Jove Ness in Futuro
Jove Ness in Futuro
Jove Ness in Futuro
futuro,
habla
capitn
sin
les
su
Ricardo Limassol
Denme una manzana y convencer a Dios para que nos regrese al paraso
La edad perfecta para tener
delirios de grandeza en la
cima de un ladrillo;
para rechazar las buenas
intenciones y defender a
muerte los prejuicios.
Enemistades imaginarias
sucumbirn ante rabietas
gratuitas de este mal humor
permanente;
la cada es una habitacin
forrada de culpas y melodas
estridentes.
Cada oportunidad de
estimular la produccin de
ideas no ser
desaprovechada;
la inestabilidad prevalecer
porque provee con dignidad
la paz anhelada.
Yo no lanzo piedras para escuchar el ruido que hacen, lo hago para demostrar la
buena puntera que poseo
Las tardes de Abril no son
hermosas,
las putas no son ngeles
redentores,
el viento no tiene la
respuesta,
la muerte no persigue,
espera,
sentada
leyendo el diario vespertino.
Escribir no es la salvacin:
Nadie es tocado por Dios
porque Dios no existe.
La lluvia no quema,
tampoco enferma,
mucho menos escribe poemas.
Recuperaste la
conciencia
y descubriste que
lo puedes
soportar todo.
El
mejor
poema
No
importa
si
es
perfecto
le
encontrar
un
error.
Barbarismos
Estos nunca han sido actos
de fe
o los planes de una
revolucin
escritos en paredes de
edificios antiguos.
De inmensos basureros
industriales
que quitan el hambre
y las ganas de pensar.
Los indeseables
Hago aqu
un parntesis
y te agarro
a golpes.
A la
msica sin
ritmo
se le
cortan las
cuerdas.
Escuchan
con
cerilla en las
orejas;
aplauden
con
mugre en las
manos.
Pirmide
La originalidad
es el
pice.
La contundencia
es la
altura.
La claridad
es la
base.
ayer
fuimos tierra,
ahora somos
polvo,
ahora somos
el canto enloquecido de
un hombre enloquecido,
encadenado al metal de las
carniceras,
despus de la explosin,
despus del nacimiento, que
el calor del sol sea materno,
que el calor del sol sea
materno y nos haga arder
como hombres enloquecidos,
enloquecidos y encadenados
al metal de las
carniceras,
enloquecidos y encadenados
a los horrores sin
relieve,
enloquecidos y encadenados
a la belleza de las
palabras,
palabras enfermas, palabras
deterioradas, palabras
convulsionadas,
enloquecidas
y encadenadas al metal de las
carniceras,
palabras
dbiles,
palabras
muertas,
quiero
decir:
La maldicin de la comodidad
Poetas que escriben sobre "el amor a los rboles" apoyados sobre mesas de madera. Poetas
que prenden el cigarro cuando les van a tomar una fotografa. Poetas que se fatigan despus
de caminar menos de diez calles. Poetas que buscan los fantasmas de poetas desaparecidos.
Poetas que dicen ser poetas sin que nadie se los pregunte. Poetas que revelan ser
poetas. Poetas que pertenecen a algn movimiento literario. Poetas que usan zapatos
deportivos. Poetas que realmente son novelistas y creen que sus novelas cuentan. Poetas
que realmente son cantantes y creen que sus canciones cuentan. Poetas que necesitan clases
de buceo. Poetas que son amigos del jurado (judiciales y/o culturales). Poetas que rentan
cuartos en La Torre de Babel. Poetas que esperan a la musa y no salen a buscarla. Poetas
que encuentran a la musa en la cama de otro poeta. Poetas que no golpean a la musa porque
dicen que eso no es de hombres. Poetas que tienen miedo de quedarse solos.
La creacin de un libro de poesa implica maniobrar, al mismo tiempo, una pintura, una
pelcula, un disco de msica y un libro de poesa. Un poemario es lo mismo que un botiqun
de medicinas expiradas, una caja de herramientas que nunca sern usadas, una bolsa de
basura agujereada.
No puedo.
No quiero.
No s.
Hacer lo contrario.