiene ., sino que es ., vive como n. Qu aspecto del ser humano se designa con ello? Por de pronto el texto citado como
definicin nos exige tomar en toda su amplitud el mbito de lo
humano que designa n.
Si preguntamos por la parte del cuerpo humano con que se
puede identificar el ser y actuar humano designado con ., se
1. Bibliografa: L. Drr, napas; J. Pedersen, Israel, 99-259; J. H. Becker,
Nefesj; M. Seligson, nps mt; G. Widengren, Review; G. Pidoux, Uhomme,
10-19; A. Murtonen, Soul; D. Lys, Nphsh; W. Schmidt, Begriffe, 377-382;
A. R. Johnson, Vitality 2, 22; J. Scharbert, Fleisch.
2. KBL 626; segn D. Lys sale (119) 757 veces.
26
N. indica, pues, el rgano para tomar el alimento y para saciarse. La gran accin de gracias de Sal 107 habla en su primera es3. Vase anteriormente, p. 22.
4. El intento de D. Lys de ordenar los textos con n. histricamente y
reconocer as una evolucin en el significado, no ha tenido un resultado digno
de tenerse en cuenta. Prescindiendo de pequeas variantes aparece un polisemia desde los estratos ms antiguos a los ms recientes del antiguo testamento (194-196).
27
La relacin en torno a n. menciona su hambre y sed, su desfallecer y saciarse, su agotarse y llenarse, indicando con toda claridad que se habla no del alma, sino de la garganta.
Qoh (=Ecl) 6, 7 dice:
Toda la preocupacin del hombre es por su boca,
pero el napas no se sacia.
28
N. junto a huesos y con la sensacin de lo dulce debe de indicar con claridad el rgano del gusto y, sin embargo, basndose
en la comparacin de los dichos placenteros se ve que en lo
que se piensa es en el hombre necesitado en su totalidad, a cuya
sensibilidad y vulnerabilidad se alude.
El n. gusta no solo lo agradable, sino asimismo lo malo 5 .
Israel murmura en Nm 21, 5b:
No hay pan ni agua,
y nuestro n. est hastiada de este alimento miserable.
29
Pero n. se considera no slo como rgano para tomar el alimento, sino tambin de respiracin. En el ejemplo de la camella
joven en Jer 2, 24 se ve esto claramente: en la avidez de s u ' n.
sobre el viento.
Repetidamente se encuentra nph: soplar, respirar, jadear, hablando del n. Jer 15, 9 habla de la jadeante garganta de una madre que desfallece; la esperanza (de los malvados) es expirar el
., Job 11, 20. Aqu se consideran conjuntamente el rgano de
la respiracin y el aliento mismo. Igualmente en Job 41, 13,
donde el n. del cocodrilo enciende carbones 8 .
Cuando en Gen 35, 18 se dice de Raquel moribunda que su
n. sali, no puede pensarse sino en el aliento. En 1 Re 17, 21 s
el n. vuelve al hijo de la viuda de Sareft, del que en v. 17 se haba
dicho que ya no le quedaba aliento (rfsm). La garganta designa, pues, para aquella anatoma arcaica, la trquea y el esfago,
sin distincin alguna. Es lo que se dice popularmente: irle algo
por conducto falso, cuando la comida penetra en la trquea.
Si llegan las aguas hasta el ., hay peligro de ahogarse (Jon
2, 6; Sal 69, 2; cf. Sal 124, 4 s y sawwr'r en Is 8, 8; 30, 28).
nicamente n. como rgano de la respiracin hace comprensible el uso de la raz nps (nif.) usada como verbo tres veces. De
David dice 2 Sam 16, 14 que estaba extenuado despus de una
huida agotadora, pero que junto al Jordn respir (wayyinnps), cobr aliento, se recuper. Respirar y descansar
del trabajo es lo que debe hacer el sptimo da el hijo de la esclava
y el extranjero, al igual que, segn Ex 31, 17, Yahv tras los seis
de la creacin descans y tom respiro. Hay que preguntarse
si la raz nps no fue primitivamente biliteral posteriormente
se le habra prefijado n como quiz ocurre tambin en nph y
cmo ps expresara plsticamente el respirar fuerte y anhelante 9 .
Tambin en acdico significa napasu soplar, jadear, respirar 10
y napistu indica en primer lugar la garganta tanto de hombres
(A. R. Johnson, Vitality, 8,1); cuando Yahv en Am 6, 8 jura por su ., parece percibirse en esta expresin un antiguo rito de juramento, en el que el jurante se tocaba la garganta. Sobre esto H. W. Wolff, BK XIV/2, 326. Tambin
en Am 6, 8 se menciona la abominacin de Yahv al hablar de su n. Vase
ms adelante, p. 43.
7. L. (lege) napsh c. (cum) BHS.
8. Vase la relacin semejante de 'ap para nariz y jadear: E. Johnson,
'nap, 375.
9. Vase W. v. Soden, GAG 73 b y W. Schmidt, Begriffe, 378.
10. Vase W. v. Soden, AHw 736 y D. Lys, Nphsh, 119. Sobre el contenido vase ms adelante, p. 37.
30
"'"
2. Cuello
En comparacin con los abundantes ejemplos para designar
el interior del cuello y las operaciones vitales que en l se desarrollan pudiera ser secundario el significado ms raro de n. refirindose a lo exterior del cuello. Es muy fcil el paso para el pensamiento hebreo, como vimos en el uso paralelo de saww'r (cuello)
y n. en las expresiones referentes a las aguas que suben amenazantes 15. Exclusivamente en el cuello exterior piensa Sal 105, 18:
Oprimieron
sus pies con grilletes,
en l cepo frreo vino a parar su n.
31
En Sal 44, 26 significa n. asimismo el cuello que est hundido en el polvo, como se ve por el paralelismo con el vientre
pegado a la tierra. Lo mismo deber decirse de Sal 119, 25 n.
=cuello, postrado en el polvo, esto es, el hombre completamente
tirado en el suelo, que pide a Yahv lo reanime segn su palabra.
Qu representan en Is 3, 20 las casas del n. al enumerar
los adornos de las hijas de Sin ? No es raro se les d el nombre
de las partes que adornan. Por esa razn se deber pensar ms
bien en una especie de gorgueras 18 y no en amuletos. Seran objetos huecos en forma de una pequea casita al cuello 19. Se
adorna lo que est en peligro.
Significar la expresin golpear el n. (Gen 37, 21; Dt 19,
6.11; Jer 40, 14 s, etc.) no slo herir mortalmente, sino en concreto cortar el cuello ? 20 . Esto quiere decir sin duda en Jer
4, 10: Tenemos la espada al cuello. Contendr la palabra a
Mara en Le 2, 35 una espada traspasar tu alma un semitismo
en que psych traduzca a n. = cuello ? 21.
Adems de la espada, al cuello lo amenaza igualmente el lazo.
En 1 Sam 28, 9 pregunta a Sal la nigromntica de En-dor: Por
qu quieres tender a m n. un lazo para que muera ?.
Aunque n. se haya podido entender como pronombre personal,
la imagen deja entrever aun una parte concreta del cuerpo. Lo
vemos asimismo en Sal 124, 7:
Nuestro n. se escap como un pjaro
de la red de los caradores (cf. Prov 18, 7b).
18. W. v. Soden, ZAW 53 (1935) 291 s.
19. L. Drr, napas' 268. Tambin mahmal n. en Ez 24, 21.25 podra ser
un adorno o joya en cuanto lo que se lleva al cuello. Vase Prov 3, 22.
20. L. Drr, o. c, 267 que en 264 recuerda a Enuma elis IV, 31, donde
Marduk recibe la orden siguiente al investirlo con la espada: Ve, corta a
Tiamat el cuello (a-lik-ma nap-s-tu-as pu-ru-'-ma). El yahvista y el Deuteronomio emplean hikk con doble acusativo: herir a uno en la n. (Gen 37,
21; Dt 19, 6.11), adems Jer 40, 14 s, donde n. es precisamente el lugar peligroso para la vida, donde el golpe alcanza a la persona. Son las dos expresiones con un solo acusativo las que interpretan n. como persona o vida
(Lev 24, 17 s y Nm 35, 11.15.30; vase ms adelante, p. 36); vase J. Scharbert, Fleisch, 24.43.64.
21. Vase L. Drr, 264 y Sal 22, 21a.
32
Anhelo
33
Si se piensa en los sacrificios por el pecado y la culpa, entonces el alargar el n. puede ser una construccin paralela con comer y sera como una descripcin del alargar codiciosamente
el cuello. Pero normalmente la expresin se refiere al ansiar objetos que no pueden gozarse en sentido estricto, como la tierra
(Jer 22, 27), lo frivolo (Sal 24, 4), hijos e hijas (Ez 24, 25), de modo
que la expresin ni' n. significa casi siempre: desear algo, suspirar
por. Por esta razn no aparece en primer lugar el rgano con sus
movimientos especficos en comparacin con el hombre y su
conducta correspondiente. Hablando de Sikem y Dina se dice en
Gen 34, 2 s:
La vio, la cogi, cohabit con ella, la forz y su n. qued prendada de
Dina, am a la muchacha y le habl al corazn.
34
4.
Alma
35
5.
Vida
Este recuerdo es ms claro an en un sector mucho ms amplio del uso de n. Si n. designa el rgano de necesidades vitales
sin cuya satisfaccin no puede vivir el hombre, para el modo de
pensar sinttico es claro sin ms que n. significa ante todo la vida
misma. La expresin en s nos obliga a traducir as Prov~$,~3Ts;
donde la sabidura dice:
Quien me encuentra, ha encontrado vida (hayyim)
y alcanza favor de Yahv.
Quien peca contra m, perjudica su .;
cuantos me odian aman la muerte (mawt).
36
37
38
Persona
Otra vez nos encontramos con un sentido nuevo de n. al presuponer que el hombre es n. y no, como se deca hasta ahora, que
tTene n.28. Con toda claridad nos muestran la diferencia los textos
que tratan de la relacin entre n. y vida (hayyim). Acabamos de
ver adagios donde hayyim y n. aparecen como sinnimos (cf.
Prov 8, 35 s y antes p. 35. En Prov 3, 22 leemos:
(...saber y prudencia)
sern vida (hayyim) para tu n.
y adorno para tu cuello.
Descartado est traducir n. por vida, puesto que precisamente se le promete vida. N. no indica, pues, lo que uno tiene,
sino quin es a quien le pertenece la vida: bayyim, persona, indili. Vase ms adelante, p. 152 s.
27. Vase ms adelante, p. 141 ss.
28. Vase J. Scharbert, Fleisch, 23.
39
40
7.
41
Pronombre
42
A pesar de lo dicho, es importante para la lingstica conservar ante los ojos toda la gama significativa que va desde cuello
(en el lazo, cf. p. 31 hasta vida y persona.
Y cmo hay que entender el que en la narraccin del engao
por parte de Jacob el sujeto de la bendicin de Isaac sea continuamente su n. ?:
Treme (el guiso) para que coma y mi n. te bendiga antes de que muera
(Gen 27, 4).
43
Los pronombres del ltimo miembro son: vuestra n. en lugar de mi n., y en ellos se percibe el apuro vital. Habra que preguntarse, pues, por las tonalidades incluidas en cada caso, cuando
se usa el pronombre, en expresiones como: Miq 6, 7, donde en
vez de mi pecado se dice el pecado de mi (anhelante) n.
mi vida pecadora en paralelismo con mi prevaricacin =
pis'i; en 1 Sam 18, 1 se habla de que Jonatn ama a David
como a s mismo, o sea, como a su .; Is 3, 9 donde en el
ay de ellos! en la forma de ay de su n.! resuena an el ay
de su vida vida!.
Con extraordinaria fuerza se percibe la acepcin de n. generalizada en el pronombre personal, donde el trmino aparece
en paralelismo sinnimo con carne, espritu y corazn.
Pero aun en estos casos se puede observar que del hombre como
n. se dicen 36, por ejemplo, cosas especficas sobre el placer emocional (Prov 2, 10) o la nostalgia del necesitado (Sal 84, 3).
Resumamos la amplia perspectiva en la que el n. del hombre y
el hombre mismo como n. son considerados conjuntamente. Hemos visto que ante todo se piensa en el hombre como individuo,
que ni ha ganado la vida por s mismo, ni tampoco puede conservarla, sino que en su ansia de vida es absolutamente dependiente,
como lo expresan la garganta en cuanto rgano de la alimentacin y la respiracin y el cuello como la parte del cuerpo especialmente en peligro. Lo mismo que n. presenta ante todo al hombre
en su necesidad y ansiedad, as tambin incluye su excitabilidad
y vulnerabilidad emocional.
El elemento de lo vital, comn con el animal, ha contribuido
esencialmente a que n. represente a la persona y al individuo
aislado, de lo que sale en un caso extremo el significado de cadver. El n. no es jams sujeto especfico de actividades espirituales.
Es un hecho que n. representa sobre todo el aspecto del hombre
necesitado, ansioso de vida y, por tanto, viviente, en lo que se
parece al animal. Lo confirma el inters de gran parte del antiguo
testamento en evitar hablar del n. de Yahv 36 , como es el caso
para todos los antiguos estratos del Pentateuco hasta llegar al
Deuteronomio. Cuando ms tardamente, sobre todo en el len35. Vase anteriormente, p. 22.
36. Sobre la estadstica vase anteriormente, p. 28.
44
i
s
[
i;
i
1
3
basar, EL HOMBRE EFMERO i
46
47
48
2.
Cuerpo
3.
49
Parentesco
50
Jams se habla, pues, de la b. de Dios, Aparece, por el contrario, b. con mucha frecuencia como algo tpicamente humano
a diferencia del Dios de Israel. Jer 17, 5.7 pone esta anttesis:
Maldito el hombre que confa en el hombre
y hace de b. su brazo...
Bendito el hombre que en Yahv confa.
14. Vase anteriormente, p. 40.
15. Vase adems ms adelante, p. 81.
51
B. es de por s el hombre como caduco en s mismo (cf. tambin Gen 6, 3). Precisamente por eso reprime Dios su clera:
Pens que no son ms que carne (b.).
4
rm,
EL HOMBRE FORTALECIDO i
Viento
54
2.
Aliento
55
56
3.
Fuerza vital
Hemos visto que r. en cuanto aliento del hombre frecuentemente no puede separarse"del Y."d^Yghr^(Jo^-34;,TT~sT"SaT
104, 29 s) l . Pero hay que tener en cuenta que el r. de Yahv
considerado en su totalidd^signinca'ms que~^l~^tfeTOoirqtie" ~ds~
vida y qu se hace aliento del hombreTLs diterencias~SoTT
aqu tambin pequeasrcio~se ve eri Sal 337?:
Por la palabra de Yahv se hicieron los cielos,
toda su mesnada por el r. de su boca.
57
Espritu(s)
58
Animo
59
Aqu se contraponen kesar - rtJfb, el de respiracin entrecortada por excitacin, y el 'rak 'appyim, que es el de respiracin
sosegada. Cf. Prov 14, 17; Job 21, 4 - d e Yahv habla Miq 2, 7.
Cuando hablando de Israel oprimido en Egipto se dice que es
ksar rff'ii, lo que indica ese r. corto es el desaliento, el desnimo y abatimiento. Pero r. representa tambin otras situaciones
del nimo. Qoh 7, 8 dice: Mejor es el paciente que el soberbio.
El hombre de r. sosegado es preferido al de r. acelerado.
La grandeza del r. est muy lejos de ser magnanimidad,
sino que indica ms bien la actitud altiva que, segn Prov 16,
18, precede a la cada. Job 7, 11 habla de la angustia de su
r., es decir, del apuro de su nimo y a continuacin de la amargura, de la preocupacin (mar) de su napas. En Gen 26, 35 se
se puede hablar igualmente de la moral r., de la amargura de nimo de Isaac y Rebeca. En Is 26, 9 el anhelante deseo de la napas
corresponde al afn buscador del r. Por esta razn r. puede indicar en muchos casos la disposicin anmica del hombre. As,
Prov 18, 14:
Una actitud (r.) varonil puede soportar la enfermedad, pero un nimo
(r.) abatido, quin lo soporta?
vital 2 1 (v. 13b). Fuerza y libertad de la voluntad humana dependen, por consiguiente, de la actividad de la energa de Yahv.
En la promesa de Ezequiel se encuentra el r. nuevo (36, 26;
cf. 11, 19), el r. de Yahv mismo (36, 27). Lo mismo que en Sal
51, 12 la peticin de un corazn puro precede al ruego de que se
le conceda una voluntad fuerte, as estn unidos en Ez 11, 19;
36, 26 el don del nuevo corazn y de la voluntad nueva (cf. 18,
31). Al hablar de un corazn nuevo se piensa en una orientacin
limpia de la conciencia 22, pues al mencionar el r. se trata de la
permanente fuerza de voluntad. No expresa esto suficientemente
la traduccin corriente que habla de un espritu nuevo y firme.
Slo en raras ocasiones corresponde r. a lo que llamamos
espritu 23. El contexto pudiera indicarlo en Is 29, 24:
60
6. Fuerza de voluntad
Con lo dicho hemos llegado ms all del sentido de r. como
postura de nimo, en cuyo significado la palabra se mostr muy
afn a napas. Lo especfico del r. humano se manifiesta en el hecho de que r. las ms de las veces expresa el fuerte soplar del
viento y la actividad vivificante y autorizante de Yahv. Por eso
es r. apropiado no slo para representar movimientos anmicos,
sino incluso para ser vehculo de acciones enrgicas de la voluntad. Esd 1, 5 habla de aquellos desterrados:
cuyo r. Dios haba despertado para subir y reconstruir la casa de Yahv
en Jerusaln.
61
La meta del saber por el camino del conocimiento hace pensar que r. es espritu. Igual ocurre en Is 19, 3:
El espritu (r.) de Egipto se trastorna en su interior, su plan de desbarata.
5
lb(ab), EL HOMBRE RAZONANTE
riormalmp^tp"por
o.nra?nn
64
1.
Corazn
Los asalto como una osa a quien se le quitaron sus cachorros, y desgarro
la tapadera de su corazn.
4. Sobre Sal 38, 11 vase ms adelante, p. 65; vase J. Hempel, Heilung.
De otra manera piensa R. Stolz, o. c, 861.
65
66
El trmino onomatopyico sehiarhar es el que describe el temblor del corazn que no indica precisamente el palpitar normal,
sino una aceleracin o fluctuacin: shir qal significa desmandarse. Todo se le vuelve oscuro a quien padece angustias de muerte
a causa del latido fuerte y desacompasado del corazn. Israel se
ha dado, pues, cuenta, especialmente en las enfermedades, de que
el corazn es el rgano vital central y definitivo de la vida (cf.
adems Is 1, 5; 57, 15; Sal 37, 15).
Pero lo dicho vale igualmente para situaciones de agotamiento.
Por eso en hebreo se dice ayudar al corazn (Gen 18, 5; Jue
19, 5.8 8 ), cuando a un agotado caminante se le da un trozo de
pan y con ello se le fortalece. En 1 Re 21, 7 grita Jezabel a Ajab
que yace desalentado en cama:
Levntate! Come pan para que tu corazn se mejore! (cf. Ag 14, 17;
Sant5, 5; Le 21, 34).
67
Prov 23, 34; Ez 27, 4.25-27; 28, 2; cf. Ex 15, 8). A diferencia de la
navegacin de cabotaje, cuyas rutas se conocen con la ayuda de
la visible costa, la de alta mar conduce a lo desconocido, Jon 2, 4
dice: Me has arrojado al corazn de los mares, pensndose,
por aadidura, en la inexplorable profundidad de alta mar
(tambin Ez 28, 8; Sal 46, 3). Le corresponde el corazn del
cielo que indica la altura inalcanzable para el hombre. As hay
que entender la experiencia de Moiss en el Horeb, Dt 4, 11:
Vosotros estabais al pie del monte, mientras el monte arda en fuego
hasta el corazn del cielo.
Segn 2 Sam 18, 14 Absaln cuelga del corazn de la encina, es decir, del espeso ramaje interior. En acdico libbu puede
designar el cogollo de la palmera 6. Corazn indica, pues, en
todos estos casos lo inexplorable, lo profundamente oculto.
Numerosas sentencias sobre el hombre suponen esta idea
surgida del lugar anatmico del corazn. En la narracin de la
uncin de David (1 Sam 16, 7) se dice, por ejemplo, que Yahv
advierte a Samuel, cuando vio al primero de los hijos de Jes,
Eliab:
No te fijes en su aspecto ni en su estatura elevada. El hombre mira lo
que est a los ojos, mientras que Yahv se fija en el corazn.
nicamente a Dios no se le puede ocultar nada que est velado a la mirada humana:
Patentes estn ante Yahv incluso el seol y el reino de los muertos,
cunto ms los corazones de los hijos de los hombres (Prov 15, 11).
El conoce los misterios del corazn (Prov 44, 22; cf. Sal 139, 23; Jer
17, 9 s).
Aun cuando todos estos textos suponen una idea concreta del
rgano corporal /., todos incluyen, sin embargo con la sola
6. W. v. Soden, AHw, 550.
excepcin del relato de Nabal, mucho ms que el aspecto anatmico y las funciones psicolgicas del corazn. Las actividades
esenciales del corazn humano en la Biblia son de ndole espiritual-psquica. Qu actos se atribuyen al corazn?
68
2.
Sentimiento
Se refieren ante todo a la sensibilidad y emocionalidad y corresponden, por tanto, a lo que nosotros atribuiramos al sentimiento y al efecto, los estratos irracionales del hombre. Esto se
puede aclarar con las situaciones emocionales del corazn enfermo. En Sal 25, 17 ora el paciente:
Alivia las angustias de mi corazn!
Scame de mis apuros.
La primera frase (srot lebbi harhb) ' dice literalmente: Ensancha las estrecheces de mi corazn!. Aqu coinciden an las
molestias y miedos provenientes de la angina de pecho. Pero ya
Sal 119, 32 prescinde de la idea de la mejora corporal cuando
habla de ensanchar el corazn, es decir, de liberar de angustias:
Recorro el camino de tus promesas,
pues t ensanchas mi corazn.
8
L. indica aqu el talante, la disposicin del hombre, su temperamento. En este sentido exhorta Prov 23, 17:
Que tu corazn no envidie a los pecadores,
sino que permanezca en el temor de Yahv todos los das!
7. Ver BHS.
8. La expresin incluso quiera decir lo siguiente: T aumentas mi conocimiento, as como 1 Re 5, 9 celebra la amplitud del corazn en el sentido de sus vastos saberes y aptitudes; vase ms adelante, p. 72. R'hab leb
significa soberbia, altivez o sea, lb en cuanto conciencia del propio valeren Prov 21, 4; Sal 101, 5 adems de orgullo de los ojos; vase r'hab npS
en Prov 28, 25.
69
Tambin el coraje y el miedo se deben a determinadas emociones del corazn. Si el coraje desaparece, tiembla el corazn
como follaje al viento (nw': Is 7, 2), se ablanda (rkk: Is 7, 4;
Dt 20, 8), se derrite (mss: Dt 20, 8) como cera (Sal 22, 15) o se
derrama como agua (Jos 7, 5; cf. Jos 2, 11; 5, 1; Is 13, 7; 19, 1).
Cuando el miedo se apodera del hombre, el hebreo dice que su
corazn se va (Gen 42, 28), que lo abandona (Sal 40, 30), que se
le cae (1 Sam 17, 32). Estas expresiones muestran lo poco que se
piensa aun en el rgano corporal y que /. ha adquirido precisamente la significacin de nimo (cf. 2 Sam 17, 10). Quien confa en Yahv fortalece su corazn, es decir, toma nimo (Sal
27, 14). El yahvista cuenta del corazn de Jacob que tras los relatos de los hermanos de Jos, decay, qued sin fuerzas (pwg
indica la prostracin de un desalentado, Sal 38, 9; la debilidad
de una mano alzada: Sal 77, 3; cf. Hab 1, 4), o sea, que el nimo
de Jacob languideci 9.
70
3.
Deseo
Lo mismo que respecto de la napas, tambin de /. se puede decir que desea y ansia. Sal 21, 3 expresa el agradecimiento del
rey:
Le has cumplido el deseo de su corazn,
no le has negado lo que sus labios pidieron.
71
4.
Razn
En la gran mayora de los casos se atribuyen al corazn funcione* -nteleeteales; racionales, o sea, precisamente lo que ns-'
tros asignamos a la cabeza, y ms propiamente, al cerebro (cf.
1 Sam 25, 37) 13 . Aqu el trmino se distingue claramente d napas
riPl?. Veremos que as como rift} significa ms bien fuerza vital
por oposicin a la caducidad de la carne y no espritu,^
se tradu^econ frecuencia mejor por espritu que por corazn.
Hay que rechazar la falsa impresin de qu el hombre bblico se
gue ms por el sentimiento que por la razn. Esta direccin
antropolgica errada se funda con demasiada facilidad en una
traduccin no diferenciada de /. La Biblia sita al hombre ante
alternativas precisas que hay que reconocer. Es altamente significativo que /. aparezca con la mayor frecuencia en la literatura
sapiencial: slo en Prov 99 veces, en Qoh 42 veces y 51 en Dt.
Se trata, por tanto, de escritos de carcter fuertemente didctico 14.
11. J. Hempel, Heilung, 253 s; vase, por ejemplo, nw' en Is 7, 2 y 29, 9.
12. Vase anteriormente, p. 56 s.
13. G. Pidoux (25) cuenta hasta 400 lugares; vase anteriormente, p. 64 s
sobre 1 Sam 25, 37.
14. Vase R. Stolz, lb, 861.
72
73
Hay que contar nuestros das, y que esto nos ensee a conseguir un
corazn sabio.
74
esta incgnita hace ella la piedra de toque del amor. En Jue 16,15,
dice Dalila:
es que el corazn se ha convertido en seal constante de imborrable recuerdo. La expresin subir al corazn ('lfi 'al-l) equivale a hacerse consciente. Is 65, 17 acenta la impresin sobrecogedora del nuevo cielo y de la nueva tierra, diciendo que en su
comparacin lo pasado ya no se recordar y no subir el corazn, esto es, no llegar a ser consciente 21. Lo mismo dice Jer
3, 16 de la tienda de reunin. Algo parecido escribe Pablo de sus
fieles corintios, 2 Cor 3, 2 s:
Vosotros sois nuestra carta, escrita en nuestro corazn, que todos los
hombres pueden conocer y leer..., una carta de Cristo, ...escrita en
tablas de corazn de carne.
75
76
77
Y donde se toman las decisiones, ocurre tambin el endurecimiento : el corazn se hace empedernido, insensible, inamovible
(Ex 4, 21; 7, 3.15; Dt 2, 30; Is 6, 10, etc.).
A este contexto pertenece la frecuente expresin de dibbar
i
al-L, hablar al corazn, convencerlo. Fundamentalmente se
encuentra en el lenguaje amoroso. Pero no se refiere a palabras
intencionadas, bellas, sino a algo que se pretende alcanzar cambiando la voluntad (Os 2, 16 s; Gen 34, 3). La expresin puede
significar tambin hablar a la conciencia (Jue 19, 3; Gen 50,
21) M . En cualquier caso se trata de provocar una decisin (cf.
Is 40, 2; 2 Crn 30, 22; 32, 6). Hablar al corazn significa, pues,
en el lenguaje del antiguo testamento: impulsar a decidirse.
No hay mucho desde esta idea hasta llegar a intencin, considerada como realidad del corazn. Cuando David est sopesando
la construccin del templo, le dice Natn, 2 Sam 7, 3: Ve y haz
cuanto est en tu corazn. Lo que quiere decir: haz lo que pretendes. Y un escudero, despus de haberle expuesto Jonatn su
plan militar, le contesta:
78
79
80
En el corazn se prueba aqu la obediencia a base del conocimiento de los mandamientos. Al decirse que Absaln roba el
corazn de los hombres de Israel (2 Sam 15, 6: gnb pih), lo que
roba es su inclinacin consciente, su obediencia y seguimiento,
que deberan dirigirse ms bien a su padre (cf. 1 Re 12, 27). En la
entrega de la voluntad piensa asimismo la exhortacin de Prov
23, 26:
Dame tu corazn, hijo mo,
y que mis indicaciones agraden a tus ojos.
Se juzga a los hijos de Israel segn que su corazn est enteramente con Yahv (lbb salm Hm yhwh), como el de David (1 Re 8, 61; 11, 4; 15, 3.14; 2 Re 20, 3). El deuteronomista
piensa en la obediencia total e incondicional '2&.
Se expresa este aspecto del corazn en la exigencia proftica
de circuncidarse para Yahv y alejar el prepucio de vuestro
corazn (Jer 4, 4). Ella aclara la nueva conversin a Yahv, la
entrega a l. Dt 10, 16 aclara lo que se espera indicando que as
se acaba la dureza de cerviz existente hasta ahora:
81
82
Por contraposicin, el llamamiento a hacerse un nuevo corazn exhorta a aceptar la disponibilidad consciente que se ofrece en orden a una obediencia nueva.
Finalmente, corazn puede, al igual que los dems conceptos fundamentales ffl, representar el ser mismo del hombre, la
persona como tal. Jer 23, 16 pone en guardia ante los falsos profetas :
No escuchis las palabras de los profetas.
No hacen sino engaaros.
Visin de su /. es lo que hablan,
y no de la boca de Yahv.
83
6. Corazn de Dios
Interesante es lo que se dice del corazn de Dios, porque
se refiere siempre a la relacin con el hombre. Con la mayor
frecuencia se menciona el corazn de Dios como rgano de su
voluntad precisa, con la que se mide al hombre.
Un hombre de Dios anuncia la palabra de Yahv al sacerdote Eli en 1 Sam2, 35:
Me suscitar un sacerdote fiel,
que obre segn mi corazn y mi aspiracin.
Ka'asar bebabl benapsi quiere decir: conforme a mi voluntad y mi deseo. De modo muy parecido dice Yahv a Jeh en 2
Re 10, 30:
Puesto que has obrado celosamente
lo que es bueno a mis ojos,
y totalmente como est en mi corazn,
se sentarn tus descendientes hasta la cuarta generacin
sobre el trono de Israel.
84
Esta expresin nos es conocida en los predicadores deuteronomistas, que esperan del corazn del hombre una entrega total
con un empeo completo de la voluntad 31. Tambin aqu se habla del /. y el napas de Dios, para manifestar su clara voluntad
y su ardiente deseo, en orden a su plan futuro, al que sirve plenamente su voluntad (cf. 2 Sam 7, 21).
Sal 33, 11 celebra la seguridad absoluta de los planes de
Yahv:
El consejo de Yahv permanece por siempre,
los planes de su corazn valen de generacin en generacin.
Otros textos, hablando del corazn de Dios, testifican la vehemencia de su amistad con los hombres. Lam 3, 33, casi excusando
a Dios a la vista de las calamidades del destierro, dice: No oprime de corazn a los hijos del hombre. La expresin lo' millibb
(no de su corazn) corresponde exactamente a la excusa de
Moiss en Nm 16, 28 32 y significa: No por propio impulso,
no segn su propia y primera voluntad. Si Yahv tiene que
castigar a Israel, entonces hace su obra extraa, su obra absolutamente extraa (Is 28, 21), que provoca el pecado de Israel.
Ya el yahvista en Gen 6, 6 habla de que Dios sufre con la
maldad de los hombres. Le pesa a Dios la creacin, viendo la
maldad de los planes humanos: Y le doli hasta su corazn.
Su voluntad de creador est profundamente herida. Le entristece hasta lo ms ntimo de su ser (cf. asimismo Jer 48, 36 a.b).
Al acabar el relato del diluvio, el yahvista introduce la decisin de Yahv de no maldecir ya ms la tierra, diciendo en Gen
8,21:
Yahv habl a su corazn.
Tambin el hombre dice frases as de reflexin, de consideraciones y decisiones 33. Aqu toma Yahv la determinacin favorable que corresponde a su voluntad creadora original, herida
segn 6, 6.
31. Vase anteriormente, p. 80.
32. Vase anteriormente, p. 80.
33. Vase anteriormente, p. 75.
85
Sobre Stt lb 'al cf. p. 75. Job 34, 14 duda de que Dios dirija su corazn a s mismo, es decir, que piense en s mismo. Con
su corazn Dios dirige su observar y percibir, su atencin y su
cuidado a la criatura (Del corazn del Dios oculto habla nicamente Job 10, 10).
En este contexto llama la atencin una extraa interpretacin
deuteronomstica tarda sobre la presencia de Dios en el templo
jerosolimitano. En 1 Re 9, 3 = 2 Crn 7, 16, una palabra de Dios
a Salomn tras la consagracin del templo dice as:
He consagrado este templo que t has edificado
dejando mi nombre all para siempre;
tambin mis ojos y mi corazn estarn all perpetuamente.
86
36. En este apartado se han tratado los 26 lugares que hablan del corazn
de Dios en el antiguo testamento.
6
LA VIDA DEL CUERPO i
La vida_se manifiesta al hombre veterotestamentario esencialmente en el aliento (nesama aparece 24 veces y una veFT rameo"
nsma) y, con muchsima ms frecuencia^ en.Ja^sangre (dam 360
veces). Ambos^ "conceptos" se ditmguen de otros 2, porque han
conservado casi siempre su significado fundamental sensible y
concreto como trminos de la fisiologa vegetativa.
1.
Aliento
El rfsama como caracterstica del hombre vivo por contraposicin al muerto es claro en Job 27, 3:
Aun est mi aliento (niSmti) en m,
y el soplo de Dios (rffh) en mi nariz.
Cuando del hijo enfermo de la viuda de Sareft se dice en 1 Re
17, 17 que su enfermedad se haba empeorado tanto que, al fin,
ningn aliento (rfSam) qued en l, se piensa en que haba
muerto (v. 18 s.). No admira, pues, que la palabra haya llegado
a ser indicativo de la vida como tal. En Jos II, II se dice a propsito de la conquista de Jasor por Josu:
El 3 hiri a todas las personas (kol-hanndpS) de all con el filo de la
espada, realizando el exterminio. Vida ninguna (rfsama) qued.
1. Bibliografa: J. Koeberle, Natur und Geist; E. Dhorme, L'emploi,
8-11; L. Morris, Blood; G. Pidoux, L'homme 49-53; H. Graf Reventlow,
Blut; K. Hoch, Blut; A. R. Johnson, Vitality, 71-74; G. Gerleman, dam.
2. Ante todo de hayyim; sobre ndpS, vase anteriormente, p. 26 ss;
sobre rff'h, vase anteriormente, p. 53 ss.
3. Ver BHK.
88
89
Sangre
90
91
El profundo ensamblaje entre derramamiento de sangre, crimen y la culpa consiguiente se ha sintetizado en la frmula jurdica que dice: damw b su (culpa de) sangre sobre l, Lev
20, 9; cf. 11-13.16.17, o en la de 2 Sam 1, 16; 1 Re 2, 37: Tu
(culpa de) sangre (dmka) est sobre tu cabeza. Con ello se
expresa la culpa del condenado y la inocencia del que ejecuta
la pena de muerte, segn lo ordena Yahv (cf. 2 Sam 16, 8; 1 Re
2, 32 ss) 1S.
Las ordenaciones de Lev 4, 5-34; 16, 14-19; 17, 11 mandan
que se roce el altar con la sangre como medio expiatorio para los
culpables. Esta fuerza la posee nicamente porque Yahv lo ha
mandado, lo mismo que se hace sangre de la alianza (Ex 24,
6.8) que Yahv establece con Israel.
Todo cuando se dice sobre el aliento y la sangre 16 conduce
en la antropologa del antiguo testamento a un respeto profundo
ante la vida. Pero este respeto no se funda en las realidades de la
vida misma, sino en que aliento y sangre estn ordenados a Yahv, por lo que no es propiamente vida la que no tenga una constante unin con l ni tenga en l su meta ltima.
7
EL INTERIOR DEL CUERPO i
1. Visceras
El lugar de los rganos interiores del cuerpo se llama normalmente Ifrb. En l vimos que se localiza el ms importante
de ellos: el corazn (1 Sam 25, 37) 2. El interior puede llegar
a significar lo mismo que corazn, como en Prov 14, 33:
La sabidura reposa en el corazn del inteligente,
mas en el interior de los insensatos no tiene fuerza 3.
94
95
el rgano ms importante y se le menciona con mucha frecuencia 9. Por eso es tan extrao que en el antiguo testamento10
slo se le mencione 14 veces, de las que 13 se refieren a animales.
Se habla del redao del hgado como parte del sacrificio 11 veces (Ex 29 13.22) y 9 veces en Levtico. Una vez se alude al hgado traspasado del ciervo por la flecha del cazador (Prov 7, 23)
y otra se menciona el inspeccionar el hgado (Ez 21, 26), que
aparece como una de las prcticas del rey de Babilonia para consultar los orculos. Esa inspeccin del hgado alcanz en el mundo
acdico una importancia excepcional, como nos lo demuestran
libros sobre la materia y nada menos que 32 modelos de hgado
del palacio de Mari, etc.12. Se debe la sobriedad del antiguo testamento a la oposicin contra la prctica gentil de la adivinacin?
Prov 7, 23 compara al varn seducido por la mujer ajena con
el ciervo que se enreda en el lazo hasta que una flecha le atraviesa el hgado. El contexto, v. 22-27, dice que esto significa la
muerte. Ello indica que se conoce al hgado como rgano sumamente delicado e importante para la vida. Una sola vez habla
del hgado del hombre el texto del antiguo testamento de que disponemos :
Mis ojos se agotan con lgrimas,
mi interior (m'im) se convulsiona,
mi hgado se ha derramado por tierra
por la cada de la hija de mi pueblo (Lam 2, 11).
9.
10.
11.
12.
13.
14.
96
3.
Hil
4.
Rones
97
8
LA FORMA DEL CUERPO i
1. Extremidades
Para las extremidades del hombre vale lo que para los rganos internos, o sea, que la parte concreta del cuerpo es considerada junto con sus actividades y capacidades. Incluso fenmenos espirituales se atribuyen a las extremidades. Segn Sal
51, 10 se alegran los miembros que estaban quebrantados, cuando Yahv hace percibir la alegra y el regocijo con el perdn.
Un concepto general para todos los miembros parece ser nicamente '"smim (Jue 19, 29; Sal 31, 12; 32, 3; Job 33, 19)2.
a) Rgl designa la pierna y el pie. Al miembro en s es a
lo que se alude, cuando Abraham pide a sus amigos en Gen 18, 4:
Lavaos los pies!. Pero cuando el Deutero-Is 57, 7 dice que los
pies del anunciador de albricias son amables, en lo que se fija
no es en la belleza de su aspecto, sino en lo alegre de la buena
nueva 3. Cuando en Gen 30, 30 Jacob manifiesta a Labn que la
riqueza del arameo ha aumentado mucho durante el tiempo que
Jacob le ha servido, y que Yahv lo ha bendecido l'ragll, esta expresin no significa segn mi pie, sino conforme a mi gestin, mis medidas, el progreso que he conseguido.
b) El trmino para designar el brazo es zerd"\ por ejemplo,
al hablar del brazalete como adorno (2 Sam 1, 10). Pero qu
1. Bibliografa: E. Dhorme, Vemploi, 19, 42.91-109.137-161; A. R. Johnson, Vitality, 39 s. 50-75; L. Delekat, Worterbuch C&m: 49-52); G. Gerleman, BK XVIII, 63-75;
H. U. v. Balthasar, Herrlichkeit III/2/1, 120-125;
A. Svander Woude, zerd"'. Id., yd.
2. L. Delekat se fija en que el plural de hueso es la mayora de las veces
'"smt, mientras que el masculino plural significa casi siempre miembros.
3. Vase anteriormente, p. 22. Sobre el significado de partes genitales
para raglyim y yrk (muslo, cadera), vase anteriormente, p. 93, n. 5.
100
a>
101
2.
Estatura
puede ser peligrosa para la vida (12, 11-14). Belleza es ante todo
una cuestin del aspecto (mar'h: 12, 11; 14, 16) y de la presencia
(t' ar: 39, 6), o sea, de los colores y lneas del cuerpo.
Lo dicho vale igualmente de la belleza varonil, como se alaba
a Jos (Gen 39, 6) y especialmente a David (1 Sam 16, 12.18;
17, 42). Las caractersticas de la belleza de los coetneos se examinan con todo detalle. La fama de la incomparable belleza de
Absaln se funda en que no haba en l defecto desde la planta
del pie hasta la coronilla (2 Sam 14, 25). Con inters especial se
resalta su espesa cabellera:
102
Toda la gente que vimos es extremadamente grande. All vimos tambin gigantes los hijos de Haanaq pertenecen a los gigantes y nosotros ramos en su comparacin como langostas, y as pensaran ellos
tambin de nosotros.
3.
Belleza
103
104
Las impresiones de los colores, la estatura, la fuerza y la dulzura completan la imagen del amado. Con colores y formas resaltan en particular: el negro azabache del cabello, los ojos blancos como leche, el color dorado del rostro, de los brazos y las
piernas, el vientre claro como marfil. Resaltan igualmente las lneas de los rizos, de los labios caliciformes como lirios, los
cilindros de los brazos y las columnas de los muslos. Vida rezuman los colores de las mejillas y el movimiento de los ojos que
semejan baarse en leche. La belleza se compara no slo con los
animales y plantas como: palomas, arriates balsmicos y cedros,
fenmenos del paisaje: riachuelos, lagunas, el Lbano, sino tambin con obras de arquitectura y de los joyeros: columnas y basas,
trabajos en mrmol y marfil, piedras preciosas y labores de orfices 10.
Son abundantes los cantos amorosos dedicados a la mujer.
En Cant 7, 2-6 leemos cmo va subiendo la ojeada del admirador
desde los pies al cabello:
2
105
106
9
LA ESENCIA DEL HOMBRE i
Mucho ms importante que la cabeza en el antiguo testamento es el rostro del hombre 2, que siempre aparece en plural, pnlm, lo que recuerda la variada relacin (pnb) del hombre
con su contorno. Los acontecimientos se reflejan en el ceo
(as Gen 4, 5), el socio puede sentirse aludido ya por el gesto
(as Gen 31, 2.5). En el rostro, en los pnm, que permiten al
hombre dirigirse~a~"o1To's"r*stSn reunidos los rganos de comunicacin entre ios que
dcstscaKl'^SP^r^^^'y'"^^"'-'^1^
todos los rganos y miembros no sern stos los que ms nos
acercan a lo que constituye la esencia del hombre y a lo que lo
distingue de todas las dems creaturas?
1. Ver y or
Examinemos textos que puedan servir de ejemplo para ver
qu clase de comunicacin es la que aparece como tpicamente
humana. Entre las lamentaciones se encuentra en Sal 38 el grito
de socorro de un hombre que se acerca a su fin. A toda clase de
achaques se aade la prdida de la vista, v. 11. En la cumbre de
la queja se dice (v. 14 s):
Pero soy como un sordo, no oigo,
como un mudo que no puede abrir su boca.
Soy como un hombre que ya no oye,
en cuya boca ya no hay respuesta.
El que est en peligro de quedarse sordo y mudo, tiene que temer por su propia existencia. Or, or (v. 14a. 15a) es lo que constituye al hombre y, consecuentemente, poder abrir la boca, contestar (v. 14b. 15b).
Desde una perspectiva totalmente distinta reconoce la sabidura que en el or radica el verdadero ser hombre. Prov 15, 32
ensea:
108
109
2. Odo
Se resalta gustosamente el odo adornndolo (Gen 35, 4;
Ex 32, 2 s; Ez 16, 12). Hasta un acto jurdico definitivo en orden
a la pertenencia de por vida puede estar vinculado a la oreja: si
un esclavo ama tanto a su seor y su familia que quisiera quedarse
en la casa perpetuamente, en vez de ser liberado a los seis aos,
entonces su seor lo colocar junto a las jambas de la puerta y
le horadar la oreja con un punzn, y ser esclavo para siempre
(Ex 21, 5 s; cf. Dt 15, 17). En Job 4, 12-15 nos hace apreciar
Elifaz cmo el hombre se moviliza completamente por el odo:
12
110
Boca
111
112
4.
Lenguaje
113
II
10
EL CONCEPTO DE TIEMPO
EN EL ANTIGUO TESTAMENTO i
Los testigos del antiguo testamento hacen conscientes en gran
medida el hecho de que el hombre vive su vida en el tiempo, en
tiempos cambiantes. Vamos a intentar primeramente aclarar
con ejemplos manifiestos la relacin del concepto tiempo con la
antropologa.
1. El yahvistg^
Comencemos con el yahvista. Tericamente el problema del
tiempo no le preocupa todava. Por eso es an ms llamativo l"*
qu realmente nos dice sobre la vida del hombre. Antes de narrar,
al comenzar su obra, la creacin del hombre (2, 7), fija el punto
en que tiene lugar (2, 4b): El da en que Yahv cre tierra y
cielo. El da no es el tiempo del calendario. No se trata, pues,
de un concepto fsico. Se toma nicamente como perodo de un
acontecimiento, en realidad, del acontecimiento de una accin
divina. A esto hay que aadir un aspecto negativo (v. 5):
An no haba arbusto ni hierba alguna sobre la tierra, porque Yahv
todava no haba hecho que lloviera sobre la tierra, ni exista hombre
alguno que trabajara el campo.
de los tiempos preestablecidos. Aqu el yahvista se fija fundamentalmente en todos los das de la tierra. Al igual que los tiempos de la vida del hombre tambin esos tiempos son donacin
inmutable del que salva del juicio del mundo. Los tiempos causan
invariablemente los cambios que el hombre necesita para trabajar
y descansar, para la penosa siembra y la cosecha que alboroza
(Sal 126, 6: lgrimas al sembrar y jbilo al cosechar), para la vuelta a casa y la salida al trabajo en el campo.
Adems de este cambio constante, cclico, se fija el yahvista
con vivo inters en lo nuevo absolutamente de ahora. Mirada en el
conjunto de su exposicin histrica, la continuidad de las condiciones de vida pertenece segn Gen 8, 22 a estos nuevos comienzos, en cuanto que tal continuidad anula la maldicin (8, 21).
Y es interesante constatar con cunta frecuencia nota el comenzar (hll hif.) de algo hasta entonces desconocido:
Gen 4, 26: Entonces se comenz a invocar el nombre de
Yahv; Gen 6, 1: Cuando la humanidad empez a multiplicarse
sobre la tierra...; Gen 9, 20: No empez como labrador a plantar cepas; Gen 10, 8: Mimrod .comenz a ser poderoso en la
tierra; Gen 11, 6: la construccin de ciudades y torres para
seguridad y fama propia, como obra comunitaria del hombre,
significa el comienzo de su accin (cf. 13, 3; 43, 18.20); Nm
25, 1: ya durante la conquista del pas empez el pueblo a prostituirse con las moabitas y a adorar al dolo de Baal-Peor.
La fuerte atencin que se presta a los cambios en el decurso
del tiempo se designa con la palabra clave nuevo (hadas) al
principio de la historia de Israel, cuando un nuevo rey en Egipto
lleg al poder que nada saba de Jos (Ex 1, 8). Sumamente
significativa para el inters por los acontecimientps que concurren
en su desarrollo temporal es la preferencia por el trmino trm
(todava no), raro en lo restante del Pentateuco y que ya encontramos en Gen 2, 5 4 . Gen 24, 15: Rebeca apareci cuando todava no haba terminado el siervo de Abraham su oracin por el
asunto de la bsqueda de novia para Isaac (cf. 19, 4; 27, 4.33;
37, 18; 45, 28; Nm 11, 33).
Sobre todo en el relato de las plagas, preparacin para la
salida de Egipto, merece atencin la comparacin de acontecimientos que se suceden mediante el trm (todava no). En Ex 9,
30 dice Moiss al faran cuando la plaga de granizo: S que todava no temis a Yahv, Dios. Y cuando la plaga de langostas
los servidores preguntan al faran, Ex 10, 7: Pero todava no
118
119
ves que Egipto se pierde ? Por ltimo, el pueblo con las prisas de
la salida toma la masa aun sin fermentar (Ex 12, 34), cosa muy
caracterstica y de grandes consecuencias.
Pero aun sin trminos temporales puede exponer el yahvista
el formidable decurso de la historia de la humanidad y de Israel
con su impronta de cambio y su decisiva transformacin. Lo
consigue haciendo seguir al comienzo de la historia de Abraham
la promesa de bendicin para todos los pueblos de la tierra (Gen
12, 3b), despus de los relatos del juicio y la paciencia de Dios
con los hombres. Esa bendicin se realiza luego en una serie de
parciales cumplimientos y es proclamada, en general, como kerygma de la esperanza y de estmulo para Israel y el mundo en
que se mueve 5.
La historia es para el yahvista, por tanto, una sucesin de acontecimientos cambiable y cambiante, dirigida hacia una meta determinada. Esa historia considerada como tiempo ofrece al hombre ante todo el don de poder vivir. El yahvista, utiliza, sin embargo, raramente la palabra tiempo ('t). Aparece con sentido cronolgico en locuciones compuestas: Gen 8, 11; 24, 11
tiempo de la tarde; Ex 9, \% maana a esta hora 6 . Usa el
trmino tambin y esto est ms en consonancia con su interpretacin fundamental del tiempo en locuciones como: Tiempo
de recoger el ganado (Gen 29, 7); tiempo del parto (Gen 38,
27), teniendo entonces tiempo el sentido de ocasin propicia 7.
cuncidados. Nota tambin que Sara muri a los 127 aos (23, 1)
y Abraham a los 175 (25, 7). Para la estructura del cdigo sacerdotal las genealogas son precisamente el principio de su divisin:
las tledt de Adam (Gen 5, 1), No (6, 9), hijos de No (10, 1),
Sem (11, 10), Traj (11, 27), Ismael (25, 12), Isaac (25, 19), Esa
(36, 1), Jacob (37, 2), Aarn y Moiss (Nm 3, 1) 8 . A todas las
preceden, con las mismas palabras introductorias, las tledt
de cielo y tierra (Gen 2, 4a) en cuanto historia de su origen.
Dentro de este primer apartado de la obra hay otro dato interesante sobre el tiempo. Los astros se crean el cuarto da. Su
papel es dividir el da y la noche (1, 14) y determinar las fiestas,
los das y los aos (v. 14b). Dividen, por tanto, los tiempos y posibilitan la fijacin de las fechas, haciendo funciones de calendario.
La ordenacin del tiempo pertenece a las tareas creadoras de Dios
(cf. Sal 74, 16 s; 104, 19) 9 .
Esta interpretacin teolgica de la divisin del tiempo hace
posible una calificacin de las distinciones que de l se hacen.
Por esta razn el relato sacerdotal de la creacin no slo ha incluido en el conjunto de los seis das las distintas obras, sino que
ha resaltado especialmente el sptimo como el del descanso de
Dios 10. En la revelacin del Sina est Moiss primero seis das
oculto en la nube sobre el monte y slo al sptimo oye la llamada
de Yahv desde la nube. Y Moiss se queda all 40 das y 40 noches para recibir de Yahv instrucciones detalladas (Ex 24, 16-18).
Los tiempos, como regalo de la creacin de Dios, ayudan, por
lo tanto, al testigo sacerdotal para orientarse en la historia y conocer su calificacin.
120
2. El cdigo sacerdotal
Un concepto reflejo y diferenciado de tiempo tenemos en el
cdigo sacerdotal. Muestra en primer lugar inters por datos
cronolgicos de calendario como cuadro histrico. Le da importancia a que Israel vivi 430 aos en Egipto (Ex 12, 40 s) y que
llega al desierto del Sina al tercer mes de la salida (Ex 19, 1).
No le pasa desapercibido que Abraham tena 99 aos, cuando se
le apareci Yahv y fue circuncidado (Gen 17, 1.24) y que Ismael
tena 13 aos (v. 25) e Isaac solo ocho das (Gen 21, 4) al ser cir5. H. W. Wolff, Jahwist.
6. M. Sekine, Zeitauffassung, 67 s, habla del marco temporal como tiempo externo.
7. J. R. Wilch, Time, 164: The word 'th was used in the OT in order
to indcate the relationship or juncture of circumstances, primarily in an objective sense and only secondarily in a temporal sense, and to direct attention
to a specifically definite occasion or situation; vase Is 49, 8 y 2 Cor 6, 1 s.
3.
121
El Deuteronomio
122
su persona. La palabra que hoy se anuncia, incluye a la generacin presente, de manera directa, j u n t o con las futuras, para las
que tambin vale lo dicho (29, 13 s):
123
Hago esta alianza y este juramento no slo con vosotros, sino tambin
con aquellos que hoy estn aqu con nosotros ante Yahv, nuestro Dios,
lo mismo que con los que hoy no estn presentes con nosotros aqu.
Segn los predicadores deuteronmicos el hombre que vive
vigilante en el hoy est, por consiguiente, profundamente ligado
al acontecimiento que precedi a su generacin y asimismo a lo
que suceda en el futuro. Esa solidaridad le es posible en cuanto
miembro del pueblo de Dios. Pero atendiendo a la palabra que
hoy se proclama y reflexionando sobre la historia de los padres,
se decide el futuro de su vida. Dt 29, 28 desarrolla y condensa las
reflexiones sobre el presente, el pasado y el futuro en esta sentencia :
Lo oculto est ante Yahv, nuestro Dios, y lo manifiesto vale para nosotros y nuestros hijos para siempre.
Lo oculto significa lo futuro y lo manifiesto designa la palabra
de promesa y orientacin proclamada en la historia que est
ante nosotros 12.
Aqu se percibe otra idea de los tiempos, diferente de la que
nos es familiar. Esto se ve an ms claro en u n lenguaje corriente
en el antiguo testamento. El israelita considera los tiempos anteriores como algo que tiene delante, mientras que nosotros pensamos tenerlos detrs, en cuanto que ya han pasado. Sal 143, 5
dice:
Recuerdo los das de ante m (mifclfdm),
reflexiono en todas tus obras.
Lo contrario ocurre con el futuro. Para el israelita n o est
ante l, sino a su espalda ('ahiar). Y a h v dice en Jer 29, 11:
Conozco los designios que para vosotros planeo,
son planes de paz y no de desventura,
de modo que os d 'atfrlt y esperanza.
en la actualidad, sino que lolm indica ante todo el tiempo ms lejano, sea del pasado o del futuro 1B. En Sal 93, 2 se dice:
124
4. El Deutero-Isaas
El Deutero-Isaas significa un progreso en la clarificacin de
la idea del tiempo. El relaciona de nuevo pasado y futuro:
El que desde el principio anunci el futuro Calfrit), y con anterioridad
(mikkdm) lo an no ocurrido (Is 46, 10).
El futuro, antes oculto al hombre, se aclara ahora por las promesas profticas que preceden. Por eso es ahora cuando se puede
formar en hebreo el concepto de futuro: habbfit, lo que viene
(as nicamente en Is 41, 22; cf. adems 44, 7b) 1 4 . Los mismos
acontecimientos futuros se mueven hacia el hombre. Este no
est de por s avocado a ellos. Solamente quien ha escuchado la
promesa se vuelve esperanzado a lo que hasta entonces se hallaba
invisible a su espalda. Ahora es cuando se define lo futuro como
lo nuevo (Ifdast) (42, 9; 43, 19). Se trata de lo oculto hasta
ahora, lo desconocido (48, 6), lo que al ser proclamado ahora
hace olvidar lo anterior (43, 18 s). La promesa proftica hace
progresar la interpretacin del tiempo, en cuanto que abre la
posibilidad de volverse al futuro de lo nuevo.
En este contexto el antiguo concepto 'olm adquiere teolgicamente una importancia profunda en el Deutero-Is y luego tambin
en los documentos del Trito-Is. El trmino no significa eternidad
atemporal, es decir, tiempo invariable, ni tampoco tiempo oculto
13. Vase E. Jenni, 'hr Calfrit = lo que viene despus). Vase adems la
discusin entre T. Boman, Denken, 128s. 210s y J. Barr, Bibelexegese, 82 s.
En un contexto ms amplio merece atencin la meditacin bblico-teolgica
sobre el recuerdo de R. Bohren, Predigtlehre (1971) 160 ss, que en 163 dice:
El recordar ensea el lenguaje de la esperanza. Recuerdo es entusiasmo
por lo antiguo en orden a lo futuro; es leyenda en orden a la prediccin, un
retroceso hacia adelante!.
14. Vase K. Elliger, BK XI, 184 s.238 s.
125
5. El Qohelet
La sabidura tarda se ocupa extensamente del problema del
tiempo. Ya el Deutero-Is (40, 6-8) haba contrapuesto la fugacidad de toda carne a la perennidad de la palabra de Dios. Job
14, 1 s, se queja de esta manera:
El hombre, nacido de mujer,
pobre de das, saciado de preocupaciones,
florece y se aja como una flor,
huye como una sombra inconsistente.
E. Jenni, 'lm.
anteriormente, p. 109.
J. Moltmann, Sobre la libertad, la alegra y el juego, SalamanK. Galling, Zeit.
126
127
Todo lo hizo (Dios) bien para su tiempo. Tambin el tiempo ms lejano (h'lm) se lo ha dado a conocer (Iflibbam 22), pero ocurre que
el hombre no puede comprender del principio al fin la obra que Dios
hace.
128
8
En el sometimiento a las disposiciones de Dios y en la receptibilidad de las buenas ocasiones ve Qohelet la nica posibilidad
de que el escptico inteligente pueda sacar partido de su tiempo.
Toma para ello cosas esenciales de la antigua sabidura, como
en Prov 15, 15:
Los das del triste son todos malos.
Mas un buen humor es fiesta continua.
11
CREACIN Y NACIMIENTO i
El tiempo del hombre comienza con la creacin y el nacimiento. Adems de los relatos sobre la creacin en el Gnesis,
que aclaran el origen de la especie humana, tenemos las confesiones de algunos que reflexionan sobre el propio nacimiento
y la actividad creadora de Dios. La relacin de unos con otros
es parecida a la del primer artculo del credo Creo en Dios
Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra con la
explicacin de Lutero Creo que Dios me ha creado.
1.
130
Creacin y nacimiento
131
La unin ntima se manifiesta en que se la llama 'isS, derivada de 'is. Ella hace que el varn deje la casa paterna 9.
La cuarta relacin es la existente entre el hombre y la tierra.
En el texto original se aprecia lingsticamente por el vnculo
que hay entre 'dm (hombre) y '"dm (tierra). Su comn etimologa parece debe de buscarse en la raz 'dm, ser rojo, cosa
que conviene tanto al calor rojizo-moreno de la piel del hombre
como al de la tierra10. Esta relacin es establecida tambin por
Yahv y tiene un triple fundamento: el hombre ha sido hecho de
la tierra (2, 7; cf. 3, 19.23), tiene que trabajarla (3, 23) y a su muerte
vuelve a la tierra (3, 19). Estos dos ltimos aspectos enlazan con
que fue hecho de la tierra (cf. 3, 19.23 con 2, 7).
Esta mltiple relacin: trabajo de la tierra, la condicin mortal del hombre, su vida con la mujer y con los animales a los
que dio nombre, est determinada por el vnculo fundamental
con su creador, que lo es igualmente de todo ser, pero que con
el hombre y su mujer entabla un dilogo como no existe con
nadie ms.
2. Creacin de la humanidad en el cdigo sacerdotal
La relacin del hombre con Dios es el tema dominante y fundamental tambin en la exposicin de la creacin del hombre en
el cdigo sacerdotal (Gen 1, 26-30). En esa relacin se manifiesta
la diferencia del hombre frente a todas las dems criaturas. Es
cierto que est muy prximo a los animales: es creado el mismo
da que los animales del campo (v. 24-31); lo mismo que el hombre, tambin los peces y los pjaros cuentan para su reproduccin
con una bendicin (v. 22 con 28) y, finalmente, a hombres y animales se les asigna la misma alimentacin (v. 29 s). Pero la es9. Vase anteriormente, p. 129.
10. Vase KBL3, J. G. Ploger, "dama, 95 y C. Westermann, 'dm, 41 s.
132
Creacin y nacimiento
133
134
Creacin y nacimiento
135
\
se aluda a las profundidades de la tierra, en las que el cuerpo
que iba surgiendo fue tejido (rkm pih). Aqu se vislumbra una
perspectiva arcaica segn la cual el hombre brot de la tierra
como un grano 18. Esta misma idea recuerda en Gen 1, 24 el
surgir de la tierra los animales (cf. v. 12 s). Job 1, 2_1^considera
ms claramente unidos el seno materno y la ierraT ambos referidos al hombre:
!
\
profesin personal en la
con nuevas ideas y ms
Esa profesin se une a las
Job 10, 3:
18.
hroes:
19.
20.
12
VIDA Y MUERTE
..
' **w,ww*a,na,^wW*wNMitm*w^
138
Vida y muerte
Casi ciego, bendice a los nietos cruzando las manos (v. 14)
en contra de lo que esperaba Jos. El feffoF ser ms fuerte
(v. 19). Luego dice a Jos en v. 21:
El que se marcha descubre al mismo tiempo, por la abundancia de lo que ensea la experiencia, las limitaciones de lo humano
y la fuerza de las promesas:
Yahv trata a los enemigos
como trat a los reyes amorreos, Sijn y Og (v. 4).
2.
139
El sepulcro
140
Vida y muerte
3.
Desmitizacin de la muerte
141
142
Vida y muerte
143
Con irona pone el profeta en boca de los polticos que especulaban con el culto egipcio a los muertos estas palabras:
De la mentira hemos hecho nuestro refugio
y en el engao nos hemos cobijado (v. 15).
Vida y muerte
A esto corresponde el celo con que las leyes veterotestamentarias declaran como impuro (tm) ante Yahv cuanto de
alguna manera est en contacto con la muerte. Nm 19, 11 declara en general:
144
145
146
4.
Cmo se puede definir en el antiguo testamento el estar muerto a la vista de la idea que de la muerte se tiene? El Sal 88 abre
quiz la puerta a una determinacin ms precisa. El que profiere
esta queja vive completamente entre la vida y la muerte:
De dolor est saciada mi alma,
al reino de los muertos est cercana mi alma (v. 4).
Con esto se les caracteriza como seres que estn fuera del
imperio 21 de Yahv. Y en este sentido sabe Job 7, 21 que incluso
para Dios hay un demasiado tarde:
Pues ahora me postro en el polvo,
y t me buscas, mas ya no existo.
Vida y muerte
147
22. Vase G. v. Rad, Teologa del antiguo testamento II, 450 s; C. Barth,
Errettung, 151: Obsrvese que la alabanza de Yahv tiene al mismo tiempo
la funcin de seal de estar vivo.
23. E. Jngel, Tod, 99. 138; vase igualmente 145 y adems H. Gollwitzer, Holz, 285 s: Vida es comunin con Dios.
24. . Jngel, o. c, 138 s: Al identificarse Dios con Jess muerto, se
expuso verdaderamente a la agresiva escisin respecto de Dios que la muerte
conlleva, expuso su propia divinidad al poder de la negacin..., para, de esa
forma, defender a todos los hombres.
25. W. Zimmerli, Weltlichkeit, 116.
148
Vida y muerte
149
14
Una certeza elemental del orante es que, por lo menos, nicamente Yahv es quien puede disponer o impedir la entrada en
la muerte. Lo mismo que fue Yahv quien al principio de la
historia de Israel decidi que siguiera viviendo el nio abandonado
que se revolcaba en sangre, as tambin es l quien en cada caso
dispone sobre la muerte de un hombre. Esta seguridad est en el
fondo de la escena descrita en Am 6, 9 s:
Aunque queden seis varones en una casa, morirn tambin. Se toma
a su familiar y se le obliga a sacar de la casa los cadveres. Y si pregunta al que est sentado en el ms recndito rincn de la casa: Hay
alguno ms contigo?, l dir: Nadie, y el otro le contesta: Calla!,
pues no se debe llamar a Yahv por su nombre.
26. Sal 15; 24, 3-6; Ez 18, 5-9, adems W. Zimmerli, o. c, 122 s. Es cierto
que el nombre de Yahv no aparece en las lamentaciones que se hacen por los
muertos en Israel y que nos son conocidas (H. Jahnow, Leichenlied, 56), pero
apenas se puede uno imaginar que no estn destinadas a los odos de Yahv.
Vase E. Gerstenberger, Mensch, 65 ss. 67.
Vida y muerte
De manera totalmente distinta indica Sal 63, 4 cmo la benevolencia de Yahv trasciende la vida: Mejor es tu fidelidad que
la vida.
La superacin de la angustia de la muerte se manifiesta n o
en una cierta esperanza del ms all, sino en la serena certeza de
que la comunin con Yahv p o r razn de su fidelidad no se puede
acabar con la muerte 27 .
Este aspecto se percibe en la idea del arrebatamiento (Ikk)
en Sal 49, 16:
150
151
152
6.
Vida y muerte
153
154
No sera bueno ser viejo pero no colmado d vida. Pero tambin es malo lo contrario: colmado de vida, pero no viejo. Slo
en casos de extrema angustia se puede anhelar la muerte. Dnde
iba a ocurrir tal cosa sino en Job? En 6, 8-10 se dice:
Ah, si a Dios pluguiera aplastarme!
Si levantara su mano y cortara (mi vida)!
Sera para m un consuelo!
Vida y muerte
Ms desgarrador sin comparacin es el lamento de una madre por su hijo, como lo hace Agar en el desierto:
No puedo ver morir al nio (Gen 21, 16).
155
39.
40.
41.
42.
156
7.
Vida y muerte
157
44. Vase E. Jngel, Tod, 99: El pecado... hace perder todo contacto.
La muerte es la resultante de esta tendencia a la falta de relacin. En este
sentido la muerte antropolgicamente est presente no slo y no primeramente
al fin de la vida, sino que se halla presente en cada momento como posibilidad activa en esa tendencia a romper toda conexin. Vase tambin, Ef 2,
1; Jn 5, 24; Le 15, 24.
45. Vase anteriormente, p. 72.
46. Vase anteriormente, p. 132.
158
Vida y muerte
47. Pablo incorpora esta idea del hombre creado como mortal en 1 Cor
15, 42 (se siembra en corrupcin) y v. 47 (el primer hombre vena de la
tierra y era terreno), vase . Schweizer, choks, 466 s. Por el contrario, en
Rom 5, 12 (como por un hombre ha venido el pecado al mundo y por el
pecado la muerte...) contradice lo que se lee en Gen 3 y Sal 90, 8 ss. El intento
de K.. Barth, III/2, 776 ss fue distinguir el limite de la vida creada de la muerte
considerada como enemigo. Sobre esto vase H. Gollwitzer, Holz, 286: Nuestra ansia de no fenecer jams es una revuelta contra nuestra condicin de
creaturas.
159
Ahora aparece como nicamente importante la contraposicin de muerte y vida, desapareciendo, por el contrario, completamente la diferencia entre culpa e inocencia. Qoh 7, 15-18 refuerza su punto de vista con observaciones propias:
15
48. Vase anteriormente, p. 127. Sobre el problema de los sacrificios humanos. Vase Ex 22, 28 con Dt 12, 31; Gen 22 y G. Quell, o. c , 9-11.
160
Vida y muerte
161
11
13
SER JOVEN Y ENVEJECER i
El tiempo del hombre pasa por diversas etapas hasta que llega
la vejez en contraposicin con la juventud.
1. Promedio de vida
El trmino hebreo para designar la duracin de la vida (balad)
aparece en el contexto de la queja sobre su brevedad (Sal 39, 6;
89, 48; cf. Job 11, 17). Cul es el promedio de vida en el antiguo
testamento ? Datos exactos y seguros histricamente sobre la edad
referentes a perodos de siglos los encontramos nicamente en
la crnica de los reyes de Jud, y slo para los reyes de la dinasta davdica. La cronologa se ha investigado en cierta medida
con tanta seguridad que ms o menos podemos determinar la
edad a que llegaron los 14 reyes de la casa de David entre 926597 a. C. Segn esos datos su edad lleg a ser 2 :
Roboam 56 aos
Josafat
55 aos
Joram
38 aos
Ocozas 21 aos
Jos
45 aos
Amasias 38 aos
Azaras 66 aos
Jotam
40 aos
Ajaz
35 aos
Ezequas 56 aos
Manases 66 aos
Amn
22 aos
Josas
38 aos
Joaqun 35 aos
164
El grado de exactitud puede oscilar en uno o dos aos. Adems, los datos para el tiempo que va desde Amasias hasta Ezequas (825-697?) son especialmente inseguros. Pero para nuestro
intento se compensan en general las posibles faltas. Es interesante
constatar que las edades oscilan entre 66 y 21 aos, lo que da un
promedio de unos 44 aos 3. Si se tiene en cuenta que a los prncipes, siendo nios de pecho y luego en la niez, se les cuidaba de
modo especial y que a los reyes, siendo ya adultos, se les protega
ms que a los dems miembros del pueblo, entonces el promedio
de vida habr que calcularlo sustancialmente ms bajo, sobre
todo teniendo en cuenta la elevada mortalidad infantil 4 . Si el
hombre llega a los 70 aos y solo en casos de excepcional vigor
(bigbrt) a los 80, segn dice Sal 90, 10, esto quiere decir que se
alude a edades extraordinarias, pues ni siquiera uno de los 14
reyes mencionados lleg a los 70. nicamente David alcanz los
70, como nos dice 2 Sam 5, 4. Pero hay que contar con que los
nmeros se redondean en ms tanto al decirse que tena 30 aos
al empezar a reinar, como al dar el tiempo que dur su gobierno
(40 aos). Segn 1 Crn 29, 28 los 70 aos son una bonita edad.
El dato de Dt 34, 7 de que Moiss muri a los 120 aos, corresponde a la era de salvacin que se espera, en la cual, segn Is
65, 20, el ms joven morir a los 100 aos. La misma idea est
subyacente en los datos referentes a los patriarcas de los comienzos de Israel. Ms de 100 aos viven en el tiempo que sigue a Moiss nicamente: Josu (110 aos: Jos 24, 29), Job (140 aos:
Job 42, 16) y el sumo sacerdote Yehoyad (130 aos: 2 Crn
23, 15). En Gen 6, 3 la vida se limita a 120 aos, una vez que
el hombre ha pasado sus lmites (cf. Gen 5). Aqu no valen reglas
histricas, sino mticas 5.
165
2. Etapas de la vida
Se distinguen al menos tres fases de la vida: nios (ydnlf,
nio de pecho: Dt 32, 25; n'ar, adolescente: Sal 148, 12; tap,
titubeante, no capaz de andar: Ez 9, 6), jvenes ellos y ellas
(bhr y betl: Dt 32, 25; Ez 9, 6 y Sal 148, \2) y adultos varones
y mujeres (zaher: el que tiene barba completa; Ez 9, 6; Sal 148,
12; 'lS seb: el canoso, Dt 32, 25; Hss: Ez 9, 6). En Jer 51, 22 se
distinguen cuatro fases: nios (n'ar) y adolescentes (bhr y
betl), jvenes adultos (casados) fis e yIsS) y los viejos (zfrn).
Y en Jer 6, 11 se distinguen cinco fases: nio (idll), adolescente
(bhr), varn y mujer ('ls e 'iss), anciano (zfcn) y el colmado
de das (meW ymlm); aqu se subdivide, pues, el grupo de los
ms ancianos.
Lo que sabemos sobre los datos de edad en las distintas fases,
corresponde al promedio de vida ms bajo. Segn Nm 4, 3.23
un levita comienza su servicio en el santuario a los 30 aos y
lo acaba a los 50. Para las diversas tareas de este ministerio necesitaba estar en plena madurez de aos y fsica6. Slo una correccin posterior 7 fija el comienzo a los 25 aos, pero no eleva
fundamentalmente la edad de jubilacin, sino que permite a los
que rebasan los 50 hacer slo oficios auxiliares (Nm 8, 24-26).
Quiz se debi esa prolongacin del tiempo de servicio a falta de
personal, y lo mismo el que se rebajara hasta los 20 aos la edad
para comenzar (1 Crn 23, 24-27; Esd 3, 8).
Los 30 aos se consideraban como la plenitud de la madurez
para los menesteres religiosos 8 , mientras que en general a los
20 aos se les consideraba como plenamente responsables (Nm
14, 29; 32, 11), como obligados a la guerra (Nm 1, 3.18; 26, 2;
2 Crn 25, 5), a pagar impuestos (Ex 30, 14). A los 60 aos se espera un fuerte descenso en las fuerzas de trabajo (Lev 27, 7).
En los primeros aos de vida se distinguen aun estas etapas:
pasado el primer mes, el peligro de muerte para los nios de pecho
decrece (Lev 27, 6); no raramente se daban a luz nios para una
muerte repentina (Is 65, 23). Con el tercer ao se acaba el tiempo
de la lactancia (2 Crn 31, 16; 2 Mac 7, 27; 1 Sam 1, 21-28, cf.
asimismo Is 28, 9; Lam 4, 3 s) 9 . Se cuenta con el trabajo de los
6.
unos
7.
8.
9.
166
nios a partir de los cinco aos (Lev 27, 5). A los 13 aos empieza
la madurez corporal (Gen 17, 25) 10 .
En Lev 27, 1-8 una lista interesante ofrece una perspectiva
de la valoracin de las edades. Esa lista es un complemento a la
ley de santidad y viene de una poca en que ya no se ofrecan
hombres como dones al santuario, como se hizo, por ejemplo,
con Samuel en 1 Sam 1, 11.24 ss, sino que se sustituan por el
dinero correspondiente a su capacidad de trabajo u :
edad
el primer mes de vida
entre un mes y cinco aos
5-20 aos
20-60 aos
pasados los 60 aos
varones
5 siclos
20 siclos
50 siclos
15 siclos
mujeres
3 siclos
10 siclos
30 siclos
10 siclos
3.
167
Carcter de la juventud
168
venes sean desvergonzados con los ancianos. Por eso la sabidura previene a la juventud contra el desprecio de los mayores:
No desprecies a la madre porque se hizo vieja (Prov 23, 22).
Y en el cdigo de santidad (Lev 19, 32; cf. D t 5, 16) se dice:
Te levantars ante cabeza encanecida,
honrars al viejo
y temers a tu Dios.
Yo soy Yahv.
En el fondo del mandamiento de honrar a los padres en el declogo hay que ver reflejados problemas reales de atencin a los
viejos.
4.
Caracteres de la vejez
169
170
36
Cuntos aos de vida me quedan todava, como para que yo ahora
me vaya con el rey a Jerusaln? 3 6 Ya tengo 80 aos. Puedo an
distinguir lo bueno de lo malo? Toma gusto an tu siervo a lo que
come y bebe? Puedo escuchar todava la voz de cantores
y cantoras?
Para qu ser una carga tu siervo a mi seor, el rey?... 38 Deja que tu
siervo se vuelva, para que pueda morir en mi ciudad junto al sepulcro
de mi padre y de mi madre.
171
172
173
14
VIGILAR Y TRABAJAR i
176
El yahvista subraya en 2, 15 que el trabajo es cosa del hombre considerado como ser creado. A continuacin de haberlo
creado y de haber plantado el jardn, Yahv conduce al hombre
all para que lo trabaje y defienda. Al aludirse aqu al trabajo de
servicio ('bd) y a la vigilancia protectora (smr), menciona el yahvista las dos caras de toda actividad profesional del hombre. La
trabazn del texto presenta como presupuesto de toda actuacin
humana el que Dios haga y regale. Al entregar al hombre los dones de la creacin se le impone como tarea el cuidarlos y protegerlos 4.
El quehacer del hombre en el sentido de que trabaje el campo se introduce, lo que no deja de ser llamativo, en 3, 26 con
palabras de 2, 5, pero ya no se le presenta como sentido y fin de
la creacin del hombre, sino como lo que se intenta con su expulsin del jardn como consecuencia de su desconfianza contra el
creador. nicamente el contexto precedente habla de la maldicin
del campo (3, 17) y de las molestias y dificultades de trabajarlo
(v. 18 s) 5 . Por el conjunto se ve ahora claro que el trabajp .cpjjjfital
no pertenece a la maldicin^ sjnc), nicamente la molestia, y,dificultad que conlleva, consecuencia de las espinas y abrojos del
campo.
En la continuacin de su obra muestra el yahvista cmo se va
ramificando el trabajo humano: junto al realizado en el campo
aparece el pastoreo (Gen 4, 2), al lado de los beduinos que habitan en tiendas se ve la construccin de ciudades (4, 17.20), surge
la profesin de los msicos (4, 21 menciona a los tocadores de
ctara y caramillo) y la de los tcnicos (4, 22 alude a los forjadores de cobre e hierro). Ms tarde se desarrolla el cultivo de las
vias (9, 20 s) y con los nuevos materiales de construccin se pueden levantar edificios gigantescos (11, 3). La tarea creadora del
hombre se desarrolla en este trabajo tan variado. El progreso
ocurre como consecuencia de la bendicin. Pero la soberbia tropieza por todas partes con espinas y abrojos.
Vigilar y trabajar
17?
6. Vase G. v. Rad, Weisheit, 166 ss. JIr? (trabajador) aparece exclusivamente en Prov (5 veces); tenemos 'l (perezoso) 14 veces en Prov y una
en Qoh; 'a?l y 'a$lt (pereza) una vez cada sustantivo en Prov. Estamos, pues,
ante un tema totalmente especial de la literatura sapiencial.
7. Ver BHK.
8. Ver BHK.
15
Vigilar y trabajar
178
30
Holgazn, ve a la hormiga,
observa su conducta y adquiere sabidura!
No tiene jefe,
capataz ni seor.
8 Pero en el verano prepara su pan,
recoge su alimento durante la siega.
> Holgazn, cunto tiempo vas a seguir echado ?,
cundo te vas a levantar del sueo ?
10
Un poco dormir, otro poco cabecear,
cruzar un poco los brazos para descansar
11
y asi llega tu indigencia como salteador
y como un pordiosero tu indigencia.
7
179
180
Vigilar y trabajar
181
15
DORMIR Y DESCANSAR i
1. El sueo y el descanso
El sueo puede ser celebrado provocativamente como la oportunidad en la que Yahv regala a sus amigos con aquel pan (Sal
127, 2b) que los que se afanan exageradamente solo gustan con
muchas preocupaciones, sin conseguir sus fines a pesar de trabajar con denuedo (v. l-2a) 3 . Con ms objetividad describe la poesa sapiencial el valor de la sabidura en la vida, una sabidura
que se encuentra, entre otros sitios, en el sueo reconfortante de
aquel que vive con ella. Prov 3, 24 dice al que ha encontrado la
sabidura:
Si te sientas *, no tienes que temer,
si te acuestas, durmete tranquilo.
184
Dormir y descansar
185
186
Profesin de la liberacin
Dormir y descansar
187
Segn esto el da de descanso tiene su razn de ser en la profesin de que fue Yahv quien liber de la esclavitud de Egipto,
profesin que para Israel es sencillamente fundamental. Cada
sptimo da debe recordar Israel que Dios es su libertador, el
que venci a los esclavizadores y que seguir por encima de cualquier poderoso que intente oprimir a su pueblo. No lo interpret
as la primitiva cristiandad, relacionndolo el da de descanso
con el recuerdo de la resurreccin de Jesucristo ? Al libertador del
hombre ya no lo vence ni poder ni muerte alguna. Con vistas a la
reconciliacin obrada por Jess ya no debe atormentar al hombre
exigencia alguna de rendimiento, ni fallo alguno debe acusarlo;
tampoco las mediocridades y cosas incabadas de la semana que
pas.
El sentido fundamental del cese del trabajo el sptimo da
es, por tanto, segn el Deuteronomio, recordar la libertad que se
ha recibido. No hay que pensar en deberes culturales, sino en las
acciones de Dios en pro del hombre. Eran los padres los que
en el antiguo Israel deban repetir encarecidamente esto. Quiz
es por ello por lo que en la ley de santidad (Lev 19, 3) se entrelaza
la orden de respetar a los padres con la del sbado, como sigue
inmediatamente tambin en el declogo. La madre y el padre
este es el orden en Lev 19, 3 son los primeros transmisores
de la historia de salvacin. Por esa razn merecen la atencin
de los hijos. No habrn sido los predicadores deuteronmicos los
primeros que llamaron la atencin sobre ello (cf. Dt 6, 20 ss).
El precepto sabtico es un claro signo de que los mandamientos fundamentales dados a Israel son sencillamente favores. No
son en realidad exigencias, sino que liberan de ellas. En cuando
mandamientos son ofrecimientos (Gebot, An-gebot). El sbado
aclara el regalo del tiempo en libertad. La orden del ao sabtico
para el pas, segn Lev 25, 1-17, puede dilucidar el tema. La renuncia que se ordena de no cultivar el campo en el sptimo ao
proclama que el pas es un regalo de Yahv. Lo mismo ocurre
con la interrupcin del sptimo da 13. Al rechazar el precepto
del descanso el ansioso uso de todo tiempo y al exigir la renuncia al aprovechamiento, lo que se hace es presentar a Yahv
13. Vase W. Zimmerli, Weltlichkeit, 80 tambin para lo que sigue;
adems M. Tsevat, Sabbath, 451 ss.
188
Dormir y descansar
Ex 20, 11 acenta expresamente que Dios descans el sptimo da. En Ex 31, 17 al sbat se aade: wayyin -napas, respir.
Este descanso de Dios significa dos cosas: puede descansar, pues
est acabada toda la obra, todo lo que el hombre necesita. La
aadidura respir, se repuso indica asimismo antropomrficamente: tiene que descansar, se ha agotado en su obra creadora.
Se comprende plenamente esto en el agotamiento del crucificado: tetlestai, est completo, Jn 19, 30. El Dios de la Biblia
ha dado al hombre todo al entregarse a s mismo.
Por eso bendijo Yahv el sbado, prosigue Ex 20, 11, retomando as Gen 2, 3. Antes Dios haba bendecido en Gen 1,
22.28 a los seres acuticos, los pjaros y el hombre, recibiendo as
fuerza para la fecundidad y la multiplicacin 15 . Pero tambin se
bendice el da de descanso. Tambin l se enriquece con fuerzas
vitales, para que de l reciba el tiempo del hombre frescura y
fecundidad. Para eso lo santific. Es decir, lo separ de los das
de trabajo. Esta distincin quiere mostrarse tan bienhechora como la separacin entre la luz y las tinieblas.
189
Es muy digno de notarse que la nica finalidad que se menciona para el da de descanso es el reponer las fuerzas de trabajo
que estn al servicio de uno. Es interesante la preocupacin por
los animales agotados, mencionados en primer lugar. A continuacin se alude no a cualquier clase de subordinados, sino al
hijo de la esclava y al extranjero. Son hombres especialmente
indefensos contra las rdenes. Puede ser que el seor no se atreva a exigir que trabaje la esclava adulta o el esclavo israel, pero
s el hijo de la esclava o el extranjero, a los que se considera con
15. Vase anteriormente, p. 132.
16. Wyinnpes se aplica aqu a un hijo de esclavo necesitado de descanso
y del trabajador extranjero, como en Ex 31, 17 se habla del creador: vase
anteriormente, p. 188.
190
Dormir y descansar
Si amis vuestra vida,
no trasportis carga el sbado.
Aunque la sentencia pueda ir ya en la direccin de una casustica algo tarda, sin embargo, obedece aun a la alegra de una vida
libre, con que Yahv ha regalado, pero que se malogra con la
preocupacin. Muy bellamente muestra esto una palabra del
Trito - Is 58, 13 s:
Si retraes tu pie del sbado no 17
realizando tus negocios en mi santo da,
si llamas al sbado una delicia y tienes por venerable el santo da de
Yahv, si lo honras no haciendo en l tus viajes, ni realizando tu
trabajo y no conversas vanamente, entonces tendrs tu alegra en
Yahv. Te har remontar las alturas del pas y disfrutar la herencia de
tu padre Jacob. Pues la boca de Yahv ha hablado.
d)
191
Dormir y descansar
192
193
22. Sobre el uso de le'lm (v. 17) en el lenguaje jurdico, vase anteriormente, p. 125.
23. Vase E. Kutsch, Seben, 170; id., Verheissung, 76.
24. El cdigo sacerdotal ha presentado el sptimo da quiz tambin
como el gran da de la revelacin, pues ese documento expone el fundamental
acontecimiento del Sina de este modo: La gloria de Yahv permanece seis
das oculta en una nube, pero al sptimo llama Yahv a Moiss desde la nube
y la gloria de Yahv se presenta a los israelistas como un fuego consumidor
en la cima del Sina. Para el cdigo sacerdotal el sptimo da, es pues, adems
de da del remate de la creacin, tambin el de la revelacin consumada. Vase
C. Westermann, BK I, 236 s.
25. Vase G. v. Rad, Ruhe, 109 s = 107 s. The Seventh day is the sign
of the resurrection and the world to come (Vita Adae et Evae, 41, 1 citado
por A. J. Heschel, Sabbath, 114; vase 73 ss.: The Sabbath is an example
of the world to come).
13
16
ENFERMEDAD Y CURACIN i
El tiempo del hombre est amenazado, en peligro. Se le puede
volver a hacer donacin de l mediante salvacin y liberacin.
Al peligro por enfermedad corresponde la salvacin mediante
la curacin.
1. Las enfermedades
Israel ha sufrido enfermedades en abundancia. La raz ms
importante y frecuente para designarlas es hlh 2. Casi siempre 3
designa una situacin de debilidad, flojera y agotamiento, o sea,
de fuerza vital quebrantada. Se puede indicar tambin, adems
de las enfermedades generales, una herida por accidente (2 Re
1, 2), un padecimiento de los pies debido a la edad (1 Re 15, 33)
o una situacin psquica excepcional (Cant 2, 5; 5, 8: enfermo de
amor). Encontramos asimismo la raz dwh que refleja los efectos
psquicos de desfallecimiento por preocupacin o por sentirse
mal, como es tpico de la regla mensual de la mujer (Lev 12, 2;
Sal 41, 4). Aparecen asimismo varias expresiones para designar
heridas (makkh, literalmente: golpe, de la raz nkh, 1 Re
22, 35; 2 Re 8, 29; Is 1, 6) y contagios (maggp 2 Sam 24, 21-25;
ngp Nm 17, 11 s); ambos nombres se forman de la raz ngp
1. Bibliografa: L. Khler, Mensch, 33-47; J. Scharbert, Schmerz; G. v.
Rad, Teologa del antiguo testamento I, 342-351; J. Hempel, Arzt; id., Heilung; P. Humbert, Maladie; Th. Struys, Ziekte; K. Seybold, Krankheit (BiKi);
id., Das Gebet des Kranken im Alten Testament: BWANT 99 (1973); C. Westermann, Heilung; F. Stolz, ftlh; E. Neufeld, Hygiene; T. Collins, Tears;
V. Hamp, bkh.
2. Segn F. Stolz, hlh, 568 se usa 110 veces en el antiguo testamento en
todas las formas verbales y en varias nominales, de las que la ms frecuente
es Ifoli, 24 veces; vase J. Scharbert, Schmerz, 36 ss.
3. Pero no en la expresin hill pnim amansar, 15 veces.
196
4.
Horst,
5.
6.
p. 70.
7.
8.
Enfermedad y curacin
197
Mdico y medicina
Qu posibilidades humanas de curacin de enfermedades conoce el antiguo testamento? A nuestro entender se limitan esencialmente a las heridas. El ropa" es, pues, exclusivamente el mdico
de heridas. La raz rp\ usada ahora las ms de las veces en el sentido de curar, significa originariamente zurcir, coser, unir 11 .
Las heridas se exprimen, se rocan con aceite 12 o se ungen con
9. Vase anteriormente, p. 145.
10. Vase T. Collins, Tears; tambin V. Hamp, bkh.
11. Vase KBL y J. Hempel, Arzt, 810.
12. Sobre el efecto purificante, curativo y reconfortante del aceite, tal
y como se ve en el antiguo oriente, vase E. Kutsch, Salbung, 1-6; F. Hesse,
msh, 485.
Enfermedad y curacin
198
Is 38, 21 ( = 2 Re 20, 7) ordena al rey Ezequas tortas de higos pasos como remedio contra la lcera.
El lecho del enfermo se menciona en Sal 41, 4 y Ex 21, 18. Se
presupone al hablar de Ezequas enfermo (cf. 2 Re 20, 2 = Is
38, 2 con 1 Re 21, 4). El desequilibrio mental de Sal, en el que
sufra violentos ataques de clera por melancola y envidia, hay
que mejorarlo tocando David el arpa. La msica al servicio de la
teraputica (1 Sam 16, 14-23; 18, 7-9.10 s; 19, 8-10)15. Como
medios curativos para el amor apasionado considerado como
enfermedad psquica se piden tortas de pasas y manzanas M ,
13. Es probable que se elaboren blsamos tambin para combatir insectos, vase Gen 37, 25; Ex 30, 23 s; 1 Re 10, 10 y E. Neufeld, Hygiene 59-62.
14. Sobre la indicacin de Eliseo (2 Re 5, 10 s) nota G. v. Rad, Naaman,
299 lo siguiente: La afrenta total de esta escena se comprende nicamente,
teniendo en cuenta que ni el Jordn ni su agua posean para el antiguo Israel
ni un vestigio siquiera de valor sacral. Vase el poder curativo y vivificante
de las aguas del santuario en Ez 47, 1 ss (8 s) y Jn 5, 7.
15. Vase W. F. Kmmel, Melancholie.
16. Vase G. Gerleman, BK XVIII, 119 remitiendo a paralelos egipcios.
Como enfermizos se consideran, pues, sntomas especialmente fuertes de la
vida amorosa, as como los de la menstruacin, que para nosotros son indisposiciones absolutamente saludables. Los fenmenos son decisivos.
199
200
15
3. El seor de la enfermedad
nicamente Yahv es Seor de la enfermedad y la curacin.
Esta es la constante certeza bblica. No se distingue normalmente
en el antiguo testamento entre curaciones naturales y milagrosas.
Intervengan o no prescripciones y remedios humanos, es esencial
siempre que el enfermo en su enfermedad y el que se est curando
en su curacin encuentren a Dios, que enva mediata o inmediatamente ambas cosas 20. Mientras que el mismo Esculapio, el colosal dios del arte curativo, tiene que tolerar la concurrencia de
Apolo y ste a su vez la de los hijos de aquel, Majan y Podaleirio 21, para Israel es Yahv quien tiene la exclusiva en el trato
con la enfermedad. El mismo no enferma ni es herido como los
dioses, por ejemplo, Horus en Egipto al que Tot tiene que curar
de una mordedura de escorpin 22 .
Segn l quiere, mantiene alejadas las enfermedades o las
enva (Job 5, 18; Dt 7, 15). Aun cuando el leproso Naamn
tenga que ver con Elseo o el rey Ezequas con Isaas como con sus
terapeutas, el dilogo esencial se entabla con Dios, como le ocurre
a Job. Naamn reconoce al final: Ahora s que no hay Dios en
Enfermedad y curacin
201
202
17
LA E S P E R A N Z A D E L H O M B R E i
204
205
206
Yahv, la esperanza
De ello se sigue para todo el antiguo testamento que fundamental y principalmente es Yahv la esperanza del hombre. La estadstica muestra que de cuanto el hombre puede esperar es Yahv con
mucho al que se dirige o se debiera dirigir la esperanza de Israel.
Kiwwd se relaciona con Yahv 26 veces y slo 19 con todo lo que
no es l. Yhl pih. y hif. se refiere 27 veces a Yahv y 15 a otras cosas 8 . Si nos preguntamos por la razn de esta vinculacin personal
de la esperanza, no podemos conformarnos con examinar el uso
de los trminos que la designan, sino que hay que conocer el por
qu. Israel entiende sus comienzos y toda su historia esencialmente como cumplimiento de las promesas de Yahv: la configuracin como pueblo, la donacin del pas, su papel en medio
de los pueblos, la monarqua y la permanencia de la casa de David,
las catstrofes del tiempo de los jueces y de la monarqua y luego,
de modo especial, el exilio babilnico, la vuelta, los nuevos comienzos en Jerusaln y ante todo la realizacin de todas las promesas
en la nueva alianza con Israel al incorporrsele todo el mundo
y en la total renovacin de ste.
7. Vase BHK y W. Zimmerli, Prediger, 216.
8. Segn C. Westermann, Hoffen (1952-1953) 21 = ThB 24 (1964) 221.
207
208
209
210
19. Vase Sal 76, 7 y R. Bach, Bogen, 26: El antiguo testamento ha visto
ya en Yahv al Dios de la paz (Rom 15, 33; 16, 20) partiendo de uno de los
centros de la fe en Yahv. Es cierto que el deseo humano de paz ha de tomarse
en serio, pero hay que reconocer claramente que, segn lo atestigua el antiguo
testamento, la voluntad de paz de Yahv que brota de su santidad celosa,
supera a todo humano deseo de paz.
20. Vase la discusin de W. Zimmerli, Hoffnung (1968) 163-178 con
E. Bloch.
21. Vase J. Moltmann, hombre, 59.
211
III
18
IMAGEN D E DIOS,
EL REGIDOR DEL M U N D O i
216
217
c) Pero por qu se expresa esa analoga mediante la expresin imagen de Dios ? Aqu hay que tener en cuenta la relacin
especial con las dems creaturas. Segn el cdigo sacerdotal esa
relacin en que Dios pone al hombre al hacer una imagen de
Dios consiste en el seoro (1, 26 b weyirdu). En la bendicin de
1, 28 se ordena al hombre en general que domine la tierra antes
de hablarse de que haga lo mismo con los animales. Tambin
Sal 8, 6 s ve el sentido de la coronacin del hombre en que domina (msl) sobre las obras de la potencia creadora de Dios 6
y se le pone todo bajo sus pies. El es imagen de Dios precisamente como dominador. En el antiguo oriente la ereccin de una
estatua del rey significa la proclamacin de su seoro en el mbito en que se erige (cf. Dan 3, 1.5 s). Al hacer el faran Ramss II
en el siglo 13 a.C. que se esculpiera su imagen en la desembocadura del ro del Perro en el mar Mediterrneo al norte de Beirut,
lo que tal imagen proclamaba era su seoro sobre este territorio.
Del mismo modo: el hombre es puesto en la creacin como estatua de Dios. El prueba que Dios es el Seor de la creacin y
practica tambin el seoro de Dios en cuanto administrador suyo.
Realiza esta tarea no caprichosamente y para su gloria, sino como
un plenipotenciario consciente de su responsabilidad. Su derecho
y deber de seoro no son autnomos, sino participados.
Adems de la imagen de Dios se habla en 1, 26 de la semejanza (kidmtn; cf. 5, 1). Quiz se pretenda con ello evitar el
malentendido de que la analoga signifique nicamente identidad
y no al mismo tiempo diferencia en la semejanza. Pero puede tambin subrayar la cercana y afinidad como en 5, 3, donde la doble
expresin en orden distinto al de 1, 26 dice que Adn engendr un hijo que era semejante a l, segn su imagen. La locucin resalta la estrecha relacin 7 . En la tarea de dominar el
mundo no habr que olvidar, pues, la especial cercana de Dios al
hombre que se expresa extraordinariamente bien en la conexin
de los vocablos. Pero en conformidad con el sentido especfico
de la estatua del dominador en relacin con lo dicho en 1, 26a.b
hay que tener claro que la analoga hay que verla en el dominio
de la creacin restante ejercido por el hombre.
218
2. El hombre y la humanidad
En qu sentido es administrador del mundo el hombre en
cuanto imagen de Dios? En Gen 1 se ve con absoluta claridad
que no se piensa en un individuo extraordinario como, por ejemplo, el rey en Egipto. As se puede decir del rey Rahotep de la
dinasta 17: Te ha puesto como su imagen 8 . Pero cmo entender 'dm en la frase de 1, 26 s: Hagamos 'dm a nuestra
imagen ?
a) El contexto dice que no se piensa en absoluto en un individuo. La continuacin en 1, 26b (hagamos, 'dm) para que
ellos dominen indica que se trata de un plural. Indudablemente
hay que entender 'dm colectivamente: Dios quiere hacer una
humanidad. El dominio del mundo no se confa a individuos extraordinarios, sino a la comunidad de los hombres. Sal 8 ha visto
como coronado con el seoro sobre todas las creaturas precisamente a aquel ante el que, a la vista de las colosales obras celestes de Dios, hay que maravillarse:
Qu es el hombre para acordarte de l ?
Y el hijo del hombre para ocuparte de l ? (v. 5).
Dios ha cuidado y puesto como plenipotenciario suyo precisamente al hombre insignificante 9. En la humanidad a nadie se debe
excluir de tal podero.
b) Pero Gen 1, 27 responde con ms precisin an a la cuestin de en qu sentido debe ser la humanidad administradora
por encargo de Dios:
Y Dios cre al hombre a su imagen,
a imagen de Dios lo cre,
macho y hembra los cre.
8. E. Otto, Mensch, 345. All (342 ss) se hallan tambin detalles sobre la
importancia que Merikare da a la doctrina segn la cual los hombres como
tal se llaman de modo nico imgenes de Dios. Con esta expresin parece
que en Egipto se pens en el papel de los dioses, que hacan de sacerdotes en
el culto, o tambin en un estar posedo interior y moralmente por una divinidad, pero jams se pens en funciones de dominio, que estaban reservadas
al rey como imagen de Dios.
9. "n (en Sal 8, 5a) designa quiz (correspondiendo al acd. ensu =
ser dbil, caduco) al hombre como ser dbil, mortal (Sal 103, 15); vase, con
todo, F. Maass, '"nf 373 s (N. del T.: La versin de Cantera al Sal 8, 5a es
linaje humano, o sea, la humanidad de que Wolff habla en el texto).
Imagen de Dios
219
Imagen de Dios
220
b) El modo del dominio humano del mundo es una superioridad incondicionada. Se dice con absoluta claridad en la orden
de 1, 28. Kibsuh supone un dominio absoluto de la tierra. Kbs
puede significar el sometimiento blico de un pas (Nm 32,
22.29), la subyugacin de pueblos (2 Sam 8, 1) y en especial de
esclavos (Neh 5, 5), as como la violacin de mujeres (Est 7, 8).
Siempre indica una accin mediante la cual el hombre pone algo
a su servicio empleando la fuerza (Jos 18, 1). La humanidad como
imagen de Dios ha sido dotada de aptitudes que le posibilitan
diponer del mundo.
El otro imperativo (red) repite la palabra clave del comienzo
de 1, 26b. Rdh se refiere al dominio de un rey en Sal 72, 8; 110, 2;
Is 14, 6; Ez 34, 4. Pero aqu se reconoce a todos los hombres en
su pluralidad la dignidad de un dominio absoluto. El significado
dominar viene quiz del pisar que indica rdh en Joel 4, 13
describiendo el pisar los lagares. Con esto se seala una actividad
con poder para cambiar, como ocurre en el lagar haciendo mosto
de las uvas. El hombre est autorizado a cambios igualmente
tiles.
c) Como objeto del dominio se seala primeramente la tierra en general y luego se fija especialmente en los animales. Por
qu se les resalta ? Solamente ellos pueden ser rivales del hombre.
Usar las plantas como alimento (v. 29) es como un juego de nios
comparado con dominar a los animales. El dominio del mundo
se muestra para los antiguos en primer lugar en cultivar y domar.
En Gen 1 no se piensa quiz en matar, pues como alimento de
hombres y animales se seala el mundo vegetal (v. 29 s). Otra
cosa es en 9, 1 ss.
Sal 8 incluye tambin la caza. Aqu se cambia el orden de los
animales nombrados respecto a Gen 1. Una gradacin muestra
en v. 8 s la admiracin creciente ante la grandeza del hombre
tan pequeo: El poeta nombra primeramente animales mansos
11. W. H. Schmidt, Gebot, 29.
12. G. v. Rad, Christliche Weisheit? 151.
221
222
las tareas que implica I6 . Los lmites que se le imponen los indic
ya esencialmente la fundamentacin que se da para prohibir el
derramamiento de sangre humana. Como razn se da que el hombre ha sido creado a imagen de Dios. Hoy se deben tener en cuenta al menos dos concreciones:
a) El sometimiento del mundo no debe llevar a poner en
peligro al hombre, como de hecho va tomando medidas alarmantes en la contaminacin del medio ambiente. El dominio del
hombre sobre el hombre falsea la imagen de Dios.
b) El sometimiento del mundo no debe llevar a subyugar al
hombre por un mito de la tcnica que produce lo tcnicamente
factible en gracia a la factibilidad en s misma, sometiendo as
al hombre a presiones tcnico-econmicas.
La carta a los colosenses, que llama a Jesucristo la imagen
del Dios invisible (1 ,15; cf. 2 Cor 4, 4), ve la necesidad de revestirse del hombre nuevo que se deja renovar para ganar conocimiento conforme a la imagen de su creador (3, 10, cf. 2 Cor
4, 1-6). Gen 1, 28 recibe una interpretacin totalmente nueva,
escatolgica 17 con las palabras del Cristo glorificado en Mt
28, 18 s:
Se me ha dado toda potestad en el cielo y sobre la tierra. Id, pues, y
haced a todos los pueblos discpulos mos.
19
M A R I D O Y MUJER i
224
Marido y mujer
del marido (belt b'al: Gen 20, 3; Dt 22, 22). Por qu esta
relacin jurdica? El varn que quiere ganarse a una mujer tiene
que pagar normalmente un dinero (mdhr) al padre de la novia
(Gen 34, 12; Ex 22, 16; 1 Sam 18, 25). Su importe estaba por lo
general determinado y era conocido segn Ex 22, 16. Las determinaciones de Dt 22, 19 fijan la suma en 50 siclos de plata. Aqu
se trata de una pena con ocasin de matrimonio obligado tras haber violado a una muchacha no prometida. En tal caso el varn
puede conceder tambin a la familia en cuestin que determine
la suma que se ha de pagar (Gen 34, 11 s). En Lev 27, 4 s el valor
general de una mujer es 30 siclos, si pasa de los 20 aos, y 10
siclos, si es ms joven 5. En vez de pagar en plata se pueden hacer
servicios en casa del suegro (Gen 29, 15-30). Se habla de casos
en los que las exigencias se aumentan con el decurso del tiempo.
Jacob se queja de ello ante Raquel: Vuestro padre ha cambiado
el precio diez veces (Gen 31, 7).
El rey Sal pide a David por su hija Mikal servicios de guerra,
es decir, la entrega de cien prepucios de filisteos (1 Sam 18, 25).
Lo mismo que se mueve un joven para adquirir mujer, puede hacerlo por l su padre (Jue 14, 1-3; cf. Ex 21, 9) y tambin puede
buscar marido para su hija (Jer 29, 6; cf. 2 Cor 11, 2 con 1 Cor
4, 15). Con el pago de la dote se consuma la promesa y entra
en vigor el derecho del novio. El hebreo Vpih., traducido normalmente por prometerse, significa ganarse algo en derecho 6 .
Claramente se distingue de la promesa el acto subsiguiente,
el casamiento, la conduccin de la mujer a casa (cf. Dt 20, 7;
28, 30), el tomarla (/#. Ex 21, 10; Lev 21, 7; Dt 20, 7; 22, 13;
Os 1, 2 y 1 Sam 25, 43; cf. Gen 4, 19; 6, 2), tambin el posesionarse (b'l: Dt 21, 13; 24, 1) de la mujer (cf. asimismo bw\- Gen
29, 21). Por parte de la mujer casarse se dice pertenecer al marido (hyeta lelIs: Nm 30, 7) o hacerse su mujer (hyet l
le'iss: 1 Sam 25, 43b). Todas las expresiones dan la impresin
de que la mujer pertenece a la propiedad del marido. Pero se vislumbra ya una relacin amistosa al sustituirse la locucin mi
seor (ba'lt) por mi marido ('t) en Os 2, 18 (cf. Gen 2, 23).
Una fiesta de boda se designa con el trmino lftunn slo en tiempos tardos (Cant 3, 11) y esto para ambientes palaciegos:
5. Vase anteriormente, p. 165 s y Os 3, 2, as como H. W. Wolff, BK
XIV/1, 76 s.
6. 2 Sam 3, 14; Os 2, 21 s; cf. BK XIV/1, 64. BHl no significa necesariamente virgen en el sentido estricto, sino la muchacha en edad casadera,
como lo ha mostrado G. J. Wenham, b'tl; vase ante todo 331 s, sobre
Dt 22, 13-21.
225
Hijas de Sin, salid y ved al rey Salomn con la corona con que lo ci
su madre el da de su boda, el da de la alegra de su corazn.
Extender el borde del manto (cf. Rut 3, 9) representa lo contrario de desnudar a la adltera (Os 2, 5). La idea de la alianza
resume la relacin humana considerada como contrato vlido.
Prov 2, 17 habla de la mujer ajena
que abandona al amigo de su juventud
y olvida el pacto de su Dios.
Marido y mujer
y no que fuera algo subrepticio, pues en este caso los nios hubieran tenido que pagar las consecuencias, pues nadie se tendra
que responsabilizar de ellos 13.
En orden a las normas veterotestamentarias hay que considerar que con ellas estaban solucionados los problemas a menudo
atormentadores para las mujeres solteras en estos tiempos, as
como los de los matrimonios sin hijos y los del varn a veces
insatisfecho en el matrimonio. Aunque por otra parte para muchas mujeres tiene que haber sido un tormento el celo de una o
varias y de sus hijos metidas en su matrimonio (as 1 Sam 1).
Tambin deba implicar problemas serios la subordinacin y el
derecho a heredar de los diversos hijos, cuando dos mujeres no
eran queridas lo mismo por su marido, lo cual sera el caso normal, a esto se debe la ordenacin de Dt 21, 15-17. Y, finalmente,
a muchas mujeres les deba faltar aquella seguridad permanente
que da el matrimonio monogmico estricto. Ello explica el tira
y afloja de Ex 21, 7-11.
226
2.
227
La relacin amorosa
La relacin amorosa entre marido y mujer no es algo secundario ni siquiera en los textos jurdicos, sino que es sumamente
importante tambin en orden a los derechos como lo demuestran
la exigencia de una esclava a ser amada (Ex 21, 7-11), o el rechazo
de la preferencia de los hijos de una mujer amada frente a los de
una postergada (Dt 21, 15-17). Ni faltan descripciones impresionantes de amor apasionado. Jacob amaba a Raquel mucho
ms que a La, Gen 29, 16-18.20:
As que Jacob sirvi por Raquel siete aos. A sus ojos fueron como
un da. Tanto es lo que la amaba.
Elcana intenta consolar a Ana, su mujer, estril, zaherida por
Pennin, v. 8:
Ana, por qu ests triste? No valgo yo para ti ms que diez hijos?
Al mismo tiempo hay que apreciar aqu que el fin del matrimonio no consiste nicamente en tener hijos.
13. L. Kohler, Mensch, 78 s.
Marido y mujer
228
Cuan inmensamente lejos de toda diabolizacin de la sexualidad estn estas sentencias! Y cmo muestran al mismo tiempo
lo absurdo que es cambiar de compaero! Slo el hacerse viejo
con la amada de los aos mozos trae un placer verdaderamente
creciente en relaciones y circunstancias siempre nuevas. En Prov
10
12
14
20
23
26
30
229
Mando y mujer
el primero (v. 7) y los animales (v. 19), sino de la costilla del hombre mismo. Marido y mujer se pertenecen de manera cualitativamente diversa a como se relacionan con las dems creaturas.
Solo conjuntamente marido y mujer constituyen a todo el hombre (cf. 24b: bsr 'aliad) 15. 5) En esta pertenencia conjunta
inigualable estn marido y mujer autnticamente el uno frente
a la otra. La mujer es formada durante el profundo sueo del
hombre (v. 21) y se le presenta solo despus de estar perfectamente
formada (sobre bw' hif. de v. 22b como trmino para indicar la
conduccin de la novia, cf. Jue 12, 9) 1 6 . 6) Mientras que el hombre respecto de los animales no hace sino darles nombre (v. 20),
ante el descubrimiento de su mujer llega realmente a expresarse.
La primera vez que el yahvista cita el lenguaje del hombre es al
mencionar su alborozo de novio. Junto a la frmula de afinidad 17
est la derivacin del nombre 'iss (mujer) de 's (varn)
que expresa al mismo tiempo la unidad esencial y la diferencia
sexual 18 . El tono de jbilo (sta s que) anuncia el cumplimiento de una felicidad largamente deseada. 7) El amor se caracteriza esencialmente por una atraccin personal. Se rompen
incluso los lazos ms fuertes de la familia de que se viene (v. 24a)
y al unirse a su mujer el varn se realiza nuevamente la unidad
corporal original (v. 24b). 8) La vergenza en cuanto confusin y entorpecimiento se conoce nicamente en la compaa de
dos como consecuencia de la desconfianza contra Dios y de la
desobediencia contra su palabra (cf. v. 25b con 3, 7-11) 19 .
Las canciones del Cantar de los cantares celebran el carcter
nico de la relacin amorosa. La incomparabilidad del amor corresponde a la del amado:
230
231
232
xual (cf. Gen 12, 10-20; 19, 1-11; 26, 7-11; 34, 1-12)2S. Tambin
la sabidura previene con todo rigor contra la mujer ajena:
2
La vergenza es seal de la seduccin. En Gen 3, 7.11 despus de 2, 25 la vimos provocada por la desconfianza que llev
a hacerse ceidores con hojas de higuera y a esconderse. Podr
dominar la vergenza la pasin caprichosa y subyugante de uno
frente a otro (cf. 3, 16) en un mundo de desconfianza? Prov 11, 22
presupone que el pudor podra guardar del desmoronamiento
de todo el hombre, cuando se halla en peligro de ceder al bullicio del yo por debajo del ombligo 26. El lugar citado dice:
Un anillo de oro en el hocico de una puerca,
as es una mujer bella pero desvergonzada.
Literalmente la traduccin de srt t'am no sera desvergonzada, sino carente de fino sentimiento. De esa manera el
hombre est indefenso ante el apetito azuzado. Cam - Canan,
el que descubri la desnudez de su padre, es maldecido precisamente por haber herido ese pudor (Gen 9, 22-25). Los sacerdotes
que suben al altar deben llevar, segn prescribe Ex 28, 42 (cf.
23. Es muy interesante para la conciencia israelita de tal distincin la
expresin que aparece en los contextos ms distintos y que habla de una
abominacin en Israel o de algo as no se hace en Israel; vase Gen 34, 7;
Dt 22, 21; Jue 20, 6.10; 2 Sam 13, 12; Jer 29, 23.
24. Segn LXX y la Vulgata.
25. Vase K. Barth, III/4, 154.
Marido y mujer
233
Ez 44, 18), pantalones de lino sin duda con vistas al peligro que
corren los sacerdotes a causa de la santidad, especialmente del
altar, que pudiera atacar descendiendo a la parte del cuerpo
humano rodeada por fuerzas misteriosas 26. Ese carcter aciago
habr que explicarlo tambin antropolgicamente. Una mirada
a las partes genitales podra suscitar una pasin falsa en un tiempo y lugar no a propsito y provocar la escisin del hombre.
2 Sam 13, 1-15 puede ser un ejemplo de cmo el pudor debera
frenar el desbocamiento de la violencia. Amnn, hijo de Salomn, est locamente enamorado de su media hermana. Su inconfesable anhelo provoca primeramente una doble mentira: se finge
enfermo y deseara que le diera de comer ella. Una vez a solas
la agarr y espera que cohabite con l (v. 11) a lo que ella responde:
12
De ese modo se describe con maestra el cambio radical y repentino del placer verstil en asco. Apenas habr una palabra
ms profunda de interpretacin psicolgica de la esencia y la
inestabilidad del deseo puramente sensual27. Pasin y asco se
siguen sin dilacin en el placer indmito. La repugnancia descubre
la realidad de la pasin equivocada. As ocurre cuando al amor le
falta la totalidad, cuando se hace uno algo del varn y algo de
la mujer, pero no se da el varn en s ni la mujer en s, cuando
falta el total compaerismo que como tal es exclusivo. Coito
sin coexistencia es algo demonaco 28. En el culto cananeo tal
demonismo era una institucin.
La ordenacin jurdica del antiguo testamento cuenta con la
escisin del hombre y, por tanto, del matrimonio (Lev 18, 7 ss;
26. M. Noth, ATD 5,185 s. Vase en Is 6, 2 los serafines como servidumbre de Yahv, dos de cuyos seis pares de alas cubren las piernas, que ante
todo hacen pensar en la zona genital (vase anteriormente, p. 93, n. 5).
27. L. Kohler, Mensch, 78. El relato del adulterio de David con Betsab
(2 Sam 11) muestra con crudeza ejemplar cmo el ansia meramente corporal
(v. 2 s) arrastra junto con el adulterio (v. 4 s) toda una serie de crmenes (v. 6
ss). Vase adems Ez 23, 14-17a con 17b.
28. K. Barth, III/4, 148.
234
20, 10 ss). En la relacin mutua de los sexos prevalece incondicionalmente el derecho de la persona contra el de propiedad. Precisamente los miembros ms dbiles de la sociedad necesitan proteccin frente al capricho del varn (Am 2, 7), si un varn ha
seducido a cohabitar por debilidad a una joven no prometida,
tiene que estar dispuesto igualmente a tomarla por esposa para
toda la vida (Ex 22, 15). Segn Dt 22, 28 ss no puede jams repudiarla, aunque Dt 24, 1-4 prev el libelo de repudio por parte
del varn. Situaciones debidas a fallos humanos y que se han hecho intolerables no se pueden sancionar. Por otra parte se prohibe un caprichoso tomar y dejar. Si la divorciada se ha casado
de nuevo, se excluye que pueda volver al primer marido. Previsoramente se coarta un capricho de consecuencias funestas, de modo
que la infelicidad humana no siga actuando sin valla. Un amor
roto y desilusionado causa dolor incalculable. Una vez vemos a
un levita correr tras su mujer que se le haba marchado airada, le
habla al corazn y la convence para que siga viviendo con l
(Jue 19, 1 ss). La exhortacin a permanecer en el amor se hace
de esa forma accin curativa en las escisiones humanas:
No seas infiel a la mujer de tu juventud (Mal 2, 15).
Marido y mujer
235
Si un varn cohabita con otro, como se cohabita con una mujer, ambos han cometido una abominacin (cf. Lev 18, 22).
20
PADRES E HIJOS i
1. Don de Yahv
Los hijos se han de considerar como don de Yahv, lo que
es presupuesto necesario para comprender los mltiples vnculos
existentes entre padres y madres, hijos e hijas. La mutua ordenacin de marido y mujer tiene en gran parte ciertamente no
de modo exclusivo 2 su razn de ser en engendrar hijos. Segn
el cdigo sacerdotal la humanidad slo puede cumplir su tarea
cultural en la tierra multiplicndose 3. Conforme al yahvista, la
promesa a Abrahn de que se har un gran pueblo precede a lo
que es la meta: que en l sern benditas todas las gentes de la
tierra (Gen 12, 2 s; cf. 28, 14). Pero aqu y all la multiplicacin
es efecto de la bendicin de Yahv (Gen 1, 28; 12, 2). Desde entonces Israel espera hacerse numeroso como las estrellas del cielo
y la arena del mar (Gen 15, 5; 26, 4; 22, 17; Os 2, 1). En Gen 24,
60 se despide a Rebeca en la casa paterna con este deseo
Hermana nuestra, que te hagas en miles de miradas.
1. Bibliografa: L. Low, Lebensalter, 130-134; L. Drr, Erziehungswesen;
J. Conrad, Generation; H. Ringgren, 'b; E. Jenni, 'b; J. Khlewein, 'm;
id., bn.
2. Vase anteriormente, p. 227
3. Sobre Gen 1, 28, vase anteriormente, p. 216.
238
Padres e hijos
2.
239
Educacin
La tarea educadora compete a la madre y al padre. Esa actividad de ambos se llama en hebreo ysr pih. (Dt 8, 5; Prov 31, 1),
lo que designa tanto el adoctrinamiento (Job 7, 3) como el castigo
(1 Re 12, 11). En los primeros aos es la madre la que principalmente se preocupa de la educacin. A ella le est confiado el nio.
Ex 2, 3-9 dice que Moiss pierde a su madre a los tres meses, pero
que por astucia la recobra como ama de cra. La madre cuida
totalmente al nio por lo general hasta el destete, quiz a los
tres aos (cf. 1 Sam 1, 21-28) 5 . Luego sigue cuidando especialmente a las hijas. Las influencias de la educacin conducen a la
sentencia proverbial de Ez 16, 44: Como la madre, as la hija.
El hijo obra prudentemente observando las enseanzas de la
madre adems de las del padre (Prov 1, 8 s; 6, 20). Lemuel, rey de
Mass, transmite especialmente las exhortaciones de su madre.
Ella tiene que decir cosas muy importantes sobre el trato con
mujeres, sobre las bebidas alcohlicas y la asistencia a los necesitados (Prov 31, 1-9). La mujer prudente, capaz de aconsejar
bien, es alabada especialmente por sus hijos (Prov 31, 26.28).
La reina madre ejerca un influjo poderoso como seora,
(gebr: 1 Re 15, 13) y consejera (2 Crn 22, 3) 6 .
El papel del padre en la educacin se hace por lo general
tanto ms importante, cuanto mayor va siendo el nio. El hijo
sigue normalmente la profesin del padre. Educacin y formacin
profesional dependen de una mano, sea que se hagan, como ocurre la mayora de las veces, agricultores, ganaderos, artesanos o
sacerdotes y jueces. Cuando Gen 4, 20-22 nombra al padre
de los habitantes en cabanas, de los citaristas y tocadores de
caramillo, de los forjadores de cobre y hierro, alude ms bien
a las agrupaciones familiares de una profesin y no a los gremios que se conocan en Egipto. Los ejemplos de los hijos de Eli
(1 Sam 2, 12 ss) y de los de Samuel (1 Sam 8, 1 ss) muestran que
tampoco en las profesiones superiores de sacerdotes y jueces estaba descartado un fallo en la educacin.
Los hijos de Eli no se preocupaban ni de Yahv ni de sus
obligaciones ante el pueblo. Con grandes tridentes cogan
lo que se les antojaba de la carne sacrificada que an se estaba
cociendo. Y los hijos de Samuel buscaban como jueces sus
conveniencias, se dejaban sobornar y violaban el derecho. Re5. Vase anteriormente, p. 165.
6. Vase J. Khlewein, 'm, 176 que cita ms biblografa.
240
Padres e hijos
petidamente se dice que David fall ante sus hijos. Es cierto que
se encoleriza mucho ante la grave fechora de Amnn contra
Tamar 7 , pero no se atreve a contrariarlo (2 Sam 13, 21). Y a la
rebelda de Adonas no haba resistido su padre en su vida dicindole, por ejemplo: Por qu haces eso? (1 Re 1, 6).
La capacidad artesana que el padre ensea no se puede separar del trato con las cosas en la ciudad y el campo, con los animales y, ante todo, con los dems hombres y consigo mismo.
El hombre joven debe aprender a vivir con buen y mal tiempo,
as como con los cambios de das y estaciones, con las normas
del derecho y las experiencias dolorosas, con los enigmas insolubles de la vida y con su Dios. La mayora de los objetos de tal
pedagoga se tratan en las colecciones de proverbios. Otros se
conservan en narraciones y salmos. En ellos se ve que una buena
parte de la educacin se realizaba narrando el padre sus vivencias
y encuentros (Sal 44, 2 ss; 78, 3 ss; Jue 6, 13). El relato podra suscitarse por las preguntas de la juventud. Estas tomaban pie de
cosas como las doce piedras del Jordn junto a Guilgal, recuerdo
del paso del ro y de la accin salvadora de Dios junto al mar
Rojo (Jos 4, 20-24), o se planteaban por el rito de la pascua:
Qu significa para vosotros este rito? (Ex 12,24-27). Las preguntas podan deberse a otras ordenaciones que daban ocasin
a que los padres, enlazando con la pregunta de los hijos, relataran
las principales acciones de Dios en la historia de la salvacin
(Dt 6, 20-25; Ex 13, 14 ss). Por supuesto que la explicacin puede
deberse a la iniciativa del padre (Ex 13, 8; Dt 4, 9; Sal 71, 18).
No es casualidad que al maestro de sabidura se le d el ttulo de padre (Prov 4, 1), cuyo hijo es el discpulo (Prov 13, 1;
1, 10.15, etc.) 8 . En las tradiciones de Elias y Eliseo encontramos
al profeta llamado mi padre por sus discpulos (2 Re 2, 12) y
por otros (6, 21; 13, 14). Los discpulos de los profetas son sus
hijos (1 Re 20, 35; 2 Re 2, 3.5.7; 4, 1.38; 5, 22; 6, 1; 9, 1). Bildad exhorta a Job en 8, 8 s:
241
Lo ltimo que los padres pueden dar a sus hijos es la bendicin que atrae de Dios libertad y fecundidad:
La bendicin del padre construye la casa de los hijos, pero la maldicin de la madre arranca los cimientos.
3.
Tiranteces
242
Padres e hijos
Pero en contra de ello tiene Ezequiel un mensaje que proclamar. En nombre de Yahv dice Ez 18, 4:
Toda vida es ma, la del padre lo mismo que la del hijo. Son mos.
Slo el que peque morir.
Segn eso cada generacin responde inmediatamente ante
Yahv en la libertad de la decisin que se le ofrece:
El hijo no cargar con la culpa del padre, ni el padre con la del hijo
(Ez 18, 20).
A la nueva generacin se le abre la oportunidad de una nueva
vida.
Pero hay que hablar asimismo de la culpa de los hijos. Ez 20,
21 oye quejarse a Yahv: Tambin los hijos se mostraron rebeldes contra m (cf. Jer 5, 7). La sabidura proverbial dice
cmo en la familia un hijo necio entristece a su madre y a su padre (Prov 10, 1; 15, 20; 17, 25; 19, 13). Prov 15, 5.32:
El necio desprecia la advertencia del padre,
pero inteligente se hace el que atiende a la correccin.
Su vida tira, el que no hace caso de la advertencia.
Pero el que atiende a la correccin, adquiere inteligencia.
12. W. Zimmerli, BK XIII, 402.
243
Responsabilidad
El antiguo testamento alude a la responsabilidad de unas generaciones para con otras en orden a superar los antagonismos. El
papel de los padres no es nicamente contestar las preguntas de los
jvenes, sino ofrecerles un cobijo en el que encuentren naturalmente cuanto necesitan para una vida segura:
Quien teme a Yahv tiene una seguridad fuerte,
tambin sus hijos tienen cobijo (Prov 14, 26).
13. En 1 Re 19, 4 razona Elias, ms cansado de Dios que de la vida,
G. v. Rad, GPM 20 (1966) 290, su ansia de morir con que: No soy mejor
que mis padres. El ardiente Elias tiene miedo (v. 3) y por eso no puede distanciarse de sus padres, mucho menos si con ello se pensara en sus predecesores en el ministerio profetice Sobre el ttulo de padre para los profetas,
vase anteriormente, p. 240. De entre los profetas anteriores el yahvista
nos presenta nicamente a Moiss en un desaliento semejante y desendose
la muerte (Nm 11, 15). Sobre las dificultades para explicar 1 Re 19, 4, vase
O. H. Steck, Elia-Erzhlungen, 27.
Padres e hijos
244
24
24
245
246
21
HERMANOS, AMIGOS, ENEMIGOS i
248
249
250
trata . Todo prestamista tiene que ver en su deudor a su hermano y, por tanto, remitirle la deuda cada siete aos (Dt 15, 1 ss).
Respecto del compatriota pobre dice v. 7:
No cerrars tu corazn ni tu mano ante tu hermano.
251
Amor al prjimo
energa en la narraccin de Can y Abel en Gen 4, 1-16. All aparece la palabra clave hermano siete veces (v. 2.8a.b. 9a.b.
10.11)16. El problema universal del convivir humano se ejemplariza en los hijos de una misma madre, que viven en dos profesiones
totalmente distintas: labrador y pastor, y que pertenecen, por
tanto, tambin a estructuras sociales distintas. El que se siente
perjudicado se hace enemigo nmero uno y asesino de su hermano. Se le pregunta por l y lo rechaza preguntando a su vez,
si es que l es guardin de su hermano. El asesino es lanzado del
campo de donde sube el grito de la sangre del hermano y vive
errante. Pero tambin el fratricida cuenta con una seal de Dios
que lo protege de la venganza incontrolada.
El tema humano de hermanos enemistados se desarrolla adems y con muchas ideas nuevas refirindose a los padres de Israel: Esa y Jacob (Gen 27 ss), Jos y sus hermanos (Gen 37.39 ss).
El Gnesis muestra claramente que Israel moralmente no era
mejor que los otros pueblos.
Pero se escucha una palabra seera que sobrepasa el mbito
estricto de Israel. Lev 19, 17 s dice:
No odiars a tu hermano en tu corazn. Puedes corregir esmeradamente
a tu compatriota, pero no lo cargars con la culpa de un pecado 7 .
No te vengues y no guardes rencor a tus compatriotas, sino ama a tu
prjimo como a ti mismo. Yo soy Yahv.
Y el v. 34 aade:
El extranjero que es vuestro husped ser para vosotros como uno de
los del pas, y lo amars como a ti mismo, pues tambin vosotros
fuisteis extranjeros en el pas de Egipto. Yo Yahv, vuestro Dios.
Cada uno de estos prrafos lucha con el Can presente en todas partes, con Jacob y Esa, con Jos y sus hermanos, con todo
odio incipiente, con toda hambre de acusacin, de venganza o
de rencor. Estos prrafos empujan hacia el mandato del amor al
prjimo que, en la forma actual, no tena paralelo en el mundo
circundante 18 y gana una importancia central en el nuevo testamento. En la formulacin citada se incluye ya en una aadidura
al no israelita que vive en Israel como ciudadano al que hay que
252
253
19
Amor al enemigo
Sobrepasa el antiguo testamento el amor al hermano, al prjimo, al amigo hasta llegar al amor al enemigo? Sobre esta cuestin hay que fijarse al menos en dos textos. Ya la antigua alianza
ordena en Ex 23, 4 s:
Si encuentras perdido el buey de tu enemigo o su asno, se lo llevars
obligatoriamente. Si ves que el asno del que te odia cae bajo la carga,
gurdate de dejarlo abandonado, ms bien le ayudars obligatoriamente 25.
25. Ver BHK.
254
La necesidad del enemigo es aqu la ocasin de superar la enemistad. De textos egipcios se desprende que en un ritual de penitencia se ponan realmente carbones encendidos sobre la cabeza
como signo de la vergenza y arrepentimiento de uno que era
culpable 28 . El sabio que empieza a ejercitar el amor al enemigo
necesitado puede, pues, esperar que la enemistad le pese igualmente al que lo odia y que se muestre dispuesto a la reconciliacin. Y de Yahv puede esperar que complete (Slm pih.) su
accin 27 . Pablo incorpora esta sentencia del antiguo testamento
en Rom 12, 17-21.
El antiguo testamento nuestra con una claridad sin compromisos las rivalidades entre los hombres. Ve tambin cmo el hombre
se equivoca y se destruye, si no progresa en la superacin del odio,
pues el Dios de Israel ha empezado ya con ello y ha prometido
la consecucin final. Solo siguiendo ese camino no se perder
el hombre en el laberinto de sus afectos y encuentros. El hombre
es un ser llamado a la hermandad.
22
SEORES Y SIERVOS i
El antiguo testamento conoce todo el rigor de la contraposicin entre dominadores y dominados, explotadores y oprimidos.
Los ricos y en especial los reyes aparecen como quienes disponen
libremente de sus subditos. Los subalternos y sobre todo los esclavos tienen con frecuencia casi el valor de una cosa en propiedad. Se les considera como dinero (Ex 21, 21). Pueden heredarse como si de hacienda se tratara (Lev 25, 46).
Israel vive en esta contraposicin como en la atmsfera del
propio ambiente. Pero ya en las tradiciones arcaicas del antiguo
testamento se critica fuertemente esta realidad. Se agria en la
profeca clsica y se contina hasta un cambio fundamental del
modo de pensar. Se puede hablar de una revolucin en la relacin de seores y siervos. Tal hecho pertenece a los presupuestos
de la cristologa y antropologa del nuevo testamento. Si se la
escucha con honradez, tiene que demostrarse como una intranquilidad motriz en la historia de la humanidad, hasta que llegue
a la meta. Vamos a examinar esta partida del antiguo testamento
en sus motivos, formas y fines.
Se toca aqu el problema antropolgico de la libertad del hombre bajo el hombre. Qoh 8, 9 lo formula con exactitud:
Todo esto vi, cuando apliqu mi entendimiento a cuanto ocurre bajo el
sol, cuando el hombre domina sobre el hombre (Salat h'dm tf'dm)
para su desgracia.
257
Seores y siervos
mo imagen de Dios 2. En los dos ejemplos extremos de la monarqua y la esclavitud hay que ver cmo se realiza, no obstante, ese
dominio y cmo es superado.
Esta fbula expone a la monarqua al ms despiadado ludibrio. Qu irona se percibe al alabar el cambrn su sombra y
amenazar al mismo tiempo a los cedros que la proporcionan
sumamente reconfortante! El de por s nada tiene para ofrecer y
quiere destruir a los que pueden dar mucho. Esto quiere decir que
la monarqua la ambiciona no ms que un rufin, slo quien en
nada puede contribuir realmente al bienestar del todo 4. Motivo
de la crtica es el ansia de dominio de la monarqua, ansia que destruye lo mejor de la vida. La forma de exposicin es la stira y la
meta el impedir la monarqua para que las fuerzas que benefician
la vida se puedan desarrollar libremente.
Aqu se manifiesta concretamente el punto de arranque especfico de la primitiva historia israelita. Israel deriva su historia
no de una monarqua celebrada mticamente y probada en la
poltica, sino de un grupo de esclavos liberados de Egipto. Es notable que en los primeros tiempos el ttulo de rey ni siquiera es
tpico para Yahv, al que se debe esta liberacin 5 . Yahv es considerado principalmente y siempre como el libertador de Egipto.
La principal profesin de fe, y la ms importante, es que Yahv
ha sacado a Israel de Egipto 6 . Ya por el hecho de que Yahv desde el principio se identifica como libertador con los esclavos,
no se le puede comparar con un rey del antiguo oriente. Por eso
es tan significativo que la polmica contra la monarqua sea en
Israel ms antigua que su institucin y que esta diferencia especfica respecto del mundo circundante est indisolublemente unida con la fe en Yahv 7 .
256
1.
Crtica de la monarqua
b)
Una vez fueron los rboles a ungir sobre ellos un rey. Y le dijeron al
olivo: S nuestro rey! Pero el olivo les respondi: Voy a dejar mi untuosidad, para que me honren dioses y hombres, y marchar a mecerme
sobre los rboles?
Entonces los rboles se dirigieron a la higuera: Ven, y reina sobre nosotros! Pero la higuera les contest: Voy a dejar mi dulzura y mis buenos
frutos e ir a mecerme sobre los rboles?
Luego los rboles hablaron a la vid: Ven, y s nuestro rey! Pero la
vid les respondi: Voy a dejar mi mosto que alegra a dioses y hombres,
para ir a mecerme sobre los rboles?
Entonces todos los rboles propusieron al cambrn: Ven, y reina sobre
nosotros! Y el cambrn respondi a los rboles: Si de verdad me queris ungir por rey vuestro, venid y cobijaos bajo mi sombra. De lo
contrario, saldr fuego del cambrn y destruir a los cedros del Lbano.
Roboam
Seores y siervos
cuenta que la via de Nabot lindaba con el palacio real para invierno en Yizreel. El rey quisiera para s la via como huerto de
hortalizas, compensndole convenientemente. Mas Nabot responde: Lbreme Yahv de cederte la heredad de mis padres!.
La frase es un documento colosal de la independencia de un
labrador israelita frente al rey. Esta libertad se funda en la donacin de Yahv a los padres. El rey, que conoce esta caracterstica de Israel, se marcha colrico sin poder hacer nada. Pero su
mujer, educada como princesa fenicia, aplica los cnones absolutistas de los cananeos y le dice con irona (v. 7): Y t eres ahora
rey de Israel?.
Ella se da maa para quitar del medio a Nabot, diciendo que
ha maldecido a Dios y al rey. Con ello provoca inmediatamente
la palabra condenatoria del profeta Elias. Este anuncia el fin
de la dinasta. La monarqua se mide con el canon de la libertad
que se concede a los liberados de Yahv. En adelante la monarqua contina ininterrumpidamente criticada por los profetas de
Yahv, cosa que en el reino del norte hace especialmente Amos.
Pero en sus violentas acusaciones contra los opresores y en su
amenaza con el juicio de Yahv (cf. 2, 6-8; 4, 1.5.11 s) no incita
ni l ni ninguno de los dems profetas a que los oprimidos se revelen. Los culpables son atacados siempre directamente (cf. 1 Cor
7, 20-24).
258
Ajab
d)
259
Joaquim
De la historia de la dinasta davdica mencionemos nicamente el ejemplo de la sentencia proftica de Jer 22, 13-19 contra
el rey Joaquim:
Ay de aquel que edifica su casa a base de injusticia, que hace trabajar
de balde a sus compatriotas!... Tu padre ayud mucho al oprimido y al
pobre. No significa esto conocerme? Pero tu ojo y tu corazn no atienden sino a tu provecho.
Seores y siervos
260
f)
261
Salmo 72
La innovacin de la imagen del rey en Israel se muestra tambin desde otra perspectiva. En la oracin por el rey el da
de la entronizacin? en Sal 72 se expresan grandes esperanzas.
Es cierto que se aguarda la abundancia universal de la bendicin
de su soberana, pero especialmente significativo es lo concreta
que se presenta la exigencia general de justicia. La preocupacin
por todos los oprimidos (v. 2-4) aparece como la tarea prevalente
del rey (v. 4):
Que haga justicia a los oprimidos del pueblo,
ayude a los hijos de los necesitados
y aplaste al opresor.
11.
12.
13.
14.
262
Seores y siervos
6
7
263
264
Herir a un esclavo
Seores y siervos
265
266
Seores y siervos
267
para que no le parezca absurdamente duro el liberar a un trabajador, v. 18 a :E1 amo debe pensar, en primer lugar, que l mismo
fue esclavo en Egipto y que Yahv lo libert (v. 15b). La solidaridad con los padres constituye, por tanto, simultneamente
la plena solidaridad con el esclavo. En segundo lugar el amor
tiene que pensar en esta cuenta que es clara: seis aos de servicio
en esclavitud igualan al sueldo de un jornalero (v. 18a) 18 . Y el
autor aade otra vez (v. 18b): Adems Yahv, tu Dios, te bendice en cuanto haces.
De este modo el predicador defiende no una obediencia fra,
sino una clara decisin de conciencia y un acuerdo ntimo por
agradecimiento y decidida identificacin con el esclavo ante
Yahv.
Aludamos brevemente en este contexto a la formulacin deuteronmica del precepto sabtico 19 . Se recalca repetidamente
que deben tener descanso ante todo el esclavo y la esclava. La
razn es otra vez el recuerdo de la esclavitud en Egipto (Dt 5, 14 s).
Ah se dice literalmente que:
En cuanto conocemos, esta ley es nica en el antiguo oriente 20. En todos sitios es regla indiscutible la entrega de esclavos
huidos, cf. asimismo 1 Sam 30, 15. Pero el israel libre que se
acuerda de las acciones salvadoras de su Dios, debe simpatizar
con el esclavo escapado ms que con su amo. Aqu se aprecia
no solamente la tendencia a la observancia de un trato humano
para el esclavo cosa que ya pudimos observar en el libro de
En v. 42 se da la razn siguiente:
Pues son mis esclavos, a los que he sacado del pas de Egipto. No pueden ser vendidos como esclavos.
Seores y siervos
La imperiosa necesidad de esclavos se puede solventar comprndolos en los pueblos vecinos, incluso con los nios de los
trabajadores extranjeros (tsbm) y sus descendientes nacidos
en el pas 2 *.
La esperanza de libertad se abre paso continuamente en formas nuevas, incluso en tiempos del mayor y ms generalizado
aprieto como en el exilio babilnico y despus de l. Is 61, 1 ss
anuncia al vocero de albricias, que predica liberacin a los esclavos y proclama el ao de gracia de Yahv, para consolar a todos
los tristes. En Joel 3, 1 s la efusin escatolgica del espritu, que
posibilita un conocimiento de Dios inmediato y libre, comprende
no solo a jvenes y viejos, mujeres y varones, sino tambin a
esclavos y esclavas lo mismo que a los libres. Finalmente, en los
salmos elegiacos el concepto de pobre y oprimido (lni) adquiere
cada vez ms el carcter precisamente de una exigencia jurdica a
Yahv 26 , porque ha jurado defenderlos especialmente (cf. Sal
22, 25; 12, 6, etc.). No tiende aqu todo hacia la meta, en la que
Cristo Jess ha suprimido la contraposicin entre esclavos y
libres (Gal 3, 28)?
268
f)
El jornalero
269
3.
El predicador deuteronmico se sita nuevamente en la psych
del necesitado. Lev 19, 13 b previene categricamente contra la
retencin del sueldo del trabajador hasta la maana siguiente.
Una conducta as est en el contexto al mismo nivel del engao
y el robo (v. 13a). El momento de la paga puede en s ser indiferente, el legislador piensa, con todo, en la necesidad del trabajador.
g) La gran liberacin
El mensaje de libertad encuentra en la ley de santidad en Lev
25, 8 ss una forma notable cuando llama a celebrar un gran ao
de liberacin (derr). Se trata del que hace el nmero 50, en el
que tras siete veces siete aos cada uno debe volver a su clan,
pudiendo reclamar otra vez la posesin de sus tierras. Es el gran
ao de la remisin, que se llama jubilar, porque hay que abrirlo
con el toque del cuerno (ybl). Como garanta de la libertad es,
precisamente como ordenacin utpica, un signo de que Israel
debe considerar y soportar toda esclavitud como algo pasajero.
270
23
SABIOS Y NECIOS
(MAESTROS Y DISCPULOS) *
El hombre camina hacia la libertad mientras es aprendiz.
Durante toda la vida hay que adquirir la sabidura que se requiere para el trato con el mundo y los hombres. La educacin acontece no slo entre padres e hijos 2. Ahora preguntamos dnde se
adquiere sabidura en Israel y cmo se relaciona con la conducta
del individuo, con el poder pblico y el temor de Dios.
1. La escuela
En cuanto el sabio es un hombre disciplinable y capaz, la sabidura presupone la escuela. El antiguo testamento solo nos deja
suponer cmo era en Israel. Con frecuencia se llama sabio el que
domina determinados oficios: tcnica de la fundicin (1 Re
7, 14) orfebrera y escultura (Ex 31, 3), hilandera (Ex 35, 25),
navegacin (Ez27, 8; Sal 107, 27), poltica y arte blico (Is 10, 13).
Para la mayora de las profesiones la escuela ha debido ser
la casa paterna 3.
Pero Israel usa la designacin de sabio (hakm) tambin
para el maestro. Jer 18, 18 lo menciona junto a los estamentos
de sacerdotes y profetas. Como transmisores de ciencias hallamos alusiones a maestros al comienzo de colecciones proverbiales
(Prov 22, 16; 24, 23). De Prov 25, 1 se deduce que esta clase de
sabios tena su escuela en la corte, pues ah se atribuye una coleccin de proverbios de Salomn a los varones de Ezequas,
1. Bibliografa: M. Noth, Bewhrung; U. Skladny, Spruchsammlungen;
H. H. Schmid, Weisheit; G. Fohrer, Weisheit; H. J. Hermisson, Spruchweisheit; G. v. Rad, Weisheit; M. Saebo, hkm; N. C. Habel, Wisdom.
2. Vase anteriormente, p. 238 ss.
3. Vase anteriormente, p. 239 s.
272
Sabios y necios
273
2. La conducta
La sabidura comprende toda la conducta. Sabidura y camino (drak = conducta, proceder) son inseparables 8 . En todos
los estamentos sociales se encuentran sabios y necios. En Prov
14, 8 se dice:
La sabidura del inteligente consiste en meditar su camino,
mas la estupidez de los necios es engao.
Esa sabidura de la vida no se alimenta slo del propio saber:
Necio es quien confa en su inteligencia,
pero se salva quien camina en la sabidura (Prov 28, 26).
El inteligente no renuncia a la correccin de los experimentados :
Los labios del justo apacientan a muchos,
mas los necios mueren por falta de inteligencia (Prov 10, 21).
Aqu se llama justos a los sabios. Esto corresponde a una caracterstica fundamental de la vieja coleccin (Prov 10-15), donde
el justo aparece constantemente como sabio 9. Pues, como nos
dice 10, 8:
Quien tiene un corazn sabio, acepta preceptos,
pero cae quien tiene labios necios.
274
Sabios y necios
275
Sabidura y poder
276
Las verdaderas victorias se consiguen siempre nicamente mediante sabias soluciones polticas y jams por intervenciones militares. Esto vale asimismo para la economa domstica:
Conseguir sabidura es mejor que oro,
adquirir conocimiento vale ms que plata (Prov 16, 16).
As como una casa no debe su consistencia a la magnitud de
las piezas de sillera, ni a la fuerza de los trabajadores, sino a la
esttica del arquitecto y a la capacidad de los albailes (Prov
24, 3), de la misma manera presupone toda economa primeramente conocimiento de lo que se puede almacenar sabiamente
y sin prdida de valor (24, 4) y tambin parar el trabajo un tiempo:
En la casa del sabio hay tesoro valioso (y aceite),
pero un hombre necio lo disipa (Prov 21,20).
La pericia de Jos en economa fue una bendicin para Egipto
y para todo el mundo (Gen 41, 39 ss). El sabio conoce la fuerza constructiva de lo bueno y la violencia destructora de lo malo.
Es bueno lo que hace bien 16. Por eso tiene una importancia
social grande para elegir lo mejor la decisin del prudente.
Por eso deben adquirir los gobernantes, ante todo, la prudencia de los sabios 17. El derecho y la justicia son el pedestal de su
trono (Is 9, 6). As como el labrador diestro separa en la trilla
paja y trigo, as tambin, dice Prov 20, 26:
Un rey sabio avienta a los malvados
y hace pasar sobre ellos la rueda n.
A la paradoja de la sabidura pertenece que el trono de un
rey lo aseguran no los fuertes y ricos, sino los dbiles y los pobres,
con tal de que el rey los defienda:
Un rey que honradamente hace justicia a los pequeos,
su trono se afianza para siempre (Prov 29, 14).
Sabios y necios
277
Sabios y necios
28; Sal 111, 10). Esto vale para la actitud profesional, para una
conducta inteligente, as como para decisiones en el campo social y poltico. El que quiera juzgar rectamente al hombre en lo
referente a sus posibilidades, tiene que medir la importancia que
el temor de Dios tiene para sus ideas.
Cmo puede ocurrir esto ? El punto de partida para los maestros de Israel era la certeza de que las realidades del conocimiento,
o sea, todo el mundo del hombre es creacin de Dios. Pero en
esta creacin rigen ordenaciones que revelan sus reglas al hombre que sabe escuchar, Sal 104, 24:
la apertura para la realidad que le sale al encuentro y el deshacerse de todas las necedades inveteradas? La capacidad de conocimiento es una creacin de Yahv como lo son todos los objetos
conocibles.
El temor de Yahv convence al mismo tiempo al hombre de
los lmites de su conocimiento (Job 38 s); en Prov 25, 2 se lee:
278
Todas tus obras las has hecho con sabidura (Sal 104, 24;
cf. Sal 145, 10-12):
10
Todas tus obras te alaban, Yahv,
tus fieles te bendicen.
11
Hablan del resplandor de tu reino
y celebran tu fuerza,
12
23
para dar a conocer a los hombres tu
fuerza,
el esplandor y la grandeza de tu 23 reino.
279
280
4
24
EL INDIVIDUO Y LA COMUNIDAD i
En el antiguo Israel el individuo vive fuertemente anclado
en la asociacin familiar y, por tanto, en la del pueblo. Si se le
separa o se le aisla, es porque ocurre algo desacostumbrado o
hasta amenazador, tambin quiz algo necesario para la humanizacin del hombre.
1. El individuo en la organizacin comunitaria de Israel
En una somera sociologa del antiguo Israel preguntamos primeramente por los crculos sociales en los que el individuo est
inmerso. En la narracin del robo de Akn vemos de modo intuitivo cmo Josu da con el culpable poco a poco echando
suerte dentro de toda la comunidad. Para empezar hace que todo
el pueblo
de Israel se acerque por tribus y la suerte cay en la tribu de Jud.
Entonces hizo que se acercaran los clanes 2 de Jud y se sac 2
el clan de 2Zraj. Luego hizo que2 se acercara el clan de Zraj segn
familias y se sac la familia de Zabd. A continuacin hizo acercarse a la familia de este varn por varn y la suerte cay en Akn, hijo
de Karm, hijo de Zraj de la tribu de Jud (Jos 7,16-18).
282
El individuo y la comunidad
el padre de Akn, Karm, sino el abuelo, Zabd, el que da nombre a la casa. El es la cabeza (rffs) de la gran familia (cf. 1
Crn 24, 31; Nm 25, 15). Puesto que Akn se debe considerar
como adulto, puede que tenga hijos, de modo que en la gran familia viven cuatro generaciones. A los varones se agregan las mujeres que desposaron y las hijas solteras, los esclavos y esclavas,
los que no tienen derecho de ciudadana y los trabajadores extranjeros 3. Teniendo en cuenta que el nmero de hijos era grande,
que un israel era fcilmente padre a los 20 aos, abuelo a los 40
y bisabuelo a los 60 4 y que los hermanos menores del jefe de familia con sus descendientes podan pertenecer a la gran familia,
se comprende fcilmente que contribuyera sta con cincuenta
al grueso del ejrcito, 1 Sam 8, 12 5 .
3.
4.
5.
6.
7.
8.
283
d) La comunidad de tribus se llama Israel o casa de Israel. Forma una unidad como pueblo de Yahv (Jos 24, 9 s.
31; Jue 5, 11; 2 Sam 1, 12) 10 . El guerrear parece haber sido cosa
de cada tribu o grupos dentro de las tribus en los primeros tiempos,
mientras que Israel esencialmente se aglutinaba como pueblo
de Dios por la profesin comn de las proezas salvadoras de Yahv (Jue 5, 11) y por la proclamacin del derecho divino. Al frente
de la asociacin de tribus estuvo antes de ser estado probablemente el juez de Israel (Miq 4, 14), que era elegido por el senado
de portavoces de las tribus quiz de modo rotatorio de entre las
tribus siguiendo la lista de los llamados pequeos jueces en
Jue 10, 1-5; 12, 7-15 u . El juez de Israel tena que solucionar
casos probablemente difciles, aun no determinados por el derecho
transmitido y tambin preocuparse de la proclamacin peridica
del derecho de Dios en Israel (cf. Dt 31, 9-13; 1 Sam 7, 15-17).
Pero estos hechos no son aclarables con exactitud histrica.
e) En el tiempo en que Israel fue estado parece que el rey se
hizo cada vez ms la instancia suprema jurdica (2 Sam 15, 2 ss;
Jer 26, 10 s. 20 ss). Pero la tradicin ensea que en el tiempo de la
monarqua fue ante todo una serie de profetas los que hicieron oir
el derecho divino como acusadores, tambin y precisamente en
contra de los reyes (Os 7, 3 ss; 8, 4 ss; Is 1, 21 ss; 3, 13 ss; Jer 22).
f) En el tiempo postexlico se constituye Israel como comu"
nidad ("d) n. Adems de los procuradores puestos por el im"
perio ocupante dirigen la comunidad el sumo sacerdote (Ag 1, V
y el senado de ancianos (Joel 1,2).
En cada uno de los perodos de la historia de Israel como
en los grandes cambios del tiempo monrquico antes de ser estado, as como durante el exilio babilnico y despus de l, la
suerte de cada israel era esencialmente la de su pueblo. Es carac9. As piensa M. Noth, GI, 95; vase id., System, 151 ss y L. Rost, Vorstufen, 69 ss.
10. Sobre el problema del nmero de tribus que oscila entre diez, (Jue 5),
y doce y, ante todo, sobre la cuestin de la funcin de la alianza de las tribus,
vase R. Smend, Jahwekrieg.
11. Vase M. Noth, Richter. Para lo que sigue vase G. Ch. Macholz, Gerichtsverfassung, 180 s.
12. Vase L. Rost, Vorstufen, 32 ss.
285
El individuo y la comunidad
284
El hombre como rechazado aparece primeramente donde peca, como Akn, contra los principios del derecho divino y comete
una abominacin en Israel de la que se puede decir: Una cosa
as no se hace en Israel 13. Tambin es caracterstica la frecuente
expresin del Deuteronomio en el sentido de que Israel debe
extirpar lo malo de en medio de l, por ejemplo, Dt 17, 12:
El hombre que se comportara con soberbia y no oyera al sacerdote
que ejerce all el ministerio de Yahv, tu Dios o al juez, ese tal morir.
As extirpars lo malo de Israel.
El trmino solo (yfrid) significa la angustia de la separacin y el aislamiento 14, que indica miseria y tristeza, pues la
soledad como algo ansiado y que hace feliz es absolutamente
desconocida para el antiguo testamento. Estar solo y sin nadie
junto a s implica peligros que conoce especialmente el fugitivo.
Cuando David, perseguido por Sal, entra en casa del sacerdote
Ajimlek en Nob, le pregunta ste:
Por qu ests solo y no tienes a nadie contigo? (1 Sam 21, 2).
Solo (lebad) significa aqu tanto como separado, arrancado, pues bad es el trozo separado del todo 15. El aislado es fcilmente vulnerable. Por eso el consejo de Ajitfel a Absaln es que
ataque a David de noche con 12.000 hombres, de modo que los
acompaantes de David huyan presos del pnico:
Entonces matar yo al rey solo (l'baddo) (2 Sam 17, 2b).
14.
15.
16.
impuro
17.
287
El individuo y la comunidad
El pjaro, las ruinas, el pjaro solitario representan la existencia en abandono total. Esa es la suerte impuesta legalmente
a los leprosos, segn Lev 13, 46:
286
Aunque jams se alaba la soledad, ni se busca para la meditacin o la ascesis, el hombre que confa en Yahv encuentra un
s a tal angustia. Lam 3, 28 se refiere al solitario con las mismas
palabras con que Lev 13, 46 habla del leproso (yseb bdd).
Y de l se dice en Lam 3, 25-33:
25 Bueno es Yahv para quien confa en l,
para el alma que lo busca.
26
Es bueno esperar callando 1 8
la ayuda de Yahv.
27 Es bueno al varn que soporte
un yugo en su juventud.
28 Que se sienta solo (yseb badad) y calle
porque l se lo impone.
2> Ponga su boca en eJ polvo.
Quiz hay esperanza.
31 Pues el Seor no rechaza por siempre.
32
Si aflige, se apiada nuevamente
segn la abundancia de sus obras salvadoras.
33
Pues l oprime n o de corazn 1 9
ni as aflige a los hijos de los hombres.
18.
19.
20.
3.
21
El individuo y la comunidad
288
289
290
25
EL DESTINO DEL HOMBRE i
292
1.
O en 15, 24:
La senda de la vida encamina hacia arriba al cuerdo,
para que escape al mundo de los muertos de abajo.
293
294
295
La meta ltima del trato humano abarca ya en el antiguo testamento todos los pueblos del mundo. Todos ellos deben acabar,
por indicacin de Yahv desde Sin, con el oficio de la guerra
(Is 2, 2-4) u . Desde los puntos de partida ms dispares se determina la direccin de la vida humana con los semejantes: el amor
es la meta. Pero el hombre tiene que ver no slo con su semejante.
3.
297
296
13.
14.
15.
16.
El destino de alabar a Dios y, por tanto, de entablar un dilogo agradecido con el creador no es desbordado en el Sal 8 por
una autofascinacin del hombre a causa de sus aptitudes, pues
ste no pierde de vista sus limitaciones:
Qu es el hombre para acordarte de l?
Y el hijo del hombre para ocuparte de l? (v. 5).
298
299
el coro de los nios (v. 11-13) junto con las obras de la creacin,
desde los astros hasta los gusanos (v. 3-10). El destino de todos los
hombres, tan profundamente distintos y con frecuencia separados
entre s, a conjuntarse en el amor se realiza en la unin para alabar a Dios:
11
12
BIBLIOGRAFA
J. Aistleitner, WB
Wrterbuch der ugaritischen Sprache, ed. O. Eissfeldt (31967).
A. Alt, Anteil
Der-des Konigtums an der sozialen Entwicklung in den Reichen Israel und
Juda (1955): KISchr III 348-372 = Grundfragen 367-391.
A. Alt, Grundfragen
der Geschichte des Volkes Israel, ed. S. Herrmann (1970).
A. Alt, KISchr
Kleine Schriften zur Geschichte des Volkes Israel I (*1959) II (21959) III
(1959).
A. Alt, Recht
Die Ursprnge des israelitischen s: BAL Phil.-hist. Klasse 86/1 (1934)
= KISchr I 278-332 = Grundfragen 203-257.
A Alt Weisheit
Die - Solomos: ThLZ 76 (1951) 139-144 = KISchr II 90-99.
N. E. Andreasen, Sabbath
The od testament . A traditio-historical investigation. Diss. Vanderbilt
(1971): Dissertation Abstracts International 32 (1971/1972) 2781 A.
R. Bach, Bogen
..., der zerbricht, Spiesse zerschlgt und Wagen mit Feuer verbrennt:
PbTh 13-26.
L. Baeck, Judentum
Das Wesen des - (41926).
H. U. von Balthasar, Herrlichkeit III/2/1
- . Eine theologische sthetik: III/2 Theologie; 1 Alter Bund (1967).
J. Barr, Bibelexegese
und modeme Semantik (1965).
J. Barr, Time
Biblical Wordsfor - : StBTh 33 (1962).
C. Barth, Antwort
Die Israels: PbTh 44-56.
C. Barth, Errettung
Die vom Tode in den individuellen Klage- und Dankliedem des Alten
Testaments (1947).
302
Bibliografa
K. Barth, 1/2
Die kirchliche Dogmatik I (Die Lehre vom Wort Gottes). Zweiter Halbband
(1938).
K. Barth, III/l, III/2, III/4
Die kirchliche Dogmatik III (Die Lehre von der Schopfung): 1(1945);
2 (1948); 4 (1951).
K. Barth, IV/4
Die kirchliche Dogmatik IV (Die Lehre von der Versohnung): 4 (1967).
F. Baumgrtel, lb
- , lbb im Alten Testament: ThWNT III (1938) 609-611.
W. Baumgartner, Auferstehungsglaube
Der im Alten Orient: zum Alten Testament und seiner Umwelt (1959)
124-146.
J. H. Becker, Nefesy
Het Begrip - in het Oude Testament (1942)
K. H. Bernhardt, Konigsideologie
Das Problem der altorientalischen im Alten Testament: VT Suppl 8
(1961).
W. Bieder, Geist
- im Alten Testament: ThWNT VI (1959) 357-366.
E. Bloch, Atheismus
im Christentum (1968).
H. J. Boecker, Beurteilung
Die der Anfnge des Konigtums in den deuteronomistischen Abschnitten des 1. Samuelbuches: WMANT 31 (1969).
T. Boman, Denken
Das hebrische im Vergleich mit dem griechischen (51968).
H. Bonnet, RRG
Reallexikon der gyptischen Religionsgeschichte (1952).
N. P. Bratsiotis, 'is
- : ThWAT I 238-252.
N. P. Bratsiotis, basar
- : Th WAT I 850-867.
H. Brunner, Erziehung
Altgyptische (1957).
H. Brunner, Herz
Das horende - : ThLZ 79 (1954) 697-700.
M. Buber, Glaubensweisen
Zwei - (1950) = Werke I (1962) 651-782.
T. Collins, Tears
The physiology of - in the od testament: CBQ 33 (1971) 18-38.185-197.
J. Conrad, Generation
Diejunge im Alten Testament: AzTh 1/42 (1970).
G. Dalman. AuS
Arbeit und Sitie in Palstina I-VII (1928-1942).
L. Delekat, Tendenz
und Theologie der David-Salomo-Erzhlung: Das fem und das nahe
Wort. Festschr L. Rost: ZAW Beih 105 (1967) 26-36.
L. Delekat, Worterbuch
Zum hebraischen - : VT 14 (1964) 7-66.
F. Delitzsch, Psychologie
System der biblischen (21861).
Bibliografa
303
Delling, chrnos
-: ThWNT IX (1972) 576-589.
E. Dhorme, L'emploi
mtaphorique des noms departies du corp en hbreu et en akkadien (1923;
nueva edicin 1963).
L. Drr, Erziehungswesen
Das im Alten Testament und im antiken Orient: MVAG 36/2 (1932).
L. Drr, napas
Hebr. - = akk. napistu = Gurgel, Kehle: ZAW 43 (1925) 262-269.
E.Ebeling, Arzt
- : RLAI(1928) 164s.
G. Eichholz, Paulas
Die Theologie des im Umriss (1972).
W. Eichrodt, Heilserfahrung
und Zeitverstndnis im Alten Testament: ThZ 12 (1956) 103-125.
W. Eichrodt, Menschenverstndnis
Das - des Alten Testaments: AThANT 4 (1947).
W. Eisenbeis, slm
Die Wurzel - im Alten Testament: ZAW Beih 113 (1969).
K. Elliger, BK XI
JesajaU: -(1970ss).
K. Elliger, Leviticus
- : HAT 1/4 (1966).
K. Elliger, ZAW 1955
Das Gesetz Leviticus 18: ZAW 67 (1955) 1-25 = Kleine Schriften zum
Alten Testament: ThB 32 (1966) 232-259.
K. H. Fahlgren, fdaq
nahestehende und entgegengesetzte Begriffe im Alten Testament (Diss.
Uppsala 1932) 1-32.44-54; citado en K. H. Fahlgren, Die Gegenstze von
im Alten Testament: KKoch, Vergeltung, 87-129.
J. Fichtner, Nchsten
Der Begriff des - im Alten Testament: WuD N. F. 4 (1955) 23-52 =
Gottes Weisheit (1965) 88-114.
G. Fohrer, Weisheit
Die - im Alten Testament: ZAW 115 (1969) 242-274.
Fredman-Lundbom, batan
- : ThWAT I, 616-620
V. Fritz, Israel
in der Wste: Marburger Theologische Studien 7 (1970).
K. Galling, Bild vom Menschen
Das in biblischer Sicht: Mainzer Universitts-Reden 3 (1947).
K. Galling, BRL
Biblisches Reallexikon: HAT 1/1 (1937).
K. Galling, Erwhlungstraditionen
Die - Israels: AZW 48 (1928).
K. Galling, Prediger
Der -: HAT 1/18 (21969) 73-125.
K. Galling, Zeit
Das Rtsel der -: ZThK 58 (1961) 1-15.
B. Gemser, Sprche
-Solomos: HAT 1/16 (21963).
Bibliografa
Bibliografa
G. Gerleman, basar
- Fleisch: ThHAT I (1971) 376-379.
G. Gerleman, BK XVIII
Ruth - Das Hohelied: - (1965).
G. Gerleman, dam
- Blut: ThHAT I (1971) 448-451.
G. Gerleman, hyh
- leben: ThHAT I (1971) 549-557.
E. Gerstenberger, Mensch
Der klagende - : PbTh 64-72.
H. Gese, Psalm 22
- und das Neue Testament: ZThK 65 (1968) 1-22.
R. Goeden, Sexualitt
Zur Stellung von Mann und Frau, Ene und im Hinblick auf Bibel und
Alte Kirche: Diss. Gttingen (1969).
H. Gollwitzer, Holz
Krummes aufrechter Gang. Zur Frage nach dem Sinn des Lebens (1970;
51972).
C. H. Gordon, Fratriarchy
- in the od testament: JBL 54 (1935) 223-231.
C. H. Gordon, UT
Ugaritic textbook: AnOr 38 (1965).
F. Horst, Ehe
- im AT: RGG* II (1958) 316-318.
F. Horst, Hiob
- : BK XVI/1 (1968).
A. R. Hulst, kol-bsr
- in der priesterlichen Fluterzhlung: OS 12 (1958) 26-68.
A. R. Hulst, Sabbatgebot
Bemerkungen zum : Studia Bblica et Semtica. Festschr. Th. C. Vriezen
(1966) 152-164.
P. Humbert, Maladie
et medicine dans Vancien testament: RHPhR 44 (1964) 1-29.
H. Jahnow, Leichenlied
Das hebrische - : ZAW 36 (1923).
E. Janssen, Juda
- in der Exilszeit: FRLANT 69 (1956).
M. Jastrow, jr., Religin
Die Babyloniens und Assyriens II/l (1912).
E. Jenni, 'b
- Vater: ThHAT I (1971) 1-17.
E. Jenni, 'dh
- Bruder: ThHAT I (1971) 98-104.
E. Jenni, 'hr
- danach: ThHAT I (1971) 110-118.
E. Jenni, byit
- Haus: ThHAT I (1971) 308-313.
E. Jenni, yhwh
- Jahwe: ThHAT I (1971) 701-707.
E. Jenni, ym
- Tag: ThHAT I (1971) 707-726.
E. Jenni, 'lm
Das Wort-im Alten Testament: ZAW 64 (1952) 197-248; 65 (1953) 1-35.
E. Jenni, Sabbatgebot
Die theologische Bedeutung des -es: ThSt Zrich 46 (1956).
A. Jepsen, Amab
- und Schiphchab: VT 8 (1958) 293-297.
A. Jepsen, Chronologie
R. Hanhart, Untersuchungen zur isr.-jdischen -: ZAW Beih 88 (1964)
J. Jeremas, Kultprophetie
- und Gerichtsverkndigung in der spten Knigszeit Israels: WMANT 35
(1970).
La Biblia de Jerusaln
A. R. Johnson, Vitality
The of the individual in the thought of ancient Israel (1949; 21964).
E. Johnson, 'nap
- : ThWAT I 378-389.
E. Jngel, Grenzen
- des Menschseins: PbTh 199-205.
E. Jngel, ...keine Menschenlosigkeit
- Gottes... Zur Theologie Karl Barths zwischen Theismus und Atheismus: EvTh 31 (1971) 376-390.
E. Jngel, Tod
-: Themen der Theologie 8 (1971).
304
N. C. Habel, Wisdom
The symbolism of in Proverbs 1-9: Interpretation 26 (1972) 131-157.
V. Hamp, bkh
- : ThWRT I (1972) 638-643.
W. Helck, Altersversorgung
- : LI(1972) 158 ss.
J. Hempel, Arzt
Ich bin der Herr, dein - : ThLZ 82 (1957) 809-826.
J. Hempel, Ethos
Das - des Alten Testaments: ZAW 67 (1938).
J. Hempel, Heilung
- ais Symbol und Wirklichkeit im biblischen Schrifttum (21965).
M. Hengel, Judentum
- und Hellenismus (1969).
M. Hengel, Mensch
Was ist der - ? : PbTh 116-135.
H. J. Hermisson, Spruchweisheit
Studien zur israelitischen - : WMANT 28 (1968).
H. J. Hermisson, Weisheit
-und Geschichte: PbTh 136-154.
F. Herzog, Menschenbild
Befreiung zu einem neuen ? Anthropologische berlegungen zum Problem der Lebensqualitt: EvKomm 5 (1972) 516-520.
A. J. Heschel, Sabbath
The , its meaning for modern man (1951/1952).
F. Hesse, ms~fr
-und mast'h im Alten Testament: ThWNT IX (1972) 485-500.
J. Hessen, Platonismus 2
und Prophetismus ( 1955).
Hoffner, byit
- : T h W A T I 629-638.
20
305
306
Bibliografa
H . Kees, Pyramidentexte
-,Sargtexte
und Totenbuch: H d O I, I 2 Aegyptologie. Literatur (21970)
52-68.
C. A. Keller, Das quietistische Element
- in der Botschaft des Jesaja: ThZ 11 (1955) 81-97.
K. Koch, Blut
Der Spruch Sein bleibe auf seinem Haupt und die israelitische Auffassung vom vergossenen - : VT 12 (1962 386-416 = K. Koch (ed.), Vergeltung 432-456.
K. Koch (ed.), Vergeltung
Un das Prinzip der in Religin und Recht des Alten Testaments: W F 125
(1972).
K. Koch, Vergeltungsdogma
Gibt es ein - im Alten Testament?: ZThK 52 (1955) 1-42 = Vergeltung:
W F 125 (1972) 130-180.
J. Koeberle, Natur und Geist
- nach der Auffassung des Alten Testaments (1901).
L. Kohler, Mensch
Der hebrische (1953).
H. J. Kraus, Erziehung
Geschichte ais - : PbTh 258-274 = Biblisch-theologische Aufstze (1972)
66-83.
H. J. Kraus, Gott
Der lebendige - : EvTh 27 (1967) 169-200 = Biblisch-theologische Aufstze (1972) 1-36.
H. J. Kraus, Psalmen
- : BK XV (31966).
H. J. Kraus, Threni
- : BK X X (31968).
J. Khlewein, 'em
- Mutter: ThHAT I (1971) 173-177.
J. Khlewein, 'iss
- Frau: ThHAT I (1971) 247-251.
J. Khlewein, bn
- Sohn: T h H A T I (1971) 316-325.
W. F . Kmmel, Melancholie
- und die Mach der Musik. Die Krankheit Konig Sauls in der historischen Diskussion: Medizinhistorisches Journal (Hildesheim) 4 (1969)
189-209.
E. Kutsch, Salbung
- ais Rechtsakt: ZAW 87 (1963).
E. Kutsch, Sehen
- und Bestimmen. Die Etymologie von b'rit: Archologie und Altes Testament. Festschr. K. Galling (1970) 165-178.
E. Kutsch, Verheissung
- und Gesetz: ZAW 131 (1973).
B. Landsberger, Eigenbegrifflichkeit
Die der babylonischen Welt (1965).
G. Liedke, 'zn
- Ohr: ThHAT I (1971) 95-98.
G . Liedke, Rechtsstze
Gestalt und Bezeichnung alttestamentlicher : WMANT 39 (1971).
Bibliografa
307
L. Low, Lebensalter
Die in der jdischen Literatur: Beitrage zur jdischen Altertumskunde
2 (1875).
N . Lohflnk, Sicherung
Die der Wirksamkeit des Gotteswortes durch das Prinzip der Schriftlichkeit der Tora und durch das Prinzip der Gewaltenteilung nach den Aemtergesetzen del Buches Deuteronomium: Testimonium Veritati: Frankfurter
Theologische Studien 7. Festschr. W. Kempf (1971) 143-155.
E. Lohse, sbbaton
- : ThWNT VII (1964) 1-35.
O. Loretz, Gottebenbildlichkeit
Die des Menschen (1967).
O. Loretz, Mensch
Der - ais Ebenbild Gottes: Anima 19 (1964) 109-120 = L. Scheffczyk
(ed.), 114-130.
D . Lys, Basar
La chair dans Panden testament (1967).
D . Lys, Nphsh
Histoire de l'ame dans la rvlation d'Israel au sein des religions procheorientales: EHPhR 50 (1959).
D . Lys, Rach
- : le souffle dans l'ancien testament: E H P h R 56 (1962).
V. Maag, Tod
und Jenseits nach dem Alten Testament: SThU 1964, 17-37.
F. Maass, 'dm
- : T h W A T I 81-94
F . Maass, '"nos
- : ThWAT I 373-375.
F. Maass, Selbstliebe
Die nach Leviticus 19, 18; Erlanger Forschungen A 10. Festschr. F .
Baumgartel (1959) 109-113.
G. Ch. Macholz, Gerichtsverfassung
Die Stellung des Konigs in der israelitischen - : ZAW 84 (1972) 157-182
H. de Meulenaere, Aerzteschule
- : LAE I (1972) 79 s.
D . H. von Meyenfeldt, Hart
Het (leb, lebab) in het oude testament (1950).
J. Moltmann, libertad
Sobre la , la alegra y el juego, Salamanca 1972.
J. Moltmann, hombre
El . Antropologa cristiana en los conflictos del presente, Salamanca 1973.
J. Moltmann, Zukunft
Hoffnung und die biomedizinische des Menschen: EvTh 23 (1972) 309-326.
S. Morenz, Kohlen
Feurige - auf dem Haupt: ThLZ 78 (1953) 187-192.
S. Morenz, Religin
gyptische : Die en der Menschheit 8 (1960).
L. Morris, Blood
The biblical use ofthe term - : JThSt 3 (1952) 216-227; 6 (1955) 77-82.
H. R. Mller-Schwefe, Mensch
Der das Experiment Gottes (1966).
J. Muilenburg, Time
The biblical ew of - : HThR 54 (1961) 225-271.
308
Bibliografa
A. Murtonen, Soul
The living : A study of the meaning of the word naefaeS un the od testament hebrew language: StudOr XXIII/1 (1958).
U. Nembach, Ehescheidung
nach alttestamentlichem und jdischem Recht: ThZ 26 (1970) 161-171.
E. Neufeld, Hygiene
conditions in ancient Israel: BA 34 (1971) 42-66.
M. Noth, ATD 5
Das zweite Buch Mose: Exodus: (41968).
M. Noth, ATD 6
Das dritte Buch Mose: Leviticus: P1966).
M. Noth, ATD 7
Das vierte Buch Mose: Numeri: (1966).
M. Noth, Bewhrung
Die - von Solomos -ogottlicher Weisheit: VT Suppl 3 (1955) 225-237
= GesStud II: ThB 39 (1969) 99-112.
M. Noth, BK IX
KBnige: - / l (1968).
M. Noth, GI
Geschichte Israels (71969).
M. Noth, Richter
Das Amt des -s Israelsa: Festschr. A. Bertholet (1950) 404-417 = GesStudlX: ThB 39 (1969) 71-85.
M. Noth, System
Das der zwolf Stmme Israels: BWANT 52 (1930).
M. Noth, P
berlieferungsgeschichte des Pentateuch (1948).
J. Oelsner, Krperteile
Benennung undFunktion der im hebrischen Alten Testament (Diss. 1960).
A. Ohler, Elemente
Mythologische im Alten Testament (1969).
E. Otto, Mensch
Der ais Geschopf und Bild Gottes in gypten: PbTh 335-348.
W. Pannenberg, Mensch
Was ist der ? Die Anthropologie der Gegenwart im Lichte der Theologie (1962).
J. Pedersen, Israel
- , its Ufe and culture I-II (1927).
L. Perlitt, Mose
~ ais Prophet: EvTh 31 (1971) 588-608.
G. Pidoux, L'homme
- dans l'ancien testament: Cahiers Thologiques 32 (1953).
H. Plessner, Anthropologie
- II. Philosophisch: RGG I (H957) 410-414.
J. van der Ploeg, Vesperance
- dans l'ancien testament: RB 61 (1954) 481-507.
J. P. M. van der Ploeg, Slavery
- in the od testament: VT Suppl 22 (1972) 72-87.
J. G. Plger, '"dama
- : ThWAT I 95-105.
Bibliografa
309
O. Ploger, Daniel
Das Buch -: KAT XVIII (1965).
O. Ploger, Sentenzensammlungen
Zur Auslegung der des Proverbienbuches: PbTh 402-416.
H. D. Preuss, Zukunftserwartung
Jahweglaube und -: BWANT 87 (1968).
G. Quell, Tod
Die Auffassung des -es in Israel (1925; nueva edicin 1967).
G. v. Rad, ATD 2-4 ()
Das erste Buch Mose. Gnesis Kap. 1-12, 9: ATD 2 (1949; Kap, 12,10-25,
18: ATD 3 (1952); Kap. 25, 19-50, 26: ATD 4 (1953). - (1972).
G. v. Rad, ATD 8
Dasfnfte Buch Mose. Deuteronomium: (21968).
G. v. Rad, Christliche Weisheit?
- : EvTh 31 (1971) 150-154.
G. v. Rad, Gerechtigkeit
und Leben in der Kultsprache der Psalmen: Festschrift Alfred
Bertholet (1950) 418-437 = Gesammelte Studien zum Alten Testament:
ThB 8 (41971) 225-247.
G. v. Rad, Gottesvolk
Das - im Deuteronomium: BWANT 47 (1929).
G. v. Rad, Naaman
- eine kritische Nacherzhlung: Medicus Viator (Festschrift RSiebeck
1959) 297-305.
G. v. Rad, Ruhe
Es ist noch eine - vorhanden dem Volke Gottes: TAZ 11 (1933) 104-111
= Gesammelte Studien zum Alten Testament: ThB 8 ("1971) 101-108.
G. v. Rad, Tag
Der - im AT: ThWNT II (1935) 945-949.
G. v. Rad,
Teologa del antiguo testamento, Salamanca I (21973), II (31974).
G. v. Rad, Weisheit
- in Israel (1970).
C. H. Ratschow, Zeitproblem
Anmerkungen zur theologischen Auffassung des -s: ZThK 51 (1954) 360-387.
W. Reiser, Verwandtschaftsformel
Die - in Gen. 2, 23: ThZ 16 (1960) 1-4.
H. Graf Reventlow, Blut
Sein komme ber sein Haupt: VT 10 (1960) 311-327 = K. Koch (ed.),
Vergeltung 412-431.
N. H. Ridderbos, Psalmen
Die - : Z A W 117 (1972).
H. Ringgren, 'b
- : ThWAT I 1-19
H. Ringgren, 'h
- : ThWAT I 205-210.
H. Ringgren, Sprche
- W. Zimmerli, Prediger: ATD 16/1 (1962) 1-122.
L. Rost, Leberlappen
Der - : ZAW 79 (1967) 35-41.
Bibliografa
Bibliografa
L. Rost, Vorstufen
Die von Kirche und Synagoge im Alten Testament: BWANT 24 (1938;
nueva edicin 1967).
W. Rudolph, Hosea
- : KAT XIII/1 (1966).
W. Rudolph, KAT XVII/1-3
Das Buch Ruth; das Hohelied; die Klagelieder: (1962).
310
M. Saebo, hkm
- weise sein: ThHAT I (1971) 557-567.
J. Scharbert, Fleisch
, Geist und Seele im Pentateuch: Stuttgarter Bibelstudien 19 P1967)
J. Scharbert, Schmerz
Der im Alten Testament: BBB 8 (1955).
J. H. Scheepers, gees
Die van god en die van die mens in die oud testament (1960).
L. Scheffczyk (ed.), Mensch
Der - ais Bild Gottes: WF 124 (1969) 49-68.
H. H. Schmid, Weisheit
Wesen und Geschichte der - : ZAW 101 (1966).
W. Schmidt, Begriffe
Anthropologische im Alten Testament: EvTh 24 (1964) 374.388.
W. H. Schmidt, Dekalog
Uberlieferungsgeschichtliche Erwgungen zur Komposition des s: VT
Suppl 22 (1972) 201-220.
W. H. Schmidt, Gebot
Das erste -: TheolEx 165 (1969).
W. H. Schmidt, Konigtum
Kritik am - : PbTh 440-461.
W. H. Schmidt, Schopfungsgeschichte
Die - : WMANT 17 (21967).
W. Schottroff, Gedenken
im Alten Orient und im Alten Testament: WMANT 15 (21967).
H. Schulz, Todesrecht
Das - im Alten Testament: ZAW 114 (1969).
Schweizer-Baumgrtel-Meyer, sarx
- usw.: ThWNT VII (1964) 98-151.
E. Schweizer, cholks
-: ThWNT IX (1972) 460-468.
E. Schweizer, Sklavenproblem
Zum - im Neuen Testament: EvTh 32 (1972) 502-506.
H. Seidel, Einsamkeit
Das Erlebnis der im Alten Testament: Theologische Arbeiten 29 (1969.
M. Sekine, Zeitauffassung
Erwgungen zur hebrischen : VT Suppl 9 (1963) 66-82.
M. Seligson, nps mt
The meaning of in the od testament: Stud Or XV/2 (1951).
J. van Seters, Childlessness
The problem of in near eastern law and the patriarchs of Israel: JBL 87
(1968) 401-408.
K. Seybold, Kranken
Das Gebet des Kranken im Alten Testament: BWANT 99 (1973).
311
M. Tsevat, Sabbath
The basic meaning of the biblical - : ZAW 84 (1972) 447-459.
R. de Vaux, Lebensordnungen
Das Alte Testament und seine I (21964).
W. Vischer, Nehemia
, der Sonderbeauftragte und Statthalter des Konigs: PbTh 603-610.
W. Vollborn, Zeitverstndnis
Studien zum des Alten Testaments (1951).
J. Vollmer, Rckblicke
Geschichtliche und Motive in der Prophetie des Amos, Hosea undJesaja:
ZAW 119 (1971).
Th. C. Vriezen, Hoffnung
Die - im Alten Testament: ThLZ 78 (1953) 577-587
Th. C. Vriezen, Liebesgebot
Bubers Auslegung des - s Lev 19, 18b: ThZ 22 (1966) 1-11.
Bibliografa
Bibliografa
L. Wachter, Tod
Der - im Alten Testament: AzTh II/8 (1967).
L. Wchter, Gemeinschaft
und Einzelner im Judentum: Aufstze und Vortrage zur Theologie und
Religionswissenschaft 16 (1959)
V. Wagner, Rechtsstze
in gebundener Sprache und Rechtssatzreihen im israelitischen Recht:
ZAW 127 (1972).
G. J. Wenham, betlh
agirl of marriageable age: VT 22 (1972) 326-348.
V. Wessetzky, Alter
- : LAE I (1972) 154-156.
C. Westermann, 'dm
Mensch: ThHAT I (1971) 41-57.
C. Westermann, ATD 19
Das Buch Jesaja Kap. 40-66: - (1966).
C. Westermann, BK I
Gnesis: (1966ss).
C. Westermann, Ertrge
Gnesis 1-11: der Forschung 7 (1972).
C. Westermann, Heilung
und Heil in der Gemeinde aus der Sicht des Alten Testaments: Zehntes
Seminar fr christlichen rztlichen Dienst III/Februar 1971 I-VI.
C. Westermann, Hoffen
Das im Alten Testament: Theologia Viatorum 4 (1952/1953) 19-70 =
Forschung am Alten Testament: ThB 24 (1964) 219-265.
C. Westermann, yhl
pi./hi. warten: ThHAT I (1971) 727-730.
C. Westermann, kbd
schwer sein: ThHAT I (1971) 794-812.
G. Widengren, Review
M. Seligson, The Meaning ofnps mt in the od testament: VT 4 (1954)
97-102.
J. R. Wilch, Time
and event (1969).
H. Wildberger, Abbild
Das - Gottes: ThZ 21 (1965) 245-259.481-501.
H. Wildberger, BK X
Jesaja: - / l (1972).
H. W. Wolff, BK XTV/1
Hosea: - P1965).
H. W. Wolff, BK XIV/2
Joel und Amos: - (1969).
H. W. Wolff, Frieden
ohne Ende: BiblStud 35 (1962).
H. W. Wolff, Geschichtswerk
Das Kerygma des deuteronomistischen -s: ZAW 73 (1961) 171-186 =
Gesammelte Studien zum Alten Testament: ThB 22 (1964 = 21973) 308324.
H. W. Wolff, Jahwe
und die Gotter in der alttestamentlichen Prophetie: EvTh (1969) 397416 = Gesammelte Studien zum Alten Testament: ThB 22 (21973) 418-441.
H. W. Wolff, Jahweglaube
- und Selbstverstndnis Altisraels: Wegweisung. Vortrage zum Bibelverstndnis (1965) 54-77.
H. W. Wolff, Jahwist
Das Kerygma des -en: EvTh 24 (1964) 73-98 = Gesammelte Studien zum
Alten Testament: ThB 22 (1964 = 21973) 345-373.
H. W. Wolff, Volksgemeinde
- und Glaubensgemeinde im Alten Bund: EvTh 9 (1949/1950) 65-82.
A. Svander Woude, z'rff"
- Arm: ThHAT I (1971) 522-524.
A. Svander Woude, yod
- Hand: ThHAT I (1971) 667-674.
E. Wrthwein, Psalm 139
Erwgungen zu -: VT VII (1957) 165-182 = Wort und Existenz. Studien
zum Alten Testament (1970) 179-196.
312
313
W. Zimmerli, BK XIII
Ezechiel: - (1969).
W. Zimmerli, Hoffnung (1966)
Der Mensch und seine nach den Aussagen des Alten Testaments: Studia
bblica et semtica. Festschr. Th. C. Vriezen (1966) 389-403.
W. Zimmerli, Hoffnung (1968)
Der Mensch und seine im Alten Testament: VR 272 S (1968).
W. Zimmerli, Menschenbild
Das - des Alten Testaments: TheolEx N. F. 14 (1949).
W. Zimmerli, Prediger
H. Ringgren, Sprche/ -: ATD 16/1 (1962) 123-253.
W. Zimmerli, Weltlichkeit
Die - des Alten Testaments: VR 327 S (1971).
H. J. Zobel, bdd
- : ThWATI 511-518.
3, 18 s: 176
3, 19: 131, 135.
,137 157
1:132,135
3, 20: 129
1, 2: 53
3,21: 118
1, 8s:220
3, 22: 125, 137,
158
1, 9b: 221
3, 22-24: 118
1: 14: 121
3,23: 131, 176,
203
1, 14b: 121
294
3, 26: 176
1, 20: 134
2, 19: 40, 41, 216, 230 4:294
l,20s:40
2, 19b: 229
4, 1-6: 251
1, 22: 189, 216
2, 19 s: 216
4, 2: 176, 251
1, 24: 40
2, 21: 230
4, 5: 107
1, 26: 175, 217 s, 295
2, 21bg: 46
4, 8a: 251
1, 26b: 217 s, 220
2,21 s: 130
4, 8b: 251
1,26-28:216
2, 22b: 230
4, 9a: 251
1, 26-30: 131
2,23:49, 130, 216, 224 s 4, 9b: 251
1, 26 s: 199,203
2, 24: 49, 129, 223
4, 10: 89, 118, 251
1,27:218,223
2, 24a: 230
4, 11:251
1, 27b: 219
2, 24b: 230
4, 14: 118
1, 28: 175, 189, 203,
2,25:232
4, 14 s: 203
216 s, 222, 237, 295
2, 25b: 230
4, 15: 229
1, 28a: 133
2-3: 157
4, 17: 176
1, 29 s: 220
3: 158,294
4, 19: 224
1, 30: 40
3, 1 s: 118,216
4, 20: 176
2: 132, 135
3, 7: 232
4, 20-22: 239
2, 1-3: 188
3,7-11: 230
4, 21: 176, 295
2,3: 129,189
3, 8: 53
4, 22: 176, 248,
295
2, 4a: 121
3, 8-10: 109
4,26: 119
2,4b: 117
5: 164
2,5: 117, 119, 175, 176 3, 11:232
2, 7: 25, 40 s, 88 s,
3, 15-19: 118
5, 1: 121,217
130 s, 135, 158, 230, 3, 16: 203, 232
5, 3: 217
292
3, 16b: 230
5, 24: 150
2, 15: 118, 176, 203, 216 3, 16 s: 157
6, 1: 119
2, 15bP: 176
3, 17: 176
6, 1-4: 102
2, 15-17: 216
3, 17-19: 203
6, 2: 102, 224
GNESIS
2, 16: 216
2, 16 s: 130, 216
2,17: 118, 157 s, 292
2, 18: 130,216
2, 18a: 229
2, 18b: 229
2, 18-23: 110, 119, 216,
316
6,3:51, 54,56, 164
6, 5: 78, 118
6, 6: 84, 292
6,8:292
6,9: 121
6, 12: 49, 51
6, 17: 50, 53, 55
6, 22: 248
7, 15: 53, 55
7, 22: 53 s, 89
8, 1:54
8,5: 101
8, 10: 204
8, 11: 120
8, 12: 204
8,21:84, 118 s
8, 21 s: 292
8,22: 118 s, 185
9: 193
9, 1 s: 220
9, 4: 90
9, 4-6: 90
9, 4 s: 36
9,5:40
9, 6: 40, 215, 221
9, 10: 40
9, 12: 40
9, 14-16: 203
9, 15: 40
9, 16: 40, 50
9, 20: 119
9, 20 s: 176, 295
9, 21 s: 291
9,22-25:232
10,1: 121
10, 8: 119
11,3: 176,295
11, 4a: 295
11, 4b: 295
11,6: 119
19, 19: 41
19, 25: 86
19, 31: 137
20,3:224
20, 4: 120, 166
21, 8: 166
21,9: 167
21, 16: 155
22: 159
22, 17: 237
23: 139
23, 1: 121
23, 8: 33
24, 2: 93
24, 5-8: 223
24, 11: 120
24, 15: 119
24, 16: 102, 167
24, 20: 36
24, 29 s: 248
24, 38: 281
24, 40: 281
24,45:75
24, 50: 248
24, 58 s: 223
24, 60: 247
24,67:228
35, 4: 109
35,8: 139
35, 18: 29, 37
35,28: 164
35,29: 153
36, 1: 121
37: 251
37, 2: 121
37,3-11:247
37, 18: 119
37,21: 31
37,25: 198
37, 26: 89
37,27:49
38: 248
38, 27: 120
39, 5: 209
39, 6: 103
39 s: 251
40, 20: 101
40,33: 56
40, 38: 56
40, 39 s: 56, 276
41, 49: 209
41, 57: 209
42, 13: 247
42, 21: 34
42, 22: 89
42, 28: 69
42, 32: 247
42, 35: 38
42, 38: 168
43, 18: 119
43, 20: 119
44,29: 143
44, 30: 33
44,31: 143
45, 5: 292
45,26s: 55
45,28: 119
46, 15: 40
46, 18: 40
46, 22: 40
46,25:40
46, 26: 39 s
46,27:40
47, 8s: 164
47, 29: 93
48, 1 s: 137
48, 10: 168, 196
48, 14: 138
48, 15: 101
48, 17-19: 161
48, 19: 138
48,21: 138
49, 8: 248
49, 11:91
50, 7-9: 139
50, 10 s: 139
50, 13: 139
50, 15-21:247
50, 20: 292
50, 21: 79
50, 25: 50
XODO
1,5:93
1,8: 119
2, 2: 102
2, 3-9: 239
2, 22: 133
3, lis: 110
3, 14: 207
4,16: 111
4, 19: 37
4, 21: 79
5,3: 196
6-8:267
7,3:79
7, 15: 79
7,28:94
9, 18: 120
9,30: 119
10,7:119
10, 13: 54
10, 19: 54
12, 3: 244
12,9:93
12, 24-27: 240
12, 34: 120
12,40s: 120
13, 8: 240
13, 14 s: 240
13, 19: 50
14: 297
14, 5: 75
14, 13: 125, 184
14, 13s: 108 s
14, 30 s: 109
15,8: 56,67
15,21:54,297
15,23-25:201
15,26:202
16: 191
317
16, 27: 192
18,8:250
18, 13: 250
18, 17: 250
19, 1: 120
19, 7 s: 110
19, 9: 125
20: 185
20,3:231
20, 5 s: 242
20, 8: 185 s
20, 10: 186, 190
20, 11: 188 s
20, 12: 244
20, 14: 231
21, 2: 250, 263
21, 2-6: 263
21,3:223,263
21, 4: 263
21, 5 s: 109, 263 s, 294
21, 6: 125
21, 7: 265
21,7-11: 226 s, 265, 294
21,9:224,265
21, 10: 224, 265
21, 12 s: 156
21,15:244
21, 16: 250
21, 17: 244
21, 18 s: 198 s
21, 20 s: 264
21,21:265
21, 22: 223
21, 23 s: 37
21, 24: 100
21, 26 s: 264
22, 4: 250
22, 12: 250
22, 15: 234
22, 16: 224
22, 21: 295
22, 24: 250
22, 27: 283
22,28: 159
23, 2 s: 267
23, 4 s: 253, 294
23, 9: 34
23, 10: 190
23, 12: 189
24: 185
24, 1: 288
24, 2: 288
24,3: 110
24, 6: 91
318
24 7: 110
24,8:91
24, 16-18: 121
28,3:57
28, 29 s : 65
3, 4: 96
3, 10: 96
3,15:96
3, 17: 90
4, 5-34: 91
4,11:46
7,15-21:46
7, 26: 90
11, 10: 40
11,32-35: 195
11,46:40
12, 2: 195
12,3: 166
13, 2: 48
13, 4: 48
13, 46: 286, 288
13s: 198
15, 2 s: 47
15, 7: 47
15, 19: 47
16, 14-19: 91
17,3:90
17, 4: 90
17, 6: 90
1,2: 101
1,3: 165
1,8: 165
3, 1: 121
4,3: 165
4, 23: 165
5, 2: 40
5, 6: 39
5, 14: 60
5, 30: 60
6, 6: 40
6,11:40
7, 2: 283
8,7:48
8, 24-26: 165
9, 13:39s
11,6:37
11, 15: 243
11, 17: 58
11,25:58
11,26: 58
11,31:54
11,33: 119
13, 23 s: 102
14, 24: 60
14, 29: 165
15, 32-36: 193
15, 39: 70 s
16, 22: 58
16,23:79
16, 28: 82, 84
17, 11 s: 195
18, 15: 50
18, 20: 150
19, 1 s: 145
19, 5: 46
19, 11:40, 145s
19, 16: 145
19, 17 s: 145
19, 18: 40
20, 14: 249
21,4:35
21,4-9:201
21, 5b: 28
23, 10: 142
24, 2 s: 56
25, 1: 119
25, 15: 282
26, 2: 165
26, 5 s: 282
26, 57 s: 282
27, 1-8: 248
27,9:248
27, 10 s: 248
27, 16: 58
27, 18: 60
28,3: 186
28,9 s: 186
30, 7: 224
31, 13:283
32, 11: 165
32, 22: 220
32, 29: 220
35, 11: 31
35, 15:31
35, 30: 31
35,33:90
DEUTERONOMIO
1,28: 102
1, 37: 140
2, 4: 249
2, 8: 249
2, 30: 50, 79
3, 23-29: 140
4,1: 140
4,9:240
4,11:67
4,29: 80
4, 44: 121
5, 1-3: 122
5, 9 s: 242
5, 12: 186
5, 14: 186, 190
5, 14 s: 266
5,15: 186
5, 16: 168, 244
5, 26: 51
6, 4: 108, 291
6, 4 s: 290
6, 5: 34, 80
6, 6: 74
6, 20: 187
6,20-25:240
7,9-11: 122
319
19, 6: 31
320
28, 47: 69
29, 1-3: 108
29, 3:72 s
29, 13 s: 123
29, 22: 86
29, 28: 123
30, 11-20: 122
30, 15: 144, 156
30, 15-20: 292
30, 19: 144, 292
30, 20: 121
31, 1-6: 138
31, 9-13: 283
32, 11: 53
32, 14: 91, 96
32,25: 165
32, 39: 149
32,47: 110
34, 6: 140
34, 7: 164, 168, 172
34, 9: 60 s, 140
3, 24: 93
5,11:283
5, 30: 101
6, 13:240
JOSU
2,11:69
3, 10: 144
4, 20-24: 240
5,1:69
5, 12: 185
7, 5: 69
7, 10-18: 284
7, 16-18: 281
7, 16 s: 282
7, 17 s: 281 s
8, 20: 100
9, 21 s: 166
10, 40: 88
11,11:87
11, 14: 88
18,1:220
21, 43 s: 184
23, 14: 137 s
23, 15 s: 138
24: 249
24, 9 s: 283
24, 29: 164
JUECES
1, 34 s: 282
3, 10: 56
3, 21 s: 93
4, 2: 170
4, 4: 170
14, 6 s: 79
14, 32 s: 90
16,1-13:131
16, 7: 67, 101 s
16, 12: 103, 167
16, 14: 200
4, 4 s: 248
4,
4,
4,
4,
9: 170
10: 248
11: 170
17: 248
6, 15: 171
7, 2: 22, 100
8,3: 59
8, 20: 167
8, 30: 93
8, 30 s: 226
9, 2: 49
9, 8-15: 256
9,53: 101
10, 1-5:283
10, 16: 35,44
11,8: 101
12,3:37
12,7-15:283
12, 9: 230
13,25: 56
14, 1-3: 224
14, 6: 56
15,19: 54 s
16, 15: 75
16, 16: 35
16,17:75,93
16, 20: 42
18, 2: 282
18, 20: 69
18,25:34
18, 27 s: 282
19,
19,
19,
19,
19,
19,
19,
19,
1 s: 226, 234
3: 78
5: 66
6: 69
8: 66
9: 69
11 s: 252
24 s: 226
19, 29: 99
20, 4 s: 226
20, 6: 232
20, 10: 232
RUT
1,11 s:248
2, 20: 248
3, 12: 248
1 SAMUEL
1:227
1, 2: 226
1, 8: 69
1, 10: 34
1, 11: 166
1, 15:34
1,21-28:165,239
4, 20: 230
7, 15-17: 283
8, 1 s: 239
8, 12: 282
8, 20: 260
9, 2: 101
9, 20: 75
10, 6: 56
10, 17-24: 284
10, 19: 282
10,21:282
10,23: 101
10, 27: 257
12:138
12, 24: 81, 277
13,7-15:257
13, 14: 83
21
2 SAMUEL
1, 10: 99
1, 12: 283
1, 16: 91
I, 26 s: 253
3, 14: 224
3, 15: 228
3, 16: 226
3,21:32
4, 4: 197
4, 8: 37
5,1:49
5,4: 164 s
5, 8: 35
5, 13: 226
7,1: 184
7,3:79
7,11: 184
7, 21: 84
7,27:78
8, 1: 220
II, 2s: 233
11, 6s: 233
11,26:223
11 s: 277
12, 1 s: 257
12, 16 s: 155
12,23: 153, 155
13, 1-15: 233
13, 4: 249
13, 11:233
13, 12: 232
13,21:240,277
14, 2 s: 272, 277
14,25: 101,103
14, 25s: 167
15, 1: 277
15, 1 s: 257
15, 2 s: 283
15, 6: 73, 80
15, 25 s: 280
15, 30: 280
16, 8: 91
16, 10-12: 280
16,11:37
16,14: 29
16, 15 s: 272
321
17, 12: 277
17, 14: 65, 67, 277
19, 6: 37
19, 13 s: 49
20, 16: 272
20, 16 s: 277
20, 22: 272
21, 1-14: 140
1, 5: 227
1, 6: 102, 240, 267
1, 12: 37
2, 1-9: 140
2, 1 s: 139
2, 2: 137
2, 6-8: 259
2, 10: 140
2, 32 s: 91
2, 38: 91
3:72,276
3, 7 s: 167
3, 8 s: 177
3, 9-12: 72
3,11:37, 157
3, 14: 157
3, 16: 177
4,1:259
4,5:259
4, 11 s: 259
5, 2: 296
5, 9: 68
5, 9-14: 72
5, 10: 295
5, 12 s: 177
7, 14: 271
8, 29: 85
8, 56: 184
8, 61: 80
9,3:85
9, 13: 249
10, 10: 198
10, 17a: 260
10,26-29:269
11, 1-13: 260
322
11,3:226
11,4:80
11, 17b: 260
11, 18: 160
11, 19a: 260
11, 19b: 260
11, 26-28: 258
11, 26 s: 100,258
11, 29: 288
11,37:32
11, 40: 258
12: 269
12, 1 s: 258
12,4: 171
12, 6 s: 167, 170
12, 7: 171, 258
12,8: 170 s
12, 8 s: 167
12, 10: 170 s
12, 10 s: 258
12, 11:239
12,13: 167, 170
2 REYES
1, 1-4: 167
1,2: 195
1, 13:37
2,3: 150,240
2, 5: 150, 240
2, 7: 240
2, 9s:58
2, 12: 240
2, 15: 58
2, 16: 54
3, 22: 91
4, 1: 240
4, 18 s: 196
4, 27: 34
4, 38: 240
5, 1: 196
5, 6: 200
5, 6s: 196
5, 14: 198
5, 15: 201
5, 17 s: 201
5, 22: 240
5, 26: 73
6, 1: 240
6, 2 1 : 240
8,29: 195
9, 1: 240
9,3:204
9, 15:33
9, 24: 65
10, 15: 100
10, 30: 83
13, 14: 240
19, 4 : 144
19, 7: 57
20, 2: 198
20,3:80
20, 7: 196, 198
21, 13: 204
1 CRNICAS
7, 2: 244
2 3 , 3 : 165
23, 24-27: 165
7, 16: 85
16, 12: 202
22,3:239
23, 15: 164
2 5 , 5 : 165
30, 22: 79
31, 16: 165
32, 6: 79
32, 8: 51
32, 20: 140
34,27:78
ESDRAS
1, 5: 60
3, 8: 165
NEHEMAS
2, 13-15:204
5, 5: 49, 220
9, 20: 57
13, 15 s: 192
ESTER
7, 3: 37
7, 8: 220
2 MACABEOS
7 , 2 7 : 165
JOB
1 , 2 1 : 134
2, 4: 37
2,5:46
2, 6: 100
2 , 7 : 101,196
2, 8-18: 198
2,9:298
3, 1 s: 154
3, 10: 133
3, 20-23: 154
4,9:88
4, 12-15: 109
4, 15: 48
5,4:244
5, 17: 241
5, 17 s: 154
5, 18: 200
5, 24 s: 154
5, 26: 154
6,3:34
6, 8-10: 154
6,11: 35
6, 15-20: 288
6,30: 111
7,3:239
7, 9s: 155
7, 11: 59
7, 17: 85
7, 20: 88
7,21: 146
8,8:272
8, 8 s: 240
8, 10: 72
10: 135
10,3: 134
10, 4: 50
10, 8: 134
10, 8-12: 134
10, 10: 85
10,11:46
10,13: 86
10,21 s: 155
11, 12: 77
11, 17: 163
11, 20: 29
12,3: 77
12, 7-9: 278
12, 10: 55
12, 12: 170
13, 14: 37
14, 8 s: 135
14, 13-17: 149
14, 15: 125, 134
14, 19 s: 206
15, 13: 59
15, 18: 272
16, 4: 42
16, 11 s: 167
16, 13: 96
16, 18: 89
20, 14: 96
20,25:96
21, 4: 59
21,7: 171
22, 8: 100
22, 15 s: 156
23, 13: 44
26, 12-14: 279
27,3:86
28: 278
28, 1-11:296
28,23:296
28,28:277,296
30, 16: 36
30, 23: 158
30,25: 34
31:269
31, 6: 70
31, 9; 70
31, 13:267
31, 15: 267
31, 17: 224
31,30: 111
32, 6-10: 172
32, 8: 88
33,2: 112
33, 4: 88
33, 12 s: 241
33, 19: 99
33, 19 s: 201
33, 29 s: 153
34, 10: 77
34, 14: 56, 85, 88
34, 14 s: 51, 54
34, 34: 77
36, 14: 156
37, 10: 88
38: 279
39, 1 s: 133
40, 29: 167
41, 13:29
41, 15: 46
41, 16: 63
42, 6 s: 34
42, 12: 34
42, 15: 248
42, 16: 153, 164
42, 17: 153
43, 5: 34
2: 34
17: 55, 94
26: 96
27: 96
SALMOS
1,2: 111,126
3, 4: 101
323
4, 9: 286
5, 9: 184
5, 10: 111
6,3:201
6,3-5:22
6, 7: 197
7, 4: 184
7, 10: 97
8:215
8, 2: 297
8, 4: 101
8, 4 s: 297
8, 5: 218, 297
8, 5a: 218
8, 6: 216 s
8, 6b: 221
8, 6 s: 297
8, 10: 297
9, 16: 143
9, 18: 143
11,5:44
12,4: 111
12, 6: 269
13, 6: 69
14,1:76
15: 148
15,5:250
16,5: 150
16,7:96
16,9:95
16, 10: 38, 143, 293
16, 27 s: 150
17, 3: 79
18, 16: 88
20, 5: 77
21, 3: 70s
22: 139, 161
22, 2-22: 160
22, 5 s: 208
22, 9 s: 208
22, 21a: 31
22, 23-32: 160
22, 25: 269
22, 25-29: 160
22,27:82
22, 28 s: 160
22, 30: 160
22, 32: 160
24, 3-6: 148
24, 4: 33, 79
25, 2: 285
25, 15: 285
25, 17: 68
25, 19: 285
324
42, 7: 286
42, 12: 44, 208, 286
43, 3 s: 286
43,5:44,208,286
44, 26: 31
46,3: 67
46, 10: 210
47: 257
49, 10: 143
49, 13: 137
49, 16: 143, 150
49, 21: 137
50, 5: 262
50, 6: 262
51, 10: 99
51, 12:61,78
51, 12b: 60
51, 13b: 61
51, 14b: 60
52, 10: 208
52, 11:208
52, 13: 262
54, 6: 42
55, 4: 152
55, 5: 152
37, 3: 208
37, 5: 208
37, 15: 66
38: 107
38, 2 s: 201
38, 4: 197
38, 4a: 48
38, 4b: 48
38, 5: 201
38, 9: 69, 197
38, 11: 64 s, 196 s
38, 14 s: 152, 197
39, 6: 137, 163, 197
39, 8:207 s
39, 9: 201
39, 12: 137, 201
40, 4 s: 208
40,7: 110
1, 7: 113, 277
1, 8 s: 239
1, 10: 240
1, 12: 143
1, 15: 240
1, 18: 89
2, 2: 73
2, 6: 278
2, 10: 43
2, 10s:21
2, 17: 225
126,6: 118
2, 18: 156
148, 11-13:299
148, 12: 165
149, 6: 112
150, 6: 89
PROVERBIOS
3, 1 s: 156
3, 11 s: 241
3, 21-33: 234
3, 22: 22, 31, 38
3, 24: 183
4, 1:240
4, 20-27: 78
4, 22: 48
4,23:78
4,24: 111
5, 2-5: 232
5,4: 111
5, 18:225
5, 18-20: 228
6,6-11: 178
6, 8: 205
6, 9 s: 179
6, 13: 101
6, 16: 28, 44
6, 17: 111
6, 18: 78
6, 20: 239
6, 25: 70
6, 32: 74
7, 3: 74
7, 4-27: 232
7, 20: 38
7, 21: 232
7, 22-27: 95
7,23:36,95
7, 44: 232
8: 278
8, 5: 72
8,7: 111
8, 35 s: 35 s, 38
9, 4: 272
9, 10: 113, 277
9, 16: 272
10, 1: 242, 245
10, 3: 27
10, 4: 177
10, 8: 273
10, 13: 73
10, 19: 113,274
10, 21: 273
10, 22: 179
10, 27: 205
10,28:204
11,4: 180
11, 16b: 177
11, 22: 105, 232
11, 23: 205
11,28: 181
12, 24: 177
12, 27: 177
13, 1:240
13, 2b: 32
13,3: 113
13, 4: 32, 177
13, 11:274
13, 12: 70
13, 14: 156, 292
13, 18: 112
13, 19: 32
13, 24: 241
13,25:27,94
14, 8: 273
14, 16: 273
14, 17: 59
14,23: 177,179
14, 26: 243
14,29:59
14, 30: 68
14,33:93
15, 5: 224
15, 11:67
15, 13:69,71
15, 14: 72
15, 15: 69, 128
15, 16: 180
15, 17: 181, 294
15, 20: 242, 245
15,23: 112
326
5, 24: 292
5, 32: 212, 242
5,33: 131,277
5, 1: 113, 180
5,9: 77,205
5, 16: 276
5, 18:59,280
6,23:72
6,24:28,113,274
6, 26: 33
5,27: 113
5,31: 171
5, 34: 275
7, 1: 180
7, 2: 248
7, 17: 253
7, 22: 69, 71
7,25:242
7, 27: 274
8, 7: 42, 274
8, 7a: 36
8, 7b: 31
8, 8: 94
8, 12: 280
8, 13: 109, 112
8, 14: 59
8, 15:22, 72 s
8, 21a: 108
8, 24: 253
8,27: 36
9, 1: 180
9, 2b: 273
9, 7: 252
9, 8: 77
9, 13: 242
9,15: 178 s
9,20: 112
9, 24: 179
9, 26: 245
0, 4: 179
0, 12: 108
0, 22: 208
0, 26: 276
0,27:88
0, 29: 168
3, 29a: 167
1,2:79
1, 4: 68
1, 5: 177, 274
1, 10: 32
1, 20: 276
1, 22: 275
1,25: 179
2, 13: 179
30,23:263
30, 33: 241
31,1:239
31, 1-9: 239
31, 3-9: 240
31, 6: 34
31,10-31:229
31, 26: 239
31, 28: 239
31, 30: 105
36, 20: 272
44, 22: 67
QOHELET (Eclesiasts)
1, 2: 54
2,23: 184
3, 1-8: 126
3,9s: 126
3, 10: 126
3, 11: 126,203,279
3, 14: 127
3, 19: 53, 55
3, 19 s: 158
3,21:53,55
4, 13: 173
5, 11: 183
6, 3: 238
6, 7: 27
6, 9: 27
6, 10: 127
7, 8: 59
7, 14: 127
7, 15-18: 159
8, 1: 272
8, 5: 272
8, 6: 126
8, 7: 205, 279
8, 8: 206
8, 9: 255, 294
8, 16 s: 279
8, 17: 272
9, Ib: 206
9, 2-4: 158
9, 4: 204
9, 7-9: 231
9, 7-10: 127
9, 7 s: 159
9, 9: 229
9, 11 s: 127
10, 2: 101
10, 2 s: 77
10, 4: 205
3, 25: 234
4, 1: 234
4, 2 s: 289
5, 2: 204
5, 4: 204
5, 7: 204
5, 14: 26
6, 2: 93, 283
6, 5: 257
6,7: 111
6, 10: 72 s, 79
7, 2: 53, 69, 71
7,3: 289
7, 4: 69
7, 14: 289
8, 11-13: 289
8, 16: 143, 289
8, 17: 207
8, 17a: 204
8, 17b: 204
8, 19 s: 143, 289
8, 20: 143
9, 5:209
9, 6: 276
9, 8: 70
9, 13: 101
10, 7: 79
10, 13:271
10, 17: 143
10, 18:45
11,2: 57
11, 2 s: 210
11, 3 s: 277
11,6:221
11, 8: 167, 221
12, 1-11:298
13, 7: 69
14, 3 s: 142
14, 4: 185
14, 4 s: 141
14, 5: 142
14, 6: 220
14, 10: 142
14, 11: 142
14, 31: 208
17, 7: 133
17, 8: 101
18, 2: 204
18, 7: 204
19, 1: 69
19,3:61
19, 11-14: 277
19, 14: 59
19, 18: 111
327
19, 23-25: 209
22, 13: 45
24, 2: 263
25, 8: 151
26, 9: 59
26, 19: 151
28, 15: 143
28, 16-18: 143
28, 21: 84, 293
28,27:276
29, 8: 27
29, 9: 71, 165
29, 24: 61
30, 1 s: 260
30, 15: 184
30, 20 s: 109
30, 28: 29
30,33:88
31,3:53
31, 3a: 54
32, 3 s: 73
32, 6bP: 27
32, 17: 184
32, 24: 202
34, 6: 96
34, 17: 204
35,5: 110
35,6: 111
38: 143
38, 2: 198
38, 10: 155
38, 12 s: 155
38, 15: 201
38, 18: 160
38, 18 s: 147
38,21: 196, 198
40, 2: 79
40, 5: 49, 111
40, 6: 51
41, 22: 124
*
41,29: 53 s
42, 1: 57
42, 5: 54, 88
42, 5 s: 89
43, 8: 108
43, 8-13 (12): 109
44,7b: 124
44, 16: 45
45, 14 s: 290
46, 10: 124
48, 26b: 49
49, 8: 120
49, 26a: 46
50,4:272
328
50, 4 s: 108
51, 2: 125
51, 2b: 287
51, 23: 30
52,7:22
52, 10: 290
52, 14: 197
53: 161
53, 2 s: 105, 197
53,4 : 202
53, 6b: 160
53, 11:34, 160
53, 12: 36
54, 1:238,287
54, 6: 225
55,1: 184
55, 10 s: 110
55, 12 s: 125
57,8:93
57, 10: 93
57, 15: 66
57, 16: 54, 88
58,1: 112
58,7:49
59,3: 111
61, 1 s: 269
61, 7 s: 125
63, 4: 83
64,3:204,207
65: 2: 141
65, 4: 141
65, 12: 110
65, 17: 74
65, 20 s: 155
65,23: 165, 188
53,8:262
54, 8: 125
55,3: 18
57,7:99
DEUTERO-ISAAS
TMTO-ISAAS
58, 13 s: 191
JEREMAS
1,6: 167
1, 6 s: 110,172
2, 2: 167
2, 5: 241
2,7:35
2, 24: 29, 55
2, 25: 112
3, 10: 81
3, 12: 28
3, 15: 28
3, 16: 74
3, 25: 241
4, 4: 80, 289
4, 10: 31
4, 14: 94
4, 17 s: 196
4,19:65,93
4, 30: 37
4,31:34
5,7:241
6,8:44
6,11: 165
7, 6: 245
7,31:83
8,7: 127,178
8,18: 65
8, 22: 198
9,8:44
9,11: 111
10, 14: 53 s
11,8:73
11, 10: 241
11,20:97
11,21:37
12, 2: 97
12, 7: 44
13,17:35
14, 5: 145
14,12: 196
14,19:44
15,1:44
329
LAMENTACIONES
3, 5 s:
, ,, -e
l> } \ - 38
2. ;111
2. }i-95,
197
2. i 2 : 36
3.2:167
3.4:46
18,31:61,81
18, 31a: 81
18, 31 s: 81
18,32:293
20, 12: 192
20,13:192
20,16:192
4,13:63
5, 20-22: 70
5,21:63
7,28:74
12, 2: 151, 204
12,3:151
3. }3- 96
OSEAS
3, 18: 208
3, 25: 208
3,25-33:286
3, 28: 266, 288
3,33:84
4,3:165
4,4:111
5,7:242
20 20-: 192
20 2 l 242
20 24:: 192
21 26 95
21 31 : 102
22 2
fil
22 7 : 245
i 92
22, 26: 192
23, 14-17a: 233
23, 17b: 233
23,18:44
23, 20: 47
23,38:192
24,6:91
24,9:91
24,21:31
24, 25: 31, 33
27, 4: 67
27, 8: 271
27,25-27:67
EZEQUIEL
1,4:57
1, 12: 53
l,20s:53
2,3-5:288
2, 6 s: 289
3,3:111
3, 10: 73
3, 12: 54
3, 14: 54
4,25:93
5, 17: 196
6, 5: 50
8,14:144
9,6:165
10,7:53
11,1:54
11,5:56
11, 19: 61, 81
11, 19b: 50
13,13:54
13,19:40
16,8:225
16, 12: 109
16, 14 s: 106
16,26:47,51
16,43:167
16,44:239
18, 2: 242
18, 4: 242
18, 5-9: 148
18,20:242
18,21:156
18, 23: 81
18,28:156
22
28, 2: 67
28, 8: 67
30,21:198
33, 14 s: 156
33,25:90
34,4:198,220
36,26:61,81
36, 26b: 50
36, 27: 61, 81
37, 5 s: 46, 135
37,6:54
37,8-10:54
37, 14: 54, 293
40, 5: 73
43 s: 186
44,5:73
44,18:233
47, 1 s: 198
47, 9: 40
DANIEL
1, 4: 103
3,1:217
217
* 4 : 91 - 209
] 8 : 165
'
2 ! : 144 2 3 7
>
>
2,4-15:231
2, 4 s: 241
2 5 : 225
'
2,11:126
\ ||.s
%' *: i s
%' t"' i "
'l-7
* f 2 2 4
74 \ 9 k,
A'\ J,
i'u-ai
id
? 2 4 31
5
>f
5 4 6
j
- \ J?
> i: i: j
%' 294
1' ?/J 5
1> s ; , 2 3
V ?,
T V S i
,'< T
' ..
,,
' 44:s-27283
*'
o , i 7
? ?0 241
!?', 7_7:
B
]}> s
*' i
}2' l 294
] l ' V 1A
13,8:64
t
JOEL
1,2: 283
1,8:225
2,12:81
3, 1 s: 51, 57, 269
4,13:220
330
AMOS
1,9:249
2, 7: 234
2, 9: 102
4, 4 s: 190
4, 1 1 : 8 6
4, 13: 298
5,3:292
5, 4 : 156, 293
5, 8: 298
5, 21 s: 190
6,8:29,44
6, 9 s: 148
6, 10: 50
8:293
8,5:190
8, 1 1 : 110
9, 2: 149
9, 5 s: 298
11, 1-7: 293
AGEO
1 , 1 : 283
1,5:75
14, 17: 66
MIQUEAS
2 , 7 : 59
2, 13: 101
4, 14: 283
5, 1: 282
5,9-13:210
6,7:43
6, 8: 294
7, 1: 32
7, 6: 295
7,7:207
NAHUM
ZACARAS
7, 7-10: 294
7, 10: 295
8, 4: 168
8, 5: 167
8 , 2 3 : 111,295
9, 10: 210
10, 7: 69
11,8:35,44
11, 8b: 28
11,14:249
12,1:54
14, 2: 196
3, 1:91
MALAQUAS
ABADAS
12: 249
HABACUC
JOAS
1, 4: 69
2, 5 : 2 6 s
2, 19: 53 s
2, 4 : 67
1, 6: 244
2, 14: 225
2, 15: 234
3, 23 s: 270
3, 24: 243
bor
br'
b'tl
b'rit
g'bir
gldtm
gulglt
239
46
101
'adm
"dama
'wh
'hb
'b
'ah'w
'ht
'ahrit
'yb
'm
'"nos
'sb'
'ap
'rk
'rs
'is~
'i
bw'
bdd
bhr
btb
bfn
bayit
bt 'b
b'l
b'al
b"lt ba'al
bsr
glm
gargrt
grn
133
39
112
dbar
dwh
dm
d'at
drk
196
195
87, 89s
72
137, 273
hbl
54
z'mn
zirm
z'r"
zkn
Ifbrt
hb
hadar
bd
hek
hkh
bkm
bayyim
halad
hlh
hll
hlk
bsh
hrs
hsb
h'tunn
125
47
99
165
225
198
94
119
111
204
271
35, 38, 55
165
195
119
150
208
177
77
224
tb
tm'
t'am
trm
102
145
232
119
yd
ybm
100, 217
248
332
yhid
ybl
yom
ymin
ynk
ysr
yph
yrk
285
kbd
kbs
kelyt
kap
94s
220
96s
101
Ibb
lb(b)
l'bad
l'h
limmd
77
63, 196
285
172
272
224
111
laSon
121, 185
100
165
239
102s
93
nfbSim
maggp
mwt
mhr
matt
makkh
m'l'ymim
m'nh
tn'im
mar'h
m'rr, m'rr
misph
mispf
93
195
35
224
282
195
165
n'bla
naga''
ngp
n'ar
nps
npi
50
196
195
165
29s
25s, 39, 44, 49,
53, 55, 59, 63, 70,
80, 84, 87, 79,
108, 189, 207
32s, 283
282
29, 54s, 87s
ns
naiV
n'sma
84
93, 95s
103
96
49, 282
267
skk
133, 135
'bd
'bd
'ida
175s
285, 263, 267
283
'iwwr, 'iww-
ron, awwdrt
'olal
'olm
'ni
'sa
'sel, 'asl,
'aslt
'dsm
'r
l
t
196
165
124s
269
77
pwg
ph
pilgs
pti
69
111
225
272
saww'r
sdlm
kbr
kddm
kodkod
kwh
ksr
krb
29s
215
143
123s
101
204, 208
35
93,96
r's
rdh
rgl
r"h
slhr.
kosr, k'sar r.
rg"
rp\ rp"
sbr, sbr
kir
'm'l
sapa
204
263, 268
100
111
S"dl
"r
sbt
sbt
Shat
mr
siph
skt
142s
49
282
185
143
101, 176
263
184
t'ar
tbalt
tiedt
tap
tikwh
toib
103
204s
121
165
204s
263, 267
177
46
48
120, 125
Adulterio 231
alabanza 44, 146, 298
alegra 69
aliento 29, 54s, 59, 91
aliento vital 40, 55
alma 22s, 34s, 38
almas, nmero de 40
altanera 71
amistad 253
amor 233s, 294s
al enemigo 253s
al prjimo 250s
a s mismo 252
anhelo 32s, 43, 70s
nimo 58s, 69
ao jubilar 268s
de la remisin 268s
sabtico 187, 190
aplicacin 177s
apopleja 64
aptitud 56
ataque cardaco 65s
autoridad 57s
autorizacin 57
Belleza 102s
boca 112s
brazo 99
Cabeza 71, 75, 100
cadver 41, 43, 50
caducidad 50s
cancin descriptiva 103s
carne 54, 50s
casamiento 233s
334
ndice de conceptos
ndice de conceptos
historia 119s
homicidio 90s
homosexualidad 234s
hoy en Dt 121s
hurfano 245
humanidad 218
humildad 280
Imagen de Dios 215s
impureza 145
individuo 38s, 43
inseminacin 135
inteligencia 77
inters, prohibicin del 250
interior 93s, 97
intestino 94
irreflexin 73
Jornalero 268
juego 167s
juventud 167s
Labio 111
lgrimas 97
lengua 108, 111
lenguaje 111
rganos del 112
levirato, matrimonio de 226, 248
libelo de repudio 234
libertad 192, 255s, 268s
Madre 237
maestro 27ls
mano lOOs
marido y mujer 223s
matrimonial, derecho 223s
matrimonio 225
prometerse en 224
mdico 197s
memoria 74, 77
mente, enfermedades de la 196
miedo 69s
monogamia 225, 227
morir 149, 152s
muerte 137
pena de 91
muertos, comida de los 140
culto de los 144
reino de los 150s
mujer 223s
multiplicarse 133, 237
Nacimiento 129, 134s
necesidad 27s, 43s
nervios 64
nigromantia 143s
nios 237
novia, dinero pagado por la 224
Obediencia 80s
odo 73, 109
or 108
ojo 108
ojos, enfermedades de los 196
orientacin, capacidad de 77s
osada 70
Padre 239s, 243
padres 237s
palabra recta 112
paladar 111
palpitaciones 65, 78
parlisis 64
parentesco 49s
frmula de 49
pasado 119s
paz 209s
pecho 65
pedagoga 239s
pereza 177s
perfeccin, ideal de 103
persona 39s, 43, 45, 82
personal, pronombre 42s, 45s, 84
peste 196
pie 99
piel, enfermedades de la 196, 198
pierna 99
plan(es) 77, 83, 205
plan de Dios 84s
plenipotencia 56
pobreza 177
problemas generacionales 237s
profesin 239
promedio de vida 163s
pudor 232s
pulmn 64, 84
Ratio 77
razn 71s, 85
representacin de Dios cf. imagen de Dios 215s
respiracin, rgano de la 29s, 38,41,
43, 55s
responsabilidad 243s
resurreccin 151
revolucin 269
rey, derecho real, monarqua 256s,
283
335
rones 96
riqueza 177s
rostro 107
Sbado, precepto del 185s
saber 75, 77
sabidura 27s
sabio 271s
sangre 36, 89
comer 90s
sentencias 77
sentimiento 68, 72
sepulcro 139s
ser individual 39s
ser mismo del hombre 82
sexuales, rganos 47, 93
siervo de Dios, cantos del 160, 261s
soberbia 59, 71
sodoma 235
soledad 285s
soltera 234
sueo 183s
suicidio 154
Tcnica 295s
temor de Dios 277s
temperamento 68,
tiempo, concepto del 117s, 127,
138, 163, 175, 183, 195, 203
trabajo 175
descanso del 186s
transvestismo 235
trquea 29
tribu 282s
Ulcera 196
Vejez 154, 168s
cuidados en la 244
ver 107
vida 35s, 42, 87s, 91, 109, 148,
292s
fases de la 165s
viento 53s
visceras 93
viuda 245
vivientes 40s, 88
voluntad 60s, 77s, 84
decisin de la 77s
entrega de la 80s
estmulo de la 80
fuerza de 60s
Yo 41s
NDICE GENERAL
Prlogo
INTRODUCCIN
13
1.
2.
3.
4.
13
14
16
17
Cuestiones
Trabajos anteriores
Mtodo
Plan
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
3.
11
Garganta
Cuello
Anhelo
Alma
Vida
Persona
Pronombre
1.
2.
3.
4.
Carne
Cuerpo
Parentesco
Debilidad
19
25
26
30
32
34
35
38
41
45
45
48
49
50
ndice general
ndice general
4.
53
1. Viento
2. Aliento
3. Fuerza vital
4. Espritu(s)
5. Animo
6. Fuerza de voluntad
53
54
56
57
58
60
lbe(b),
63
11.
1.
2.
3.
4.
12.
5.
6.
7.
8.
EL HOMBRE RAZONANTE
1. Corazn
2. Sentimiento
3. Deseo
4. Razn
5. Decisin
6. Corazn de Dios
64
68
70
71
77
83
87
1.
2.
87
89
Aliento
Sangre
93
1.
2.
3.
4.
93
94
96
96
Visceras
Hgado
Hil
Rones
1.
2.
3.
Extremidades
Estatura
Belleza
13.
99
101
102
1.
2.
3.
4.
Ver y oir
Odo
Boca
Lenguaje
EL TIEMPO D E L HOMBRE
10.
1. El yahvista
2. El cdigo sacerdotal
3. El Deuteronomio
4. El Deutero-Isaas
5. ElQohelet
107
107
109
110
112
Promedio de vida
Etapas de la vida
Carcter de la juventud
Caracteres de la vejez
Ruina de las reglas biolgicas
VIGILAR Y TRABAJAR
1.
2.
3.
99
Palabras de agonizantes
El sepulcro
Desmitizacin de la muerte
Definicin de estar muerto
Yahv y la vaciedad de la muerte
Grados del morir
Pasar y caducidad
La muerte del uno y la de los muchos
1.
2.
3.
4.
5.
14.
VIDA Y MUERTE
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
15.
9.
CREACIN Y NACIMIENTO
El trabajo en el yahvista
La laboriosidad y la pereza en los proverbios
xito problemtico del trabajo
jp
129
129
13 \
133
134
137
137
139
141
146
148
152
156
160
163
163
165
167
168
171
175
175
177
179
DORMIR Y DESCANSAR
183
1.
2.
El sueo y el descanso
El sbado
183
185
a)
b)
c)
d)
e)
186
188
189
190
192
Profesin de la liberacin
Alegra por la creacin
Libertad para los sometidos
Supresin de la obligacin de rendir
Imagen de la libertad definitiva
115
117
117
120
121
124
125
16.
ENFERMEDAD Y CURACIN
1.
2.
3.
Las enfermedades
Mdico y medicina
El seor de la enfermedad
195
195
197
200
340
ndice general
ndice general
17.
1.
2.
3.
4.
d)
e)
f)
g)
203
203
205
206
209
3.
23.
m.
EL M U N D O DEL HOMBRE
213
18.
215
1.
2.
3.
19.
MARIDO Y MUJER
1.
2.
3.
20.
Don de Yahv
Educacin
Tiranteces
Responsabilidad
1.
2.
3.
4.
22.
PADRES E HIJOS
1.
2.
3.
4.
21.
Hermanos carnales
Hermandad del pueblo de Dios
Amor al prjimo
Amor al enemigo
SEORES Y SIERVOS
1.
2.
215
218
219
237
237
239
241
243
247
247
249
250
253
255
Critica de la monarqua
256
a) Fbula de Jotam
b) Roboam
c) Ajab
d) Joaquim
e) El derecho real deuteronmico
f) Salmo 72
g) El siervo de Dios
256
257
258
259
260
261
261
263
a)
b)
c)
263
264
265
1.
2.
3.
4.
24.
La escuela
La conducta
Sabidura y poder
Conocimiento y temor de Dios
E L INDIVIDUO Y LA COMUNIDAD
1.
2.
3.
25.
223
223
227
231
1.
2.
3.
4.
Para
Para
Para
Para
vivir en el mundo
amar al otro
dominar la creacin
alabar a Dios
341
265
267
268
268
269
271
271
273
275
277
281
281
284
287
291
292
294
295
297
Bibliografa
301
315
331
333
ndice general
337