El Proceso de Cristo
El Proceso de Cristo
El Proceso de Cristo
EL PROCESO
DE CRISTO
Monografa jurdica sinptica
Tercera edicin
EDITORIAL PORRA
AV. REPBLICA ARGENTINA 15
. MXICO, 2002
PREFACIO
El tema concerniente al proceso de Cristo es universalmente
conocido. Nunca ha dejado de tener actualidad. En cada
Semana Mayor se le conmemora. Sobre l hay una abundante
literatura que recoge diferentes ideologas religiosas, mismas
que, a travs de pticas variadas, lo analizan y comentan
diversamente. Mltiples insignes escritores, desde la
antigedad hasta nuestros das, han elaborado enjundiosos
estudios respecto de las cuestiones mitolgicas, sociales y
polticas que su permanente tratamiento suscita. Por estas, y
otras muchas razones, suponemos que la obra que hoy
emprendemos quedar inmersa, sin ninguna relevancia, en el
grandioso ocano del pensamiento humano. Sin embargo, creemos que, mediante ella, intentamos apreciar el proceso
de Jess desde el punto de vista eminentemente jurdico, sin
tener la osada de agregar un pice a la eclosin de ideas que
sobre tan ingente tpico se han emitido, desde que se desarroll
y concluy, hasta la actualidad y que con seguridad se
expresarn en el futuro.
El hombre, en el mundo de la intelectualidad, tiene siempre
la inquietud de investigar lo que en su vida ha aprendido y de
externar las ideas que el estudio le ha forjado y sus reflexiones
le indican. Sin ese elemento anmico el ser pensante se
encerrara en el claustro del egosmo erudito que no genera
ningn provecho para nadie. Estas meditaciones, inherentes a
la autocrtica,
IMPRESO EN MXICO
PRINTED IN MEXICO
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Monografa jurdica sinptica
CAPTULO PRIMERO
1. OBSERVACIN
INICIAL
El llamado "PROCESO DE CRISTO" se desenvolvi en
dos juicios, a saber, el "religioso" o judo ante el Sanhedrn, y
el "poltico" ante Poncio Pilato, gobernador de Judea. Por
consiguiente, el primero debi regirse por la "ley juda" y el
segundo por la "ley romana". Esta diversificacin nos obliga a
estudiar separadamente una y otra con el objeto de determinar
si dichos juicios acataron o no el principio de juridicidad que
exige imperativamente que todos los actos de autoridad se
sometan al Derecho. Acatando la cronologa, nos referiremos
primero al juicio religioso" y en el captulo siguiente al
juicio poltico", previa exposicin sucinta de las consideraciones que a continuacin formulamos.
Cristo naci en el ao 748 de la fundacin de Roma 1 bajo
el gobierno de OCTAVIO AUGUSTO que fue el primer
soberano del imperio que sustituy al rgimen republicano.
Este emperador (imperator) muri el ao 14 de la era
cristiana, habindolo sucedido TIBERIO, quien a su vez
falleci el ao 37.2 Por consiguiente, la vida de Jess, que
abarc treinta y tres aos, transcurri bajo ambos
emperadores, pues la pasin y muerte
1 Cfr. Jesucristo por Ferdinand Pratt. Tomo 1, pg. 434. 2 Idem.
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populo)
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En este rgimen, coetneo a la vida de Cristo, la administracin de justicia experiment importantes cambios. La
Ley de las Doce Tablas convirti a los comicios por centurias,
comitiatus maximus, en tribunales penales para todos los
ciudadanos. Estos tribunales eran ocasionales, habindose
substituido por tribunales permanentes. Las quaestiones
perpetuae tenan competencia respecto de crmenes de
importancia, bajo la Repblica. Las acusaciones de lesa
majestad y de traicin, as como de malversacin de fondos
pblicos, se presentaban ante el Senado, rgano que juzgaba
igualmente de las acusaciones graves dirigidas contra los
senadores. El conocimiento de diversos delitos fue atribuido a
los diversos prefectos con sede en Roma. El emperador
Septimio Severo otorg a estos prefectos jurisdiccin ordinaria
para todos los graves crmenes que se cometieran en Roma. El
emperador mismo tena la facultad de conocer de los negocios
penales o de someterlos a la jurisdiccin del Senado. El
nmero de ilcitos calificados como crmenes fue aumentado
por la legislacin. Adems, era obligacin de todo funcionario
pblico perseguir,
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CAPTULO SEGUNDO
I. CONSIDERACIONES
PREVIAS
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ADJETIVO
En Judea las leyes eran simultneamente religiosas y
jurdicas. Se contenan en el Antiguo Testamento o Biblia. Su
fundamento era el Declogo, es decir los Diez Mandamientos
que, se afirma, fueron ordenados por DIOS o JEHOV al
pueblo hebreo, por mediacin de Moiss, quien los recibi en el
Monte Sina. Tales mandamientos entraaban normas rectoras
de la conducta del hombre frente al Ser Supremo (religiosas),
as como del comportamiento de los hombres entre s y frente a
la sociedad. Es ms, el Declogo era la fuente principal del
Derecho Penal Hebreo, ya que su violacin no solamente
implicaba una ofensa a Dios sino al mismo pueblo judo.
Igualmente, este Derecho deriv de los cinco libros que forman
el Pentateuco y que los hebreos denominaron Torah o Ley,
siendo tales libros el Gnesis, el Exodo, el Levtico, los
Nmeros y el Deuteronomio. En ellos se encuentra lo que
modernamente se conoce
7 Tales eran:
Homicidio: "El que hiere a un hombre querindole matar, muera
de muerte". (Exodo, Cap. XXI, ap. 12).
Lesiones graves: "El que hiere a su padre o a su madre, muera
de muerte". (ldem, ap. 15).
Ley del Talin: "Ojo por ojo, diente por diente, mano por mano,
pie por pie". (ldem, ap. 24).
Estupro: "Si alguno engaare a una doncella todava no desposada, y
durmiere con ella, la dotar y tomar por mujer". (ldem, Cap. XXII, ap. 16). .
Bestialidad: "El que tuviere coito con bestia, muera de muer
te". (Idem, ap. 19).
Usura: "Si dieres prestado a mi pueblo pobre, que mora contigo, no le
apremiareis como un recaudador, ni le oprimirs con usu
ras". (ldem, ap. 25).
Falsedad en declaracin: ... (Cap. XXIlI, ap. 1 y 2).
Soborno: (ldem, ap. 8).
Adulterio: (Levtico, Cap. XVIII, ap. 20).
Blasfemia: (ldem, Cap. XXIV, ap. 16). Testigos falsos: (Deuterono
mio, Cap. XIX, ap. 15 a 21).
Profanacin del sbado: (Nmeros, Cap. XV, apartados 32 a 36).
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17 Primer consejo dado por don Quijote a Sancho Panza a propsito del
gobierno de la "Insula Barataria".
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18 "l Pasin del Redentor" por Jos PALLf:s, tomo II, pgs: 22,
23 Y 26. Esta obra, publicada en Mxico (1879), tiene un estil co
loquial, ameno e interesante. Su autor, con giros literarios pero
bien documentados, presenta, a modo de conversacin rspida, las
contestaciones que Cristo di a las preguntas que le hizo Ans en
presencia de algunos otros miembros del Sanhedrn, tales como Onkelos,
Ananas, Achazas y Eleazar.
19 Son muy importantes las anteriores transcripciones, porque
revelan aspectos sobresalientes de la doctrina de Cristo y su predi
cacin pblica que elimina su ndole sediciosa, contrariamente a lo que
sucede en el mbito poltico.
20 Cfr. Diccionario Moreri, edicin 1753.
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ver que pisoteis la ley, al ver que estis resueltos sacrificar una
vctima inocente, al ver que del lugar en que solo se deben castigar
los delitos, va cometerse un crimen espantoso, entregando a la
muerte deshonrosa de los bandoleros, al hombre que es la
inocencia en persona, al hombre que debiendo ser el orgullo y la
gloria de
Israel, es tratado como si fuera un malhechor, de cuyos crmenes
la tierra se hallar con justicia espantada.
Siquiera yo viese un punto, aunque pequeo, por el cual
pudiese deducir que os hallis obcecados; siquiera notase en
vosotros la voluntad de hacer justicia y no la de convertir la
justicia en venganza; siquiera viese un pequeo artculo de la ley
respetado por vosotros en esta causa injusta y odiosa, pero nada de
esto veo y cuantos mas esfuerzos hago para probaras la inocencia
de Jess y para demostraros el horrendo crimen que vais
cometer, tanto mas me persuado de que permanecis aferrados
vuestros propsitos y miro con mas espanto las colosales
proporciones que vuestro crimen va tomando. OH s colosales,
seores, porque esta trasgresin absoluta y descarada de la ley no
tendr trmino en vosotros, sino que abarcar el pueblo todo y
todas las edades de nuestra nacin, y el delito de que acusis
Jess de Nazareth; el delito de pretender destruir la Sinagoga y el
pueblo de Dios; lo estis cometiendo vosotros porque el Altsimo,
que ha conducido tantas veces nuestros padres al cautiverio por
faltas contra la ley, enojado por tan enorme crimen como es el
vuestro, borrar para siempre el libro de las naciones la nacin
juda, y nuestros hijos y tal vez nosotros mismos, nos veremos
obligados emigrar y recorrer desterrados todos los pueblos de
la tierra por todos los siglos. No olvidis que la leyes la vida del
pueblo de Israel y advertid que vuestra falta absoluta, que vuestra
descarada trasgresin de la ley para condenar al suplicio un
inocente que es Hijo de Dios, es el acto conque presentis la
nacin el tsigo que debe sepultada para siempre en una
deshonrosa tumba.
S, jueces de Israel, s; estis asesinando la nacin;
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Nazareth!.. .
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libertad, toda vez que de esta manera proceda segn ley; mas
lejos de ser as el pontfice le ha obligado responder con
juramento lo que Caifs quera contestase y la febril exaltacin
que se ha apoderado del sumo sacerdote al or las palabras de
Jess, la irritacin tempestuosa de que el pontfice ha dado
pruebas evidentes en aquel momento; la precipitacin y el
aturdimiento con que os ha excitado que dierais los votos
en contra de Jess; todo, absolutamente todo, demuestra que,
lejos de proteger mi defendido, conforme era vuestro
imprescindible deber, buscabais una ocasin para condenarle y
habis credo hallar esta ocasin apetecida, no bien han llegado
vuestros odos las palabras de Jess; palabras que ni son
criminales, como luego os demostrar, ni mucho menos merecen
la muerte, como vosotros pretendis.
Antes que me haga cargo de este ltimo punto de mi discurso
y toda vez que se haya suficientemente probado que tambin
habis faltado del todo la ley, en el hecho de no respetar ni
proteger Jess de Nazareth, permitid que d una rpida ojeada
los acontecimientos que han precedido y seguido
inmediatamente al acto injusto y execrable de la prisin del
inocente, que tengo alta honra en defender. Del rpido estudio
que me propongo hacer, resultarn justificadas las
acriminaciones que os he dirigido, porque no solo se hallar
corroborada la inocencia de Jess, sino probado el aserto de que
queris sacrificarle vuestras mezquinas pasiones, cueste lo que
cueste, aun cuando en ello se involucre la honra del Sanhedrin y
hasta la vida de la nacin. Llevando el justo Nazareno al
patbulo, queris acabar, repito, la obra de una venganza.
Y cmo habis empezado preparar el terreno para esa
venganza innoble? Justificando al que hoy pretendis condenar!
Extraa conclusin os parecer la ma, pero por ms extraa que
os parezca, es la consecuencia lgica de lo que habis hecho.
Habis enviado agentes provocadores Jess y esos agentes
provocadores, esos hombres que se han encargado de hacer el
papel de esbirros, estn entre nosotros,
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CAPTULO CUARTO
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CAPTULO QUINTO
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REFLEXIONES FINALES
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REFLEXIONES FINALES
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NOTA BIBLIOGRFICA
Marcos Cap.
Cap.
XIV
Apartados
55 a 64.
XV
Apartados
Lucas
Cap.
XXII
Apartados
Cap.
XXIII Apartados
Maleo
Cap.
XXVII Apartados
Juan
Cap.
XVIII Apartados
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INDICE
CAPTULO CUARTO
I. Observacin previa. .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 63
11. Argucias para salvar a Cristo. . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 65
III. Inexistencia del 'Juicio poltico" . . . . . . . . '.' . . . . . .. 68
NDICE
Pgs.
CAPTULO QUINTO
LA CRUCIFIXIN Y EL DESTINO DE PlLATO
1. La muerte en cruz. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 71
11. Las siete palabras. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .72 111. El
destino de Pilato . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 75
REFLEXIONES FINALES. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 79 NOTA
BIBLIOGRFICA. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 83
2
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CAPTULO SEGUNDO
Sanhedrn. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ; . . . . . . . .. 12
CAPTULO TERCERO EL
PROCESO DE JESS ANTE EL
SANHEDRN
1. Observacin previa. . . . . , . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 15
11. Somera semblanza de la Doctrina de Cristo. . . . . . .. 18 nI.
Procedimiento ante el Sanhedrn, defensa de Jess y
sentencia condenatoria. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 22