Novena A San Francsco
Novena A San Francsco
Primer da
Oracin de San Francisco ante el Cristo de San Damin (OrSD)
Sumo, glorioso Dios,
ilumina las tinieblas de mi corazn
y dame fe recta,
esperanza cierta
y caridad perfecta,
sentido y conocimiento, Seor,
para que cumpla
tu santo y verdadero mandamiento.
Oracin de San Juan Pablo II a San Francisco de Ass
Oh San Francisco,
que recibiste los estigmas en La Verna,
el mundo tiene nostalgia de ti
como icono de Jess crucificado.
Tiene necesidad de tu corazn
abierto a Dios y al hombre,
de tus pies descalzos y heridos,
y de tus manos traspasadas e implorantes.
Tiene nostalgia de tu voz dbil,
pero fuerte por el poder del Evangelio.
Ayuda, Francisco, a los hombres de hoy
a reconocer el mal del pecado
y a buscar su purificacin en la penitencia.
Aydalos a liberarse tambin
de las estructuras de pecado,
que oprimen a la sociedad actual.
Reaviva en la conciencia de los gobernantes
la urgencia de la paz
en las naciones y entre los pueblos.
Infunde en los jvenes tu lozana de vida,
capaz de contrastar las insidias
de las mltiples culturas de muerte.
A los ofendidos por cualquier tipo de maldad
concdeles, Francisco,
tu alegra de saber perdonar.
A todos los crucificados por el sufrimiento,
el hambre y la guerra,
breles de nuevo las puertas de la esperanza. Amn.
Lecturas del primer da
Leyenda Mayor 5,7
Aunque Francisco animaba con todo su empeo a los hermanos a llevar una vida sobria, sin
embargo, no era partidario de una severidad intransigente, es decir una vida sin misericordia.
Prueba de ello es el siguiente hecho.
Cierta noche, un hermano que ayunaba haca varios das, se sinti atormentado con un hambre tan
terrible, que no poda estar tranquilo. Dndose cuenta San Francisco, llam al hermano, le prepar
la mesa con alimentos y -para evitarle toda posible vergenza- comenz l mismo a comer primero,
invitndole dulcemente al hermano que sufra, que tambin l comiera.
Venci el hermano su vergenza y tom el alimento necesario, sintindose muy confortado, porque,
gracias a la prudente accin del santo, haba superado su desvanecimiento corporal, y adems haba
recibido un gran ejemplo de edificacin. A la maana siguiente, el varn de Dios, Francisco, llam a
sus hermanos y les cont lo sucedido aquella noche, aadindoles esta prudente recomendacin:
Hermanos, que les sirva de ejemplo, en este caso, no tanto el alimento, sino el amor.
Les ense, adems, a guardar la discrecin, como reguladora de las virtudes; pero no la discrecin
que sugiere la carne, sino la que ense Cristo, un verdadero ejemplo de perfeccin.
Reflexin
San Francisco se esforz mucho por ser fiel a Jess, haciendo oracin, dando gracias por todas las
cosas recibidas de parte de Dios, y tambin practicando la justicia con quienes el Seor le haba
regalado para vivir juntos la vida en fraternidad. Francisco era exigente consigo mismo y
bondadoso con los dems. Esta es una muestra de la justicia que descubra en su Seor, y que deba
practicar con sus hermanos. As lo afirma la lectura que acabamos de escuchar.
Imaginemos a Francisco de Ass, un joven que despus de tenerlo todo, quiso seguir al Seor que lo
llamaba y decidi dejarlo todo, y quera ser fiel a ese llamado. Por eso, su vida era de penitencia y
oracin. Haca largos ayunos porque deca que tambin Cristo lo hizo, y l quera hacer lo mismo.
En una ocasin, tal como escuchamos, un hermano que tambin ayunaba sinti hambre, ese deseo
tan natural de comer, de ingerir alimento para recobrar las fuerzas; y con toda la profundidad que
san Francisco viva su vida. Su devocin y empeo no fueron obstculo para dejar de lado su ayuno
y acudir al llamado de su compaero.
Es una verdadera renuncia de s mismo en bien de un hermano, que tiene su fundamento en el amor,
tal como lo dice ahora a nosotros: hermanos, que nos sirva de ejemplo el amor. Esta hermosa
historia nos ayuda a descubrir que nuestra justicia debe estar fundamentada en el amor, para que sea
verdadera justicia evanglica, de la misma manera que la practic Cristo, dando a cada hombre y
mujer lo que necesitaba, atendiendo las necesidades del prjimo. Que tambin a nosotros nos sirva
de enseanza este pasaje, para estar atentos a lo que el amor nos exige a cada uno, sea en el hogar o
el trabajo, en la iglesia o en la calle, en nuestra familia y con nuestros vecinos, y practicar la justicia
misericordiosa que Jess nos dio a conocer.
Oracin en honor a las llagas de San Francisco
Gloriossimo Protector y Padre mo, San Francisco, a ti acudo, implorando tu poderosa intercesin,
para entender el amor que Dios Nuestro Seor te manifest al martirizar vuestra carne y vuestro
espritu. Tus llagas son cinco focos de caridad divina; cinco lenguas que me recuerdan las
misericordias de Jesucristo; cinco fuentes de gracia celestiales que el Creador te confi para que las
distribuyas entre tus devotos. Oh Santo amabilsimo!, pide por m a Jess crucificado una chispa
del fuego que arda en tu alma aquel da dichoso en que recibiste la serfica crucifixin, a fin de
que, recordando tus privilegios sobrenaturales, imite tus ejemplos y siga tus enseanzas, viviendo y
muriendo, amando a Dios sobre todas las cosas.
Gloriossimo Protector y Padre mo, San Francisco, a ti acudo, implorando tu poderosa intercesin,
para entender el amor que Dios Nuestro Seor te manifest al martirizar vuestra carne y vuestro
espritu. Tus llagas son cinco focos de caridad divina; cinco lenguas que me recuerdan las
misericordias de Jesucristo; cinco fuentes de gracia celestiales que el Creador te confi para que las
distribuyas entre tus devotos. Oh Santo amabilsimo!, pide por m a Jess crucificado una chispa
del fuego que arda en tu alma aquel da dichoso en que recibiste la serfica crucifixin, a fin de
que, recordando tus privilegios sobrenaturales, imite tus ejemplos y siga tus enseanzas, viviendo y
muriendo, amando a Dios sobre todas las cosas.
Se dicen las intenciones de la novena y se rezan 5 padrenuestros, avemaras y glorias en honor de
las cinco llagas de San Francisco.
Oracin Final
Serfico Padre mo San Francisco, pobre y desconocido de todos, y, por esto, engrandecido y
favorecido de Dios. Porque te veo tan rico en tesoros divinos, vengo a pedirte limosna. Dmela
generoso, por amor al buen Jess y a nuestra Madre, la Inmaculada Virgen Mara, y por el voto que
hiciste de dar por su amor todo lo que se te pidiese. Por amor de Dios te ruego que me obtengas
dolor de mis pecados, la humildad y el amor a tu pasin; conformidad con la voluntad de Dios,
prosperidad para la Iglesia y para el Papa, exaltacin de la fe, confusin de la hereja y de los
infieles, conversin de los pecadores, perseverancia de los justos y eterno descanso de las almas del
Purgatorio. Te lo pido por amor de Dios. As sea.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espritu Santo. Amn
Tercer dia
Por la seal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, lbranos, Seor, Dios nuestro. En el nombre del
Padre y del Hijo y del Espritu Santo. Amn.
Oracin de San Francisco ante el Cristo de San Damin (OrSD)
Sumo, glorioso Dios,
ilumina las tinieblas de mi corazn
y dame fe recta,
esperanza cierta
y caridad perfecta,
sentido y conocimiento, Seor,
para que cumpla
tu santo y verdadero mandamiento.
Oracin de San Juan Pablo II a San Francisco de Ass
Oh San Francisco,
que recibiste los estigmas en La Verna,
el mundo tiene nostalgia de ti
como icono de Jess crucificado.
Tiene necesidad de tu corazn
abierto a Dios y al hombre,
de tus pies descalzos y heridos,
y de tus manos traspasadas e implorantes.
Tiene nostalgia de tu voz dbil,
propia vida y luego en nuestro entorno cotidiano. Seremos capaces de dar testimonio como
cristianos que otro mundo es posible, un mundo donde reine la paz y la concordia. Comencemos
hermanos porque hasta el presente poco o nada hemos hecho.
Oracin en honor a las llagas de San Francisco
Gloriossimo Protector y Padre mo, San Francisco, a ti acudo, implorando tu poderosa intercesin,
para entender el amor que Dios Nuestro Seor te manifest al martirizar vuestra carne y vuestro
espritu. Tus llagas son cinco focos de caridad divina; cinco lenguas que me recuerdan las
misericordias de Jesucristo; cinco fuentes de gracia celestiales que el Creador te confi para que las
distribuyas entre tus devotos. Oh Santo amabilsimo!, pide por m a Jess crucificado una chispa
del fuego que arda en tu alma aquel da dichoso en que recibiste la serfica crucifixin, a fin de
que, recordando tus privilegios sobrenaturales, imite tus ejemplos y siga tus enseanzas, viviendo y
muriendo, amando a Dios sobre todas las cosas.
Se dicen las intenciones de la novena y se rezan 5 padrenuestros, avemaras y glorias en honor de
las cinco llagas de San Francisco.
Oracin Final
Serfico Padre mo San Francisco, pobre y desconocido de todos, y, por esto, engrandecido y
favorecido de Dios. Porque te veo tan rico en tesoros divinos, vengo a pedirte limosna. Dmela
generoso, por amor al buen Jess y a nuestra Madre, la Inmaculada Virgen Mara, y por el voto que
hiciste de dar por su amor todo lo que se te pidiese. Por amor de Dios te ruego que me obtengas
dolor de mis pecados, la humildad y el amor a tu pasin; conformidad con la voluntad de Dios,
prosperidad para la Iglesia y para el Papa, exaltacin de la fe, confusin de la hereja y de los
infieles, conversin de los pecadores, perseverancia de los justos y eterno descanso de las almas del
Purgatorio. Te lo pido por amor de Dios. As sea.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espritu Santo. Amn.
Quinto dia
Por la seal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, lbranos, Seor, Dios nuestro. En el nombre del
Padre y del Hijo y del Espritu Santo. Amn.
Oracin de San Francisco ante el Cristo de San Damin (OrSD)
Sumo, glorioso Dios,
ilumina las tinieblas de mi corazn
y dame fe recta,
esperanza cierta
y caridad perfecta,
sentido y conocimiento, Seor,
para que cumpla
tu santo y verdadero mandamiento.
Oracin de San Juan Pablo II a San Francisco de Ass
Oh San Francisco,
que recibiste los estigmas en La Verna,
el mundo tiene nostalgia de ti
manera asombrosa, en toda la Creacin la belleza que Dios haba impreso en cada espacio del
universo. Para Francisco la realidad entera, participante de idntico origen y dignidad, estaba a su
misma altura, todas las creaturas, sin distincin reciban el nombre de hermanas, inclusive el
hombre leproso en su carne o en sus ideas, el hereje o infiel. Esta mirada contemplativa sobre la
Creacin en Francisco es consecuencia del despojo de toda sed de dominio y de poder. Francisco
vive pobre y es pobre, ama la vida y todo lo que hay en la vida con una infinita ternura. En l no
hay espacio para la destruccin y la explotacin de la obra creada por Dios. De un corazn simple y
pobre brotan la ternura y la simpata, y a travs de ellas se contempla la presencia de Dios en medio
nuestro. El mundo para Francisco es una gran ventana donde se puede observar a Dios.
Oracin en honor a las llagas de San Francisco
Gloriossimo Protector y Padre mo, San Francisco, a ti acudo, implorando tu poderosa intercesin,
para entender el amor que Dios Nuestro Seor te manifest al martirizar vuestra carne y vuestro
espritu. Tus llagas son cinco focos de caridad divina; cinco lenguas que me recuerdan las
misericordias de Jesucristo; cinco fuentes de gracia celestiales que el Creador te confi para que las
distribuyas entre tus devotos. Oh Santo amabilsimo!, pide por m a Jess crucificado una chispa
del fuego que arda en tu alma aquel da dichoso en que recibiste la serfica crucifixin, a fin de
que, recordando tus privilegios sobrenaturales, imite tus ejemplos y siga tus enseanzas, viviendo y
muriendo, amando a Dios sobre todas las cosas.
Se dicen las intenciones de la novena y se rezan 5 padrenuestros, avemaras y glorias en honor de
las cinco llagas de San Francisco.
Oracin Final
Serfico Padre mo San Francisco, pobre y desconocido de todos, y, por esto, engrandecido y
favorecido de Dios. Porque te veo tan rico en tesoros divinos, vengo a pedirte limosna. Dmela
generoso, por amor al buen Jess y a nuestra Madre, la Inmaculada Virgen Mara, y por el voto que
hiciste de dar por su amor todo lo que se te pidiese. Por amor de Dios te ruego que me obtengas
dolor de mis pecados, la humildad y el amor a tu pasin; conformidad con la voluntad de Dios,
prosperidad para la Iglesia y para el Papa, exaltacin de la fe, confusin de la hereja y de los
infieles, conversin de los pecadores, perseverancia de los justos y eterno descanso de las almas del
Purgatorio. Te lo pido por amor de Dios. As sea.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espritu Santo. Amn.
Sexto dia
Por la seal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, lbranos, Seor, Dios nuestro. En el nombre del
Padre y del Hijo y del Espritu Santo. Amn.
Oracin de San Francisco ante el Cristo de San Damin (OrSD)
Sumo, glorioso Dios,
ilumina las tinieblas de mi corazn
y dame fe recta,
esperanza cierta
y caridad perfecta,
sentido y conocimiento, Seor,
para que cumpla
tu santo y verdadero mandamiento.
Si miramos nuestras vidas y la forma en como hemos construido nuestro mundo, nos damos cuenta
que todo est medido por el valor de lo que se puede comprar o no. En una sociedad en la que todo
se transforma en mercancas no hay puesto para la gratuidad, pues lo gratuito o no vale o es
propaganda. Si todo tiene su precio, entonces no hay espacio para el amor gratuito de Dios. Para
Francisco Dios, la vida, los campos, los mares, las montaas, el sol, la luna, las estrellas es la
manifestacin de lo ms gratuito que existe; desde su sentir nos seala un nuevo camino, abrirnos a
la novedad de Dios implica llenarnos de optimismo, de una nueva humanidad y de unas ganas
inconmensurables de vivir. Francisco nos llama a acoger lo diverso de la vida con alegra, a
llenarnos de asombro por las maravillas que Dios ha hecho en nosotros y alrededor de nosotros.
Francisco ofrece a la sociedad actual una cultura de la austeridad y la moderacin en el uso de las
cosas, gracias a esta actitud el hombre moderno descubrir el rostro gratuito de la vida y podr
aprender a dar gracias y a revestirse de simpata, de cortesa y de amabilidad, caminos necesarios
para una utopa de lo cotidiano. Vivir as la vida, es abrir nuestro corazn para acoger toda la vida
que existe en el Universo desde la vida humana hasta la ms pequea expresin que refiere al amor
de Dios. Esta es la vida que Dios nos ofrece, y este es el camino que emprendi San Francisco.
Oracin en honor a las llagas de San Francisco
Gloriossimo Protector y Padre mo, San Francisco, a ti acudo, implorando tu poderosa intercesin,
para entender el amor que Dios Nuestro Seor te manifest al martirizar vuestra carne y vuestro
espritu. Tus llagas son cinco focos de caridad divina; cinco lenguas que me recuerdan las
misericordias de Jesucristo; cinco fuentes de gracia celestiales que el Creador te confi para que las
distribuyas entre tus devotos. Oh Santo amabilsimo!, pide por m a Jess crucificado una chispa
del fuego que arda en tu alma aquel da dichoso en que recibiste la serfica crucifixin, a fin de
que, recordando tus privilegios sobrenaturales, imite tus ejemplos y siga tus enseanzas, viviendo y
muriendo, amando a Dios sobre todas las cosas.
Se dicen las intenciones de la novena y se rezan 5 padrenuestros, avemaras y glorias en honor de
las cinco llagas de San Francisco.
Oracin Final
Serfico Padre mo San Francisco, pobre y desconocido de todos, y, por esto, engrandecido y
favorecido de Dios. Porque te veo tan rico en tesoros divinos, vengo a pedirte limosna. Dmela
generoso, por amor al buen Jess y a nuestra Madre, la Inmaculada Virgen Mara, y por el voto que
hiciste de dar por su amor todo lo que se te pidiese. Por amor de Dios te ruego que me obtengas
dolor de mis pecados, la humildad y el amor a tu pasin; conformidad con la voluntad de Dios,
prosperidad para la Iglesia y para el Papa, exaltacin de la fe, confusin de la hereja y de los
infieles, conversin de los pecadores, perseverancia de los justos y eterno descanso de las almas del
Purgatorio. Te lo pido por amor de Dios. As sea.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espritu Santo. Amn.
Septimo da
Por la seal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, lbranos, Seor, Dios nuestro. En el nombre del
Padre y del Hijo y del Espritu Santo. Amn.
Oracin de San Francisco ante el Cristo de San Damin (OrSD)
Sumo, glorioso Dios,
ilumina las tinieblas de mi corazn
y dame fe recta,
esperanza cierta
y caridad perfecta,
sentido y conocimiento, Seor,
para que cumpla
tu santo y verdadero mandamiento.
Oracin de San Juan Pablo II a San Francisco de Ass
Oh San Francisco,
que recibiste los estigmas en La Verna,
el mundo tiene nostalgia de ti
como icono de Jess crucificado.
Tiene necesidad de tu corazn
abierto a Dios y al hombre,
de tus pies descalzos y heridos,
y de tus manos traspasadas e implorantes.
Tiene nostalgia de tu voz dbil,
pero fuerte por el poder del Evangelio.
Ayuda, Francisco, a los hombres de hoy
a reconocer el mal del pecado
y a buscar su purificacin en la penitencia.
Aydalos a liberarse tambin
de las estructuras de pecado,
que oprimen a la sociedad actual.
Reaviva en la conciencia de los gobernantes
la urgencia de la paz
en las naciones y entre los pueblos.
Infunde en los jvenes tu lozana de vida,
capaz de contrastar las insidias
de las mltiples culturas de muerte.
A los ofendidos por cualquier tipo de maldad
concdeles, Francisco,
tu alegra de saber perdonar.
A todos los crucificados por el sufrimiento,
el hambre y la guerra,
breles de nuevo las puertas de la esperanza. Amn.
Lecturas del sptimo da
Vida primera segn Celano, n 21-22
Entre tanto, el santo de Dios, cambiado su vestido exterior y restaurada la iglesia ya mencionada [la
de San Damin], march a otro lugar prximo a la ciudad de Ass; all puso mano a la reedificacin
de otra iglesia muy deteriorada y semiderruida [la de San Pedro]... De all pas a otro lugar llamado
Porcincula, donde exista una iglesia dedicada a la bienaventurada Virgen Madre de Dios,
construida en tiempos lejanos y ahora abandonada, sin que nadie se cuidara de ella. Al contemplarla
el varn de Dios en tal estado, movido a compasin, porque le herva el corazn en devocin hacia
la madre de toda bondad, decidi quedarse all mismo. Cuando acab de reparar dicha iglesia, se
encontraba ya en el tercer ao de su conversin. En este perodo de su vida vesta un hbito como
de ermitao, sujeto con una correa; llevaba un bastn en la mano, y los pies calzados. Pero cierto
da se lea en esta iglesia el evangelio que narra cmo el Seor haba enviado a sus discpulos a
predicar; presente all el santo de Dios, no comprendi perfectamente las palabras evanglicas;
terminada la misa, pidi humildemente al sacerdote que le explicase el evangelio. Como el
sacerdote le fuese explicando todo ordenadamente, al or Francisco que los discpulos de Cristo no
deban poseer ni oro, ni plata, ni dinero; ni llevar para el camino alforja, ni bolsa, ni pan, ni bastn;
ni tener calzado, ni dos tnicas, sino predicar el reino de Dios y la penitencia, al instante, saltando
de gozo, lleno del Espritu del Seor, exclam: Esto es lo que yo quiero, esto es lo que yo busco,
esto es lo que en lo ms ntimo del corazn anhelo poner en prctica. Rebosando de alegra, se
apresura inmediatamente el santo Padre a cumplir la doctrina saludable que acaba de escuchar; no
admite dilacin alguna en comenzar a cumplir con devocin lo que ha odo...
Reflexin
Una caracterstica que hace de Francisco un hombre ecumnico es su relacin con la palabra de
Dios . Del encuentro con el Evangelio brota la eleccin de su vida y la vida de sus hermanos. Pues
la vida de los hermanos franciscanos es una vida segn el santo Evangelio, tal como nos lo seala
la regla bulada: La regla y vida de los Hermanos Menores es sta, a saber, guardar el santo
Evangelio de nuestro Seor Jesucristo, viviendo en obediencia, sin propio y en castidad. La
interpretacin de la palabra de Dios en San Francisco es clara y lineal: la letra mata, el Espritu da
Vida (Adm .7); El principio interpretativo de Francisco no es de erudicin, sino de conversin, es
total prontitud para obrar con el propsito de en todo momento dar Gloria a Dios. Para Francisco la
caridad, el contenido de la palabra de Dios, vale ms que a lectura, por lo cual no duda en regalar a
una persona necesitada el texto del Nuevo Testamento (LP56). Su profunda lectura sapiencial y
experiencial de la palabra de Dios lo preserva no solo de una interpretacin ad litteram, sino
tambin de una pura observancia literal: el haber buscado siempre el mensaje del espritu fue para l
fuente de creatividad y de gestos profticos, de distensin, de dilogo, de conciliacin. Y es
precisamente la escucha de la nica palabra de Dios la que acompaa a las Iglesias cristianas en
lento camino hacia la unidad. Camino del cual los franciscanos tenemos una vocacin particular y
arraigada en la vida de Francisco. (La Vocacin ecumnica del Franciscano. Tomo 2.p.127).
Oracin en honor a las llagas de San Francisco
Gloriossimo Protector y Padre mo, San Francisco, a ti acudo, implorando tu poderosa intercesin,
para entender el amor que Dios Nuestro Seor te manifest al martirizar vuestra carne y vuestro
espritu. Tus llagas son cinco focos de caridad divina; cinco lenguas que me recuerdan las
misericordias de Jesucristo; cinco fuentes de gracia celestiales que el Creador te confi para que las
distribuyas entre tus devotos. Oh Santo amabilsimo!, pide por m a Jess crucificado una chispa
del fuego que arda en tu alma aquel da dichoso en que recibiste la serfica crucifixin, a fin de
que, recordando tus privilegios sobrenaturales, imite tus ejemplos y siga tus enseanzas, viviendo y
muriendo, amando a Dios sobre todas las cosas.
Se dicen las intenciones de la novena y se rezan 5 padrenuestros, avemaras y glorias en honor de
las cinco llagas de San Francisco.
Oracin Final
Serfico Padre mo San Francisco, pobre y desconocido de todos, y, por esto, engrandecido y
favorecido de Dios. Porque te veo tan rico en tesoros divinos, vengo a pedirte limosna. Dmela
generoso, por amor al buen Jess y a nuestra Madre, la Inmaculada Virgen Mara, y por el voto que
hiciste de dar por su amor todo lo que se te pidiese. Por amor de Dios te ruego que me obtengas
dolor de mis pecados, la humildad y el amor a tu pasin; conformidad con la voluntad de Dios,
prosperidad para la Iglesia y para el Papa, exaltacin de la fe, confusin de la hereja y de los
infieles, conversin de los pecadores, perseverancia de los justos y eterno descanso de las almas del
Purgatorio. Te lo pido por amor de Dios. As sea.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espritu Santo. Amn.
Octavo da
Por la seal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, lbranos, Seor, Dios nuestro. En el nombre del
Padre y del Hijo y del Espritu Santo. Amn.
Oracin de San Francisco ante el Cristo de San Damin (OrSD)
Sumo, glorioso Dios,
ilumina las tinieblas de mi corazn
y dame fe recta,
esperanza cierta
y caridad perfecta,
sentido y conocimiento, Seor,
para que cumpla
tu santo y verdadero mandamiento.
Oracin de San Juan Pablo II a San Francisco de Ass
Oh San Francisco,
que recibiste los estigmas en La Verna,
el mundo tiene nostalgia de ti
como icono de Jess crucificado.
Tiene necesidad de tu corazn
abierto a Dios y al hombre,
de tus pies descalzos y heridos,
y de tus manos traspasadas e implorantes.
Tiene nostalgia de tu voz dbil,
pero fuerte por el poder del Evangelio.
Ayuda, Francisco, a los hombres de hoy
a reconocer el mal del pecado
y a buscar su purificacin en la penitencia.
Aydalos a liberarse tambin
de las estructuras de pecado,
que oprimen a la sociedad actual.
Reaviva en la conciencia de los gobernantes
la urgencia de la paz
en las naciones y entre los pueblos.
Infunde en los jvenes tu lozana de vida,
capaz de contrastar las insidias
de las mltiples culturas de muerte.
A los ofendidos por cualquier tipo de maldad
concdeles, Francisco,
tu alegra de saber perdonar.
A todos los crucificados por el sufrimiento,
el hambre y la guerra,
breles de nuevo las puertas de la esperanza. Amn.
muchos elementos. Sin embargo, sabemos lo esencial, Francisco se declara cristiano y es escuchado
por el sultn. Luego de muchos das Francisco constata aspectos positivos en los llamados
infieles. Se da cuenta de la profunda religiosidad del Islam, ya que cinco veces al da Francisco e
Iluminado escuchan al muecn lanzar la llamada a la oracin. Francisco descubre que estos hombres
no solamente son sus hermanos como creaturas, no son solamente sus hermanos a causa de la
sangre derramada por Jess por todos. Todo esto l lo saba, pero descubre que los llamados infieles
son sus hermanos por esta comunin en la oracin al nico Dios. Dos semanas despus de
encontrarse con el sultn se acaba la tregua y es el momento de la partida. El sultn, admirado por la
sabidura de este monje, trata de retenerlo con tesoros y regalos. Pero Francisco es pobre y solo
desea la conversin del sultn. Llega la hora del adis; tanto Francisco como el sultn saben que no
volvern a verse. Por ello Melek-el -Kamel se encomienda a las oraciones de un no musulmn. Con
Iluminado, Francisco emprende la marcha acompaado por una escolta de prncipes, es el ltimo
gesto del sultn hacia Francisco. Francisco y el sultn en medio de la guerra, tuvieron un encuentro
en Paz, gracias a la hospitalidad de uno y a la apertura al dialogo de ambos. Si bien Francisco no
logra hacer que el sultn se haga cristiano, tampoco el sultn logra retener a este monje llamado
Francisco ofrecindole suntuosos regalos y dinero. Sin embargo, ambos vivenciaron un encuentro
en paz, en donde cada uno pudo exponer al otro su perspectiva en un franco dilogo. Gracias a este
encuentro en paz que hoy en da los franciscanos viven en paz custodiando los lugares santos en
medio de tierras no cristianas. (El dilogo de los creyentes. Tomo 3. Curia general OFM. Secretaria
de Evangelizacin. Secretara para la formacin y estudios. ISE. Venecia.Roma.2005.p.78-79).
Oracin en honor a las llagas de San Francisco
Gloriossimo Protector y Padre mo, San Francisco, a ti acudo, implorando tu poderosa intercesin,
para entender el amor que Dios Nuestro Seor te manifest al martirizar vuestra carne y vuestro
espritu. Tus llagas son cinco focos de caridad divina; cinco lenguas que me recuerdan las
misericordias de Jesucristo; cinco fuentes de gracia celestiales que el Creador te confi para que las
distribuyas entre tus devotos. Oh Santo amabilsimo!, pide por m a Jess crucificado una chispa
del fuego que arda en tu alma aquel da dichoso en que recibiste la serfica crucifixin, a fin de
que, recordando tus privilegios sobrenaturales, imite tus ejemplos y siga tus enseanzas, viviendo y
muriendo, amando a Dios sobre todas las cosas.
Se dicen las intenciones de la novena y se rezan 5 padrenuestros, avemaras y glorias en honor de
las cinco llagas de San Francisco.
Oracin Final
Serfico Padre mo San Francisco, pobre y desconocido de todos, y, por esto, engrandecido y
favorecido de Dios. Porque te veo tan rico en tesoros divinos, vengo a pedirte limosna. Dmela
generoso, por amor al buen Jess y a nuestra Madre, la Inmaculada Virgen Mara, y por el voto que
hiciste de dar por su amor todo lo que se te pidiese. Por amor de Dios te ruego que me obtengas
dolor de mis pecados, la humildad y el amor a tu pasin; conformidad con la voluntad de Dios,
prosperidad para la Iglesia y para el Papa, exaltacin de la fe, confusin de la hereja y de los
infieles, conversin de los pecadores, perseverancia de los justos y eterno descanso de las almas del
Purgatorio. Te lo pido por amor de Dios. As sea.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espritu Santo. Amn.
Noveno da
Por la seal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, lbranos, Seor, Dios nuestro. En el nombre del
Padre y del Hijo y del Espritu Santo. Amn.
Reflexin:
Hace ya casi 800 aos en la Porcincula, Francisco poco antes de morir, se dirigi a los hermanos
que le rodeaban, como a representantes de toda la Orden, presentes y futuros. Entonces los fue
bendiciendo a todos, apoyando su mano derecha sobre la cabeza de cada uno de ellos. Bendijo
tambin a todos los que entonces pertenecan a la Orden, y a los que perteneceran a ella hasta el fin
de los tiempos (LP117). Todos nosotros, hermanos y hermanas, ahora celebramos no slo la muerte
sino, sobre todo, el nacimiento, de Francisco a la Vida. Nos sentimos solidarios en esa bendicin de
nuestro Padre, y nos comprometemos a vivir en unidad y fidelidad al Evangelio en nuestros das.
Oracin en honor a las llagas de San Francisco
Gloriossimo Protector y Padre mo, San Francisco, a ti acudo, implorando tu poderosa intercesin,
para entender el amor que Dios Nuestro Seor te manifest al martirizar vuestra carne y vuestro
espritu. Tus llagas son cinco focos de caridad divina; cinco lenguas que me recuerdan las
misericordias de Jesucristo; cinco fuentes de gracia celestiales que el Creador te confi para que las
distribuyas entre tus devotos. Oh Santo amabilsimo!, pide por m a Jess crucificado una chispa
del fuego que arda en tu alma aquel da dichoso en que recibiste la serfica crucifixin, a fin de
que, recordando tus privilegios sobrenaturales, imite tus ejemplos y siga tus enseanzas, viviendo y
muriendo, amando a Dios sobre todas las cosas.
Se dicen las intenciones de la novena y se rezan 5 padrenuestros, avemaras y glorias en honor de
las cinco llagas de San Francisco.
Oracin Final
Serfico Padre mo San Francisco, pobre y desconocido de todos, y, por esto, engrandecido y
favorecido de Dios. Porque te veo tan rico en tesoros divinos, vengo a pedirte limosna. Dmela
generoso, por amor al buen Jess y a nuestra Madre, la Inmaculada Virgen Mara, y por el voto que
hiciste de dar por su amor todo lo que se te pidiese. Por amor de Dios te ruego que me obtengas
dolor de mis pecados, la humildad y el amor a tu pasin; conformidad con la voluntad de Dios,
prosperidad para la Iglesia y para el Papa, exaltacin de la fe, confusin de la hereja y de los
infieles, conversin de los pecadores, perseverancia de los justos y eterno descanso de las almas del
Purgatorio. Te lo pido por amor de Dios. As sea.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espritu Santo. Amn.