Novena de Aguinaldos
Novena de Aguinaldos
Novena de Aguinaldos
Novena de Aguinaldos
Oh raiz sagrada
de Jos, que en lo alto presentan
al orbe tu fragante nardo!
Dulcsimo Nio que has sido
llamado lirio de los valles
bella flor del campo!
Novena de Aguinaldos
Consideraciones
Da primero
Consideracin
En el principio de los tiempos el Verbo
reposaba en el seno de su Padre en lo
ms alto de los cielos: all era la causa,
a la par que el modelo de toda creacin.
En esas profundidades de una incalculable
eternidad permaneca el Nio de Beln. All es donde debemos datar
la genealoga del Eterno que no tiene antepasados, y contemplan la
vida de complacencia infinita que all llevaba.
La vida del Verbo Eterno en el seno de su Padre era una vida
maravillosa y sin embargo, misterio sublime, busca otra morada en
una mansin creada. No era porque en su mansin eterna faltase
algo a su infinita felicidad sino porque su misericordia infinita
anhelaba la redencin y la salvacin del gnero humano, que sin l
no podra verificarse.
El pecado de Adn haba ofendido a un Dios y esa ofensa infinita no
podra ser condonada sino por los mritos del mismo Dios. La raza
de Adn haba desobedecido y merecido un castigo eterno; era pues,
necesario para salvarla y satisfacer su culpa que Dios, sin dejar el
cielo, tomase la forma del hombre sobre la tierra y con la obediencia a
los designios de su Padre, expiase aquella desobediencia, ingratitud
y rebelda.
Era necesario en las miras de su amor que tomase la forma, las
debilidades e ignorancia sistemtica del hombre, que creciese para
darle crecimiento espiritual; que sufriese, para morir a sus pasiones
y a su orgullo y por eso el Verbo Eterno ardiendo en deseos de salvar
al hombre resolvi hacerse hombre tambin y as redimir al culpable.
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Novena de Aguinaldos
Da segundo
Consideracin
El Verbo eterno se halla a punto de tomar
su naturaleza creada en la santa Casa de
Nazaret en donde moraban Mara y Jos.
Cuando la sombra del secreto divino vino a
deslizarse sobre ella, Mara estaba sola engolfada en la oracin.
Pasaba las silenciosas horas de la noche en la unin ms estrecha
con Dios y mientras oraba, el Verbo tom posesin de su morada
creada.
Sin embargo, no lleg inopinadamente; antes de presentarse envi
un mensajero, que fue el Arcngel San Gabriel, para pedir a Mara de
parte de Dios su consentimiento para la encarnacin. El Creador no
quiso efectuar este gran misterio sin la aquiescencia de su criatura.
Aquel momento fue muy solemne. Era potestativo en Mara
el rehusar... Con qu adorables delicias. Con qu inefables
complacencias aguardara la Santsima Trinidad a que Mara
abriese los labios y pronunciase el Si que debi ser suave meloda
para sus odos, y con el cual se conformaba su profunda humildad a
la omnipotente voluntad divina!.
La Virgen Inmaculada ha dado su asentimiento. El Arcngel ha
desaparecido. Dios se ha revestido de una naturaleza creada; la
voluntad eterna est cumplida y la creacin completa. El Verbo se
ha hecho carne, y aunque todava invisible para el mundo, habita ya
entre los hombres que su inmenso amor ha venido a rescatar.
Da tercero
Consideracin
As haba comenzado su vida
encarnada
el
Nio
Jess.
Consideremos el alma gloriosa y el
Santo Cuerpo que haba tomado,
adorndolos profundamente.
Admirando en primer lugar el alma de ese divino Nio, consideremos
en ella la plenitud de su ciencia beatfica, por la cual desde el primer
momento de su vida vio la divina esencia ms claramente que todos
los ngeles y ley lo pasado y lo porvenir con todos sus arcanos y
conocimientos.
Del alma del Nio Jess pasamos ahora a su cuerpo, que era un
mundo de maravillas, una obra maestra de la mano de Dios. Quiso
que fuese pequeo y dbil como el de todos los nios y sujeto a
todas las incomodidades de la infancia, para asemejarse ms a
nosotros y participar en nuestras humillaciones.
La belleza de este cuerpo del Divino Nio fue superior a cuanto se
ha imaginado jams, y la divina sangre que por sus venas empez a
circular desde el momento de su Encarnecin, es la que lav todas
las manchas del mundo culpable.
Pidmosle que lave las nuestras en el sacramento de la penitencia
para que el da de su dichosa Navidad nos encuentre purificados,
perdonados y dispuestos a recibirle con amor y provecho espiritual.
Novena de Aguinaldos
Da cuarto
Consideracin
Desde el seno de su Madre
comenz el Nio Jess a poner
en prctica su eterna sumisin a
Dios, que continu sin la menor
interrupcin durante toda su vida. Adoraba a su Eterno Padre, le
amaba, se someta a su voluntad; aceptaba con resignacin toda su
debilidad, toda su humillacin, todas sus incomodidades.
Quin de nosotros quisiera retroceder a un estado semejante con
el pleno goce de la razn y de la reflexin? Por ah entr el Divino
Nio en su dolorosa y humillante carrera; as empezo a anonadarse
delante de su Padre; a ensearnos lo que Dios merece por parte
de su criatura; a expiar nuestro orgullo, origen de todos nuestros
pecados.
Deseamos hacer una verdadera oracin? Empecemos por
formarnos de ella una exacta idea, contemplado al Nio en el seno
de su Madre. El Divino Nio ora y ora del modo ms excelente. NO
habla, no medita, ni se deshace en tiernos efectos. Su mismo estado,
lo acepta con la intencin de honrar a Dios, en su oracin y en ese
estado expresa altamente todo lo que Dios merece, y de qu modo
quiere ser adorado por nosotros. Unmonos a las adoraciones
del Nio Dios en el seno de Mara; unmonos a su profundo
abatimiento, y sea ste el primer efecto de nuestro sacrificio a Dios.
Desaparezcamos a nuestros propios ojos, y que Dios sea todo para
nosotros.
Da quinto
Consideracin
Ya hemos visto la vida que llevaba el Nio Jess
en el seno de su pursima Madre; veamos hoy la
vida que lleva tambin Mara durante el mismo
espacio de tiempo.
Mara no cesaba de aspirar el momento en que
gozara de esa visin beatfica terrestre, la faz de
Dios encarnado. Estaba a punto de ver aquella faz
humana que deba iluminar el cielo durante toda la eternidad. Iba
a leer el amor filial en aquellos mismos ojos cuyos rayos debera
esparcir para siempre la felicidad en millones de elegidos. Iba a verle
en la ignorancia aparente de la infancia, en los encantos particulares
de la juventud y en la serenidad reflexiva de la edad madura.
Tal era la vida de expectativa de Mara! Era inaudita en s misma, mas
no por eso dejaba de ser el tipo magnfico de toda vida cristiana.
No nos contentemos con admirar a Jess residiendo en Mara, sino
pensamos que en nosotros tambin reside por esencia, potencia y
presencia.
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Novena de Aguinaldos
Da sexto
Consideracin
Jess haba sido concebido en Nazaret, domicilio
de Jos y Mara, y all era de creerse que haba
de nacer, segn todas las probabilidades.
Ms Dios lo tena dispuesto de otra manera, y
los profetas haban anunciado que el Mesas
nacera en Beln de Jud, ciudad de David.
Para que se cumpliese esta prediccin, Dios se
sirvi de un medio que no pareca tener ninguna relacin con este
objeto, a saber: la orden dada por el emperador Augusto de que
todos los sbditos del imperio romano se empadronasen en el lugar
de donde eran originarios. Mara y Jos como descendientes que
eran de David, estaban obligados a ir a Beln.
No ignoraba Jess en qu lugar deba nacer y as inspira a sus padres
que se entreguen a la Providencia, y que de esta manera concurran
a la ejecucin de sus designios. Almas interiores, observad este
manejo del Divino Nio, porque es el ms importante de la vida
espiritual: aprended que el que se haya entregado a Dios ya no ha
de pertenecer a s mismo, ni ha de querer si no lo que Dios quiera
para l.
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Da sptimo
Consideracin
Representmonos el viaje de Mara y Jos hacia
Beln, llevando consigo an no nacido, al creador
del universo, hecho hombre. Contemplemos la
humildad y la obediencia de ese Divino Nio,
que aunque de raza juda y habiendo amado
durante siglos a su pueblo con una predileccin
inexplicable obedece as a un prncipe extranjero
que forma el censo de poblacin de su provincia,
como si hubiese para l en esa circunstancia algo
que le halagase, y quisiera apresurarse a aprovechar la ocasin de
hacerse empadronar oficial y autnticamente como sbdito en el
momento en que vena al mundo.
El anhelo de Jos, la expectativa de Mara son cosas que no puede
expresar el lenguaje humano. El Padre Eterno se halla, si nos es lcito
emplear esta expresin, adorablemente impaciente por dar a su hijo
nico al mundo y verle ocupar su puesto entre las criaturas visibles.
El Espritu Santo arde en deseos de presentar a la luz del da esa
santa humanidad, que El mismo ha formado con divino esmero.
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Novena de Aguinaldos
Da octavo
Consideracin
Llegan a Beln Jos y Mara buscando
hospedaje en los mesones, pero no
encuentran, ya por hallarse todos
ocupados, ya porque se les deshace
a causa de su pobreza. Empero, nada
puede turbar la paz interior de los que
estn fijos en Dios.
Si Jos experimentaba tristeza cuando era rechazado de casa en
casa, porque pensaba en Mara y en el Nio, sonrease tambin con
santa tranquilidad cuando fijaba la mirada en su casta esposa. El
ruido de cada puerta que se cerraba ante ellos era una dulce meloda
para sus odos.
Eso era lo que haba venido a buscar. El deseo de esas humillaciones
era lo que haba contribuido a hacerle tomar la forma humana.
Oh! Divino Nio de Beln! Estos das que tantos han pasado en
fiestas y diversiones o descansando muellemente en cmodas y
ricas mansiones, ha sido para vuestros padres un da de fatiga y
vejaciones de toda clase. Ay! el espritu de Beln es el de un mundo
que ha olvidado a Dios.
Cuntas veces no ha sido tambin el nuestro!.
Pnese el sol el 24 de diciembre detrs de los tejados de Beln y sus
ltimos rayos doran la cima de las rocas escarpadas que lo rodean.
Hombres groseros, codean rudamente al Seor en las calles de
aquella aldea oriental y cierran sus puertas al vera a su Madre.
La bveda de los cielos aparece purpurina por encima de aquellas
colinas frecuentadas por los pastores. Las estrellas van apareciendo
unas tras otras. Algunas horas ms y aparecer el Verbo Eterno.
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Da noveno
Consideracin
La noche ha cerrado del todo en las
campias de Beln. Desechados
por los hombres y vindose sin
abrigo, Mara y Jos han salido de
la inhospitalaria poblacin, y se
han refugiado en una gruta que
se encontraba al pie de la colina.
Segua a la Reina de los ngeles
el jumento que le haba servido de
cabalgadura durante el viaje y en
aquella cueva hallaron un manso buey, dejado ah probablemente
por alguno de los caminantes que haba ido a buscar hospedaje en
la ciudad.
El Divino Nio, desconocido por sus criaturas va a tener que acudir a
los irracionales para que calienten con su tibio aliento la atmsfera
helada de esa noche de invierno, y le manifiesten con esto su
humilde actitud, el respeto y la adoracin que le haba negado Beln.
La rojiza linterna que Jos tena en la mano iluminaba tenuemente
ese pobrsimo recinto, ese pesebre lleno de paja que es figura
proftica de las maravillas del altar y de la ntima y prodigiosa unin
eucarstica que Jess ha de contraer con los hombres. Mara est en
adoracin en medio de la gruta, y as van pasando silenciosamente
las horas de esa noche llena de misterios. Pero ha llegado la media
noche y de repente vemos dentro de ese pesebre antes vaco, al
Divino Nio esperado, vaticinado, deseado durante cuatro mil aos
con tan inefables anhelos. A sus pies se postra su Santsima Madre
en los transporte de una adoracin de la cual nada puede dar idea.
Jos tambin se le acerca y le rinde el homenaje con que inaugura
su misterioso e imperturbable oficio de padre putativo del redentor
de los hombres.
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Villancicos
Tutana
A la nanita nana
Tutaina tuturuma
Tutaina tuturumaina Tutaina
tuturuma, turuma Tutaina
tuturumaina.
Tradicional Espaola
Tradicional Espaola
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Novena de Aguinaldos
Campana sobre
campana
Tradicional Andaluza
El tamborilero
Katherine K. Davis
Noche de paz
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