Francisco de Ulloa PDF
Francisco de Ulloa PDF
Francisco de Ulloa PDF
Ulloa,
primer explorador del
Golfo de California y la costa
occidental de Baja California.
1539-1540.
A mi familia,
a los maestros y estudiantes de Baja California.
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1793. Nicholas Pocock, National Maritime Museum, Greenwich, London. Dom. Pub..
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NDICE GENERAL
Pgina
Introduccin6
El contexto social en Baja California de mediados del siglo XIX hasta la primera dcada del siglo
XXI8
Hernn Corts, promotor de las primeras exploraciones en el Ocano Pacfico o Mar del Sur..11
Corts se va a Espaa y obtiene de la reina una capitulacin para explorar para explorar el Mar del
Sur...14
Captulo II. Fundacin y abandono del puerto de Santa Cruz, hoy La Paz..................................................16
Captulo IV. La flotilla zarpa de Acapulco, y las tormentas parecen advertir un fatdico
viaje .38
El Santo Toms queda fuera de la flotilla expedicionaria y es saqueado por hombres de Nuo de Guzmn.
Triste regreso a Santa Cruz..............................38
El ro San Pedro y San Pablo, los Esteros de la Cruz en el ro Mayo, el San Francisco, hoy ro Yaqui, y el Puerto
de los Puertos, actualmente Guaymas.........................................................................41
Captulo V. Del Puerto de los Puertos al Ancn de San Andrs, o desembocadura del ro
Colorado...45
Captulo VI. La confrontacin de un indio cochim con ms de diez marinos espaoles. Llegada a La
Paz...57
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Un desafo casi deportivo en el Paso de Beln..58
Los expedicionarios pasan por baha Concepcin. El Carrizal.62
La flotilla arriba a Santa Cruz, hoy La Paz, y zarpan de all hacia el sur el 29 de octubre de
1539............................63
Los navos anclan frente a Baha Mara, Baja California, pero el mal tiempo les impide
desembarcar..88
El capitn Ulloa decide que el Santa gueda regrese y l continuar la exploracin en el Trinidad. Los
preparativos.................................................................................................91
El Santa gueda y el Trinidad se despiden. El Cabo del Engao...........................92
M{as sobre Cabo del Engao y la posible navegacin de Ulloa al norte del mismo..........................96
Pleito judicial entre Juan Castelln y Hernn Corts, en el que se establece que Ulloa s regres a la Nueva Espaa
despus de estar en Isla de Cedros...101
Ulloa se desvanece en la historia. Corts muere en Espaa y sus restos yacen en Mxico104
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INTRODUCCIN
La lectura de esta introduccin es recomendable para que al lector pueda ser ms comprensible la
narrativa que se ofrece, y conozca un poco la personalidad del que la escribe, esto ltimo para
saber qu tanto y hacia dnde se inclina su personalidad, ya sea a la recopilacin objetiva de
hechos, o a un relato en el que claramente se d mayor importancia a la interpretacin subjetiva de
los acontecimientos. Otro objetivo de lo que aqu se escribe es advertir al lector sobre algunas
acechanzas que podran encontrarse en este libro, como la interpretacin equivocada de algunos
mapas, y la carencia en el autor de una cultura nutica, aunque fuera somera, que podra haberse
aplicado en algunos temas que son frecuentes sobre navegacin.
Mi inters por conocer la historia de Baja California data de dcadas atrs, aun tomando en cuenta
que mis credenciales acadmicas son nulas, y me considero un modesto aficionado a la
investigacin y conocimiento del pasado de mi entidad nativa. Tres son los factores que
seguramente influyeron en mi persona para que se manifestara la inclinacin de que hablo:
primero, que mis ancestros por lnea materna hayan sido pobladores de las sierras de Baja
California desde el S. XVIII, incluyendo a Antonio Mara Melndrez, hroe olvidado que luch
contra los invasores norteamericanos encabezados por William Walker en 1853; segundo, el que
mi abuela Amada Lpez Melndrez haya sido india de la etnia pai-pai, lo que de alguna forma, fue
motivo para que algunas de mis inquietudes se relacionaran con el tema de la historia. Finalmente,
los viajes que con frecuencia y por muchos aos ha hecho mi hijo Eduardo por toda la pennsula,
y lo que sobre ellos me ha transmitido, me han llevado a una actividad e inters que no busqu
intencionalmente, lo que me ha brindado grandes satisfacciones. Si a lo anterior se agrega que por
ms de 50 aos compart mis actividades docentes con actividades de campo en un rancho que fue
de mi propiedad, ubicado ya en las estribaciones de la sierra en Baja California, y que all se
encuentran sitios histricos y arqueolgicos, podra decirse que el terreno estaba frtil para que,
jubilado como maestro, me lanzara, ms con audacia que con seguridad, a la aventura de escribir
sobre temas de la historia de Baja California.
Una duda que en ciertos momentos afecta seguramente a todo aquel que escribe narrativas
histricas, es la relativa importancia que asignamos a un hecho histrico, la cual nos conduce a
incluirlo o no en nuestro texto, y ser finalmente la interpretacin que haga quien escribe, lo que
determine su inclusin. No se necesita meditar mucho sobre el asunto para concluir que leer diez
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o ms volmenes de la historia de Amrica, no nos proporcionar una idea completa de lo que
buscamos, porque los historiadores consultados hicieron una interpretacin personal de lo que en
un momento dado consideraron fuentes histricas, y eso sin tomar en cuenta que la historia es
escrita por un pequeo nmero de personas, faltando la opinin de muchos, quienes no pudieron
escribir lo que ellos consideraban digno de registrarse.
En este libro, al igual que lo hice en De Cueva Pintada a la modernidad, he incorporado previo
el inicio de cada captulo, un pensamiento o breve discurso que, imaginariamente, pudo darse en
un momento dado por alguno de los protagonistas del tema tratado, lo que aparentemente, da al
lector mayor posibilidad de vitalizar la narrativa. Por ejemplo, al leer la nota con caracteres azules
en cursiva del primer captulo, no es difcil casi visualizar a Corts, con voz de mando, dirigirse a
sus oficiales y hombres de confianza para lograr ganar al virrey Antonio de Mendoza la carrera
logstica en la organizacin de expediciones que salieran hacia el norte, en busca del Estrecho de
Anin o de las siete ciudades de Cbola.
Es necesario advertir al lector que existen, en partes de las narrativas originales de Francisco de
Ulloa y de Francisco Preciado, errores cronolgicos evidentes pero que no alteran el fondo de la
historia, lo cual se aclara en el momento y lugar correspondientes. Igualmente, el clculo de las
latitudes geogrficas de los diversos puntos demarcados estn siempre con un error por exceso, el
cual se hace notable en la medida en que la navegacin es ms al norte, lo que se explica tomando
en consideracin la poca precisin de los aparatos empleados en el siglo XVI, que hoy se
contemplaran como rudimentarios. Precisamente, por la precariedad de aquellos instrumentos
empleados a medidos del S. XVI en la Nueva Espaa, sorprende a los investigadores
contemporneos algunos casos de verdadera exactitud en el clculo de la latitud, como se advertir
en el caso de San Jos del Cabo, punto al cual Ulloa y sus pilotos le asignaron 23 N., que
prcticamente coincide con el clculo moderno.
Algunos de los mapas de los ltimos captulos, con sus flechas indicando la navegacin de la
flotilla al mando de Ulloa, deben contemplarse slo como indicadores de los lugares de los cuales
zarparon los navos, y los puntos costeros a los cuales arribaron; los rumbos reales, en la mayor
parte de los casos no son conocidos con exactitud por la imprecisin de las distancias y
coordenadas registradas en las narrativas de Ulloa y Preciado. Dicho lo anterior, debe entenderse
que esos mapas tienen un valor ms bien nemotcnico y tal vez didctico, tratando de que el lector
pueda trasladarse mentalmente al terreno de los hechos con ms facilidad. Hay que reiterar, pues,
que las flechas no siempre representan rumbos precisos, aunque s dan idea del lugar del que las
embarcaciones zarparon, y el sitio al que llegaron.
Si despus de la lectura de este libro, de algina manera se modifica en el lector la percepcin del
pasado-presente de Baja California, la meta del autor se habr cumplido.
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CAPTULO I.
LOS PRIMEROS EXPLORADORES DEL GOLFO DE CALIFORNIA Y NORTE DE LA
PENNSULA.
El contexto social en Baja California de mediados del siglo XIX hasta la primera dcada del
siglo XXI.
Por mltiples razones, la pennsula de Baja California, desde la poca en que se empez a colonizar
tanto en el sur como en el norte, ha sido percibida por exploradores y gobernantes de forma
distorsionada o alejada de la realidad, ya porque se exageren sus riquezas naturales y
potencialidades econmicas, como lo hicieron los primeros viajeros espaoles, aunque por poco
tiempo, o porque se piense que su aislamiento geogrfico, la poca poblacin y la escasez de agua
no justifican incluir esta tierra en los planes de desarrollo de los diversos gobiernos.
Cuando se habla de las primeras exploraciones al norte de la Pennsula, se piensa siempre en los
viajes que se hicieron por mar y tierra hasta las bocas del Ro Colorado. Los hombres que desde
el siglo XVI realizaron tales epopeyas, son poco recordados o francamente desconocidos, aunque
sin duda ellos hayan favorecido el inicio de la colonizacin y ulterior desarrollo del actual Estado
de Baja California. En este libro se pretende dar a conocer las fascinantes historias de aquellos
hombres que, arriesgando sus vidas, buscaron con pasin las desconocidas fronteras del noroeste
de la Nueva Espaa, que estaban ms all del horizonte.
Aun despus de los viajes exploratorios de los navegantes espaoles en los siglos XVI, XVII y
XVIII, la escasa comunicacin martima de la pennsula con el resto del pas trajo como
consecuencia un tremendo atraso social en la regin. Las misiones establecidas en la pennsula
primero por los jesuitas y despus por los franciscanos y dominicos, fueron antecedentes de
pequeos centros de poblacin, en los cuales, cuando menos al principio, se logr una ligera
mejora en el bienestar de los nativos; sin embargo, las constantes guerras intestinas que se
sucedieron despus de la independencia favorecieron nuevamente la pobreza y el retraso.
Adelantando los acontecimientos 200 aos, y para dar a conocer el gravsimo estancamiento
general que prevaleca en La Frontera2, el 8 de julio de 1856, el Comandante Militar y Subjefe
Poltico Francisco de Paula Ferrer, envi al Gobierno Superior de la Repblica un informe en el
1
Orden que, palabras ms, palabras menos, seguramente dio Hernn Corts a sus hombres de confianza cuando se
preparaba para aventurarse por el Ocano Pacfico o Mar del Sur en busca de una ruta a las siete ciudades de Cbola,
o a la Isla de las Amazonas, o del estrecho de Anin.
2
Nombre con que se design por algn tiempo en el siglo XIX la regin comprendida en la pennsula de Baja
California desde El Rosario hasta la lnea fronteriza con los Estados Unidos.
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que describi el verdadero estado en que se encontraba el territorio que gobernaba, algunos de
cuyos prrafos se transcriben enseguida:
Desde San Ignacio hasta El Rosario, es poco menos que un desierto, y se hacen diez jornadas
cuando no se lleva carga. No se hallan vveres en ninguna parte. En El Rosario habitan cuatro
familias a las cuales he tenido que facilitar cebada para que no murieran de hambre Desde este
pueblo (Santo Toms) a la lnea, no hay un solo habitante que sepa leer y escribir, pero ni aun
firmarLa miseria de esta frontera es tan general, que no he tenido posibilidad de asignar ni una
corta cantidad al mes para una escuela, y el da que hay algn preso, es necesario
3
Lsspas, Ulises Urbano. Historia de la colonizacin de la Baja California y decreto del 10 de marzo de 1857. SEP,
UABC., 1995; p. 317, 318.
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Aunque la descripcin de miseria que proporciona el informe de Ferrer sobre la Baja California
pudiera ser algo exagerada4, hay que admitir que s haba mucha pobreza y un grave atraso social
en la escasa poblacin de La Frontera, lo que confirman gobernantes y viajeros de la poca5.
Qu fue entonces lo que favoreci el lento paso hacia el progreso en la pequea sociedad que
poblaba la inhspita regin? Es obvio que hubo personajes cuyas acciones iniciaron el progreso
poltico y econmico del norte bajacaliforniano, que a la postre convertira la regin en lo que es
actualmente, un polo de desarrollo con ciudades como Tijuana, Mexicali y Ensenada, a las cuales
llegan personas de muchas partes del pas6. Pero aparte de gobernantes, colonizadores y lderes
destacados, est la existencia de un sistema geogrfico tal vez nico en el mundo por sus especiales
caractersticas: al norte de la pennsula, el Ro Colorado y su delta, un ro que muy cerca de su
desembocadura se encuentra sobre el nivel del mar, una cercana zona para riego abajo del nivel
del mar, tierra para siembra rica en excelentes nutrientes para el cultivo de una infinidad de
vegetales, y una temperatura quiz incmoda para los seres humanos pero excelente para la
agricultura. Por otra parte, hacia el sur va predominando el desierto que en algunos lugares se
convierte en oasis productivos, hasta llegar al extremo meridional, con polos tursticos en Los
Cabos y otros lugares, as como una actividad pesquera cada vez ms moderna a lo largo de los
ms de 3 600 Km. de litoral peninsular.
Es claro, entonces, que desde la antigedad, los elementos para el desarrollo estaban ah, y slo
faltaba que lderes y gobernantes capaces fueran aplicando los proyectos para la colonizacin de
la regin, lo que eventualmente se hizo con relativo xito. Pero todo esto fue posible, en buena
parte, gracias al conocimiento que se pudo tener de tan peculiar medio geogrfico, incluyendo los
litorales, ensenadas, puertos, islas y regiones costeras, la localizacin de los arroyos, aguajes y
veredas que los aborgenes ensearon a los misioneros. En otras palabras, fue necesario que
primero, una casta especial de exploradores formara una punta de lanza que abriera paso por la
lejana frontera, para facilitar, siglos despus, su colonizacin y progreso.
Los logros mencionados en el prrafo anterior fueron posibles, en gran parte, por la existencia de
puertos como San Felipe y La Paz en el Golfo de California, y Ensenada en la costa occidental de
la pennsula. Los desiertos al oriente del Valle de Mexicali y norte de Sonora seguan siendo
4
Los datos de poblacin que se llegaron a recabar casi nunca incluan ranchos ubicados en la sierra, casi siempre de
muy difcil acceso, los cuales frecuentemente eran autosuficientes en alimentacin gracias a su modesta produccin
agrcola y ganadera.
5
Alric, Henry J. A. Apuntes de un viaje por los dos ocanos, el interior de Amrica y de una guerra civil en el norte
de la Baja California. SEP, UABC, 1995, p. 82.
6
Consultar Datos de El Colegio de la Frontera Norte e INEGI sobre saldos netos migratorios a nivel de entidad
federativa del 27 de marzo del 2014, por los investigadores Dr. Rodolfo Cruz Pieiro et al.
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barreras casi infranqueables, y las vas martimas, cuando menos en un principio, fueron vitales
para el progreso de la regin.
Hernn Corts, promotor de las primeras exploraciones en el Ocano Pacfico o Mar del Sur,
motivadas en parte por fantasas literarias.
Despus de que Vasco Nez de Balboa descubriera el Ocano Pacfico o Mar del Sur en 1513,
Hernn Corts conquist el Imperio Azteca en 1521 y encontr en la Gran Tenochtitln
importantes cantidades de oro, hecho que defini de alguna forma el rumbo de sus ms importantes
El tema de las guerreras amazonas era frecuente en los libros del siglo XVI. Esta
ilustracin de la Universal Cosmography de Andr Thevet, editada en 1575, muestra una
supuesta batalla en tierra firme de Amrica librada contra un ejrcito de hombres. Tomado
de Scientific American, Dec. 1992, p. 104.
acciones en la Nueva Espaa, lo cual ocurri con la mayor parte de los conquistadores y
gobernantes, incluyendo entre estos al primer virrey Antonio de Mendoza y Pacheco.
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No hay que olvidar que en el contexto histrico y cultural de aquel tiempo, an persistan races
profundas del medioevo con sus tendencias a una
percepcin del universo frecuentemente fantasiosa, lo
que por un lado complic en cierta forma las
investigaciones geogrficas, aunque por el otro
impuls los viajes a lo desconocido buscando no solo
nuevas tierras, sino tambin ciudades maravillosas,
grandes riquezas y pasajes marinos que acortaran los
viajes y distancias entre Amrica y Asia, como el
Estrecho de Anin, que supuestamente comunicara el
Mar del Sur u Ocano Pacfico con el Ocano
Atlntico o Mar del Norte. Como frecuentemente
ocurre, las fantasas literarias se entremezclaban a
veces con la realidad y era difcil separar una cosa de
otra, como por ejemplo, lo sucedido con el
conquistador espaol Francisco de Orellana, quien
aseguraba haber luchado con un ejrcito de fieras
guerreras en el ro que despus se nombr de Las
Amazonas.
Otra falacia propagada en aquel tiempo por algunos navegantes fue la de la existencia de unas islas
en el Ocano Pacfico llamadas Islas Armenias, que podran servir de escala a los galeones que
viajaban a Amrica procedentes de las Islas Filipinas, adems de que una de ellas se llamaba Rica
en Oro y la otra Rica en Plata, lo que da una idea de los intereses y motivaciones de aquellos pilotos
y cartgrafos. Francisco Gali, en 1585, llev a cabo un viaje por el ocano Pacfico por orden del
virrey de la Nueva Espaa don Pedro Moya de Contreras, y en el informe rendido por Gali se
mencionaron las referidas islas, lo que impuls al virrey a que se llevaran a cabo ms
exploraciones.
Pero quiz desde la conquista de Tenochtitln, Hernn Corts saba de una creencia religiosa de
los aztecas, en la que se hablaba de un lugar rumbo al poniente, hacia donde el sol se esconde,
habitado por las almas de mujeres transformadas en diosas por haber muerto en su primer parto.
Las almas de estas mujeres o Cihualpipiltin, se iban a morar en el Paraso del Sol, cuya regin
occidental era llamada Cihuatlampa, lugar que parece identificarse con el poblado real de
Cihuatln, en la costa de Jalisco8. Esto ayud a forjar en la mente de Corts y dems aventureros
que se adentraron por el Mar del Sur, la imagen de una isla abundante en perlas y oro que deberan
conquistar, aunque en ninguna parte de los cdices que refieren la existencia de Cihuatlampa se
habla de aquellos bienes, lo que s es cierto es que en el poblado indgena antiguo habitaban muy
pocos hombres y un gran nmero de mujeres. Corts y muchos aventureros tuvieron la esperanza
de que la referida isla fuera lo que hoy se nombra Baja California.
La conexin mtica de la Isla de las Amazonas con algn lugar en territorio novohispano la explica
muy bien Le Clesie conforme con lo que se transcribe enseguida: Cuando, durante su primer viaje,
Cristbal Coln llega a las islas de Amrica, no solamente va en busca de un nuevo paso hacia
las Indias y la China. Como otros navegantes del Renacimiento, busca el pas de las Amazonas,
esta isla donde, segn el cuento, viven mujeres guerreras, de pelo largo y con un solo seno para
manejar el arco, y que custodian un reino fabuloso donde abundan el oro y las riquezas. Este es
el mito que gua a los conquistadores hacia el nuevo mundo, donde los peligros y los misterios
parecen prometer tantos tesoros de leyendas. Es el mito de las amazonas que, despus de la
conquista de Mxico Tenochtitlan, atrae al temible uo de Guzmn hacia el oeste de Mxico, en
busca de Cihuatln, el pas de las mujeres y por supuesto, al antiguo mito mediterrneo de las
amazonas parece contestar el mito azteca de Cihuatlampa, el lugar de descanso de las
Mocihuaquetzque, las mujeres muertas en el parto, y que dirgense a la casa del sol, al occidente9.
Fue as como en las mentalidades de Corts y otros exploradores espaoles de ese tiempo,
coincidieron elementos de la novela Las Sergas de Esplandin, la isla con perlas descubierta
por Fortn Jimnez, ubicada al occidente de la Nueva Espaa, y la tradicin mexica de las mujeres
8
Ambos trminos significaban poniente en nhuatl.
9
Mxico mtico, Le Clasie, Jean Marie, p. 65, El Colegio de Michoacn, 1985, Vol. 6 No. 22.
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fallecidas en su primer parto que vivan en una isla hacia el poniente llamada Cihuatlampa, lugar
que en 1528 el conquistador mencion al rey de Espaa en una carta en la cual refiri la
abundancia de perlas y oro en aquel lugar.
Otras expediciones, pero ahora al norte y noreste de la Nueva Espaa, fueron motivadas por el
mito de las siete ciudades de Quivira y Cbola. El mito de estas fantsticas ciudades se origin en
1150, cuando los moros capturaron Mrida, en Espaa, y segn la leyenda, siete obispos huyeron
de la ciudad no slo para salvar sus vidas, sino tambin para impedir que los infieles se apoderaran
de reliquias muy estimadas por la iglesia; aos despus, aquellos religiosos supuestamente se
establecieron ms all de la frontera del mundo conocido entonces, y fundaron las ciudades de
Quivira y Cbola en la tierra descubierta por Cristbal Coln, de las cuales se deca que llegaron a
tener muy grandes riquezas sobre todo en oro10.
Hernn Corts fue uno ms de los hombres del siglo XVI que fue seducido por la promesa implcita
de las novelas y leyendas como las que se han mencionado, de que las grandes riquezas, y por lo
tanto el poder, estaran esperando a que personajes audaces y valerosos hicieran los
descubrimientos necesarios.
Despus del descubrimiento de La Mar del Sur u Ocano Pacfico por Vasco Nez de Balboa el
25 de septiembre de 1513, Hernn Corts, con su carcter de Gobernador y Capitn General de la
Nueva Espaa, decidi llevar a cabo una serie de exploraciones por el referido mar, al occidente
de la Colonia. No menos de tres expediciones martimas se llevaron a cabo por rdenes del
conquistador, desde 1522 se empezaron a levantar los astilleros en los puertos de Zacatula y
Tehuantepec para construir las embarcaciones que se emplearan en las expediciones, se trajeron
los materiales y equipos necesarios desde lugares tan lejanos como Veracruz, pero un incendio
destruy todo y Corts se vio obligado a reiniciar su proyecto con el consecuente gasto de tiempo
y dinero. Se iniciaba as, con un mal augurio, la cadena de problemas que dificultaran, pero no
impediran, las diversas exploraciones.
En 1525, Corts mand a su sobrino Francisco Corts de San Buenaventura a explorar el Mar del
Sur, navegante que ms bien es recordado por sus exploraciones terrestres en Jalisco, Colima y
Nayarit, y por haber muerto a flechazos por los nativos junto con otros 16 espaoles despus del
naufragio de su navo el San Miguel.
Corts se va a Espaa, y obtiene de la reina una capitulacin a su favor para explorar el Mar
del Sur.
10
Ponce Aguilar Antonio, De Cueva Pintada a la modernidad, libro en lnea, p. 98.
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En 1529, el conquistador obtuvo de la reina doa Isabel, en ausencia de su esposo Carlos I que se
encontraba en Flandes, una capitulacin fechada el 27
de octubre del ao citado, en la que se estableca
esencialmente que Corts podra, con el capital
necesario aportado por l u otra persona que
privadamente quisiera hacerlo, llevar a cabo
exploraciones y conquistas por el Mar del Sur, as como
la colonizacin de los territorios correspondientes. En el
documento quedaba claro que, aunque Corts reciba el
ttulo de alguacil mayor y gobernador de los territorios
conquistados con carcter vitalicio, no tendra salario
alguno, aunque s se le otorgara provisionalmente a l
y a sus descendientes, a perpetuidad, la doceava parte
de los beneficios que se lograran y el resto para la
corona. Corts, en el ao mencionado de 1529 recibi
el ttulo de Marqus del Valle de Oaxaca11 del rey
Carlos I, adems de que ya ostentaba el nombramiento
de Gobernador y Capitn General de la Nueva Espaa
que se le haba otorgado por sus servicios. La corona,
Isabel de Portugal, esposa de
temiendo que la popularidad y poder de algunos
Carlos I de Espaa.
conquistadores los llevara a actitudes de rebelda o
insubordinacin, prefera evidentemente otorgarles
cargos honorficos en lugar de nombramientos o ttulos que llevaran aparejadas facultades reales
de fuerza poltica.
Segn Bancroft, Diego de Guzmn, pariente de Nuo, a su regreso de un viaje que hiciera en 1533
hasta el ro Yaqui, en Sonora, encontr restos de la expedicin de Hurtado de Mendoza, y supo
por los indios que el capitn espaol y 30 o 40 hombres, despus de saltar a tierra en lo que hoy es
el norte de Sinaloa, ascendieron por el ro Fuerte hacia unas aldeas, pero fueron asesinados por los
11
El marquesado abarcaba lo que hoy es buena parte de los estados de Oaxaca, Morelos, Veracruz, Michoacn y la
Ciudad de Mxico.
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nativos mientras dorman. Unos cuantos marineros que se haban quedado en el barco tambin
murieron a manos de los indios. El barco fue llevado a la boca del ro Sinaloa, antes Petatln, en
donde fue destruido12.
CAPTULO II.
Fortn Jimnez desembarca en la baha de La Paz, y pronto es asesinado por los nativos.
Mientras tanto, Qu haba sucedido con Diego de Becerra? El piloto del Concepcin Fortn
Jimnez Bertandoa, apoyado por una parte de la tripulacin que no aceptaba el trato desptico
del capitn Diego de Becerra, encabez un motn frente a las costas de Colima y lo asesin mientras
dorma; despus desembarc a los heridos y a dos frailes franciscanos que venan en la
12
Myers, Paul A. North to California. The Spanish Voyages of Discovery. 1533-1603, Llumina Press, p. 130.
13
Lpez de Gmara, Francisco; Historia de la Conquista de Mxico, p. 374, Biblioteca Ayacucho, Repblica
Bolivariana de Venezuela; 2007.
14
Este pensamiento pudo cruzar por la mente de Fortn Jimnez Bertandoa, cuando los guerreros, posiblemente
guaycuras que habitaban el rea de La Paz, mataron a la mayora de los espaoles que haban desembarcado. El lugar
de estos hechos no se ha precisado, pues hay quienes los ubican en la isla de Cerralvo.
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MAPA No. 2. LAS PRIMERAS EXPLORACIONES MANDADAS POR HERNN
CORTS EN EL OCANO PACFICO. 1. Tehuantepec. 2. Acapulco. 3. Manzanillo
(Santiago de la Buena Esperanza). 4. Baha de Banderas. 5. San Blas. 6. Chiametla. 7.
Desembocadura del ro Fuerte. 8. La Paz (Baha de Santa Cruz). 9. Islas Maras. 10. Is. San
Benedicto (Los Inocentes). 11. Is. Socorro (Santo Toms). 12. Is. Clarin. Las islas 10, 11 y
12 forman el Archipilago de las islas Revillagigedo. Elaborado por A. Ponce Aguilar sobre mapa en
blanco de INEGI.
tripulacin original15, mientras que l y los marinos rebeldes hicieron proa al noroeste, y despus
de tocar varios puntos de la costa llegaron a una baha desconocida que llamaron, segn
Clavijero16, Seno de la Cruz, hoy La Paz; aqu cabe aclarar dos cosas, primero que el antiguo
15
Segn Lpez de Gmara, fueron desembarcados en Motn. op. cit., p. 374.
16
Clavijero, Francisco Xavier, Historia de la Antigua o Baja California, Edit. Porra S.A., Mxico, 1990, p. 72.
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topnimo, segn la mayora de los autores, fue empleado por primera vez por Corts, cuando
desembarc en ese lugar en una expedicin encabezada por l mismo de lo cual se habla ms
adelante, y segundo, que el lugar en que saltaron inicialmente a tierra debe haber sido el puerto de
Pichilingue, en lo que hoy es una playa de La Paz, y que en un principio se pens que era una isla.
Al poco tiempo los nativos, agraviados por el mal trato que les daban aquellos extraos visitantes,
especialmente a sus mujeres, los atacaron y mataron a 21, incluido Fortn Jimnez, quien, segn
algunos historiadores fue asesinado en la Isla del Espritu Santo. Dos sobrevivientes de la masacre
se hicieron a la vela en el Concepcin, aunque otras versiones dicen que escaparon en el batel
que llevaban17, y pudieron llegar a Chiametla, en donde las fuerzas de Nuo de Guzmn los
apresaron y se apoderaron del Concepcin con todo su equipo. Aunque Corts pidi a la
Audiencia que Guzmn le devolviese el navo, aquella mxima autoridad nada efectivo hizo de
momento y tendra que ser el mismo Corts quien, despus, recobrara lo que quedaba de su
pequea embarcacin, como se expresa prrafos adelante. De momento, Guzmn la us en una
expedicin que mand por el Golfo de California en busca de perlas.
Fortn Jimnez puede considerarse como el primer europeo que desembarc en tierra peninsular;
quienes escaparon con vida de la expedicin propagaron informaciones sensacionales sobre
aquella tierra que consideraron isla, especialmente por las perlas que los nativos sacaban de las
aguas del Mar Bermejo. Corts, por fin, tena la informacin anhelada sobre una isla en la que los
nativos se adornaban con perlas. El conquistador interrog a los marineros, pero se desconoce en
detalle la informacin que recibi de ellos, as como el castigo, si es que lo hubo, que les aplic
por el motn realizado. Es casi seguro que algunos de los marineros que lograron llegar hasta Corts
procedentes de aquella colonia, durante su estancia en ella haban intercambiado baratijas por
perlas de los indios, y el conquistador pudo haber tenido algunas en sus manos, lo que habra
avivado ms su esperanza de encabezar una expedicin colonizadora que llegara hasta la supuesta
isla que con tanto afn haba buscado.
En 1535 se tuvo noticia en la Nueva Espaa de la prxima expedicin que llevara a cabo Corts
hacia California, la tercera, lo que despert gran inters entre los sectores de la poblacin que se
relacionaban con el tema exploratorio gracias a la popularidad del conquistador; lo que facilit el
reclutamiento del personal diverso que se necesitara para fundar una colonia en la supuesta isla
de California. Tres barcos fueron construidos por orden de Corts en los astilleros de Tehuantepec:
el Santa gueda, el San Lzaro y el Santo Toms, el primero de 240 toneladas y el ltimo
de 40, flotilla que naveg al puerto de Chiametla, en la desembocadura del ro Baluarte en las
costas de Sinaloa, para esperar el contingente terrestre encabezado por el mismo conquistador.
17
El batel era una lancha de remos, til para realizar sondeos en aguas poco profundas. La versin de que huyeron
navegando en el batel es, entre otros, de Lpez de Gmara.
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Guzmn, quien le prohibi el paso por los territorios de su gobernacin, que incluan, entre otras,
las provincias de Jalisco, Colima, Nayarit y Sinaloa, ante lo cual el conquistador respondi en carta
fechada el 24 de febrero de 1535, que iba por encargo del rey, pero adems, con su carcter de
Capitn General de la Nueva Espaa y de la Mar del Sur, un gobernador provincial no poda
interferir su mando ni impedirle el cumplimiento de un mandato real18.
Cabe sealar que antes, Corts haba solicitado a la Audiencia que se obligara a Nuo de Guzmn
a devolverle el
Concepcin, barco
que ilegalmente le
haba incautado,
pero aquella
autoridad poco o
nada efectivo hizo
para tal fin. Cuando
lleg a su destino,
Corts encontr su
navo, pero saqueado
por los hombres de
Nuo de Guzmn.
Gmara menciona
que el contingente
reunido por Corts
estaba formado por
300 espaoles, 37
mujeres y 130
caballos, y
Embarcaciones espaolas del siglo XVI embarcose con la
gente y caballos que
cupieron19 As
sucedi el 15 de abril de 1535, y tres das despus, la flotilla, con Corts al mando, zarp de
Chiametla hacia California, llevando caballos y soldados como vanguardia en el proceso
colonizador que se intentara, y dej con los que se quedaban en tierra a Andrs de Tapia como
capitn, un antiguo compaero desde la poca de la conquista del imperio azteca. Las mujeres se
quedaron con Tapia para esperar el segundo cruce de Chiametla a la pennsula.
Debe aqu aclararse que Tapia, extremeo como Corts, fue uno de los ms fieles compaeros del
conquistador, pues no slo particip activamente con el marqus en la conquista de Tenochtitln,
sino que adems de ser pieza importante en las expediciones a la pennsula, lleg a tener el cargo
18
Corts cabalgaba al frente de sus hombres rumbo a Chiametla, cuando un oficial de Nuo Beltrn de Guzmn lo
encontr a la altura de Cabo Corrientes, tierra adentro, y le entreg el mensaje escrito de su jefe en el que le prohiba
el paso. El conquistador contest por la misma va lo que ya se ha dicho, haciendo hincapi en que ponerse en su
contra en aquella exploracin era ponerse en contra el rey, cuyas rdenes l obedeca. Cambi la actitud de Guzmn,
y el episodio termin con Corts siendo hospedado y atendido personalmente por el gobernador en su residencia de
Compostela, despus de lo cual sigui su viaje a Chiametla. Myers, op. cit., p. 132 Cap. VI.
19
Lpez de Gmara, op. cit., p. 375, Cap. CXCVII.
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de mayordomo de palacio en Cuernavaca, lo que da una idea del poder que le haba concedido su
seor, tambin estuvo presente con el conquistador en la batalla de Argel, y paralelamente a la
decadencia poltica y econmica del marqus, muri pobre, dejando como legado una crnica de
la conquista de Tenochtitln, breve trabajo que fue de utilidad a Lpez de Gmora para escribir su
obra, y es posible que el mismo Bernal Daz del Castillo se haya servido de l. Muri en la Nueva
Espaa en 1561.
Corts, en La Paz, enva sus embarcaciones en busca de vveres y lo que a aqullas sucedi.
Debido al mal tiempo, la expedicin tard ms de dos semanas en llegar a costas californianas,
saltaron a tierra en el lugar en el que mataron a Fortn Jimnez, segn Lpez de Gmara20,
a tres leguas de la isla que el conquistador llam Santiago, hoy isla Cerralvo. Ese punto, conforme
al dato de la distancia mencionada habra que ubicarlo en lo que hoy es tierra firme de la pennsula
californiana, al oeste de la isla que se menciona, cerca de una punta que llam Corts Sierra de
San Felipe, la cual podra corresponder a la actual Punta Gorda o a un lugar un poco ms al sur,
aunque esto es slo una suposicin. El 1 de mayo de 1535 la flotilla entr y se hizo el desembarco
en lo que hoy es la baha de La Paz, en el actual puerto de Pichilingue, despus de haber pasado
muy cerca de las islas que actualmente llevan por nombre Cerralvo, Espritu Santo y San Jos, y
que bautiz respectivamente como Santiago, San Miguel y San Cristbal.
Fiel a la costumbre espaola de bautizar los lugares descubiertos con el nombre del santo o fiesta
que se celebraba ese da, el conquistador llam Santa Cruz al puerto en que desembarc, siendo
los das 3 y 10 de mayo de 1535 cuando se levantaron sendas actas de la toma de posesin,
legalizando as la pertenencia de aquel territorio para Espaa y la calidad de Corts como
gobernador del mismo. Debe aclararse que los exploradores tardaron 16 das en realizar el cruce
del Golfo de California debido a tormentas y vientos contrarios, y a pesar del mal tiempo, slo se
perdieron 6 caballos, uno de ellos un alazn muy querido por el marqus.
Corts saba por experiencia las dificultades que podan presentarse inesperadamente en la
navegacin por mares desconocidos, y aun as confiaba en su propio liderazgo y valor personal
para enfrentar los contratiempos que fueren, pero lo que no pens el conquistador, fue que
situaciones y riesgos inesperados caeran poco despus sobre la flotilla expedicionaria y la colonia
de Santa Cruz, sobre todo fuertes tormentas, calmas prolongadas, falta de agua potable,
desconocidos bajos y arrecifes cercanos a las costas, agresividad de los nativos, y escasez de
provisiones.
Tan pronto como organiz su estancia inicial en Santa Cruz, Corts mand sus tres navos para
que trajeran las provisiones y la gente que haba quedado en Chiametla bajo el mando de Andrs
de Tapia, pero no llegaban aun a su destino cuando fueron sorprendidos por una tormenta que los
lanz hacia el noreste, acabando aparentemente muy cerca y al norte de la Baha de Topolobampo.
20
Ibdem, p. 375.
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MAPA No. 3. EL MAPA DE CORTS. La ubicacin de sus ros y bahas son enigmas an no
resueltos; las fuentes consultadas para identificar hasta donde es posible los puntos del litoral, son los
datos de Wagner y el moderno mapa de la Sociedad Geolgica Mexicana que se cita ms adelante. 1,
Ro San Pablo, (podra ser lo que fue desembocadura del ro Fuerte). 2, Ro San Pedro, (Podra ser
una rama del ro Fuerte o la baha de Topolobampo). 3, Petatn o Petatln de los Remedios,
aparentemente el actual ro Sinaloa. 4, De los Trabajos o Ro Guayabal. 5, Posiblemente la actual
Baha Lehuguilla, (u Ohuira segn Wag.) 6, Posiblemente baha de Navachiste o Topolobampo y
Ohuira. 7, Culiacn. 8, San Miguel. 9, Chiametla, hoy Baluarte. 10, Aztatn o Aztatln. 11, Xalisco.
12, Baha de Banderas, y Cabo Corrientes en su extremo sur. 13, Isla de las Perlas. 14, Is. De
Santiago. 15, San Felipe. 16, Punta Tosca, posiblemente. 17, Litoral occidental de la pennsula. 18,
La Paz, antes Santa Cruz. 19, Cabo San Lucas, posiblemente cabo o baha California, y tambin
llamado Punta Ballenas.
Wagner sugiere que, posiblemente, uno de los barcos permaneci all varios meses, en la
desembocadura del ro, que fue nombrado San Pedro y San Pablo el 29 de junio, fecha de la
celebracin de los apstoles mencionados, el cual, conforme al mapa de Corts, es muy probable
que correspondiera al Ro Fuerte, con desembocadura al oeste de Los Mochis y al noroeste de la
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baha mencionada. Se ver ms adelante que el citado investigador piensa que el San Pedro es la
actual Baha de Topolobampo y Baha de Ohuira (Ver mapas 2, 3 y 4).
En relacin con este ro o ros que menciona el marqus, los investigadores de la historia no se han
puesto de acuerdo si se trata de uno o dos ros, y con qu nombre actual se identifica. Sobre estas
dos cuestiones, no existe una respuesta definitiva porque los textos histricos de la poca no son
suficientemente claros, y al mapa de Corts, del que se habla enseguida, en el que se debe basar la
discusin, se le atribuyen inexactitudes en las latitudes lo cual, como se ver despus, no es
precisamente justo. Hay que reiterar, sin embargo, que estas discrepancias geogrficas no cambian
el fondo de los acontecimientos ocurridos entonces. La latitud del ro San Pablo en el mapa del
conquistador es de unos 25 45 N., mientras la latitud real de la desembocadura del ro Fuerte es
de 25 50 N., una sorprendente aproximacin tomando en cuenta la antigedad de los aparatos
empleados en la medicin21. El llamado mapa de Corts form parte de la documentacin enviada
21
En otras partes de este libro se menciona la imprecisin que afect por cerca de un siglo el clculo de las latitudes
geogrficas por parte de los pilotos y navegantes espaoles, pero en este caso en particular, varias mediciones son casi
exactas, como la latitud del extremo ms meridional de la pennsula, a la que se le asignan en el mapa de Corts 22
40 N., y debera ser de 22 51 N..
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el primero que se conoce con parte de la pennsula, aunque el primero con California en un
mapamundi fue elaborado por Bautista Agnese en 1542.
Lo dicho sobre la precisin del mapa se refuerza al observar la considerable congruencia que hay
en una carta moderna del litoral de la costa norte de Sinaloa, con el mapa del conquistador, sobre
todo la entrada de mar que en el antiguo mapa dice San Pedro, apenas abajo de San Pablo. Las
dos diferentes entradas de mar quiz son dos de las desembocaduras del ro Fuerte en la baha
Lechuguilla, pero hay, adems, otras tres o cuatro bocas de otras tantas ramas del citado ro que
desaguan o desaguaban un poco al sur. Myers afirma que la baha de Topolobampo viene siendo
en el mapa de Corts el ro San Pedro. Hay que decir, sin embargo, que importantes autores
consideran ms viable que el ro San Pedro y San Pablo de Corts sea el actual ro Sinaloa, u otro
an ms meridional. En resumen, la imprecisin en las latitudes del mapa de Corts aun admitiendo
que fue una carta muy avanzada para su tiempo, los cambios naturales generados en el litoral del
noroeste de Sinaloa, los numerosos ros y afluentes de la zona, y los cambios en las
desembocaduras y cursos naturales de varias corrientes por la accin humana, como presas y obras
de riego, hacen prcticamente imposible precisar la ubicacin de todos los puntos demarcados por
el marqus en el litoral sinaloense, por lo que todo lo dicho al respecto debe tomarse con reserva.
Las maltrechas embarcaciones se refugiaron en aquella costa tal vez por varios meses, aunque en
esto Wagner es de la opinin de que slo uno de los navos se qued en aquel paraje y los dems
se abrigaron en otros lugares al sur; lo cierto es que cuando pas la tormenta los barcos se
encontraban separados uno de otro, y que deben haber pasado uno o dos meses as, sin que sus
tripulaciones supieran el destino de sus compaeros, impedidos por el mal tiempo y la falta de
provisiones para regresar a Santa Cruz, de tal manera que siguieron rumbos distintos: el San
Lzaro naveg hasta la Baha de Banderas en donde encall, y los marineros saltaron a tierra,
abandonaron el barco y se fueron a Mxico, quedando el navo con los mstiles daados y sin
velas, aunque Lpez de Gmara expresa que el barco encall frente a la costa de Xalisco 22, un
poco al norte de la mencionada baha; el Santo Toms se regres a Santa Cruz y el Santa
gueda fue a dar hasta el poblado El Guayabal, posiblemente cerca de la desembocadura de una
de las ramas del Ro Culiacn. En el mapa de Corts, una entrada o desembocadura est sealada
con una frase que termina en Remedios, lo cual indica que fue all a donde Corts llevara
provisiones y auxilio a sus barcos; en el Guayabal, est la palabra Trabajos, una zona de bajos
en donde despus el marqus reparara sus dos navos (ver mapas 4 y 5).
Cuando pasaron los das y sus barcos no regresaban, el conquistador se dio cuenta que era
necesario ir en su bsqueda, pues el hambre causaba ya algunas muertes entre los colonos de Santa
Cruz. Es probable que los espaoles hayan intentado obtener alimentos de los indios, pocos tal
vez, que se contactaron con ellos, pero as como sucedi reiteradamente en diversos momentos y
lugares de la conquista de California, el sistema alimentario de los antiguos californios, que eran
cazadores recolectores y seminmadas, casi nunca pudo ser asimilado aunque fuera en parte por
los espaoles, si es que alguna vez lo intentaron seriamente.
22
Lpez de Gmara, op. cit., p. 375. El puerto de Xalisco es el actual San Blas.
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Tiempo despus, Corts
mand explorar los
territorios cercanos a la
colonia, pero tal parece que
no se encontraron grupos
humanos importantes con
los que se hubiera podido
establecer alguna forma de
trueque para obtener
comida. Debe tomarse en
cuenta, adems, que era casi
imposible que los nativos,
tal vez de filiacin
guaycura, hubieran
olvidado los abusos
cometidos por Fortn
Jimnez y su gente, sobre
todo contra sus mujeres.
MAPA No. 6. 1, Ruta de Corts a Baha de Pichilingue, antes Santa Cruz procedente de
El Guayabal. 2, Punta Sur de Is. Cerralvo, antes Is. de las Perlas, en donde se encontr
agua. 3, Regreso hacia el norte, por la costa sur y luego oriental de Is. Cerralvo. 4,
Entrada a la Baha de La Paz. 6, Puerto de Pichilingue, antes Santa Cruz. 7. Is. Partida.
8, Is. Espritu Santo. 9, Is. Cerralvo, antes de Las Perlas. 10, Canal Martimo Cerralvo.
11, Canal Martimo de San Lorenzo. 12, Punta Gorda, lugar en el que el conquistador
podra haber buscado refugio pasajero. Dibujo de la ruta de Corts sobre un mapa de Google por A. Ponce Aguilar.
Lzaro se haba ido hasta la baha de Banderas, en donde aparentemente encall y fue abandonado
por su tripulacin. Cordero no pens entonces que apenas unos das despus, morira a causa de
un accidente fatal. Despus de saludar a Corts, el piloto del Santa gueda le asegur que pronto
saldran de aquel problema, pues l conoca el canal por el cual se podan evadir los peligrosos
bajos, pero cuando navegaban en el Santo Toms por la ruta que todos esperaban que los llevara
a la otra embarcacin, como a 8 Km. de la costa encallaron. Gmara dice que en aquella situacin
tan desesperada, Corts llor por tanta desventura, y Cordero lanz todas las maldiciones que pudo,
y ya se preparaban para desnudarse e irse a nado hasta la playa, cuando dos golpes de mar
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echaron la nao en la canal que deca el piloto, ms abierta por medio, Llegaron en fin al otro
navo surto, vaciando el agua con la bomba y calderas. Salieron y sacaron todo lo que dentro iba,
y con los cabrestantes de ambas naos la tiraron fuera. Asentaron luego la fragua, hicieron carbn.
Trabajaban de noche con hachas y velas de cera, que hay por all mucha; y as, fue presto
remediada. Compr en San Miguel, diecisiete leguas de Guayabal, que cae en lo de Culiacn,
mucho refresco y grano, costole cada ovillo treinta castellanos de buen oro, cada puerco diez,
cada oveja y cada fanega de maz cuatro, 24. Cuando Corts sala del puerto en el Santo
Toms, el barco golpe en una barra costera y qued daado el codaste, por lo que nuevamente
los marineros se vieron obligados a hacer carbn y activar la fragua para reponer los fierros
daados25.
En estas condiciones, todo indica que el conquistador dej el Santo Toms a Hernando de
Grijalva, en El Guayabal, y l sigui en el Santa gueda rumbo a Santa Cruz. Ya llevaban dos
das navegando con buen tiempo, cuando por la noche, la entena de la mesana, que estaba con la
vela recogida, se cay sobre el piloto Antn Cordero, quien dorma confiadamente a su pie,
causndole una muerte instantnea; en estas condiciones, Corts tuvo que manejar el timn, cosa
que haca muy bien, segn Lpez de Gmara. Cuando el Santa gueda se aproximaba a Santa
Cruz, un fuerte viento del noroeste con lluvia desvi la embarcacin hacia la costa oriental de la
isla de Santiago, hoy Cerralvo, impidiendo que entrara directo por el oeste hacia la colonia. Los
arrecifes y bajos de la costa oriental de la isla obligaron al conquistador a seguir costeando hasta
su extremo sur, cerca del cual pudo anclar uniendo dos cables, para luego buscar agua en los
arenales costeros, en donde los espaoles se vieron obligados a excavar pozos, de los cuales
extrajeron 8 pipas de agua26 (mapa 6).
Aunque el Santa gueda estaba muy cerca de la baha de La Paz, los bajos y arrecifes que
abundan cerca de las islas de Cerralvo, Espritu Santo y Partida, hicieron muy difcil al
conquistador dirigir por la mejor ruta la pesada embarcacin, que encall recin saliendo de
Cerralvo, y con dificultades fue librada del atolladero. Corts se dio cuenta que lo indicado era
mantenerse fuera del canal entre las islas y tierra firme, y despus de varios das de luchar contra
los bajos y las calmas, sondeando y anclando frecuentemente, pudo por fin entrar a la baha de La
Paz y al anhelado puerto de Pichilingue, no sin antes, en un momento de la baja marea, el Santa
gueda quedara asentado sobre una de las anclas, lo que oblig a la espera de la alta marea para
poder finalmente entrar a Pichilingue. De acuerdo con lo dicho por Lpez de Gmora, cuando
lleg Corts a la colonia de Santa Cruz ya haban muerto de inanicin ms de cinco colonos,
muchos de los cuales ya no podan buscar mariscos en la playa o pescar, o buscar hierbas
comestibles en el campo, y despus del arribo del marqus fallecieron ms por el exceso en el
comer27.
En esta etapa de la narrativa que hace Bernal Daz del Castillo, refirindose a lo que entonces hizo
Corts, podra interpretarse como que ste llev a cabo alguna forma de exploracin en los
alrededores de Santa Cruz, quiz hasta la costa del Ocano Pacfico, cuando expresa:y comieron
24
Ibd., p. 376.
25
Tal parece que fue la pala del timn en la popa del barco lo que result ms daado.
26
Actualmente la pipa de agua equivale en el archipilago de Islas Canarias a 450 litros, aunque en la poca antigua
debi ser algo diferente.
27
Lpez de Gmora, p. cit., p. 377.
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tanta carne los soldadosque se murieron la mitad de los que quedabanY por no ver Corts
delante de sus ojos tantos males, fue a descubrir otras tierras, y entonces se toparon con la
California, que es una baha28, designacin que coincidira con el nombre que los autores
antiguos dieron a un puerto o ensenada cerca del extremo sur de la pennsula, el cual se hara
despus extensivo a toda la Baja California, y an a la entidad norteamericana de ese nombre.
Francisco Xavier Clavijero, autor de la Historia de la Antigua o Baja California, escrita en el
siglo XVIII, refirindose a Corts y su expedicin de 1535 seala: Contristado ste con tantas
desgracias, volvi a salir a reconocer otros pases de la pennsula, dejando en aquel fatal puerto
la mayor parte de la gente a las rdenes del capitn Francisco de Ulloa. Entonces fue cuando
descubri junto al cabo de San Lucas un puerto que llam California, cuyo nombre se hizo despus
extensivo a toda la pennsula29.
Se puede reiterar que, derivndose del nombre Cabo San Lucas o Cabo California, este topnimo
se empez a emplear para designar toda la pennsula en las diversas cartas que se elaboraron desde
entonces, aunque poco ms de medio siglo despus, la cartografa de la poca an se resista a
admitir que California era una pennsula y no una isla. Por otra parte, Lpez de Gmara expresa
en su Historia General de las Indias, Punta Ballenas, que otros llaman California, nombre
que muchos autores emplearon, debido a que Preciado, en su viaje de regreso a la Nueva Espaa
procedente de Isla de Cedros, mencion en su diario que al pasar por lo que hoy es Cabo San
Lucas, vieron unas 500 ballenas pasar muy cerca de la embarcacin.
Al tardar demasiado
Hernando de Grijalva en
el Santo Toms con las
provisiones faltantes, el
marqus se preocup
seriamente, pens quiz
que el navo comandado
por Grijalva haba sido
afectado por la fuerte
tormenta, la
desesperacin de los
colonos los haca
maldecir su suerte al
sentirse en grave peligro
Palacio de Corts, en Cuernavaca, Morelos. La construccin se de morir de hambre; para
inici en 1531 y fue terminada en 1535. El lugar fue sede del colmo de males, de
Marquesado del Valle de Oaxaca, y desde aqu se despacharon acuerdo con informes
los asuntos de gobierno ms importantes que el conquistador que haba recibido en
lleg a dictar. Actualmente es museo a cargo del INAH. San Miguel, haba
arribado a la Ciudad de
Mxico el primer virrey don Antonio de Mendoza con quien tendra forzosamente que
28
Daz del Castillo, Bernal, Historia verdadera de la conquista de la Nueva Espaa, Cap. CVI.
29
Clavijero, op. cit., p. 73.
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comunicarse. Corts ignoraba que la embarcacin bajo el mando de Grijalva, el Santo Toms,
se haba regresado debido a la tormenta en busca de refugio a la costa de Sinaloa.
30
Existen versiones que hablan de dos carabelas y no una.
31
Bernal Daz del Castillo, en su Historia verdadera, dice que los cuales dos navos cargaron de bastimento lo
que en aquella sazn pudieron haber. Y envi por capitn de ellos a un fulano de Ulloa, expresin sta que ubica a
Ulloa como capitn de la o las carabelas enviadas por doa Juana para ayuda de Corts y la colonia. Historia verdadera
de la conquista de la Nueva Espaa, captulo CVI.
32
Myers aparentemente es de opinin que Francisco de Ulloa estaba en Santa Cruz cuando lleg la carabela. al
expresar: Corts entonces decidi dejar un destacamento de 30 hombres y 12 caballos en La Paz, con provisiones
para un ao, y regresar a MxicoCorts dej a Francisco de Ulloa como capitn del asentamiento. Justo antes de
partir, un pequeo barco, una carabela, lleg a La Paz. De lo que se podra inferir que Ulloa ya estaba en La Paz
cuando lleg la embarcacin de doa Juana. Myers, op. cit., p. 144,145.
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velas que traa para resolver una situacin como la que ahora enfrentaban, y finalmente, despus
de mucho trabajo logr poner a flote y en actividad la embarcacin, y todos se dirigieron hacia
Santiago de Buena Esperanza, en Colima. Estando Corts en este puerto, antes de zarpar las cuatro
embarcaciones hacia Acapulco, llegaron los dos navos de su propiedad con provisiones que la
marquesa, su esposa, haba mandado, as como para saber de su suerte, de manera que siguieron
hacia Acapulco ahora los seis barcos, a donde arribaron sin ningn contratiempo. Ya en el puerto,
Corts recibi un escrito del virrey pidindole que regresara, y que ordenara lo mismo a Ulloa, as
se hizo y ste aprovech la oportunidad que se le presentaba para abandonar Santa Cruz con los
soldados que quedaban. El primer intento de colonizacin de California haba sido un fracaso.
En aquel ao de 1535 el virrey, adems, le mandaba al marqus una carta de Francisco Pizarro,
desde Per, dirigida al gobernador de Guatemala, Pedro de Alvarado, en la que peda su ayuda
porque se encontraba sitiado por los indios, excepto por mar, y en graves aprietos. El conquistador
envi entonces a Per dos embarcaciones con Hernando de Grijalva como capitn, cargadas con
vituallas y armas, monturas y finas vestimentas para su persona. La ayuda lleg, pero ya los indios
haban abandonado el sitio meses antes33; Grijalva mand de regreso uno de los barcos, y el
marqus, estando en Cuernavaca, reuni 60 hombres, 11 piezas de artillera, 17 caballos, 60 cotas
de malla, muchas ballestas y arcabuces34, y todo fue enviado a Pizarro en un segundo viaje. De
cualquier forma, Pizarro, agradecido, le envi al marqus un barco cargado con obsequios de oro,
incluyendo hermosas joyas para la marquesa doa Juana, aunque despus se supo que Grijalva
haba escapado con tan valioso cargamento35; Cabe mencionar que una verdadera compensacin
por las armas y dems ayuda enviada a Pizarro, nunca la recibi el marqus.
El regreso de Corts a Mxico produjo alegra a todos, desde la marquesa y sus hijos, hasta el
virrey y la Audiencia, pues se rumoraba que, aprovechando su ausencia, los caciques indgenas
preparaban una sublevacin contra los espaoles y con la sola presencia del conquistador todo se
apaciguara. Lo cierto aqu es que quien ms se alegr fue el propio Corts, al haber tenido un
buen pretexto para, sin mengua de su honor, desengancharse del proyecto colonizador en
California, aunque sin pensar entonces que por otras causas nunca volvera a la pennsula.
El marqus se fue a Espaa en 1539, y jams regres vivo a Mxico, pero expres en su testamento
el deseo de que sus restos fueran llevados al Hospital de Jess, fundado por l, que quedara
despus anexo a la iglesia de Jess Nazareno en la ciudad de Mxico, y all yacen los restos del
conquistador despus de largo y accidentado peregrinaje. El hospital aun funciona.
CAPTULO III.
33
Borah, Woodrow; Hernn Corts y sus intereses martimos en el Pacfico, el Per y la Baja California, Estudios
de Historia Novohispana, Vol. 4, No.004 (1971). Revistas UNAM, Open Journal System.
34
Lpez de Gmara, op. cit., p. 378.
35
Ibd., p. 378.
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Este puede ser el ltimo intento por encontrar algo que sacuda al mundo: el
estrecho de Anin, la Isla de las Amazonas, o acaso la ruta hacia Cbola, la ciudad
de oro
A quien primero toc vivir la formidable aventura de reconocer la totalidad del Golfo de California
y parte de la costa occidental de la pennsula, fue al capitn Francisco de Ulloa, cuya fecha y lugar
de nacimiento se desconoce, aunque es seguro que era espaol, hijo de un oficial en el ejrcito de
Carlos I de Espaa. No se sabe la fecha de su viaje a Mxico, y tampoco se tiene informacin de
cmo y cundo pas a formar parte de las tropas de Corts, aunque no sera remoto que hubiera
participado en las expediciones promovidas por el conquistador en 1532 y 1533 al Ocano
Pacfico, de las que ya se ha hablado. Su aparicin histrica se da en el escenario del viaje
encabezado por el conquistador a lo que se consideraba la isla de California, en 1535, aunque no
hay seguridad si iba acompaando al marqus, o si lleg despus en una embarcacin que llevaba
ayuda a los colonos establecidos en La Paz, antes Santa Cruz. Lo cierto es que desde las primeras
menciones que hacen de l los historiadores de la poca, como Bernal Daz del Castillo y Francisco
Lpez de Gmora, queda clara una notable relacin de amistad y lealtad entre ambos.
Por unos escritos dejados por su hijo Alfonso de Ulloa36, se sabe que el capitn de Corts
aparentemente dej sus funciones de padre, y posiblemente de esposo, cuando su hijo era an de
corta edad, adems, pareciera que el joven Alfonso trat de dar la impresin de que su padre era
de estirpe noble, y con fuertes lazos de amistad con Hernn Corts, esto ltimo confirmado por
hechos histricos acaecidos despus, como la batalla de Argel.
Francisco de Ulloa, por rdenes del conquistador, zarp de Acapulco el 8 de julio de 1539, y envi
su nico informe del viaje realizado, desde Isla de Cedros, el 5 de abril de 1540. Aunque no se ha
encontrado el documento con las instrucciones dadas al capitn Ulloa por el conquistador, se puede
inferir por algunas expresiones vertidas por ambos, que uno de los principales objetivos del viaje
era simplemente adelantarse a Nuo de Guzmn en el descubrimiento de nuevos territorios,
tomando posesin de ellos para Espaa, a nombre del conquistador, con el registro del notario
Pedro de Palencia, y lograr as obtener ventaja poltica y territorial sobre su adversario, adems del
oro que pudiera encontrarse.
Aparte de esto, en las cartas enviadas por Corts al rey, expresa claramente que se ir en bsqueda
del estrecho de Anin, que supuestamente comunicaba al Mar del Sur u Ocano Pacfico, con el
Ocano Atlntico. Por otra parte, el conquistador tena prisa en realizar la exploracin, porque no
slo Nuo Beltrn de Guzmn era su enemigo en este mbito, sino que ahora el competidor ms
difcil para Corts era el mismo virrey Don Antonio de Mendoza y Pacheco, quien tena la mira
puesta en el amplsimo territorio al noreste de la frontera novohispana. Pero el viaje de Ulloa
terminara en su misteriosa desaparicin, cuando menos por un tiempo, como se ver en captulos
posteriores.
36
Arroniz, Othn, Alfonso de Ulloa, servidor de don Juan Hurtado de Mendoza, artculo publicado en Bulletin
Hispanique/Anne 1968, Vol. 70, Nmero 3, pp. 437-457.
P g i n a 30 | 120
Adelantando un poco los acontecimientos, y con el objeto
de resaltar la animadversin entre Corts por un lado, y el
virrey Mendoza y Nuo de Guzmn por el otro, cabe
mencionar que cuando en marzo de 1540 Ulloa decidi
seguir hacia el norte l y 35 compaeros en el Trinidad,
y el Santa gueda regresara a la Nueva Espaa con el
informe y el mapa de los litorales demarcados hasta
entonces, los tripulantes de este navo, cuando estuvieron a
la altura del puerto de Santiago de Buena Esperanza, en
Colima, desembarcaron sigilosamente a un hombre para
que llevara la informacin a Corts, y quiz tambin para
que el marqus los protegiera de all en lo adelante, pero
antes de que pudiera iniciar su camino, fue capturado y
torturado por gente al servicio de Guzmn, tratando de que
les informara sobre los descubrimientos hechos por Ulloa.
Se mencionan a continuacin los nombres de los
exploradores que viajaron por el Golfo de California y por
Nuo Beltrn de Guzmn, tierra firme hasta las bocas de Colorado despus de Ulloa.
conquistador espaol nacido en
Guadalajara, Espaa, en 1490, El navegante que explor el Golfo de California despus
muri en 1544 estando preso en del capitn de Corts fue Hernando de Alarcn, quien por
el Castillo de Torrejn. orden del Virrey Antonio de Mendoza zarp de Acapulco
hacia el norte el 9 de mayo de 1540, con objeto de llevar
vveres al tambin expedicionario Francisco Vsquez de Coronado, quien en un viaje por tierra
intentaba llegar a las siete ciudades de Cbola. Del viaje de Alarcn quedaron importantes
informaciones geogrficas, pero quiz de mayor importancia fue el acercamiento que logr con
los aborgenes, a quienes, a diferencia de los dems exploradores espaoles, brind un trato
humanitario. Por otra parte, al llegar Alarcn al remate del Golfo s penetr navegando ro arriba
quiz hasta la confluencia del Gila con el Colorado.
Despus de Alarcn, el misionero jesuita Juan de Ugarte realiz en 1721 una expedicin martima
por el Golfo de California hasta las bocas del Colorado, acatando disposiciones que desde 1717
haban dado los superiores del religioso, viaje en el cual se hara la demarcacin detallada de la
costa. Ms adelante, se mencionan otros propsitos comunes en aquella poca en las expediciones
martimas que se realizaron por el Mar del Sur. Los logros de Ugarte en su salida hacia el norte
van unidos a la hazaa de haber construido un barco en Baja California, El Triunfo de la Cruz,
en el que llev a cabo la expedicin al Colorado y que sirvi a las misiones durante muchos aos.
En 1746, toc al misionero jesuita Fernando Consag llevar a cabo tres viajes de exploracin hacia
el norte, en 1746 por mar, hasta las bocas del Colorado; despus, en 1751, por tierra siguiendo una
ruta por el occidente de la sierra, y en 1753 por el oriente, aunque en ninguno de estos dos ltimos
viajes haya llegado a la desembocadura del gran ro.
Veinte aos despus de la expedicin martima de Consag, toc al padre Wenceslao Linck explorar
el norte de la pennsula, y aunque no lleg a las bocas del Colorado estuvo a punto de hacerlo,
conoci quiz mejor que ninguno de sus contemporneos a los indios cochimes y la sierra de San
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Pedro Mrtir, y algunos de sus hombres descendieron hasta la costa oriental desafiando los peligros
del desierto de San Felipe.
Un lector que conozca la historia de Baja California, encontrar un cierto desinters de los
historiadores por la vida y logros de Ulloa, y no slo en los modernos37, pues el mismo Bernal
Daz del Castillo, en el captulo CVI de su Historia verdadera de la conquista de la Nueva Espaa.
Dice: Y de all a pocos meses, como Corts estaba algo ms reposado, envi otros dos navos
bien bastecidos, as de pan y carne como de buenos marineros, y sesenta soldados, y buenos
pilotos, y fue en ellos por capitn Francisco de Ulloa, otras veces por m nombrado, y que estos
navos que envi fue que la Audiencia Real de Mxico se lo mandaba expresamente que los enviase
para cumplir lo que haba capitulado con Su Majestad, segn dicho tengo en los captulos pasados
que de ello habla. Volvamos a nuestra relacin. Y es que salieron del puerto de la Natividad por
el mes de junio de mil quinientos
treinta y tantos aos, y esto de los
aos no me acuerdo; y le mand
Corts al capitn que corriese la
costa adelante y acabasen de bojar
la California, y procurasen de
buscar al capitn Diego Hurtado,
que nunca ms apareci. Y tard
en el viaje en ir y venir siete meses,
y de que no hizo cosa que de contar
sea, o se volvi al puerto
de Jalisco. Y de ah a pocos das,
ya que Ulloa estaba en tierra
descansando, un soldado de los
que haba llevado en su capitana
le aguard en parte que le dio de
estocadas, donde le mat. Y en esto
que he dicho par los viajes y
Puerto de Acapulco, segn una litografa de Adrin Boot, descubrimientos que el marqus
hecha en 1628. Benson Latin American Collection, Univ. of Texas. hizo, y aun le o decir muchas veces
que haba gastado en las armas
sobre trescientos mil pesos de
38
oro . Para el soldado historiador de Medina del Campo, Ulloa no hizo cosa que de contar sea,
tal vez porque no logr encontrar al capitn Diego Hurtado de Mendoza39.
37
Luis Navarro Garca, Congreso de historia del descubrimiento. (1492-1556) Actas. Tomo II, pp. 193,194.
38
Daz de Castillo, Bernal; op. cit. Cap. CVI.
39
Diego Hurtado de Mendoza, primo de Corts, haba salido en busca del Estrecho de Anin, mtico paso entre el Mar
del Sur u Ocano Pacfico y el Ocano Atlntico, adems de nuevos territorios, siempre teniendo en consideracin
que por acuerdo del emperador, un doceavo de las riquezas encontradas se entregaran en perpetuidad a su descubridor
y sus descendientes, Hurtado de Mendoza debe haber naufragado, pues nunca se supo lo sucedido con su barco, el
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Sin embargo, se ver ms adelante que con justicia, puede decirse que el capitn Francisco de
Ulloa, con su viaje, aport informaciones para acabar con el mito de la insularidad de California,
lleg a las bocas del ro Colorado, lugar que nombr Ancn de San Andrs, fue el primer
europeo en poner pie en costas de Sonora, hizo una demarcacin de la costa del Golfo de California
y costa suroccidental de la pennsula, as como un mapa que se ha perdido, y registr importantes
informaciones etnogrficas basado en experiencias con los indios cochimes y guaycuras;
finalmente, cuando las circunstancias lo exigieron, se ha dicho que mostr su carcter al ceder el
mejor barco de la flotilla, el Santa gueda, a uno de sus hombres de confianza para que se
regresara de Isla de Cedros a Acapulco con la informacin de la expedicin destinada a Corts,
mientras que l continu su viaje con un destino incierto y lleno de peligros, en el Trinidad.
Debe aclararse que ste era el mejor barco para navegar contra el viento, ms ligero y maniobrable,
mientras que el Santa gueda era ms pesado, y su velamen no era el indicado para la
navegacin mencionada, condicin sta que se haba dado frecuentemente en el viaje de la flotilla
hacia el norte por la costa occidental de la pennsula.
Las fuentes histricas que permiten conocer lo sucedido en la expedicin de Ulloa a la Baja
California en 1539-1540 son, principalmente, las que enseguida se mencionan:
La primera y ms importante debe ser el relato del viaje del propio Ulloa escrito de su puo y letra,
fechado en la Isla de Cedros el 5 de abril de 1540, pero el documento original nunca se ha
encontrado, ni un mapa elaborado por el piloto Pedro de Bermes, por fortuna s se tienen 7 actas
de las tomas de posesin de los territorios descubiertos. El informe, el mapa y dems documentos
fueron enviados en el Santa gueda al conquistador por conducto de Francisco Terrazas. ste
viajaba en la expedicin con el cargo de veedor, el Santa gueda lleg a Acapulco a mediados
de mayo de 1540; Terrazas fue acompaado en su regreso hasta Acapulco y Mxico por Francisco
Preciado, y se entregaron los documentos a Corts. Es necesario mencionar que Francisco Lpez
de Gmara, sacerdote y bigrafo del conquistador, en forma que se desconoce, tuvo acceso al
contenido del informe y escribi algunos datos del viaje de Ulloa en su obra La conquista de
Mxico, editada en 1552.
Afortunadamente, del informe de Ulloa escrito por l en marzo y abril de 1540, se encontr una
copia a principios del siglo XX en el Archivo General de Indias de Sevilla 40, el cual fue editado
en 1916 en Espaa por Manuel Serrano y Sanz, y luego en Mxico por Julio Le Riverend,
publicaciones que no atrajeron gran atencin. Esto podra deberse al desinters general por el tema
entre la comunidad de historiadores y eruditos mexicanos y espaoles; a que falta el mapa que en
el informe original de Corts se anexaba, y, adems, no aparecen por ningn lado las acciones que
se realizaron para lograr el hallazgo en el Archivo de Indias. El documento est mal conservado,
y aunque en la edicin consultada para este trabajo, el editor, la Sociedad de Biblifilos Espaoles,
presenta una prolongada introduccin, sta se refiere a las nueve narrativas de las diez que forman
el volumen, en el cual la de Ulloa se incluye como la ltima, sin ninguna introduccin o prefacio
San Marcos, aunque s se tuvo noticia del otro navo que formaba la flotilla, el cual cay en manos de la gente de
Nuo de Guzmn, el peor enemigo de Corts en la Nueva Espaa.
40
Archivo de Indias, est. 1, caja 1, leg. 20, Nm. 5.
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especfico para ella. Aun as, la edicin mencionada es, aparentemente, una copia fiel del original
mismo, por lo que en este trabajo se tomar como referencia bsica, y en las notas bibliogrficas
se le citar como Ulloa, o Edicin Madrid, Sociedad de Biblifilos Espaoles. Quien firma
esta edicin es el connotado erudito americanista que se menciona antes, Manuel Serrano y Sanz.
El informe de Ulloa encontrado en el Archivo de Indias de Sevilla, fue traducido del espaol al
ingls por Irene Aloha Wright, colaboradora del biblifilo Henry Raup Wagner, y se encuentra en
lnea, pero hasta la fecha no ha sido retraducido al castellano; Wright trabaj varios aos en
Sevilla, lo que explica su acceso al documento; la traduccin fue publicada por Wagner en 1929
en la California Historical Society, incluyndolo en Spanish Voyages to the Northwest Coast
of America in the Sixteenth century. En las citas bibliogrficas de este lbro que aludan al informe
de Ulloa en el texto de Wagner, se dice Wagner, Edit.. El documento escrito por Wagner titulado
Francisco Ulloa Returned y publicado en "California Historical Society, menciona el regreso de
Ulloa basado en la documentacin del pleito judicial entre el marqus y Juan Castelln, de lo que
se habla al final de este libro41. Por su parte, Bernal Daz del Castillo tambin seala el regreso del
capitn a la Nueva Espaa, aunque yerra al afirmar que muri asesinado.
Fuente complementaria muy importante es la narracin del viaje escrita por Francisco Preciado,
hombre de confianza de Ulloa, quien escribi en forma de diario su propia versin de la expedicin,
coincidiendo con la del capitn en lo fundamental. Debe sealarse que la autora del diario
atribuida a Preciado se debe a que el italiano Juan Bautista Ramusio, de quien se habla prrafos
adelante, escribi una traduccin del documento, y en ella aclara: Esta relacin se tom de la
que trajo Preciado. Aunque hay cierta vaguedad en la expresin anterior, los historiadores dan
por hecho que el citado diario es obra de Preciado porque el nombre de ste se repite ms veces,
slo despus que el de Ulloa; y que en el relato, escrito en la primera persona del plural, tal vez
por descuido, en lo escrito el sbado 27 de diciembre dice: y en verdad a m,con ojos diligentes
verdaderamente me pareca; y en lo registrado el 22 de febrero expresa encontramos muchas
nueces de pino abiertas, las cuales (en mi opinin), los indios haban reunido para comer, lo
que aparentemente, al escribir una parte en la 1, persona del singular, descubre, involuntariamente,
que es l, Preciado, quien est hablando42.
De Francisco Preciado se sabe que naci en Molina de Aragn, su padre Juan Preciado, al servicio
de los Reyes Catlicos, pele en la guerra de Granada, y l particip en la guerra contra los moros,
lleg a la Nueva Espaa quiz en 1530, avecindado en Colima, se cas, tuvo tres hijas y un varn43,
41
California Historical Society Quarterly, September 1940, V. XIX, pp. 241-243, San Francisco.
42
Hakluyt Edit, op. cit., pp. 493, 502.
43
Casado por el ao de 1540 con la rica viuda Elvira de Arvalo tuvo a Ana, Isabel y Mara de Arvalo. A su hijo
Juan lo tuvo en Espaa en donde haba estado casado y haba procreado dos mujeres y tres varones incluido Juan.
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hijo ste de su primera esposa Luisa Gmez, y acompa a Corts como soldado durante su
estancia en La Paz, llamada entonces Santa Cruz. Al relato que escribi le dio fin estando en el
puerto de Santiago de Buena Esperanza, en la baha de Manzanillo, el 17 de mayo de 1540.
Preciado fue uno ms de los muchos aventureros conquistadores que llegaron a la Nueva Espaa
con la esperanza de hacer fortuna, lo cual logr gracias a las posesiones de su segunda esposa doa
Elvira de Arvalo. Muy pronto, Preciado se convirti en un rico encomendero dueo de extensas
plantaciones de cacao en Epatln y Alimanci, con sus respectivos esclavos indios, pero su
temperamento agresivo y belicoso lo tuvo siempre en situaciones de conflicto y pleito con todo
tipo de personas, de lo que a continuacin se dan ejemplos.
El visitador del rey Licenciado Lorenzo Lebrn de Quiones lo acus de no pagar el tributo a la
corona, y de haber dejado casi morir de hambre a no menos de 1500 indios que trabajaban en sus
plantaciones; Preciado quiso sustraerse a la exigencia del visitador refugindose en la iglesia de la
villa, pero aun as fue aprehendido por el alguacil, y tal parece que se le oblig a pagar el adeudo.
Preciado era agresivo y violento, lo que lo llevaba constantemente a verse envuelto en pleitos con
otros hombres de igual carcter, como es el caso de Francisco Lpez, arrez de un barco que se
encontraba fondeado en Salagua, quien tuvo un encuentro con Preciado al que hiri gravemente a
cuchilladas. Tambin tuvo dificultades con el cura Alonso Snchez de Miranda, a quien insult sin
aparente motivo, por lo que el sacerdote pidi su aprehensin y castigo. Finalmente, Francisco
Preciado fue asesinado a estocadas por un tal Garc Garcs de Mancilla en 155744, segn datos de
una carta fechada el 23 de agosto de 1557 enviada desde Colima por Bartolom Snchez a su
compadre, Juan de Arana.
Prosas literarias e histricas. Felipe Sevilla del Ro, Universidad de Colima, 2005, pp. 150-151, con datos tomados
de fuentes oficiales y eclesisticas.
44
Ibd., pp. 151-154.
45
Terzo volume della navigatione et viaggi.., editado en 1556.
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Un personaje poco mencionado en los relatos de la expedicin es Francisco de Terrazas46, quien
fue fiel soldado y hombre de confianza de Corts, y que viaj en la flotilla comandada por Ulloa,
en la que tuvo el cargo de veedor. Se sabe que naci en Llerena, que sus padres fueron Alfonso
Vera y Catalina Terrazas, y que lleg a la Nueva Espaa acompaando a su padre en 1529. Cabe
aqu mencionar que, al igual que muchos de los participantes en la expedicin, Terrazas era
extremeo47, al igual que el marqus, quien con su fama arrastr una cascada de hidalgos hacia el
Nuevo Mundo, en pos de riquezas.
Los padres franciscanos que iban en la expedicin de Ulloa eran Antonio de Melo o Meno,
Raimundo Anyelibus o Amilinus, y Pedro de Ariche. Melo regres a la Nueva Espaa en el Santa
gueda, y sus dos compaeros se fueron con Ulloa en el Trinidad, posteriormente, Fr.
Raimundo se ira con Alarcn en su expedicin por orden del virrey Antonio de Mendoza. Estos
religiosos no tuvieron la oportunidad de evangelizar a los nativos encontrados, aunque Fr.
Raimundo s bautiz a un indio muy viejo e incapacitado que encontraron abandonado en Isla de
Cedros. S debe mencionarse, sin embargo, que siempre auxiliaron a la tripulacin con los servicios
religiosos acostumbrados, y cuando fue necesario, Fr. Raimundo y Fr. Antonio llegaron a
acompaar a los soldados en algunos desembarcos.
Los preparativos
Tan complicado como reunir los materiales y equipo necesarios para la magna expedicin que
ocupaba a Corts, o quiz ms an, era contratar la marinera y puestos de mando para una
expedicin martima como la que se proyectaba, lo que el marqus saba muy bien, pues le haba
tocado resentir las experiencias del motn, la traicin y la incapacidad profesional, sobre todo de
parte de algunos capitanes y pilotos que haban participado en las diversas expediciones
organizadas por l para la exploracin del Mar del Sur, particularmente en la costa noroccidental
de la Nueva Espaa y el Gofo de California. Por otra parte, quien mandaba la expedicin, en este
caso el conquistador, inverta una gran cantidad de dinero de su bolsillo, arriesgaba la vida de sus
hombres y la suya propia, y el xito no estaba garantizado.
Fue en estas condiciones que Corts, el 18 de noviembre de 1538, contrat ante notario pblico en
Cuernavaca, a Juan Castelln para que se encargara de ir al puerto de Tehuantepec, en donde se
encontraba su barco el Trinidad, con el fin de que lo equipase para dirigirse primero a Santa
Cruz, desde donde explorara despus las aguas del Mar del Sur entre California y la tierra firme
46
No debe confundirse al veedor en la flotilla de Ulloa Francisco de Terrazas con dos homnimos casi de la misma
poca, que fueron padre e hijo, y que adems tuvieron una relacin con Hernn Corts. El ms joven es recordado por
haber sido el primer poeta mexicano, una de cuyas obras, Nuevo Mundo y Conquista, es un valioso poema pico del
que se conservan 75 octavas. Miguel de Cervantes elogi su obra.
47
Llerena es parte de Extremadura, en Espaa.
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de la Nueva Espaa48, siempre en busca de una tierra adecuada para ser colonizada por espaoles,
a lo cual dedicara todo su esfuerzo. Castelln fungira como capitn y piloto del Trinidad. Todo
indica que, cuando menos en principio, la expedicin se plane para hacerse con una sola
embarcacin, la ya mencionada. Para marzo de 1539 todo pareca estar listo para iniciar el viaje,
el alcalde de Tehuantepec y Castelln elaboraron un inventario de lo que haba en el navo, y se
embarcaron Pablo Blasco, maestre o patrn de la embarcacin, 10 marineros y 3 esclavos negros,
2 de Corts y el otro perteneciente a Castelln; aparte de los vveres, llevaban en el barco una
lancha, 26 barriles con el agua potable y una manguera de cuero para usarla en las operaciones de
aguada que se hicieran; contaban, adems, con 8 caones, lanzas y escudos o rodelas en prevencin
de cualquier encuentro violento con los nativos que amenazaran la vida de los expedicionarios.
Las rdenes dadas por Corts respecto a la embarcacin se haban cumplido, y aunque quiz el
nmero de marineros no era suficiente para un barco como el Trinidad, de 70 toneladas, 3
mstiles y una longitud de unos 20 metros, Castelln se debe haber sentido contento cuando lleg
a Acapulco por haber cumplido hasta ese momento con las obligaciones contradas; sin embargo,
su satisfaccin durara poco al conocer los cambios ordenados por el marqus. El conquistador
haba decidido elevar la apuesta del viaje exploratorio, al mandar no solo al Trinidad, sino a
otras dos embarcaciones, el Santo Toms y el Santa gueda. Adems, Francisco de Ulloa,
hombre de absoluta confianza del marqus a quien haba acompaado en Santa Cruz, sera el
capitn general de la flotilla.
Ulloa lleg a Acapulco el 6 de julio de 1539, por disposicin de Corts nombr a Castelln piloto
mayor de la expedicin y capitn del Santa gueda, en lugar del Trinidad; se agregaron a la
tripulacin de los navos 60 soldados y 3 frailes franciscanos, y apenas 2 das despus, el 8 de julio
de 1539 zarparan hacia el noroeste. Los inesperados cambios produjeron disgusto en Castelln,
lo cual lo llevara posteriormente a formular una querella contra el marqus por incumplir el
contrato firmado; se senta lesionado en sus intereses al privarlo del mando de la expedicin y
quitarle la capitana del Trinidad. El piloto tena motivos vlidos para su molestia, pero en todo
esto se impuso el mando del marqus, aunque despus habra consecuencias. Hay historiadores
que consideran el cambio mencionado como una maniobra acordada por Corts y Ulloa con el fin
de reducir las posibilidades de un motn u otra conducta indebida de parte de Castelln y su
marinera, al separarlo de una tripulacin a la que ya conoca.
Finalmente, la flotilla preparada por Corts estaba formada por los navos Santa gueda, de 120
toneladas inglesas de capacidad y 3 palos, bajo el mando de Juan Castelln, tambin con el cargo
de piloto mayor de la expedicin; el Trinidad, de 35, cuyo piloto era Francisco de Bermes, y el
Santo Toms de 2049, a cargo del piloto Manuel Alfonso, con un reducido nmero de tripulantes,
quiz cuatro. Aunque el Santa gueda era la nave capitana, por sus dimensiones y tonelaje, el
Trinidad era ms maniobrable, y a diferencia del navo mayor, gracias a su velamen poda
navegar contra el viento. Es pertinente recordar que desde tiempos de Enrique el Navegante,
armadores rabes y europeos disearon la carabela, con un velamen cuya principal innovacin era
la forma triangular y su ligereza, lo que le facilitaba su navegacin de cara al viento.
48
Wagner, Henry Raup. Francisco de Ulloa Returned, California Historical Society Quarterly, Vol. 19, p. 240,
University of California Press, Vol. 19, p. 240, 1940.
49
Congreso de historia; Actas. Tomo II, op. cit., p. 209.
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Algunos de los nombres de quienes integraban la expedicin, varios ya mencionados antes, y
muchos de los cuales haban acompaado a Corts en Santa Cruz, son los siguientes: Fr, Antonio
de Meno o Melo; Fr. Raimundo Anyelibus o Amilinus, quien regres en el Santa gueda; Fr.
Pedro de Ariche, que aparentemente regres en el Santa gueda, Francisco Preciado, el otro
autor del diario del viaje, el cual fue traducido por Ramusio; Francisco de Terrazas, en calidad de
veedor; Juan de Montao50; Gonzalo Hidalgo de Montemayor; Martn de Espinosa, Juan Castelln
o Castilln51, piloto mayor; Pedro de Bermes, piloto; Manuel Alfonso, piloto del Santo Toms;
Pedro de Palencia, notario pblico de la flotilla; Gonzalo Hidalgo, Diego de Haro, Pedro Busto,
Gabriel Mrquez, Martn Snchez; Pablo Blasco, capitn del Trinidad, y 3 esclavos de raza
negra, uno de los cuales fue desembarcado del Santo Toms por Alfonso, en Santiago o en
Acapulco, de lo cual se vuelve a hablar ms adelante.
Cabe aclarar que, aunque la esclavitud era lcita en la Nueva Espaa slo con los indios vencidos
y capturados en la guerra, tal condicin s era practicada con personas de raza negra, casi siempre
originarios de frica, los que estaban destinados al desempeo de los trabajos ms duros, aunque
en el caso que nos ocupa, frecuentemente eran sirvientes u obreros con experiencia como herreros
y carpinteros, de mucha utilidad en los astilleros y expediciones martimas52, lo que ya se ha
mencionado.
CAPTULO IV
El Santo Toms queda fuera de la flotilla expedicionaria y es saqueado por gente de Nuo de
Guzmn. Triste regreso a Santa Cruz.
Aprovisionados los navos, despus de las acostumbradas ceremonias religiosas previas a la salida
de las expediciones martimas, zarparon del puerto de Acapulco costeando hacia el norte el martes
8 de julio de 1539, con algo de lluvia y vientos. Aunque Ulloa seala que el clima era bueno, el
mircoles 16 de julio, an en la costa de Michoacn, estuvieron frente a un lugar llamado Punta de
Motn y las condiciones deben haberse agravado un tanto, pues aunque han desaparecido 8
renglones en este punto de la narracin original, enseguida el capitn escribe lo siguiente: y en
llegando un paraje de la punta [Motn]plugo a Nuestro Seor que cobramos todas velas y xarcia
e todo lo dems que cay a la mar, sin perder cosa alguna, e luego otro da que amanesci nos
50
Soldado espaol que naci en Portugalete, tal vez en 1505; se distingui por su valor en la expedicin de Ulloa al
participar en los enfrentamientos que se dieron con los nativos, de acuerdo con lo que dice Preciado en su narrativa.
51
Ramusio llama al piloto mayor en alguna parte de su obra Francisco o Francesco, mientras que Hakluyt usa el
nombre Juan; Antonio de Herrera tambin prefiere el nombre Juan.
52
Dos de los esclavos negros pertenecan a Corts, y uno a Castelln.
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remediamos lo mejor que pudimos para seguir nuestro viaje llegamos al puerto de Santiago de
Buena Esperanza domingo, a siete das deste dicho mes53
En la versin de Preciado, se dice que justo antes de arribar al puerto de Santiago de Buena
Esperanza, hoy Manzanillo, en la provincia de Colima, el mstil principal del Santa gueda se
quebr por una tormenta de vientos, pero aun as pudieron llegar al citado puerto; la fecha del
arribo, segn Ulloa, es el domingo 7, error evidente, pues debe ser 27 de julio; llevaban 20 das
navegando. En Santiago permanecieron 26 das reparando el mstil averiado, cargando lea,
algunos vveres y agua (ver mapa No. 7).
El capitn intent darles nimo para que siguieran trabajando esa noche a fin de mantener el navo
a flote, y dado que las condiciones tempestuosas no permitan ms, l seguira cerca y de ser
necesario, se dirigiran al puerto de Santa Cruz, hoy La Paz54, para hacer las reparaciones
necesarias. En la edicin de Wagner, se expresa que Ulloa, que iba entonces en el Trinidad,
escribi en su informe: destrozado por el viento y las olas, [el Santo Toms] empez a hacer
agua, tanto as que los que iban a bordo no podan mantenerla baja, de acuerdo a lo que me
dijeron, gritndome que se estaban hundiendo y no podan mantenerse a flote. Dios permita que
esto no sucedaYo les contest dndoles nimo lo mejor que pudey si la tormenta nos separaba
esa noche, les orden encontrarnos en el puerto y baha de Santa Cruz siguieron el curso que
les haba indicado y yo permanec atrs esperando al Santa gueda55Por otra parte, en la
edicin de Hakluyt, se lee: En esta tormenta perdimos la pequea embarcacin llamada Santo
Toms, y porque la habamos perdido, cruzamos al puerto de Santa Cruz, en California56 En
aquellas horas, el capitn Ulloa tena no slo el problema del Santo Toms, cuya situacin
empeoraba a cada minuto que pasaba, sino el hecho de que el Santa gueda, bajo el mando de
Castelln, se haba perdido de vista, aunque el capitn y sus oficiales pensaban que debera estar
navegando hacia ellos por el sur.
Myers, en su obra North to California, expresa que esa noche el capitn, considerando la
direccin del viento, la precaria situacin del Santo Toms y sus condiciones para la navegacin,
traz un rumbo a seguir al noreste, a la costa de Sinaloa57, hacia donde se dirigi la embarcacin.
Estas afirmaciones sobre lo que percibieron o creyeron percibir aquella noche los tripulantes del
53
Ulloa, op. cit., pp. 181-182.
54
Aunque el puerto de Pichilingue correspondiera al lugar en que se estableci Santa Cruz, como algunos autores
sealan, y no a la ciudad de La Paz, aqul s se encuentra dentro de la baha de La Paz.
55
Wagner, Edit., op. cit., p. 16.
56
Hakluyt, Edit., op. cit., p. 474.
57
Myers, op. cit. p. 164.
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Trinidad, parece no dejar lugar a dudas sobre el destino de la pequea embarcacin; sin embargo,
se sabe que el Santo Toms no se hundi. El piloto Manuel Alfonso tena solamente 3 hombres
como tripulacin, y al golpear la tormenta acordaron todos regresar a Acapulco e informar al
marqus cmo estaban las cosas. El navo, maltrecho por la tormenta, lleg a Acapulco en donde
fue desembarcado el esclavo negro que formaba parte de la tripulacin a fin de que diera el informe
correspondiente a Corts, pero, como en otra parte se menciona, los enemigos del conquistador lo
hicieron prisionero, y aparentemente, lo atormentaron para obtener informacin sobre los avances
de la expedicin. Para no caer en manos de la gente de Nuo de Guzmn, la embarcacin tuvo que
seguir a Huatulco, en donde Manuel Alfonso, el capitn, fue detenido por las autoridades que se
llevaron lo poco de valor que haba en la barca. Los remos y velas incautados fueron despus
devueltos a Corts, a peticin que ste hizo al virrey, pero el gobernante haba logrado su propsito,
hostigar la expedicin enviada por el marqus y dar as ventaja a la que se preparaba para dirigirse
al norte, comandada por Vzquez de Coronado y patrocinada por l.
Los dos navos llegaron hasta un punto prximo a El Guayabal, hoy Altata, a unos 62 Km. al oeste
de Culiacn, Sinaloa, y al no encontrar la embarcacin extraviada, conforme a lo acordado la noche
del 27 de agosto, se dirigieron al puerto de Santa Cruz. Navegando el 31 de agosto de 1540 ya en
58
Ulloa escribi: y yo me qued por aguardar a la nao Santagueda que venia trasera, para hablarle y mandarle
lo que avia de hacer, si siguisemos el otro navio; a la qual no pude hablar, porque Castelln, que la governava,
procuro siempre de apartarse, de manera que no le pude hablar, a cuya cabsa y otras cabsas de que yo dar quenta
a vuestra seoria, no ose dexar aquella noche esta nao y seguir el otro navio, sino antes me anduve aquella noche
toda sobre ella, guardndola porque no me hiciese alguna burla de las que se suelen hacer, pues avia tiempo y
oportunidad para elloUlloa, op. cit., p. 183.
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aguas de la isla de Cerralvo, llamada antes isla de Las Perlas, el clima les fue adverso por sucesivas
calmas y vientos contrarios que les impedan entrar a la baha, hasta que el domingo 7 de
septiembre, despus de una demora de 8 das en los cuales no haban podido dejar las aguas de las
islas sudcalifornianas, pudieron finalmente entrar al puerto de Santa Cruz, en donde tampoco
vieron ni supieron nada del Santo Toms. Afortunadamente para los viajeros, slo se vieron tres
o cuatro indios en lo alto de una colina, por lo que pudieron cargar lea y hacer aguada sin ningn
problema.
Debe sealarse que el poblado ya no exista, pues los nativos lo haban quemado despus de que,
tiempo atrs, los colonos espaoles y el propio Ulloa tuvieran que abandonarlo por falta de
alimentos. Por cierto que al mencionar la entrada a la baha de las dos embarcaciones el domingo
7 de septiembre, Ulloa seala que pudieron haberlo hecho desde el sbado, pero Castelln encall
el Santa gueda en unos bajos a la entrada de la baha, por lo que tuvieron que trabajar todos
ese da y parte del siguiente para liberar la embarcacin.
Pero, Qu haba pasado con el Santo Toms? Manuel Alfonso, el piloto de la pequea
embarcacin, debe haber hablado con los 3 o 4 hombres que formaban la tripulacin, y despus de
ponderar las pocas opciones que tenan sobre lo que deban de hacer, decidi navegar hacia
Acapulco, lo que ya se ha mencionado; as lo hicieron, y ya en el puerto desembarcaron al hombre
negro que de inmediato fue hecho prisionero por los enemigos del marqus. El navo descendi
hasta Huatulco, y all, dos personas del virrey abordaron la nave, se llevaron prisionero a Manuel
Alfonso e incautaron las velas y remos; aunque Corts logr que se los devolvieran, el Santo
Toms nunca se reincorpor a la flotilla.
El ro San Pedro y San Pablo, los Esteros de La Cruz en el ro Mayo, el San Francisco, hoy ro
Yaqui, y el Puerto de los Puertos, actualmente Guaymas.
Despus de permanecer 2 das59 en Santa Cruz y aprovechando el buen tiempo, las dos
embarcaciones zarparon el 10 de septiembre60, hacia la costa de la Nueva Espaa continental, al
este noreste, siempre buscando al Santo Toms pero sin encontrarlo. Explorando la costa de
Sinaloa, el 12 de septiembre al medio da llegaron a lo que Ulloa llam ro San Pedro y San Pablo,
lugar cuya posicin hasta la fecha no se ha definido con claridad, pero que podra ser entonces la
desembocadura del ro Fuerte, o la del ro Sinaloa, a poco ms de los 25 grados de latitud, aunque
en el acta de toma de posesin del 10 de septiembre de 1539, Pedro de Palencia, el notario pblico
de la flotilla, le asigna 26 30 N., y en la versin de Preciado se agrega: encontrando antes de
entrar al mismo [ro San Pedro y San Pablo] una pequea isla en la boca del ro, estando a cuatro
o cinco millas distante de tierra firme61 En este lugar se levant el acta de la toma de posesin
59
Segn la versin de Preciado, estuvieron en Santa Cruz 5 das. Hakluyt, op. cit., p. 474.
60
En la edicin de Wagner, el registro de Ulloa de la fecha de partida de Santa Cruz, hoy La Paz, es el indicado en
esta obra, 10 de septiembre; para el mismo evento Preciado registr el da 12 de septiembre, y el escribano Pedro
Palencia levant un acta de posesin en los ros San Pedro y San Pablo, probablemente el ro Fuerte o el Sinaloa, con
fecha 10 de septiembre de 1539. Confusiones parecidas a sta suelen encontrarse con relativa frecuencia en
documentos de los siglos XVI, XVII y XVIII escritos en la Nueva Espaa.
61
Hakluyt, op. cit., p. 474.
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MAPA No. 7. La Z significa zarparon, la A arribaron. La flecha de guiones indica el
regreso del Santo Toms a Huatulco. El viaje lo iniciaron el Santa gueda, el
Trinidad y el Santo Toms desde Acapulco hacia el noroeste el 8 de julio de 1539. 1,
Huatulco. 2, Acapulco, Z 8-VII-1539. 3, Motn. 4, Manzanillo (Santiago de la Buena
Esperanza) A 27-VII. 5, Baha de Banderas. 6, Islas Maras. 7, Guayabal, hoy Altata, cerca
del desemboque del ro Culiacn, A 29-VIII (). 8, Baha de Topolobampo, antes Ro(s) San
Pedro y San Pablo, A 12-IX. 9, Desemboque del Ro Fuerte, antes R. de Nuestra Seora. 10,
Desemboque del Ro Mayo. 11, Ro Yaqui, A 17-IX. 12, Guaymas, antes Puerto de los
Puertos, A 17-IX, Z 19-IX. 13, La Paz, antes Santa Cruz, A 7-IX, Z 10-IX. Apenas al
noreste de este punto est la actual baha y puerto de Pichilingue, donde desembarcaban los
espaoles, all se fund inicialmente la colonia de Santa Cruz.
correspondiente, en la que, con las formalidades acostumbradas en aquella poca, se estableca que
Ulloa tomaba posesin legal del paraje para el Marqus del Valle de Oaxaca, en nombre del
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Emperador y rey de Castilla62. Evidentemente, Ulloa ignoraba que gente de Nuo de Guzmn, el
enemigo de Corts, ya haba penetrado hasta esta lejana frontera63 y an ms al norte.
Costeando hacia el norte unos 35 Km., todava frente a Sinaloa, los expedicionarios vieron dos
desembocaduras de un ro que los impresion por la gran cantidad de agua arrojada al ocano, lo
que se notaba por varias leguas, al cual bautizaron como ro de Nuestra Seora, por ser el da 12
de septiembre en que se celebra el Dulce Nombre de Mara, aqu vieron seales de humo que
hacan algunos indios, pero el capitn no quiso destinar tiempo en contactarlos, tomando en cuenta
que estaban muy cerca del San Pedro y San Pablo y ya tenan idea de cmo eran los nativos de
esa regin.
Aunque Ulloa no lo hace, Preciado refiere en esta parte de la narrativa que en las desembocaduras
de los ros, vieron muchas estacas pequeas que deben haber formado una barrera transversal a la
62
Ms adelante, se insertan transcripciones de estas actas de toma de posesin, que usualmente tenan el mismo
formato.
63
El mismo Corts, en 1532, haba enviado a su primo Diego Hurtado de Mendoza con dos barcos, el San Marcos
y el San Miguel, en una expedicin que parece haber llegado hasta aproximadamente los 26 de latitud norte, aunque
el navegante pereci en el naufragio de su nave o a manos de los indios habitantes de aquellas costas, y casi todos los
marineros, que se haban amotinado, tambin moriran poco despus por causas semejantes. (Ver De Cueva Pintada
a la modernidad, pginas 93 y 94, de A. Ponce Aguilar, libro en lnea).
64
Myers, op. cit., pp. 168-169.
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corriente, para auxiliarse en la pesca, y que en sus pequeas cabaas encontraron pedazos de ollas
de barro fabricadas tan finamente como aquellas en Espaa65.
Navegando tal vez unos 115 Km. al norte de los esteros mencionados, el 16 o 17 de septiembre
estuvieron en la desembocadura de un ro que nombraron San Francisco por el da de la fiesta del
santo, que es cuando llegaron66, y que corresponde al actual ro Yaqui. Segn Ulloa, la
desembocadura est a los 29 de latitud, aunque deben ser 27 38, en concordancia con la
acostumbrada discrepancia por exceso que se encuentra en todos sus clculos de latitud. El capitn
hubiera entrado por la desembocadura del ro, pero no encontr el canal con la profundidad
suficiente, y la flotilla sigui su rumbo.
Segn el registro hecho por Ulloa, 18 leguas67 ms all de la boca del San Francisco o Yaqui actual,
arribaron a un enorme puerto, el mejor que haban conocido, en cuya baha se encontraban otros
puertos muy bien protegidos, razn por la cual el capitn lo bautiz con el nombre de Puerto de
los Puertos; se trataba de Guaymas, en el actual estado de Sonora, que produjo la admiracin de
todos los viajeros. Hay que sealar que Guaymas se encuentra prcticamente en el extremo norte
de la baha, y la desembocadura del ro Yaqui en el sur, por lo que la distancia navegada de 18
leguas, segn el capitn, a partir del ro San Francisco hacia el norte, parece ser exagerada. La
entrada al puerto era profunda, limpia y de agua clara. Aunque al igual que en casi todos los sitios
costeros que se haban registrado hasta entonces, aqu slo se contemplaban terrenos desrticos y
deshabitados, tal vez Ulloa imagin un futro valor estratgico de aquel lugar, y decidi que era
tiempo de tomar posesin, en nombre de Corts, de la gran baha y sus puertos interiores con todas
las formalidades acostumbradas, y le puso por nombre Baha de la Posesin. En el informe enviado
a Corts, Ulloa expresaba: y a cabsa de estos puertos lo llamamosel Puerto de los Puertos, y
a la otra baya en que esta la baya de la Posesin68.
Yo Pedro de Palenzia, escribano publico desta armada, doy fe y verdadero testimonio a todos los
seores que la presente vieren, a quien Dios nuestro Seor honre y guarde de mal, como en diez e
ocho dias del mes de setiembre de quinientos e treinta e nueve aos el muy magnifico seor
Francisco de Vlloa, teniente de gobernador y capitn desta armada por el ilustrisimo seor Marques
del Valle de Guaxaca, tomo posesin en el Puerto de los Puertos, en la baya del, posesin por el
dicho seor Marques y en nombre del Emperador nuestro seor rey de de Castilla, qu' esta en altura
de veinte e nueve grados y dos terzios, atual y realmente, poniendo mano en su espada, diziendo
que si abia alguna persona que se lo contradijese estaba presto para se lo defender, cortando con
ella arboles, arrancando piedras de una parte a otra y sacando agua de la mar y echndola en la
tierra; todo lo qual en seal de la dicha posesin. Testigos que fueron presentes a lo que dicho es,
los reverendos padres del seor San Franzisco, el padre fray Remundo y el padre fray Antonio de
65
Hakluyt, op. cit. p. 476.
66
Ulloa afirma que la fecha en que llegaron y vieron el ro pudo haber sido la de la tarde anterior. Wagner, Op. Cit.,
p. 18.
67
Ibd., p. 18.
68
Ulloa, Bilif. Esp., p. 167.
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Mena y el padre fray Pedro de Arache, y Francisco de Terracas, veedor, y Goncalo Hidalgo, e
Diego de Haro y Martin de Espinosa. Fecho dia y mes e ao susodicho. E yo, Pedro de Palenzia,
escribano publico desta dicha armada, lo escrib segund que ante mi paso, e por ende fize aqui este
mi signo, que es a tal, en testimonio de verdad. Pedro de Palenzia, escribano publico. Martin
de Espinosa.Gongalo Hidalgo.Frater Ramundus Amielibas.Frater Antonias de Mena.
Diego de Haro.Francisco de Terracas.
Aunque no encontraron nativos, s vieron carbn que pudo ser de fogatas antiguas, y una vereda
muy estrecha que llegaba a donde se observaron restos de campamentos abandonados mucho
tiempo atrs, en uno encontraron la mitad de una olla de arcilla. Cabe sealar que en sta y otras
situaciones anlogas, el capitn Ulloa no quiso destinar tiempo en explorar hacia el interior de la
costa, y casi en tono de disculpa expres: y viendo que en este puerto no avia gente, ni avia
manera en la tierra de estar pobladatom la posesin por vuestra seora, y por no perder los
tiempos 69. En el terreno desrtico circundante, slo vieron algunas cactceas y matorrales
semejantes a los que haba en Santa Cruz. Ulloa se cea estrictamente al plan establecido con
Corts de hacer una exploracin cuidadosa de los litorales e islas, y aunque pudo haber penetrado
hacia el interior en busca de algo que tuviera alguna semejanza con grandes ciudades y oro, meda
sus fuerzas y decida seguir reconociendo islas, cabos, puertos, bahas y bocas de ros; no poda
destinar tiempo y recursos a lo que no le pareca prioritario, y de lo que no existan seales claras
por ninguna parte.
CAPTULO V
Del Puerto de los Puertos, hoy Guaymas, al Ancn de San Andrs, hoy
desembocadura del ro Colorado.
El viernes 19 de septiembre de 1539 la flotilla zarp del Puerto de los Puertos, costeando como
siempre con rumbo noroeste, y a unos 95 Km. navegados encontraron una isleta deshabitada, la
cual viene siendo la actual isla de San Pedro Nolasco, a la cual Ulloa ubica a los 30 de latitud,
aunque debiera ser 27 57. La isla es estril y se encuentra deshabitada, salvo por numerosos
lobos marinos. Pasada esta isla, Preciado afirma que se lleg a ver la costa hacia el oeste, lo cual
fue percibi con ms claridad mientras ms al norte se navegaba; unos afirmaban que deban ser
islas, pero otros no dudaban en sealarlas como continuacin del territorio de Santa Cruz. Segn
las versiones de Ulloa y Preciado, aparentemente los navegantes no percibieron la desembocadura
del ro Sonora.
69
Ibd., p. 187.
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Cuando llegaron a la altura de Isla de Tiburn, Ulloa registr lo siguiente: y andadas diez e
siete leguas de este, Puerto de los Puertos hallamos una ysleta pequea y despoblada, que est
una legua o dos de la tierra firme, en altura de treinta grados largos, y siguiendo la dicha via y
treinta leguas adelante de esta ysleta venimos a envocar en un estrecho que haze la tierra firme
Isla de San Jorge, una de varias, en la baha del mismo nombre en Sonora. El color blanco
de los puntiagudos islotes se debe a los desechos de las aves que por siglos se han posado en
ellos. Ulloa nombr aquellos islotes Los Diamanes. Fotografa de Google Earth..
y una isla despoblada que terna quatro leguas de ancho y doze en largo; ay gran hondura entrella
y la tierra firme; est en altura de treinta e un grados; tiene a la boca dos isletas pequeas;
pusimosles por nombres el estrecho de San Miguel, porque se paso en su dia, y pasado este
estrecho y siguiendo la dicha via y andadas treinta leguas metidos a la mar en altura de treinta
e dos grados y tres quartos, seis o siete peascos blancos y altos y puntiagudos, a cuya cabsa le
pusimos por nombre los Diamantes, y quatro o cinco leguas andadas dellos comenzamos a ver el
agua blanca y a manera de agua de rio70. Lo Diamantes eran las islas llamadas actualmente de
San Jorge, cuyo color blanco se debe al guano que all depositan las aves marinas. Cabe mencionar
que el capitn atribuye una latitud de 32 45 N. al referido lugar, equivocndose por exceso en
ms de un grado. A esta altura, los navegantes tal vez alcanzaron a contemplar hacia el oeste, un
islote blanco que despus se conocera como Roca Consag, en honor al misionero jesuita que
explor la regin ms de doscientos aos despus de los hechos que se narran.
70
Ulloa, Biblifilos Esp., Edit., pp. 188-189.
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Vista del sur de Isla de Tiburn y Canal del Infiernillo, en el Golfo de California. Tomado de File
URL https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/c/c9/Infiernillo_Tiburon_Island.JPG
Debe aclararse que la mayor parte de los historiadores, al llegar a esta parte de la narrativa que
hacen Ulloa y Preciado, consideran que los navegantes pensaron que Tiburn no era isla, sino una
saliente de tierra continental hacia el oeste, y que el actual Estrecho del Infiernillo era una baha
cerrada, por lo que reorientaron un poco su rumbo hacia el oeste, primero hacia las islas San
Esteban y San Lorenzo, y luego hacia el norte. Todo parece indicar que aquellos navegantes, al
71
Doce leguas equivalen a poco ms de 68 Km., considerando la legua de 5.7 Km, distancia semejante a la que hay
entre Isla Tiburn y tierra firme en Baja California.
72
Hakluyt, Edit., op. cit., p. 476.
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mencionar la isla deshabitada que formaba un canal con la tierra firme, se referan a la Isla ngel
de la Guarda, la supuesta tierra firme que tenan a su derecha era la actual Isla de Tiburn, las
dos islas pequeas que estaban a la entrada del canal eran San Lorenzo y San Esteban, y el canal,
al que bautizaron San Miguel por haberlo pasado el da 29 de septiembre, fecha de la fiesta de ese
santo, era el espacio del Golfo de California que separa la Isla ngel de la Guarda de Isla Tiburn.
Las dimensiones que Ulloa y sus pilotos asignaron a ngel de la Guarda, a la distancia entre San
Lorenzo y San Esteban y al ancho del canal son muy aproximadas a las medidas reales. Debe
mencionarse, adems, que los canales entre las islas San Esteban y Tiburn, y entre San Esteban
y San Lorenzo, tienen 100 brazas de profundidad.
La flotilla naveg hacia el norte, dobl el punto ms al noroeste de isla de Tiburn, dirigindose
al este, rumbo a la costa de Sonora, y luego al noroeste, contemplaron los viajeros la amplia baha
Sargento, despus el cerro y punta de Tepopa, y continuaron costeando hacia el noroeste. Cabe
mencionar que 181 aos despus, el Estrecho del Infiernillo sera navegado por el misionero jesuita
Juan de Ugarte en la balandra El Triunfo de la Cruz, y la pequea embarcacin Santa Brbara,
aunque la balandra tuvo dificultades en ciertas partes del sinuoso estrecho para poder llegar a su
extremo norte en donde haran aguada, a pesar de que eran guiados adelante por balseros seris que
trataban de llevarlos por el mejor rumbo.
Los extraos paisajes vistos, incluyendo montaas hacia el oeste, ms all del mar.
Siguiendo su navegacin, la flotilla aparentemente se alej un poco de la tierra firme que tena
hacia el este, y seala Ulloa que unas 4 5 leguas despus de Los Diamantes, poco ms de 20
Km., se fueron percibindo algunos fenmenos marinos, los cuales les causaron sorpresa y
admiracin, y que se mencionan enseguida: el agua del mar era blanquecina, como agua de ro;
se vea tierra rumbo al suroeste a unas 8 9 leguas de distancia, pero al navegar hacia ella el calado
disminua a unas 4 5 brazas, lo que haca riesgosa la navegacin; adems, ahora el mar se vea
de color rojizo y su consistencia era lodosa. Por su parte, Preciado escribi en su narracin cmo
percibieron el paisje despus de haber pasado las rocas que llamaron Los Diamantres:Al
siguiente da seguimos adelante otra vez por la costa hacia el noroeste, y navegamos ocho leguas,
y vimos otra tierra que se extenda hacia el noroeste, y estaba llena de montaas altas. Y
continuando todava con este curso buscamos muy diligentemente para ver si haba algn pasaje
entre ambas tierras, porque hacia adelante no vimos ninguna tierra. Y nvegando as, siempre
encontramos ms fondo bajo, y el mar espeso, negro y muy lodoso, y llegamos a una profundidad
de cinco brazas de agua, y viendo esto determinamos pasar a la tierra que habamos visto en el
otro lado, y aqu tambin encontramos poca profundidad y menos, por lo cual navegamos toda la
noche en cinco brazas, y percibimos el mar moverse hacia la tierra con tanta furia que era cosa
de marvillarse grandemente, y con la misma furia regresaba otra vez con la baja marea, durante
cuyo tiempo hallamos 11 brazas de agua, y el flujo y reflujo continuaba de seis a seis horas.
Al siguiente da el capitn y el piloto subieron a lo ms alto del barco, y vieron toda la tierra llena
de arena en el gran crculo comprendido, y unindose con la otra costay pareca que haba una
entrada del mar en las bocas de ciertos lagos, por las cuales el mar entraba y sala. Hubo diversas
opiniones entre nosotros, y algunos pensron que la corriente entraba en esos lagos, y tambin que
algn gran ro all podra ser la causa de ello73
73
Hakluyt editor, versin de Preciado, op. cit., p. 477.
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En estas condiciones, sobre todo considerando lo bajo del fondo marino, los naveganes no
pudieron continuar hacia la tierra que se avistaba al poniente74, y anclaron para buscar la mejor
ruta, lo cual no se logr, ni tampoco aproximarse a la tierra, a ms de dos leguas de distancia, un
poco m de 10 Km.. Ya tarde ese mismno da, quiz el 26 27 de septimbre, se dirigieron hacia
tierra firme en el este para ver si les era posible encontrar entre sta y la otra tierra una ruta con
la suficiente profundidad para seguir hacia el norte, hasta que por fin encontraron un canal
suficientemente profundo, 8 brazas, en el cual se presentaban las mareas, las mayores que haban
visto, con rigurosa puntulidad75; seala Ulloa que cuando la marea bajaba quedaba seco el fondo
marino, y cuando suba cubra ms de dos leguas, lo que seran ms de 10 Km. que haba entre
donde estaban y la tierra firme76; por ser ya tarde, anclaron en ese lugar para reiniciar la exploracin
al siguiente da.
78
Ulloa, Bibliof. Esp. Edit., pp. 189-190, op. cit..
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MAPA No. 8. Delta del Colorado, bocas
e islas.
A la izquierda, las bocas del Ro
9 8 Colorado y sus islas. 1. Boca La Baja. 2.
Boca de En Medio. 3. Boca El Abrigo. 4.
Isla Montague. 5. Isla Gore. 6. Isla
Pelcano. 7. Pantanos lodosos. 8.
Sonora. 9. Cauce del Ro Colorado
cerca de su desembocadura. 10. Lnea
de guiones azules: el canal que se forma
7 4 6 3
entre Montague y lo que lleg a ser una
isla separada llamada Gore. 11. Alto
5 2
golfo de California. Abajo, a la
1 izquierda, imagen contextualizada en el
0
espacio geogrfico de Sonora, Baja
California y el Alto Golfo de California.
1
Las contradicciones cronolgicas se
repetan en los registros de Ulloa, al
1 escribir que llegaron al Ancn de San
Andrs el lunes 28 de septiembre y se
1 fueron de l el domingo 28. La descripcin
un tanto confusa que hacen Ulloa y
Preciado sobre su arribo al delta del
Colorado, permiten an as suponer que
arribaron por el canal que se forma en Boca
de En Medio o Boca El Abrigo. De lo
expresado por Ulloa se percibe que el capitn
no saba con seguridad que el lugar en que
haban anclado era la desembocadura de un
gran ro, lo cual puede explicarse tomando en
cuenta varias razones, como las que se
mencionan enseguida: que al bajar la marea
quedaba seca lo que pareca la ruta a seguir,
y al subir se cubran de agua unos 10 Km.,
aunque observndose bancos de de arena;
apenas terminaba el verano, la temperatura
era muy elevada y no se perciba una clara
corriente del ro por ser poca de su estiaje; es casi seguro que se vean hacia el suroeste, norte y
noroeste, las cimas de la cordillera bajacaliforniana que penetran hacia California, quiz
incluyendo San Pedro Mrtir y Sierra de Jurez en territorio mexicano, y Monte Tule, Piedras
Grandes y Red Hill en los Estados Unidos. Ulloa y sus hombres no saban qu cosa era y a do iba
a parar.
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El lugar en el que anclaron, cerca de una barra arenosa, debe haber estado al sur de Isla Gore,
hacia el canal de Boca de Enmedio, aunque tambin pudiera haber sido al sur de isla Pelcano, en
el caso de que hayan llegado navegando por la Boca El Abrigo; por Boca La Baja resulta difcil
que hayan penetrado, por lo alejada de la ruta costera que traan; y cuarto, Ulloa y su piloto mayor
subieron a las gavias y desde all vieron con claridad que las costas de tierra firme al oriente y
occidente se iban aproximando hasta juntarse. Aunque todo esto haca muy difcil para aquellos
marineros asegurar que se encontraban en la desembocadura de un gran ro, esta idea quiz tena
la misma probabilidad de que se tratara de lagunas litorales. Sin embargo, el trmino ancn
significaba en aquella poca estuario de marea, por lo que emplearon el trmino pensando en su
real significado, y casi todos convinieron en que se trataba de un ro. Adems, el percibir
sedimentos rojizos en los litorales cercanos, reforzaba la idea de que era una corriente fluvial que
los arrastraba y depositaba en aquellas costas. Por otra parte, un paso martimo no deposita
sedimentos, por lo que aparentemene se reforz la idea de que no era un paso o estrecho que llevara
a las ciudades tan buscadas por el virrey Mendoza y Nuo de Guzmn
El regreso de la flotilla hacia el sur, difcil decisin. Llegada al Puerto de los Lobos, hoy baha
de San Luis Gonzaga.
Es seguro que no fue fcil para el capitn decidir el regreso hacia el sur, pues al igual que otros
muchos navegantes intentaba, entre otras cosas, ubicar el mtico Estrecho de Anin, paso martimo
legendario que supuestamente deba comunicar el Ocano Pacfico septentrional con el Atlntico,
facilitando as la relacin entre Europa y Asia; sin embargo, el remate del Golfo de California en
el Ancn de San Andrs cancelaba la esperanza de encontrar el famoso estrecho, que algunos
identificaban como un paso entre la isla de California y tierra firme.Ya se ha dicho que en aquel
lugar, cerca de un bajo, y puesto que no podan seguir adelante, Ulloa salt a tierra y tom posesin
del sitio en nombre del marqus; despus, aprovechando la marea, salieron de aquel canal haciendo
rumbo al suroeste procedentes quiz de la Boca de En Medio o la del Abrigo, sealadas en el mapa
8 con los nmeros 2 y 3, respectivamente. Navegando despus hacia el sur paralelamente a la costa
nororiental de la pennsula, segn el capitn a unas 36 leguas del Ancn de San Andrs, casi 200
Km.79, los expedicionarios vieron lo que consideraron una seal de humo que se elevaba a
considerable altura. Desde que dejaron el Puerto de los Puertos, o Guaymas, no haban visto ningn
ser humano, y relacionaron esta ausencia de gente con lo estril de la tierra, sin algn paisaje verde,
lo cual hizo que el capitn comentara cuando estuvieron en el Ancn de San Andrs: hasta llegar
al ancn de Santandres y mar Bermejo son tierras muy llanas, y todas de arenales, y la mar baxa
una legua y dos de costa; no se vieron en todas estas ciento y quatro leguas ninguna persona, ni
seal de ella, ni creo que tal tierra puede estar poblada 80. Esta vez, esperanzados en encontrar
habitantes en la regin, tomaron cuidadosa nota de la ubicacin de la columna de humo, como a
cuatro leguas de donde estaban.
79
Ulloa se quedaba corto en el clculo, pues la distancia es de unos 250 Km..
80
Ulloa, Biblif. Esp., Edit., p. 190.
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MAPA No. 9. Ruta de Guaymas a la desembocadura del R. Colorado, y a Baha de San
Rafael. 1, Guaymas. 2, Is. San Pedro Nolasco. 3, Is. San Esteban. 4, Probable ruta por el
canal entre Is. Tiburn y San Esteban. Pudo haber sido por el oeste de la isla. 5, Is.de
Tiburn. 6, Sur del estrecho del Infiernillo. 7, Baha Sargento. 8. Cerro de Tepopa. 9, Is.
Los Diamantes. 10, Boca El Abrigo. 11, Boca de Enmedio. 12, Boca La Baja. 13, San
Felipe. 14, Baha de San Luis Gonzaga, antes Puerto de los Lobos. 15, Canal de Las
Ballenas. 16, Is. ngel de la Guarda. 17, Baha de Los ngeles. 18, Baha de San Rafael,
con la Is. San Lorenzo al frente, sin nmero. 19, Rumbo a La Paz.
El resto del da lo pasaron los exploradores reconociendo la baha y ponderando sus cualidades
como muy buen puerto. Al encontrar miles de pinnpedos en la baha, el capitn la bautiz como
el Puerto de los Lobos, hoy nombrada baha de San Luis Gonzaga. Segn Preciado, ese da los
marineros se dedicaron por un tiempo a cazar lobos marinos, de los cuales aparentemente
aprovechaban su hgado y la grasa.
P g i n a 54 | 120
noroeste, a Baha Willard, y al sureste a la Ensenada de San Francisquito; los navegantes haban
penetrado en la baha circular que queda en el extremo norte de San Luis Gonzaga.
Esa noche, saliendo de la boca de la baha y en espera de un buen viento que les permitiera
continuar su viaje, los marinos del Santa gueda vieron una lumbrada a unas dos leguas al sur
de donde estaban, un poco al norte del actual Calamaju, donde permanecieron anclados, y al
romper el alba del da 3 de octubre de 1539, el capitn y algunos hombres se dirigieron en un bote
a aquel sitio; antes de desembarcar vieron en la playa a un indio viejo, otro joven y tres o cuatro
muchachos. Al ver aproximarse a los marineros, el nativo joven pidi a uno de los muchachos su
arco y algunas flechas, y al tener las armas en sus manos, tendi el arco con la intencin evidente
de comprobar si estaba listo en caso que fuera necesario usarlo.
Cuando Ulloa y sus hombres se acercaron ms, el pequeo grupo de nativos no intent huir, ni
mostrar seales de temor, lo que sorprendi a los expedicionarios al grado que el capitn pens
que podra tratarse de una emboscada. Fue por esto que orden que desembarcaran en otro sitio
desde el cual podan ver el paraje en donde estaban los indgenas, incluyendo algunos matorrales
que pudieran ser abrigo para ms nativos armados. Los intrusos no vieron ms indios y avanzaron
hacia el pequeo grupo, que permaneci impvido hasta que los europeos estuvieron a unos 20
30 pasos de distancia, entonces, el ms anciano de los indios se dirigi a la gente encabezada por
Ulloa, y coloc su mano ante sus ojos como protegindose contr el sol. En ese momento los dems
nativos escaparon hacia lo alto de una colina, y aunque el viejo quiso seguirlos, Ulloa y sus
hombres lo retuvieron con el propsito de interrogarlo. As se hizo, pero el intrprete indio que el
capitn traa desde la Baha de Santa Cruz no entendi el lenguaje del viejo; los espaoles no
saban que los hombres que haban contactado eran de la nacin cochim, de lenguaje muy
diferente a los nativos del sur de la pennsula, de filiacin guaycura.
De los indios cochimes que vieron, Ulloa expres que se trataba de gente totalmente desnuda,
estavan trasquilados, las trasquilas de dos o tres dedos en largo; tenian un cercadillo de unas
mantillas de yerbas, sin ninguna abertura en lo alto, en que estaban aposentados, diez o doze
pasos de la mar; no les hallamos dentro ningun genero de pan, ni cosa que se le paresciese, ni
ningn otro mantenimiento, sino pescado, de que tenian alguno que avian muerto con unos
cordeles que tenian bien torcidos y con unos anzuelos gordos de huesos de tortuga vueltos con
fuego, y con otros mas pequeos de unas espinas de yerbas; tenian el agua que bebian en unos
buches; cremos que deban de ser de lobos marinos81 Los espaoles encontraron una balsa de
caas atadas en 3 haces, el central ms largo, y todos amarrados entre si. Haba tambin un remo
delgado y corto, pues apenas medira algo ms de media braza, y dos ms, uno en cada extremo
de la balsa. Ulloa expres en esta parte de su narrativa: parescionos que hera gente sin ningn
asiento, y de poca razn82, pensamiento que reflejaba la mentalidad del capitn espaol, en la
cual, como en la mayora de los europeos de la poca, predominaba una postura simplista sobre el
tema de etnias e intelecto.
81
Ulloa, Biblif. Esp., op. cit., p. 193.
82
Ibd., p. 193.
P g i n a 55 | 120
Despus de devolver al anciano cochim las pertenencias de su gente y regalarle algunas baratijas,
le permitieron que regresara con los suyos, luego Ulloa y sus hombres volvieron al Santa
gueda, mientras que vean a dos de los muchachos cochimes regresando a la playa para poner
en resguardo la balsa que usaban. Ulloa termina la narracin de este encuentro sealando que en
el paraje del campamento indio haba conejos, liebres y coyotes, lo que sugiere que la alimentacin
de los indios playanos debi haber sido no slo de mariscos, sino tambin de los animales
mencionados.
Los marineros del Trinidad no participaron en estos hechos debido a que, por la distancia a que
se encontraban, no se haban percatado de la lumbrada en la playa que atrajo la atencin de Ulloa
en el Santa gueda, y antes del amancer siguieron su rumbo hacia el sur pensando que los de la
nave capitana hacan lo mismo, por lo que ambas embarcacions se perdieron de vista una de la
otra; Ulloa pens que los del Trinidad se regresaran al darse cuenta que la nave mayor no los
acompaaba, pero no fue as, lo que seguramente caus molestia en el capitn. Al siguiente da, el
Santa gueda sigui costeando hacia el sur, buscando al navo extraviado que podra estar en
cualquier ensenada o caleta, aunque por dos das con sus noches, estuvo el tiempo con tanta niebla
que hubiera sido imposible verlo. Por fin, al tercer da ya con buena visibilidad, el capitn lo tuvo
a la vista, se situ cerca de l e hizo las advertencias necesarias sobre lo sucedido.
Siguiendo hacia el sur, segn Ulloa a 10 leguas del Puerto de los Lobos, hoy Baha de San Luis
Gonzaga, las embarcaciones pasaron cerca de la isla ngel de la Guarda, a la que calcularon 15
leguas de largo y 6 de ancho83, y luego a una gran baha, hoy nombrada Baha de Los ngeles,
que entonces fue bautizada como puerto San Marcos por haber llegado en su da, afirma el
capitn84, quiz el 6 7 de octubre85; all anclaron, desembarcaron, y Ulloa tom posesin del
territorio en nombre de Corts; no encontraron agua, la que ya necesitaban, y en ese momento
tampoco gente, aunque s restos antiguos de presencia humana; la isla frente a la baha era la hoy
conocida como ngel de la Guarda. Ulloa registr que la tierra era parecida a la que hasta entonces
se haba reconocido en el viaje, y el fondo del mar profundo. El capitn dio a la baha una latitud
de 30 30 N., la cual es realmente de 28 55.
83
La isla ngel de la Guarda mide 69 Km de largo y 29 de ancho, y Ulloa, en leguas, calcul 15 y 6, respectivamente,
equivalentes a 85 y 34 Km., datos que se pueden considerar bastante aproximados.
84
El nombre San Marcos que consider Ulloa pudo haber sido el del papa, cuya celebracin es el 7 de octubre.
85
La toma de posesin firmada por el notario pblico Pedro de Palencia tiene fecha 6 de octubre de 1539.
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cortando con ella arboles, arrancando piedras e yerbas, de una parte a otra y de otra a otra, sacando
agua de la mar y echndola en la tierra, todo en seal de la dicha posesin. Testigos que fueron
presentes a lo que dicho es, los reverendos padres del seor San Francisco y el padre fray Remundo
y el padre fray Pedro de Aroche y Francisco de Terrazas, veedor, y Martin de Espinosa y Pedro de
Busto y Juan Montano. Fecha mes e ao susodicho. E yo, Pedro de Palenzia, escribano publico
desta dicha armada, segn que ante mi paso, por ende fize aqui este mi signo, que es a tal, en
testimonio de verdad. Pedro de Palenzia, escribano publico. Martin de Espinosa.Pedro de
Basto.Juan Montano. Frater Ramundus Amilius.Francisco de Terrazas.
Seguramente para Ulloa resultaba frustrante no haber encontrado por ningn lado aborgenes que
le proporcionaran informes sobre poblaciones y grupos humanos que mostraran una cultura
superior a lo que hasta entonces haba visto; y aunque el objetivo explcito del viaje del capitn no
era localizar las mticas ciudades de Cbola y Quivira86, buscadas desde haca aos por muchos
exploradores y que cada vez ms parecan una fantasa, la idea de encontrar las mticas urbes tal
vez se desvaneca en la mente de Ulloa, quien a estas alturas se hubiera considerado afortunado
con encontrar una aldea que mostrara un mnimo grado de civilizacin, segn las ideas europeas
de aquel tiempo.
En esta situacin, encontrndose en espera de un viento favorable para zarpar hacia el sur, los
navegantes vieron en tierra dos lumbradas bastante separadas una de otra, al siguiente da se
dirigieron al lugar de su aparente ubicacin, en donde encontraron un espacio limitado por estacas,
as como varios nativos. Poco antes de desembarcar, la gente de Ulloa vio a dos hombres desnudos,
altos y de buena apariencia, con arco y flechas en sus manos, quienes aparentaron agazaparse tras
las estacas, en espera de los intrusos; durante este tiempo los nios y mujeres se pusieron a salvo
en una colina cercana en donde haba dos habitculos como los que ya se han descrito, y al
desembarcar Ulloa y su gente, los nativos ya haban huido, y en sus rsticas habitaciones slo
encontraron la especie de odres con agua para beber costumbrados por los cochimes playeros, y
huellas de unas diez o doce personas, incluyendo nios, haba tambin una balsa chica empleada
seguramente para la pesca. Al encontrar los explordores una olla de barro semejante a las que
hacan los nativos de la baha de Santa Cruz, pensaron con razn que aquella tierra y su gente
formaban slo una con la extinta colonia. Al explorar un poco el paraje circundante, pudieron
comprobar que no haba nada novedoso o de inters, y slo encontraron algunas veredas estrechas
a lo largo de la costa, as como muchas huellas de liebres y coyotes. Los exploradores regresaron
entonces a sus embarcaciones, para seguir su rumbo al sureste al siguiente da, mircoles 8 de
octubre de 1539, con poco viento y calmas frecuentes.
CAPTULO VI
86
Segn una leyenda, en el ao 713, cuando los moros se lanzaron a la conquista de Mrida, Espaa, los 7 obispos
portugueses de la ciudad huyeron con sus tesoros y reliquias sagradas en busca de un lugar en el que pudieran estar a
salvo de los infieles. Finalmente se establecieron en un lugar del Nuevo Mundo, en donde fundaron 7 ciudades en las
que abundaba el oro. La idea de encontrar las mticas ciudades se convirti en obsesin para muchos soldados,
gobernantes y exploradores, incluyendo a Hernn Corts y al virrey Antonio de Mendoza.
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Porqu este indio californio pudo ms que diez de mis mejores hombres?
Un desafo casi deportivo en el paso de Beln.
Despus de navegar unos 580 Km., reconociendo un buen nmero de islas aparentemente
deshabitadas, el 11 de octubre, pasando apenas lo que hoy es el poblado de Santa Rosala, el Santa
gueda y el Trinidad llegaron a una ms, distante un medio Km. de la costa, a la que dieron el
nombre de San Marcos. Estando anclados entre esta isla y tierra firme que se miraba al oeste, tuvo
lugar uno de los episodios ms intresantes en la expedicin desde el punto de vista etnogrfico, el
cual se narra a continuacin.
Al amanecer del domingo 12, los marineros espaoles se sorprndieron al ver que un nativo
desnudo se aproximaba a las embarcaciones sobre una balsa. El aborigen se acerc al Santa
gueda, se puso de pie sobre su balsa y permaneci quieto, observando las embarcaciones.
Despus de algunos minutos, el indio cochim dijo algunas palabras en voz alta y se regres al
punto de la playa de donde haba salido. Poco despus regres pero ahora acompaado de otros
cuatro indgenas en sus respectivas balsas. Los indios hablaban entre s animadamente, y
encabezados por el primero que se haba aproximado, se acercron ms an, se comunicaron entre
s a gritos, pero el intrprete que vena con los espaoles desde la baha de Santa Cruz no entenda
el idioma de los balseros, y stos no entendan el guaycura, lenguaje que seguramente hablaba el
intrprete que vena en la expedicin. Al no poder establecer comunicacin verbal con los nativos,
la gente de Ulloa se vali de seas invitando a los indios a acercarse ms y abordar las
embarcaciones para recibir algunos regalillos, pero nada covenci a los cochimes para que se
aproximaran ms a los barcos.
Viendo el capitn que los indios balseros no podan ser convencidos para iniciar contacto con la
gente de las embarcaciones, y que ya iniciaban el regreso al lugar del que procedan, descendi en
un bote con suficientes marineros para alcanzar a uno de los indios, y remaron hacia quien pareca
ser el ms importnte del grupo, por ser el que hablaba ms y el que se haba acercado inicialmente
al Santa gueda. Cuando alcanzaron su balsa y los marineros creyeron tenerlo prcticamente en
sus manos, el indio cochim se lanz al mar, nadando casi siempre bajo el agua, de manera que
cuando los marineros espaoles lo tenan casi en su poder, cerca de la popa, el indio se sumerga
de nuevo y luego apareca por la proa; en la versin de Preciado se dice que los marineros espaoles
golpearon al indio en varias ocasiones con sus remos87, pero si as fue no sirvi de nada para
capturar al nadador indgena.
Estas acciones, que primero deben haber parecido un juego, al paso de los minutos se fueron
covirtiendo en una obsesin de pesadilla para los marineros que remaban ansiosos en persecusin
del indio, quien pareca divertirse sin fatigarse88. As transcurri ms de media hora, y mientras
que los maldicientes remeros espaoles ya no podan seguir por el cansancio, cada cierto tiempo
el indio se daba el lujo de descansar flotando sobre el agua, por lo que el capitn, sabiendo que
haba perdido la partida, se vio obligado a ordenar el regreso a los barcos. Viendo que el capitn y
su gente se alejaban en direccin a sus embarcaciones, el indio cochim grit a sus compaeros de
87
Hakluyt, Richard, The Principal Navigations, Voyages, Traffiques and Discoveries of the English Nation,
London, p. 480, Cambridge University Press, 2014. Reproduccin del texto original publicado en 1589.
88
Wagner Edit., op. cit., p. 25.
P g i n a 58 | 120
la playa beln, beln, y entonces vinieron por l en sus balsas. Segn la versin de Francisco
Preciado, piloto mayor y capitn del Trinidad, Ulloa tuvo temor de que los indios balseros que
se aproximaban para el rescate de su compaero, armados con arcos y flechas, pudieran herir a
algunos de sus hombres, y dispuso que de inmediato se levaran anclas y se continuara el viaje con
rumbo al sureste, pero al no haber viento suficiente, los barcos tuvieron que permanecer en donde
estaban, y por la noche vieron que los nativos encendieron una fogata quiz como seal de
despedida. Segn Preciado, estos indios eran de gran estaturade buena presencia, y de color
caf89
En su escrito, Ulloa expresa que en total vieron unos 10 nativos, desnudos y de buena presencia,
con el cabello cortado de unos 2 3 dedos de largo; sus balsas eran con las que ya se han decrito,
aunque en este caso ms grandes, y usaban la misma clase de remos. En memoria de este encuentro,
Ulloa bautiz el canal entre la isla y tierra firme como Pasaje de Beln, al que el capitn le asign
en sus registros una latitud de 28 4090. Aquel encuentro casi deportivo, seguramente nunca fue
olvidado por quienes participaron en l, y el soberbio capitn de Corts quiz rectific en parte su
percepcn general de los prmitivos californios. Cabe agregar que muchos aos despus, el jesuita
Juan Jacobo Baegert, en su Nachrichten., describira la agilidad y fortaleza fsica de los
nativos californios como fuera de lo comn91. Actualmente, el Pasaje de Beln de Ulloa se llama
Canal Martimo de San Marcos, y su latitud correcta es de 27 10 N., la isla recibe el nombre de
San Marcos y es un importante yacimiento de yeso.
Quienes sienten un inters superior por la cultura de los primitivos indios californios, seguramente
que este episodio en el periplo de Ulloa es uno de los ms motivantes para buscar ms fuentes
informativas que iluminen un poco el nebuloso panorama que sobre ese tema se tiene hasta ahora.
89
Hakluyt, op. cit., p. 480.
90
y ansi se estuvieron un rato sin quererse llegar mas avnque les llambamos por seas y les mostrbamos rescates
e otras cosas para les dar, de lo qual hizieron poco caso, y visto que no se queran llegar y que se volvian donde
haban salido, sali a ellos en una barca por ver si podia tomar alguno para darle algunas cosas y tornarle a soltar, y
alcanz al que al parescer era mas cosa que los otros, porque hera el que mas se llegaba y el que mas hablaba y el
que vino la primera vez en la primera balsa, y en llegando a el dex la balsa y se hecho a la mar a nado, y anduve
con la barca tras el mas de media ora sin poderlo tomar, porque todas las vezes que le alcanzaba se cambullia por
la proa y yva a salir buen rato de la popa, y por buena prisa que nos davamos a revolver la barca y a tornarla
alcancar, estabaya el descansado sobre el agua para poder tornar a hazer lo mismo, y desta manera se sostuvo con
mucho animo y sin perder punto de buen tiento hasta que a nosotros nos canso, y de manera que los que remaban no
podan rebullir la barca a una parte ni a otra, e a el le vinieron a socorrer sus compaeros en las otras balsas, y visto
que no lo podiamos tomar me volvi a las naos; heran el y todos los dems que este dia se vieron en las balsas y en la
tierra, ocho o diez hombres desnudos y de buena despusicion, y trasquilados, las trasquilas de dos o tres dedos de
largo; tenian entre todos dos o tres arcos con sus flechas; heran las balsas en que venan, de caa, mayores que la
primera que arriba digo, y de la misma hechura e manera, las quales remaban con otros palos y palas como la
primera; estuvimos este dia en este paraje porque no tuvimos tiempo para pasar adelante; anduvironse los yndios
por la playa, hizieronnos una ahumada y a la noche un fuego; est este pasaje de entre esta isla y la tierra firme, a
do estaban estos yndios, en altura de veinte y ocho grados y dos tercios; llamrnosle el pasaje de Beln porque las
voces que el yndio daba quando pedia el socorro a los compaeros hera decir beln!...Ulloa, Edit. Bibl. Esp., pp.
197-198.
91
Observations in Lower California, Jacob Baegert, traduccin de M. M. Brandenburg y Carl L. Baumann, Univ. Of
Calif. Press, Berkeley, 1952, pp. 85 y 379.
P g i n a 59 | 120
1
35 34
2
33
32
31
30 29
4
3 7
5
28 6
27
8
9
10
26
N
25
24 11
2
17
2 13
12
15 14 16
18
23
21
19
20
MAPA No. 11. Ruta de Ulloa en su continuacin desde la Baha de San Rafael hasta Isla de
Cedros, y de all hacia el noreste. Los datos se encuentran en la siguiente pgina.
En su narracin, Ulloa, de por s parco al referir los acontecimientos sucedidos, abrevia mucho su
relato al mencionar lo acaecido poco antes de llegar a La Paz, especialmente entre los das del 13
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Mapa No. 10. 1, Isla San Lorenzo. 2, Baha de San Rafael. 3, Canal Martimo de San
Marcos, antes Pasaje de Beln. 4, Is. de San Marcos. 5, Muleg. 6, Baha Concepcin.
7, Is. Santa Ins. 8, Boca de San Bruno. 9, Loreto. 10, Is. del Carmen. 11, Is. San Jos.
12, Baha de La Paz. 13, Is. Espritu Santo y Roca Partida. 14, Punta Las Pilitas. 15,
Pichilingue. 16, Is. Cerralvo, antes Santiago e Is. de Las Perlas; desde 2009 Jacques
Cousteau. 17, Canal Martimo de San Lorenzo. 18, Canal Martimo de Cerralvo. 19,
San Jos del Cabo. 20, Cabo San Lucas, antes California, llamada despus por un
tiempo Punta Ballenas. 21, Todos Santos. 22, Is. Creciente. 23, Punta Tosca, antes P.
Trinidad. 24, Baha Las Almejas, antes Santa Catalina. 25, Baha Magdalena, antes
del Abad. 26, Boca La Soledad. 27, Punta San Juanico. 28, Punta Santo Domingo. 29,
Laguna San Ignacio. 30, Baha San Hiplito. 31, Baha Asuncin. 32, Punta
Asuncin, con la isla La Asuncin al frente. En donde termina la flecha que sale del
punto 28, estara la isla de San Roque, 1. enero 1540. 33, Punta Eugenia. 34, Is.
Natividad. 35, Is. de Cedros. Elaborado sobre mapa de Google Earth.
El 13 de octubre de 1539 el Santa gueda y el Trinidad zarparon del Paso de Beln, despus
de haberse retrasado algn tiempo por falta de viento favorable, costeando por el oriente de la
pennsula hacia el sureste, convencidos los expedicionarios de que la tierra firme que se vea a su
derecha era prolongacin de la que se encontrba ms al sur, en la Baha de la Santa Cruz, y los
indios que hoy sabemos eran de la etnia cochim, seguramente eran de los mismos aborigenes de
ese puerto. En esto ltimo la apreciacin del capitn y su gente era inexcta, pues los indgenas de
Santa Cruz o La Paz eran
guaycuras, y probablemente
algunos perices, pero no
cochimes. Refirindose al
paisaje, Ulloa expres que el
carcter de la tierra era pobre
como el precedente, y que slo
cerca de donde haban visto a los
indios haba algo de vegetacin.
Por su parte, Preciado en su
narracin difiere un tanto de lo
dicho por Ulloa, al referirse a
ciertos llanos y puntos de las
montaas de agradable vista, y
llenos de zacate verde. Adems,
Paisaje actual del arroyo y oasis de Muleg. dice que vieron dos o tres aldeas
muy grandes92. Los navegantes
saban por la latitud que disminua
92
Richard Hakluyt; op. cit., London, 1810, p. 480.
P g i n a 61 | 120
progresivamente y por las caractersticas del paisaje que estaban muy prximos a la baha de Santa
Cruz.
Entorpecida un tanto la navegacin por falta de viento, siguieron las dos embarcaciones costeando
hacia el sur, y contemplaron las islas de Santa Ins frente a la baha de ese nombre; al pasar frente
a Baha Concepcin los marineros observaron el verde paisaje de la costa; un marinero y el piloto
del Trinidad subieron a lo alto del mstil y vieron la boca de un arroyo que pudiera haberles
servido para abastecerse de agua, pero dada la distancia que los separaba del Santa gueda en
donde iba el capitn, no pudieron pedirles que se detuvieran, y as continuaron el viaje93; ese arroyo
pudo haber sido el Muleg, en cuyas mrgenes se asienta el poblado de ese nomnbre. Algunos
prrafos adelante se confirma que Preciado iba en el Trinidad y Ulloa en el Santa gueda
Debe mencionarse que Ulloa pas por Baha Concepcin sin darle la importancia que Preciado le
otorg por su belleza y dimensiones, y sera casi un siglo despus, hasta el 28 de marzo de 1636,
cuando el buscador de perlas Francisco de Ortega bautizara la baha como Nuestra Seora de la
Concepcin.
Yo, Pedro de Palenia, escrivano pblico desta armada, doy fee e verdadero testimonio a todos
los seores que la presente vieren a quyen Dios nuestro seor guarde de mal, como en quinze
das del mes de otubre de quynientos e teynta e nueve aos, el muy magnfico seor Francisco
de Vlloa, teniente de governador e capitn general desta armada por el ylistrsimo seor
Marqus del Valle, tom posesyn atual e realmente por el dicho seor marqus del Valle y en
nombre del enperador nuestro seor e rey de Castilla, en el rio del Carrizal, quest en altura de
veynte y siete grados y medio, ponyendo mano a su espada, diziendo que si avia alguna persona
que se lo contradixese quel estava presto se lo defender, cortando con ella rboles, arrancando
piedras de vna parte a otra e de otra a otra, sacando agua de la mar y echndola en la tierra,
todo en seal de la dicha posesyn. Testigos que fueron presentes a lo que dicho es: Diego de
Haro e Gonzalo Hidalgo, e Francisco de Terrazas, veedor, y Martn Snches, y Juan de
Montao. Fecho dicho da, mes y ao suso dicho. E yo Pedro de Palenia, escrivano pblico
desta dicha armada, la escriv segund que ante my pas. E porque hize aqu este myo signo
ques a tal en testimonio de verdad, Pedro de Palenia,escrivano desta armada. Diego de Haro,
Gonzalo Hidalgo, Juan de Montao, Franisco de Terrazas.
Ya tarde el da 15 de octubre de 1539, los viajeros vieron un agradable paisaje verde, con rboles
y arroyos, en donde el capitn salt a tierra con 5 o 6 hombres y tom posesin del territorio en
nombre de Corts, aparentemente estaban en la Boca de San Bruno, y el arroyo quiz era el San
Bruno, al que los espaoles llamaron El Carrizal, aunque bien pudo tratarse de un punto un poco
93
Ibd., p. 480.
P g i n a 62 | 120
ms al sur, en donde ms de siglo y medio despus, el jesuita Juan Mara de Salvatiera fundara el
poblado de Loreto, y entonces el ro sera el que aos ms tarde se llam Las Parras. La imprecisa
e incompleta descripcin de estos lugares hecha por Ulloa y Preciado, es causa hoy de la ubicacin
dudosa de los mismos94.Aqu los exploradores encontraron numerosas huellas de indgenas,
adems de que, segn la versin de Preciado, vieron unas bestias como perros a las que llama
adibes, y que pudieron haber sido coyotes o zorros. Llama la atencin que, segn Preciado, cerca
de los arroyos haba rboles con frutos smejantes a las manzanas y otros ms que pudieron haber
sido ciruelos. Esta frecuente ingestin de frutos ricos en vitamina C como los mencionados,
seguramente fue factor decisivo para impedir que la marinera fuera afectada por el escorbuto,
como suceda con frecuencia en los viajes prolongados por mar, en que ingeran comidas sin la
vitamina mencionada.
La flotilla arriba a Santa Cruz, hoy la Paz, y zarpan de all hacia el sur el 29 de octubre de 1539.
Esa misma noche del 15 de octubre de 1539 reanudaron la navegacin, anque obstaculizada por
frecuentes calmas que los obligaba a anclar en espera de un viento favorable, finalmente llegaron
el 1895 o 19 de octubre de 1539 a la baha de Santa Cruz, hoy baha de La Paz, en donde cargaron
sus barriles con agua, subieron la lea que necesitaban y permanecieron 8 das en el puerto
descansando, comieno pitahayas y haciendo algunas reparaciones a las embarcaciones.
Aunque lo que acababan de hacer, demarcar todo el Golfo de California, no era cosa pequea,
algunos marineros y el piloto mayor Preciado consideraban que, despus de tanto navegar no
haban descifrado el misterio geogrfico del Ancn de San Andrs, del cual no saban si era parte
94
Se transcribe enseguida la traduccin parcial de la p. 481 de la versin de Preciado, texto de Hakluyt que se refiere
a los prrafos anteriores: Este da el viento se calm y regresamos para anclar en el sitio mencionado, y nuestro
Almirante se traslad de la tierra firme hacia la isla [San Marcos], y nosotros, quienes estbamos en el barco llamado
La Trinidad estbamos cerca de tierra firme, y antes del amanecer partimos con un viento fresco. Y antes de que
desembocramos fuera del canal vimos cierto zacate muy alto y verde sobre la tierra firme, por lo cual un marinero
y el piloto subieron a lo alto, y vieron la boca de un ro que corra a travs de aquel campo verde hasta el mar. Pero
debido a que nuestro almirante iba a toda vela lejos de nosotros, no les pudimos decir de este ro, donde hubiramos
tomado agua, de la que tenamos alguna necesidad, y debido a que era un muy buen puerto para ir a la playa y
tomarla, y por lo tanto, sin abastecernos de agua, seguimos nuestro curso. El lunes zarpamos de este puerto, el cual
es como un lago, porque por todos lados estbamos rodeados de tierra, teniendo el continente antes, atrs de nosotros,
y a nuestro lado derecho, y la isla a nuestro lado izquierdo, y pasamos adelante por esas bocas antes mencionadas,
que mostraban una salida al mar abiertoCuando salamos de estas aberturas comenzamos a encontrar una baha
con un gran puerto rodeado con varias pequeas colinas con verdes bosquecillos que daba gusto verlos. En esta
baha y playa haba dos pequeas islas cercanas a la costa, una de las cuales era como una mesa de media legua de
grande, y la otra era una loma redonda casi tan grande como la anterior. Estas islas nos sirvieron solo para satisfacer
nuestra vista, porque pasamos por ellas sin detenernos, teniendo un viento flojo el lunes en la maana, da en el cual
seguimos nuestro curso con los mencionados vientos, y en poco tiempo el viento se torn contrario, de manera que
nos vimos obligados a anclar en el mencionado punto del dicho puerto, y el martes al amanecer zarpamos, pero en
todo el da avanzamos poco, porque el viento continu contrario, aunque muy dbil. A la siguiente nochecerca de
la media noche empezamos a tener un viento fresco, y el mircoles en la maana estbamos a siete leguas de distancia
de aquel punto Este registro de Preciado deja claro que en esta parte del viaje l iba en el Trinidad y Ulloa en el
Santa gueda, y que si bien el capitn se sigui de largo, la embarcacin de Preciado s ancl aunque por poco
tiempo en aquel sitio, aparentemente an en el canal martimo de San Marcos o apenas saliendo de l.
95
En la versin de Preciado dice que llegaron a Santa Cruz el domingo 18 de octubre de 1539, mientras que Ulloa
seala el 19. Ibd., p. 481-482. Tmese en cuenta que, si el episodio del balsero en el Estrecho de Beln ocurri el
domingo 12 de octubre, el 19 de ese mes sera tambin domingo y no 18, como lo indica Preciado.
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MAPA No. 12. Arribo de Ulloa a Santa Cruz, hoy La Paz, y partida hacia Cabo San Lucas,
antes California. 1, Baha de La Paz. 2, Rumbo procedente de la desembocadura del Ro
Colorado, antes Ancn de San Andrs. 3, Is. Espritu Santo, antes San Miguel, con la Is.
Partida al norte. 4, Baha y puerto de Pichilingue, antes Santa Cruz. 5, Ciudad de La Paz. 6.
Punta Las Pilitas. 7, Canal Martimo de San Lorenzo. 8, Canal Martimo de Cerralvo. 9,
Rumbo a Cabo San Lucas, antes California, despus Ballenas. 10, Is. Cerralvo o Jacques
Cousteau, antes Santiago. Los 4 rumbos sealados con 4 flechas de dos puntas en el Canal
Martimo de Cerralvo sealan los rumbos aproximados de la flotilla en su navegacin hacia el
sureste interrumpida 4 veces por tormentas, las cuales obligaron a los navegantes a regresar y
buscar refugio en punta Las Pilitas u otras cercanas. En esto se les fueron aparentemente los
das que van desde el 29 30 de octubre hasta el 4 de noviembre de 1539.
La misin encargada a Ulloa por Corts se iba cumpliendo hasta donde las circunstncias lo haban
permitido, pues se haba hecho una demarcacin cuidadosa de las costas del Golfo de California y
sus islas, pero sobre todo, se haba comprobado que el Estrecho de Anin no exista, y aunque
respecto al remate del golfo haban quedado muchas dudas, una cosa era cierta: aquel dilatado
territorio en el que se situaba el Ancn de San Andrs poda ser lago o ro, pero no era un pasaje
del Mar del Sur al Atlntico. Sin embargo, Preciado se senta frustrado no tanto por no haberle
dedicado ms tiempo a la exploracin del Ancn de San Andrs, sino por no haber encontrado
hasta entonces algo realmente espectacular que causara al rey una autntica y agradable sorpresa
como lo hubiera sido grandes ciudades, yacimientos de metales preciosos, o pueblos con una
cultura igual o superior a la de las sociededes europeas. Sin embargo, quedaban costas
desconocidas por explorar, y la esperanza segua viva, ya que estaban decididos a doblar la punta
mridional de la California y continuar hacia el norte hasta donde se pudiera.
Segn la narrativa de Ulloa, permanecieron en Santa Cruz del 19 de octubre de 1539, cuando
entraron a la baha, hasta el mircoles 29 del mismo mes, mientras que Preciado difiere en la fecha
de llegada, la que registra el domingo 18. Cuando iban saliendo del canal al medio da del
mircoles 29 de octubre, el Trinidad, en donde iba en esa ocasin Preciado, encall en unos
bajos de los cuales no se pudo librar a pesar del gran esfuerzo de los marineros; al percatarse de
la situacin, acudi Ulloa en el Santa gueda y todos trataron de sacar la embarcacin de la
arena, haciendo uso de sus botes, cables y el cabrestante, pero el esfuerzo result intil, hasta que
luego, durante el reflujo, el barco qued en lo seco y todos trabajaron duro apuntalndolo por todos
lados para que no se cayera al ascender el nivel del agua. Finalmente, al subir nuevamente la marea,
97
Se han encontrado unos lanza-dardos en varias partes del sur de la pennsula. Ver De Cueva Pintada a la modernidad,
libro en lnea de A. Ponce Aguilar, p. 55.
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a las 9 o 10 de la noche98 el barco fue liberado, aunque Ulloa prefiri zarpar hasta el amanecer,
para evitar la posibilidad de volver a encallar en los bajos del canal. El capitn siempre desconfi
de la pericia del piloto mayor. En esta parte de la narrativa en la versin de Ulloa, se dice:
Partimonos de este puerto e baya de Santa Cruz mircoles a veynte e nueve de otubre para yr
a tomar la costa del Sur della, como vuestra seoria manda; yendo e saliendo del puerto se
descuydo el piloto de la Trenidad a cabsa de la corriente que entonces salia fuera a la mar, encallo
con la nao en uno de los baxos de la canal, la qual nos cabso algund trabajo por desencallarla99,
lo que confirma que en esta parte de la navegacin Ulloa iba en el Santa gueda.
El gran inters de los navegantes por descifrar lo que consideraban un gran misterio al dar vuelta
al extremo meridional de la pennsula se acrecent100, pero despus de 6 o 7 leguas navegadas,
poco ms de 30 Km., encontrndose ya en el canal que se forma entre la isla de Cerralvo101 y tierra
firme, las embarcaciones no pudieron seguir el rumbo a causa de vientos contrarios y lluvia intensa,
por lo que se regresaron y buscaron abrigo cerca de las puntas de tierra firme que se proyectan
hacia el norte en el canal de San Lorenzo . Desde all intentaron reiniciar la navegacin en repetidas
ocasiones, sin xito por el mal tiempo que prevaleca, en el que los truenos, relmpagos y luces de
San Telmo se dejaron sentir, y el mismo Ulloa afirma que l vio las referidas luces en el Trinidad
como objetos brillantes en la punta del mstil principal. Despus de varios das de ser azotados por
las tormentas y de haberse refugiado 4 veces aparentemente en el lugar ya mencionado, poco a
poco mejor el clima, y los marineros cantaron y rezaron en agradecimiento a Dios y a San Telmo
por haberse salvado, anclaron en el sitio conocido y all permanecieron el da siguiente
descansando de los trabajos llevados a cabo para mantener a flote las embarcaciones.
CAPTULO VII
Dios slo sabe qu cosas nunca vistas nos esperan al navegar por el occidente
de esta tierra extraa y fascinante
Despus de tantos retrasos, los dos navos pudieron zarpar el martes 4 noviembre, y en dos das
llegaron al extremo sur de la pennsula, punto en el cual Ulloa calcul una latitud de 23 N., la
98
Preciado afirma que fue a la media noche.
99
Ulloa, Bibl. Esp. Edit.., pp. 199-200, op. cit..
100
Hakluyts Collection, op. cit., p. 483.
101
El nombre de la Isla conocida popularmente como Isla de Cerralbo o Cerralvo, ha sido bautizada 4 veces de la
siguiente forma: Fortn Jimnez la llam Isla de Santiago posiblemente en 1533; despus, los buscadores de perlas la
nombraron Isla de las Perlas; el explorador Francisco de Ortega, en 1632, la nombr Isla de Cerralbo, en
agradecimiento al Virrey Don Rodrigo Pacheco Osorio, Marqus de Cerralbo, por haberlo autorizado a explorar la
California slo con el fin de averiguar sus potencialidades; y finalmente, en el ao 2009 el gobierno mexicano dispuso
que se cambiara el nombre de la isla por el de Jacques Cousteau, en honor al distinguido oceanlogo francs. Debe
aclararse que Corts se atribuye el descubrimiento y bautizo de la isla, adems de las que llam San Miguel, hoy
Espritu Santo, y San Cristbal, hoy San Jos.
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cual, sorprendentemente, es muy aproximada a lo real, pues Punta Palmilla en San Jos del Cabo
est precisamente a esa latitud, y el punto ms meridional de Cabo San Lucas se encuentra a 22
52 de latitud norte. Aqu los viajeros vieron que la tierra era alta y el paisaje verde, y por la noche
percibieron algunas lumbradas. Debe aclararse que antes que Ulloa, slo un hombre mandado por
el marqus haba doblado Cabo San Lucas, aunque solo naveg 150 kilmetros hacia el norte por
la costa ocidental de la pennsula. Aqu es pertinente mencionar que en la
narracin de Preciado,
refirindose a esta
etapa de la expedcin y
cuando aun viajaban
hacia el sur, dice:
Cada noche vimos
lumbradas, que
mostraban que el pas
est muy poblado. As
procedimos con
nuestra viaje hasta el
diez del dicho mes de
noviembre.Aqu
estbamos a 54 leguas
de distancia de
California, poco ms o
menos, siempre hacia
el suroeste, viendo en
la noche tres o cuatro
102
Fotografa antigua de Cabo San Lucas. Fotografa de James R. Stewart. lumbradas , siendo
University of California. sta la primera vez que
la palabra California se
escribe en un informe
sobre las exploraciones del Mar del Sur, identificando California con Cabo San Lucas. Este tema
lo toca el jesuita Miguel del Barco reiterando la identidad de los trminos California y Cabo San
Lucas103; para concluir el tema, debe mencionarse que cuando Preciado regresaba a la Nueva
Espaa prcedente de Isla de Cedros en el Santa gueda, al llegar al extremo sur de la pennsula,
fue sorprendido al igual que todos los marineros, por unas 500 ballenas que pasaban cerca de la
embarcacin, episodio que fue motivo para que al Cabo San Lucas tambin se le llamara Punta
Ballenas.104
El viernes 7 de noviembre de 1539, conforme a los registros de Preciado, despus de doblar Cabo
San Lucas, la flotilla naveg hacia el norte, con objeto de explorar el litoral occidental de la
pennsula, costeando lentamente debido a las calmas frecuentes y vientos suaves, por lo que
navegaron unos 80 Km. en 5 das, lo cual, de ser cierto, el 11 12 de noviembre las embarcaciones
estaran apenas al norte de Todos Santos, a la altura del Trpico de Cncer. La costa ofreca a la
102
Hakluyt, p. 483, op. cit..
103
Barco, S.J., Miguel del, Historia Natural y Crnica de la Antigua California. Edit. Miguel Len-Portilla, UNAM,
1972, p. 381, 382 y 410.
104
Ibd., p. 382.
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vista bellos paisajes, y por las noches se vean numerosas lumbradas, indicadoras de una poblacin
numerosa de indgenas. Esa noche del martes o mircoles, las embarcaciones se perdieron
mutuamente de vista, y por la maana, Ulloa consider que el Trinidad, en el que vena Preciado,
debera estar rezagado, por lo que orden permanecer cerca de la costa en su espera. Para empeorar
las cosas, se nubl el cielo al grado de que se limitaba grandemente la visin, y aun as el capitn
dispuso zarpar en bsqueda del barco extraviado, con la intencin de prender faroles por la noche,
esperando que los marineros del Trinidad vieran las luces o viceversa. Se procedi conforme a
lo planeado pero no vieron nada, esa noche aument la fuerza del viento, lo que preocup ms a
todos considerando que los barcos podran separarse ms en poco tiempo y perderse
definitivamente.
Al amanecer del da siguiente y no encontrar la embarcacin perdida, Ulloa decidi regresar hacia
el sur en su bsqueda105, a pesar de la opinin contraria de algunos, y a los 10 Km. de navegacin
la avistaron en la lejana, se aproximaron mutuamente, y hubo alegra en las tripulaciones de ambas
embarcaciones. A causa de un viento contrario, ese da, aparentemente el jueves 13 de noviembre
anclaron cerca de la costa, en parte debido al tiempo contrario para la navegacin. Hay que sealar
que el capitn llam severamente la atencin a los tripulantes del Trinidad por su negligencia en
la navegacin, a lo cual los increpados trataron de diculparse diciendo que una fuerte corriente los
haba arrastrado unas tres leguas impidindoles seguir cerca del Santa gueda. Ulloa dejaba
claro que eran inaceptables descuidos como ste, que haba estado a punto de convertir en fracaso
la expedicin.
An as, lejos estaba el capitn y los marineros de imaginar que das despus, enfrentaran
posiblemente los ms violentos ciclones de la temporada en el sur de la pennsula, y aunque el
viernes 14 de noviembre de 1539 levaron anclas para continuar el viaje, a partir del domingo 16
las embarcaciones fueron golpeadas durante varios das por tormentas sucesivas con vientos norte,
que los arrojaron mar adentro, en donde permanecieron del lunes al mircoles e impidieron su
aproximacin a tierra firme, los navos fueron separados por las tormentas, y otra vez, aunque el
viento haba calmado un poco, se perdieron mutuamente de vista; esto ocurri posiblemente el
jueves 20 o el viernes 21 de noviembre de 1539. La desesperada situacin por la que pasaban los
navegantes hizo que Ulloa escribiera, refirindose al Trinidad:
y esta noche a media noche nos torno a dar otro temporal tan recio como los pasados; cabsome
harta pena por no thener las naos juntas para hazer todos vna via, porque la noche hazia escura
e tempestuosa, e a esta cabsa nos hera forgado correr cada una por todo el tiempo nos diese lugar,
y asi lo ficimos, e quando amanescio me torno a hallar sin la otra nao; cabso mucho mas pena
que las otras vezes, porque me parescio demasiada fortuna perderla tantas vezes, e tambin
porque temia haberle sucedido desastre de los que en semejantes tiempos suelen suceder;
anduvimos este dia barloventeando por la mar el tiempo que el tiempo nos dur, por ver si la via,
para que ella nos viese, e viendo que no la podiamos ver ni hallar, nos venimos a la costa para
ver si la hallbamos en ella, la qual no estaba ni acudi a ella, e viendo que no venia ni parecia
seguimos nuestro viaje por la misma costa, sbado, que se contaron veinte e dos del dicho mes,
105
Segn el relato de Preciado, haban acordado que en caso de extraviarse deberan regresarse unas ocho o diez leguas
tratando de encontrarse, como en efecto sucedi. Hakluyt, op. cit., p. 484.
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para ir a ponernos en cierta altura a do yo les habia dicho que nos fusemos sy por alguna cabsa
nos apartsemos106
Queda claro entonces que despus de fracasar en la bsqueda de la embarcacin perdida, el capitn
tena todava una posibilidad de reencontrarse con ella, pues tiempo atrs haba acordado con el
piloto del Trinidad que de ocurrir una situacin como la que ahora los afectaba, navegaran cada
quin por su cuenta hacia un punto predeterminado de la costa en el cual se esperaran hasta por
15 das, sta era su ltima esperanza, y a ella se aferr tenazmente. Por qu el capitn escogi
precisamente las coordenadas del punto mencionado para la cita de las embarcaciones en caso de
extravo? Algunos investigadores107 han considerdo como algo muy probable que, en algn
momento de la estancia de soldados, marineros y colonos en la baha y puerto de Santa Cruz en
1535 y 1536, en sus exploraciones de la regin hubieran llegado al sur de Baha Magdalena y
determinado su situacin geogrfica aproximada. Si Ulloa supo directa o idirectamente de esto y
la ponderacin que se haba hecho del lugar, pudo haber anotado los datos para su localizacin, y
usarlos en un momento dado, o simplemente registrarlos para visitar el punto cuando navegaran
por la costa occidental de la pennsula108.
El sbado 22 de noviembre el Santa gueda sigui costeando hacia el norte, buscando el punto
de la cita planeada si por alguna causa nos apartsemos, hasta que el 27 de noviembre al
amanecer, unos 7 u 8 das despus de que se haba separado del otro barco, lleg a una gran baha,
que era el sitio acordado previamente para reunirse en caso de extravo; se encontraba segn
clculo del capitn, a los 25 de latitud, y debi haber sido apenas afuera de la entrada a la actual
Baha de las Almejas, en la parte sur de Baha Magdalena, y en ese lugar encontr a la otra
embarcacin, posiblemente muy cerca de la actual Punta Tosca, a una latitud norte real de 24 20
aproximadamente.
Es pertinene sealar que la flotilla lleg al complejo lagunar Baha Magdalena-Baha Las Almejas
por el canal de Rehusa, tomando en cuenta lo siguiente: las bocas de Santo Domingo, La Soledad
y Las nimas son entradas de bajo fondo que se encuentran al norte de la baha, mientras que la
entrada por el canal entre Punta Entrada y Punta Redonda, as como el Canal Rehusa109, entre
Punta Tosca y Punta Santa Marina, son de bastante profundidad, aunque no exentas de peligros
por las rocas que se encuentran en algunos lugares. Tomando en cuenta que la navegacin se haca
de sur a norte, que la fuerte corriente que mencionaron los marineros del Trinidad y que an hoy
relatan algunos marinos y pescadores110 era una realidad, y lo que Ulloa refiere de haber subido a
106
Ulloa, Biblifilos Espaoles, Serrano y S., p. 203.
107
Myers, p. 130, op. cit..
108
En un mapa del sur de Baja California que se anex en 1635 al acta de la toma de posesin del lugar por Corts, la
lnea que seala el litoral sudoccidental de la pennsula, a una latitud ligeramente superior a la del norte de La Paz, la
direccin de la costa seguida hacia el oeste cambia bruscamente ahora hacia el noroeste, doblando hacia el norte a
Punta Tosca, de la isla Santa Margarita.
109
Algunos autores escriben Rehsa.
110
Patricia Rains, en Mxico Boating Guide, p. 60, dice: Cada ao, algn yatista despreocupado es chupado
[sucked] en Punta Entrada
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un cerro desde el cual contempl la baha, cerro que slo puede ubicarse en Isla Santa Margarita111,
son hechos que refuerzan la idea de que la llegada del Trinidad y el Santa gueda a Baha
Magdalena-Las Almejas fue por el Canal de Rehusa.
Grande fue el regocijo de todos, y all permanecieron por ese da descansando e intercambiando
sus experiencias. Los del Trinidad explicaron que tenan 5 das esperndolos, que haban sido
llevados al lugar por una fuerte corriente marina y que haban encontrado agua de buena calidad.
Esto ltimo caus gran satisfaccin en los del Santa gueda, pues ya la carencia del lquido era
un grave problema, permanecieron anclados parte del da contndose unos a otros las experiencias
que acababan de pasar, y ese jueves 27 de noviembre, segn los registros del capitn, zarparon
hacia el punto de la costa en que se encontraba el agua, pero un viento norte de gran fuerza les
impidi seguir y los oblig a anclar casi en el punto del cual haban salido. Todava ese da
zarparon nuevamente, pero ahora fueron devueltos ms de 15 Km. al sur de donde haban zarpado.
All permanecieron anclados los dos barcos hasta el sbado 29 de noviembre, en que gracias a
vientos favorables pudieron acercarse ms al sitio en donde haran la aguada, y fue hasta el
domingo 30 cuando llegaron, aunque todava distantes ms de un kilmetro del sitio deseado, y en
botes pequeos para sondear hallaron el canal por el que, sin peligro del bajo fondo, podran entrar
a la baha ambas embarcaciones; como ya se ha mencinado, se trataba del sur del complejo lagunar
Baha Magdalena-Baha Las Almejas. All anclaron las dos embarcaciones, fuera todava de baha
Las Almejas.
Cuando an se encontraban los marineros en las tareas de sondeo definiendo la ruta segura para
los barcos, desde su bote vieron una humareda en tierra, y al aproximarse se dieron cuenta que
eran 6 7 indios los que haban producido el humo con una fogata; al ver que los marineros se
acercaban huyeron del lugar. El lunes 1 de diciembre, los barcos pudieron llegar al sitio en que se
hara la aguada, lo que aparentemente se realizara sin mayores dificultades. Es difcil precisar el
punto en que hallaron el agua dulce, pero todo parece indicar que fue cerca de la costa, al sureste
de Isla Santa Margarita, al nornordeste de Punta Tosca, poco antes de pasar el Canal de Rehusa.
La descripcin del punto en que encontraron el agua potable fue hecha por Preciado de la sigente
forma: tomamos el fuerte112 de la fuente, que eran ciertos cantiles o rocas colgando sobre la
misma, entre las cuales haba una abertura o profundo valle a tavs del cual corra esta agua, que
no es gran cantidad, sino un pequeo arroyo que no pasa de una braza de ancho113.
Cabe mencionar que 180 aos despus de ocurrir los acontecimientos que aqu se narran, el jesuita
Clemente Guilln encabez una expedicin desde su misin de San Juan Bautista Malibat o Ligig
hasta la baha de Las Almejas en el Ocano Pacfico; el monte espinoso y los tupidos manglares
dificultaron la llegada a la costa, pero una avanzada de los viajeros encabezada por el cabo Corts,
logr llegar hasta la baha mencionada, hasta un punto desde el cual vean enfrente a la Isla
Margarita, cerca del lugar vieron a un indio guaycura de quien, tras alguna resistencia, obtuvieron
la informacin necesaria para sacar el lquido del aguaje de su ranchera. El nativo, adems,
inform a los espaoles que en la isla Santa Margarita haba agua cerca de la playa114.
111
En tierra firme prcticamente no hay regin montaosa cerca de la costa, la cual s la hay en Isla Santa Margarita.
112
Preciado debe referirse al terreno alto desde el cual se poda ejercer el dominio sobre el aguaje.
113
Hakluyt, op. cit., p. 491.
114
Ponce Aguilar, Antonio. Misioneros jesuitas en Baja California, p. 127, en lnea.
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Ya tarde, cuando los marineros an cargaban sus barriles, vieron en lo alto de las colinas cercanas
primero, 4 o 5 indios, y despus unos 15 que los observaban; el capitn puso centinelas para evitar
culquier sorpresa, pero ya era tarde, pues los nativos se lanzaron contra ellos en dos grupos en un
ataque sorpresivo, ya que llegaron sin que los hombres apostados por Ulloa se dieran cuenta de su
presencia hasta que los tenan muy cerca; un grupo de los atacantes se fue directo a donde cargaban
el agua, y otro grupo mantuvo el asedio lanzando desde lo alto sus proyectiles, de tal manera que,
al principio, los asediados espaoles slo se cubran con sus pequeos escudos. Vindose los
espaoles en grave peligro por la lluvia de flechas y piedras que les arrojaban los indios, corrieron
hacia terreno alto desde donde lograron repeler el ataque inicial, aunque a expensas de tres heridos,
y uno de los tres mastines que llevaban llamado Becerrillo. Se transcribe enseguida lo escrito
por Ulloa en su narrativa al referise a este episodio: acometironnos con tanto nimo e braveza
que fu cosa maravillosa, e con tanta multitud de flechas, varas e piedras que no nos daban lugar
a sacar los rostros debaxo de las rodelas; plugo a Nuestro Seor que les resestimos su primer
mpetu e les desbaratamos, e noshuyeron, avnque a costa de dos o tres de nosotros que hirieron,
e a Becerrillo, e despus de haberlos desbaratado se repartieron en tres partes e se pusieron en
tres puntas del cerro cerca de nosotros, de a do nos podan facer dao, e de all nos tiraban unas
varas e flechas e piedras, e los del cerro e algunos que en el subieron todos se juntaron e
comenzaron a andar alrededor cantando e bailando con sus arcos en las manos; no supimos atinar
a que proposito lo hacan, e havia de ser por mostrar que nos tenan en poco115.
El choque entre indios y espaoles dur varias horas, tiempo en el cual, un grupo de stos se
encargaba de proteger a quienes cargaban el agua y otros impedan la aproximacin de los
aguerridos nativos. Despus de algunas horas, los hombres de Ulloa hicieron retroceder a los indios
en una contraofensiva encabezada por Francisco Preciado, quien espada en mano condujo a sus
compaeros hasta ganar mejores posiciones en lo alto de una colina. Para entonces empez a
obscurecer, los indgenas se dividieron en grupos de 6 7, encendieron sus lumbradas quiz para
no sentir el fro intenso del anochecer, y al poco tiempo se empezaron a retirar, cada uno con una
especie de tea que mantenan cercana a sus cuerpos116. Habindose ido, los espaoles avanzaron y
procedieron a embarcarse, no sin dificultad por la obscuridad y un oleaje fuerte, adems de que
Ulloa haba resultado herido en una rodilla, al grado de que tuvo que apoyarse en Preciado 117. Ya
en sus respectivas embarcaciones, los marineros y soldados lesionados en el combate fueron
atendidos, as como el mastn Becerrillo. Aunque los espaoles haban logrado rechazar a los
indgenas en sus ataques, su primer intento de hacer aguada haba fracasado, cuando menos
parcialmente.
Respecto a las indios que participaron en el encuentro, que debieron ser de filiacin guaycura o
cochim, Ulloa los describe igual a los que se habn visto antes, slo que ahora haba algunos con
el pelo largo, aunque la mayora lo usaban de unos 2 3 dedos de longitud; andaban desnudos
pero traan una epecie de collares de brillantes conchas de ostras, y adornos de piezas de madera
en las orejas. El capitn seala que los arcos empleados por los indgenas eran ms grandes que su
estatura, la cual era muy considerable, lo que dara una longitud aproximada de 1.80 m..
115
Ulloa, Biblif. Esp., Edit., op. cit., pp. 205-206. Debe recordarse que Becerrillo era el nombre de un mastn de
ataque de los espaoles.
116
Recurdese que el ro Colorado fue nombrado Ro de la Buena Gua o del Tizn porque los nativos, al ir de un
lugar a otro, usaban una tea ardiendo en sus manos, mantena cerca del cuerpo para combatir el fro.
117
Preciado afirma en su escrito que al siguiente da, la rodilla del capitn estaba muy inflamada y le causaba mucho
dolor. Hakluyt, op. cit., p. 488.
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Al siguiente da martes 2 de diciembre, el capitn orden que el Trinidad se acercara al sitio de
en que seguiran los preparativos para la aguada, con el fin de que en caso necesario, protegiera
con su artillera a los soldados y marineros de cualquier ataque de los nativos, lo que significa que
el sitio en que estaba el agua, seguramente era visible desde una embarcacin anclada cerca de la
playa. Los espaoles se aduearon de ese paraje, y aprovechando la calma, algunos marineros
pudieron explorar la laguna a bordo de un bote. Ulloa afirma que los exploradores se dirigieron al
norte, a la entrada de la baha, la cual consideraron muy honda y con una punta que sale de tierra
hacia el mar, que debi ser Punta Tosca, descripcin que en cualquier caso los ubicara entonces
casi a la entrada de Baha Las Almejas. En algunos lugares encontraron balsas de los indgenas,
ms grandes que las que hasta entonces haban visto, aun mayores que el bote en que iban, y
cuando se aproximaron a la playa en varios sitios, vieron nativos que ostensiblemente les
mostraron su rechazo118. Por haber encontrado al Trinidad cerca de la punta mencionada, Ulloa
la llam punta La Trinidad, y a la baha laguna Santa Catalina, que puede considerarse el primer
nombre de Baha Magdalena-Las Almejas.
El jueves 4 de aquel mes, Ulloa salt a tierra con algunos de sus hombres, y celebrando la
ceremonia acostumbrada, tom para Corts posesin de aquel paraje, al que llam Baha de Santa
Catalina, hoy Baha de las Almejas, y a lo que hoy es Punta Tosca nombr Punta de La Trinidad
en honor del barco extraviado que all lo haban encontrado, habindose levantado el acta
correspondiente. Cabe aclarar que en el acta de la toma de posesin, el escribano Pedro Palencia
registra el 1 de diciembre de 1539 como la fecha del acto, lo que en realidad ocurri el da 4 de
aquel mes.
118
El 27 de marzo de 1719, el cabo Francisco Corts de Monroy lleg como parte de una avanzada de exploradores a
Baha de las Almejas, en la expedicin realizada a Baha Magdalena-Almejas por el padre jesuita Clemente Guilln
de Castro, para lo cual cont con la ayuda de los indios guaycuras de la regin, aunque en ocasiones los espaoles se
sintieron hostilizados por ellos. Al preguntarles a los indios si haba agua en la isla dijeron que s, cerca de la playa, y
que ellos se acampaban all por temporadas, costumbre que tambin confirmaron despus nativos de otras rancheras.
Tal parece que la ruta seguida por Guilln fue el cauce del arroyo de Santa Rita, hasta el Estero Grande. Los espaoles
siempre notaron en los guaycuras una actitud de constante defensa de los aguajes que consideraban su bien de mayor
valor. Misioneros Jesuitas en Baja California; Ponce Aguilar Antonio, p. 125-127.
P g i n a 72 | 120
presentes a lo que dicho es: Martn Despinosa, e Franisco de Terrazas, veedor, e Franisco
Preiado, e Diego de Haro, e Juan de Montao. Fecha da mes e ao suso dichos. E yo, Pedro de
Palenia, escrivano desta armada, la escrevi segun que ante my pas, porque le fize aquy este myo
signo ques a tal en testimonio de verdad. Pedro de Palenia, escrivano, desta armada. Juan de
Montao, Martn Despinosa, Diego de Haro, Franisco de Terrazas.
La flotilla sigui costeando hacia el noroeste, teniendo a la derecha el litoral suroeste de la isla
Santa Margarita, y despus de unos 50 Km. llam la atencin de los viajeros la gran Baha
Magdalena, a la que el capitn bautiz como Baha del Abad 119, en donde vieron humaredas que
indicaban la presencia de indgenas. Respecto a Baha Magdalena, Preciado expresa textualmente:
[Despus de haberse encontrado con un grupo de indios hostiles] El jueves 4 de diciembre
partimos con un viento fresco y navegamos unas 8 o 10 leguas y llegamos a ciertas bocas o
entradas de mar las cuales parecieron a todos nosotros como que haban sido islas, y entramos
en una de ellas, y entramos a una baha que nombramos Baha del Abad, toda cerrada y rodeada
de tierra, siendo una de las bahas ms buenas que han sido vistas120 . Esta baha del Abad se
nombra hoy Baha Mgdalena, y el hecho de que la fiesta de San Abad se celebre el 5 de diciembre
hace pensar que la entrada a Baha Magdalena por la flotilla pudo ser en es fecha.
Habiendo avanzado en su rumbo unos 100 Km. o ms, aparentemente cerca de Boca de la Soledad,
al norte de Baha Magdalena, fuertes vientos del noroeste impidieron la continuacin del viaje y
los barcos tuvieron que anclar por 3 das cerca del litoral, tiempo en el cual observaron numerosas
humaredas agrupadas en un espacio de ms de 15 Km.. En este lugar, El jueves 11 de diciembre
en la noche era tan fuerte el viento que los cables con los que estaban anclados los dos barcos se
rompieron, por lo que dejaron abandonadas las anclas y tuvieron que navegar hacia el mar, lo cual
lograron con gran dificultad122. El tiempo sigui empeorando, lo que al amanecer del viernes 12
oblig a los navegantes a devolverse un poco ms de 100 Km. en busca de proteccin, primero
tras una playa arenosa cerca de Punta Tosca, pero al ver que el tiempo no mejoraba, se acercaron
aparentemente al sur de la referida punta, en donde encontraron el refugio definitivo que tanto
necesitaban, ya cerca del aguaje conocido, en donde permanceran desde ese viernes 12 hasta el
lunes 15 de diciembre de 1539.
119
Hakluyts Collection, op. cit., p. 489.
120
Ibd., p. 489.
121
Nada ms a la altura de Cabo San Lzaro pero hacia adentro de Baha Magdalena hay ms de 10 esteros.
122
Anota Ulloa que, arrastrados por el viento y en lo obscuro de la noche percibieron que se dirigan hacia una punta
con la que pareca que chocaran y naufragaran, pero milagrosamente doblaron el referido obstculo y se salvaron.
P g i n a 73 | 120
El tiempo debe haber mejorado, porque segn Preciado, un marinero tir al mar el escandallo en
labores de sondeo, y grande fue su sorpresa al darse cuenta que un pez haba mordido el plomo en
el extremo de la lnea, varios hombres tuvieron que intervenir en auxilio del fortuito pescador,
entre divertidos y sorprendidos, todo lo cual debe haberse traducido finalmente en una buena
comida, ya que la accin mencionada se repiti cuando menos otra vez 123. En vista
de que ya haban consumido 12 barriles de agua, el mismo lunes 15 se aproximaron al aguaje para
cargar el lquido que necesitaban, aunque fue hasta el siguiente da cuando llegaron al lugar
preciso; el Santa gueda tuvo que remolcar al Trinidad para acercarlo al sitio de la aguada,
debido a que el viento, segn expesa Ulloa no nos serva124; hay que recordar que este navo
estaba artillado con 8 caones, y el capitn quera que los trabajos se llevaran a cabo sin correr
peligro por algn ataque de los nativos, por lo que el Trinidad debera ubicarse junto al Santa
gueda y prximo a la playa.
Aqu se desarrollaron acciones entre los espaoles con los nativos de la regin, que, en la versin
escrita por Ulloa complementada con la de Preciado, constituyen aportaciones importantes para
la etnografa de las sociedades primitivas que habitaron la regin costera occidental de la Baja
California. Por esa razn, a continuacin se registra con cierto detalle algo de lo acontecido a
expedicionarios y aborgenes en su choque cultural en el rea de Baha Magdalena. Los espaoles
llegaron cerca del aguaje el lunes en la noche, y al sigiente da martes 16, vieron algunos indios en
lo alto de las lomas circundantes y otros en donde se hara la aguada, en actitud pacfica, pero
organizados en grupos que en caso necesario podran protegerse unos a otros, y cuando los
marineros ya cerca de la playa estaban echando el ancla, los nativos se comunicaron con ellos, y
con seas los invitaron a que saltaran a tierra, indicndoles que les obsequiaran una concha de las
que ellos usaban como parte de sus collares, oferta que fue rechazada por los marineros. Los
indgenas no slo insistieron con palabras, sino que 2 3 se lanzaron al mar y nadaron hasta un
islote que se encontraba entre ellos y los espaoles, all encajaron una flecha en el suelo del islote,
y en lo alto de ella colgaron la concha que les ofrecan, retirnose espus para luego insistir con
seas en que fueran por la concha. Los marineros regresaron al barco, los indios nadaron al islote
y regresaron con la concha y la flecha en sus manos, hundieron la flecha en la boya del ancla que
los marineros haban dejado y regresaron a la playa.
Ulloa observaba todo lo descrito, pens que los nativos no estaban dispuestos al intercambio a
menos que los espaoles fueran por las cosas ofrecidas por ellos, de modo que decididamente se
acerc en un bote a donde estaba la flecha, llevando algunas cosas para intercambiar con los
indgenas, stos se rehusaron a ir por lo ofrecido, y a pesar de la invitacin que con sus brazos les
haca el capitn para que se aproxinaran, le comunicaron con seas que l pusiera las cosas en el
islote. Francisco Preciado125 fue el encargado de llevar las cosas al punto mencionado, antes puso
su espada en el suelo y solo conserv un pual fajado atrs, pero an as, los indgenas pidieron
que el capitn se retirara ms, lo cual ste hizo, y finalmente se decidieron a ir por los objetos.
123
En la edicin de Hakluyt se menciona este hecho, p. 490, p. cit., es seguro que los viajeros no pensaron entonces
que estaban en lo que 475 aos despus sera una zona pesquera de gran importancia en sardinas, atn, marlin, pez
espada y pez vela.
124
Wagner, Edit., p. 32.
125
Hakluyt, Edit., op. cit., p. 491.
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MAPA No. 13. 1, Arroyo Santa Rita. 2, Baha o laguna Las Almejas, antes Santa Catalina. 3, Isla
Santa Margarita. 4, Isla Creciente. 5, Punta Santa Marina. 6, Punta Tosca, antes Punta Trinidad. 7,
Canal de Rehusa. 8, Baha Magdalena, antes Baha del Abad. 9, Punta Redonda. 10, Punta Entrada.
11, Cabo San Lzaro. 12, Isla Magdalena. 13, Boca La Soledad. 14, Boca Santo Domingo. 15, Isla
Santo Domingo. 16, Rumbo a Isla de Cedros. Nota: La flecha de dos puntas que une el nmero 6
(Punta Tosca) con el nmero 13 (Boca La Soledad), indica la navegacin de ida y vuelta entre los
lugares mencionados; zarparon de Punta Tosca hacia el noroeste el jueves 4 de diciembre; las
tormentas los obligaron a anclar posiblemente cerca de Boca La Soledad, el 11 de diciembre perdieron
las anclas por el mal tiempo y se vieron obligados a regresar a Punta Tosca a refugiarse; el domingo 21
de diciembre levan anclas y navegan hacia el norte de nuevo hasta la altura de Boca La Soledad,
continuando de all con rumbo a isla de Cedros. Elaboracin sobre un mapa de Google Earth.
Cuando los tuvieron en sus manos, regresaron a la playa y todos los presentes se acercaron para
ver las cosas, que luego fueron llevadas tierra adentro por un nativo mensajero, con rumbo a la
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laguna, e hicieron seas indicando a los espaoles que se iban pero que volveran, como en efecto
sucedi. Se dirigieron al islote y pusieron all otra concha, as como una especie de tejidos con
cordoncitos, parecidos a los que los indios de la Baha de Santa Cruz usaban en sus cabezas, Ulloa
mand por los objetos y a su vez orden que se les dejaran algunas cosas para el intercambio.
Todava el capitn dispuso que el emisario espaol tratara de convencer a los aborgenes para que
fueran con l, pero no aceptaron y aun pidieron que Ulloa se retirara ms. Hecho esto, los nativos
nadaron al islote, recogieron las cosas dejadas por los espaoles, y les dejaron a cambio colgada
una diadema como las que algunos de ellos usaban en sus cabezas, hechas de un tejido muy grueso,
cubierto con hermosas plumas rojas bien fijadas, y otras negras en las orillas; meda quiz ms de
5 dedos por el medio, con los extremos en punta. Dejando asomar algo de su pensamiento respecto
a los indios, el capitn espaol escribi: fui al barco a cenar porque senta ms necesidad de
cenar que la que senta de su bestialidad y cambalache.126
Los indgenas se retiraron hasta una colina cercana, y al poco tiempo se pusieron a danzar, cantar
y saltar, haciendo seales de jbilo y brincando de un lado a otro, luego se sentaron y se dirigieron
a los espaoles con seas y gritos pidindoles que se reiniciara el intercambio. El capitn, unos
cuantos remeros, y el indio traductor que traan desde la Baha de Santa Cruz se acercaron a la
playa en un bote, habiendo antes dejado en el islote otra vez algunas cosas para el trueque con los
Arriba, fotografa del extremo meridional de Punta Tosca, de Google Earth, en la que se
observa que el nombre se corresponde muy bien con la realidad del paisaje, montaoso y
rocoso, aunque hacia el norte se percibe menos abrupto.
126
Wagner, Edit., op. cit., p. 34.
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nativos. Ulloa deseaba conocer ms de aquellos aborgenes, pero cuando se aproximaron al
indgena intrprete que traa desde Santa Cruz, no pudieron entenderse y slo a seas se expresaron
mutuamente. Los nativos y el fallido intrprete recogieron los objetos que intercambiaban, y por
entonces regres el indio mensajero que haba salido a toda prisa en direccin a la laguna, llevando
algunos de los objetos dejados en el islote por los espaoles. El indio mensajero habl con quienes
lo haban mandado antes, los que despus de tener en sus manos algunos de los nuevos objetos
dejados por los espaoles en el islote, entre los cuales destacaba un collar de piel de tigre 127,
mandaron a otro emisario quien sali a toda velocidad llevando las cosas aparentemente para
entregarlas a algn indio principal.
Al poco tiempo regres el mensajero acompaado de un grupo de nativos, y otro ms que arrib
despus, cuyos integrantes estaban pintados de las rodillas para arriba con blanco y negro. Ya
reunidos todos, dejaron sus armas en el suelo y empezaron a cantar y danzar, apuntaban con sus
manos a los espaoles y ejecutaban movimientos y seales indicadores de jbilo, mientras que
otros saltaban y avanzaban tratando, aparentmente, de mostrar su vigor fsico. Despus de la danza,
los indios reiniciaron los cambalaches empleando la roca como lo venan haciendo, y tan pronto
como obtenan nuevas cosas, corran a llevrselas a un indgena especial para ellos que observaba
todo desde un lugar un tanto separado, ms pintado que los dems y que luca una diadema parecida
a la que el capitn haba recibido en uno de los trueques. Ulloa se retir a descansar un poco, y
luego acompa nuevamente a algunos de los marineros y soldados para reanudar los cambalaches
con los indios. Despus de cierto tiempo los espaoles regresaron al barco, y comunicaron por
seas a los nativos que se fueran y volvieran al siguiente da para volver a intercambiar objetos;
as se hizo. En resumen, los objetos recabados por los espaoles de parte de los indios fueron:
plumas de cola de tecolote, conchitas de ostras perleras, madejas de cordones como los que usaban
en sus cabezas, una especie de cinturn o cincho formado con cuentas negras, una especie de capa
o cobija de cuerdas, en cuyos extremos haba muchas pezuas de venado para sonajas, y diademas
como las ya descritas. Por su parte, los espaoles entregaron a los indios cuentas de vidrio, peines,
anzuelos y confites.
127
En la traduccin editada por Wagner, aparece un signo de interrogacin despus de la palabra tigre.
128
El emisario espaol dej su arma a un lado, posiblemente una espada corta, pero los indios no observaron que
llevaba una daga fajada atrs, la cual nunca us.
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Cuando ya el agua estaba en el barco, los espaoles que permanecan en tierra procedieron a
embarcarse, para lo cual pidieron a los nativos que se retiraran un poco, a lo cual stos accedieron.
Estando los marineros en los botes tratando de iniciar el regreso a su embarcacin, uno de sus
vigas les advirti que se aproximaba un grupo de indios armados, por lo que Ulloa orden a su
gente que regresaran a tierra y que tomaran las posiciones que tenan, propias para defenderse en
caso necesario; por su parte, los nativos que ya estaban en la playa, por seas comunicaron a los
espaoles que no deban temer nada, ya que nadie les hara dao, a lo cual la gente de Ulloa
correspondi haciendo algunos cambalaches con los de nuevo arribo. Fue entonces cuando los
indios recin llegados empezaron a danzar y cantar, lo cual refire Ulloa en esta forma: y estndose
juntando se acercaron unos pocos de los que estaban primero e comienzan a andar alrededor
cantando e baylando, y todos con aquellas armas de que natura les provey, en las manos; debe
ser gente sucia e de ruines costumbres, porque allende desta mal andancia que hizieron, otras
muchas malas y sucias al que andaba contratando con ellos [se refiere a Preciado], e abiendose
juntado, estando nosotros cansos e con pesadumbre de aber estado todo el dia con ellos en
aquellas contrataciones y bestialidades, dimos orden en embarcarnos sin que nos hiciesen
dao,129. Ulloa agreg, adems, que deba tratarse de gente perversa y sucia, pues no contentos
con sus obscenidades en la danza, segn el capitn, hicieron seales impdicas al emisario espaol
Francisco Preciado, que se encargaba del cambalache.
Es seguro que Ulloa y sus oficiales consideraban que ya saban lo necesario sobre aquellos
aborgenes, nada destacable por cierto, y pensaban que pronto sera hora de reiniciar su viaje; aqu,
es pertinente expresar que en los informes, cartas y diarios de los primeros navegantes, misioneos
y exploradores de Baja California, no se encuentra un testimonio claro que mencione de alguna
forma el tema de la homosexualidad entre los primitivos californios, y es en la narrativa histrica
de Francisco Preciado sobre el viaje de circunnavegacin realizado con Francisco de Ulloa a la
pennsula de Baja California, en donde tal vez por primera ocasin se aborda brevemente el
mencionado asunto. Se tanscribe a continuacin lo expresado por Preciado, tomado de la
traduccin en Hakluyt del italiano al ingls, ya que lo mencionado por Ulloa en su dario ya se ha
relatado y carece de los detalles que ahora se mencionan:Francisco Preciado hizo seas, que ya
no deban bajar ms, y ellos pusieron sus arcos y flechas sobre el suelo, y habindolas bajado [las
armas] descendieron un poco, y all, con seas, junto con aquellos que haban llegado primero,
comenzaron a parlar con l, y pidieron pantalones de los marineros y el vestuario de l, y sobre
todas las cosas un sombrero rojo les gust mucho, el cual llevaba en la cabeza el mencionado
Francisco, y le rogaron que se los alcanzara, o que lo dejara en el lugar, y despus de esto algunos
de ellos le hicieron seas para saber si querra tener una prostituta, significando con sus dedos
aquellas villanas y acciones deshonestas, y entre el resto pusieron frente a l a un indio de gran
estatura, pintado completamente de negro, con ciertas conchas de madreperla en el cuello y en su
cabeza, y hablando a seas a Francisco Preciado, tocando el dicho acto de fornicacin,
empujando su dedo a travs de un hoyo, le dijeron a l, que si querra una mujer, le traeran una,
y el contest que s le gustara, y que por lo tanto deberan traerle una. En el espacio de en medio
en el otro lado, en donde el General estaba con su compaa, otro escuadrn de indios se mostr,
en tanto el General y su compaa hicieron un movimiento y se colocaron en formacin de
batalla130.
129
Biblif. Espaoles, Ulloa, op. cit., pp. 216, 217.
130
Hakluyt, op. cit., p. 492.
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Preciado sigue describiendo cmo enga a los indios hacindoles creer que seguira con el
trueque, lo que dio oportundad a los dems epaoles para que se embarcaran sin problemas. De lo
escrito por Preciado se puede inferir que, la homosexualidad entre hombres, era conocida y tal vez
aceptada por los nativos con cierta naturalidad; adems, se destaca la actitud de Preciado que se
diferencia de la de Ulloa, severamente rechazante y final en su dilogo con los nativos, pues
probablemente casi en tono festivo, pide a los indgenas que le manden una mujer en lugar de un
hombre, cosa esta ltima que todos los espaoles saban que era poco viable.
Ulloa ordena disparar arcabuzazos contra los indios cochimes. La flotilla zarpa de Punta de La
Trinidad hacia el noroeste.
El capitn comunic con seas a los indios que despus de comer volveran, y viendo stos que
los espaoles tardaban, se acercaron a los acantilados, algunos tiraron a los barcos sus flechas, a
lo cual los espaoles permanecieron indiferentes; algunos se metieron al agua hasta la cintura y
lanzaron muchas flechas a varios marineros que, en un bote, se encargaban en ese momento de
sacar el ancla del Santa gueda para poder ir hacia donde estaba el Trinidad, a cierta distancia,
acompaando la agresin con gritos; adems, quiz como muestra de desprecio, les mostraron sus
glteos acompaando las acciones con gritos y seas ofensivas. Ulloa y sus hombres pensaron
que la conducta inicial aparentemente amistosa de los nativos hacia ellos, haba sido una farsa,
todo con el fin de atacarlos cuando esto les fuera propicio; adems, Preciado dice en su relato que
los indios hiceron seas impdicas y muy ofensivas a los marneros que en un bote iban a levar el
ancla131, por lo cual el capitn decidi, segn lo expresa en su relato, aplicarles un castigo, para lo
cual orden que se les dispararan algunos acabuzasos desde el barco. As se hizo, cayeron algunos
indios, y los dems huyeron con celeridad, despareciendo entre las caadas y colinas cercanas,
espantados grandemente por el ruido de los fogonazos y las consecuencias sufridas. Ulloa narra lo
sucedido como se transcribe enseguida:
viendo que nos embarcamos se vienen todos sobre las barrancas de la mar e nos comienzan a
llamar, y nosotros les respondimos que nos bamos a comer e que volveramos, porque no
pensasen que abia sido de miedo la manera que en el embarcarnos tubimos, y estando en la nao
nos llamaron por seas alguna vez, a las quales respondimos que en comiendo iriamos, como
arriba digo, y viendo que nos tardbamos, acuerdan de tirarnos algunas flechas a la nao; no
hezimos caso de ellas por no saber si los hazian burlando o de veras, o de contentos; con esto se
meten muchos de ellos en la mar hasta la costa a flechar a unos marineros que estaban en una
barca alzando una ancla para nos hacer a la vela y irnos a juntar con la otra nao que estaba algo
apartada, tirndoles muchas flechas e haziendo mucho ruido con vozes e zumbidos, y viendo esto
y el mal tratamiento que la primera vez que aqui llegamos de ellos recibimos, y su contratacin e
amistad abia sido a fin de hazernos alguna burla si pudieran y en nosotros vieran aparejo para
ello, y poder defender a los de la barca, acord de hazer en ellos algn castigo al que le cupiese
en suerte por lo pasado y lo presente; soltamos unos pocos de versos [disparos de arcabuz?]
131
Herrera y Tordesillas, Antonio de. Historia general de los hechos de los castellanos en las islas y tierra firme del
Mar Ocano, Madrd, 1601, p. 201. Herrera dice: Y porque los indios pedan rescates, i no se curaban de ellos,
gritaban,i volvan las nalgas por mensprecio, y tiraron muchas flechas a los marineros que iban a levantar las
ancoras, por lo qual se les mando encarar dos mosquetes, i por el ruido, i por haver muerto a uno, los dems se
fueron huiendo
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desde la nao en ellos, los quales les hizieron algn dao, y hizieran mas si no pensramos se caya
el cielo sobre ellos: en oyendo los tiros y viendo entre si cados algunos de ellos, se ponen en
huida de manera que hera cosa de ver verlos huir, cada uno por su parte, syn aguardar uno a
otro, por la parte que mas presto les parezia que se podian escapar e encobrir de nosotros, y ansi
en casi no nada se encubrieron todos en las quebradas de la tierra, sin que mas vimos hombre de
ellos aqui ni en ninguna otra parte en todo el tiempo que por all anduvimos132
CAPTULO VIII
La flotilla sigui su rumbo, y al ir costeando por las bahas La Asuncin y San Roque, a los 27
6 de latitud norte, Preciado expresa en su relacin que el jueves primero de enero de 1540, vieron
dos pequeas islas muy cerca de tierra firme, que pudieran ser las que hoy llevan los nombres de
las bahas mencionadas, hay quien opina que Ulloa bautiz la Isla de San Roque como Isla de los
Inocentes134; poco tiempo despus, lo viajeros contemplaron las islas de Natividad, Cedros, y quiz
el archipilago de islas San Benito. Ms detalladamente Preciado expresa cmo vieron las islas
diciendo: Y el domingo [4 de enero de 1540?] vimos, adelante y lejos de nosostros una tierra
alta como cortada de la costa de tierra firme, y todos comenzamos a discutir si era la tierra que
132
Ulloa, Edit. Biblifilos Esp., op, cit., pp. 217, 218.
133
Hakluyt, op. cit., p. 493.
134
Abad y Lasierra, igo. Descripcin de las Costas de California, Madrid, 1981, p. 115.
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tenda hacia el noroeste....y el dicho lunes 5 de enero arribamos a esta tierra alta ya mencionada,
y eran dos islas, una pequea y la otra grande. Costeamos estas dos islas, las cuales eran verdes,
por unas seis leguas, y tenan en lo alto de ellas muchos rboles altos y esbeltos135.
Para Preciado fue el domingo cuando vieron las islas lejos y adelante, y el lunes 5 de enero de
1540 llegaron a la tierra alta ya mencionada, la cual costearon por unas 6 leguas, era la isla de
mayor tamao y, aparentemente, la flotilla se encontraba situada al suroeste de la isla de Cedros,
cerca de Cabo San Agustn. Ulloa se refiere por primera vez a las islas diciendo que, despus de
la navegacin de unas 60 leguas136 con rumbo al noroeste de Boca de la Soledad, avistaron 3 islas
prximas a tierra, pero una fuerte tormenta del noreste los hizo alejarse y perder de vista tanto las
islas como tierra firme, aunque antes, el capitn seguramente haba observado las bondades que
ofreca como potencial refugio para los navos el Cabo de San Agustn ya mencionado. Se
transcribe a continuacin cmo narra Ulloa la llegada a Isla de Cedros y la supuesta fecha de su
arribo:
y andadas sesenta leguas destas ahumadas [en Boca de la Soledad] nos tom un temporal del
Nordeste, estando a vista de unas tres yslas que estn cerca de la tierra firme, el qual fu tal que
nos apart harta cantidad, y tanto que perdimos de vista la tierra y yslas, e despus de abemos
dexado y no poco cansados e maltratados, tornamos a hazer la via por la costa, por ir siempre
viendo lo que en ella abia, y tardamos en tomarla siete dias despus que nos dex este temporal,
la qual tomamos veinte cinco leguas adelante de do a ella nos apartamos, y en altura de treinta
grados largos vimos dos e tres noches antes que la tomsemos, en la costa, algunos fuegos, e no
surgimos en ella porque estando para hazerlo nos paresci que hazia ruin tiempo y recio, a cuya
cabsa no osamos hacerlo sino antes nos tornamos a meter a la mar, y en haziendolo arreci tanto
el tiempo que nos fu forzado volver a buscar reparo para valemos de el, a estas tres yslas que
arriba digo que dexamos atrs, de las quales estbamos veinte leguas; no quesimos ver qual cosa
hera quando por ellas pasbamos, por parescernos poca cosa e de ruin despusicion y por no
perder el tiempo, e allegamos a ellas y tomamos la una y mas prenzipal un sbado, a nueve de
enero ao de mili e quinientos e quarenta, y en acabando de surgir y repararnos en ella vent un
Norte tan fro e tan recio y con tanta escuridad e nublado y neblinas en el cielo y en la tierra, que
en el reparo a do estbamos y que no hera malo para el, nos daba harto trabaxo, e creo
verdaderamente que si nos tomara en la mar nos pusieran en necesidad.137.
En sntesis, Ulloa expresa que el mal tiempo alej a la flotilla de las islas y de la tierra firme, lo
cual debi haber ocurrido el da 1 o el 2 de enero, que a los siete das, quiz el 7 u 8 de enero de
1540, pudieron retornar hacia la costa de tierra firme, en un lugar, segn el capitn, a veinticinco
leguas al norte de donde los haba azotado inicialmente la tormenta, distancia aparentemente
exagerada, a una latitud de 30; el mal tempo les impidi desembarcar, por lo que tuvieron que
regresar a las islas en las que anteriormente no se haban detenido por considerarlas de ruin
disposicin, y all anclaron el sbado 9 de enero de 1540 en la ms grande, aparentemente al este
de Cabo San Agustn, apenas a tiempo porque empeoraron las condiciones climticas.
135
Hakluyt, op. cit., p. 494.
136
La estimacin de Ulloa es de unos 100 Km. ms corta que la distancia real entre Punta Tosca e Isla de Cedros.
137
Ulloa, Biblif. Esp. Edit., op. cit., pp. 218-219.
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Mapa No. 14. 1, Punta Eugenia. 2, Isla Natividad. 3, Isla de Cedros. 4, Punta Norte. 5, Cabo
San Agustn y campamento de nativos ligeramente al noreste 6, Baha Sur.7, Morro Redondo.
8, Agua. 9, Islas San Benito. 10, El Marrn. 11, Baha Mara. 12, Baha Santa Rosalillita.
Elaboracin sobre mapa de Google Earth.
Cabe sealar que el clculo de 30 de latitud obtenido por los pilotos para el sitio costero, aunque
equivocado por exceso, permiti a los historiadores modernos determinar, aparentemente con
bastante aproximacin, la latitud correcta de ese lugar de la costa peninsular tomando en cuenta
que un grado de latitud equivale a 111 Km. Lo anterior ha sido posible gracias a que das despus
de estos hechos, la flotilla ancl casi en el extremo norte de Isla de Cedros, y los pilotos calcularon
para ese punto 29 30, por lo que el lugar de tierra firme al que se aproximaron despus de la
tormenta debi estar a 30al norte al norte de un sitio muy cercano a la punta septentrional de Isla
de Cedros. Convertidos a distancia en metros esos 30 minutos equivalen a 55 kilmetros, lo
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Mapa. 15. Rumbos simblicos de relativa aproximacin al navegar la flotilla de Ulloa cerca de Is. de
Cedros, del primero de enero de 1540 al 23 del mismo mes. 1, Procedente de B. Magdalena, 1 -I- 1540. 2,
Desviada al NW de Isla de Cedros por mal tiempo. 2.1, La flotilla pudo haber navegado por el oeste o el este
de Islas San Benito. 3, Navegan hacia tierra firme (TF). 4, Arriban frente a un punto a los 30 L. N., segn
Ulloa. 5, Mal tiempo devuelve embarcaciones hacia el oeste. 6, Logran regresar hacia TF, a los 7 das se
encuentran frente a la costa, al norte de donde arribaron por primea vez, aparentemente entre Punta Mara
y Punta Prieta. 7, Tormentas obligan a la flotilla a regresar hacia Is. de Cedros en busca de refugio. 8, Las
embarcaciones anclan al este de cabo San Agustn el 9-I-1540. 9, La flotilla zarpa hacia el este. 10, Doblan
Morro Redondo 15-I-1540 y anclan. 11, Zarpan de Morro Redondo hacia TF. 12, Mal tiempo obliga regreso
a M. Redondo o a C. San Agustn. 13, Zarpan hacia TF el sbado 17 de enero. 14, Calmas los obliga a
regresar, anclan al sur de Punta Norte. 15, El 22 y 23 de enero hacen aguada unos 4 Km. al sur. 16, El
Marrn. 17, Baha Santa Rosalillita. Elab. sobre mapa de Google Earth, A. P. A..
que correspondera en la costa de Baja California a un punto situado a uno o dos kilmetros al sur
de Punta Prieta, en la llamada Playa El Marrn. Investigadores sobre el tema como Myers, ubican
el lugar un poco ms al norte, en algn lugar de la playa Baha Mara, a los 30 55 de latitud norte.
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Al aquietarse la tormenta, los viajeros desembarcaron muy cerca de Cabo San Agustn, para buscar
agua y lastre que les era necesario, pero encontraron slo restos humanos antiguos, y muy poca
agua en alguns barrancos; los restos y huellas encontradas sorprendieron a Ulloa, por considerar
la tierra tan estril que no imaginaban que puedieran sobrevivir seres humanos en aquel lugar, su
sorpresa sera mayor tiempo despus, no slo al confirmar la existencia de aborgenes, sino al
comprobar su calidad de fieros guerreros. En poco tiempo cargaron el lastre que necesitaban,
probablemente rocas y arena, y se volvieron a sus embarcaciones.
A los seis o siete das que estuvieron all, mejoraron las condciones climticas y entonces zarparon
hacia el este, a fin de conocer el litoral oriental de la isla, que no haban visto. Llevaran navegados
unos 10 Km. cuando vieron que, proveniente de la isla, se aproximaban cuatro indios en una balsa
de palos; el capitn no quiso ocuparse de ellos y continuaron la navegacin, llegaron a la punta
sudoriental de la isla, hoy conocida como Morro Redondo, en donde algunas peas salen al mar,
y vieron entonces unos diez o doce indios pescando en unas cinco o seis balsas y varios ms en
una colina. Ulloa se dio cuenta que muy cerca de ese sitio deba haber algn asentamiento indgena,
y por lo tanto, el agua que ya necesitaban, por lo que decidi desembarcar en ese paraje. Cabe
sealar que, aunque el capitn no le da mucha importancia al fro invierno que afectaba a los
navegantes, en la narrativa de Preciado se menciona que cerca de las islas y en el mar cercano
prevalecan un clima muy fro, neblinas densas y frecuentes lluvias, lo que debi afectar a los
expedicionarios. A propsito de lo anterior, debe recordarse que los indgenas llamaban
Huamalgu138 a la isla de Cedros, lo que significaba Isla de las Neblinas, por la constancia de
este factor climtico.
El mircoles 14 de enero, al anclar los barcos, los pescadores indgenas de quienes se habla en el
prrafo anterior se dirigieron hacia atrs de las rocas, en donde aparentemente acampaban; poco
despus, ya oscureciendo, 5 indios en una balsa procedentes seguramente de su campamento, se
aproximaron a los barcos hasta una distancia de unos 40 m., desde donde intentaron comunicarse
con los espaoles, aunque vociferando en su contra, al no entenderse y habiendo anochecido, se
retiraron a su campamento, junto con los que estaban en la colina.
El jueves 15 de enero de 1540 los espaoles permanecan tranquilos en sus embarcaciones por
faltar viento propicio para la navegacin, cuando al aproximarse el medio da se acercaron 5 balsas
con 1, 2, 3, 4 y 5 hombres en ellas, respectivamente, remaron un poco ms all de los barcos, y se
pusieron a pescar tranquilamente, y luego se retiraron a su alojamiento139. Cabe aclarar que desde
muy temprano, el capitn Ulloa haba ordenado que se le trasladara al Trinidad 140, cambio que,
como se ha dicho en otra parte, se haca de vez en cuando en la flotilla. Ms tarde, despus del
medio da sopl un viento favorable que facilit a los barcos el acercarse a la punta de Morro
Redondo y doblarla, desde all pudieron ver entonces el campamento de los pescadores californios
y anclaron. Ulloa quera desembarcar y hacer la aguada lo ms rpidamente que se pudiera, para
138
Clavijero, Francisco Xavier, Historia de la Antigua o Baja California, Edit. Porra, S.A., Mxico, 1990, p. 173.
139
Aqu Ulloa incurre en una contradiccin, pues dice que las balsas salieron del campamento medio da despus del
sol salido, para asegurar despus que se estuvieron pescando hasta las 9 o 10 horas del da y se recogieron a su asiento.
Ulloa, p. 221.
140
Hakluyt Edit., (Narrativa de Preciado), op. cit., p. 496.
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aprovechar un viento favorable y reiniciar la navegacin, por lo que ancl sus barcos cerca de la
playa.
Al ver los nativos que los espaoles de las embarcaciones se disponan a saltar a tierra, las mujeres,
nios y algunos hombres en el campamento pesquero recogieron lo que pudieron de sus pocas
pertenencias y se fueron hacia las colinas prximas, pero la mayora de los varones se reunieron
unos en la playa y otros en su campamento, desde donde mostraron abiertamente, con gritos y
seas, su rechazo a los extraos forasteros, hacindoles saber que no deban avanzar ms, en tanto
que los marineros de Ulloa, con seas, comunicaron a los nativos que no les causaran dao, y que
slo se abasteceran del agua que necesitaban, hecha la advertencia subieron a sus botes y remaron
hacia la playa.
Los espaoles llevaban rodelas de unos 50 cm. de dimetro para protegerse de las piedras y flechas
que acostumbraban lanzar los indios, quienes traan, adems, unos palos de tres yardas de largo
y ms gruesos que la mueca de un hombre141 que tomaban con las dos manos para golpear a sus
adversarios. Se dio el encuentro, y con mucho espritu y determincin, segn Ulloa, los nativos se
vean decididos a impedir el desembarco a como diera lugar, lo que por un tiempo lograron al
lanzar gran cantidad de piedras, y aunque los espaoles se protegan con sus rodelas de la lluvia
de proyectiles, varios resultaron heridos, incluyendo Ulloa y un hombre de apellido Terrazas, este
ltimo con una lesin importante en la cabeza, y en foma semejante varios de los espaoles fueron
derribados y quedaron fuera de combate. Despus, el capitn culpara a los marineros de esta casi
derrota por su falta de nimo e indecisin. Era el 15 de enero de 1540.
Ante la resistencia de los indgenas, los espaoles usaron sus ballestas, de gran alcance y poder de
penetracin comparadas con los arcos y flechs de los indios, y algunos de estos cayeron, pero ni
as dieron muestras de ceder terreno; el desembarco se complicaba ms para los europeos, quienes
al intentar saltar a tierra, tuvieron que enfrentarse cuerpo a cuerpo con los nativos, y al principio,
al no encontrar fondo firme se hundan en el agua142 presentando un blanco fcil para los
indgenas, quienes con sus pesados palos atacaban a los invasores doblndoles sus rodelas y
causndoles serias lesiones. Sin embargo, el poder de las armas de los soldados que consistan en
las ballestas mencionadas, escudo y espada, y el arribo del otro bote que oblig a los indios a
dividirse en dos para su defensa, fueron factores decisivos que favorecieron a los espaoles, y los
indgenas se fueron retirando, quedando varios de sus heridos y uno muerto en la playa.
Envalentonados, los hombres de Ulloa persiguieron con sus perros a los indios, y el mastn lamado
Becerrillo mordi a varios, aunque al tener entre sus fauces a un indio, otro acudi en su ayuda
y dio al animal en el lomo un golpe con su mazo de madera, dejndolo fuera de accin 143, lo que
permiti al nativo escapar. Cabe aclarar que un soldado apellidado Espinosa y Ulloa fueron de los
primeros en saltar a tierra, dando muestra el capitn de su liderazgo y valenta en el combate, a
pesar de que fue golpeado y lesionado con las piedras arrojadas en su contra.
Ese jueves 15 de enero, concluido el desembarco y despus de la desbandada de los nativos, los
lesionados fueron atendidos lo mejor que se pudo, y luego, los espaoles buscaron alguna fuente
de agua tierra adentro. En su bsqueda encontraron algunas de las cosas que haban abandonado
141
Ibd.,
142
Ibd., p. 497.
143
Ibd., p. 497.
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los indios al huir a las colinas, y que se mencionan a continuacin: las chozas estaban sostenidas
por estacas clavadas en el suelo, cubiertas con ramajos, haba pieles de foca en las que dorman y
se envolvan para protegerse del fro; odres de piel de foca con agua, equipo de pesca como lneas
y anzuelos de espinas de cactus, haba pescado fresco y seco, adems de unas bolsas conteniendo
cada una aparoximadamente 12 Kg. de pescado seco molido, y muchas pieles de foca
aparentemente en proceso de curtido con unos granos o polvo blanco, que podra ser sal en grano.
Tambin encontraron 5 o 6 balsas de palos de cedro o pino, de 3.66 a 4.57 m. de largo, eran de
superficie convexa por abajo y planas por arriba144, tenn a cada lado un conjunto de palos atados
en haces tan largos como la balsa, para facilitar el equilibrio, tambin se encontraron los remos
correspondientes. Preciado expesa que los troncos de pino con que hacan las balsas los indgenas
tenan el grueso de dos hombres, lo que significara que los troncos medan entre 60 y 90 cm. de
grueso, lo cual parece una exageracin, y su longitud era de 3 brazadas, no estaban huecos, y los
tendan uno al lado del otro para amarrarlos.
Ya casi era de noche y no haban encontrado agua, por lo que los espaoles se dirigieron a los
botes para embarcarse, llevndose todas las pieles de foca145, puede inferirse que los marineros y
soldados las valoraban lo suficiente como para tomarse el trabajo de subirlas a los botes y llevarlas
a los barcos, quiz, entre otras razones, para cubrirse con ellas y calmar el intenso fro que se siente
en invierno en aquellas latitudes.
Ulloa consider prudente continuar el viaje, y as se hizo segn el capitn en el atardecer del
sbado 17 de enero de 1540, tratando de doblar la punta de la isla y poner proa hacia la costa de
tierra firme, al lugar en donde las tormentas los haba lanzado. Navegando con poco viento,
contrario en ocasiones y calmas frecuentes, una tormenta del noroeste, por la noche, azot a la
flotilla y separ las embarcaciones, por lo que independientemente
los pilotos se devolvieron en busca de refugio al lugar del que haban zarpado en la parte sur de
la isla en donde haban anclado por vez primera; el Santa gueda lleg al medio da del 18 y el
Trinidad en la noche. Al mejorar el tiempo, ni siquiera anclaron los barcos, y de inmediato
continuaron navegando, aunque de nuevo 2 3 das de calmas limitaron su avance, al grado de
que por esa razn y el efecto de una corriente marina otra vez se separaron, por lo que regresaron
a la isla, lo cual se haba acordado en caso de darse un evento como el mencionado. Las
embarcaciones se encontraron al extremo noreste de la isla, cerca de una aldea de nativos, tal vez
el 21 de enero de 1540.
En su bsqueda de agua, Ulloa decidi anclar cerca de la aldea, los nativos se dieron cuenta y 5
6 hombres se aproximaron en su balsa a un costado del Trinidad, sin mostrar temor alguno, y
por el contrario, pronto iniciaron un trueque mano a mano con los marineros, intercambiando su
pescado por diversas baratijas que les ofrecan los espaoles, sobre todo cuentas de vidrio; al poco
tiempo de ocuparse en aquella actividad de dar y recibir que evidentemente disfrutaban, regresaron
a la playa al ser llamados por sus compaeros. La actividad de trueque no termin totalmente, pues
todava otros indios se acercaron al Trinidad en sus balsas y prosiguieron por un tiempo aquel
singular comercio, habiendo los marineros obtenido, entre otras cosas, algo de agua que a seas
les haban pedido a los indgenas, y que ahora traan en un odre de piel de foca. En una de las
144
Ulloa, Bblif. Esp. Edit., P. 223.
145
Quiz de aquella poca sea ste el nico testimonio conocido sobre el curtido de pieles de foca por los nativos
antiguos de Baja California.
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balsas se haban acercado varios nativos entre los que vena uno de mayor edad que no remaba, y
slo daba rdenes. El trueque sigui por breve tiempo, ya que por alguna razn las balsas se
empezaron a alejar y cambi la actitud amistosa de los indios, quienes empezaron a gritarles a los
espaoles lo que seguramente eran insultos, y hasta les lanzaron un par de piedras, expresndoles
con seas que deban irse.
Los indgenas mostraban una actitud que el capitn califica de valerosa e insolente hacia los
espaoles, eran muy pocos, les apuntaban con sus arcos y les gritaban y amenazaban con sus mazos
de madera, por lo que decidi soltarles los perros para que mordieran a algunos y as obligarlos a
retirarse sin causarles un dao ms serio. As se hizo, y una de dos vctimas de los mastines fue el
anciano que pareca ser jefe o lder de los nativos, y aunque al principio se mostr igualmente
agresivo que antes del ataque de los perros, poco a poco cedi terreno junto con sus compaeros,
y todos se dejaron convencer por los marineros que no queran pelear con ellos sino tan solo agua
para beber. Los indios condujeron a los espaoles al fondo de un barranco donde haba agua, pero
tan poca que no podran llenar los barriles. Ulloa despidi a los aborgenes, les obsequi algunas
pequeeces y se fueron contentos. En la aldea abandonada los espaoles no encontraron nada
novedoso, excepto en una cueva, en cuya entrada un nativo muy viejo y ciego, yaca sin control
de sus movimienos envuelto en una piel de foca, persona a quien el padre Raymundo bautiz,
tomando en cuenta su edad, los males que padeca y su aspecto inofensivo. Para los misioneros de
la poca, salvar un alma era el logro ms valioso.
Los espaoles se embarcaron nuevamente, segn Ulloa, ese mircoles 21 de enero, y a poco tiempo
anclaron una media legua ms al sur, cerca de unos barrancos en uno de los cuales encontraron
agua suficiene y de buena calidad. Al da siguiente jueves 22, hicieron casi toda la aguada sin
mayores problemas, aunque s bastante trabajo, pues debieron cargar el lquido en recipientes en
sus espaldas148, por una buena distancia a la playa, hasta llenar 8 o 9 barriles de 17 que faltaban,
y el resto lo hicieron al siguiente dia. Ya no volvieron a ver a los indgenas, ni entonces ni despus;
al parecer, stos haban comprendido que los extraos forasteros no venan en plan de guerra y
conquista, como es casi seguro que lo hacan de vez en cuando los nativos de la pennsula.
Aprovechando las circunstanias favorables, ese jueves 22 de enero de 1540, Ulloa tom posesin
de Isla de Cedros segn lo afirma Preciado en su narrativa 149, aunque en el acta levantada por
Pedro de Palencia se menciona equivocadamente el 20 de enero para tal accin.
146
Ulloa, op. cit., p. 226.
147
Ibd., p 226.
148
Ulloa dice en nuestras espaldas, Wagner Op. Cit., p. 42.
149
Hakluyt Collection, Cap. 14, p. 500.
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Terminaban la aguada, cuando un viento del noreste oblig a los marinos a buscar refugio a 7 u 8
leguas hacia el sur, poco ms de 30 Km., al pie y atrs de la isla, bsqueda que interrumpieron al
mejorar el tiempo, por lo cual, aparentemente el viernes 23 de enero, hicieron rumbo a la costa de
la tierra firme, con poco viento y frecuentes calmas.
Yo Pedro de Palencia, escribano publico desta armada doy fe e verdadero testimonio a todos los
seores que la presente vieren, a quien Dios nuestro Seor honre e guarde de mal, como en veinte
dias del mes de enero de quinientos e cuarenta aos el muy magnifico seor Francisco de Ulloa,
teniente de gobernador y capitan desta armada por el ilustrisimo seor Marques del Valle de
Guaxaca, tomo posesion atual y realmente por el dicho seor Marques en nombre del Emperador
nuestro seor y rey de Castilla en la isla de cedros, que esta en altura de veinte y nueve grados y
medio, poniendo mano a su espada, diziendo que si abia alguna persona que se lo defendiese, que
el estaba presto para se lo defender; cortando con ella arboles, meneando piedras de una parte a
otra e de otra a otra, sacando agua de la mar y echandola en la tierra; todo en seal de la dicha
posesion.
Testigos que fueron presentes a lo que dicho es, el reverendo padre Fray Ramundo, de la Orden
del seor San Francisco, e Francisco Preciado y Martn de Espinosa, e Pablo Blasco, maestre del
navo Trenidad. Fecho dia mes e ao susodicho. E yo Pedro de Palenzia, escribano desta armada,
la escribi segun que ante mi paso, e por ende fize aqui este mio signo, que es a tal, en testimonio
de verdad. Pedro Palencia, escribano desta armada frater Ramundus Amielibus, Martn de
Espinosa.
CAPTULO IX
La navegacin ms difcil y peligrosa
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Aprovechando que el clima mejoraba, los viajeros levaron anclas para acercarse al sitio en que
haban hecho la aguada por primera vez con el fin de reponer el lquido que les faltaba, pero el
viento contrario se los impidi, sobre todo al Santa gueda con su velamen en aparejo de cruz,
que dificultaba la navegacin contra el viento. Sin embargo, esto no suceda con el Trinidad, por
lo que todos los barriles y parte de la marinera se cambiaron a este navo, el cual, no sin algo de
trabajo, pudo acercarse lo suficiente al sitio de la aguada, la cual se llev a cabo sin ms problemas,
adems de juntar algo de lea que les haca falta. Despus, activndose todos los hombres tiles,
se transbord el agua necesaria al Santa gueda que esperaba al sur del lugar.
Todo indica que los espaoles estuvieron en aquel sitio del 1 de febrero de 1540 hasta el 8 del
mismo mes, como ya se mencion haciendo la aguada, adems de que se dieron tiempo de pescar
y cazar algunos animales. El jueves 5 pareca que el clima permitira que la flotilla reanudara la
navegacin por el rumbo que otras veces haban comenzado, hacia la costa de tierra firme, pero
por ensima ocasin fuertes vientos contrarios obligaron a los navegantes a regresar al punto del
que habn zarpado. El domingo 8 de febrero reiniciaron la navegacin, y el da 11 pudieron por
fin llegar al lugar de la costa en tierra firme a donde por primera vez haban arribado. Este punto
est quiz en la actual Baha Mara, apenas al sureste de Punta Mara150, en el sitio del que por
primer vez fueron devueltos por las tormentas a Isla de Cedros; aqu pudieron contemplar, segn
Preciado, un hermoso paisaje de suaves colinas y valles, con verdes matorrales, lo cual solo se
explica asumiedo que pudo debese a las recientes lluvias.
Anclados los barcos cerca de la playa, esperaban los espaoles que mejorara el clima para reiniciar
la navegacin, pero sucedi lo contrario, pues fuertes tormentas golpearon a la flotilla, al grado de
que el agua del mar embravecido barra con todo y pona en grave peligro la vida de los marineros,
por lo que las embarcaciones navegaron varias veces hacia mar abierto, y en otras a navegar
costeando el litoral; el mal tiempo arreciaba, y en una ocasin en que los dos navos eran
empujados hasta cerca de la isla de la que haban salido, el capitn orden dirigirse al refugio
conocido, al que arribaron el sbado 14 de febrero, en donde permanecieron hasta el mircoles 3
de marzo abastecindose del agua y lea que ya necesitaban. Ese mircoles 3 de marzo, al mejorar
el clima, reiniciaron su navegacin, pero una corrinte marina y la falta de viento, arrojaron al
Santa gueda hacia la costa. Los marineros de ambas embarcaciones tuvieron que trabajar
mucho para normalizar las cosas, pudieron navegar una media legua, un poco ms de dos
kilmetros, y ya miraban la punta del norte de la isla cuando, a causa de un tiempo rezio y
contrario151, tuvieron que regresr al refugio del que haban salido, a donde arribaron a las 9 de la
noche, y all permanecieron hasta el lunes 8 de marzo, cuando un viento favorable del oeste
permiti a los navegantes zarpar con la intencin de hacer rumbo a la costa de tierra firme; con la
esperanza de abandonar ya aquella isla, sin embargo, la misma corriente que los haba obligado
a volver a la isla el 3 de marzo los separ, arrastrando al Santa gueda hacia el mar, y al
Trinidad a la costa de la isla. La nave capitana permaneci mar adentro por no ser prudente
acercarse a la costa con aquel tiempo y en la obscuridad, mientras que el Trinidad estaba
protegido cerca de tierra. Desde esa hora, el Santa gueda se fue acercando
150
Es imposible asegurar sin dudas que ese fue el punto de arribo.
151
Ulloa, op. cit. p. 231.
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Mapa 16. Rumbos de la flotilla de Ulloa del 22 de enero al 24 de marzo de 1540, cerca de Is. de Cedros.
(Las flechas indican slo aproximaciones, y su objetivo es nemotcnico). 1, Jueves 22 y viernes 23 de
enero hacen aguada. 2, Zarpan hacia el sur en busca de refugio, al mejorar el tiempo se dirigen a tierra
firme con rumbo norte. Mal tiempo el 25 de enero, despus de 18 leguas navegadas, los obliga a regresar.
3, Regresan a la isla en Morro Redondo el 26 de enero, permanecen all hasta el 31 de ese mes. 4, Zarpan
hacia el aguaje al sur de Punta Norte el 31 de enero. 5. Flecha de guiones con dos puntas indica
movimientos de los navos para transferir agua del Trinidad al Santa gueda. 6, Jueves 5 de febrero
se dirigen a tierra firme. 7, Por mal tiempo regresan en busca de refugio hacia el sur de donde salieron,
quiz en Baha Sur. 8, Flotilla zarpa hacia tierra firme. 9, Flotilla llega en 2 o 3 das a un punto quiz
entre Punta Mara y Punta Prieta. 10, Regresan en busca de refugio aparentemente a unos 6 Km. al
norte de donde haban salido. 11, Zarpan el 3 de marzo hacia el norte. 11.1, Regresan en busca de
refugio hasta atrs de Punta Norte. 12, Zarpan hacia tierra firme pero regresan por mal tiempo. 13,
Zarpan a tierra firme y llegan a punto al sur de donde antes haban llegado. 14, Regresan por mal
tiempo el 14 de marzo. 15, Se van al sur de Is. de Cedros a reparar navos, pudo ser Morro Redondo o
Baha Sus. All permanecen hasta el 24 de marzo de 1540. 16, Se van a otro lugar mejor para las
reparaciones en Baha Sur. Los extremos de las flechas s indican los puntos de salida y llegada.
Elaboracin sobre mapa de Google.
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a la costa, hasta que por fin, ambas embarcaciones llegaron a la hora del crepsculo al refugio
costero anhelado de donde haban zarpado, en el cual permanecieron hasta el viernes 12 de marzo.
Ese da 12, segn lo xpresa Ulloa, partmonos este da,a tornar a porfiar nuestra porfa152,
la niebla obscureca el entorno al medio da, al grado de que aunque podan hablarse de un barco
a otro, apenas se miraban en aquella extraa obscuridad, pero an as, en dos das estuvieron frente
a la costa de tierra firme, unos 35 Km. al sur del sitio al que haban arribado en las dos ocasiones
anteriores, aparentemente frente a algn lugar de la baha de Santa Rosalillita. Un tiempo
tormentoso impidi a la flotilla seguir la navegacin, y tuvo que devolverse a la Isla de Cedros, y
a las ocho o nueve del da del domingo 14 de marzo arribaron a un punto unos 5 Km. al norte de
donde haban salido en la costa oriental de la isla. Al da siguiente lunes 15 en la noche, se
rompieron los cables de las anclas del Trinidad, la mejor de las cuales fue recobrada con gran
trabajo por los marineros al amanecer del martes 16.
Al seguir el mal tiempo, los dos barcos se dirigieron al refugio del sur de la isla, en Morro Redondo,
a donde llegaron el mircoles 17 de marzo, y all permanecieron hasta el mircoles 24 de ese mes,
cuando el capitn decidi que los barcos se movieran a un sitio propio para hacer las reparaciones
que eran necesarias.
A pesar de las penalidades sufridas y el trabajo arduo que todos los hombres tenan que hacer para
mantener a flote los navos, el Domingo de Ramos desembarcaron en la playa y llevaron a cabo
una procesin encabezada por los padres misioneros, llevando todos ramas en sus manos,
atendieron una misa, y despus regresaron a sus embarcaciones.
A estas alturas del viaje, Francisco de Ulloa haba comprobado en todo momento su valor ante los
riesgos y adversidades del viaje, sus conocimientos en marinera, y su absoluta fidelidad hacia el
conquistador Hernn Corts. Es posible que el capitn tuviera un plan B previsto para el caso de
que las condiciones imperantes de clima y una mermada provisin de alimentos impidiera seguir
la exploracin, y procediera entonces conforme al mismo. Ese mircoles 24 de marzo, Ulloa y sus
hombres se reunieron para hablar sobre la situacin crtica en que se encontraban, sobre todo por
el mal estado en que se hallaban los barcos, las pocas provisiones que quedaban, la falta de ropa
que ya se haba desgastado al mximo y el clima extremadamente adverso para la navegacin que
persista salvo por breves lapsos. Como era de esperarse, el concenso general fue que deberan
regresar a la Nueva Espaa, pero el capitn Ulloa decidi seguir hacia el norte, l y un pequeo
nmero de marineros que seleccionara, en el Trinidad, por ser el ms veloz y capaz de avanar
ms fcilmente con viento contrario, tan lejos como pueda, segn sus propias palabras, y
mandar al Santa gueda con un informe de lo encontrado en el viaje hasta Isla de Cedros. Ulloa
registr lo siguiente en el relato que mandara a Hernn Corts:
Estando en este paraje que arriba digo, hize ver los bastimentos que tenia y halleme con el
arinaje que vuestra seoria ver por extenso, y viendo que para toda la gente heran tan pocos
quantos vuestra seoria ver, e que con ellos toda la gente no podia pasar adelante, y teniendo
152
Ibd., p. 231.
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por muy gran lastre haber gastado tanto tiempo e tan trabajoso en ver una cosa que tanto vuestra
seoria deseaba e tanto le ha costado, e acordado de en la nao Trenidad e con estos pocos
bastimentos e gente ir adelante si Dios me diera tiempos, todo lo que pudiere y el tiempo me diere
lugar, y enviar esta nao e gente a la Nueva Espaa con esta carta relazion; y para aderegar el
navio y llevarle mas bien acondicionado y guarnecerle del todo de las cosas nescesarias, nos
venimos a buscar parte aparejada para hazerlo, a la punta que esta isla tiene a Sur, y llegamos a
ella mircoles de la santsima semana santa, que se contaron veinte e quatro de marzo, e
andobimos buscando por toda ella parte para podello hazer y hallrnosla primero dia de la
santsima pasqua de resureccion, el que llegamos alla, y estuvimos aderezando el navio y
despachando el uno y el otro hasta oy lunes cinco de abril, que todos nos partimos de esta isla de
los Zedros cada uno para seguir su viaje. Dios nos lo d tal qual vuestra seora desea, al qual
plega aumentar su ilustrisima persona y estado por muy largo tiempo, besando las ilustrisimas
manos de vuestra seora. Francisco de Ulloa153.
La decisin estaba tomada, pero ahora deban todos esforzarse en la preparacin de los navos para
sus respectivos viajes. Antes de volver a navegar, los estropeados barcos deban ser calafateados,
sobre todo el Santa gueda, por lo que los marineros, bajo las rdenes de los pilotos Juan
Castelln154 y Pedro de Bermes, realizaron un excelente trabajo sobre los navos en 7 das, segn
Preciado. Por ese tiempo todos recibieron la comunin, y por disposicin de los padres confesores,
las pieles de foca que la marinera haba sustrado del campamento de los nativos, tuvieron que ser
devueltas poco despus hasta el lugar de donde las haban tomado, acto que por orden del capitn
Ulloa sera conducido por Francisco Preciado en el viaje al dejar la isla.
El lunes, antes del medio da, los que iban en el Santa gueda se despidieron del capitn Ulloa
y de sus compaeros, que pronto zarparan en el Trinidad, habindose derramado no pocas
lgrimas, segn la narrativa de Preciado. El capitn electo por la marinera del Santa gueda
para conducirlos a la Nueva Espaa fue el piloto mayor Juan Castelln, y zarparon el mismo da 5
de abril; el martes, al pasar frente a la aldea de los nativos se detuvieron, varios soldados y
marineros con el padre Antonio de Melo, saltaron a tierra para devolver las pieles de foca, despus
de lo cual regresaron al barco y reanudaron su vaje hacia el sur. Poco antes de esto, cuando ya
navegaban a una legua de distancia del Trinidad, el capitn Castelln orden que se dispararan
3 caonazos en honor de esta embacacin, saludo que fue contestado en forma semejante. El
Santa gueda se encontraba a 300 leguas de su destino, el puerto de Colima, mientras que el del
Trinidad era incierto.
La nave capitana, con Castelln al mando, fue impulsada por vietos favorables, gracias a lo cual
en 6 das llegaron a la altura del puerto de Santa Cruz, lo cual produjo gran contento en los
navegantes, quienes al sentirse optimistas respecto su futuro, suspendieron el racionamiento de la
comida que se haban impuesto. En las vecindades de Santa Cruz, los viajeros se sorprendieron
con la presencia de unas 500 ballenas que pasaron cerca de la embarcacn. Otra experiencia
novedosa fue la presencia en el mar de gran cantidad de sargazo, lo que en cierta manera difcult
la navegacin aunque por breve tiempo.
153
Ulloa, op. cit., pp. 233-234.
154
Juan Castelln era el piloto mayor de la flotilla.
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El 18 de abril de 1540, el Santa gueda arrib al puerto de Santiago de Buena Esperanza, y
permaneci all unos 4 o 5 das antes de seguir para Acapulco. Casi al final de su relato, Preciado
expres que ...Despus de que este barco, el Santa gueda se separ del General Ulloa y
regres el 5 de abril, lleg al puerto de Santigo de Buena Esperanza el 18 del mes mencionado, y
Mapa No. 17, relativo a la ubicacin probable de Cabo del Engao. 1. Isla de San Luis. 2,
Punta Baja. 3, Punta San Antonio. 4, Isla San Gernimo. 5, Baha El Rosario. 6, Cabo San
Quintn. Comparando este mapa con el siguiente (No. 17), aparentemente seran, o Punta
Baja o San Antonio las que corresponderan a la Punta del Engao de Ulloa. Ntese que en
el mapa de Castillo (18), en la parte noroccidental de la pennsula, hasta C. del Engao no
se observa en el litoral cambio de direccin brusco al norte, lo que s ocurre en P. San
Antonio (3) en mapa 17. Elaborado por A. P. A. sobre mapa de Google Earth.
despus de permanecer all cuatro o cinco das, parti para Acapulco, sin embargo, hasta el
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presente diecisiete de mayo del ao de 1540, no he tenido reportes o noticias de l.155
[refirindose a Ulloa o al Trinidad].
Mapa No. 18. Elaborado por el piloto Domingo del Castillo en 1541. Obsrvese que el
litoral occidental de la pennsula de Baja California se interrumpe en un punto que se
indica en el mapa como C. de Engao. Los nombres registrados por Castillo en la costa
occidental de la pennsula, de sur a norte, son: Punta de la Trinidad, hoy P. Tosca; San
Abad, hoy tal vez P. Entrada; Chumadas, nombre actual desconocido; Punta de Arrecifes;
Los Inocentes; Isla San Esteban, hoy I. de Cedros; Punta de Reparo; Punta Cazones;
Cabo de Engao. Tomado de Historia de Nueva Espaa, escrita por Hernn Corts, aumentada por don Francisco
Antonio Lorenzana, arzobispo de Mxico, p. 330, fondo antiguo, fondos digitalizados.
Ms an, despus de la partida del Santa gueda para la Nueva Espaa, el General Francisco
de Ulloa en el barco llamado el Trinidad procediendo en su decubrimiento coste la tierra
155
Hakluyt, Collection of, p. 505, op. cit..
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hasta que lleg a un punto llamado Cabo del Engao estando a los treinta grados y medio de
latitud norte, y luego regres a la Nueva Espaa, porque encontr los vientos muy contrarios, y
sus provisiones le fallaron156.
Lo anterior parece ser un testimonio categrico que confirmara lo siguiente: Ulloa lleg hasta
Cabo del Engao y se regres a Nueva Espaa por los vientos contrarios que impedan la
navegacin hacia el norte, y la falta de provisiones, pero Preciado no deja claro en su narrativa
cmo y cundo obtuvo los datos del ltimo prrafo, y quiz igualmente importante Dnde estaba
Cabo del Engao?; y, Pudo Ulloa haber seguido navegando hacia el norte de Cabo del Engao?
La ubicacin precisa de ese punto se desconoce con seguridad, pero con los mapas y descripciones
de navegantes y cartgrafos de la poca es posible situar en un mapa el lugar aproximado en que
se encontraba. Se dan a continuacin slo unos cuantos ejemplos de mtodos y resultados de las
principales investigaciones realizadas.
El historiador y bigrafo de Corts Francisco Lpez de Gmara, quien posiblemente tuvo acceso
al mapa que anex Ulloa al informe entregado al conquistador, escribi lo que enseguida se
transcribe, actualizada la ortogografa original:
Del ancn de San Andrs, siguiendo la otra costa, llegaron a la California, doblaron la punta,
metironse por entre la tierra y unas islas, y anduvieron hasta emparejar con el ancn de San
Andrs. Nombraron aquella punta el Cabo del Engao, y dieron vuelta para la Nueva-Espaa,
por hallar vientos muy contrarios y acabrseles los bastimentos. Estuvieron en este viaje un ao
entero, y no trajeron nueva de ninguna tierra buena: ms fue el ruido que las nueces. Pensaba
Fernando Corts hallar por aquella costa y mar otra Nueva-Espaa; pero no hizo ms de lo que
dicho tengo, tanta nao como arm, aunque fue all l mismo. Crese que hay muy grandes islas y
muy ricas entre la Nueva-Espaa y la Especiera. Gast doscientos mil ducados, a la cuenta que
daba, es estos descubrimientosenvi muchas ms naos y gente de lo que al principio pens
(como despus diremos) que hubiese de tornar a Espaa, tomar enemistad con el virrey don
Antonio, y tener pleito con el rey sobre sus vasallos. Pero nunca nadie gast con tanto nimo en
semejantes empresas157
En donde Gmara expresa que anduvieron hasta emparejar con el Ancn de San Andrs, est
diciendo que llegron hasta una latitud igual o muy parecida a la del lugar en el que tiempo atrs
Ulloa desembarc y tom posesin, muy cerca de la desembocadura real del ro Colorado, entre
los 31 40 y 31 45. Por la costa occidental de la pennsula, Punta Banda, al sur de la baha de
Todos Santos, a la altura de Ensenada, es una lengua de tierra que saliendo hacia el noroeste, se
extiende desde los 31 42 hasta los 31 45, lo que coincide con los datos de Gmara, aunque
esto no significa forzosamente que Punta Banda sea el Cabo del Engao del mapa de Ulloa. Otra
punta cercana a la latitud que aparentemente alcanz Ulloa segun Gmara, es Punta Santo Toms,
apenas al sur de Punta Banda, unos kilmetros al sur de Ensenada, pero resulta muy dudoso que
all sea el citado cabo, sobre todo al tener presente el considerable error por exceso que siempre
afect los clculos de los pilotos espaoles.
156
Ibid., p, 505.
157
Francisco Lpez de Gmara. Historia de la Conquista de Mxico. Fundacin Biblioteca Ayacucho, 2007, pp. 367,
368.
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Henry Raup Wagner, el incansable biblifilo norteamericno, puede considerarse como el
investigador que quiz ms ha aportado para el conocimiento de la ltima parte del viaje de Ulloa,
en el que naveg al norte de Isla de Cedros hasta el punto que llam Cabo del Engao, y
probablemente al norte del msmo. Casi todos los datos que se dan en los siguientes prrafos son
explicacin directa de Wagner o derivaciones de sus investigaciones sobre el tema, lo que por
supuesto no significa que deban aceptarse como verdad absoluta.
Mapa No. 19. Baja California en el mapa de Domingo del Castillo. El piloto mayor asigna
a Cabo del Engao una latitud de 27 30 N.. Aunque esta coordenada se aproxima ms a
la de Punta San Antonio, con 29 42N, es Punta Baja, con 29 58, la que otros autores
consideran que tiene ms posibilidades de ser Cabo del Engao. La toponimia de sur a
norte es: P. de Santiago, Is. de La Trinidad, P. San Abad, Chumadas (), P. Arrecifes, Los
Inocentes, I. San Esteban (Cedros), I. Reparo, Is. o P. de Cazones, Cabo del Engao.
Punta Baja ofrece menos defensa contra vientos del noroeste en la navegacin de S a N.
Ms sobre Cabo del Engao y la posible navegacin de Ulloa al norte del mismo.
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Domingo del Castillo fue un piloto espaol que, segn Bolton, acompa a Ulloa en su expedicin
a California158, y poco despus form parte de la expedicin de Alarcn al ro Colorado. En 1541
elabor un mapa que sera publicado en Mxico en 1770, en el que el trazo de la costa noroccidental
de la pennsula de Baja California llega hasta un punto con el nombre Cabo del Engao, en la
ubicacin aproximda de la actual Punta San Antonio o tal vez Punta Baja, al suroeste de El Rosario,
y es en este mapa donde aparece quiz por primera vez el enigmtico topnimo, en donde se
interrumpe el trazo del litoral. El punto de la interrupcin se encuentra en el mapa casi opuesto a
unas islas en el Golfo de California que corresponden, de sur a norte, a las actuales de nombres
San Luis, La Encantada, Lobos y El Muerto, comenzando aproximadamente a los 30 57 N., y
terminando a los 31 5; la latitud de Punta Baja, en el extremo norte de Baha El Rosario, es de
30 57 N.; por otra parte, Punta San Antonio, en el lmite sur de la baha, se encuentra a los 29
45 N.
La importancia del mapa de Domingo del Castillo radica en que es el primero en el que se ubica
Cabo del Engao, aunque despus apareceran otros puntos del mismo nombre pero en otros
lugares de la costa, como en el caso de Sebastin Vizcano, que 60 aos despus, llam Cabo del
Engao a lo que hoy es Punta Canoas, a los 31 26 de latitud norte. Es necesario aclarar que ni en
la narrativa de Ulloa ni en la traduccin de la escrita por Preciado sobre el viaje de
circunnavegacin a la pennsula, se menciona el nombre de Domingo del Castillo como parte de
la tripulacin de la flotilla formada inicialmente por las tres embarcaciones ya mencionadas,
aunque esta omisin, si as fuere el caso, no sera de extraar, dado que en ambos relatos hay una
manifiesta parquedad en la inclusin de los nombres de quienes iban en la flotilla. Debe recordarse
que las coordenadas geogrficas calculadas en el siglo XVI por las embaraciones espaolas, casi
siempre resultaban con un error, excediendo uno o ms grados lo que sera la medicin correcta,
lo cual impide tomar dichos clculos como referencia vlida para ubicar cualquier lugar. Por lo
tanto, los investigadores modernos tienen que basarse principalmente en la semejanza fsica de la
carta geogrfica antigua con un mapa moderno de la misma regin; esta condicin conducira a la
conclusin de que Cabo del Engao sera la actual Punta San Antonio.
El reconocido historiador Herbert E. Bolton asegura que Castillo s era piloto en la expedicin de
Ulloa, y en Madrid, la Real Academia de la Historia, en su Coleccin Departamento de Cartografa
y Artes Grficas, conserva una copia del mapa elaborado por Castillo, en cuyos detalles
descriptivos dice en parte lo siguiente: Cabe identificar esta carta con la que se present en la
junta acadmica de 25 de septiembre de 1778 que se cita as en el Libro de Actas: copia del
Mapa original de las Yslas y tierra firme del Mar del Sur, que corresponde a la expedicin de
Hernn Corts. Y se acord que por ella se satisfaga a D.n Francisco Xavier de Palomares 60
reales por la copia. Copia manuscrita realizada en 1778. La carta original fue levantada en
1541 por Domingo del Castillo, piloto mayor de la expedicin al mando de Fancisco de Ulloa al
golfo de California para cumplir la misin encomendada por Hernn Corts Haya ido o no en
la expedicin de Ulloa, queda claro que Domingo del Castillo elabor una carta geogrfica basada
posiblemene en sus observacione directas, o en el mapa que Ulloa anex a su informe que hizo
llegar a su seor Hernn Corts.
158
Aun aceptando que Castillo no hubiera ido en la expedicin de Ulloa, es seguro que conoci el mapa que ste envi
a Corts, porque en la carta elaborada por l, por Castillo, aparecen por primera vez en la cartografa universal puntos
de la pennsula nunca antes mencionados, excepto por Ulloa.
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Otro mapa que aporta datos a la detectivesca investigacin de los historiadores en relacin con la
probable navegacin del Trinidad ms all de isla de Cedros, es la porcin del planisferio del
cartgrafo veneciano Sebastin Cabot, correspndiente a la Nueva Espaa, elaborado quiz en 1544
con base en el Padrn General o Mapa General que se tena en la Casa de Contratacin de Espaa,
pues en l, de acuerdo con Wagner, en la seccin de la Baja California no hay datos de la
expedicin de Alarcn que se llev a cabo despus de la de Ulloa, pero s aparecen nombres que
solo se encuentran en los reportes de Ulloa y Preciado, con el litoral de la costa de la pennsula
delineado hasta unos 160 Km. al norte de Cedros, aparentemente incluyendo Cabo del Engao en
el extremo norte. Es importante reconocer que en ete mapa de Cabot, entre Cedros y Cabo del
Engao no aparecen nombres de lugares en el litoral, aunque ste se halla firmemente trazado hasta
el punto ms septentrional ya mencionado.
Mapa No. 20. Parte del mapamundi del cartgrafo genovs Uno de los mapas antiguos
Battista Agnese, elaborado en 1544, en el que se muestra el que muestra algo de la
carcter peninsular de la Baja California. En el extremo sur toponimia adjudicada por
de la pennsula se lee P. de Ballenas, y en donde se Ulloa a varios lugares de la
interrumpe el litoral de la pennsula C, Engao. Nota: el Norte costa de Baja California es
est a la izquierda. Tomado de Atlas of Batista Agnese. WDL7336.pdf. el de Battista Agnese,
elaborado en 1557, en el
cual aparece por primera vez
la figura de la pennsula, con
datos que recientemente haba
registrado Ulloa, como
Ancn de San Andrs,
Punta de Ballenas, hoy
Cabo San Lucas, Cabo del
Engao, Isla de Cedros,
etc.. No se sabe cmo obtuvo
el cartgrafo italiano los datos
mencionados, pero es
probable que provinieran de
alguna copia del mapa de
Ulloa. Cabe aclarar que,
aunque gracias a los datos del
mapa de Ulloa Agnese estableci en el mapa mundi el carcter peninsular de la Baja California,
60 aos despus los cartgrafos recayeron mucho tiempo en el error de consderarla una isla.
En febrero de 1541, el piloto Juan Castelln acus a Corts de no haberle pagado servicios extra
prestados en la navegacin con Ulloa, y Wagner, al estudiar las fechas de los movimientos del
Santa gueda en su regreso a la Nueva Espaa que se mencionan en la documentacin del juicio
que se llev a cabo, y en el estudio de diversos mapas antiguos, sobre todo el de Diogo Homem
elaborado en 1558, estableci que cronolgicamente, con los datos que se tenan, s era posible
que Ulloa hubiera viajado al norte de Cabo del Engao159.
159
La navegacin de Ulloa al norte de Cedros debe haber durado poco menos de 3 meses, desde que zarp hacia lo
desconocido entre el 5 y 10 de abril, hasta el 1 de julio de 1540.
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La importancia del mapa de Homem radica en que aparecen en l lugares de la costa ms all de
Cabo del Engao, los cuales no corresponden a los mapas de los viajes hechos por Cabrillo o
Vizcano poco despus de las exploraciones del capitn de Corts, lo que obliga a pensar que
Mapa No. 21. Fue elaborado por Diogo Homem en 1558, y en l se muestra hacia el
norte de Cabo del Engao los nombres de varios lugares aparentemente con la toponimia
asignada por Ulloa. Tomado de Queen Mary Atlas (1558), ff. 21V-22-BL.
hay la posibilidad de que aquel doblara Cabo del Engao y navegara en el Trinidad hasta poco
antes del puerto de Ensenada en la costa noroeste de la pennsula. Estudiando el mapa de Homem,
Wagner observa, como ya se ha mencionado, que aunque no proporciona datos de la expedicin
de Juan Rodrguez Cabrillo, si los da de alguien que naveg bastante al norte de Cedros y de Cabo
del Engao, lo que deja a Ulloa como el ms probable informante de los referidos puntos. Despus
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de la observacin y estudio del mapa de Homem, Wagner identifica Cabo del Enganho, con la
actual Punta San Antonio, que es el stio mas meridional de Baha El Rosario; ubica tambin la isla
de San Gernimo, y la Laguna de Los Apstoles correspondiente a Puerto San Quintn.
Como quiera que sea, de alguna forma, el nombre Cabo del Engao sigue siendo un topnimo
cuyo significado y origen parecen relacionados ms a vivencias tenidas por Ulloa en aquella
160
Lpez de Gmara cita nombres y coordenadas de lugares en el litoral de la pennsula, datos que slo en el mapa de
Ulloa podran encontrarse en aquel tiempo.
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remota regin, que a una percepcin geogrfica o a una conmemoracin religiosa, como era
costumbre de los navegantes espaoles al bautizar los accidentes geogrficos descubiertos161. Es
posible, por ejemplo, que al llegar al multicitado cabo, la gran frustracin del capitn al no poder
doblarlo a bordo del Trinidad, pensara que todo era un fenomenal engao, comenzando con las
siete ciudades de Cbola y la creencia de que ms al norte podra encontrar riquezas, o bien pudo
ser una especie de increpacin a la naturaleza misma, por haber hecho pensar a los naveganges
que sera fcil continuar el viaje mas all del mencionado cabo, lo cual no sucedi debido a calmas,
corrientes marinas y vientos contrarios. Las causas reales que motivaron al paisano de Corts para
dar tan original nombre a aquel accidene geogrfico, aparentemente nunca se conocern.
Sobre el fnal del supuesto viaje de Ulloa en el Trinidad hacia el norte de Cabo del Engao, se
han tejido leyendas con poco sustento histrico, una de las cuales se debe al Dr. Joseph J. Markey,
quien en 1952, basado en investigaciones de documentos espaoles de aquella poca, as como en
hallazgos arqueolgicos en una cueva de San Luis Rey, cerca del campo Pendleton, en
California, present su hiptesis ante la San Diego Historical Society el 25 de enero de 1952, en
la cual expres que Ulloa falleci el 5 de septiembre de 1540, lo cual es invalidado por pruebas
documentales que demuestran que el capitn de Corts an viva en 1542, de lo cual se habla ms
adelante. La hiptesis del Dr. Markey se basa principalmente en la declaracin que bajo juramento
hizo un piloto del Trinidad llamado Pablo Salvador Hernndez, la cual refiere que en agosto de
1540 casi todos los tripulantes de esa embarcacin murieron, y que l, Hernndez, se salv porque
se pudo embarcar en un bote en el cual naveg por varios meses ms de 2000 Km. hasta llegar a
Acapulco.
Aunque es difcil creer que el viaje de Hernndez haya ocurrido, no es algo imposible, y respetables
historiadores como Carlos Lpez Urrutia parecen tomarlo como una posibildad que no debe
descartarse del debate histrico generado por el destino final de Francisco de Ulloa. El diario y el
mapa supuestamente elaborados por Hernndez hubieran sido evidencias suficientes para aceptar
la hiptesis del doctor Markey, ste prometi a sus seguidores que prximamente apareceran en
un libro que publicara, pero esto nunca sucedi.
Pleito judicial entre Juan Castelln y Hernn Corts, en cuya documentacin se establce que
Ulloa s regres a la Nueva Espaa despus de estar en isla de Cedros.
Sobre el fallecimiento de Ulloa se desconocen lugar y fecha, aunque el historiador Bernal Daz del
Castillo, en su Historia Verdadera de la conquista de la Nueva Espaa, afirma que, habiendo
regresado a la Nueva Espaa en el Trinidad, el lugarteniente de Corts fue asesinado a estocadas
por un marinero de la expedicin. Esto resulta difcil de creer porque, tiempo despus, sucedieron
algunos hechos en los que estuvo involucrado Ulloa y que se mencionan en seguida.
El 17 de febrero de 1541 el piloto Juan Castelln, nombrado en 1538 por Corts para navegar
como capitn en el Trinidad en su exploracin con Ulloa por los mares de Baja California,
present ante la Audiencia en la Ciudad de Mxico una demanda contra el conquistador por no
161
La costumbre de los navegantes antiguos al bautizar los lugares descubiertos se basaba principalmente en dos
tradiciones, dar al lugar el nombre de la celebracin religiosa o el santo festejado en el da del descubrimiento, o el
que se describiera el paisaje o algn elemento geogrfico del lugar.
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haber cumplido con el convenio y haberlo cambiado de la referida embarcacin al Santa
gueda. Al no haberse ceido Corts al compromiso establecido, Castelln se consideraba
lesionado en sus intereses, y exiga una compensacin de 17,000 pesos para resarcir el dao
sufrido. El pleito legal se prolong hasta 1545, llevndose a cabo no slo ante la Audiencia en
Mxico, sino tambin en los tribunales en Espaa, ya que se tuvo noticia de que Ulloa estaba all.
Fue en mayo de 1542 cuando se presentaron varios testigos cuyos testimoios favorecan a su
cliente, siedo uno de ellos el mismo Francico de Ulloa, y otro de nombre Alonso y con el mismo
apellido, quienes pelearon en la batalla de Argel al lado del emperador Carlos V, en la cual por
cierto fueron derrotados los aliados europeos.
En estas circunstancias, Corts contrademand a Castelln, con el cargo principal de que haba
incumplido las rdenes de Ulloa de irse directo a Tehuantepec, al haberse detenido sin autorzacin
en varios lugares, con el consecuente gasto no planeado de provisiones y pago a la merinera,
adems de que se tuvo noticia de que se haba entretenido en Acapulco con un par de mujeres
indias, debido a lo cual el Santa gueda lleg a Tehuantepec con seis meses de retraso. Esta
grave acusacin la hizo el marqus apoyado en lo dicho por el testigo clave, nada menos que el
capitn Francisco de Ulloa, quien afirmara que l haba regresdo a Acapulco en el Trinidad, y
supuestamente, adems, que Castelln en el Santa gueda no se encontraba en el puerto, al
que fue llegando hasta un mes y medio despus, con un retraso de cuando menos de 6 meses. Las
fechas sealadas en la documentacin del juicio son prueba suficiente de que Ullos s regres de
su viaje hasta Cabo del Engao, y posiblemente hasta ms al norte del mismo162.
Las pequeas liviandades e impuntualidad de Castelln le costaran caro, pero fue gracias a este
pleito entre Corts y Castelln, que se estableci por escrito, y con la legitimidad que la
documentacin de un asunto judicial tiene consigo, que es casi seguro que Ulloa s viaj de regreso
a la Nueva Espaa, quedando como vlidos los hechos y fechas que se mencionan enseguida,
derivados de la documentacin del juicio citado, gracias al estudio que Wagner realiz del mismo,
epecialmene de las fechas que se mencionan, al haber tenido en sus manos la documentacin
correspondiente recibida de otra persona interesada en el tema, adems de lo que se puede inferir
de la toponimia de los mapas antiguos conocidos:
1. El Santa gueda zarp de Isla de Cedros hacia el sur el 5 de abril de 1540, lleg a
Manzanilo el 18 de abril, estuvo all unos das y continu su vaje a Acapulco.
2. Qued registrado que Castelln lleg a Tehuantepec hasta ms de un mes y medio despus
del arribo de Ulloa, cuando menos 6 meses despus de la fecha en la que debi llegar.
4. Se puede deducir que Ulloa arrib de regreso a Tehuantepec en el Trinidad despus del
1. de agosto.
5. Su navegacin hacia el norte de la isla de Cedros dur unos 3 meses, tiempo suficiente para
llegar a los lugares que aparecen en el mapa de Diego Homem, como baha de San Juan,
162
Wagner, Henry Raup. Francisco de Ulloa returned. California Historical Society, v.19, no. 3 p. 240-244.
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que parece haber sido, segn Wagner, la actual baha de Santo Toms, al sur de Ensenada,
B.C..
6. En los papeles del juicio qued establecido que Ulloa regres a Espaa en mayo de 1541,
junto con uno de los hijos del marqus. Iban a sumarse a los aliados del Emperador Carlos
V en la batalla de Argel.
Aqu es necesario aclarar que Henry Raup Wagner, biblifilo e investigador norteamericano de
reconocida erudicin, conoci la documentacin del juicio mencionado al serle entregada por el
seor Woodrow Borah, en forma de microfilm, obtenido de los papeles que se nconbtraron en el
Hospital de Jess, del cual se habla en otra parte de este libro.
En las ms de 500 pginas, con contenidos poco importantes y con una escritura muy difcil de
entender, se encuentran, sin embaergo, todos los datos del multicitado juicio, entre lo cuales
destaca el hecho de que el capitn Ulloa s regres a la Nueva Espaa, lo cual se da como
argumento definitivo que demuestra que Castelln, desobedeciendo rdenes, volvi a Tehuanepec
hasta un mes y medio despus del arribo de Ulloa. Esto permiti al marqus ganar el juicio.
Un estudio de la documentacin del juicio permiti a Wagner inferir no slo que el capitn de
Corts s volvi a la Nueva Espaa, de Cabo del Engao o posiblemente de ms al norte, lo que,
sumado a los nombres de lugares costeros que aparecen en mapas antiguos de la poca, como el
de Diogo Homem, el historiador haya llegado a la conclusin de que Ulloa s pudo haber viajado
hasta el norte de Cabo del Engao, el cual, como ya se ha mencionado, podra corresponder a
Punta San Antonio, al sur de baha El Rosario, a los 31 45 N y 115 41 O., o a Punta Baja, un
poco al norte de la anterior.
Wagner, para llegar a la conclusin de que Ulloa naveg frente al litoral peninsular del noroeste,
hilvan las premisas siguientes:
1. El explorador Francisco de Ulloa viaj por el Ocano Pacfico en 1540, y registr nombres de
sitios costeros de Baja California en un mapa que se ha perdido;
2. El explorador portugus Juan Rodrguez Cabrillo realiz una expedicin que pas frente al
mismo litoral en 1542, y tambin registr nombres de sitios costeros en el mapa que elabor;
3. El cartgrafo Diogo Homem hizo un mapa en 1568, copiando datos de aquella rea de otro
mapa, en el cual no aparecen los puntos registrados por Cabrillo, pero aparentemente s los de un
viaje hecho por alguien que anteriormente lleg hasta lugares al norte de Cabo del Engao.
4. El nico explorador que viaj antes que Cabrillo por aquellos mares fue Francisco de Ulloa. De
todo lo anterior se infiere que fue el capitn espaol, en el Trinidad, quien naveg por el Ocano
Pacfico costeando el litoral occidental de Baja California, y registr los sitios no mencionados
por Cabrillo de la costa noroeste de la pennsula.
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Captulo X
Ulloa se desvanece en la historia, Corts muere en Espaa y sus restos yacen en Mxico.
El espaol Alfonso de Ulloa, quien es recordado por su labor divulgativa de la cultura de su patria
en Italia all por la mitad del siglo XVI, escribi en su traduccin del Dilogo de las empresas
militares y amorosas de Paulo Jovio, la siguiente expresin dirigida a su padre: Francisco de
Ulloa, cavallero nobilissimola tierna edad en que me dexastes163; y tambin refiere el nombre
de su progenitor en las dedicatorias de divesos trabajos164. Adems, al mencionar la batalla de
Argel, en la que particip su padre, dice en parte: e li facevan compagnia Francesco Ulloa mio
padre, e molti altri cavalieri 165, lo cual se traduce como y les hizo compaa Francisco de
Ulloa, mi padre, y muchos otros caballeros; lo que puede considerarse prueba de que el fiel
capitn de Corts, estuvo al lado del conquistador en el mencionado encuentro en octubre de 1541,
esto en concordancia con lo establecido en la documentacin del juicio del que se habla
anteriormente..
Aparte de lo dicho, hay que agregar la posibilidad de que Ulloa an viviera en 1543, tomando en
cuenta la investigacin que en Espaa se llev a cabo ese ao, en relacin con el paradero de una
joven hija de Antn Cordero, uno de los pilotos en la expedicin martima de Francisco de Ulloa
a Baja California, se interrog a Hernn Corts y el conquistador expres que Ulloa se haba
llevado a la muchacha, y si las autoridades deseaban informacin sobre este hecho, que le
preguntaran al propio Ulloa. Puede suponerse entonces que Corts debi saber que el capitn Ulloa
estaba vivo en ese ao de 1543, lo que se suma a las informaciones ya mencionadas de Alfonso de
Ulloa para echar por tierra lo dicho por Bernal Daz del Castillo, acerca de su supuesto asesinato
en la Nueva Espaa en 1540, apenas regresado de su viaje por el Mar del Sur. Aun as, las
circunstancias de la muerte del gran navegante se deconocen hasta hoy.
Respecto a los principales acontecimientos vividos por Hernn Corts en los aos previos a su
muerte, se pueden resumir diciendo que en sus ltimos dos viajes a Espaa, en 1528 y 1530, lo
hizo motivado por tres razones prncipales: informar al monarca de sus descubrimientos y
conquistas y el valor de las mismas; pedir recompensa, lo que en justicia mereca, por haber
obtenido para la corona el imperio azteca, el ms grande del Nuevo Mundo; y defenderse de las
acusaciones que muchos personajes de la Nueva Espaa y tambin en Europa hacan en su contra,
empezando con quien fue gobernador de Cuba Diego de Velzquez, luego Nuo de Guzmn, y
despus el virrey Antonio de Mendoza y Pacheco. Sobre todo se acus a Corts por actos de
163
Arrniz, Othn, en un artculo publicado en el Bulletin Hispanique. Annee 1968, Vol. 70, Nmero 3, p. 437
164
Real Academia de la Historia, Diccionario Biogrfico Espaol, Madrid. 2013, XLVIII,l 595, Jos Sols de los
Santos.
165
Ibd., p. 438.
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rebelda y acaparamiento de riquezas y poder, aunque en la mayor parte de los casos, todo era
resultado de la feroz lucha entre los conquistadores de la poca por descubrir, antes que los dems,
las mticas ciudades de Cbola y los tesoros en oro y plata que pudiera haber en ellas.
Corts logr neutralizar y desmentir, hasta cierto grado, las acusaciones que sus enemigos le hacan
ante Carlos I de Espaa, y aunque ste no accedi a otorgarle el cargo de Gobernador del nuevo
territorio, si le concedi el de Capitn General de la Nueva Espaa, adems del marquesado del
Valle de Oaxaca, con extenssimo territorio y numerosos vasallos, as como otros pueblos. Para
entonces, el conquistador era prcticamente un anciano, con la salud deteriorada, y empecinado en
dos cosas fundamentales en su autoestima: que el rey reconociera su enorme contribucin a la
corona espaola por las conquistas y las riquezas descubiertas en el Nuevo Mundo, y demostrar a
todos que aun era el gran conquistador, el ms capaz para ayudar al imperio. Como lo expresa
Lpez de Gmora, .Hizo el emperador muy buen acogimiento a Fernando Corts, y aun le fue
a visitar a su posada, por ms le honrar, estando enfermo y desahuciado de los mdicos. l dijo
a su majestad cuanto traa pensado, y le dio los memoriales que tena escritosEl emperador,
conociendo sus servicios y valor de persona, le hizo maqus del valle de Huxacacy capitn
general de la Nueva Espaa, de las provincias y costa de la Mar del Sur, y descubridor y poblador
de aquella misma costa e islas, con la docena parte de lo que conquistase, en juro de heredad
para s y para sus descendientes 166. Lo dicho aqu pareciera contrario a la opinin de algunos
autores que consideran que Carlos I de Espaa fue ingrato y mal agradecido con Corts, lo cual
era una idea obsesiva en la mente del conquistador, quien una vez escrbi al monarca lo siguiente,
refirindose al olvido de sus hazaas en el Nuevo Mundo: Es que Su Majestad no tiene noticia
de ello, o es que no tene memoria?
Francisco de Ulloa fue instrumento clave para la ejecucin de los planes de Corts a fin de llevar
a cabo las exploraciones del Mar del Sur, ya que realiz el primer viaje de circunnavegacin de la
pennsula de Baja California, comprob la peninsularidad de la tierra que antes era considerada
isla o archipilago, que indudablemente con sus comprobadas dotes de mando y conocimientos de
marinera pudo adentrarse en aguas desconocdas del Ocano Pacfico, y en su viaje llev al
mximo su obediencia y cumplimiento de las rdenes recibidas de Corts, aun en las situaciones
ms adversas.
166
Francisco Lpez de Gmara, Historia de la Conquista de Mxico, Fundacin Biblioteca Ayacucho, 2007; Repblica
Bolivariana de Venezuela, pp. 367, 368.
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Pero si la Nueva Espaa se
interesaba por su ltima frontera
al noroeste, motivada entre otras
razones por la bsqueda de una
ruta e informaciones sobre la
supuesta existencia de las siete
ciudades de Cbola, al sur del
Continente Americano la corona
espaola y los gobernantes de
Chile dirigan su mirada hacia el
extremo meridional, buscando
una hegemona inicial
estratgica sobre el estrecho de
Magallanes. Por esta razn,
despus de varios intentos
dirigidos desde Espaa, Pedro
de Valdivia, gobernador de
Chile, mand dos expediciones
para los efectos mencionados,
yendo como capitn de la
primera Francisco de Ulloa,
quien haba llegado a Chile
procedente de Espaa
posiblemente en 1548,
Mapa No. 23. La primera expedicin al Estrecho de llevando como pilotos a
Magallanes la hizo un Francisco de Ulloa, quiz el Hernn Gallego y Francisco
mismo que viaj por los mares de Baja California, Corts Ojeda u Ojea; zarparon
enviado por el gobierno de Chile al frente de una flotilla de Concepcin las
expedicionaria. No complet la travesa al Atlntico por embarcaciones de la flotilla
falta de provisiones y temor a quedar atrapado por los expedicionaria en octubre de
hielos. La lnea anaranjada continua indica la distancia 1553, y regresaron en enero de
aproximada que penetr Ulloa, unos 145 Km., antes de 1554. Debe aclararse que para
regresar. Dibujo de la ruta sobre la base de un mapa de Google Earth. algunos investigadores de la
A.P.A.. historia, en las acciones
exploratorias del Golfo de
California o Mar Brmejo y la penetracin mrtima del Estrecho de Magallanes por el Ocano
Pacfico, llevadas a cabo a mediados del siglo XVI, se trata de dos personajes diferentes, de lo
cual se habla ms adelante.
Los navos pudieron alcanzar los 51 30 de latitud sur y se tuvo un relativo xito, aunque no se
haya llegado hasta el Atlntico, aparentemente por el peligro de que los hielos del estrecho
bloquearan las embarcaciones, la flotilla haba navegado unos 144 Km. del estrecho, casi una
cuarta parte de la longitud total. Adems de tan notable viaje, Ulloa particip en importantes
hechos de armas, acompa a Francisco de Orellana en su expedicin a la desembocadura del
Amazonas, fue amigo y estuvo al servicio de Pedro de Valdivia, y en Chile se le reconoce como
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importante partcipe en la colonizacin y conquista de aquel pas, aunque hasta hace poco tiempo
se le tena en el olvido.
Es necesario aclarar que se ha dado una especie de debate histrico, en el cual se discute si el
Francisco de Ulloa que incursion en Chile a mediados del sglo XVI, sea el mismo personaje que
en 1539-40 circunnaveg la pennsla de Baja California. La discusin, si es que existe en Mxico,
es limitada y con muy pocas fuentes, y cuando se toca el tema, siempre someramente, se expresa
la poca o nula probabilidad de que se trate del mismo navegante. Sin embargo, importantes
historiadores chilenos aceptan la posibildad de que el extremeo paisano y amigo de Corts, sea
el mismo que naveg hasta el Estrecho de Magallanes en la primera expedcin ya mencionada, y
que tambin fue protagonista en hechos importantes en las historias de Chile y Per. Los hechos
en que se apoya esta idea son primordialmente dos, prmero, que hay una clara similitud en el estilo
de las narrativas de las bitcoras que se escribieron, una en el viaje al estrecho de Magallanes, y la
otra, en el viaje a los mares de Baja California, y segundo, que cronolgicamene no existe ninguna
incompatiblidad entre las fechas de las acciones que tuvieron lugar en la Nueva Espaa, y las
acontecidas en Chile.
Dos de los autores ms reconocidos que piensan que el Francisco de Ulloa de la navegacin por
las aguas de Baja California es el mismo que penetr por el oeste del Estrecho de Magallanes a
mediados del sglo XVI, son Francico Esteve Barba y Edward J. Goodman, el primero, filsofo,
historiador, maestro y bibliotecario espaol, autor de numerosas obras entre las que destaca
Descubrimiento y conquista de Chile; y el segundo, profesor emrito de historia en la
universidad jesuita Xavier University de Cincinnati, Ohio, autor entre otros libros, de The
explorers of South America . Ambos, en sus respectivas obras, dan como un hecho que Francisco
de Ulloa, el amigo y servidor de Corts, encabez la primera exploracin al Estrecho de
Magallanes. Goodman dice textualmente: Todava preocupado sobre su reclamacin del
territorio al sur del estrecho, Valdivia organiz otra expedicin en 1553 bajo [las rdenes de]
Francisco de Ulloa, un teniente de Corts que haba explorado la costa de Mxico al norte de
Acapulco en 1539...167; mientras que Esteve Barba expresa: Ulloa pareci a Villagrn el ms
indicado para realizar la expedicn, ya que como teniente de Corts haba hecho varios
descubrimientos por mar hacia el norte de Acapulco en 1539. Llevara como segundo al
cosmgrafo Corts Ojea168
Por otra parte, autores hay que proponen una hiptesis no descabellada, pero que para otros no
logra rebasar los lmites de la especulacin, que se refiere a la posibilidad de que el marqus,
despu de fracasar en sus expediciones a las aguas de California, con sueos de conquista, haya
drigido su mirada a la regin austral del continente, de la cual enseguida se esbozan sus supuestas
bases.
Primero, la frustracin que afect a Corts, resultante del fracaso en las expediciones martimas
que mand a la pennsula de Baja California, en bsqueda del estrecho de Anin y las siete
ciudades de Cbola, fue un sentimiento que lastim el ego del marqus hasta su fin, y slo basta
recordar el pattico ofrecimiento que hizo al emperador Carlos I, para que le concediese
167
Goodman, Edward J.. The Explorers of South America, University of Oklahoma Press. New York, Macmillan, 1972,
pp. 40-41.
168
Esteve Barba, Francisco. Descubrimiento y conquista de Chile. Salvat Editores, 1946, p. 425.
P g i n a 107 | 120
autorzacin a fin de tomar Argel, solo, al frente de 400 hombres, en la famosa batalla de 1541 que
se convirti en etrepitosa derrota para los espaoles y sus aliados; lo penoso para el conquistadr
de Tenochtitln fue el hecho de que el monarca ni siquiera se dign tomar en serio el plan de
Corts.
Segundo, Corts, al igual que todos los hijosdalgo del siglo XVI, aparentemente se cean en sus
acciones en el Nuevo Mundo, a la capitulacin que hubieren logrado de la corona espaola, que
les daba seguridd jurdica en sus exploraciones y conquistas; sin embargo, por abajo del agua,
muchos maniobraban de mil formas para explorar otras opciones fuera de las establecidas en la
capitulacin otorgada. Considerado lo anterior, podra suponerse que, cuando en 1535 el marqus
fue requerido por el virrey de la Nueva Espaa, Antonio de Mendoza, para que interviniera en
auxilio de Francisco Pizarro en Per, para poder romper el sitio con el cual los incas asediaban a
los espaoles, viera en esto la posibilidad de introducirse en el escenario militar de conquista en la
zona meridional del cotinente.
De confirmarse la identidad del Francisco de Ulloa, personaje de la historia de Chile, con el que
naveg por los mares de California, se le podra ubicar en el selecto grupo de protagonistas de la
historia universal que son paradigmticos del valor, la audacia, y el deseo de buscar y conocer lo
que hay ms all del horizonte, pues fue soldado, marinero y poltico; naveg por el Mar Bermejo,
conoci la desembocadura del ro Colorado, dobl el Cabo del Engao, pele en la batalla de Argel
al lado de Corts, particip en la expedicin de Orellana al Amazonas, y se desempe como
encomendero e influyente poltico en Chile.
An con todo lo dicho, los descubrimintos de Francisco de Ulloa quiz sean poco valorados, pero
a l se debe que un flujo de navegantes y exploradores siguieran sus pasos y colonizaran las dos
vastas entidades que hoy son vanguardia en sus respecivos pases, las dos Californias, y que muy
prbablemente la conquista y colonizacin de Chile haya incluido acciones en las que intervino de
manera importante el enigmtico navegante. No es exagerado afirmar que gracias a las
expediciones cortesianas, y especficamente la llevada a cabo por Ulloa, la Baja California es una
entidad mexicana.
169
Jackson, Robert H.. Indian Population Decline: The Missions of Northwestern New Spain, Albuquerque, 1994.
P g i n a 108 | 120
Respecto a los habitantes de Isla de Cedros, descendientes de aquellos aguerridos nativos que casi
doscientos aos antes haban hecho frente a los marineros y soldados de Ulloa, una comisin
representativa de estos aborgenes, viaj en 1732 a tierra firme hasta la misin de San Ignacio, en
donde pidieron al misionero jesuita Segismundo Taraval, que acababa de establecerse en ella, que
fuera hasta su isla a la cual llamaban Huamalgua, Isla de las Neblinas, con el fin de conducir a
todos sus habitantes hasta San Ignacio, ya que deseban vivir como otros indios cochimes dentro
del cristianismo170. As se hizo sin mayores dificultades, usando balsas de troncos para llegar a
tierra firme. Se cerr as el ciclo vital de los aborgenes de Cedros, quienes se icorporaron a la
misin de San Ignacio, que llegara a ser una de las ms progresistas de la pennsula.
De todo lo narrado, destaca en dos hombres el porfiar en su fortuna171, como nadie lo hizo en la
exploracin de Baja California, con una tenacidad jams igualada. Esos hombres son Francisco de
Ulloa y Hernn Corts; sea este modestsimo trabajo un intento por dar a conocer sus exploraciones
de las aguas siempre sorprendentes de los mares californios.
170
Ponce Aguilar, Antonio. Misioneros jesuitas en Baja California, p. 190. Op. cit.
171
Expresin de doa Juana de Ziga dirigida a Corts rogndole que regresara a Mxico de California, dejando ya
una empresa en la que tanto dinero y esfuerzos haba empeado, con riesgo de su vida. Expresin muy parecida anot
Ulloa en la pgina 231 de su diario donde registra: Partimos este da a tornar a porfiar nuestra porfa
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NDICE DE MAPAS
3. El mapa de Corts..21
15. Rumbos simblicos en aguas de Is. de Cedros del 1 de enero de 1540 al 23 del mismo
mes.83
16. Rumbos simblicos en aguas de islade Cedros del 22 de enero al 24 de marzo de 1540.90
P g i n a 110 | 120
22. Mapa de Sebastian Cabot..100
SEGUNDA: 28 de septiembre de 1539. Ancn de San Andrs y Mar Bermejo, hoy desembocadura
del ro Colorado; el Mar Bermejo sera el Golfo de California50
CUARTA: 15 de octubre de 1539. Ro Carrizal, hos arroyo de San Bruno. Actualmente, boca de
San Bruno62
QUINTA: 1 de diciembre de 1539. Baha de Santa Catalina, hoy baha de Las Almejas, y Punta
de La Trinidad, hoy Punta Tosca. ..................72
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Ulloa, Francisco de. Relacin del viaje que hizo el capitn Francisco de Ulloa, por orden
de Hernn Corts, por la costa de Nueva Espaa, desde Acapulco hasta la isla de los
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243.
P g i n a 114 | 120
NDICE ONOMSTICO. No incluye nombres que aparecen en los mapas y
bibliografa.
Abad, baha del. 73 Argel. 20, 30, 102-104, Bermes, Pedro de (piloto).
Abad y Lasierra, igo. 80 105, 108 33, 37
Acapulco. 15, 29-31, 33, Armato (rey de Persia). 12 Blasco, Pablo. 38, 88
37, 38, 40, 93, 101, 102, Armenias, islas. 13 Blasco, Pedro. 37
107 Arrniz, Othn. 30, 104 Boca de En Medio. 51, 52
Acosta, Martn de. 16 Asuncin, baha de La. 80, Boca de San Bruno. 62
frica (la esclavitud en isla, 80 Boca El Abrigo. 51, 52
Nueva Esp.). 38 Audiencia Real de Mxico. Boca La Baja. 52
Agnese, Battista. 23, 98 19, 29, 32, 40, 101, 102 Boca La Soledad. 73
Alarcn, Hernando de. 31, Baegert, Jun Jacobo. 59 Bolton, Herbert Eugene. 97
36, 97, 98 Baha de Los ngeles, Borah, Woodrow. 29
Alfonso, Manuel. 37, 38, antes San Marcos. 56 Brandenburg, M. M..59
40, 41 Baha Magdalena-Las Buena Gua, ro de la. 71
Alimanci. 35 Almejas, complejo lagunar. Busto, Pedro de. 38, 57
Almejas,baha de las. 72, 69, 70 Cabo del Engao. 92, 95-
73 Baja California (contexto 104, 108
Alric, Henry J. A. 10 geogrfico). 9 Cabot, Sebastin. 98
Altata, antes Guayabal. 40 Baja California (contexto Cbrillo,
Alvarado, Pedro de. 29 social S. XIX). 8 Calafia. 12
Amads. 12 Baja California. 13, 18, 27; Calamaju. 55
Amazonas, isla de las. 8, circunnavegacin, 32 California (de Estados
13, 30; ro, 12, 106, 108 Baja California Sur. 108 Unidos). 51
Ancn de San Andrs. 33, Balboa, Vasco Nez de. California Historical
45, 49-52, 56, 95, 98 14 Society. 34
ngel de la Guarda, isla.48, Ballenas, punta de. 27 California; (isla residencia
56 Baluarte, ro. 18 de las amazonas). 12;
Anin, Estrecho de. 7, 8, Bancroft, Herbert Eugene. tercera expedicin, 19; en
12, 29, 30, 52, 107 15 mapa de Agnese, 23; baha
Apstoles, laguna de Los. Banderas, baha de. 15, 23, y cabo de, 27, 95; Corts
100 25, 28 abandona proyecto
Anyelibus o Amilinus, Baumann, Carl L.. 59 colonizador, 29; isla, 30,
Raimundo. 36, 38, 44, 45, Becerrillo, mastn. 71, 85 33, 52
50, 57, 80, 87, 88 Becerra de Mendoza, Canal Martimo de San
Arache, Pedro. 44, 45, 57 Diego. 16 Marcos. 59
Arana, Juan de. 35 Beln, paso de. 58, 59, 61 Canarias, islas. 26
Archivo General de Indias. Beltrn de Guzmn, Nuo. Cant, Esteban. 10
22, 33, 34 15, 19 Capitn General de la
Arvalo, Elvira de. 34, 35 Bermejo, Mar. 18, 49, 50, Nueva Espaa. 105
56
P g i n a 115 | 120
Carlos I, rey de Espaa. 15, Corts de Monroy, Epatln. 35
30 Francisco. 72 Espinoza, Martn de. 44,
Carrizal, ro. 62 Corts de San 45, 57, 73, 85, 88
Casa de Contratacin de Buenaventura, Francisco Espritu Santo, isla. 18, 20,
Espaa. 98 (sobrino de H. Corts). 14 26
Castilleja de la Cuesta. 105 Corts, cabo. 70 Esplandin. 12
Castelln, Juan. 34, 36-41, Cedros, isla. 80, 87 Estero Grande. 72
92, 98, 101-103 Corts, Hernn. 7, 8, 11, 13, Esteros de La Cruz. 41, 43
Castilla. 44 14, 15, 18-20, 25-33, 35, Esteve Barba, Francisco.
Castillo, Domingo del. 97 36, 38, 40, 41, 43-45, 56, 107
Cedros, isla de. 27, 30, 33, 57, 59, 69, 88, 91, 95, 97- Filpinas, Islas. 13
36, 80-82, 84, 87-89, 91, 99, 101-104, 107, 108; Flandes. 15
92, 96, 98, 99, 101, 102, (mapa de) 21, 22, 23, 43; Francisco de Ulloa
109 exploraciones cercanas a Returned. 34, 37, 102
Cerralvo, isla. 16, 20, 26, Santa Cruz, 24; regreso de Fuerte, ro. 15, 21, 23, 41,
41 Santa Cruz a Mxico, 29; 43
Chiametla. 18, 19, 20 restos de, 105 Gali, Francisco. 13
Chile. 106-108 Corts, Luis. 105 Gallego, Hernn. 106
Cbola. 7, 8, 14, 29-31, 40, Corts, Martn. 105 Gila, ro. 31
57, 101, 105-107 Corts Ojea, Francisco. Gobernador y Capitn
Cihualpipiltin (almas de 106, 107 General de la Nueva
mujeres; poniente). 13 Cruz Pieiro, Rodolfo. 10 Espaa. 14, 15, 19
Cihuatlampa (paraso). 13, Cuernavaca. 20, 29, 36 Golfo de California. 18, 33
14 Culiacn, ro. 23, 24, 26, 40 Gmez, Luisa. 35
Cihuatln (poniente en De Cueva Pintada a la Goodman, Edward J.. 107
nhuatl). 13 modernidad. 7, 14, 43 Gore, isla. 52
Clavijero, Francisco Descubrimiento y Granada, guerra de. 34
Xavier. 17, 27, 84 conquista de Chile. 107 Grijalva, Hernando de. 16,
Colima. 14, 16, 19, 34, 35, Diamantes, isletas. 46, 48 26, 27, 28, 29
39, 92 Daz del Castillo, Bernal. Guatemala. 29
Coln, Cristbal (ubicacin 20, 26, 27, 30; 28 (escribe Guayabal, hoy Altata. 26,
de Calafia). 12, 13, 14 un fulano refirindose a 40
Colorado, ro (bocas). 7, Ulloa), 32, 34; 101, 104 Guaymas, antes Puerto de
10, 31, 33, 45, 49, 51, 71, Diccionario biogrfico los Puertos, puerto. 41, 44,
97, 108 espaol. 104 45, 52
Compostela. 19 Dulce Nombre de Mara, Guilln de Castro,
Concejo de Indias. 40 ro. 43 Clemente, padre. 70, 72
Concepcin, barco. 16, 18, El Guayabal, poblado. 23 Guzmn, Nuo de. 18, 30,
19; baha, 62; puerto de El Muerto, isla. 97 31, 33, 38, 40, 43, 52, 104
Chile, 106 El Rosario. 8, 9, 97, 100, Hakluyt, Richard, editor.
Consag, Fernando. 31 103 34, 35, 38, 39, 41, 44, 47,
Consag, roca. 46 El Triunfo de la Cruz, 48, 58, 59, 61, 70, 71, 73,
Constantinopla. 12 barco. 31, 48 74, 78, 80, 81, 84, 94
Cordero, Antn, piloto. 24, Enrique el Navegante. 37 Haro, Diego de. 38, 44, 45,
25, 26, 104 Ensenada. 10, 55, 95, 99, 50, 62, 73
Corrientes, cabo. 19 100, 103
P g i n a 116 | 120
Hernndez, Pablo La Soledad, boca de. 69, Melndrez, Antonio Mara.
Salvador. 101 80, 81 6
Herrera y Tordesillas, Las nimas, boca de. 69 Melo o Meno, Antonio de,
Antonio. 34, 38, 79 Lasspas, Ulises Urbano. 9 padre. 36, 38, 44, 45, 92
Hidalgo, Gonzalo. 44, 45, Le Riverend, Julio. 33 Mena, Antonio de. 44, 45,
62 Lebrn de Quiones, 50
Historia de la Antigua o Lorenzo. 35 Mendoza y Pacheco,
Baja California. 27 Lechuguilla, baha de. 23 Antonio de. 7, 11, 27, 28,
Historia General de las Ligig, misn. 70 30, 31, 36, 40, 52, 57, 95,
Indias. 27 Linck, Wenceslao. 31 104, 108
Historia Verdadera de la Lobos, isla. 97 Mrida, Espaa. 14, 32, 57
Conquista de la Nueva Llerena, Esp.. 36 Mexicali. 10
Espaa. 101 Lobos, puerto de. 52, 54, 56 Mexico Boating Guide. 69
Homem, Diogo. 98-100, Lpez de Gmora, Michoacn, costa de. 38
102, 103 Francisco. 16, 17, 18, 19, Misioneros jesuitas en Baja
Hospital de Jess. 29, 103 20, 23, 25, 26, 27, 29, 30, California. 70, 72
Huamalgu, isla. 84, 109 33, 95, 100 Mocihuaquetzque (mujeres
Huatulco. 40, 41 Lpez Melndrez, Amada. muertas en parto). 13
Hurtado de Mendoza, 6 Molina de Aragn. 34
Diego. 15, 16, 32, 43 Lpez, Francisco (arrez). Montao, Juan de. 38, 57,
Hurtado de Mendoza, Juan. 35 62, 73
30 Lpez Urrutia, Carlos. 101 Monte Tule. 51
Iglesia de Jess. 105 Los Cabos. 10 Montemayor, Gonzalo
Imperio Azteca Los Inocentes, isla. 80 Hidalgo de. 38
(conquista). 11 Los Mochis. 21 Morelos. 15
Indian Population Decline. Magallanes, estrecho de. Morro Redondo, 84, 91
108 106, 107 Motn, punta de. 17, 38
Infiernillo, canal del. 47, 48 Magdalena, baha. 72-74 Moya de Contreras, Pedro.
Inocentes, isla. 16 Mancilla, Garc Garcs de 13
Isabel de Portugal, reina de (asesino de F. Preciado). 35 Muleg, ro o arroyo. 62
Espaa. 15 Manzanillo. 16, 39, 102 Myers, Paul A. 16, 19, 23,
Italia. 104 Mapa General. 98 28, 36, 39, 43, 54, 69, 83
Jackson, Robert H.. 108 Mar Bermejo. 52 Nachrichten. 59
Jalisco (costas) 13, 14, Mar del Sur. 8, 14, 15, 30, Natividad, isla. 80
(provincia) 19; puerto de, 36, 40, 104 Navarro Garca, Luis. 32
32 Mara, baha. 83, 88, 89 Navidad, puerto. 32
Jess de Nazareno, iglesia Maras, islas. 39 Nayarit. 14, 15, 19
de. 29 Marqus del Valle de Neblinas, isla de las. 84,
Jimnez Bertndoa, Fortn. Oaxaca. 15, 42, 44, 50, 56, 109
13, 16, 18, 24 62, 72, 88, 105 Nuestra Seora de la
La Encantada, isla. 97 Markey, Joseph J. Dr. 101 Concepcin. 62
La Frontera (regin). 9, 10 Mrquez, Gabriel. 38, 50 Nuestra Seora, ro. 43
La Paz. 10, 17, 18, 20, 24, Marrn, playa El. 83 Nueva Espaa (la
26, 28, 30, 35, 39, 41, 57, Mayo, ro. 41, 43 esclavitud en). 38; en el
61, 69 Medina del Campo. 32 planisferio de Cabot, 98
P g i n a 117 | 120
Nez de Balboa, Vasco Punta Baja. 97, 100, 103 San Esteban, isla. 47, 48
(esc. Del Mar del Sur). 11 Punta Ballenas. 98 San Felipe (pueblo). 10;
Oaxaca. 15 Punta Banda. 95 sierra de, 20; desierto de, 32
Ocano Atlntico. 30, 106 Punta Canoas, 97, 100 San Francisco, hoy Yaqui,
Ocano Pacfico Punta Colonet. 100 ro. 41, 44
(exploraciones de Corts). Punta de La Trinidad. 79 San Francisquito, ensenada
26; (exploraciones de Punta Entrada. 69 de. 55
Ulloa), 28, 106 Punta Final. 54 San Gernimo, isla. 100
Ohuira, baha de. 22 Punta Gorda. 20 San Ignacio. 9; misin, 109
Orellana, Francisco de. 12, Punta Mara. 89 San Jorge, islas.
106, 108 Punta Prieta. 83 San Jos del Cabo
Ortega, Francisco, 62 Punta Redonda. 69 (ubicacin). 7
Padrn General. 98 Punta San Antonio. 97, San Jos, isla. 20
Palenzia, Pedro de. 30, 41, 100, 103 San Juan, baha. 102
44, 45, 50, 56, 57, 62, 72, Punta Santa Marina. 69 San Juan Bautista Malibat,
73, 87, 88 Punta Santo Toms. 95 misin. 70
Palomares, Francisco Punta Tosca. 69, 70, 72, 73, San Lzaro, barco. 16, 18,
Xavier de. 97 80 23, 24, 25, 28; cabo, 73
Paraso Terrenal. 12 Punta de La Trinidad. 72, San Lorenzo, isla. 47, 48
Partida, isla. 26 80 San Lucas, cabo de. 27, 28,
Paula Ferrer, Francisco de. Quivira. 14, 40, 57 98
8. 9, 10 Rains, Patricia. 69 San Luis Gonzaga, baha de
Pelcano, isla. 52 Ramusio, Giovanni Bttista. (antes P. de Lobos) 52, 54-
Pendleton, campo militar. 34, 35, 38 56
101 Real Academia de la San Luis, isla. 97
Perlas, isla de las. 41 Historia. 97 San Marcos, barco. 15, 33,
Per. 16, 29, 107 Red Hill. 51 43; hoy baha de Los
Pichilingue. 18, 20, 26, 39 Rehusa, canal de. 69, 70 ngeles, 56; isla, 58, 59
Piedras Grandes. 51 Remedios, en mapa de San Miguel (barco). 14, 15,
Pizarro, Francisco. 16, 29, Corts. 23 43; isla, 20; poblado, 26,
108 Revillagigedo, islas. 16 27; estrecho de, 46, 48
Ponce Aguilar, Antonio. Rica en Oro (isla). 13 San Pablo, r., en mapa de
14, 43, 70, 72 Rica en Plata (isla). 13 Corts. 23
Ponce, Eduardo. 6 Rodrguez Cabrillo, Juan. San Pedro (actual baha de
Portugalete. 38 99, 100, 103 Topolobampo). 22, 43
Posesin, baha de la. 44 Rodrguez de Montalvo, San Pedro Mrtir, sierra de.
Preciado, Francisco. 7, 27, Garci. 12 31, 32, 51
33-35, 38, 39, 41, 43, 45, Salagua. 35 San Pedro Nolasco, isla. 45
47, 48, 54, 58, 59, 61, 62, San Agustn, cabo de. 81, San Pedro y San Pablo, ro.
70, 71, 73, 74, 77-81, 84, 84 20, 41, 43; en mapa de
87-89, 92, 93, 95, 97, 98 San Benedicto, isla. 16 Corts, 23
Preciado, Juan (padre de San Benito, archipilago. San Quintn. 100
Francisco Preciado). 34 80 San Roque, baha. 80; isla,
Puerto de los Puertos, hoy San Blas. 15 80
Guaymas, puerto, 41, 44- San Bruno, arroyo de. 62 Snchez de Miranda,
46, 49, 50, 52 San Cristbal. 20 Alonso. 35
P g i n a 118 | 120
Snchez, Bartolom. 35 Sevilla. 34, 105 92, 94, 98, 99, 101-103;
Snchez, Martn. 38, 62 Sierra de Jurez. 51 isla, 91
Santa gueda, barco. 18, Sinaloa, costa norte. 15, 39, Ugarte, Juan de. 31, 48
23-26, 28, 31, 33, 36-41, 43; ro, antes Petatln. 16, Ulloa, Alfonso. 30, 102,
55, 56, 58, 61, 62, 70, 74, 18, 23, 28, 41 104
80, 88, 89, 91-94, 98, 102 Sociedad de Biblifilos Ulloa, Francisco de. 7, 10,
Santa Brbara, barco. 48 Espaoles. 33 32-53, 55-57, 59, 60, 62,
Santa Catalina, baha. 72 Socorro, isla. 16 69, 71-74, 76-81, 84-89,
Santa Cruz, puerto de Sols de los Santos, Jos. 91-109; en Santa Cruz, 27,
(colonia). 16, 20, 23, 24, 104 28, 29, 30, 31
26, 27, 28, 29, 30, 35-41, Sonora (desierto de). 10; Universal Cosmography.
45, 47, 49, 55, 57, 58, 61, entidad, 33, 44, 48; ro, 45 11
76, 77, 92 Tapia, Andrs de. 19, 20 Valdivia, Pedro de. 106
Santa Ins, isla. 62 Taraval, Segismundo, Vzquez de Coronado,
Santa Margarita, isla. 69, misionero. 109 Francisco. 31, 40
70, 73 Tehuantepec (astilleros de). Velsquez, Diego de. 104
Santa Rita, arroyo de. 72 8, 14, 18, 36, 37, 102, 103 Vera, Alfonso. 36
Santa Rosala. 58 Tenochtitln.11, 13, 19, 20, Veracruz. 14, 15
Santa Rosalillita. 91 108 Villagrn. 107
Santiago de Buena Tepopa, cerro. 48 Vizcano, Sebastin. 99,
Esperanza, puerto. 29, 31, Terrazas, Catalina. 36 100
35, 38, 39, 93 Terrazas, Francisco de, Wagner, Henry Raup. 21,
Santiago, isla (hoy veedor. 33, 36, 38, 44, 45, 23, 34, 36, 37, 39, 41, 43,
Cerralvo). 20, 26 50, 57, 62, 73, 85 44, 49, 58, 74, 77, 96, 98-
Santo Domingo, boca de. The explorers of South 100, 102, 103
69 America. 107 Willard, isla (o San Luis)
Santo Toms (pueblo). 9, Thevet, Andr. 11 54; baha o punta, 54, 55
100; barco, 18, 23, 24, 25, Tiburn, isla de. 45-48 Woodrow, Borah. 103
26, 27, 28, 37-41; isla, 16; Tijuana. 10 Wright, Irene Aloha. 34
baha, 103 Tizn, ro del. 71 Xalisco, hoy San Blas. 15,
Sargento, baha. 48 Todos Santos, baha. 95 23, 28
Sebastin Vizcano, baha Topolobampo, baha de. Xavier University of
de. 97 20, 23, 43 Cinncinnati. 107
Seno de la Cruz. 17 Trabajos, en mapa de Yaqui, antes San Francisco,
Sergas de Esplandin. 12, Corts. 23 ro. 15, 41, 44
13 Trinidad, barco. 31, 33, 36- Zacatula (astilleros de). 8,
Serrano y Sanz, Manuel. 40, 56, 58, 59, 61, 62, 70, 14
33, 34 72, 74, 80, 84, 88, 89, 91, Ziga, Juana de. 28, 29
Sevilla del Ro, Felipe. 35
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