Ballon Aguirre Enrique - Las Literaturas Peruanas
Ballon Aguirre Enrique - Las Literaturas Peruanas
Ballon Aguirre Enrique - Las Literaturas Peruanas
Literaturas
Ancestrales y Populares. Vol. 1. Lima: Fondo Editorial de la Pontificia Universidad
Catlica del Per, 2006. 81-120.
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F. Rastier en su dilogo con J. Guilhalmou (2003) indica que la oncologa es la forma central de la
metafsica occidental. Revestirse de una forma macerialista no le permite romper con una teora de las
esencias que reaparece sin cesar, por ejemplo con el determinismo gentico: las especies han sido siempre
el ejemplo mismo de las esencias. No es el materialismo el que es nuevo, sino la concepcin de una
dialctica "naturalizada". Desde entonces se rechaza el concepto filosfico (metafsico) de materia para
considerar la materia segn la fsica; desde un hace un siglo, nada permite sostener ms una oncologa de
las sustancias. Paradjicamente la fsica es dialctica, ella refleja a su modo la dialctica de la naturaleza.
Y los fsicos no son fisicalistas, a diferencia d nuestros filsofos analticos.
TRADICIN ORAL PERUANA. LITERATURAS ANCESTRALES Y POPULARES
1. PLANTEAMIENTO NOCIONAL
El cometido que me he propuesto en este captulo, siguiendo a J. C. Maritegui
(1981: 55), no trata de inaugurar una tribuna polmica bizantina sino forjar un
instrumento de trabajo positivo y orgnico. Sobre la base de esta lnea de estudio,
debo ante todo descartar y excl4ir de este trabajo la observacin de la produccin
cultural y literaria peruana como una unidad tagmmica criterio que, como bien se
sabe, se aplica habitualmente en la teora y la prctica critica literaria peruana para
identificar nuestra literatura, es decir, la descripcin, interpretacin y explicacin de
la identidad cultural y literaria peruana, a partir de ciertas supuestas caractersticas
universales (estticas, gneros, escuelas, influencias, paradigmas, etc.).2 Optar, al con
trario, por estimar a la produccin literaria peruana integral como unidad mica o
fenmeno global, que incluye --en igualdad de condiciones- las mltiples formas
de expresin oral y escrita literarias peruanas a ser descritas en cuanto a fanciones
relativas a los mundos culturales en las cuales se sitan.3
En efecto, el punto de partida es la siguiente hiptesis: las estructuras4 de las
lenguas propias de los distintos grupos y etnias peruanas, sus contactos, transferen
cias y conflictos (descritos en el primer captulo), ahorman las modalidades de las
literaturas caractersticas de cada cultura peruana. Por lo tanto, las relaciones entre
las lenguas y culturas peruanas han de establecerse a partir tres aspectos:
2 Estas caractersticas universales del hecho literario proceden, segn R. Barches (1970: 7), de una
verdadera mistificacin que transforma la cultura pequeo-burguesa en naturaleza universal.
3 C( A. Dundes (1962), X. Alb (1974: 39).
Para el concepto de estructura aqu utilizado, vase en el captulo 6 el aparcado 2.1.2.1.2.2.
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L\S LITERATURAS PERUANAS
Se indica con ello que si bien entre estado de lengua y cultura no hay una correla
cin total en todos los niveles posibles, son los planos discursivos lxicos, de enuncia
cin y de significacin los que coordinan con eficacia dichas relaciones.
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TRADICIN ORAL PERUANA. LITERATURAS ANCESTRALES Y POPULARES
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LAS LITERATURAS PERUANAS
da, tradicional, de leyenda, mtica, etc.), esto es, los discursos literarios producidos
por los sujetos ora individuales ora transindividuales (colectivos) que accedan a re
presentar las identidades sociales, polticas, econmicas, histricas, pluriculcurales
bullentes en las distintas regiones y comunidades del pas.
9 Para un examen del problema a nivel hispanoamericano, vase J. Ariza Gonzlez (1987).
IO Esra autoctona (gr. avrx0wv-WVOf, indgena, la tierra misma) no es, ciertamente, la pro-
puesta por M. R. Wise (1986) que reitera, una vez ms, el anacrnico y caritativo proyecto de revita
lizar el folclorismo: el surgimienro de una literamra autctona -dice- que a su vez contribuya a
preservar los valores culturales y procure el desarrollo integral de los grupos tnicos. A este respecto,
M. de Cerceau (1975: 169) escribe que la literatura folclorisante trabaja por 'conservar' el orden
establecido. Es necesario arra poltica para que la cultura dominada desempee un papel constructivo
en la historia. De hecho, segn Wise se debe promocionar la literatura con vistas al desarrollo inte
gral de los grupos tnicos, pero es un desarrollo concrolado (de las costumbres, de las representaciones
mentales) por la colonizacin ideolgica fornea, en este caso, la que practica y reproduce el Instituto
Lingstico de Verano.
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TRADJCIN ORAL PERUANA. LITERATURAS ANCESTRALES Y POPULARES
color local-, 11 o al empleo de una sola lengua ancestral como en la tradicin oral.
Pero eso no es todo. Se puede comprobar tambin la existencia de una multitud de
textos literarios orales y escritos donde la lealtad es abierta, es decir, una lealtad que
cabalga entre dos o ms mundos peruanos, y entonces su tarea es representar no las
lenguas esttica e independientemente consideradas, sino sus contactos, sus transfe
rencias y sus conflictos. No otro es el criterio de G. Churata (1987, I: 9) cuando, por
ejemplo, preconiza que una posibilidad de literatura americana quedara resuelta (se
entiende para el rea del Tawantinsuyu) si los escritores americanos pudieran emplear
el aimara y el quechua. Ambas lealtades caracterizan as la produccin literaria di
glsica peruana, una manifestacin discursiva de la heteroglosia lingstica y la pluri
cultura nacionales.
11 Por ejemplo, en el Arauco domado (1596), Pedro de Oa ya advierte que: van mezclados algunos
crminos indios, no por comecer barbarismo, sino porque siendo can propio dellos la maceria, me pare
ci congruencia que en esw tambin le correspondiese la forma (subrayado en el original) (Rosemblac
1971: 108). Esca liceracura aucnricarnenre diglsico-formal, an en el sentido moderno del crmino
formalismo (V Erlich 1974) recibe la denominacin de heterognea [sic] o liceratura culea con
interferencias indgenas (o mestizas arcaicas) por la crtica (M. Lienhard 1984: 6).
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1AS LITERATURAS PERUANAS
12 Sobre el trabajo literario, cf. J. C. Maritegui (1955: 113-114; 116), C. Vallejo (1965: 219-220,
B.N. JE 2289, inf 264 [1973a: 150]), M. Vaisov (1972), E. Gonzlez Rojo (1977) y R. Barthes (2002b:
297).
13 Respecto de los problemas de identidad en la tradicin oral, cf. J. Bres (1993).
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TRADICIN ORAL PERUANA. LITERATURAS ANCESTRALES Y POPULARES
susceptibles de ser apropiados como bienes de cultura por las sociedades que los
producen y, por lo tanto, susceptibles de cambiar con los contextos y avatares
tempo-espaciales de esa sociedad. 14 No se trata, entonces, de una recepcin pasi
va del texto -como ocurre en la interlocucin normal- sino de su ejecucin,
en el sentido musical de la palabra, la ejecucin activa de la partitura que repre
senta el texto [oral y escrito], como escribe M. Riffaterre (1979: 10). 15
El anlisis de la difraccin de los discursos literarios peruanos, en el estado de
pluricultura concomitante e inseparable del estado de heteroglosia lingstica
imperante. Esto supone el estudio de la insumisin social a los esquemas de
conocimiento de la institucin literaria peruana que jerarquiza, a partir de cier
tos paradigmas ideolgicos de dominacin cultural (universitaria, escolar, de co
municacin de masas), las distintas formaciones discursivas literarias peruanas
(literatura tradicional/subliteraturas, literatura mayor/literaturas menores, etc.).
El examen crtico de los paralenguajes literarios peruanos, 16 su emisin, transmi
sin y recepcin, dependientes de dos tipos de factores, la situacin de la hetero
glosia lingstica y la pluriculcura, de un lado, y los condicionamientos sociales,
histricos y econmicos del pas, del otro. Se comprende aqu tambin la evalua
cin pancrnica (diacrnica y sincrnica) de los valores sociales del habla y de la
escritura, y sus conflictos en las formaciones ideolgicas 17 y de clase (las prcticas
literarias peruanas y sus diversos emplazamientos en la lucha de frases), resultado
de la conjuncin de todos esos factores. 18
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LAS LITERATURAS PERUANAS
discursivizarse en la vida cotidiana del hombre peruano (el habla social dominante)
desde la Conquista hasta hoy; pero, como igualmente nos consta, solo se han con
firmado al institucionalizarse gracias a las diversas cartas constitucionales del pas.
Paralelamente, la tradicin escrita peruana, que se desarrolla y evoluciona sobre un
trasfondo de conflictos diglsicos, al institucionalizarse merced a la historia de la
literatura peruana, se le ha circunscrito en una especie de recinto, como un fenmeno
autnomo y no dialctico, a la vez totalizador de la existencia y la identidad de la
produccin literaria peruana.19 Toda nuestra literatura -salvo el brevsimo espacio
concedido a la literatura quechua como una etapa precedente a la aparicin de la
literatura en lengua castellana-20 se limita, segn esa institucionalizacin, a la pro
duccin de la literatura castellana en el Per, creada por autores castellanohablantes,
difundida por los editores y leda por un pblico castellanohablante. Si, por ejemplo,
en esa historia se recogen testimonios de literatura quechua actual, son vertidos al
castellano y juzgados con desconocimiento de la lengua ancestral, lo que obliga
al historiador de la literatura a hacer como si esas palabras tuviesen, a pesar de su
polisemia y su estatuto semntico complejo en la lengua ancestral de origen, acepcio
nes unvocas y un modo de existencia unvoco, perfectamente interpretable (asimila
ble) desde la monoglosia castellana.
Adems, las literaturas ancestrales -una de las manifestaciones ms claras de la
heteroglosia literaria nacional actual- ocupan un lugar muy modesto en tal historia.21
Su mencin se hace desde el punto de vista de la lengua oficial castellana, e incluso
cuando la crtica dice asumir su tratamiento propiamente literario son habitualmente
aprec1acion, cada entonacin, se encuentra en el punto de interseccin de las fronteras de las lenguas
concepciones del mundo, es comprendido en una lucha ideolgica encarnizada. En esas condiciones
excepcionales se vuelve imposible todo dogmatismo lingstico y verbal, toda ingenuidad verbal (nfasis
en el original).
l9 Cf. E Balln Aguirre (1986a, 1986b).
20 La comunidad histrico-crtica peruana tiene dos actitudes frente a la literatura quechua a) la fija
en solo una etapa de la produccin literaria peruana -un absceso de fijacin- y de esta suerte la
exorciza, la excluye, la margina; como describe R. Barrhes (2002a: 122): se le recupera en un lugar sin
peligro, es lo que hace el poder -si es astuto-- con los marginados. Establece reservaciones, como para
los indios, es decir, se le reconoce para limitarla; b) en otros casos, anulando las mltiples literaturas
peruanas, se considera a la literatura quechua como la nica otra literatura peruana, por ejemplo, segn
E. Bendez ( 1986: 70) hablar de la otra literatura peruana supone admitir la existencia de dos litera cu
ras en el Per, una de las cuales tiene una existencia marginal, puesto que no todos la pueden leer, no se
la ensea en las escuelas y slo se la conoce a travs de traducciones. Es casi una literatura extranjera;
aj!, y las otras literaturas peruanas? o en el Per solo las etnias quechua y castellana han recibido el
don demirgico de producir literatura? De ser as estaramos ante un evidente emocentrismo interno.
21 Por ejemplo, en C. Garca-Bedoya (2000: 239) solo se menciona de pasada al Manuscrito de Hua
rochir entre una multitud de fechas de nacimientos y muertes de autores con que construye su ,,historia
de la literatura peruana.
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TRADIC!N ORAL PERUANA. LITERATURAS ANCESTRALES Y POPULARES
sometidas a la horma de los gneros, los estilos, las escuelas, etc., de la preceptiva
occidental como poesa lrica quechua, poesa dramtica quechua, entre otras. 22
En este entendido, el enfoque de la diglosia literaria peruana no trata, por supuesto
y en ningn momento, de negar la existencia histrica de la literatura oficial 23 e institu
cional peruana y su permanencia sostenida por una convergencia de ecos interiores que
la funda como un conjunto textual articulado. De hecho, y como ya se ha visto, es una
de las manifestaciones -una de las literaturas peruanas- perteneciente a la heteroglo
sia literaria general. Mi punto de vista procura redargir, poner en discusin, su imagen
monoltica e ingenuamente autosuficiente, construida en todas sus partes tanto por la
historia de la literatura peruana como por la crtica de la literatura al uso; y rechazar
la ilusin de un objeto de cultura que se transforma de generacin en generacin con
cortes superficiales, pero sin quiebras ni fallas diglsicas ni socioeconmicas. 24
La visin -o mejor, la revisin- que practica la diglosia literaria incide en la
pugna verborum (las contrariedades, las contradicciones y complementariedades) de
la produccin literaria nacional; e, igualmente, pone en tela de juicio la arrogancia
lapidaria consagrada en el Per al nfasis esttico de los lectores castellanohablantes
cultos, sentimiento consolidado luego como verdad literaria en los programas de lite
ratura en universidades y colegios. Una de las repercusiones ms prejuiciosas de ese
sentimiento lingstico y literario, afirmado por la educacin elitista, es la recepcin
o lectura y escucha de, por ejemplo, las literaturas ancestrales peruanas, no en cuanto
22 Cf.]. Lara (1947). Como indica el mismo Barthes (2002a: 122) se trata de la ltima vuelta a la
tuerca de la manipulacin: glorificar, honorar, consagrar el desecho.
23 Cf. M. Bajtn (1970: 80).
24 En cambio, los mtodos semiolingsticos y de lingstica del discurso empleados en la planifica-
cin y trabajo de campo, proporcionan no solo las pautas de control para realizar las encuestas al objeto
de conocimiento literario observable, sino la cuantificacin misma de los fenmenos. Ello tiene la ven
taja de introducir al estudioso en el punto preciso en el cual el hecho literario se inscribe en la actividad
econmico-social, en la monoglosia o en la diglosia lingstica y en las formaciones ideolgicas.
N. Salomon (1974: 29-31) destaca que estos mtodos permiten captar el hecho literario en el campo
donde es verdaderamente ciclo de 'produccin-consumo', intercambio de ideas o mitos dentro de una
estructura econmico-social. En este nivel de las condiciones del hecho literario no disponemos de
una llave con la que se puedan abrir codas las cerraduras, pero las que abre tienen cierta importancia, ya
que, una vez abiertas, penetramos en un campo donde la historia de la literatura ya no es -dicho en
trminos de C. Lvi-Strauss- una ciencia aparte, separada de las dems ciencias humanas por no s
qu muralla de China: son fenmenos medibles los que aquilatamos entonces con un mnimo de obje
tividad, de rigor cientfico y de exactitud. Es de pensar que los mtodos modernos de clculo podrn
utilizarse en este tipo de investigacin [... ]. Slo por la sumisin y la obediencia a los hechos, colecciona
dos y bien deslindados, podemos emprender el anlisis sociolgico de sus conexiones y redes de signifi
cacin. A partir de la recoleccin metodolgicamente controlada de los discursos literarios y de la
correcta tabulacin de los corpus de referencia y de trabajo, se reducir el nmero de tesis de grado donde
el relleno declamatorio, los montajes de conceptos y la especulacin gratuita remplazan a las demostra
ciones y a los daros precisos; cf. E. Balln Aguirre (1987d).
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LAS LITERATURAS PERUANAS
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TRADIClN ORAL PERUANA. LITERATURAS ANCESTRALES Y POPULARES
por ese clan crtico-literario, 29 es decir, las evidencias caractersticas del agotamien
to argumental anacrnico. Fuera de estos hbitos y manas, la crtica literaria pe
ruana se atiborra de informaciones librescas -no de significaciones- y obra sin la
idoneidad ni la sindresis disciplinaria correspondiente, al utilizar un metalenguaje
implcito cuyos conceptos no son jams definidos, pero funcionan como propie
dad privada de un club de ilustrados (estticas, erudicin selecta, buenos escritores,
autores premiados, poetas geniales, etc.) de donde se excluye, por supuesto, a los no
cultivados o a aquellos que no acceden a su doctrina y a su culto.
A rengln seguido, se infiere de la naturaleza polismica del texto literario la
validez de la infinidad de lecturas posibles, axioma que niega la posibilidad de codo
anlisis coherente del texto literario e independiente de las veleidades y embelecos
del crtico. Esta crtica no se percata de que las lecturas posibles pueden ser, en
efecto, infinitas, pero esas variaciones dependen nicamente de los desempeos de
los lectores sin que ello suponga cambiar o desorganizar el texto. En este aristocrti
co club -aristocrtico, ya que se funda en reglas no escritas, como aquellas que
fijan la conducta del gentleman- se padece, a escas alturas, de una presbicia mono
glsica que parece tornarse incurable: contemplan coda nuestra produccin litera
ria multinacional, multilinge, heteroglsica y pluricultural a travs de un catalejo
monoglsico castellano, normalizador y normativizador de la actividad literaria de
la sociedad peruana. 30
Ahora bien, frente a este juego intelectual pasmado, insidioso e inautntico, que
evita el anlisis textual y se dedica a elucubrar hasta la fatiga (con atontada impreci
sin y desprecio elitista por los hechos linguoculturales: los crticos se afirman por lo
que rechazan o dicen no entender), los dimes y diretes sobre los autores consabidos y
sus obras, se plantea el estudio que afirma nuestra identidad literaria desde la realidad
macrosociolingstica del pas. En esta ruca de trabajo, la produccin literaria perua
na es estudiada a partir de su condicin raigal heteroglsica, y al ser los discursos
literarios fenmenos linguoescriturales relativos a las sociedades que los producen, su
comprensin depende de las posibilidades enunciativas de los distintos socioleccos
29
Por ejemplo, las conjeturas y acusaciones disparatadas (robo y asalto -a mansalva- de impren
tas y textos ya impresos,,!) calumnias y mendacidades mondas y lirondas, las habladuras y sus inmun
dos cuchicheos, las tomas y dacas de los turiferarios en la administracin acadmica, las provocaciones
descabelladas y las intrigas de collera, los coros efectistas de los ayayeros, los insultos, la palabrera hiper
blica de los cantautores crticos, etc.
30
En general, su actitud freme a las otras razas o hacia aquellos cuya herencia cultural es diferente,
depende a menudo de actitudes "petrificadas" [como secuela de nuestra educacin en cierta cultura o en
razn de causas fisiolgicas determinantes e incontrolables]: habiendo aprendido a "leer" los rostros
segn una frmula estndar, emiten juicios estndar y son despistados, afirma P. Feyerabend (1979:
251-252).
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l.AS LITERATURAS PERUANAS
30 A. J. Greimas (1976: 10) entiende por universo literario sociolectal las clasificaciones de los textos
que corresponden ora a las dimensiones de las reas culturales tanto andinas como amaznicas ora a los
lmites de las sociedades cerradas en s mismas --como sucede todava con algunas pocas etnias de
nuesrra amazona-, cuyo conjunto de los discursos se articula en clases y subclases, merced a categoras
distintivas y lexicalizaciones apropiadas que tienen la forma de etnotaxonomas, rigiendo as las produc
ciones ulteriores de nuevos discursos.
31 Por estaturn se comprende una concepcin ideolgica basada en el reconocimiento que ciertos
individuos reciben dentro de algn esquema convencional de valoracin, as como los criterios de pres
tigio que lo fundamentan.
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TRADICIN ORAL PERUANA. LITERATURAS ANCESTRALES Y POPULARES
32 Cf. R. LI. Ninyoles (1972: 121). La oposicin sociolingstica endogrupo / exogrupo deroga la
divisin campo / ciudad empleada por la hiscoriografa tradicional y reutilizada por la crtica literaria
institucional para describir los fenmenos de produccin literaria andina y amaznica; cf. M. Lien
hard (1996).
33 C. Lvi-Strauss (1991: 74) deja clara constatacin de este hecho al escribir que se posee indicios
por los cuales se deduce que las influencias peruanas han podido ejercerse hasta en los Tupi del lado sur
del Brasil, a travs de Bolivia y el Chaco.
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LAS LITERATURAS PERUANAS
34 Es nuevamente Lvi-Scrauss (1991: 80) quien iluscra esce aspecto contrario al afirmar que casi
codos los pueblos de Amrica del Sur teman los nacimientos de gemelos, a excepcin de los antiguos
peruanos y de algunos grupos localizados bajo la influencia de las alcas civilizaciones andinas (aimara,
mojo). Los incas sentan una especie de horror sagrado por los gemelos que iba hasta la veneracin.
35 G. Taylor (1988: 88) indica que esca liceratura "profana" no debe ser menospreciada. Segn el
calenw del narrador y el grado de comprensin que se establece entre l y su pblico (parientes, jvenes
comuneros o emlogo), an es capaz de comunicar aspectos extremadamente importantes de la cos
movisin indgena y de su capacidad de interprecar los cambios que se introducen en su sociedad.
S. Paulson (2000: 89) describe bien la situacin de los productores del Manuscrito de Huarochir
quienes se encontraban en una posicin difcil y ambigua con la dominacin espaola, y que de alguna
manera uacaban de maximizar las relaciones con ellos y as contribuir en una forma concreta para la
supervivencia de su gente; y al mismo tiempo incemaron mantener y reproducir sus propios valores,
creencias y tradiciones.
36 Cf. L. Goldmann (1959 a, b; 1965). Sabemos que cuando ciertos sectores de poblacin campesina
emigran a las ciudades, incorporan con ellos una idealizacin de los valores rurales perdidos y dan nueva
vida a los mitos romnticos sobre la variada naturaleza del terriwrio peruano. Es el caso tpico de las
!erras de las canciones populares de los emigrados en las ciudades:
Ricas montaas, hermosas sierras,
risueas playas, es mi Per;
frtiles tierras, cumbres nevadas,
ros, quebradas, es mi Per.
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TRADICIN ORAL PERUANA. LITERATURAS ANCESTRALES Y POPULARES
en las plazas pblicas (cuenteros, teatro de plaza, etc.), el ejercicio escolar de orden
literario sobre todo en las escuelas y colegios del Estado, la llamada literatura de
reclusin y, desde luego, los textos de aquellos miembros de las culturas ancestrales
que practican la escritura castellana y manifiestan por lo tanto diversos grados de
diglosia al no dominar suficientemente esa escritura. El quechua.hablante produc
tor de literatura que decide, por ejemplo, escribir en castellano, desarrolla una com
petencia cultural diglsica fcilmente detectable en sus textos: la ultracorreccin, la
enunciacin motosa, entre muchos otros, son efectos de este tipo de estatuto bus
cado (la literatura diglsica peruana no suele ser siempre de una inteligibilidad
sencilla sino que, con relativa frecuencia, ms bien supone rebuscamiento y alam
bicamiento expresivos).3 7
A la inversa del precedente, el tercer caso (BA') corresponde a los productores
de literatura que, al pertenecer originalmente al exogrupo, incluyen en sus textos
temas, argumentos, figuras que toman de la cultura de un grupo popular con el fin
de asumir una identidad cercana al endogrupo elegido y un cierto distanciamiento
del exogrupo. 38 En esta literatura algena ocurren diversos grados de diglosia: desde
el empleo de palabras propias de la lengua popular o ancestral elegida o representati
vas de una diglosia o mesolecto determinado, hasta la inclusin -en el texto de
factura castellana- de secuencias discursivas completas (traducidas o no) de dichos
diglosia, mesolecto o de la lengua ancestral escogida. Esto es lo que W Oesterreicher
considera como mmesis de lo hablado:
[ ... ] es evidente, por ejemplo, que las stiras del poeta Juan del Valle Caviedes
(s. XVII) 39 y la prosa del novelista Jos Mara Arguedas (s. XX) en el Per no
reproducen una variante especfica del espaol andino de manera exacta, sino que
se trata solo de estilizaciones ficcionales y artsticas. (W Oesterreicher 2002: 363)
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1AS LITERATURAS PERUANAS
40 En los casos 2 y 3 es dable observar --con direcciones paralelas pero opuestas- el prototipo de la
produccin literaria diglsico-formal peruana, especialmente en nuestra poca: el uso descentrado del
lenguaje, las diglosias a plenimd. All ocurre con nitidez el fenmeno descrito por B. Barber ( 1964: 161)
en los siguientes trminos: su conviccin ideolgica [la del productor literario 2 3] se cruza con su
posicin de clase social y determina una conducta simblica diferente de la que habimalmente prevalece
en su clase social [de origen]. Esta es una de las causas de falta de correlacin entre el smbolo y la
posicin de clase.
41 De ah que para C. Calame (1990: 34), al mismo tiempo que encuentran su motivacin en la
historia, esas manifestaciones simblicas narrativas no podran ser consideradas como el espejo (a no ser
deformante) de una realidad social o histrica.
42 El camp -trmino introducido por S. Sontag desde 1964- remite al kitsch, a las actitudes anti-
cuadas, pasadas de moda, pero puestas de moda.
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TRADICIN ORAL PERUANA. LITERATURAS ANCESTRALES Y POPULARES
donde los objetos del hacer literario peruano (Oa, Ob) a determinar son, en teora de
conjuntos,46 composiciones de imgenes aplicativas de la discontinuidad correlaciona
da en los hechos literarios (O'a, O'b) construidos por el enunciador-investigador. Es la
funcin cognoscitiva de orden comparativo y diferencial (F) procedente de la compe
tencia cognoscitiva o saber-hacer analtico macrosociolingstico de ese enunciador,
la que determina los criterios de composicin de las aplicaciones y, por lo tanto, los
mrgenes de descripcin, interpretacin y explicacin de la actividad literaria peruana.
En esta propuesta, y en trminos generales, la funcin cognoscitiva (F) global e
hipottico-deductiva sobre la produccin de las literaturas peruanas parte, en este
caso, del siguiente postulado: el aparato ideolgico literario47 es -en la sociedad
43
Recurdese, entre muchas otras muestras, una historieta publicada durante aos por el Suplemento
Cultural del diario E! Comercio en que el hroe era un tal Supercholo.
44
En el estatuto 1 como en el estatuto 4 ocurre, aunque de manera contradictoria, la centralizacin
verbal y/o escritura! e ideolgica en una de las lenguas nacionales o, como acabamos de ver, en una
lengua extranjera.
45 Cf. E. Balln.Aguirre (1987a: 6-8).
46 Cf. M. Barbut (1967).
47
Subcomponenre, segn L. Althusser (1970) del aparato ideolgico del Estado en tanto Institucin
Cultural.
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LAS LITERATURAS PERUANAS
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TRADICIN ORAL PERUANA. LITERATURAS ANCESTRALES Y POPULARES
las aceras -puestos de los libreros informales-, libros propios, prestados, alquilados,
etc.); los medios de manipulacin empleados (propaganda editorial, comentarios en
diarios y revistas, difusin y enseanza de la tradicin oral o de la literatura institu
cionalizada, premios, miembros de academias, de asociaciones, etc.); la apreciacin
literaria ad status (la elocuencia, el buen gusto, las metforas nobles, la emotividad
delicada, los efectos estticos, el suspenso, las frases gramaticales (y a pesar de ello
talentosas), los versos sublimes, etc.) o marginal (la motosidad, el tono directo, los
temas triviales, los tacos y otras groseras, los enunciados agramaticales, la lengua
vulgar, la coprolalia, la diglosia, etc.).
En esta vista panormica, no se trata naturalmente de agotar las caractersticas de
la produccin literaria peruana, las formaciones discursivas literarias y los hechos li
terarios que les corresponde, lo que ser materia del tercer captulo; solo quiero, en
esta etapa de la exposicin, ilustrar el hecho de que las formaciones discursivas en el
aparato ideolgico literario peruano comprenden elementos diferentes que no obe
decen a un esquema nico de referencias -algo que idealista y positivamente preten
de la crtica de la literatura-, sino que es un centro de conocimiento donde comba
ten las desigualdades, las contrariedades, las contradicciones, las implicaciones co
munes a la subversin linguocultural.49
Este modelo elemental de la produccin literaria, en situacin de heteroglosia y
diglosia lingstica, cuya discursivizacin espacial puede ser as organizada, permite
prever una dialctica de las historias de los textos literarios y su posible tramado con
la historia general de la evolucin de los bienes de cultura peruanos. 50 En efecto, la
serie de textos orales y escritos (o graficados),51 literariamente significativos en cuan
to bienes de cultura peruanos, podr ser organizada desde la temporalidad (duracin
o subsistencia) y constituir la historia no alienada de las literaturas peruanas. Esta
historia comprender los procesos histricos a partir de los cuales evolucionn las
transformaciones discursivas literarias, al inquirir sobre las condiciones de transfor
macin entre formaciones discursivas dadas, como efecto de las reconfiguraciones y
rupturas ideolgicas dentro de cada grupo productor.52
Si, por ejemplo, en el proceso histrico de las ideologas literarias peruanas se
tratara de sopesar el corte epistemolgico literario que constituy la produccin de
100
LAS LITERATURAS PERUANAS
53 Cf M. Foucault (1969). Con un designio similar, B. Mannheim (1995: 119) esboza algunas pre
guntas de poltica discursiva: hemos tomado de hecho la identidad de los textos mismos como textos,
sealando a veces una relacin simple entre lo escrito y lo oral dentro de una tradicin andina singular y
unida. Tambin impide analizar cuestiones centrales para un entendimiento de la poltica discursiva como
las siguientes: cmo los calificamos de textos?, dnde estn sus fronteras textuales?, cules son los mbi
tos genricos dentro de los cuales los podan entender sus oyentes y lectores? Estos problemas requieren un
tratamiento formal, un tratamiento no tanto del contenido de un texto determinado sino cmo llega a
tener sentido. Adems de esto qu figuras, imgenes y mecanismos formales usan los textos quechuas para
orientar su interpretacin de parre de los oyentes? Escas preguntas nos llevan al tema de la "entexcualiza
cin", o sea las maneras de producir, reproducir y consumir determinados discursos.
54 Cf M. Foucaulc (1969: 22).
101
TRADICIN ORAL PERUANA. LITERATURAS ANCESTRALES Y POPULARES
102
LAS LITERATURAS PERUANAS
2. 2. 1. La enseanza
103
TRADICIN ORAL PERUANA. LITERATURAS ANCESTRALES Y POPULARES
[ ...] la ficcin y la poesa slo fueron mayoritarias, realmente populares, cuando eran [?]
orales y se contaban y cantaban en las plazas y los caminos. Desde que se volvieron
62
Vase en el Suplemenrn l la noca 33.
63
Donde, a su vez, son cenidas muy a menos, como un simple apndice en la formacin disciplinaria.
64 No existen estudios siscemcicamence programados que lleven a invescigaciones concretas del fe-
nmeno literario de rradicin oral.
65
As lo califica la prensa es paola.
104
LAS LITERATi.,'RAS PERUANAS
escritura, ambas se confinaron en una minora nfima, en una elite de gentes cultas [sic]
que, por supuesto, creci algo con la invencin de la imprenta. Pero nunca fue la litera
tura un gnero para las masas, ni siquiera ahora, cuando en un nmero muy pequeo
de pases modernos y prsperos, lleg el libro artstico y creativo a un sector importante
(aunque jams mayoritario en trminos estrictos). Dudo mucho, por ejemplo, que los
lectores de novelas y poemas en Espaa consigan llenar las tribunas del Real Madrid. Y
me temo que los del Per quepan y sobren en un cine. (M. Vargas Llosa 1996: 14)
2.2.2. La escritura
Es casi intil reiterar que en las formaciones sociales peruanas los grupos y comuni
dades se escolarizan, en su inmensa mayora, en la lengua castellana que no es necesa
riamente la del hogar; lengua, esta ltima, hablada -sea ancestral, sea diglsica-,
pero no escrita. Sin embargo, esa constatacin me sirve para precisar que el mesolecto
escolar est ntimamente trabado con la lengua escrita y la lengua escrita tiende inevi
tablemente a la normalizacin. 66
Sabemos que desde la invencin de la escritura ha existido una diferencia entre
la lengua hablada y la lengua escrita, pero aunque la existencia de una forma escrita es
66 Se habla de normalizacin cuando los usos de la lengua castellana han sido estabilizados por las
instituciones oficiales (Ministerio de Educacin, Universidades, Academias, etc.). Desde ellas, la norma
lizacin alcanza a cierras instituciones sociales mas no a las organizaciones comunales populares donde
se practican diversas manifestaciones de la diglosia lingstica peruana.
105
TRAD!ClN ORAL PERUANA. LITERATURAS ANCESTRALES Y POPULAR.ES
una condicin previa para la alfabetizacin en una lengua dada, los dos conceptos
son distintos uno del otro. Recordemos un ejemplo muy conocido: el snscrito, len
gua de los antiguos hindes, existe en el alfabeto davanagari desde hace ms o menos
dos mil aos antes de Cristo, pero la alfabetizacin solo ha alcanzado un porcentaje
muy pequeo de la poblacin india, incluso hoy; algo parecido sucedi con la escri
tura china hasta el advenimiento de la Repblica Popular y la alfabetizacin masiva
del pueblo chino; finalmente, la escolarizacin europea fue hecha en latn hasta el
renacimiento. No es, entonces, un caso raro el hecho de que especialmente en la
sierra y la selva peruanas, la lengua del hogar no sea la lengua de la cultura oficial.
Dicho esto, el enunciador de discursos literarios escritos (el escritor) depende, para su
ejercicio, de la existencia de una forma escrita y de un pblico alfabetizado; pero la
alfabetizacin supone, a la vez, cierta escolarizacin de la poblacin y la enseanza de
la escritura en la escuela requiere de cierta normalizacin de la lengua, normalizacin
que, en algunos casos, ha tomado siglos en manifestarse. Y como en el Per no encon
tramos la normalizacin de un interlecro fuertemente afianzado dada nuestra situacin
de heteroglosia o diglosia lingstica de masa, de la misma manera la alfabetizacin
simple solo alcanza al 50 por ciento de la poblacin y la alfabetizacin funcional (o
cultural) es mucho menor. 67 Por eso, y ante la imposibilidad de escribir para llegar a
un pblico peruano bastante extenso de otro modo que no sea en castellano, en los
hablantes de lenguas ancestrales y en los diglsicos peruanos aflora el sentimiento de
una sumisin, de una distancia irreducible con la territorialidad castellanohablante
del pas. A ello se suma el destierro migratorio de grandes masas de poblacin que,
desde luego, hablan una diglosia ajena al comercio intelectual dominante.
Todo ello se vierte en un recipiente, en el almacn ideolgico donde la idea de
progreso unida a los prejuicios culturales que acarrea la normalizacin castellana (en
el Per, la escritura y la lectura literarias en castellano son, ciertamente, un smbolo
ad status, un ndice de posicin social), repercuten en forma de inmensa censura de
los discursos literarios diglsicos, en particular de aquellos producidos por los profe
sores y alumnos de colegios rurales, adems del paso --en cuanto a la literatura se
refiere- por una etapa donde se convierte la desema:itizacin del texto oral en rese
mantizacin escrita, en un 'residuo escrito' (el texto escrito) como constata M. Be
yesdorff (1986: 214).
67 A este propsito citar a Y. Courderc (1976: 134) quien destaca la incongruencia --en situaciones
similares a la nuestra- que consiste en sustituir la expresin lingstica y literaria directa del pueblo
diglsico o monolinge en una lengua ancestral, por los estudios de ese mismo pueblo. Courderc se
pregunta: Pero cmo escribir para el pueblo ya que no sabe leer, en todo caso no su lengua, y no se
hace gran cosa para tratar de ensearle? Entonces se habla de l, no se le habla. Los escarceos de socio
loga e historia de la literatura peruana, adolecen de esta incongruencia de partida.
106
LAs LITERATURAS PERUANAS
Tomemos ahora otro ngulo de la cuestin. Notar que ante la dicotoma entre
lengua hablada y lengua escrita el escritor literario peruano se enfrenta necesariamen
te al dilema del reparto alternativo de las lenguas y las diglosias lingsticas del pas,
capaces de crear la ilusin referencial en sus textos, es decir, la verosimilitud de la
realidad local que se pinta por medio de, por ejemplo, la comunicacin diglsica de
los personajes de una novela puestos en un arenal costeo, escenificados en una ba
rriada limea o en una comunidad andina, la mimesis del sociolecto de las lites
econmicas o de los grupos marginales, ere. En esta nueva perspectiva, a la heteroglo
sia y a las diglosias literarias generales ya vistas, les corresponde la heteroglosia y las
diglosias literarias (re)presentadas, es decir, el reparto funcional intratextual de dis
cursos que imitan una o varias hablas diglsicas peruanas. 68 Pero los escritores muy
difcilmente llegan, con sus imitaciones, a interpretar el medio heteroglsico y digl
sico lingstico peruano -por ejemplo, las poesas atribuidas a Caviedes O. L. Riva
rola 1990a, R. Cerrn-Palomino 2003: 90-91), los cuadernos de viaje atribuidos a
Catalina de Erauzo, o los publicados por Concolorcorvo (Cerrn-Palomino 2003), el
teatro de Pardo y Aliaga (Cerrn-Palomino (2003: 92), las tradiciones de Palma (A.
Escobar 1984b: 62), el teatro de Vallejo (E. Balln Aguirre 1988a), las novelas y
poesas de Arguedas (A. Escobar 1984a), Churata, Florin, Alegra (A. Escobar 1993),
Hurtado de Mendoza (E. Balln Aguirre 1987c), Nieto, etc.-, sin tener en cuenta
ese reparto de las lenguas y las diglosias, as como las restricciones del interlecto; de
ah el riesgo de desfigurar las hablas del pueblo en la escritura literaria peruana en
lengua castellana (Garca Caldern, Lpez AJbjar, Izquierdo Ros, Scorza, Vargas
Llosa, etc.), naturalmente, sin sanciones por parte de los crticos acadmicos que
desconocen la realidad lingstica del Per.
En un caso que estara tentado de proponer como el ur-text de las diglosias lite
rarias formales peruanas, Elpez de oro de Gamaliel Churata (1959, 1987), la concien
cia de la heteroglosia lingstica nacional aparece como un vasto mural donde los
dialectos del sustrato (la triglosia quechumara), del superestrato e incluso las for
mas adstrticas en uso por cierta formacin discursiva intelectual de las provincias
sureas representan, cual blasones lingsticos diferentes, la pluriculcura peruana. 69
All el discurso literario aprovecha los prstamos y calcos lxicos -quechuismos en el
castellano, castellanismos en el quechua- que, he hecho la prueba, los lectores di
glsicos reconocen inmediatamente. Se llega, incluso, a conservar los valores fonol
gicos de una lengua, utilizando palabras de la otra. A estos hechos de lengua se agrega
68 R. Cerrn-Palomino (2003: 46) hace hincapi en esta imitacin asistemtica: tratar de imitar a
un motoso no sera enteramente posible, ya que una buena imitacin debe obedecer a cierras reglas y
vemos que en este caso stas prcticamente no parecen ser consistentes, al menos de manera categrica.
69 Cf. Y. Lpez Lenci (1999).
107
TRADICIN ORAL PERUANA. LITERATURAS ANCESTRALES Y POPULARES
108
LAS LITERATURAS PERUANAS
Pero bien examinada, no es esta, en verdad, una tcnica literaria que tiende a
multiplicar el potencial semntico del discurso, cuyo referente global es el mundo
social, histrico, geogrfico, peruano? Desde luego, la polivalencia semntica de la
diglosia permite al escritor conservar la libertad de una escritura personal que acoge,
ms all de los parmetros obligados por la escritura castellana normativa, el reparto
funcional de los sociolectos propios del grupo social al que pertenece y al que, en
primera instancia, se dirige. As no se convierte en propiedad exclusiva y excluyente
de los sectores cultos y de los grupos intelectuales dominantes que p lanifican la insti
tucionalidad literaria nacional (crticos, programadores de educacin, profesores uni
versitarios y escolares), sino que alcanza la inteligibilidad verdaderamente popular:
son textos que se escriben a la sombra de los lectores peruanos, no bajo la vigilancia
del superego crtico y cntrico (la buena escritura literaria a ser admirada -y admi
nistrada- por los jurados de concursos o en los juegos florales, publicada en la capi
tal de la Repblica o por las editoriales extranjeras, finalmente registrada en la histo
ria de la literatura y mencionada en clase, pero siempre ignorada por la gran masa del
pueblo peruano especialmente provinciano).
Preguntmonos por qu un escritor peruano decide escribir en la monoglosia cas
tellana y, sobre todo, por qu otros tambin peruanos eligen la diglosia literaria, con lo
que corren el riesgo de no ser reconocidos como tales, como autores, por el oficialismo
crtico? B. Mannheim (1995: 119) constata-a partir de M. Bajtn- que para el caso
peruano el problema de la conciencia [... ] es el problema de escoger un idioma y que
este problema ha cambiado fuertemente desde los principios de la Colonia. En efec
to, los escritores peruanos conscientes de su oficio han tenido siempre decisiones difci
les al respecto, especialmente cuando tienen que elegir a qu sociolecco permanecen
leales, dado que los escritores que practican la escritura literaria diglsica en cualquier
parte y tiempo, unen el destino de la nacin a la que pertenecen a la situacin lingsti
ca de esa nacin; no es otro, ciertamente, el mrito de la escritura de Jos Mara Argue
das y la respuesta a la pregunta que se hace Vallejo (1973b: 97) a finales de su vida:
Quiz el cono indoamericano en el estilo y en el alma?.
Precisamente la carencia en otros pases y sociedades de una escritura literaria
estrictamente nacional, dependiente de su situacin lingstica singular, acarrea una
expresin literaria mostrenca, una literatura sin identificacin, es decir, que no tiene
casa ni hogar conocido como dice el diccionario. Esto es lo que percibi bien Octave
Crmazie hace bastante ms de un siglo -en 1867- para el Canad:
[ ...] lo que le falca al Canad -escriba Crmazie- es una lengua propia. Si habl
semos iroqus o hurn nuestra literatura vivira. Desgraciadamente hablamos y es
cribimos de manera lamentable, es verdad, la lengua de Bossuet y de Racine. Por
ms que nos expresemos bien, seremos siempre, desde el punto de vista literario,
una simple colonia[ ... ]. (L. Mailhor 1974: 8)
109
TRADICIN ORAL PERUANA. LITERATURAS ANCESTRALES Y POPULARES
2. 2. 3. La asimilacin
En el Per, la asimilacin es la gestin de la lengua castellana para reducir cada vez ms
a las lenguas ancestrales con fines unificadores, en principio. Los escritores peruanos
sacan buen partido de esta gestin asimiladora y del hecho paradjico por el cual lo que
es una falta en el habla o en la escritura del diglsico, incapaz de dominar la fontica, la
morfologa o la sintaxis del castellano normativo, se convierte en un rasgo de autentici
dad peruana, de identidad en los discursos literarios reconocida. inmediatamente por los
crticos. Pero esta incongruencia tiene sus riesgos. En efecto, qu es un autntico enun
ciador literario ante la coyuntura de una sociedad multilinge y pluricultural?, cul es
el pblico al que dirige -o no dirige- su texto y, con ello, el mensaje moral y poltico
que ha encontrado?, cmo llegar a expresar, por ejemplo, la afectividad familiar del
hombre andino solo por medio de la lengua castellana asimiladora? Ese dilema, como
se ha visto, puede resolverse de manera artificial, sobre todo cuando el escritor mono
glsico castellano no vive ni domina la diglosia del pueblo. En estos casos la diglosia
aparece ciertamente impostada, como una falsa identificacin; da el efecto de un objeto
de estudio o de espectculo (muestras folclricas --exticas- de diglosia insertas en el
texto castellano) antes que la expresin de una referencia autntica a las manifestaciones
diglsicas de la comunidad aludida y tematizada. 74
Este asunto puede ser registrado tambin desde otra perspectiva: si el escritor de
lengua materna ancestral debe sacrificar su lengua para tener acceso a la comunica
cin literaria institucionalizada, esto es, a la expresin impresa, en qu medida se
destruye al propio tiempo la fibra semntica de que est tejida su competencia autn
tica, aquella que precisamente puede comunicar no a los monolinges castellanos
sino a su propio grupo de origen? La pregunta nos retorna al conflicto cultural pues, al
fin y al cabo, el problema central que se presenta a todo escritor nacional es el descri
bir la realidad peruana empleando la lengua de Espaa, es decir, un problema de
interpretacin y traduccin de valores semnticos. Buena parte de nuestros escritores
han querido escribir siempre en una lengua que no estuviera muy alejada de ese caste
llano peninsular, por el prestigio cultural occidental que esto supone, de un lado, y
por el afn de llegar a un pblico internacional, del otro; pero algunos, ante la dificul
tad de escribir solo en su lengua materna ancestral y ante la imposibilidad de dejar de
74 Como escribe R. U. Ninyoles (1972: 65), el texto literario se convierte por este camino en un
elememo decorativo -al mismo nivel que la barraca, el traje regional o la cocina tpica- destinados a
completar el paisaje humano. La exaltacin de los valores lricos de la lengua [ancestral] forma parce
inseparable del folclore como idealizacin compensatoria. Ms abajo Ninyoles cita a R. Lafonc quien
seala que los poderes coloniales han favorecido el folclore de los pueblos sometidos, dado que este
folclore no puede ser utilizado positivamente por estos pueblos sino una vez abolida la dependencia
econmica y reconstruida la verdadera dignidad cultural.
110
LAS LITERATURAS PERUANAS
escribir, optan por escribir de manera diglsica. Ellos han sentido siempre la necesi
dad de expresar la lengua diglsica del pueblo y las realidades peruanas, principalmente
por dos motivos: dar un acento local (identificable) a su escritura y construir una
verosimilitud ms o menos fiel -realista- respecto de las naciones peruanas que
describen, narran o poetizan.
En este mismo sentido, se ha remarcado --con irona- que las literaturas del
tercer mundo son literaturas sin pblico local. Efectivamente, si bien el pblico lector
pertenece a la heteroglsica sociedad peruana y lleva su impronta, no se confunde total
mente con esta debido a su compartimentacin. Los lectores peruanos que, pertene
ciendo a las formaciones sociales dominantes y discursivas monoglsicas, se acercan a
esas escrituras literarias diglsicas pueden tener el sentimiento de estar separados, ex
cluidos de ese lenguaje que les parece extrao, no traslcido. En este caso, y si el lector
es peruano y monoglsico castellano, esa escritura de su paisano puede llegar a ser inin
teligible o menospreciable para l: su problema no es de hermenutica sino de codifica
cin ideolgica. El lenguaje de Co/,acho Hermanos de Vallejo o de los Zorros de Argue
das, por ejemplo, es diglsico, pluricultural y ajustado a un cdigo socialista; 75 ambas
obras proyectan una doble referencia: la primera en profundidad hacia la heteroglosia
lingstica peruana y la segunda en lateralidad, hacia la moral poltica del discurso lite
rario. Semejante combinatoria que plantea una experiencia radical de autoctonizacin, 76
donde la conciencia nacional -incierta o definida- pasa por la literatura, seala a la
75 Se argir que gran parte de estos procedimientos de escritura literaria ya fueron empleados en los
poemas diglsicos de los dadastas de Zurich en 1916, la poesa transracional de W Kandinsky, la gloso
lalia potica de D. Schnabel o las novelas de J. Joyce. Debe notarse, sin embargo, la diferencia esencial
entre estos procedimientos y aquellos de Churata, Arguedas o Vallejo. Esa diferencia estriba en que los
primeros utilizaron varias lenguas nicamente para producir efectos estticos y lricos. No es extrao
que las palabras as empleadas llegasen a perder su funcin semntica de orden lingstico. Para ellos el
lenguaje era solo el material del artista quien, no siendo lingista ni pedagogo, se permita emplear lo
que fuese para crear efectos artsticos. Los criterios de Churata, Arguedas o Vallejo son, al contrario,
ticos y tnicos en el manejo de la lengua y la escritura; y si no leamos las palabras de Vallejo (1927): La
versin que hay que hacer es de las obras rigurosamente indoamericanas y precolombinas [ ... ] en artes
plsticas, en medicina, en literatura, en ciencias sociales, en lingstica, en ciencias fsicas y naturales, se
pueden verter inusitadas sugestiones, del todo distintas al espritu europeo. En esas obras autctonas, s
que tenemos personalidad y soberana y, para traducirlas y hacerlas conocer, no necesitamos de jefes
morales ni patrones, estas palabras de Churata: La verdadera capacidad esttica americana es hacer de
Amrica un mundo indio; que ser indio siempre, si la gnesis de la cultura la suministra el habitante en
cuanto naturaleza y fruto; y estas otras, ms conocidas, de Arguedas (1975: 282): Yo no soy un acu!tu
rado; yo soy un peruano que orgullosamente, como un demonio feliz habla en castellano y en indio, en
espaol y en quechua. Deseaba convertir esa realidad en lenguaje artstico y tal parece, segn cierto
consenso ms o menos general, que lo he conseguido; cf. G. Taylor (1976).
76 J. Uriel Garca describa ya en Cuzco, en 1930, el sentido de la auroctonizacin: volver al indio,
no es encaminarse hacia el inca sino hacia la tierra y hacia una conciencia de la tierra (c( H. Rosas y
otros, 1989: 3).
111
TRADICIN ORAL PERUANA. LITERATURAS ANCESTRALES Y POPULARES
77 Como escribe C. Vallejo (1999: 39): Ah, eso! ... Se ha sabido como se sabe siempre eso que se
sabe! ... Vean que tal bola tan buena! ... S! Es preciso saberlo!.
78 En cuanto a la actitud de la crtica literaria generalizada que ejerce el amateurismo cientfico-social
procede, sin dudas, con lo que R. Hodge (1982: 197) llama intereses creados: La crtica literaria
-seala- es una disciplina conglomerada. Un crtico literario puede ser lingista amateur, as como
puede ser un socilogo, psiclogo o historiador aficionado... Pero el arnateurismo tambin tiene sus
inconvenienres. Estimula una elegante imprecisin y un desprecio aristocrtico por los hechos y permite
que los crticos literarios se despreocupen de amplias zonas de conocimiento que ignoran. Los crticos
literarios interesados en la cultura popular aceptan errneamente esta posicin, y reaccionan anee ella
evitando el anlisis textual. La crtica que en el Per erara de aliar sus argumentaciones a una u otra
disciplina social u, omnisapiente, a varias a la vez (es lo ms comn) -por ejemplo, la historia, la
sociologa, la antropologa ... la lingstica- quiere ser demostrativa en su dominio intelectual
(la divagacin crtica) donde precisamente el oscurantismo epistemolgico es la regla.
112
LAS LITERATURAS PERUANAS
a la lengua escrita o la lengua escrita debe tratar de adoptar las formas del habla popu
lar? Puesto que el escritor peruano, por lo general, no tiene prcticamente ningn
control sobre el comportamiento verbal de su pblico peruano, su decisin se ha
dado entre preocuparse por ese comportamiento verbal (los narradores) o no tomarlo
en cuenta (los poetas).
En resumidas cuentas, mientras ms se aleja, por ejemplo, la lengua del escritor
de la diglosia de sus personajes, ms se excluye de su auditorio natural: la sociedad
peruana. A la inversa, a medida que el escritor se aparta de la monoglosia castellana y
se acerca ms a la diglosia nacional, ampla su campo de inteligibilidad dentro del
territorio, pero reduce la extensin internacional de su auditorio. Y frente a la disyun
tiva cmo reaccionan los escritores peruanos? Todo depende del contexto social,
temporal y espacial en que cada escritor decide situar, en trminos amplios, la desti
nacin de su trabajo y con ello sus posibles lectores. De hecho, el escritor siempre
juzga la capacidad de comprensin de las personas que prev leern sus textos, ade
ms de sus opciones polticas y sus opciones linguales, aquellas que l mismo se im
pone y la extensin y naturaleza del pblico al cual dirige sus escritos. Pero todo ello
se decide, en ltimo trmino, en la responsabilidad del escritor frente a las particula
ridades especiales de su sociedad y cultura, responsabilidad que ciertamente no ter
mina en el plano literario sino, como quera Vallejo, en el plano tico. Es un estado
de conciencia, deca l, no el resultado de un clculo profesional.
2.2.4. La oralidad
113
TRADICIN ORAL PERUANA. LITERATURAS ANCESTRALES Y POPULARES
80
En lingstica se denomina peregrinismo al uso de ciertos elementos lingsticos prestados de
una lengua extranjera, desde el punto de vista de las sonoridades, grafas, melodas de frase, o tambin
de las formas gramaticales, lexicales, sintcticas, significaciones, connotaciones, etc. Como procedimiento,
un sabir es la mezcla de elementos presrados de varias lenguas y tambin el cruce de dos o varias lenguas
entre las cuales se instituyen series de compromiso. Finalmente, la hibridacin es la fabricacin de pala-
bras con la ayuda de elementos prestados de diferentes lenguas; cf. R. Cerrn-Palomino (2003).
81 Cf. H.- G. Ruprecht y orros (1978).
114
LAS LITERATURAS PERUANAS
115
TRADICIN ORAL PERUANA. LITERATURAS ANCESTRALES Y POPULARES
Es por ello tambin que se precisa adems de la insercin del texto en su propio
espacio sociocultural, 84 su inmersin en la propia temporalidad histrica y econmi
ca, en el marco lingstico y literario que le compete.
Todo esto confluye en los problemas de la llamada selectividad. Por selectividad
se entiende la eleccin de los elementos del cdigo oral susceptibles de ser transferi
dos a la escritura. En el Per, la poltica educativa de los gobiernos durante la Rep
blica ha bloqueado el cdigo de escritura general en la institucin escolar; en cambio,
la escritura que recibe el impacto de la oralidad diglsica y la transcribe, es tanto una
impugnacin --o un rodeo- de esa monoglosia monocorde como el reconocimien
to de ser una escritura en situacin de conflicto, de diglosia, enmascarada por las
dems instituciones (entre otras, la historia y la crtica de la literatura, los programas
universitarios de literatura), cuyo discurso oficial es una vez ms, y a la par, monolin
ge e iscrono.
Traducir y trasladar y no solo transcribir ( trabajo de antroplogos y lingistas) la
oralidad diglsica peruana, he ah el difcil y honroso desafo de la maestra literaria
de las composiciones atribuidas a Caviedes o las publicadas por Churata, Arguedas,
Florin, etc., menos preocupada por los ensayos formales o los escarceos folcloristas y
ms por la identificacin de lo peruano a travs de nuestra literatura.
2.2.5. La preceptiva
Lo que he venido exponiendo contradice, sin duda, varios de los conceptos tomados
de la especulacin terica internacional aplicada a los estudios literarios del pas. Ya se
han cocado algunos de ellos; agregar ahora otros que, pienso, inciden muy directa
mente en los conocimientos lingsticos y literarios peruanos:
84
Cf. G. Taylor (1976), R. Cerrn-Palomino (1988).
85
Cf. G. Genecte y otros (1986).
116
LAS LITERATURAS PERUANAS
erara de precisar gracias al cotejo erudito, para evaluar a los textos nacionales en
trminos jerrquicos respecto a esa norma. Pero postular algo que se refiera a la
normalidad cultural desde un patrn de base y orden comnmente logocntrico,
por ms formal que esta sea, tiene sus consecuencias, especialmente en el dicta
men de la actividad cultural de sociedades como la nuestra donde los esquemas
de opresin socioeconmica, tnica, poltica, etc. son notoriamente evidentes.
Aceptar que las literaturas peruanas pueden ser evaluadas con los mismos crite
rios estticos que, por ejemplo, las literaturas europeas -y no como trabajos
singulares efectuados desde la realidad diglsica peruana-, implica necesaria
mente suponer una jerarqua al mismo tiempo social y estructural de los cdigos
manifestados en los textos y, en suma, sostener el predominio logocntrico al en
juiciar determinada ocurrencia textual. Dicho esto, se hace evidente la necesidad
de una reformulacin de los gneros literarios peruanos, teniendo muy presentes
los condicionamientos linguoculrurales propios de nuestra sociedad multilinge
y pluricultural.
Luego tenemos el riesgo corriente del nominalismo terico en literatura. En
claustrar los textos a partir de un repertorio de palabras-gnero (tales como
poesa, cuento, novela, ensayo, etc.) siempre limitado, aunque sea una simple
actividad taxonmica, termina por presentarse como un hecho real que define
la actividad literaria total de la sociedad peruana. De ah, insisto, la urgente
necesidad de trozar los conceptos resultantes del nominalismo tradicional, de
alejarlos y dejarlos, algo as como el rbol al envaronar debe desprenderse rpi
damente de la corteza marchita con el fin de adaptarse al nuevo ambiente y
sobrevivir en l. Este ltimo proceder -el nuevo contrato enunciativo de la
macrosociolingstica de la literatura- es tanto ms prudente y necesario si se
recurre a la descripcin sistemtica directa de las coerciones semnticas de los
discursos producidos por la sociedad peruana, en vez de acudir a la preceptiva
literaria corriente que explica el texto por su simple segmentacin en palabras
clave o frases y sus repertorios estadsticos (persistencia soterrada de la gram
tica frasal y la microsociolingstica), cuya reiteracin en un corpus descontro
lado mostrara tal o cual efecto estilstico o temtico, lo que soslaya la unicidad
discursiva de cada texto y construye en su lugar analogas altisonantes (que
suenan bien). La libre estrategia analtica y deductiva del investigador no pue
de coactarse a s misma con limitaciones nominalistas atenidas nicamente, al
fin y al cabo, a la definicin intuitiva de la manifestacin textual. La identifi
cacin y evaluacin de la produccin literaria de cada formacin discursiva
exige diferenciar los tipos de discursos literarios producidos en y por las mono
glosias y las diglosias nacionales, mas no los tipos de obras, tipologa cara a la
preceptiva esttica.
117
TRADICIN ORAL PERUANA. LITERATURAS ANCESTRALES Y POPULARES
118
LAS L!Tf.'lATURAS PERUANAS
3. RECAPITULACIN
Este proyecto tiene que ver, ante todo, con los modelos macrosociolingsticos,
especialmente de semntica discursiva, 86 interpretativa y diferencial, pero tomando
sus distancias. Si bien cada investigacin sobre la diglosia literaria del pas deriva de
ellos, el estudio de los discursos y textos que conforman la pluricultura nacional res
peta la exigencia terica segn la cual:
Se postula la existencia de formas generales comunes en los sistemas de significa
cin de los textos literarios peruanos y sus gneros, al mismo tiempo que se
consolida la presencia de formas especficas caractersticas de cada formacin
discursiva (valores axiolgicos, ideolgicos y utpicos relativos a cada comuni
dad); se deduce, consecuentemente, que aquello que es objetivado por la ma
crosociolingstica de la literatura debe encontrarse, mutatis mutandis, en otro
nivel, el del relato o el de la condensacin semntica llamada smbolo y semi
smbolo -narrativo y potico- descrito discursiva y narrativamente, ya que el
relato y el poema son productos de cierro proceso de significacin y sentido cuya
base es ora un sociolecto ora un ernolecto determinado, lo que reafirma las bases
86 La semntica discursiva es una semmica que se halla dererminada hisrricameme por las relacio-
nes ideolgicas inheremes a cada formacin social dada.
119
TRADICIN ORAL PERUANA. LITERATURAS ANCESTRALES Y POPULARES
Estas exigencias tericas, entre otras, deciden el inters profundo y ltimo para
conocer la identidad lingstica y literaria peruana gracias al estudio de su estado de
heteroglosia y diglosia. Dicho inters no se propone, por cierto, enriquecer un nuevo
departamento de la lingstica y la semitica aplicadas al conocimiento literario ni
tampoco operar una especie de soldadura interdisciplinaria colonizando la crtica de
la literatura al uso con la macrosociolingstica. No se trata, en modo alguno,
de hacer comunicar esas disciplinas sino de cambiarlas, de desplazar la imagen que
tenemos tanto de la actividad lingstica corriente como del estudio reductor de la
literatura peruana, imagen que est ya plenamente fijada -fechada, dira- en el
transcurso histrico de los objetos de conocimiento peruanos. Literatura monoglsi
ca castellana y literatura de obras y autores, ambas visiones pertenecen a una poca
distanciada de la actualidad socio y etnocultural peruana; y, sobre todo, el concepto
de literatura peruana no est ms ligado a lo impreso, sino a todo trabajo y a toda
prctica de produccin discursiva donde se halle comprometido lo esencial de nuestra
pluricultura.
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